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Publicado en: Buela-Casal, G. (2005): Manual Práctico para hacer un doctorado. Madrid, Ed. EOS, pp.: 217-241. EL “CALDO DE CULTIVO” DE LA FORMACIÓN DE INVESTIGADORES EN UN PROGRAMA DE DOCTORADO 1 . José M. Peiró Universidad de Valencia. IVIE. 1.- Introducción. A lo largo del presente libro se ofrecen muchas ideas y experiencias valiosas y útiles sobre la formación para la obtención del grado de Doctor en Psicología. Además, un valor de esta obra es la adecuada combinación del análisis basado en datos rigurosos de la realidad de la formación de doctorado en nuestro país y las reflexiones de profesores con amplia experiencia en la formación para el doctorado y la dirección de tesis doctorales. Incorpora intencionadamente diversos puntos de vista sobre ese fenómeno multifacético y complejo con el fin de dar riqueza y rigor al análisis. Las aportaciones de investigadores 1 Muchas de las ideas que se presentan a continuación son fruto del trabajo y aprendizaje en equipo. En primer lugar, son fruto de lo que aprendí durante mi estancia como profesor invitado en la Social and Applied Psychology Unit de la Universidad de Sheffield durante 1985. Fue también una experiencia interesante mi participación como miembro del Scientific Advisory Board del Work and Organizational Research Center de la Universidad de Tilburg (1995-2000) y el asesoramiento en el diseño y desarrollo de una Unidad de Investigación sobre estrés laboral en la Unidad de Cracovia (Polonia) financiada por el programa Tempus de la Comisión Europea. También han sido enriquecedora mi participación en una Comisión evaluadora de las unidades de Investigación de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones de las Universidades francesas constituida por el Ministerio de Universidades de Francia durante 1997 y mi labor como asesor y evaluador de dos Unidades de Investigación del Instituto Superior de Ciencias del Trabajo y de la Empresa de Lisboa. Además, mis colaboraciones primero externas y después como profesor investigador en el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) me ha permitido realizar la experiencia investigadora interdisciplinar en un Instituto de Investigación. No obstante, el aprendizaje más continuado, durante casi veinticinco años, ha sido con los miembros de la Unidad de Investigación de Psicología de las Organizaciones y del Trabajo de la Universitat de Valencia (www.uv.es/uipot ) que se constituyó en 1981 y que ha ido creciendo y consolidándose desde entonces. En este marco, es necesario recordar con afecto y gratitud a Fernando Prieto que, durante su estancia entre nosotros, nos enseñó a todos el lado científico y humano de la actividad investigadora en equipo (www.uv.es/uipot/Prieto.htm ). Ese aprendizaje ha sido también fruto del trabajo que hemos desarrollado en cada uno de “los micro-equipos” que hemos constituido cada vez que había que dirigir una tesis doctoral. Así, las tesis que he dirigido desde que me inicié en esa apasionante tarea de la mano del profesor Helio Carpintero, han sido en muchos casos, un trabajo de colaboración con otros co- directores o tutores. Quiero dejar constancia aquí de mi agradecimiento a todos ellos: Esteban Alonso (UNED), Helio Carpintero, (UVEG, y UCM), Juan Luis Chorro (UVEG), Francisco Gil (UCM), Vicente González-Roma (UVEG), Rosa Grau (UJI), Vicente Martínez Tur (UVEG), José Luis Meliá (UVEG), Gonzalo Musitu (UVEG), Fernando Prieto (UVEG), Francisco X. Pina Prata (U. Lisboa), Enric Pol (U. Barcelona), Jesús Rosell (UJI), José Ramos (UVEG), Marisa Salanova (UJI), Pilar Valcarcel (UVEG), Ana Zornoza (UVEG) y Rosario Zurriaga (UVEG). También quiero agradecer el esfuerzo, el trabajo y las enseñanzas de los doctores que realizaron las tesis bajo nuestra dirección y culminaron con éxito su tesis doctoral, siendo en muchos casos, no solo los autores de las mismas sino también sus principales financiadores al aportar sus recursos. A co-directores y doctores, desde aquí, mi reconocimiento y gratitud. 1

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Publicado en: Buela-Casal, G. (2005): Manual Práctico para hacer un doctorado. Madrid, Ed. EOS, pp.: 217-241.

EL “CALDO DE CULTIVO” DE LA FORMACIÓN DE INVESTIGADORES EN UN PROGRAMA DE DOCTORADO1.

José M. PeiróUniversidad de Valencia. IVIE.

1.- Introducción.

A lo largo del presente libro se ofrecen muchas ideas y experiencias valiosas y útiles sobre la formación para la obtención del grado de Doctor en Psicología. Además, un valor de esta obra es la adecuada combinación del análisis basado en datos rigurosos de la realidad de la formación de doctorado en nuestro país y las reflexiones de profesores con amplia experiencia en la formación para el doctorado y la dirección de tesis doctorales. Incorpora intencionadamente diversos puntos de vista sobre ese fenómeno multifacético y complejo con el fin de dar riqueza y rigor al análisis. Las aportaciones de investigadores

1 Muchas de las ideas que se presentan a continuación son fruto del trabajo y aprendizaje en equipo. En primer lugar, son fruto de lo que aprendí durante mi estancia como profesor invitado en la Social and Applied Psychology Unit de la Universidad de Sheffield durante 1985. Fue también una experiencia interesante mi participación como miembro del Scientific Advisory Board del Work and Organizational Research Center de la Universidad de Tilburg (1995-2000) y el asesoramiento en el diseño y desarrollo de una Unidad de Investigación sobre estrés laboral en la Unidad de Cracovia (Polonia) financiada por el programa Tempus de la Comisión Europea. También han sido enriquecedora mi participación en una Comisión evaluadora de las unidades de Investigación de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones de las Universidades francesas constituida por el Ministerio de Universidades de Francia durante 1997 y mi labor como asesor y evaluador de dos Unidades de Investigación del Instituto Superior de Ciencias del Trabajo y de la Empresa de Lisboa. Además, mis colaboraciones primero externas y después como profesor investigador en el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) me ha permitido realizar la experiencia investigadora interdisciplinar en un Instituto de Investigación. No obstante, el aprendizaje más continuado, durante casi veinticinco años, ha sido con los miembros de la Unidad de Investigación de Psicología de las Organizaciones y del Trabajo de la Universitat de Valencia (www.uv.es/uipot) que se constituyó en 1981 y que ha ido creciendo y consolidándose desde entonces. En este marco, es necesario recordar con afecto y gratitud a Fernando Prieto que, durante su estancia entre nosotros, nos enseñó a todos el lado científico y humano de la actividad investigadora en equipo (www.uv.es/uipot/Prieto.htm). Ese aprendizaje ha sido también fruto del trabajo que hemos desarrollado en cada uno de “los micro-equipos” que hemos constituido cada vez que había que dirigir una tesis doctoral. Así, las tesis que he dirigido desde que me inicié en esa apasionante tarea de la mano del profesor Helio Carpintero, han sido en muchos casos, un trabajo de colaboración con otros co-directores o tutores. Quiero dejar constancia aquí de mi agradecimiento a todos ellos: Esteban Alonso (UNED), Helio Carpintero, (UVEG, y UCM), Juan Luis Chorro (UVEG), Francisco Gil (UCM), Vicente González-Roma (UVEG), Rosa Grau (UJI), Vicente Martínez Tur (UVEG), José Luis Meliá (UVEG), Gonzalo Musitu (UVEG), Fernando Prieto (UVEG), Francisco X. Pina Prata (U. Lisboa), Enric Pol (U. Barcelona), Jesús Rosell (UJI), José Ramos (UVEG), Marisa Salanova (UJI), Pilar Valcarcel (UVEG), Ana Zornoza (UVEG) y Rosario Zurriaga (UVEG). También quiero agradecer el esfuerzo, el trabajo y las enseñanzas de los doctores que realizaron las tesis bajo nuestra dirección y culminaron con éxito su tesis doctoral, siendo en muchos casos, no solo los autores de las mismas sino también sus principales financiadores al aportar sus recursos. A co-directores y doctores, desde aquí, mi reconocimiento y gratitud.

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nacionales e internacionales, doctorandos, directores de tesis, directores de programas de doctorado y rectores de universidad van apareciendo a lo largo del libro y enriqueciendo el análisis y las propuestas de actuación. Otro elemento importante es la combinación del análisis y diagnóstico con propuestas de intervención y sugerencias, para que los lectores puedan sacar provecho de aquellas experiencias previas que puedan resultarles de utilidad. Así pues, nos encontramos ante una obra que proporciona un buen elenco de ideas valiosas para la realización de un doctorado y cuya lectura va a ser fructífera no sólo para quienes se plantean estudiarlo o ya lo están haciendo, sino también para aquellos que tienen la responsabilidad de contribuir a la formación de los doctorandos y los que han de impulsar el desarrollo y la gestión de los programas de doctorado o las unidades de investigación en las que éstos se enmarcan. En mi caso, la lectura de los diferentes capítulos me ha resultado útil y formativa. En este último capítulo retomaré algunos temas abordados previamente y plantearé otros referidos al contexto en el que se han de producir los estudios de doctorado. Por último, quisiera compartir algunas experiencias concretas derivadas de mi rol de coordinador de un programa de doctorado interuniversitario que cuenta con la mención de calidad desde el curso 2002-2003 y que ha supuesto un estímulo renovador para quienes hemos compartido el proyecto y su realización en la concepción y las prácticas de la formación de doctorado.2

2.- Algunos elementos relevantes al analizar los estudios del doctorado en Psicología.

En los diferentes capítulos de la presente obra se pueden encontrar referencias relevantes para ubicar en su contexto histórico y actual, este último dinámico y cambiante, los estudios de doctorado en Psicología. Entendemos que el esfuerzo de contextualización es necesario para comprender el fenómeno en su complejidad y dinamismo y en esa dirección vamos a señalar algunos aspectos.

2. 1. El doctorado en una sociedad del conocimiento.

La Unión Europea en la Cumbre de Lisboa del año 2000 ha formulado los objetivos que han de guiar sus políticas planteando la configuración de la Unión como una sociedad del conocimiento que posibilite un desarrollo sostenible y en el que el constante desarrollo del capital humano y la innovación jueguen un papel fundamental. La potenciación de la investigación, como método básico para la generación de conocimientos rigurosos e innovadores, el desarrollo de nuevas tecnologías y metodologías y la innovación, son estrategias fundamentales en el logro de ese objetivo. También lo son las actuaciones dirigidas a desarrollar el capital humano y social. Todo ello, requiere la formación de

2 Me refiero al Doctorado Interuniversitario de Psicología de las Organizaciones y del Trabajo (POT) (www.uv.es/DoctoradoPOT) impartido desde el curso 2002-2003 conjuntamente por la Unidad de Investigación de Psicología de las Organizaciones y del Trabajo (www.uv.es/uipot) de la Universidad de Valencia (Coordinadora), la Unidad de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones de la Universidad de Barcelona (UPTOBA) (www.ub.es), el Equipo de Investigación en Dirección y Desarrollo de Equipos de Trabajo (TEAMWORK) (www.ucm.es/info/teamwork/research) de la Universidad Complutense de Madrid, el Equipo de Investigación WONT-Prevenció Psicosocial (www.wont.uji.es) de la Universidad Jaume I de Castellón y el Grupo de Investigación y Desarrollo de Recursos Humanos y Organizaciones (INDRHO) (www.us.es/grupoindrho/) de la Universidad de Sevilla. Este doctorado cuenta con la mención de calidad del Ministerio de Educación y Ciencia desde su primera edición.

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grupos cada vez más amplios en las competencias de I+D+i que no se limiten a cubrir las demandas de las Universidades y los centros de investigación, sino que atiendan también a la formación de profesionales de alta cualificación y con competencias suficientes para contribuir a la innovación y el desarrollo de nuevas técnicas y aproximaciones a los problemas y no sólo el uso y aplicación de los ya disponibles. En una sociedad compleja, la generación y la gestión del conocimiento es requerida en amplios ámbitos del ejercicio profesional y por ello, son cada vez más las actividades profesionales que requieren competencias de investigación. Este hecho alcanza también a la Psicología. Como hemos leído en el capítulo de Raina y Manohey y en algunos otros, la formación en la actividad investigadora juega un papel relevante en el ejercicio profesional. De hecho, la formación de doctores puede ser un elemento importante en la preparación de los profesionales que pretenden actuar en ámbitos donde la práctica profesional va vinculada a la generación de nuevos conocimientos, técnicas e innovación.

2.2. El modelo científico-proesional (“scientist-practitioner”) en Psicología y sus implicaciones para el doctorado.

La propuesta del modelo “científico-profesional” en la formación del psicólogo se realiza a finales de los años 40. En concreto, en 1949 se organizó en Boulder (Colorado) un congreso para debatir y evaluar los valores, creencias y prácticas de los programas de formación en Psicología profesional. Como resultado de esa reunión, se planteó que el ejercicio profesional requiere competencias de intervención e investigadoras (Baker y Benjamin, 2000). Al comienzo, este modelo se refirió sobre todo a los psicólogos clínicos pero poco a poco fue extendiéndose a los diferentes ámbitos de aplicación de la Psicología. Su tesis fundamental es que la formación del psicólogo profesional ha de potenciar las habilidades y competencias de intervención e investigadoras. La práctica profesional se ha de fundamentar en la investigación, en el conocimiento riguroso y en la validación científica de las metodologías, teorías e instrumentos. Además, la investigación ha de proporcionar inputs para que mejore la práctica profesional (Belar y Perry, 1992).

2.3.- Los estudios de doctorado en el marco de la convergencia Europea.

Los acuerdos de Bolonia y la convergencia para la creación de un Espacio Europeo de Educación Superior están suponiendo un cambio importante en Europa para los estudios de doctorado. La articulación de los estudios en los niveles de grado y postgrado y, dentro de estos últimos, la incardinación del título de doctor y su relación con los estudios de master, han supuesto con la reciente publicación del Decreto de estudios de Postgrado por parte del Ministerio de Educación y Ciencia, un replanteamiento de los estudios de Doctorado, y ha puesto ‘fecha de caducidad’ a los actuales programas. Todo ello abre nuevas oportunidades para replantear estos estudios de forma más eficaz y eficiente. Si el diseño de los Masters contempla el desarrollo de las competencias básicas de la investigación y asume el modelo “científico-profesional” la formación investigadora inicial se producirá ya en estos estudios y su concreción más elaborada será la tesis de Master. Esa formación investigadora hay que entenderla en un sentido amplio que incluye tanto la investigación aplicada como la de desarrollo (I+D), especialmente relevante en la formación de los especialistas. Definir las competencias de investigación que se requieren

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en el nivel de master es una tarea ineludible que a su vez clarificará el papel del doctorado en la formación de investigadores y especialistas.

2.4.- El Doctorado Europeo y el Diploma Europeo de Psicología.

En este contexto, resultan también de interés los trabajos que ha desarrollado el Grupo de Investigación Europsych para formular un Diploma Europeo de Psicología. En este proyecto, se han definido los contenidos formativos del grado y post-grado y las competencias profesionales requeridas para el ejercicio como psicólogo profesional sin supervisión. Este Diploma está respaldado por la Federación Europea de Asociaciones de Psicología (EFPA) y tiene como finalidad facilitar la movilidad de los profesionales en Europa, garantizando la calidad de los servicios profesionales y la protección de los derechos de los usuarios3 (Lunt, 2002; Peiró, 2003a; Peiró, 2003b; Peiró y Lunt, 2002).

Ahora bien, el contexto más próximo y relevante de todo programa de doctorado y un elemento fundamental para determinar su calidad y su viabilidad es su ubicación en un centro, unidad o grupo de investigación de calidad o en una red con varios de ellos. Estos grupos han de contar con programas de investigación claros y definidos y han de ofrecer resultados positivos acordes con los estándares internacionales de evaluación de la producción científica. En el próximo apartado abordaremos algunas cuestiones relativas a ese contexto investigador.

3.- La investigación científica, caldo de cultivo de la formación de doctorado.

El aprendizaje de la actividad investigadora, por su complejidad, su limitada estandarización y su dificultad, resulta únicamente posible mediante la práctica acompañada por investigadores con más experiencia. En nuestra opinión, a investigar se aprende investigando en un grupo o unidad de investigación y sólo haciéndolo es posible aficionarse y disfrutar de ella. Ahora bien, esta afirmación con ser clara, y quizás tajante, deja muchas cuestiones abiertas que conviene clarificar para calibrar cómo ha de ser la formación de los investigadores. En primer lugar, cabe clarificar lo que entendemos por investigación y los límites de esa actividad. Analizaremos posteriormente el proceso de investigación en sus diferentes etapas con el fin de ubicar el aprendizaje de esa actividad y su secuenciación. En tercer lugar, nos referiremos a las características de las unidades de investigación que en nuestra opinión contribuyen a hacer más eficaz y eficiente la actividad investigadora.

3.1.¿Qué entendemos por investigación en Psicología?

La investigación cubre un amplio espectro de actividades. Por ello, conviene distinguir sus diferentes tipos que atienden a la generación de nuevos conocimientos, el desarrollo de tecnologías, la explotación de sus productos y aplicaciones y la incorporación de las mismas en los diferentes contextos en los que resulten relevantes. Esto se aplica sin duda al ámbito de la Psicología, ciencia que deriva en una práctica profesional cuyo desarrollo ha sido muy grande en diferentes ámbitos a lo largo del siglo XX. Como ha 3 ver una información más detallada sobre el proyecto en www.europsych.org

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señalado Carpintero (2002a) en Psicología estamos… enfrentados al conocimiento de… ‘estados mentales’, vividos por un sujeto, cuya índole ha de ser interpretada por el psicólogo,... y ha de hacerse en términos de cualidades observables, datos orgánicos y vivencias subjetivas declaradas, que requieren una ulterior construcción conceptual por el profesional, que ha de realizar así un efectivo ‘diagnóstico’ de lo vivido por el sujeto;… proceso diagnóstico… que estará fundado en unas evaluaciones cuantitativas y descripciones cualitativas estructuradas, mediante las cuales podrá referirse a sistemas categoriales definidos que ordenan la multiplicidad aparentemente inagotable de vivencias que forman la vida mental (p. 234).

Se trata, en suma, de que la integración de las esferas básica y aplicada, en Psicología, ha venido siendo y posiblemente seguirá siendo la condición de la fundamentación y evidencia empírica última de sus procedimientos y aplicaciones, refrendando una vez más el alcance de la conocida sentencia de K. Lewin, sobre que “nada hay más práctico que una buena teoría” (Carpintero, en prensa).

Un modelo que puede clarificar los diferentes tipos de investigación se presenta en la figura 1. En el extremo izquierdo del rectángulo se sitúa la investigación inspirada básicamente por los conocimientos teóricos existentes y a partir de ellos plantea la contrastación empírica o experimental de determinadas hipótesis derivadas de las diferentes teorías relevantes. En el otro extremo, situamos las cuestiones planteadas por las demandas sociales y los problemas prácticos que desde distintas estancias se pretenden resolver y se plantean a los profesionales, sobre el supuesto de que sus aportaciones, mediante modelos, métodos y tecnología basada en el conocimiento científico, serán más eficaces que las que puedan derivarse de otras alternativas. Así pues, cabe asumir, de acuerdo con el modelo científico-profesional (scientist-practitioner) ya mencionado, una continuidad, interrelación y beneficio mutuo entre ciencia y práctica profesional. Ello es más cierto, si cabe, en las ciencias sociales. No se trata de contraponer la teoría a la intervención sino de señalar que los inputs que inspiran la actividad investigadora (teorías y conocimiento previo por un lado y demandas sociales por otro) son complementarios y en función de la combinación que se dé en cada caso, se configuran diversos tipos de actividad investigadora y científica.

Insertar aproximadamente aquí Figura 1

La investigación básica es una actividad inspirada fundamentalmente en los

modelos teóricos y en la investigación previa, y aunque tiene una clara utilidad social puede quedar distante de la pretensión de dar respuesta rápida a problemas inmediatos. La investigación básica en Psicología es necesaria y fundamental para impulsar el conocimiento científico del comportamiento y los procesos mentales y psicosociales que lo posibilitan. Este tipo de investigación requiere, por lo general, de equipamiento y recursos importantes. Exige también, equipos de investigadores cualificados. Sus resultados están prioritariamente destinados a ser comunicados a la comunidad científica. Así, la publicación de estos resultados, para que tenga un impacto eficaz, ha de realizarse en las principales revistas del ámbito disciplinar correspondiente a nivel internacional.

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La investigación aplicada es otra actividad diferente de la básica pero con límites difusos entre ambas. De hecho, en otro lugar ya hemos señalado cómo investigaciones que surgieron en ámbitos aplicados como las de Broadbent dieron lugar a modelos teóricos fundamentales (Peiró, 1983). Por su parte, Carpintero (2002 b) ha resaltado la importancia de la investigación aplicada no sólo para responder a demandas sociales sino también para generar modelos rigurosos, con validez externa y capaces de formular teorías importantes sobre cuestiones con relevancia social.

La investigación de desarrollo (I+D) de tecnologías y metodologías es también necesaria para el progreso de la práctica profesional y la aplicación de la propia Psicología. Se trata de una actividad investigadora fundamental en la ciencia psicológica aunque ha recibido limitada atención en Europa (a diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos), y más específicamente en nuestro país. Si concebimos la Psicología como una ciencia del “diseño” o de lo “artificial” (Simon, 1973) es consubstancial a su propia realidad la de impulsar el desarrollo mediante investigación de metodologías y tecnologías que permitan a los profesionales intervenir con rigor en los diferentes ámbitos en los que se necesitan los servicios. Esa intervención requiere una tecnología adecuada. Es poco probable pensar que un profesional (por muy competente que sea) va a poder desarrollar toda la tecnología que necesita en su práctica profesional. Esa tecnología, al igual que en otras muchas profesiones, ha de estar disponible, y ha de ser el fruto de desarrollos e investigación rigurosos y contrastados (Peiró, 1994).

En nuestro país, el desarrollo tecnológico en Psicología ha sido limitado y también su divulgación y comercialización. Son múltiples los factores que inciden en esta situación. Por una parte, el énfasis en la evaluación de la investigación académica (ámbito en donde se realiza la práctica totalidad de la investigación en España), en los resultados de la investigación básica o aplicada, pero no en los de la investigación de desarrollo. Por otra parte, cabe mencionar la falta de protección de la propiedad intelectual que desincentiva la inversión (económica y humana) en este tipo de investigación. También, inciden sobre esta situación los insuficientes mecanismos para identificar las demandas y necesidades de los profesionales Además, es plausible la falta de demanda derivada de un mercado relativamente limitado –en parte debido al idioma-. Es sorprendente que, a pesar de los sucesivos planes de I+D, al menos en ciencias sociales y en Psicología, se hayan producido muy limitados productos de I+D. Nuestro continente, con su diversidad lingüística, ofrece mercados mucho más fragmentados para la comercialización de la tecnología psicológica que los de Estados Unidos. En cualquier caso, el desarrollo de la Psicología española y la calidad de los servicios requieren un cambio de esta situación.

La investigación de innovación es también una actividad importante en la cadena de I+D+i. En el ámbito de la Psicología, y de las ciencias sociales, la investigación sobre innovación de modelos, estrategias y métodos de intervención constituye una actividad investigadora ineludible. La introducción de nuevas metodologías en un determinado sistema humano y social requiere un componente técnico y, junto a ello, un análisis de la dinámica social y el proceso de cambio e innovación que es objeto, en sí mismo, de estudio e investigación. Muchas de las teorías sobre el cambio de las personas, grupos, organizaciones u otros sistemas sociales han sido posibles a partir de la investigación sobre la innovación. La propia ‘investigación-acción’ (action-research) planteada por Lewin

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(1946) y utilizada con éxito por muchos investigadores sociales responde a este tipo de investigación. Esta investigación puede llevarse a cabo con la colaboración de profesionales. La formación de esos profesionales en las competencias investigadoras adecuadas es una oportunidad importante para los masters y los programas de doctorado. Esos programas han de facilitar la presencia de doctores en las empresas y en las firmas consultoras especializadas que requieren un desarrollo riguroso de productos y servicios adecuados para las nuevas demandas.

Adicionalmente, conviene considerar la investigación de evaluación. Nos referimos a los diversos estudios psicológicos y psicosociales (encuestas, observatorios, estudios de incidencia de determinados síndromes o patologías,...) que contribuyen al conocimiento de la realidad social. Se incluyen en este campo los estudios de valoración de programas e intervenciones en las organizaciones, instituciones, comunidades, etc. Se constata una demanda cada vez mayor en estas investigaciones y ello representa una oportunidad para los programas de master y doctorado en Psicología. La formación de los profesionales especializados ha de proporcionar las competencias suficientes para el desarrollo de este tipo de investigación.

En síntesis, la actividad investigadora adopta múltiples formas, todas igualmente valiosas y necesarias para el progreso del conocimiento y su utilización. Unas necesitan de las otras para su propio avance y por ello, es necesario que no se produzcan en compartimentos estancos sino que hagan permeables las fronteras entre un tipo de actividad y otra para que sea posible el enriquecimiento de todas ellas. Así, si concebimos la investigación considerando los diferentes tipos (cosa que lamentablemente a veces se olvida cuando se establecen los criterios o se desarrollan las prácticas de evaluación de proyectos, resultados de investigación, etc.) cobra un sentido más cabal la afirmación de que esa investigación es el caldo de cultivo necesario para los estudios de doctorado, y, en nuestra opinión, también los de master.

El doctorado debe proporcionar competencias de investigación. Ahora bien, esas competencias son en parte diferentes según el tipo de investigación de que se trate. En nuestra sociedad, es necesario potenciar investigadores preparados para el desarrollo de investigación básica junto a otros capaces de desarrollar otros tipos de investigación (Desarrollo, Innovación y evaluación) que puede desarrollarse también en las empresas. En nuestra opinión, las demandas de una Europa del conocimiento requiere la formación de este tipo de investigadores además de los básicos. Así, las competencias a desarrollar en los estudios de doctorado han de potenciar también la capacidad de realizar investigación de I+D+i y de evaluación. De hecho, muchos profesionales especialistas van a requerir estas últimas competencias y van a necesitar también comprender la investigación básica y analizar críticamente sus resultados.

Desde la concepción anterior, los estudios de doctorado y los masters tienen la responsabilidad de formar no sólo a investigadores básicos sino también a todos aquellos que han de actuar en esa zona intermedia entre la investigación aplicada y la práctica profesional. Es este el tipo de investigación en Psicología que podría hacerse principalmente en empresas y en centros de aplicación líderes en los diferentes sectores profesionales. Los doctorados que en la formación investigadora consideren estas

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competencias contribuirán, en mi opinión, a extender la investigación mas allá de los centros universitarios, y a la inserción de los doctores como investigadores en las empresas y en otros organismos e instituciones.

3.2. Las etapas de la actividad investigadora y las funciones para su desarrollo.

La actividad investigadora es cada vez más compleja y requiere una amplia gama de etapas y funciones para que se realice de forma cabal. Veamos las más significativas.

1.- Identificación de cuestiones relevantes, necesidades, oportunidades y demandas para la investigación y su priorización. Es importante para cada investigador, grupo de investigación o centro investigador la determinación de las temáticas y objetivos de su investigación. Por una parte, parece razonable tener en cuenta el estado del conocimiento científico en ese ámbito, y también las preferencias, capacidades, competencias y recursos del investigador o investigadores. Pero también es importante tomar en consideración las demandas sociales relacionadas o las transformaciones en el entorno social. Junto a ello, conviene considerar las líneas que se pretenden promover a nivel nacional o europeo por las políticas de investigación. Así, es recomendable tener presentes los planes europeos y nacionales de I+D y otros elementos de la política científica.

Todos estos análisis son fundamentales para identificar los ámbitos de investigación en los que una unidad o grupo puede realizar aportaciones significativas para la comunidad científica y la sociedad. Esto requiere una amplia actividad de análisis de las fuentes de información y de los inputs relevantes y también de elaboración de criterios para establecer prioridades.

2.- Planificación estratégica y operativa de la investigación. La investigación de calidad no puede realizarse a salto de mata, sin continuidad, requiere una planificación plurianual y una cierta reflexión estratégica. Los centros de investigación orientados a una investigación de calidad suelen realizar una planificación estratégica y plurianual de su actividad. Esto implica la determinación de los objetivos y posteriormente la definición de la línea o líneas de investigación y la formulación de los proyectos. La estabilidad y profundización en las líneas elegidas es un elemento fundamental aunque hay que hacerlas compatibles con la capacidad de innovación y la apertura a nuevas cuestiones. Además, resulta de interés que un grupo aborde varios tipos de investigación potenciando así la transferencia de resultados (p. e. investigación aplicada sobre un determinado tema y la investigación de desarrollo que conlleva etc.).

3.- La obtención de recursos. La planificación a la que nos acabamos de referir no se puede hacer con independencia de los recursos disponibles. Con frecuencia esos recursos se obtienen en convocatorias competitivas mediante mecanismos de evaluación por pares y otros procedimientos que requieren una elaboración y gestión compleja. Esos recursos, incluyen, además de la infraestructura y el equipamiento, con frecuencia costosos, personal de apoyo y técnico y recursos materiales para la realización de los proyectos. Con frecuencia, los recursos provienen de fondos públicos aunque las empresas y otros organismos están realizado, cada vez con mayor frecuencia, convenios con las universidades para desarrollar actividades investigadoras y de desarrollo. Esta fuente de

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recursos requiere también una gestión compleja y elaborada y, en ocasiones gestiones, para la explotación de los resultados. Estas tareas son difíciles de llevar a cabo si el grupo es muy pequeño y son costosas aunque es posible contar con el apoyo de las OTRI (Oficina de Transferencia de los Resultados de Investigación) de las universidades.

4.- La realización de la investigación. La ejecución de las actividades investigadoras es muy variada en función de las características del proyecto, sus objetivos, la sofisticación y la complejidad de la tecnología y otros muchos factores. En cualquier caso, determinados proyectos requieren un volumen de personal y unos niveles de cualificación, sin los cuales son inviables. Por otra parte, se requiere un apoyo administrativo mínimo, suficientes recursos informáticos y de personal y unas condiciones materiales básicas para conseguir una investigación de calidad, por modesta que sea. Además, la cualificación y competencias de los investigadores han de estar en mejora y desarrollo permanente a través de múltiples medios: seminarios, participación en congresos, estudio y lectura, discusión con pares y otros expertos, etc. Es importante que las unidades de investigación desarrollen y hagan explícitas las estrategias y mecanismos de garantía de calidad de la actividad investigadora en todos sus aspectos. Además, en la medida en que en esa investigación participe personal en formación es necesario planificar su formación y desarrollo.

5.- La comunicación de los resultados. Los resultados de la investigación requieren publicidad porque su valía ha de ser re-conocida por la comunidad científica. La ciencia es conocimiento público (“public knowledge”) que cobra la forma más habitual en la publicación científica. Es importante determinar los diferentes destinatarios y audiencias para comunicar la investigación y que esa comunicación cumpla los fines que se persiguen. Conviene determinar, ya desde la planificación de la investigación, los “públicos” más significativos a los que hay que comunicar los resultados. En ocasiones eso condiciona los medios de comunicación, el idioma y otros aspectos relevantes (p. e. en ocasiones la publicación en inglés en revistas con índice de impacto será prioritaria, mientras que en otras la comunicación a los profesionales de determinados resultados o de ciertas tecnologías desarrolladas es más importante). Por otra parte, ello requiere una formación de los investigadores en las competencias que demandan los procesos de publicación, la elección de las revistas, los procesos de evaluación por pares, etc. Los investigadores en formación deben recibir información y obtener experiencia en este tipo de procesos.

6.- Potenciación de la transferencia y uso de los resultados. La investigación científica cuenta entre sus objetivos el de la utilidad social. Esa utilidad en un momento u otro del proceso va a requerir la utilización de los resultados, su transferencia a los profesionales, a la industria, etc. o algún tipo de implementación innovadora. Con frecuencia, los investigadores académicos en ciencias sociales prestan poca atención a estos procesos o entienden que se producirán por su propia inercia cuando los profesionales tengan conocimiento de sus aportaciones publicadas en las revistas científicas. El hecho es que, la mayor parte de las veces, esto no ocurre y la transferencia, diseminación y explotación de los resultados es pobre o inexistente, siéndolo también la rentabilidad económica y social, a pesar que en las universidades y centros de investigación existen oficinas de transferencia de resultados de investigación (OTRIs). Además, hay universidades que plantean la posibilidad de “spin-offs” o empresas de las universidades que permitan comercializar resultados y productos de investigación, etc. Sin embargo, todo esto es relativamente ajeno

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a la investigación que se desarrolla en Psicología y también a los criterios utilizados para evaluarla. Sin embargo, existe un amplio colectivo de profesionales que podría beneficiarse de esos resultados y de los desarrollos que pudieran realizarse a partir de ellos.

7.- La evaluación operativa y estratégica de condiciones, procesos, actividades y resultados de la investigación. Un componente importante de la actividad investigadora es su evaluación, tanto operativa como estratégica. Progresivamente se van incorporando en nuestro contexto prácticas de evaluación de la actividad investigadora. Por una parte, se evalúa, de forma voluntaria y con carácter individual, la actividad de los investigadores en periodos de seis años. Por otra, se evalúan las aportaciones de los grupos cuando solicitan financiación para la realización de proyectos. Además se van planteando evaluaciones sistemáticas de las unidades de investigación, en especial Institutos y Departamentos. De todos modos, es importante que los propios grupos investigadores realicen su evaluación interna para valorar los procesos, el grado en que consiguen sus objetivos y la eficiencia con que lo hacen.

Para que todas estas etapas y funciones se desarrollen de forma adecuada se han de dar una serie de condiciones entre las que señalaremos las siguientes:

1) Gestión de los contactos y de la cooperación nacional e internacional y trabajo en red del grupo investigador con otros grupos relevantes.

2) Mantenimiento y desarrollo del equipo o los equipos de investigadores estimulando la visión y los objetivos compartidos, facilitando la integración en el grupo y evitando su “centrifugado” y fragmentación.

3) Formación y desarrollo de los investigadores y “coaching” del equipo que garantice el permanente desarrollo de sus miembros y la existencia de oportunidades de mejora en la capacidad y cualificación investigadora.

4) Promoción de la movilidad, intercambio internacional, visibilidad en actividades científicas mediante estancias de investigación en otros centros, seminarios en otras universidades y participación en equipos internacionales.

5) Desarrollo de un programa formativo de los investigadores en proceso de formación que facilite los procesos de socialización y de integración en el grupo investigador de los doctorandos y el desarrollo de las diferentes competencias que van a ser relevantes en su desempeño.

La consideración de todas estas cuestiones es útil al analizar y evaluar los grupos de investigación en una determinada disciplina y también al valorar los desarrollos producidos por ellos en un determinado ámbito territorial, así como sus retos y desafíos. En la tabla 1 proporcionamos los principales retos que identificaron Munduate y Peiró (2001) tras realizar una revisión de los desarrollos producidos en la Psicología del Trabajo y de las Organizaciones en España durante la década de los noventa.

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Insertar aproximadamente aquí Tabla 1.

3.3. Las unidades de investigación. Masa crítica y orientación a la excelencia.

La investigación psicológica ha experimentado un fuerte desarrollo en España durante las últimas décadas. Ese desarrollo se refleja en un buen número de indicadores tanto de “input” (número de profesores funcionarios, recursos obtenidos para proyectos,...) como de “output” (número de publicaciones en revistas con índice de impacto, número de publicaciones en revistas con evaluación por pares, sexenios, tesis doctorales, etc.). De todos modos existen dificultades, debilidades y problemas. Entre ellos, cabe mencionar la fragmentación de las unidades de investigación. La mayor parte de investigadores de Psicología en España realizan la investigación independientemente o en pequeños grupos, por lo general poco integrados entre ellos, y sobre temáticas determinadas en función de los intereses y preferencias de esos investigadores. Esto hace que existan pocas sinergias en los esfuerzos y que sea poco perceptible el impacto de dicha investigación dentro y fuera del país.

Se entiende que, en muchos casos, no hay “masa crítica” suficiente para producir una investigación capaz de tener presencia en el frente de investigación (“rearch front”) europeo o internacional del ámbito correspondiente, de conseguir una adecuada divulgación en la comunidad científica y de potenciar la transferencia para el uso de los resultados obtenidos. Es más, no siempre resulta fácil observar los resultados acumulativos y la forma en que las aportaciones de investigadores españoles suponen un progreso sobre otras realizadas anteriormente por otros autores de nuestro país en una misma temática. Además, el gran número de publicaciones periódicas existentes en Psicología, paradójicamente está contribuyendo a que la diseminación de los conocimientos resulte más deficiente y a que los mecanismos de garantía de calidad mediante la evaluación por pares de los manuscritos que se someten a esas revistas sean, en ocasiones, pobres o insuficientes.

La realización de la investigación en la sociedad del conocimiento y en el entorno caracterizado por Price (1971) como “big science” requiere unos componentes y dimensiones organizativas que influyen sobre la producción científica y su alcance. Ya señaló Carpintero (1980) hace varias décadas el ineludible componente organizacional de la ciencia contemporánea (ver también Peiró, 2002; Tortosa, 1998) Aquí, queremos poner de relieve el papel que juegan todos esos aspectos en la investigación psicológica y su relevancia a la hora de contextualizar un doctorado.

El desarrollo de la investigación (también en Psicología) requiere unas infraestructuras, equipamiento, condiciones, recursos económicos, y capital humano y social suficientes y adecuados. Es necesario que los grupos de investigación tengan el tamaño necesario para lograr de forma eficiente los objetivos que se requieran. Para ello, una estrategia posible es la articulación en red con otros grupos o unidades de investigación. El nivel de fragmentación que se constata hoy en día en la investigación en Psicología y la escasez de Institutos de Investigación o unidades con un tamaño importante en este ámbito científico, hacen difícil la planificación de la investigación a medio plazo en

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cuanto a tema, tipos, destinatarios y cooperación internacional. Todo ello dificulta también la captación de los recursos humanos de apoyo suficientes y el aprovisionamiento de equipamiento adecuado que vaya a tener un uso eficiente. Tampoco se logra fácilmente una suficiente participación en proyectos europeos, ni la publicación y adecuada diseminación de los resultados de investigación entre la comunidad científica internacional.

De todos modos, aunque un cierto tamaño del grupo investigador es un factor importante, no garantiza el contexto adecuado para la formación de los doctorandos. Es necesaria la calidad en la actividad investigadora. Para ello, los grupos responsables de la formación de doctorandos deberían desarrollar su investigación contando con: a) una planificación de suficiente alcance y ámbito de actuación para lograr resultados relevantes e impacto, b) la cooperación e intercambio con otros equipos investigadores potenciando redes, c) los recursos adecuados en infraestructura, equipamiento, y humanos (técnicos, administrativos e investigadores) para la realización de la investigación, d) proyectos de investigación innovadores de calidad y adecuadamente planificados, e) “buenas prácticas” en las diferentes etapas y fases del desarrollo de la investigación y f) disponibilidad y uso apropiado de recursos de diseminación de resultados de investigación (webs, seminarios de difusión, etc.).

Adicionalmente, esas unidades han de promover actividades de formación y actualización del personal investigador (seminarios, workshops, sesiones con profesores e investigadores invitados y visitantes, etc.). También han de potenciar la movilidad de sus investigadores en otros centros de investigación internacionales. Por otra parte, es importante la presencia de investigadores con experiencia en actividades de evaluación de proyectos y de evaluación de grupos de investigación, que participen en tribunales de tesis doctorales, que formen parte de equipos editoriales de publicaciones científicas y activos en foros de reflexión sobre políticas de investigación y en la organización de actividades en las sociedades científicas, etc.

Los grupos de investigación con un tamaño suficiente y con actividad investigadora de calidad enriquecen el proceso de socialización de los nuevos investigadores al ofrecer modelos de distintos roles relevantes en la actividad investigadora (ayudante de investigación, investigador junior, investigador senior, director de proyecto, responsable de línea de investigación, etc) y de diferentes estilos y prácticas para la realización de esa investigación.

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4. Los estudios de doctorado integrados en unidades de investigación.

Como se ha señalado en capítulos anteriores, no existe una única forma de organizar y desarrollar un buen doctorado, ni de planificar una formación de calidad para los doctorandos que cursan dichos estudios. Esta es una de las razones que le da valor al presente libro, al presentar múltiples y diversas perspectivas y experiencias que han conseguido logros importantes en la formación de calidad para la realización de tesis doctorales.

Los comentarios que vamos a realizar a continuación son, en buena medida fruto de la experiencia obtenida durante el desarrollo del Programa de Doctorado Interuniversitario en Psicología de las Organizaciones y del Trabajo. Desde hace unos cuatro años, cinco grupos de investigación de otras tantas Universidades coordinadas por la Unidad de Investigación de Psicología de las Organizaciones y del Trabajo de la Universidad de Valencia, iniciamos un programa Interuniversitario de Doctorado sobre Psicología de las Organizaciones y del Trabajo (POT) que obtuvo para el curso 2002-2003 la Mención de Calidad del Ministerio de Educación y Ciencia, manteniéndola desde entonces. El desarrollo de este programa ha sido, para los que hemos participado en él, una excelente experiencia de innovación educativa en la formación de tercer ciclo. La lección fundamental aprendida a partir de esa experiencia es que una buena formación de Doctorado requiere la integración de los doctorandos desde el principio en un grupo de investigación. La actividad investigadora de esos doctorandos en dicho grupo, es un elemento fundamental y esencial en su formación. De todos modos, otras lecciones aprendidas pueden resultar útiles y, por ello, las presentamos a continuación sintetizándolas en un “decálogo”. Además, señalaremos algunas “buenas prácticas” que hemos utilizado.

4.1.- Decálogo para promover la formación de calidad en un programa de doctorado.

Primero.- El programa debe contar con unos objetivos claros y definidos y su diseño ha de contribuir decididamente a su consecución de forma eficaz y eficiente. Esos objetivos, su estructura, su programa formativo, y procedimientos deben ser compartidos por los coordinadores y el profesorado del programa y deben comunicarse a los doctorandos para que los conozcan y contribuyan a su logro. El profesorado del programa y los directores de trabajos de investigación y de tesis han de tener un perfil y una vocación investigadora consolidada y contar ya con experiencia y resultados de calidad.

Segundo.- El reclutamiento y la selección de los doctorandos ha de ser cuidadosa y acorde con las competencias que se requieren para un buen desempeño en el programa. El ámbito de reclutamiento no se puede restringir a la región, ni siquiera al país. Debe estar abierto a los estudiantes de calidad de cualquier parte del mundo, pero ello exige unos sistemas de selección eficaces y complejos, habida cuenta de las dificultades existentes para determinar la formación de base adecuada. Es necesario contar con procedimientos de selección que eviten incorporaciones inadecuadas.

Tercero.- La dedicación de los doctorandos ha de ser a tiempo completo durante toda la duración del doctorado (normalmente 4 años). Desde el principio, el alumno debe

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estar integrado en un grupo de investigación cumpliendo un horario de jornada a tiempo completo. Para ello es necesario que mejoren los recursos destinados a proporcionar una compensación adecuada para llevar a cabo ese trabajo y las formas contractuales que garanticen las prestaciones sociales y derechos laborales de los doctorandos.

Cuarto.- Desde el inicio, el programa debe contar con procedimientos y estrategias que orienten al doctorando hacia la producción científica, la adquisición de las competencias necesarias para conseguirlo y el interés por la comunicación de resultados en congresos y mediante la publicación en revistas de calidad y con índice de impacto.

Quinto.- El equipo de investigación al que se incorpora el doctorando ha de proporcionar un clima de estímulo intelectual abierto y enriquecedor (cursos de profesores visitantes nacionales e internacionales, seminarios, workshops, debates, etc.). Además, ha de estimular la cooperación con doctorandos de diferentes niveles del programa que están trabajando en la misma unidad. Estos doctorandos son excelentes orientadores y formadores de los recién incorporados.

Sexto.- Se debe potenciar la movilidad y la estancia de los doctorandos en otros centros de investigación extranjeros y nacionales y promover que las experiencias allí adquiridas se compartan con otros miembros de la unidad de investigación. La estancia en otros centros de investigación europeos posibilita la obtención del doctorado europeo.

Séptimo.- Se ha de promover un clima de aprendizaje en equipo. Para ello, en la unidad de investigación se estimularán las “comunidades de aprendizaje” y una adecuada gestión del conocimiento en las diferentes redes de investigación en las que participe la unidad.

Octavo.- Se ha de definir el rol de los distintos tutores (de contenidos y de metodología) que han de ser buenos investigadores y buenos entrenadores (“coach”) de investigadores en formación. Es importante diseñar la mejora constante en el proceso de tutoría de los doctorandos. Para ello es útil potenciar la formación específica y promover el intercambio de experiencias entre los tutores en este tipo de tareas. Los tutores juegan un papel importante en la tarea de “contagiar” la persistencia, la ilusión y la curiosidad intelectual así como la resistencia a la frustración a los jóvenes investigadores.

Noveno.- Es necesario estimular la originalidad creativa. Frente a la mera reproducción de investigaciones es necesario que el doctorando haga el esfuerzo de “pensar lo nuevo”. Además, las nuevas aportaciones hay que someterlas a la crítica. De hecho, es necesario también estimular el valor positivo de la crítica y su valor enriquecedor aunque suponga cuestionar las propias ideas y el trabajo realizado. Este es un elemento básico de las garantías de calidad. Este aspecto es también un mecanismo básico en la mejora del propio programa de doctorado.

Décimo.- Es necesario conseguir los recursos suficientes para una adecuada organización y desarrollo de actividades formativas del programa. La gestión de la intranet del programa del doctorado es una herramienta fundamental para garantizar el adecuado desarrollo de la docencia y la calidad organizativa del programa.

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Con seguridad, cabe formular más recomendaciones para potenciar la calidad de un programa de doctorado, éstas son las que, en nuestro caso, han resultado útiles y nos han permitido progresar en el proceso de mejora.

4.2. “Buenas prácticas” en el desarrollo de un programa de doctorado.

Además de los principios que acabamos de enumerar hay una serie de prácticas que han contribuido a mejorar y a hacer mas eficaces y eficientes los esfuerzos de profesores, coordinadores y doctorandos.

1) Proceso de socialización de los doctorandos que se incorporan al programa. Varios aspectos han resultados eficaces para facilitar esa socialización. Por una parte, la acogida que han dispensado los doctorandos incorporados en años anteriores. Por otra, la asignación de un tutor de contenidos y un tutor metodológico que se entrevistan con el doctorando recién incorporado y determinan, de común acuerdo con él, la formación complementaria que debería realizar (p. e. alguna asignatura de contenidos o metodológica de la licenciatura que complemente su formación, o un curso para reforzar el nivel de inglés, etc.). Además, durante el primer trimestre se realiza un seminario de un día de duración en el que participan los profesores y los doctorandos. En ese seminario, el doctorando recién incorporado visualiza las diferentes etapas del programa. Para ello, se procede del modo siguiente: En primer lugar, el coordinador del programa hace una presentación de los diferentes cursos y de la intranet en la web en la que están todos los materiales y documentación de esos cursos así como el plan de trabajo y el calendario de las sesiones. Posteriormente, los doctorandos de segundo curso presentan su “position paper” es decir la planificación de su proyecto de investigación. Tras la presentación de cada doctorando se produce un debate y se ofrecen sugerencias de mejora, nuevas cuestiones etc. En tercer lugar, los doctorandos de tercer curso, que han elaborado su plan de tesis doctoral y lo han presentado en el examen del DEA, presentan ese plan de tesis con su revisión de literatura hipótesis, planificación de los trabajos, etc. Estas presentaciones van seguidas también de debate, preguntas y sugerencias. Finalmente, los doctorandos de cuarto año informan de su estancia en un centro extranjero y presentan algunos de los resultados de su tesis, que con frecuencia están desarrollando mediante publicación de artículos. En ese caso suelen presentar algún artículo avanzado o ya finalizado. Como en los casos anteriores, la presentación va seguida de debate y sugerencias. Mediante este seminario, además de crear un ámbito de presentación de trabajos para los doctorandos que ya están incorporados al programa, se ofrece una visión general para los nuevos doctorandos del tipo de trabajo y de los resultados que se esperan de ellos en las diferentes etapas.

2) Uso de las tecnologías de la información y la comunicación para la organización del programa y facilitación del aprendizaje. La organización de un doctorado interuniversitario resulta compleja por la procedencia del alumnado de cinco universidades diferentes. En nuestro caso, el diseño por el que se optó es el de cursos obligatorios (todos los doctorandos cursan seis cursos comunes de forma obligatoria y uno optativo en su propia universidad). Los cursos comunes tienen tres fases: la primera es preparatoria y se realiza a distancia, la segunda se produce en régimen de internado (4 días a tiempo completo) y la tercera, también a distancia, supone la elaboración de trabajos para la

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evaluación. En este contexto, la creación de una intranet o “working area” en la página web, a la que pueden acceder profesores y doctorandos del programa mediante clave de acceso, se ha mostrado una herramienta de verdadera utilidad para facilitar los procesos de aprendizaje y de organización. En la intranet están disponibles todos los materiales y la planificación, agenda e información complementaria de cada curso. Además, se informa a través de esa intranet de los aspectos logísticos y de otros elementos relevantes para la organización de los distintos cursos. El mantenimiento actualizado y la mejora en el diseño de la intranet es un elemento fundamental de garantía de calidad del programa. Los resultados conseguidos mediante esta herramienta de formación y organización han sido muy satisfactorios.

3) Diseño de los cursos para promover un aprendizaje de conocimientos y competencias. En el diseño de los cursos se han seguido dos principios fundamentales. El primero, que los contenidos de los cursos deben coincidir con las temáticas de investigación de los profesores que los imparten. De este modo, el profesor no sólo transmite conocimientos sino experiencia investigadora. El segundo principio es que esos cursos no deben dirigirse únicamente a transmitir conocimientos y experiencias sino a promover la adquisición de competencias de investigación. Las competencias que se promueven y practican en diferentes cursos son las siguientes:

a) Realización de un análisis post-doc de artículos que permitan al doctorando una lectura crítica y detallada de varios artículos de investigación.

b) Adquisición de las competencias metodológicas para realizar análisis multivariados utilizando paquetes estadísticos adecuados.

c) Elaboración de manuscritos dirigidos a las revistas científicas utilizando el formato APA.

d) Planteamiento de una investigación en sus diferentes fases.e) Planteamiento de una investigación de desarrollo (I+D).f) Lectura crítica de artículos de revisión del Annual Review of Psychologyg) Análisis crítico de los “Editorial policy” de las principales revistas científicas de la

especialidad y determinación de las implicaciones de esas políticas editoriales para el diseño de investigación.

4) Promover el aprendizaje de competencias de investigación y de publicación científica mediante el trabajo de investigación y el examen del DEA.

En el último módulo del primer año del doctorado, se introduce a los doctorandos en la actividad que va a ocuparles durante el segundo año: la realización del trabajo de investigación. Para ello se les indica que clarifiquen con sus tutores el tema de investigación que van a desarrollar y que, por lo general, suele incardinarse en una de las líneas de investigación del departamento en el que están cursando el Doctorado. Se les invita, además, a que, en la medida de lo posible, las revistas analizadas para realizar el trabajo sobre los “editorial policy” estén relacionadas con la temática de su investigación. También, se les indica que han de preparar un “position paper” en el que han de presentar una revisión amplia de la literatura sobre la temática que quieren investigar y una propuesta de investigación. Para ello, habrán de contar con el asesoramiento de sus tutores de contenido y metodológico. Una vez finalizados estos trabajos se remiten, en el plazo

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establecido para ello, al coordinador general del programa para que los haga públicos en la intranet del programa a la que tienen acceso todos los profesores y doctorandos del mismo.

A finales del mes de septiembre se realiza un seminario de tres o cuatro días de duración en el que cada doctorando presenta su trabajo y recibe comentarios, preguntas y sugerencias de mejora por parte de los profesores y de los doctorandos participantes. Además, durante esos días, algunos doctorandos de la promoción anterior realizan la defensa pública de su investigación ante un tribunal de tres profesores, siendo esa defensa realizada en sesión pública, a la que asisten los doctorandos que están presentando su “proyecto de investigación” o “position paper”.

Durante el mes de julio o el de septiembre del año siguiente los doctorandos defenderán su trabajo de investigación que ha de tener el formato de un manuscrito original siguiendo las normas APA y que ha de estar en condiciones de ser sometido a una revista científica. Se anima a los doctorandos a que ese trabajo lo presenten en inglés. El tribunal, además de realizar los cometarios y preguntas oportunos y calificar el trabajo, entrega al doctorando una serie de comentarios por escrito en forma similar a las valoraciones realizadas por los “referees” de una revista científica. En los dos meses posteriores, el doctorando revisa su trabajo tomando en consideración los comentarios y las sugerencias realizadas por los evaluadores y presentará de nuevo el trabajo revisado para el examen del DEA4 junto con la copia de los comentarios de cada evaluador y una carta dirigida al presidente del tribunal en la que se explica cómo se han tomado en consideración los comentarios de los evaluadores.

5) Promover las tesis por publicaciones en los casos en que sea posible y factible . Por lo general, la producción de una tesis requiere un periodo largo de tiempo y sólo después de su presentación se inicia la tarea de preparar las publicaciones científicas. Todo ello implica un ciclo muy largo para la publicación y con incertidumbres derivadas de la finalización de la beca del doctorando y su posible desvinculación del grupo de investigación. Algunas universidades, entre ellas la de Valencia, han desarrollado una normativa para defender la tesis como conjunto de publicaciones científicas. Esta opción permite preparar una serie de artículos y someterlos a revistas, integrando posteriormente esos artículos en un documento de tesis doctoral que necesariamente ha de incluir, además de las publicaciones, una introducción, una discusión general y las conclusiones de los distintos estudios. Con frecuencia este tipo de tesis es más exigente porque la publicación de los trabajos requiere a veces varias rondas de revisión por parte de las revisores de las revistas, pero desde el comienzo el doctorando y su director o directores están orientados a la publicación científica.

En resumen, las “buenas prácticas” que acabamos de presentar no pretenden ser modelos y quizás a algunos lectores no les parezcan tan buenas. Las hemos presentado con la intención de compartir experiencias, someterlas a debate y, mediante el análisis crítico y las contrapropuestas, seguir encontrando formas que permitan avanzar en la formación de calidad de aquellas personas dispuestas a adentrarse en el complejo mundo de la actividad investigadora. 4 Además ha de presentar otros documentos que requiere esta prueba, ver la página web del Doctorado para una descripción más detallada de la misma.

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5.- A modo de conclusión

A lo largo del presente trabajo hemos querido exponer la tesis fundamental de nuestra visión acerca de un doctorado con capacidad de formar adecuadamente en la investigación a sus doctorandos. Entendemos que ese doctorado ha de implantarse y desarrollarse en un caldo de cultivo, que, en nuestra opinión, no es otro que el de una unidad de investigación o varias de ellas organizadas en red. En ella se ha de desarrollar investigación de calidad, con masa crítica suficiente, con recursos adecuados y con prácticas de gestión que permitan un desempeño eficaz y eficiente de los investigadores. Además, ha de generar un clima y unas oportunidades de aprendizaje adecuadas para el estímulo intelectual y el desarrollo de las competencias investigadoras de los doctorandos. No vamos a repetir aquí, los diferentes aspectos que hemos ido comentando a lo largo del capítulo, pero no quisiéramos terminar sin indicar que si la Psicología española quiere ocupar el lugar que le corresponde en Europa, en función de los recursos que se dedican, es necesario potenciar una organización y gestión más adecuada de los esfuerzos investigadores y la constitución de centros y redes de excelencia que ofrezcan un tamaño y una estructura adecuada para conseguir resultados de calidad. Ello además posibilitará la consecución de más recursos españoles e internacionales, públicos y privados que contribuyan a un desarrollo más satisfactorio de esa investigación.

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Figura 1: Tipos de Investigación relevantes en Psicología

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Investigaciónbásica

Investigación aplicada

I + D D + i Investigación de

Evaluación

Intervención

IntervenciónProblem driven

Investigación puraTheory driven

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Tabla 1: Retos y perspectivas de la Psicología del Trabajo y de las Organizaciones de España

1) Mejorar el sistema para identificar demandas de investigación en el entorno. - Mejora de la cooperación entre las unidades de investigación de las universidades, los profesionales,

las empresas y los agentes sociales.- Identificar necesidades de las PYMEs y sus implicaciones para la I+D en Psicología del Trabajo y de

las Organizaciones.- Incrementar la participación de equipos de investigación españoles en proyectos europeos, haciendo

más transparentes las áreas y programas en las que su contribución resultaría relevante.- Estimular la reflexión “estratégica” de los grupos y unidades de investigación en PTO.

2) Mejorar el sistema de realización de la investigación.- Asignación de recursos adecuados para la realización de la investigación.- Creación de algunos centros con “masa crítica” y excelencia para impulsar la investigación.- Desarrollar sistemas de garantía de calidad de la investigación en los grupos de investigación.- Establecer prioridades y promover la concentración de esfuerzos en las temáticas prioritarias.- Estimular la cooperación entre grupos de diferentes universidades.- Estimular la cooperación de los grupos de investigación con profesionales, empresas, agentes

sociales y con investigadores de otras disciplinas.

3) Mejorar el sistema de diseminación de resultados de investigación. - Estimular la publicación en revistas científicas internacionales con el fin de incrementar la

visibilidad y el impacto de la Psicología del Trabajo y de las Organizaciones en la comunidad científica internacional.

- Potenciar la comunicación de resultados relevantes entre los profesionales realizando publicaciones dirigidas a este grupo en revistas profesionales.

- Potenciar el desarrollo de bases de datos de publicaciones en español para facilitar la diseminación y la búsqueda y recuperación de los trabajos.

- Estimular la publicación periódica de artículos de revisión en las diferentes temáticas para evaluar los progresos y contribuciones y valorar las aportaciones recientes.

4) Mejorar los sistemas de transferencia tecnológica. - Promover el cierre del ciclo: “promoción del conocimiento – desarrollo tecnológico –transferencia a

la práctica profesional”.- Estimular la investigación sobre estrategias de intervención y su implantación con el fin de estimular

que la investigación contribuya a la calidad de la práctica profesional- Informar y facilitar el registro y patentes de resultados de investigación y proteger los derechos de

propiedad intelectual. - Facilitar la transferencia de resultados de investigación con el apoyo de las OTRI de las

universidades

5) Promover las relaciones internacionales. - Estimular estancias de investigación en centros extranjeros.- Estimular las visitas y estancias de profesores extranjeros al departamento o unidad de investigación.- Promover y apoyar la presencia de grupos españoles en proyectos internacionales, en especial

europeos e iberoamericanos.

6) Mejorar el impacto de la investigación que se realiza en la sociedad, en especial entre los planificadores de políticas, etc.

- Estimular y evaluar el impacto de la investigación en políticas relevantes.- Estimular la comunicación y la publicidad de los beneficios producidos por la investigación en

Psicología.

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