piezas en diálogo

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La Batalla del Alto Palacé en la memoria de José María Espinosa José María Espinosa fue un pintor para la historia. Su mayor actividad la realizó como retratista y en ese campo exploró diversos medios. Héroes de la independencia, políticos o personajes de la sociedad santafereña quedaron inmortalizados en dibujos a lápiz o tinta, óleos, miniaturas sobre marfil o acuarelas. Su versatilidad la mostró, además, en el campo de la caricatura, Espinosa siempre tuvo una mirada crítica sobre los acontecimientos políticos y sociales que se afirmaron en el dibujo distorsionado. A mediados del siglo XIX nos mostró otra faceta artística muy diferente. Con la intención de registrar los hechos de las batallas de la independencia, se hizo paisajista. Sin formación académica, se inspiró en los paisajes de los viajeros extranjeros que pasaron por Bogotá, como Jean Baptiste Louis Gros, Albert von Berg y Frederich Edwin Church. También siguió la corriente estética, de carácter científico, para la representación del paisaje establecida por el Barón Alexander von Humboldt. La Batalla del Alto Palacé, la primera de la Campaña del Sur, quizás es la que mejor refleja la lejanía temporal, por haber sido pintada tanto tiempo después de los hechos y descrita en sus memorias casi al final de su vida. En esta exposición, está acompañada por tres dibujos y un libro: un autorretrato en su vejez, que representa la reconstrucción de la historia desde la memoria, un dibujo hecho en 1830 de José María Cabal, comandante de esta batalla, un apunte tomado en 1816, registro de su época de combatiente y un ejemplar en primera edición de sus “Memorias de un abanderado”. La Batalla José María Espinosa se alistó en el ejército patriota, comandado por Antonio Nariño, y participó en la Campaña del Sur de 1813 y 1814. Su papel fue el de abanderado de los independentistas con el rango de alférez. El primer cuadro que pintó de las batallas, de las que él participó, es la del Alto Palacé. En las Memorias de un abanderado, dictadas por él al escritor y amigo suyo José Caicedo y Rojas, describe cómo se desarrolló ésta y las consecuencias que tuvo en el inicio de la campaña de Nariño: El 30 de diciembre atacamos a Sámano en el Alto Palacé, donde se había situado, cuando supo que nos acercábamos. Este jefe tenía un fuerte ejército compuesto en su mayor parte de gente de pelea. Nuestra vanguardia, al mando del mayor Cabal, fue suficiente para detenerlos, y aunque hicieron ente, en poco tiempo quedaron del todo derrotados, y después fueron perseguidos por la caballería. Sámano se retiró precipitadamente á Popayán y allí le puso fugo al parque, que estaba en un cuartel de la plaza: la detonación fue tal, que la alcanzamos a oírla desde el puente del Cauca. Esta explosión dañó varios edificios y mató como a quince personas. Un cuadro en la memoria Si en la segunda batalla, la de Calibío (en la imagen), los dos ejércitos se enfrentan a fuego abierto, destacando el combate, la de Palacé, antes que una batalla, es un paisaje de un puente sobre el río entre las montañas de los Andes. En el primer plano dos campesinos contemplan tranquilos los hechos, y un grupo de vacas, también en actitud serena, no se inmutan por la acción bélica. La batalla, representada en la lejanía, está casi oculta detrás de cuatro árboles en la mitad del cuadro. Al costado izquierdo el artista destaca al general Nariño y al mayor Cabal quienes dirigen la contienda y, detrás de ellos, apenas visibles en la montaña, la retaguardia del ejército patriota espera para entrar en acción. La razón de ser del hecho histórico está sobre el puente, el ejército realista está partido en dos, mientras algunos soldados aún disparan contra sus agresores, otros huyen en retirada. En la parte alta del puente aparece un caballo sin jinete y un personaje que se destaca por estar vestido de rojo, posiblemente se trata de Juan de Sámano. Espinosa precursor del paisaje romántico El cuadro es mucho más que una ilustración narrativa. El lenguaje del color y de la luz, construidos cuidado- samente por el artista y el dominio del medio, óleo sobre tela, hacen de este lienzo una obra que, además de narrar una batalla de la independencia, destaca a este pintor autodidacta como un precursor del paisaje romántico en Colombia. La lejanía de los hechos, casi ocultos, y los diminutos contrastes de color que destacan a las figuras centrales, sumado a la iluminación crepuscular del puente, le dan un ambiente sensible que puede entrar en el mundo de lo sublime. La Batalla del Alto Palacé, pintada desde la distante memoria, refleja, en su lenguaje plástico la lejanía. Rodrigo Trujillo piezas en diálogo José María Espinosa Batalla de Calibío ca. 1845-1860. Óleo sobre tela Colección Museo de la Independencia-Casa del Florero. Ministerio de Cultura

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La Batalla del Alto Palacé en la memoria de José María Espinosa José María Espinosa fue un pintor para la historia. Su mayor actividad la realizó como retratista y en ese campo exploró diversos medios. Héroes de la independencia, políticos o personajes de la sociedad santafereña quedaron inmortalizados en dibujos a lápiz o tinta, óleos, miniaturas sobre marfil o acuarelas. Su versatilidad la mostró, además, en el campo de la caricatura, Espinosa siempre tuvo una mirada crítica sobre los acontecimientos políticos y sociales que se afirmaron en el dibujo distorsionado.

A mediados del siglo XIX nos mostró otra faceta artística muy diferente. Con la intención de registrar los hechos de las batallas de la independencia, se hizo paisajista. Sin formación académica, se inspiró en los paisajes de los viajeros extranjeros que pasaron por Bogotá, como Jean Baptiste Louis Gros, Albert von Berg y Frederich Edwin Church. También siguió la corriente estética, de carácter científico, para la representación del paisaje establecida por el Barón Alexander von Humboldt.

La Batalla del Alto Palacé, la primera de la Campaña del Sur, quizás es la que mejor refleja la lejanía temporal, por haber sido pintada tanto tiempo después de los hechos y descrita en sus memorias casi al final de su vida. En esta exposición, está acompañada por tres dibujos y un libro: un autorretrato en su vejez, que representa la reconstrucción de la historia desde la memoria, un dibujo hecho en 1830 de José María Cabal, comandante de esta batalla, un apunte tomado en 1816, registro de su época de combatiente y un ejemplar en primera edición de sus “Memorias de un abanderado”.

La BatallaJosé María Espinosa se alistó en el ejército patriota, comandado por Antonio Nariño, y participó en la Campaña del Sur de 1813 y 1814. Su papel fue el de abanderado de los independentistas con el rango de alférez. El primer cuadro que pintó de las batallas, de las que él participó, es la del Alto Palacé. En las Memorias de un abanderado, dictadas por él al escritor y amigo suyo José Caicedo y Rojas, describe cómo se desarrolló ésta y las consecuencias que tuvo en el inicio de la campaña de Nariño:

El 30 de diciembre atacamos a Sámano en el Alto Palacé, donde se había situado, cuando supo que nos acercábamos. Este jefe tenía un fuerte ejército compuesto en su mayor parte de gente de pelea. Nuestra vanguardia, al mando del mayor Cabal, fue suficiente para detenerlos, y aunque hicieron frente, en poco tiempo quedaron del todo derrotados, y después fueron perseguidos por la caballería. Sámano se retiró precipitadamente á Popayán y allí le puso fugo al parque, que estaba en un cuartel de la plaza: la detonación fue tal, que la alcanzamos a oírla desde el puente del Cauca. Esta explosión dañó varios edificios y mató como a quince personas.

Un cuadro en la memoriaSi en la segunda batalla, la de Calibío (en la imagen), los dos ejércitos se enfrentan a fuego abierto, destacando el combate, la de Palacé, antes que una batalla, es un paisaje de un puente sobre el río entre las montañas de los Andes. En el primer plano dos campesinos contemplan tranquilos los hechos, y un grupo de vacas, también en actitud serena, no se inmutan por la acción bélica. La batalla, representada en la lejanía, está casi oculta detrás de cuatro árboles en la mitad del cuadro. Al costado izquierdo el artista destaca al general Nariño y al mayor Cabal quienes dirigen la contienda y, detrás de ellos, apenas visibles en la montaña, la retaguardia del ejército patriota espera para entrar en acción. La razón de ser del hecho histórico está sobre el puente, el ejército realista está partido en dos, mientras algunos soldados aún disparan contra sus agresores, otros huyen en retirada. En la parte alta del puente aparece un caballo sin jinete y un personaje que se destaca por estar vestido de rojo, posiblemente se trata de Juan de Sámano.

Espinosa precursor del paisaje románticoEl cuadro es mucho más que una ilustración narrativa. El lenguaje del color y de la luz, construidos cuidado-samente por el artista y el dominio del medio, óleo sobre tela, hacen de este lienzo una obra que, además de narrar una batalla de la independencia, destaca a este pintor autodidacta como un precursor del paisaje romántico en Colombia. La lejanía de los hechos, casi ocultos, y los diminutos contrastes de color que destacan a las figuras centrales, sumado a la iluminación crepuscular del puente, le dan un ambiente sensible que puede entrar en el mundo de lo sublime. La Batalla del Alto Palacé, pintada desde la distante memoria, refleja, en su lenguaje plástico la lejanía. Rodrigo Trujillo

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José María Espinosa

Batalla de Calibíoca. 1845-1860. Óleo sobre telaColección Museo de la Independencia-Casa del Florero.

Ministerio de Cultura