Politica, Medios y Saqueos

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Política, Medios de Comunicación y Saqueos Las zonas grises en la crisis argentina de 2001 Nicolás Pierri Universidad Nacional de Luján Introducción En el marco de la crisis que sacudió a la Argentina en el mes de diciembre de 2001 - cuyo carácter inédito estaba dado por tratarse de un fenómeno a la vez político, económico y social - los saqueos o demandas violentas de alimentos constituyen tal vez el episodio de más compleja aprehensión, y por ende de mayor dificultad explicativa 1 . Se trata de un fenómeno fuera de lo común, inesperado, desordenado, donde ningún movimiento social organizado se adjudica su ejecución. A simple vista era gente con hambre, y sobre todo con bronca, que colectivamente decidió pasar a la acción, tomando por la fuerza lo que el Estado y la agobiante situación social les negaban. Este singular período ha sido abordado desde distintas ópticas dentro del ámbito académico. Aunque se trata de una producción escasa, existen algunos trabajos significativos que permiten un acercamiento a dicho fenómeno. Una referencia ineludible, por ejemplo, es el ensayo de Raúl Fradkin, el cual describe y analiza las jornadas de diciembre de 2001 apoyándose en la evidencia periodística y en su vivencia personal. Para Fradkin la “rebelión popular” adoptó múltiples escenarios y formas, abarcando desde los episodios de saqueos hasta las manifestaciones conocidas como “cacerolazos”. Al comentar específicamente los saqueos, Fradkin caracteriza las motivaciones que vehiculizaron la acción en el orden de un “estallido de ira popular”, que se desarrolló por “fuera de las organizaciones sociales y políticas” 2 . Es más, en su análisis plantea que la politización de los saqueos es una maniobra de los medios para quitar legitimidad a la revuelta; en sus propios términos: “La información periodística permite sostener que hubo operaciones de manipulación de diverso tipo, particularmente en los saqueos del Gran Buenos Aires. (…) El discurso mediático, consideraba la acción de los ‛vecinoscomo espontánea. Conviene recordarlo pues es el mismo atributo que se encarga de resaltar de los ‛cacerolazos’. En cambio, con respecto a los ‛saqueosse insistió reiteradamente en mostrar que estaban 1 El desacuerdo en la cantidad de saqueos ocurridos entre el 14 y el 20 de diciembre constituye una clara evidencia de esta complejidad. Ver cuadros 1 y 2 en Anexo. 2 Raúl Fradkin; Cosecharas tu siembra. Notas sobre la rebelión popular argentina de diciembre de 2001 , Prometeo, Bs. As., 2002. 1

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Política, Medios de Comunicación y SaqueosLas zonas grises en la crisis argentina de 2001

Nicolás PierriUniversidad Nacional de Luján

Introducción

En el marco de la crisis que sacudió a la Argentina en el mes de diciembre de 2001 -

cuyo carácter inédito estaba dado por tratarse de un fenómeno a la vez político,

económico y social - los saqueos o demandas violentas de alimentos constituyen tal vez

el episodio de más compleja aprehensión, y por ende de mayor dificultad explicativa1.

Se trata de un fenómeno fuera de lo común, inesperado, desordenado, donde ningún

movimiento social organizado se adjudica su ejecución. A simple vista era gente con

hambre, y sobre todo con bronca, que colectivamente decidió pasar a la acción, tomando

por la fuerza lo que el Estado y la agobiante situación social les negaban.

Este singular período ha sido abordado desde distintas ópticas dentro del ámbito

académico. Aunque se trata de una producción escasa, existen algunos trabajos

significativos que permiten un acercamiento a dicho fenómeno. Una referencia

ineludible, por ejemplo, es el ensayo de Raúl Fradkin, el cual describe y analiza las

jornadas de diciembre de 2001 apoyándose en la evidencia periodística y en su vivencia

personal. Para Fradkin la “rebelión popular” adoptó múltiples escenarios y formas,

abarcando desde los episodios de saqueos hasta las manifestaciones conocidas como

“cacerolazos”. Al comentar específicamente los saqueos, Fradkin caracteriza las

motivaciones que vehiculizaron la acción en el orden de un “estallido de ira popular”,

que se desarrolló por “fuera de las organizaciones sociales y políticas”2. Es más, en su

análisis plantea que la politización de los saqueos es una maniobra de los medios para

quitar legitimidad a la revuelta; en sus propios términos: “La información periodística

permite sostener que hubo operaciones de manipulación de diverso tipo,

particularmente en los saqueos del Gran Buenos Aires. (…) El discurso mediático,

consideraba la acción de los ‛vecinos’ como espontánea. Conviene recordarlo pues es

el mismo atributo que se encarga de resaltar de los ‛cacerolazos’. En cambio, con

respecto a los ‛saqueos’ se insistió reiteradamente en mostrar que estaban

1 El desacuerdo en la cantidad de saqueos ocurridos entre el 14 y el 20 de diciembre constituye una clara evidencia de esta complejidad. Ver cuadros 1 y 2 en Anexo.2 Raúl Fradkin; Cosecharas tu siembra. Notas sobre la rebelión popular argentina de diciembre de 2001, Prometeo, Bs. As., 2002.

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‛organizados’...”3. Como vemos se trata en primer lugar de resaltar el carácter

espontáneo de los saqueos, considerándolos como una respuesta directa a una situación

de opresión de larga data. En segundo lugar vemos un intento por separar a la esfera

política de la acción popular, considerando que la asociación entre ambos factores es

una maniobra mediática que opera ensalzando los cacerolazos de los “vecinos” y

denostando los saqueos.

Por otro lado, y contrastando con esta posición, Rolando Astarita4 presenta un enfoque

mas acorde con la tradición marxista. El autor sostiene que en los días decisivos que

marcaron el fin del gobierno de la Alianza la clase obrera no intervino como clase, con

sus organizaciones y con un programa alternativo, y que este hecho determinó los

límites de los movimientos sociales de protesta. Esta falta de alternativas explica que

"las masas" no pudieran controlar ni modificar el curso posterior de los

acontecimientos. “Es que protestar y rechazar no es sinónimo de decidir el curso de los

acontecimientos; a lo sumo es presionarlos, y la presión se puede ejercer hasta un

punto limitado”, opina el autor. De este modo, el movimiento del 20 de diciembre no

podía repercutir ni siquiera indirectamente en un cambio en las relaciones de fuerza

entre las clases sociales.

Finalmente, Iñigo Carrera y M. C. Cotarelo sostienen que el 20 de diciembre constituye

una “insurrección espontánea”, “que tiene como rasgos señalados clásicamente: la

muchedumbre en la calle, no organizada, que espontáneamente levanta barricadas,

dando lugar a una lucha de calles en la que las masas pasan por encima de las

organizaciones”5. En esta “insurrección” se sintetizarían las luchas desarrolladas por

distintas clases y fracciones de clase desde mediados de los ´90, y que resulta un hito en

el desarrollo de la lucha popular, para el largo período contrarrevolucionario que

comenzó a mediados de los ´70. Aquí aparece nuevamente, y ya desde el título del

trabajo, la idea de la espontaneidad del conflicto, en donde las clases populares toman el

protagonismo cansadas de la reiterada opresión recibida por parte de varios gobiernos

que las mantuvieron relegadas.

3 Ídem.4 Rolando Astarita; Interpretaciones alternativas sobre el 20 de diciembre en Argentina, Argumentos, 1 (1), diciembre de 2002. Versión en PDF, consultada en: http://argumentos.fsoc.uba.ar/n01/articulos/astarita.pdf5 Nicolás Iñigo Carrera, Maria Celia Cotarelo; Génesis y desarrollo de la insurrección espontánea de diciembre de 2001 en Argentina, p 87. Versión en PDF, consultada en: http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/grupos/caeta/PICdos.pdf

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La diversidad de los enfoques arriba citados demuestra la complejidad de la temática

abordada. Sin embargo, consideramos que existe un factor interpretativo que prevalece

en esos estudios, al menos en los realizados por Fradkin y Carrera-Cotarelo, y es lo que,

en palabras de Thompson, se presenta como una “visión espasmódica” de la acción

popular6, dando por concluida la investigación en el punto exacto en que ésta adquiere

un verdadero interés sociológico o cultural. Es así que ninguno de estos trabajos

presenta un análisis de los mecanismos que permiten la activación de la violencia

colectiva. El elemento explicativo predominante gira en torno a la idea del “hambre”

como factor desencadenante de los disturbios. Por otro lado, la mayoría de estos

trabajos recurren a la evidencia periodística como fuente privilegiada para cimentar la

investigación, sin realizar al menos un análisis de las condiciones de producción de los

discursos periodísticos, con el consiguiente riesgo de caer una mera reproducción de los

mismos.

Nuestro trabajo intentará profundizar en un aspecto que nos parece crucial, y que las

investigaciones citadas parecen no tener en cuenta, conformado por los espacios de

contacto entre los saqueos y la acción política; y que se expresan por un lado en la

construcción de redes clientelares clandestinas, y por otro en el “control” sobre los

significados expresados por los medios de comunicación. Consideramos, a diferencia de

la visión espasmódica y espontánea de la “rebelión popular”, y siguiendo a Charles

Tilly, que “las necesidades, por urgentes y angustiantes que estas sean, no son

suficientes para generar acción colectiva; éstas operan en una matriz de relaciones

políticas…”7

Para ello tomaremos como eje el concepto de “Zona Gris” (Ver gráfico 1 en Anexo)

elaborado por Javier Auyero8, el cual define un espacio donde la vida cotidiana, la

política partidaria y la violencia colectiva se intersectan creando un área de relaciones

clandestinas entre estos actores9. Este concepto nos parece fundamental a la hora de

abordar el estudio de los saqueos en la crisis argentina de 2001, ya que ofrece una

complejización de los motores de la acción colectiva. Hasta acá hemos visto que el

abordaje académico hacía hincapié en la espontaneidad de la violencia colectiva

6 Edward Thompson; Tradición, revuelta y conciencia de clase. Estudios sobre la crisis de la sociedad preindustrial, ed Critica, Barcelona.7 Citado en Javier Auyero; Los cambios en el repertorio de la protesta social en Argentina, Desarrollo Económico, n° 176, Vol. 42, 2002, p. 189.8 Javier Auyero; La Zona Gris. Violencia colectiva y política partidaria en la Argentina contemporánea, siglo XXI, Buenos Aires, 2007.9 Ídem; pp. 73-74

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manifestada en los episodios de saqueos. Sin embargo, la evidencia de una zona de

contacto difusa entre la política partidaria y los sectores populares por un lado, y la

política y los medios de comunicación por el otro, nos permite aproximarnos al

fenómeno desde una perspectiva que incluye a la esfera política como un factor

explicativo de importancia considerable.

Primera Zona Gris:

El clientelismo político y la creación de oportunidades

En este apartado intentaremos establecer cómo las relaciones entre la política partidaria

y los sectores populares contribuyen a la creación de oportunidades para la

manifestación de la violencia colectiva.

En la Zona Gris analizada por Javier Auyero se puede rastrear el nexo que existe entre

la política y la vida cotidiana de los sectores populares: el factor que hace las veces de

“bisagra” entre ambos mundos está representado por el “puntero” político, figura clave

a la hora de entender en profundidad los “modos de hacer” política en la Argentina. Este

“modo de hacer” se refiere, en el caso puntual de la acción partidaria del peronismo, a

las redes clientelares, como modalidad principal del intercambio de votos por servicios.

De esta manera, el puntero, la cara visible del partido en los barrios de menores

recursos, es el encargado de generar, mantener y expandir dichas redes a través de la

dirección “de los flujos de bienes, información y servicios desde sus patrones políticos

hacia sus clientes y las corrientes de apoyo político (en forma de asistencia a actos,

participación en las actividades partidarias, y a veces votos) desde sus clientes hacia

sus patrones políticos”10.

Los bienes principales que circulan desde el Estado hacia los miembros de las redes

clientelares gestionadas por los punteros están constituidos por alimentos y subsidios.

Así, la recepción de ayuda alimentaria y la inclusión en los beneficios de algún plan de

ayuda social dependen de la estrechez de la relación entre el puntero y sus “clientes”.

Para el año 2001 el principal programa de asistencia social es el denominado “Plan

Trabajar”, el cual para ese año gestiona recursos por el monto de 250 millones de pesos

otorgados en forma de préstamo por el Banco Mundial. Aparte de este programa existen

otros 17 planes o programas de asistencia y empleo. Como vemos, se trata de una

estructura asistencialista de grandes dimensiones; interesante a los ojos del poder

10 Javier Auyero; La Zona Gris...op. cit.; pp. 87-88.

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político, sobre todo por el valor agregado de un potencial control sobre los recursos y

sus destinatarios. El propio organismo encargado de la “gestión” del programa Trabajar,

el Ministerio de Trabajo, publicó en Noviembre de 1999, un informe titulado

“Evaluación del Programa Trabajar III”. Como apunta Ronconi “El documento

menciona cierto grado de interferencia política, ya que el 18.3% de los beneficiarios

encuestados señaló que se contactó a través de dirigentes barriales y/o políticos.” 11 Al

mismo tiempo, otros estudios coinciden en que los recursos de este programa han sido

mayoritariamente utilizados con objetivos electorales y clientelares, tanto para premiar

“amigos” como para apaciguar a los adversarios políticos organizados.

En este punto, el trabajo de German Lodola12 nos permite apreciar el funcionamiento

político de dicho plan desde su instauración, en 1996, hasta el gobierno de de la Rúa.

Luego de avanzar varias hipótesis acerca de la relación existente entre provincias-

municipios y partidos políticos en la asignación de fondos de dicho plan, Lodola

concluye afirmando que “el PJ hizo un mayor uso partidario de los fondos que la UCR/

Alianza. En efecto, el gobierno de Carlos Menem “localizó” la distribución del Plan

Trabajar beneficiando a los intendentes peronistas y castigando a los radicales”13. Sin

embargo, esta lógica no funcionó durante el gobierno de de la Rúa; antes bien, lo que

ocurrió fue lo planteado en otra de las hipótesis: “Las provincias donde el peronismo es

políticamente dominante reciben proporcionalmente mas recursos del Plan Trabajar

aún cuando el PJ no es el partido del presidente”. Esta situación, según Lodola, se

explica por la acción política del gobierno aliancista, que priorizó contener la escalada

de conflictividad social; y por ende no favoreció con la asignación de recursos a los

municipios de su propio partido. En connivencia con nuestra argumentación,

consideramos que el motivo subyacente, y tal vez el principal, está constituido por la

imposibilidad de desmantelar el aceitado mecanismo de las redes clientelares del

justicialismo, construidas principalmente a través de los planes Trabajar durante el

periodo anterior.

Ahora bien, llegados a este punto nos interesa resaltar, a partir del análisis realizado en

relación al clientelismo político, la inmensa capacidad de movilización de los sectores

populares que posee el justicialismo. Es aquí donde vemos, siguiendo a Auyero, uno de

11 Ronconi, Lucas; El Programa Trabajar, Documento 63, Marzo 2002, Fundación Gobierno y Sociedad. Versión en PDF. Consultada en: (http://burbuja.udesa.edu.ar/departamentos/economia/mariano_tommasi/cedi/dts/dt63.pdf)12 German Lodola; “Protesta popular y redes clientelares en la Argentina. El reparto federal del Plan Trabajar”, en Desarrollo Económico, n° 176 Vol. 44, 2003.13 Ídem; p 532.

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los motores fundamentales de la violencia colectiva en general, y de los saqueos del

2001 en particular. Precisamente, y no por casualidad, el primer episodio de violencia

colectiva ocurre días después de que el presidente anunciara la suspensión de los envíos

de fondos para el Plan Trabajar…

Sin embargo, no se trata de culpabilizar a tal o cual partido (puntualmente al

justicialismo) por la acción directa en los saqueos; lo que intentamos plantear es que

existe un modo de hacer política basado en las relaciones “clandestinas” (léase

clientelismo) entre el justicialismo y los sectores populares que en determinados

momentos permite activar estas redes y generar episodios de violencia colectiva. En

otras palabras, el particular funcionamiento del aparato partidario del justicialismo es lo

que estaría permitiendo una “creación de oportunidades”, una suerte de preparación del

terreno en donde la violencia colectiva se vehiculiza casi sin obstáculos. Se trata de un

problema estructural de la política partidaria argentina que excede ampliamente el caso

puntual de los saqueos, pero que constituye, al mismo tiempo, un importante campo de

análisis para el abordaje de los mismos.

Segunda Zona Gris:

Mediatización de la política o el rol de los medios de comunicación.

La hipótesis inicial de este apartado consiste en postular la relación existente entre los

medios de comunicación y la esfera política. Evidentemente no se trata de una tarea

sencilla; además, sería muy básico establecer un esquema de relaciones directas entre

ambos factores. Lo que intentaremos realizar es un análisis del discurso periodístico a

fin de rastrear cuál fue el tratamiento de los saqueos en la prensa escrita y si este

abordaje resultó funcional a los intereses de los partidos políticos. Vale aclarar que esta

sección representa un avance teórico en torno a una temática poco abordada por los

historiadores enmarcados en la tradición historiográfica argentina.

El concepto de “mediatización de la política” puede sernos de utilidad para encarar esta

temática, sentando las bases iniciales de nuestro análisis. Según Eliseo Verón, en las

democracias modernas “el espacio público del Estado desaparece en forma progresiva

a favor de un espacio público de lo político, en que los partidos se irán apropiando

cada vez más de la herramienta audiovisual.”14 Es así que los medios de comunicación

14 Eliseo Verón; Interfaces. Sobre la democracia audiovisual evolucionada, versión en PDF, consultada en: http://www.nombrefalso.com.ar/hacepdf.php?pag=118&pdf=si

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se constituyen en el principal contacto entre la política y la sociedad, generando otro

espacio difuso, otra “Zona Gris”, en donde se confunden los límites entre una y otra

esfera. Los medios “crean” sentidos, formas direccionadas en las que deben

interpretarse determinados fenómenos.

Tomemos como ejemplo la primera referencia a los saqueos en los titulares de tres de

los principales diarios del país, la cual data del día 15 de diciembre (ver Anexo). El

diario La Nación parece presentar la noticia desde una óptica relativamente objetiva; no

recurre a la utilización de palabras con carga emocional ni tampoco establece relaciones

con el pasado. A simple vista, y por razones que podrían atribuirse a cierta afinidad

partidaria, se trata del registro neutro de un acontecimiento determinado. Ahora bien,

tanto Clarín como Página 12 inician sus respectivas crónicas de los saqueos en Mendoza

y Rosario aludiendo a la situación del 89: “Con el fantasma de los estallidos que

acompañaron la hiperinflación de 1989…” es la frase que da comienzo a la noticia de

Clarín; y en Página 12 podemos leer, ya en el copete de la nota, “VOLVIERON LOS

SAQUEOS EN ROSARIO EN EL MISMO LUGAR QUE EN EL ‘89”. En este caso resulta

ineludible pensar en una direccionalidad intencionada en la presentación de las noticias,

las cuales establecen una red semántica con el pasado, y sobre todo con la caída de un

gobierno. Con el correr de los días, y con el aumento y expansión de los saqueos, los

diarios se van poblando de noticias que refieren los distintos episodios. Para el 19 y 20

de diciembre tenemos al menos veinte noticias sobre saqueos en todo el país. Ahora si,

las estrategias discursivas de los diarios permiten evidenciar el lugar social que ocupan

los saqueos en el contexto general de la crisis. Ya no se trata de informar episodios, sino

que ahora abundan los juicios de valor, las palabras cargadas de sentido negativo, la

condena; pero sobre todo la alusión al caos, a la ausencia de gobierno.

Lo que sigue es un acotado relevamiento del enfoque prevaleciente en esos días:

Clarín

• seis días consecutivos de asaltos a súper en el GBA y varias provincias.

• Ola de saqueos en Entre RíosAlrededor de un millar de personas irrumpió en los locales. Al principio se llevaban comida, pero con el correr de los minutos comenzaron a arrasar con todo. No hubo represión policial.

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• Para las 23.30 el descontrol era total.

• La Policía apareció después del vendaval.

• San Miguel: noche de destrozos y robos

• Después de destrozar las vidrieras de los comercios, los saqueadores se llevaron mercaderías de todo tipo.

La Nación

• Seis muertos y decenas de heridos en una jornada de conmoción social

• hurtos e incidentes registrados en diferentes puntos del país

• Los manifestantes huyeron llevándose cuanto encontraron en el comercio.

• Moreno, en "estado de emergencia social"

• Violentos incidentes se produjeron en el barrio porteño de Constitución

• También hubo arrebatos en supermercados de la provincia de Entre Ríos

• varios manifestantes comenzaron a lanzar piedras y palos contra el local y los efectivos.

• El Palomar: pobladores de una villa de emergencia saquearon un supermercado. Lo ocurrido fue caratulado como "robo calificado en poblado y en banda y lesiones",

• A este trágico panorama, se le suman centenares de heridos en todo el país.

• Casas particulares de Laferrere, González Catán, Cristianía, entre otras eran arrasadas por vecinos de villas de emergencia de la zona

• Ascienden a 16 las víctimas fatales

• En Capital, 50 comercios sufrieron destrozos

• anoche un grupo de personas armadas intentó cometer un saqueo pero uno de los dueños se defendió a los tiros e hirió a uno de los asaltantes en la mano

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• Un grupo de indigentes intentó saquear esta madrugada un centro de distribución de mercaderías del supermercado Coto

Página 12

• causa escalofríos pensar en cuál podría ser la consecuencia política de estos saqueos de 2001

• hubo indignación contra el gobierno, los políticos y los banqueros, hubo hastío, cansancio por vivir en un país castigado y castigador.

• La situación es intolerable y es muy probable la renuncia del Presidente

• el caos social y económico empuja hoy a este gobierno a una salida como la de Alfonsín

• La situación no da para más y asistimos a un nuevo desastre político

Como vemos, no cabe duda acerca de la intencionalidad de estos discursos; éstos se

agrupan y se dirigen hacia la creación de un sentido unívoco, por medio de lo que Eliseo

Verón denomina un “contrato de lectura”15. En este sentido, siguiendo el planteo de

Pierre Bourdieu, para quien los medios de comunicación “a través de las palabras

producen ciertos efectos y ejercen una violencia simbólica”16 podemos divisar que entre

la información plasmada en una nota el lector encuentra determinadas palabras que van

actuando como “balizas”, enmarcando el sentido final al que se debe llegar. El mismo

Bourdieu afirma que “los periodistas juegan un rol central ya que entre todos los

productores de discursos son quienes disponen de los medios más potentes para

hacerlos circular e imponerlos”. Los saqueos, por su asociación con la situación de

1989 y por su contenido violento, caótico, descontrolado, son los episodios, dentro del

marco de la crisis general de 2001, que mas claramente denotan la falta de gobierno,

dando a entender la inexistencia de éste aun antes de la renuncia formal de Fernando de

la Rúa.

Si tenemos en cuenta las “condiciones de producción”17 de los discursos periodísticos

podemos llegar a entrever aun mas la funcionalidad de los medios en relación al poder

15

1

Eliseo Verón; Prensa escrita y teoría de los discursos sociales: producción, recepción, regulación, versión en RTF, consultada en: http://www.nodo50.org/dado/textosteoria/veron2.rtf16 Pierre Bourdieu; “Cuestión de palabras: una visión más modesta del rol de los periodistas”, en Pensamiento y Acción, Buenos Aires, Del Zorzal, 2002.17 Eliseo Verón; Prensa escrita y teoría de los discursos sociales… op. Cit.

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Page 10: Politica, Medios y Saqueos

político. Para el año 2001 los medios de comunicación constituyen una de las

instituciones con niveles mas altos de imagen positiva18 (ver cuadro 3 en Anexo) entre

la población, con un índice del 44%; situándose solamente por debajo de la Iglesia. Los

partidos políticos ocupan el último lugar entre un total de nueve instituciones, con un

4% de imagen positiva. Esto supone, para los medios de comunicación, un nivel de

credibilidad importante en la sociedad, con la subsiguiente capacidad de generar

consenso sobre determinados acontecimientos. Precisamente, es este consenso el factor

del que carece la esfera política; y no nos parece arriesgado postular que en esto

consiste la “mediatización de la política”: en generar significados y consenso no ya

desde un lugar socialmente impugnado como es la actividad partidaria, sino a través de

un deslizamiento hacia los medios de comunicación, un espacio “público” de

objetividad y credibilidad aceptado por todos. Este “deslizamiento” o punto de contacto

constituye lo que en el presente trabajo denominamos “segunda zona gris”, ya que se

trata de un espacio decididamente difuso en el que se produce una relación

“clandestina” entre ambas esferas.

Conclusiones

Los orígenes y el significado político de los saqueos

A raíz de lo analizado hasta aquí podemos avanzar algunas consideraciones, a modo de

conclusión, que creemos importantes. Al abordar el tema de los saqueos en la crisis de

2001 la mayoría de los enfoques académicos resaltaban el carácter espontáneo de la

acción colectiva, utilizando mayoritariamente la categoría de “rebelión popular”. Sin

embargo, a nuestro entender, esta categoría tiende a aislar el fenómeno colectivo de sus

conexiones contextuales, contribuyendo a la construcción de una imagen casi romántica

de autonomía y heroísmo popular. Con esto, queda pendiente el análisis y la explicación

de cuáles son los mecanismos profundos que posibilitan la activación de la violencia

colectiva. Así mismo, la reflexión sobre el sentido social de dicha acción, es decir el

modo en que la sociedad percibe los episodios de violencia, constituye una llamativa

ausencia en dichos enfoques. Estos dos factores constituyen la clave en la problemática

acerca de los orígenes y el significado de los saqueos, dos momentos indispensables

para abordar cabalmente la temática estudiada. Si bien en el devenir mismo de los

18 Centro de Estudios para la Nueva mayoría, “Imagen de las instituciones en la Argentina”, mayo 2001 (consultado en www.nuevamayoria.com).

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Page 11: Politica, Medios y Saqueos

hechos, y más aun cuando se trata de acciones violentas, resulta extremadamente difícil

realizar una separación entre momentos anteriores (de preparación) y posteriores (de

significación), consideramos que en un análisis que se pretende un tanto más profundo

la detección y el estudio de estas temporalidades no puede pasarse por alto.

Por medio de la utilización del concepto de “Zona Gris” creemos haber llegado a suplir

esta carencia. Por un lado, y en base principalmente al trabajo de Auyero, intentamos

develar el intrincado y difuso mecanismo que permite crear “oportunidades” para la

puesta en marcha de la violencia colectiva. Así, focalizamos nuestra atención en el

momento anterior, analíticamente hablando, a los saqueos en si mismos. Por otra parte,

al trabajar con el tratamiento que los medios de comunicación dieron al fenómeno,

pusimos en evidencia el funcionamiento del segundo momento, es decir la reflexión

“posterior” que tiende hacia la creación de un significado y una lectura preestablecida

de los hechos.

Ahora bien, lo que nos interesar resaltar, y que constituye de alguna forma nuestro

aporte al estudio de la temática, es que en ambos momentos la esfera política cumple un

rol fundamental. En primer lugar preparando de alguna forma el terreno mediante la

construcción y el control de las redes clientelares que, como vimos, permiten disponer

de una valiosa herramienta para la movilización de grandes sectores de la población.

Luego, incidiendo directa o indirectamente en la creación de un sentido determinado

sobre la violencia colectiva expresada en los saqueos, generando un consenso acerca de

la interpretación de los mismos.

De esta manera, lo que a primera vista aparece como un episodio de violencia

espontánea generado como reacción de los sectores populares ante la extremada

opresión en la que estaban sumergidos, queda expresado en el presente trabajo en

términos de una importante incidencia del accionar de la política partidaria; evidenciada

a través del análisis de las distintas “zonas grises” que intentamos realizar.

Aunque escondida en medio de estas zonas de relaciones clandestinas, la esfera política

parece manejar sutilmente los hilos en la preparación y en el sentido de la violencia

colectiva expresada en los saqueos de 2001.

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Anexo

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Política partidaria habitual

Vida cotidiana

ZONA DE CLIENTELISMOViolencia

colectiva

ZONA GRIS

GRA F I C O 1EL CO NC E P T O DE ZO N A GR I S

FUE N T E : Javi e r Au y e r o ; La Zona Gris. Violencia colectiva y política partidaria en la

Argentina contemporánea, sig l o X X I , Buenos A i r es, 2007, p. 75.

CU A D R O 1

D IS T R I B U C I O N DE FREC U E N C I A SEG Ú N TIPO DE ME R C A D O

PRESE N C I A DE PUN T E R O S PRESE N C I A POL I C I A L

TIPO DE ME R C A D O SI NO SI NO

supermercado de grandes cadenas 13 79 53 39

porcentaje de columna (19,7) (40,5) (56,4) (23,4)

porcentaje de fila (14,1) (85,9) (57,6) (42,4)

pequeño negocio local 53 116 41 128

porcentaje de columna (80,3) (59,5) (43,6) (76,6)

porcentaje de fila (31,4) (68,6) (24,3) (75,7)

Totales 261 261

FUE N T E : Javi e r Au y e r o ; La Zona Gr i s. V i o l e n c i a colec t i v a y pol í t i ca part i da r i a en la A rgen t i n a contem p o rá nea, sig l o X X I , Buenos A i r es, 2007, p 206.

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CU A D R O 2

CU A D R O 3

IM A G E N DE L A S INS T I T U C I O N E S EN L A ARG E N T I N A

Instituciones Positiva Regular Negativa No sabe Pos / Neg Total

Iglesia católica 45% 32% 19% 4% 2,4 100%

Medios de Comunicación 44% 41% 14% 1% 3,1 100%

Fuerzas Armadas 21% 30% 38% 11% 0,5 100%

Policía 15% 32% 50% 3% 0,3 100%

Empresariado 8% 39% 42% 11% 0,2 100%

Poder Judicial 6% 32% 57% 5% 0,1 100%

Congreso 6% 29% 62% 3% 0,1 100%

Sindicalismo 5% 20% 71% 4% 0,1 100%

Partidos Políticos 4% 26% 66% 4% 0,1 100%

Centro de estudios para la Nueva Mayoría, “Imagen de las Instituciones en la Argentina, mayo 2001 (consultado en

www.nuevamayoria.com). Ficha técnica: Encuesta domiciliaria a 605 casos, realizada entre el 20 y el 22 de abril de 2001 (población

residente en Capital Federal y Gran Buenos Aires, en condiciones de sufragar). Metodología: Planillas cuestionario con preguntas

cerradas y semicerradas, escalas de opinión y categorización ordinal. Directora del estudio: Licenciada Adriana Martínez Vivot.

D IST R I B U C I Ó N DE L AS ACC I O N E S DE SAQ U E O SEG Ú N DÍ A Y OBJE T O ESPEC Í F I C O

13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 Total %Hipermercados 0 1 2 2 4 10 92 36 0 1 148 25,3

Supermercados de barrio 0 2 0 3 2 8 88 66 1 1 171 29,3

Comercios chicos 0 0 0 7 2 2 46 26 0 0 83 14,2

Cadenas locales 1 7 5 5 5 1 30 15 0 0 69 11,8

Vehículos 0 0 0 0 0 0 7 8 0 0 15 2,6

Depósitos* 0 0 0 0 0 0 9 13 0 0 22 3,8

Supermercados** y edificios públicos

o policiales

0 0 0 1 0 2 1 1 0 0 5 0,8

Edificios públicos 0 0 0 0 1 0 2 3 0 0 6 1

Otros*** 0 0 0 0 0 0 1 4 0 0 5 0,8

Sin datos 0 0 0 0 3 3 43 5 6 0 60 10,3

Total 1 10 7 18 17 26 319 177 7 2 584 100Fuente:Nicolás Iñigo Carrera, Maria Celia Cotarelo; Génesis y desarrollo de la insurrección espontánea de diciembre de 2001 en Argentina, p 87. Versión en PDF, consultada en: http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/grupos/caeta/PICdos.pdf a partir de datos de PIMSA 1993-2002.* Mayoristas, frigoríficos, distribuidoras. ** Incluye Hipermercados. *** Personas, viviendas, asociación de comerciantes.

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Noticias del 15 de diciembre de 2001Clarín La Nación Página 12

UNA JORNADA CON MAS DE 40 DETENIDOS

Hubo dos saqueos en Mendoza y clima de tensión en RosarioINFORMES: CORRESPONSALESCon el fantasma de los estallidos que acompañaron la hiperinflación de 1989 y el día después del séptimo paro nacional contra el gobierno de Fernando de la Rúa y su política económica, se sucedieron varios saqueos e intentos de robo a supermercados en barrios pobres de la ciudad de Rosario y de Mendoza. Hasta anoche, los informes oficiales hablaban de 32 detenidos en Rosario y 10 en la capital mendocina.En Mendoza, los hechos se produjeron en dos supermercados y la Policía evitó que ocurriera lo mismo en otros tres. Los primeros desbordes se registraron en una sucursal de la cadena Atomo Avellaneda, ubicada en el departamento de Guaymallén, cerca de la capital provincial. Allí, un grupo de cuarenta hombres y mujeres de barrios humildes lograron ingresar al local tras neutralizar al personal de seguridad.En una incursión relámpago —no les tomó más que cinco minutos— los integrantes de ese grupo se llevaron paquetes de arroz, harina, fideos, yerba, leche y aceite.Este no fue el único caso en Mendoza. El jueves cerca del mediodía unas treinta personas habían intentado apropiarse de productos en otra sucursal de esa cadena, ubicada en el departamento de Godoy Cruz, en el oeste del Gran Mendoza.El subsecretario de Seguridad provincial, Alejandro Salomón, dijo a Clarín que en otro local comercial del departamento Las Heras habían sido detenidas varias personas que escapaban cargando alimentos. En esa ocasión se produjeron enfrentamientos y fueron destrozados algunos vidrios del frente del local.En Rosario, la modalidad de esta protesta fue diferente. Los manifestantes —eran cientos en cada caso— se apostaron de manera organizada frente a supermercados chicos situados en barrios humildes, antes que en locales de las grandes cadenas. Y trataron de forzar la entrada, pero no pudieron hacerlo por la presencia de guardias privados y policías que llegaron al lugar.Así ocurrió en seis puntos distintos del Gran Rosario. La situación de mayor tensión se vivió frente al supermercado Azul de la localidad de Empalme Graneros, en el noroeste de la ciudad. Allí, la Policía provincial recurrió a las balas de goma para dispersar a un grupo de casi 400 personas que amenazaban copar el local y saquearlo. Un joven del grupo de manifestantes sufrió heridas leves.En un intento para calmar los ánimos, el Gobierno santafesino y la Municipalidad rosarina repartieron cerca de 400 cajas con comida, que resultaron insuficientes. Y para evitar nuevos casos la Policía dispuso guardias permanentes frente a los locales. Como un síntoma de la preocupación que existe, las autoridades dispusieron el autoacuartelamiento de los efectivos policiales.

Mendoza: nuevo saqueo en un supermercadoFuentes del Ministerio de Justicia y

Seguridad provincial dejaron trascender que

el cuerpo de Infantería de la Policía recibió

la orden de acuarterlarse en su totalidad

Uno de los pequeños supermercados de la

cadena Atomo que fuera saqueado en la

jornada de ayer en el departamento de

Guaymallén, sufrió un nuevo saqueo esta

mañana, mientras que un numeroso grupo

de desocupados se concentraba frente a

otra sucursal de la misma cadena en el

departamento de Las Heras, en esta

provincia.

Fuentes del Ministerio de Justicia y

Seguridad de Mendoza dejaron trascender

que el cuerpo de Infantería de la Policía de

la provincia recibió la orden de acuarterlarse

en su totalidad, en prevención de nuevos

incidentes.

Esta mañana un grupo de vecinos de las

zonas humildes que rodean a la pequeña

sucursal del supermercado Atomo ubicado

en la calle Capilla de Nieve, de Guaymallén,

volvieron a entrar organizadamente y en

forma pacífica al local y las mujeres y niños

en su mayoría arrasaron solamente con

productos alimenticios de primera necesidad

sobrepasando al custodio del lugar y sin que

se produjeran incidentes.

Mientras tanto, un grupo importante de

vecinos de zonas carenciadas de Las Heras

se agolpaban cerca del mediodía en las

puertas y cercanías de uno de los locales

más grandes de la misma cadena de

supermercados, ubicada en la intersección

de las avenidas Independencia y San

Martín, del departamento de Las Heras,

mientras la policía montaba un operativo de

seguridad en torno al local.

Fuente: DyN

VOLVIERON LOS SAQUEOS EN ROSARIO EN EL MISMO LUGAR QUE EN EL ‘89

Antes por la híper, ahora por la recesión

Hubo saqueos en Rosario y el Gran

Rosario. La gente se llevó, o intentó llevar,

comida. Autoridades nacionales,

provinciales y municipales coinciden en

señalar que la gente actuó por necesidad,

sin que la movilizaran organizaciones

políticas. La provincia y el municipio

responsabilizan a la nación.

Por Eduardo Tagliaferro

El fantasma de los saqueos dejó de ser

una de las fantasías que más alteraba a la

dirigencia política. Tanto en Rosario como

en la ciudad de Mendoza hubo varios

incidentes con grupos de personas que se

presentaron a pedir comida frente a

supermercados. “Esta mañana, unos 70

cartoneros se presentaron a reclamar que

se le permitiera retirar efectivo a los

acopiadores que les compran los cartones

con los que ganan de 3 a 5 pesos diarios”,

comentaron a Página/12 varios

funcionarios provinciales y municipales.

Reparaban en el hecho por dos razones.

Por un lado, por el peso que la falta de

efectivo circulante tiene entre los sectores

más carenciados, en una zona que tiene

una historia de postergaciones. Y por otro,

recordaban que en Santa Fe hay entre 5 y

6 mil cartoneros en la misma situación. Así

explicaban que anoche la policía provincial

hubiera convocado a todos sus efectivos

que se encontraban de franco. También

destacaban que los reclamos fueron en el

mismo lugar donde comenzaron los

saqueos de 1989. “Estamos preocupados

por que si bien fueron aislados, los

episodios fueron espontáneos”, admitió a

este diario uno de los pocos funcionarios

del gobierno nacional que se avino a

formular declaraciones. Claro que con

rigurosa reserva de su identidad.

(…)

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Page 16: Politica, Medios y Saqueos

Bibliografía

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• Auyero, Javier; Los cambios en el repertorio de la protesta social en Argentina, Desarrollo Económico, n° 176, Vol. 42, 2002.

• Auyero, Javier; La Zona Gris. Violencia colectiva y política partidaria en la Argentina contemporánea, siglo XXI, Buenos Aires, 2007.

• Bourdieu, Pierre; “Cuestión de palabras: una visión más modesta del rol de los periodistas”, en Pensamiento y Acción, Buenos Aires, Del Zorzal, 2002.

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• Verón, Eliseo; Prensa escrita y teoría de los discursos sociales: producción, recepción, regulación, versión en RTF, consultada en: http://www.nodo50.org/dado/textosteoria/veron2.rtf

Fuentes

• Ediciones digitales (14 al 21 de diciembre de 2001) de los diarios Clarín, La Nación y Página 12.

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