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    clacCRCULOclacde

    lingsticaaplicada a la

    comunicacin

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    2003 Jos Portols.CRCULO de Lingstica Aplicada a la Comunicacin(clac) 16, 42-54.Universidad Complutense de Madrid. ISSN 1576-4737. http://www.ucm.es/info/circulo/

    PRAGMTICA Y SINTAXIS

    Jos Portols

    Universidad Autnoma de Madrid

    jose portoles en uam es

    1. Qu es la pragmtica?1

    En la primera mitad del siglo pasado, el semitico Charles W. Morris (1938)concibi el estudio de la Teora de los signos, o semitica, a partir de tres disciplinas: lasintaxis, la semntica y la pragmtica. La sintaxis atendera a la relacin formal entre unsigno y otro; la semntica, los vnculos entre los signos y los objetos a los que serefieren; y se ocupara de la relacin entre los signos y sus intrpretes, la pragmtica.Esta ltima abarcaba todos los fenmenos psicolgicos, biolgicos y sociolgicos quetienen lugar en el funcionamiento de los signos. Con palabras ms sencillas, lapragmtica estudiara todo lo relacionado con el uso de la lengua.2

    Esta primera propuesta de pragmtica no tuvo consecuencias inmediatas en eldesarrollo de la lingstica. La necesidad de una disciplina que se ocupara del uso de lalengua nace de un hecho posterior. En la dcada de 1960, Charles J. Fillmore, George

    1 Esta investigacin ha sido financiada por el proyecto BFF 2000-1438 de la DGICYT. Agradezco aMarina Fernndez Lagunilla los comentarios a una primera versin de este texto. Aparecer en las actasdel cursoLa sintaxis para el aula celebrado en Madrid, marzo de 2002.2 Libros sobre pragmtica en espaol o traducidos a esta lengua son: Briz (1998), Calsamiglia Blancaforty Tusn Valls (1999), Calvo Prez (1994), Escandell Vidal (1996), Fuentes Rodrguez (2000), GutirrezOrdez (1997a, 1997b, 2000a, 2000b), Levinson (1983), Moeschler y Reboul (1994), Reyes (1990,1995), y Reyes, Baena y Urios (2000).

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    Lakoff, James D. McCawley y John Robert Ross, entre otros, intentaron desarrollardentro de la nueva gramtica generativa una corriente que se denomin semnticagenerativa. Estos lingistas pretendieron resolver como gramaticales problemas designificado que acababan de exponer filsofos del lenguaje como John Austin, John

    Searle, Peter F. Strawson o H. Paul Grice. Despus de unos aos de desarrollo, elfundador y gua de la escuela generativa Noam Chomsky atac con firmeza losfundamentos de la semntica generativa y mantuvo que muchas de las cuestiones que seintentaban dilucidar quedaban lejos de las posibilidades de un estudio riguroso dellenguaje como el que l pretenda, esto es, un estudio fundamentado esencialmente enlas propiedades sintcticas de la gramtica. Por este motivo, desterr estos asuntos fuerade los confines de la gramtica, a un terreno que ocupaba aquella disciplina que habapropuesto la semitica, pero que no se haba desarrollado: la pragmtica.

    A partir de la dcada de 1970 los lingistas que se han ocupado del estudio deluso de la lengua han procurado delimitar el objeto de la pragmtica buscando unas basestericas con las que dar cuenta de los problemas que se les presentan.En la actualidad

    buena parte de esos investigadores considera que la pragmtica no es un componente dela teora lingstica como puedan ser la fonologa, la morfologa, la sintaxis o lasemntica, tampoco pertenece a las disciplinas que relacionan el lenguaje con larealidad extralingstica como la psicolingstica, la sociolingstica o laneurolingstica. La pragmtica, en su opinin, constituye una perspectiva de estudioque puede ocuparse de cualquiera de estas disciplinas.

    Tomemos, por ejemplo, un problema en apariencia puramente gramatical. Unhispanohablante tiene la posibilidad de unir un adjetivo en funcin de atributo con unsujeto bien por medio del verbo ser, bien por medio del verbo estar.3 As, se puededecir Juan es gordo y Juan est gordo. Esta eleccin puede tener restriccionessemnticas: un adjetivo como inteligente se predicar por medio del verbo ser y unadjetivo como descalzo, por medio del verbo estar. Pues bien, esta eleccin puede tenertambin motivos pragmticos. Hemos dicho antes que con un adjetivo como gordo sepueden utilizar los dos verbos, pero considrense los siguientes ejemplos:

    (1) a. Marlon Brando #4es/ est gordo.b. Helmut Khl es/ #est gordo.c. Juan es/ est gordo.

    En estos casos las circunstancias son distintas, a Marlon Brando lo hemos conocidodelgado por interpretaciones en pelculas antiguas y preferimos decir que est gordo,

    aunque sepamos que nunca va a volver a adelgazar; en cambio, a Khl slo loconocemos desde su etapa de canciller alemn, cuando ya era una persona gruesa ydecimos de l que es gordo. Por ltimo, Juan, persona a quien no conocemos, puede sergordo o estar gordo, precisamente por esta ausencia de restriccin contextual. Endefinitiva, gramaticalmente gordo es un adjetivo que admite los dos verbos copulativos,no obstante, este hecho se puede estudiar desde una perspectiva pragmtica ycomprobar que existen limitaciones en el uso real.

    3 Permtaseme olvidar el verboparecery los otros verbos con usos copulativos.4

    Este signo, que se denomina sostenido, no indica que un enunciado sea agramatical, sino que espragmticamente extrao, es decir, que es costoso encontrar un contexto en el que se pueda comprender.

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    2. Comunicacin inferencial

    Antes de atender a otros problemas puramente gramaticales recordemos tambin

    que aquello que el hablante desea comunicar no es slo lo que se logra de la puradescodificacin de unas palabras, sino de lo descodificado ms un enriquecimientocontextual posterior obtenido por medio de inferencias. Las inferencias son procesosmentales de razonamiento espontneos, automticos e inconscientes que se realizan apartir de la relacin de lo dicho y el contexto. Para comprender en qu consiste laconcepcin inferencial de la comunicacin, leamos el siguiente ejemplo del Evangeliode San Lucas:

    (2) Jess, lleno del Espritu Santo, regres del Jordn y fue conducido por elEspritu al desierto, donde estuvo cuarenta das y fue tentado por el diablo. Nocomi nada en estos das, y al final sinti hambre. Entonces le dijo el diablo:

    - Si eres Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan.Y Jess le respondi:- Escrito est:

    No slo de pan vivir el hombre.Despus el diablo lo llev a un lugar elevado y le mostr todos los reinos

    de la superficie de la tierra en un instante y le dijo:- Te dar todo este poder y su gloria, porque me han sido entregados y los doy aquien quiero. Por tanto, si me adoras, todo ser tuyo.Y Jess le respondi:- Escrito est:

    Adorars al Seor tu Diosy solamente a l dars culto.

    Entonces lo llev a Jerusaln, lo puso sobre el pinculo del Templo y ledijo:- Si eres Hijo de Dios, arrjate de aqu abajo, porque escrito est:

    Dar rdenes a sus ngeles sobre tipara que te protejan y te lleven en sus manos,no sea que tropiece tu pie contra alguna piedra.Y Jess le respondi:- Dicho est:No tentars al Seor tu Dios.Y terminada toda tentacin, el diablo se apart de l hasta el momento oportuno.

    (Lucas, 4, 1-13).En este texto comprendemos cada respuesta de Jess como un rechazo del ofrecimientodel diablo, pero, si lo analizamos con detenimiento, se puede comprobar que no seexpresa literalmente este rechazo, slo se infiere. La capacidad espontnea, automtica einconsciente de nuestra mente para inferir hace que comprendamos las respuestas deJess como una serie de rechazos porque el rechazo es la interpretacin de sus palabrasms pertinente en ese contexto. El filsofo del lenguaje H.P. Grice (1975) denominestas conclusiones inferidas implicaturas conversacionales.

    Advirtamos tambin que en el proceso de la comunicacin el hablante no slotiene en cuenta su propio contexto mental, sino tambin el de su interlocutor; as, por

    ejemplo, el narrador un poquillo orate de algunas novelas de Eduardo Mendoza imagina

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    unos contextos mentales equivocados en sus interlocutores, es decir, en nosotros loslectores:

    (3) [...] condujo a los tres hombres por un pasillo hasta una habitacin en cuyo

    interior dorma un invlido en una silla de ruedas. Junto a la silla de ruedas delinvlido haba una maleta cerrada que contena, segn dijo la enfermera jefa, laropa del invlido y otras pertenencias, tambin del invlido. El invlido, siempresegn la enfermera jefa, haba sido preparado para el viaje, con lo que habadado a entender, esta vez segn Magnolio, que le haba sido administrado unespecfico para dejarlo grogui. Tras este concilibulo, haban sacado al invlidoy su equipaje de la residencia y metido en el coche al invlido y en el maletero lasilla de ruedas del invlido y la maleta del invlido y haban partido con elinvlido y la impedimenta del invlido. [E. Mendoza, La aventura del tocadorde seoras, Barcelona, Seix Barral, 2001, pg. 254]

    Estos enunciados no son agramaticales, sino nicamente pragmticamente extraos.Ello se debe a que se nos repite informacin que ya tenemos en nuestro contexto mentaly que, por consiguiente, carece de pertinencia para nosotros. Quien as habla conoce lagramtica del espaol, pero no usa esta lengua como los hablantes normales.

    3. Orientacin argumentativa

    La importancia de la contribucin contextual no anula, con todo, el valor de la formalingstica elegida. La expresin lingstica que comunica un acontecimiento no es surepresentacin, pero permite que a partir de ella el oyente la construya. Un mismo hechopuede ser contado de distintos modos y, segn la formulacin escogida, lo recreado porsu interlocutor ser tambin distinto; por ejemplo, una estudiante a la que le queda porredactar la conclusin de un trabajo puede decir:

    (4) a. Todava no he acabado el trabajo.b. Ya estoy acabando el trabajo.

    La realidad es la misma en los dos casos -a saber, le falta por redactar laconclusin- pero ser diversa la representacin que quien le escucha se haga de esarealidad. Sobre la relacin entre la forma lingstica y la comprensin de un enunciado,

    son muy interesantes los conceptos desarrollados por la Teora de la Argumentacin enla Lengua de Oswald Ducrot y Jean-Claude Anscombre (Ducrot y Anscombre 1994).Revisemos algunos de ellos.

    Supongamos que alguien que pilota un avin lo estrella contra las TorresGemelas de Nueva York. Los periodistas que relatan estos hechos pueden decir que setrata de un secuestrador:

    (5) Una pasajera de uno de los cuatro aviones secuestrados y utilizados para atacarobjetivos estratgicos en Estados Unidos logr contactar a travs de un telfonomvil con su marido desde el aparato y le relat la situacin a bordo: todos los

    pasajeros, los miembros del equipaje y los pilotos haban sido obligados a

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    situarse en la parte trasera del avin y los secuestradores se haban hecho con losmandos.[en El Pas Digital, 12-IX-2001]

    Los significado de los palabras condicionan las posibles continuaciones discursivas que

    esperamos a partir de ellas y, en nuestra opinin, tambin las inferencias. Este hecho lodenominan Ducrot y Anscombre orientacin argumentativa. A partir del sustantivosecuestradorno nos asombraran las siguientes continuaciones:

    (6) a. Es un secuestrador. Puede cometer una maldad.b. Es un secuestrador. No se puede confiar en l.

    Y, en cambio, nos extraaran:

    (7) a. #Es un secuestrador. Es una buena persona.b. #Es un secuestrador. Se puede confiar en l.

    Secuestradororienta argumentativamente hacia cometer una maldad y constituye unargumento antiorientado con ser una buena persona.

    Ahora bien, el problema que se encuentra el redactor de la noticia es que estaspersonas no eran simples secuestradores, tambin pilotaban los aviones y la orientacinargumentativa del sustantivopiloto es distinta a la de secuestrador; comprese (6) con(8):

    (8) a. #Es un piloto. Puede cometer una maldad.b. #Es un piloto. No se puede confiar en l.

    Cmo resolver este problema? La sintaxis le da una solucin: modificar el sustantivocon un adjetivo calificativo pospuesto. Con este recurso sintctico se puede aumentar lafuerza como argumento de un sustantivo, pero tambin se puede invertir esta fuerza, esdecir, cambiar su orientacin (Ducrot 1998). En el caso de aumentar la fuerza,hablaremos de un adjetivo realizante, si la disminuye o la invierte, desrealizante. Unaprueba para distinguir uno u otro tipo de adjetivos la encontramos en el uso de y,adems, o depero. As, tenemos, por ejemplo:

    (9) a. Es una amigay, adems, (#pero) ntima.b. Tiene un cochey, adems, (#pero) es grande.

    c. Es escritory, adems, (#pero) bueno.

    Una amiga ntima tiene ms fuerza argumentativa que una amiga, lo mismo sucedecon un coche grande frente a coche, y un escritor bueno y un escritor. ntima,grande y bueno son adjetivos realizantes en relacin con los nombres a los quemodifican. Con los siguientes adjetivos sucedera lo contrario:

    (10) a. Es una amiga (#y, adems),pero reciente.b. Tiene un coche (#y, adems),pero pequeo.c. Es escritor (#y, adems),pero malo.

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    salarial: los sueldos se mantuvieron como en diciembre, en una media de 14,02dlares por hora, pese a que todas las estimaciones prevean un alza del 0,3%.[en El Pas Digital, 3-II-2001]

    De este modo, la poltica econmica del gobierno de turno crea empleo y riqueza, pero,si esto no sucede, nadie tiene la culpa y la economa se convierte en sujeto de un verbopronominal. Ms ejemplos:

    (14) a. La reduccin de los tipos de inters en medio punto por parte de la ReservaFederal de Estados Unidos ha tranquilizado a los mercados de valores al cumplirlas expectativas de los inversores al pie de la letra, pero tambin ha confirmadoque la economa estadounidense se enfra a toda velocidad. [en El Pas Digital,4-II-2001]b. La economa se desacelera, toca fondo y mantiene la desaceleracin durantevarios trimestres consecutivos antes de iniciar la recuperacin. [en Expansin

    Directo, marzo de 2001]

    5. PresuposicionesContinuemos con una serie de verbos que tambin utilizan habitualmente

    aquellos que hablan de materias econmicas. Los gobernantes, sobre todo si llevantiempo en el poder, deben mostrar, por una parte, que actan frente a los problemas,pero, por otra, han de indicar que la situacin en s misma ya era buena y que slo sepuede aumentar esta bondad. En este cometido, son tiles una serie verbos y sustantivosdeverbales con los que se presupone una existencia anterior. Veamos los siguientestextos:

    (15) a. El presidente del Gobierno, Jos Mara Aznar, propuso este fin de semanaintensificar la actuacin de los rganos de control y supervisin y reforzarlos controles propios del Estado de Derecho con el objeto de impedirenriquecimientos conseguidos mediante el engao, en alusin al casoGescartera. [en Expansin Directo, 27-VIII-2001]

    b. El ministro de Hacienda, por otra parte, seal su deseo de fortalecer lacapacidad consultiva y decisoria del Consejo de Poltica Fiscal y Financiera,de forma que tengan un papel ms relevante las autonomas en el seguimiento

    del nuevo modelo. [en Expansin Directo, 11-XI-2001]Los verbos intensificar, reforzar o fortalecer presuponen la existencia de su

    objeto directo con anterioridad al momento de los hechos del relato. Vase el contrasteentre:

    (16) a. El gobierno obliga/ fuerza la actuacin de los rganos de control, porque noexista antes.

    yb. #El gobierno intensifica/ refuerza/ fortalece la actuacin de los rganos decontrol, porque no exista antes.

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    reproducir literalmente una realidad, sino en conseguir que nuestro interlocutor llegue alenriquecimiento pragmtico oportuno. La literalidad es un caso extremo y extraor-dinario de parecido en una representacin. Los hablantes no esperamos que lo que senos dice sea literal -en otras palabras, exactamente verdadero- sino que se pueda obtener

    de ello el mayor nmero de inferencias pertinentes con el menor esfuerzo.

    Este punto de partida nos da cuenta de un modo distinto al habitual de diferentesfiguras retricas. As, Helena Beristin (1985, s.v.) define la hiprbole comoexageracin o audacia retrica que consiste en subrayar lo que se dice al ponderarlocon la clara intencin de trascender lo verosmil [...]. En realidad, el habla de todos losdas est llena de hiprboles:

    (21) a. Lleva toda la vida esperando una solucin.b. No puedo aguantar ms a Antonio.c. En el metro no caba un alfiler.

    g. En Madrid no se puede respirar de tanta contaminacin.h. Con estos precios nadie puede comprarse un piso.

    Todos sabemos que nadie lleva toda la vida esperando una solucin, que siempre sepuede aguantar un poco ms a una persona, que caba un alfiler en el metro, que losmadrileos no nos morimos de asfixia cada invierno y, por ltimo, que, aunqueempeados hasta la jubilacin, al final conseguimos comprarnos un pisito. No obstante,el oyente no percibe estas hiprboles como exageraciones falsas, pues no utiliza uncriterio de verdad para juzgarlas, sino que busca en ellas inferencias pertinentes.

    Tambin la metfora recibe otra explicacin dentro de la pragmtica. Sera uncaso extremo de uso aproximado, es decir, no literal. Con ella el hablante pretende queel oyente obtenga unas implicaturas que seran inalcanzables con un uso literal dellenguaje. Quien declara Hacienda es una mquina permite que el interlocutor obtengauna serie de implicaturas: Hacienda trabaja sin descanso, no tiene sentimientos o no sedetiene ante nada; implicaturas que difcilmente se podran comunicar de otro modo.

    De nuevo, la metfora no ser un mecanismo extraordinario, sino un fenmenoperfectamente explicable por el mismo principio que rige el comn de la comunicacinhumana: se busca la pertinencia para obtener las implicaturas oportunas. La diferenciaprincipal entre las metforas ms usuales del habla diaria y las ms creativas propias dela literatura est en ser estas ltimas menos predecibles.

    Las metforas ms usuales se basan en nuestra experiencia primera con larealidad material (Lakoff y Johnson 1980). Entre estas experiencias tenemos nuestrospropios movimientos o la manipulacin de objetos. Vamos a detenernos en metforas deeste tipo. Es frecuente, por ejemplo, la metfora de comprender a los trabajadores comoun objeto. Para conseguirlo el primer paso es deshumanizarlos por medio del sintagmamercado de trabajo o mercado laboral.

    (22) El outlook de la OCDE califica de tmida la reciente reforma laboral enEspaa y emplaza al Ejecutivo a reanudar los cambios en el mercado laboralcon objetivo de intensificar la fuerte creacin de empleo de los ltimos aos. [enExpansin Directo, 4-V-2001]

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    Una vez que los trabajadores y sus derechos y deberes se convierten en un objeto(mercado laboral) se le otorgan propiedades fsicas. Por lo general, este objeto sepresenta como rgido.

    (23) El reto consiste en obtener que la moneda nica -el euro- opere como una fuerzaque remueva los obstculos que an limitan la competitividad en la regin: larigidez del mercado laboral, el peso excesivo y la escasa eficiencia del EstadoSocial, la elevada carga impositiva, el exceso de regulacin en los serviciospblicos y la reducida capacidad de producir innovaciones en comparacin conlas otras grandes reas econmicas del mundo. [en El Mundo, 8-I-1999]

    El adjetivo rgido y el sustantivo rigidez estn peyorativamente marcados en espaol.Esto se puede probar gracias a la locucin preposicional en aras de. El trmino de estalocucin se comprende como axiolgicamente positivo, as se explica el contraste entre:

    (24) a. Tom esta decisin en aras del bien de la sociedad.b. #Tom esta decisin en aras del mal de la sociedad.

    El mal est, evidentemente, marcado como peyorativo en nuestra cultura y, enconsecuencia, nos extraa que sea trmino de esta locucin prepositiva. Veamos lo quesucede con rigidez. Nos extraara:

    (25) a. #Tom esta decisin en aras de la rigidez de los mercados laborales.

    Porque el sustantivo rigidez orienta hacia conclusiones axiolgicamente peyorativas. Lodeseable es laflexibilidad. No nos extraara, pues:

    b. Tom esta decisin en aras de laflexibilidadde los mercados laborales.

    Por otra parte, la flexibilidad de un objeto no lo cambia, contina siendo el mismo. Elmercado laboral que se flexibiliza adelgaza por un sitio para crecer por otro y, enconsecuencia, no nos sentimos amenazados, de ah tambin la ventaja de denominar ladisminucin de los derechos de los trabajadores comoflexibilidad del mercado laboral.

    (26) a. Para el jefe del Ejecutivo, estos problemas se resolveran a travs de unamayor flexibilidad salarial y del mercado laboral [...]. [en Expansin Directo,

    10-IX-2001]b. Nuestro objetivo [de Aznar] es la profundizacin del mercado interior ensectores como la energa; la superacin de la fragmentacin fsica de losmercados mediante el desarrollo de las necesarias infraestructuras; unreforzamiento de la competencia de la Unin Europa; una mayor flexibilidadymovilidad en nuestros mercados de trabajo, y la mejora de los niveles deformacin y educacin de los europeos para los retos que nos aguardan. [en

    Actualidad Econmica , 14-XII-2001]

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    7. El territorio

    El socilogo canadiense Erving Goffman (1971) defendi el concepto deterritorio para explicar algunos de los comportamientos de los seres humanos. Nuestro

    territorio comprende el cuerpo y sus diversas prolongaciones, tales como nuestrosobjetos o, incluso, nuestras conversaciones. Este fragmento de un Episodio Nacional deGalds refleja cmo Narvez defenda su territorio corporal:

    (27) Una maana estuvo aqu un diputado andaluz, que es hombre graciossimo. Fueen las Corte pasadas. De su nombre no me acuerdo, de su cara s: alto, moreno,con patillas de boca de jacha, dientes muy blancos, y un decir ameno, con chisteen cada frase, y los ademanes tan sueltos y desahogados que ellos bastaran parahacer rer. Narvez se divirti oyndole contar cosas de la tierra: aquel daceceaba como en su mocedad. El pobre granadino, viendo a su paisano tangozoso y bromista, se fue del seguro y cometi la pifia de ponerle la mano en el

    hombro. Sentir la mano del andaluz en su hombro fue para don Ramn comosentir la picadura de una vbora. Volvise, cogi con violencia la insolentemano, y echando lumbre por los ojos, le dio un fuerte estirn hacia abajo,diciendo: Esa mano en los calzones! Quedse el otro de una pieza. No volvi asoltar chistes, ni don Ramn se los hubiera redo aunque a chorros los echara.[B. Prez Galds (1902):Narvez, Madrid, Historia 16, 1995, 111]

    Como acabamos de decir, el territorio de nuestra persona no se limita al cuerpo. Seincluye tambin un espacio a nuestro alrededor. Cuando, por ejemplo, entramos en unvagn de metro que est ocupado slo por otra persona, evitamos sentarnos a su lado;buscamos un asiento alejado, un lugar que nos permita que no choquen nuestros dosterritorios.

    Pese a ello, los enfrentamientos territoriales son frecuentes. Amenazan nuestroterritorio el espectador con quien compartimos el brazo de una butaca en el cine, loslibros y apuntes de alguien que se sienta a nuestro lado en una biblioteca o las toallas deotra familia en la playa. En pocas palabras, es normal que sintamos que, si otro amplasu territorio, se ataca el nuestro.

    Por otra parte, y simultneamente, admitimos que, si alguien ya ha ocupado unterritorio, tiene unos derechos adquiridos sobre l. Pensemos en el maletero de un vagnde tren. Una vez que alguien coloca sus bultos es difcil movrselos. Igualmente, si unestudiante extiende sus apuntes en la mesa de una biblioteca, nos costar que los recoja

    para dejar un hueco a los nuestros o, si en la playa consentimos que nos pongan cercaotra toalla, una vez extendida poco podremos hacer. Dos comportamientos, pues, secruzan: defendemos nuestro territorio, pero respetamos el territorio de los dems unavez que lo han adquirido.

    Dicho esto, podemos explicarnos muchos de los usos del verboprofundizarconun complemento argumental de lugar en donde. Como hemos visto, los sereshumanos sentimos como una amenaza la ampliacin del territorio de los dems perorespetamos el terreno ya adquirido. En consecuencia, una forma de ampliar un espaciosin que nuestros congneres se sientan amenazados es ir hacia abajo en nuestro propioterritorio. Si un vecino cava en su campo no nos sentiremos amenazados, si corre losmuros, s. El verbo profundizar presenta una accin que en la realidad invade un

    territorio ajeno como una accin que no supera los lmites establecidos. Volvamos al

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    mercado laboral para comprenderlo mejor. Las reformas que disminuyen los derechosde los trabajadores se sienten como amenazadoras. Para evitarlo, una primera solucines referirse a una reforma del mercado laboral como algo que ya se ha comenzado aefectuar, esto es, un territorio ya ocupado y despus presentar con un uso metafrico del

    verboprofundizarque este territorio no se ampla, que slo se desciende en l sin variarlos lmites.

    (28) a. El jefe del Ejecutivo cree que es necesario profundizar en la reforma laboralpara alcanzar el objetivo del pleno empleo en esta dcada, tal y como prometidurante la pasada campaa electoral. [en El Mundo, 7-III-2001]

    Otro ejemplo. Una ampliacin del Concierto Econmico del Pas Vasco se puedecomprender por los ciudadanos espaoles que no son vascos como un ataque a susintereses, su pensamiento es que aquello que no paguen los ciudadanos vascos lo pagar

    el resto. Por ello, no extraa que la Vicelehendakari tambin profundice:

    (28) b. Zenarruzabeitia destac que tambin haba transmitido a Montoro suaspiracin de mantener, consolidar yprofundizar en el Concierto Econmico,al tratarse de uno de los pilares bsicos de nuestro autogobierno fiscal. [enExpansin Directo, 18-II-2001]

    8. Conclusin

    La concepcin de la pragmtica como perspectiva tiene como piedra angular laidea de eleccin. Desde este punto de partida la gramtica no es slo la estructura quepermite levantar el edificio de una lengua, es tambin uno de los mbitos de una lenguaen los que el hablante puede elegir entre distintas opciones para comunicar lo que deseade una manera determinada. La eleccin de una forma lingstica u otra puede presentarunos mismos hechos como muy distintos a los ojos de nuestro interlocutor. En estaspginas nos hemos limitado a ver unos pocos ejemplos de un inmenso campo deestudio, tan amplio como la misma gramtica.

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