Psicología de la comunicación familiar

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Un ensayo que aborda las bases de la psicología de la comunicación en la familia, y cómo puede determinarse su funcionalidad/disfuncionalidad. Vale la pena leerlo y citar al autor.

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Page 1: Psicología de la comunicación familiar

Facultad de Ciencias de la Comunicación

Doctorado en Investigación Social.

Profesor: Dr. Julio César Díaz

BASES DE LA PSICOLOGÍA DE LA COMUNICACIÓN FAMILIAR: UNA

APROXIMACIÓN.

Ensayo

Alumno: Marvin R. Miranda S.

Carné 0909127

Guatemala, marzo del 2013

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BASES DE LA PSICOLOGÍA DE LA COMUNICACIÓN FAMILIAR: UNA

APROXIMACIÓN.

Introducción

En las ciencias humanas, tales como la psicología y la comunicación, hay diversidad de

tópicos que han sido objeto de constantes estudios. En la psicología como tal, el tema

de la percepción y la relación de ésta a la interacción humana, es un tópico dominante,

pues la percepción determina, muchas veces, el tipo de relación que existe entre las

personas. Por ello mismo, varios estudiosos han abordado el tema de la dinámica

humana, tomando como base la percepción, pero a la vez, dándole a dicha dinámica un

carácter propio y particular. Y, dentro de este tema, la dinámica de la interacción

familiar es un tema que ha sido considerado en varios libros de texto, pues la familia es

un núcleo humano bastante distintivo en la vivencia de las personas.

La dinámica de la familia también se ve afectada, no sólo por la percepción de los roles

de cada miembro, sino por las diferentes relaciones que cada miembro establece dentro

y fuera del núcleo familiar. Y la base de estas relaciones es la comunicación, en varios

aspectos, pues que ésta es un ejercicio humano básico que determina la misma relación

entre las personas. Así, dinámica humana, comunicación y psicología de la familia se

unen para dar a este núcleo humano sus características tan distintivas.

El tema de la comunicación en la familia es, en sí mismo, uno bastante complejo, pues

que ésta se ve determinada por las variables que ya se mencionó. Por ello, este ensayo

presentará una aproximación al tema de la psicología de la comunicación familiar. Se

pretende en este trabajo presentar los lineamientos básicos sobre los cuales un trabajo

posterior, más extenso y con mayor rigor académico, brindará más información y se

basará en autores que hayan publicado respecto al tema. Baste mencionar que por ser

este trabajo un ensayo, un trabajo académico libre, se discurrirá sobre las principales

ideas que, como se mencionó, son la base para posterior ampliación de las mismas.

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BASES DE LA PSICOLOGÍA DE LA COMUNICACIÓN FAMILIAR: UNA

APROXIMACIÓN.

Este trabajo quiere presentar una panorámica del tema enunciado. Se tratarán aquellas

ideas que vienen a fundamentarlo y a darle sustento al mismo, para su comprensión y

posterior análisis.

El tema sugiere la forma en la que este trabajo se hará: una aproximación. ¿Qué se

quiere decir con ello? Se quiere denotar la demostración de aquellas ideas que,

desarrolladas, vendrían a formar el cuerpo conceptual o de conocimiento que daría

sustento al tema mismo. Valga decir que esta aproximación pretende dar una clara

aproximación a las bases fundamentales sobre las que un trabajo posterior, más

extenso, dígase una tesis, trataría.

Dado el tema de psicología de la comunicación familiar, el primer acercamiento al tema

debe considerar que las relaciones humanas, en general, son sumamente complejas. La

razón de su complejidad se basa no sólo en la propia naturaleza del ser humano, sino

también en la diversidad de contextos y situaciones a las que se ve sometido. Y aún en

este tema de la diversidad de contextos, se debe considerar que diversas personas, en un

mismo contexto social y cultural tiene diversas vivencias. Así es de compleja la

realidad humana, incluso en personas que provienen de un mismo núcleo familiar las

vivencias, incluyendo la percepción e interpretación de éstas, son muy particulares en

cada persona.

Por esta razón, muchos estudiosos parten del punto del contexto en que las personas se

desenvuelven para iniciar una aproximación al conocimiento en interpretación de su

conducta. Este punto podría explicar algunos aspectos de dicha conducta, pero en

realidad cada persona es, como se dice popularmente, “un mundo” y su interpretación y

reacción hacia los hechos en los que vive, son sumamente variados.

La familia, como núcleo social básico tiene una vivencia, que si bien puede decirse que

es muy propia de cada familia, también implica diversidad. En sí misma, cada familia

tiene un cúmulo de relaciones que es igualmente complejo. En dicha complejidad uno

de los aspectos a los que se aproximará este trabajo es al de la psicología de la

comunicación familiar. ¿Por qué aproximarse a este tema? Parte de la respuesta se

encuentra en lo escrito antes: la complejidad de la vivencia humana, y en este caso,

familiar, es tan variado y riquísimo que llama la atención investigarla.

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¿Tiene acaso la psicología de la comunicación familiar características distintivas? Se

supone que sí, pues las vivencias y relaciones que se realizan en ella son bastante

diferentes de las que los mismos miembros de una familia realizan fuera de la misma.

Sólo para anotar algunos ejemplos de relaciones familiares: cada miembro se desarrolla

en contextos diferentes a los otros miembros. Los hijos se desarrollan en contextos

sociales acordes a su edad; son estudiantes de cierto grado, en cierta institución y

comparten con determinadas personas. La relación, y en este caso, la psicología de la

comunicación en ésta es diferente de la que vive en su entorno familiar. Asimismo, los

padres mantienen un flujo de comunicación entre ellos como esposos y, a la vez,

comunicación con sus hijos, con sus entornos laborales, sociales, de familia extendida,

entre otros. Valga lo escrito para enfatizar la diversidad de relaciones que una misma

familia puede tener.

¿Puede con todo caracterizarse la psicología de la comunicación familiar? Se supone

que sí, pues las relaciones que existen entre los miembros están matizadas cultural y

socialmente, determinando sus propios rasgos. Por ello, sobre esta base también se

enfoca esta aproximación. Un estudio más extenso también lo tomaría como base, pues

la familia latinoamericana, como institución social, tiene sus propias características y

ellas también matizan la psicología de la comunicación familiar. Esta es una idea

relevante que se toma como uno de los puntos de partida, no sólo en esta aproximación

al tema, sino para un potencial trabajo posterior.

Cuando se habla de las bases de la psicología de la comunicación familiar, se quiere

señalar aquellas ideas que, en la práctica, llevan a desarrollar el aspecto comunicacional

en la vida familiar. ¿El tema, tratado posteriormente, sólo abordará este aspecto? Se

pretende que no, dado que el lado práctico de un tema tal se creería es la identificación

de aquellas bases que, puestas en práctica, permitirían una comunicación en el núcleo

familiar de forma más funcional. Este término es extraído propiamente de la psicología,

en donde “funcional” viene a significar que cumple su función, que hace el papel, o rol,

para el que un fenómeno está diseñado. Así, una comunicación funcional en la familia

vendría a significar que la misma cumple la función para la que una comunicación

familiar estaría “diseñada”. Y, esto en la práctica, ¿cómo sería? Sería visualizar

aquellos aspectos de la comunicación que permitirían que la familia funcione como un

organismo, en donde cada miembro cumple su función y todos a la vez mantienen una

interrelación productiva, eficiente y con propósito.

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Este tópico no quiere denotar que para que una comunicación sea funcional en la familia

deba ser “robotizada”. Nada más lejos de la realidad, pues la comunicación es un

proceso espontáneo, fluido y con propósito; más en un grupo como la familia, en donde

la diversidad de roles o funciones hacen posible una riqueza de comunicación tal que

esta fluye en todas direcciones, niveles y diversos tipos de personas. Allí se encuentra

el núcleo del trabajo: descubrir las bases de una comunicación, tal como se le ha

definido en líneas anteriores.

Dicho lo anterior, se debe entender que las relaciones humanas son sumamente

complejas. La complejidad radica en el hecho del “ser humano” mismo, pues cada

persona es, en cierta modo de ver las cosas, un cúmulo de experiencias, criterios, formas

de conducta y sentimientos que es prácticamente imposible poder discernir a cada

individuo hasta el mínimo detalle. Nada más lejano de la realidad, pues una persona

tiene tal complejidad de percepciones, pensamientos y actuaciones que su actuar es bien

distintivo de un individuo a otro. Esto es, como se dice popularmente “cada individuo

es un mundo”.

Este dicho bien conocido lo único que quiere decir es que la naturaleza humana es

sumamente particular, de una persona a otra. Aún los gemelos llamados “idénticos”, es

decir, aquellos que provienen de la división de un mismo óvulo, fertilizado por un solo

espermatozoide, son totalmente diferentes en pensamiento y actuación. Podrán

compartir rasgos físicos a un detalle muy parecido, pero su mente, su “psique” es

totalmente diferente y, valga decir, diversa. Si eso es así en individuos que han

compartido tal grado de unidad biológica, ¿cómo no será aún más compleja la situación

de personas con diversos trasfondos culturales, familiares, sociales y económicos? Aquí

radica la riqueza inigualable de la raza humana: su diversidad; que a la vez, hace

posible su unidad en una raza que se entrelaza para sobrevivir en el mundo y hacer de el

lo que se requiera para llevar una vida digna.

La dinámica de la familia es, en perspectiva, un átomo de la dinámica humana en

general. Aún cuando los esposos se han unido para formar una unidad; dígase social,

sus trasfondos son variadísimos y el movimiento emocional y cultural es muy complejo,

de tal modo que cada familia es una unidad funcional en sí, diferente a otras (familias).

Con todo, es reconocido en ciencias como la sociología que la familia, como unidad

social básica, cuando se le estudia en un contexto geográfico, social y cultural similar,

comparte ciertas similitudes. Estas similitudes no degradan la diversa complejidad de

cada núcleo familiar; al contrario, sólo remarca que aún con su dinámica muy propia,

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las familias de una misma cultura o grupo social comparten ciertos rasgos psicológicos,

culturales y emocionales que las llevan a identificar como un solo grupo social. Si esto

no fuera así, muchos estudios sociológicos y antropológicos carecerían de significado,

pues es bien sabido que los científicos de estas ramas han enfocado a la familia como

una unidad social. Destáquese “una unidad”; es decir, un grupo tan similar que puede

identificársele como único, diferente a otros grupos, en otros contextos o latitudes de la

tierra.

Volviendo a la idea de que las relaciones humanas son sumamente complejas, ya se

puede destacar el origen de esta complejidad: la propia naturaleza humana. Esta

complejidad, vista en el tema que se ocupa en este trabajo, a decir, las bases de una

psicología de la comunicación familiar, está totalmente fundamentada, pues ya se dijo

que las relaciones humanas son igualmente complejas. Así, el tema es interesante, pues

es una aproximación a las bases de aquella psicología de la comunicación familiar que

hacen de las familias organismos más funcionales. Esto es, que tienden a cumplir mejor

su función social y a mantener un nivel de vivencia psicológica y humana mucho más

enriquecedor y gratificante. ¿Cómo puede un aspecto así estudiarse? La respuesta es

que a través de una aproximación bibliográfica, se pueden extraer las ideas o conceptos

que los estudiosos creen identifican a familias funcionales, desde la perspectiva de la

comunicación.

Ya que se menciona a la comunicación, ¿cómo puede definírsele? Según los estudiosos,

la comunicación es un proceso bastante complejo, pues no se limita al puro intercambio

de información, como tradicionalmente se le ha definido. Ahora, los investigadores

sostienen la idea de que comunicar ciertamente es transmitir información, pero la clave

es qué definen como información. La información no se limita ahora a simples datos a

través del habla, sino que implica todo intercambio en donde signos comunes a ambas

entidades que comunican es la característica. Por ello, se habla de comunicar

sentimientos, actitudes (a través de conductas, gestos, entre otros). Lo básico es que las

entidades (háblese personas, o máquinas) tengan un código común de reconocimiento.

Dado lo anterior, se acepta ahora que la comunicación puede ser multidireccional;

pueden participar varias personas, no sólo dos a la vez. Se cree, con todo, que la idea

básica de que hay un emisor (quien emite un mensaje codificado), y un receptor (quien

recibe dicho mensaje codificado). Esta idea básica acepta que siempre hay un ente

activo y uno pasivo en la comunicación; pues para que ésta se dé se requiere de atención

por parte de las dos entidades: el emisor para poder transmitir un código coherente y

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con un objetivo claro y la del receptor, para poder captar con claridad objetiva y

subjetiva el mensaje.

En medio de estas dos entidades, emisor y receptor, se encuentra el medio de la

comunicación, el mensaje. Algunos sostienen que no sólo es el medio, sino el

contenido y el fin de la comunicación el mensaje mismo. Con todo, no es probable

sostener esta idea, pues la comunicación como proceso complejo no puede limitarse a

una serie de códigos que se transmiten de un ente a otro. Si esto fuera así, bastaría con

hablar para que las personas se entendieran, pero se sabe que esto en el complejo mundo

de las relaciones humanas no es lo mínimo; se requiere de “algo más” en la

comunicación para que el mensaje sea claramente percibido, de ahí que se habló antes

de mensaje objetivo y subjetivo.

Se entiende, por tanto, que el proceso comunicacional puede limitarse entonces a tres

elementos: emisor, receptor y mensaje. Ya se dijo que el mensaje va más allá de una

simple serie de signos comunes; apela a algo más que los sentidos físicos, apela al

sentimiento, la emoción y a la percepción misma, pues dos personas diferentes pueden

entender de distinta forma un mismo mensaje. Por ello, por mensaje se entiende aquel

flujo de signos, sean objetivos y subjetivos, que dan connotación o significado a las

palabras, sean habladas o escritas.

¿Por qué se sostiene que el proceso de comunicación es complejo? La complejidad, en

este punto, no debe entenderse sólo al mensaje y a su contenido, sino también a las

personas que participan en este intercambio. Un mensaje tiene una connotación

objetiva y otra subjetiva. La objetiva se refiere al propio significado de los signos

utilizados, valga decir palabras o letras. Éstas tienen un significado que se puede llamar

de diccionario, que es el significado elemental de las palabras, aquel con el que toda

persona puede familiarizarse. Pero, a la vez, se tiene el significado subjetivo, que es

aquel que trasciende a la forma objetiva de los signos, y el cual depende de la propia

psicología del individuo que emite el mensaje. Pero, también, está el otro elemento, el

receptor, cuya propia dinámica interna también determinará el significado del mensaje

recibido. En otras palabras, distintas personas pueden entender diferente un mismo

mensaje, a pesar de que todas las que intervienen en el proceso de comunicación

compartan el conocimiento de los signos utilizados en el mismo. ¿Se capta la idea? La

comunicación es un proceso complejo, se reitera de nuevo; cuanto no más complejo

puede serlo en una entidad como la familia, en donde cada miembro tiene su propia

psicología y su dinámica sociocultural distintiva. Con todo, el aporte que se hará a

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través de un trabajo más extendido será aquellas bases que sustentan un proceso de

comunicación efectivo y productivo en la familia, pues que hay estudiosos que han

detectado las características del mismo.

Volviendo a la idea de la complejidad de la comunicación, se debe remarcar el hecho

del significado en el contenido del mensaje. Ahora, se entiende que el mensaje es un

medio de comunicación, lo cual difiere un tanto del contenido del mensaje, que viene a

ser aquel significado subyacente más allá de los signos utilizados en el mismo. Por

canal, entienden los expertos, el medio por el que un mensaje es transmitido; y por

mensaje como tal, o como comunicación en sí, al significado incluido en el canal. El

contenido del mensaje es lo que los expertos llaman información, que viene a ser el

significado que tanto emisor como receptor dan a la comunicación.

Algunos elementos más en el tema de la comunicación. Se acepta tradicionalmente que

para que este proceso pueda darse, no necesariamente el receptor tiene que estar

consciente de la intención del emisor al iniciar una comunicación. Esto significa que no

tienen que tener ambas partes, o personas, “voluntad” de comunicación; en otras

palabras, no se requiere de iniciativa o deseo de comunicarse por parte de las mismas.

Un emisor puede iniciar una comunicación también de forma inconsciente, pues se

acepta que las conductas y gestos son también elementos comunicacionales, pues que

también tienen a transmitir un mensaje, aunque en este caso no es con signos gráficos

como las letras, u objetivos, como las palabras. Un gesto de manos, un gesto en el

rostro, se acepta ahora que comunica, pero también se acepta que los signos utilizados

acá no son universalmente reconocidos; esto es, no todas las personas entienden de una

misma forma un mismo gesto, por lo que puede haber un contenido de comunicación

diferente al que se quiere transmitir.

Por ello, se acepta entre los estudiosos del tema, que un receptor puede ser objeto de

comunicación, aún sin siquiera demostrar deseo de ello. Basta con que alguien, un

emisor, inicie una comunicación para que este se dé.

¿Por qué toda esta discusión de la comunicación? Por el tema de estudio en el que este

trabajo pretende aproximarse. Volviendo al tema de la familia, se puede vislumbrar lo

compleja que viene a ser la comunicación, tomando en cuenta todos los elementos que

se han mencionado. El hecho de que un mismo mensaje puede ser entendido de forma

diversa, tanto entre emisor y receptor, como por otros receptores. Además, el tema de

comunicación subjetiva tiene mucha importancia en un organismo como la familia;

como también el uso de signos gestuales y conductuales, que vienen a ser parte vital de

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la comunicación en esta entidad humana. ¿Se acepta lo complejo de la comunicación en

la familia? Se cree que sí, por lo que, retomando la idea anterior, es importante brindar

en un trabajo más extendido las bases que den claramente los lineamientos de una

comunicación efectiva y productiva, tratando de limitar las distorsiones en el mensaje.

Si la comunicación como tal es un proceso sumamente complejo, ¿qué es lo que se

quiere denotar con psicología de la comunicación en la familia? Retomemos por partes

el tema de estudio.

Enfoquemos, en principio, el tema de psicología de la comunicación. Algunos autores

han denotado a ésta como aquel proceso comunicativo que se realiza en diversos

contextos, pero en los cuales una persona en particular adopta una postura de

pensamiento o conducta muy definido. En otras palabras, siendo cada persona una

entidad muy diferente a otra, tiende a comunicarse de forma muy particular,

dependiendo del contexto en donde se encuentre, de la posición social en la que se

encuentre y, aún más, de la persona a quien dirija su comunicación. Toda esta carga

emocional o psicológica impregnada en la comunicación es lo que los estudiosos

denominan como “psicología de la comunicación”.

Vale la pregunta ¿es posible medir esta connotación “psicológica” en la comunicación?

Quizá no sea medible, en la forma en la que los estudios cuantitativos miden sus

variables de investigación, pero sí es observable. Cuando se observa la conducta de una

persona que se comunica, y a quién se dirige, su carga psicológica está “impregnada”;

es decir, le da forma y contenido a su comunicación. Por ello, los términos de

psicología de la comunicación, quieren denotar esa connotación particular que un

individuo da a la forma y contenido de su comunicación.

Aplicando las ideas anteriores a la familia, se puede deducir que una psicología de la

comunicación familiar pretende acentuar la forma particular en la que una familia se

comunica; esto es, su dinámica propia, distintiva, particular. Cada familia, como

organismo, al igual que un individuo, tiene una forma muy particular de comunicarse e

interactuar, diferente a otras familias. Esta dinámica propia es la que se denominaría en

este trabajo como “psicología de la comunicación familiar”.

Nuevamente la pregunta, ¿es posible medir de alguna forma este elemento? En realidad

no es el objetivo de este trabajo presentar formas de medición del tema en que se ocupa.

Se presupone que cada familia, así como cada individuo, tiene una dinámica interna

propia, y que ésta es aplicable a la comunicación. El tema de la dinámica interna,

psicológica de cada individuo, es un tema ya conocido dentro de la psicología general,

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como ciencia. Así, presuponiendo este aspecto, un potencial trabajo extendido,

partiendo de este que nos ocupa, trataría de las bases de una psicología de la

comunicación familiar eficiente, que cumpla su objetivo y que genere una dinámica

familiar productiva y gratificante. Este tema, incluso, ya se ha abordado por algunos

autores, los cuales han dado sus opiniones en la forma de lineamientos de la

comunicación familiar eficiente.

Entendiendo las ideas anteriores, el objetivo de este trabajo es presentar una panorámica

de lo que sería un trabajo más extendido; es decir, un análisis de las bases de la

psicología familiar, según autores determinados.

Se entiende, entonces, que la familia como núcleo humano tiene una forma muy

particular de comunicarse y vivir su propia dinámica psicológica. Un tema colateral a

este es el de las formas y direcciones que la comunicación puede adoptar en una familia.

Ya se habló sobre la interacción entre emisor y receptor en el proceso comunicativo.

Esto también es aplicable en la familia, aún teniendo en cuenta que la mayoría de

familias latinoamericanas cuentan con 4 ó más miembros. Se mencionó, asimismo, que

la comunicación no se limita a dos participantes; muchos más pueden tomar lugar en

este proceso.

Siendo así, ¿cómo se comunica una familia? En realidad, el proceso no difiere del que

se realiza en cualquier otra interacción humana. Los elementos básicos de la

comunicación también se encuentran en la familia: emisor, receptor, mensaje. ¿Existe

entonces alguna diferencia? Podría verse como probable respuesta al hecho de que la

familia como núcleo humano se compone de personas que comparten lazos muy

particulares; esto es, la relación entre esposos es diferente de la relación que existe entre

cada uno de los cónyuges y compañeros de trabajo; es también diferente la relación que

existe entre los padres y sus hijos, y entre éstos mismos. Así, la relación en los

miembros de la familia está caracterizada por el parentesco, ya sea éste legal

(matrimonio), como también biológico (padre-hijo). Una situación así permea, no sólo

la relación, sino la comunicación en un grupo como la familia. Por ello, se presupone

que una psicología de la comunicación familiar tiene sus propios elementos y bases para

darse de una forma eficiente. Estos elementos podrían no ser diferentes de otros

procesos de comunicación humana, pero aplicados a la familia dan como resultado una

comunicación eficiente, productiva, que garantiza mejores relaciones humanas en este

grupo de personas. ¿De dónde puede ser posible extraer datos que puedan cumplir esta

aspiración? De estudiosos del tema, que hayan publicado y que hayan dado a conocer

Page 11: Psicología de la comunicación familiar

aquellos lineamientos que ayudarían a las familias a comunicarse de mejor forma, más

eficiente.

De lo dicho antes, se puede desprender una inquietud: ¿de qué forma afecta la

comunicación en la familia, la “posición” que cada miembro tiene dentro de ella? A

este aspecto se le puede denominar familia y contexto, pues que tiene relación directa a

la forma particular que cada familia adopta.

El contexto, al que nos referimos en este trabajo, no sólo es en el aspecto cultural y

social, sino también a la dinámica propia de las familias. En nuestras sociedades

latinoamericanas, es común que la familia se componga de dos padres, padre y madre, y

los hijos. Es bien cierto, con todo, que la composición familiar ha cambiado mucho en

los últimos años, pero el principio sigue siendo el mismo: en la familia latina hay una

figura de autoridad (parental, padre, madre) y figuras “de sujeción”, los hijos. En

nuestra cultura se asume y practica que los padres son la autoridad y el control en la

familia, mientras los hijos les deben respeto y, hasta cierto punto, sumisión. Aún en

familias monoparentales, este principio sigue vigente para nuestra cultura.

Ahí es donde radica la importancia de contexto en la familia y tal como se dijo antes, se

refiere a la forma particular en la que cada miembro de la familia se comunica con los

demás, de acuerdo a la “posición” que ocupa en la misma. La comunicación entre

padres es muy diferente, en forma y contenido, a la que se mantiene entre ellos y los

hijos. Y, viceversa, también es cierto.

Al inicio de este trabajo se mencionó que las relaciones humanas, y por implicación, las

relaciones familiares, son sumamente complejas. Cada familia define y asume su propia

dinámica de relación y comunicación y cada miembro de la familia se comunica con los

otros de acuerdo a la posición que ocupa. La pregunta es si la psicología en la

comunicación de la familia se afecta por esta dinámica. La respuesta es sí. Según los

estudiosos, la comunicación en la familia se define en principio por el nivel de autoridad

que el miembro emisor ostenta. Esto es cierto, tanto en la forma como en el contenido

de la comunicación. La forma, duración y “tono” que se le impregna a la comunicación

en la familia dependerá de si ostento más o menos poder de decisión (autoridad), o si

estoy en una situación de sujeción. La actitud en la comunicación (psicología de la

comunicación) no depende, en todo caso sólo de la posición que ocupa un miembro en

particular en la familia. Guarda también relación con el grado de cercanía, flujo de

comunicación (más, menos), edad y, según algunos estudiosos, también guarda relación

con el género del emisor.

Page 12: Psicología de la comunicación familiar

Todo lo anterior está implícito en una psicología de la comunicación y varios estudiosos

han abordado el tema, definiendo las bases para definir una buena comunicación en la

familia, o, según otros términos utilizados, una comunicación eficaz, productiva o

gratificante.

Todo lo escrito anteriormente tiene un solo foco: acerca al lector a la idea de que

algunos autores han abordado la psicología de la comunicación en la familia y han

definido, producto de su trabajo, lineamientos para definir una eficaz o ineficaz

comunicación en este grupo. También se le puede categorizar, desde una perspectiva

propiamente psicológica, como una comunicación funcional o disfuncional. ¿Cómo

diferenciar una de la otra? Más aún, ¿cómo relacionar las ideas propuestas por

diferentes autores? ¿Existe similitud o demasiada divergencia entre ellos?

A este tipo de interrogantes se pretende responder en un trabajo más extendido que

aborde el tema que nos ocupa. Por el momento, la idea de que un perfil de la

comunicación familiar efectiva puede ser extraído de un análisis de autores que escriban

al respecto, es uno de los puntos relevantes, no sólo para esta aproximación al tema,

sino para un potencial trabajo posterior, más extenso.

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Conclusiones

Este trabajo académico ha pretendido brindar una aproximación a las ideas básicas que

en un potencial trabajo posterior, serían desarrolladas y relacionadas con referencias de

autores. Dado este objetivo para este escrito y acorde a las ideas presentadas, se

desprenden las siguientes conclusiones:

-La dinámica humana, compleja como es, puede ser abordada a través de enfocarse en

tópicos específicos de la misma.

-La familia, como núcleo humano básico, tiene una dinámica muy distintiva que merece

ser abordada a través de revisiones bibliográficas.

-Dentro de la dinámica humana, la comunicación familiar es un tema que recubre

importancia, dada la distintiva relación que existe entre los miembros de una familia.

-La psicología de la comunicación familiar corresponde a aquel enfoque de las ciencias

de la conducta que aborda la dinámica de la comunicación en este núcleo social.

-Una psicología de la comunicación familiar eficiente y generadora de gratificación

emocional en la familia, puede ser delineada a través de revisiones bibliográficas de

autores.

-Una investigación más extensa sobre la psicología de la comunicación familiar, basada

en la revisión bibliográfica del tema, es enriquecedora, pues a través de ello se pueden

extraer esquemas eficaces de dicha comunicación, con base en las ideas de variados

autores.

Referencias

1. Mira y López, Emilio. Manual de Psicología General. Argentina: Editorial

Kepelusz, 1969. 299 páginas.

2. Mira y López, Emilio. Manual de Psicología General. Argentina: Editorial

Kepelusz, 1969. 299 páginas.

3. Vidales, Ismael. Psicología General. México: Limusa. 264 páginas.

4. Internet. Diversos enlaces consultados entre el 29 de marzo al 2 de abril del 2013.