Que queremos los estudiantes

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QUE QUEREMOS LOS ESTUDIANTES Documento presentado por los estudiantes de la Universidad Nacional de Tucumán (Argentina) en 1969

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Documentos presentado por los estudiantes de la Universidad Nacional de Tucumán (Argentina) en 1969.

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QUE QUEREMOS LOS

ESTUDIANTES

Documento presentado por los estudiantes

de la Universidad Nacional de Tucumán

(Argentina) en 1969

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¿Cómo quisieras que fuera nuestra educación?

¿Realmente está sirviendo a resolver los problemas del

pueblo colombiano? ¿A favor de quién están diseñadas

las políticas y los currículos en cada una de las carre-

ras? Seguramente preguntas de este tipo se hicieron

los estudiantes en Argentina en 1969 y redactaron un

escrito que muestra la visión de universidad de su

tiempo, aunque ya han transcurrido mas de 40 años,

nos muestran que la realidad de su época aun es vigen-

te hoy en nuestras universidades.

Por lo anterior te invitamos a cuestionar la educación

que estamos recibiendo, que soñemos y nos organice-

mos por conquistar una educación nacional, que

responda a las problemáticas del país y del pueblo e

impulse su desarrollo.

¿Qué queremos los estudiantes de hoy? Anímate a es-

cribir un párrafo nuevo o modificado del texto siguiente

según la carrera que estudies y enviarlo al correo:

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próximo Boletín.

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Boletín Estudiantil Animo de Lucha

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QUE QUEREMOS LOS ESTUDIANTES

Cuando los estudiantes decimos que queremos una Universidad distinta, deci-mos que queremos una universidad comprometida con nuestro pueblo y con nuestro tiempo; una universidad donde se procesen nuestras conciencias ha-cia formas superiores de la convivencia social. Queremos una universidad sin policía donde el único titulo de los aspirantes a la docencia sea la aptitud pro-bada de la ciencia. No queremos una universidad donde la excusa falaz del “apoliticismo1” regimente2 por la ley la discriminación y el espionaje, y la margi-nación de los claustros (de personal docente) de la problemática candente del pueblo y de la Patria. Tampoco aceptamos como destino profesional la mercantilización de nuestras vidas como alternativa de la desocupación. Nuestra formación ha pasado so-bre el trabajo del pueblo argentino y sentimos el deber de permanecer a su servicio.

Queremos conciencia nacional impartida desde la cátedra; queremos proble-mas argentinos y latinoamericanos en las investigaciones y los laboratorios. No queremos cátedra de Derecho donde se nos fuerce a repetir con laboriosa memoria la casuística3 codificada donde se cristalizan en derecho positivo las estructuras de un régimen de atraso, miseria y alineación4. Creemos que más allá de las formulas frías de los códigos están las bases morales y jurídicas de un derecho que corresponda a las necesidades populares.

1. Apoliticismo: Actitud de indiferencia o desinterés frente a la política. 2. Regimente: Modo de gobernarse o regirse en algo. 3. Casuística: Dicho de una disposición legal: Que rige casos especiales. 4. Alienación: se encuentra vinculada a la manipulación social, la manipulación política, la opresión y la anulación cultural. La conciencia de la persona es dominada por el orden estable-cido

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No queremos cátedras de Filosofía donde el pensamiento sea obligado a mar-ginarse de una realidad cruel para buscar cobijo en los esquemas intemporales que proponen los ideólogos de un mundo en decadencia. Creemos que en las aulas de la madre de las ciencias deben darnos las herramientas conceptuales para comprender nuestras circunstancias y transformarla. No queremos cátedras de Sicología donde nos enseñen las técnicas para tro-car neurosis socialmente irritantes en neurosis socialmente aceptables, mien-tras en toda la sociedad está enferma. No queremos ser, tampoco, psicólogos sociales al servicio de los grandes monopolios, elaborando formulas de las superexplotación al precio del desquicio espiritual de nuestros hermanos, los obreros. Queremos una psicología puesta al servicio de la libertad del hombre y no de su esclavitud resignada.

No queremos cátedras de Medicina donde los seres humanos sean reducidos a una ecuación orgánica cuyos dolores –aislados del hombre y de su marco social convertidos en abstracta entidad clínica- se procesan al alto precio por el camino de encontrar la terapéutica en los vademécum5, disfrazados de trata-dos de los monopolios farmacéuticos. No queremos cátedras de medicina don-de se nos enseñe que el mal de chagas6 y a la tuberculosis los producen un tripanosoma y un bacilo, cuando sabemos que las causas sociales de estas lacras son los ranchos y la desnutrición de nuestro pueblo castigado.

5. Vademécum: Libro de poco volumen y de fácil manejo para consulta inmediata de nociones o informaciones fundamentales. 6. Mal de Chagas: es una enfermedad parasitaria tropical, generalmente crónica.

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No queremos cátedras de Ciencias Económicas donde se esconda tras un fárrago de esquemas la raíz de nuestra crisis. No queremos cátedra de Ciencias Económicas donde ela-boren conciencias de prolijos servido-res de los monopolios y de los evaso-res de impuestos. Queremos Faculta-des de Ciencias Económicas donde se investiguen los fundamentos de nuestra dependencia nacional y las bases científicas de nuestra libera-ción. No queremos cátedras de Sociología donde la irracionalidad del neopositi-

vismo y del formalismo remplace a una ciencia que devele las leyes que rigen la vida social. Queremos una Sociología que de razón de la violencia contra el hombre contenida en las formas de la convivencia en crisis. No queremos cátedras de Arquitectura donde la técnica y el arte sean orienta-dos por rumbos “exquisitos”, al servicio de las clases privilegiadas y a la impor-tación de modelos de vida en choque con la cultura, la idiosincrasia7 y las ne-cesidades latinoamericanas. Queremos una Arquitectura donde la preocupa-ción fundamental sean la intemperie de los desheredados y la urbanística irra-cional del mundo moderno. No queremos cátedras de Historia donde el pasado se falsifique para torcer los caminos del presente. Queremos que se enjuicie a falsos próceres y se redima a los que lucharon y perdieron por dejarnos una Patria distinta, libre y justa. Queremos una investigación histórica científica. Queremos encontrar en el pa-sado las causas profundas de nuestro atraso y dependencia para buscar con acierto los caminos de la liberación. No queremos cátedras de Ciencias donde los tecnócratas8 cientifistas mienten que los esquemas de la física, la química, la biología y las matemáticas son

7. Idiosincrasia: Es un conjunto de características hereditarias o adquiridas que definen el carácter distintivos de una persona o un colectivo. 8. Tecnocratas: movimiento social originado en los Estados Unidos durante la décadas de 1920 y 1930 y aboga por un sistema social donde el bienestar humano se optimiza mediante el análisis científico y el uso extendido de la tecnología.

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herramientas suficientes para construir un mundo moderno, ignorando estruc-turas sociales que las hacen estériles. No queremos laboratorios donde enaje-nados (vendidos) especialistas investiguen micromundos para cubrir las nece-sidades subsidiarias de los planes de investigación de las metrópolis, mientras la industria nacional se desangra en regalías. No queremos cátedras de Agrono-mía donde se elaboren paliativos9 técnicos para la crisis agraria cuyos fundamentos reposan en la irracio-nalidad de relaciones sociales vin-culadas en la tenencia de la tierra. Queremos Facultades de Agrono-mía donde la investigación se orien-te hacia las necesidades del pueblo y no de la supervivencia del parasi-tismo oligárquico10. No queremos cátedras de Artes donde el coloniaje pedagógico forme a nues-tros músicos y plásticos en cánones estéticos ajenos a un sentir nacional que exprese las grandezas de nuestro ámbito, de nuestra conciencia y cultura ibe-roamericanas. Queremos escuelas de Arte donde se elabore la expresión esté-tica de nuestra realidad continental. No queremos cátedras de ninguna clase donde se nos estereotipe en una de-formación profesional, que nos haga inhábiles para comprender que más allá de nuestra disciplina especifica, se desenvuelve el drama de una humanidad en transito. En fin, no queremos ninguna clase de “cátedra” sino una universidad converti-da en gigantescos laboratorios donde los claustros estudien y debatan en liber-tad y democráticamente los grandes problemas de Argentina y Latinoamérica y donde la formación de los estudiantes pase por la investigación científica de esos problemas. Queremos terminar la universidad academicista de las clases magistrales, de los repetidores incansables de textos muertos, del fetiche11 de la elabo-

9. Paliativo: Que mitiga, suaviza o atenúa el dolor o los efectos negativos de algo. 10. Oligárquico: Forma de gobierno en la que el poder supremo está en manos de unas po-cas personas 11. Fetiche: Ídolo u objeto de culto al que se atribuye poderes sobrenaturales

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ración científica de la metrópolis, en función de necesidades culturales y técni-cas divorciadas de nuestra realidad de atraso y dependencia. Queremos una universidad científica. Pero creemos que la integración de la universidad ar-gentina al pensamiento científico universal no será lograda por la adopción mecánica de conocimientos acabados en una realidad distinta, sino por la in-vestigación y solución los problemas de nuestra propia realidad.

Los estudiantes hemos convocado a los claus-tros, y por ellos algunos desprevenidos han creído o querido creer que nuestro propósito es el de exhumar12 de las tumbas de la histo-ria superada el cretinis-mo13 parlamentario que signó a la Universidad anterior a 1966.

No queremos la ley universitaria, pero tampoco queremos el regreso a formas institucionales corrompidas donde la menguada libertad de la “isla democráti-ca” era usufructuada al precio de ignorar la proscripción de las mayorías popu-lares, donde la conciencia nacional era desplazada por las componendas su-puestamente “progresistas”. Los universitarios de 1969 nos somos ilusos. Hemos desconocido a la ley y a las autoridades que nos imponen un régimen que representa la negación a nuestras aspiraciones, pero sabemos que los claustros están llenos cómplices del régimen. Las camarillas profesorales que durante tres años de intervención guardaron respetuoso silencio, hoy se apresuran a ofrecerse como equipos de recambio para la misma política de la universidad mezquina, limitacionista, arancelada, discriminatoria, de la dictadura de los monopolio. A ellos es nece-sario recordarles que, si ahora se atreven a elevar su voz entrecortada hacia el poder central, es por la sangre generosa derramada por los estudiantes, verda-deros puntales de la democracia universitaria. Y que si al margen de las aspi-raciones estudiantiles pretenden encumbrase ofreciendo las migajas de su “comprensión”, su “diálogo” y su “liberalismo”, contra ellos también se volcará el embate de la movilización estudiantil.

12. exhumar: sinónimo rememorar, recordar. 13. cretinismo: Estupidez, idiotez

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Que vivan los estudiantes, jardín de las alegrías.

Son aves que no se asustan de animal ni policía,

y no le asustan las balas ni el ladrar de la jauría.

Caramba y zamba la cosa, que viva la astronomía.

Que vivan los estudiantes

que rugen como los vientos cuando les meten al oído sotanas o regimientos,

pajarillos libertarios igual que los elementos.

Caramba y zamba la cosa, que vivan los experimentos.

Me gustan los estudiantes

porque son la levadura del pan que saldrá del horno

con toda su sabrosura para la boca del pobre

que come con amargura. Caramba y zamba la cosa,

viva la literatura.

Me gustan los estudiantes porque levantan el pecho cuando les dicen harina

sabiéndose que es afrecho, y no hacen el sordomudo

cuando se presenta el hecho. Caramba y zamba la cosa,

el Código del Derecho.

Me gustan los estudiantes que marchan sobre las ruinas;

con las banderas en alto va toda la estudiantina.

Son químicos y doctores, cirujanos y dentistas.

Caramba y zamba la cosa, vivan los especialistas.

Me gustan los estudiantes

que van al laboratorio. Descubren lo que se esconde

adentro del confesorio. Ya tiene el hombre un carrito que llegó hasta el purgatorio.

Caramba y zamba la cosa, los libros explicatorios.

Me gustan los estudiantes

que con muy clara elocuencia a la bolsa negra sacra

le bajó las indulgencias. Porque, ¿hasta cuándo nos dura,

señores, la penitencia?

ME GUSTAN LOS ESTUDIANTES Violeta Parra