Recurso de Apelacion

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Expediente: 2006-570. Especialista: CUADERNO PRINCIPAL Sumilla: APELO SENTENCIA SEÑOR JUEZ DEL JUZGADO DE FAMILIA TRANSITORIO DE LA PROVINCIA DE HUARAZ JORGE ALEX GONZALEZ VARILLAS, con domicilio procesal en el Jr. San Martín Nº 865-Barrio de Belén-Huaraz, en el proceso sobre divorcio por causal seguido con Pamela Ortega Valenzuela; a usted con el debido respeto digo: I.- PRETENSION IMPUGNATORIA Que, dentro del término señalado en el Art. 478º del Código Procesal Civil, concordante con el artículo 373º del indicado cuerpo normativo, interpongo RECURSO DE APELACIÓN contra la SENTENCIA que falla declarando FUNDADA en parte la demanda e infundada la Reconvención planteada por el recurrente; esperando sea revocada en los extremos que a continuación paso a señalar. Son mis fundamentos II.- FUNDAMENTACION DEL AGRAVIO Paso a señalar los errores de hecho y de derecho incurridos en la sentencia impugnada RESPECTO DE LAS PRETENCIONES CONTENIDAS EN LA DEMANDA 2.1. SOBRE EL PRIMER PUNTO CONTROVERTIDO DE LA DEMANDA: NO HA EXISTIDO VIOLENCIA FISICA EN AGRAVIO DE LA DEMANDANTE: Niego y contradigo en todos sus extremos lo sostenido por el A Quo, en su SEXTO CONSIDERANDO, al convalidar una supuesta violencia física contra la demandante, por cuanto al fundamentar su decisión incurre en graves errores de interpretación de los hechos como en la aplicación de normas de carácter sustantivo, como a continuación paso a desarrollar:

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Expediente: 2006-570. Especialista:

CUADERNO PRINCIPAL Sumilla: APELO SENTENCIA

SEÑOR JUEZ DEL JUZGADO DE FAMILIA TRANSITORIO DE LA PROVINCIA DE HUARAZ

JORGE ALEX GONZALEZ VARILLAS, con domicilio procesal en el Jr. San Martín Nº

865-Barrio de Belén-Huaraz, en el proceso sobre divorcio por causal seguido con

Pamela Ortega Valenzuela; a usted con el debido respeto digo:

I.- PRETENSION IMPUGNATORIA

Que, dentro del término señalado en el Art. 478º del Código Procesal Civil,

concordante con el artículo 373º del indicado cuerpo normativo, interpongo

RECURSO DE APELACIÓN contra la SENTENCIA que falla declarando

FUNDADA en parte la demanda e infundada la Reconvención planteada por el

recurrente; esperando sea revocada en los extremos que a continuación paso a

señalar. Son mis fundamentos

II.- FUNDAMENTACION DEL AGRAVIO

Paso a señalar los errores de hecho y de derecho incurridos en la sentencia

impugnada

RESPECTO DE LAS PRETENCIONES CONTENIDAS EN LA DEMANDA

2.1. SOBRE EL PRIMER PUNTO CONTROVERTIDO DE LA DEMANDA: NO HA

EXISTIDO VIOLENCIA FISICA EN AGRAVIO DE LA DEMANDANTE:

Niego y contradigo en todos sus extremos lo sostenido por el A Quo, en su SEXTO

CONSIDERANDO, al convalidar una supuesta violencia física contra la demandante,

por cuanto al fundamentar su decisión incurre en graves errores de interpretación

de los hechos como en la aplicación de normas de carácter sustantivo, como a

continuación paso a desarrollar:

a) El A Quo toma como punto de referencia un hecho ocurrido el 15 de julio del

año 2005, que dio origen a una demanda interpuesta por el Ministerio

Público, tanto contra la demandante y el recurrente en calidad de

codemandados, por MALTRATOS PSICOLOGICOS RECIPROCOS, la misma

que corrió con el Expediente Nº 930-2005. Dicho proceso culminó con la

suscripción de un Acta de Conciliación, donde me auto responsabilizo a

pedido de la propia actora, por encontrarnos en una etapa de reconciliación,

inclusive reiniciado nuestra vida conyugal en mi domicilio ubicado en la Av.

Las Artes Norte Nº 219-221, distrito de San Borja, Lima. En mi decisión primó

mi interés en salvar mi matrimonio, llegando inclusive, en una muestra de

mis sentimientos afectivos a eximir a la demandante de toda

responsabilidad.

Si bien en la indicada Acta de Conciliación la existencia de un “maltrato

psicológico y físico”, debo indicar que el término físico es un añadido que no

se ajusta a los términos de la demanda, pues ésta sólo estuvo dirigida a una

supuesta existencia de maltrato psicológico reciproco, y no físico. Es decir el

Ministerio Público, antes de formular su demanda sólo halló evidencias de la

existencia de violencia psicológica más no física. Consecuentemente, el

hecho que en el Acta de Conciliación se haya añadido el término físico no

prueba su existencia, así lo haya “admitido”, pues no fue materia de

probanza.

Lo más grave no se encuentra que el juzgador no haya tomado en cuenta los

hechos descritos sino que, trasgrediendo una norma sustantiva, admitiera y

valorara un medio probatorio ilegal, pues por el tiempo transcurrido entre

la fecha en que se produjeron los hechos (15 de julio de 2005), a la

fecha de la interposición de la demanda de divorcio(23 de junio de

2006) ya el derecho de accionar de la demandante HABÍACADUCADO,

ello en aplicación del artículo 339º del Código Civil, el cual señala que

la acción basada en el inciso 2 del artículo 333º-Violencia Física y Psicológica-

caduca a los seis (6) meses de producida la causa. Es decir que el Aquo debió

desestimar la pretensión sustentada en los hechos descritos, resultando

irrelevante la fecha en que se suscribió la referida Acta de Conciliación.

Respecto a la institución del derecho civil denominada Caducidad, el jurista

Fernando Vidal Ramírez al Comentar el artículo 2003º del Código Civil señala:

“la norma precisa que la caducidad, al extinguir el derecho, extingue

también la acción que genera o, para mayor claridad, la

pretensión que ha debido hacerse valer dentro del plazo

prefijado por la ley. Ya al comentar el artículo 1989 hemos dejado

expuesto que la acción es el derecho de recurrir a la instancia jurisdiccional y

que, por ello, es un derecho subjetivo. Por ello, la norma debe entenderse no

referida propiamente a la acción sino a la pretensión, que es la expresión de

la exigibilidad del derecho que se quiere hacer valer mediante el ejercicio de

la acción.

La norma del artículo 2003º del Código Civil da contenido a un postulado que

por su claridad, y con la salvedad que ya ha sido planteada, nos exime de

mayor comentario. Sin embargo, para concluir nos resta afirmar que en la

caducidad el orden público está más acentuado que en la prescripción

extintiva, pues el imperativo de la ley por definir o resolver una situación

jurídica se aprecia con mayor rotundidad, haciéndolo prontamente mediante

sus plazos prefijados”

Con lo expuesto queda evidenciado “el error” incurrido por el A Quo, al

incorporar como medio probatorio una situación de hecho, que por mandato

imperativo de la ley, ya había dejado de tener relevancia legal y por lo tanto

debió de ser desestimado como medio probatorio. POR LO TANTO NO SE

ENCUENTRA PROBADA LA EXISTENCIA DE MALTRATO FÍSICO EN

AGRAVIO DE LA DEMANDANTE, DEBIENDO SER DESESTIMADA POR EL

SUPERIOR EN GRADO.

b) El segundo argumento utilizado por el juzgador, en el mismo considerando,

para sostener que la causal de violencia física se encuentra acreditada, está

supuestamente contenida en el Expediente Nº 2006-616, sobre violencia

familiar, el cual concluyó responsabilizándome de actos de violencia familiar

en la figura de maltratos psicologicos, en agravio de mi cónyuge,

ABSOLVIÉNDOSEME DE LOS CARGOS SOBRE VIOLENCIA FÍSICA.

Pese a la claridad de la sentencia, en el sentido que no existió en los

hechos que fueron materia de denuncia, violencia física en contra de

la demandante, el A Quo, de manera inexplicable, por decir lo menos,

insiste en su tesis utilizando para dicho fin el Certificado Médico Legal Nº

000272-VFL, que hace referencia a lesiones leves que sufrió la demandante y

que en el curso del proceso se comprobó que no fueron ocasionados por mi

persona, descartándose que dichas lesiones sean producto de un golpe y

menos que el recurrente sea directamente responsable. Sin embargo, el A

Quo, de forma arbitraria y parcializada, insiste en sostener, desconociendo

una decisión judicial, que no fue apelada por la demandante y que tiene la

condición de Cosa Juzgada, que existió violencia física en agravio de la

actora.

LOS HECHOS EN QUE SE SOSTIENE LA TESIS INCRIMINATORIA DEL A

QUO YA FUERON VALORADOS EN UN PROCESO CONCLUIDO, POR LO

TANTO, RESULTA ILEGAL Y ARBITRARIO PRETENDER ALTERAR EL

SENTIDO DE LA SENTENCIA QUE ESTABLECIO LA INEXISTENCIA DE

VIOLENCIA FÍSICA EN LOS HECHOS OCURRIDOS EL 25 DE MAYO DE

2006.

En consecuencia, sobre este extremo de la sentencia, queda plenamente acreditado

el error incurrido por el A Quo, y que el superior en grado deberá desestimar la

existencia de violencia física en contra de la demandante.

2.2.- SOBRE EL SEGUNDO PUNTO CONTROVERTIDO DE LA DEMANDA: EXISTENCIA O NO DE VILOLENCIA PSICOLÓGICA EN AGRAVIO DE LA DEMANDANTE:

Nuevamente, el A Quo, en su SEPTIMO CONSIDERANDO, para sustentar la

existencia de violencia psicológica en contra de la actora, meritúa los hechos

ocurridos el 15 de julio de 2005, que como ya se explicó en el punto precedente ya

no pueden ser valorados por haber caducado el derecho de accionar de la

demandante. En consecuencia, el Ad Quen debe desestimar los fundamentos

desarrollados teniendo como sustento el Acta de Conciliación contenidos en el

expediente Nº 2005-930.

En cuanto a la sentencia contenida en el Expediente Nº 2006-616, debo reconocer

que allí se me declara responsable de Maltrato Psicológico en agravio de la actora.

Sin embargo debo manifestar que dicha sentencia fue impugnada por el recurrente,

sin alcanzar, lamentablemente, que se amparen mis pretensiones impugnatorias,

pues consideré y sigo considerando que en los hechos que fueron materia de la

demanda sobre violencia familiar, existió una responsabilidad compartida con la

actora, pues el recurrente sólo actuó en protección de la salud psicológica de mi

menor hijo, al trasladarlo a mi domicilio pues en el de su madre se realizaba una

actividad social que a criterio del recurrente no era conveniente la presencia de mi

menor hijo. Esas circunstancias motivaron un altercado con la demandante, dando

lugar al proceso y a la sentencia en mi contra.

Sobre las declaraciones de la testigo ofrecida por la actora, debo manifestar que

ésta se encuentra revestida de una evidente parcialización, ello debido a los

estrechos lazos de amistad que las une.

El A Quo no sólo debió considerar el fallo contenido en la sentencia, sino, además,

aquellas medidas accesorias que resultan importantes para tener una mejor

apreciación de los hechos sobrevinientes:

a) La sentencia obligaba a ambos, a ser sometidos a una terapia psicológica

a fin de superar las diferencias y problemas presentados en la relación

matrimonial.

La actora jamás se presentó al Hospital de Apoyo de Huaraz para someterse a la

terapia psicológica ordenada en la sentencia, dando muestras claras de un total

desinterés por superar los problemas o probables traumas de orden psicológico por

la que atravesaba ella y nuestra relación. Situación distinta a la mostrada por el

apelante, quien sí asistió a la terapia ordenada.

2.3.- SOBRE EL TERCER PUNTO CONTROVERTIDO DE LA DEMANDA: RESPECTO A QUE EL RECURRENTE USA O SUMINISTRA HABITUALMENTE Y DE MANERA INJUSTIFICADA SUSTANCIAS QUE GENERAN TÓXICOMANIA:

El A Quo desestima la demanda en este extremo al considerar, en el OCTAVO

CONSIDERANDO, que NO EXISTE MEDIO PROBATORIO IDONEO QUE

ACREDITE TAL CAUSAL. Para llegar a tal conclusión se remite a los análisis

toxicológicos, obrantes a fojas 465 a 466, practicados al apelante por el Laboratorio

de la Clínica San Pablo, y realizados por el Patólogo Ramis Eleazar Antúnez de

Mayolo, los mismos que dan como resultado “NEGATIVO”. Encuentro conforme a

ley y a mi derecho lo determinado por el A Quo en este extremo de la demanda.

Este considerando resulta relevante porque nos va a permitir demostrar el

razonamiento contradictorio del juzgador, puesto que, por un lado la considera

prueba suficiente para desestimar la pretensión de la actora, pero por otro, no la

considera suficiente para amparar mi pretensión en la reconvención planteada.

2.4.- SOBRE EL CUARTO PUNTO CONTROVERTIDO DE LA DEMANDA: SI LA DEMANDANTE TIENE LA CONDICION DE CONYUGE INOCENTE A EFECTOS DE OTORGARSELE UNA INDEMNIZACION:

El artículo 351º del Código Civil establece de manera condicional “que el Juez

PODRÁ concederle al cónyuge inocente una suma de dinero por concepto de

reparación del daño moral, sí comprometen gravemente su interés persona”. Es

decir, existen dos supuestos: que sea cónyuge inocente y que los hechos que han

determinado el divorcio comprometen gravemente su interés personal. Además, que

el juzgador lo estime pertinente, ya que no se encuentra obligado, en mérito a los

hechos, circunstancias, y condiciones de las partes en conflicto.

Encuentro pertinente acudir a las fuentes doctrinarias para entender mejor la

aplicación de la norma reparadora, que se pretende aplicar al caso:

La doctora Emilia Bustamante al comentar el artículo 351º del Código Civil (Código

Civil Comentado de Gaceta Jurídica), sostiene que: “La norma que contiene este

artículo 351 de nuestro Código Civil, plantea el resarcimiento del daño

moral que hubiera sufrido el cónyuge inocente como consecuencia de la

conducta asumida quien es determinado judicialmente como el cónyuge

culpable en el proceso de divorcio. Debiéndose entender que se le ha

causado daño moral al afectarse al cónyuge inocente en sus bienes

extrapatrimoniales como el honor, prestigio, consideración social, etc.,

particularmente, si los hechos que han determinado el divorcio

comprometen gravemente el interés personal de aquel cónyuge (PERALTA

ANDíA, p.267”).

En cuanto al monto indemnizatorio señala: “Sobre el monto de la indemnización que

se entregue a la víctima a título de reparación, debe precisarse que ésta no implica

una valoración económica del daño moral producido. Dicho dinero no está

destinado a "reponer las cosas a su estado anterior" ni a eliminar el dolor o

el sufrimiento. El dinero es sólo instrumental, representa el medio que permite

a la víctima hallar, a través de su inversión, una determinada y hasta

simbólica compensación del daño. Como acertadamente expresa Fernández

Sessarego, el peculio que se transfiere a la persona que ha padecido un

daño moral, tiene el exclusivo propósito de que le sea útil para encontrar

cierto tipo de satisfacción espiritual, un gozo o un placer, algunas

sensaciones agradables, placenteras, relajantes. El dinero recibido podrá

ser empleado por la víctima para disipar, si es posible y en alguna medida,

su dolor mediante entretenimientos o diversiones adecuados a su

personalidad”.

“Un criterio importante en la valorización de la indemnización que debe fijar el juez

cuando se invoque el artículo 351 será tener en cuenta la incidencia del mismo

daño moral en la persona del cónyuge inocente y su familia. En ese

sentido, el art.1984 del Código Civil prescribe que el daño moral es

indemnizado considerando su magnitud y el menoscabo producido a la

víctima o a su familia”.

“Con respecto a la determinación de la indemnización por daño moral, será

necesario aplicar de forma sistemática lo dispuesto en el artículo 1985 de

nuestro Código Civil en cuanto regula el contenido de la indemnización, el

nexo de causalidad adecuada que debe existir entre el hecho y el daño

producido”.

“En todo caso, las conductas del cónyuge que propició la causal son cuestiones de

hechos, sujetos a probanza y a la apreciación del juez. Entonces, caso por caso

deberán analizarse los hechos que determinaron el divorcio y que puedan ser

considerados como causa de daño resarcible al haber afectado gravemente el

legítimo interés personal del cónyuge inocente, entonces tales hechos serán

fuente de resarcimiento en la medida en que hayan constituido lesión o

menoscabo de derechos personalísimos (ZANNONI, p. 232)”.

Como puede apreciarse de las citas transcritas, para determinar si corresponde

adjudicarle a la actora un monto indemnizatorio deben de tenerse en cuenta las

siguientes consideraciones:

a) Si la actora es cónyuge inocente: en el devenir del proceso se ha acreditado,

a diferencia de lo que sostiene el A Quo, que existe en la disolución de la

relación matrimonial una responsabilidad compartida; es decir, no puede

sostenerse, sin caer en la arbitrariedad e injusticia, que uno sólo de los

cónyuges haya sido perjudicado. Más aun, cuando la actora es responsable

de haber incurrido en la causal de injuria grave en mi contra, ocasionándome

un grave daño moral, que se manifiesta con un perjuicio a mi derecho al

honor. Habiendo una corresponsabilidad no puede atribuirse solo a la actora

la condición de cónyuge inocente. Que los hechos comprometan gravemente

el interés personal del cónyuge inocente: siendo discutible si sólo a la actora

se le puede atribuir tal condición, más lo es si los hechos afectaron

GRAVEMENTE su interés personal.

En ese sentido, el art.1984 del Código Civil prescribe que el daño moral es

indemnizado considerando su magnitud y el menoscabo producido a la

víctima o a su familia. En el curso del proceso no se ha desarrollado, como

debió ser, ninguna argumentación referida a la magnitud o gravedad del

daño que se habría producido en contra de la actora. Más aun, cuando la

propia actora no lo ha demostrado, por ejemplo con tratamiento o terapias a

las que pudo haber sido sometida, ni estableciendo los costos que dichos

procedimientos médicos pudieron costarle.

Inclusive, la actora no tuvo el menor interés de cumplir con los términos de la

sentencia recaída en el expediente Nº 2006-616, que la obligaban a

someterse a una terapia psicológica.

Entonces, ¿como el A Quo puede determinar que el daño es cuantificable y

que este alcanza a la suma de Cinco Mil Nuevos Soles?. También en este

extremo encontramos una abierta parcialización a favor de la actora.

b) Para establecer un monto indemnizatorio resulta, además, necesario tener

en cuenta las condiciones económicas del obligado. En el caso que nos

motiva, el recurrente ha demostrado ser una persona sin ingresos fijos, ni

contar con bienes patrimoniales que le permitan afrontar un gasto como el

fijado por el juzgador. Más aun sin tener en cuenta que ya tiene la carga

alimenticia de su menor hijo y cónyuge.

Durante más de cuatro años vengo otorgando a la actora la

suma de cien nuevos soles por concepto de alimentos, que a

la

fecha ascienden a más de cinco mil nuevos soles,

computándose desde febrero de 2005. Ello pese a ser una

persona en la plenitud de sus facultades, inclusive con

ingresos que obtiene en su condición de educadora. En todo

caso las sumas entregadas por dicho concepto, que como ya

lo mencioné superan el monto concedido como indemnización

en la sentencia, deberían considerarse como “una

indemnización” y, por consiguiente darse por satisfecha en

dicho extremo.

c) En este Considerando, el A Quo vuelve a referirse, para sustentar su

decisión, en un instrumento indebido, como es el Acta de

Conciliación resultante en el expediente Nº 2005-930, el cual, como

ampliamente se ha demostrado contiene un derecho ya caduco.

En conclusión, sobre este extremo de la sentencia, considero que a la

actora no le corresponde monto indemnizatorio alguno, y así debe

declararlo el Aq Quen.

2.5.- SOBRE EL QUINTO PUNTO CONTROVERTIDO DE LA DEMANDA: SI LA DEMANDANTE TIENE EL DERECHO DE SEGUIR PERCIBIENDO EL DERECHO ALIMENTICIO POR PARTE DEL RECURRENTE:

Expreso mi conformidad sobre lo resulto en este extremo de la sentencia.

2.6.- SOBRE EL SEXTO Y SEPTIMO PUNTOS CONTROVERTIDOS DE LA DEMANDA: INCREMENTO DE LA PENSIÓN ALIMENTICIA DE NUESTRO MENOR HIJO:

Dadas las condiciones económicas del recurrente; es decir, no contar con un ingreso

permanente, más que los que obtengo de labores eventuales ni contar con

patrimonio propio, tal como en la propia sentencia se reconoce, solicito desestimar

el incremento señalado por El A Quo, y mantener el monto en la suma establecida

en el considerando décimo del Acta de Conciliación obrante en el expediente 2005-

930, que fijo los alimentos a favor de mi menor hijo en la suma de doscientos

nuevos soles (S/. 200.00).

2.7.- SOBRE EL OCTAVO PUNTO CONTROVERTIDO DE LA DEMANDA: SOBRE

LA TENENCIA DE NUESTRO MENOR HIJO: Respecto a este extremo de la

demanda, ya en mi escrito de contestación, como se señala en la sentencia, exprese

mi conformidad en el sentido que la demandante debe seguir ejerciendo la tenencia

de nuestro menor hijo.

RESPECTO DE LAS PRETENCIONES CONTENIDAS EN LA

RECONVENCION

2.8.- SOBRE EL PRIMER PUNTO CONTROVERTIDO DE LA RECONVENCION: EXISTENCIA DE INJURIA GRAVE PROFERIDA POR LA DEMANDANTE EN AGRAVIO DEL APELANTE QUE HACE LA VIDA INSOPORTABLE EN COMÚN.

Solicito que al reexaminarse este extremo de la reconvención, se revoque la

recurrida y se declare fundada mi demanda de divorcio por la causal de injuria

grave; para ello, deberán tenerse en cuenta los siguientes fundamentos:

a) Que, la actora al formular su demanda me imputa, injuriosa y

calumniosamente, sin prueba alguna, ser un consumidor habitual

de sustancias que generan toxicomanía.

b) Es más grave su imputación cuando para sostenerla, hace

referencia que se produce en “el ámbito de la propia sociedad

con la que se vincula”, es decir, que en ese contexto se

encuentran mis padres, hermanos, familiares y amistades con las

que frecuento o hago vida social, situación que compromete mi

honor, reputación como el de mi familia. Inclusive llega a

sostener que bajo los efectos de drogas dilapido los ingresos

provenientes del comercio de mis señores padres.

Con la negada e injuriosa imputación la actora pretende

presentarme como una persona sumisa a vicios y malos hábitos,

con el único fin de obtener la tenencia de nuestro menor hijo, así

como negarme la posibilidad de tener un mayor acercamiento

con él.

Respecto a este extremo de la demanda, ya en mi escrito de contestación, como se

señala en la sentencia, exprese mi conformidad en el sentido que la demandante

debe seguir ejerciendo la tenencia de nuestro menor hijo.

RESPECTO DE LAS PRETENCIONES CONTENIDAS EN LA

RECONVENCION

2.8.- SOBRE EL PRIMER PUNTO CONTROVERTIDO DE LA RECONVENCION: EXISTENCIA DE INJURIA GRAVE PROFERIDA POR LA DEMANDANTE EN AGRAVIO DEL APELANTE QUE HACE LA VIDA INSOPORTABLE EN COMÚN.

Solicito que al reexaminarse este extremo de la reconvención, se revoque la

recurrida y se declare fundada mi demanda de divorcio por la causal de injuria

grave; para ello, deberán tenerse en cuenta los siguientes fundamentos:

a) Que, la actora al formular su demanda me imputa, injuriosa y

calumniosamente, sin prueba alguna, ser un consumidor habitual

de sustancias que generan toxicomanía.

b) Es más grave su imputación cuando para sostenerla, hace

referencia que se produce en “el ámbito de la propia sociedad

con la que se vincula”, es decir, que en ese contexto se

encuentran mis padres, hermanos, familiares y amistades con las

que frecuento o hago vida social, situación que compromete mi

honor, reputación como el de mi familia. Inclusive llega a

sostener que bajo los efectos de drogas dilapido los ingresos

provenientes del comercio de mis señores padres.

Con la negada e injuriosa imputación la actora pretende

presentarme como una persona sumisa a vicios y malos hábitos,

con el único fin de obtener la tenencia de nuestro menor hijo, así

como negarme la posibilidad de tener un mayor acercamiento

con él.

c) Es principio irrefutable, en materia procesal, que quien alega un

hecho está en la obligación de probarlo. En este caso, como

prueba solicita un examen toxicológico, por lo tanto, somete la

validez de sus imputaciones al resultado de la prueba ofrecida.

Este examen toxicológico, que obra a fojas 465 a 466, al que me

sometí voluntariamente, arroja un resultado NEGATIVO. ES decir,

el único examen que podría demostrar la validez de la injuriosa

imputación la descarta totalmente, con lo que queda probada la

causal invocada por el recurrente al reconvenir a la demanda.

d) El A Quo, pese a la contundencia del examen, considera como

argumento válido para desestimar la causal invocada, las

respuestas dadas por el perito toxicológico en el sentido que los

resultados de las pruebas dependen del tiempo transcurrido

entre el consumo y la fecha real del examen, y que por ello no

puede determinarse si el recurrente ha sido o no consumidor.

Si a criterio del juzgador se producían dudas, ¿porqué no ordenó

otro tipo de exámenes para determinar si, como sostiene

injuriosamente la actora, soy un consumidor habitual de

sustancias toxicológicas?. Es sabida la existencia de pruebas que

determinan si una persona ha siso consumidor de drogas en un

período de varios años. Está prueba se realiza con el cabello de la

persona examinada.

e) Bajo la lógica del juzgador, el hecho que el examen practicado a

mi persona da un resultado temporal, me hace prácticamente

culpable del cargo que me formuló la reconvenida. Si se trata de

una imputación ¿no debió aplicarse el principio del indubio pro

reo?, es decir, si no hay prueba o existe la duda, ésta debe

favorecer a quien se la han imputado determinadas conductas y

no a quien las formula. ¿El mundo al revés?.

Lo cierto y concreto es que la actora, quien tiene la carga de la

prueba, no ha podido acreditar en el curso del proceso la validez

de su imputación, con lo que al quedar desvirtuado, debe

ampararse la causal invocada por el reconviniente, de Injuria

Grave que hace insoportable la vida en común

f) En cuanto a lo sostenido por el A Quo, para desestimar mi

pretensión, en el sentido que al encontrarnos separados no es

pertinente invocar la condición relacionada a hacer insoportable

la vida en común, debo señalar, nuevamente, que incurre en

grave error de apreciación. Para aclarar este punto invoco la

Jurisprudencia contenida en la CAS. Nº 2239-2001-LIMA, que en

su Tercer Considerando sostiene:

“ …Asimismo, no se requiere reiterancia porque para afectar

gravemente el honor de una persona no es necesario que existan

ofensas sucesivas, porque el Código Civil no lo exige; sin

embargo se debe tener en cuenta la gravedad de las ofensas que

DIFICULTAN O IMPOSIBILITAN LA RECONCILIACIÓN DE LOS

CONYUGES SI SE HALLAN SEPARADOS, como ya ha sido

resuelto por este Tribunal”.

Es decir, sostener que porque se hallan separados no es aplicable

la causal de injuria grave, tal como lo prescribe el artículo 333º

inciso 4, es desconocer la debida aplicación de la norma o,

establecer una interpretación parcializada para favorecer a la

reconvenida.

Queda claro que el hecho de habernos encontrado separados no

descartaba una posible reconciliación, y por lo tanto, que la

injuria del que fui víctima lo imposibilitara.

g) El animus injuriandi de la actora se mantuvo cuando, mediante

escrito, obrante a fojas 121 a 124, del Cuaderno de Excepción,

mediante la cual absuelve el traslado de la excepción deducida

por el recurrente, sostiene de manera injuriosa y temeraria, en el

quinto punto: “…por cuanto tengo conocimiento verbal de

algunos moradores de su barrio que el demandado a

llegado a atentar contra la vida de sus señores padres, e

inclusive existe una denuncia policial por parte del padre a

su hijo, en archivo de denuncias de la comisaria de

Huaraz”.

Nuevamente vuelve a injuriarme sin aportar ninguna prueba que

sustente su gravísima imputación. Inclusive, si sostiene la

existencia de una denuncia policial en mi contra, y que se

encontraría en los archivos de la Policía Nacional, porqué no lo

solicitó y presento, o por lo menos ofrecerlo para que se solicite

judicialmente.

Dichas injurias merecieron una respuesta de mi parte, siendo que

con escrito de fecha 13 de diciembre de 2006 (fojas 176 a 179 del

Cuaderno de Medida Cautelar), la niego y contradigo, ofreciendo

como medios probatorios:

la Declaración Jurada Notarial suscrita por mis señores

padres negando haber sido víctimas de ningún atentado

por parte del apelante, ni haber formulado denuncia

alguna en mi contra (fojas 162 del Cuaderno de Medida

Cautelar).

La Certificación Policial de inexistencia de denuncias en mi

contra (fojas 164 del Cuaderno de Medida Cautelar).

De acuerdo a la jurisprudencia mencionada en el punto

anterior (CAS. Nº 2239-2001-LIMA): “…la reiteración puede

tornar graves las ofensas que aisladamente serían leves,

cuando tal reiteración hace insoportable la vida en

común…”. Debe entenderse no sólo cuando aun exista una

relación de convivencia sino, también, como en la propia

jurisprudencia se sostiene, cuando imposibiliten la

reconciliación de los cónyuges.

h) Se advierte la gravedad de la conducta injuriosa de la actora por

el reiterado desprecio, ultraje hacia el cónyuge ofendido, al

agraviar reiteradamente mi honor.

La actora pretende presentarme como una persona violenta y sin apego a valores

de orden moral y social; sin embargo, nada más alejado de la verdad, como lo

acredito acompañando las siguientes instrumentales que prueban mi conducta en el

ámbito comunitario, al servicio de causas humanitarias, así como mi participación

en tareas cristianas:

1. Constancia expedida por el Párroco de la Parroquia San Antonio de

Padua, de fecha 29 de julio de 2005, a través de la cual se reconoce

mis valores humanos, por los donativos de víveres a favor de los

pobres que acuden diariamente a alimentarse en el comedor

parroquial.

2. Constancia expedida por el Párroco de la Parroquia San Antonio de

Padua, de fecha 28 de marzo de 2010, mediante la cual se me

agradece por los servicios prestados a la parroquia desde que era

acólito, así como por mi responsabilidad en el trabajo y en servicio a

la iglesia.

3. Constancia expedida por el Párroco de la Parroquia Nuestra Señora

de Belén, de fecha 29 de marzo de 2010, donde se acredita que

participo activamente en el Grupo de Oración Parroquial desde el

año 2001.

1. Constancia expedida por la sociedad Protectora de Animales, de

fecha 30 de marzo de 2010, donde se acredita ser miembro de dicha

institución en la categoría de Socio Voluntario, brindando apoyo y

socorro a los animales desvalidos en la comunidad,

desempeñándome con gran humanidad, sensibilidad, honestidad y

responsabilidad.

2.9.- SOBRE EL SEGUNDO PUNTO CONTROVERTIDO DE LA RECONVENCION: SI EL RECONVINIENTE TIENE LA CONDICION DE CONYUGE INOCENTE A EFECTOS DE OTORGARSELE UNA INDEMNIZACION:

LLAMBíAS ha definido el daño moral como el género que comprende a toda lesión en

los sentimientos, por el sufrimiento o dolor que alguien padece (citado en

BELLUSCIO, p.33). Aplicado al divorcio, puede decirse que, el daño moral es el

derivado de los hechos constitutivos de las causales de divorcio, los que han sido

causados por la conducta del cónyuge declarado culpable en dicho proceso, y que

han perjudicado de forma directa en el honor, en la reputación social, en suma, en el

interés personal del cónyuge inocente.

Del artículo 351º del Código Civil aparece que el cónyuge inocente se encuentra

legitimado para solicitar la indemnización por daño moral, que en el caso presente

resulta ser la parte reconviniente en el proceso de divorcio por causal, al haber

quedado acreditada la causal alegada.

Habiendo demostrado, por los argumentos de orden fáctico y jurídico, que la actora

ha incurrido en la causal de injuria grave que hace insoportable la vida en común,

me ratifico en mi pretensión que el Ad Quen, corrigiendo al A Quo, me otorgue la

suma indemnizatoria solicitada en la reconvensión.

RESPECTO A MI SUSPENSION EN EL EJERCICIO DE LA PATRIA

POTESTAD

Sobre este extremo de la sentencia, por el cual se me suspende, arbitrariamente,

en el ejercicio de la Patria Potestad he presentado un Recurso de Aclaración ante el

A Quo, el cual a la fecha no ha sido resuelto. Sin perjuicio de ello, reproduzco sus

términos en vía de apelación a efectos que el superior en grado reexamine la

absurda decisión, y revocándola la desestime, reconociendo mi pleno derecho a

ejercer la patria potestad de mi menor hijo conjuntamente con su progenitora:

Como bien lo ha determinado uniforme y reiterada jurisprudencia especializada el

Derecho de Familia, la prescripción referida a la "suspensión de la patria potestad"

contenida en el tercer párrafo del artículo 3400 del Código Civil no se puede entender

de forma literal sino que debe considerarse entendida respecto de la tenencia y

custodia de los hijos; conclusión a la que se arriba después de realizar una aplicación e

interpretación sistémica de las normas y desde una lectura constitucional de las

mismas.

En efecto, el artículo 4190 del Código Civil señala que la patria potestad se

ejerce en forma conjunta por el padre y la madre durante el matrimonio,

correspondiendo a

ambos la representación legal del hijo. Parecería que detrás de esta norma

no hay ningún problema constitucional, pues sería concordante con el

principio

de igualdad del varón y la mujer apuntalado constitucionalmente. Sin embargo, si

tenemos en cuenta el subrayado, en concordancia con el inciso g) del artículo 750 del

Código de los Niños y Adolescentes, de acuerdo a nuestro ordenamiento legal, dicho

ejercicio conjunto únicamente se daría durante la vigencia del matrimonio.

Por otro lado, en el caso de la filiación extramatrimonial, el artículo 4210 del Código

Civil señala que la patria potestad se ejerce por el padre o madre que los ha

reconocido. No obstante, el segundo párrafo de ese mismo artículo cuando ambos lo

han reconocido establece que el juez determina a quien corresponde la patria

potestad, lo cual significaría que el otro quedaría suspendido en su ejercicio. En tal

sentido, nuestra legislación Civil tanto frente al régimen de la filiación matrimonial

como en el caso de la extramatrimonial, en el caso de la patria potestad, si bien regula

que ésta surge cuando el hijo nace dentro del matrimonio, o cuando es reconocido,

confunde la patria potestad con la tenencia, pues identifica el hecho de vivir juntos o

separados con la suspensión de la patria potestad.

En este sentido, haciendo una aplicación sistemática de las normas y desde una

lectura constitucional de las mismas, podemos concluir que en nuestra legislación la

patria potestad en la filiación matrimonial se ejerce por ambos padres y en la

extramatrimonial se ejerce por los padres que han reconocido al hijo, manteniéndose

en tanto no se incurra en alguna de las causales "numerus clausus" del artículo 750

del Código de los Niños y Adolescentes, por lo que no se podría suspender su

ejercicio por el hecho de que los padres no vivan juntos. Debiéndose tener en cuenta

además que al existir una sola filiación con prescindencia del origen, existe también un

único sistema de suspensión y extinción.

En este orden de ideas, si tenemos en cuenta que el Código de los Niños y

Adolescentes tampoco suspende el ejercicio de la patria potestad en el caso de la

separación convencional y divorcio ulterior (artículo 76°), y que esta regulación es

coherente con el ejercicio conjunto proyectado por los principios constitucionales de

igualdad de los hijos y de igualdad del varón y la mujer en el ejercicio de la patria

potestad, así como con la normatividad internacional. (artículo 18.1 CIND). Se

considera, por ello, INCONSTITUCIONAL EL TERCER PÁRRAFO DEL ARTíCULO

340° DEL CÓDIGO CIVIL Y EL ARTíCULO 75° INCISO G DEL CÓDIGO DE LOS

NIÑOS Y ADOLESCENTES) , que en casos de separación, divorcio o invalidez,

suspenden la patria potestad, pues al tener dicha suspensión como causa fuente el

incumplimiento de los deberes conyugales, más no los vinculados con su ejercicio,

vulnera el principio de igualdad de los hijos al generar una regulación distinta, (de

acuerdo al tipo de separación), que los coloca como un trofeo para el ganador del

divorcio por culpa, sancionándolos por hechos cometidos por sus padres y dificultando

el ejercicio de sus derechos humanos específicos, concretamente el derecho de

comunicación y relación, además de constituir una injerencia arbitraria que imposibilita

que ambos padres ejerzan sus responsabilidades, derechos y deberes de padres

luego del divorcio, ahondando los efectos perjudiciales del mismo sobre sus hijos.

Por otro lado, en un caso de divorcio por causal, al resolverse automáticamente o por

voluntad unilateral del juez en la sentencia sobre la suspensión de la patria potestad,

SE VULNERA EL PRINCIPIO DE CONGRUENCIA PROCESAL, pues se termina

fallando sobre un aspecto no controvertido, que no ha formado parte del debate

probatorio al interior del proceso judicial.

Distinta sería la situación, si en la demanda se acumula la suspensión como una

pretensión accesoria la cual tiene que estar fundamentada respecto de la alegación y

prueba de la comisión de hechos vinculados con el ejercicio del rol paterno o materno

filial en discusión.

Por último, suspender la patria potestad implicaría que el recurrente se desentendiera

de sus obligaciones y derechos respecto de mi menor hijo, situación ilógica e

inconstitucional que no puede siquiera admitirse como válida en un estado de derecho.

Es más, constituiría una clarísima contradicción con el extremo de la misma sentencia

que establece un régimen de visitas para el recurrente.

En consecuencia, considerando que los señores Magistrados se encuentran investidos

del control difuso y siendo por demás clarísimo que las normas aludidas (tercer párrafo

del artículo 3400 del Código Civil y el artículo 750 inciso g del Código de los Niños y

Adolescentes) colisionan con los preceptos constituciones precedentemente invocados,

consideramos que el Ad Quen debe modificar el sent i do de l a

sentencia

precisa n do que la suspens i ón está refer i da a la tenencia y custod i a de

m i m e n o r hij o y n o , co m o se ha establec i do , a l a patr i a potestad .

Además de lo señalado, debo indicar que en todo momento cumplí con

mis obligaciones de padre salvaguardando su bienestar y salud física,

como ocurrió en el año 2007, al sufrir mi menor hijo una grave

enfermedad que puso en riesgo su propia vida. En dichas

circunstancias asumí el íntegro de los gastos, de ambulancia para el

traslado a la ciudad de Lima, como de hospitalización, exámenes

clínicos y medicinas, que ascendieron a la suma de S/. 4,047.35.

Gastos dispuestos al margen de la pensión alimenticia a favor de mi

hijo y progenitora que nunca deje de cumplir, salvo retrasos

justificados por falta de disponibilidad temporal.

De igual modo, me preocupe por otorgarle una buena educación

matriculándolo en el Colegio Huascarán de la ciudad de Huaraz, cuyos

gastos de matrícula y pensión mensual los asumí fuera de la

obligación alimentaria.

RESPECTO AL REGIMEN DE VISITAS

El artículo 9º, numeral 3 de la Convención de los Derechos del Niño establece que

“corresponde al estado respetar el derecho del niño que esté separado de uno o

ambos padres de mantener relaciones personales y contacto directo con ambos

padres de manera regular, salvo si ello es contrario al interés superior del niño”.

En ese mismo sentido el artículo 88º del Código de los Niños y Adolescentes

establece “el derecho de los padres que no ejerzan la custodia del menor a

visitarlos, en resguardo de su bienestar”.

De igual forma el artículo 90º del indicado cuerpo normativo extiende el Régimen

de Visitas a los parientes hasta el cuarto grado de afinidad y segundo de

afinidad.

El jurista Alez Placido Vilcachagua, sobre el Régimen de Visitas sostiene: “el

otorgamiento de la tenencia de hijos menores a uno de los cónyuges o a un tercero

no priva al otro-ni a ambos-en el segundo caso- del derecho a mantener relaciones

personales con aquellos, el cual se manifiesta especialmente en el derecho de

visitas, sin perjuicio de otros aspectos, como el intercambio de correspondencia, la

vigilancia de la educación, etc. Sólo por causas muy graves que supongan poner en

peligro la seguridad, la salud física o moral de los menores puede privarse de él a

los padres.

Considero pertinente citar al especialista José Moreno Millán Profesor de Primaria,

Psicopedagogo y Orientador Familiar, quien al referirse a la importancia de la figura

paterna en el desarrollo de los hijos señala lo siguiente:

1. El padre es el primer modelo de hombre que tienen sus hijos, de ahí la

importancia de su presencia, es la primera persona que junto con la madre,

forjaran las primeras experiencias de los hijos.

2. -El padre ocupa un lugar destacado en la configuración de pertenencia de 

los  hijos   a una familia, a una sociedad...

3. -El padre es una ayuda en el desarrollo social de los hijos, en su equilibrio

emocional. Su actuación ante los  hijos debe  basarse en la afectividad y en la

negociación, antes de convertirse esta en actos dominantes o sobreprotectores.

4. - El padre como un modelo pro-activo, sabiendo sacar lo positivo de cada una

de las circunstancias por las que atraviesan sus hijos.

5. -El padre como modelador de las emociones y sentimientos de sus hijos,

siendo capaz de ayudarles a verbalizar sus emociones y comprender sus  

fracasos.

Sobre las consecuencias de la falta de la figura paterna sostiene, el mismo

pedagogo:

“La presencia del padre es de vital importancia en el desarrollo de los diversos

aspectos evolutivos de la  vida de los hijos, aquí se señala de forma  general la

ausencia de la figura paterna o su presencia mínima:

 

      a) Perdida de contacto afectivo y lúdico con los hijos, la  presencia del padre, su

comunicación   con los hijos, el tiempo que dedica a jugar con ellos es de

vital importancia en la construcción del aparato psíquico del niño  y del

desarrollo de su autoestima.

a) Pérdida de la dinámica familiar, de importancia considerable para el

desarrollo del concepto de familia del menor, el ejemplo de los padres es

la garantía que los hijos sabrán enfrentarse con éxito a las relaciones con

las personas del otro sexo.

c) Aparición de conductas regresivas. Los niños que se encuentran en la etapa

de educación infantil tienden a manifestar conductas regresivas cuando la

figura del padre está ausente: insomnio, crisis de rabietas, angustia de

separación de la madre, pérdida del control de esfínteres, regresión en los

hábitos de limpieza, estancamiento en las adquisiciones cognitivas, temores

fóbicos.

Los adolescentes son los que más  sufren esta ausencia, presentan a corto

plazo, inseguridad, soledad y a veces estados depresivos, tienden a

manifestar esta ausencia de afecto y comunicación en forma de:

         1. -Fracaso escolar.

2. - Conducta antisocial.

         3. - Dejadez, vagancia.

         4. - Consumo de productos tóxicos.

        

         d) En la interacción paterno-filial, el padre contribuye al desarrollo emocional del

hijo al proyectarse en su mente  como una persona competente, fuerte y

segura de su masculinidad. Contribuye de igual forma al mostrarse  afectivo

en su trato. Esto ayudara a forjar personas competentes y seguras en sus

vidas personales.

a) Durante la infancia los niños se benefician del contacto con un modelo

paterno responsable, racional, benévolo, sereno y empático. Pero en el caso

del niño la imagen del padre es especialmente importante a la hora

demodular sus impulsos agresivos, (los padres que juegan con sus hijos,

tienen éstos, unas  mayores posibilidades de autorregular su conducta, pues

mediante el juego, y si éste es de forcejeo el niño conoce sus posibilidades y

sus limitaciones, aprende a controlar sus fuerzas, reconoce cuando se ha

excedido y aprende a pedir perdón).      

Con la interrelación del niño con el modelo paterno, éste va descubriendo el

modelo de autoridad, expresado en el padre en forma de servicio, de ayuda,

de seguridad en sí mismo, de saber intervenir de forma adecuada en

situaciones conflictivas. Además el niño es capaz de configurar su identidad

masculina y de forjar el talante del futuro padre.

 

b) La imagen paterna se construye en la mente de los niños, no sólo de los

rasgos de su progenitor, sino también de los atributos de otros hombres

importantes de su infancia, y de cualidades paternas idealizadas en otros

personajes que los niños captan de los ídolos de su tiempo. De ahí la importancia de

valorar y confrontar las influencias ambientales que reciben los hijos. ) El

apego que aporta el padre al niño con su intervención, servirá a éste de

sostén emocional, la empatía del padre-hijo se articula con la futura

disposición del hijo a adoptar actitudes de cooperación y su ausencia creara

actitudes de conflicto.

               e) La figura del padre aporta al hijo protección. El niño que se siente protegido

por su progenitor aprende y comienza a desarrollar conductas de

autocuidado.

ES por todo lo expuesto y considerando, además, haber cumplido con todas mis

obligaciones de padre, tanto en lo económico como en lo afectivo, que considero

exiguo el tiempo dispuesto como régimen de visita en la sentencia. Son sólo nueve

horas a la semana y en un horario que no me permite realizar todas actividades que

quisiera en un afán de interrelacionarme más con mi menor hijo.

Debo manifestar que inclusive mi menor hijo me pregunta, ¿porqué tengo que

dejarlo tan temprano?, o, ¿porqué no se puede quedar a dormir conmigo?, o, que

me extraña cuando no está conmigo.

Además, del poco tiempo que significa el régimen de visitas dispouesto, se han

presentado dificultades para hacerse efectiva, inclusive su madre y actora en el

presente proceso fue denunciada penalmente por no permitirme visitar a mi hijo. A

ello tiene que agregarse las constantes hostilizaciones y agresiones, tanto físicas

como psicológicas que recibo de parte de los familiares directos de la demandante,

como son su madre hermana y sobrino al momento de recogerlo o devolverlo, pues

mi hijo reside en el domicilio de su abuela: Por dichas agresiones he tenido que

denunciarlos reiteradas veces, existiendo a la fecha una demanda por maltrato

físico y psicológico y una denuncia penal por lesiones, ambas en mi agravio. Esto

último lo

acredito con la copia del Auto Admisorio de la Demanda Expediente Nº 00058-2010

que corre por ante el Segundo Juzgado de familia.

Por los fundamentos expuestos solicito, que al momento de resolver, se modifique

este extremo de la sentencia otorgándome el siguiente Régimen de Visitas:

RÉGIMEN DE VISITAS de manera semanal en mi domicilio sito en el Jr. Simón

Bolívar Nº 580: los días miércoles de dos y treinta a siete de la noche y los fines de

semana que se iniciaría los días viernes a las seis de la tarde hasta el día domingo a

horas seis de la tarde, pudiendo ser supervisado el régimen fijado por la progenitora

del menor; asimismo, festividades como el día del padre; fiestas patrias,

específicamente los días veintiocho; festividades de navidad específicamente el día

veinticinco de diciembre y uno de enero, en el horario de siete de la mañana a siete

de la noche; cumpleaños del menor, de manera alternada pasara el menor con uno

de sus padres, empezando las festividades correspondientes a este año (2010) con

su padre; en sus vacaciones escolares la mitad del tiempo con su madre y la otra

mitad de tiempo con su padre; además, EXTIENDASE EL RÉGIMEN DE VISITAS a

favor de sus abuelos Víctor González Soto y Luz Varillas de González, sus tíos Mirko

Rafael González Varillas y María del Pilar Vega de González.

EL AD QUEN DEBE, ADEMÁS, REVALORAR LOS FUNDAMENTOS

DE HECHO Y DE DERECHO CONTENIDOS EN LA CONTESTACIÓN

DE LA DEMANDA Y RECONVENSIÓN

III.- NATURALEZA DEL AGRAVIO

La recurrida me causa agravio, pues con la decisión adoptada por A Quo se atentaría

contra mi derecho a ejercer la Patria Potestad de Mi menor hijo, un daño moral al

considerárseme cónyuge culpable de la disolución del vínculo matrimonial, un

perjuicio económico al obligarme al pago de una indemnización que no corresponde

otorgar y una disminución en el tiempo que debo de tener para compartir con mi

menor hijo, con las afectaciones emocionales y psicológicas que ello conlleva, tanto

para el apelante como para el menor.

IV. MEDIOS PROBATORIOS

Al amparo de lo dispuesto en el artículo 374º, incisos 1 y 2, del Código

Procesal Civil, ofrecemos los siguientes documentos, en calidad de medios

probatorios: El mérito de la Constancia expedida por el Párroco de la

Parroquia San Antonio de Padua, de fecha 29 de julio de 2005, en

un folios.

El mérito de la Constancia expedida por el Párroco de la Parroquia

San Antonio de Padua, de fecha 28 de marzo de 2010, en un folio.

El mérito de la Constancia expedida por el Párroco de la Parroquia

Nuestra Señora de Belén, de fecha 29 de marzo de 2010, en un

folio.

El mérito de la Constancia expedida por la sociedad Protectora de

Animales, de fecha 30 de marzo de 2010, en un folio.

El mérito del Auto Admisorio de la Demanda-Expediente Nº 00058-2010-

que corre por ante el Segundo Juzgado de familia.

Apertura de Investigación Fiscal contra Los familiares directos de la actora,

Caso Nº 2010-048, incluyendo a ésta en la ampliación de denuncia

El mérito de los comprobantes de pago, por los gastos asumidos en la

curación de mi menor hijo, ascendentes a la suma de S/. 4,047.35, y los

diagnósticos médicos.

El mérito de los pagos realizados al Colegio Huascarán.

POR TANTO:

A USTED SOLICITO CONCEDER EL PRESENTE RECURSO DE APELACIÓN Y

ELEVARLO AL SUPERIOR EN GRADO, DONDE ESPERO SEA REVOCADA

LA RECURRIDA SEGÚN LOS FUNDAMENTOS EXPUESTOS.

PRIMER OTROSI DIGO: Que, acompaño los siguientes anexos:

1-A.- Constancia expedida por el Párroco de la Parroquia San Antonio de Padua, de

fecha 29 de julio de 2005

1-B.- Constancia expedida por el Párroco de la Parroquia San Antonio de Padua, de

fecha 28 de marzo de 2010

1-C.- Constancia expedida por el Párroco de la Parroquia Nuestra Señora de Belén,

de fecha 29 de marzo de 20101-D.- Constancia expedida por la sociedad

Protectora de Animales, de fecha 30 de marzo de 2010.

1-E.- Auto Admisorio de la Demanda-Expediente Nº 00058-2010- que corre por

ante el Segundo Juzgado de familia.

1-F.- Apertura de Investigación Fiscal contra Los familiares directos de la actora,

Caso Nº 2010-048

1-G.- comprobantes de pago, por los gastos asumidos en la curación de mi menor

hijo, ascendentes a la suma de S/. 4,047.35, y los diagnósticos médicos

1-H.- pagos realizados al Colegio Huascarán.

1-I.- Tasas por Apelación de Sentencia.

1-J.- Dos cédulas de notificación.

SEGUNDO OTROSI DIGO: Que, acompañamos copia del presente escrito y sus anexos

para ser entregados al demandante.

TERCER OTROSI DIGO: Por corresponder a mi derecho, designo como Abogado

Defensor al Letrado que suscribe el presente Recurso Abog. Fidel Hidalgo Solís,

asimismo, señalamos como domicilio procesal el Jr. San Martín Nº 865,

Barrio de Belén,-Huaraz.

Huaraz, 31 de marzo de 2010