Rem KolHass

El Kunsthal de Rotterdam, Holanda fue proyectado por el arquitecto Rem Koolhaas en 1987 y realizado en 1992. A Koolhaas se lo considera el profeta de una nueva arquitectura, sus obras están en consonancia con el futuro.

Koolhaas ,de 56 años , nacido en los Paises Bajos recurre a una fuerza subterránea, arbitraria e irracional, próxima al surrealismo, para establecer su método de trabajo. Se trata de crear al surrealismo, para establecer su método de trabajo. Se trata de crear un estado artificial de inconsciencia. “Yo siempre he creído en la incertidumbre”, dice el arquitecto. “Para estar realmente convencido de algo, uno necesita sentir un profundo disgusto por casi todo lo demás. Así, en determinados proyectos, resulta decisivo explorar nuestras fobias para reforzar nuestras convicciones”.

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Hay un objetivo primordial que mueve el trabajo de Koolhaas, desde sus escritos a sus proyectos y edificios, y que determina cada decisión a todas las escalas, desde lo doméstico a lo urbano, desde el diagrama al detalle. El objetivo es descubrir la colaboración real que puede establecerse entre la arquitectura y la libertad.

Para eliminar los residuos de autoridad injustificada, de dominación innecesaria, de convencionalismo, Koolhaas “acuchilla” el programa “hasta dejar expuesto el nervio”, reduciendo allí sus espectativas. Esta reducción le proporciona la estrategia crucial para cada proyecto con la que el arquitecto comienza a transformar el diseño en un instrumento de libertad.

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Para eliminar los residuos de autoridad injustificada, de dominación innecesaria, de convencionalismo, Koolhaas “acuchilla” el programa “hasta dejar expuesto el nervio”, reduciendo allí sus espectativas. Esta reducción le proporciona la estrategia crucial para cada proyecto con la que el arquitecto comienza a transformar el diseño en un instrumento de libertad.

Situado entre una avenida de tráfico intenso y la zona que limita al sur con el Museum Park, el Kunsthal de Rotterdam se enfrenta a una doble situación. Una de las fachadas está orientada al parque – un contexto tradicional de tranquilidad y de contemplación – mientras que la otra, situada en un nivel superior, se encuentra enfrentada a la masa del dique y al paseo que lo recorre enfrentada a la masa del dique y al paseo que lo recorre por su parte superior.

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El edificio se presenta como un circuito continuo. Una rampa de peatones divide el conjunto en sentido longitudinal, enlazando el paseo con el parque. El tramo exterior abierto al público, se convierte en parte integrante del recorrido interior de la galería de arte. Paralela a este paso, discurre una segunda rampa con inclinación inversa y, en el punto en que ambas rampas se cruzan, se encuentra la entrada principal a la primera sala.

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Este museo es una síntesis coherente de varios precedentes modernos bien conocidos, siendo el más evidente la National Gallery de Mies van der Rohe en Berlín. En ésta, el visitante abandona la calle al subir por la escalera, llegando a un inmenso punto de hormigón vacío donde se divisa toda el área cultural. Esta ascensión a un segundo plano de referencia está elaborada a partir de las secuencias de acceso a las Iglesias Renacentista, donde la escalera eleva al feligrés desde lo profano a lo sagrado.

Tras acceder al edificio y recorrer las galerías, el visitante se encuentra de nuevo en el exterior sobre una especie de plinto, aunque muy diferente del de Mies: pues sobresale del edificio en el nivel de la calle y parece conectar a ella. Este final de recorrido provoca una situación de ambigüedad y sorpresa, ya que parece situar al visitante en mitad del tráfico. mitad del tráfico.

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La relación que el museo mantiene respecto a la gran ciudad es de fascinación, aunque no exenta de crítica. En el Kunsthal tiene lugar una “explotación intencional de la penetración”. El edificio se convierte en un cuerpo desorganizado y superconductor, capaz de reestructurarse, de dejarse atravesar por flujos de distinta naturaleza y dirección, como el flujo peatonal y el tráfico rodado. El espacio se genera gracias a los recorridos y se establecen múltiples velocidades yuxtaponiéndolos o diversificando sus conexiones.

En este proyecto la estrategia estructural utilizada es también un arma de desarticulación del espacio. La eliminación de la malla estructural hace desaparecer la fijación de referencias métricas y con ella la posibilidad de una codificación formal. Usa estructuras funcionalmente especializadas incluidas dentro de un único volumen. Las columnas inclinadas desafían las fuerzas de atracción Las columnas inclinadas desafían las fuerzas de atracción gravitatoria para alinearse a la topografía generada en el proyecto, en una radical declaración de libertad e independencia de los órdenes naturales.

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Manhattan es el escenario donde se representa el último acto de la civilización occidental. Con la explosión demográfica y la invasión de las nuevas tecnologías, Manhattan se ha convertido, desde mediados del siglo XIX, en el laboratorio de una nueva cultura, la de la congestión; una isla mítica dónde se hace realidad el inconsciente colectivo de un nuevo modo de vida metropolitano, una fábrica de lo de vida metropolitano, una fábrica de lo artificial donde lo natural y lo real han dejado de existir.

Curiosamente, este texto lleno de pequeñas y grandes anécdotas, cuya lectura no me ha resultado precisamente fácil, me ha sorprendido por su grandiosidad, por la cantidad de variables que maneja a nivel humano y arquitectónico, y por cómo logra engancharte en algunos puntos y alejarte en otros.Para todos los que tengan que proyectar algo, este es un libro que inspira a todos los niveles, ya que hace pensar en lo bueno y lo malo inspira a todos los niveles, ya que hace pensar en lo bueno y lo malo de la forma de vida actual y pasada, y en la forma de intervenir en la naturaleza y en lo creado por el hombre de cada una de las posibles personas que pudieran vivirlo. Hace sentirse parte de un todo.

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