Resumen El Nacimiento de La Biopolitica

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Resumen Nacimiento de la Biopolitica Foucault, M (1979) Nacimiento de la Biopolítica. Clase del 28 de marzo de 1979. Curso en el Collége de de Fracnce (1978-1979). Pp. 305-330 Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica. - Nacimiento de a biopolitica - La vez pasada traté de mostrarles que en los neoliberales norteamericanos encontrábamos una aplicación o, en todo caso, una tentativa de aplicación del análisis economicista a una serie de objetos, de ámbitos de comportamientos o de conductas, que no eran comportamientos o conductas de mercado - Esto plantea, desde luego, un problema a la vez de teoría y de método - Todos esos problemas giran en torno de un tema o una noción: se trata, claro está, del homo oeconomicus, el hombre económico. ¿En qué medida es legítimo y fecundo aplicar la grilla, el esquema. y el modelo del homo oeconomicus a cualquier actor, no sólo económico sino social en general, en cuanto éste se casa, por ejemplo, en cuanto comete un crimen, educa a sus hijos, brinda afecto y pasa el tiempo con sus chicos? - Este problema del homo oeconomicus y su posibilidad de aplicación me parecen interesantes porque, en la generalización de su grilla correspondiente a ámbitos que no son inmediata y directa-mente económicos, creo que hay apuestas de importancia. La más importante es sin duda el pro-blema de la identificación del objeto del análisis económico con cualquier conducta, que por su- puesto implicaría una asignación óptima de recursos escasos a fines alternativos, lo cual es la defi-nición más general del objeto del análisis económico tal como la planteó, a grandes rasgos, la escue-la neoclásica.5 Pero detrás de esa identificación del objeto del análisis económico con estas conduc-tas que implican una asignación óptima de recursos a fines alternativos, encontramos la posibilidad de una generalización del objeto

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Resumen Nacimiento de la BiopoliticaFoucault, M (1979) Nacimiento de la Biopoltica. Clase del 28 de marzo de 1979. Curso en el Collge de de Fracnce (1978-1979). Pp. 305-330 Buenos Aires, Fondo de Cultura Econmica.

- Nacimiento de a biopolitica- La vez pasada trat de mostrarles que en los neoliberales norteamericanos encontrbamos una aplicacin o, en todo caso, una tentativa de aplicacin del anlisis economicista a una serie de objetos, de mbitos de comportamientos o de conductas, que no eran comportamientos o conductas de mercado- Esto plantea, desde luego, un problema a la vez de teora y de mtodo- Todos esos problemas giran en torno de un tema o una nocin: se trata, claro est, del homo oeconomicus, el hombre econmico. En qu medida es legtimo y fecundo aplicar la grilla, el esquema. y el modelo del homo oeconomicus a cualquier actor, no slo econmico sino social en general, en cuanto ste se casa, por ejemplo, en cuanto comete un crimen, educa a sus hijos, brinda afecto y pasa el tiempo con sus chicos?- Este problema del homo oeconomicus y su posibilidad de aplicacin me parecen interesantes porque, en la generalizacin de su grilla correspondiente a mbitos que no son inmediata y directa-mente econmicos, creo que hay apuestas de importancia. La ms importante es sin duda el pro-blema de la identificacin del objeto del anlisis econmico con cualquier conducta, que por su-puesto implicara una asignacin ptima de recursos escasos a fines alternativos, lo cual es la defi-nicin ms general del objeto del anlisis econmico tal como la plante, a grandes rasgos, la escue-la neoclsica.5 Pero detrs de esa identificacin del objeto del anlisis econmico con estas conduc-tas que implican una asignacin ptima de recursos a fines alternativos, encontramos la posibilidad de una generalizacin del objeto econmico, hasta la inclusin de toda conducta que utilice medios limitados a un fin entre otros fines. Y llegamos a esto: acaso el objeto del anlisis econmico debe identificarse con toda conducta finalista que implique, en lneas generales, una eleccin estratgica de medios, vas e instrumentos; en suma, identificacin del objeto del anlisis econmico con toda conducta racional. Despus de todo, no es la economa el anlisis de las conductas racionales? Y una conducta racional, cualquiera sea, no supone algo as como un anlisis econmico? Una con-ducta racional como la que consiste en sostener un razonamiento formal, no es una conducta eco-nmica en el sentido que acabamos de definir, es decir: asignacin ptima de recursos escasos a fines alternativos, dado que un razonamiento formal consiste en disponer de cierta cantidad de re-cursos que son escasos? Y esos recursos escasos van a constituir un sistema simblico, van a ser un juego de axiomas, una serie de reglas de construccin, pero no cualquier regla de construccin o cualquier sistema simblico, simplemente algunos. Tales recursos escasos se utilizarn de manera ptima con un fin determinado y alternativo, en este caso, una conclusin verdadera y no una con-clusin falsa, a la cual se procurar llegar mediante la mejor asignacin posible de esos recursos. En ltima instancia, por lo tanto, no se advierte por qu no ha de definirse toda conducta racional, todo comportamiento racional, como el objeto posible de un anlisis econmico.- Becker dice: en el fondo, el anlisis econ-mico puede perfectamente encontrar sus puntos de anclaje y su eficacia en el mero hecho de que la conducta de un individuo responda a esta clusula: que su reaccin no sea aleatoria con respecto a lo real.- El homo oeconomicus es quien acepta la realidad. Es racional toda conducta que sea sensible a modificaciones en las variables del medio y que responda a ellas de manera no aleatoria y por lo tanto sistemtica, y la economa podr definirse entonces como la ciencia de la sistematicidad de las respuestas a las variables del medio.- Que tipo de inters tiene el homo economicus. Un inters practico? Definicin colosal que los economistas, desde luego, estn lejos de endosar, pero que presenta una serie de intereses.- Tcnicas comportamentales: podrn advertir que se trata, con toda exactitud, de la puesta en accin, en el marco de una situacin dada en este caso un hospital, una clnica psiquitrica, de mtodos que son experimentales e implican a la vez un anlisis verdaderamente econmico del comportamiento.- El homo econoicus: funcionaba como lo que podramos llamar un elemento intangible con respecto al ejercicio del poder.- - El homo oeconomicus es quien obedece a su inters, aquel cuyo inters es tal que, en forma espontnea, va a converger con el inters de los otros. Desde el punto de vista de una teora del gobierno, el homo oeconomicus es aquel a quien no hay que tocar. Se lo deja hacer. Es el sujeto o el objeto del laissez-faire. - El homo oeconomicus, es decir, quien acepta la realidad o responde de manera sistemtica a las modificaciones en las variables del medio, aparece justamente como un elemento manejable, que va a responder en forma sistemtica a las modificaciones sistemticas que se introduzcan artificialmente en el medio. El homo oeconomicus es un hombre eminentemente gobernable.- El homo oeconomicus es un tomo de libertad frente a todas las condiciones, todas las empresas, todas las legislaciones, todas las prohibiciones de un gobierno posible?- De hecho, a decir verdad no hay teora del homo oeconomicus y ni siquiera historia de esta nocin.- Locke: es un sujeto que no se define tanto por su libertad, por la oposicin del alma y el cuerpo, por la presencia de un foco o ncleo de concupiscencia ms o menos marcado por la cada o el pecado, sino como sujeto de elecciones individuales a la vez irreductibles e intransmisibles.- Pero, de todos modos, a partir de qu se har esa sustitucin de una eleccin por otra? - Se trata, por lo tanto, de elecciones irreductibles e intransmisibles para el sujeto. Ese principio de una eleccin individual, irreductible, intransmisible, ese principio de una eleccin atomstica e incondicionalmente referida al sujeto mismo, es lo que se llama inters.- La idea de un sujeto de inters, y me refiero a un sujeto como principio de inters, como punto de partida de un inters o lugar de una mecnica de los intereses. - Desde luego, hay toda una serie de discusiones sobre la mecnica misma de ese inters y sobre lo que puede desencadenarla: la autoconservacin, el cuerpo o el alma, la simpata?- Lo importante es que el inters aparece, y por primera vez, como una forma de voluntad, una forma de voluntad a la vez inmediata y absolutamente subjetiva.- A primera vista, puede decirse que el inters y la voluntad jurdica son, si no del todo asimilables, s al menos perfectamente conciliables.- Por ejemplo, cuando Blackstone plantea el problema del contrato primitivo, el contrato social, dice: por qu los hombres lo han suscripto? Pues bien, lo hicieron porque tenan inters en ello. Cada individuo tiene sus intereses, pero resulta que en el estado de naturaleza y antes del contrato esos intereses estn bajo amenaza. Por lo tanto, para salvaguardar por lo menos algunos de ellos, los individuos estn obligados a sacrificar algunos otros. Se sacrificar lo inmediato en beneficio de lo importante, y a la larga se diferir.17 En suma, el inters se muestra aqu como un principio contractual emprico. Y la voluntad jurdica que se forma entonces, el sujeto de derecho que se constituye a travs del contrato, es en el fondo el sujeto del inters, pero de un inters en cierto modo depurado, calculador, racionalizado, etc. Ahora bien, con referencia a este anlisis un poco laxo, si se quiere, en el que voluntad jurdica e inters se mezclan y se entrelazan, se engendran uno a otro- Hume: porque se suscribe un contrato, por inters.- El contrato se respeta porque una vez que los individuos, sujetos de inters, reconocen que es interesante suscribirlo, la obligacin del contra-to constituye una suerte de trascendencia con respecto a la cual el sujeto est de alguna manera so-metido y obligado, de modo que, convertido en sujeto de derecho, va a obedecerlo.- Por lo tanto, inters y voluntad jurdica no se relevan. El sujeto de derecho no ocupa el lugar del sujeto de inters. Este ltimo permanece, subsiste y prosigue mientras hay estructura jurdica mientras hay contrato. Mientras existe la ley, el sujeto de inters sigue existiendo. Desborda de manera permanente al sujeto de derecho. No es absorbido por ste. Lo desborda, lo rodea, es su condicin perpetua de funcionamiento. Entonces, con respecto a la voluntad jurdica, el inters constituye un elemento irreductible. En segundo lugar, el sujeto de derecho y el sujeto de inters no obedecen de ningn modo a la misma lgica.- La legislacin habitualmente sancionada en la mayora de los pases prohiba la exportacin indefinida del trigo del pas rico al pas con escasez para que sta no afectara al que tena disponibilidad. A esto [responden] los economistas: absurdo! - El mercado y el con-trato funcionan exactamente al revs uno de otro y hay, de hecho, dos estructuras heterogneas entre s.- De algn modo, en el punto de convergencia entre esta concepcin emprica del sujeto de inters y los anlisis de los economistas podr definirse un sujeto que es sujeto de inters y cuya accin tendr valor multiplicador y benfico a la vez en virtud de la intensificacin misma del inters; esto es lo que caracteriza al homo oeconomicus. En el siglo XVIII, el homo oeconomicus es, creo, una figura absolutamente heterognea y no puede superponerse a lo que podramos llamar el homo juridicus o el homo legalis, como prefieran.-Si se quiere, la problemtica del hombre econmico plantea a la cuestin del fundamento y el ejercicio del poder un interrogante muy distinto del que podan plantear la figura y el elemento del hombre jurdico, del sujeto de derecho.- Condorcet dice: dado el inters de un individuo aislado del sistema general de una sociedad- De manera que el hombre econmico queda situado as en lo que podramos denominar un campo de inmanencia indefinido que- El homo oeconomicus est entonces situado en lo que podra llamarse un doble aspecto involuntario: lo involuntario de los accidentes que le suceden y lo involuntario de la ganancia que pro-duce para los otros sin haberlo buscado. Est situado asimismo en un doble aspecto indefinido, por-que, por un lado, los accidentes de los que depende su inters pertenecen a un dominio que no se puede recorrer ni totalizar y, por otro, la ganancia que l va a producir para los dems al producir la suya propia es tambin para l un elemento indefinido, un indefinido que no es totalizable.- Tenemos por lo tanto un sistema en el que el homo oeconomicus va a deber el carcter positivo de su clculo a todo lo que, precisamente, escapa a ste.- Aqu estamos, por consiguiente, en el corazn de esa problemtica de la mano invisible que es, si se quiere, el correlato del homo oeconomicus, o mejor, esa suerte de extravagante mecnica que lo hace funcionar como sujeto de inters individual dentro de una totalidad que se le escapa y que, sin embargo, funda la racionalidad de sus decisiones egostas.- LA mano invisible de Adam Smith asemejara al Dios de Malebranche, pero en su caso la extensin inteligible no est poblada de lneas, superficies y cuerpos, sino de comerciantes, mercados, buques, transportes, grandes caminos. La idea, por consiguiente, de que hay algo as como una transparencia esencial en ese mundo eco-nmico y de que, si la totalidad del proceso escapa a cada uno de los hombres econmicos, hay en cambio un punto donde el conjunto es completamente transparente a una suerte de mirada, la mira-da de alguien cuya mano invisible, segn la lgica de esa mirada y de lo que sta ve, anuda los hilos de todos los intereses dispersos. Por lo tanto, una exigencia, sino un postulado, de transparencia total del mundo econmico.- La oscuridad y la ceguera son una necesidad absoluta para todos los agentes econmicos.27 No debe apuntarse al bien colectivo. Y no debe apuntarse a l porque no es posible calcularlo, al menos en el marco de una estrategia econmica.- La invisibilidad no es simplemente un hecho que, a raz de algunas imperfecciones de la inteligencia humana, impide que la gente se d cuenta de que a sus espaldas hay una mano que dispone o liga lo que cada uno hace por s mismo. La invisibilidad es absolutamente indispensable. Es una invisibilidad en virtud de la cual ningn agente econmico debe ni puede buscar el bien colectivo.- Para decirlo de otro modo, el poder, el gobierno no pueden poner trabas al juego de los inter-eses individuales. Pero hay que ir ms lejos. El gobierno no slo no debe interferir en el inters de nadie; es imposible que el soberano pueda tener sobre el mecanismo econmico un punto de vista capaz de totalizar cada uno de los elementos y de combinarlos de manera artificial o voluntaria. La mano invisible que combina espontneamente los intereses prohbe, al mismo tiempo, todo tipo de intervencin y, ms an, todo tipo de mirada desde arriba que permita totalizar el proceso econmico.- El carcter incognoscible de la totalidad del proceso no slo rodea la racionalidad econmica, tambin la funda. El homo oeconomicus es el nico oasis de racionalidad posible dentro de un pro-ceso econmico cuya naturaleza incontrolable no impugna la racionalidad del comportamiento ato-mstico del homo oeconomicus, al contrario, la funda. As, el mundo econmico es opaco por naturaleza.- El homo oeconomicus es alguien que puede decir esto al soberano jurdico, al soberano poseedor de derechos y fundador del derecho positivo sobre la base del derecho natural de los individuos: no debes, no porque yo tenga derechos y t no tengas el derecho de afectarlos; eso es lo que dice el hombre de derecho, es lo que dice el horno juridicus al soberano: tengo derechos, te he confiado algunos y no debes afectar los restantes; o: te he confiado mis derechos para tal o cual fin. El homo oeconomicus dice eso. Tambin dice al soberano: no debes, pero por qu se lo dice? No debes porque no puedes. Y no puedes en el sentido de eres impotente. Y por qu eres impotente, por qu no puedes? No puedes porque no sabes, y no sabes porque no puedes saber.- La mano invisible de Adam Smith es todo lo contrario. Es la crtica de esa idea paradjica de una libertad econmica total y de un despotismo absoluto que haban procurado sostener los fisicratas en la teora de la evidencia econmica. La mano invisible, en contraste, plantea como principio que eso no es posible, que no puede haber soberano en el sentido fisiocrtico del trmino, que no puede haber despotismo en el sentido fisiocrtico del trmino, porque no puede haber evidencia econmica. De modo que, como se darn cuenta, desde el comienzo, en todo caso si llamamos comienzo de la economa poltica a la teora de Adam Smith y la teora liberal, la ciencia econmica nunca se present como la lnea necesaria de conducta, la programacin completa de lo que podra ser la racionalidad gubernamental. La economa poltica es sin duda una ciencia, un tipo de saber, un modo de conocimiento que quienes gobiernan debern tener en cuenta. Pero la ciencia econmica no puede ser la ciencia del gobierno y el gobierno no puede tener la economa por principio, ley, regla de conducta o racionalidad interna. La economa es una ciencia lateral con respecto al arte de gobernar. Es preciso gobernar con la economa, es preciso gobernar junto a los economistas, es preciso escucharlos para gobernar, pero la economa no debe ser la racionalidad gubernamental; no es cuestin de que lo sea, ni es posible.

1. En qu consiste el intento de identificar cualquier conducta con un objeto de anlisis eco-nmico? qu condiciones histricas o sociales posibilitaron estos planteamientos? 2. Caracterice la racionalidad del homo oeconomicus. Cmo describe Foucault la relacin entre la conducta y el medio en que se vive? 3. Por qu afirma que el homo oeconomicus se configura en la modernidad como interlocutor o contracara de la razn gubernamental a partir del S XVIII? 4. Desarrolle un cuadro que caracterice las diferencias entre sujeto de derecho y sujeto de in-ters. 5. Afirma Foucault: Me parece que el problema y lo que va a arrastrar toda la problemtica del homo oeconomicus es saber si ese sujeto del inters as definido puede considerarse del mismo tipo que la voluntad jurdica o articulable con sta. A primera vista, puede decir-se que el inters y la voluntad jurdica son, si no del todo asimilables, s al menos perfecta-mente conciliables Explique: Por qu es un problema? En qu sentido no son asimilables pero s conciliables? 6. Vincule el anlisis de Foucault con las propuestas contractualistas de Hobbes y Locke: Cmo era abordada la relacin entre sujeto de derecho y sujeto de inters por los tericos del Contrato Social? 7. Podra establecer ejemplos a partir de su prctica profesional donde se manifieste la tensin entre sujeto de derecho y sujeto de inters? Se resuelve? De qu manera? 8. En qu consiste el aspecto involuntario que condiciona la situacin del homo oeconomicus? Por qu sostiene Foucault que es fundamental para pensar el fundamento y la legitimidad en el ejercicio del poder a partir del S XVIII? 9. Analice crticamente la relacin entre inters individual e inters colectivo a partir de la me-tfora de la mano invisible de Smith. Evale si esta metfora y sus implicancias estn vigentes o condicionan las intervenciones del Trabajo Social S? No? De qu manera? 10. Qu aspectos de la economa en la modernidad condicionan el ejercicio del gobierno del Estado (razn gubernamental) y de qu manera?