Revisión Todo Cap1

8/18/2019 Revisión Todo Cap1

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Capítulo 1



Nubes gruesas y densas cubrían casi en su totalidad el sol: algunos escurridizos rayos

amarillos indicaban que ya amanecía1. El paisaje se mostraba seco y desértico. Las cordilleras,

que lucían en el fondo, solas y oscurecidas, parecían ser colosales fantasmas que sólo

acentuaban el clima lúgubre y sombrío de ese lugar.

De entre las sombras y en el horizonte, un objeto en movimiento lograba vislumbrarse: erauna moto que por el estruendoso ruido que generaba podría apreciarse que avanzaba a toda

velocidad2.

El conductor, que llevaba puesto un casco rojizo pero ya muy desgastado por los años, iba

formando a cada trecho recorrido su propio camino; una carretera de polvo y tierra que se

formaba frente a este intrépido conductor a medida que la motocicleta explotaba en su

máximo potencial. El viento arenoso y frío que chocaba violentamente3 contra el casco daba

claras señales de que este lugar no había sido cruzado jamás por un vehículo.

A lo lejos, a casi a un kilómetro de distancia, en una pequeña y aislada caseta de vigilancia, unpar de soldados, de uniforme de color granate y armados, lucían cómodamente sentados en el

interior de ésta. Inmediatamente se percataron de un ligero pero creciente zumbido en el

horizonte acompañado de un objeto que se movía a gran velocidad y en dirección hacia ellos.

Ambos soldados se llevaron los binoculares a los ojos y a través de la pequeña ventana

distinguieron al intruso. Uno de ellos expresó, con cierto dejo de sorpresa:

-

Es… Es una motocicleta.

Su compañero, que lucía un rostro más avejentado y experimentado respondió:

-

Sólo los patrulleros pueden obtenerlas legalmente…

Los dos mantuvieron durante un momento sus binoculares a la altura de los ojos al tiempo que

el objeto se iba acercándose hacia ellos.

- ¿Sabes de algún civil que pueda poseer una en alguna de las aldeas cercanas? -

preguntó con gran interés el joven soldado.

Lucía como todo un novato, no sólo por su manera de hablar, también su manera de

manejarse y el atuendo, que parecía quedarle una talla más grande.

-

No. Es muy difícil encontrar una, así como el líquido dentro de ella -respondió el

experimentado soldado-.

Luego bajó sus binoculares y siguió:

-

Debemos detenerlo y averiguar de quién se trata.

1 Aquí se ha unido el primero y el segundo párrafo por desarrollar la misma imagen.

2

Se ha remplazado el siguiente periodo: “, y se apreciaba, por el ruido que generaba, que éstaaceleraba a toda su capacidad”.3 Se sugiere otras variaciones como: con violencia, de manera violenta y construcciones con sinónimos.



De repente la motocicleta se detuvo en medio de la nada. Aún se encontraba a una gran

distancia del puesto de vigilancia. Su conductor bajó de esta y se sacó el casco empolvado. Su

rostro retrataba claramente tanto el cansancio producido por la travesía como el clima

imperante en el lugar, y al mismo tiempo reflejaba la determinación inherente de un guerrero.

Sacó de una pequeña mochila que llevaba una cantimplora, y la bebió con gran deleite,

guardó la cantimplora. Luego volvió a ponerse el rojizo casco que hacía juego con la

vestimenta: vieja y maltratada. Observó el paisaje y se dio ánimos:

- Vamos, ya te falta poco -dijo intentando arrancar nuevamente la motocicleta-.

Mientras intentaba volver a encenderla un sonido a lo lejos se lo impidió: el sonido era emitido

por un megáfono utilizado por el avejentado soldado del puesto de vigilancia. Este y su joven

compañero se acercaban a gran velocidad en otra motocicleta.

- ¡Aléjate del vehículo lentamente! -gritó firmemente el veterano soldado-.

El conductor de la moto, sin tratar de tomar algún riesgo decidió obedecer, y lo tomó con

tranquilidad.

Al llegar a la motocicleta, el soldado bajó de su respectivo vehículo para luego dirigirse hacia el

intruso apuntándole directamente su arma.

- ¿Quién eres? Identifícate ahora.

El conductor, quien aún permanecía con su casco, intentó sacar algo del bolsillo del avejentado

pantalón pero fue interrumpido por la voz del duro soldado:

-

Sácate el casco primero. Quiero verte a los ojos.

El motociclista se lo sacó, mostrando su pálido rostro en el cual destacaban particularmente

sus peculiares ojos grises -casi platinados-, luego dejó caer la mirada directamente hacia su

captor. Este quedó algo impactado por el color de los mismos, pero continúo su interrogatorio.

-

¿Quién eres? Dame tu certificado o muéstrame tu chip.

El motociclista sacó de su bolsillo unos papeles al tiempo que dijo:

- Mi nombre es Marcos de Nuevo Iturralde. Vengo en paz pero no poseo certificado o

un chip, y mi propósito es quedarme en la aldea de Quilquemia por algunos días… si es

posible.

Marcos mostró el dinero que tenía a los soldados. Ellos se observaron y advirtieron algo

extraño en el misterioso visitante. El veterano soldado nunca antes había presenciado a un

intruso con tantos modales y cortesía como el que tenía enfrente. Así que decidió seguir

indagando:

- ¿De dónde vienes?

-

Vengo del norte, detrás de las serranías de Quito -respondió con tranquilidad el joven

motociclista-.



- ¿De dónde sacaste esta motocicleta? -preguntó con mucha intriga el más

experimentado de los soldados.

- ¿Esta motocicleta?... Me la regalaron.

Los dos soldados volvieron a mirarse y esta vez lucían más desconcertados ante las palabras de

Marcos, quizá era su extraño acento al hablar o su manera de vestir, pero el joven soldado

comenzó a apuntarle con su arma.

- No existen aldeas tras las serranías de Quito, al menos no algo parecido a una

civilización. No es posible que hayas conseguido una motocicleta como esta por esos

lugares -afirmó el incrédulo veterano-.

- ¡Es robada! -añadió4 con gran firmeza el novato-.

Inmediatamente después, Marcos posó la mirada en el joven cadete y dejó marcados en este

esos misteriosos ojos platinados. Luego le dijo con mucha tranquilidad:

-

Yo no soy un ladrón.

El joven soldado, cautivado por la mirada tan convincente de Marcos y llevado por el tono

sincero de la voz, bajó lentamente su arma.

Muy lejos de estar convencido, Alfistos, ¨el Incrédulo¨, apodo por el cual se conocía al

experimentado soldado, mantuvo firme su arma y luego dijo:

-

Eso lo verá el capitán en el interrogatorio.

Alfistos se acercó a Marcos y lo tomó del brazo al tiempo que dijo:

- Quedas arrestado por manejo ilegal de instrumentos de tecnología, por no poseer una

identificación válida y sobre todo, por mentirnos. Nadie civilizado proviene de esos

lugares. La mentira es un delito severo en el Nuevo Orden.

Marcos bajó tranquilamente los brazos y se dejó arrestar. Tal vez fue el cansancio, o el pesado

y frío clima, pero él no deseaba desafiar a estos dos soldados.

-

Confiscaremos la motocicleta y el líquido dentro de esta -5continuó Alfistos al tiempo

que le colocaba unas esposas muy particulares ya que no sólo te inmovilizaban la

muñeca si no que todo el largo del brazo. Luego, observó a su compañero- ¡Julián!: Irácontigo. Yo iré detrás de ustedes en la nueva motocicleta.

Julián agarró al cautivo y se lo llevó a la ciudad. Alfistos, quien iba tras ellos, pensaba en voz

alta:

- Detrás de las serranías de Quito… No me gusta cómo suena eso.

4 Variaciones: acotó,

5 Se insertó como complemento todo el párrafo siguiente para hacer acoplar ambas partes del diálogo.



Los pastizales de una pradera, de color verde intenso, se dejaban contemplar a lo lejos por

una pequeña niña de oscura cabellera, su nombre: Colette. Ella se encontraba parada, bajo un

sol radiante y un cielo color turquesa, entre los pastizales más vistosos y coloridos imaginables.

El clima era ideal: la brisa cálida parecía acompañar los sentimientos que envolvían a la

pequeña. Mientras ella corría y disfrutaba del regalo de la naturaleza, a lo lejos, su madre la

observaba. Se le dibujaba una sonrisa en el rostro al ver a la dulce niña jugar y expresarse.

Luego, la mujer decidió recostarse por unos segundos sobre el verde césped para descansar.6

La niña, sin darse cuenta, fue alejándose con cada paso que daba intentando comprobar la

máxima velocidad. De repente la voz firme de la mujer advirtió a la niña a lo lejos:

- ¡Hija! ¡No te alejes! -gritó la madre con algo de preocupación.

La niña, mirando a su madre, decidió regresar sobre sus pasos. Al instante Colette elevó su

inocente mirada y observó que su madre se había levantado rápidamente y corría7 en su

dirección. La pequeña niña, sin entender muy bien la situación, comenzó a ponerse nerviosa alobservar el temor en el rostro de su madre. Decidió apresurar el paso. Unos segundos después

la madre gritó:

-

¡Colette! ¡Dame la mano y abrázame!

Ambas se envolvieron en un fuerte y firme abrazo al momento de encontrarse. Luego juntas

observaron algo que provocó que sus cuerpos se pusieran tensos y fríos; ambas quedaron

completamente paralizadas.8

Una espesa y enorme nube de polvo y escombros se dirigía a gran velocidad hacia ellas, como

si se tratase de una gran explosión o el resultado de9 un monstruoso impacto en la superficiede la tierra. Las enormes murallas de polvo y escombros que se habían levantado, iban

agolpándose una sobre una cubriendo cada pedazo de terreno que se encontraban frente a

ellas. Esa ancha y enorme pared de desatada energía10

parecía tener dos claros objetivos a la

vista.

Colette observaba abrazada firmemente a su madre cómo esta fuerza se abalanzaba

precipitadamente hacia ellas.

Este monstruo de la naturaleza terminó por envolver a sus inocentes víctimas y tan sólo un

grito logró apreciarse antes de la inevitable oscuridad.

- ¡Mamá!…

6 Se ha fusionado ambos párrafos en uno solo ya que despliega un solo tema…

7 Sugiero cambiar los tiempos verbales en este periodo para añadir mayor dinamismo. Sugeriría,

también, matizar el verbo correr con un adverbio, ej.: aprisa. Si se opta por un adverbio en -mente se

debe reestructurar todo el periodo.8 Me permito elogiar la belleza deste párrafo por su concisa belleza. Belleza que no deja de lado la

intensidad del relato por su cortedad sino que la refuerza. Buen remate. jaja9 Corrección debida a relación causal, mayor coherencia de la idea: la refuerza.

10 Se ha permutado la posición del adjetivo por razones de énfasis y eufonía de la expresión.



Colette despertó enérgicamente sobre su pequeña cama. Se encontraba acelerada y

rápidamente pudo percibir sus exhalaciones en la fría penumbra del dormitorio. Ella se levantó

y trató de limpiarse los ojos.

Colette ya no era una niña como en su pesadilla; ella era ahora una joven, esbelta y delgada

muchacha que estaba a punto de cumplir los 18. Era conocida como una de las personas másinteligentes de la aldea. Esto, debido a su increíble memoria y a su velocidad al hacer cálculos

matemáticos.

Colette se sirvió un vaso de agua y observó por la pequeña ventana de su recámara las afueras

de su pequeño hogar.

Las pequeñas calles oscuras de Quilquemia reflejaban el clima típico que se tenía en ese lugar

en un día cualquiera: lúgubre y frio. Ya amanecía pero la pequeña aldea aún se encontraba en

penumbras, iluminadas por grandes antorchas que se colocaban en estacas al centro de las

calles. El ardor de estas solían cautivar la atención de Colette.

11

Un segundo después un chico entró a su habitación.

- ¿Tuviste otra pesadilla? -preguntó el joven con una sonrisa en el rostro-.

- Sí, soñé lo mismo de siempre… sólo que esta vez todo era más grande e intenso.

Ella dejó el vaso que estaba tomando y se sentó en su pequeña cama.

-

¿A qué te refieres? -preguntó el joven mientras se sentó a su lado-.

- A que todo se sintió… más real. Esta vez fue como estar en ese preciso momento y

lugar.-

¿Del impacto? -preguntó contrariado-.

- Así es.

El joven, primo y único familiar de Colette, un par de años mayor que esta, la observó

pasivamente por unos segundos para luego levantarse y servirse un vaso de agua.

-

Vaya, es increíble que estés tan obsesionada con un evento que ocurrió hace más de…

200 o 300 años -continuó el primo mientras se servía agua en una pequeña vasija.

- Un evento que casi nos aniquila.

-

Pero no lo hizo, todos deberíamos superarlo -sonrió burlonamente el delgado y

alargado primo.

Colette, al observar que su primo no tomaba en serio el argumento, decidió elevar su voz y

llamarlo por su nombre.

-

¡Cosmos!... Puede que no signifique nada para ti, pero sí significa algo para mí.

Cosmos cambió su actitud y se acercó a Colette para tranquilizarla.

11 Magnífico, magnífico. Bueeen párrafo… Esas referencias, aunque sutiles, añaden mucha sustancia al

relato. (y).



- Lo siento, cambia ese ánimo. Hoy tiene que ser un gran día para ti. Hoy obtendrás tu

permiso para ingresar a la Gran Ciudad.

Colette dibujó una sonrisa en su rostro, para luego agregar:

-

Prométeme que algún día tú también tramitarás tu permiso.- Sí, sí. Algún día tomaré ese bendito examen -contesta Cosmos con una sonrisa-.

Colette sonrío pero sabía que su primo jamás estaría a favor del Nuevo Orden, sus leyes, su

ayuda a los quilquemios12

y su sistema de selección de nuevos ciudadanos era algo muy

cuestionado por Cosmos en la aldea. Por ende el jamás ingresaría a la gran ciudad.

-

Prométeme que no te olvidarás de tu largo y excéntrico primo, ni de la aldea que es tu

hogar -dijo Cosmos mientras le dio un cariñoso abrazo a Colette-.

- Jamás lo haré. Sabes que no quiero dejarlos, sabes que…

-

Si, ya lo sé, te mezclarás con los grandes genios y científicos de esa ciudad y volverás

para salvarnos -interrumpió Cosmos con un toque de sarcasmo mientras se dirigía a la

puerta-.

- Ellos quieren ayudar Cosmos. Ellos nos ayudarán.

Cosmos se dio la vuelta y observó el rostro de esperanza que reflejaba su prima.

- Ojalá tengas la razón.

El alto y delgado Cosmos salió de la habitación con algo de tristeza en su rostro; comenzaba a

extrañar a Colette.

En ese momento una especie de alarma comenzó a sonar en la habitación. Colette la observó,

y advirtió gracias a este incómodo sonido que ya comenzaba un nuevo día en la pequeña aldea

de Quilquemia.

12 En español: los gentilicios siempre en minúscula.

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