Revista Foro 21 nº 83

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Las claves de la elección parlamentaria y presidencial Las claves de la elección parlamentaria y presidencial La demanda de Perú La demanda de Perú 2009: el calendario electoral de A.L. 2009: el calendario electoral de A.L.

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Revista Foro 21 nº 83 marzo de 2009

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Las claves de la elección

parlamentaria y presidencial

Las claves de la elección

parlamentaria y presidencial

La demanda de Perú

La demanda de Perú

2009: el calendario electoral de

A.L.

2009: el calendario electoral de

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c o y u n t u r aE D I T O R I A LI N D I C EEditorialCoyunturaMarcelo Contreras N.Especial de Economía- Chile: Politicas Contra Cíclicaspara la CrisisLuis Eduardo Escobar F.- Política Antirecesión: el Momento Actual Elecciones, Reelecciones y Crisis Económica en LatinoaméricaSergio Molina M.

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Presidentes HonorariosRicardo Lagos

Carlos OminamiFrancisco Vidal

Directora EjecutivaMaría de los Ángeles Fernández

Director Ejecutivo AdjuntoJorge LeivaDirección

Compañía 1085, piso 12Fono: 6991700Fax: 6735296

Email: [email protected]: www.chile21.cl

EditoraXimena Gattas

Director y Representante Legal

Marcelo Contreras

DiseñoMónica Poblete

ImpresiónATG Impresores

Perú ha formalizado una demanda ante el tribunal de la Haya para revisar los límites marítimos con Chile, establecidos en tratados vinculantes suscritos en 1952 y 1954, espacios marítimos sobre los cuales nuestro país ha ejercido una soberanía efectiva e indiscutida hasta ahora.

Resulta difícil de entender, como no sea por temas de política doméstica y antiguos resquemores pasados, que algunos políticos peruanos se dediquen a alimentar, con fines partidistas, conflictos del pasado, afectando la relación entre ambos países, en momentos que Perú vive uno de sus mejores momentos en el terreno económico y enfrenta grandes desafíos para superar la pobreza y el subdesarrollo que aún subsiste allí.

Es más que lamentable que pretendan reeditar conflictos del siglo 19 en los albores del siglo 21. Por más que afirmen que esta pretensión no debiera afectar las relaciones entre ambos países, resulta más que obvio que no sólo entraba los esfuerzos de cooperación e integración que Chile ha venido desarrollando con Perú, de manera sistemática y sostenida, y que el ex Canciller Alejandro Foxley denominó como una agenda del futuro;sino que genera una dificultad adicional a la compleja negociación que nuestro país sostiene con Bolivia en la llamada agenda de 13 puntos y que incluye la demanda altiplánica de una salida al mar.

La defensa de nuestras fronteras es un tema de Estado, que concita una férrea unidad nacional en torno al gobierno y a la Presidenta de la República, a quien en su condición de Jefa del Estado, la Constitución le asigna la conducción de la política exterior. Es al gobierno, teniendo a la vista todos los antecedentes y consultando a todos los actores, a quien le toca decidir la mejor estrategia para enfrentar la demanda peruana, sea para buscar la declaración de incompetencia del tribunal internacional o entrar derechamente al fondo del asunto en la preparación de la contra memoria.

No ayuda a la necesaria unidad nacional para enfrentar este tema de Estado que los candidatos presidenciales busquen un protagonismo a todas luces inconveniente. Como tampoco ayuda exacerbar los sentimientos nacionalistas, como los que se han visto en el vecino país.

Por más difícil que parezca y lamentando la iniciativa peruana de reivindicar la redefinición de límites marítimos, claramente establecidos y respetados por más de 50 años y en los cuales Chile ha ejercido una soberanía efectiva y respetada, tanto los gobiernos como las diversas fuerzas políticas y sociales de ambos países debieran esforzarse por aislar este diferendo y mantenerlo en los cauces del derecho internacional, en orden a privilegiar los temas de convergencia y cooperación política y económica, además de la necesaria transparencia en el terreno de la defensa.

Tanto Chile como Perú enfrentan grandes desafíos para superar el subdesarrollo, la pobreza y las profundas desigualdades que aún caracterizan sus sociedades, por lo que el esfuerzo de ambos debiera estar en establecer relaciones de cooperación e integración, en base a un esfuerzo sistemático para superar los traumas del pasado.

La Demanda de Perú

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C O Y U N T U R A

Marcelo Contreras N., Director Revista Foro Chile 21

Es más que evidente que la crisis internacional, por su profundidad e impacto sobre nuestra economía, se constituirá en uno de los temas centrales de la próxima campaña presidencial. Un debate que no se limita solo a las medidas para atenuar sus efectos y a la implementación de activas políticas contracíclicas, como las puestas en marcha por el Ejecutivo, sino que apunta a las bases mismas del paradigma neoliberal, surgido a la sombra de Margaret Tatcher y Ronald Reagan, con Estados mínimos y mercados desregulados. Un paradigma abrazado alegremente no sólo por los sectores conservadores de nuestro país, sino también por sectores neo liberales, y que hoy está en profunda revisión en el mundo entero.En este debate la Alianza por Chile parece ubicarse del lado equivocado. Del lado de los partidarios de la desregulación extrema, de aquellos que ponen su confianza ciega en las fuerzas del mercado y de quienes desconfían del Estado. El propio Sebastián Piñera, que más que un empresario es un

Las Claves de la Próxima Elección Presidencial y

Parlamentaria

especulador financiero, simboliza aquello que en el mundo ha precipitado la actual crisis del capitalismo.

Para aquellos que pensaban que, finalmente, los efectos de la crisis, por más que sus causas sean externas, terminaría revirtiendose en contra del actual gobierno, la última encuesta Adimark, que muestra un claro repunte en el respaldo a la Presidenta de la República, que alcanza un 58,5 % de apoyo a su gestión; es un verdadero balde de agua fría no sólo porque pone en cuestión la llamada estrategia del desalojo, sino que proyecta más de una nota de incertidumbre para las pretensiones de la derecha de alcanzar la ansiada alternancia en el poder.

Por más que se sostenga comunicacionalmente que los chilenos no evalúan a la Presidenta por sus aciertos o sus errores, sino que por sus atributos personales de simpatía y cercanía con la gente, las encuestas muestran todo lo contrario. Entre los

atributos más valorados, la Presidenta no sólo aparece como querida (82%) sino también como respetada (75,2%), con capacidad para enfrentar situaciones de crisis (69,5%), creíble (67,3%), con autoridad (63,6%) y liderazgo (62,5%), en tanto que el 54,2% de los encuestados aprueba la forma como ha manejado la economía, lo cual se corresponde con el alza de aprobación

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de su ministro de Hacienda, Andrés Velasco, que sube casi siete puntos (53%), aún antes del accidente que sufriera su hija Ema, para situarse como el ministro mejor evaluado del gobierno, inmediatamente después del renunciado Canciller Alejandro Foxley.

Es verdad que existe una brecha entre la aprobación a la Presidenta (58,5%) y la de su gobierno (44,3%), pero es igualmente cierto que la totalidad de sus ministros, incluyendo al ministro de Transportes, René Cortazar, experimenta un alza en su índice de aprobación y todo parece indicar que el actual gobierno culminará su mandato con altos índices de aprobación de su gestión.

También es verdad que este apoyo a la Presidenta y su gobierno no se traslada mecánicamente a sus opciones de sucesión, pero resulta más que evidente que el éxito de la actual administración, en un escenario tan complejo como el que muestra la economía internacional, es una condición necesaria para viabilizar la proyección de la actual coalición de gobierno, a la par que debilita la demanda por la alternancia que levanta la oposición.

Buena parte de la llamada estrategia del desalojo concebida por Andrés Allamand, que apuntaba a proyectar la imagen de un gobierno incapaz e ineficiente, de una Concertación agotada y de un país en crisis, asolado por el fenómeno de la corrupción y superado por la delincuencia, no guarda una mínima correspondencia con la percepción de la ciudadanía, que tiende a valorar muy positivamente la voluntad y decisión de la Presidenta y su gobierno para enfrentar los efectos de la crisis internacional.

Es obvio que el candidato oficialista no puede representar tan solo el continuismo o “más de lo mismo”, por más que se valore el éxito de la actual administración y la obra de los gobiernos concertacionistas. Entre otras cosas porque Chile ha experimentado profundas transformaciones en

estos últimos 20 años y porque los desafíos de cara al futuro, teniendo a la vista la profundidad y extensión de la actual crisis internacional, no sólo obligará a redefinir los marcos regulatorios globales y locales, además de refundar el capitalismo, tal como lo ha propuesto Sarkozy; no son los mismos que enfrentó Michelle Bachelet a la hora de asumir el gobierno.

Fue el Presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Alejandro Goic, a propósito del debate sobre el aborto terapéutico, al que la Iglesia Católica se opone por razones doctrinales, quién puso el tema más sensible y crucial del debate nacional, al señalar que el tema más relevante es el de las profundas desigualdades que caracterizan a la sociedad chilena. Un tema que no ha sido recogido por los actores políticos, pero que parece estar en el origen del profundo malestar social evidenciado en nuestra sociedad.

Continuidad y cambio parece ser la fórmula que el candidato único de la Concertación debe encarnar de cara a la próxima elección presidencial. Una propuesta de continuidad haciéndose cargo de los éxitos y avances de estos últimos 20 años y los propios logros de la actual administración, así como audaces propuestas de cambio que asuman las insuficiencias y errores, oriéntandose a los temas más sensibles que enfrenta la actual coalición de gobierno para perfeccionar la democracia, asegurar un desarrollo inclusivo, sustentable y sostenible, consolidar una red de protección social y avanzar en una mayor equidad y justicia distributiva.

Por más que la derecha se esfuerce en mostrar un Eduardo Frei estancado en las encuestas de opinión, agitando el fantasma de Ricardo Lagos como una opción aún vigente en el caso que el candidato oficialista no repunte en las encuestas, sus estrategas están más que concientes que la carrera presidencial tendrá su punto de partida con la nominación del candidato único del oficialismo, lo que debiera suceder en el próximo mes de abril, inmediatamente después de la

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elección primaria en las regiones sexta y séptima, en donde Eduardo Frei para asegurar su nominación deberá sacar una ventaja de 20 puntos al candidato del PRSD, José Antonio Gómez.

Todo indica que el candidato único de la Concertación debiera alcanzar rápidamente el piso de la votación oficialista, estimada entre un 40 y 45%, cifra que sumada a la votación que podría alcanzar el candidato presidencial de la izquierda extraparlamentaria (entre un 8 y 10%) y los porcentajes de aquellos independientes u outsiders, como Adolfo Zaldivar y Alejandro Navarro, proyecta un escenario de segunda vuelta fatal para las pretensiones del candidato de la derecha de alcanzar la alternancia en el poder.

Sin embargo, no es este el único desafío que enfrenta la oposición en la próxima elección presidencial y parlamentaria. Con toda seguridad la oposición perderá la mayoría circunstancial que tiene en el parlamento y que le ha permitido en este período legislativo elegir a Jovino Novoa como Presidente del Senado y a Rodrigo Alvarez como presidente de la Cámara.

En el mejor escenario, la derecha puede elegir 9 senadores en las circunscripciones impares, quedando en minoría en el Senado. En la Cámara de Diputados la situación es aún peor para la oposición, no sólo porque la Concertación debiera recuperar los cupos perdidos por la renuncia de los diputados de la DC y el PPD, sino porque su pacto por omisión con la izquierda extraparlamentaria le asegura al oficialismo doblar en algunos distritos, así como la elección

de parlamentarios del Juntos Podemos, que por primera vez en estos últimos 20 años, terminaría con la exclusión que les impone el sistema binominal, lo que proyecta más de una incertidumbre respecto de la gobernabilidad futura del país, en la eventualidad poco probable que Sebastián Piñera terminara imponiéndose en las presidenciales.

La irrupción de un universo electoral de personas no inscritas (cerca de tres millones de chilenos, en el caso que se apruebe la reforma constitucional que establece la inscripción automática y el voto voluntario) representa la verdadera incógnita de la próxima elección presidencial y parlamentaria. Pese a que algunas encuestas señalan que el candidato de la oposición tiene mayoría entre los no inscritos, la duda es que porcentaje de los actuales no inscritos optará por participar y que porcentaje de los actuales inscritos optará por no sufragar frente a la voluntariedad del voto y como todos estos factores influirán en el resultado de la próxima elección.

Lo que si parece obvio es que la elección no se decidirá por hechos del pasado o la obra de los gobiernos concertacionistas, sino por la manera en que tanto el gobierno como los actores políticos enfrenten el amenazante escenario marcado por la crisis internacional y sobre todo por propuestas de futuro, sin olvidar que las elecciones son, precisamente, batallas por el futuro, en donde no sólo importan las ideas y propuestas, sino la propia trayectoria y credibilidad de quienes las formulan.

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Como una forma de aportar al debate, la Revista de Chile 21 publica en esta edición las ponencias del economista Luís Eduardo Escobar en el Seminario “El Papel del Estado en la Adopción de Políticas Públicas durante la Crisis Financiera”, organizado por el Congreso Nacional, en su sede en Santiago, además de la postura y análisis de la Comisión Económica del Partido Socialista.De la misma manera, se incluye un análisis publicado en el diario El País, del periodista español Joaquín Estefanía, que ad portas de la reunión del G-20 asegura que, tal como decía Nixon hace tres déca-das, hoy “todos somos key-nesianos”, indicando que esta reunión representa un desafío para los gobiernos, que debe-rán “establecer los mecanis-mos de regulación necesarios para que las entidades finan-cieras no puedan repetir sus tropelías”.Asimismo, en artículo del Banco Mundial, se insiste en que es vital prevenir una catástrofe en países en vías de desarrollo, teniendo en cuenta que pronostican una

E S P E C I A L D E E C O N O M Í A

Rol del Estado es Fundamental en

Crisis Financieras como la Actual

Será la primera vez desde la Segunda Guerra Mundial que ocurrirá este fenómeno. Dicen que prevenir una catástrofe en países en vías de desarrollo es vital.La economía global se contraerá este año por primera vez después de la Segunda Guerra Mundial, según estimaciones difundidas el Banco Mundial (BM).

recesión mundial por la crisis. A juicio de los especialistas, desafortunadamente las crisis financieras son relativamente frecuentes. Según el FMI, desde 1970 han ocurrido 124 crisis sistémicas en todos los continentes, incluyendo a varios países desarrollados como España en 1977, los países nórdicos a principios de la década de los ´90, Japón en los ´80 y Corea en 1997. Esta última dio origen a la llamada Crisis Asiática de fines de los ´90.La de hoy es incomparablemente peor a todas las menciona-

das porque ha afectado la activi-dad económica real, de forma tal que ha llevando a una contrac-ción económica generalizada al mundo industrializado, lo que no se ha visto en 60 años desde que se crearon las instituciones eco-nómicas “modernas”, después de la Segunda Guerra Mundial. Por lo mismo, es difícil predecir su evolución. Las opiniones informadas, varios premios Nóbel entre ellos, van de un extremo a otro. Desde quienes piensan que la economía norte-americana tardará por los menos 4 años en alcanzar los niveles de producción de 2007 hasta aque-

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llos que proyectan que la economía del Norte se comenzará a recuperar a partir del cuarto trimestre de este año. Ni hablar de la Unión Europea, donde no se descarta que el colapso de las economías del Este e Irlanda haga fracasar el proyecto del euro. En Inglaterra ya se debate si la recesión durará 10 años. En Chile, la crisis sistémica de 1982-83 es la que tenemos en la memoria colectiva y forma parte de las 124 estudiadas por el FMI. Durante ese episodio el PIB de Chile disminuyó en un 17% en forma acumulativa. Más recientemente, en 1999, Chile sufrió otro episodio de contracción del PIB en que la producción disminuyó en un 0,8%, inducido por las condiciones económicas internacionales y profundizado por políticas económicas, especialmente monetarias, que resultaron ser inadecuadas. A partir del 2007 Chile, de acuerdo al análisis de la Comisión Económica del PS, se desacopla de los demás países desarrollados, toda vez que mientras estos bajaban sus tasas, el Banco Central las subía fuertemente. Este error

de diagnóstico determinó un encarecimiento del crédito bancario, una excesiva apreciación del peso y un nivel de actividad económica que estuvo por debajo de su PIB potencial. Así, el inicio de 2008 marcaba una significativa desaceleración de la economía chilena.La crisis internacional se está haciendo sentir con fuerza en los países desarrollados, y los principales indicadores de la economía nacional comienzan a mostrar los primeros efectos en la producción y el empleo. El PIB del año 2009 será negativo, con una caída de la actividad más acentuada en el primer semestre, y la desocupación se situará en los dos dígitos en los meses de invierno. Sin duda que el impacto en el primer semestre será significativo, y junto con el peak, la contracción de la actividad productiva y sus efectos se trasladarán al mercado laboral, y de no mediar acciones decididas y oportunas podríamos llegar a tasas de desocupación en torno al 12%, es decir alrededor de 900.000 personas sin empleo.

El Banco Mundial pronostica una recesión global por la crisis

En un documento preparado de cara a la reunión de los ministros de finanzas y de los banqueros centrales del G20, el BM estimó que el comercio mundial registrará este año la mayor inflexión de los últimos 80 años, según precisa la agencia de noticias italiana Ansa. En tanto, la producción industrial a mediados de 2009 resultaría al menos 15% menor respecto a los niveles de 2008 mientras que las estimaciones para el Producto Bruto Interno (PBI) son más negativas que aquellas publicadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que en enero pronosticó un crecimiento global de 0,5 por ciento. Según el Banco Mundial, el PBI podría resultar al menos 5% por debajo de su potencial. “Debemos reaccionar en tiempo real a esta crisis creciente, que está golpeando también a los países en vía de desarrollo”, resaltó en una nota el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, precisando que los países emergentes acusarán este año un déficit financiero de entre 270.000 y 700.000 millones de dólares. Sólo un tercio de los países en vías de desarrollo tiene los recursos para prevenir un aumento de la pobreza, advirtió el organismo. “Esta crisis global necesita de una solución global y prevenir una catástrofe en los países en vías de desarrollo

es importante para superar la crisis. Hay necesidad de invertir en infraestructura, en empresas medianas y pequeñas para crear ocupación y evitar agitaciones sociales y políticas”, añadió Zoellick. En el documento en vista del G20, el Banco Mundial constata cómo 94 de los 116 países en vías de desarrollo experimentaron un retraso del crecimiento. De éstos, 43 tienen un nivel de pobreza elevado. Los sectores más afectados son aquéllos hasta ahora más dinámicos, como el de las construcciones y el manufacturero.Frente a esta situación, el Banco Mundial advirtió que un número creciente de los países más pobres del mundo se está convirtiendo cada vez más dependiente de las ayudas para el desarrollo tras la caída de las exportaciones. Por eso el organismo financiero internacional invitó a destinar parte de los planes de estimulo a los países en vía de desarrollo para sostener la demanda. Según el Banco Mundial al menos en nueve países en América Latina los ingresos de las materias primas representaron cerca de 2% del PBI entre 2002 y 2007 y puso como ejemplo el caso de Bolivia, donde ese porcentaje alcanzó recientemente 12% del PBI.

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Ésta es la principal característica de la reunión de ministros y gobernadores de bancos centrales, celebrada hace unos días en Gran Bretaña y preparatoria de la que el 2 de abril tendrán los principales líderes mundiales. El G-20 de Londres deviene en la última esperanza para saber si los mandatarios del planeta son coherentes con el marco de referencia de la globalización, y tienen la capacidad de sacar un plan a largo plazo que arrastre a la economía mundial de nuevo al crecimiento.Para ello, necesitarán algo más que retórica. No podrán salir de nuevo, como hicieron hace cuatro meses y medio, con una declaración bien intencionada, pero difusa que en su primer párrafo decía: “Nosotros, los dirigentes del Grupo de los Veinte, hemos mantenido una primera reunión en Washington en la fecha del 15 de noviembre de 2008, en medio de graves problemas que afectan a la economía mundial y a los mercados financieros. Estamos decididos a reforzar nuestra cooperación y a trabajar en común para restaurar el crecimiento económico en el mundo y para llevar a cabo las reformas necesarias en los sistemas financieros mundiales”.La reunión de ministros de Economía de hace principios de marzo no fue muy estimulante. Vuelven a repetir lo de “acometer un esfuerzo común y sostenido para restaurar la confianza de los mercados”, pero poco más. A dos semanas y media del G-20, las cosas todavía parecen no haber madurado lo suficiente. ¿En qué hay unanimidad? En que la condición necesaria para salir de esta coyuntura tan alarmante es reestructurar de manera definitiva el sistema financiero, limpiarlo de activos tóxicos y ponerlo a funcionar de manera que se regeneren los flujos crediticios a empresas y particulares. Para ello están dispuestos a poner todo el dinero público que sea preciso y no repetir el error de Lehman Brothers, la única vez que se aplicaron las normas ortodoxas de que cada palo aguante su vela y dejaron caer el cuarto banco de inversión estadounidense, lo

La Desavenencia Joaquín Estefanía, diario El País

que se considera hoy el mayor error cometido desde que en julio de 2007 comenzó la crisis de las hipotecas subprime. Desde entonces, las autoridades americanas y europeas han nacionalizado total o parcialmente 38 grandes entidades financieras, según datos del FMI. La paradoja consiste en que lo que las élites consideran imprescindible tiene muy mala venta en la opinión pública, que reputa a los financieros como los grandes culpables de lo que está pasando. Los mandatarios han de poner en marcha una campaña de pedagogía para convencer a los ciudadanos de que se trata de apoyar a los bancos, no a los banqueros, como el camino para ayudarlos a ellos. Pero pocos de esos financieros se mueven de sus sillas y sacrifican voluntariamente sus emolumentos, tantas veces desaforados.La principal desavenencia entre los países del G-20 está en el escalonamiento de la política económica. Mientras EE UU, Gran Bretaña, China y Japón entienden que para salir de la recesión la prioridad es la inyección de mayor cantidad de estímulos públicos (hasta comprometer al menos el 2% del PIB mundial en ese esfuerzo compartido), Europa -liderada de nuevo por el eje franco-alemán- piensa que lo primero es establecer los mecanismos de regulación necesarios para que las entidades financieras no puedan repetir sus tropelías (básicamente sacando del balance las operaciones de más riesgo, para que no fuesen controladas por los supervisores nacionales), y que antes de inyectar más dinero público es preciso conocer la eficacia del aportado hasta ahora.En la recámara de unos y otros hay un problema que hoy no se aborda por la magnitud de los problemas a solucionar, pero que antes o después saldrá a la luz: cómo volver a políticas fiscales sólidas y sostenibles, una vez que se haga balance del gigantesco endeudamiento público para el rescate financiero y el estímulo global. Keynes ya advertía de las resistencias que se generan para una marcha atrás, pero ésta es la herencia de la revolución conservadora.

Desaparecidas en combate las posiciones del neoliberalismo, por los abusos cometidos, el debate se centra en el grado de intervención pública necesaria para salir de la Gran Recesión. Conservadores o socialdemócratas, independientemente de la ideología de

los Gobiernos que conforman el G-20 (que agrupan alrededor del 85% de la economía mundial), hoy “todos somos keynesianos” (Nixon, hace tres décadas).

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Exponente de los neokeynesianos, Krugman cree que el nuevo Gobierno de EE UU rema en buena dirección pero está siendo más que cauto. El fin de la crisis no aparece en sus pronósticos como algo cercano.

¿Cuándo se dio cuenta de que habíamos vuelto a la economía de la depresión, como usted la denomina?A principios de 2008 estaba bastante claro que nos habíamos topado con los límites de la política convencional. Después de la caída de Lehman, en septiembre, ya resultó obvio.¿Cuándo terminará?Los precedentes no son buenos. La depresión japonesa terminó con un boom de sus exportaciones a China, pero esta vez la crisis afecta a todo el mundo a la vez así que ésa no es una opción. Y la Gran Depresión terminó con la II Guerra Mundial. Hay un final natural a largo plazo, pero llevará mucho, mucho tiempo.¿Son realmente eficaces las medidas adoptadas?Hasta cierto punto estamos cam-biando deuda privada por deuda pública y tratamos de compensar el conservadurismo de los consu-midores con un aumento del gasto público. Así salimos de la Gran Depresión. Es cierto que China pretende salir de la crisis con un aumento de las exportaciones y que eso puede ser la base de otra crisis. Pero creo que es tremendamente importante sostener la demanda, aunque no sea la solución definitiva. De lo contrario, corremos un riesgo serio de quedar atrapados en una trampa muy profunda.¿Puede el mismo sistema financiero que nos ha llevado al caos ser el que marque las directrices de futuro?Nos enfrentamos a un gran test que debemos resolver y es la reconstrucción del sistema financiero. Solíamos tener un sistema más sencillo, con los bancos actuando como inter-mediarios y luego todo derivó en un sistema de enormes instituciones financieras, complejas y poco reguladas. Clara-mente eso ha fracasado. Probablemente debamos mirar hacia un modelo más simple y más al viejo estilo. Muchos cambios se producirán de forma natural. Dudo que la gente vuelva a confiar en estos planes financieros complejos y complicados, que en buena medida ya han quebrado: unos 400.000 millo-nes de dólares del sistema financiero han desaparecido. Pero también se necesita más regulación de la que tenemos y eso

“Obama es Demasiado Prudente”Paul Krugman Premio Nobel de Economía 2008 (*)

va a ser duro.¿Cómo valora los primeros meses del gobierno de Obama? El cambio a mejor es enorme, son políticas inteligentes y honestas y sólo eso ya dibuja un mundo completamente diferente al que había. El problema es que el gobierno Obama está siendo demasiado cauto, incluso siendo más audaz de lo habitual, está siendo demasiado prudente dada la dimensión de la crisis. El plan de estímulo tenía que haber sido, al menos, un 30% mayor y no quieren adoptar ninguna medida dramática sobre los bancos. Las prioridades fijadas en el presupuesto son excelentes, pero aunque reman en la

dirección correcta no están remando lo suficiente.Pero sí hay ámbitos, como la sanidad y las políticas de gasto, en los que Obama está aplicando reformas profundas…Hay una frase que se atribuye a su jefe de gabinete, Rahm Emmanuel, que dice: “Nunca se debe desaprovechar una crisis”. Eso define muy bien su espíritu -yo he hecho mía la frase [risas]-. Reagan aprovechó la crisis del 87 para cambiar todo, ¿por qué no vamos a poder dar la vuelta a algunas cosas?¿Incluyen esos cambios la nacionalización de la banca? En eso, ni siquiera parece que tengan un plan, hablan de la cooperación pública y privada pero de forma difusa y a veces

suena más como un regalo al sector. Lo que creo que va a pasar, aunque llevará tiempo, es una solución a la sueca. Eso llevará a garantizar los depósitos bancarios y a nacionalizar temporalmente Citigroup y posiblemente también Bank of America.¿A eso se refería el secretario del Tesoro cuando dijo que el capitalismo ya será diferente?Éste es uno de esos momentos en los que toda una filosofía ha sido desacreditada. Los que defendían que la avaricia era buena y que los mercados debían autoregularse sufren ahora la catástrofe. Son los mismos que decían que si se subían los impuestos a los ricos pasarían cosas terribles. Pues Clinton subió los impuestos a las rentas más altas y la economía funcionó muy bien durante ocho años, mientras que Bush los bajó y mira lo que ha pasado. Creo que ese cambio se va a imponer.

(*) Versión editada de entrevista publicada en el Diario El País, el 24 de marzo de 2009

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Luis Eduardo Escobar F. 2

1.- Preparado para el Seminario “El Papel del Estado en la Adopción de Políticas Públicas Durante la Crisis Financiera”, organizado por el Congreso Nacional en su sede de Santiago.2.- Economista, Socio de EMCAL Ltda.3.- Ver, por ejemplo, Furceri y Mourougane, Financial Crises: Past Lessons and Policy Implications. Economics Department Working Papers No. 668, OCDE, 17 de febrero, 2009.

Chile: Políticas Contra Cíclicas para la Crisis1

E C O N O M Í A

I. Introducción

Las crisis financieras son intrínsecas a la existencia de los sistemas financieros y no hay país con bancos comerciales que no haya sufrido al menos una gran crisis. Estas son serias porque tienen un gran impacto sobre la actividad económica “real”, es decir, la producción de bienes y servicios no financieros. El canal de transmisión desde el sector financiero al sector real es el crédito, tanto en lo referente al volumen como en cuanto a su costo. Generalmente se distingue entre crisis de carácter sistémico, que afectan al conjunto del sistema financiero y la economía, y aquellas más limitadas que afectan sólo a una parte, como las asociaciones de ahorro y préstamo o las compañías de seguro. En general, cuando una crisis afecta al sistema bancario en su conjunto estamos enfrentados a una crisis sistémica. Estas se caracterizan por una rápida y fuerte contracción del crédito y por su alto costo económico.3

La primera crisis financiera de la que tenemos conocimiento fue la Crisis de los Tulipanes a mediados de la década de 1630, en Holanda. Desde entonces las economías de mercado han sufrido crisis financieras recurrentemente. La más conocida internacionalmente, desde luego, fue la crisis de 1930 que, como la actual, se originó en una excesiva expansión del crédito en los EEUU.Desafortunadamente, las crisis financieras son relativamente frecuentes. Según el FMI, desde 1970 han ocurrido 124 crisis sistémicas en todos los continentes, incluyendo a varios países desarrollados como España en 1977, los países nórdicos a principios de la década de los ´90, Japón en los ´80 y Corea en 1997. Esta última dio origen a la llamada Crisis Asiática de fines de los ´90.La crisis de hoy es incomparablemente peor a todas las mencionadas anteriormente porque ha afectado la

actividad económica real de forma tal que han llevando a una contracción económica generalizada en el mundo industrializado que no se ha visto en 60 años, esto es, desde que se crearon las instituciones económicas “modernas” después de la Segunda Guerra Mundial. Por lo mismo, es difícil predecir su evolución. Las opiniones informadas, varios premios Nóbel entre ellos, van de un extremo a otro. Desde quienes piensan que la economía norteamericana tardará por los menos 4 años en alcanzar los niveles de producción de 2007 hasta aquellos que proyectan que la economía del Norte se comenzará a recuperar a partir del

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4.- Recordemos que el Profesor R. Dornbush, ya fallecido, tildó la recesión económica en Chile como “la recesión Massad” en referencia a la política monetaria seguida por el Banco Central cuyo Consejo presidía Carlos Massad.

Fuente: Banco Central de Chile y FMI, WEO Database.

Gráfico PIB mundial y PIB Chile (1990-2008)

cuarto trimestre de este año. Ni hablar de la Unión Europea, donde no se descarta que el colapso de las economías del Este e Irlanda haga fracasar el proyecto del euro. En Inglaterra ya se debate si la recesión durará 10 años. Todo esto ha dado origen a una sopa de letras para graficar el tipo de crisis: aguda pero corta, representada por la letra V: aguda y más larga, la letra U; si es más larga aún, la letra W; y para los realmente pesimistas la letra L, una larga caída sin recuperación previsible. En Chile, la crisis sistémica de 1982-83 es la que tenemos en la memoria colectiva y forma parte de las 124 estudiadas por el FMI. Durante ese episodio el PIB de Chile disminuyó en un 17% en forma acumulativa. Más recientemente, en 1999, Chile sufrió otro episodio de contracción del PIB en que la producción disminuyó en un 0,8%, inducido por las condiciones económicas internacionales y profundizado por políticas económicas, especialmente monetarias, que resultaron ser inadecuadas. 4

II. La evolución de la economía durante la recesión de 1999

Las recesiones se reflejan en todas las variables de la economía nacional. Sin embargo, es posible concentrarse en algunas variables claves a efectos de considerar la viabilidad de políticas contra cíclicas y evaluar cuáles políticas son las más efectivas.Los elementos claves, entre otros, que ilustran las consecuencias prácticas de una recesión son la reducción del

PIB, el aumento de la tasa de desempleo, la caída de la tasa de inversión, la caída de los ingresos fiscales, la disminución del crédito y, en la medida que el shock tiene orígenes externos, la contracción de las exportaciones. Las variables mencionadas son “las que duelen” y apuntan hacia los elementos que un gobierno debe tratar de solucionar.Las recesiones chilenas no siempre van de la mano con las internacionales. En la práctica, la última vez que disminuyó el PIB a nivel mundial fue en 1982. Como vemos en el Gráfico 1, la economía mundial como un todo, si bien desaceleró, no se contrajo durante la última recesión chilena en 1999.El Gráfico 1 muestra la evolución del PIB real en bases anuales y en el año 1999 se evidencia la caída de 0,8% real, indicada anteriormente. Este es el síntoma que habitualmente se asocia con una recesión, esto es que la producción de bienes y servicios de la nación disminuye. La tasa de desocupación mensual que se cita en los diarios es para trimestres móviles lo que tiende a atenuar las variaciones por cuanto la cifra publicada en el último mes incluye los dos meses anteriores. Por tanto, cuando se registra una fuerte alza del desempleo en un mes, el salto se amortigua al promediarlo con los dos meses anteriores. Con las cifras mensuales observamos que en el año 1999 hubo un fuerte salto en el desocupación que llegó a 11% de la fuerza de trabajo a mediados del año 1999 y que, para el año completo promedió 10%. El desempleo, desde luego, hace que las familias tengan problemas y que grupos familiares que han salido de la pobreza vuelvan a caer en ella. Este es uno de los peores

costos de las recesiones. Por ello es que el Gobierno ha declarado que combatir el desempleo es su prioridad.En lo que a inversión se refiere, ésta cayó significativamente durante la recesión de 1999: de tasas del orden de 27% del PIB en 1997 a 20% del PIB en 1999. Chile no ha vuelto a tener los niveles de inversión como porcentaje del PIB de los 90. Las caídas en la tasa de inversión son muy importantes porque la inversión de hoy afecta de forma directa la capacidad productiva futura y, en consecuencia, las posibilidades de mejorar los ingresos de los ciudadanos en el mediano

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5.- Aquellos que siguieron la polémica que hubo el 2008, podrán apreciar que aquí mido la inversión y el PIB en términos nominales que creo es la variable relevante para estos efectos.

Gráfico 2. Tasas de desocupación

Fuente: INE

plazo, o sea la disminución de la inversión es la segunda peor consecuencia de las recesiones, después del desempleo.5

Por su parte, los ingresos del gobierno han crecido durante las ultimas dos décadas en moneda constante y eso ha permitido financiar un aumento importante en el gasto público que, como se sabe, ha sido destinado principalmente a aumentar la protección social. El gasto público en moneda constante se ha multiplicado por 2,5 veces durante este período lo que ha permitido financiar las significativas aunque insuficientes mejoras de la infraestructura educacional y hospitalaria, el gasto creciente en salud, en particular el Plan Auge, y las recientes importantes mejoras de nuestro sistema de pensiones.Sin embargo, esto no significa que el Estado haya crecido como proporción de la economía. En efecto, el tamaño del Estado en el año 2008 es prácticamente idéntico al de 1990, ya que disminuyó como porcentaje del PIB entre los años 2000 al 2006, repuntando sólo con los aumentos de precios del cobre a partir de 2007. Por lo tanto, no hay bases empíricas para argumentar que el tamaño del Estado ha aumentado durante los gobiernos de la Concertación. Esto no es bueno desde el punto de vista de la estabilización macro económica. Como ha demostrado el FMI, en general los gobiernos de mayor tamaño en relación a la economía son los que tienen una mayor capacidad de políticas contra cíclicas.6 A efectos de nuestro análisis los ingresos tributarios cayeron

en un 6% en 1999 respecto de 1998 lo que causó un déficit fiscal después de nueve años de superávit fiscal. Recién tuvimos superávit nuevamente en el año 2003, cuando la economía comenzó a reactivarse y el precio del cobre subió.Como señalamos anterior-mente, otra de las variables que duelen en las recesiones es el crédito. El crédito nor-malmente es pro cíclico. La tasa de crecimiento del cré-dito fue de 11% real anual durante 1992-98 y de cerca de 14% anual en el período

2003-07. Durante el período de estancamiento 1999-2002 el crédito, medido por las colocaciones en moneda nacional, creció al 1,2% anual en términos reales.Por último, es necesario considerar las exportaciones ya que en gran medida la evolución de la economía chilena está condicionada por su comportamiento. Incluso hay analistas de la plaza, como Leonardo Suárez de Larraín Vial, que han llegado a decir que “la economía chilena es un yo-yo del precio del cobre”. El cobre en promedio ha representado algo más del 35% del total de las exportaciones. Sin embargo, durante el período 2004-08 el cobre superó el 50% del valor de las exportaciones. En cuanto al período recesivo, las exportaciones cayeron el año 1998 tanto para cobre como las demás, es decir, un año antes de la recesión en Chile. Más aún, las exportaciones de cobre crecieron en un 15% en 1999, sugiriendo que si hay una conexión entre el cobre y los niveles de actividad ésta se mide por otros factores, lo que introduce un elemento de rezago importante. En todo caso, lo habitual es que nuestra economía crezca menos cuando los ingresos de exportación caen y es lo que hemos visto desde fines de 2008.

III. Políticas contra cíclicas

En primer lugar, cabe establecer qué se entiende por políticas contra cíclicas. Los ciclos descendentes, que son los que nos interesan en este momento, se caracterizan por la disminución

6.- FMI, World Economic Outlook. Octubre 2008.

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de la demanda agregada, es decir una caída del consumo y de la inversión. Cuando esto ocurre, las empresas y las personas pagan menos impuestos y los ingresos del fisco disminuyen.Si el gobierno sigue una política de equilibrio financiero estricto, es decir, que el gasto sea igual a los ingresos de ese año, el gasto tendría que disminuir hasta nivelarse con el nuevo (menor) nivel de ingresos fiscales. Esta política contraería aún más la demanda agregada ya que disminuirían los gastos del gobierno, tanto corrientes como de inversión. En este caso el gobierno sería claramente pro cíclico ya que

los gastos del gobierno se mueven en la misma dirección que el gasto privado y profundizaría la recesión.En el sentido contrario, una política fiscal contra cíclica es una en la cual el gobierno aumenta (o disminuye) el gasto fiscal para compensar parcialmente una caída (o un aumento) en el gasto agregado de la economía. En términos técnicos, las medidas contra cíclicas, en el caso de una recesión, producen un aumento del déficit público por sobre el que resultaría si el gobierno no toma acción alguna. El gobierno compensa sólo parcialmente la caída en el gasto agregado porque los gobiernos normalmente son mucho menores que sus sectores privados —en Chile el gobierno representa entre 19 y 21% del PIB— y, por tanto, están imposibilitados de compensar totalmente la caída del gasto privado. En Europa del norte, por el contrario, donde el gobierno representa alrededor de un 40% del PIB las medidas fiscales tienen un efecto mucho mayor.Las políticas contra cíclicas son de dos tipos, las que se

apoyan en estabilizadores automáticos (no requieren acción específica: aumentan las transferencias —tipo seguro de desempleo— y se reduce la recaudación tributaria), y las medidas de política discrecionales (requieren acciones de política para reducir impuestos o aumentar los gastos). Según un estudio del FMI, en general, los estabilizadores automáticos han resultado ser más efectivos, en oportunidad y monto, y con menores consecuencias adversas a mediano plazo que las acciones fiscales discrecionales.6

La regla fiscal chilena, de superávit estructural, lo que hace es mantener un nivel de gasto consistente con

el crecimiento normal de la economía y con un precio del cobre de largo plazo. Es decir, si bien la regla chilena estabiliza el gasto público, las políticas fiscales no han sido claramente contra cíclicas, ya que han mantenido o disminuido el gasto total como porcentaje del PIB en períodos de bajo crecimiento (2001-03) y aumentando el gasto público en períodos de altos precios del cobre (2004-08). Para hacer política fiscal contra cíclica en esta crisis el gobierno ha tenido que crear un espacio adicional reduciendo la meta de superávit del 0,5% del PIB a cero para el 2009. El elemento clave detrás de este comportamiento han sido las proyecciones del precio del cobre del Comité de Expertos que ajustaron sus proyecciones de precio al alza lo que permitió aumentar el gasto público a partir de 2004. Como la proyección se ajusta con un cierto rezago, el gasto público aumenta o baja más lentamente que el precio del cobre, es decir, es más

“pegajoso” o tiene inercia, pero con el tiempo se mueve en la misma dirección. La ventaja del mecanismo es que permite ahorrar en períodos de alza y aumenta el déficit efectivo en el primer momento de un período de baja. Ahora que el precio colapsó el gobierno todavía está usando el precio estimado en septiembre de 2008, con lo cual evita una contracción súbita del gasto. Pero este año 2009 el Comité de Expertos pudiera reducir su estimación del precio de largo plazo y el gobierno tendrá que reducir su gasto a un nivel consistente con ese menor precio. De esta manera, el Gobierno podría verse en la situación de reducir el impulso fiscal cuando la economía aún no haya salido de la recesión.Como en las contracciones económicas los ingresos fiscales disminuyen, y aumenta el déficit fiscal, para que un gobierno pueda poner en práctica políticas contra cíclicas se requiere uno de dos elementos: tener ahorros disponibles (como en el caso de Chile hoy) o tener disponibilidad de crédito (como es

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7.- El Mercurio, 25 de febrero, 2009. 8..- Es posible que en el anuncio le hayan sumado otras medidas que no aparecen en el detalle publicado que habla de “más de US$ 4.000 millones”. El PIB en US dólares es el que está implícito en las cifras del Gobierno

el caso de los EEUU), o una combinación de estos. En el pasado Chile no tenía ahorros y debía recurrir al endeudamiento externo. Como muchos otros países en desarrollo, Chile no tenía credibilidad de mercado como deudor y debía recurrir a los organismos financieros internacionales para evitar una crisis de deuda. La consecuencia de no tener ahorros y de no poder acceder libremente a créditos externos era una contracción del gasto público y disminuciones de la actividad económica. En contraste, hoy Chile puede simplemente girar contra sus ahorros para financiar una política de gasto fiscal contra cíclica. Como dijo recientemente el Ministro de Hacienda (s), Alberto Arenas, los fondos soberanos no son un trofeo para guardar en la estantería, son para usarlos.7

Desde hace unos años el gobierno de Chile está en una posición acreedora neta, esto es, tiene activos financieros que superan largamente las deudas que mantiene. Además, la deuda chilena está clasificada como A+ por Standard & Poor s lo que permite acceder a los mercados de crédito a costos preferentes en comparación con la mayoría de las economías emergentes del mundo. Así todo, el gobierno ha preferido financiar el déficit fiscal usando en primera instancia los recursos ahorrados en el FEES.

IV. Medidas específicas y su posible impacto en las variables críticas

En Enero de este año el gobierno propuso8 medidas equivalentes a un 2,8% del PIB que expanden el gasto respecto de lo considerado en el presupuesto para el 2009, modificando la meta de la regla fiscal y reduciendo la meta de superávit estructural de 0,5% del PIB a cero. Las medidas propuestas, que no tienen el mismo impacto sobre la economía, se pueden clasificar en cuatro categorías:• Inversión y consumo• Financiamiento a empresas• Apoyo a personas• Empleo y capacitación

Medidas de inversión y consumo. Se ejecutarán proyectos de inversión pública por US$ 700 millones adicionales

a los incluidos en el presupuesto. Esta es una clásica medida contra cíclica. Lo más importante es que efectivamente sea adicional a lo que estaba contemplado en el presupuesto y que se ejecute. Esta última condición puede ser problemática para un sector público débil como el nuestro.Se suspende la aplicación del impuesto de timbres y estampillas por este año, lo que facilita la decisión de invertir al reducir el costo del crédito. La demanda por crédito tiende a disminuir durante las recesiones, por lo que su efectividad es dudosa.Se otorgan incentivos adicionales a la forestación por US$ 20 millones, como subsidio directo a las empresas forestales que deberán aportar los recursos complementarios. Ayudaría a mantener niveles de empleo y la competitividad del sector forestal a largo plazo. Aporte al Fondo Común Municipal por US$ 41 millones. Es un traspaso a los municipios para mantener los niveles de empleo. Puede tener problemas de equidad ya que los municipios con mayor capacidad de acción son generalmente los más ricos y no necesariamente donde el desempleo es mayor. El aporte de capital a Codelco por US$ 1.000 millones, de

acuerdo a los criterios del FMI, no se registra como gasto en las cuentas fiscales por tratarse de una operación financiera y no tiene impacto contra cíclico. Lo que hace el accionista es aumentar el capital en vez de pedir un crédito.

Financiamiento a las empresasEl Gobierno propuso, por un lado, reducir el Pago Provisional Mensual (PPM) a un costo estimado de US$ 460 millones durante el año 2009, pero gran parte de este impuesto no se habría pagado de ninguna manera dada la disminución de ingresos de las empresas. En todo caso, es una medida

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9.-La Ley de Responsabilidad Fiscal obliga a los gobiernos entrantes a definir su política fiscal en un plazo de 90 días desde asumir el gobierno.

positiva, aunque de impacto menor.Y por otro, una línea de garantía de la CORFO para reprogramar créditos por US$ 50 millones, potencialmente tiene un mayor efecto si no se burocratiza demasiado y si el spread de los bancos no es demasiado alto.

Apoyo a personasAquí hay una medida contundente y que ataca directamente el problema de la demanda agregada. Un bono de $ 40.000 por carga familiar para grupos de bajos ingresos. La Dipres estima el costo fiscal en US$ 224 millones.La devolución anticipada de impuestos a la renta, a un costo de US$ 220 millones, posiblemente esté sobre estimada ya que las personas pagarán menos impuestos. Empleo y CapacitaciónBásicamente las medidas de esta área tienen que ver con subsidiar el empleo formal, en sí una buena medida, pero con poca efectividad en una recesión. Costo fiscal estimado, US$ 102 millones, posiblemente sobre estimado.Las otras dos medidas tienen que ver con capacitación y disminuir el costo para las empresas de capacitar a su personal permitiendo que se descuente de los impuestos mensuales sin esperar al término del ejercicio contable. Lo más probable es que no tengan un impacto medible en una situación recesiva como la que estamos viviendo. Así todo, el Gobiernos estimó un gasto fiscal de unos US$ 147 millones, por estas medidas.En consecuencia, no hay que esperar un gran impulso fiscal como resultado del paquete fiscal presentado en enero.La suma del paquete fiscal presentado por el gobierno no llega a los US$ 4.000 millones anunciados, según las cifras publicadas en la página Web del Ministerio de Hacienda.8 Por tanto, en términos del PIB alcanzaría a 2,4% del PIB en vez de 2,8%. Pero además, y esto es lo importante, aún aceptando que cada una de las medidas tiene un impacto directo igual a la cifra anunciada, cosa que es improbable por razones económicas y de gestión del sector público, y sacando sólo los US$ 1.000 millones de Codelco, el impacto del paquete fiscal se vería reducido a 1,7% del PIB. Esta cifra podría ser importante, pero dista mucho de lo planteado por el Gobierno y es poco probable que se materialice en su totalidad. La razón para descontar el impacto de las medidas es que la evidencia del FMI, citada más arriba, indica que estas medidas, salvo la transferencia directa a las familias que se está haciendo este mes, deberían tener un impacto menor al

esperado simplemente porque dependen de la voluntad de las empresas y las personas de usarlas, condicionada por los recursos complementarios de los que dispongan, para aumentar su gasto en vez de ahorrarlos, como puede ocurrir con la devolución de impuestos o los programas de subsidio al empleo. Por ejemplo, el subsidio a la contratación llevará a sacar gente para contratar a los subsidiados. Por tanto, si la recesión se agudiza, es posible que el gobierno se vea en la necesidad de implementar medidas fiscales adicionales.Desde luego, una preocupación relacionada con la expansión del gasto fiscal es si ese nivel de gasto es sostenible o, lo que es lo mismo, si no obligará a su reducción drástica en el futuro cercano. El próximo gobierno deberá establecer una política fiscal que sea creíble, esto es, que asegure que se mantendrá un colchón de ahorros fiscales importantes y que la deuda pública no aumentará significativamente. 9

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No se trata de estatizar nada.

Se trata de desarrollar una

institucionalidad que permita

llevar adelante programas

de inversión, especialmente

de infraestructura, durante

períodos adversos. Esto puede

tomar la forma de garantías o

de aportes de capital donde el

gobierno aproveche su enorme

ventaja como potencial deudor

en los mercados de capitales.

V. Tareas de más largo plazo

Al considerar un posible paquete de medidas fiscales adicionales hay dos elementos que este o un futuro gobierno no puede dejar de considerar: • fortalecer los estabilizadores automáticos y • desarrollar planes estratégicos de inversión pública.

Los estabilizadores automáticos son dos: recaudación de impuestos y seguro de desempleo. En Chile sólo tenemos uno: caída en la recolección de impuestos. El seguro de desempleo que tenemo en Chile no es tal. Lo que hay es una cuenta de ahorro individual que sólo cubre a las personas bajo condiciones bastante restrictivas y que repone una parte muy baja de los ingresos perdidos por el desempleo. Hay sólidas razones técnicas para tener un seguro de desempleo de mayor cobertura, con una mayor reposición de los ingresos perdidos y con plazos de aplicación más largos. 10 Esta es la primera línea de defensa en una recesión. Es absolutamente automática y contra cíclica, ya que se gatilla tan pronto la persona queda cesante y el derecho a usarlo se extingue tan pronto la persona encuentra empleo.Para maximizar el impacto de las acciones del gobierno, además de estabilizadores automáticos, es necesario disponer de una cartera de proyectos de inversión pública y privada de largo plazo con objetivos estratégicos o con una estrategia de desarrollo, lo que permitiría asegurar que el gasto fiscal contra cíclico sea eficiente tanto en el sentido de no desperdiciar recursos como en el sentido que sea eficiente en función de algún objetivo más allá de dar empleo de urgencia. Lamentablemente en Chile hemos abandonado el pensamiento estratégico a nivel del sector público. Esto no ocurre con otros gobiernos del mundo, y tampoco ocurre en el sector privado.En los gobiernos de otros países se fijan algunos objetivos de largo plazo. Entre otros ejemplos de decisiones estratégicas se pueden señalar el del programa Apolo de la NASA de poner un hombre en la Luna y ahora el anuncio del Presidente

10.- “Ver Escobar, L. E., coordinador de la edición, “Un Seguro de Desempleo Universal para Chile: El inicio de un debate”, Fundación Chile 21, 2008

Obama de destinar US$ 1.500 millones anuales hasta el año 2012 para desarrollar fuentes energéticas alternativas. En Inglaterra, se acaba de anunciar un programa público-privado para desarrollar las fuerzas armadas del futuro y en Suecia se ha decidido renovar, en vez de cerrar, todas las plantas atómicas de generación eléctrica, tarea que se estima tomará entre 15 y 20 años. En el sector privado, la visión estratégica es la base sobre la cual se desarrollan las empresas. Cuando un país cuenta con ese tipo de objetivos es posible activar o acelerar acciones en períodos recesivos, actuando conjuntamente con el sector privado, de forma de paliar los efectos adversos de

la recesión. El gobierno chileno perdió esa capacidad y no existen programas de inversión de largo plazo (10 a 20 años) en función de objetivos estratégicos o de una estrategia de desarrollo. Por ejemplo, a pesar que todos los expertos en infraestructura están de acuerdo sobre la necesidad de ampliar los puertos existentes y desarrollar otros, este año no se hará nada en esa materia simplemente porque para el sector privado no es un buen momento para conseguir capitales en las cantidades necesarias y porque el Estado no ha creado instrumentos institucionales que permitan asegurar el financiamiento de esas obras. Lo de los puertos se puede repetir para todo el sistema de concesiones. No se trata de estatizar nada. Se trata de desarrollar una institucionalidad que permita llevar adelante programas

de inversión, especialmente de infraestructura, durante períodos adversos. Esto puede tomar la forma de garantías o de aportes de capital donde el gobierno aproveche su enorme ventaja como potencial deudor en los mercados de capitales.

VI. Conclusiones y Propuestas

El mundo se está enfrentando a una situación de recesión inédita desde la post guerra. Chile no está inmune a lo que pase en la economía mundial. La situación es extremadamente preocupante y, sin duda, está teniendo un impacto importante sobre nuestra economía. Los indicadores de producción y demanda más recientes ya lo demuestran.Por primera vez en nuestra historia, el país está en

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condiciones de enfrentar una crisis económica con políticas contra cíclicas. Aquí nos hemos concentrado en las políticas fiscales, pero la política monetaria potencialmente puede jugar un papel importante bajando las tasas de interés. El papel más importante en una recesión recae en la política fiscal. Si bien aún hay mucho que aprender en cuanto a cómo hacerla más efectiva, existe un cierto grado de consenso profesional en que, con políticas fiscales bien diseñadas, el fisco puede amortiguar las consecuencias de una recesión. La experiencia internacional indica que en general los estabilizadores automáticos han resultado más efectivos, en monto y oportunidad, que las políticas fiscales discrecionales. Chile en este sentido es como una mesa coja: nos falta un buen seguro de desempleo de carácter universal, que no dependa mayoritariamente, como ahora, del ahorro individual. Hay que hacer esfuerzos mucho más importantes para disminuir drásticamente la informalidad en el mercado laboral. Trabajadores informales son trabajadores sin protección social y sin seguro de desempleo. Desde ya hay que fortalecer la capacidad del sector público de pensar en términos de objetivos estratégicos. Así como lo hacen nuestras empresas y nuestras Fuerzas Armadas, el Gobierno y los ministerios de infraestructura deben fortalecer esa capacidad identificando proyectos y programas de inversión con objetivos a 10 o más años plazo. Los gobiernos chilenos entre la post guerra y 1990 lo hicieron usando a Mideplan o la CORFO, según el caso, y no hay razones para no recrear esa capacidad. Cualquier esfuerzo en esta dirección debe apoyarse en mecanismos explícitos y

transparentes de colaboración público-privada. En los plazos más inmediatos, el gobierno deberá hacer un enorme esfuerzo para implementar los programas ya anunciados. Personas que conocen bien el funcionamiento del Estado chileno dudan de la capacidad del aparato público para ejecutar los programas de inversión propuestos. Incluso parece ser prácticamente imposible que se ejecuten a cabalidad los programas de inversión contemplados en el Presupuesto 2009. El Gobierno debe preparar desde ya un nuevo paquete fiscal que incluya más medidas de transferencias directas a los sectores más desprotegidas y considere extender el período durante el cual los desempleados pueden acceder al Fondo Solidario de Cesantía. Si se pudiera ser más ambicioso, se puede crear un Banco de Exportaciones, que ofrezca garantías a los exportadores chilenos que sus exportaciones serán pagadas en caso que el comprador tenga problemas. Eso facilitaría especialmente la exportación de bienes industriales chilenos al resto de Sud América.Finalmente, los bancos no darán más crédito mientras no vean que sus potenciales clientes son viables. Por tanto, los instrumentos para mantener los niveles de crédito son la garantía estatal y líneas de crédito de la CORFO y del Banco Estado, lo que obliga a fortalecer institucionalmente a la CORFO de forma que puede evaluar los riesgos. Todo indica que el período que viene será difícil para nuestra población. Si bien es cierto que el Estado sólo puede amortiguar el impacto, también es cierto que sabemos cómo lo puede hacer mejor para mejorar la efectividad de

las políticas que se adopten. Esa es una tarea que recae directamente sobre el Parlamento, trabajando conjuntamente con el Gobierno, los trabajadores y los empresarios.

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A partir del 2007, Chile se desacopla de los demás países desarrollados y mientras los países desarrollados bajaban sus tasas, el Banco Central las subía fuertemente. Este error de diagnóstico determinó un encarecimiento del crédito bancario, una excesiva apreciación del peso y un nivel de actividad económica que estuvo por debajo de su PIB potencial. Así, el inicio de 2008 marcaba una significativa desaceleración de la economía chilena.Sin embargo, la economía chilena ya anunciaba, con bastan-te anticipación, que la combinación de política económica ejercida por las autoridades monetarias y fiscales conducían a una desaceleración excesiva frente a la crisis internacio-nal en gestación. El mismo IMACEC, elaborado y analizado por el staff del Banco Cen-tral así lo demuestra, con lo cual es aún más inexplicable la excesiva demora en su ac-cionar para corregir los evi-dentes desajustes. La serie de tendencia ciclo mostraba que la inercia era de des-aceleración si se evalúa su evolución en retrospectiva, pero si se aplica el método prospectivo, la tasa mensual anualizada de la serie de ciclo tendencia es aún más elocuente, pues mostraba una caída brusca de los ni-veles de actividad desde el segundo trimestre de 2008. Esta serie nos reporta una economía chilena completa-mente estancada desde octu-bre del año pasado.La crisis internacional se está haciendo sentir con fuerza en los países desarrollados, y los principales indicadores de la economía chilena

Política AntirecesiónEl Momento Actual:

comienzan a mostrar los primeros efectos en la producción y el empleo. El PIB del año 2009 será negativo, con una caída de la actividad más acentuada en el primer semestre y la desocupación se situará en los dos dígitos en los meses de invierno. Desde la perspectiva de la demanda agregada, no se encuentran espacios que permitan sustentar una leve expansión, sólo un optimismo moderado y la capacidad competitiva de las exportaciones, las cuales en ningún caso podrán compensar la restricción de la demanda interna.Sin duda, el impacto en el primer semestre será significativo, y junto con el peak de la contracción de la actividad productiva, los efectos se trasladarán al mercado laboral, y de no mediar acciones decididas y oportunas podríamos llegar a tasas de

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desocupación en torno al 12%, es decir alrededor de 900.000 personas sin empleo.La transposición de los elementos de la demanda agregada hacia los sectores productivos también será bastante asimétrica, lo cual sin duda explicará la curva al alza del desempleo.El PIB Pro Empleo muestra que la contracción de la actividad será aún más dura en los sectores productivos que son más intensivos en el uso de la mano de obra, ya que los sectores orientados a la exportación son más intensivos en capital y recursos naturales.Así, la restricción de demanda agregada será más intensa en los componentes de la demanda interna, en especial en el gasto de inversión que ve un agotamiento del ciclo expansivo de la edificación, y coincide además, con una fuerte contracción de la ejecución de obras de infraestructura privada. El único elemento de contrapeso en este contexto es la inversión pública, aunque su incidencia en el gasto de inversión en construcción es relativamente baja, y por ende se requiere de la activación de un programa de inversiones más amplio de lo que hasta el momento se ha pensado y diseñado.Sin embargo, la política fiscal se ha hecho partícipe de este diagnóstico e inició el año con anuncios significativos cuya implementación es de alta prioridad. El programa de estímulo fiscal compromete recursos por US$ 4.000 MM. Entre las medidas de estímulo económico más importantes están las siguientes:

• incremento en US$ 700 MM de la inversión en OOPP, • eliminación transitoria del impuesto de timbres y estampillas, • incremento transitorio de los beneficios de la Ley 701 de incentivos a la forestación, • pago de un bono especial de $40.000 a 1.700.000 familias de escasos recursos, • creación de un subsidio para la contratación de trabajadores entre 18 y 24 años.

El impulso efectivo, llega a los US$ 1.600 MM, ya que otras medidas contribuyen al financiamiento global como lo planteado en términos de reducir los PPM, o los aportes de capital de Codelco, que serán de menor impacto al momento de estimular la actividad.Por otra parte, el Banco Central aún mantiene una TPM excesivamente alta, y sus señales siguen siendo equivocadas, pues sus reiterados anuncios de próximas reducciones no son las que hacen que los agentes tomen decisiones de acceder a financiamiento. En consecuencia la CEPS, manifiesta la necesidad de seguir avanzando en políticas de apoyo a los más débiles en la economía, las familias más pobres del país y las micro y pequeñas empresas, que generan la mayor parte del empleo nacional. Sin embargo, ya debemos tener presente la dura situación que se está configurando, y que llegará a su peak en junio-julio de este año, y por ende un nuevo impulso fiscal

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es prioritario de anunciar en este mes de marzo, para que pueda estar en pleno funcionamiento cuando la ciudadanía lo requiera.

Propuestas de Política Económica para enfrentar la crisis:

Política Monetaria y Cambiaria:Reducir a un máximo de 100 puntos la brecha entre la TPM del BCCH y la tasa del FED.Dejar flotar el dólar, al interior de una franja que tenga como piso $550 y como techo $650.

Política fiscal:Preparar un programa de OOPP complementario al ya anunciado en enero, por otros US$ 1.000 MM cuya ejecución debe comenzar en el segundo semestre de este año. Implementar adecuadamente los incentivos presidenciales para la contratación de mano de obra por el sector privado. Cabe señalar que el 3 de Marzo del 2009 ingresó a la Cámara de Diputados el Proyecto de Ley respectivo, con carácter de suma urgencia.Diseñar y ejecutar programas especiales de empleo municipal, para todas aquellas comunas donde la desocupación supere los dos dígitos (por ejemplo Tomé).Crear un fondo especial para apoyar con financiamiento público a empresas importantes que siendo intensivas en empleo demuestren ser viables en el mediano plazo. La condición impuesta para este apoyo financiero es la formalización de “pactos laborales”, a la usanza de Italia y países escandinavos, donde concurran el Intendente Regional respectivo, los Gerentes de la Empresa y sus Sindicatos.

Política de Apoyo a las PYMEs Ante las nuevas condiciones restrictivas del mercado, la

pequeña empresa tiene dificultades para demostrar su viabilidad. Los ingresos tienden a disminuir, los costos a aumentar y la rentabilidad desaparece. ¿Qué hacer entonces?El Estado deberá proveer líneas de financiamiento adecuadas para las necesidades de las PYMES y el Banco del Estado deberá ser un instrumento importante para normalizar los niveles de la tasa de interés a las que acceden las PYMES en el mercado financiero, ajustando sus objetivos de rentabilidad y de riesgo, generando mayor competitividad en un mercado financiero local de características oligopólicas.

Política Tributaria:Reforma tributaria. Bajar en forma inmediata el IVA a un 16% y aumentar, a partir del 2011, la tasa de impuesto de primera categoría (ganancias de las empresas) hasta un 20% y acompañar la medida con un incremento del tramo exento en el Global Complementario. Se trata de impulsar una política tributaria que alivie directamente a la clase media.

Políticas Sociales:El Estado deberá destinar sus mejores esfuerzos en la ejecución del presupuesto fiscal 2009, donde el gasto social representa el 69,1% del gasto total. Al respecto, se propone destinar un bono especial de Invierno de $60.000 para el mes de Julio, para paliar así los gastos extraordinarios de calefacción que deberán sustentar las familias más pobres.

Política Internacional:El país debe adherir a los postulados de una reforma a la institucionalidad internacional vigente (FMI, GATT, BM), de manera de potenciar el desarrollo de todas las naciones, sin exclusión. Lo anterior permitiría, entre otras cosas, prevenir la evasión y el lavado de dinero, así como mejorar las perspectivas de la gobernanza conjunta a la globalización.

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A M É R I C A L AT I N A

Al margen de la crisis económica que agobia a la región —cada vez más a medida que pasan los meses— y, por supuesto, lejos del glamour que significan los primeros 100 días de la gestión de Barack Obama en la Casa Blanca, que concentra la atención mediática mundial, la región está envuelta nuevamente en una oleada democrática con once elecciones para el 2009 de distinto corte y cuño. Pero primero lo primero.

El reordenamiento del tablero latinoamericano

La reunión entre los presidentes de Brasil y EE.UU. el 14 de marzo pasado, no hace más que delinear el reordenamiento que está viviendo el tablero regional. La elección de cuál sería el primer líder sudamericano que visitaría Washington —previa a la Cumbre de las Américas de Trinidad y Tobago—, no es gratuita: Brasil, miembro del BRIC (que integra junto a Rusia, India y China), equivale a Sudamérica completa y es capaz de crear UNASUR a su imagen y semejanza; entenderse con Hugo Chávez y Álvaro Uribe; o poner en orden a Argentina y Bolivia.

Pero además, esa visita contiene los elementos imprescindibles para entender el grado de autonomía que tendrá Sudamérica respecto a los EE.UU. durante la presidencia de Obama y la forma en que éste desarrollará su política exterior por estas tierras: priorización en relación al peso específico y no a la matriz ideológica; políticas concertadas interregionales en temas medioambientales, discrepancias intrarregionales en aspectos políticos y ciertos

Elecciones, Reelecciones y Crisis Económica en

LatinoaméricaEn medio del colapso económico que promete acrecentarse a medida que transcurre el tiempo, este año están previstas once elecciones en las cuales se jugará el liderazgo y el futuro de la mayor parte de los presidentes más carismáticos y polémicos que hemos tenido (celebrado o sufrido). Por otra parte, viviremos la consolidación de todos los regímenes progresistas y democráticos que enfrentarán las urnas el 2009 y un franco retroceso del fundamentalismo neoliberal.

consensos globales para asistir a reuniones como las del G-20, grupo al que Lula quiere presentarse con el respaldo de todos los países importantes de Sudamérica.

El único problema es que si bien el brasileño es el Presidente más popular de su país en décadas, EE.UU. no las tiene todas consigo, y si a Obama no le va tan bien como todos esperan “su deslumbrante condición de presidente especial, el que

cambió todo para siempre, se convertirá rápidamente en un lastre”, escribió hace unas semanas Richard Ford. Para este escritor, al que conviene escuchar, “el gobierno y el futuro de Estados Unidos no van a ser una cuestión sencilla”.Si hasta el Premio Nobel de Economía, Paul Krugman, el mismo que alabó el proyecto presupuestario de Obama y

Sergio Molina M.

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lo tildó de “desafiante y optimista”, ha puesto en duda las afirmaciones del presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, de que EE.UU. evitará la depresión y saldrá de la crisis a finales de año. Krugman recuerda que Japón perdió una década en el intento de recuperar los niveles de empleos previos a la debacle que enfrentó.

Al igual que EE.UU. para Latinoamérica tampoco es sencillo enfrentar la coyuntura. Por ejemplo, hace poco Bloomberg dijo entre otras cosas que el peso argentino se devaluaría este año y que será la moneda más insegura de la región y por tanto, su país, el más vulnerable. Cito a esta Agencia no porque haya que confiar en este o cualquier otro oráculo financiero —los que han demostrado su incapacidad absoluta para hacer previsiones—, sino porque para nadie es ajeno que hemos navegado sin brújula ni timón económico en los últimos años y porque en estas cosas de la economía, las profecías, aunque sean equivocadas, se autocumplen.

En fin, a pesar de todo aquello, la democracia sigue su curso y parece por el momento inmune a estas vicisitudes, por el contrario, ante el mal tiempo económico presenta una cara envidiable y rozagante.

El Salvador: la luz democrática y progresista al final del túnel

El 15 de marzo pasado hubo elecciones presidenciales en El Salvador, y la derechista ARENA (Alianza Republicana Nacionalista) fue derrotada después de sus largos 4 periodos y 20

años en el poder. Había cometido el error de elegir como representante a un hombre cuestionado por corrupción —Rodrigo Ávila—, y de haber hecho una campaña macartista que espantó aquel esquivo electorado centrista que finalmente optó por el Farabundo Martí para la Liberación Nacional, un movimiento que atraviesa su versión 2.0, y que se ha moderado en relación al que conocíamos hace algunas décadas cuando protagonizó la gran rebelión salvadoreña.

El FMLN abandonó la lucha armada hace mucho, se convirtió

en partido político y su candidato y ahora Presidente electo es un periodista de gran credibilidad —Mauricio Funes—, quien prometió que sus ejemplos a seguir serán Lula y Obama y que si bien respeta el proceso de países como Venezuela, Bolivia o Ecuador, sólo gobernará para los suyos. En cualquier caso, El Salvador es el primer ejemplo de que las corrientes progresistas están vivas, espantando a quienes auguraban que vivíamos su principio de su fin en la región.

Además, el flamante Presidente salvadoreño sostiene que mantendrá el acuerdo de libre comercio con EE.UU. (a pesar de todo su país era el más alineado con el norte y el único de la región que aún mantiene tropas en Irak, aunque ya por poco tiempo). Es además una nación caracterizada por la violación y conculcación de derechos más allá de los límites aceptables, incluso para países pobres y marginales como los nuestros, a todo lo cual Funes ha prometido ponerle fin.

Bolivia: Una constitución indígena para los indígenas

Pero el año electoral empezó en Bolivia el 25 de enero pasado con un plebiscito para aprobar una nueva Constitución calificada por el oficialismo como refundacional, criticada por la oposición por indigenista, y que se

convierte en clave para definir el futuro de este país. El triunfo del Sí a la carta magna propuesta por Evo Morales y promulgada en un impresionante acto de masas al que concurrió José Miguel Insulza como Secretario General de la OEA, gatilló inmediatamente cambios de todo tipo, entre ellos la convocatoria a nuevas elecciones generales previstas para finales de año y que, de ocurrir lo más previsible (que gane Evo Morales y sea reelecto), ocasionará que el MAS se convierta en el movimiento hegemónico en Bolivia, después de tres años de tiras y aflojes, de violencia y de oposición sin sentido.

Con la reelección de Morales y de la mayor parte de las autoridades que se elegirán a partir de la nueva Constitución (desde jueces hasta diputados o miembros del tribunal constitucional), todo el poder estará en manos de ese partido, con la oposición en desbande y derrotada, por lo que

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quizá pueda dedicarse a lo que más le piden los analistas independientes: centrar sus esfuerzos en combatir la crisis económica que ya comienza a sentirse, luego de que el gobierno tuvo que emplear la mayor parte de sus energías en la lucha política con la oposición regional.

Pero la nueva Constitución no solo es eso: también plantea más poder para los indígenas, mayor control del Estado sobre la economía, límites al tamaño de los latifundios y redistribución de los ingresos de los yacimientos de gas. Es que, como afirma el sociólogo boliviano Fernando Calderón, “desde que Franz Tamayo, Víctor Raúl Haya de la Torre y otros formularon las preguntas principales sobre la liberación del indio en la Nación, estuvimos abocados a responder dichas preguntas… ellos consideraban que Bolivia, Ecuador y Perú no tendrían una opción universal si no resolvían tal problema. Por eso es particularmente importante esta coyuntura: hoy más que nunca hay chances de hacerlo”.

Ecuador: petróleo, dólares y reelección

Precisamente, otro país andino, Ecuador, tendrá elecciones el 26 de abril. Ese día Rafael Correa será reelecto según todas las encuestas, debido a su amplio respaldo y luego de ganar un referéndum que le permitió poner en vigencia una Constitución

que ha calificado como el nuevo “contrato social” ecuatoriano. Correa fue elegido hasta el 2011 pero al adelantar la elección podría tener otros dos mandatos sucesivos a partir de este año, algo similar a lo que ocurrirá en Bolivia

Si bien es una presidencia más pragmática que la boliviana, los ecuatorianos no la tienen nada fácil por su condición de exportadores de petróleo y por no tener moneda nacional, lo cual hace que la crisis económica no los encuentra del todo confesados. Todo ello sin mencionar su distanciamiento con Brasil y otros gestos antiimperialistas (en el amplio sentido del término), que finalmente no han ido más allá de la retórica.

Finalmente, en Ecuador esta ausente la oposición, a pesar de los tibios intentos regionales, sobre todo de Guayaquil y de

algunos gremios empresariales y comerciales y, hoy por hoy, se encuentra dividida, derrotada y buscando sin éxito un líder unificador que pueda mellar al hasta ahora incombustible liderazgo de Rafael Correa.

Venezuela: el empecinamiento exitoso de Hugo Chávez

Por su parte, Venezuela celebró al finalizar febrero el referéndum que permitió a Hugo Chávez presentarse a la reelección indefinidamente. Chávez logró en el Congreso

que controla, una propuesta de reforma constitucional del artículo 230 de la Carta Magna que impedía la concurrencia consecutiva de los mismos candidatos a cargos de elección popular. Y ésta, la segunda, fue la vencida; el apuro en el reintento se debe sin duda a que se siente cada vez más agobiado por la crisis económica de su país, sobre todo por el precio del petróleo que ha caído a 40 dólares en los últimos meses y que le ha obligado a establecer medidas de austeridad estatal y a enfrentar una lucha a brazo partido con los empresarios para encontrar la cuadratura del círculo: frenar la inflación.

Un ejemplo vale para entender el impacto en Venezuela de la disminución del precio del crudo: las cuentas públicas de Qatar, otro país productor de petróleo, se cierran con una estimación de 20 dólares el barril; la mayor parte de los países productores lo hace con un precio de 50; en el caso de Venezuela, Chávez lo hace con un barril a 100 dólares. Habrá que ver cuánto influye esto en la política de expansión internacional que ha desarrollado en los últimos años y que resultó tan efectiva.

En cualquier caso, Chávez es un líder indiscutible: ganó en las elecciones de gobernadores del año pasado (a pesar de que fue derrotado en cuatro estados, incluida la capital) y hace unas semanas consiguió lo que tanto ansiaba. El poco tiempo de anticipación con el que se anunció la fecha elección, y la oposición desarmada ideológica y políticamente podrán haber contribuido a esta victoria, pero nadie puede restarle méritos.

A raíz de todo ello, la futura (y posible) reelección de Chávez y su alineación con Irán y otros países de dudosas credenciales

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democráticas, arrastrará consigo a sus otros aliados en la región, como Bolivia, Nicaragua y quizá Ecuador. La ruptura de relaciones con Israel a la cual arrastró a los bolivianos, a raíz de la masacre en Gaza es testigo irreprochable de aquello.

Uruguay y Chile: el progresismo en busca de su destino

Donde si parecen haber oposiciones más poderosas es en Uruguay y Chile. En el primero, el próximo 25 de octubre Tabaré Vásquez pondrá a prueba su liderazgo y gestión y hay incluso quienes dicen que aprovechará el año para hacer reformas que le permitan la reelección, aunque él lo niegue. Para ello, sectores del Frente Amplio que lo llevaron a la Primera Magistratura,

pusieron en marcha la recolección de las 250 mil firmas necesarias para cambiar la Constitución.

Cunda la fiebre reeleccionista o no, el poderoso Frente Amplio tendrá internas en junio próximo para elegir a su candidato entre el moderado y reformista ministro de Economía, Danilo Astori, y un ex Tupataro y también ex ministro de Agricultura, José Mujica.

Pero el oficialismo uruguayo no las tiene todas consigo si no gana en primera vuelta. Una alianza en el repechaje entre el Partido Blanco, la principal fuerza de la oposición -y, según las últimas encuestas, el principal competidor del Frente Amplio en intención de voto-, y el Partido Colorado que va atrás como tercero cómodo, pueden complicar las posibilidades de reelección de la fuerza de centro izquierda más sui generis del continente. Los blancos llevarán de candidato o al ex presidente, Luis Fernando Lacalle, o al senador Jorge Larrañaga, quienes compiten en otra interna partidaria.

Sobre Chile, no hay mucho más que decir (o ya se ha dicho

mucho). La contienda entre la Concertación y la Alianza; entre la centroizquierda laica y cristiana y la derecha en todas sus variantes promete ser muy dura, y —a pesar del aumento del respaldo presidencial sobre todo por la forma en que ha manejado la crisis económica— parecería muy pronto para saber qué ocurrirá finalmente. Por lo pronto la oposición lidera las encuestas, lo que no es menor, pero el oficialismo ya (casi) tiene candidato y comienza a hacer funcionar una maquinaria electoral que fue la más exitosa en las últimas décadas en la región y que le permitió gobernar durante 18 años sin interrupción.

Argentina: La levedad de la letra K

Argentina tendrá otra prueba de fuego más en su historia democrática que se remonta a 1983 (además de las económicas ya mencionadas o la popular estatización de las AFJP), y que promete ser tan

apasionante como sus partidos de fútbol.

A partir de marzo, en Catamarca, se inició un cronograma electoral con comicios de renovación legislativa nacional, provincial y municipal, que definirán si los Kirchner permanecerán o no en el poder más allá de 2011. Pero la cosa comenzó mal para la pareja gobernante en el norte argentino. “Nacionalizó” la elección catamarqueña, puso toda la carne en el asador y, además, perdió. Lo cual obligó a adelantar la elección para renovar ambas cámaras legislativas casi cuatro meses. Así el próximo 28 de junio se renovará la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado.

Cristina Fernández justificó esta medida con el argumento de que, una vez pasado el transe electoral, el gobierno podrá concentrar sus esfuerzos en combatir la crisis económica; sin embargo, los opositores sostienen que es precisamente la crisis que se agrava, y la merma constante de las autoridades y militantes de la alianza oficialista, la que ocasionaron el adelantamiento.

En cualquier caso, la mejor manera de que Cristina Fernández consiga mantener la mayoría será dividiendo a la oposición y consolidándose como la alternativa de esa entelequia indescifrable, que lleva por nombre Partido Justicialista y

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que contiene a los Kirchner pero también a sus principales dolores de cabeza, mucho más allá de la derecha aún más críptica de Mauricio Macri o de la gerontocracia radical de Raúl Alfonsín.

Es el peronista Eduardo Duhalde, otrora aliado incondicional, quien se ha convertido en el más férreo opositor a Fernández, y entre los gobernadores fieles ya se oyen voces disidentes. El frente kirchnerista parece resquebrajado por los errores cometidos al inicio de una segunda gestión marcada por la crisis con el agro y por casos de corrupción que empañaron el innegable hecho democrático y revolucionario que significó para la Argentina y el continente entero, que se haya elegido a una mujer para la presidencia de ese país, la segunda inmediatamente después de Michelle Bachelet. Varios analistas auguran que después de las derrotas del oficialismo en las provincias del interior tendrá que compensar ese efecto ganando bien en su principal bastión, la provincia de Buenos Aires, aquella que resume la decadencia Argentina y que contiene el 38% de la totalidad de los votos nacionales.

Centroamérica: continuidad y cambio

El 3 de mayo las elecciones serán en Panamá y pese a ser el país económicamente más exitoso y de largo crecimiento en la región —el regalón de quienes hacen análisis de este tipo—, es probable que el oficialismo pierda las elecciones a pesar de los triunfos que tuvo en justas recientes, como el plebiscito sobre la ampliación del Canal. En cualquier caso, por los anuncios hechos por los candidatos, para todos los organismos internacionales seguirá siendo el ejemplo a seguir en Centroamérica, sobre todo en materia económica.

El 19 de noviembre las elecciones presidenciales se trasladarán a Honduras. Un país que adhirió a la Alianza Bolivariana de las Américas, junto con Venezuela Bolivia y Cuba, pero que a la vez mantiene un TLC con EE.UU., dejando a todos contentos y explicitando que tanto Venezuela como los norteamericanos son aliados económicos imprescindibles. Manuel Zelaya, presidente hondureño y líder de un régimen que la derecha califica de populista y que todos los demás tildan de centro izquierda, podría mantenerse en el poder si la crisis económica no se hace muy cuesta arriba, pero sobre todo si la oposición no resuelve su crisis existencial de liderazgo ni presenta un programa unificado y atractivo

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que se plantee como una alternativa real a la gestión más que eficiente y pragmática de Zelaya.

Finalmente, el 5 de julio de 2009 también habrá elecciones legislativas en México, y si bien hace dos años la izquierda a través del PRD estuvo a punto de ganar la elección presidencial con Manuel López Obrador a la cabeza, sus errores infantiles, la mayor parte de ellos cometidos al inicio del gobierno de Felipe Calderón (desconocer su investidura, nombrar un gobierno paralelo, creer en la movilización

perpetua y un largo etcétera), le cobran la cuenta y hoy presenta un frente dividido sin esperanzas de triunfo. Pero la derecha del PAN no está en su mejor momento y si bien busca asegurar la segunda parte del mandato de Calderón, pronto tendrá ocasión de testear ante las urnas la guerra contra el narcotráfico que libra desde hace algunos meses sin que haya tregua ni cuartel y que sólo en 2008 provocó la muerte de 6.000 personas, llevado a los analistas

alarmantes a resucitar el famoso apotegma de “Estado fallido”, que le habían endilgado a países tan disímiles como Bolivia y Colombia. Una sinécdoque que toma a Ciudad Juárez por ese todo inmenso que es México, como si fuera posible.

El principal contendor del Partido Acción Nacional será el histórico Partido Revolucionario Institucional. Este partido, otrora revolucionario, busca recuperarse para enfrentar de mejor forma las próximas presidenciales, tras dos derrotas dolorosas y sucesivas y en ese escenario, ¿pues quién sabe? A lo mejor durante estos años el Partido Revolucionario Institucional sólo andaba de parranda

En fin, un año para Latinoamérica donde se jugarán nombres, siglas y posiciones políticas e ideológicas; marketing electoral y convicciones profundas; pero también un periodo donde se está poniendo a prueba la estabilidad del sistema democrático que —convengamos—, tiene problemas serios de gobernabilidad, inclusión social, inequidad y corrupción, pero se mantiene incólume y firme.

Por lo pronto, ante tantas malas noticias económicas, de pobreza y empleo, celebremos que por lo menos la democracia se renueva este año.

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