REVISTA LITERARIA VÓMITO DE LETRAS #3

20
REVISTA LITERARIA VOMITO DE LETRAS #3

description

Minificciones para atacar directo a tu cerebro.

Transcript of REVISTA LITERARIA VÓMITO DE LETRAS #3

Page 1: REVISTA LITERARIA VÓMITO DE LETRAS #3

REVISTA LITERARIA VOMITO DE LETRAS

#3

Page 2: REVISTA LITERARIA VÓMITO DE LETRAS #3

REVISTA LITERARIA VOMITO DE LETRAS #3 MINIFICCIONES EDITOR: DANIEL ABREGO Rvomitodeletras.tumblr.com LOS TEXTOS SON MOSTRADOS CON LA AUTORIZACIÓN DEL AU-TOR AGOSTO 2015

Page 3: REVISTA LITERARIA VÓMITO DE LETRAS #3

indice

CUERVO — AFRICA #4 AGUSTIN E. BATAZ — LÓGICO #5 MR. PETREL — TINA ROSA #6 ROQUE MERCHÁN — SOMBRÍA NOCHE #7 UN DON #8 MARCIA RAMOS — TRÓPICO DE CÁNCER #9 CAROLINA ORTIZ — DESPERTAR #10 IVÁN ARTALEJO — TÚ QUE LEES… #11 YESENIA AGUILAR — LA GUITARRA #12 LUIS ESCOBAR — BAMBOLEOS ABSURDOS… #13 KRSNA SÁNCHEZ — DE TEOLOGÍA #14 ANA BARDALES — HASTA QUE LA MUERTE… #15 DIEGO MON — LA IMPOSIBILIDAD… #16 LEO AQUINO — EL SOLITARIO #17 KIN KOSHI — SIN SENTIDO #18 LURIEL LAVISTA — VORTICE #19

Page 4: REVISTA LITERARIA VÓMITO DE LETRAS #3

Se había acostumbrado a su presencia, aunque le disgustaba aquel objeto,- por eso lo tenía ahí oculto en una esquina, como adorno-lo conservaba por sentido sentimental, había sido el objeto más preciado de ella, fallecida des-pués de su viaje a África. Sin embargo pronto empezó a serle irritante, lo contemplaba con odio. Intento cambiándolo de lugar…siempre regresaba a donde mismo, así que lo encerró en un baúl. Aquello pareció detenerlo…no obstante un día se lo encontró tirado junto al anillo perdido de ella. Tal fue su sobresalto, que sintió un deseo ardiente de tirarlo, no pudo pesaba más el corazón…no se lo permitía.

Dejo de ser molesto y empezó a acosarlo, a ser perturbador; en las noches lo vigilaba, siempre acechándole, siempre haciéndose presente como un latido silencioso. Ya no lo aguantaba, tenía que deshacerse de el, antes de que se apoderara de su cuerpo, porque eso quería tomar su lugar. Aquella cosa so-ñaba con ser hombre.

No le daría el gusto, no tan fácil, de modo que lo lanzó a la chimenea pren-dida. Días después regreso furioso, sabía que lo venía a matar. El miedo lo hizo reaccionar y se encerró en la cocina, haciéndose de un cuchillo, cuando logro derribar la puerta, él se lo clavo… ¡A ella que había regresado después de haberlo dejado en aquel viaje…después de haberle sido infiel tantas ve-ces!…recobro la razón…y después… le disgustaba aquel objeto, pero lo conservaba porque era el objeto más preciado de ella, fallecida después de su viaje a…

CUERVO ÁFRICA

Page 5: REVISTA LITERARIA VÓMITO DE LETRAS #3

Lógico Agustín E. Bataz

– ¡Todos los hombres son iguales! –, exclamó la hermosa don-cella; después de que el tercer hombre a quien conoció en la pe-da, le dijo que no la quería para nada serio, luego de irse un rato "pa' lo oscurito", mientras sonaba una romántica melodía de Fa-rruko.

Page 6: REVISTA LITERARIA VÓMITO DE LETRAS #3

Mr. Petrel Tina Rosa

Más de 70 peleas ganadas, toda una vida practicando un depor-te que no era mas que simple espectáculo. El Machote detrás su mascara y su hombría, se encontraba en la tina de su baño, mientras el humo del cigarro daba vueltas por todo el lugar se imaginaba como seria su vida si en lugar de el hubiera nacido como ella.

Page 7: REVISTA LITERARIA VÓMITO DE LETRAS #3

La niebla espesa y gruesa cubría de manera lúgubre las calles de mi ciudad. Una noche, caminaba del trabajo hacia mi casa bajo esa concentración nubosa y el tiempo parecía no avanzar, al igual que yo. Probablemente un caracol caminaba más rápido. Empecé a escuchar ruidos a mis espaldas, hasta que un aleteo alertó mi sistema nervioso. Seguí avanzando y empecé a sentir chillidos a través de la espesa nube gris, por todos lados, y una sensación de terror invadió mi ser. No sabía qué hacer. De re-pente, una figura pasó volando frente mío, una y otra vez de un lado a otro. La desesperación dominó mi mente y mi cuerpo e intenté huir sin saber por dónde iba. Los ruidos me seguían. Un ave infernal venía detrás de mí. Corrí hasta que hubo silencio y dos luces rojas se acercaban de frente velozmente. La niebla se abrió y un enorme cuervo con ojos rojo sangre me atravesó con sus garras. Un graznido fue lo último que escuché. Su pico en mi ojo, lo último que sentí.

Rogue Merchán Sombría noche

Page 8: REVISTA LITERARIA VÓMITO DE LETRAS #3

Roque Merchán Un don

Llegué al límite. Decidí que no puedo seguir acá. He visto cien-tos de profesionales y ninguno me ha ayudado como se supo-nían debían hacerlo. La cabeza me va a explotar en cualquier momento. Estoy cansado de escuchar los pensamientos de los demás, de leer sus cerebros y oír sus voces en mi cabeza. Me agota. Es una sensación horrible y no la quiero más. Jamás pedí este ¿don?, ¿poder? o ¿pesadilla? Lo que fuera, jamás lo quise y desde que nací, escucho lo que los demás piensan. Todo. Escu-cho críticas y disgustos. Lo peor es cuando escucho lo que pien-san de mí. Y ya no lo soporto. Por eso, lo mejor es irme. Para siempre. Estoy por saltar de un puente cuando escucho una voz tierna, dulce y calma. ¿Me habla a mí? ¿Escucho la voz de una persona o de su mente? Y siento una mano que me sujeta. Es suave. Giro y allí está ella: la chica que me gusta y jamás cono-cí. Le habla a mi cerebro. Nació con este don, lo controla. Al fin hallé la ayuda que pedía en mi vida.

Page 9: REVISTA LITERARIA VÓMITO DE LETRAS #3

Marcia Ramos Trópico de cáncer

Como todas las tardes fueron a la sala por un libro. Ella esco-gió uno de superación personal, mientras él sentó ese cuerpo dibujado por su propia mano sobre sus muslos. Acarició sus diminutos pechos y besó su boca antes de dar lectura al últi-mo capitulo. Ella quien sigilosamente lo había observado to-do, ya no estaba.

Luna azul

1. El poeta comenzó a exaltar la belleza de la luna azul, no sabía que sólo era un platillo estacionado.

2. Las estrellas pintaron a la luna de azul para poder brillar en paz. 3. La luna hizo su mejor broma al sol: se disfrazó de cielo. 4. Después de tanto maltrato el mar huyó a la luna.

Page 10: REVISTA LITERARIA VÓMITO DE LETRAS #3

Carolina Ortíz Despertar

Mientras colgaba, en sus últimos segundos recordó su historia. 1, 2, 3: una vida perfecta. 4, 5, 6: su padre se fue, su madre enfermó. 7, 8, 9: dejar atrás su pasado feliz. 10, 11, 12: resignación total ante la maldita vida. 13…no había 13. Para ella era de mala suerte y ya había teni-do mucha en vida. Un sonido la hizo regresar en sí de golpe, era el sonido de la cuerda rompiéndose, dándole una nueva oportunidad. Decidió ir a la cama. Se acostó y cerró los ojos sin dormir, pe-ro si descansando de sus horribles recuerdos. Por la mañana se levantó, y el fantasma de su pasado la dirigió al cuarto de baño, ahí en el que se encontraba colgando la soga. Y al final de ella su cuerpo inerte, con una extraña mueca de felicidad en el rostro. El sonido de una cuerda rompiéndose, la cuerda que ataba su alma al cuerpo grisáceo que ahora se elevaba sobre suelo. Miró sus restos terrenales, miró su rostro y como su cabello caía sobre él. Se acercó al pecho y, en efecto, no escucho nada…sonrió.

Page 11: REVISTA LITERARIA VÓMITO DE LETRAS #3

Iván Artalejo Tú que lees...

Tú que lees esta carta: por favor, que nos sepulten juntos.

La mujer que está junto a mí es mi esposa, nos casamos jó-venes. Con esfuerzos compramos esta cabaña y pasamos aquí los veranos consecuentes, felices.

Fue en el sexto verano: habíamos pasado el día acurrucados, bebiendo mucho vino y haciendo el amor. Discutimos después del orgasmo. Yo quería un hijo, ella decía no estar lista.

Salió a la noche oscura y fría, dijo que daría una vuelta por el lago. Yo me quedé recostado, abrazando mi orgullo. Después de unas horas, y de haberme tranquilizado, salí a buscarla. En-contré su cuerpo flotando. No podía dejarla ahí, la traje de vuelta, y ahora está recostada junto a mí.

Beso sus ojos y me miran, beso su boca pero ya no me ha-bla. Ya no sé en realidad dónde está: si aquí recostada junto a mí; o allá afuera, danzando sobre el agua.

En mí tiene los ojos fijos; aunque le digo que estamos ya di-funtos, dice estar lista para darme un hijo. Por favor... que nos se-pulten juntos.

Page 12: REVISTA LITERARIA VÓMITO DE LETRAS #3

Yesenia Aguilar La guitarra

Ahora que te vuelvo a ver comprendo todo, la verdad es que me había olvidado de ti. Después de un largo camino estoy de nuevo en mi habitación desarreglada y veo que sigues es-tando en el mismo lugar. Me despertaron unos gritos, cuando abrí los ojos estaba en una carretera. Se encontraban a mí alrededor personas ca-minando, iban platicando, riéndose, algunos murmuraban, to-dos estaban tranquilos. Me sentía extraña, no conocía a na-die, no sabía por qué estaba allí… "¿Qué lugar es este?, ¿a dónde van?", empecé hacer preguntas pero no conseguía res-puesta, así que seguí caminando, aquella carretera parecía no tener fin. Pise un frasco de pastillas, sentí un mareo y cerré los ojos, deseaba que al abrirlos pudiera saber lo que estaba pasando y así fue. En estos momentos estoy sentada a lado tuyo, intento to-carte pero mi mano traspasa tus cuerdas, hubiese preferido que todo fuera sido un sueño, pero no lo es, ahora sé que per-tenezco a otro mundo.

Luis Escobar Bamboleos absurdos, misterio impenetrable

Page 13: REVISTA LITERARIA VÓMITO DE LETRAS #3

Luis Escobar Bamboleos absurdos, misterio impenetrable

Voy camino a casa. En el trayecto puedo ver que las calles asimétricas guardan un poco de polvo, que es levantado gentilmente por el viento en sendas espirales. Camino y camino, más me doy cuenta de que es-toy perdido, he olvidado quizá el sendero para ir a casa. Ante esto, irremediablemente me doy cuenta de que en realidad no es-toy llendo camino a casa, que en realidad ni siquiera tengo casa, que he olvidado mi propio nombre, que no sé cuál es mi origen ni mi des-tino.

Pero voy camino a casa. En el trayecto puedo ver como los niños deformes arrastran sus pequeños cuerpecitos para jugar un partido de fútbol, y que el portero de uno de los equipos es sin duda el niño más deforme que haya visto en toda mi vida; cerca del ojo izquierdo tiene una protuberancia ósea de forma puntiaguda, por la cual brota un po-co de pus. Arrastro mi cuerpo deforme entonces, y descubro que soy yo en realidad ese niño portero deforme, y siento como brota gota a gota el líquido purulento de mi protuberancia ósea... Intento en vano atajar el balón, mas fallo y recibo un abucheo; esto me deprime, lloro un poco y arrastro mi cuerpo deforme lejos de ahí.

Ahora que he huido decido ir finalmente a casa.

Page 14: REVISTA LITERARIA VÓMITO DE LETRAS #3

Krsna Sánchez De teología

Dios está en todas partes, aunque no pueda ser visto. Sin embar-go, la mano es más rápida que el ojo. Estiro el brazo y cierro los de-dos con la rapidez suficiente para atrapar a Dios. Ahora lo tengo en-cerrado en mi puño. Agito la mano con fuerza y no se oye ruido en el interior. Me animo a mirar por una abertura entre el índice y el pul-gar. En un rincón oscuro de mi palma, veo un letrero luminoso: “Se rentan películas.”

Page 15: REVISTA LITERARIA VÓMITO DE LETRAS #3

Ana Bertha Bardales Hasta que la muerte nos separe

Había visto esa mirada calculadora y amorosa cientos de veces, pero nunca antes llegué a sentir aquel miedo recorriendo cada parte de mi cuerpo hasta el punto de causarme calosfríos. Su voz era algo apenas audible, contrario de sus ojos que eran el reflejo de las llamas ardien-do intensamente sin que se les pudiera aplacar. Por vez primera era consciente de cómo toda mi libertad se reducía a obedecerle sin chis-tar. Por un momento, el silencio se hizo presente en la habitación has-ta resultar abrumador pues sus ojos no se apartaban de los míos, era como un enfrentamiento en el cual se sabía desde el principio quién sería el vencedor… De pronto, una fuerza antes desconocida por mí se apoderó de todo mi cuerpo y sin razonar en lo que estaba a punto de hacer, le lancé un cuchillo cerca del corazón, para luego darle co-mo obsequio la ceguera y así vivir por siempre en una mutua necesi-dad de la cual sólo la muerte nos podría separar.

Page 16: REVISTA LITERARIA VÓMITO DE LETRAS #3

Diego Darío Mon La imposibilidad de lla-marme Jesús y de mutar

Mi cabello es rizo da tres vueltas de estaño, no sé de bar-bas pero sí de hablar con dualidades embellecedoras. Visto de pantalón gris de traje, camisa almidonadamente aboto-nada y zapatos puntiagudos (formalidad ante todo). Siem-pre procuro llevar puestos lentes oscuros, los preveo para conocer el universo y dar con aquel cabrón que me delata-rá. Soy drogadicto, pero sin ningún tatuaje en el cuerpo (tengo que cuidar mi apariencia) ya que en tres días resucitaré en Dios. Pero, sólo me falta la divinidad de poder transcurrir el agua en un ardiente mezcal.

Disfruto caminar en el mar, aun cuando ni siquiera sé pescar, ni mucho menos nadar. Oriento a los pecadores que se indignan con el cuerpo humano desnudo, a los racistas que se atreven a aborrecer una cerveza clara por una oscu-ra, a las mujeres vírgenes que invito siempre a bailar antes de amarrarlas a una cruz y que entreguen su virginidad por la salvación de todos los mortales.

Casi me casaba con magdalena, pero se aburrió de mí ya que jamás me ha salido la barba. —Soy un Jesús moderno, pendeja. No un hípster para andar con bigotito y barba. En fin, ella no lo entendió, solo buscaba popularidad. ¿Salvación? Improbable. Ni siquiera yo sé. Aunque eso después no importará. Ya que sé que mutaré en Dios.

Page 17: REVISTA LITERARIA VÓMITO DE LETRAS #3

Leo Aquino Elsolitario

Un día de Agosto, no importa cuál, de este año, Jaime Chanona, el velador de la prepa, jugaba al Solitario, pensando en su recién divorcio. Amó, en verdad, a Gisela, verdaderamente la amó, su compañera de veinte años. Era viejo ya el sentimiento, pero aún vivo. Jugaba, como queriendo hacer cualquier otra cosa, pero en ese punto de trabajo ¿qué? Tenía una violenta sensación de soledad. Era algo que le machacaba duro el corazón. Le daba vueltas y vueltas al Cañón del Sumi-dero. Cuando era niño lo visitó y era un abismal y hermoso lugar para mo-rir. Despertó de la nada a un sonido que se asemejaba a la estática de la t.v. y levantó la vista bruscamente al techo, donde notó cómo el único foco era rodeado por voladores puntitos negros. Éstos también tapizaban el cielo de lámina. Miró, así mismo, a Solovino, el perro fiel, bajo la mesa, que yacía con el pecho a tierra, resoplando el aire caliente como queriendo alejarlo o enfriarlo. Comprendió, entonces, lo absurdo que era el juego, y lanzó, sonrisa y car-cajada, las cartas al aire.

Page 18: REVISTA LITERARIA VÓMITO DE LETRAS #3

Kin Koshi 金 星

Sin sentido

Mi madre iba subiendo la escale-ra de la torre más alta, mi padre había jurado matarme para que no heredara su trono.

El dolor del parto le impidió mo-verse más allá del primer descan-so de las escaleras, reuniendo to-das sus fuerzas y sintiendo como su cuerpo y alma se desgarraban, en medio de gritos y llanto me dio a luz, nací en el sin sentido de una escalera.

La hemorragia lleno todos los peldaños de sangre, mi madre ya-cía muerta recostada contra la pa-red de la torre, poco a poco el co-lor de su piel se fue tornando en el blanco pálido de la nieve, sus ojos se tornaron grises como un cielo antes de la tormenta y el ca-lor que emanaba hace solo unos momento se apagó como una ve-la.

Mis llantos pusieron sobra viso a

mi padre, subió como un loco blandiendo una espada con fin de decapitarme, pero sin la luz de las antorchas que iluminaran su aje-treado camino, no vio la sangre que mi madre dejo como una al-fombra de terciopelo rojo, que lo hizo resbalar y caer rompiéndose el cuello y reuniéndolo con mi ma-dre, en el mundo de los muertos.

Mientras todo eso ocurría, yo se-guía atrapado a mitad de una esca-lera llorando sin recibir auxilio, sin poder subir o bajar, mi cuerpo no sabía andar y mi cerebro descono-cía las funciones de una escale-ra. Parado a mitad de una escalera uno debe decidir si subir o bajar; pero si se encuentra uno con una escalera pintada o rota nunca sabrá si sube o baja.

La escalera es un sin sentido, igual que un camino bifurcado si se eli-ge una opción se rechazara otra, siempre se dejara un mudo de po-sibilidades abiertas; pero si uno no elige o rechaza una de las opciones que se le muestran surgirá de in-mediato una tercera que no es otra que la muerte y la inexistencia.

Page 19: REVISTA LITERARIA VÓMITO DE LETRAS #3

Vórtice. Luriel Lavista Yo he basado mi causa en nada

no hay nada ni nadie por encima de mí. Max Stirner.

Me he quedado en el pasillo que encontré cercas del bulevar. Las oscuri-dades de las habitaciones pasan sobre usted. Un par de moscas le sobre-vuelan incapaces de tocarle, inhabilitadas por la lluvia que no ha parado desde ayer. Las gotas se muerden unas a otras sobre la poca luz que está sobre mí. Le descuelgo delicadamente de su lugar. Quitó el velo que le han dado las arañas. Me recuesto sobre mis brazos indómitos. Le veo con el calor de mi cigarrillo vaciado en un resquicio de mi cerebro res-quebrajado. Me sirvo de los ruidos que me da la bebida para reconfortar la vibración de mi carne. Recorro cada claroscuro de su rostro, la re-construcción de su presencia anidada en este papel rugoso. Dejo caer mi nuca sesgado por la idea que la gente ha tenido de su serenidad. Voces se desdoblan como si fueran el ir y venir de mi sangre. El alcance de sus retorcidas manos sobre su boca me hace estornudar. Bebo este menjurje y me doy cuenta de la transparencia de su vestido. Sombra de un cuerpo reblandecido como para destaparse ante la pesadez de mi respiración. In-suficiente es esta sola noche para encontrar el hartazgo. Los ojos se me hunden y todo lo reconozco. Escucho el rechinido de este mundo. El bramido de estas criaturas que lo habitan. El ondear de su cabello me trae la melodía del próximo amanecer. ¿Quién le habrá puesto aquí?. Se-guro un imbécil que no le quiso nunca. Que no supo qué hacer más con su memoria. Deje que le quite este desagradable marco. Nadie debe que-darse en este desvarío. Tendré que conseguirle un mejor lugar. Una me-jor forma. Crearle una vasta existencia errante. Para eso haré algunas re-producciones con sus nervios pero sin su alma. Si bien nos va estará me-jor en una amplia sala excesivamente iluminada. Sin el anonimato apaci-ble que le trae esta pared amarillenta. Luego de que termine esta lluvia y me acabe mi trago. Ya no más desolación que palpar en la profunda du-da.

Page 20: REVISTA LITERARIA VÓMITO DE LETRAS #3