Revue Nerudiana N° 8, Diciembre 2009

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1 NERUDIANA – nº 8 – 2009 nerudiana Fundación Pablo Neruda Santiago Chile nº 8 Diciembre 2009 Director Hernán Loyola Abraham Jesús Brito Gunther Castanedo P. Alejandro Cotera Greg Dawes Julio Gálvez B. escriben Edmundo Herrera Pedro Lastra Brenda Müller Edmundo Olivares Darío Oses Víctor Pey Enrique Robertson Inés Rubio Riquelme Edith Scandro Mario Valdovinos

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Fundación Pablo NerudaNerudianaSantiago Chile nº 8 Diciembre 2009Director Hernán LoyolaescribenAbraham Jesús Brito Gunther Castanedo P. Alejandro Cotera Greg Dawes Julio Gálvez B. Edmundo Herrera Pedro Lastra Brenda Müller Edmundo Olivares Darío Oses Víctor Pey Enrique Robertson Inés Rubio Riquelme Edith Scandro Mario ValdovinosNERUDIANA – nº 8 – 20091SumarioNeruda 1969: Aún Un mundo no leído aún en sus totalesBRENDA MÜLLER4DOSSIER: WINNIPEG Cómo me embarqué en el WinnipegV

Transcript of Revue Nerudiana N° 8, Diciembre 2009

1 NERUDIANA n 8 2009nerudianaFundacin Pablo NerudaSantiagoChile n 8Diciembre 2009 Director Hernn LoyolaAbraham Jess BritoGunther Castanedo P.Alejandro CoteraGregDawesJulio Glvez B.escribenEdmundo HerreraPedro LastraBrenda MllerEdmundo OlivaresDaro OsesVctor PeyEnrique RobertsonIns Rubio RiquelmeEdith ScandroMario Valdovinos2 NERUDIANA n 8 2009Sumarionerudianan 8Diciembre2009director y editor Hernn Loyolasecretaria de edicinAdriana Valenzueladiseo y diagramacinJuan Alberto CamposFUNDACIN PABLO NERUDA Fernando Mrquez de la Plata 0192Providencia. Santiago ChileIlustraciones: Art populaire de dcoupage en Chine. Impreso en MaisonJong Pao Tchai Sin Ki, Pekn. De la biblioteca del poeta (FPN).nerudiana 8Neruda 1969: AnUn mundono ledo an en sus totales 4BRENDA MLLERDOSSIER: WINNIPEGCmo me embarqu en el Winnipeg 7VCTOR PEYEl conflicto que amenaz la misin del Winnipeg 10JULIO GLVEZ BARRAZAEl Winnipeg sin Neruda12GUNTHER CASTANEDO PFEIFFERLa hazaa del Winnipeg: furiosos ecos en Madrid14ENRIQUE ROBERTSONAlgo sobre la naturaleza y su representacinen Pablo Neruda15DARO OSESNeruda y la resistencia a los antibiticos 18PROF. DR. ALEJANDRO COTERATESTIMONIOSCon Neruda en 195821EDITHSCANDROCon Neruda en Budapest (1965)22Dra. INS RUBIO RIQUELMENeruda 1969: un viaje al corazn de Isla Negra23FERNANDO BARRAZA1972: Neruda y Mara25PEDRO LASTRASeptiembre de 1973: una primavera dolorosa27EDMUNDO HERRERACRNICASNeruda 1959: ventura y desventura de una carta 29EDMUNDO OLIVARESAniversario fallecimiento de Pablo Neruda 30Santiago Vivanco:exposicin de Neruda en Cceres30ADRIANAVALENZUELAP.PUBLICACIONES31RESEASNeruda en UDP (Valdovinos)33Jason Wilson (Dawes)36Nicola Bottiglieri (Loyola)38Dcimas para recibir a Pablo Neruda (1943) 40ABRAHAM JESS BRITOLos juicios y opiniones vertidos en los artculos y dems materialesaqu publicados, son responsabilidad de sus respectivos autores.1 NERUDIANA -n 8 - 2009ESTE NMEROEntre las efemrides nerudianas de los aos terminados en 9, ninguna supera a la gesta delWinnipeg(1939).Sucelebridadhistrico-polticahadeterminadoimportanteshomenajes yconmemoracionesentodoelmundodurante 2009, a los que nuestra modesta nerudiana agrega aqu un pequeo dossier simblico. Tampoco han faltado, por cierto, mezquinas tentativas de rebajar el valor de la hazaa. Se encuentran sobre todo en la prensa conservadora de Chile, que sigue en esto la tradicin de la prensa franquista (ver la nota del ABC madrileo, 1940, que reproducimos). Cunto signifc la proeza para Neruda mismo, slo sus propias palabras logran decirlo. Desde luego, la frmula 'El Winnipeg y otros poemas con que titul un artculo de personal evocacin publicado por la revista Ercilla de Santiago en septiembre de 1969 (ahora en OC, V, 244-247), del que cito: Megustdesdeuncomienzolapalabra Winnipeg. Las palabras tienen alas o no las tie-nen. Las speras se quedan pegadas al papel, a la mesa, a la tierra. La palabra Winnipeg es alada. La vi volar por primera vez en un atracadero de vapores, cerca de Burdeos. Era un hermoso barco viejo, con esa dignidad que dan los siete mares a lo largo del tiempo. Lo cierto es que nunca llev aquel barco ms de setenta u ochenta personas a bordo. Lo dems fue cacao, copra, sacos de caf y arroz, minerales. Ahora le estaba destinado un cargamento ms importante: la esperanza. ElartculodeNerudaesricoencuriosos detallesdelaaventura,porejemplolaimpor-tantecuantoinesperadaayudafnancieraque aportunasectareligiosa,ladeloscuqueros: Medeclaroabominablementeignoranteenlo queareligionesserefere.Esaluchacontrael pecado en que stas se especializan me alej en mijuventuddetodosloscredosyestaactitud superfcial, de indiferencia, ha persistido toda mi vida. La verdad es que en el puerto de embarque aparecieronestosmagnfcossectariosquepa-gabanlamitaddecadapasajeespaolhaciala libertad sin discriminar entre ateos o creyentes, entrepecadoresopescadores.Desdeentonces cuando en alguna parte leo la palabra cuquero le hago una reverencia mental.Lo ms decidor, sin embargo, son las dos lneas conclusivas:Quelacrticaborretodamipoesa,sile parece. Pero este poema, que hoy recuerdo, no podr borrarlo nadie. Nuestrodossierincluyeuntestimoniode VctorPey,queentreotrosmritostieneelde desmentirlasacusacionesdediscriminacin partidaria al momento de aceptar o rechazar a los postulantesalembarque.Deunainvestigacin de Julio Glvez extractamos su relato del mortal peligro(elretornoaFranciaahoraenguerra) quecorrieronlosrefugiados,mientrasGunther Castanedonosentregaunabrevehistoriadel barco mismo.Elrestodelnmero,apartelassecciones decrnicasyreseas,traevariadosmateriales: unaseriedetestimoniossobreencuentroscon Neruda;textosdeAlejandroCoterayDaro Oses sobre la intuicin cientfca del poeta; y un anlisisdeBrendaMllersobreAn(1969),el rpido y breve volumen con que Neruda salud su 65 cumpleaos.El [email protected] NERUDIANA n 8 2009An es el ttulo de un long poem divi-didoenveintiochofragmentos,quePablo Neruda escribi de un tirn entre el5 y el 6 del mes de julio de 1969, vale de-cir, a pocos das de su 65 cumpleaos. ConigualpremurarequiriaNascimentolaimpresindeltexto.Enviadosporelpa-ciente impresor justo el da anterior al 12de julio, el autor reparti por lo menos lamitaddelosquinientosejemplaresentresusamigos.Estosdatos,sealadosporHernn Loyola1, permiten situar al Sujetopoticodeestetextoeneltalantedelcumpleaero,mezcladejbiloymelan-cola, sorprendido en el hoy de la senectuddesuvidacapazdemoverselcidayldicamenterevisandoyponderandoloque ha sido su historia hasta ese momentoy proyectndose lleno de entusiasmo, perocon humildad hacia un futuro que para les slo el da que comienza.LalecturaenfocaentoncesunYoenunciadorque festeja rememorando, quecelebralaexperienciavividayporvivir.Alegra y tristeza se articulan (o no se arti-culan) alrededor de la fecha: Ahora en este65quecumplo/mirandohaciaatrs,/haciaarriba,/haciaabajo(III).Enelextratexto, la experiencia de un nuevo amor(Alicia) y el delicado estado de salud delpoeta. Nostalgia y afirmacin tensionan elmundo en que se mueve el hablante de estetexto.Elttulodelpoemario,An,operacomo nexo o puente desde ese da comnque se inicia a plena luz hacia un hoy queseofrececomounapromesavestidademujer, de agua, o geografa, nico hoy queel Sujeto todava puede celebrar: honor delda fresco, / la juventud del roco, / la ma-ana del mundo, / lo que crece a pesar /del tiempo amargo: / el orden puro / quenecesitamos (XXVII).EL PODER DEL AGUA: LA LLUVIAQUE AGRADECE MI CORAZN AMARGO ( I)El agua es el elementoque posibilitalareafirmacindelYoenunciador:Hoycuando el sol comenz con sus espigas / acontar el relato ms claro y ms antiguo /comounacimitarracaylaoblicuallu-via.Undacualquieradesolinvernalsetransforma abruptamente en un denso dade lluvia. Lluvia que cae como una espadayactivasusrecuerdos,transportandoalhablante al espacio del sur de Chile, espa-cio que para el sujeto potico significa tam-bingeografa de s mismo:lugar del ori-gen, fuente de energa creadora.... hoy otravez renaces y con el agua negra del cielomeconfundesymeobligas(I).Elaguainunda,desdibuja, borra las formas de lascosas,alterandolo establecido por la nor-ma y llama a recomenzar una vez ms. Estalluvia que cae con fuerza, desconcertandoy reclamando al poeta, lo devuelve a la co-marca olvidada, es decir, lo introduce enotra lluvia, en otra geografa, en el origi-nario espacio energtico que necesita parasus tareas pendientes: debo reanudar mishuesos en tu reino, / debo aclarar an misdeberes terrestres (I).Pero esta agua negra, densa que le re-descubre o devela nuevamente al Sujeto ellugar del origen, es tambin elespacio enel cual se encuentra lamuerte soterrada.Volver a la comarca olvidada marcada conunacruzenelmapapuedesertambinaproximarsealamuerteenesteespacioenergticoquecomotalalbergadestruc-cin y renovacin. La lluvia lo sorprendeyledevuelveelaguadesplomadaenelNeruda 1969: ANUn mundono ledo an en sus totalesBRENDA MLLERUniversidad de Chile5 NERUDIANA n 8 2009techodesuinfanciaylofuerzaareencontrarsenosloconlasprovinciasdelaguacomoregindesuniez,sinotambin con aquella agua extensa que todolo inunda, que todo lo abarca, es decir, conlaeternidad,mbitoenelquesucedelavidayacontecelamuerte. Aquellaaguaque tambin caa copiosamente en una pro-sa de 19382, La copa de sangre, reflexinmotivadaporunodesusregresosalsur.En estetexto el poeta cuenta el cambio detumbadelosrestosdesupadreparare-unirlos con los de lamamadre, y la granimpresin que le caus ver el agua de llu-via que caa profusamente del atadmien-tras efectuaban el traslado:Ahora bien, esta agua terrible, esta agua sa-lida de un imposible, insondable, extraordi-narioescondite,paramostrarmeamsutorrencial secreto, esta agua original y temi-ble me adverta otra vez con su misteriosoderrame mi conexin interminable con unadeterminada vida, regin y muerte.ElaguapermitealSujetovolveralaregin original para renacer, para retornara su canto, a la vida, pero tambin lo instaa asomarse al mbito de su propia muerte:Araucana, rosa mojada, diviso / adentrode m mismo o en las provincias del agua /tus races, las copas de los desenterrados,/conlosalercesrotos,lasaraucariasmuertas(II).Ellugarevocado,consusmuertos queridos ybosques devastados3,da cuenta de un temple de nimo atribula-do, donde la energaque dinamiza la vidase interna ahora en el ciclo de la destruc-cin, tanto en el hablante mismo comoenla regin energtica original, como un soloespaciosacralizado, en el cual sujeto y obje-to se confunden, se asimilan, mimetizndose.EL PODERDE LA TIERRA: LA TIERRA MEPROPONE, ME DISPONE Y ME EMBARGA (XIV)Para el sujeto potico de An el espa-cio que lo reclama y lo obliga aretomarsu vida y a desafiar a la muerte es la tierra,porque en ellaarraigala energa de la crea-cin,de igual modo como arraiga en l,acaso por ser tierra tambin, la energa desupraxispotica,comoloadvierteenelfragmento (VI): Perdn si cuando quiero /contar mi vida / es tierra lo que cuento. /sta es la tierra. / Crece en tu sangre / ycreces./Siseapagaentusangre/tteapagas. Pero cul es la tierra que convo-ca al poeta? El hablante lo resume comoun mbito entraable al final del fragmen-to (XIV): todo lo que se llama lluvia y se lla-ma patria / lo que te ignora y te hiere y teacaricia a veces. No sloel espacio natu-ral, sino tambin el ser humanoy su expe-riencia social,histrica: mi casa, mi Par-tido, en el fuego de cada da, (XIV) pero ade-ms la experiencia negativa de esa socie-dad: Eres tambin patria plateada y hue-les mal,/ arencor, a borrasca, a escalo-fro(II).Tierraesigualmentelamujer:Invierna,Araucana,Lonquimaya!/Leviathana,Archipilaga,Oceana!(III).Quizsunamujercifradaengeografasurea,siseatiendealextratexto,peroconvienetenerpresentelaimagendelamujerentodoeluniversonerudiano.Lamujer al interior de este imaginario poti-coaparece la mayora de las veces repre-sentada en complicidad con la materia, valedecir, dotada de una capacidad para enten-derse con la naturaleza que escapa al suje-to masculino que la describe. El hablantenerudiano ve en la mujer la misma oque-dad,elmismosilencio,aquellainteriori-dad velada desde donde emerge la vida.Esta tierra, este mundo representado,se posiciona en el texto como el sur total,espacio que se abre con el paisaje de la in-fancia, es decir, con Temuco y sus alrede-dores,pero que se prolonga hasta el leja-no y mtico Polo Sur. Elextremo australde Chile es todava hoy considerado puer-ta de entrada a un espacio remoto y pococonocido para el habitante de la urbe,de-bido a la durezade su clima y de su geo-grafa. La belleza del paisaje, sin embar-go,nodejaindiferenteanadie,lugardevegetacin exuberante, de mares tempes-tuosos,bosquesnativosconrbolesmilenarios,aguaabundanteenformadelagos, ros y glaciares son algunos de losrasgos que remiten a un escenario natural,casiprimigenio,escasamentepoblado.Neruda visit esta zona el mismo ao queescribi este poemario y qued deslumbra-do por la grandeza del paisaje, como lo se-ala en una crnica escritapara la revistaErcilla4 publicada el 26 de marzo de 1969,donde relata tambin, el magnficoespec-tculo de una puesta de sol en Aysn: Y el cielo trabajaba su crepsculo con cen-dales y metales: centelleaba el amarillo enlasalturas,sostenidocomounpjaroin-menso por el espacio puro. Todo cambiabade pronto, se transformaba en boca de ba-llena, en leopardo ardiendo, en luminariasabstractas. Sent que la inmensidad se desplegaba so-bremicabeza,nombrndometestigodelAysn deslumbrante, con sus cerreros, suscascadas, sus millones de rboles muertos yquemados que acusan a sus antiguos homi-cidas, con el silencio de un mundo en naci-miento en que est todo preparado: las cere-monias del cielo y de la tierra.Paisaje que se visualiza igualmentealinteriordelmundorepresentadoenestepoemario: aquella catarata / que en el sal-vajeAysncaepartiendo/unarocaendos senos salpicados (XIV). No slo el surde la infancia, sino todo el sur, el extre-mo australcomo camino, como umbralde lo desconocido,despus slo la sole-daddelPoloabismal5. Todaestaeslatierra que reclama al Sujeto hablante deAn.Geografa silenciosa, pero en la quebullelaenergacreadora,lavidaensudinmicadedestruccinyrenovacin.6 NERUDIANA n 8 2009Lugardondelapalabraemergedesdelosubterrneo, desde las races,desde la in-terioridad enigmtica de los volcanes, des-delamujersignadaengeografasurea,del agua extensa, de los caballos sudandoen la lluvia, de la historia hacindose to-dava como una promesa en las ciudadesinconclusas, en las pginas del bosque noledas an en sus totales. Espacio que con-voca al poeta para que festeje la vida, peroque tambin lo espera para acoger su muer-te en la soledad absoluta que vislumbra enla lejana polar: el amor de la tierra inso-portable, / con aquellos caminos que mellevan / al Polo Sur, entre rboles quema-dos (II). Por eso el Sujeto hablante no pue-de arraigarse en otro espacio, en otroslu-gares,dondeparecieraqueyatodoestconstruido, escrito, canonizado: sube has-ta el Partenn, Racine dirige / los rbolesrimados y Petrarca / sigue siendo de mr-mol y de oro (XIV).En cambio, eneste sur total la historiatodavaestconstruyndose;losparquesson an bosques frondosos ylas catedra-les nacen de debajo de la tierra, son racesmonumentales volcadas hacia arriba, comola propiapalabra del Sujeto poticonaci-titnicos: el roble que se desploma con un soni-do de catstrofe sorda, como si golpeara con unamano colosal a las puertas de la tierra pidiendosepultura.(OC,V,NerudianadispersaII,pp.206-207).4Neruda, Pablo, Crepsculo en Aysn en: ObrasCompletas V, Nerudiana dispersa II 1922-1973,Edicin de Hernn Loyola,pp. 212-214.5 El Polo Sur en el imaginario colectivo universal ytambin al parecer en Neruda,ha estado siem-pre rodeado de un aura especial, mgica, comoterritorio de lo ignorado y remoto donde todo aca-ba, espacio de la soledad y del silencio total. Elpoeta da cuenta de esta circunstancia y advierterespecto a lacercana del territorio chileno conel Polo enuno de susltimostextosen prosa,Mi casa all entre las rocas: Aqu en el sur delPacficohayqueponeratencin:latierraseterminaUnas leguas ms o menos y sobre-vieneelPolo,sobresaltaelAbismo(OC,V,Nerudiana dispersa II, p. 384).6 Para la redaccin de esta nota he consultado tambin:MirceaEliade,Losagradoyloprofano,Barcelona, Labor, 1967.da tambin de la tierra. Por lo mismocuan-do el hablante estuvo ausente de este es-pacio nutricio, recorriendo, andandootroslugares,siemprellevconsigosuprinci-pio, su final: con mi volcn a cuestas, / conmi nieve, / con fuego austral y noche cal-cinada (XII).6 NOTAS1Neruda, Pablo. Maremoto/An/ La espada encen-dida/ Las piedras del cielo. Edicin y notas deHernnLoyola.Barcelona,Debolsillo,2004,p.168.2Neruda, Pablo, La copa de sangre en: Obras com-pletas,edicindeHernnLoyola,Barcelona,Crculo de Lectores & Galaxia Gutenberg, vol.IV, pp. 417-418.3Nerudaserefiereenvariasoportunidadesensusescritos en prosa a estos bosques nativos del surde Chile talados o incendiados por el hombre sinpiedad, con el fin de darle un nuevo uso al suelo,obienderribadosporlaviolenciadelapropianaturaleza. As lo describe en el artculo La ca-zadora de races: All los grandes rboles fue-rontumbadosavecesporsetecientosaosdevida poderosa o desraizados por la turbu-lencia o quemados por la nieve o des-truidos por el incendio. He sen-tido caer en la profundidaddelbosquelosrboles7 NERUDIANA n 8 2009Cmo me embarqu en el WinnipegVCTOR PEYIngenierohacia el centro de la ciudad. Despus supeque otro pelotn de militares hizo el reco-rrido por la Diagonal, bajando por la callede Aribau. Se me hizo evidente que la su-blevacin militar, iniciada en las Islas Ca-narias y Marruecos el da 17 de julio, ha-ba determinado enBarcelona el levanta-miento del Regimiento de Pedralbes, queen la madrugada de ese da 18 sali de suCuartel, dirigindose por la Diagonal ha-cia el casco antiguo de la ciudadpara ocu-parsuscentrosneurlgicosyderrocaralgobiernodelaGeneralitatdeCatalunya,presidido a la sazn por el Presidente LlusCompanys.Vivacon mi madre y mis hermanos,Diana y Ral. Mi padre haba fallecido enseptiembre del ao anterior, sumido en eltemorporelcarizqueibantomandolosacontecimientos en Espaa, ante la crecien-te expansin del fascismo italiano y el na-zismo alemn en Europa.Fui testigo presencial, desde la venta-na de mi dormitorio, de las primeras resis-tenciasqueelRegimientoPedralbesen-contr en su despliegue por la ciudad. Des-deunlocaldelaEsquerraRepublicanasituado en la misma calle Provenza en laque estaba mi casa, a menos de 100 m. dedistancia de mi observatorio hogareo, vicmosurgieronlosprimerosdisparosdearmas cortas contra esas fuerzas militaresquebajabanenformacinofensiva.Dis-paros simblicos que no alteraron el itine-rario de los sublevados.18dejuliode1936.Habapasadolanoche casi en vigilia.Una alarma genera-lizadaporlasnoticiassobremilitaresenrebelincontraelgobiernoenlasIslasCanariasyenelnortedeMarruecosmehaba mantenido insomne, en una temero-sa alerta,recordando los sucesos dramti-cos que haba vivido en las calles de Bar-celonadosaosantes,traslallegadaalpoder de los dirigentes de la CEDA(Con-federacin Espaola de Derechas Autno-mas) y del histrico Partido Radical, cuan-do fuerzas militares derrocaron al gobier-nodelaGeneralitat,sofocandoconuna violencia despropor-cionadalare-sistenciaintentadaporalgunasorganizacionesdetrabajadores.Habasidotestigopresen-cial de la brutal respuesta que los milita-reshabandadoaungrupodetrabaja-doresdelCADCI(Centre Autonomistade Dependents del Comer i de la Indus-tria)quesehabanatrincheradoenlasRamblas, en su local social, armados conalgunas armas cortas en un acto de simb-lica adhesin al gobierno de la Generalitat.LosefectivosdelEjrcito,almandodelGeneralGoded,llevaronaeselugardoscaones de 7,5 cm. ybombardearon,lisay llanamente,la sede social del CADCI.Esos recuerdos de violencia y de represinpoltica sobre muchas personas conocidas,me quitaron el sueo en esa madrugada del18dejuliode1936ymelevantvariasveces para asomarme a una ventana.Seranpocosminutosmsdelasseis de la maana cuando, al aso-marme una vez ms a la calle,vibajar por la calzada de lacalle Urgell, procedentesdelaDiagonalyenformacin de com-bate,aunanu-merosafuerzamilitarquesedirigaDOSSIER8 NERUDIANA n 8 2009Peroapartirdeesosprimerosdispa-ros, como si ellos hubieran sido una sealpreviamenteconvenida,elavancedelosefectivosmilitaresfueobstaculizadoportiroteos que se fueron generalizando y que,en la Plaza de la Universidad, primero, yen la de Catalunya despus, se transforma-ronenunabatallafrontal.Losmilitarestuvieron que refugiarse en el edificio queen ese tiempo ocupaba el Hotel Coln, enla Plaza de Catalunya, el que fue tomadoal asalto por las fuerzas de la Guardia Ci-vil que permanecieron leales al Gobiernode la Repblica y que al mando del Coro-nelEscobarsubierondesdelazonapor-tuaria,por la Va Layetana, juntndose alos civiles de los partidos polticos y de lascentralessindicalesquehabanllegado,tambin, hasta la misma Plaza para enfren-tar a los militares insubordinados.En octubre de 1937 el gobierno cen-tral presidido por el Dr. Juan Negrn se tras-lad a Barcelona, con el propsito de con-trolar las industrias de guerra de toda Ca-talua. En agosto de 1938 el Ministerio deDefensa logr completar ese control, pa-sando la totalidad de los funcionarios tc-nicos que habamos desarrollado la or-ganizacin y coordinacin de la industriacatalanaen su adaptacin a las necesida-des de la guerraa depender de la Sub-secretaradeArmamentosdelMinis-terio de Defensa.Fue alrededor de esa fe-cha. agosto de 1938 que fui nombra-do Verificador de Cartuchera de la men-cionadasubsecretara,sindejarmispre-viastareasdeasesoraalaComisindeIndustrias de Guerra de la Generalitat.En la Comisin de Industrias de Guerrapercib unsueldo constante de 1.000 pese-tas mensuales, y en la Subsecretara de Ar-mamento del Ministerio de Defensa mi re-muneracin mensual fue de 1.200 pesetas.El 24 de enero de 1939, siendo ya in-minentelacadadeBarcelonaantelasofensivas de las tropas fascistas, recib or-den de trasladarme en forma inmediata aGerona. All habra debido disponer la for-maenlaquedebantrasladarsealgunasplantas que producan municiones,situa-dasenpuebloscuyadefensaaparecacomo difcil, a lugares ms alejados de lanuevaalineacindelosfrentesdebata-lla, a fin de mantener a toda costa el abas-tecimiento de municiones que el conflic-to requera.Part en la madrugada del 25 de enerohacia Gerona, en un camin repleto de fun-cionarios de la subsecretara de Armamen-to. Por razones de seguridad el camin noenrumb por la carretera de la costa sinoquesedirigihaciaelinterior,pasandoprimero por Granollers y amaneciendo enTorell.Elvehculo,aparentementeave-riado, no pudo seguir. En otro camin se-guimos al da siguiente llegando a Olot.Pero en Olot supe que Barcelona habacado en la madrugada de ese mismo da.Tras la cada de Barcelona,la situacin enelrestodeCataluasehizoenextremolbil, debido a la dispora de funcionariosque huan hacia la frontera con Francia antelo que se vea como el desplome de la re-sistenciaentodaCatalua.EstandoenOlot, donde la Comisin de Industrias deGuerrahabacontroladodosplantasme-talrgicas y el gobierno de la Generalitatposea una torre de descanso en las afue-rasdelreaurbanadelapoblacin,fuihasta esa torre a fin de ver si all poda te-ner informacin fidedigna sobre la situa-cin. La torre estaba vaca. No haba en lacocina alimento alguno. Cuando me reti-raba,encontrtiradoenunrincn,enelsuelo, una pequea caja de cartn llena deterrones de azcar. Fueel nico alimentoquetuvimos,conmihermanoRal,du-rante el cruce de la cordillera de los Piri-neos. bamos cruzando el jardn que bor-deaba la torre cuando vimos que suban aunautoelConsejerodeCulturadelaGeneralitat,JosepMaraSibert,yotrosdos.Lespedimosquenosllevasen.Conevidente poco agrado, nos dejaron subir alauto que nos condujo hasta Gerona.La avalancha de gente que hua hacia lafronteraeraimpresionante.Sehizodeno-che. No haba corriente elctrica en la ciu-dad.Fuimosalhospital,paratratardeen-contrar a unos amigos de los que tenamosinformacin que estaban heridos. En el hos-pital general,alumbradas algunas salas poruna vela,reinaba el ms completo desordeny abandono. Fue imposible seguir el recorri-do. Salimos. Las calles estaban abarrotadasde gentes que huan con bultos en las manos,despavoridasoamilanadas,sombrasfantasmalesqueensombrecananmslaoscuridad reinante.NosencontramosporcasualidadconunosdirigentessindicalesdeSallent,lu-gar en el que yo haba dirigido durante unVctor Pey, ao 1939.9 NERUDIANA n 8 2009tiempo una gran planta metalrgica deno-minada Construcciones Metlicas S.A. Nosofrecieron llevarnos en el camin en el queiban. Tenan el propsito de ir a Puigcerd,lugarqueconocanbien,yllegarporlacarretera hasta el paso fronterizo en el quehaba una barrera, y, una vez all, obligar ala guardia a levantar la barrera y pasar allado francs por las buenas o por las ma-las. Llevaban una buena provisin de bom-bas de mano para utilizarlas en caso de noseratendidos.FuimosconelloshastaFigueres, donde nos bajamos.En el Castillo de Figueres se reuni porltima vez, ese da, el Congreso de la Re-pblica.Elgobiernofrancsnopermitael paso masivo de los fugitivos. Una masade unas 400 o 500 mil personas se agolpa-ban en los pasos fronterizos protagonizan-doescenasdeundramatismoextremo:enfermos, heridos de guerra, nios y mu-jeres, ancianos se agolpaban en las carre-terasquellevabanalafrontera.Laavia-cin franquista se dedic, en esas circuns-tancias,a peinar a esas multitudes con r-fagas de ametralladora.Decidimos con mi hermano cruzar lacordillera a pie. Llevbamos una brjulay el paquete de terrones de azcar que en-contramos en Olot. Al atardecer partimoshacia el Norte.Dejo de lado, para abreviar, las peripe-ciasquesufrimosduranteelpasodelosPirineos. El caso es que llegamos a territo-riofrancs.Trasserdetenidosporguar-dias franceses cuando bamos andando poruna carretera, sin rumbo, y llevados a uncampodeconcentracinenelpueblodeLe Bolou,fuimos trasladados a otro cam-po que se encontraba en las afueras de laciudad de Perpignan. Logramos, por un sinfindecasualidades,contactaranuestramadre y a nuestra hermana. Ambas perte-necan a la rama femenina de la masoneraespaola.Conlaayudaquemihermanaconsigui de la masonera francesa logra-mos salir del campo de concentracin y serllevados a la casa de un masn francs, quesehizoresponsabledenosotrosantelasautoridades militares del campo de concen-tracin en el que nos encontrbamos dete-nidos.Permanecimos una noche en la casa denuestro protector, quien al da siguiente nospagelpasajeentrenhastaLyon,reco-mendndonos a masones de esa ciudad paraefectos de asilo y proteccin. As ocurri.Estuve con mi familia variassemanasen Lyon.Los avances del nazismo sobreEuropa entera eran cada vez ms alarman-tes. Para poder gestionar la salida de Fran-ciahaciaalgnpasamericanosehacaimprescindible ir a Pars. No obstante es-tar sin dinero y sin documentacin alguna,partenunautobs,comoadelantadodela familia, hacia la capital gala. Conseguun trabajo nocturno en el SERE (Serviciode Evacuacin de los Refugiados Espao-les),organismocreadoporelGobiernoEspaol en Exilio para ayudar a los refu-giadosquehabansidorecluidosenloscampos de concentracin habilitados en elsur de Francia.Al poco tiempo, y por casualidad, supeque el gobierno de Chile haba nombradoa Pablo Neruda en calidad de Cnsul Es-pecial en Pars para seleccionar a refugia-dosespaolescondestinoaChile.Supede la llegada de Neruda a Pars. Fui al Con-sulado de Chile, que a la sazn funcionabaenelmismoedificioenelqueestabalaEmbajada, y solicit hablar con el poeta-cnsul.Neruda era persona poco grata para elpersonal estable de la embajada y del con-suladogeneralmismo.Pruebadeelloesque como oficina o lugar de trabajo le asig-naronunahabitacinenuncuartopiso,para dificultar el acceso de los refugiadosancianos o heridos, y habilitado en formabastante precaria.Creo que era el segun-do o tercer da que Neruda estaba atendien-doentallugar.Cuandollegunohabanadie esperndole. Me recibi un espaol,tambin refugiado como yo, que actuaba amaneradesecretarioimprovisadodeNeruda.SetratabadeDaroCarmona,quien,posteriormente,fuemiamigoenSantiago de Chile.Al poco rato lleg Neruda. Me recibien su improvisada oficina. Le cont mi his-toriaymideseodeir,conmifamilia,aChile. Neruda iba tomando notas de lo queledeca.Mepreguntespecialmentepormi profesin y la de de mi grupo familiarque,comodije,habaquedadoenLyonbajo el amparo de la masonera local.Laentrevista fue corta y por el tono y la bre-vedad de la misma coleg que las posibili-dadesquetenadeserseleccionadoparaviajar a Chile eran escasas, escassimas. Ledej una direccin en Pars para el even-tual caso de que mi percepcin estuvieraerrada y furamos, todo el grupo familiar,escogidosparaviajaraChileenelWinnipeg,barcoque,trasseracondicio-nado en Burdeos para tal fin, se encontra-bayasurtoenelatracaderodePaulliac,Trompeloup.Fotografa gentileza de Gunther Castanedo P.10 NERUDIANA n 8 2009SesabequeelWinnipegzarpdePauillaclamaanadel4deagostode 1939, con ms de 2.350 pasajeros, casi150 integrantes de la tripulacin, mdicos,enfermeras y otros, que sumaban aproxi-madamente 2.500 personas a bordo. Entreestos ltimos se contaba Emile Sellon, de-legado de la France-Navigation, empresapropietaria del barco.De lo que poco se sabe es que duranteel viaje a Chile los pasajeros enfrentarondiversos conflictos. Entre ellos las acalo-radas discusiones sobre el grado de respon-sabilidadquetenacadaunadelasfrac-cionespolticasqueformabanelpasaje;otro fue el causado por la firma del pactogermano-sovitico. Sin embargo, un con-flictomuchomscomprometedorycasidesconocido por los pasajeros se produjodebido a la profunda molestia del Gobiernode Edouard Daladier por la existencia de laCompaaFrance-Navigation,creadaconcapital de los comunistas franceses.AunquegranpartedelcapitaldelaFranceNavegationpertenecaalPartidoComunista Francs (PCF), no toda la tri-pulacin del Winnipeg estaba integrada porcomunistas.Dehecho,latripulacinsedivida en dos bandos; los marineros y par-te de la oficialidad. Durante el viaje a Chi-le, con la inminente guerra y los peligrosdeposiblesataquessubmarinos,ambosbandosradicalizaronsusposturas.UnospretendanregresarinmediatamenteaFrancia y otros queran cumplir su come-tidoyllegarconsucargahumanaaValparaso.Existen testimonios que recogen estasilenciosa batalla, entre ellos el de OvidioOltra, uno de los refugiados republicanosque viajaban a bordo. Oltra seala que unosdas antes de llegar a la Isla de Guadalupese enter por miembros de la tripulacin,que en el barco se libraba una guerra sordaentre el capitn y algunos oficiales, por unlado, y por otro el comisario de la compa-a de navegacin, el contramaestre y unmatrimoniodemdicosfranceses,PaulHertzog y Marcelle Hertzog-Cachin (am-bos comunistas).Oltrasupoasquelatripulacin,du-rante la guerra civil espaola, haba nave-gadoconestevaporportodoslosmaresque circundan Europa, desde el rtico has-taelMarNegro,transportandotanques,aviones, toda clase de armas, municionesy pertrechos de guerra, as como alimen-tos que importaba el Gobierno republica-no, a pesar de los esfuerzos contrarios delComit de No Intervencin. Supo tambinde la participacin del vapor en la evacua-cin de militares y civiles de la zona Cen-tro-Levantinaalfinalizarlaguerra.AlertadosporestosamigosrecuerdaOltra, empec a mirar las cosas que pa-sabanenelbuquedeotramanera.Enefecto, se vea un trato distinto para no-sotros en cierta oficialidad y el resto dela tripulacin, siempre activa y dispuestaaquenonosfaltaranadaqueellospu-dieran proporcionarnos.1Oltrarecuerdatambinotroaconte-cimiento,ocurridoduranteelcrucedelAtlntico, el da que notaron que el bar-co estaba detenido y en cierta forma gira-El conflicto que amenazla misin del WinnipegJULIOGLVEZBARRAZAEscritor-InvestigadorYo comparta una habitacin alquiladacon un amigo espaol con el que haba via-jadodesdeLyonyqueseencontrabaencondicionessimilaresalasmas.Eraunabogadomadrileo,JulioSimal,quesehaba desempeado como fiscal en los tri-bunales de la Repblica. Simal trabajabatambin en el SERE, en un turno de da,de suerte que cuando yo llegaba tras cum-plir el mo, nocturno, ocupaba la pequeacama de la que disponamosen la habita-cin para poder dormir unas horas.Ocurri lo que me haba parecido al-tamenteimprobable:undarecibunpneumatique urgente de Neruda comunicn-dome que haba sido seleccionado, junto conmi familia,para viajar en el Winnipeg,yque debamos embarcarnos en ese buque enforma perentoria. Part inmediatamente ha-cialaestacinytomelprimertrenquesalahaciaLyon. Aldasiguiente,desdeLyon, estbamos ya toda la familia viajan-do en el tren que nos llevaba a Burdeos.AbordamoselWinnipegpocashorasantes de que el barco zarpara hacia la le-yenda. Apuntodeembarcarvolvaver,fugazmente, al cnsul-poeta que hizo po-sible mi segunda vida.AosmstardeenChile,PabloNeruda,senador por el Partido Comunista,al inicio de 1948 era desaforado y encarga-da su detencin a toda la polica de Chile.Tuve la satisfaccin de poder devolverle lamano que l me haba tendido al seleccio-narme,dentrodelcupopersonalde100nombresque l se haba reservado para in-tegrarlanminaderefugiadosespaoles,dndole ahora yo asilo, a l y a su mujer, laHormiguita,enmidepartamento606deVicua Mackenna 47, en Santiago.Ylogrhaceralgomsparapagarenparte mi deuda de gratitud. Al cabo del aoclandestinodeNeruda,en1949,organicsusalidadeChileatravsdeunfundoohacienda maderera lindante con la Repbli-ca Argentina,cuyoadministradoreraungran amigo mo, Jorge Bellet. Con Bellet ycon el Dr. Ral Bulnes, mdico funcionariode Carabineros y amigo del poeta, salimoscon Neruda de Santiago hacia el Sur del pas,rompiendoelcercopolicialdispuestoporGonzlez Videla para impedir su fuga.11 NERUDIANA n 8 2009ba sobre s mismo, porque el sol unas ve-ces quedaba a babor y otras a estribor. Seinform que era una avera que reparabanenlosmotoresdelasmquinas. Alcabode unas horas, el vapor reanud su andar.Das despus de dejar atrs el Canal, ocu-rri otro hecho que llam la atencin a losqueenlanochedelPacficoobservabanlas estrellas del hemisferio Sur. Pareca queel barco cambiaba de rumbo. Lo hicieronnotar al contramaestre y poco despus vie-ron que tomaban la primitiva direccin, de-cididamente hacia el Polo Sur. Segn su-pimos despus seala Ovidio Oltra,fueel propio capitn el que haba dado la or-den de hacer tal desviacin, quien no supoexplicarclaramentecundo,antelaob-servacin que se le hizo al timonel de tur-no,fue rectificado dicho rumbo.2Elprimerincidentesealado,elgirosobre s mismo, podra tener alguna expli-cacin. VctorPey,tambinpasajero,re-cuerdaqueabordodelbarcomuriunnio.Elbarcosedetuvoparasepultarlo:No recuerdo dnde fue. Pero recuerdo quesehizounaespeciederitualdelosbar-cos, dio tres vueltas al lugar donde se echel atad.ElsegundoincidentesealadoporOltra en el rumbo del barco, el que no supoexplicarGabrielPupin,capitndelWinnipeg, tiene relacin en cambio con eldesencuentro que se produca entre la tri-pulacin y la oficialidad.No slo por Oltra sabemos de la sor-da guerra que se libraba a bordo. Muchosaosdespusdeloshechos,elpasajeroFloreal Nogus, se refiri al hecho. A lospocos das de navegacin empez a circu-larelrumordequebamosadarmediavuelta y regresar a Francia ante el inmi-nente estallido de la Segunda Guerra Mun-dial.Aquelloprovocvariosconatosdeamotinamientoquefuerondiluyndoseamedida que el navo se aproximaba a lascostas americanas.3En 1999, cuando Ovidio Oltra viva anen Santiago, me narr extensamente el ca-ptulo en cuestin. Un buen da se reuniel Comit poltico que representaba a lospasajeros y parte de la tripulacin. Los tri-pulantes desvelaron la intencin del capi-tndehacervolverelbarcoaFrancia.Oltra, quien participaba como delegado deIzquierda Republicana, fue actor y testigodelaposteriorreuninsostenidaconGabriel Pupin. El dilogo fue spero y enduros trminos. Despus de declarar abier-tamente sus intenciones, Pupin quiso apli-car la premisa donde manda capitn, nomandamarinero.Sinembargo,noeranlosmarineroslosmsafectadosporlamedida. El Comit de a Bordo no consin-ti su vuelta a Francia, donde a los refu-giados los esperaban nuevamente los cam-pos de concentracin, con la amenaza deunarepatriacinalaEspaadeFranco,donde se jugaban la vida.Por ello la respuesta dada al capitn porlos tripulantes y por el Comit fue rotun-da: Usted se podra caer al mar y noso-tros podemos llevar el barco a Valparaso.Segn el relato de Oltra, al atracar enArica, primer puerto chileno que tocaba elWinnipeg,elcapitndesembarc.Buscun telfono y se comunic con el Consu-lado de Francia en Santiago. No lo habahecho por la radio del barco, seguramenteparamantenerensecretosuinforme.Eloficial de radio, Couedon, era militante delPartidoComunista.Hastaesemomento,los cables de Pupin a Pars se limitaban alconsabido TVB (Todo va bien).El testimonio de Oltra sobre las ma-niobrasdelcapitn,loencontrtiempodespus confirmado en un libro publica-doenFrancia:LesBrigadasdelaMer(Paris, B. Grasset, 1979).Est escrito adosvoces,unadeellasesladeGillesHertzog,hijodePaulHertzogydeMarcelle Hertzog-Cachin, el matrimoniodemdicosqueviajabanconlosespa-oles a bordo del Winnipeg. Marcelle, asu vez, era hija de Marcel Cachin, sena-doryfundadordelPartidoComunistaFrancs.ElotroautordellibroesDominique Grisoni.Sealan los autores que antes de lle-garalacostaperuana,elcapitnhabadesarrolladounaltimamaniobraparavolver a Francia. Al caer la noche, el bar-co cambi de rumbo y se dirigi a las Is-las Galpagos. Al amanecer, los marinosse dieron cuenta de la maniobra. Fue sala maniobra que, segn Oltra, no supo ex-plicarelcapitn?Probablementes,yaqueelnicorumboquedebatomarelbarco para enmendar su ruta era enfilar alPolo Sur.Fotografa del Archivo de Jaime Ferrer.12 NERUDIANA n 8 2009De los barcos que despus de la gue-rra civil llevaron espaoles exiliadosdeFranciaaotrosdestinos,elSinaia,elAlsina, el Ipanema, etc., se destaca comoun faro el Winnipeg. Los otros barcos quecumplieron la misma funcin humanitariano tuvieron un poeta que los cantara. NerudahizocrecerlaleyendadelWinnipeg,queen este ao 2009 ha celebrado el 70 ani-versariodesuviajeconampliarepercu-sinenlaprensaespaolayactosenelpanorama nacional, sin recordar para nadael resto de travesas y buques. Quiero ad-vertir que en este artculoes el sentidode su ttulo dejar de lado los conocidoshechos de Neruda en su humanitaria laborderescatedeespaolesderrotadosydesesperanzados,ymeocuparslodelbarco mismo y de su historia.El Winnipeg fue construido en 1918 enFrancia, en los astilleros de Dunquerque.Naci con otro nombre: el Jacques Cartier.Lo seala Fernando Sez en su biografaEl Winnipegsin NerudaGUNTHER CASTANEDO PFEIFFEROdontlogo / InvestigadorliterarioSantander, Espaade Delia del Carril, La Hormiga (Santia-go, Catalonia, 2004, pg. 131), pero preci-sando que el Jacques Cartier era un barcocanadiensededicadoaltransportedeba-calao. Error explicable porque en Canadefectivamentehayotrosmuchosbarcosconestenombre,debidoaqueJacquesCartier (1491-1557) fue el primer navegan-te francs en explorar Amrica y el funda-dor de la ciudad de Quebec.Nuestro Jacques Cartier fue termina-doenoctubrede1918,unmesantesdeque se firmara el armisticio que puso fin ala primera guerra mundial. Originalmentefue creado para transporte de pasajeros, yno de mercancas. Este dato debera can-celarlaleyendadequeelbarcosufriunas reformas en profundidad para adap-Elotroincidentenarradoenellibro,coincidenteconeltestimoniodeOvidioOltra,eslabajadadelcapitnen Arica,luego de no saber explicar su extraa ma-niobra.Salvandoposibleserroresdetra-duccin, seala lo siguiente: El WinnipegllegaAricaysequedenlabaha.Elcapitn, en seguida hizo bajar su bote per-sonal y abandon el barco. Una vez en tie-rra, se dirigi a la Oficina de Correos, sinpresentarse, como deba, en la DireccinMartima del puerto, y pidi una comuni-cacin urgente con Santiago.Qu nmero?le pregunt laoperadora.La Legacin de Francia.Alertando a la embajada de su pas enChile, el capitn Pupin reconoca en ciertomodo sus intenciones de poner fin al viajede forma anticipada.SabemosqueelpasajedelWinnipegdesembarc felizmente en Valparaso el 3de septiembre. Sin embargo, es poco co-nocida la gesta de parte de la tripulacin.SuosadalapagaronconcrcelenValparasoy,alvolverasupatria,enBurdeos, los esperaba un consejo de gue-rra por amotinamiento. Adaptacin de un fragmento del ensayoQu fue del Winnipeg?,Cuadernos Hispanoamericanos n 711,Madrid, septiembre 2009, 109-122.NOTAS1 Ovidio Oltra. Recuerdos insistentes. Santiago de Chile, 2001. Indito.2 Ibd.3 Sergio Tarn. Valencianos en el Winnipeg. Levante,Valencia, suplemento En Domingo, 8 de agostode 2004, pp. 1-3.Fotografa gentileza de Gunther Castanedo P.13 NERUDIANA n 8 2009tarlo al transporte de los refugiados espa-oles. Hubo, s, modificaciones, pero ellassedebieronalnmerodepersonasportransportar.En el astillero figura con el nmero deconstruccinnmero100,aunqueestasnumeracionessedandeformauntantoaleatoria.Eraunvaporde9.717tonela-das. Sus dimensiones eran 143,9 metros deeslora entre perpendiculares y 18,2 metrosde manga. Navegaba bajo bandera france-sa. Su maquinaria constaba de 2 hlices ymotores de dos tiempos capaces de confe-rir al barco una velocidad de 14 nudos.Su primer propietario fue la CompagnieGnrale Transatlantique de Le Havre.Hubo una corta etapa en la que el bu-quefueutilizadoporlacompaacomobuque escuela para los oficiales de la pro-pia compaa.En1930elJacquesCartieresrebautizado pasando a llamarse Winnipeg.Enelao1938lanaveescompradaporunanuevanaviera,laCompagnieFrance-Navigation, que vuelve a cambiarelnombredelbarco,pasandoallamarsePaimpol.La France-Navigation era una compa-a que se haba creado en 1937 en plenaguerra de Espaa y con apoyo financierooculto de la Unin Sovitica. Esta socie-dad tena su sede en 21, rue de lArcade,Pars, y su consejo de administracin esta-baformadoentreotrosporJ.Fritsch,R.Legrand,J.Piquemal,P.DauzieryM.Delauguerre. La compaa compr 23 bar-cos viejos.El Paimpol fue modificado para trans-portarunmayornmerodepasajerosenastilleros de Alemania.En1939IldefonsodeIrala,queerael director tcnico de la seccin de Fle-tamentodelServiciodeEmigracindeRepublicanos Espaoles (SERE), trami-ta documentos y condiciones para el fle-tamentodelPaimpolconelobjetodetrasladar espaoles a Mxico. Se llega-ron a firmar contratos de hasta tres via-jes a Mxico con este barco.Pero en ese mismo ao 1939 fue com-prado de nuevo por la Compagnie GnraleTransatlantique, pues la France-Navigationsehabadisuelto.Losnuevosyantiguospropietariosvuelvenacambiarlenombre(por cuarta vez) para rebautizarlo con el msfamoso:Winnipeg.EnestemomentoescuandoaparecePablo Neruda como Cnsul para la Inmi-gracin espaola, misin que le haba en-cargado el gobierno chileno del Frente Po-pular,cuyopresidenteeraPedro AguirreCerda y su ministro de Asuntos Exteriores,AbrahamOrtega.Comoyaadvert,enelpresente artculo no entrar a analizar ni si-quiera someramente la abundante informa-cinqueotrosbigrafosexcelentes(VolodiaTeitelboim,HernnLoyola,Edmundo Olivares que tan bien ha trata-doeltema,DavidSchidlowsky,JulioGlvez )han puesto a disposicin.Despus de aquella misin de amor elbarco regres a Francia y en plena segundaguerra mundial, con los ocanos surcadospor los peligrosos submarinos alemanes leocurrenlassiguientesperipeciasalWinnipeg.El19demayode1941(aunqueotrainformacin seala el atardecer del 26 demayo) el barco, procedente de Marsella ycondestinoalas Antillas,alaalturadeCasablancafueapresadocon750pasaje-rosabordo(compreselacifraconlos2.200 espaoles que llev Neruda) y 1.600toneladas de mercancas. Bajo bandera fran-cesa,perodelgobiernocolaboracionistade Vichy,fueapresadoporunbuquedeguerraholands:elHNMSVanKingsbergen(U-93).FuetransportadoaPort of Spain, en la isla de Trinidad.SelerebautizunavezmsconelnombredeWinnipegII,formandopartede la Company British MoWT (Ministe-rio de Guerra y Transportes). Los aliadoslousaroncomobarcoparaeltransportede armamento.El15deoctubrede1942salideLiverpoolcondestinoaSt.John-NewBrunswick (Canad). Por la peligrosidaddelosmares,losbarcosnavegabanenconvoyes. Esta travesa el Winnipeg II lahaca integrado en el convoy ON-139. El22 de octubre el submarino alemn U-443KonstantinvonPutkamersecruzacon nuestro barco y le lanza dos torpedosa las 21 horas 45 minutos. Aunque los tor-pedosalcanzanalbuque,noestallan,yapenas causan desperfectos. A las 21 ho-ras48minutos,otrosdosnuevostorpe-dos alcanzan y esta vez s cumplen su fun-cin destructora, comenzando a hundirseel Winnipeg. El submarino alemn, en lamisma accin alcanz a otro barco perte-neciente al convoy, el Donax. Los tripu-lantes del Winnipeg, el capitn, 113 tripu-lantes, 10 artilleros y 68 pasajeros, fueronFotografa gentileza de Gunther Castanedo P.14 NERUDIANA n 8 2009A modo de documento curioso, aqu va enfacsmil un artculo publicado por el dia-riofranquistaABCdeMadridel07.02.1940.LofirmaunciertoBachillerALCAICES,pseudnimodelperiodistaespaolFelipeAparicio Sarabia, quien residi (creo que si notoda su vida, por lo menos muchas dcadas) enChile.AdemsdecorresponsaldelABCdeMadrid, fue secretario de algo as como el Cen-tro Espaol o asociacin similar, miembro dedirectivas en las que figuraba gente de nacio-nalidad espaola (y con mucho dinero). Demsest decir que era un centro antirrepublicano yprofranquista.Dentrodelartculoestambinmuyevidenteelantisemitismotpicamentenazista del Bachiller.Felipe AparicioSarabiapublicensuju-ventud, a fines del siglo XIX, una novela hist-ricademuymodestonivel,Memoriasdeunroto (1899), relacionada con la Guerra del Pa-cfico. En 1940, segn mis clculos, Apariciodeba tener unos 65 o ms aos.El individuoal que Aparicio Sarabia atribuye la primiciade presentar a Neruda como cmplice del ase-sinato de nacionales que habran sido entre-La hazaa del Winnipeg: furiosos ecos en Madridgados por l a las checas (alude a la polica re-publicana de seguridad),se llamPablo Merrydel Val, un seorito un dandyde la aristo-craciahispana,criadoenInglaterra,quefuejefe de prensa de Franco.El texto del Bachiller Alcaices, dice de lafuriosaeimpotentereaccindelossectoresprofranquistasenChilefrentealxitodelaoperacin Winnipeg y a la creciente fama deNeruda, quien pocos meses despus partir rum-boaCiudaddeMxicoencalidaddecnsulgeneral.Dr. Enrique RobertsonBielefeld, Alemaniarescatados por el barco HCMS Morden (K-170), no pereciendo, afortunadamente, nin-guna persona en el naufragio que ocurrien la posicin 49 51 N (Norte) 27 58W (Oeste).Estos datos (que investigu para un li-bromodeprximapublicacin)fueronlos que ms me cost encontrar. La prime-ra muestra de estos datos fue pblica, en elmes de agosto del 2009, durante un cursoque imparti el profesor Hernn Loyola enlaUniversidadInternacionalMenndezPelayo; luego fueron publicados en la re-vista Fbula de la Universidad de La Rioja(Logroo). Simultneamente el prestigio-so investigador Julio Glvez Barraza pu-blic en Cuadernos Hispanoamericanos n711(septiembre2009)susresultadosdeuna investigacin paralela, con datos pa-recidos aunque no iguales y enfoques na-turalmente distintos. A l queda el mritode haberlos puesto por primera vez en unapublicacin.Creodejusticiahacermen-cindesutrabajo,ascomoresaltarqueentre su artculo y el mo existen diferen-ciasysealar,adems,queGlveztrataenelsuyountemamuyinteresante,queyo haba soslayado, sobre las peripecias detripulacin y oficiales del Winnipeg en elperodoenqueelbarcoseencuentraenValparaso, despus de haber dejado all alos republicanos espaoles.Fotografa gentileza de Gunther Castanedo P.15 NERUDIANA n 8 2009Algo sobre la naturalezay su representacin en Pablo NerudaDARO OSESEscritor / Fundacin Pablo NerudaEstetextofueledoenelcoloquioPabloNeruda,poesaynaturaleza,Madrid,enelmarco de la exposicin Amor al mar, en el que participaron tambin el profesor Jos Car-los Rovirade la Universidad de Alicante, nuestro escritor Carlos Franz y el comisario de lamuestra, Pedro Nez.La exposicin fue organizada por el Instituto Cervantes de Madrid, la Embajada de Chile enEspaa y la Universidad de Chile, con la colaboracin de la Fundacin Pablo Neruda y elauspicio de Fundacin Endesa. Estuvo abierta entre el 12 de diciembre de 2009 y el 24 deenero de 2010, con gran asistencia de pblico. En ella se expusieron 366 caracolas y algunoslibros de las colecciones que el poeta don a la Universidad de Chile en 1954, as como unaseleccin de poemas de Neruda relacionados con la naturaleza.La lectura de la naturaleza es un moti-vo persistente en la cultura occiden-tal. En 1642, Thomas Browne1 hablaba delanaturalezacomoesemanuscritouni-versal que yace abierto frente a los ojos detodos. YVedalanaturalezacomounlibrovivo,incomprendidoaunquenoin-comprensible escriba Goethe en 1774.EnsuOdaalatipografa(1956),Neruda habla de su propia lectura del mun-donatural:Entodo,/enlaestela/delgusano/selee,/enlarosaselee,/lasraces / estn llenas de letras / retorcidas /por la humedad del bosque / y en el cielo /de Isla Negra, en la noche, / leo, / leo / en /el firmamento fro / de la costa.En1962,declaraba:milibromsgrande, ms extenso, ha sido este libro quellamamos Chile. Nunca he dejado de leerlapatria,nuncaheseparadolosojosdellargo territorio... 2 En esa misma ocasinrecordaba sus primeras lecturas de la na-turaleza: Yo aprend desde muy pequeoa leer el lomo de las lagartijas que estabancomo esmeraldas sobre los viejos troncosde la selva surea.... 3En su Oda a las cosas, el poeta escri-bi: muchas cosas / me lo dijeron todo 4Porque en su poesa las cosas tambin seconviertenenslabasdeestalecturadelEntre las grandes historias naturalesquetuvoelpoeta,quierodestacarladeUlises Aldrovandi (15221605). Su obra,pretendacomprendertodocuantosesa-ba en su poca acerca del mundo natural.Empez a publicarse en 1599, y represen-ta, en cierto modo, una transicin entre laobservacin cientfica y los bestiarios fan-tsticos de la Edad Media. Se lo reconocecomo uno de los grandes naturalistas delRenacimientoyprecursordeBuffon,CuvieryLinneo.EnLaspalabrasylascosas, Michel Foucault lo seala como elhito en el que se establece, como proble-ma, el de la distancia entre la Naturaleza ysu representacin.mundo natural. En su poema A una esta-tuadeproa,deCantogeneral,cuentacmo encontr uno de sus mascarones deproa:EnlaarenadeMagallanesterecogimoscansada navegante inmvil (...) / Hoy eresma, diosa que el albatros gigante / roz consuestaturaextendidaenelvuelo./(...)/Hoy hemos recogido de la arena tu forma.(...) / Para m tu belleza guarda todo el per-fume, / todo el cido errante, toda la nocheoscura. /Y en tu empinado pecho de lm-paraodediosa,/torreturgenteinmvilamor, vive la vida.... 5El poeta se apropia, entonces, de estefragmento de una embarcacin, fragmen-toqueguardaelmisteriodelatotalidaddel mar, del viaje, de la noche.Hay cierta continuidad entre esta lec-tura directa del mundo y la de los antiguoslibros de historia natural que tuvo Neruda.Estoslibroszoolgicosybotnicosmeapasionaron desde siempreescribi.Continuaban mi infancia, me traan el mun-doinfinito,ellaberintoinacababledelanaturaleza. 6Cuando el poeta dice queestos libros continuaban su infancia, se re-fiere, sin duda, a su deslumbramiento ini-cial por el bosque nativo y por el mar.Pablo Neruda junto al mascarn de proa: Lasirena de Glasgow.16 NERUDIANA n 8 2009AldrovandifundelprimerMuseoPblico de Bolonia, aportando piezas quelmismohabarecolectado.Fueunco-leccionista,lomismoqueNeruda. Ase-gur que no haba descrito cosa algunasin haberla tocado con su propia mano ysin haber estudiado su anatoma. Es de-cir,tratdereducirladistanciaentrelanaturalezaysurepresentacin,garanti-zandolacorrespondenciaentreambas.Aldrovandi no slo represent la natura-leza a travs de la palabra. Sus libros fue-ronenriquecidoscongrancantidaddeilustraciones,preparadasporartistasfa-mosos de la poca. Al recorrer las pgi-nasdelaobradeAldrovandi,especial-mentedesuornitologa,nopuededejarde recordarse algunas magnficas edicio-nes de la poesa de Neruda, como Arte depjaros,quetambinfueilustradaporgrandes artistas chilenos contemporneosyendondeelpoetaincluyeaespeciesreales y a otras imaginarias.LaBoloniadondeAldrovandinace,vive y muere, y donde sus colecciones per-manecen, remite a otro gran naturalista quetrabaj en esa ciudad: el abate Juan Igna-cioMolina(17401829).EnricoMarioSant lo califica como un extrao precur-sor de Neruda, que reconstruy en va-rias obras escritas, en un minucioso italia-no, la lejana fauna y flora chilenas duranteun largo y nostlgico exilio bolos.Los libros que reuni Neruda inclu-yen tambin las descripciones del territo-rio y la naturaleza de Chile, que se hicie-ron en los primeros aos de la Repblica.EnestasobrasNerudadescubriciertasafinidades entre las miradas del naturalis-ta y la del poeta.En su texto en prosa Via-je por las costas del mundo [1942-1943]cita la descripcin del bosque austral chi-leno que hace Amado Pissis en su Geogra-fa fsica de la Repblica de Chile, 1875.sta, en parte dice: Algunas plantas msansiosas de luz, atan sus tallos sueltos altronco de los grandes rboles y se extien-den por sus ramas desde las cuales dejancaer sus hermosas flores de color de pr-pura; tal es el copihue o lapageria.Neruda comenta: no es verdad quetiene algo de ternura, algo ms adivinato-rio de nuestro paisaje austral que muchasdescripciones literarias? Parece a ratos unfragmento del gran poeta Juvencio Valle,que ha dado a nuestra geografa vegetal unanueva dimensin mitolgica y radiante. 7Una apreciacin parecida se encuentraen una carta de Neruda al escritor JoaqunEdwardsBello,de26deenerode1953.En ella el poeta cuenta que hace 15 aossubray en la geografa de Pissis la siguien-te consideracin sobre la condicin volc-nica de nuestro territorio: Desde esta po-ca aparece el suelo de Chile como uno delos anchos respiraderos que ponen en rela-cinelinteriordelgloboconsusuperfi-cie.Nerudacomenta:Increblecmoestos al parecer resecos naturalistas sonnuestros prximos parientes. Nosotros tra-tamos de adivinar lo que ellos averiguaroncon disciplinada modestia. 8Como lo advirti Sal Yurkivich, unode los proyectos literarios de Neruda fuerealizaruninventariopoticodelmun-do. Neruda tuvo predileccin tambin porlasobrasdetaxonoma.Estoslibrossonproducto de una de las primeras tareas delChile republicano: el inventario natural delpas. Su lectura parece haberle entregadoalpoetaciertosmodelospararealizarsupropio inventario potico.El libro ms reciente de Umberto Eco,Vrtigodelalista,esunaespeciedein-ventariorazonadodelasenumeracionesque se encuentran en la literatura occiden-tal, desde Homero en adelante, incluyen-do un poema de Neruda, la Oda a Federi-coGarcaLorca.EcoescribitambinparaestelibrouncaptulosobrelaWunderkammer, es decir el gabinete de lossabios del Renacimiento. En estas cma-rassereunadesdemaravillasanatmi-cas, caracolas marinas, fsiles y esquele-tosdeanimalesextraos,hastaesferasarmilares,librosycatlogosilustrados,mapas y atlas. Nuevamente, la naturalezay su representacin.La Wunderkammer es, entre otras co-sas, una manifestacin de la fascinacin delhombre renacentista por la diversidad delmundo natural. Tambin simboliza el sue-odelconocimientototalquedescribeBacon en su utopa La nueva Atlntida.Neruda cresus propias Wunderkammery sus bibliotecas, para desde ah construirsu representacin potica de la naturalezay el mundo.Enlaculturaoccidental,lafascina-cinporlariquezadelasformasdelosseres vivos se vincula con la complejidad17 NERUDIANA n 8 2009delavida,queseresisteaserexplicadapor los modelos racionales que se aplicanal mundo fsico, como el mecanicismo car-tesiano, por ejemplo.Meparecequefrentealairreductibi-lidad del misterio de la vida y de la materia,Neruda introduce la poesa en este espacioentre la naturaleza y su representacin.En 1939, Neruda se autodefini comoel poeta ms ensimismado en la contem-placin de la tierra, y dijo: yo he queri-do romper con mi pequea y desordenadapoesaelcercodemisterioquerodeaalcristal, a la madera, a la piedra.As, Neruda intent, con su poesa, darcuenta de la totalidad del mundo materialy del misterio que rodea a la materia, in-tento desde luego, utpico pero que gene-r magnficos productos como sus cuatrolibros de las odas, entre otros. Que esto nossirva para reivindicar la utopa.NOTAS1Escritor inglsy doctor en Medicina (1605 1682). Borges lo califica como el mayorprosista de la lengua inglesa.2Neruda, Pablo, Mariano Latorre, Pedro Prado ymi propia sombra, en Obras Completas,edicin de Hernn Loyola, T IV, Nerudianadispersa I, p. 1096.3Ibid. p. 1097.4Neruda, Pablo, Navegaciones y regresos, enObras completas, edicin de Hernn Loyola,t. II, .p. 769.5Neruda, Pablo, Canto general, en Obras comple-tas, edicin de Hernn Loyola, t. I. p. 790.6Ibid., pp. 945949.7Neruda, Pablo, Viaje por las costas del mundo,en Obras Completas, edicin de HernnLoyola, t. IV, Nerudiana dispersa I, p. 507.8Carta a Joaqun Edwards Bello, en BibliotecaNacional de Chile. Archivo del Escritor. Citadoen David Schidlowsky,Las furias y las penas.Pablo Neruda y su tiempo, Santiago, RIL,2008, p. 771.Caracolas en Isla Negra. Fotografa gentileza de Claudio Pino.18 NERUDIANA n 8 2009Por supuesto, no espera uno encontraren la obra de Pablo Neruda alcancesimportantes a asuntos del rea biomdica.Peronadaescapaalacuriosidadinfinitadel Vate. Abordar aqu un ejemplo sobre-cogedordesucapacidadparaextraerlaesencia misma de un fenmeno biolgico,apenas vislumbrado al momento de escri-bir Neruda un cierto poema, pero que conel tiempo se ha transformado en un temade la mayor relevancia en medicina: la re-sistencia a los antibiticos.Tantoparaelnefitocomoparaelprincipianteesdifcilextraerlaesenciade los fenmenos de la naturaleza, aque-llo en que reside su belleza. El primero seextravaen los detalles que ms llamanla atencin a su mirada ignorante, aspec-tos que no necesariamente son el centrode su importancia, colateralidades que r-pidamente dejarn de ser ciertas y que slollamaron su atencin por no haberlas co-nocido antes. Al principiante, por su lado,el mpetu juvenil, ansia de conocimien-to y deseo de enciclopedismo lo desvandel camino impidindole llegar a la esen-cia y lo dejan en los tecnicismos difci-les de explicar.Encampomdicoelentendimientoprofundo requiere una perspectiva de lar-go plazo, un proceso de maduracin acti-va,una lenta decantacin. Slo entoncessurge lo importante y bello, la posibilidadde explicar lo difcil en palabras simples.Los grandes profesores no lo son tanto porsus complicados conocimientos tcnicos,necesarios por cierto para llegar al resulta-do, sino por haber atravesado esos conoci-Cunto vive el hombre, por fin?Vive mil das o uno solo?Una semana o varios siglos?Por cunto tiempo muere el hombre?Qu quiere decir Para Siempre?Preocupado por este asuntome dediqu a aclarar las cosas.Atravsdeestaspreguntaselpoetareplanteaunacuestinfundamentalparaelhombre.Unacircunstanciabiogrfica,un riesgo de enfermedad incurable, ha fun-cionado como detonante. La bsqueda derespuesta aparece diseada como una in-terrogacinsucesivayascendenteatrescategoras (simblicas) de expertos: a lossabios sacerdotes en el nivel metafsico, alosmdicosenelnivelcientfico,alosenterradoresenelniveldelavitalidadcotidiana y popular. En esta ocasin, claroNeruda y la resistencia a los antibiticosPROF. DR. ALEJANDRO COTERAHospital Clnico de la Universidad de Chilemientos hasta descubrir la belleza y la im-portancia del fenmeno cientfico.Neruda parece recorrer un camino di-ferente, una va rpida. Difcil imaginar quehaya dedicado mucho tiempo al estudio delasunto aludido, a mayor razn si pensamosque el problema apenas se conoca y ni si-quierasesospechabalaimportanciaquellegara a tener. Es como si hubiese toma-do el problema al vuelo y acortado el ca-mino a la esencia con un catalizador mez-cla de genialidad e intuicin, y adems pre-dice su futura importancia con unos pocosversos imposibles de creer. Y escritos, ade-ms, con su maestra habitual.Me estoy refiriendo especficamente aun fragmento del poema Y cunto vive,incluido en el volumen Estravagario (Bue-nos Aires, Losada, 1958) y talvez asocia-do a otro poema del mismo libro, Larin-ge, que fue escrito a raz de una seria afec-cinalascuerdasvocales:Valentn,yasabes que el mdico me ordena silencio pordos meses... Juvencio Valle hubiera esta-do feliz. Yo me alegr porque se pensabaalgo peor. Tengo un librito en el que escri-bo mis pensamientos como ser: a qu horacomemos?(cartaaVolodiaTeitelboim,fechada en Isla Negra el 17.01.1958). ElpoemaYcuntovivecomienzajusta-mente con una secuencia de pensamien-tos (bajo forma de interrogantes) sobre laduracindelavida,valedecir,sobrelamuerteineluctable(ynoolvidemosque,al momento en que esos pensamientos seescriben, la primera causa de muerte en elmundo son las enfermedades infecciosas):Y aquel que en todas ciencias no florecey en todas artes no es ejercitadoel nombre de Poeta no merece. Clarinda, Discurso en loor de la poesa, 1608.19 NERUDIANA n 8 2009est,meinteresadesmenuzarelnotablefragmento de la interrogacin a los mdi-cos, que en estas materias se supone pue-dan tener opinin.Los mdicos me recibieron,entre una consulta y otra,con un bistur en cada mano,saturados de aureomicina,ms ocupados cada da.Nerudaprimerodescribeelambientetpicamente mdico, entre una consulta yotra, ms ocupados cada da. Es poco pro-bable que l mismo haya sido atendido porlos mdicos con prisa, pues a la fecha erayaunhombrefamosoydemuchoscon-tactos, pero acierta al describir una actitudfrecuente, por todos conocida, y que ha lle-gado a ser parte de la personalidad mismade los mdicos. Talvez conoci esta situa-cin en su infancia de nio enfermizo.Acierta tambinal describir a los m-dicos provistos de su armamento terapu-tico, con un bistur en cada mano, dis-puestos a curarlo todo, incluso aquello queno tiene remedio. El furor curandi de unoficio que es ms llevadero cuando el m-dicoseconcentraensusgrandescapaci-dades para aliviar al prjimo, olvidando supequeez ante la enfermedad.Al paso, como parte de la ambientacinhayunterqueloenvuelvedensamentetodo:saturadosdeaureomicina.Aureo-micina, desliza esta palabra como que noquierelacosa,lapasaantelosojosdellector como un bello neologismo. Pero no:laaureomicinaeslaclortetraciclina,elprimerantibiticodelafamiliadelastetraciclinas.ObtenidoapartirdelStreptomycesaureofaciens,resultadodeunabsquedaanivelmundialdemicroorganismos del suelo productores deantibiticos. Fue introducido en el uso cl-nico en 1948 y su vida fue ms bien cortaal ser reemplazado por la oxitetraciclina,su derivado inmediato dos aos ms tarde.EnChilesuusonofuemuyamplio,sloseencuentrandosreferenciasenlabibliografanacional.En1950,elDr.Werner Bustamante reporta en la RevistaChilenadePediatrasuexperienciaendoscasosdecoqueluchetratadosconaureomicina.Enaquellostiemposelusode un frmaco en Chile dos aos despusdesuintroduccinanivelmundialdebehaber sido todo un acontecimiento, entreotros motivos por las limitaciones econ-micas. AssededucedelreportedelDr.Bustamante,quienasrefiereunodeloscasos: En un comienzo recibe sedantes yvitaminaC,peroenvistadequelospa-drescuentanconlasfacilidadesdelcasoparaadquiriraureomicina,sesuspendetodo tratamiento y se le instituye, a los 12das aproximadamente de enfermedad, untratamientoconestenuevoantibitico.DosaosmstardeelDr.JulioMene-ghello, padre de la pediatra en Chile, pu-blicasuexperienciaconelusodeaureomicinaoralenlameningitisagudapurulenta del nio. En este caso se trata de16 nios con infeccin menngea. En 9 deellos el tratamiento con el nuevo antibiti-co fue exitoso y en 7 fracas, lo que sugie-requeparaentoncesyahabasurgidolaresistencia de los grmenes a la clortetra-ciclina. De aqu proviene otra de las sor-presas que nos brinda el poema.QuienhayamencionadoaNerudalaexistencia de tal antibitico debe haber sidoalguien muy bien informado o haber cap-tado el valor del nombre aureomicina comomaterialpotico. Yahemosvistoquelavida del antibitico fue ms bien corta alserreemplazadoporotroderivado.PorChile su paso fue fugaz, entre 1950 y 1952(Estravagariocomenzaescribirseen1957 y se public en 1958), todo en un pla-zo muy corto en relacin a la velocidad conquelainformacinfluaamediadosdelsiglo pasado. Si bien Neruda viaj muchoen esos aos, es poco probable que en via-jes llenos de actividades literarias y polti-cas se haya informado de la existencia delnovel antibitico.Es posible que su fuente haya sido elDr.FranciscoVelasco,suamigodesde1952, despus vecino en La Sebastiana yconsejeroenasuntosmdicos.ElDr.Velasco, fue director del hospital Salvadorde Valparaso, un hospital dedicado a en-fermosmentales,peroantesfuemdicoinfectlogo. Tambin es un hombre sensi-ble, profesor de historia del arte, ha escri-tovarioslibrossobreNeruda(Nerudaatravsdesusmetforas,publicadoen1984; Neruda, el gran amigo, en 1986, yLosrostrosdeNerudaen1988).Ascumpleconlascondicionesdepoderhaber estado informado y captar el valordeaureomicinacomomaterialpotico.Hemos conversado con el Dr. Velasco re-cientemente (julio 2009, entrevista per-sonal) y nos ha sealado que es posibleperonoseguro.Ensuinfinitacuriosi-dadNerudalointerrogmuchasvecessobre muchos temas.Hasta aqu hemos visto como Nerudausa como material potico el nombreco-mercial de un antibitico de muy recienteintroduccin. Lo cual ya es curioso en smismo,perolorealmentesorprendenteviene en los versos sucesivos:Segn supe por lo que hablabanel problema era como sigue:nunca muri tanto microbio,toneladas de ellos caan,pero los pocos que quedaronse manifestaban perversos.La descripcin del problema no puedeser ms acertada. Desde la aparicin de losantibiticosenlaprcticaclnicahemosvivido este paradigma: al surgir un nuevo20 NERUDIANA n 8 2009resistencia a los antibiticos. Posiblemen-terecibiinformacindepartedealgnexperto, pero esta vez puedo estar segurodequenofueelDr.Velasco,suamigoinfectlogo.En1986conversconlyme hizo un comentario que recuerdo has-ta hoyy que descarta que haya valoradolaimportanciadelaresistenciaalosantibiticos. Dijo, en ese entonces, que losinfectlogos haban hecho tan bien su tra-bajo que se haban quedado sin trabajo. Meharepetidorecientementesuafirmacin,echando por tierra mi ilusin de que se tra-tara de una metfora por descifrar.Nadamsequivocadoquelaapreciacindenuestro querido Dr. Velasco: con el tiem-po, y en gran medida debido a la resisten-ciadelosgrmenesalosantibiticos,lainfectologa haaumentado su importanciaen la medicina llegando a ser una especiali-dad muy preciada y con mucho trabajo.Me dejaron tan asustadoque busqu a los enterradores.Me fui a los ros donde quemangrandes cadveres pintados,pequeos muertos huesudos,emperadores recubiertospor escamas aterradorasantibitico surge tambin la resistencia delas bacterias y ste se hace intil, pero yaapareceotronuevoantibiticoquesalvala situacin. Nada han logrado los exper-tos que durante muchos aos han sealadolos riesgos del uso indiscriminado de es-tosmedicamentos.Porsertantiles,ysu efecto tan espectacular cuando estnbienindicados,latentacindeusarlosindiscriminadamente ha sido irresistiblepor muchos aos. Uno de los ttu-los de conferencia ms frecuentepor aos ha sido: Uso y Abuso deAntibiticos y se escuchan frasestaningeniosascomo:Dejaqueelantibiticobusquelainfec-cin.Nocabedudaquenuncamuritantomicrobio,toneladasde ellos han cado.La consecuencia ha sido la per-versin de los grmenes. Muy pocodespus de que los antibiticos fue-ronintroducidos como parte del ar-senal teraputico de la medicina seobservuncuriosofenmeno.Enun tiempo variable despus del co-mienzo de uso de una de estas sus-tancias las bacterias que antes mo-ransehacenresistentesalefectoantibitico. Los mecanismos por loscuales las bacterias logran hacerseresistentes a los antibiticos son delo ms ingeniosas que uno pudiera imagi-nar.Vandesdeeldesarrollodeenzimascapaces de degradar la sustancia, modifi-cacionesgenticasparamodificarlossi-tiosenqueelantibiticonecesitaunirsepara penetrar la bacteria o engrosar su pa-red como quien adquiere una coraza. Msan, en algunas ocasiones estos mecanis-mos se traspasan de bacterias de una espe-cie a las de otra. Con algo de razn el asun-to ha sido visto por algunos como una ba-tallaenquenosotrosdesarrollamosnue-vasarmasynuestroenemigonuevasde-fensas ante estas, una batalla que lleva 70aosyenlaqueparecellevamoslasdeperder.Nocabedudaentonces:nuncamuri tanto microbio,/toneladas de elloscaan,/pero los pocos que quedaron/se manifestaban perversos.EsdifcilespecularacercadecmoNeruda lleg a entender el fenmeno de laDe qupudo asustarse tanto el poe-ta? Al momento de escribir los versos seconoca la capacidad de los grmenes dedesarrollar resistencia, pero ni remotamen-te se visualizaba la importancia que llega-ra a tener, la que de verdad produce susto.La primera referencia en Chile a estefenmenocomounproblemaloencon-tramosenunaconferenciadelDr.Pare-des titulada El Problema de la Re-sistenciadelosGrmenesalosAntibiticos(en C. Larran, His-toriadelaSociedadMdicadeSantiago),queobtuvounpremiode la Sociedad Mdica de Santia-goen1957.Sinembargosoloemergicomounproblemadeciertaimportanciaclnicaaprin-cipios de los setenta con la apari-cinderesistenciaalaspenicili-nas semisintticas. Con el tiempoha llegado a ser una dramtica rea-lidad de la medicina actual.Un reciente artculo del prestigio-so New England Journal of Medici-ne comenta el sper desafo que re-presenta la resistencia de los grme-nes a los antibiticos para la medici-na del siglo XXI. Para ilustrar la si-tuacincomienzadescribiendodoscasos que me permito resumir.El primero data de 1942, en un hospi-tal enNew Haven una mujer de 33 aosestabamuriendoacausadeunaseptice-mia por estreptococo. A pesar de todos losesfuerzos de los mdicos, que haban apli-cado todos los conocimientos de la cien-cia mdica, no haban podido erradicar algermen de su sangre. Entonces consiguie-ron pequeas cantidades de una sustanciarecientemente descubierta llamada penici-lina, la que inyectaron cuidadosamente ala paciente. Despus de varias dosis la pa-cienteserecobrcompletamenteyvivihasta los noventa aos. El segundo data de2008 y describe el caso de un hombre de77aosafectadodeunaendocarditisin-fecciosa (infeccin de la capa ms internadelcorazn)porEnterococcusfaeciumresistente a la vancomicina (el antibiticoindicadoenestetipodeinfecciones).Apesar de la administracin por muchos das21 NERUDIANA n 8 2009Mi encuentro con NerudaMiscancionesmellevaronporleja-nos y hermosos pases.As fue queentre tanta gente, un da de 1958 me invi-tan a un almuerzo que se realiz en las Vi-asdeRancagua,enplenaCordilleradelos Andes. Era un paisaje de ensueo, lasvias de extensin enorme, estaban rodea-dasdealtsimasmontaasconsuspicosnevados.EstapropiedadpertenecaalescritorBaltazarCastro. Allentretantasfigurasdelteatroydelasletras,conocaPabloNeruda, que lleg desde Isla Negra con suinseparable Matilde.Su figura era imponente, con un granponchoquelecubrahastalospiesysurostro apacible y sonriente. Estrech fuer-tesuclidamanoysurgiunacorrientede simpata. Hablamos de mi pas, Argen-tina,quelqueramucho,yenesaoca-sin me regal un ejemplar de sus Veintepoemas de amor, con dedicatoria que dice:de los mejores antibiticos,fue imposibleerradicar el germen resistentea todos ellosy el paciente falleci con el germen circu-lando en su sangre.Los dos ejemplos muestran cmo des-pus de 66 aos hemos recorrido un ca-minocircularquenoshadejadoenelpuntodepartida,laerapreviaalosantibiticos. Ms an,en los ltimos aoslainvestigacindenuevassustanciasantibiticas por parte de la industria far-macutica ha decado enormemente, po-nindonosen riesgo de quedar sin armasefectivas contra el enemigo.Otra mirada posible es desde la saludpblica, donde el problema es igualmentealarmante y se puede ilustrar con la situa-cin de una vieja amiga de la humanidad,la tuberculosis. A pesar de haberse estabi-lizado su frecuencia en los ltimos aos,la tuberculosis sigue afectando a 10 millo-nesdeindividuosenelmundocadaao(el80%enpasespobres),deloscuales500.000 son causados por grmenes resis-tentes a mltiples antibiticos. Se estimaque el plan global para detener la tubercu-losis requerir entre el 2009 y el 2015tra-tar 1.400.000 casos de tuberculosis causa-da por este tipo de grmenes con un costode 16.9 mil millones de dlares, 61 veceslo disponible actualmente para este plan. Estos versos son un buen ejemplo deloficiodeNeruda,unpoetantimamenteligado a la naturaleza, un cientfico de altonivel,poseedordeinfinitacuriosidadydotado de la intuicin propia de los gran-des maestros. Hemos buscado sin xito susfuentesdeinformacin.Paraentendercmo lleg a conocer, entender profunda-mente y proyectar de forma tan acertada elasunto, slo podemos recurrir a la segun-da acepcin de Vate: adivino.TESTIMONIOS Con Neruda en 1958EDITH SCANDROCantante argentinaEdith Scandro es una cantante argentina nacida en Ro Negro. Curs sus estudios decanto y guitarra en el Conservatorio Nacional de Msica Lpez Buchardo, paraluego perfeccionarse en la Escuela de Solistas de pera del Teatro Coln de BuenosAires. Sus maestros de canto fueron: Enrique Susini e Isabel Marengo.Luego de protagonizar zarzuelas y operetas como Marina, Molinos de Viento,Luisa Fernanda (en el Teatro Coln, en el Avenida, en el Astral) realiz numerosaspresentaciones en conciertos de msica de cmara (Teatro Cervantes, Auditriumde Caja de Ahorro), inclinndose por ltimo hacia el canto internacional y popular.Tambin Santiago de Chile fue testigo de su msica en 1958 con actuaciones enEl Escorial, en el Hotel Carrera Hilton, en la naciente TV chilena y en Radio Mine-ra. Aqutuvolaoportunidaddeconoceraunaespecialparejadeadmiradoresyposterioresamigos:PabloNerudaysumujer,Matilde.Elpuntomsaltodesupopularidad en Chile lo alcanz su actuacin en el Teatro Caupolicn ante ms de5000 personas, interpretando temas que, como La picaronera,provocaron granentusiasmo en el pblico. Dante Luchetti22 NERUDIANA n 8 2009Con Nerudaen Budapest (1965)Dra. INS RUBIO RIQUELMEMdico veterinarioA fines del ao 1964 nos llam el Se-cretario General de la Universidad deChile, profesor lvaro Bunster, y nos dijoque nuestra universidad haba firmado unconvenio con la Universidad de BudapestparabecaradospersonasquetrabajaranenBiologadelSuelo.Bunsterconocanuestra trayectoria, la ma y la de mi mari-do y colega Wladimir Hermosilla [herma-no de Nurieldn y fallecido hace pocas se-manas, ndr], y nos ofreci las becas. Lasaceptamos y en febrero del ao 65 viaja-mos a Hungra donde fuimos recibidos porel Departamento de Biologa del Suelo dela Universidad de Budapest.Nosotros lle-vbamosmaterialchilenorecolectadoenelCerroElRoble.WladimirHermosillaiba a trabajar en Nemtodos del suelo y yoen Colmbolos.Un da nuestra intrprete, que haba vivi-do en Chile, nos concert una cita con PabloNeruda. El poeta saba que yo, Ins Rubio,haba descubierto una especie nueva para laciencia y le haba asignado un nombre dedi-cado a l: Isotomina nerudai, n.sp.Neruda nos recibi amablemente en laterraza de su hotel, en Buda (parte alta dela ciudad). Desde all veamos uno de lospuentes que cruza el Danubio, de estruc-turamoderna,ydeprontoNerudadijo:qu maravilla, este puente es un violn deplata, y nosotros nos remos y le dijimosqu maravilla ser poeta, porque a noso-tros, que lo cruzamos todos los das, slonos viene decir qu lindo el puente.Ya nos sentimoscon ms confianza yyolepresentlaseparatademitrabajo.La empez a hojear hasta que encontr misdibujos de la nueva especie dedicada a l:IsotominaNerudai,n.sp.Mirconmu-cho detalle los dibujos y continu hojean-dolaseparata.Deprontollamsuaten-cin otra especie, Delamarellina Guillni,Para Edith Scandro, su nuevo amigo: Pa-bloNeruda.1958/EnlasViasdeRancagua.Volv a hablar con l en varias oportu-nidades en casas de amigos comunes. Co-noceraPabloNerudafueparamalgoqueestarsiempreenmimemoriayenmi corazn. Edith Scandron.sp.,ymepreguntporqusellamaas?, y yo le respond que esa especie es-taba dedicada al Profesor Dr. C. DelamareDebouttevilleyalpoetacubanoNicolsGuilln.Guard un silencio profundo, lecambielrostro,cerrlaseparataynonos dirigi ms la palabra.Nos miramos con mi marido, y comoesa situacin de extrema incomodidad seprolongaba sin que el poeta nos explicaracul haba sido nuestro error, bueno, no nosqued sino despedirnos cabizbajos con elmisterio de nuestra gaffe a cuestas.Poco tiempo despus nuestra intrpre-te nos descifr el enigma: Neruda detesta-ba a Guilln, y viceversa. Nosotros, seresde otro planeta intelectual, obviamente notenamos idea de la enemistad entre Pabloy Nicols. Pero en Budapest nos toc su-frir sus efectos.23 NERUDIANA n 8 2009Fue en la dcada del cincuenta, en miarremolinadaadolescenciaserenen-se, seguramente alfombrada por los lumi-nosos ojos verdes de mi propia Beatriz deese momento, que, como una msica defondo, atenuada primero y arrobadora des-pus, irrumpi la poesa amorosa de Pa-blo Neruda en mi vida, dejando trmulode romanticismo al muchacho plido, del-gado y triste que un da fui.Yo haba descubierto el mundo de lalectura,pocosaosantes,graciasauncompaerojudoypelirrojo,queestabaautorizadoparanoentraralacapillaysiempre andaba con un libro bajo el bra-zo; gracias al viejo conservador de la bi-bliotecamunicipaldeLaSerenaqueyofrecuentaba,despusdeclases,haciaelcrepsculo; y a un estante negro, cerradocon llave, instalado en el escritorio de mipadre, desde donde, subrepticiamente, sa-caba un volumen al azar y me lo llevada ami refugio, sin que se notara, para leerloa escondidas.Neruda me abri las puertas de la poe-sa de par en par y quise ser poeta, exta-siado entre los marineros que besan y sevan y desde el fondo de m y arrodillado,un nio triste, como yo, nos mira. Y des-pus, como un torrente, trastroc los pro-piospoemasqueyoescribaylospusopatas arriba, desaloj a las golondrinas deBcquer,quenovolvieronamibalcn,yhastahizotambalearlascoronasgabrielanas de todas bamos a ser reinasde cuatro reinos sobre el marCon el correr del tiempo, el universodeNerudainfluyparasiempreenmimirada de mundo, quise sacarme los ojosy comrmelos, me estremeci ver la san-gre corriendo por las calles, y, me siguesucediendo que, a veces, me canso de serhombrePgina donde se ilustra la nueva especie Isotomina nerudai.Neruda 1969:un viaje al corazn deIsla NegraFERNANDO BARRAZAPeriodista24 NERUDIANA n 8 2009EL POETA EN PERSONASera en la dcada siguiente, hace justocuarenta aos, en un significativo 1969(por qu los ciclos tienen que medirseencerosynoennueves?),yaconmucha poesa bajo el cuerpo, que cono-cera personalmente al poeta.Terminados mis estudios de periodis-moenlaUniversidaddeChile,perolle-vando tambin en la mochila mis andanzaspor Derecho, Teatro y Filosofa y los ojosde interminables beatrices, empec a tra-bajarenlaseccinculturadelarevistaErcilla, cuyo editor era el inolvidable pe-riodista Hans Ehrman.Empeados como estaban los deedi-torialZig-Zag,entransformaraErcillaenalgoascomolaversinchilenadelNewsweek,habanformadounequipocontundente: Alfonso Caldern, AntonioSkrmeta, Ariel Dorfman, el dramaturgoSergio Vodanovic y el dibujante humors-tico Fernando Krahm, colaboradores que,aos despus, formaramos parte de la re-vistaAhoraydelaproduccinculturalLa Quinta Rueda, dos iniciativas de la edi-torial Quimant, en plena Unidad Popu-lar.Yo era unjoven y desconocido perio-dista, que reporteaba la primera gira a Chilede Raphael de Espaa o de un joven cata-ln que no quera cantar en castellano, lla-madoJoanManuelSerrat,yquedabaaconocer a Vctor Jara, ngel e Isabel Pa-rra,IntiIllimani,PatricioMannsytodaslas figuras de la Nueva Cancin Chilena,arropadas en el recuerdo y la vigencia dela inolvidable Violeta Parra, que se habasuicidado dos aos antes.Cuando Hans Ehrman estaba de viaje,lo que suceda a menudo, yo me haca car-godeeditarlaspginasdeCulturadelarevista Ercilla. La estrella del equipo eranada menos que Pablo Neruda, que publi-caba una columna cada dos semanas, so-bre los temas ms diversos.As conoc a Homero Arce, a la saznsecretario personal del poeta, que traa per-sonalmente desde Isla Negra los textos ori-ginalesescritosamano.Homeroerahu-milde, cultivaba un bajo perfil, era incon-dicionaldelvateytenaunaformamuysutildedarmeinstrucciones:Fernando,el poeta sugiere una ilustracin.Estaba claro que para Homero Arce nohaba otro poeta en el mundo que no fueraPablo Neruda, por lo que no era necesarionombrarlo. Para m, por lo dems, no que-daban dudas que las sugerencias del poetaeranrdenes,queslocabacumplir,loque para unferviente nerudiano no era sinouna grata obligacinParticipar, aunque fuera ocasionalmen-teyenunrolbastantesecundario,enelproceso periodstico de producir las colum-nas del gran poeta, era un privilegio y unsueo, ms que una exigencia laboral.Pero el destino me tena reservadas sor-presas an mayoresUN BARMAN FAMOSOHansEhrman,irnicocrticodecineyballet y gran fotgrafo, era amigo de Pa-bloNerudayyosabaque,incluso,fre-cuentaba la casa del poeta en el balneariode Isla Negra, donde le haba hecho algu-nas notables fotografas. Recuerdo que, alpoco tiempo, en el otoo de1971, cuandoal regresar desde la Feria de Leipzig recalunas semanas en Pars, le llev personal-mente al poeta, que pocas semanas despusganara el Premio Nobel de Literatura, unasfotos que Hans le mand de regalo.Pero en 1969, yo pensaba sinceramen-te que mi aproximacin a Neruda, a travsde Homero Arce, era ms de lo que yo po-dahaberimaginadoenmiadolescenciaserenense.Me haba quedado corto. En el invier-node1969,Hansnoscomunicqueelpoetanosinvitabaaalmorzarensucasade Isla Negra. Partimos muy temprano albalneariocercano,enunauto,AntonioSkrmeta,AlfonsoCaldern,ArielDorfman, el propio Hans y yo, a pasar elda en la casa de Neruda.Antes del medioda, estbamos tocan-do la campana, que haca las veces de tim-bre enla residencia del poeta, quien salipersonalmentearecibirnos,juntoconsuesposa, Matilde Urrutia, mientras dos gi-gantescos perros saltaban alrededor.Tras las presentaciones, Neruda nos mos-tr minuciosamente toda la casa, con expli-caciones sobre su construccin y los detallesde sus colecciones. Privilegio de los dioses,un tour con semejante gua!El da era hermoso, con la sinfona inter-minable de las olas como msica de fondo yelpoeta,quelucamuyalegreycomounexcelente anfitrin, nos prepar de su propiamano unos moluscos a las brasas, al aire li-bre, con unas ramas que l mismo recolecty luego, como experto barman, prepar unostragos en el mtico bar, como se puede ver enla fotografa, tomada por Hans, que todavaguardo con orgullo, a cuarenta aos de dis-25 NERUDIANA n 8 2009AlreferirmealapreciodePabloNeruda por la novela de Isaacs, em-pezar resumiendo un testimonio que fuerevelacinysorpresaparaquienestuvi-mos una conversacin con l durante unencuentrofue el ltimoocurrido enabrilde1972.NerudaestabaenNuevaYork como invitado del PEN CLUB paradar una conferencia sobre Walt Whitmany, despus de ese acto, asistir a un home-naje de escritores y amigos en una recep-cinorganizadaporelEmbajadordeChile ante las Naciones Unidas, su viejocompaero,elpoetaHumbertoDazCasanueva.RecibunainvitacindelpoetaDazCasanueva y fui a ese homenaje (a la con-ferencia no pudimos entrar) con dos cole-gas del Departamento de Estudios Hisp-nicos de la Universidad de Nueva York enStonyBrook.Unodeelloseraelhispanoamericanista estadounidense IvanSchulman, reconocido estudioso de la obrade Jos Mart.Neruda y Matilde llegaron guiados porFernando Alegra,quienpocodespusseacerc a decirme que el asediado poeta y suesposa nos invitaban a visitarlo esa nocheen el Hotel Algonquin, donde se hospeda-ban. Allfuimos,alahoraindicada.Miscolegas iban a conocer finalmente al poetaque lean y estudiaban desde haca muchotiempo. Los entusiasmaba esta circunstan-cia, y sobre todo porque les haba adelanta-do que las conversaciones con Neruda po-dan ser muy animadas y sorprendentes, yno slo cuando se trataba de temas poti-cos: les haba contado, por ejemplo, un di-logocon AlejoCarpentieryconlensucasa de Santiago, en enero de 1962, en el1972:Neruda y MaraPEDRO LASTRAUniversidad Catlica de Chilecualmeasombrsuconocimientodelosescritores del siglo XIX. Saba que yo esta-ba interesado en el cuento hispanoamerica-no de aquel siglo, y como un rasgo de sucarcter era la atencin que le suscitaba elquehacer de los escritores ms jvenes, l yCarpentier me hablaron y me ilustraron enaquellaoportunidad,parammemorable,sobre libros y autores de esa poca.Diez aos despus Neruda no haba ol-vidado nuestro dilogo y en algn momen-to me pregunt si seguan preocupndomelas viejas lecturas. Le dije que sa era, aho-ra mismo, la materia de uno de mis cursosenStonyBrookyquisosabersiestabaMara[1867] en mi programa, porque lepareca que los jvenes de este tiempo, na-Portada Mara de Jorge Isaacs, Barcelona, 1882.De la biblioteca del poeta (FPN).tancia, y que se salv por milagro cuando fuidetenidoyallanadamicasa,enelbarrioBellavista, el 18 de septiembre de 1973.Despus almorzamos en el comedor, pa-sadas las dos de la tarde, en la famosa mesaredonda, donde compartimos un caldillo devieja,pescadofavoritodeNeruda,luegocorvina a la plancha, ensaladas, frutas natu-rales de postre, todo acompaado de exqui-sitos mostos, culminando con el bajativo, quelo tomamos en el amplio estar, con vista alas olas encabritadas de Isla Negra que, comoes habitual, se estrellan incesantemente con-tra las rocas de la playa.Despus, una sabrosa charla de sobreme-sa, donde Neruda llev la voz cantante, ani-madoyentretenido,contandoentretelonesde sus viajes y algunas ancdotas sobre Vi-cente Huidobro que, aunque inocentes, no lodejabanmuybienparado.Matilde,quizspreocupada porque haba periodistas, le de-ca reiteradamente: No, Pablito, si no es as,usted est equivocado.Como a las cuatro de la tarde, intempes-tivamenteyconlamayornaturalidad,noscomunic: Queden en su casa, yo no per-dono la siesta. Reapareci una hora des-pus, nos invit a dar una caminata, para co-nocer Cantalao, su proyecto de una ciudadde artistas, que lo tena muy entusiasmado, ydespus lo acompaamos a la Hostera, paraque hiciera algunas llamadas telefnicas, yaque, en ese tiempo, esa era la nica forma decomunicarse fuera del pueblo.Ya cayendo el crepsculo, nos despedi-mos,dandoporterminadoelintensodanerudiano. Se han cumplido cuarenta aos ylasimgenespermanecenimborrables,tanntidascomosuvozylaformaoriginalypoticadesulenguaje.Lopercibnatural,relajado, sencillo, sin poses ni aspavientos,deliciosamenteautorreferente,repletodeancdotas, alejado de toda grandilocuencia,quizs porque no la necesitaba: transforma-ba en poesa todo lo que tocaba26 NERUDIANA n 8 2009turalmente ms sensibles a la recepcin deobras de actualidad, no estimaban muchoesanovela,porlomismoquenolafre-cuentabanoporqueladesconocandeltodo. Nosotros tenamos, sin embargo, unaimpresin ms positiva, y creo que fue aesa altura de la conversacin que recorda-moselintersdeJosMartporIsaacs:Neruda celebr que anduviramos en tanbuena compaa.Al regresar a Stony Brook comentamoselencuentroconunNerudayaagobiadopor la enfermedad, pero siempre comuni-cativo, y nos dimos cuenta de que la ma-yor parte del tiempo habamos hablado deMara. Estuvimos de acuerdo en que parael poeta del amorque nunca dej de serNeruda,lanoveladeIsaacssignificabaalgomsqueunavivenciadelectura:laentenda como una experiencia de vida. Lahabra ledo, sin duda, muchas veces, por-que en aquella ocasin se refiri a edicio-nesyaprlogosquejuzgabavaliosos,como el de Enrique Anderson Imbert a laedicin del Fondo de Cultura Econmica.Aosmstarde,alevocaraquelen-cuentro record otras pruebas de su soste-nidoyconstantefervorporMara.Porejemplo, el poema Los libros, que apa-rece en una de sus obras queridas pues setrata, como dice el colofn, de veinte poe-masinditosyautobiogrficosescritoshacia 1962 y editados de manera especial(para biblifilos) en Alpignano, Italia, enla Imprenta de Alberto Tallone, 1963, conel ttulo Sumario. Libro donde nace la llu-via.Al ao siguiente ese mismo libro ini-cia,comosesabeyahorasloconelttulo Donde nace la lluvia, la serie decinco volmenes de suMemorial de IslaNegra, verdadero despliegue potico de suhistoria personal y poltica.En el poema Los libros culmina lamanifestacin apreciativa por la novela deIsaacs; pero antes de llegar a ese poemahubo tambin un fugaz antecedente en elartculo-discursoA Eduardo Carranza,datado el 1 de junio de 1946 y ledo en elhomenaje de un grupo de escritores chi-lenos al poeta colombiano que desempe-abaenSantiagotareasdiplomticas,comoJorgeIsaacsenelsigloanterior.Empieza as:Cuando por muchos aos y pormuchas regiones mi pensamiento sedetena en Colombia, se me apare-ca tu vasta tierra verde y forestal,el ro Cauca hinchado por las lgri-mas de Mara y planeando sobretodas las tierras y los ros, comopauelos de terciopelo celestial, lasextraordinarias mariposasamaznicas...El poema de Sumario, o Donde nacela lluvia, tiene, por cierto, un significa-do mayor que el de ese fragmento: es unaexpresinreveladoradeaquellasexpe-rienciasdegerminacinpoticaqueelpropio Neruda declar en su Discurso deIncorporacin a la Facultad de Filoso-fayEducacindelaUniversidaddeChile, el 30 de marzo de 1962:...es por orgullo y no por modestia queproclamoatodoslospoetasmismaestros, pues,qu sera de m sinmislargaslecturasdecuantosees-cribi en mi patria y en todos los uni-versos de la poesa?He aqu el poema:LOS LIBROSLibros sagrados y sobados, librosdevorados, devoradores,secretos,en las faltriqueras:Nietzsche, con olor a membrillos,y subrepticio y subterrneoGorki caminaba conmigo.Oh aquel momento mortalen las rocas de Vctor Hugocuando el pastor casa a su noviadespus de derrotar al pulpo,y el Jorobado de Parssobre circulando en las venasde la gtica anatoma.Oh Mara de Jorge Isaacs,beso blanco en el da rojode las haciendas celestesque all se inmovilizaroncon el azcar mentirosoque nos hizo llorar de puros.Los libros tejieron, cavaron,deslizaron su serpentinay poco a poco, detrsde las cosas, de los trabajos,surgi como un olor amargocon la claridad de la salel rbol del conocimiento.El poema se desarrolla como procesode bsqueda del rbol del conocimientoy su leccin remitecomo las otras die-cinueve piezas del volumena momen-tos formativos esenciales: aqu, fundamen-talmentealaadolescencia:obsrveselacontinuidad y la intencin de las mencio-nes: un libro de Nietzsche oculto en el bol-sillo, junto a la aromtica fruta invernal queimpregna las pginas con su olor; el amar-go mundo de Gorki, que debe haber sidolectura an ms sospechosa y culpable, sicabe,paralosmayoresquerodeabanaladolescente; la fascinacin de las narracio-nesde VctorHugoannosupoesaque lo conquistar despus y, finalmen-te, la ya ensoada y dolorosa vivencia delo sentimental en el mbito de la novela deIsaacs, tensada entre los motivos de amor,naturaleza y muerte. Se trata en este con-Portadilla de la edicin 1882.27 NERUDIANA n 8 2009Septiembre de 1973:una primaveradolorosaEDMUNDO HERRERAEscritorCuandosupimosquehabanin-t ernadoaPabl oNerudaenlaClnicaSantaMaraunacongojaos-cura vol a nuestro corazn.El da 23 de septiembre de 1973, comoalaunadelamaana,mellamaEsterMatteAlessandriparadecirme,llorosa,que haba muerto Pablo. Vinieron algunaslgrimas a poblar nuestros ojos.Cuando supe que Neruda haba muer-to,llamaFranciscoColoaneparaquehablaraanombredelaSECh[Sociedadde Escritores de Chile], que haba dirigidotantos aos, pero me dijo que estaba muyafectado y no podra hablar. Entonces es-crib mi discurso.Al otro da, temprano, ya estaba en LaChascona. Destruccin, todo hecho aicos,ventanalesrotos,porcelanasenelsuelo,caracolas quebradas, el agua inundando elpatio. Las cosas que am el poeta estabanesparcidas por todos lados.Un reloj grande, de esos de campana,tambin cado. Haban sucumbido frentea las fuerzas armadas de la dictadura queinstalaba en Chile su reinado del terror.Unapenainmensavinoamivida.SubadondetenanaPablo,sinatadan. Una corona de los Reyes de Sueciaa los pies del poeta. Era el homenaje deun pueblo a la Cultura, a la Creacin.Estbamos ah cuando lleg el edecndeldictador,venaconungenera