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Desacatando la costumbre generalizada sobre el estudio de cdices, que todava camina haciala interpretacin de estos manuscritos indgenas entendindolos como mera iconografa queilustra la glosa espaola postura iniciada a principios del siglo XVI y en gran medida vi-gente al inicio de este tercer milenio, un conjunto de investigadores se rene para confrontar esta po-sicin, conformando este nmero de Desacatos en torno a lo que el enfoque etnogrfico terico-me-todolgico galarziano propone: considerar el conjunto de glifos o pictografas como textos escritos conbase en la imagen codificada como un complejo sistema plstico lingstico que, antes de interpretarse,debe ser ledo.La mayora de las colaboraciones exponen resultados de anlisis de investigaciones anteriores que sehanextendidodurantevariosaosyquesecircunscriben, generalmente, enproyectosmayores. Elartculo Las escrituras que privilegian la imagen: cuatro casos, de Anne-Marie Vi-Wohrer, provee allector de un panorama sobre los principios de cuatro sistemas de escritura basados en la imagen: elcuneiforme, el jeroglfico egipcio, el chino y el de tradicin azteca nhuatl. Estilo y escritura nahua-tolteca en la Historia tolteca chichimeca, de Cecilia Rossell, presenta algunas caractersticas de la cul-tura y lengua nahuas y su ejemplificacin en varios glifos. Than-Uooh. Experiencias con la escrituramaya yucateca prehispnica, de Edmundo Lpez de la Rosa y Patricia Martel, nos permite ver, a partirde un ejemplo lexicogrfico (u than u uooh) en maya yucateco y su correspondiente plstico, la relacinque existe entre la oralidad y la escritura tomadas como dos dimensiones indisolubles. El mtodo deGalarza aplicado al Mapa de Otumba, un documento pictogrfico poco conocido del Mxico colonial,de Jean-Franois Genotte, ofrece los resultados del anlisis de un documento cartogrfico del siglo XVIINTRODUCCIN Y COMENTARIOEl estudio de los cdicesLuz Mara Mohar BetancourtRita Fernndez Daz ,LUZ MARA MOHAR BETANCOURT: Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropologa Social-Distrito [email protected] FERNNDEZ DAZ: Universidad Iberoamericana y Universidad del Valle de Mxico, Mxico-Distrito [email protected], nm. 22, septiembre-diciembre 2006, pp. 9-36. p.7:La Tira de la peregrinacin,lm.6 (detalle).p.8:Mapa Quinantzin,detalles de la lm.3. ix1vonuttiox . toxix1:vio Desacatossiv1iixivi-nitiixivi :oooSu mayordomo mayor era un caciqueal que le pusimos por nombre Tapia,y tena cuenta de todas las rentas quele traan a Moctezuma, con sus libros,hechosdepapel, quesediceamal, ytenandeestoslibrosunagrancasade ellos.BERNAL DAZ DEL CASTILLODesde el primer momento en que los espaolesconquistadores del territorio mesoamericanose enfrentaron a los habitantes de esas nuevastierras, algunos de ellos quedaron sorprendidos ante lamajestuosidad y complejidad de los centros urbanos, desu organizacin y de la especializacin lograda entre sushabitantes.1Cuando las flamas de la conquista y el humode las batallas disminuyeron, la convivencia de los con-quistadores y de los frailes con la vida y las costumbres delas sociedades originarias fue mostrndoles la sabiduradelosdominados. Desafortunadamente, pocosfueronlos que se percataron de estos elementos que mucho des-pus los estudiosos definiran como de alta cultura o pro-pios de sociedades complejas, estratificadas.2La descalificacin de lo que vean que hicieron varios eu-ropeos, el cuestionamiento acerca de su capacidad pararegistrar su historia, as como los argumentos y los deba-tes sobre la inteligencia y la condicin humana de los pue-blos conquistados, su racionalidad y su civilizacin, fue-ron objeto de apasionadas discusiones (Boone, 2000: 3).Al respecto, Joseph de Acosta (1963: 89) menciona en sulibro, escrito probablemente entre 1581 y 1590, que su in-tencines deshacerlafalsaopininquecomnmentese tiene de ellos [de los indios] como gente bruta y bes-tial y sin entendimiento, o tan corto que apenas mereceese nombre.Enconsecuencia, elreconocimientodelaexistenciade la escritura en las culturas indgenas, tema central delpresente texto, fue cuestionada. Algunos conquistadoresy funcionarios no podan aceptar que existiese una formade registro distinta a la escritura alfabtica. Esta posicinperdur durante varios siglos y todava hoy es fuente dedebate con la postura opuesta. Ejemplos de esta percep-cinsonlodichoporHansPrem: Laescrituraaztecadebe considerarse como un sistema ampliamente defec-tuosoeinferioraleuropeoencasitodoslosaspectos(1992: 69) o las propuestas con fines de discusin que sepresentaron en el I Coloquio de Documentos Pictogrfi-Io en el que el autor, a partir de su lectura, presenta una visin general de la organizacin sociopolticadelospueblosindgenasenlapocacolonialtemprana. Porltimo, Perla Valle, ensucolaboracinGlifos de cargos, ttulos y oficios en cdices nahuas del siglo XVI, retoma, al igual que el resto de losautores, la propuesta de Joaqun Galarza de anlisis fontico-fonolgico y semntico-morfolgico quepermitelatranscripcinylecturadelosglifos, enestecasodelosnombrespropiosdelajerarquanovohispana y de los lugares que gobernaban, escritos en una compleja amalgama de nhualt y caste-llano. En la seccin de Legados, Miguel ngel Recillas recupera las principales aportaciones que Joa-qun Galarza realiza al estudio de las escrituras mesoamericanas y a las diferentes disciplinas que tienencomo objeto de estudio un cdice.Con la lectura de este nmero, el esfuerzo de los autores y su aplicacin del legado galarziano, preten-demos ofrecer un homenaje pstumo al iniciador de la contemporneaTeora de la escritura mesoa-mericana.ANTECEDENTES1Vase Corts, 1993, y Daz del Castillo, 1969.2Vase Kirchhoff, 1985; Lombardo y Nalda, 1996; Marcus, 1992; Ca-rrasco, 1976, 1979, 1996; Carrasco y Broda, 1976, 1978; Carrasco, Bro-da et al., 1976. cos de Tradicin Nhuatl celebrado en la ciudad de M-xico en 1989: La ausencia de un orden preciso de lecturanos indica que no es sta una escritura propiamente di-cha y los trabajos sobre ella ratifican su carcter (Man-rique, 1989: 164).Quienes s la reconocieron como escritura quedaronimpactados ante esa tradicin que registraba por mediode imgenes una gran variedad de temas. Estos registroslocalizaban, por ejemplo, la ubicacin de caminos, ros ymontaas en mapas pintados sobre lienzos de algodn:basterecordaraqulasmencionesdelpropioCortsalrespecto (fig. 1, en pliego de color, p. I). Tambin se ano-taban, usandodistintoscolores, losdiferentestiposdetierras, como da cuenta de ello fray Juan de Torquemada(fig. 2, tambin en pliego de color, p. II):Para excusar confusin en el conocimiento de estas tierras,las tenan pintadas en grandes lienzos, de tal manera quelas tierras de los calpules estaban pintadas de color ama-rillo claro y las de los principales con un color encarnado,y las tierras de la recmara del rey en color colorado (Tor-quemada, 1969: 547).Sobre la anotacin exacta de cantidades y medidas, y delostributosquedebanpagar, AlonsodeZoritaanotaque: tributabanensementerascasitodosengeneral,porquetodosestabanescritosensuspinturasencadapueblo y barrio(1963: 37). Frailes y conquistadores men-cionan la existencia de pinturas sobre las historias desusbatallasyconquistas, ascomodeconocimientosastronmicos y religiosos anotados en documentos queeranelaboradosporespecialistasopintores-escritoresllamados tlacuilos y que se resguardaban en palacios de-nominados amoxcalli o casa de los libros:[] tenan ayos maestros que les enseaban y ejercitabanen todo gnero de artes militares, eclesisticas y mecnicasy de astrologa por el conocimiento de las estrellas, de to-do lo cual tenan grandes y hermosos libros de pinturas ycaracteres de todas estas artes por donde enseaban. Tam-bin tenan libros de su ley y doctrina a su modo, por don-de los enseaban, donde hasta que doctos y hbiles no losdejasen salir sino ya hombres (Fray Diego Durn, cit. porLen Portilla, 2003: 125).Numerosassonlasdescripcionesenquesehabladelaexistenciadeestosregistros, decmosepintabancondiversoscoloresysobreuntipodepapeldesconocidopara los europeos. La manufactura de este papel, quese plegaba a manera de un biombo en cuyos extremos secolocaban tapas de madera, fue detalladamente descri-taporFranciscoHernndez, protomdicodeFelipeIIsiv1iixivi-nitiixivi :ooo Desacatosix1vonuttiox . toxix1:vio IIDetalle del Cdice de Xochimilco [tambin en pliego de color, p. II].Figura 2. Cdice de Xochimilco, BNF. Diferentes tipos de tierras consus nombres y medidas [tambin en pliego de color, p. II]. ix1vonuttiox . toxix1:vio Desacatossiv1iixivi-nitiixivi :ooo(Hernndez, 1959) (fig. 3, en pliego de color, p. III).3Tambin servan de soporte pieles de animales, especial-mente de venado, finamente trabajadas, a las cuales se lescubra de una imprimatura que permita el deslizamien-to del pincel.Fueron los militares y los frailes quienes primero sepercatarondelaexistenciadeestoslibros, aloscualesdenominarongeneralmentecomopinturas. Algunosde ellos consideraron desde los primeros aos de la con-quista estos manuscritos como verdaderos libros. Desta-can en ese sentido las crnicas de Pedro Mrtir de An-glera(1965), cronistadelacorte, quiendescribicondetalle todo aquello procedente de los nuevos territoriosque llegaba ante la nobleza europea:Pero vayamos a sus libros, por dondequiera que el libro seabra aparecen dos caras escritas, o sea dos pginas, debajode las cuales quedan otras tantas ocultas, a menos que se lesextienda a lo largo, ya que debajo de un folio hay otros mu-chos unidos [] los caracteres que usan son muy diferen-tes a los nuestros y consisten en dados, ganchos, lazos, limasy otros objetos dispuestos en lnea como entre nosotros ycasi semejantes a la escritura egipcia. Entre las lneas dibu-janfigurasdehombresyanimales, sobretododereyesymagnates, por lo que es de creer que en esos escritos se con-tienen las gestas de los antepasados de cada rey [] tambindisponen con mucho arte las tapas de madera. Sus libroscuando estn cerrados son como los nuestros, y contienensegnsecreesusleyes, elordendesussacrificiosycere-monias, suscuentas, anotacionesastronmicasylosmo-dos y tiempos de sembrar (Anglera, 1965, t. I.: 425-426).Otros textos escritos en esos aos hacen referencia con-tinua a la existencia de una escritura que poda ser ledapor los propios indgenas. Los funcionarios coloniales re-currieron en mltiples ocasiones a esos libros y a quieneslos saban leer para obtener informacin.4En algunos es-critos generados por los evangelizadores o por los mismosconquistadores se seala cmo les pedan a los sabios otlacuiloque y a los ancianos que les leyeran y explicaran laspinturas que haban sobrevivido a la destruccin. Perso-najes como fray Bernardino de Sahagn (1969) o Fernan-do de Alva Ixtlilxchitl (1985), entre los ms citados,trabajaron de manera muy cercana con estos sabios pre-guntndoles, cuestionandoyanotandosusexplicacio-nes. As, fray Bernardino escribi:Habindolos juntado propseles lo que pretenda hacer yles ped me diesen personas hbiles y experimentadas, conquien pudiese platicar y me supieran dar razn de lo queles preguntase [] Estaban tambin all hasta cuatro lati-nos, aloscualesyopocosaosanteshabaenseadolagramtica en el Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco. To-das las cosas que conferimos me las dieron por pinturas,que aquella era la escritura que ellos antiguamente usabany los gramticos las declararon en su lengua, escribiendola declaracin al pie de la pintura (1969, t. I: 105).Cuando el virrey don Martn Enrquez orden que se hi-ciera una historia de los pueblos indgenas y nombr aJuan de Tovar encargado de esta tarea, este ltimo des-cribi cmo haba necesitado de la ayuda de los sabiosindgenas:[] v entonces toda esta historia y hieroglficas que yo noentenda, y as fue necesario que los sabios de Mxico, Tez-cucoyTullaseviesenconmigopormandatodelmismoVirrey, y con ellos yndome diciendo y narrando las cosasen particular, hize una historia (Jacques Lafaye, ManuscritTovar, 1972, cit. por Galarza, 1990: 32).Es muy frecuente encontrar en la documentacin gene-rada en los primeros aos de la conquista y en fechas pos-teriores descripciones en que se menciona, en casos deconflictosdetierrasotributos, cmo llegaronlosin-diosconsuspinturas paraargumentarydefendersusderechos o privilegios (Galarza, 1992b: 45).5Se puede decir, sin temor a error, que una de las gran-des prdidas a raz del nuevo orden colonial fue la desa-paricin del conocimiento generado por aquellos perso-najes, cuya especialidad era leer en esos lienzos o pliegosI: 3Vase tambin el nmero sobre Cdices prehispnicos en Arqueo-loga Mexicana, vol. IV, nm. 23, 1997.4En relacin con la importancia de la tradicin oral para la lectura deloscdicesenlapocaprehispnica, vaseLenPortilla, 2003, yJo-hansson, 2004.5Vanse los expedientes en el Archivo General de la Nacin, en el Ar-chivo de Indias en Sevilla y en los expedientes del Fondo Mexicano dela Biblioteca Nacional de Francia, entre otros. siv1iixivi-nitiixivi :ooo Desacatosix1vonuttiox . toxix1:viodepapelamatetodoloqueseconsiderabanecesarioregistrar. La importancia de las imgenes en la vida ind-genafuepercibidaclaramenteporalgunosfrailes. Unejemplo de ello fue la generacin de catecismos indgenaspara su evangelizacin (fig. 4, en pliego de color, p. IV),en los que se anotaron las oraciones cristianas medianteel uso de imgenes, forma que a los indios les resultabams familiar.6Sin embargo, gran parte del conocimiento acumula-do durante generaciones perdi sentido y significado con-forme el tiempo y los caracteres latinos fueron ganandoterreno e invadiendo los espacios que originalmente ocu-paban las imgenes multicolores. La dispersin y prdidade estos testimonios fue devastadora. Ante la incompren-sinyelintersporterminarconlareliginindgena,los europeos, especialmente los religiosos pertenecientesa la alta jerarqua, organizaron la quema de estos librosgeneradosporlassociedadesindgenas. Alcreerquetodos ellos contenan elementos religiosos, los vean co-mo una amenaza. Esta destruccin masiva las quemasduraban a veces varios das provoc la prdida de granparte de los testimonios escritos por los propios indiossobre su cultura. Por ello, los documentos prehispnicoscon los que contamos adquieren un valor excepcional.En la etapa posterior a la conquista se produjo otragran cantidad de documentos. Se incorpor el uso del pa-pel europeo como otro tipo de soporte y el formato enforma de libro desplaz a las tradicionales tiras plegadas I,6Vase el libro de Galarza, CdicesTesterianos:catecismosindgenas.El Pater Noster (1992b). En este trabajo Galarza analiza en detalle ca-da una de las imgenes como la expresin pictrica tarda y su ma-nejo en relacin con la lengua nhuatl que nos acerca al conjunto de laexpresin azteca.Figura 5. Cdice de los alfareros, BNF. Ejemplo de cdice mixto [tambin en pliego de color, p. V]. ix1vonuttiox . toxix1:vio Desacatossiv1iixivi-nitiixivi :oooa manera de biombo. Las glosas con caracteres latinos,escritas en castellano o en alguna lengua indgena, se aa-dieron a las imgenes lo que produjo documentos cono-cidos como cdices mixtos7(fig. 5, tambin en pliego decolor, p. V). LosmstardosfueronhechosenelsigloXVIII y se han identificado como Cdices Techialoyan. Enellos los textos escritos en caracteres latinos desempeanun papel predominante (fig. 6 y 6A, en pliego de color,pp. VI-VII).Enestosnuevosformatosymaterialesseplasmaronmuchas de las preocupaciones de las sociedades indgenascoloniales. Temas como el derecho a sus tierras, sus genea-logasysuhistoriaantigua; losreclamosdelanoblezapara conservar sus privilegios de recibir tributos y los delas comunidades sobre las tasaciones tributarias excesivasimpuestas por encomenderos o autoridades espaolas, seconvirtieron, entre otros, en los asuntos dominantes delos nuevos libros pintados. Es por ello que este conjun-to de fuentes de primera mano, escritas-pintadas por lospropios protagonistas, constituyen un valioso patrimo-nio para el conocimiento de las sociedades indgenas.Los cdices en el mundo europeoEl inters de personajes europeos por el estudio de estoslibros o amoxtli contribuy, en gran parte, a la dispersinde la documentacin que haba sobrevivido a la conquis-ta. En el siglo XIX se les denomin cdices a estos docu-mentos pictogrficos, palabra errneamente atribuida alos libros del Mxico Antiguo. Diversas definiciones se lehan aplicado a este trmino usado en Europa a partir delsiglo XI. Se ha dicho que es un nombre que procede del vo-cablo codex, cuyo significado deriv en las tablillas don-de se escribe (Len Portilla, 2003: 11). Ms tarde se lesllam as a los manuscritos pintados o escritos dentro delatradicindemanufacturaindgena(Aguilera, 2001:15). Enestetextoentendemosporcdice losmanus-critos de los indgenas mesoamericanos que fijaron suslenguas por medio de un sistema bsico del empleo dela imagen codificada, derivada de sus convenciones arts-ticas (Galarza, 1990: 15).Estos libros salieron del continente por diversas razo-nes. Fueron botn de guerra, regalo a personajes o nobleseuropeos o piezas de coleccionistas llevadas a Europa demanera poco legal. As, no pueden dejarse de mencionara personajes como Lorenzo Boturini Benaducci, de ori-genitaliano, quienlogrreunirentre1736y1744unaextensa coleccin de cdices originales. Su inters por laaparicin de la Virgen de Guadalupe provoc la moles-tia de las autoridades virreinales, quienes le confiscaronsu coleccin de manuscritos y lo deportaron. Este hechotrajo como resultado la dispersin de un rico acervo, unacoleccindedocumentosquesudueooriginalhaballamado Museo Indiano, y que posteriormente quedrepartida entre Mxico y diversos pases.Alexander von Humboldt, otro relevante personaje eu-ropeo que tambin se interes por estos materiales, formayapartedelahistoriadelosmismos. Elestudiodelosmanuscritos que emprendi y la publicacin de sus tra-bajos en varias lenguas ingls, alemn y espaol con-tribuy a despertar el inters europeo por los documen-tos pictogrficos mexicanos (Len Portilla, 2003: 178).EnEuropadestacaelpapeldesempeadoporlordKingsboroughquien, interesadoporlapublicacindeun conjunto de cdices, muere en prisin a causa de lasdeudascontradasporesteempeo. JosephAlexisAu-bin, por su parte, saca del pas, de manera no muy legal,un valiossimo acervo que hoy se encuentra en la Biblio-teca Nacional de Francia. Sus trabajos de acercamiento alasimgenesydetraduccindelasglosasennhuatlquedaron anotados en algunos de los cdices de su pro-pia coleccin (Aubin, 1885).Hubo otros americanistas importantes, como EduardSeler, quien entre 1893 y 1922 public numerosos traba-jos, cuyo inters no slo se centra en la historia, sino tam-binenlalingstica, laarqueologaylaetnologa. Es-tudi cdices como el Tonalamatl de Aubin, el FejervaryMayer, el Vaticano B y el Borgia, entre otros (Len Por-tilla, 2003: 190). Destaca tambin Kart Anton Novotny,investigador alemn, cuyas aportaciones metodolgi-casinfluyeronenlosestudiososmexicanosyeuropeoscon la publicacin de su obra Tlacuilolli (1961).I 7Galarza, 1990: 50. siv1iixivi-nitiixivi :ooo Desacatosix1vonuttiox . toxix1:vioAportaciones de gran inters han sido tambin las deloshistoriadoresdelarte, quieneshandemostradolahabilidad de los tlacuilos y la importancia de la lnea,el color, las formas, las tcnicas y los estilos. En ese sen-tido, unalecturaobligadaeseltrabajopionerodeDo-nald Robertson, Mexican Manuscrit Painting of the EarlyColonial Period, publicado inicialmente en 1959, as co-mo los estudios de Constantino Reyes Valerio (1989:71-77).8Todos estos estudiosos han emprendido un valioso tra-bajoenbuscadelacomprensindelaspginasmulti-colores de estos libros. La consulta de sus textos es obli-gatoria para todos aquellos interesados en la historia deMxico.9Sinembargo, pocosehizoenrelacinconlabsqueda y la definicin de un sistema de escritura ind-gena alejado de interpretaciones y orientaciones basadasen parmetros europeos.Los cdices en Mxico En Mxico, el estudio de estos materiales fue motivo deinters para personajes mestizos como Fernando de Al-va Ixtlilxchitl, Alvarado Tezozmoc o Chimalpain, he-rederosdelasnoblezaindgena, quienespercibieronlaimportancia de tales libros e intentaron entenderlos re-curriendoalaayudadeancianosysobrevivientesquepodan leer estas pictografas.Lostrabajosposterioresconquecontamossones-fuerzos muy valiosos por comprender las imgenes. Lasaportaciones en Mxico de Alfonso Caso relativas a loscdices mixtecos marcaron el camino a partir del sigloXX y se han convertido en una referencia obligada (Caso,1979). En aos recientes se han dado interesantes discu-siones en Mxico y en otros pases en torno a la metodo-loga adecuada para el estudio de los cdices. El interspor estas fuentes primarias ha estimulado de maneracreciente la reproduccin facsimilar de las mismas y enfechas recientes los formatos informticos han facilitadosu consulta.10Entre los estudiosos estn aquellos que consideran lasglosasoanotacionesencaractereslatinoscomopartefundamental del anlisis. Otros opinamos que si bien lasglosas o los expedientes que en ocasiones acompaan alas imgenes pueden ser de gran utilidad para entender lapictografa, tambin es cierto que en mltiples ocasionesesos textos no coinciden con la imagen y con frecuenciaestn incompletos o llegan a ser errneos. De ah nace laconsideracin de que la imagen no es una ilustracin deltexto, sino un texto en s, que debe ser analizado de ma-nera independiente y posteriormente comparado con laglosaconelfindesacarconclusiones. Esporelloqueplanteamos que la imagen debe ser el punto central delanlisis para entender una pictografa.PROPUESTA TERICO-METODOLGICAPARA EL ANLISIS Y ESTUDIOCONTEMPORNEO DE LOS CDICES11Losinvestigadoresdelosdocumentospictogrficosindgenas tradicionales o cdices mesoamericanoslegaron, sin duda alguna, un importantsimo acervo deconocimiento construido durante ms de 500 aos, queahoraescimientodenuevaspropuestas y enfoques in-terdisciplinarios. Desde entonces, uno de los principalesy ms polmicos cuestionamientos fue el de atribuirleso no a los manuscritos indgenas el estatuto de escritura.Los congresos nacionales e internacionales en esta espe- I,8Al respecto, vanse tambin los trabajos de Boone y Mignolo (1994)y Bonne (2000).9Vase el captulo 4 del libro Cdices del doctor Len Portilla (2003),titulado Momentosenlainvestigacindeloscdices, enelquesehaceunrecuentodelasinvestigacionesemprendidasdesdeelsigloXVIII a nuestros das.10El Fondo de Cultura Econmica ha publicado, con motivo del quin-tocentenariodeldescubrimientode Amrico, catorcefacsimilaresencolaboracin con la editorial Gratz. Igualmente, el Instituto NacionaldeAntropologaeHistoria(INAH)publicen1994laserieCdicesMesoamericanos. Por su parte, el Colegio Mexiquense se ha distingui-doporlapublicacindecdicespertenecientesalactualEstadodeMxico. Debido al alto costo que significa la reproduccin de cdicesen facsimilar se han comenzado a utilizar nuevos formatos.11Lamayoradelostemasyejemplosutilizadoshansidoexpuestosporlaautoracomoresultadosparcialesdeinvestigacinendiversosforos y/o publicados (Fernndez, 1999, 2001, 2002, 2003, 2004a, 2004b,2005). ix1vonuttiox . toxix1:vio Desacatossiv1iixivi-nitiixivi :ooocialidad invirtieron buena parte del siglo pasado en apa-sionadas discusiones al respecto.La escritura carece, hasta el momento, de una discipli-na cientfica que la tome como objeto de estudio. De he-cho, la lingstica ha privilegiado el estudio de la lenguaoral sobre la lengua escrita. Saussure afirma que lengua yescritura son dos sistemas de signos diferentes y que lanica razn de la escritura es la de representar a la len-gua oral; por lo tanto, el objeto de la lingstica no es lacombinacin de la palabra escrita y la hablada, sino ex-clusivamente la lengua oral. A decir de algunos especialis-tas, ya es momento de que surja una ciencia que tengacomo objeto de estudio la escritura y sus aspectos antro-polgicos, sociolgicos, psicolgicos, entre otros. De he-cho, sehablayadeunasemiologadelaescritura, cuyaprincipaltareadeberserlade esclarecerlasinterpre-tacionesdelsignoescritoriopropuestoporSaussureyevidenciar la falacia del fonetismo y la escritura alfabti-ca (Harris, 1993: 21-23).Si el estudio de la escritura no se ha realizado con pro-fundidad, losestudiossobrelaescrituramesoameri-cana, al menos hasta la primera mitad del siglo XX, sonincipientes, sin fundamentos cientficos y, casi siempre,llenos de interpretaciones despectivas. Las opiniones quede ella se vierten estn teidas de numerosos prejuicios.El primero de ellos, y el ms comn, est sustentado en lateora evolucionista de la escritura, la cual afirma, de ma-nerageneral, quelasdiferentesescrituraspasanporunproceso evolutivo que empieza por la copia real de laimagen y se va perfeccionando poco a poco hasta llegara la escritura alfabtica. De este modo, las diferentes escri-turas se ubican como menos o ms evolucionadas, comoprimitivas o desarrolladas; o bien se les niega el estatutode escritura, minimizndolas a una expresin grfica, ex-clusivamentemnemotcnica, insuficienteoimperfecta.Esta idea parece bastante etnocntrica o alfabetocntri-ca; no obstante, la han manejado sin dificultad lingistas,historiadores, antroplogos y otros especialistas, quienesslo difieren en la fase en la que ubican a la escritura me-soamericana en el supuesto camino de una evolucin queva de lo figurativo o pictogrfico a lo alfabtico.Tomando en cuenta que el objeto de la escritura es laproduccin y el uso de sistemas grficos con fines comu-nicativos, entre otros, no consideramos pertinente hablarde formas ms o menos evolucionadas, sino de manerasque reflejan diferentes modalidades comunicativas segnlasnecesidadesyconvencionesdelasculturasquelasproducen. Algunos tericos (Emilia Ferreiro, 1984; mileBenveniste, 1987; Raimondo Cardona, 1991) han enca-minado sus investigaciones hacia el estudio de las escri-turas en este sentido.A partir de 1960, y hasta la fecha, se realiza una serie deestudios sistemticos que han gestado lo que hoy se co-nocecomoTeoradelaescrituramesoamericana. Estacorriente afirma que los cdices son manuscritos pic-togrficos indgenas tradicionales, que conforman unacomplejaescrituraapartirdelaimagencodificada. Losinvestigadoresaellaadscritoshandesarrolladounm-todo cuyo anlisis sistemtico, exhaustivo y cientfico tra-ta de dar cuenta de la totalidad de los elementos en loscdices. Este mtodo est creado de tal manera que pue-deseraplicablealosdiferentesgruposdemanuscritosindgenas tradicionales. Joaqun Galarza, iniciador de estalnea de estudios, elabora y desarrolla las bases de la teo-ra de la escritura mesoamericana y propone este proce-dimiento, cuyo propsito es efectuar un verdadero des-centramientodelojooccidentalparadescubrirleyesyreglas, a distintos niveles, as como funciones variadas enlos signos que conforman el complejo sistema de escri-tura (Galarza, 1979). A partir de esta propuesta terico-metodolgica, elanlisisdelosdocumentospictogrfi-cos indgenas da un vuelco en esa direccin. Su aplicacinha permitido obtener resultados importantes en lo relati-vo a leyes y convenciones del sistema.Sobre el mtodo galarziano12Al iniciar una investigacin con documentos pictricosindgenastradicionales, comnmenteconocidoscomocdices, es necesario establecer con claridad la metodo-loga que se ha de utilizar como herramienta para su es-tudio. El investigador debe considerar, por un lado, laIo 12Escribimosmtodogalarzianocon z paraguardarlasemejanzacon el apellido. siv1iixivi-nitiixivi :ooo Desacatosix1vonuttiox . toxix1:viodisciplina en la que se especializ y, por el otro, de ma-nera indispensable, tomar en cuenta tambin que la ri-quezatextualquetalesdocumentosofrecennopuedeabordarse desde una sola perspectiva. El estudio interdis-ciplinario se convierte en un imperativo que busca, si biennoagotarlasposibilidadestextuales, strabajarbuenaparte de su estructura, funcin y significacin. Numero-sas publicaciones sobre cdices carecen del rigor de unmtodo cientfico y con frecuencia encontramos una ten-dencia hacia la especulacin acientfica con gran apegoal enfoque occidentalista, en su mayora fundado en lascrnicas hispnicas que no han pasado por el tamiz dela crtica, sino que, al contrario, han sido tratadas en unsentido dogmtico.El mtodo galarziano ha dotado a los investigadores demltiples disciplinas de un instrumento idneo para elestudio de los cdices mesoamericanos. ste se caracte-riza por hacer una lectura de los cdices fundamentadaen la etnologa, rea de conocimiento que sigue las basespropuestas por Marcel Mauss.13El mtodo propuesto porJoaqun Galarza, de quien toma el nombre, apunta al an-lisis sistemtico, exhaustivo y cientfico de la totalidad delos elementos en los cdices y est creado de tal maneraque puede ser aplicable a los diferentes grupos de manus-critos pictogrficos indgenas tradicionales.El mtodo ha sido utilizado por diferentes investiga-dores adscritos a instituciones nacionales e internaciona-les. Entre los ejemplos ms sobresalientes podemos men-cionar los siguientes: en Francia, el Centro Nacional deInvestigaciones Cientficas (CNRS), la Universidad de Pa-rs IV, la Biblioteca Nacional de Pars14y la cole de Hau-tes tudes en Siences Sociales (EHESS); en Italia, la Soci-tAmericanista(Perugia), laUniversitdelaSapienza(Roma) y la Universitad de Boloa; en Mxico, la Biblio-teca del Museo Nacional de Antropologa e Historia,15elArchivoGeneraldelaNacin(AGN), consuinvestiga-cin de varios lustros que culmina con la publicacin deCdicesypinturastradicionalesindgenasenelArchivoGeneral de la Nacin. Catlogo grfico comparativo de loscdices y pinturas tradicionales indgenas en el Archivo Ge-neral de la Nacin, cuyo estudio y catalogacin corrierona cargo de Joaqun Galarza (1997). Con esta obra se em-prendi y concluy la clasificacin temtica, de lugar deprocedencia y la fotografa de 1 200 documentos, entreotros resultados.Elmtodo, aplicadoporsucreadorysusdiscpulos,floreci tambin en la Universidad Nacional Autnomade Mxico (UNAM), la Benemrita Universidad Autno-ma de Puebla (BUAP), la Universidad Autnoma Metro-politana (UAM), el Centro de Investigaciones y EstudiosSuperiores en Antropologa Social (CIESAS,16antes CISI-NAH) y la Escuela Nacional de Antropologa e Historia(ENAH). En esta ltima se ense por ms de diez aos,enlamateriadenominada FuentesparalahistoriadeMxico I: Cdices, para la cual Galarza escribi cuatrolibros de texto como apoyo y en el Taller-proyecto de in-vestigacin formativa (PIF) sobre escritura indgena tra-dicional. Ambas la asignatura de Fuentes I y el Taller I,13Socilogo y antroplogo francs (pinal, 1872-Pars, 1950). Fue dis-cpulodeE. Durkheim. ColaborenlarevistaLAnneSociologique,fuecatedrticodehistoriadelasreligionesdelospueblosnocivili-zados e inspir la escuela estructuralista francesa. Entre sus obras cabecitar: Sobrehistoriadelasreligiones (1909, conH. Hubert), Ensayosobre el don, la forma y la razn del intercambio en las sociedades ar-caicas (1925) y Sociologa y antropologa (1950).14En 1974, la Socit des Amricanistes publica Codexs Mexicains, ca-tlogo de los cdices existentes en la Biblioteca Nacional de Pars (BNP)hoy Biblioteca Nacional de Francia (BNF) y el Centre National dela Recherche Scientifique. Este catlogo est vigente y es el ms com-pletoconelquelainstitucincuentaparalaconsultadelFondoMexicano. Cadaentradacuentaconseissubndicespordocumento,que refieren la siguiente informacin: a) presentacin y nombre del manuscrito segn el catlogo de Boban (1891); b) cualidad del manus-crito: si es original o una copia; c) descripcin sumaria del manuscrito:formato, dimensiones, soporte; d) notas, descripcin complementa-riadelasparticularidadesdeldocumento: notasomarcas, etiquetas,sellos de colecciones, etc.; e) orgenes: fondos o nombres de los coleccio-nistas o instituciones que poseyeron el manuscrito, y f) referencias: ca-tlogos o publicaciones en los que el manuscrito est citado o descrito.Este tipo de descripcin, minuciosa y exhaustiva de cada manuscri-to, amplaycomplementalainformacinproporcionadaporlasre-ferenciasclsicas, comolasdeGlassyRoberston(1975)ydeCline,Gibson y Nicholson (1975).15En 1975, el Archivo General de la Nacin (AGN) publica el ndice demanuscritospictogrficosmexicanos:coleccindecdicesdelMuseoNacional de Antropologa de Mxico en el nmero 44 de su coleccindenominada Serie: Guas y catlogos.16Lasaportacionesgalarzianasademsdelasrealizadasenparti-cular al campo de la escritura azteca y en general a la escritura mesoa-mericanaseextendieronaotrasreasdesuespecialidad, comolabiblioteconoma, la etnografa, la divulgacin cientfica para nios yla enseanza del nhuatl (vase Galarza y Lpez vila, 1983). ix1vonuttiox . toxix1:vio Desacatossiv1iixivi-nitiixivi :oooFormativosiguenvigenteshoyendabajoladirec-cin de discpulos suyos que continan la aplicacin deestemtodo. Actualmente, losqueentonceseransusalumnos y otros nuevos investigadores coordinan y for-man a su vez equipos interdisciplinarios de trabajo ape-gados a esta teora para el estudio de los cdices.Elmtodoseencuentraesparcidoenvariasdesusobras; por ejemplo, en los cuatro volmenes editados porTava en la coleccin Cdices mesoamericanos: Amatl,amoxtli. El papel, el libro (1990); In amoxtli, in tlacatl. Ellibro, elhombre. Cdicesyvivencias (1992a); Tlacuiloa.Escribir pintando (1996) y Cdices Testerianos. Catecismosindgenas: El Pater Noster (1992b). Esta editorial fue fun-dada en 1989, como un homenaje de los alumnos al crea-dor del mtodo. Escribe Joaqun Galarza:Las notas personales de apoyo para las clases se fueron arre-glandoprogresivamenteenformaderedaccionesdividi-das en captulos, segn los temas que nos fueran pareciendocuestiones que respondieran a problemas que se presenta-ban en las lecciones. El motivo principal es el de reunir to-daunaseriedelecturasenlasquesepuedanfundarlosestudiantes, primero para facilitarles el pensamiento de loque pensamos son los cdices en general, como una guapara conducirlos a consultar y conocer los trabajos publi-cados por diferentes especialistas; pero principalmente pa-ra explicarles y comunicarles las etapas de la investigaciny los resultados de la aplicacin de nuestro mtodo (Ga-larza, 1990: 25).Efectivamente, a partir de los resultados de su aplicacinse han realizado numerosas publicaciones, tesis de licen-ciatura, maestra y doctorado la mayora de ellas acree-doras a menciones honorficas, con recomendacin parasupublicaciny/opremiadas. Elmtodogalarzianotambin se utiliz para la realizacin de audiovisuales yabundantematerialmicrofilmado. LapelculaTlacuiloproducida por Enrique Escalona y basada en los estu-dios y publicaciones de Joaqun Galarza sobre la lecturadel Cdice Mendocino mereci un Ariel especial en M-xico, el premio Esptula de Oro en Burdeos, Francia, en1991, y el primer premio en el Filme Arqueolgico en For-li, Italia, en 1992 (Escalona, 1989a, 1989b). La pelcula,exhibidaenlatelevisinitalianaduranteseismeses, dacuenta de parte de la metodologa y sigue siendo vista enlos numerosos homenajes pstumos que se han realiza-do despus del deceso de Galarza.Unodelosaportesfundamentalesalestudiodeloscdices que el mtodo galarziano propone alude a la in-manenciadetexto; esdecir, queelanlisisdebeconsi-derar principalmente la cosmovisin e idiosincrasia quesubyace a la escritura indgena y tomar al texto como untodo con autonoma significante:Para nosotros, un manuscrito mexicano forma parte de untodo que escapa a la divisin europea dicotmica de la ima-genindependientedeltexto. Eslaconsideracindeestatotalidad como una unidad la que debe fundar un nuevomtodo de anlisis de los manuscritos mexicanos (Galar-za, 1990: 15).El mtodo y su aplicacin constituyen el cimiento para lacreacin de la actual teora de la escritura mesoamericana:[] no es un conjunto de reglas rgidas, aplicables en for-maidnticaentodosloscasos, perosunalneaqueseprofundiza y modifica con relacin a su objeto, un manus-crito particular que hace surgir problemas particulares. Elmtododebeserconsideradocomoalserviciodelma-nuscrito estudiado y no una aplicacin mecnica que uti-liza al documento. No est an definitivamente constitui-do y no puede serlo para el caso presente ms que cuandotodo un grupo de investigadores y de especialistas se dedi-que al estudio de todo un grupo de manuscritos. Estamosmuy lejos de esta etapa (Galarza, 1990: 15).Estas reflexiones fueron hechas hace veintisiete aos, tiem-po durante el cual se ha podido aplicar en al menos unode los manuscritos pictricos indgenas representativo decada grupo de cdices.Otras caractersticas del mtodo galarziano son la fle-xibilidad de su aplicacin, lo que permite el anlisis y es-tudio de la enorme variedad de manuscritos indgenas;y la apertura hacia las diferentes disciplinas cientficas ytecnolgicas, lo que ha posibilitado que un grupo inter-disciplinario de investigadores, asesorados por el propiodoctorGalarza, oencoautoraconl, hayaproducidolecturas de cdices desde la perspectiva de reas como laarquitectura, la botnica, la historia, la etnologa, la lite-ratura, la medicina, la lingstica, la economa, la juris-prudencia, la percepcin visual, la informtica, la pedago-ga y, ms recientemente, desde la semitica, entre otrasdisciplinas.I8 siv1iixivi-nitiixivi :ooo Desacatosix1vonuttiox . toxix1:vioAlgunas consideraciones sobre el mtodogalarziano En esta exposicin del mtodo de estudio de Joaqun Ga-larza partimos del pensamiento de Mario Bunge cuan-do afirma que:[] lo que hoy se llama mtodo cientfico no es una listade recetas para dar con respuestas correctas a las pregun-tas cientficas, sino el conjunto de procedimientos por loscuales: a) se plantean los problemas cientficos y b) se ponenapruebalashiptesis. Elestudiodelmtodocientficoes, en una palabra, la teora de la investigacin. Esta teo-raesdescriptiva, enlamedidaenquedescubrepautasen la investigacin cientfica (Bunge, 1980: 50).El mtodo galarziano propuesto para el anlisis de la es-critura tradicional indgena considera la complejidad yla riqueza del texto, en virtud de la composicin plsti-ca y espacial que posee. Dicho anlisis debe ser mltipley conducir al conocimiento gradual del texto. En trmi-nos generales abarca las siguientes fases:1. Segmentacin sistemtica de los grupos grficos o pls-ticos siguiendo el orden de composicin del texto ex-puesta por el tlacuilo mismo.2. Una segunda segmentacin,17en la cual se separan loselementos mnimos del sistema, para examinarlos sin-tagmtica y paradigmticamente en relacin con otroselementos del texto; primero por comparacin visual.3. Extraccin del valor fonolgico revelado por el anlisisestilstico, que esclarece el contenido temtico del queestn cargados los elementos plsticos. Relacionar loselementos mnimos directamente con la lengua, conbase en el significado y la lectura, tomando en cuen-ta la polivalencia y polifuncin de cada elemento.4. Elaboracin de una primera lectura fonolgica-denota-tivaysintctica decadagrupoparareconstruirora-ciones y/o prrafos del texto en nhuatl y estable-cersutraduccinalespaolquecorrespondenalas asociaciones plsticas de los elementos mnimos.5. Elaboracin de una segunda lectura connotativa y me-tafrica de cada grupo, de los conjuntos, tomando encuenta su polivalencia y polifuncionalidad.6. Elaboracin de una tercera lectura global del relato (sn-tesis de las lecturas parciales, siguiendo las reglas delidioma nhuatl).Para empezar este anlisis se elabora el registro de elemen-tos en fichas de trabajo, que corresponden a cada grupoplstico segmentado, ms una ficha por cada elementomnimo constituyente, tomando en cuenta los siguien-tes puntos: Funcin plstica: Para localizar formas, tamaos y con-trastesdelosglifosenrelacinconlosdems, enlacomposicin artstica, y encontrar las principales opo-siciones productoras del sentido.Funcinfonolgica: Descripcindeslabas, fonemasy/o la palabra completa que transcribe. Confirmar porcomparacin si estas transcripciones son recurrentes. Funcin gramatical : En relacin con las dos funcionesanteriores, deducir el papel que ocupa cada elementocomo parte de la oracin o frases transcritas; es decir,si son sustantivos, adjetivos o verbos; si se trata de an-tropnimos, topnimos o gentilicios; si son sujetos opredicados. En cuanto a afijos, ver si son iniciales, in-termedios o finales (prefijos, infijos, sufijos). En las ora-ciones o frases, si se trata de metforas u otras figurasdel lenguaje. En trminos generales, se registran los ni-veles morfolgico, fontico, fonolgico, sintctico, se-mnticoypragmtico, quetranscribelaescriturayque pudieron ser localizados en el corpus.Asociaciones: Descripcindelastcnicasplsticasogrficas con que se aglutinaron los elementos. Se en-fatizan las principales oposiciones y se menciona si sucondicin es de contenido o de recipiente, si su contac-to es por superposicin (primero, segundo o tercer pla-no); yculessudistribucinespacial(arriba/abajo,izquierda/derecha, diagonal, circular, etc.) para dar pre-ferencia al orden de la lectura inscrito, sealado por eltlacuilo. I,17Esta segmentacin es meramente analtica y se hace con el prop-sito de facilitar el anlisis, ya que en la escritura tradicional indgena,como en cualquier otra escritura, las funciones son inseparables y sepresuponen mutuamente. ix1vonuttiox . toxix1:vio Desacatossiv1iixivi-nitiixivi :ooo Lectura: En este paso se registran:a) Los elementos ledos en la primera lectura denota-tiva y fontica.b) Los elementos que no se leen en la primera lectura,por estar implcitos, y que forman parte de una lec-tura complementaria.c) Las relaciones de lectura, con el sentido y orden ob-tenidos.Sobre la metodologa galarziana Respecto a la metodologa nos adscribimos nuevamentea lo considerado por Bunge:La metodologa es normativa en la medida en que mues-tra cules son las reglas del procedimiento que pueden au-mentar la probabilidad de que el trabajo sea fecundo. Perolas reglas discernibles en la prctica cientfica exitosa sonperfectibles: no son cnones intocables porque no garan-tizan la verdad: pero, en cambio, facilitan la deteccin deerrores (Bunge, 1980: 51).Uno de los objetivos de la investigacin, y paso funda-mental en la metodologa al iniciar elanlisis del hbeas,es la elaboracin del catlogo diccionario, que se hace convarias finalidades:1. Mostrar el texto en su totalidad (imagen-texto).2. Mostrar la segmentacin por grupos sugeridos de lec-tura.3. Mostrarlacodificacindeestosgrupos, ascomolaclave de clasificacin de cada uno de los elementos deldocumento, con la intencin de separarlos, permitien-do as la comparacin y el contraste, y a la vez situar-los en su contexto original en el momento en que serequiera.4. Mostrar las lminas, diagramas, croquis, dibujos y cla-sificaciones necesarias para el anlisis y las explicacio-nes del mismo.Losdibujos sonlosglifosysuselementos, presentadosindividualmente y en grupos: primero dispuestos segnsus nmeros de orden en el cdigo de clasificacin gene-ral y luego en sus clasificaciones temticas. El objetivo detodas estas lminas es registrar exhaustivamente los ele-mentos mnimos del manuscrito y sus asociaciones gr-ficasalofrecercomparacionesrpidasquerenanlasvariantes grficas de un mismo elemento, de un mismoglifo, as como de todas sus constantes y variaciones.Los diagramas tienen la finalidad de mostrar grfica-mente la distribucin de los glifos y de los elementos en elespacio, en la superficie del documento. Primero, en la to-talidad; despus en cada tema, con las variaciones y lasrepeticiones en el interior de cada divisin temtica. Per-miten localizar en cada grupo e individualmente todoslos elementos de cada seccin.La maqueta permite la explicacin de los conceptos detridimensionalidad, volumen, espacialidad, horizonte yperspectiva.Los cuadros permiten la presentacin de los resultados,ordenados alfabticamente y/o por lugar de aparicin, ascomo las lecturas propuestas en topnimos y personajes.El desplegado es la reproduccin total del documento,que permite ir siguiendo progresivamente anlisis y re-sultados.Elrecorridodecampo eslaidentificacingeogrficadel lugar o de los espacios que son aludidos en el docu-mento con la finalidad de obtener mayor informacin.Elcatlogo-diccionariofacilitaelaccesorpidoalosgrupos y figuras citadas a lo largo del anlisis y propor-ciona, simultneamente, la inmediata contextualizacinde los glifos, para no perder de vista su relacin con los de-mselementosquelosrodean. Elcatlogo-diccionariopermite que el mismo investigador, o cualquier otro es-tudiosodeltema, puedacontinuar, ampliar, corregiroprofundizar el anlisis propuesto, de acuerdo con lo ob-tenido en el trabajo en curso.El discurso mesoamericano Entendemos como discurso un conjunto en el que la sig-nificacinnoresultadelasolaadicinocombinacinde la significacin de sus partes, sino de la forma sintc-tica en la que los signos toman lugar y de la orientacinpredicativa del acto de enunciacin que toma a su cargo:o siv1iixivi-nitiixivi :ooo Desacatosix1vonuttiox . toxix1:vioesta forma sintctica. En este sentido, el discurso es unainstancia del anlisis en la que su produccin, la enuncia-cin, nopodraserdisociadadesuproducto, elenun-ciado; de este modo, interesarse por el producto es inte-resarse por sus unidades y esforzarse por generalizarlaspara hacer de ellas un sistema (Fontanille, 2001).El discurso mesoamericano, y por tanto su escritura,se basa en un sistema de convenciones plsticas a partir delaimagencodificadaparatranscribirlalenguanaturalen la que fue escrita. Esta naturaleza nos dar como resul-tado una multiplicidad de elementos que se actualizarncomo la expresin o el significante de sus signos lings-ticos.18Como cualquier otra escritura tiene como fun-cin principal comunicar y, al mismo tiempo, representarde manera plstica elementos del mundo real, simbolizary aludir a su cosmovisin cultural. Cumple tambin unafuncin social, religiosa, poltica, cientfica, artstica, filo-sfica; es decir, una funcin pragmtica. Los elementosdeestaescriturasonvarios; entrelosmsimportantespodemos mencionar el tamao, los colores, el uso del es-pacio, las posiciones, las figuras, los colores, la orienta-cin y la perspectiva indgenas (Galarza, 1979).Cada uno de los investigadores ha utilizado la orienta-cin galarziana para el estudio de distintos documentosydesdesuspropiasreasdisciplinares, loquehacon-ducido a un notable enriquecimiento de su estudio. Nosreferimos, principalmente, alasaportacionesantropo-lgicas de Aguirre Beltrn (2000), Mohar (1987, 1994a,1994b, 1999, 2001, 2003 y 2004) y Rossell (1997); semi-ticas de Galarza y Zemsz (1986), Perri (1989, 1994), Finis,Galarza y Perri (1996), Cid (1998) y Fernndez (1999,2001, 2002, 2003, 2004a, 2004b, 2005a, 2005b); carto-grficasdeGenotte(1994); hacendariasycontablesdeMohar (1990) y Cruz Lpez (1989); arquitectnicas de Ga-larza yGonzlezAragn(1996); depercepcinvisualymetaimagendeGalarzay Yankelevich(1996); histrico-etnolgicas de Galarza y Yoneda (1979), Thouvenot (1987)y Vi-Wohrer (1999); estudio de los documentos Techia-loyan deBezyRecillas(2000), Recillas(2003, 2004)yCrespo (1996, 1997), y de la escritura maya de Lpez dela Rosa y Martel (2001).Varios de estos estudiosos han planteado la necesidadde relacionar los resultados de las investigaciones con losrecientes y modernos medios electrnicos. Esta corrien-te, que propone la aplicacin del mtodo galarziano y elusodeprogramasexprofeso paravaciarlosresultadosdel anlisis, est encabezada actualmente por Luz MaraMohar, quien abre as el acceso a un amplio espectro deherramientas tecnolgicas para el estudio de los cdicesy la divulgacin sistemtica de los resultados. Prueba deello son los proyectos Machiyotl (1998) y Amoxcalli (2000-2005), este ltimo llevado a cabo con la participacin dems de cincuenta investigadores mexicanos, franceses, ita-lianos, austriacos, estadounidenses y polacos. La finalidades crear diccionarios cibernticos que permitan observarsimultneamente el microfilm del documento original ysu anlisis histrico, plstico y lingstico.APLICACIN DEL MTODO Y LAMETODOLOGA GALARZIANASPresentamos ahora una propuesta de estudio: laaplicacindelmtodogalarzianoalanlisisdeundocumentoindgenapictricotradicionalque recibe el nombre oficial de Tira de la peregrinacin oCdiceBoturini.19Losmtodosylasmetodologaslin-gstico-estructural, semitico-greimasianoyetnogr- :I18ParaF. deSaussure, queinstaurlaproblemticadelsignolin-gstico, ste resulta de la reunin del significante y el significado []Eltrminosignohasidocomnmenteidentificadodurantemuchotiempo e incluso hoy en da con el signo mnimo, es decir, la pa-labra, o ms rigurosamente, el morfema (o monema para Martinet)(Greimas, 1990: 376).19Un tlacuilo lo escribi en idioma nhuatl en Tenochtitlan durante laprimera mitad del siglo XVI. Est hecho en papel amate, doblado co-mo biombo en 21 lminas y media, y mide 19.8 cm de ancho y 549 cmde largo. Se ignora si fue elaborado antes o despus de la llegada de losespaoles. El original tiene glosas de escritura espaola sobre la ima-gen azteca. No se sabe quin lo guard durante mucho tiempo, pro-tegindolo de la destruccin que sufrieron los manuscritos indgenasen los primeros aos de la Colonia. La Tira lleg a manos de LorenzoBoturini, personaje italiano que vino a Mxico en el siglo XVIII y reco-rri ciudades y pueblos buscando manuscritos indgenas para formarsu valiosisma coleccin llamada Museo Histrico Indiano. Poste-riormente, esta coleccin incluida la Tira fue trasladada a los Ar- ix1vonuttiox . toxix1:vio Desacatossiv1iixivi-nitiixivi :oooFiguras 7, 8 y 9. Codificacin del documento [fig. 7 tambin en plie-go de color, p. VII].:: siv1iixivi-nitiixivi :ooo Desacatosix1vonuttiox . toxix1:viofico-galarzianoinicianconlasegmentacindeltextoaestudiar:El anlisis lingstico estructural realiza la divisin de untodo en sus partes, de tal manera que permite dar cuentade la interdependencia de las partes que hace posible la exis-tencia de stas y la del todo. La totalidad est constituida,ms que por las partes, por la interrelacin dada entre laspartes, yeltodo. []SegnGreimaselanlisisconsisteen un conjunto de procedimientos utilizados para descri-bir un objeto semitico, en reconocer y registrar las relacio-nesdadasentrelostrminos, darcuentadeellas, dequtipo de relacin son. Las partes de un todo se definen co-mo puntos terminales de interseccin de haces de lneas dedependenciadada, tantoentrelasmismaspartes, comoentre stas y el todo. El procedimiento de anlisis se ba-saendosoperacionesquesegobiernanrecprocamenteyque subordinan a todas las dems, que son la segmentaciny la sustitucin. Las partes, segmentadas cada vez en por-ciones ms reducidas, hasta llegar a los elementos no sus-ceptiblesdesegmentacin, paralelamenteseidentificansegn las sustituciones que admiten. As cada elemento sedefine tanto por el contexto en que se presenta dentro delenunciado (por su relacin sintagmtica y distribucional)como por su relacin (paradigmtica) con los dems ele-mentossustituibles, entreloscualescumpleunafuncinintegrativa (Beristin, 1988: 54).La finalidad del anlisis apunta hacia la lectura del textoen su totalidad y a su manifestacin como un discursosignificante autnomo. Dada la complejidad y extensindelcdice(aproximadamentecincometrosdelargo),realizamosunapropuestadeestudioparaestedocu-mento, con el propsito de probar el mtodo galarziano,a partir de la ejemplificacin de varios niveles de lectura(denotativo, connotativo), laidentificacindeelemen-tos mnimos y algunas funciones gramaticales dentro desupolivalenciaypolifuncionalidad, obtenidasapartirdel catlogo-diccionario, instrumento de trabajo indis-pensable para el anlisis y el conocimiento de este tipode documentos. En el caso particular del Cdice BoturinioTiradelaperegrinacin, elcatlogoloelaboramosconlasfinalidadessealadasenelapartadoanteriorAlgunasconsideracionessobreelmtodogalarziano.Para la codificacin de los grupos de lectura y su clasifi-cacin utilizamos una combinacin de nmeros roma-nos (grupos), nmeros arbigos (figuras) y letras (paralos componentes de las figuras). Obtuvimos en total 408figuras.Segmentacin del cdice por grupos Para emprender el anlisis del texto debe establecerse uncdigo basado en la segmentacin que permita identifi-car el elemento analizado dentro de su posicin originalen el cdice. Es decir, que cada elemento pueda ser sepa-radoyanalizadoindividualmenteparasuprimeralec-tura y, siguiendo el cdigo de la clasificacin, ubicarse enelcontextoquelorodeasinningunadificultad. Elcri-terioutilizadoparalasegmentacindelosprobablesgrupos de lectura fue, en primer lugar, sintctico; en to-tal realizamos 26 cortes, a los que les asignamos un n-meroromanoquepermitereconocerelgrupoalquepertenece cada uno de los elementos una vez que estnaislados (figs. 7, 8 y 9).Elsiguientepasodesegmentacinnecesarioparalapreparacin del catlogo-diccionario es el de establecerlossubgruposdelectura, tratandodeseguirlasoposi-ciones o reglas sintcticas propias del idioma nhuatl ylaescrituraazteca. Acadasubgrupoleasignamosunaletra mayscula y a cada uno de los glifos que los inte-gran los codificamos con nmeros arbigos. Si estos l-timos contaban con varios componentes, se les codificcon letras minsculas. Incluimos en el diagrama de co-dificacinlaclasificacindeloselementosmnimos(hastalosnmerosarbigos). Enelejemplopodemosver cmo se obtuvo el nmero de cdigo del primer per-sonaje de la Tira y el de su antropnimo, peinado, cara ypies (fig. 10, p. 24).Este ltimo paso de codificacin con elementos m-nimos fue realizado en fichas de trabajo, en las que losglifos20fueron desglosados con su primera lectura y al- :,chivos del Gobierno Virreinal. Despus de la Independencia, este c-dice fue entregado a la Secretara de Relaciones de Mxico. En 1823, elseor WilliamBullock, fascinadoporlasantigedadesmexicanas, lollev a Londres. Ms adelante, en 1928, regres a Mxico. Actualmentese encuentra en la Biblioteca Nacional de Antropologa e Historia (Ga-larza y Libura, 1999). ix1vonuttiox . toxix1:vio Desacatossiv1iixivi-nitiixivi :ooogunas lecturas de otros niveles, como el metafrico o eldescriptivo. En las fichas de trabajo anotamos, de un la-do, en el ngulo superior derecho, el cdigo de la clasifi-cacin general; en el lado izquierdo, centrado, el glifo quese analiza; y en el ngulo superior izquierdo, el nmeroprogresivo por orden de aparicin. En el centro de la fi-chasealamoslosdatoslxicogrficos, etimolgicosehistricos del glifo,21con el objetivo de confirmar o nosi la informacin estaba realmente reflejada en la escritu-ra tradicional indgena. Por ejemplo, si un glifo ha sidoledo tradicionalmente como Chapultepec, debe tener unchapuln;22en el caso que nos ocupa, la escritura aztecano slo indica el nombre del lugar, sino tambin las ca-ractersticas de ste: Huey Chapoltepec Ameyalco, GranCerro donde abundan los chapulines y abunda o nace elagua. Las referencias histricas tomadas de los dicciona-rios confirman parte del origen etimolgico (fig. 11).En el reverso de la ficha de trabajo desglosamos el gli-fo en elementos ms pequeos, pero significantes. Paracada elemento se estableci su lectura en mexicano y sutraduccin al espaol. Por ltimo, anotamos tambin lalectura (hipottica) global propuesta en mexicano paraelglifoencuestin(topononmicoenelejemplopre-sentado) y la traduccin al espaol (fig. 12).Comopodemosverenlosejemplosanteriores(figs.11 y 12), aunque no es nuevo que el glifo toponmico sealedo como Chapultepec, casi ninguna de las interpreta-ciones antes propuestas hace alusin al glifo del manan-: Figura 10.Figura 11. Ficha de trabajo lado A.Figura 12. Ficha de trabajo lado B.20Trabajamos todos los topnimos con este tipo de fichas, as comolospersonajesyalgunasfechascalendricas. Deestosficherosparti-mos para la elaboracin de cuadros de lectura que conforman parte denuestros resultados.21Particularmente con el apoyo del Diccionario de la lengua nhuatlo mexicana de Rmi Simen (1988) y el Vocabulario en lengua caste-llana y mexicana de Alonso de Molina (1977).22Caso contrario es el del glifo que muchos estudiosos marcan comoAztln, que literalmente significa lugar de garzas, pero el glifo no re-fiere plsticamente ningn elemento de la garza, lo cual nos permiteinferir dos premisas: a) el glifo no transcribe el nombre de Aztln, y b)la historia que narra este documento no inicia en este mtico lugar. siv1iixivi-nitiixivi :ooo Desacatosix1vonuttiox . toxix1:viotial, con lo cual el nombre quedaba incompleto. En estecaso, las fuentes de los cronistas dieron indicios sobre elnombre que s se reflejan en la escritura azteca.En el segundo caso, en la ficha del personaje (figs. 13y 14), se dan tres indicios: Coxcox, Cocoxtli y Cuauhtix,de los cuales eliminamos el tercero porque tiene el pre-fijocuauhquesignificaguilaorbol, ylaescrituraaztecanoreflejaningunodelosdos. Elprimero(plu-mas de faisn) s lo vemos escrito como antropnimo,al cual se le agrega el reverencial tzin, que est implci-toporserelnombredeunapersonaimportante(figs.13, 14 y 15). :,Figura 14. Ficha de trabajo para personajes, lado B.Figura 15.Figura 13. Ficha de trabajo para personajes, lado A. ix1vonuttiox . toxix1:vio Desacatossiv1iixivi-nitiixivi :oooEl paso siguiente fue vaciar la codificacin en lminaspara identificar fcilmente el contexto de cada glifo. Conel objetivo de no cubrir con cdigos y signos nuestraslminas, lacodificacinserealizdemaneraindepen-diente, en acetatos que se superponen, para poder dar lalibertad al lector de ver la escritura azteca y su organiza-cin plstica sola o bien con el nmero de cdigo.Clasificacin por grandes temas El siguiente paso de la segmentacin mostrada en el ca-tlogo es registrar los elementos del texto por temas ge-nerales: topnimos (nombresdelugares); personajes ysus antropnimos (nombres de personas; dentro de estegrupo se contemplaron los gentilicios, que son los nom-bres del lugar de procedencia) (figs. 16, 17, 18 y 19); lostenimos (nombres de divinidades); las escenas y accio-nes, hechosyacontecimientos; y, finalmente, losregis-tros de la cronologa (fechas calendricas) (figs. 20, 21 y22). Cada uno de estos temas fue aislado, agrupado y pre-sentado por orden de aparicin.Elaboramos cuadros con propuestas de lectura en losque sealamos el nmero progresivo, segn el orden deaparicindeltopnimo; elcdigodeidentificacin; laescritura azteca o pictografa indgena y la hiptesis de lec-tura (figs. 23 y 24, p. 28). Posteriormente, a partir de lassemejanzas y/o diferencias que aparecen entre ellos, rea-lizamoslaclasificacintemtica, basadaprecisamenteen los elementos comunes como en la lmina de top-nimosclasificadosportepetl (cerro)(fig. 26, p. 28)donde se agrupan todos los glifos en los que se observan:o Figura 16. Personajes por grupos humanos. Glifos en grupos III-IV.Figura 17. Personajes por orden de aparicin.Figura 18. Personajes con antropnimos. Figura 19. Antropnimos. recurrencias grficas y/o morfolgicas (figs. 25, 26 y 27,pp. 28y29). Estainformacinysusresultadosfueva-ciadaencuadrosquepermitenobservarloselementoslingsticos localizados. Otro tipo de resultados lo orga-nizamosencuadros, porejemplo, eldeafijosexplcitos(fig. 28, p. 29), en el que se puede hacer una compara-cin rpida de glifos recurrentes con diferentes funcio-nes y en diversas asociaciones plsticas.Del mismo modo procedimos con los personajes, ela-borando lminas en las que presentamos slo a este gru-po de la siguiente manera: en escenas y grupos humanos,personajes por orden de aparicin, tenimos, antropni-mos, gentilicios y construcciones.Respecto a la cronologa, presentamos tres lminas enforma de tiras: una con el total de cuadretes (sin topni-mos ni personajes) y con los glifos del Fuego Nuevo, enorden de aparicin; otra, con la cuenta progresiva de estegrupo de fechas (en total 188), y una tercera con el sen-tido de lectura, indicado por el lazo grfico que el tlacui-loseala. Posteriormenteelaboramoslaslminasdelacronologa por trecenas (encontramos 14 trecenas y tresaos); y otras slo con las ataduras de aos ligadas con lafecha del acontecimiento, el ao que le precede y el quele sigue, as como el topnimo o la accin humana rela-cionados con l. Tambin hicimos lminas de la escrituradel Fuego Nuevo; de elementos comunes por ao tecpatlpedernal, calli casa, tochtli conejo y acatl carrizo; porsignosnumerales, delce uno almatlactliyei trece; y,por ltimo, exclusivamente de las cifras. Cada uno de es-tos grupos de lminas, realizadas elemento por elementocomo lo hemos enlistado, pretende agotar las compara-ciones plsticas en su contexto y de manera aislada pararealizar inferencias que, de otra manera, sera muy pocoprobable encontrar. Cada uno de los glifos va acompa-ado invariablemente de su cdigo de clasificacin, porlos motivos mencionados anteriormente.Despus de este estudio podemos inferir, en relacincon el sistema de escritura y con el documento, que:1. Es un documento susceptible de anlisis desde la pers-pectiva de las ciencias del lenguaje, sin detrimento deluso de otras metodologas provenientes de disciplinasafines, como la etnologa.siv1iixivi-nitiixivi :ooo Desacatosix1vonuttiox . toxix1:vioFigura 20. Cronologa por orden de aparicin.Figura 21. Cronologa por cifras comunes.Figura 22. Ficha de trabajo para cronologa. :, ix1vonuttiox . toxix1:vio Desacatossiv1iixivi-nitiixivi :ooo2. Los documentos pictogrficos indgenas tradicionalesdeben ser estudiados y analizados mediante un mto-do riguroso y exhaustivo que permita al investigadorinferir las reglas que subyacen en el complejo sistemade escritura azteca, basado en la imagen codificada.3. Este documento se encuentra apegado a la tradicinplstica y a las convenciones prehispnicas de la escri-tura azteca en cuanto a la distribucin del espacio, lospersonajes, el tiempo, la toponimia, entre otros.4. El catlogo-diccionario, y el mtodo galarziano en ge-neral, son herramientas fundamentales para el anlisisde estos documentos, fuentes de primera mano para lareconstruccin del imaginario histrico mexicano.Figura 25. Topnimos por orden de aparicin.Figura 26. Topnimos por elementos comunes. Clasificacin temti-ca por tepetl cerro.Figura 23. Cuadro de lectura de topnimos.Figura 24. Cuadro de lectura de topnimos.:8 siv1iixivi-nitiixivi :ooo Desacatosix1vonuttiox . toxix1:vio5. La elaboracin de catlogos, que permite vaciar los re-sultados de las investigaciones, debe continuar cuan-do se realice el anlisis de cada documento con la fina-lidad de confirmar o disconfirmar el valor de los glifosledos, ascomosusfuncionesycampossemnticosrespectivos.6. Para el estudio de los manuscritos pictogrficos ind-genastradicionalesesnecesarioefectuarunanlisisinmanente; es decir, partir de lo que el texto dice y noforzarloparaquecoincidaconotrafuente, especial-mente con fuentes hispanas, y abordar al mismo tiem-po enfoques intertextuales respecto con otros discur-sos semejantes o anlogos.Finalmente, proponemos que todas estas lminas, clasi-ficaciones y cdigos que nos permitieron obtener algu-nos resultados continen siendo un soporte para poste-riores anlisis interdisciplinarios, individuales o grupales,que nos ayuden a explorar el sentido del documento. Unode los objetivos de la investigacin y paso fundamentalpara el anlisis es la elaboracin del catlogo diccionariodel Cdice Boturini o Tira de la peregrinacin, que ahoraponemos a su consideracin como un instrumento bsi-co para trabajos futuros.LOS ESTUDIOS DE CDICES Y LA INFORMTICAPara lograr un conocimiento del sistema de escri-tura plasmado en los manuscritos pictogrficoso cdices es necesaria la elaboracin de nume-rosos dibujos de cada una de las imgenes. Esto ha tra-do como consecuencia que la publicacin de las investi-gaciones requiera de un amplio financiamiento a causadel imperativo de la impresin a color de gran parte delos resultados, ya que ste es un elemento muy impor-tante para la definicin de la lectura de un glifo. Lo ante-rior ha obstaculizado durante muchos aos la difusin yelaccesoaestetipodematerialyestudiosdepblicosamplios no especializados.Actualmente, gracias a los avances de la informtica esposible digitalizar las imgenes de los cdices originalesyelaborarlosmaterialesdeestudiovalindosedeestemanejo. En fechas recientes, la utilizacin de esta herra-mienta se aplic en el proyecto Machiyotl,23cuyo resul-tado ha sido la reproduccin digitalizada de unos de losdocumentos de la Biblioteca Nacional de Francia, el Ma-pa Quinatzin. :,23Machiyotl, proyecto del CIESAS y el Consejo Nacional de Ciencia yTecnologa (Conacyt).Figura 27. Afijos localizados y recurrentes en el Cdice Boturini.Figura 28. Afijos localizados y recurrentes en elCdice Boturini. Ele-mentos en composicin localizados en el corpus. ix1vonuttiox . toxix1:vio Desacatossiv1iixivi-nitiixivi :oooEn la elaboracin de este disco compacto se aplicaronlos pasos metodolgicos propuestos por el doctor JoaqunGalarza para el anlisis de los glifos. En l se puede consul-tar el cdice original a color y cada uno de los desglosa-mientos de los compuestos glficos, as como el dicciona-rio de glifos. La elaboracin de los diferentes catlogospermiti un acercamiento a cada uno de los persona-jesy a los cambios que marc el tlacuilo en el atuendode hombres y mujeres (fig. 29, tambin en pliego de col-or, p. VIII). Se desglosaron los elementos de topnimosy de antropnimos. El catlogo de plantas permiti co-nocerlavegetacincaractersticadelazona(fig. 30, enpliego de color, p. VIII). Las construcciones tambin fue-ron objeto de un catlogo, en el que se pudo observar lasdiferentes perspectivas de la construccin. Adems, se in-cluy el sonido de la lectura correcta en nhuatl de cadauna de las propuestas.Posteriormente a este trabajo, cuarenta cdices del Fon-do Mexicano de la Biblioteca Nacional de Francia han sidoanalizadosdemanerainformtica, siguiendolameto-dologa galarziana, en el marco del proyecto Amoxcalli.Como resultado se han obtenido cuarenta diccionariosindividuales, quesehanconjuntadoenundiccionariogeneral. La variedad de temas genealogas, tributos,pleitosdetierras, anales, catecismosindgenas, antece-denteshistricosaportaunvaliosopanoramadelaspreocupaciones y la vida indgena, as como del sistemade escritura, sus cambios, adaptaciones y permanencia.,o Figura 29. Ejemplo del desglose de un personaje, propuestas de lectura de cada glifo con clave temtica y propuesta de lectura. Cdice Quina-tzin, BNF [tambin en pliego de color, p. VIII] siv1iixivi-nitiixivi :ooo Desacatosix1vonuttiox . toxix1:vioMetodologa Para acercarnos al estudio de estos cdices se parti delnivel ms general, que es la lmina del cdice, en un re-corrido hacia lo ms particular, que es el glifo. Se anali-z cada una de las imgenes y se trabaj con base en lademarcacinentrelosglifosyloscompuestosglficos.La consideracin bsica es la de los glifos como las uni-dadesmnimasparalalectura, formadosporloscom-puestosglficos, mientrasquelosdibujoscompuestos,formadosporvariosglifos, formanpalabrasmscom-plejas. Con los glifos se form un diccionario, cuyo ob-jetivo fue acercarnos al sistema plasmado por los antiguostlacuilos. Sobrelabasedelacomparacinyrepeticinde estas imgenes se pretende llegar a un acercamiento delos usos constantes, las repeticiones y la polivalencia de es-tas imgenes en un sistema.Las bondades de la informtica actual permitieron unanlisis eficiente de las imgenes con registros y compa-raciones. PorelloenAmoxcallisecreunprograma24quepermitilacapturadelainformacinnecesariapara el anlisis, por medio de los pasos que pasamos adescribir.Comenzamosporregistrarenlaprimerapantallalaclave del cdice, o sea, el nmero de clasificacin de acuer-do con el catlogo de la Biblioteca Nacional de Francia.Enseguida anotamos el nombre del cdice que se preten- ,I24Amoxcalli, proyecto auspiciado por elCIESAS yConacyt en elquehan participado 45 investigadores de distintas instituciones de Mxicoy el extranjero. El objetivo del mismo se centr en la digitalizacin delFondo Mexicano de la Biblioteca Nacional de Francia. El programa fueelaborado, porunlado, conelequipotcnicodelproyectoy, porelotro, con el Cenedic de la Universidad de Colima, con base en las pro-puestas de los investigadores del proyecto.Figura 31. Proyecto Amoxcalli. Ficha de compuestos glficos en que se incluye la lmina del cdice, la zona y el compuesto. Mapa de Hueyapan, BNF. ix1vonuttiox . toxix1:vio Desacatossiv1iixivi-nitiixivi :ooode analizar. En la ventana Descripcin, el investigadorescribi un texto corto sobre el documento. En la entradasiguiente registramos la institucin de adscripcin del in-vestigador. En la pantalla titulada Catlogo de lminasse insertaron las lminas facsimilares del cdice en cues-tin, la codificacinde cada lmina y la copia del documen-to. En esta pantalla se pueden obtener acercamientos dela lmina del original, de su copia y de su codificacin.La codificacin es el punto de arranque de la investi-gacin y consiste en la divisin arbitraria que hace cadainvestigador de las lminas de un cdice. En cada docu-mento las lminas se dividieron en zonas, clasificadas conuna letra. A las imgenes (glifos y compuestos glficos)contenidas en cada zona se les asign, a su vez, un nme-ro. Laadjudicacindecadanmeroseiniciadearribahaciaabajo, deizquierdaaderecha. Enestapantallasepuedenconsultartodaslaslminasdelcdice, irhaciadelante, hacia atrs y hacer acercamientos, como ya se di-jo, en cada zona o glifo.En la pantalla siguiente, Catlogo de zona, se vacia-ron cada una de las zonas con su codificacin. All se pue-de ir de la lmina a la codificacin o a la copia del docu-mento, siempre con el inters de no perder el contexto.Enunanuevapantallaaparecenloscompuestosglfi-cos. En ella se puede consultar la lmina, la zona en la quese encuentra y la copia, as como escuchar el sonido de lapalabra o propuesta de lectura (fig. 31, p. 31). Cada unode los glifos y compuestos glficos cuenta con una ficha enla que se analizan cada una de las imgenes. Este anlisisse dividi en dos: el anlisis formal y el anlisis fontico.En esta ficha siempre se cuenta con la imagen de la lmi-na, la zona a la que pertenece, y existe la opcin de com-parar con una imagen de la realidad relacionada con elglifo que se analiza. Cada uno de los glifos, de acuerdo con,: Figura 32. Proyecto Amoxcalli. Ejemplo de ficha de anlisis fontico. siv1iixivi-nitiixivi :ooo Desacatosix1vonuttiox . toxix1:viosus caractersticas, se adscribe a una clasificacin temti-ca: humanos, animales, vegetales, minerales, fenmenosnaturales, seres sobrenaturales y objetos culturales.25Enlaventanaqueprosigue, elinvestigadorescribiuna breve descripcin del glifo en cuestin. Se trata de unadescripcingrfica, desucolorydesuforma. Secon-sidera si tiene textura o no y en caso de peral tambin seanota. Result importante registrar el tipo de proyeccindel glifo, si estaba alzado o si era de planta, mixta o du-dosa. En el caso de alzado se registra si es de frente, per-fil, tres cuartos o transversal. Respecto a la dimensin seseala si es grande, pequeo o normal. Tambin si hayrepeticin del glifo y cuntas veces; si su forma es com-pleta o parcial, si est aislado o en combinacin, y el tipode compuesto en este ltimo caso (calendrico, antrop-nimo, topnimo, disfrasismo, personaje, augurio u otro).Aspectosrelevantesdesealarfueronlacomposicin(vertical, horizontal diagonal o mixta), as como la posi-cin (arriba-abajo, derecha-izquierda, afuera-adentrouotro). Tambin result interesante registrar la asociacindel glifo (por contacto, superposicin, lazo grfico, pro-ximidadespacial, contextodecoloruotro). Laasocia-cin del glifo con otros glifos tambin se tom en cuen-ta. Finalmente, en el espacio llamado Comentarios seanot la informacin pertinente sobre la imagen anali-zada, su propuesta de lectura en nhuatl y su traduccin.Se considera que con el anlisis formal se pueden en-contrar las constantes o variantes en el diseo y la ubica-cin de las imgenes; la importancia del color, del usode la lnea, del tamao para resaltar ciertos temas, ascomolaconstantedelatemticaregistradaenladocu-mentacin, entre otros aspectos.El anlisis fonticoLa parte de la ficha que trata el anlisis fontico se con-centr en la importancia de la lengua y su relacin con laescritura mesoamericana (fig. 32). En ella se anotaron lostipos de lectura de los glifos: descriptiva o convencional,simblica u otro. De esta tipificacin se derivan las dife-rentes lecturas, relacionadas con la descripcin del objeto,o de su forma, del material, de alguna propiedad, de laaccin que realiza o del color.Tambinsedisciernelafuncingramatical delglifo(sustantivo, adjetivo, verbo, metfora, difrasismo, mar-cador fontico, indicador semntico u otro) y se anota siest solo o en combinacin. En el caso de glifos que for-manpartedeuncompuestoglficoseregistrsiestncolocados al inicio de la palabra, en la parte media o alfinal. En esta parte de la ficha se hizo un anlisis de cadauna de las propuestas de lectura del compuesto glfico odel glifo en nhuatl.Finalmente, la informacin de cada cdice se vaci enun diccionario general (figs. 33, 34, 35 y 36 en pliego decolor, pp. IX-XII), que contiene ms de dos mil glifos or-ganizadosdeacuerdoconlaclasificacintemtica. Eneste diccionario se registran la clave y el nombre de cadaglifo, su traduccin, el nombre del cdice y el comenta-rio del investigador. Se puede consultar la imagen por or-den temtico, por cdice, por orden alfabtico en nhuatlo en espaol. De cada glifo se ha hecho una propuestade lectura en nhuatl. Todo se emprendi con el prop-sito de conocer cada vez ms las convenciones, las varian-tes y las modificaciones que hicieron los tlacuilos en laescritura pictogrfica indgena tradicional a partir de loscdicesoamoxtli. Consideramosquelosresultadosdetodas estas investigaciones, reunidas y organizadas comohemos venido explicando, constituyen una herramientaque permitir un acercamiento a la escritura de tradicinazteca-nhuatl y por extensin a la escritura mesoame-ricana que ser de utilidad para otras miradas inter-disciplinarias interesadas en inferir, adems, las constan-tes estticas, literarias, plsticas, entre otras tantas.Acercarnos a los libros y a la escritura de los antiguosmexicanos no es ms que una ventana a travs de la cualpodemos apreciar el refinamiento y la sofisticacin de la ,,25Las claves temticas son retomadas de las propuestas elaboradas porGalarza (1979, 1997, 1990, 1992a), Thouvenot (1989) y en el proyectoMachiyotl, as como del resultado de varias discusiones en el semina-rio de Amoxcalli: 1) hombre: parte superior, parte media, parte inferior;2) fauna: animales areos, terrestres, acuticos; 3) flora: rboles, plan-tas, flores, frutas; 4) cosmos: aire, fuego, tierra, productos de la tierra,agua; 5)artefactos: construcciones, mobiliario, recipientes, comida,textiles, ornamentos, instrumentosyherramientas, armas, transpor-tes, varios; 6) numerales; 7) formas; 8) colores; 9) indeterminados. ix1vonuttiox . toxix1:vio Desacatossiv1iixivi-nitiixivi :ooocivilizacin que los produjo. El camino es largo y slo sehan iniciado los primeros pasos para su comprensin. Es-peramos que lo aqu mostrado sea una invitacin paraconstruiresecaminoque, comobiendijoelpoeta, sehace al andar.BibliografaAcosta, Josephde, 1963, Vidareligiosaycivildelosindios,UNAM, Mxico.Aguilera, Carmen, 2001, Cdices de Mxico, Consejo Nacio-nal de Ciencia y Tecnologa, Mxico.Aguirre Beltrn, Hilda, 2000, El cdice Lienzo de Quauhque-chollac, manuscritopictogrficoindgenatradicionalazte-ca-nhuatl (siglo XVI). Propuesta de mtodo y anlisis. Temahistrico y geogrfico. Algunos ejemplos de lectura, 2 vols.,tesis de doctorado en antropologa, UNAM, Mxico.Alva Ixtlilxchitl, Fernando de, 1985, Obras histricas, Ed-mundo OGorman (ed.), UNAM, Mxico.Anglera, Pedro Mrtir de, 1965, Dcadas del Nuevo Mundo,Jos Porra, Mxico.Aubin, J. M., 1885, Mmoiressurlapeinturedidactiqueetlcriture figurative des anciens Mexicains, ImprimerieNationale, Pars. 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ii Figura 2. Cdice de Xochimilco, BNF. Dife-rentestiposdetierrasconsusnombresymedidas y un detalle de la lmina (referen-cia en artculo, p. 11). iiiFigura 3. Cdice Madrid. Cdice prehispnico maya en formato original plegado. Fotografa tomada de Miguel Len Portilla, Cdices. Los antiguoslibros del viejo mundo, Aguilar, Mxico, 2003 (referencia en artculo, p. 12).

iv Figura 4. Oraciones en imgenes. Lmina de catecismo indgena, BNF (referencia en artculo, p. 13). vFigura 5. Cdice de los alfareros, BNF. Ejemplo de cdice mixto. (referencia en artculo, p. 14).

vi Fig. 6. Cdice Techialoyan. BNF. viiFigura 6A. Cdice Genealoga de Citlalpopoca, BNF (referencia en artculo, p. 14).Figura 7. Codificacin del documento (referencia en artculo, p. 22 y 23).

Figura 30. Ejemplo del desglose de compuesto glfico en glifos con propuestas de lectura y claves temticas. Cdice Mapa Qui-nantzin (referencia en artculo, p. 30).Figura 29. Ejemplo del desglose de un personaje, propuestas de lectura de cada glifo con clave temtica y propuesta de lectura.Cdice Mapa Quinatzin, BNF (referencia en artculo, p. 30).viii ixFig. 33. Diccionario general de Amoxcalli. Clave temtica: 01. Hombre (referencia en artculo, p. 33).

x Fig. 34. Diccionario general de Amoxcalli. Clave temtica: 02. Fauna (referencia en artculo, p. 33). xiFig. 35. Diccionario general de Amoxcalli. Clave temtica: 04. Cosmos (referencia en artculo, p. 33).

xii Fig. 36. Diccionario general de Amoxcalli. Clave temtica: 07. Formas (referencia en artculo, p. 33).