SENTENCIAS QUE CAUSARON ESTADO ASA2AS08/2016 14 catorce de …
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* Los datos personales omitidos deberán ser sustituidos por la palabra “ELIMINADO”
PODER JUDICIAL DEL ESTADO
SUPREMO TRIBUNAL DE JUSTICIA
SEGUNDA SALA
SENTENCIAS QUE CAUSARON ESTADO
NÚMERO DE TOCA FECHA EN QUE SE DICTÓ LA SENTENCIA
ASA2AS08/2016 14 catorce de octubre de 2016 dos mil dieciséis
Visto, para resolver, el recurso de apelación interpuesto por ELIMINADO, en contra de la sentencia
condenatoria que se le dictó el once de julio de dos mil dieciséis, por el Tribunal de Enjuiciamiento de la Cuarta Región
Judicial del Estado, con sede en Ciudad Valles, San Luis Potosí, por su plena responsabilidad penal en la comisión del
delito de Homicidio Calificado en grado de Tentativa, en perjuicio de ELIMINADO, dentro de la causa penal RIV-CP-
13/2015.
R E S U L T A N D O
ÚNICO. Antecedentes
El once de julio de dos mil dieciséis, el Tribunal de Enjuiciamiento de la Cuarta Región Judicial del Estado,
con sede en Ciudad Valles, San Luis Potosí, pronunció sentencia condenatoria en contra de ELIMINADO, por su plena
responsabilidad penal en la comisión del delito de Homicidio Calificado en grado de Tentativa, en perjuicio de ELIMINADO.
* Los datos personales omitidos deberán ser sustituidos por la palabra “ELIMINADO”
Posteriormente, el nueve de agosto del año en cita, el Presidente del Tribunal de Enjuiciamiento, tuvo a
ELIMINADO por interponiendo recurso de apelación en contra de dicha sentencia, por lo que ordenó correr traslado con
los agravios a su abogado defensor, al asesor jurídico de la víctima, a los agentes del Ministerio Público, y a la víctima,
ELIMINADO, para los efectos legales correspondientes.
Certificado el computo del término otorgado a cada una de las partes, el diecinueve de agosto de dos mil
dieciséis, el Presidente del Tribunal tuvo al licenciado ELIMINADO, abogado defensor del acusado, por adhiriéndose al
recurso interpuesto y, previo requerimiento, ordenó su traslado a las demás partes procesales.
Más adelante, el nueve de septiembre de la presente anualidad, el Presidente del Tribunal tuvo al agente del
Ministerio Público por contestando los agravios formulados por el Defensor Público; y, por otro lado, ordenó remitir los
registros de audio y video, así como las constancias correspondientes al Tribunal de Alzada.
De tal suerte, el tres de octubre del año en comento, este Órgano Colegiado admitió a trámite el recurso de
apelación, y en virtud de que en su escrito de agravios ELIMINADO manifestó su deseo de exponer oralmente alegatos
aclaratorios sobre los agravios, se fijó fecha y hora para la celebración de la audiencia de alegatos aclaratorios.
Finalmente, a las 10:00 horas del diez de octubre de dos mil dieciséis, se celebró la audiencia de mérito, y se
determinó que la resolución correspondiente se emitiría dentro de los tres días siguientes; en consecuencia, estando en
tiempo, se resuelve:
C O N S I D E R A N D O
PRIMERO. Competencia
Esta Sala es competente para conocer y resolver el presente asunto, de conformidad con lo dispuesto en los
artículos 116, fracción III, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 90 y 91 de la Constitución Política
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del Estado de San Luis Potosí; 9 y 11 del Código Penal del Estado; 20, fracción I, y 474 del Código Nacional de
Procedimientos Penales; 3 y 4, fracción I, de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado de San Luis Potosí.
SEGUNDO. Oportunidad del recurso
El artículo 471 del Código Nacional de Procedimientos Penales establece que el recurso de apelación en
contra de las sentencias definitivas dictadas por el Tribunal de Enjuiciamiento se interpondrá ante el propio tribunal, dentro
de los diez días siguientes a su notificación, mediante escrito en el que se precisarán las disposiciones violadas y los
motivos de agravio.
Así, en el presente caso la determinación recurrida efectivamente la constituye una sentencia definitiva, la
cual se dictó por el Tribunal de Enjuiciamiento de la Cuarta Región Judicial del Estado, con sede en Ciudad Valles, San
Luis Potosí. De igual forma, el recurso se interpuso en término, acorde con la certificación levantada por el Presidente del
citado tribunal, y se hizo mediante escrito en el que se precisaron los motivos de inconformidad.
En consecuencia, el presente recurso de apelación es oportuno.
TERCERO. Alcance de la apelación
El artículo 461 del Código Nacional de Procedimientos Penales, establece que el Tribunal de Alzada sólo
podrá pronunciarse sobre los agravios expresados por el recurrente, quedando prohibido extender el examen de la
decisión recurrida a cuestiones no planteadas o más allá de los límites del recurso, a menos que se trate de un acto
violatorio de derechos fundamentales del acusado.
En relación con lo anterior, el ordinal 468, fracción II, del mismo cuerpo normativo, establece que la sentencia
definitiva dictada por el Tribunal de Enjuiciamiento es apelable con relación a aquellas consideraciones contenidas en la
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misma, distintas a la valoración de la prueba y siempre y cuando no comprometan el principio de inmediación, o bien,
aquellos actos que impliquen una violación grave al debido proceso.
De tal suerte, una primera vista a la citada disposición, conduce a establecer que el recurso de apelación
debe limitarse al análisis de las cuestiones de derecho, en virtud de que los principios de oralidad, inmediación,
concentración y continuidad del sistema de justicia penal no quedarían satisfechos; por tanto, constituye una restricción
que impide reexaminar los hechos y las pruebas en segunda instancia.
Sin embargo, este Órgano Colegiado estima que una interpretación conforme en sentido amplio, acorde con
lo dispuesto en el artículo 1 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, lleva a sostener que dicho
precepto debe entenderse en orden de una revisión integral de la sentencia, es decir, que permite examinar cuestiones de
hechos y de derechos a través de un análisis de racionalidad, sin que esto menoscabe el principio de inmediación, ya que
esté se respeta cuando el Tribunal de Enjuiciamiento recibe la prueba y forma su convicción. Sin embargo, cuando motiva
de manera libre y lógica, su racionalidad o irracionalidad sí está sujeta a revisión, en aras de tutelar el derecho humano a
la tutela judicial efectiva, en su vertiente de recurso efectivo, consagrado en los artículos 17 constitucional; 8, numeral 1 y
25, numeral 1, de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Por tanto, la contestación de agravios en el presente recurso de apelación se lleva a cabo atendiendo ese
análisis de racionalidad.
CUARTO. Fijación de la litis
Como se anticipó en los antecedentes de esta resolución, el recurso de apelación fue interpuesto de manera
oportuna por el sentenciado, ELIMINADO, ante el Tribunal de Enjuiciamiento, por lo que se le dio el tramite
correspondiente.
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Ahora, en lo atinente al escrito presentado por el licenciado ELIMINADO, abogado defensor del acusado,
este Tribunal advierte que aún y cuando su promovente también refuta las consideraciones contenidas en la sentencia de
primera instancia, en ningún momento manifestó de manera expresa su voluntad de adherirse al citado motivo de
inconformidad. En este punto, debe tomarse en cuenta que si bien en nuestro sistema jurídico nacional en todo momento
debe atenderse a la causa de pedir, lo cierto es que ésta está contenida en los agravios, no en la interposición del recurso,
o como en este caso, en su adhesión; pese a ello, el Presidente del Tribunal de Enjuiciamiento lo tuvo por adhiriéndose a
la apelación y ordenó dar vista con dicho escrito, por lo cual el Ministerio Público emitió su contestación.
Al respecto, la audiencia de alegatos aclaratorios en esta Alzada únicamente versó sobre la petición hecha
por ELIMINADO, no obstante se hizo notar la existencia del diverso escrito del Defensor Público, de lo que las partes no
hicieron manifestación alguna.
Sobre esa base, y atendiendo a las particularidades de este único caso, debe procurar tutelarse el derecho
fundamental de acceso a la jurisdicción, contenido en el párrafo segundo del artículo 17 constitucional, que obliga a
prescindir de formulismos innecesarios que impidan acceder libremente y de forma pronta a la administración de justicia
solicitada, siempre que no se trate de formalidades esenciales o de obstáculos legales razonables o fácticos
insuperables, con el propósito de lograr una justicia no formalista. Lo anterior, contempla el uso de las cualidades de
flexibilidad y sensibilidad por parte del juzgador, a fin de resolver toda traba debida a un aspecto formal.
Entonces, ante la manifiesta oportunidad en que se presentó el aludido escrito por parte del licenciado
ELIMINADO, el contenido impugnativo del mismo y toda vez que respecto de su admisión se actualizó el principio de
contradicción, sin que el Representante Social controvirtiera la tramitación de la adhesión, por el contrario, dio contestación
a la misma, es evidente que el requisito formal de manifestación expresa de adhesión quedó superado.
Consecuentemente, los motivos de inconformidad vertidos por el citado defensor público se integran a la
presente litis.
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QUINTO. Contestación de agravios
Los agravios hechos valer por el sentenciado, ELIMINADO, y por su Defensor Público, ELIMINADO, se
pueden concretar en que:
1. No se incorporó a juicio evidencia material por parte del Ministerio Público, contraviniendo el ordinal 395
del Código Nacional de Procedimientos Penales; además de que no se desahogaron diversas pruebas a efecto de
desvirtuar la presunción de inocencia.
2. En audiencia de juicio oral, a través del contrainterrogatorio, la defensa evidenció contradicción en el
testimonio de la víctima del delito, ELIMINADO; del perito en criminalística, ELIMINADO; de la perito en química forense,
ELIMINADO; y, del menor ELIMINADO.
3. De igual forma, se demostró que al testigo ELIMINADO, no le consta cuál fue el lugar de los hechos, y su
actividad resultó ilegal.
4. Asimismo, mediante el contrainterrogatorio, se demeritó el testimonio del agente de la Policía Ministerial,
ELIMINADO, quien realizó la inspección del vehículo.
5. En tanto que del contrainterrogatorio hecho a los agentes de Seguridad Pública del Estado, ELIMINADO,
ELIMINADO y ELIMINADO, se puso de manifiesto que la detención que llevaron a cabo fue ilegal.
6. Todo lo cual, dijo, genera duda razonable respecto del elemento objetivo del tipo relativo a la acción, por
lo que las pruebas desahogadas en juicio resultan insuficientes para generar plena convicción de la identidad del ahora
sentenciado; y, la evidencia material que se incorporó en la audiencia de juicio oral, consistente en: dos cascos, uno
amarillo y otro negro; y, un arma de fuego, tampoco generan plena convicción de su responsabilidad en la comisión del
delito.
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7. En la audiencia de individualización de la sanción penal y reparación del daño, no se desahogó medio de
prueba que permitiera dar cumplimiento al artículo 410 del Código Nacional de Procedimientos Penales.
Motivos de inconformidad que resultan infundados, según consideraciones y fundamentos legales que
enseguida se anotan.
1. Falta de incorporación a juicio de evidencia material y desahogo de pruebas.
De tal suerte, en un primer agravio, tanto ELIMINADO, como su defensor público, Licenciado ELIMINADO,
hacen énfasis en señalar que el hecho de que no se incorporó a juicio evidencia material por parte del Ministerio Público
consistente en una motocicleta, una playera color rojo, una camisa tipo polo con rayas en color rojo y rosa, y un aparato
celular, contraviene el ordinal 395 del Código Nacional de Procedimientos Penales, y le causa perjuicio porque no se
desahogaron todos los medios de prueba que se ofertaron y anunciaron en el auto de apertura a juicio oral.
Al respecto, cabe destacar que si bien en el auto de apertura se indican los medios de prueba admitidos que
deberán ser desahogados en la audiencia de juicio, lo cierto es que es potestad de la parte oferente su desahogo, pues
puede prescindir de los mismos e incluso desistirse de ellos; ante lo cual la contraria parte tiene expedito su derecho para
manifestar, en el momento oportuno, lo que a su interés legal convenga. Máxime que respecto de las pruebas admitidas
rigen diversos principios, entre ellos, el de adquisición procesal.
En ese sentido, si el Ministerio Público no desahogó la totalidad de los medios de prueba que ofertó, el
Tribunal de Enjuiciamiento está obligado a dictar sentencia únicamente con base en las pruebas desahogadas durante la
audiencia de juicio y no en otras, acorde con lo dispuesto en el artículo 358 del Código Nacional de Procedimientos
Penales.
De ahí que la omisión que precisa el recurrente no le causa perjuicio, pues, en todo caso, conforme al
ordinal 130 de la codificación en cita, la carga de la prueba corresponde a la parte acusadora.
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El mismo razonamiento es aplicable al señalamiento en el que ELIMINADO y su defensa, en la audiencia
de alegatos aclaratorios, sostienen que el Ministerio Público no interrogó a la perito química respecto de la prueba que le
realizó al ahora sentenciado a fin de evidenciar si había residuos de pólvora en sus manos. Máxime que durante la
audiencia de juicio la defensa tuvo expedito su derecho para contrainterrogar a dicha perito, en términos de lo dispuesto
en el artículo 372 del mismo cuerpo normativo.
Con igualdad de razones, debe contestarse al señalamiento de ELIMINADO, donde afirma que le causa
agravio el hecho de que para desvirtuar la duda razonable el Ministerio Público no haya realizado las pruebas
consistentes en reconocimiento de persona, prueba de rodizonato de sodio y prueba pericial en balística. Pues, se insiste,
conforme a los ordinales citados, la carga de la prueba corresponde a la parte acusadora, por lo que es su potestad
desahogar en juicio las pruebas que estime convenientes para tal fin; además, de que el Tribunal de Enjuiciamiento debe
resolver sólo con base en las pruebas desahogadas en dicha audiencia. De tal suerte, en este punto, no se actualiza
vulneración a sus derechos públicos subjetivos.
En iguales términos se da respuesta al señalamiento en el que el Licenciado ELIMINADO sostiene que el
Ministerio Público fue omiso en incorporar a juicio las ojivas de bala encontradas en el vehículo de la víctima.
Sobre el mismo tema, tanto ELIMINADO, como su defensor público, Licenciado ELIMINADO, insisten en
que en la audiencia de debate no se acreditó la existencia de la supuesta motocicleta en que se trasladaban los activos,
toda vez que el Ministerio Público no la incorporó a juicio.
En ese tenor, debe decirse que al emitir su fallo el Tribunal de Enjuiciamiento tuvo por acreditada la
existencia de la motocicleta con el testimonio de la víctima, ELIMINADO, quien, en lo atinente, refirió que fue agredido
por dos personas que se trasladaban a bordo de una motocicleta, por lo que le otorgó valor para demostrar, entre otras,
el vehículo en el que se transportaban los sujetos que lo agredieron; asimismo, dicho tribunal hizo referencia a que el
menor ELIMINADO, en su testimonio relató que vio cuando dos personas a bordo de una moto dispararon hacía la
víctima, por lo que le concedió valor para acreditar esa circunstancia; además, el tribunal destacó que los elementos
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aprehensores, ELIMINADO, ELIMINADO y ELIMINADO, al rendir su testimonio fueron acordes en señalar el tiempo,
lugar y modo en que se detuvo a los acusados, ya que observaron a dos sujetos a bordo de una motocicleta, con la
vestimenta y cascos que coincidían con las proporcionadas por radio frecuencia, por lo que también se les concedió valor
para acreditar esa circunstancia; más aún, dicho tribunal destacó que la defensa intentó evidenciar contradicciones
respecto del testimonio de los agentes aprehensores y el formato de cadena de custodia de la citada motocicleta.
De tal suerte, el hecho de que el Tribunal de Enjuiciamiento haya tenido por cierta la existencia de la aludida
motocicleta, aún sin la incorporación de la misma como prueba material, no resulta ilícita; pues el artículo 356 del Código
Nacional de Procedimientos Penales, establece el principio de libertad probatoria, con base en el cual todos los hechos y
circunstancias aportados en juicio, pueden ser probados por cualquier medio pertinente producido en el mismo.
Por tanto, siguiendo la valoración libre y lógica que el tribunal hizo de las citadas pruebas, su determinación
tampoco resulta irracional. En contraste, el agravio en estudio es infundado.
2. Evidencia de contradicción a través de contrainterrogatorios.
Ahora, por lo que toca al señalamiento en el que ELIMINADO sostiene que en el contrainterrogatorio
realizado a la víctima, ELIMINADO, se evidenció contradicción en tanto que en su testimonio hizo alusión a un solo
disparo lateral, sin embargo, en una declaración anterior señaló que recibió dos impactos en el costado del vidrio
izquierdo de su vehículo; entonces, sostiene, no quedó claro cuál de esos disparos originó que los cristales que expulsó
el impacto de proyectil lo lesionara en el rostro.
Debe decirse que, aún y cuando el Tribunal de Enjuiciamiento no se pronunció expresamente sobre esa
contradicción, sí detalló por qué motivos los testimonios de ELIMINADO y del perito ELIMINADO, únicamente permiten
tener por demostrado que en las circunstancias de lugar y tiempo que detallaron, se efectuó un disparo de afuera hacía
adentro del vehículo que conducía la víctima, el cual ingresó por el cristal de la puerta delantera izquierda del lado del
conductor, con trayectoria en línea recta, y que pasó a cincuenta centímetros del asiento delantero del conductor.
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Razón por la que no otorgaron credibilidad al dicho de la víctima en lo atinente a un primer disparo realizado
de manera frontal, máxime que no se obtuvo ningún tipo de información que apoyara esa versión. Por lo que de su
testimonio sólo tuvieron demostrada la realización de un disparo con arma de fuego.
Luego entonces, esas mismas consideraciones rigen por lo que toca a la existencia de un tercer disparo, o
segundo disparo lateral, pues aún y cuando en una primera entrevista la víctima señaló que fueron dos los disparos
laterales que los activos realizaron en su contra, y al momento de rendir su testimonio en la audiencia de juicio refirió que
sólo recibió un disparo lateral; esa contradicción quedó superada.
Toda vez que, como lo expuso el Tribunal de Enjuiciamiento, la valoración libre y lógica que hizo de las
citadas probanzas, en la que se advierte atendieron a los principios de no contradicción y razón suficiente, válidamente
les permitió sostener la existencia de un disparo lateral. Siendo así, no hay duda de cuál disparo causó los daños al
vehículo de ELIMINADO y a su integridad física.
Con relación a este tema, en un diverso motivo de inconformidad, ELIMINADO, afirma que existe
contradicción entre los testimonios de ELIMINADO y el menor ELIMINADO, respecto del número de disparos realizados,
dado que el primero refirió que los activos hicieron dos disparos laterales, en tanto que el menor señaló que fueron tres
disparos laterales. Por lo que surge la duda de cuántos disparos existieron.
Al respecto, debe decirse que acorde con las precisiones recién hechas, el Tribunal de Enjuiciamiento sólo
tuvo por demostrada la existencia de un disparo de arma de fuego con los testimonios de ELIMINADO y del perito
ELIMINADO, en tanto que el testimonio del citado menor únicamente lo estimaron útil para demostrar las circunstancias
de tiempo y espacio en que ocurrió el hecho, así como para robustecer la declaración de la víctima en el sentido de que
fueron dos personas que viajaban a bordo de una motocicleta las que accionaron en su contra un arma de fuego y que
después de ocurrido el hecho éste se dirigió rumbo a su centro de trabajo.
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Es decir, no existe contradicción en la motivación del tribunal, pues aún y cuando el menor efectivamente
señaló que dos personas a bordo de una moto dispararon hacia el lado del conductor en tres ocasiones, no se concedió
valor a esta información en concreto. Por ende, Tribunal de Enjuiciamiento sostuvo el argumento de que en juicio
únicamente se demostró la existencia de un disparo lateral.
Determinación que, como se expuso, no resulta irracional ni se encuentra fuera de la lógica, pues atiende al
principio de razón suficiente.
Respecto al mismo testigo, el Licenciado ELIMINADO, señala que no debe otorgarse credibilidad, toda vez
que se evidenció contradicción entre éste y la entrevista previa que realizó, en donde afirmó que no había podido
observar los cascos ni vestimentas de los agresores, en tanto que en la audiencia de juicio oral proporcionó los colores
de dichos cascos.
Sobre este punto, el Tribunal de Enjuiciamiento se pronunció expresamente en su fallo y señaló que ante la
citada contradicción no se le concede valor al testimonio por cuanto hace al color de los cascos que dijo portaban los
sujetos que iban en la motocicleta.
Por tanto, en términos de lo dispuesto en los ordinales 356 y 359 del Código Nacional de Procedimientos
Penales, el tribunal obró correctamente, pues hizo referencia del testimonio, y los motivos por los que no le otorgó
credibilidad respecto de datos específicos. Luego, al no existir prueba idónea para desestimarlo en su integridad, la
libertad probatoria le permitió otorgarle credibilidad al resto de su deposado, pues lo estimó congruente con el testimonio
de la víctima, ELIMINADO, por lo que hace a las circunstancias de tiempo y espacio en que ocurrió el hecho, así como al
hecho de que dos personas que viajaban a bordo de una motocicleta accionaron en su contra un arma de fuego. De ahí
que su determinación estuvo apegada a derecho.
En el mismo tenor, ELIMINADO también señala que el Tribunal de Enjuiciamiento tuvo por demostrado que
el disparo lateral efectuado en contra de la víctima se realizó a una distancia de dos a siete metros; sin embargo,
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ELIMINADO sostuvo que dicha detonación fue a una distancia de dos metros, en tanto que el perito ELIMINADO
concluyó que la misma se produjo a una distancia de entre seis y siete metros. Por lo que existe una duda más respecto
de la distancia del disparo.
En este punto, cabe señalar que al valorar cada una de las pruebas desahogadas en juicio, el Tribunal de
Enjuiciamiento sostuvo que en su testimonio ELIMINADO refirió que sus agresores se colocaron a un costado izquierdo,
aproximadamente a dos metros de distancia, y enseguida dispararon en su contra. Asimismo, destacó que del análisis de
la experticia del perito ELIMINADO, éste informó que el proyectil de arma de fuego ingresó de una distancia aproximada
de seis o siete metros.
De tal suerte, al abordar de forma concreta la distancia en que se realizó el disparo a la víctima, el Tribunal
de Enjuiciamiento asentó que con base en las pruebas desahogadas dicha acción se desplegó a una distancia de entre
dos y siete metros.
Es decir, el tribunal consideró tanto lo manifestado por la víctima como por el citado perito, y estableció
como un parámetro aproximado dentro del cual se produjo el disparo la distancia de dos a siete metros.
Determinación que no resulta irracional, pues, por una parte, atendiendo a la valoración libre de la prueba,
en específico a las máximas de la experiencia, el común de las personas difícilmente podría indicar la distancia exacta
que existe de un punto a otro sin valerse de una herramienta idónea, menos aún al encontrarse en un vehículo en
movimiento, como lo refirió la víctima, y sobre todo, al estar resintiendo una agresión; por lo que no pude exigirse a
ELIMINADO precisión en ese dato. Y, por otro parte, atendiendo a su experticia, el perito ELIMINADO, también
proporcionó una media aproximada, en la que pudo producirse el disparo, es decir, tampoco estableció que
necesariamente debió realizarse a una distancia específica.
Por ende, a criterio de este Órgano Colegiado, el Tribunal de Enjuiciamiento llevó a cabo la valoración de
ambos testimonios de manera libre, atendiendo a las máximas de la experiencia, así como a las reglas de la lógica, para
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fijar la distancia aproximada en la que se produjo el disparó, esto es, de dos a siete metros, sin hacerlo de manera
arbitraria.
Circunstancia que en forma alguna genera duda respecto de la imposibilidad de que el disparo se produjera
dentro de ese intervalo, ni en el modo y lugar que refirió la víctima, pues no existe prueba idónea que justifique lo
contrario.
En el mismo orden, ELIMINADO sostiene que a través del contrainterrogatorio realizado a la víctima se
logró evidenciar contradicción respecto de quién realizó la llamada al 066 para reportar la agresión, toda vez que en una
entrevista previa ELIMINADO refirió que fueron sus compañeros de trabajo los que realizaron el reporte, en tanto que en
la audiencia de juicio oral afirmó que fue él quien llamó a dicho número.
Pues bien, respecto de esta contradicción, la cual efectivamente se advierte de la reproducción del registro
de audio y video de la audiencia condigna, cabe precisar que, al emitir su fallo, el Tribunal de Enjuiciamiento no realizó
pronunciamiento alguno; sin embargo, esa circunstancia no incide para estimar incorrectas las consideraciones a las que
arribó.
Esto es así, pues el Tribunal de Enjuiciamiento estableció que los elementos aprehensores lograron
identificar a los activos, entre otras, debido a que su vestimenta y color de cascos coincidía con los que les fueron
proporcionados por radio frecuencia, es decir, por el señalamiento de la parte afectada. Línea argumentativa que parte de
la existencia de una llamada, pues es un hecho conocido por el común de las personas que el 066 es el número
telefónico en el cual se reportan las emergencias, y a través de éste se contactan a las distintas corporaciones policiacas
para brindar la asistencia correspondiente; luego, si vía radio frecuencia los elementos aprehensores fueron informados
del suceso y de la vestimenta de los supuestos agresores, es evidente que previo a esto hubo una llamada de la parte
afectada u otra persona con conocimiento de aquellas circunstancias.
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En ese contexto, el hecho de que no exista certeza de quién fue la persona que hizo la llamada al 066 no
incide para sostener que las consideraciones del Tribunal de Enjuiciamiento contravienen las pruebas desahogadas en
juicio, pues lo cierto es que en éste no se desvirtuó, como tal, la llamada telefónica al número 066, o bien, que los
compañeros de trabajo de ELIMINADO no hubieran sido informados de las características de sus agresores para poder
realizarla.
Por ello, con independencia de quién haya efectuado dicha llamada telefónica, lo cierto es que, atendiendo
a las reglas de la lógica, principalmente al principio de no contradicción, las pruebas desahogadas en juicio permiten
sostener que ésta existió, tanto así, que, como lo sostuvo el Tribunal de Enjuiciamiento, quedó demostrado, por parte de
los elementos aprehensores, que fueron informados del hecho vía radiofrecuencia.
En un diverso agravio, ELIMINADO afirma que el Tribunal de Enjuiciamiento realiza una manifestación
incorrecta al referir que “el proyectil disparado lateralmente al automotor donde se transportaba la víctima, pasó a
cincuenta centímetros del volante con relación al asiento del conductor y que sí no hubiese hecho el pasivo hacia atrás,
dicho proyectil le hubiera lesionado”; porque soslayó que en su testimonio el perito ELIMINADO señaló que pasó “cerca
del volante”, lo que, en su concepto, da un giro a la aseveración del tribunal, pues hace suponer que estaba alejado de la
extremidad cefálica de ELIMINADO y rompe la intención de privarlo de la vida.
En contraposición a lo anterior, como se advierte del fallo emitido, el Tribunal de Enjuiciamiento tomó en
consideración el testimonio integró del citado perito, junto con las demás pruebas desahogadas en juicio, dado que, por
una parte, destacaron que ELIMINADO señaló que los activos se colocaron sobre su costado izquierdo y uno de ellos le
apuntó hacía la cabeza, por lo que al recibir el disparo lateral hizo su cuerpo hacia atrás y aquél impactó en el vidrio del
lado izquierdo del conductor; y, por otra parte, tomaron en cuenta que el citado perito efectivamente refirió que el proyectil
pasó cerca del volante, a cincuenta centímetros del asiento delantero, pero además, afirmó que si el conductor hubiera
ido sentado correctamente en el asiento, es decir, ‘derecho’, sí lo hubiera lesionado y la lesión sí hubiera sido de riesgo.
* Los datos personales omitidos deberán ser sustituidos por la palabra “ELIMINADO”
Luego, a través de la libre valoración de estas pruebas, el tribunal llegó a la convicción más allá de toda
duda razonable de que la reacción de la víctima al inclinar su cuerpo hacia atrás fue el factor fundamental para que la
privación de la vida no se haya alcanzado.
Tomando en cuenta lo anterior, las consideraciones vertidas por el Tribunal de Enjuiciamiento no resultan
apartadas de la racionalidad, como lo sostiene el recurrente, por el contrario, son acordes con la valoración libre y lógica
de las pruebas desahogadas en juicio.
Por otra parte, ELIMINADO sostiene que por lo que respecta a la valoración del testimonio de la perito
ELIMINADO, el Tribunal de Enjuiciamiento le otorgó valor preponderante al dictamen que realizó a un arma de fuego, tipo
revolver, Smith and Wilson, calibre 357, modelo 58, en el que luego de aplicar las pruebas de Walker modificada y Lunge,
concluyó que la misma había sido disparada recientemente, desde el momento de practicar su experticia hasta no más
de tres días anteriores; además, dicho tribunal señaló que, en el contrainterrogatorio, la perito indicó que de haber
examinado esa arma una semana después o quince días después sí habría encontrado residuos de pólvora, pero los
resultados ya no serían confiables. Lo anterior, dijo, genera duda respecto de la afirmación de que el arma fue disparada
recientemente, pues ese término bien puede referirse a los tres días, o bien, a una semana o hasta quince días
posteriores a ser examinada, lo que pone en tela de juicio la conclusión de la perito.
En respuesta a dicho señalamiento, debe decirse que de la revisión del fallo emitido por el Tribunal de
Enjuiciamiento, se advierte que expusieron de manera razonada que la experticia de mérito fue realizada por una persona
con conocimientos especiales, quien explicó de manera bastante clara e ilustrativa la metodología y técnicas especiales
aplicadas, además de que por su conducto se incorporó el arma de fuego, misma que la testigo reconoció.
Además, para otorgarle esa preponderancia la vincularon de manera lógica con el testimonio de
ELIMINADO, quien dijo que el nueve de diciembre de dos mil quince fue cuando le efectuaron el disparo con un arma de
fuego, es decir, el mismo día que la perito elaboró su dictamen; de igual forma, tomaron en cuenta que ELIMINADO
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proporcionó las características del arma empleada por sus agresores, las cuales encuentra correspondencia con las del
arma que los elementos aprehensores aseguraron a los acusados al momento de detenerlos.
Lo anterior, implica que el Tribunal de Enjuiciamiento no otorgó por sí un valor preponderante al testimonio
de la citada perito, sino que lo concatenó con el resto de pruebas desahogadas en juicio, lo que les permitió concluir que
la perito revisó un arma con iguales características a las proporcionadas por la víctima y los agentes aprehensores,
revisión que llevó a cabo el mismo día en que ocurrió el evento y no después.
Luego, al confrontarla con la respuesta que ELIMINADO dio en el contrainterrogatorio, el tribunal destacó
que si bien contestó que de haber examinado esa arma de fuego quince días después sí habría encontrado residuos de
pólvora, lo cierto es que también aclaró que los resultados ya no serían confiables. Razón por la que no le demeritó
preponderancia.
Lo cual se estima racional, pues si el propio tribunal hizo énfasis en destacar que la perito explicó de
manera bastante clara e ilustrativa la metodología y técnicas especiales aplicadas, es porque advirtieron que ésta detalló
ampliamente que para emitir su dictamen utilizó dos pruebas, la primera, de Walker modificada, que ayuda a identificar
los elementos de deflagración de la pólvora en el interior del cañón del arma y, al ser positiva, previa aplicación de
diversos reactivos, se obtiene una reacción de color rojo escarlata; y, la segunda, de Lunge, que tiene la misma finalidad
aunque se realiza con distintos reactivos, los cuales, al ser positiva, producen una reacción color violeta. Siendo que en
ambos casos obtuvo resultados positivos, por lo que concluyó que el arma fue disparada recientemente, explicando que
este término abarca desde el momento en que se detona el arma hasta tres días después.
Además, al cuestionársele por el Ministerio Público por qué determinó esa temporalidad de tres días, la
perito indicó que una vez que se detona un arma los elementos de la deflagración se quedan concentrados y conforme
van pasando los días éstos se van oxidando y ya no reaccionan igual con los reactivos químicos, es decir, cambia la
intensidad de la coloración de la reacción; por último, destacó que la intensidad de los resultados obtenidos en la prueba
de Walker modificada fue un rojo escarlata muy intenso e igual en la de Lunge obtuvo un violeta muy intenso.
* Los datos personales omitidos deberán ser sustituidos por la palabra “ELIMINADO”
Sobre esa base, al concluir el Tribunal de Enjuiciamiento que no obstante que la perito externó que después
de quince días también habría encontrado residuos de pólvora, esto no le resta credibilidad a su testimonio porque aclaró
que los resultados ya no serían confiables; lo que hizo fue racionalizar la ponderación de la integridad de su testimonio,
por lo que su conclusión no se estima fuera de las reglas de la lógica, en particular del principio de razón suficiente.
Respecto del mismo tema, ELIMINADO señala que en juicio no se justificó que el arma que fue exhibida y
aportada como prueba material, sea la misma que le fue asegurada, pues no se exhibió la cadena de custodia que así lo
demuestre.
En ese sentido, conviene destacar que al emitir su fallo el Tribunal de Enjuiciamiento otorgó credibilidad al
testimonio de ELIMINADO, Policía Estatal, quien básicamente relató las circunstancias de tiempo, lugar y modo, en que
detuvo a los acusados; además, mencionó que al hacer una revisión a ELIMINADO, encontró un arma de fuego en una
mochila que portaba; objetos respecto de los que el tribunal destacó que fueron introducidos a juicio por conducto de este
testigo. Asimismo, al valorar el testimonio de la perito ELIMINADO, el tribunal tomó en cuenta que el arma de fuego,
como prueba material, también se incorporó a juicio por su conducto.
De tal suerte, el Tribunal de Enjuiciamiento tuvo como cierto el hecho de que el arma de fuego que les fue
asegurada a los acusados por parte de los elementos aprehensores es la misma respecto de la que la citada perito emitió
su dictamen, pues para ello ponderó que la prueba material se introdujo a juicio siguiendo la técnica establecida en el
artículo 383 del Código Nacional de Procedimientos Penales, que precisa que previamente a la introducción de objetos,
estos deberán ser exhibidos a los testigos o peritos para que los reconozcan o informen sobre ellos, y que sólo podrá
introducirse como prueba material aquélla que haya sido previamente acreditada.
De donde resulta que no es necesaria la exhibición de la cadena de custodia, como lo refiere el recurrente,
pues de exigirse este requisito se vulneraría el principio de libertad probatoria establecido en el artículo 356 de la
codificación en cita.
* Los datos personales omitidos deberán ser sustituidos por la palabra “ELIMINADO”
Por tanto, si no existe información aportada en juicio que apoye la versión de que se trata de armas
distintas, la determinación del Tribunal de Enjuiciamiento tomada en aquel sentido, se encuentra apegada a derecho.
El mismo razonamiento es aplicable al señalamiento hecho valer por el licenciado ELIMINADO, en el que
sostiene que no es justo que se afirme que el arma de fuego que se le encontró a su defenso y la que utilizaron los
agresores es la misma, ya que sólo fue reconocida por los agentes aprehensores y la víctima.
En un agravio similar, ELIMINADO afirma que en juicio no se demostró que el arma que fue exhibida y
aportada como prueba material funciona y en consecuencia es susceptible de disparar proyectiles.
A lo que se contesta que, si el Tribunal de Enjuiciamiento ponderó la integridad del citado testimonio, en
donde la perito detalló ampliamente las pruebas utilizadas a efecto de identificar los elementos de deflagración de la
pólvora en el interior del cañón del arma y concluyó que la misma fue disparada recientemente, no existe razón lógica
que impidiera al Tribunal de Enjuiciamiento tener por cierto el hecho de que esa arma funciona, es decir, dicha
consideración no resulta irracional.
En un señalamiento de semejante naturaleza a los anteriores, tanto ELIMINADO, como su defensor público,
Licenciado ELIMINADO, afirman que no hay certeza de que los cascos que fueron incorporados a juicio sean los mismos
que utilizaron los agresores.
Sobre este tópico, conviene partir del hecho de que, en su fallo, el Tribunal de Enjuiciamiento destacó que
ELIMINADO indicó que de sus agresores, el que iba en la parte posterior de la moto traía casco amarillo, por lo que le
otorgaron valor para acreditar esa circunstancia; de igual forma, el tribunal advirtió que de los elementos aprehensores,
ELIMINADO, relató el momento en que detuvieron a dos personas que iban a bordo de una motocicleta y coincidían con
las características que les proporcionaron, por lo que les marcaron el alto para hacerles una revisión, que quien portaba
el casco negro era el conductor, ELIMINADO; igualmente, destacó que el diverso elemento aprehensor, ELIMINADO,
relató que de las personas que detuvieron, uno traía casco negro y el otro, ELIMINADO, traía casco amarillo; por último,
* Los datos personales omitidos deberán ser sustituidos por la palabra “ELIMINADO”
el tribunal tomó en consideración que a través del primero se incorporó el casco de motocicleta color negro y por medio
del segundo el casco color amarillo. Por lo que les otorgaron credibilidad para acreditar dichas circunstancias.
Conforme a lo anterior, el Tribunal de Enjuiciamiento tuvo como cierto el hecho de que los cascos
asegurados por los elementos aprehensores son los mismos que portaban los sujetos activos, dado que se introdujeron a
juicio en los términos que exige el citado ordinal 383 de la ley adjetiva en cita, además de que los vinculó de manera
lógica con los citados testimonios.
En el mismo tenor, si en juicio no se aportó información que tienda a justificar que se trata de distintos
objetos, la conclusión del Tribunal de Enjuiciamiento se encuentra apegada a derecho.
Por consiguiente, el agravio en estudio también es infundado.
3. No se demostró el lugar de los hechos y la actividad del testigo resultó ilegal.
Ahora, en un diverso motivo de inconformidad, ELIMINADO afirma que del testimonio de ELIMINADO,
Policía Ministerial del Estado, se advierte que a éste no le consta que el lugar en el que se constituyó sea el lugar de los
hechos, pues refirió que acudió ahí por un mandamiento de su superior jerárquico, sin que se encuentre acreditada dicha
circunstancia; además, de que al ser así, esta prueba es ilegal porque en términos de lo dispuesto en el artículo 21
constitucional, es al Ministerio Público a quien le corresponde la investigación de los delitos y no al superior jerárquico del
citado testigo.
Para dar respuesta al mismo, es oportuno destacar que al momento de valorar dicho testimonio, el Tribunal
de Enjuiciamiento concluyó que es idóneo para acreditar el lugar en que ocurrieron los hechos.
A fin de sostener esto, lo vinculó con las circunstancias mencionados en el testimonio de la víctima, quien
dijo que el día de los hechos se dirigía a su centro de trabajo, ubicado en la secundaria número 46 y dio cuenta de la
existencia del llamado ELIMINADO, que fue el tramo en el que uno de los activos le realizó un disparo con un arma de
fuego; además, con los testimonios de ELIMINADO y ELIMINADO, quienes tienen su domicilio en ELIMINADO casi
* Los datos personales omitidos deberán ser sustituidos por la palabra “ELIMINADO”
esquina con la calle ELIMINADO, y refirieron que el día de los hechos en el exterior escucharon ruidos como de
palomitas.
Asimismo, el Tribunal de Enjuiciamiento hizo mención de que si bien en el contrainterrogatorio realizado a
ELIMINADO, éste no señaló el lugar de los hechos, él mismo dijo que acudió a ese lugar por órdenes de su primer
comandante, por hechos probablemente constitutivos de delito, por lo que se puso de manifiesto que no realizó la
inspección del lugar que describió en la audiencia, de manera fortuita o casual, sino que obedeció a un acto de
investigación formal.
En ese contexto, el agravio en estudio resulta infundado, esto en virtud de que efectivamente a dicho testigo
no le consta cuál es el lugar de los hechos, dado que no los presenció, por tanto, es a través de su testimonio que se
genera prueba indirecta de la identidad de aquél, tal y como lo hizo el Tribunal de Enjuiciamiento, pues tomando en
cuenta que éste atendió a una orden de su superior jerárquico, así como lo expuesto por la víctima, ELIMINADO, y los
testigos, ELIMINADO y ELIMINADO, se pudo determinar su idoneidad para establecer que el lugar en el que se
constituyó corresponde al en que se desarrollaron de los hechos, de acuerdo a las circunstancias ya precisadas, pero
sobre todo a la proximidad que existe con el centro de trabajo de la víctima y la cercanía a la casa de los citados testigos.
Determinación que no resulta arbitraria, pues el tribunal expuso las razones que le permitieron arribar a esa
convicción, lo cual, según se señaló, hizo atendiendo a las reglas de la lógica, particularmente al principio de no
contradicción.
Ahora, en lo atinente a que dicha prueba resulta ilegal dado que deriva de un mandato del superior
jerárquico del citado Policía Ministerial y no del Ministerio Público; de entrada, debe decirse que efectivamente, acorde
con lo dispuesto en el artículo 21 constitucional, la investigación de los delitos corresponde al Ministerio Público y a las
policías, las cuales deben actuar bajo la conducción y mando de aquél en el ejercicio de esta función.
* Los datos personales omitidos deberán ser sustituidos por la palabra “ELIMINADO”
En relación con lo anterior, el artículo 11, fracción VI, de la Ley Orgánica de la Procuraduría General de
Justicia del Estado de San Luis Potosí, establece que en la investigación y persecución de los delitos el Ministerio Público
debe instruir a la policía y a sus auxiliares, la práctica de diligencias conducentes para el esclarecimiento del hecho
probablemente delictivo.
Sobre ese marco normativo, dicha actuación no resulta ilegal, para ello se toma en consideración que de la
reproducción del registro de audio y video de la audiencia de juicio, se advierte que al interrogatorio que le fue formulado
a ELIMINADO, expresamente refirió que el motivo de su presencia en dicha diligencia fue en razón de que debido al caso
de ELIMINADO, el nueve de diciembre de dos mil quince, se constituyó al lugar y realizó actas de inspección del mismo,
entrevista a testigos e inspección de personas, que fueron ordenadas por el Ministerio Público mediante oficio y otras
como primer respondiente; luego, en el reinterrogatorio, agregó que la autoridad que en concreto le ordenó constituirse en
ese lugar fue su primer comandante, por hechos probablemente constitutivos de delito, específicamente la agresión a
ELIMINADO.
Como puede advertirse, el testigo afirmó que el levantamiento de actas de entrevista a personas e
inspección del lugar, fue ordenada por el Ministerio Público mediante oficio y quien de manera concreta le indicó acudir al
mismo fue su primer comandante; lo cual no resulta incongruente, por el contrario, atendiendo a las máximas de la
experiencia, de manera general es sabido que el cumplimiento a lo dispuesto en los citados preceptos, se da a través de
una serie de comunicaciones entre el Ministerio Público, los titulares o jefes de las corporaciones policíacas auxiliares y
finalmente los elementos u oficiales que las conforman, por lo que si el testigo hizo alusión a la existencia de un
mandamiento del Ministerio Público y a una orden directa de su superior jerárquico, lógicamente podemos sostener que
su actuación como oficial de la Policía Ministerial sí estuvo bajo la conducción y mando del Ministerio Público; máxime
que no hay prueba que la haga inverosímil. Consecuentemente el agravio en estudio resulta infundado.
4. Se demeritó el testimonio del agente de la Policía Ministerial que realizó inspección del vehículo.
* Los datos personales omitidos deberán ser sustituidos por la palabra “ELIMINADO”
Por otro lado, ELIMINADO esgrime que en lo referente al testimonio del policía ELIMINADO, quien realizó
la inspección del vehículo tipo ELIMINADO, color ELIMINADO, sin placas de circulación, con engomado ELIMINADO; el
Tribunal de Enjuiciamiento no demeritó su testimonio por el hecho de que aquél refirió que al momento de practicar su
inspección el vehículo no se encontraba acordonado, pues afirmó que esa circunstancia no es necesaria para practicar la
inspección. Sin embargo, en su concepto, esa afirmación resulta incorrecta, dado que el acordonamiento es sinónimo de
que dicho automotor no fue alterado, a fin de destruir huellas, vestigios o evidencias que pudiera tener, así como el hecho
de que se diera mayor credibilidad a los daños que presentó, por lo que surge duda de que efectivamente era el auto que
tripulaba el pasivo y si éste no fue alterado.
Al respecto, debe decirse que efectivamente el Tribunal de Enjuiciamiento, destacó que dicho dictamen
tiene valor probatorio para corroborar la existencia del vehículo que conducía la víctima así como los daños producidos
por disparo de arma de fuego.
Para ello, señaló que merece credibilidad en virtud de que el testigo desempeñó su labor de investigación y
apreció el vehículo por medio de sus sentidos, además de que los daños que describió concuerdan con la mecánica que
relató la víctima y que a su vez fueron corroborados por el perito ELIMINADO, en el sentido de que se produjeron a
causa de un proyectil disparado por arma de fuego, que ingresó por el cristal izquierdo del conductor, asimismo, por que
resulta congruente con la versión de la víctima, pues refirió que luego de la agresión se trasladó a su centro de trabajo,
esto es, la secundaria técnica número 64, lugar en el que precisamente se llevó a cabo la inspección del vehículo.
Además, el Tribunal de Enjuiciamiento indicó que para ellos no demerita su valor probatorio el hecho de que
en el contrainterrogatorio el testigo manifestó que el vehículo no estaba acordonado cuando realizó la inspección; lo
anterior, porque esa circunstancia no impidió que se pudiera dar cuenta del lugar en que se encontró el vehículo, de sus
características y de los daños que observó.
Sobre esa línea argumentativa, resulta que la determinación del tribunal no es irracional, pues expusieron
los motivos por los cuales otorgaron credibilidad al testimonio. De igual forma, se hicieron cargo del hecho de que el
* Los datos personales omitidos deberán ser sustituidos por la palabra “ELIMINADO”
testigo señaló que el lugar de la inspección no se encontraba acordonado, bajo la consideración de que esto no
representó un impedimento para desahogar la inspección.
Proceder en el que, a criterio de este Órgano Colegiado, atendieron a las reglas de la lógica,
particularmente al principio de no contradicción, dado que si bien la falta de acordonamiento invariablemente representa
una deficiencia en cuanto a las técnicas de la investigación, en términos de lo dispuesto en el artículo 230, fracción II, del
Código Nacional de Procedimientos Penales, lo cierto es que su actualización, por sí misma, no resta veracidad al
testimonio de ELIMINADO, dado que, como lo externaron, el automotor que describió, los daños que éste presentó y el
lugar donde se constituyó, se vinculan de manera natural con la declaración de la víctima y el testimonio del perito
ELIMINADO; y, por el contrario, no existe prueba que racionalmente permita sostener que el vehículo fue alterado. De tal
suerte, el agravio de mérito resulta infundado.
5. En contrainterrogatorio, se puso de manifiesto que la detención que llevaron a cabo los elementos
aprehensores fue ilegal.
En otro motivo de disenso, ELIMINADO señala que el Tribunal de Enjuiciamiento fue omiso en asentar lo
que la defensa manifestó en torno a que su detención fue ilegal y por tanto las pruebas recabadas con posterioridad son
nulas. Esto, con base en tres puntos, el primero, la contradicción que se evidenció en el contrainterrogatorio formulado a
los policías aprehensores, ELIMINADO, ELIMINADO y ELIMINADO, dado que en el acta de aseguramiento de la
motocicleta éstos asentaron que el conductor de ese vehículo era ELIMINADO, en tanto que en su testimonio refirieron
que la persona que conducía la motocicleta era ELIMINADO.
El segundo, que a través del contrainterrogatorio se demostró que existe discrepancia entre lo manifestado
en el testimonio de los agentes captores y lo asentado en los formatos de cadena de custodia, particularmente en la hora
de su llegada al lugar de los hechos.
* Los datos personales omitidos deberán ser sustituidos por la palabra “ELIMINADO”
Y el tercero, que en el contrainterrogatorio dichos elementos captores manifestaron que no llevaron a los
detenidos ante la presencia de la parte afectada para su reconocimiento, en contraste con lo que asentaron en su parte
informativo
Pues bien, contrario a lo que afirma el recurrente, del fallo emitido por el Tribunal de Enjuiciamiento se
advierte que aún y cuando expresamente no realizaron un pronunciamiento respecto de la ilegalidad de la detención, sí
se hicieron cargo de los tres puntos señalados, precisando los motivos por los que en su concepto no existen tales
contradicciones.
En efecto, por lo que toca al primero y al segundo de los citados argumentos, el Tribunal de Enjuiciamiento
estableció que no existen tales contradicciones, porque la confrontación de la información se llevó a cabo con base en
formatos de cadena de custodia y no con sustento en el parte informativo en el que los agentes policiales asentaron los
hechos y circunstancias de la detención, por lo que los referidos formatos no son pertinentes ni idóneos para evidenciar
contradicción con relación a los puntos pretendidos.
Determinación que no resulta irracional, pues acorde con lo dispuesto en los artículos 227 y 230, fracción II,
del Código Nacional de Procedimientos Penales, que se encuentran dentro del Libro Segundo, Título III, Capitulo III,
denominado Técnicas de Investigación, se establece que la cadena de custodia es el sistema de control y registro que se
aplica al indicio, evidencia, objeto, instrumento o producto del hecho delictivo, desde su localización, descubrimiento o
aportación, en el lugar de los hechos o del hallazgo, hasta que la autoridad competente ordene su conclusión; así, para el
aseguramiento de bienes muebles se precisa que la policía deberá elaborar un inventario de todos y cada uno de los
bienes que se pretendan asegurar, el cual deberá ser firmado por el acusado o la persona con quien se atienda el acto de
investigación.
* Los datos personales omitidos deberán ser sustituidos por la palabra “ELIMINADO”
En relación con lo anterior, el diverso ordinal 132, fracción XIV, de la misma codificación, que se ubica
dentro del Libro Primero, Título V, Capitulo VI, denominado Policía, establece que es obligación de la policía emitir el
informe policial y los demás documentos, de conformidad con las disposiciones aplicables.
Por lo que una interpretación sistemática de tales preceptos, corroboran el razonamiento del Tribunal de
Enjuiciamiento, en tanto que existe distinción entre los formatos de cadena de custodia y el informe o parte informativo al
que se anexan, dado que en los primeros los elementos policíacos establecen, entre otras, un registro de los bienes
asegurados, durante el desarrollo de la investigación, a fin de que no se alteren, destruyan o desaparezcan; en tanto que
el informe o parte informativo tiene por objeto constatar su intervención o actos realizados en la investigación de los
hechos delictuosos.
Por ende, atendiendo al fin especifico de ambas documentales, el hecho de que en los registros de la
cadena de custodia exista una diferencia de quién era la persona que iba conduciendo la motocicleta asegurada no incide
para restarles credibilidad a los testigos, pues éstos sí son acordes con lo manifestado en su parte informativo.
Además de que el citado artículo 230, fracción II, de la Ley Adjetiva Nacional, únicamente exige que el
formato de aseguramiento de bienes sea firmado por el ahora sentenciado o la persona con quien se atienda el acto de
investigación, luego, si en la diligencia de aseguramiento se tuvo contacto con dos personas, ELIMINADO y ELIMINADO,
cualquiera de los dos podía firmar dicho formato, con independencia de que en éste de manera preconstituida estuviera
la leyenda “firma del conductor”.
Esto as así, pues, se insiste, atendiendo al fin especifico de cada documento, es en el parte informativo en
donde finalmente los elementos aprehensores dan cuenta del desarrollo de los hechos y de su intervención.
Consecuentemente, como de forma conjunta lo hizo el Tribunal de Enjuiciamiento, el mismo razonamiento
rige por lo que hace a la diferencia de temporalidad con respecto a lo asentado por dichos elementos aprehensores en
* Los datos personales omitidos deberán ser sustituidos por la palabra “ELIMINADO”
los formatos de cadena de custodia y lo manifestado en su testimonio, pues éstos sí son acordes con lo expuesto en su
parte informativo, aún y cuando el Ministerio Público no haya desvirtuado esa contradicción.
Junto con lo anterior, en este punto, debe ponderarse el hecho de que esa contradicción, por sí misma, no
resta credibilidad a dichos testimonios, pues mientras en el parte informativo los elementos aprehensores manifestaron
que el nueve de diciembre de dos mil quince arribaron al lugar de los hechos a las 7:39 horas, en los formatos de la
cadena de custodia se estableció que fue a las 7:45 horas, es decir, existe una diferencia de seis minutos; por lo que en
el caso también debe atenderse a las máximas de la experiencia, en donde para el común de las personas resulta difícil
establecer la hora y minutos exactos en que se suscitó un evento, y por lo general se manifiesta un intervalo aproximado;
aunado a esto, el llenado y redacción de tales documentos recayó en tres agentes policiales, a quienes, atendiendo a lo
anterior, no es racional exigirles coincidencia exacta en horas y minutos, pero sí en un intervalo aproximado.
Sobre esa base, la conclusión toral del Tribunal de Enjuiciamiento no está apartada de las reglas de la
lógica, pues atiende a un principio de razón suficiente, así como a las máximas de la experiencia.
Ahora, por lo que hace al señalamiento de una detención ilegal, conviene destacar que el Tribunal de Juicio
Oral también señaló que dichos testimonios son coincidentes en la proximidad temporal con relación a la hora en que
ocurrieron los hechos, los cuales fijó aproximadamente a las 7:20 horas del nueve de diciembre de dos mil quince. Al
respecto, el tribunal otorgó credibilidad al menor ELIMINADO, para acreditar que luego de que dos sujetos a bordo de
una motocicleta accionaron un arma de fuego en contra de ELIMINADO, se percató que éste se dirigió a su centro de
trabajo. Asimismo, como se acotó en párrafos anteriores, del testimonio y contrainterrogatorio a cargo del propio
ELIMINADO, se justificó que una vez que llegó a su centro de trabajo, se realizó una llamada al 066 para informar el
hecho y las características de los agresores. Por último, el Tribunal de Enjuiciamiento, estableció que los elementos
aprehensores llevaron a cabo la detención de dos sujetos a bordo de una motocicleta porque coincidían con las
características proporcionadas por radio frecuencia.
* Los datos personales omitidos deberán ser sustituidos por la palabra “ELIMINADO”
Esa sucesión de actos que tuvo por demostrada el Tribunal de Enjuiciamiento, con base en la libre
valoración de la prueba, permiten sostener a este Órgano Colegiado, precisamente a través de las máximas de la
experiencia, que en los citados traslados de un punto a otro y las comunicaciones aludidas, que entre las 7:20 horas, en
que ocurrió el evento, a las 7:39 horas, en que arribaron los agentes aprehensores según su testimonio, e incluso con las
7:45 horas, que se anotaron en el registro de cadena de custodia, el intervalo aproximado de 19 a 25 minutos entre uno y
otro no es desproporcionado; por tanto, contrario a lo que afirma el recurrente, esta circunstancia no incide para
determinar que la detención de los acusados es ilegal.
Por último, en lo que toca al tercero de los puntos mencionados, el Tribunal de Enjuiciamiento asentó que
en el contrainterrogatorio los agentes policiales manifestaron que no habían llevado a los detenidos ante la parte
afectada, a lo que la defensa, en su derecho de evidenciar contradicción, solicitó la lectura del parte informativo a los
agentes aprehensores en donde éstos anotaron que detuvieron a los acusados “en base al señalamiento de la parte
afectada”. No obstante, en el reinterrogatorio formulado al oficial ELIMINADO, éste aclaró que esa referencia hace
alusión al reporte que recibieron; de lo que los integrantes del tribunal concluyeron que el hecho por el cual le marcaron el
alto a la motocicleta y llevaron a cabo toda su actividad, fue por la información que vía frecuencia les proporcionaron
respecto a las características de los sujetos y no propiamente al señalamiento de la víctima, por lo que consideraron que
esa acotación fue sacada de contexto por la defensa.
Conclusión que tampoco resulta irracional, pues partiendo de la sucesión de actos a que se hizo alusión, a
través del testimonio del menor ELIMINADO se demostró que él se percató de que luego de que dos sujetos a bordo de
una motocicleta accionaron un arma de fuego en contra de ELIMINADO, éste se dirigió a su centro de trabajo. Además,
del testimonio y contrainterrogatorio a cargo del propio ELIMINADO, se justificó que una vez que llegó a su centro de
trabajo, se realizó una llamada al 066 para informar el hecho y las características de los agresores; luego, en su
testimonio los agentes aprehensores señalaron que procedieron a la detención de dos sujetos a bordo de una motocicleta
porque coincidían con las características proporcionadas por radio frecuencia.
* Los datos personales omitidos deberán ser sustituidos por la palabra “ELIMINADO”
Entonces, con base en las reglas de la lógica, particularmente el principio de razón suficiente, tenemos que,
por un lado, si la víctima llegó a su centro de trabajo y de ahí se realizó la llamada solicitando el apoyo de las
corporaciones policiacas, para lo cual se proporcionó las características de dos sujetos que circulaban a bordo de una
motocicleta; y, por otro lado, los elementos policiales recibieron esas características por radio frecuencia y al tener a la
vista a dos sujetos a bordo de una motocicleta, que coincidían con aquéllas, procedieron a su detención. Es congruente
concluir que en su parte informativo, al señalar que procedieron a la detención de los acusados “en base al señalamiento
de la parte afectada”, se refieran a la información recibida por radio frecuencia, dado lo genérico de esa expresión y en
concordancia con la aclaración dada por ELIMINADO en el reinterrogatorio. Máxime que esta versión no resulta
contradicha con las pruebas destacadas y que precisan los momentos previos a la detención.
Por ende, la determinación del Tribunal de Enjuiciamiento no se aparta de las reglas de la lógica.
Acorde con lo expuesto, el agravio en estudio resulta infundado.
6. Existe duda razonable respecto del elemento objetivo del tipo relativo a la acción, la identidad de
los acusados y la responsabilidad del ahora sentenciado.
Como consecuencia de los agravios hasta aquí señalados, contrario a lo que afirman tanto ELIMINADO,
como su defensor público, Licenciado ELIMINADO, y el defensor público adscrito a esta Sala, en la audiencia de alegatos
aclaratorios; se evidenció que el Tribunal de Enjuiciamiento llegó a la convicción de la culpabilidad del acusado más allá
de toda duda razonable, para lo cual motivaron su determinación preponderantemente con base en las máximas de la
experiencia y las reglas de la lógica, atendiendo a la facultad de libertad probatoria.
Para ello, sin eludir los señalamientos que hacen los inconformes, basta concretar que la identidad de los
agresores y las personas detenidas, la establecieron con base en las características proporcionadas por la víctima,
ELIMINADO, quien dijo que sus agresores eran dos personas que viajaban a bordo de una motocicleta, que el conductor
* Los datos personales omitidos deberán ser sustituidos por la palabra “ELIMINADO”
traía una playera color gris y el que iba en la parte posterior, vestía sudadera verde y casco amarillo, que fue este último
quien disparó en su contra; lo cual vincularon con el testimonio de los elementos aprehensores, ELIMINADO,
ELIMINADO y ELIMINADO, que fueron coincidentes en señalar que tuvieron a la vista a dos personas que iban a bordo
de una motocicleta, uno de ellos con casco negro y playera gris, el otro con casco amarillo y sudadera verde; al efecto,
ELIMINADO mencionó que al hacer una revisión a ELIMINADO, encontró un arma de fuego en una mochila que portaba;
por su parte, ELIMINADO, relató que quien portaba el casco negro era el conductor, ELIMINADO; igualmente,
ELIMINADO, informó que de las personas que detuvieron, uno traía casco negro y el otro, ELIMINADO, traía casco
amarillo. Arma de fuego y cascos que se introdujeron a juicio en términos de ley.
Personas que fueron detenidas existiendo proximidad espacial y temporal con relación al lugar y hora en
que ocurrieron los hechos, los cuales, con base en el testimonio de la víctima, del menor ELIMINADO, de ELIMINADO y
ELIMINADO, ubicaron aproximadamente a las 7:20 horas del nueve de diciembre de dos mil quince, sobre ELIMINADO
casi esquina con la calle ELIMINADO. En tanto que los elementos aprehensores tuvieron contacto con las personas
detenidas aproximadamente a las 7:39 horas del mismo día, al entrar al ELIMINADO, a la altura del rancho ELIMINADO.
Luego, dicha proximidad espacial y temporal en que se ubicó a dos personas a bordo de una motocicleta, el
conductor con playera color gris y el acompañante con sudadera verde y casco amarillo, la introducción a juicio de dicho
casco, el hallazgo del arma de fuego, que a su vez se vinculó con el testimonio de la perito química ELIMINADO, quien
revisó el arma el mismo día y concluyó que había sido disparada recientemente, desde el momento de practicar su
experticia hasta no más de tres días anteriores; permiten establecer que la determinación del Tribunal de Enjuiciamiento
en cuanto a la identidad de sujetos activos y personas detenidas, se generó más allá de toda duda razonable.
Lo mismo ocurre respecto de la existencia de la motocicleta, la funcionalidad e identidad del arma de fuego
y de los cascos que se introdujeron a juicio; como se precisó en párrafos anteriores.
* Los datos personales omitidos deberán ser sustituidos por la palabra “ELIMINADO”
Por lo que toca al hecho de que no hay prueba de rodizonato de sodio que demuestre que el ahora
sentenciado accionó un arma de fuego, no incide para considerar que las consideraciones del Tribunal de Enjuiciamiento
son irracionales, en tanto que de la valoración libre que hizo de las pruebas desahogadas en juicio, estableció que,
acorde con la mecánica de los hechos que tuvo por demostrados, ELIMINADO, fue quien condujo la motocicleta hacía el
vehículo que tripulaba la víctima, para colocarse en su costado izquierdo en una posición idónea, para permitir que
ELIMINADO, realizara el disparo de arma de fuego.
Sobre esa base, al emitir su fallo el tribunal de enjuiciamiento dio cumplimiento con lo dispuesto en los
ordinales 356, 359 y 403, fracciones V, VI, VII y VIII, del Código Nacional de Procedimientos Penales, para tener por
justificada más allá de toda duda razonable, la acción consistente en que el nueve de diciembre de dos mil quince,
aproximadamente a las 7:20 horas, sobre el ELIMINADO casi esquina con la calle ELIMINADO, en el Ejido ELIMINADO,
Ciudad Valles, San Luis Potosí, ELIMINADO, conducía una motocicleta, mientras que ELIMINADO, iba en la parte
posterior de la misma, luego se aproximaron en sentido contrario a la circulación de ELIMINADO, quien conducía un
vehículo de motor, para posteriormente colocarse en el costado izquierdo del mismo, momento en el que ELIMINADO,
mediante la utilización de un arma de fuego tipo revolver ejecutó un disparo, que ingresó sobre el cristal delantero
izquierdo del vehículo a cincuenta centímetros del volante con relación al asiento del conductor; y, en consecuencia, la
plena responsabilidad penal de ELIMINADO en la comisión del delito de Homicidio Calificado en grado de Tentativa, en
perjuicio de ELIMINADO.
Con base en ello, el agravio en estudio resulta infundado.
7. En la audiencia de individualización de la sanción penal y reparación del daño, no se desahogó
medio de prueba que permitiera dar cumplimiento al artículo 410 del Código Nacional de Procedimientos Penales.
* Los datos personales omitidos deberán ser sustituidos por la palabra “ELIMINADO”
Finalmente, en un diverso agravio, ELIMINADO afirma que en la audiencia de individualización de la
sanción penal y reparación del daño, no se desahogó ningún medio de prueba que permita al Tribunal de Enjuiciamiento
normar su criterio respecto de los parámetros establecidos en el numeral 410 de la codificación en cita.
Al respecto, debe decirse que, contrario a lo que afirma el recurrente, aún y cuando efectivamente en la
audiencia de individualización no se aportó ningún medio de convicción, a efecto de dar cumplimiento a lo dispuesto en el
citado precepto el tribunal tomó en cuenta las pruebas desahogadas en juicio oral, es decir, no lo hizo de manera
arbitraria, tanto así, que al emitir su fallo se pronunció en contracto respecto de cuál fue la naturaleza de la acción
realizada y los medios empleados para ejecutarlo; la magnitud del daño causado; las circunstancias de tiempo, lugar y
ocasión del hecho realizado; la forma y grado de intervención del agente en la comisión del delito, los vínculos de
parentesco, amistad o relación entre el activo y el pasivo, así como su calidad y la de la víctima u ofendido; las
circunstancias especiales de ELIMINADO; las circunstancias del activo y pasivo en la comisión del delito; el peligro
corrido por el sentenciado; y, el grado de aproximación a la consumación del delito y la magnitud del peligro en que se
puso a la víctima.
Circunstancias que los llevaron a concluir que el grado de culpabilidad de ELIMINADO se ubica en el
mínimo.
Determinación que resulta acorde con los argumentos vertidos por el tribunal, máxime que se parte del
hecho de que todo acusado es mínimamente culpable, en tanto que, en términos del artículo 130 del mismo cuerpo
normativo, es al Ministerio Público a quien le corresponde la carga de la prueba para evidenciar un grado de culpabilidad
mayor, luego, si no se aportó ninguna prueba especifica para tal fin, aquélla no transgrede sus derechos públicos
subjetivos, pues al haberse acreditado el delito y la responsabilidad del acusado en su comisión, el Tribunal de
Enjuiciamiento atendió a los lineamientos que marca el artículo 406 de la Ley Adjetiva Penal Nacional, y se ajustó a los
páramelos de la pena que establecen los ordinales 84, 126, 133 y 148 del Código Penal del Estado.
* Los datos personales omitidos deberán ser sustituidos por la palabra “ELIMINADO”
Asimismo, para la condena a la reparación del daño, atendió a lo dispuesto en los artículos 20, Apartado C,
fracción IV, constitucional; 33 y 35 de la Ley Sustantiva Penal, que prohíben la absolución al pago de la misma en caso
de sentencia condenatoria; por ende, al no existir prueba para que permitiera determinarla, fijaron su liquidación para
ejecución de sentencia, tal y como lo permite el párrafo quinto del ordinal 406 del Código Nacional de Procedimientos
Penales.
Por lo que, en contravención a lo que afirma el recurrente, el fallo del Tribunal de Enjuiciamiento satisface el
principio de congruencia.
En ese orden, resta señalar que, como lo precisó el Tribunal de Enjuiciamiento, para efectos de la
compurgación de la pena de prisión impuesta, habrá de tomarse en cuenta el tiempo que el sentenciado ha permanecido
interno con motivo de su detención en flagrancia y de la medida cautelar de prisión preventiva que se le impuso.
De tal suerte, al resultar infundados los agravios expuestos, y al no advertirse violaciones a derechos
fundamentales, lo que procede en la especie y al efecto se hace es confirmar la sentencia recurrida.
SEXTO. Notificación
Finalmente, de conformidad con lo establecido en el numeral 82, fracción I, del Código Nacional de
Procedimientos Penales, se ordena notificar de manera personal a las partes la presente resolución.
Por lo expuesto y fundado, con apoyo en los artículos 468, 471, 478 y 479 del Código Nacional de
Procedimientos Penales, se resuelve:
PRIMERO. Los agravios formulados por el sentenciado, ELIMINADO, y por su Defensor Público, Licenciado
ELIMINADO, resultaron infundados.
* Los datos personales omitidos deberán ser sustituidos por la palabra “ELIMINADO”
SEGUNDO. Se confirma la sentencia condenatoria dictada en contra de ELIMINADO el once de julio de dos
mil dieciséis, por el Tribunal de Enjuiciamiento de la Cuarta Región Judicial del Estado, con sede en Ciudad Valles, San
Luis Potosí, por su plena responsabilidad penal en la comisión del delito de Homicidio Calificado en grado de Tentativa,
en perjuicio de ELIMINADO, dentro de la causa penal RIV-CP-13/2015.
TERCERO. Envíese copia certificada de la presente resolución al Tribunal de Enjuiciamiento de la Cuarta
Región Judicial del Estado, con sede en Ciudad Valles, San Luis Potosí, para su conocimiento y efectos legales a que
haya lugar. Y, expídase la copia certificada solicitada por el Ministerio Público.
CUARTO. Notifíquese, comuníquese y cúmplase.
Así, por unanimidad de votos, lo resolvieron y firman los Señores Magistrados que integran la Segunda Sala
del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, Licenciado ELIMINADO, Maestra ELIMINADO, y Licenciado ELIMINADO,
siendo ponente y relator el primero de los nombrados.