Síntesis de Información geográfica del estado de...

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CULTIVOS CÍCLICOS Cuadro 2 AGRICULTURA DE RIEGO SUPERFICIE AÑO SEMBRADA (ha) 1990/1991 868 370 1991/1992 862 932 1992/1993 859 932 1993/1994 924 587 1994/1995 843 343 1995/1996 870 516 1996/1997 969 492 1997/1998 954 037 1998/1999 843 656 1999/2000 860 399 PROMEDIO 885 726 De acuerdo con la extensión que ocupan, los cultivos más importantes son los cíclicos o anuales, les corresponde 89% en promedio del área agrícola total, esto significa una media de 885 726 ha. La participación de ellos entre 1990 y 2000 presenta ligeras variaciones, sin embargo, sólo en tres de ellos la superficie sembrada sobrepasa el promedio. El espacio cosechado en cambio, muestra variaciones más significativas, debido sobre todo al alto grado de aleatoriedad que las tierras de temporal poseen, el promedio alcanzado es de 752 166 ha, que equivalen a la obtención de productos en 85% de los terrenos en activo. En el año agrícola 1999/2000 se reportó el porcentaje más bajo de cosecha, con 58% del área sembrada, que significó pérdidas en casi 360 000 ha; el año que registró el mejor porcentaje de cosecha fue 1992/1993, donde se levantó producción en 97% del área (ver cuadro 2). En Chihuahua, las mayores extensiones se siembran durante el ciclo primavera-verano, por ejemplo: en el año 1999/2000, se sembró un total de 860 399 ha con cultivos cíclicos, de los cuales 826 499, o sea 96%, se trabajaron en este ciclo y tan sólo 33 900 ha (4%) correspondieron al de otoño-invierno. Durante el ciclo primavera-verano, las mayoría de los terrenos cultivan maíz grano, frijol y avena forrajera, siguiendo en orden decreciente el maíz forrajero, avena grano, algodón, sorgo forrajero, chile, sorgo grano, cacahuate, cebada grano y algunos más con área mínima. Durante el otoño-invierno el trigo grano, la avena forrajera, la avena grano y la cebada grano son los cultivos que abarcan casi la totalidad de las tierras de cultivo. SUPERFICIE PORCENTAJE DE COSECHADA 1 COSECHA (ha) 825 115 95 799 356 93 835 891 97 657 227 71 615 223 73 834 042 96 851 724 88 818 040 86 784 369 93 500 677 58 752 166 85 Cultivos Perennes Los cultivos perennes participan en promedio con 104 908 ha, que corresponde a 11% de los terrenos agrícolas de Chihuahua. Destacan la alfalfa, el nogal y el manzano como los productos que cubren más del 90% de las plantaciones, el resto está cubierto por durazno, praderas y algunos otros con mínima extensión. Entre 1990 y 2000 la superficie en producción muestra algunos altibajos, pero en general se manifiesta una ligera tendencia hacia el incremento, sobre todo a partir de los últimos cinco años; durante 1992/1993 se registra el menor espacio plantado, con 93 544 ha y el mayor, en 1999/2000, con 120 642 ha, lo que significa un incremento de 22% entre ellos. El porcentaje de cosecha es de 88 en promedio, lo que indica que este tipo de cultivos alcanzaron el punto de recolección en 92 437 ha (ver cuadro 3). La agricultura de riego engloba 36% de los terrenos agrícolas de Chihuahua, esto equivale a 354 542 ha en promedio. La importancia que el riego tiene, se hace evidente, cuando se compara su productividad con la de la agricultura de temporal; por ejemplo, durante el ciclo agrícola 1998/1999, las tierras de temporal se cultivaron en 628 411 ha, cifra que representó casi dos terceras partes (66%) de la superficie cultivada en la entidad y la de riego incluyó el 34% restante, o sea 328 424 ha. Sin embargo, el valor de los ingresos económicos obtenidos por este 34% de los terrenos irrigados, representaron 84% del valor total generado por la agricultura chihuahuense, correspondiendo al temporal el 16% de los ingresos restantes. El agua para riego es el elemento más importante que explica estas enormes diferencias en productividad que existen entre uno y otro modo de producción de la tierra. El riego por mismo, disminuye la dependencia de la actividad agrícola respecto de los factores naturales que inciden sobre el cultivo, tiende a incrementar los rendimientos hídricos de las plantas en cada una de las etapas de crecimiento y madurez, por ello, asegura la recuperación de los costos y de manera general, la obtención de utilidades. Debido a esto último, el riego induce a la utilización de más y mejores insumos que, obviamente, también inciden de manera directa en el nivel de productividad. Además, el trabajador agrícola que dispone de riego tiene, por lo regular, una mayor flexibilidad para determinar su patrón de cultivos, permitiendo utilizar la tierra durante mayores lapsos de tiempo en el año. CULTIVOS PERENNES Cuadro 3 ANO SUPERFICIE SEMBRADA (ha) SUPERFICIE COSECHADA' (ha) PORCENTAJE DE COSECHA 1990/1991 1991/1992 1992/1993 1993/1994 1994/1995 1995/1996 1996/1997 1997/1998 1998/1999 1999/2000 PROMEDIO 97 327 100 088 93 544 103 223 105 310 97 120 108 089 110 561 113 179 120 642 104 908 91 531 98 341 91 220 86 153 88 542 80 330 94 231 90 886 100 781 102 352 92 437 94 98 98 83 84 83 87 82 89 85 88 FUENTE: INEGI. Anuario Estadístico del Estado de Chihuahua; ediciones 1993, 1994, 1995. 1996, 1997, 1998 1999. 2000 y 2001. ' Comprende los ciclos otoño-invierno y primavera-verano. FUENTE: INEGI. Anuario Estadístico del Estado de Chihuahua; ediciones 1993, 1994, 1995, 1996, 1997, 1998, 1999, 2000 y 2001. Campos agrícolas habilitados con riego, cerca de José Mariano Jiménez. Es por ello, que las zonas de riego corresponden en principio, a las áreas donde se obtienen mayores rendimientos y donde la agricultura se practica de manera intensiva, los trabajos de labranza se efectúan con maquinaria agrícola y es frecuente la asesoría técnica, el empleo de semillas mejoradas, aplicación de fertilizantes y pesticidas para asegurar los niveles de producción. Esta agricultura está más integrada al mercado, tanto desde el punto de vista de su demanda de insumos, donde la inmensa mayoría de ellos son comprados, como el de su variada oferta de productos. Lógicamente debido a ello, los agricultores que poseen tierras habilitadas con riego son los que disfrutan del nivel de vida más alto del sector. Lo más frecuente, en el estado, es la irrigación rodando el agua a través del sistema de siembra o plantación, aprovechando la fuerza de la gravedad, donde el agua corre a través de los surcos, camas, melgas, bordos, etc., hasta inundar por completo los campos de cultivo. 115 INEGI. Síntesis deInformación geográfica del estado de Chihuahua. 2003

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CULTIVOS CÍCLICOS Cuadro 2 AGRICULTURA DE RIEGO

SUPERFICIE AÑO SEMBRADA

(ha)

1990/1991 868 370 1991/1992 862 932 1992/1993 859 932 1993/1994 924 587 1994/1995 843 343 1995/1996 870 516 1996/1997 969 492 1997/1998 954 037 1998/1999 843 656 1999/2000 860 399 PROMEDIO 885 726

De acuerdo con la extensión que ocupan, los cultivos más importantes son los cíclicos o anuales, les corresponde 89% en promedio del área agrícola total, esto significa una media de 885 726 ha. La participación de ellos entre 1990 y 2000 presenta ligeras variaciones, sin embargo, sólo en tres de ellos la superficie sembrada sobrepasa el promedio.

El espacio cosechado en cambio, muestra variaciones más significativas, debido sobre todo al alto grado de aleatoriedad que las tierras de temporal poseen, el promedio alcanzado es de 752 166 ha, que equivalen a la obtención de productos en 85% de los terrenos en activo. En el año agrícola 1999/2000 se reportó el porcentaje más bajo de cosecha, con 58% del área sembrada, que significó pérdidas en casi 360 000 ha; el año que registró el mejor porcentaje de cosecha fue 1992/1993, donde se levantó producción en 97% del área (ver cuadro 2).

En Chihuahua, las mayores extensiones se siembran durante el ciclo primavera-verano, por ejemplo: en el año 1999/2000, se sembró un total de 860 399 ha con cultivos cíclicos, de los cuales 826 499, o sea 96%, se trabajaron en este ciclo y tan sólo 33 900 ha (4%) correspondieron al de otoño-invierno.

Durante el ciclo primavera-verano, las mayoría de los terrenos cultivan maíz grano, frijol y avena forrajera, siguiendo en orden decreciente el maíz forrajero, avena grano, algodón, sorgo forrajero, chile, sorgo grano, cacahuate, cebada grano y algunos más con área mínima. Durante el otoño-invierno el trigo grano, la avena forrajera, la avena grano y la cebada grano son los cultivos que abarcan casi la totalidad de las tierras de cultivo.

SUPERFICIE PORCENTAJE DE COSECHADA1 COSECHA

(ha)

825 115 95 799 356 93 835 891 97 657 227 71 615 223 73 834 042 96 851 724 88 818 040 86 784 369 93 500 677 58 752 166 85

Cultivos Perennes

Los cultivos perennes participan en promedio con 104 908 ha, que corresponde a 11% de los terrenos agrícolas de Chihuahua. Destacan la alfalfa, el nogal y el manzano como los productos que cubren más del 90% de las plantaciones, el resto está cubierto por durazno, praderas y algunos otros con mínima extensión.

Entre 1990 y 2000 la superficie en producción muestra algunos altibajos, pero en general se manifiesta una ligera tendencia hacia el incremento, sobre todo a partir de los últimos cinco años; durante 1992/1993 se registra el menor espacio plantado, con 93 544 ha y el mayor, en 1999/2000, con 120 642 ha, lo que significa un incremento de 22% entre ellos.

El porcentaje de cosecha es de 88 en promedio, lo que indica que este tipo de cultivos alcanzaron el punto de recolección en 92 437 ha (ver cuadro 3).

La agricultura de riego engloba 36% de los terrenos agrícolas de Chihuahua, esto equivale a 354 542 ha en promedio. La importancia que el riego tiene, se hace evidente, cuando se compara su productividad con la de la agricultura de temporal; por ejemplo, durante el ciclo agrícola 1998/1999, las tierras de temporal se cultivaron en 628 411 ha, cifra que representó casi dos terceras partes (66%) de la superficie cultivada en la entidad y la de riego incluyó el 34% restante, o sea 328 424 ha. Sin embargo, el valor de los ingresos económicos obtenidos por este 34% de los terrenos irrigados, representaron 84% del valor total generado por la agricultura chihuahuense, correspondiendo al temporal el 16% de los ingresos restantes.

El agua para riego es el elemento más importante que explica estas enormes diferencias en productividad que existen entre uno y otro modo de producción de la tierra. El riego por sí mismo, disminuye la dependencia de la actividad agrícola respecto de los factores naturales que inciden sobre el cultivo, tiende a incrementar los rendimientos hídricos de las plantas en cada una de las etapas de crecimiento y madurez, por ello, asegura la recuperación de los costos y de manera general, la obtención de utilidades. Debido a esto último, el riego induce a la utilización de más y mejores insumos que, obviamente, también inciden de manera directa en el nivel de productividad. Además, el trabajador agrícola que dispone de riego tiene, por lo regular, una mayor flexibilidad para determinar su patrón de cultivos, permitiendo utilizar la tierra durante mayores lapsos de tiempo en el año.

CULTIVOS PERENNES Cuadro 3

ANO SUPERFICIE SEMBRADA

(ha)

SUPERFICIE COSECHADA'

(ha)

PORCENTAJE DE COSECHA

1990/1991 1991/1992 1992/1993 1993/1994 1994/1995 1995/1996 1996/1997 1997/1998 1998/1999 1999/2000 PROMEDIO

97 327 100 088 93 544

103 223 105 310 97 120

108 089 110 561 113 179 120 642 104 908

91 531 98 341 91 220 86 153 88 542 80 330 94 231 90 886

100 781 102 352 92 437

94 98 98 83 84 83 87 82 89 85 88

FUENTE: INEGI. Anuario Estadístico del Estado de Chihuahua; ediciones 1993, 1994, 1995. 1996, 1997, 1998 1999. 2000 y 2001.

' Comprende los ciclos otoño-invierno y primavera-verano. FUENTE: INEGI. Anuario Estadístico del Estado de Chihuahua; ediciones 1993, 1994, 1995, 1996, 1997, 1998, 1999,

2000 y 2001.

Campos agrícolas habilitados con riego, cerca de José Mariano Jiménez.

Es por ello, que las zonas de riego corresponden en principio, a las áreas donde se obtienen mayores rendimientos y donde la agricultura se practica de manera intensiva, los trabajos de labranza se efectúan con maquinaria agrícola y es frecuente la asesoría técnica, el empleo de semillas mejoradas, aplicación de fertilizantes y pesticidas para asegurar los niveles de producción.

Esta agricultura está más integrada al mercado, tanto desde el punto de vista de su demanda de insumos, donde la inmensa mayoría de ellos son comprados, como el de su variada oferta de productos. Lógicamente debido a ello, los agricultores que poseen tierras habilitadas con riego son los que disfrutan del nivel de vida más alto del sector.

Lo más frecuente, en el estado, es la irrigación rodando el agua a través del sistema de siembra o plantación, aprovechando la fuerza de la gravedad, donde el agua corre a través de los surcos, camas, melgas, bordos, etc., hasta inundar por completo los campos de cultivo.

115 INE

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Agricultura de riego por aspersión cerca de Aldama.

aguas del Río Florido y algunos aprovechamientos subterráneos; beneficia tierras de los municipios de Coronado y López.

El D R 083 Papigochic, localizado en la parte alta de la cuenca del río Yaqui, beneficia con riego aproximadamente 5 500 ha en el municipio de Guerrero, mediante el aprovechamiento del caudal del Río Papigochic, a través de las presas Abraham González sobre todo e Independencia (Peñitas) del arroyo Nuevo Madera, de menor capacidad.

Existen además, otros campos habilitados con riego, como son: el Valle Alta Babícora, parte de los valles aledaños a la ciudad de Cuauhtemoc, en los alrededores de Juan Aldama, al norte de la ciudad capital, a lo largo del cauce del Río Florido (fuera del D R 103) entre las poblaciones de José Mariano Jiménez y Santa Rosalía de Camargo, en las inmediaciones de Ascensión, Janos y San Miguel Ahumada, principalmente.

Agricultura de riego por gravedad. El agua de riego se distribuye en las parcelas de cultivo por medio de sifones.

Buena parte de las áreas irrigadas en los campos chihuahuenses están controladas por los llamados Distritos de Riego (D R), que se dividen en siete y son administrados por la Comisión Nacional del Agua (CNA).

De ellos, el más importante es el D R 005 Delicias, alimentado por las presas La Boquilla y Francisco I. Madero (Las Vírgenes). Aunque la superficie cultivada suele cambiar año con año, de acuerdo con la disponibilidad de agua, el área beneficiada fluctúa alrededor de 84 000 ha, en los municipios de Camargo, La Cruz, Saucillo, Rosales, Meoqui y Julimes.

El D R 009 Valle de Juárez, localizado en la frontera norte, irriga alrededor de 25 456 ha, recibe aportaciones del Río Bravo, mediante una presa derivadora localizada en la ciudad de Juárez, además de numerosos pozos del sistema acuífero del Valle de Juárez; este distrito beneficia tierras agrícolas de los municipios de Juárez, Guadalupe y Práxedis G. Guerrero.

El D R 089 El Carmen, ubicado al sureste de la población de San Miguel Ahumada, mantiene en producción cerca de 20 815 ha, la gran mayoría es distribuida por gravedad y beneficia terrenos pertenecientes al municipio de Buenaventura; este distrito aprovecha las aguas del río del Carmen, por medio de la presa Las Lajas, además de numerosos aprovechamientos subterráneos de la zona de explotación Flores Magón-Villa Ahumada.

El D R 090 Bajo Río Conchos, comprende cerca de 10 975 ha en el municipio de Ojinaga. La fuente principal de aprovisionamiento de agua es el río Conchos, controlado aguas arriba por la presa Luis L. León (El Granero), donde el agua es distribuida a través de canales primarios y secundarios por gravedad.

El D R 042 Buenaventura, irriga poco más de 7 718 ha en los municipios del mismo nombre y Galeana; este distrito aprovecha las aguas de las presas Las Chepas y El Tintero, construidas sobre el río Santa María, además de numerosos aprovechamientos subterráneos.

El D R 103 Río Florido, se localiza en la parte baja de la cuenca hidrológica del mismo nombre y riega alrededor de 8 690 ha, con

AGRICULTURA DE RIEGO

Los municipios que poseen mayores extensiones con riego son: Cuauhtémoc (que por sí solo representa 11% de la superficie regada en el estado), Ascensión, Buenaventura, Jiménez, Namiquipa, Janos y Saucillo, que en conjunto comprenden 37% de las tierras irrigadas en Chihuahua.

La superficie beneficiada con riego en el lapso comprendido entre 1990 y 2000 se mantiene en 354 542 ha promedio; durante 1993/1994 se registró la máxima extensión irrigada con 399 787 ha y en 1994/1995 se sembró la mínima, con 322 997 ha.

En promedio, los terrenos habilitados con riego alcanzaron el punto de cosecha en 336 976 ha, que significa 95%; el año con mejor porcentaje fue 1991/1992 con 99%, el más bajo fue 93% y se presentó durante dos años consecutivos: 1994/1995 y 1995/1996 (ver cuadro 4).

Cultivos Cíclicos de Riego

Respecto al área sembrada, los cultivos cíclicos de riego ocuparon 250 846 ha en promedio, esta cifra constituye una media de 28% del área total que ha sido sembrada con estos cultivos, el 72% restante corresponde a cíclicos de temporal.

El año agrícola que reportó la mayor área sembrada fue 1993/1994, con 297 978 ha, el año en que se registró la menor extensión fue 1998/1999 con 216 648 ha, una diferencia de 81 330 ha entre ambas (27.3%).

Las tierras cosechadas en promedio ascienden a 245 335 ha, cifra que corresponde a la obtención de utilidades en 98% de los terrenos sembrados. El año que registró una mayor área cosechada coincide con la de más alta siembra, o sea 1993/1994, donde se levantó producción en 97% del área o sea en 289 075 ha; en 1994/1995 se registró el valor mínimo de cosecha, con 212 602 ha (ver cuadro 5).

Cuadro 4

ANO SUPERFICIE SEMBRADA1

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SUPERFICIE COSECHADA'

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PORCENTAJE DE COSECHA

1990/1991 1991/1992 1992/1993 1993/1994 1994/1995 1995/1996 1996/1997 1997/1998 1998/1999 1999/2000 PROMEDIO

346 181 359 068 353 067 399 787 322 997 323 434 393 142 369 084 328 424 350 238 354 542

330 672 355 973 346 424 374 537 300 404 301 740 371 740 346 030 312 386 329 858 336 976

96 99 98 94 93 93 95 94 95 94 95

1 Comprende los ciclos otoño-invierno, primavera-verano y cultivos perennes. FUENTE: INEGI. Anuario Estadístico del Estado de Chihuahua; ediciones 1993, 1994, 1995, 1996, 1997, 1998, 1999,

2000 y 2001.

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CULTIVOS CICLICOS DE RIEGO Cuadro 5

ANO SUPERFICIE SEMBRADA1

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SUPERFICIE COSECHADA'

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PORCENTAJE DE COSECHA

1990/1991 1991/1992 1992/1993 1993/1994 1994/1995 1995/1996 1996/1997 1997/1998 1998/1999 1999/2000 PROMEDIO

249 307 259 395 260 413 297 978 219 090 228 243 286 451 259 931 216 648 231 000 250 846

239 594 258 047 255 972 289 075 212 602 222 313 278 424 256 120 212 621 228 585 245 335

' Comprende los ciclos otoño-invierno y primavera-verano. FUENTE: INEGI. Anuario Estadístico del Estado de Chihuahua; ediciones 1993, 1994, 1995, 1996, 1997, 1998, 1999,

2000 y 2001.

representado por los terrenos que poseen perennes de temporal.

En los años de referencia, las tierras Irrigadas para producción con este tipo de cultivos, muestran una ligera tendencia al incremento; es así, que el año que registró una extensión menor fue 1992/1993, con 92 654 ha y el espacio mayor ocupado por perennes fue 1999/2000 con 119 238 ha, la diferencia entre uno y otro es de 26 584 ha (22%).

Los terrenos cosechados presentan una media de 91 641 ha, lo que significa que estos cultivos alcanzan su ciclo productivo en 88% del área dedicada a ellos (ver cuadro 6).

Los principales cultivos cíclicos de riego son: maíz grano, algodón, chile verde, frijol, sorgo grano, avena grano y forrajera, cacahuate, trigo grano y sandía. De ellos, el maíz grano es el que cubre mayores extensiones y representa casi 20% de la superficie regada en el estado; los principales municipios maiceros son: Cuauhtemoc y Namiquipa.

El algodón es un cultivo que se desarrolla únicamente bajo riego, se produce durante el ciclo primavera-verano, sobre todo en Ascensión, Práxedis G. Guerrero, Buenaventura y Janos. El chile verde es otro importante cultivo anual que sólo se cultiva en condiciones de regadío, en su mayoría en Ascensión, Buenaventura, Delicias, Camargo, Meoqui, Saucillo y Jiménez.

Existen otros cultivos cíclicos de riego que cubren extensiones más reducidas, pero no por ello dejan de ser importantes, entre ellos se encuentran: maíz forrajero, papa, melón, diversas hortalizas, jitomate, tomate verde, chile seco, soya, pasto rye grass, calabaza, calabacita, camote, pepino, ajo, cebolla, sorgo forrajero, lechuga, col, haba, coliflor y varios más.

Cultivos cíclicos de riego.Trigo en las cercanías de Meoqui.

De las 250 846 ha promedio que son empleadas en la producción de cultivos cíclicos o anuales bajo condiciones de riego, aproximadamente 85% o sea 213 219 ha se llevan a cabo durante el ciclo de primavera- verano (este porcentaje es variable en algunos años debido a que la disponibilidad de agua no es uniforme en cada ciclo, porque la recurrencia de sequías hace que ésta presente grandes variaciones).

Los principales cultivos durante este ciclo son: maíz grano, algodón, chile verde, frijol y sorgo grano, los cuales representan más de tres cuartas partes de la superficie de riego con cíclicos durante esta temporada; la porción restante está ocupada por: avena forrajera, maíz forrajero, avena grano, sorgo forrajero, cebada, chile seco y cacahuate. Este último se siembra sobre todo en Meoqui, Rosales, Delicias, Saucillo y Julimes.

La temporada de otoño-invierno comprende el 15% de las tierras en producción, esto es 37 627 ha. Los principales cultivos en este ciclo son trigo grano, avena forrajera y avena grano; otros plantíos que ocupan menor área son: cebada grano y cebolla.

El trigo se produce en varios municipios, pero los que registran mayores superficies son: Buenaventura, Janos, Delicias, Meoqui y Nuevo Casas Grandes.

Cultivos Perennes de Riego

En Chihuahua, casi la totalidad de las tierras plantadas con cultivos perennes se encuentra bajo condiciones de riego; éstos cubren 103 697 ha promedio, que significan 99% del área total dedicada a plantaciones, el 1% restante está

Cultivos perennes de riego. El cultivo del nogal es una actividad económica importante en varias zonas productoras de la entidad.

CULTIVOS PERENNES DE RIEGO

AÑO SUPERFICIE SEMBRADA

(ha) 1990/1991 1991/1992 1992/1993 1993/1994 1994/1995 1995/1996 1996/1997 1997/1998 1998/1999 1999/2000 PROMEDIO

96 874 99 673 92 654

101 809 103 907 95 191

106 691 109 153 111 776 119 238 103 697

SUPERFICIE COSECHADA'

(ha) 91 078 97 926 90 452 85 462 87 802 79 427 93 316 89 910 99 765

101 273 91 641

Cuadro 6

PORCENTAJE DE COSECHA

94 98 98 84 85 83 87 82 89 85 88

FUENTE: INEGI. Anuario Estadístico del Estado de Chihuahua; ediciones 1993, 1994, 1995, 1996, 1997, 1998, 1999, 2000 y 2001.

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INE

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Los principales cultivos perennes de riego son: alfalfa achicalada, nogal, manzano, durazno y diversos pastos permanentes.

La alfalfa achicalada es el cultivo que registra mayor superficie, significa 45% de los terrenos regados con este tipo de cultivos, se produce sobre todo en Meoqui, Jiménez, Delicias, Saucillo y Ahumada, que en conjunto concentran casi la mitad de las tierras dedicadas a esta importante leguminosa forrajera.

El cultivo de nogal significa cerca de 30% de las tierras irrigadas con perennes, Jiménez registra las mayores extensiones de nogal, pero también sobresalen Camargo, Saucillo, Allende y Aldama.

El manzano es el cultivo que presenta mayor superficie después de los dos anteriores, cubre 21% de la extensión regada para perennes, Guerrero y Cuauhtémoc concentran casi la mitad de las plantaciones con manzano, pero también son importantes Namiquipa, Bachíniva y Casas Grandes, que junto con Guerrero y Cuauhtémoc concentran casi tres cuartas partes de los huertos con producción de manzana.

El durazno y las praderas permanentes constituyen 3% de las tierras regadas con cultivos perennes. El primero se cultiva en Casas Grandes, Nuevo Casas Grandes y Janos; las praderas se encuentran sobre todo en Casas Grandes, Aldama y Guadalupe.

que el valor de la producción de estos últimos supera ampliamente al valor de los de temporal.

La agricultura de temporal se puede considerar como sinónimo de la agricultura de subsistencia; posee una escasa variabilidad de cultivos, en Chihuahua, se concentra en la realización de cultivos como el maíz, frijol y la avena forrajera. Estos artículos son los que en apariencia representan menores costos a los agricultores; además, los dos primeros constituyen una seguridad en la alimentación y una reserva que puede ser transformada en dinero, cuando por causa de enfermedad u otros imprevistos, lo requieran los campesinos. La producción agrícola se caracteriza por los bajos rendimientos obtenidos por hectárea, debidos al sistema de monocultivo y a la falta de insumos tales como semillas mejoradas, abonos y fertilizantes, que permitieran incrementar el rendimiento; además, sigue siendo preponderante el uso de instrumentos tradicionales como el arado, además de la fuerza de trabajo humana y animal como principal fuente de energía. La agricultura de temporal se encuentra muy descapitalizada, ya que los campesinos no poseen recursos financieros suficientes como para que la agricultura constituya para ellos una actividad rentable. Sin embargo, esta forma de producción del campo representa la principal fuente de ocupación en el sector agrícola de la entidad, la mayor parte de la población rural labora en áreas temporaleras y enfrenta

Cultivos perennes de riego. Vista de huertos con manzano cerca de Cuauhtémoc.

El 1% restante está dedicado a cultivos como: uva industrial, cereza, ciruela del país, espárrago, pera, frambuesa, nopal forrajero, membrillo y orégano entre varios más. De estos dos últimos, la entidad es uno de los principales productores a nivel nacional.

AGRICULTURA DE TEMPORAL

Los terrenos con agricultura de temporal dominan ampliamente sobre los que tienen riego en el estado, los primeros comprenden 64% de las tierras de labor y el 36% restante pertenece a las tierras irrigadas; sin embargo, las adversidades del clima y la baja tecnificación dificultan el buen desarrollo de este tipo de actividad y determina un alto grado de aleatoriedad al sembradío de secano; por ello, los niveles de productividad entre el temporal y el riego son tan dispares,

múltiples problemas, debido al clima imperante en la gran mayoría de las tierras y el bajo nivel tecnológico que prevalece, así como la escasez de crédito y la falta de asesoría técnica.

A diferencia de los terrenos habilitados con riego, donde los trabajos de labranza se realizan con maquinaria agrícola, en buena parte de las tierras de temporal (hasta 30% en el último ciclo agrícola, según datos de la SAGARPA, 2001), la labranza es con base en implementos de tracción animal; además, el uso continuo de los terrenos ha disminuido la disponibilidad de nutrientes y aunado al uso insuficiente e ineficiente de fertilizantes, no se reincorporan los elementos nutritivos al suelo, lo que ocasiona el paulatino empobrecimiento de las tierras, que mantiene a esta esencial actividad, con un marcado carácter de subsistencia.

La agricultura de temporal en Chihuahua se circunscribe casi a la producción de cultivos anuales, los cuales representan casi la totalidad de los terrenos de temporal en el agro chihuahuense (ya que los cultivos perennes de temporal constituyen una mínima proporción). Cabe también hacer notar la poca diversificación de la agricultura de temporal, donde se trabajan sólo 9 especies, de las cuales tres, ocupan cerca del 85% de la superficie de labor.

Dada la estrecha dependencia que existe entre la siembra de temporal y las condiciones del clima, ésta se practica con éxito en lugares donde la precipitación pluvial provee de humedad suficiente para el desarrollo del cultivo; sin embargo, los niveles de precipitación en los campos agrícolas del estado, son muchas veces insuficientes para llevar al cultivo a buen término. Por ejemplo, la región inmediata a la ciudad de Cuauhtémoc, es la más importante zona temporalera, en ella la precipitación pluvial fluctúa entre 400 y 600 mm por año, cantidad que es insuficiente para finalizar el ciclo de cultivos como el maíz y el frijol, principales de esta zona y que requieren como mínimo, alrededor de 800 y 750 mm respectivamente para su buen desarrollo. Además, las heladas y granizadas, frecuentes en esta parte del país, causan severos daños en la producción.

En Chihuahua, el temporal se concentra sobre todo en los municipios que forman parte de la Provincia Fisiográfica Sierra Madre Occidental, de manera particular, en la Subprovincia Sierras y Llanuras Tarahumaras. Se distribuye en gran parte de los altos valles y llanuras, a más de 2000 msnm, bajo la influencia de climas semisecos templados, con cantidades de precipitación pluvial no muy abundantes que se concentran durante los meses de verano y los cuales poseen temperaturas frescas que mitigan en parte el excesivo déficit en la evapotranspiración; los suelos en estos lugares son profundos y medianamente profundos con texturas variables y pendientes suavemente onduladas.

El municipio que registra la mayor extensión de temporal es Namiquipa, seguido de Cuauhtémoc, Riva Palacio, Guerrero, Cusihuiriachi, Madera, Bachíniva y Guachochi, que en conjunto concentran poco más de 60% de las tierras de temporal en el estado. Otros municipios de esta subprovincia que tienen importantes superficies con agricultura de temporal son: Gómez Farias, Ignacio Zaragoza, Temósachi, Carichí y Matachí. Hacia el pie de la sierra, en condiciones similares a las descritas, también se desarrolla esta actividad, sobre todo en los municipios de Chihuahua, Santa Isabel, Gran Morelos, Satevó, Matamoros, Doctor Belisario Domínguez y Valle de Zaragoza.

Hacia el interior del gran macizo montañoso, en la Subprovincia Gran Meseta y Cañones Chihuahuenses, también existen terrenos temporaleros en ambientes más húmedos que los definidos con anterioridad y con temperaturas más frescas aún, condiciones ambientales propias de los climas templados y semifríos subhúmedos; en estos sitios la agricultura se establece sobre las cimas de amplias mesetas, con suelos de mediana profundidad y a veces escasa, de texturas finas y pedregosos; los principales municipios son: el ya mencionado Guachochi, además de Guadalupe y Calvo, Bocoyna, Urique, Balleza y Batopilas, los cuales comprenden en conjunto 10% del temporal.

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AGRICULTURA DE TEMPORAL

SUPERFICIE AÑO SEMBRADA' (ha) 1990/1991 619 516 1991/1992 603 952 1992/1993 600 409 1993/1994 628 023 1994/1995 625 656 1995/1996 644 202 1996/1997 684 439 1997/1998 695 514 1998/1999 628 411 1999/2000 630 803 PROMEDIO 636 093

De las tierras de labor en el estado, que ascienden en promedio a 990 635 ha, 64% corresponden a la agricultura de temporal, que equivale a 636 093 ha. A pesar de las variaciones en las extensiones sembradas con temporal, éstas se mantienen siempre por arriba de las 600 000 ha; el año que registró la mayor superficie fue 1997/1998 con 695 514 ha y con menor área sembrada fue 1992/1993, con 600 409 ha. Existe entre ellas una diferencia de 95 105 ha.

En promedio, se cosecharon 507 627 ha que equivalen a 80% de los terrenos en activo. El mejor año de producción se alcanzó en 1992/1993, donde se obtuvo cosecha en 97% del área laborada y el más bajo se reportó en 1999/2000 donde sólo se alcanzó rendimiento en 43% de los terrenos trabajados, lo que significó la pérdida de la cosecha en 357 632 ha (ver cuadro 7).

Cultivos Cíclicos de Temporal

El maíz grano, la avena forrajera, avena para grano y el frijol se muestran a través de los años considerados (entre 1990 y 2000), como los más importantes respecto de la superficie que poseen; en conjunto, cubren cerca del 85% de las tierras de temporal, pero otros productos como el trigo, la cebada, el sorgo, el cacahuate, la cebolla y la papa también han ido adquiriendo relevancia en la economía agrícola del estado.

De las 885 726 ha que en promedio se han sembrado entre estos diez años agrícolas con cultivos cíclicos, 634 881 ha corresponden a siembras de temporal, esto representa 72% del área total ocupada por este tipo de productos.

Casi la totalidad de los cultivos anuales de temporal se trabajan en el ciclo de primavera- verano, durante el de otoño-invierno se cultiva menos de 1 %; esta situación evidencia el carácter de las condiciones que imponen los climas de estos lugares, donde la mayor parte de la escasa pluviosidad se concentra durante los meses de verano.

La escasez de las lluvias y la recurrencia de sequías le proporciona a la agricultura un fuerte carácter aleatorio y provoca que la superficie dedicada a un determinado cultivo sea muy variable de un año a otro.

Al parecer, existe entre la gente del campo una tendencia que determina si siembra uno u otro cultivo. Cuando el inicio de la temporada agrícola presagia lluvias suficientes para el temporal, los agricultores dan preferencia al cultivo de maíz; si éstas se retrasan algo más de lo debido, el espacio dedicado a frijol se incrementa, y si el retraso es aún mayor, parte de las tierras que usualmente se cultivan de frijol y de maíz, se vuelven hacia la avena forrajera, debido a que esta última requiere de menor humedad y es más resistente a las heladas.

Cuadro 7

SUPERFICIE PORCENTAJE DE COSECHADA' COSECHA

(ha) 585 974 95 541 724 90 580 687 97 368 843 59 403 361 64 612 632 95 574 215 84 562 896 81 572 764 91 273 171 43 507 627 80

Es por ello que entre los años de 1990 y 2000, las mayores superficies cultivadas de temporal se alternan con cualquiera de estos tres cultivos, siendo el frijol el que domina en seis de los diez años considerados, en menor grado maíz, que cubrió mayores espacios en tres de ellos, y en el último año registrado (1999/2000) la mayor área correspondió a avena forrajera.

En el panorama agrícola del estado, el frijol es uno de los cultivos fundamentales; los principales municipios productores de frijol son: Namiquipa, Cuauhtémoc, Chihuahua, Riva Palacio, Guerrero, Gran Morelos, Santa Isabel y Cusihuiriachi.

El maíz es otro de los cultivos más importantes por la superficie que se le dedica, porque es un grano básico en la alimentación de la población y porque es de los cultivos que presentan cierta seguridad en la producción en áreas temporaleras, se siembra para propósito de obtener grano o para forraje y prospera en los más diversos puntos de la entidad, siendo los municipios principales: Namiquipa, Guachochi, Bocoyna, Cuauhtémoc, Riva Palacio,

Guadalupe y Calvo, Chihuahua, Batopilas, Balleza, Madera, Guerrero, Ignacio Zaragoza y Gómez Farias.

Otros cultivos cíclicos de temporal, que ocupan poca superficie son: trigo forrajero, sorgo para grano y para forraje.

Según los datos censales, Chihuahua es una de las entidades más significativas en la producción de avena para grano, ocupa el primer lugar nacional (SAGARPA, 2001) y los municipios que registran mayores espacios con ella son: Cuauhtémoc, Namiquipa, Cusihuiriachi, Guerrero, Bachíniva, Madera y Riva Palacio.

El año agrícola que reportó el mayor espacio sembrado fue 1997/1998 con 694 106 ha, el año en que se registró la menor extensión fue 1992/1993 con 599 519 ha, una diferencia de 94 587 ha entre ambos (14%).

Las tierras cosechadas con cultivos cíclicos de temporal promedian 506 831 ha, cifra que corresponde a la obtención de utilidades en 80% de los terrenos sembrados. El año que registró una mayor área fue 1995/1996, con 611 729 ha, y durante 1992/1993 se registró el más alto porcentaje de cosecha, con 97%, cifra muy significativa si se considera el fuerte carácter aleatorio que las condiciones climáticas imponen a esta actividad. Durante el ciclo más reciente, o sea 1999/2000 se reportó el valor mínimo, donde sólo se obtuvo producción en 43% de las áreas que fueron trabajadas, esto significó la pérdida de 357 307 ha (ver cuadro 8).

Cultivos Perennes de Temporal

Debido sobre todo a las adversidades del clima, la superficie que sustenta cultivos permanentes de temporal es mínima, se siembra casi a nivel de traspatio, bajo la influencia de climas

Cultivos cíclicos de temporal. Campos de maíz en las proximidades de Cuauhtémoc.

CULTIVOS CÍCLICOS DE TEMPORAL Cuadro 8

AÑO SUPERFICIE SEMBRADA1

(ha)

SUPERFICIE COSECHADA1

(ha)

PORCENTAJE DE COSECHA

1990/1991 1991/1992 1992/1993 1993/1994 1994/1995 1995/1996 1996/1997 1997/1998 1998/1999 1999/2000 PROMEDIO

619 063 603 537 599 519 626 609 624 253 642 273 683 041 694 106 627 008 629 399 634 881

585 521 541 309 579 919 368 152 402 621 611 729 573 300 561 920 571 748 272 092 506 831

95 90 97 59 64 95 84 81 91 43 80

' Comprende los ciclos otoño-invierno y primavera-verano. FUENTE: INEGI. Anuario Estadístico del Estado de Chihuahua-, ediciones 1993, 1994, 1995, 1996, 1997, 1998, 1999,

2000 y 2001.

' Comprende los ciclos otoño-invierno, primavera-verano y cultivos perennes. FUENTE: INEGI. Anuario Estadístico del Estado de Chihuahua: ediciones 1993, 1994, 1995, 1996, 1997, 1998, 1999,

2000 y 2001.

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templados y semifríos, propios de la Sierra Madre Occidental y representa sólo 0.2% de las tierras de temporal en el estado, esto significa 1 212 ha en promedio.

La superficie cosechada promedio asciende a 796 ha, lo que significa que sólo 66% del área que originalmente fue sembrada alcanzó a terminar el ciclo de producción y con niveles de productividad muy bajos (ver cuadro 9).

CULTIVOS PERENNES DE TEMPORAL

SUPERFICIE AÑO SEMBRADA (ha) 1990/1991 453 1991/1992 415 1992/1993 890 1993/1994 1414 1994/1995 1403 1995/1996 1929 1996/1997 1398 1997/1998 1408 1998/1999 1403 1999/2000 1404 PROMEDIO 1 212

El temporal de cultivos permanentes se limita exclusivamente al manzano, del cual existen plantaciones en los municipios de Namiquipa, Balleza, Guachochi, Guadalupe y Calvo, Madera e Ignacio Zaragoza.

TECNOLOGÍA AGRÍCOLA

Según Datos de la Delegación Estatal de la SAGARPA, durante el último ciclo agrícola registrado (1999/2000), en el agro chihuahuense, más de 92% de la superficie agrícola de riego y 80% de la de temporal fueron fertilizadas con abonos químicos y orgánicos, esto significó la aplicación de este tipo de productos en 320 556 ha, y 504 765 ha, respectivamente.

Esta misma institución apunta, que para ese año agrícola, las labores culturales -que van desde la preparación del terreno hasta la cosecha-, se realizan con maquinaria agrícola en la totalidad de la superficie de riego, o sea, en 350 238 ha y en 70% de las de temporal, lo que significa 441 562 ha, esto arroja un total de 791 800 ha mecanizadas.

Las principales plagas y enfermedades en la agricultura de la entidad, inciden mayormente en los cultivos cíclicos debido a la superficie que ocupan. Son especialmente importantes en frijol, las siguientes plagas: las chicharritas, conchuela, minador de la hoja, picudo del ejote, gusano trazador y chapulín; enfermedades de frijol como la antracnosis o chahuixtle y el tizón de halo.

En maíz, las plagas reportadas como más frecuentes son: trips, gusano barrenador del maíz, gusano cogollero, gusano elotero y araña roja; las enfermedades en maíz carecen de importancia económica, sin embargo se recomienda el uso de semilla mejorada para evitar su ocurrencia.

En avena, el principal problema se presenta con el pulgón de la espiga.

Cuadro 9

SUPERFICIE PORCENTAJE DE COSECHADA1 COSECHA (ha)

453 100 415 100 768 86 691 49 740 53 903 47 915 65 976 69

1016 72 1079 77 796 66

En manzano, las principales plagas que se presentan son: pulgón lanígero y palomilla de la manzana: respecto a las enfermedades: cenicilla del manzano y la mancha negra del manzano.

En alfalfa: pulgón verde, pulgón manchado, trips, periquitos, gusano medidor, gusano soldado y falso medidor; enfermedades: marchitez bacteriana y la pudrición texana.

Todas las plagas y enfermedades se controlan mediante labores culturales, como el empleo de variedades resistentes, semillas mejoradas, rotación de cultivos, barbechos inmediatos a la cosecha para exponer las plagas al intemperismo y al sol, pero cuando éstas inciden mayormente se emplean productos químicos para su control.

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