Sintesis de La Enciclica Caridad en La Verdad.

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1 SINTESIS DE LA ENCICLICA «CARITAS IN VERITATE» Sigue la síntesis facilitada por la Oficina de Prensa de la Santa Sede de la nueva encíclica de Benedicto XVI, «Caritas in veritate»: La Caridad en la verdad, sobre el desarrollo humano integral en la caridad y en la verdad. La Encíclica, publicada hoy, consta de una introducción, seis capítulos y una conclusión y está fechada el 29 de junio de 2009, solemnidad de San Pedro y San Pablo. «En la Introducción -explica la síntesis- el Papa recuerda que la caridad es «la vía maestra de la doctrina social de la Iglesia». Por otra parte, dado el «riesgo de ser mal entendida o excluida de la ética vivida» advierte de que «un cristianismo de caridad sin verdad se puede confundir fácilmente con una reserva de buenos sentimientos, provechosos para la convivencia social, pero marginales». «El desarrollo (...) necesita esta verdad», escribe Benedicto XVI y analiza «dos criterios orien¬tadores de la acción moral: la justicia y el bien común. (...) Todo cristiano está llamado a esta caridad, según su vocación y sus posibilidades de incidir en la polis. Ésta es la vía institucional del vivir social». El primer capítulo está dedicado al «Mensaje de la «Populorum progressio» de Pablo VI que « reafirmó la importancia imprescindible del Evangelio para la construcción de la sociedad según libertad y justicia». «La fe cristiana -escribe Benedicto XVI- se ocupa del desarrollo no apoyándose en privilegios o posiciones de poder (...) sino solo en Cristo». El pontífice evidencia que «las causas del subdesarrollo no son principalmente de orden material». Están ante todo en la voluntad, el pensamiento y todavía más «en la falta de fraternidad entre los hombres y los pueblos». «El desarrollo humano en nuestro tiempo» es el tema del segundo

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Caritas in veritatis

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SINTESIS DE LA ENCICLICA CARITAS IN VERITATE

Sigue la sntesis facilitada por la Oficina de Prensa de la Santa Sede de la nueva encclica de Benedicto XVI, Caritas in veritate: La Caridad en la verdad, sobre el desarrollo humano integral en la caridad y en la verdad.

La Encclica, publicada hoy, consta de una introduccin, seis captulos y una conclusin y est fechada el 29 de junio de 2009, solemnidad de San Pedro y San Pablo.

En la Introduccin -explica la sntesis- el Papa recuerda que la caridad es la va maestra de la doctrina social de la Iglesia. Por otra parte, dado el riesgo de ser mal entendida o excluida de la tica vivida advierte de que un cristianismo de caridad sin verdad se puede confundir fcilmente con una reserva de buenos sentimientos, provechosos para la convivencia social, pero marginales.

El desarrollo (...) necesita esta verdad, escribe Benedicto XVI y analiza dos criterios orientadores de la accin moral: la justicia y el bien comn. (...) Todo cristiano est llamado a esta caridad, segn su vocacin y sus posibilidades de incidir en la polis. sta es la va institucional del vivir social.

El primer captulo est dedicado al Mensaje de la Populorum progressio de Pablo VI que reafirm la importancia imprescindible del Evangelio para la construccin de la sociedad segn libertad y justicia. La fe cristiana -escribe Benedicto XVI- se ocupa del desarrollo no apoyndose en privilegios o posiciones de poder (...) sino solo en Cristo. El pontfice evidencia que las causas del subdesarrollo no son principalmente de orden material. Estn ante todo en la voluntad, el pensamiento y todava ms en la falta de fraternidad entre los hombres y los pueblos.

El desarrollo humano en nuestro tiempo es el tema del segundo captulo. El objetivo exclusivo del beneficio, cuando es obtenido mal y sin el bien comn como fin ltimo -reitera el Papa- corre el riesgo de destruir riqueza y crear pobreza Y enumera algunas distorsiones del desarrollo: una actividad financiera en buena parte especulativa, los flujos migratorios frecuentemente provocados y despus no gestionados adecuadamente o la explotacin sin reglas de los recursos de la tierra. Frente a esos problemas ligados entre s, el Papa invoca una nueva sntesis humanista, constatando despus que el cuadro del desarrollo se despliega en mltiples mbitos: (...) crece la riqueza mundial en trminos absolutos, pero aumentan tambin las desigualdades (...) y nacen nuevas pobrezas.

En el plano cultural -prosigue- (...) las posibilidades de interaccin han dado lugar a nuevas perspectivas de dilogo, (...) pero hay un doble riesgo. En primer lugar un eclecticismo cultural donde las culturas se consideran sustancialmente equivalentes. El peligro opuesto es el de rebajar la cultura y homologar los (...) estilos de vida. Benedicto XVI recuerda el escndalo del hambre y auspicia una ecunime reforma agraria en los pases en desarrollo.

Asimismo, el pontfice evidencia que el respeto por la vida en modo alguno puede separarse de las cuestiones relacionadas con el desarrollo de los pueblos y afirma que cuando una sociedad se encamina hacia la negacin y la supresin de la vida acaba por no encontrar la motivacin y la energa necesarias para esforzarse en el servicio del verdadero bien del hombre.

Otro aspecto ligado al desarrollo es el derecho a la libertad religiosa. La violencia - escribe el Papa-, frena el desarrollo autntico y esto ocurre especialmente con el terrorismo de inspiracin fundamentalista.

Fraternidad, desarrollo econmico y sociedad civil es el tema del tercer captulo, que se abre con un elogio de la experiencia del don, no reconocida a menudo, debido a una visin de la existencia que antepone a todo la productividad y la utilidad. (...) El desarrollo, (...) si quiere ser autnticamente humano, necesita en cambio dar espacio al principio de gratuidad, y por cuanto se refiere al mercado la lgica mercantil, sta debe estar ordenada a la consecucin del bien comn, que es responsabilidad sobre todo de la comunidad poltica.

Retomando la encclica Centesimus annus indica la necesidad de un sistema basado en tres instancias: el mercado, el Estado y la sociedad civil y espera en una civilizacin de la economa. Hacen falta formas de economa solidaria y tanto el mercado como la poltica tienen necesidad de personas abiertas al don recproco.

El captulo se cierra con una nueva valoracin del fenmeno de la globalizacin, que no se debe entender solo como un proceso socio-econmico. (...) La globalizacin necesita una orientacin cultural personalista y comunitaria abierta a la trascendencia (...) y capaz de corregir sus disfunciones.

En el cuarto captulo, la Encclica trata el tema del Desarrollo de los pueblos, derechos y deberes, ambiente. Gobierno y organismos internacionales -se lee- no pueden olvidar la objetividad y la indisponibilidad de los derechos. A este respecto, se detiene en las problemticas relacionadas con el crecimiento demogrfico.

Reafirma que la sexualidad no se puede reducir a un mero hecho hedonstico y ldico. Los Estados, escribe, estn llamados a realizar polticas que promuevan la centralidad de la familia.

La economa -afirma una vez ms- tiene necesidad de la tica para su correcto funcionamiento; no de cualquier tica sino de una tica amiga de la persona. La misma centralidad de la persona, escribe, debe ser el principio gua en las intervenciones para el desarrollo de la cooperacin internacional. (...) Los organismos internacionales -exhorta el Papa- deberan interrogarse sobre la real eficacia de sus aparatos burocrticos, con frecuencia muy costosos.

El Santo Padre se refiere ms adelante a las problemticas energticas. El acaparamiento de los recursos por parte de Estados y grupos de poder, denuncia, constituyen un grave impedimento para el desarrollo de los pases pobres. (...) Las sociedades tecnolgicamente avanzadas -aade- pueden y deben disminuir la propia necesidad energtica, mientras debe avanzar la investigacin sobre energas alternativas.

La colaboracin de la familia humana es el corazn del quinto captulo, en el que Benedicto XVI pone de relieve que el desarrollo de los pueblos depende sobre todo del reconocimiento de ser una sola familia. De ah que, se lee, la religin cristiana puede contribuir al desarrollo solo si Dios encuentra un puesto tambin en la esfera pblica.

El Papa hace referencia al principio de subsidiaridad, que ofrece una ayuda a la persona a travs de la autonoma de los cuerpos intermedios. La subsidiariedad, explica, es el antdoto ms eficaz contra toda forma de asistencialismo paternalista y es ms adecuada para humanizar la globalizacin.

Asimismo, Benedicto XVI exhorta a los Estados ricos a destinar mayores cuotas del Producto Interno Bruto para el desarrollo, respetando los compromisos adquiridos. Y augura un mayor acceso a la educacin y, an ms, a la formacin completa de la persona afirmando que, cediendo al relativismo, se convierte en ms pobre. Un ejemplo, escribe, es el del fenmeno perverso del turismo sexual. Es doloroso constatar -observa- que se desarrolla con frecuencia con el aval de los gobiernos locales.

El Papa afronta a continuacin al fenmeno histrico de las migraciones. Todo emigrante, afirma, es una persona humana que posee derechos que deben ser respetados por todos y en toda situacin.

El ltimo prrafo del captulo lo dedica el Pontfice a la urgencia de la reforma de la ONU y de la arquitectura econmica y financiera internacional. Urge la presencia de una verdadera Autoridad poltica mundial (...) que goce de "poder efectivo.

El sexto y ltimo captulo est centrado en el tema del Desarrollo de los pueblos y la tcnica. El Papa pone en guardia ante la pretensin prometeica segn la cual la humanidad cree poderse recrear valindose de los prodigios de la tecnologa. La tcnica, subraya, no puede tener una libertad absoluta.

El campo primario de la lucha cultural entre el absolutismo de la tecnicidad y la responsabilidad moral del hombre es hoy el de la biotica, explica el Papa, y aade: La razn sin la fe est destinada a perderse en la ilusin de la propia omnipotencia. La cuestin social se convierte en cuestin antropolgica. La investigacin con embriones, la clonacin, lamenta el Pontfice, son promovidas por la cultura actual, que cree haber desvelado todo misterio. El Papa teme una sistemtica planificacin eugensica de los nacimientos.

En la Conclusin de la Encclica, el Papa subraya que el desarrollo tiene necesidad de cristianos con los brazos elevados hacia Dios en gesto de oracin, de amor y de perdn, de renuncia a s mismos, de acogida al prjimo, de justicia y de paz.