Slawomir Mrozek Acantilado

download Slawomir Mrozek Acantilado

of 26

Transcript of Slawomir Mrozek Acantilado

  • 8/12/2019 Slawomir Mrozek Acantilado

    1/26

  • 8/12/2019 Slawomir Mrozek Acantilado

    2/26

    S AW O M I R M R OE K

    SAWOMIR MROZEK CELEBRA

    SU OCTOGSIMO ANIVERSARIO

    EN JUNIO DE 2010.

    PARA CONMEMORARLO,

    ACANTILADO REGALA A SUS LECTORES

    ESTE OPSCULO.

    b a r c e l o n a a c a n t i l a d o

  • 8/12/2019 Slawomir Mrozek Acantilado

    3/26

  • 8/12/2019 Slawomir Mrozek Acantilado

    4/26

    sawomir mrozek (Borzecin, Polonia, ) estu-di arquitectura, historia del arte y cultura oriental.

    Antes de darse a conocer como escritor, obtuvo cier-to xito como periodista y dibujante satrico. A par-tir de , su carrera literaria se desdobla en dos fa-cetas, la de autor dramticoque le ha merecido unreconocimiento universal y un extraordinario xitopopulary la de narrador. Acantilado emprendi en la publicacin de su obra narrativa. Entre suslibros destacan Juego de azar(), La vida difcil(),Dos cartas (), El rbol(), la novelaEl pequeo verano() y El elefante(). Por suobra, Sawomir Mroek ha sido galardonado con el

    premio de la Fundacin Genfer Kscielski-Stiftung(), el Prix de lHumor Noir (), el Premio Na-cional Austraco de literatura europea (), el pre-mio de la Asociacin de Escritores Polacos en el exi-lio () y el Premio Kafka ().

    *Por qu me ha dibujado Sawomir Mrozeken lugar de Leonardo da Vinci?

    *

  • 8/12/2019 Slawomir Mrozek Acantilado

    5/26

  • 8/12/2019 Slawomir Mrozek Acantilado

    6/26

    sawomir mrozek

    E L L E N

    El csar haba dado la seal. La reja subi y untrueno cada vez ms potente emergi de la maz-morra oscura. Los cristianos se agolparon en elcentro de la arena. La multitud se levant en losasientos para ver mejor. Un gruido ronco rodcomo una avalancha de piedras que se precipitapor la ladera de una montaa. Bullicio lleno deexcitacin. Gritos de miedo. La primera leona sa-

    li del tnel y avanz veloz sobre sus patas elsti-cas. El espectculo haba empezado.Bondani Cayo, el guardin de los leones,

    comprob con una larga percha que todas las fie-ras se hubieran sumado a la terrible fiesta. Ya res-piraba con alivio cuando observ que un len sehaba quedado en la puerta mascando una zana-horia sin ninguna prisa por salir a la arena. Cayosolt una maldicin, porque una de sus tareas eravigilar que ninguna bestia pululara por el circosin pegar golpe. De modo que se acerc a la dis-

    tancia estipulada por las normas de seguridad ehigiene laboral y pinch al len en una nalga para

  • 8/12/2019 Slawomir Mrozek Acantilado

    7/26

    azuzarlo. Para su gran sorpresa, el len no hizoms que volver la cabeza y menear la cola. Cayo

    lo volvi a pinchar, esta vez un poco ms fuerte.Vete a la porra!dijo el len.Cayo se rasc la cabeza. Sin lugar a dudas, el

    len acababa de darle a entender que no desea-ba ser objeto de ninguna agitacin poltica. Cayono era mala persona, pero tena miedo de que, alconstatar una negligencia en el cumplimiento desus deberes, el capataz lo arrojara entre los con-denados. Por otro lado, no tena ganas de discu-tir con el len. O sea que opt por la persuasin.

    Podras hacerlo por m le dijo.

    Ni hablarcontest el len, sin dejar deroer la zanahoria.Bondani baj la voz.No te obligo a devorar a nadie. Basta con

    que des unas cuantas vueltas y rujas un poco paratener una coartada.

    El len mene la cola.Ya te he dicho que ni hablar. Alguien me

    ver y me recordar, y luego uno puede ir dicien-do que no ha devorado a nadie; nadie lo va a creer.

    El guardin suspir. A continuacin, pregun-

    t con una pizca de rencor.Hablando en serio, por qu te niegas?

  • 8/12/2019 Slawomir Mrozek Acantilado

    8/26

    El len lo mir atentamente.Has dicho coartada. Nunca te has pre-

    guntado por qu ninguno de esos patricios correpor la arena devorando personalmente a los cris-tianos en vez de utilizarnos a nosotros, los leo-nes?

    Pues no lo s. Suelen ser personas mayores,tienen asma, sofocos

    Personas mayoresmurmur el lencon indulgencia. Se ve a la legua que no tienesni idea de poltica. La verdad es que quieren te-ner una coartada.

    Ante quin?

    Ante el brote de los nuevos tiempos. En lahistoria, uno debe tomar como punto de referen-cia lo nuevo, lo que brota. No se te ha ocurridonunca que los cristianos puedan llegar al poder?

    Al poder? Esa gente?Y tanto! Hay que saber leer entre lneas.

    Tengo la corazonada de que, tarde o temprano,Constantino el Grande pactar con ellos. Y en-tonces, qu? Recursos de revisin, rehabilita-ciones. Los de los palcos lo tendrn fcil. Dirn:No hemos sido nosotros, han sido los leones.

    Claro. No se me haba ocurrido.Lo ves? Pero ellos son lo de menos. A m

  • 8/12/2019 Slawomir Mrozek Acantilado

    9/26

    me importa mi pellejo. Si la cosa se pone fea, todoel mundo me habr visto comer zanahorias. Aun-

    que, dicho sea entre nosotros, las zanahorias sonuna bazofia.Pero tus colegas se comen a los cristianos,

    y tan contentos!observ Cayo con malicia.El len hizo una mueca.Paletos. Miopes y oportunistas. Se confor-

    man con lo primero que encuentran. Elementossociales desprovistos de instinto tctico. Pobrese ignorantes vctimas del colonialismo.

    Oyetitube Cayo.Dime!

    Si esos cristianos, ya sabes.Si los cristianos qu?Si llegan al poder?Podras dar fe de que no te he obligado a

    nada?Salus Reipublicae summa lex tibi estodijo

    el len sentenciosamente, y volvi a su zanahoria.

    Relato incluido en El elefante

  • 8/12/2019 Slawomir Mrozek Acantilado

    10/26

    quim monz

    A F AV O R D E M ROE K

    Descubr a Sawomir Mroek har cosa de seiso siete aos. El semanario The Europeanpubli-c cada semana un cuento suyo, durante meses,ms de un ao si no recuerdo mal. Mroek eraun escritor que desconoca y me fascin su agi-lidad. Desde principios de los ochenta, cuandole a Giorgio Manganelli, Robert Coover y Sergei

    Jefimovic por primera vez, nadie me haba sor-

    prendido tanto.Recortaba los cuentos de Mroek y los guar-daba en una carpeta. Hice fotocopias y le pasun juego a Jaume Vallcorba. Le empec a comerel coco dicindole que se tenan que traducir ypublicar. Le gustaron tanto como a m y en se-guida ya era l quien me deca que se tenan quetraducir y publicar. Vimos que pocos amigos sa-ban quin era Mroek, como nos pasaba a noso-tros antes de descubrirlo en The European. Slolo conoca alguna gente del teatro, porque algu-

    na obra suya se haba representado aos atrs.Al parecer haba habido una edicin en espaol

  • 8/12/2019 Slawomir Mrozek Acantilado

    11/26

    de un libro suyo, publicado haca lustros e inen-contrable. Empezamos a buscar traducciones al

    francs y al italiano. Apuntndose a la bsque-da, Sergi Pmies vino de Perpin con cuatro re-copilaciones de Mroek, en francs, bajo el bra-zo. Vallcorba empez la odisea para, primero, lo-calizar quin tenia efectivamente los derechos,seguidamente conseguirlos, y finalmente, buscardignos traductores del polaco.

    Cuando publiqu El porqu de las cosas, en lasentrevistas que me hacan, cuando me pregunta-ban por mis autores de referencia, siempre con-taba que eran bsicamente Buzatti, Manganelli

    y Mroek (apellido que tena que deletrear cadavez: eme, erre, o, zeta, e, ka) y que los referentesconcretos de los cuentos infantiles de El porqu...eran algunos de los autores que haban jugadocon ellos recientemente (Manganelli, Mroek,Carmen Martn Gaite, Angela Carter, Jos Agus-tn Goytisolo e Istvn rkny; no haban apare-cido todava los Cuentos po-lticamente correctosde Ja-mes Finn Garner), y queincluso un cuento de El

    porqu..., La bella durmien-te, es una pirueta a partir de la narra-

  • 8/12/2019 Slawomir Mrozek Acantilado

    12/26

    cin de Mroek titulada, precisamente,La belladurmiente. Pero ellos como quien oye llover y a

    pin fijo: Se considera dentro de la tradicinde Calders y Trabal?. Ya ni frustra que referen-cias a otros escritores queden sin identificar por-que no son suficientemente conocidos. El con-suelo, y al mismo tiempo una desesperacin ms,es que tambin las hay a autores ms conocidos(Dorothy Parker, Massimo Mattioli, Copi, BerylBainbridge) y tambin pasan desapercibidas.

    Cmo es posible que una narrativa tan es-plndida estuviera todava sin publicar en nues-tro pas? Porque son cuentos y los cuentos de

    un desconocido no encuentran fcilmente uneditor? Pronto har veinte aos, despus de ha-ber publicado mi primera novela, las editorialesme rechazaban dicindome que publicar librosde cuentos no interesaba a nadie. Vallcorba no

    tuvo ningn prejuicio en publicrmelos.Gracias a que ahora tampoco tiene nin-gn prejuicio en publicar los de un es-

    critor poco cono-cido aqu, Mroekaparece finalmente

    en nuestro idioma,hecho del que podemos alegrarnos to-

  • 8/12/2019 Slawomir Mrozek Acantilado

    13/26

    dos y que, particularmente, de ahora en adelanteme permitir, cuando lo cite como uno de los es-

    critores que admiro, no tener que deletrear cadavez su apellido.Mayo de , AVUI

  • 8/12/2019 Slawomir Mrozek Acantilado

    14/26

    francisco solano

    M R OE K N O E S S O M B R O . . .

    Mroek no es sombro, no tiende a la desespe-racin. Es ms bien un inadaptado, un inconfor-mista, un exigente, incapaz de amoldarse a losestereotipos. Y sus cuentos son stiras de libera-cin contra la persistencia de la estupidez. Nada

    escapa a su mirada incendiaria, ni las ideologasanacrnicas, ni las nuevas mitologas, entre las

    que incluye la libertad, la justicia y la democra-cia. Mroek es un volteriano sin momentos de

  • 8/12/2019 Slawomir Mrozek Acantilado

    15/26

    pausa; sus textos narrativos sesitan dentro del cuento filos-

    fico o las moralidades, pero nisiquiera ah estn quietos: se agi-tan hasta deshacerse, hasta dinami-

    tar el propio sentido que susci-tan. Sus personajes son volun-tades desconcertadas ante susdeseos, extraviados en una re-

    presentacin de marionetas ar-ticuladas. Se saben culpables, en-

    tontecidos y poco hbiles paraescapar del laberinto que pro-

    vocan las transformaciones so-ciales.El ridculo y la parodia no son,

    en Mroek, centelleantes jue-gos de intelectual, sino la ni-ca forma, acaso amarga, de lu-cidez frente a una realidad que,vista sin los disfraces de la psi-

    cologa o de la etiologa, proyectacon toda nitidez su condicin sa-

    trica. Esto, en alguna ocasin,

    aproxima sus textos al chiste,con su busca de un efecto ama-

  • 8/12/2019 Slawomir Mrozek Acantilado

    16/26

    blemente compartido. Pero por lo comn no des-fallece, y el lector se asombrar, sin duda, de la

    cruel incisin que abren estos textos en nuestromundo de lealtades y creencias, pues no slo lodesbarata, sino que le otorga una comicidad don-de la risa no est invitada.

    No obstante, pese a evidenciar los contrasen-tidos satricos de la condicin humana, los cuen-tos de Mroek no se deleitan en la burla de lasutopias sociales, o escarnecen los esfuerzos porlograr un mundo ms justo y armnico, sino queestimulan la nostalgia del esplendor de la ra-zn, siempre contaminada de ilusiones mezqui-

    nas que provocan consecuencias inesperadas, so-bre todo la aparicin del absurdo, que deja ver lamentira que oculta todo proyecto social de re-dencin.

    Antes que nada, Mroek es un humorista, ysus cuentos y fbulas son diagnsticos muy se-rios, radicalmente cidos.

    Febrero de ,ABC

  • 8/12/2019 Slawomir Mrozek Acantilado

    17/26

  • 8/12/2019 Slawomir Mrozek Acantilado

    18/26

    ENTREVISTA DE JOSEP M. DE SAGARRAA SAWOMIR MROEK

    Despus de treinta aos fuera de Polonia (Italia,Francia y Mxico), hace ao y medio que el escri-

    tor polaco ms universal, Sawomir Mroek, havuelto a su pas: He pasado media vida luchan-do por abrirnos al mundoa m y a Poloniayahora, cuando he vuelto a casa, cuanto ms meencierro en m mismo, es cuando a los ojos de mispaisanos parezco ms universal, comenta irni-

    co durante una conversacin en polaco, espaol,ingls y francs.

    Me fui de Poloniadice Mroeken y,salvo algunas visitas espordicas, no regres has-ta septiembre de , o sea: despus de treinta ytres aos. Yo no tuve que marcharme, me fui por-que quise. Aqu la situacin erapor usar un tr-mino delicadomuy condicionante, muy estti-ca. Yo no estaba comprometido con oposicin al-guna ni tampoco era ningn proscrito; al contra-

    rio, en Polonia haba iniciado una rpida carreraliteraria, era lo que suele llamarse un joven pro-

  • 8/12/2019 Slawomir Mrozek Acantilado

    19/26

    metedor. Sin embargo, no quera ver mi vidacoartada, no deseaba entrar a formar parte del

    establishmentliterario y quedarme anquilosado.

    Y ahora ha regresado va Mxico.S. La situacin en Mxico se volvi un tantoincmoda, debido a la crisis, para m no nece-sariamente econmica, sino de cierta calidad devida en ese pas. As que he vuelto, slo que, des-pus de treinta y tres aos, ya no tengo treinta ytres aos. Si bien an no soy un viejo, s me en-cuentro camino de la vejez.

    Hoy por hoy, qu puede ofrecer Polonia?Si no ofreciera nada, a buen seguro no habravuelto. A m, particularmente, me ofrecey megarantizatodo cuanto puede resultar grato aun hombre en la ltima etapa de su vida, esto es:reconocimiento, estima, cierta confortabilidad.Por otro lado, Polonia se ofrece a s misma el quean no haya quebrado. Entindame: no quie-ro decir que tenga necesariamente que llegar ala quiebra, sino que, en cualquier caso, este pas,esta sociedad, se encuentra en vas de algo, ya

    no es una sociedad esttica y cerrada, sino tre-mendamente dinmica.

  • 8/12/2019 Slawomir Mrozek Acantilado

    20/26

    Ha tenido xito tanto en el Este como en Occi-dente. Tiene que ver su origen polaco?

    S,sin duda. Slo que yo no hablara tanto deun origen polacoaunque claro que polaco,sino ms bien centroeuropeo. La divisin Este-Oeste no es ms que una divisin poltica pac-tada en Yalta. No obstante, la realidad polacaaun siendo especficamente polacaparticipade una realidad comn: checa, blgara, ucrania-na, hngara centroeuropea.

    Se considera o se ha considerado alguna vez unautor comprometido?

    Cuando, en , se declar en Polonia el esta-do de excepcin, reaccion muy enrgicamente:escrib stiras, pero lo haca de muy mala gana.Mi reaccin emocional era efectivamente sa; noobstante, hay algo humillante, restrictivo, en unautor que hipoteca su creacin slo porque hayalguien que le golpea, que le oprime. La opre-sin no tiene secretos, no es ningn misterio dela existencia.

    A mediados de los aos ochenta su produccin

    cambia de rumbo, se universaliza todava ms.S. Hasta bien entrados los ochenta el mundo

  • 8/12/2019 Slawomir Mrozek Acantilado

    21/26

    se mostr muy interesado, obsesionado, por elfenmeno del poder. Haba dictaduras, regme-

    nes totalitarios; asimismo, la revolucin culturalde Occidente mantena posturas muy categricasrespecto a los entresijos del poder. De modo quetambin yo escrib no slo sobre el poder polti-co, sino en un sentido ms amplio: sobre el po-der, la opresin, la manipulacin. Ahora el mun-do ha dejado de preocuparse por el fenmeno delpoder: ya no se trata de algo tan urgente.

    He comprobado que su teatro es recibido en sen-tido muy diferente en Polonia o Francia.

    Ningn texto para la escena es recibido deidntico modo en dos lugares distintos. Preci-samente ah reside el atractivo, el valor del tea-tro. Tantos teatros, tantas representaciones; tan-tas pocas, tantas interpretaciones. El juicio de undramaturgo y de sus obras depende mucho de lapoca. El tiempo transcurre igualmente para lque para el resto del mundo, as que la dialcti-ca que se establece entre sus obras y el pblicoresulta muy difcil de prever. Ocurre como conlas bolas del billar, que, una vez puestas en mo-

    vimiento, se golpean o no se golpean. Es una leyque afecta por igual a todos los dramaturgos: tras

  • 8/12/2019 Slawomir Mrozek Acantilado

    22/26

    haber disfrutado de una gran popularidad, pa-san a perderla; vuelven o no vuelven y, si vuel-

    ven, a menudo lo hacen por otros motivos. Y so-bre la recepcin: para el autor lo nico que cuen-ta es que el pblico le apruebe, pero el motivo deesa aprobacin es ya para l algo secundario.

    El teatro de texto vive una crisis?

    Por supuesto. Salta a la vista. Muy de vez encuando se puede ver algn espectculo sorpren-dentemente magnfico, pero la mayora son sor-prendentemente chapuceros. En general, hay de-masiada gente en el mundo, y cada vez habr ms.

    La gente tiene que tener alguna ocupacin, demodo que cada vez son ms los que escriben, losque dirigen, los que actan. Lo bueno siempreha sido poco, mientras que lo malo es mayora.Y no hay nada que hacer: es el signo de nuestrostiempos.

    Marzo de ,La Vanguardia

  • 8/12/2019 Slawomir Mrozek Acantilado

    23/26

    *Y ahora una conferencia tituladaContaminacin atmosfrica.

    *

  • 8/12/2019 Slawomir Mrozek Acantilado

    24/26

    Estos cuantos polacos, outsiders de la literatura, tie-nen todos amarrado a los tobillos el peso del mundo yel hueco morboso de lo absoluto golpea a las puertas desu conciencia a poco que se descuiden. Su valor resideprecisamente en eso: en que no se precipiten. En quetengan la habilidad de andarse con los asuntos de lasprofundidadescomo quien toma un sorbete de limn.Mroek sabe hacerlo muy bien. [...] Tienen los relatosde Mroek la irreverencia y el desparpajo de quien tie-

    ne cosas que contar y no se anda por las ramas. Como laprosa de otros de sus colegas polacos, la suya tiene fres-cura. Es decir, no levanta aparatosos escenarios ni pro-yecta soluciones transgesoras sino que ms bien pasea,anota y da cuenta. Su transparencia, de un lado, y su ra-pidez, de otro, no son sin embargo accidentes fortuitos.

    Son el resultado de una meticulosa labor de limpiezaque se queda con lo esencial.

    jos andrs rojo, El Pas

    Hay en todos los relatos de Mroek, tanto en los que

    tienen una vertiente clara de stira contra el rgimenque implant el "socialismo real" en Polonia como los quetienen una vertiente ms pardica o una reflexin dis-torsionante sobre el absurdo y la miseria y adocena-miento ms o menos invariable de las llamadas condi-ciones objetivas en la vida cotidiana, hay siempre en

    todo ello un poso de amargura, una inquietud meta-fsica y una tragedia invisible, a punto de estallar, que

  • 8/12/2019 Slawomir Mrozek Acantilado

    25/26

    Mroek revela de una forma perversamente aguda, im-previsible y con una concisin admirable, que hacende l un verdadero maestro eslavo del gnero minimal.Una lectura ya imprescindible en toda biblioteca, mini-malo no, que se precie.

    mercedes monmany,ABC

    Disfrutemos de la acidez, el humor desternillante y

    muy incorrecto y el dinamismo de la prosa de este autorcon sus ficciones surrealistas, absurdas y memorables.

    juan bonilla, El Mundo

    De entrada, tengo que reconocer algo: la aparicin deuna nueva traduccin de un libro del escritor polacoSawomir Mroek es algo que, al instante, me pone demuy buen humor.

    jordi llavina,AVUI

    Mroek es un humorista que habla muy en serio, unescritor satrico que se burla del mundo con la inten-cin de mejorarlo, es un surrealista que se enfrenta a larealidad deformndola para que reparemos en su ver-dadera naturaleza, es un hombre de lo absurdo que se-ala las contradicciones para provocar a la razn.

    marcel reich-ranicki

  • 8/12/2019 Slawomir Mrozek Acantilado

    26/26