Solanoticias año 5 nº 2

36
La Bula de convocación del Jubileo de la misericordia, que- rido por el Papa Francisco, es una síntesis de la fe cristiana. Y esto porque, como se lee al inicio, pre- cisamente la misericordia es el corazón de la revelación que cul- mina en Jesús de Nazaret, rostro del Padre y de su amor. Las fechas que comprenden este nuevo Año Santo extraordi- nario las explica el Pontífice a la luz de la misericordia, desde el inicio el 8 de diciembre de 2015, hasta la conclusión el 20 de no- viembre de 2016; o sea entre las festividades litúrgicas de la Inma- culada Concepción y del do- mingo de Cristo Rey. Para poner de relieve al inicio del Jubileo la acción de Dios – “que no quiso dejar la humanidad en soledad y a merced del mal” sino que pre- servó a María de la culpa origi- nal- y con su conclusión indicar el señorío de Cristo, es decir, de su misericordia en todo el uni- verso. La Bula indica que el Jubileo comenzará el próximo 8 de di- ciembre, quincuagésimo aniver- sario de la conclusión del Concilio Ecuménico Vaticano II, con la apertura de la “puerta la misericordia” en San Pedro y su- cesivamente en las basílicas pa- pales y en catedrales, santuarios o Iglesias particulares dispersas por el mundo. Hilo conductor y “lema” del Año Santo será la pa- labra del Señor “Misericordiosos como el Padre”. El Papa Francisco convocó el Jubileo extraordinario el sábado 11 de abril con la entrega y lec- tura de la Bula Misericordiae vul- tus. Ante la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro el Pontífice quiso detenerse en oración al ini- cio de la ceremonia. Luego se in- gresó procesionalmente a la Basílica de San Pedro para cele- brar la primeras Vísperas del Do- mingo de la Misericordia. En la homilía el Papa dijo: “Una pre- gunta está presente en el corazón de muchos: ¿por qué hoy un Ju- bileo de la Misericordia? Simple- mente porque la Iglesia, en este momento de grandes cambios históricos, está llamada a ofrecer con mayor intensidad los signos de la presencia y cercanía de Dios”. Fuente: L`Osservatore Romano Año V - N° 2. Marzo - Abril 2015. Curia Provincial. Provincia San Francisco Solano. Alvear 620 X5800BCN - Río Cuarto (Córdoba). Argentina. E-mail: [email protected] - Web: www.franciscanos.org.ar Í N D I C E Convocatoria del Jubileo Extraordinario 1 Visita pastoral del Santo Padre a Pompeya y Nápoles 2 Bula de Convocación del Jubileo Extraordinario de la Misericordia Misericordiae Vultus 7 Homilía del Santo Padre Francisco Tres claves para comprender la figura del Beato Fray Junípero Serra, ofm 20 Carta del Ministro General Pascua - 2015 23 Conferencia Episcopal Argentina Carta a los Consagrados y Consagradas con motivo del Año de la Vida Consagrada 26 Canonización de Fray Junípero Serra, ofm 27 “Morada de Dios y Puerta del Cielo” 28 Proyecto de Voluntariado Puan-Aguaray 31 Conocer, pensar y después comprar 32 Instituto San Buenaventura de Río Cuarto Encuentro de Formación 33 Encuentro Regional de los Directivos de la Zona Norte 35 Fechas para recordar 20 Convocatoria del Jubileo Extraordinario

description

 

Transcript of Solanoticias año 5 nº 2

Page 1: Solanoticias año 5 nº 2

La Bula de convocación delJubileo de la misericordia, que-rido por el Papa Francisco, es unasíntesis de la fe cristiana. Y estoporque, como se lee al inicio, pre-cisamente la misericordia es elcorazón de la revelación que cul-mina en Jesús de Nazaret, rostrodel Padre y de su amor.

Las fechas que comprendeneste nuevo Año Santo extraordi-nario las explica el Pontífice a laluz de la misericordia, desde elinicio el 8 de diciembre de 2015,hasta la conclusión el 20 de no-viembre de 2016; o sea entre lasfestividades litúrgicas de la Inma-culada Concepción y del do-mingo de Cristo Rey. Para ponerde relieve al inicio del Jubileo laacción de Dios – “que no quisodejar la humanidad en soledad ya merced del mal” sino que pre-servó a María de la culpa origi-nal- y con su conclusión indicarel señorío de Cristo, es decir, desu misericordia en todo el uni-verso.

La Bula indica que el Jubileocomenzará el próximo 8 de di-ciembre, quincuagésimo aniver-sario de la conclusión delConcilio Ecuménico Vaticano II,

con la apertura de la “puerta lamisericordia” en San Pedro y su-cesivamente en las basílicas pa-pales y en catedrales, santuarios oIglesias particulares dispersas porel mundo. Hilo conductor y“lema” del Año Santo será la pa-labra del Señor “Misericordiososcomo el Padre”.

El Papa Francisco convocó elJubileo extraordinario el sábado11 de abril con la entrega y lec-tura de la Bula Misericordiae vul-tus. Ante la Puerta Santa de laBasílica de San Pedro el Pontíficequiso detenerse en oración al ini-cio de la ceremonia. Luego se in-gresó procesionalmente a laBasílica de San Pedro para cele-brar la primeras Vísperas del Do-mingo de la Misericordia. En lahomilía el Papa dijo: “Una pre-gunta está presente en el corazónde muchos: ¿por qué hoy un Ju-bileo de la Misericordia? Simple-mente porque la Iglesia, en estemomento de grandes cambioshistóricos, está llamada a ofrecercon mayor intensidad los signosde la presencia y cercanía deDios”.

Fuente: L`Osservatore Romano

Año V - N° 2. Marzo - Abril 2015. Curia Provincial. Provincia San Francisco Solano. Alvear 620X5800BCN - Río Cuarto (Córdoba). Argentina. E-mail: [email protected] - Web: www.franciscanos.org.ar

Í N D I C E

Convocatoria del JubileoExtraordinario 1

Visita pastoral del Santo Padrea Pompeya y Nápoles 2

Bula de Convocación del JubileoExtraordinario de la MisericordiaMisericordiae Vultus 7

Homilía del Santo Padre FranciscoTres claves para comprender la figuradel Beato Fray Junípero Serra, ofm 20

Carta del Ministro GeneralPascua - 2015 23

Conferencia Episcopal ArgentinaCarta a los Consagrados yConsagradas con motivo del Añode la Vida Consagrada 26

Canonización deFray Junípero Serra, ofm 27

“Morada de Diosy Puerta del Cielo” 28

Proyecto de VoluntariadoPuan-Aguaray 31

Conocer, pensar y después comprar 32

Instituto San Buenaventurade Río CuartoEncuentro de Formación 33

Encuentro Regional de losDirectivos de la Zona Norte 35

Fechas para recordar 20

Convocatoria del JubileoExtraordinario

Page 2: Solanoticias año 5 nº 2

2

Preparé un discurso, pero sonaburridos los discursos. Lo en-trego al cardenal y luego en el bo-letín lo dará a conocer. Prefieroresponder un poco a algunascosas. Me sugieren que hable sen-tado, así descanso un poco. Unahermana que está aquí, muymayor, vino corriendo a decirme:«Bendígame en articulo mortis».«¿Por qué hermana?”. «Porquetengo que ir de misión a abrir unconvento...». Esto es el espíritu dela vida religiosa. Esta hermana mehizo pensar. Es anciana, pero dice:

«Sí, yo estoy en articulo mortis,pero tengo que ir a renovar o ahacer de nuevo un convento» yparte. Por lo tanto, también yoahora obedezco y hablo sentado.

Este es uno de los testimoniossobre los que preguntabas: estarsiempre en camino. El camino enla vida consagrada es el segui-miento de Jesús; también la vidaconsagrada en general, tambiénpara los sacerdotes se trata de irtras Jesús, y con ganas de trabajarpor el Señor. Una vez —relacionocon lo que dijo la religiosa— me

dijo un anciano sacerdote: «Paranosotros no existe la jubilación ycuando vamos a la residencia se-guimos trabajando con la oración,con las pequeñas cosas que pode-mos hacer, pero con el mismo en-tusiasmo de seguir a Jesús». ¡Eltestimonio de caminar por lasenda de Jesús! Por eso el centrode la vida debe ser Jesús. Si en elcentro de la vida —exagero... perosucede en otros sitios, en Nápolesseguramente no— está el hechode que yo estoy en contra delobispo o contra el párroco o con-

Visita pastoral del Santo Padrea Pompeya y Nápoles

ENCUENTRO CON EL CLERO, LOS RELIGIOSOS Y LOS DIÁCONOS PERMANENTES EN LA CATEDRAL

DISCURSO DEL SANTO PADRE

Nápoles - sábado 21 de marzo de 2015

Palabras improvisadas por el Santo Padre

Page 3: Solanoticias año 5 nº 2

3

tra otro sacerdote, toda mi vida es-tará invadida por esa lucha. Y esoes perder la vida. No tener una fa-milia, no tener hijos, no tener elamor conyugal, que es tan buenoy tan hermoso, para acabar pele-ando con el obispo, con los her-manos sacerdotes, con los fieles,con «cara de vinagre», esto no esun testimonio. El testimonio esJesús, el centro es Jesús. Y cuandoel centro es Jesús están, de todosmodos, estas dificultades, están entodos lados, pero se afrontan dediversa forma. En un convento talvez la supe-riora no megusta, pero simi centro es lasuperiora queno me gusta,el testimoniono funciona.Si mi centroen cambio esJesús, rezo poresta superioraque no megusta, la toleroy hago todo lonecesario paraque los demássuperiores co-nozcan la si-tuación. Perola alegría nome la quita nadie: la alegría de irtras Jesús. Veo aquí a los semina-ristas. Os digo una cosa: si vos-otros no tenéis a Jesús en elcentro, postergad la ordenación.Si no estáis seguros de que Jesúses el centro de vuestra vida, espe-rad un poco más de tiempo, paraestar seguros. Porque, de lo con-trario, comenzaréis un camino queno sabéis cómo acabará.

Este es el primer testimonio:

que se vea que Jesús es el centro.El centro no son ni las habladuríasni la ambición de ocupar estepuesto o aquel otro ni el dinero —del dinero quiero hablar des-pués—, sino que el centro debeser Jesús. ¿Cómo puedo estar se-guro de caminar siempre conJesús? Está su Madre que nosconduce a Él. Un sacerdote, un re-ligioso, una religiosa que no amaa la Virgen, que no reza a la Vir-gen, diría también que no reza elrosario... si no quiere a la Madre,la Madre no le dará al Hijo.

El cardenal me regaló un librode san Alfonso María de Ligorio,no sé si «Las Glorias de María»...De este libro me gusta leer las his-torias de la Virgen que están alfinal de cada uno de los capítulos:en ellos se ve cómo la Virgen nosconduce siempre a Jesús. Ella esMadre, el centro del ser de la Vir-gen es ser Madre, conducir aJesús. Y el padre Rupnik, quepinta y hace mosaicos muy boni-

tos y muy artísticos, me regaló unicono de la Virgen con Jesús de-lante. Jesús y las manos de la Vir-gen están ubicadas de tal modoque Jesús baja y con la mano tomael manto de la Virgen para no caer.Es ella quien hizo descender aJesús entre nosotros; es ella quiennos da a Jesús. Dar testimonio deJesús, y para ir tras Jesús unabuena ayuda es la Madre: es ellaquien nos da a Jesús. Este es unode los testimonios.

Otro testimonio es el espíritude pobreza; también para los sa-

cerdotes queno hacen votode pobreza,pero debentener el espí-ritu de po-breza. Cuandoentra en laIglesia la espe-culación, tantoen los sacer-dotes como enlos religiosos,es feo. Re-cuerdo a unagran religiosa,buena mujer,una gran ecó-noma quehacía bien sutrabajo. Era

observante, pero tenía el corazónapegado al dinero e inconsciente-mente seleccionaba a la gentesegún el dinero que tenía. «Esteme gusta más, tiene mucho di-nero». Era ecónoma de un colegioimportante e hizo grandes cons-trucciones, una gran mujer, perose veía este límite suyo y la últimahumillación que tuvo esta mujerfue pública. Tenía 70 años, más omenos, estaba en una sala de pro-

Page 4: Solanoticias año 5 nº 2

4

fesores, durante una pausa de laescuela, tomando un café, y le dioun síncope y se desplomó. Ledaban palmadas para hacerla vol-ver en sí y no reaccionaba. Y unaprofesora dijo esto: «Pónle un bi-llete de cien “pesos” y veamos siasí reacciona”. La pobrecilla yaestaba muerta, pero fue la últimapalabra que se dijo de ella cuandotodavía no se sabía si estabamuerta o no. Un mal testimonio.

Los consagrados —sean sa-cerdotes, religiosas o religiosos—nunca deben ser especuladores. Elespíritu de pobreza, sin embargo,no es espíritu de miseria. Un sa-cerdote, que no hizo voto de po-breza, puede tener sus ahorros,pero de una forma honesta y tam-bién razonable. Pero cuando tienecodicia y se mete en negocios...Cuántos escándalos en la Iglesia ycuánta falta de libertad por el di-nero: «A esta persona le deberíadecir cuatro verdades, pero nopuedo porque es un gran benefac-tor». Los grandes benefactoresllevan la vida que quieren y yo notengo la libertad de decírselo, por-que estoy apegado al dinero queellos me dan. ¿Comprendéiscuánto es importante la pobreza,el espíritu de pobreza, como dicela primera de la bienaventuranzas:«Bienaventurados los pobres deespíritu». Como dije, un sacerdotepuede tener sus ahorros, pero noel corazón en ello, y que sean aho-rros razonables. Cuando hay di-nero de por medio, se hacendiferencias entre las personas; porello os pido a todos examinar laconciencia: ¿cómo va mi vida depobreza, lo que llega incluso delas pequeñas cosas? Y este es elsegundo testimonio.

El tercer testimonio —y aquí

hablo en general, para los religio-sos, para los consagrados y tam-bién para los sacerdotesdiocesanos— es la misericordia.Hemos olvidado las obras de mi-sericordia. Quisiera preguntar —no lo haré pero tendría ganas dehacerlo—, pedir que digáis lasobras de misericordia corporalesy espirituales. ¡Cuántos de noso-tros las han olvidado! Cuando re-greséis a casa buscad el catecismoy recordad estas obras de miseri-cordia que son las obras que prac-tican las ancianas y la gentesencilla en los barrios, en las pa-rroquias, porque seguir a Jesús, irtras Jesús es sencillo. Cito unejemplo que pongo siempre. Enlas grandes ciudades, todavía ciu-dades cristianas —pienso en ladiócesis que tenía antes, pero creoque en Roma sucede lo mismo, nosé en Nápoles, pero en Roma se-guro—, hay niños bautizados queno saben hacer la señal de la cruz.Y, ¿dónde está, en este caso, laobra de misericordia de enseñar?«Te enseño a hacer la señal de lafe». Es sólo un ejemplo. Pero esnecesario retomar las obras de mi-sericordia, tanto las corporalescomo las espirituales. Si cerca demi casa hay una persona que estáenferma y quisiera ir a visitarla,pero el tiempo del que dispongocoincide con el momento de la te-lenovela, y entre la telenovela yhacer una obra de misericordiaelijo la telenovela, eso no estábien.

Hablando de telenovelas,vuelvo al espíritu de pobreza. Enla diócesis que tenía antes habíaun colegio gestionado por religio-sas, trabajaban mucho, pero en lacasa donde vivían dentro del co-legio había una parte que era el

apartamento de las hermanas; lacasa donde vivían era un poco an-tigua y era necesario rehacerla, yla reformaron bien, demasiadobien y lujosa: en cada habitaciónpusieron también un televisor. Ala hora de la telenovela, no encon-trabas a una hermana en el cole-gio... Estas son las cosas que nosconducen al espíritu del mundo, yaquí surge otra cosa que quisieradecir: el peligro de la mundani-dad. Vivir mundanamente. Vivircon el espíritu del mundo queJesús no quería. Pensad en la ora-ción sacerdotal de Jesús cuandoora al Padre: «No ruego que losretires del mundo, sino que losguardes del maligno» (Jn17, 15).La mundanidad va contra el testi-monio, mientras que el espíritu deoración es un testimonio que seve: se ve quién es el hombre y lamujer consagrados que rezan, asícomo quien reza formalmentepero no con el corazón. Son testi-monios que la gente ve. Tú hashablado de la falta de vocaciones,pero el testimonio es una de lascosas que atrae las vocaciones.«Quiero ser como ese sacerdote,quiero ser como esa religiosa». Eltestimonio de vida. Una vida có-moda, una vida mundana no nosayuda. El vicario del clero destacóel problema, el hecho —yo lollamo problema— de la fraterni-dad sacerdotal. También esto esválido para la vida consagrada. Lavida de comunidad tanto en lavida consagrada como en el pres-biterio, en la diocesanidad, que esel carisma propio de los sacerdo-tes diocesanos, en el presbiterio entorno al obispo. Llevar hacia de-lante esa «fraternidad» no es fáciltanto en el convento, en la vidaconsagrada, como en el presbite-

Page 5: Solanoticias año 5 nº 2

5

rio. El diablo nos tienta siemprecon celos, envidias, luchas inter-nas, antipatías, simpatías, muchascosas que no nos ayudan a formaruna auténtica fraternidad y asídamos un testimonio de divisiónentre nosotros.

Para mí, el signo de que nohay fraternidad, tanto en el pres-biterio como en las comunidadesreligiosas es la presencia de habla-durías. Y me permito decir estaexpresión: el terrorismo de las ha-bladurías, porque quien murmuraes un terrorista que tira unabomba, destruye permaneciendofuera. ¡Si al menos hiciese elpapel del kamikaze! En cambiodestruye a los demás. Las habla-durías destruyen y son el signo deque no hay fraternidad. Cuandouno se encuentra con un presbite-rio que tiene sus diferentes puntosde vista, porque tienen que existirdiferencias, es normal, es cris-tiano, pero estas diferencia sedeben manifestar teniendo la va-lentía de decirlas a la cara. Si yotengo que decir algo al obispo,voy al obispo y puedo incluso de-cirle: «Usted es un antipático», yel obispo debe tener el valor de novengarse. ¡Esto es fraternidad! Ocuando tienes algo contra una per-sona y en lugar de ir a ella vas a

otra. Existen problemas tanto enla vida religiosa como en la vidapresbiteral que se deben afrontar,pero sólo entre dos personas. Enel caso de que no se pudiese —porque a veces no se puede— sele dice a otra persona para que seaintermediaria. Pero no se puedehablar contra otro, porque las ha-bladurías son un terrorismo de lafraternidad diocesana, de la frater-nidad sacerdotal, de las comuni-dades religiosas.

Luego, hablando de testimo-nios, la alegría. La alegría de mivida es plena, la alegría de haberelegido bien, la alegría de que yoveo todos los días que el Señor esfiel a mí. La alegría está en verque el Señor es siempre fiel atodos. Cuando yo no soy fiel alSeñor, me acerco al sacramento dela Reconciliación. Los consagra-dos o los sacerdotes aburridos,con amargura en el corazón, tris-tes, tienen algo que no funciona ytienen que ir a un buen consejeroespiritual, a un amigo, y decir:«No sé que sucede en mi vida».Cuando no hay alegría, hay algoque no funciona. El olfato del quehablaba hoy el arzobispo, nos diceque algo falta. Sin alegría noatraes hacia el Señor y el Evange-lio.

Estos son los testimonios.Quisiera terminar con tres cosas.Primero, la adoración. «¿Túrezas?». —«Yo rezo, sí». Pido,doy gracias, alabo al Señor. Pero,¿adoras al Señor? Hemos perdidoel sentido de la adoración a Dios:es necesario retomar la adoracióna Dios. Segundo: tú no puedesamar a Jesús sin amar a su esposa.El amor a la Iglesia. Hemos cono-cido muchos sacerdotes que ama-ban a la Iglesia y se veía que laamaban. Tercero, y esto es impor-tante, el celo apostólico, es decirla misionariedad. El amor a laIglesia te conduce a darla a cono-cer, a salir de tí mismo para irfuera a predicar la Revelación deJesús, te impulsa también a salirde tí mismo para ir hacia la tras-cendencia, es decir la adoración.En el ámbito de la misionariedadcreo que la Iglesia debe caminarun poco más, convertirse más,porque la Iglesia no es una ONG,sino que es la esposa de Cristo quetiene el tesoro más grande: Jesús.Y su misión, su razón de existir esprecisamente esta: evangelizar, esdecir, llevar a Jesús. Adoración,amor a la Iglesia y misionariedad.Estas son las cosas que me surgie-ron espontáneas.

Texto del discurso preparado por el Santo PadreQueridos hermanos y herma-

nas, ¡buenas tardes!Os agradezco vuestra acogida

en este lugar-símbolo de la fe y dela historia de Nápoles: la catedral.Gracias, señor cardenal, por intro-ducir este encuentro nuestro; ygracias a los dos hermanos queplantearon las preguntas en nom-

bre de todos.Quisiera empezar por esa ex-

presión que dijo el vicario para elclero: «ser sacerdotes es her-moso». Sí, es hermoso ser sacer-dote, y también ser consagrado.Me dirijo primero a los sacerdotesy después a los consagrados.

Comparto con vosotros la

sorpresa siempre nueva de ser lla-mado por el Señor a seguirlo, aestar con Él, a ir hacia la gente lle-vando su Palabra, su perdón... Enverdad es algo grande lo que nosha pasado, una gracia del Señorque se renueva todos los días. Meimagino que en una realidad arduacomo Nápoles, con antiguos y

Page 6: Solanoticias año 5 nº 2

6

nuevos desafíos, nos tiramos decabeza para salir al encuentro delas necesidades de muchos herma-nos y hermanas, corriendo elriesgo de ser totalmente absorbi-dos. Es necesario encontrar siem-pre el tiempo para estar ante elsagrario, permanecer allí en silen-cio, para percibir en nosotros lamirada de Jesús, que nos renuevay nos reanima. Y si el estar anteJesús nos inquieta un poco, es unbuen signo, nos hará bien. La ora-ción es precisamente la que nosmuestra si estamos caminando porel camino de la vida o el de lamentira, como dice el Salmo (cf.138, 24), si trabajamos como bue-nos obreros o nos hemos conver-tido en «funcionarios», si somos«canales» abiertos, por el cualfluye el amor y la gracia delSeñor, o si, en cambio, nos pone-mos en el centro a nosotros mis-mos, acabando por convertirnosen «pantallas» que no ayudan alencuentro con el Señor.

Y luego está la bellezza de lafraternidad, de ser sacerdotes jun-tos, de seguir al Señor no solos, noindividualmente, sino juntos, en lagran diversidad de los dones ypersonalidades, y todo vivido enla comunión y fraternidad. Tam-bién esto no es fácil, no es inme-diato y no se da por descontado,porque también nosotros sacerdo-tes vivimos inmersos en esta cul-tura subjetivista de hoy, que exaltael yo hasta idolatrarlo. Y luegoexiste también un cierto indivi-dualismo pastoral, que lleva a latentación de seguir adelante solos,o con el pequeño grupo de los que«piensan como yo»... Sabemos,en cambio, que todos son llama-dos a vivir la comunión en Cristoen el presbiterio, en torno al

obispo. Se pueden, es más, sedeben buscar siempre formas con-cretas adecuadas a los tiempos y ala realidad del territorio, pero estabúsqueda pastoral y misionera hade hacerse con actitud de comu-nión, con humildad y fraternidad.

Y no olvidemos la bellezade caminar con el pueblo. Sé quedesde hace algunos años vuestracomunidad diocesana ha empren-dido un arduo itinerario de redes-cubrimiento de la fe, en contactocon una realidad ciudadana quequiere volverse a levantar y nece-sita de la colaboración de todos.Os animo, por lo tanto, a salir parair al encuentro del otro, a abrir laspuertas y llegar a las familias, losenfermos, los jóvenes, los ancia-nos, allí donde viven, buscándo-los, estando junto a ellos,sosteniéndolos, para celebrar conellos la liturgia de la vida. En es-pecial, será hermoso acompañara las familias en el desafío de en-gendrar y educar a los hijos.Los niños son un «signo diagnós-tico», para ver la salud de la socie-dad. Los niños no deben serconsentidos, sino amados. Y nos-otros sacerdotes estamos llamadosa acompañar a las familias paraque los niños sean educados en lavida cristiana.

La segunda intervenciónhacía referencia a la vida consa-grada, y mencionó luces y som-bras. Existe siempre la tentaciónde destacar más las sombras enperjuicio de las luces. Esto, sinembargo, lleva a replegarnos ennosotros mismos, a recriminarcontinuamente, a acusar siemprea los demás. Y en cambio, espe-cialmente durante este Año de lavida consagrada, dejemos brotaren nosotros y en nuestras comuni-

dades la belleza de nuestra voca-ción, para que sea verdad que«donde están los religiosos hayalegría». Con este espíritu escribíla Carta a los consagrados, y es-pero que os esté ayudando envuestro camino personal y comu-nitario. Quisiera preguntaros:¿cómo está el «clima» en vuestrascomunidades? ¿Existe esta grati-tud, existe esta alegría de Dios quellena nuestro corazón? Si existeesto, entonces se realiza mi deseode que no haya entre nosotroscaras tristes, personas desconten-tas e insatisfechas, porque «un se-guimiento triste es un tristeseguimiento» (ibid., ii, 1).

Queridos hermanos y herma-nas consagrados, os deseo que tes-timoniéis, con humildad ysencillez, que la vida consagradaes un don valioso para la Iglesia ypara el mundo. Un don que no hayque conservar para sí mismo, sinoque hay que compartir, llevando aCristo a cada rincón de esta ciu-dad. Que vuestra cotidiana grati-tud a Dios encuentre su expresiónen el deseo de atraer los corazonesa Él, y de acompañarlos en el ca-mino. Que tanto en la vida con-templativa como en la apostólica,podáis sentir con fuerza en voso-tros el amor por la Iglesia y con-tribuir, mediante vuestro carismaespecífico, a su misión de procla-mar el Evangelio y edificar el pue-blo de Dios en la unidad, lasantidad y el amor.

Queridos hermanos y herma-nas, os doy las gracias. Sigamosadelante, animados por el comúnamor al Señor y a la santa madreIglesia. Os bendigo de corazón. Y,por favor, no os olvidéis de rezarpor mí.

Page 7: Solanoticias año 5 nº 2

1. Jesucristo es el rostro de lamisericordia del Padre. El miste-rio de la fe cristiana parece en-contrar su síntesis en esta palabra.Ella se ha vuelto viva, visible y haalcanzado su culmen en Jesús deNazaret. El Padre, « rico en mise-ricordia » (Ef 2,4), después dehaber revelado su nombre a Moi-sés como «Dios compasivo y mi-sericordioso, lento a la ira, ypródigo en amor y fidelidad » (Ex34,6) no ha cesado de dar a cono-cer en varios modos y en tantosmomentos de la historia su natu-raleza divina. En la « plenitud deltiempo » (Gal 4,4), cuando todoestaba dispuesto según su plan desalvación, Él envió a su Hijo na-cido de la Virgen María para re-velarnos de manera definitiva suamor. Quien lo ve a Él ve al Padre(cfr Jn 14,9). Jesús de Nazaretcon su palabra, con sus gestos ycon toda su persona revela la mi-sericordia de Dios (Dei Verbum,4).

2. Siempre tenemos necesi-dad de contemplar el misterio dela misericordia. Es fuente de ale-gría, de serenidad y de paz. Escondición para nuestra salvación.Misericordia: es la palabra que re-vela el misterio de la SantísimaTrinidad. Misericordia: es el actoúltimo y supremo con el cualDios viene a nuestro encuentro.

Misericordia: es la ley fundamen-tal que habita en el corazón decada persona cuando mira conojos sinceros al hermano que en-cuentra en el camino de la vida.Misericordia: es la vía que uneDios y el hombre, porque abre elcorazón a la esperanza de seramados para siempre no obstanteel límite de nuestro pecado.

3. Hay momentos en los quede un modo mucho más intensoestamos llamados a tener la mi-rada fija en la misericordia parapoder ser también nosotros mis-mos signo eficaz del obrar delPadre. Es por esto que he anun-ciado un Jubileo Extraordinariode la Misericordia como tiempopropicio para la Iglesia, para quehaga más fuerte y eficaz el testi-monio de los creyentes.

El Año Santo se abrirá el 8 dediciembre de 2015, solemnidadde la Inmaculada Concepción.Esta fiesta litúrgica indica elmodo de obrar de Dios desde losalbores de nuestra historia. Des-pués del pecado de Adán y Eva,Dios no quiso dejar la humanidaden soledad y a merced del mal.Por esto pensó y quiso a Maríasanta e inmaculada en el amor(cfr Ef 1,4), para que fuese laMadre del Redentor del hombre.Ante la gravedad del pecado,Dios responde con la plenitud delperdón. La misericordia siempreserá más grande que cualquier pe-cado y nadie podrá poner un lí-mite al amor de Dios queperdona. En la fiesta de la Inma-culada Concepción tendré la ale-gría de abrir la Puerta Santa. Enesta ocasión será una Puerta de laMisericordia, a través de la cualcualquiera que entrará podrá ex-perimentar el amor de Dios queconsuela, que perdona y ofreceesperanza.

El domingo siguiente, III deAdviento, se abrirá la PuertaSanta en la Catedral de Roma, laBasílica de San Juan de Letrán.Sucesivamente se abrirá la PuertaSanta en las otras Basílicas Papa-les. Para el mismo domingo esta-blezco que en cada Iglesiaparticular, en la Catedral que es la

7

BULA DE CONVOCACIÓN DEL JUBILEO EXTRAORDINARIODE LA MISERICORDIA

Misericordiae VultusFRANCISCO OBISPO DE ROMA SIERVO DE LOS SIERVOS DE DIOS A CUANTOS

LEAN ESTA CARTA GRACIA, MISERICORDIA Y PAZ

Page 8: Solanoticias año 5 nº 2

Iglesia Madre para todos los fie-les, o en la Concatedral o en unaiglesia de significado especial seabra por todo el Año Santo unaidéntica Puerta de la Misericor-dia. A juicio del Ordinario, ellapodrá ser abierta también en losSantuarios, meta de tantos pere-grinos que en estos lugares santoscon frecuencia son tocados en elcorazón por la gracia y encuen-tran el camino de la conversión.Cada Iglesia particular, entonces,estará directamente comprome-tida a vivir este Año Santo comoun momento extraordinario degracia y de renovación espiritual.El Jubileo, por tanto, será cele-brado en Roma así como en lasIglesias particulares como signovisible de la comunión de toda laIglesia.

4. He escogido la fecha del 8de diciembre por su gran signifi-cado en la histo-ria reciente de laIglesia. Enefecto, abriré laPuerta Santa enel quincuagésimoaniversario de laconclusión delConcilio Ecumé-nico Vaticano II.La Iglesia sientela necesidad demantener vivoeste evento. Paraella iniciaba unnuevo periodo desu historia. Los Padres reunidosen el Concilio habían percibidointensamente, como un verdaderosoplo del Espíritu, la exigencia dehablar de Dios a los hombres desu tiempo en un modo más com-prensible. Derrumbadas las mura-llas que por mucho tiempo habían

recluido la Iglesia en una ciuda-dela privilegiada, había llegado eltiempo de anunciar el Evangeliode un modo nuevo. Una nuevaetapa en la evangelización desiempre. Un nuevo compromisopara todos los cristianos de testi-moniar con mayor entusiasmo yconvicción la propia fe. La Iglesiasentía la responsabilidad de ser enel mundo signo vivo del amor delPadre.

Vuelven a la mente las pala-bras cargadas de significado quesan Juan XXIII pronunció en laapertura del Concilio para indicarel camino a seguir: «En nuestrotiempo, la Esposa de Cristo pre-fiere usar la medicina de la mise-ricordia y no empuñar las armasde la severidad… La Iglesia Ca-tólica, al elevar por medio de esteConcilio Ecuménico la antorchade la verdad católica, quiere mos-

trarse madre amable de todos, be-nigna, paciente, llena demisericordia y de bondad paracon los hijos separados de ella»(Discurso de apertura del Conc.Ecum. Vat. II, Gaudet Mater Ec-clesia, 11/10/1962, 2-3)

En el mismo horizonte se co-

locaba también el beato Pablo VIquien, en la Conclusión del Con-cilio, se expresaba de esta ma-nera: «Queremos más bien notarcómo la religión de nuestro Con-cilio ha sido principalmente la ca-ridad… La antigua historia delsamaritano ha sido la pauta de laespiritualidad del Concilio… Unacorriente de afecto y admiraciónse ha volcado del Concilio haciael mundo moderno. Ha reprobadolos errores, sí, porque lo exige, nomenos la caridad que la verdad,pero, para las personas, sólo invi-tación, respeto y amor. El Conci-lio ha enviado al mundocontemporáneo en lugar de depri-mentes diagnósticos, remediosalentadores, en vez de funestospresagios, mensajes de esperanza:sus valores no sólo han sido res-petados sino honrados, sostenidossus incesantes esfuerzos, sus as-

piraciones, puri-ficadas yb e n d e c i d a s …Otra cosa debe-mos destacaraún: toda esta ri-queza doctrinalse vuelca en unaúnica dirección:servir al hombre.Al hombre entodas sus condi-ciones, en todassus debilidades,en todas sus ne-cesidades» (Alo-

cución en la última Sesiónpública, 7/12/1965).

Con estos sentimientos deagradecimiento por cuanto laIglesia ha recibido y de responsa-bilidad por la tarea que nos es-pera, atravesaremos la PuertaSanta, en la plena confianza de

8

Page 9: Solanoticias año 5 nº 2

9

sabernos acompañados por lafuerza del Señor Resucitado quecontinua sosteniendo nuestra pe-regrinación. El Espíritu Santo queconduce los pasos de los creyen-tes para que cooperen en la obrade salvación realizada por Cristo,sea guía y apoyo del Pueblo deDios para ayudarlo a contemplarel rostro de la misericordia(Lumen gentium, 16; Gaudium etspes, 15).

5. El Año jubilar se concluiráen la solemnidad litúrgica de Je-sucristo Rey del Universo, el 20de noviembre de 2016. En esedía, cerrando la Puerta Santa, ten-dremos ante todo sentimientos degratitud y de reconocimientohacia la Santísima Trinidad porhabernos concedido un tiempoextraordinario de gracia. Enco-mendaremos la vida de la Iglesia,la humanidad entera y el inmensocosmos a la Señoría de Cristo, es-perando que derrame su miseri-cordia como el rocío de lamañana para una fecunda histo-ria, todavía por construir con elcompromiso de todos en el pró-ximo futuro. ¡Cómo deseo que losaños por venir estén impregnadosde misericordia para poder ir alencuentro de cada persona lle-vando la bondad y la ternura deDios! A todos, creyentes y leja-nos, pueda llegar el bálsamo de lamisericordia como signo delReino de Dios que está ya pre-sente en medio de nosotros.

6. «Es propio de Dios usarmisericordia y especialmente enesto se manifiesta su omnipoten-cia» (Tomás de Aquino, SummaTheologiae, II-II, q. 30, a. 4). Laspalabras de santo Tomás deAquino muestran cuánto la mise-ricordia divina no sea en absoluto

un signo de debilidad, sino másbien la cualidad de la omnipoten-cia de Dios. Es por esto que la li-turgia, en una de las colectas másantiguas, invita a orar diciendo:«Oh Dios que revelas tu omnipo-tencia sobre todo en la misericor-dia y el perdón» (XXVI domingodel tiempo ordinario. Esta colectase encuentra ya en el Siglo VIII,entre los textos eucológicosde l Sacramentar io Gela-siano 1198). Dios será siemprepara la humanidad como Aquelque está presente, cercano, provi-dente, santo y misericordioso.

“Paciente y misericordioso”es el binomio que a menudo apa-rece en el Antiguo Testamentopara describir la naturaleza deDios. Su ser misericordioso seconstata concretamente en tantasacciones de la historia de la sal-vación donde su bondad preva-lece por encima del castigo y ladestrucción. Los Salmos, enmodo particular, destacan estagrandeza del proceder divino: «Élperdona todas tus culpas, y curatodas tus dolencias; rescata tuvida del sepulcro, te corona degracia y de misericordia» (103,3-4). De una manera aún más explí-cita, otro Salmo testimonia lossignos concretos de su misericor-dia: «Él Señor libera a los cauti-vos, abre los ojos de los ciegos ylevanta al caído; el Señor protegea los extranjeros y sustenta alhuérfano y a la viuda; el Señorama a los justos y entorpece el ca-mino de los malvados» (146,7-9).Por último, he aquí otras expre-siones del salmista: «El Señorsana los corazones afligidos y lesvenda sus heridas […] El Señorsostiene a los humildes y humillaa los malvados hasta el polvo»

(147,3.6). Así pues, la misericor-dia de Dios no es una idea abs-tracta, sino una realidad concretacon la cual Él revela su amor, quees como el de un padre o unamadre que se conmueven en lomás profundo de sus entrañas porel propio hijo. Vale decir que setrata realmente de un amor “vis-ceral”. Proviene desde lo más ín-timo como un sentimientoprofundo, natural, hecho de ter-nura y compasión, de indulgenciay de perdón.

7. “Eterna es su misericor-dia”: es el estribillo que acom-paña cada verso del Salmo 136mientras se narra la historia de larevelación de Dios. En razón dela misericordia, todas las vicisitu-des del Antiguo Testamento estáncargadas de un profundo valorsalvífico. La misericordia hace dela historia de Dios con Israel unahistoria de salvación. Repetircontinuamente “Eterna es su mi-sericordia”, como lo hace elSalmo, parece un intento porromper el círculo del espacio ydel tiempo para introducirlo todoen el misterio eterno del amor. Escomo si se quisiera decir que nosolo en la historia, sino por todala eternidad el hombre estarásiempre bajo la mirada misericor-diosa del Padre. No es casual queel pueblo de Israel haya queridointegrar este Salmo, el grande ha-llel como es conocido, en las fies-tas litúrgicas más importantes.

Antes de la Pasión Jesús orócon este Salmo de la misericor-dia. Lo atestigua el evangelistaMateo cuando dice que «despuésde haber cantado el himno»(26,30), Jesús con sus discípulossalieron hacia el Monte de losOlivos. Mientras instituía la Eu-

Page 10: Solanoticias año 5 nº 2

10

caristía, como memorial perennede él y de su Pascua, puso simbó-licamente este acto supremo de laRevelación a la luz de la miseri-cordia. En este mismo horizontede la misericordia, Jesús vivió supasión y muerte, consciente delgran misterio del amor de Diosque se habría de cumplir en lacruz. Saber que Jesús mismo hizooración con este Salmo, lo hacepara nosotros los cristianos aúnmás importante y nos compro-mete a incorporareste estribillo ennuestra oraciónde alabanza coti-diana: “Eterna essu misericordia”.

8. Con la mi-rada fija en Jesúsy en su rostro mi-sericordioso po-demos percibir elamor de la Santí-sima Trinidad. Lamisión que Jesúsha recibido delPadre ha sido lade revelar el misterio del amor di-vino en plenitud. «Dios es amor»(1 Jn 4,8.16), afirma por la pri-mera y única vez en toda la Sa-grada Escritura el evangelistaJuan. Este amor se ha hechoahora visible y tangible en toda lavida de Jesús. Su persona no esotra cosa sino amor. Un amor quese dona gratuitamente. Sus rela-ciones con las personas que se leacercan dejan ver algo único eirrepetible. Los signos que rea-liza, sobre todo hacia los pecado-res, hacia las personas pobres,excluidas, enfermas y sufrientesllevan consigo el distintivo de lamisericordia. En él todo habla demisericordia. Nada en Él es falto

de compasión.Jesús, ante la multitud de per-

sonas que lo seguían, viendo queestaban cansadas y extenuadas,perdidas y sin guía, sintió desdelo profundo del corazón una in-tensa compasión por ellas(cfr Mt 9,36). A causa de esteamor compasivo curó los enfer-mos que le presentaban(cfr Mt 14,14) y con pocos panesy peces calmó el hambre deg r a n d e s m u c h e d u m b r e s

(cfr Mt 15,37). Lo que movía aJesús en todas las circunstanciasno era sino la misericordia, con lacual leía el corazón de los inter-locutores y respondía a sus nece-sidades más reales. Cuandoencontró la viuda de Naim, quellevaba su único hijo al sepulcro,sintió gran compasión por el in-menso dolor de la madre en lágri-mas, y le devolvió a su hijoresucitándolo de la muerte(cfr Lc 7,15). Después de haber li-berado el endemoniado de Ge-rasa, le confía esta misión:«Anuncia todo lo que el Señor teha hecho y la misericordia que haobrado contigo» (Mc 5,19). Tam-bién la vocación de Mateo se co-

loca en el horizonte de la miseri-cordia. Pasando delante del bancode los impuestos, los ojos deJesús se posan sobre los deMateo. Era una mirada cargadade misericordia que perdonabalos pecados de aquel hombre y,venciendo la resistencia de losotros discípulos, lo escoge a él, elpecador y publicano, para que seauno de los Doce. San Beda el Ve-nerable, comentando esta escenadel Evangelio, escribió que Jesús

miró a Mateo conamor misericor-dioso y lo eli-gió: miserandoatque eligendo(cfr Hom.21: CCL 122,149-151). Siem-pre me ha cauti-vado estaexpresión, tantoque quise hacerlami propio lema.

9. En las pa-rábolas dedicadasa la misericordia,

Jesús revela la naturaleza de Dioscomo la de un Padre que jamás seda por vencido hasta tanto nohaya disuelto el pecado y supe-rado el rechazo con la compasióny la misericordia. Conocemosestas parábolas; tres en particular:la de la oveja perdida y de la mo-neda extraviada, y la del padre ylos dos hijos (cfr Lc 15,1-32). Enestas parábolas, Dios es presen-tado siempre lleno de alegría,sobre todo cuando perdona. Enellas encontramos el núcleo delEvangelio y de nuestra fe, porquela misericordia se muestra comola fuerza que todo vence, quellena de amor el corazón y queconsuela con el perdón.

Page 11: Solanoticias año 5 nº 2

11

De otra parábola, además,podemos extraer una enseñanzapara nuestro estilo de vida cris-tiano. Provocado por la preguntade Pedro acerca de cuántas vecesfuese necesario perdonar, Jesúsresponde: «No te digo hasta siete,sino hasta setenta veces siete»(Mt 18,22) y pronunció la pará-bola del “siervo despiadado”.Este, llamado por el patrón a res-tituir una grande suma, le suplicade rodillas y el patrón le condonala deuda. Pero inmediatamenteencuentra otro siervo como él quele debía unos pocos centésimos,el cual le suplica de rodillas quetenga piedad, pero él se niega y lohace encarcelar. Entonces el pa-trón, advertido del hecho, se irritamucho y volviendo a llamar aquelsiervo le dice: «¿No debías tam-bién tú tener compasión de tucompañero, como yo me compa-decí de ti?» (Mt 18,33). Y Jesúsconcluye: «Lo mismo hará tam-bién mi Padre celestial con uste-des, si no perdonan de corazón asus hermanos» (Mt 18,35).

La parábola ofrece una pro-funda enseñanza a cada uno denosotros. Jesús afirma que la mi-sericordia no es solo el obrar delPadre, sino que ella se convierteen el criterio para saber quiénesson realmente sus verdaderoshijos. Así entonces, estamos lla-mados a vivir de misericordia,porque a nosotros en primer lugarse nos ha aplicado misericordia.El perdón de las ofensas devienela expresión más evidente delamor misericordioso y para noso-tros cristianos es un imperativodel que no podemos prescindir.¡Cómo es difícil muchas vecesperdonar! Y, sin embargo, el per-dón es el instrumento puesto en

nuestras frágiles manos para al-canzar la serenidad del corazón.Dejar caer el rencor, la rabia, laviolencia y la venganza son con-diciones necesarias para vivir fe-lices. Acojamos entonces laexhortación del Apóstol: «Nopermitan que la noche los sor-prenda enojados» (Ef 4,26). Ysobre todo escuchemos la palabrade Jesús que ha señalado la mise-ricordia como ideal de vida ycomo criterio de credibilidad denuestra fe. «Dichosos los miseri-cordiosos, porque encontraránmisericordia» (Mt 5,7) es la bien-aventuranza en la que hay queinspirarse durante este Año Santo.

Como se puede notar, la mi-sericordia en la Sagrada Escrituraes la palabra clave para indicar elactuar de Dios hacia nosotros. Élno se limita a afirmar su amor,sino que lo hace visible y tangi-ble. El amor, después de todo,nunca podrá ser una palabra abs-tracta. Por su misma naturaleza esvida concreta: intenciones, actitu-des, comportamientos que se ve-rifican en el vivir cotidiano. Lamisericordia de Dios es su res-ponsabilidad por nosotros. Él sesiente responsable, es decir, deseanuestro bien y quiere vernos feli-ces, colmados de alegría y sere-nos. Es sobre esta mismaamplitud de onda que se debeorientar el amor misericordiosode los cristianos. Como ama elPadre, así aman los hijos. ComoÉl es misericordioso, así estamosnosotros llamados a ser miseri-cordiosos los unos con los otros.

10. La misericordia es la vigamaestra que sostiene la vida de laIglesia. Todo en su acción pasto-ral debería estar revestido por laternura con la que se dirige a los

creyentes; nada en su anuncio yen su testimonio hacia el mundopuede carecer de misericordia. Lacredibilidad de la Iglesia pasa através del camino del amor mise-ricordioso y compasivo. La Igle-sia «vive un deseo inagotablede b r i n d a r m i s e r i c o r d i a »(Evangelii gaudium, 24) .Tal vezpor mucho tiempo nos hemos ol-vidado de indicar y de andar porla vía de la misericordia. Por unaparte, la tentación de pretendersiempre y solamente la justicia hahecho olvidar que ella es el pri-mer paso, necesario e indispensa-ble; la Iglesia no obstante necesitair más lejos para alcanzar unameta más alta y más significativa.Por otra parte, es triste constatarcómo la experiencia del perdónen nuestra cultura se desvanececada vez más. Incluso la palabramisma en algunos momentos pa-rece evaporarse. Sin el testimoniodel perdón, sin embargo, quedasolo una vida infecunda y estéril,como si se viviese en un desiertodesolado. Ha llegado de nuevopara la Iglesia el tiempo de encar-garse del anuncio alegre del per-dón. Es el tiempo de retornar a loesencial para hacernos cargo delas debilidades y dificultades denuestros hermanos. El perdón esuna fuerza que resucita a una vidanueva e infunde el valor paramirar el futuro con esperanza.

11. No podemos olvidar lagran enseñanza que san JuanPablo II ofreció en su segunda en-cíclica Dives in misericordia, queen su momento llegó sin ser espe-rada y tomó a muchos por sor-presa en razón del tema queafrontaba. Dos pasajes en particu-lar quiero recordar. Ante todo, elsanto Papa hacía notar el olvido

Page 12: Solanoticias año 5 nº 2

del tema de la misericordia en lacultura presente: «La mentalidadcontemporánea, quizás en mayormedida que la del hombre del pa-sado, parece oponerse al Dios dela misericordia y tiende además aorillar de la vida y arrancar delcorazón humano la idea misma dela misericordia. La palabra y elconcepto de misericordia parecenproducir una cierta desazón en elhombre, quien, gracias a los ade-lantos tan enormes de la ciencia yde la técnica, como nunca fueronconocidos antes en la historia, seha hecho dueño y ha dominado latierra mucho más que en el pa-sado (cfr Gn1,28). Tal dominiosobre la tierra, entendido tal vezunilateral y superficialmente, pa-rece no dejar espacio a la miseri-cordia … Debido a esto, en lasituación actual de la Iglesia y delmundo, muchos hombres y mu-chos ambientes guiados por unvivo sentido de fe se dirigen, yodiría casi espontáneamente, a lamisericordia de Dios» (Nº 2).

Además, san Juan Pablo IImotivaba con estas palabras la ur-gencia de anunciar y testimoniarla misericordia en el mundo con-temporáneo: «Ella está dictadapor el amor al hombre, a todo loque es humano y que, según la in-tuición de gran parte de los con-temporáneos, está amenazado porun peligro inmenso. El misteriode Cristo... me obliga al mismotiempo a proclamar la misericor-dia como amor compasivo deDios, revelado en el mismo mis-terio de Cristo. Ello me obligatambién a recurrir a tal misericor-dia y a implorarla en esta difícil,crítica fase de la historia de laIglesia y del mundo» (Juan PabloII, Dives in misericordia, 15).

Esta enseñanza es hoy más quenunca actual y merece ser reto-mada en este Año Santo. Acoja-mos nuevamente sus palabras:«La Iglesia vive una vida autén-tica, cuando profesa y proclamala misericordia – el atributo másestupendo del Creador y del Re-dentor – y cuando acerca a loshombres a las fuentes de la mise-ricordia del Salvador, de las quees depositaria y dispensadora»(Ibíd., 13).

12. La Iglesia tiene la misiónde anunciar la misericordia deDios, corazón palpitante delEvangelio, que por su medio debealcanzar la mente y el corazón detoda persona. La Esposa de Cristohace suyo el comportamiento delHijo de Dios que sale a encontrara todos, sin excluir ninguno. Ennuestro tiempo, en el que la Igle-sia está comprometida en lanueva evangelización, el tema dela misericordia exige ser pro-puesto una vez más con nuevoentusiasmo y con una renovadaacción pastoral. Es determinantepara la Iglesia y para la credibili-dad de su anuncio que ella viva ytestimonie en primera persona lamisericordia. Su lenguaje y susgestos deben transmitir misericor-dia para penetrar en el corazón delas personas y motivarlas a reen-contrar el camino de vuelta alPadre.

La primera verdad de la Igle-sia es el amor de Cristo. De esteamor, que llega hasta el perdón yal don de sí, la Iglesia se hacesierva y mediadora ante los hom-bres. Por tanto, donde la Iglesiaesté presente, allí debe ser evi-dente la misericordia del Padre.En nuestras parroquias, en las co-munidades, en las asociaciones y

movimientos, en fin, dondequieraque haya cristianos, cualquieradebería poder encontrar un oasisde misericordia.

13. Queremos vivir este AñoJubilar a la luz de la palabra delSeñor: Misericordiosos como elPadre. El evangelista refiere laenseñanza de Jesús: «Sed miseri-cordiosos, como el Padre vuestroes misericordioso» (Lc 6,36). Esun programa de vida tan compro-metedor como rico de alegría y depaz. El imperativo de Jesús se di-rige a cuantos escuchan su voz(cfr Lc 6,27). Para ser capaces demisericordia, entonces, debemosen primer lugar colocarnos a laescucha de la Palabra de Dios.Esto significa recuperar el valordel silencio para meditar la Pala-bra que se nos dirige. De estemodo es posible contemplar lamisericordia de Dios y asumirlacomo propio estilo de vida.

14. La peregrinación es unsigno peculiar en el Año Santo,porque es imagen del camino quecada persona realiza en su exis-tencia. La vida es una peregrina-ción y el ser humano es viator, unperegrino que recorre su caminohasta alcanzar la meta anhelada.También para llegar a la PuertaSanta en Roma y en cualquierotro lugar, cada uno deberá reali-zar, de acuerdo con las propiasfuerzas, una peregrinación. Estoserá un signo del hecho que tam-bién la misericordia es una metapor alcanzar y que requiere com-promiso y sacrificio. La peregri-nación, entonces, sea estímulopara la conversión: atravesando laPuerta Santa nos dejaremos abra-zar por la misericordia de Dios ynos comprometeremos a ser mi-sericordiosos con los demás

12

Page 13: Solanoticias año 5 nº 2

13

como el Padre lo es con nosotros.El Señor Jesús indica las eta-

pas de la peregrinación mediantela cual es posible alcanzar estameta: « No juzguéis y no seréisjuzgados; no condenéis y no se-réis condenados; perdonad y se-réis perdonados. Dad y se os dará:una medida buena, apretada, re-mecida, rebosante pondrán en elhalda de vuestros vestidos. Por-que seréis medidos con la medidaque midáis » (Lc 6,37-38). Dice,ante todo, no juzgar y no conde-nar. Si no sequiere incurrir enel juicio de Dios,nadie puede con-vertirse en el juezdel propio her-mano. Los hom-bres ciertamentecon sus juicios sedetienen en la su-perficie, mientrasel Padre mira elinterior. ¡Cuántomal hacen las pa-labras cuandoestán motivadaspor sentimientos de celos y envi-dia! Hablar mal del propio her-mano en su ausencia equivale aexponerlo al descrédito, a com-prometer su reputación y a dejarloa merced del chisme. No juzgar yno condenar significa, en posi-tivo, saber percibir lo que debueno hay en cada persona y nopermitir que deba sufrir por nues-tro juicio parcial y por nuestrapresunción de saberlo todo. Sinembargo, esto no es todavía sufi-ciente para manifestar la miseri-cordia. Jesús pidetambién perdonar y dar. Ser ins-trumentos del perdón, porquehemos sido los primeros en ha-

berlo recibido de Dios. Ser gene-rosos con todos sabiendo quetambién Dios dispensa sobre noso-tros su benevolencia con magna-nimidad.

Así entonces, misericordio-sos como el Padre es el “lema”del Año Santo. En la misericordiatenemos la prueba de cómo Diosama. Él da todo sí mismo, porsiempre, gratuitamente y sin pedirnada a cambio. Viene en nuestraayuda cuando lo invocamos. Esbello que la oración cotidiana de

la Iglesia inicie con estas pala-bras: « Dios mío, ven en mi auxi-lio; Señor, date prisa ensocorrerme » (Sal70,2). El auxilioque invocamos es ya el primerpaso de la misericordia de Dioshacia nosotros. Él viene a salvar-nos de la condición de debilidaden la que vivimos. Y su auxilioconsiste en permitirnos captar supresencia y cercanía. Día tras día,tocados por su compasión, tam-bién nosotros llegaremos a sercompasivos con todos.

15. En este Año Santo, po-dremos realizar la experiencia deabrir el corazón a cuantos vivenen las más contradictorias perife-

rias existenciales, que con fre-cuencia el mundo moderno dra-máticamente crea. ¡Cuántassituaciones de precariedad y su-frimiento existen en el mundohoy! Cuántas heridas sellan lacarne de muchos que no tienenvoz porque su grito se ha debili-tado y silenciado a causa de la in-diferencia de los pueblos ricos.En este Jubileo la Iglesia será lla-mada a curar aún más estas heri-das, a aliviarlas con el óleo de laconsolación, a vendarlas con la

misericordia y acurarlas con lasolidaridad y ladebida atención.No caigamos enla indiferenciaque humilla, en lahabitualidad queanestesia elánimo e impidedescubrir la no-vedad, en el ci-nismo quedestruye. Abra-mos nuestros ojospara mirar las mi-

serias del mundo, las heridas detantos hermanos y hermanas pri-vados de la dignidad, y sintámo-nos provocados a escuchar sugrito de auxilio. Nuestras manosestrechen sus manos, y acerqué-moslos a nosotros para que sien-tan el calor de nuestra presencia,de nuestra amistad y de la frater-nidad. Que su grito se vuelva elnuestro y juntos podamos romperla barrera de la indiferencia quesuele reinar campante para escon-der la hipocresía y el egoísmo.

Es mi vivo deseo que el pue-blo cristiano reflexione durante elJubileo sobre las obras de mise-ricordia corporales y espiritua-

Page 14: Solanoticias año 5 nº 2

14

les. Será un modo para despertarnuestra conciencia, muchas vecesaletargada ante el drama de la po-breza, y para entrar todavía másen el corazón del Evangelio,donde los pobres son los privile-giados de la misericordia divina.La predicación de Jesús nos pre-senta estas obras de misericordiapara que podamos darnos cuentasi vivimos o no como discípulossuyos. Redescubramos las obrasde misericordia corporales: darde comer al hambriento, dar debeber al sediento, vestir al des-nudo, acoger al forastero, asistirlos enfermos, visitar a los presos,enterrar a los muertos. Y no olvi-demos las obras de misericordiaespirituales: dar consejo al que lonecesita, enseñar al que no sabe,corregir al que yerra, consolar altriste, perdonar las ofensas, so-portar con paciencia las personasmolestas, rogar a Dios por losvivos y por los difuntos.

No podemos escapar a las pa-labras del Señor y en base a ellasseremos juzgados: si dimos decomer al hambriento y de beber alsediento. Si acogimos al extran-jero y vestimos al desnudo. Si de-dicamos tiempo para acompañaral que estaba enfermo o prisio-nero (cfr Mt 25,31-45). Igual-mente se nos preguntará siayudamos a superar la duda, quehace caer en el miedo y en oca-siones es fuente de soledad; si fui-mos capaces de vencer laignorancia en la que viven millo-nes de personas, sobre todo losniños privados de la ayuda nece-saria para ser rescatados de la po-breza; si fuimos capaces de sercercanos a quien estaba solo yafligido; si perdonamos a quiennos ofendió y rechazamos cual-

quier forma de rencor o de odioque conduce a la violencia; si tu-vimos paciencia siguiendo elejemplo de Dios que es tan pa-ciente con nosotros; finalmente,si encomendamos al Señor en laoración nuestros hermanos y her-manas. En cada uno de estos“más pequeños” está presenteCristo mismo. Su carne se hacede nuevo visible como cuerpomartirizado, llagado, flagelado,desnutrido, en fug ... para quenosotros los reconozcamos, lo to-quemos y lo asistamos con cui-dado. No olvidemos las palabrasde san Juan de la Cruz: «En elocaso de nuestras vidas, seremosjuzgados en el amor» (Palabrasde luz y de amor, 57).

16. En el Evangelio deLucas encontramos otro aspectoimportante para vivir con fe el Ju-bileo. El evangelista narra queJesús, un sábado, volvió a Naza-ret y, como era costumbre, entróen la Sinagoga. Lo llamaron paraque leyera la Escritura y la co-mentara. El paso era el del profetaIsaías donde está escrito: «El Es-píritu del Señor está sobre mí,porque me ha ungido para anun-ciar a los pobres la Buena Nueva,me ha enviado a proclamar la li-beración a los cautivos y la vistaa los ciegos, para dar la libertad alos oprimidos y proclamar un añode gracia del Señor» (61,1-2).“Un año de gracia”: es esto lo queel Señor anuncia y lo que desea-mos vivir. Este Año Santo llevaconsigo la riqueza de la misión deJesús que resuena en las palabrasdel Profeta: llevar una palabra yun gesto de consolación a los po-bres, anunciar la liberación acuantos están prisioneros de lasnuevas esclavitudes de la socie-

dad moderna, restituir la vista aquien no puede ver más porque seha replegado sobre sí mismo, yvolver a dar dignidad a cuantoshan sido privados de ella. La pre-dicación de Jesús se hace denuevo visible en las respuestas defe que el testimonio de los cristia-nos está llamado a ofrecer. Nosacompañen las palabras del Após-tol: «El que practica misericordia,que lo haga con alegría»(Rm 12,8).

17. La Cuaresma de esteAño Jubilar sea vivida con mayorintensidad, como momento fuertepara celebrar y experimentar lamisericordia de Dios. ¡Cuántaspáginas de la Sagrada Escriturapueden ser meditadas en las se-manas de Cuaresma para redescu-brir el rostro misericordioso delPadre! Con las palabras del pro-feta Miqueas también nosotrospodemos repetir: Tú, oh Señor,eres un Dios que cancelas la in-iquidad y perdonas el pecado, queno mantienes para siempre tu có-lera, pues amas la misericordia.Tú, Señor, volverás a compade-certe de nosotros y a tener piedadde tu pueblo. Destruirás nuestrasculpas y arrojarás en el fondo delmar todos nuestros pecados (cfr7,18-19).

Las páginas del profeta Isaíaspodrán ser meditadas con mayoratención en este tiempo de ora-ción, ayuno y caridad: « Este es elayuno que yo deseo: soltar las ca-denas injustas, desatar los lazosdel yugo, dejar en libertad a losoprimidos y romper todos losyugos; compartir tu pan con elhambriento y albergar a los po-bres sin techo; cubrir al que veasdesnudo y no abandonar a tus se-mejantes. Entonces despuntará tu

Page 15: Solanoticias año 5 nº 2

15

luz como la aurora y tu herida securará rápidamente; delante de tiavanzará tu justicia y detrás de tiirá la gloria del Señor. Entoncesllamarás, y el Señor responderá;pedirás auxilio, y él dirá: « ¡Aquíestoy! ». Si eliminas de ti todoslos yugos, el gesto amenazador yla palabra maligna; si partes tupan con el hambriento y sacias alafligido de corazón, tu luz se al-zará en las tinieblas y tu oscuri-dad será como al mediodía. ElSeñor te guiará incesantemente,te saciará en los ardores del de-sierto y llenará tus huesos devigor; tú serás como un jardínbien regado, como una vertientede agua, cuyas aguas nunca seagotan » (58,6-11).

La iniciativa “24 horas parael Señor”, a celebrarse durante elviernes y sábado que anteceden elIV domingo de Cuaresma, se in-cremente en las Diócesis. Muchaspersonas están volviendo a acer-carse al sacramento de la Recon-ciliación y entre ellas muchosjóvenes, quienes en una experien-cia semejante suelen reencontrarel camino para volver al Señor,para vivir un momento de intensaoración y redescubrir el sentidode la propia vida. De nuevo pone-mos convencidos en el centro elsacramento de la Reconciliación,porque nos permite experimentaren carne propia la grandeza de lamisericordia. Será para cada pe-nitente fuente de verdadera pazinterior.

Nunca me cansaré de insistiren que los confesores sean un ver-dadero signo de la misericordiadel Padre. Ser confesores no seimprovisa. Se llega a serlocuando, ante todo, nos hacemosnosotros penitentes en busca de

perdón. Nunca olvidemos que serconfesores significa participar dela misma misión de Jesús y sersigno concreto de la continuidadde un amor divino que perdona yque salva. Cada uno de nosotrosha recibido el don del EspírituSanto para el perdón de los peca-dos, de esto somos responsables.Ninguno de nosotros es dueño delSacramento, sino fiel servidor delperdón de Dios. Cada confesordeberá acoger a los fieles como elpadre en la parábola del hijo pró-digo: un padre que corre al en-cuentro del hijo no obstantehubiese dilapidado sus bienes.Los confesores están llamados aabrazar ese hijo arrepentido quevuelve a casa y a manifestar laalegría por haberlo encontrado.No se cansarán de salir al encuen-tro también del otro hijo que sequedó afuera, incapaz de ale-grarse, para explicarle que su jui-cio severo es injusto y no tieneningún sentido ante la misericor-dia del Padre que no conoce con-fines. No harán preguntasimpertinentes, sino como el padrede la parábola interrumpirán eldiscurso preparado por el hijopródigo, porque serán capaces depercibir en el corazón de cada pe-nitente la invocación de ayuda yla súplica de perdón. En fin, losconfesores están llamados a sersiempre, en todas partes, en cadasituación y a pesar de todo, elsigno del primado de la miseri-cordia.

18. Durante la Cuaresma deeste Año Santo tengo la intenciónde enviar los Misioneros de laMisericordia. Serán un signo dela solicitud materna de la Iglesiapor el Pueblo de Dios, para queentre en profundidad en la riqueza

de este misterio tan fundamentalpara la fe. Serán sacerdotes a loscuales daré la autoridad de perdo-nar también los pecados que estánreservados a la Sede Apostólica,para que se haga evidente la am-plitud de su mandato. Serán,sobre todo, signo vivo de cómo elPadre acoge cuantos están enbusca de su perdón. Serán misio-neros de la misericordia porqueserán los artífices ante todos deun encuentro cargado de humani-dad, fuente de liberación, rico deresponsabilidad, para superar losobstáculos y retomar la vidanueva del Bautismo. Se dejaránconducir en su misión por las pa-labras del Apóstol: «Dios sometióa todos a la desobediencia, paratener misericordia de todos»(Rm 11,32). Todos entonces, sinexcluir a nadie, están llamados apercibir el llamamiento a la mise-ricordia. Los misioneros vivanesta llamada conscientes de poderfijar la mirada sobre Jesús, «sumo sacerdote misericordioso ydigno de fe » (Hb 2,17).

Pido a los hermanos Obisposque inviten y acojan estos Misio-neros, para que sean ante todopredicadores convincentes de lamisericordia. Se organicen en lasDiócesis “misiones para el pue-blo” de modo que estos Misione-ros sean anunciadores de laalegría del perdón. Se les pida ce-lebrar el sacramento de la Recon-ciliación para los fieles, para queel tiempo de gracia donado en elAño jubilar permita a tantos hijosalejados encontrar el camino deregreso hacia la casa paterna. LosPastores, especialmente duranteel tiempo fuerte de Cuaresma,sean solícitos en invitar a los fie-les a acercarse « al trono de la

Page 16: Solanoticias año 5 nº 2

gracia, a fin de obtener misericor-dia y alcanzar la gracia »(Hb 4,16).

19. La palabra del perdónpueda llegar a todos y la llamadaa experimentar la misericordia nodeje a ninguno indiferente. Mi in-vitación a la conversión se dirigecon mayor insistencia a aquellaspersonas que se encuentran leja-nas de la gracia de Dios debido asu conducta de vida. Pienso enmodo particular a los hombres ymujeres que pertenecen a algúngrupo criminal, cualquiera queéste sea. Por vuestro bien, os pidocambiar de vida. Os lo pido en elnombre del Hijo de Dios que sibien combate el pecado nunca re-chaza a ningún pecador. No cai-gáis en la terrible trampa depensar que la vida depende del di-nero y que ante él todo el resto sevuelve carente de valor y digni-dad. Es solo una ilusión. No lle-vamos el dinero con nosotros almás allá. El dinero no nos da laverdadera felicidad. La violenciausada para amasar fortunas queescurren sangre no convierte anadie en poderoso ni inmortal.Para todos, tarde o temprano,llega el juicio de Dios al cual nin-guno puede escapar.

La misma llamada lleguetambién a todas las personas pro-motoras o cómplices de corrup-ción. Esta llaga putrefacta de lasociedad es un grave pecado quegrita hacia el cielo pues minadesde sus fundamentos la vidapersonal y social. La corrupciónimpide mirar el futuro con espe-ranza porque con su prepotenciay avidez destruye los proyectosde los débiles y oprime a los máspobres. Es un mal que se anida engestos cotidianos para expandirse

luego en escándalos públicos. Lacorrupción es una obstinación enel pecado, que pretende sustituira Dios con la ilusión del dinerocomo forma de poder. Es unaobra de las tinieblas, sostenidapor la sospecha y la intriga. Co-rruptio optimi pessima, decía conrazón san Gregorio Magno, paraindicar que ninguno puede sen-tirse inmune de esta tentación.Para erradicarla de la vida perso-nal y social son necesarias pru-dencia, vigilancia, lealtad,transparencia, unidas al coraje dela denuncia. Si no se la combateabiertamente, tarde o tempranobusca cómplices y destruye laexistencia.

¡Este es el tiempo oportunopara cambiar de vida! Este es eltiempo para dejarse tocar el cora-zón. Ante el mal cometido, in-cluso crímenes graves, es elmomento de escuchar el llanto detodas las personas inocentes de-predadas de los bienes, la digni-dad, los afectos, la vida misma.Permanecer en el camino del males sólo fuente de ilusión y de tris-teza. La verdadera vida es algobien distinto. Dios no se cansa detender la mano. Está dispuesto aescuchar, y también yo lo estoy,al igual que mis hermanos obis-pos y sacerdotes. Basta solamenteque acojáis la llamada a la con-versión y os sometáis a la justiciamientras la Iglesia os ofrece mi-sericordia.

20. No será inútil en estecontexto recordar la relación exis-tente entre justicia y misericor-dia. No son dos momentoscontrastantes entre sí, sino dos di-mensiones de una única realidadque se desarrolla progresiva-mente hasta alcanzar su ápice en

la plenitud del amor. La justiciaes un concepto fundamental parala sociedad civil cuando, normal-mente, se hace referencia a unorden jurídico a través del cual seaplica la ley. Con la justicia se en-tiende también que a cada uno sedebe dar lo que le es debido. Enla Biblia, muchas veces se hacereferencia a la justicia divina y aDios como juez. Generalmente esentendida como la observaciónintegral de la ley y como el com-portamiento de todo buen israelitaconforme a los mandamientosdados por Dios. Esta visión, sinembargo, ha conducido no pocasveces a caer en el legalismo, fal-sificando su sentido originario yoscureciendo el profundo valorque la justicia tiene. Para superarla perspectiva legalista, sería ne-cesario recordar que en la Sa-grada Escritura la justicia esconcebida esencialmente comoun abandonarse confiado en lavoluntad de Dios.

Por su parte, Jesús habla mu-chas veces de la importancia de lafe, más bien que de la observan-cia de la ley. Es en este sentidoque debemos comprender sus pa-labras cuando estando a la mesacon Mateo y otros publicanos ypecadores, dice a los fariseos quele replicaban: « Vayan y aprendanqué significa: Yo quiero miseri-cordia y no sacrificios. Porque yono he venido a llamar a los justos,sino a los pecadores » (Mt 9,13).Ante la visión de una justiciacomo mera observancia de la leyque juzga, dividiendo las perso-nas en justos y pecadores, Jesússe inclina a mostrar el gran de donde la misericordia que busca a lospecadores para ofrecerles el per-dón y la salvación. Se comprende

16

Page 17: Solanoticias año 5 nº 2

17

por qué en presencia de una pers-pectiva tan liberadora y fuente derenovación, Jesús haya sido re-chazado por los fariseos y por losdoctores de la ley. Estos, para serfieles a la ley, ponían solo pesossobre las espaldas de las perso-nas, pero así frustraban la miseri-cordia del Padre. El reclamo aobservar la ley no puede obstacu-lizar la atención por las necesida-des que tocan la dignidad de laspersonas.

Al respecto es muy significa-tiva la referencia que Jesús haceal profeta Oseas -«yo quieroamor, no sacrificio » (6,6). Jesúsafirma que de ahora en adelantela regla de vida de sus discípulosdeberá ser la que da el primado ala misericordia, como Él mismotestimonia compartiendo la mesacon los pecadores. La misericor-dia, una vez más, se revela comodimensión fundamental de la mi-sión de Jesús. Ella es un verda-dero reto para sus interlocutoresque se detienen en el respeto for-mal de la ley. Jesús, en cambio,va más allá de la ley; su compartircon aquellos que la ley conside-raba pecadores permite compren-der hasta dónde llega sumisericordia.

También el Apóstol Pablohizo un recorrido parecido. Antesde encontrar a Jesús en el caminoa Damasco, su vida estaba dedi-cada a perseguir de manera irre-prensible la justicia de la ley(cfr Flp 3,6). La conversión aCristo lo condujo a ampliar su vi-sión precedente al punto que en lacarta a los Gálatas afirma:«Hemos creído en Jesucristo,para ser justificados por la fe deCristo y no por las obras de laLey» (2,16). Su comprensión de

la justicia ha cambiado ahora ra-dicalmente. Pablo pone en primerlugar la fe y no más la ley. No esla observancia de la ley lo quesalva, sino la fe en Jesucristo, quecon su muerte y resurrección traela salvación junto con la miseri-cordia que justifica. La justicia deDios se convierte ahora en libera-ción para cuantos están oprimidospor la esclavitud del pecado y susconsecuencias. La justicia deDios es su perdón (cfr Sal 51,11-16).

21. La misericordia no escontraria a la justicia sino que ex-presa el comportamiento de Dioshacia el pecador, ofreciéndole unaulterior posibilidad para exami-narse, convertirse y creer. La ex-periencia del profeta Oseas vieneen nuestra ayuda para mostrarnosla superación de la justicia en di-rección hacia la misericordia. Laépoca de este profeta se cuentaentre las más dramáticas de la his-toria del pueblo hebreo. El Reinoestá cercano de la destrucción; elpueblo no ha permanecido fiel ala alianza, se ha alejado de Diosy ha perdido la fe de los Padres.Según una lógica humana, esjusto que Dios piense en rechazarel pueblo infiel: no ha observadoel pacto establecido y por tantomerece la pena correspondiente,el exilio. Las palabras del profetalo atestiguan: « Volverá al país deEgipto, y Asur será su rey, porquese han negado a convertirse »(Os 11,5). Y sin embargo, des-pués de esta reacción que apela ala justicia, el profeta modifica ra-dicalmente su lenguaje y revela elverdadero rostro de Dios: « Micorazón se convulsiona dentro demí, y al mismo tiempo se estre-mecen mis entrañas. No daré

curso al furor de mi cólera, novolveré a destruir a Efraín, por-que soy Dios, no un hombre; elSanto en medio de ti y no es mideseo aniquilar » (11,8-9). SanAgustín, como comentando laspalabras del profeta dice: «Es másfácil que Dios contenga la ira quela misericordia» (Enarr. in Ps. 76,11). Es precisamente así. La irade Dios dura un instante, mientrasque su misericordia dura eterna-mente.

Si Dios se detuviera en la jus-ticia dejaría de ser Dios, seríacomo todos los hombres que in-vocan respeto por la ley. La justi-cia por sí misma no basta, y laexperiencia enseña que apelandosolamente a ella se corre el riesgode destruirla. Por esto Dios vamás allá de la justicia con la mi-sericordia y el perdón. Esto nosignifica restarle valor a la justi-cia o hacerla superflua, al contra-rio. Quien se equivoca deberáexpiar la pena. Solo que este noes el fin, sino el inicio de la con-versión, porque se experimenta laternura del perdón. Dios no re-chaza la justicia. Él la engloba yla supera en un evento superiordonde se experimenta el amorque está a la base de una verda-dera justicia. Debemos prestarmucha atención a cuanto escribePablo para no caer en el mismoerror que el Apóstol reprochaba asus contemporáneos judíos:«Desconociendo la justicia deDios y empeñándose en estable-cer la suya propia, no se sometie-ron a la justicia de Dios. Porqueel fin de la ley es Cristo, para jus-tificación de todo el que cree»(Rm 10,3-4). Esta justicia de Dioses la misericordia concedida atodos como gracia en razón de la

Page 18: Solanoticias año 5 nº 2

muerte y resurrección de Jesu-cristo. La Cruz de Cristo, enton-ces, es el juicio de Dios sobretodos nosotros y sobre el mundo,porque nos ofrece la certeza delamor y de la vida nueva.

22. El Jubileo lleva tambiénconsigo la referencia a la indul-gencia. En el Año Santo de la Mi-sericordia ella adquiere unarelevancia particular. El perdónde Dios por nuestros pecados noconoce límites. En la muerte y re-surrección de Jesucristo, Dioshace evidente este amor que escapaz incluso de destruir el pe-cado de los hombres. Dejarse re-conciliar con Dios es posible pormedio del misterio pas-cual y de la mediación dela Iglesia. Así entonces,Dios está siempre dispo-nible al perdón y nunca secansa de ofrecerlo de ma-nera siempre nueva e ines-perada. Todos nosotros,sin embargo, vivimos laexperiencia del pecado.Sabemos que estamos lla-mados a la perfección(cfr Mt 5,48), pero senti-mos fuerte el peso del pe-cado. Mientraspercibimos la potencia dela gracia que nos trans-forma, experimentamostambién la fuerza del pe-cado que nos condiciona.No obstante el perdón,llevamos en nuestra vidalas contradicciones queson consecuencia denuestros pecados. En elsacramento de la Recon-ciliación Dios perdona los peca-dos, que realmente quedancancelados; y sin embargo, lahuella negativa que los pecados

dejan en nuestros comportamien-tos y en nuestros pensamientospermanece. La misericordia deDios es incluso más fuerte queesto. Ella se transforma en indul-gencia del Padre que a través dela Esposa de Cristo alcanza al pe-cador perdonado y lo libera detodo residuo, consecuencia delpecado, habilitándolo a obrar concaridad, a crecer en el amor másbien que a recaer en el pecado.

La Iglesia vive la comuniónde los Santos. En la Eucaristíaesta comunión, que es don deDios, actúa como unión espiritualque nos une a los creyentes conlos Santos y los Beatos cuyo nú-

mero es incalculable (cfr Ap 7,4).Su santidad viene en ayuda denuestra fragilidad, y así la MadreIglesia es capaz con su oración y

su vida de ir al encuentro de la de-bilidad de unos con la santidad deotros. Vivir entonces la indulgen-cia en el Año Santo significa acer-carse a la misericordia del Padrecon la certeza que su perdón seextiende sobre toda la vida delcreyente. Indulgencia es experi-mentar la santidad de la Iglesiaque participa a todos de los bene-ficios de la redención de Cristo,para que el perdón sea extendidohasta las extremas consecuenciasa la cual llega el amor de Dios.Vivamos intensamente el Jubileopidiendo al Padre el perdón de lospecados y la dispensación de suindulgencia misericordiosa.

23. La misericordiaposee un valor que sobre-pasa los confines de laIglesia. Ella nos relacionacon el judaísmo y elislam, que la consideranuno de los atributos máscalificativos de Dios. Is-rael primero que todo re-cibió esta revelación, quepermanece en la historiacomo el comienzo de unariqueza inconmensurablede ofrecer a la entera hu-manidad. Como hemosvisto, las páginas del An-tiguo Testamento estánentretejidas de misericor-dia porque narran lasobras que el Señor ha rea-lizado en favor de su pue-blo en los momentos másdifíciles de su historia. ElIslam, por su parte, entrelos nombres que le atri-buye al Creador está el de

Misericordioso y Clemente. Estainvocación aparece con frecuen-cia en los labios de los fieles mu-sulmanes, que se sienten

18

Page 19: Solanoticias año 5 nº 2

acompañados y sostenidos por lamisericordia en su cotidiana debi-lidad. También ellos creen quenadie puede limitar la misericor-dia divina porque sus puertasestán siempre abiertas.

Este Año Jubilar vivido en lamisericordia pueda favorecer elencuentro con estas religiones ycon las otras nobles tradicionesreligiosas; nos haga más abiertosal diálogo para conocernos ycomprendernos mejor; eliminetoda forma de cerrazón y despre-cio, y aleje cualquier forma deviolencia y de discriminación.

24. El pensamiento se dirigeahora a la Madre de la Misericor-dia. La dulzura de su mirada nosacompañe en este Año Santo,para que todos podamos redescu-brir la alegría de la ternura deDios. Ninguno como María haconocido la profundidad del mis-terio de Dios hecho hombre. Todoen su vida fue plasmado por lapresencia de la misericordiahecha carne. La Madre del Cruci-ficado Resucitado entró en el san-tuario de la misericordia divinaporque participó íntimamente enel misterio de su amor.

Elegida para ser la Madre delHijo de Dios, María estuvo pre-parada desde siempre por el amordel Padre para ser Arca de laAlianzaentre Dios y los hombres.Custodió en su corazón la divinamisericordia en perfecta sintoníacon su Hijo Jesús. Su canto dealabanza, en el umbral de la casade Isabel, estuvo dedicado a lamisericordia que se extiende « degeneración en generación »(Lc1,50). También nosotros está-bamos presentes en aquellas pa-labras proféticas de la VirgenMaría. Esto nos servirá de conso-

lación y de apoyo mientras atra-vesaremos la Puerta Santa paraexperimentar los frutos de la mi-sericordia divina.

Al pie de la cruz, María juntocon Juan, el discípulo del amor,es testigo de las palabras de per-dón que salen de la boca de Jesús.El perdón supremo ofrecido aquien lo ha crucificado nos mues-tra hasta dónde puede llegar lamisericordia de Dios. María ates-tigua que la misericordia del Hijode Dios no conoce límites y al-canza a todos sin excluir a nin-guno. Dirijamos a ella la antiguay siempre nueva oracióndel Salve Regina, para que nuncase canse de volver a nosotros susojos misericordiosos y nos hagadignos de contemplar el rostro dela misericordia, su Hijo Jesús.

Nuestra plegaria se extiendatambién a tantos Santos y Beatosque hicieron de la misericordia sumisión de vida. En particular elpensamiento se dirige a la grandeapóstol de la misericordia, santaFaustina Kowalska. Ella que fuellamada a entrar en las profundi-dades de la divina misericordia,interceda por nosotros y nos ob-tenga vivir y caminar siempre enel perdón de Dios y en la inque-brantable confianza en su amor.

25. Un Año Santo extraordi-nario, entonces, para vivir en lavida de cada día la misericordiaque desde siempre el Padre dis-pensa hacia nosotros. En este Ju-bileo dejémonos sorprender porDios. Él nunca se cansa de destra-bar la puerta de su corazón pararepetir que nos ama y quiere com-partir con nosotros su vida. LaIglesia siente la urgencia de anun-ciar la misericordia de Dios. Suvida es auténtica y creíble cuando

con convicción hace de la miseri-cordia su anuncio. Ella sabe quela primera tarea, sobre todo en unmomento como el nuestro, llenode grandes esperanzas y fuertescontradicciones, es la de introdu-cir a todos en el misterio de la mi-sericordia de Dios, contemplandoel rostro de Cristo. La Iglesia estállamada a ser el primer testigoveraz de la misericordia, profe-sándola y viviéndola como elcentro de la Revelación de Jesu-cristo. Desde el corazón de la Tri-nidad, desde la intimidad másprofunda del misterio de Dios,brota y corre sin parar el gran ríode la misericordia. Esta fuentenunca podrá agotarse, sin impor-tar cuántos sean los que a ella seacerquen. Cada vez que alguientendrá necesidad podrá venir aella, porque la misericordia deDios no tiene fin. Es tan insonda-ble la profundidad del misterioque encierra, tan inagotable la ri-queza que de ella proviene.

En este Año Jubilar la Iglesiase convierta en el eco de la Pala-bra de Dios que resuena fuerte ydecidida como palabra y gesto deperdón, de soporte, de ayuda, deamor. Nunca se canse de ofrecermisericordia y sea siempre pa-ciente en el confortar y perdonar.La Iglesia se haga voz de cadahombre y mujer y repita con con-fianza y sin descanso: « Acuér-date, Señor, de tu misericordia yde tu amor; que son eternos »(Sal 25,6).

Dado en Roma, junto a SanPedro, el 11 de abril, Vigilia delSegundo Domingo de Pascua ode la Divina Misericordia, delAño del Señor 2015, tercero de mipontificado.

Franciscus

19

Page 20: Solanoticias año 5 nº 2

20

“Yo te he establecido para serla luz de las naciones, para llevarla salvación hasta los confines dela tierra”. (Hch 13, 47; cf. Is 49,6). Estas palabras del Señor, en elpasaje de los Hechos de los Após-toles que acabamos de escuchar,nos presentan el carácter misio-

nero de la Iglesia que es enviadapor Jesús a salir para anunciar elEvangelio. Así sucedió, desde elprimer momento, con los discípu-los cuando, desencadenada la per-secución, salieron de Jerusalén(cf.Hch 8, 1-3).

Esto es válido también para

aquella multitud de misionerosque llevaron el Evangelio alNuevo Mundo y al mismo tiempodefendieron a los indígenas con-tra los abusos de los colonizado-res. Entre ellos estaba tambiénFray Junípero; su obra de evange-lización nos trae a la memoria los

Tal como estaba previsto, el primer sábado de mayo, después de mediodía, el Papa se

trasladó a la sede del Pontificio Colegio Norteamericano, que se encuentra muy cerca de

la Ciudad del Vaticano, en la colina del Giannicolo, donde el Obispo de Roma celebró

la Santa Misa con ocasión de la Jornada de Reflexión, organizada por la Pontificia

Comisión para América Latina, junto al mencionado Colegio, sobre la figura del beato

Fray Junípero Serra, apóstol de California, a quien Francisco canonizará el próximo 23

de septiembre en Washington.

Homilía del Santo Padre Francisco

Tres claves para comprender la figuradel Beato Fray Junípero Serra, ofm

2 de mayo - Pontificio Colegio Norteamericano

Page 21: Solanoticias año 5 nº 2

21

primeros “12 apóstoles francisca-nos” que fueron los pioneros dela fe cristiana en México. Él fueprotagonista de una nueva prima-vera evangelizadora en aquellasextensas tierras que, desde hacíadoscientos años, habían sido al-canzadas por los misioneros pro-venientes de España,desde Florida hasta California.Mucho tiempo antes que llegasenlos peregrinos del Mayflower allitoral atlántico norte.

La vida y el ejemplo de FrayJunípero ponen de relieve tres as-pectos: su impulso misionero, sudevoción mariana y su testimoniode santidad.

En primer lugar, fue un in-cansable misionero. ¿Qué fue loque llevó a Fray Junípero a aban-donar su patria, su tierra, su fami-lia, la cátedra universitaria y su

comunidad franciscana en Ma-llorca, para ir hacia los extremosconfines de la tierra? Sin duda, lapasión por anunciar el Evange-lio ad gentes, o sea el ímpetu delcorazón que quiere compartir conlos más lejanos el don del encuen-tro con Cristo: el don que élmismo había recibido primero yque había experimentado en suplenitud de verdad y de belleza.

Como Pablo y Bernabé,como los discípulos en Antioquíay en toda Judea, él fue colmadode alegría y de Espíritu Santo enel difundir la palabra del Señor.Un celo tal nos provoca, ¡es ungran reto para nosotros! Estos dis-cípulos misioneros, que han en-contrado a Jesús, Hijo de Dios,que a través de él han conocido alPadre misericordioso y, movidospor la gracia del Espíritu Santo,

se han proyectado hacia todas lasperiferias geográficas, sociales yexistenciales, para dar testimonioa la caridad, ¡estos nos desafían!

A veces nos detenemos a exa-minar escrupulosamente sus vir-tudes y, sobre todo, sus límites ysus miserias. Sin embargo, mepregunto, si hoy somos capacesde responder con la misma gene-rosidad y con el mismo coraje ala llamada de Dios, que nos invitaa dejarlo todo para adorarlo, dejartodo para adorarlo, para seguirlo,para encontrarlo en el rostro delos pobres, para anunciarlo aaquellos que no han conocido aCristo, y por esto, no se sientenabrazados por su misericordia.

El testimonio de Fray Juní-pero nos llama a dejarnos impli-car, en primera persona, en lamisión continental, que encuentra

Page 22: Solanoticias año 5 nº 2

22

sus propias raíces en el “Evange-lii gaudium”.

Esta alegría se manifiesta -ensegundo lugar-, cuando Fray Ju-nípero encomendó su compro-miso misionero a la SantísimaVirgen María. Sabemos que antesde regresar a California quiso ir aconsagrar su vida a Nuestra Se-ñora de Guadalupe, y a pedirle,para la misión que estaba por ini-ciar, la gracia de abrir el corazónde los colonizadores y de los in-dígenas. En esta invocación pode-mos ver todavía a este humildefraile arrodillado ante la “Madredel mismísimo Dios”, la “More-nita”, que llevó a su Hijo alNuevo Mundo.

La imagen de Nuestra Señorade Guadalupe estaba presente – oal menos lo estuvo – en las vein-tiún misiones que Fray Juníperofundó a lo largo de la costa de Ca-lifornia. Desde entonces, NuestraSeñora de Guadalupe se convir-tió, de hecho, en la Patrona detodo el continente americano. Noes posible separarla del corazóndel pueblo americano. En efecto,Ella constituye la raíz común deeste continente, ¡la raíz común deeste continente! Es más, la actualmisión continental es confiada aaquella que es la primera y santadiscípula misionera, presencia ycompañía, fuente de consolacióny de esperanza. A ella que estásiempre a la escucha para cuidara sus hijos americanos.

En tercer lugar, hermanos yhermanas, contemplamos el testi-monio de santidad de Fray Juní-pero – uno de los padresfundadores de los Estados Uni-dos, santo de la catolicidad y es-pecial protector de los hispanosdel país –, para que todo el pueblo

americano descubra la propia dig-nidad, consolidando cada vez másla propia pertenencia a Cristo y asu Iglesia.

En la comunión universal delos santos y, en especial, en la co-rona de los santos americanos,nos acompañe Fray JuníperoSerra e interceda por nosotros,junto a tantos otros santos y san-tas que se han distinguido con di-versos carismas:

– Contemplativas como Rosade Lima, Mariana de Quito y Te-resita de los Andes;

– Pastores que emanaban elperfume de Cristo y el olor de lasovejas, como Toribio de Mogro-vejo, Francois de Laval, RafaelGuizar Valencia;

– Humildes obreros de laViña del Señor, como Juan Diegoy Kateri Tekakwhita;

– Servidores de los que su-fren y de los marginados, comoPedro Claver, Martín de Porres,Damián de Molokai, Alberto Hur-tado y Rose Philippine Duchesne;

– Fundadoras de comunida-des consagradas al servicio deDios y de los más pobres, comoFrancisca Cabrini, Elizabeth AnnSeaton y Catalina Drexel;

– Misioneros incansablescomo Fray Francisco Solano,José de Anchieta, Alonso de Bar-zana, María Antonia de la Paz yFigueroa, José Gabriel de RosarioBrochero;

– Mártires como Roque Gon-zález, Miguel Pro y Oscar Ar-nulfo Romero; y tantos otrossantos y mártires que no nombroahora, pero que rezan delante delSeñor por sus hermanos y herma-nas que son todavía peregrinos enaquellas tierras. Hubo tanta santi-dad en América, ¡tanta santidad

sembrada!Que un impetuoso viento de

santidad recorra el próximo Jubi-leo extraordinario de la Miseri-cordia en todas las Américas.Confiando en la promesa hechapor Jesús, que hemos escuchadohoy en el Evangelio, pedimos aDios esta particular efusióndel Espíritu Santo.

Pidamos a Jesús Resuci-tado, Señor de la historia, que lavida de nuestro continente ameri-cano se arraigue más y más en elEvangelio que ha recibido;que Cristo esté cada vez más pre-sente en la vida de las personas,de las familias, de los pueblos yde las naciones, para la mayorgloria de Dios.

Y que esta gloria se mani-fieste en la cultura de la vida, enla fraternidad, en la solidaridad,en la paz, en la justicia, con amorpreferencial y comprometido porlos más pobres, a través del testi-monio de los cristianos de las di-versas comunidades yconfesiones, de los creyentes deotras tradiciones religiosas y delos hombres de recta conciencia yde buena voluntad.

¡Oh Señor Jesús, nosotrossomos solamente tus discípulosmisioneros, tus humildes coope-radores para que venga tu Reino!

Llevando esta invocación enel corazón, pido la intercesión deNuestra Señora de Guadalupe, ytambién aquella de Fray Juníperoy de los otros santos y santasamericanos, para que me conduz-can y me guíen en mis próximosviajes apostólicos en América delSur y en América del Norte. Poresto les pido a todos ustedes quecontinúen rezando por mí. Amén.

Page 23: Solanoticias año 5 nº 2

23

Mis queridos hermanos, ¡elSeñor os dé su paz!

En uno de los relatos másconmovedores de la resurrección,somos testigos, con María Mag-dalena, de los eventos que circun-dan la muerte, la sepultura deJesús y el misterio de la tumbavacía (Jn 20,1-18). Ella, junto conun grupo de mujeres quienes tam-bién habrían sido seguidoras deJesús, va a visitar la tumba,“cuando todavía estaba oscuro”(v. 1). Aunque no hay una refe-rencia explícita sobre el motivopor el cual María hace este viajedoloroso, podemos suponer queella y sus compañeras simple-mente necesitaban hacer duelopor la pérdida de Jesús, su difuntomaestro y amigo. Acercándose ala tumba, ella se deja afectar emo-cionalmente al encontrar que lapiedra que cierra el sepulcro hasido removida. Inmediatamente,ella corre a la casa donde Pedro yel “discípulo amado” estaban es-condidos, para informarles que sehabían llevado el cuerpo de Jesús“sin saber donde lo han puesto”(v.2). Lo que disturba a MaríaMagdalena es la ausencia delcuerpo del crucificado, una au-sencia que la impacta, la con-funde y la desafía; no sólo a ellasino también a Pedro y a los otrosdiscípulos.

El relato continúa con la lle-gada de Pedro y del “otro discí-

pulo” a la tumba vacía. A diferen-cia de los otros, Pedro no duda,esperando fuera de la tumba y re-flexionando sobre el significadodel evento. Él entra y observa lasvestiduras fúnebres junto al sud-ario que cubrió la cabeza deJesús. Además de estos vestigios,no hay señales del cuerpo; latumba está sin vida, está vacía.Cuando el “otro discípulo” in-gresa a la tumba, observa las mis-mas cosas que Pedro. Sinembargo, la narración prosigue ynos dice que “él vio y creyó” (v.8). ¿Qué cosa él vio, que Pedro yMaría Magdalena no vieron?Como se aclarará de modo inme-diato en el siguiente capítulo delevangelio (Jn 21,7), el “otro dis-cípulo” se destaca como un mo-delo, aquel que deposita laconfianza absoluta en Jesús, elMesías prometido. La fe que éldemuestra es la consecuencia desu cercanía a Jesús y de la intimi-dad que él comparte con el maes-tro, una intimidad a la cual todosnosotros estamos invitados.

Volvamos, una vez más, a lapersona de María Magdalena, unadiscípula que fielmente estuvocerca de Jesús durante el ho-rrendo evento de la crucifixión. Adiferencia de Pedro y de los otros,ella no se alejó del humillante ydeshumanizante evento de lacruz. Al contrario, estuvo cerca yvigiló junto con las otras dos Ma-

rías del evangelio: la madre deJesús y su hermana, llamada tam-bién María. De este modo, MaríaMagdalena es presentada comouna persona de grande fe y pro-funda emoción, una mujer que re-conoce en Jesús el insondablemisterio de Dios actuante en elmundo. Es ella quien, fuera de latumba, llora la muerte de Jesús,llora por la ausencia en su vida yen la vida de los otros discípulos.Cuando el cuerpo del difunto estápresente, hay al menos una pe-queña consolación que provienedel conocer dónde está el cuerpoy a dónde se puede ir a elaborarel duelo por el desaparecido, ha-llando valentía en la memoria vi-viente del difunto. La tumbavacía, en cambio, amenaza la po-sibilidad de hacer duelo y memo-ria.

Ahora bien, mientras llora,María Magdalena no puede quitarsu mirada de la tumba. Tal vezella aún aguardaba la esperanzade contemplar una vez más elcuerpo herido y destrozado de suMaestro y Señor. Seguramenteella nunca descartó la posibilidadde ver a Jesús de nuevo en su vidaterrenal, y no sólo en un tiempodistante, después de la resurrec-ción de los justos al final de lostiempos. María Magdalena repre-senta, entonces, el valor y la au-dacia de alguien que lucha contrala aparente derrota y destrucción,

Carta del Ministro GeneralPascua - 2015

“Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?”

Jn 20,15

Page 24: Solanoticias año 5 nº 2

24

la confusión y el vacío por unagran pérdida o la mismísima rea-lidad de la tumba, sin dejar queesto le robe la confianza deposi-tada en el Señor.

El evento de la aparición deJesús resucitado, expuesto en elevangelio de Juan, no es una ex-periencia aislada. Mientras lloracerca del sepulcro, María se in-clina y ve dos seres angelicalesque están en el lugar donde ha-bían colocado el cuerpo de Jesús.La tumba ya no está vacía, ahoraestá llena de la presencia de Dios,bajo la forma de dos seres angeli-cales. Ellos comienzan a dialogarcon ella intentando ayudarla acomprender el significado de sudolor y su miedo- “Se han llevadoa mi Señor y no sé dónde lo hanpuesto” (v. 13). Esta comprensiónle ayuda a volver una vez más alSeñor Jesús, físicamente, aúncuando todavía no sabe que él seencuentra muy cerca de ella.Jesús no permanece en silencio.Él abraza su sufrimiento y suduelo. Abre un espacio para queella exprese sus dificultades y suconfusión. Así como hizo con susdiscípulos, ahora Jesús invita aMaría a nombrar “a quien” ellaestá buscando. Esto nos permiteentender que la fe no es cuestiónde memorizar doctrinas o princi-pios sino de entrar en la presenciade una persona, Jesús. Como elpapa Benedicto XVI y el papaFrancisco nos han recordado, lafe implica un encuentro con elSeñor de la vida, Jesús (cf. Deuscaritas est; Evangelii gaudium)¡“El Señor no defrauda a los quetoman este riesgo”, dice el papaFrancisco. “En el momento enque damos un paso hacia Jesús,nos damos cuenta que él ya está

allí, esperándonos con los brazosabiertos” (EG, 3)!

Nuestro padre y fundadorSan Francisco experimentó igual-mente lo que María Magdalena ylos otros discípulos vivieron. Esel gozoso encuentro con el Señorde la vida el que impulsa Fran-cisco a romper en júbilo y en cre-ciente exultación reflejada en sucarta a todos los fieles: “¡Oh,cuán santo es tener un esposoconsolador, hermoso y admira-ble!¡Oh, cuán amado es tener untal hermano e hijo agradable, hu-milde, pacífico, dulce y amable ymás que todas las cosas deseable!El cual dio su vida por sus ovejasy oró al Padre por nosotros(2EpFid 55-56).

Este es el gozoso encuentrode María en el evangelio pascual.Ella demostró su buena voluntadpara tomar el riesgo de confiar enel Señor Jesús resucitado y paradarse cuenta que él ya estaba allíesperándola, aguardando el mo-mento en el cual ella sería libe-rada una vez más, liberada delmiedo, la confusión, la descon-fianza y cualquier otro obstáculo;libre de permitir a Jesús que laabrace y la conduzca hacia elreino de Dios. La respuesta deMaría a la pregunta de Jesús esinequívoca: “Eres tú, Señor, aquien yo deseo amar con todo micorazón, con toda mi alma y contoda mi fuerza” (cf. Dt 6,5). In-mediatamente, la identidad deMaría como discípula se reafirmapues Jesús, después de todo, lesugiere convertirse en una discí-pula misionera, enviada a com-partir con el mundo la bondad delSeñor.

Hermanos míos, fue pormedio del encuentro de María

Magdalena con el Señor de lavida, Jesús, que su vida se trans-formó. Claramente ella fue unamujer de profunda fe y constan-cia. La fe hizo posible que Maríase moviera más allá de la esferanormal de su existencia, haciendofrente a las alienantes fuerzas dela muerte y del sin sentido, y des-cubriendo una vez más la presen-cia viva, amorosa y fiel de Jesús,su amado Señor. La fe le conce-dió –y también a nosotros- elvalor necesario para estar firmesante el mal, ante la injusticia y laexperiencia deshumanizante de laopresión política y social, aúnante la misma muerte; para decla-rar ante Dios y ante la humanidadque el amor supera todo mal, elperdón supera toda venganza y laesperanza supera toda amenaza ymiedo.

La fe pascual nos dirige haciala persona de Jesús y hacia laconstante renovación de nuestrarelación con él, removiendo así elmal, la muerte y la sensación deaislamiento que busca robarnos laesperanza, el amor y la alegría. Lafe nos mueve más allá de aquelámbito en el cual podríamos en-tender, manejar e incluso tratar decontrolar las realidades que suce-den a nuestro alrededor y al in-terno de nuestras propias vidas.Es por medio de la persona deJesús – de la fe en él- que nues-tros horizontes se amplían másallá del espacio y del tiempo.“Cada vez que intentamos volvera la fuente (el Señor Jesús) y re-cuperar la frescura original delevangelio, brotan nuevos cami-nos, métodos creativos...” (EG,11). Éste es poder del amor quellega a nosotros por medio delevento de la resurrección.

Page 25: Solanoticias año 5 nº 2

25

En este año de la vida consa-grada, recordé- monos unos aotros desde nuestra condición defrailes y aún más de hermanosque, como María Magdalena,como Francisco, Clara e innume-r a b l e shombres ym u j e r e s ,s a n t o sfrancisca-nos quenos prece-d i e r o n ,hemos sidollamado acompartirla mismafe, cons-tancia yparticipa-ción en lam i s i ó nevangeli-zadora deJesús. Es-tamos lla-mados ap r e d i c a rque nos-otros mis-m o shemos tes-tificado – y estamos testificando-en nuestras vidas, concretamentela realidad de Jesucristo vivo. ¡Élha resucitado de entre los muer-tos! ¡El amor, la misericordia y laesperanza han triunfado en la os-curidad! ¡Aleluya! Es por la resu-rrección de Jesús que somoscapaces de abrazar nuestro modoevangélico, itinerante y consa-grado de vida como hombres deEvangelio, embajadores de recon-ciliación y portadores de luz yvida donde quiera que el SeñorJesús nos conduzca.

No tengamos miedo, ni preo-cupaciones, ni remordimientos.Dios nos coloca en un peregrinajehacia el futuro, un peregrinajeque tiene lugar en y a través delEspíritu de Dios, el Ministro Ge-

neral de la Orden. Independiente-mente de aquello que la Ordenpueda estar enfrentando en estemomento, estamos llamados in-sistentemente a buscar el rostrode Dios, su amor y su voluntadpara nuestras vidas. “Éste es elconstante anhelo de vuestro cora-zón, el criterio fundamental queorienta vuestro itinerario, en lospequeños pasos de la vida diariao en las más importantes decisio-nes” (Benedicto XVI, Homilíapara la Jornada Mundial de laVida Consagrada, Feb. 2, 2013).

Éste es el constante anhelo quepermitió a María Magdalena re-conocer la voz del Señor en el jar-dín de la nueva creación. Éste esel mismo anhelo constante quevosotros y yo debemos nutrir y

mantenervivo enn u e s t r o scorazonesy entren u e s t r o shermanos.Deseo vi-v a m e n t eque todosn o s o t r o sent remosen el espí-ritu del Ca-p í t u l oG e n e r a lcon estemismo an-helo, paracontemplarel rostro deDios ypara invi-tar a cadauno, a todala humani-dad y a

toda la creación, a reconocer y ce-lebrar la vida que brota de Aquélque resucitó.

¡Os deseo una santa y felizPascua, al mismo tiempo quehago llegar un fraterno saludo anuestras hermanas Clarisas yConcepcionistas!

Fraternalmente,Fr. Michael Anthony Perry,

OFMMinistro General y Siervo

Roma, 22 de marzo de 2015 Prot. 105547

Page 26: Solanoticias año 5 nº 2

26

Queridos hermanos y hermanas:El Papa Francisco ha propuesto

a toda la Iglesia la celebración delAño de la Vida Consagrada, que ini-ciamos al comenzar el tiempo deAdviento. Lo estamos celebrandoen nuestras Iglesias con distintas ac-tividades y culminará el 2 de febrerode 2016. Con esta iniciativa el Papanos invita a todos a volver a apreciary a agradecer el don de la Vida Con-sagrada para la Iglesia y el mundo.

La Vida Consagrada, en susdistintas expresiones, ha sido uno delos ámbitos eclesiales en los quemás ha resonado la llamada a con-versión y “aggiornamento” a losque convocó hace más de cincuentaaños San Juan XXIII con el Conci-lio Vaticano II. En los años transcu-rridos desde esa convocatoria hansido muchas las expresiones de bús-queda sincera de una “vuelta a lasfuentes”, para vivir una vida consa-grada más genuina y evangélica. Ysi bien no han faltado dificultades,errores y motivos de preocupación,es mucho lo que se ha hecho pararenovarla con auténtica fidelidadeclesial y son abundantes los frutosde este camino.

Al proponernos este Año de laVida Consagrada, el Papa nos esti-mula también a nosotros, Pastores,a asumir la responsabilidad que noscabe en este proceso de renovacióny búsqueda humilde de la voluntadde Dios para profundizar este ca-mino que Él mismo ha suscitado ensu Iglesia. Pues de esto se trata: obe-decer al querer de Dios para que laVida Consagrada resplandezca cadadía más en la Iglesia y el mundocomo “signo de una sobreabundan-

cia de gratuidad, tal como se mani-fiesta en una vida gastada en amory servir al Señor, para dedicarse a suPersona y a su Cuerpo Místico”(Juan Pablo II, Vita Consecrata, nº104).

Por ello, por medio de estacarta, deseamos llegar a todos losconsagrados y consagradas paramanifestarles nuestra valoración porla vida de cada uno y cada una deustedes y nuestra gratitud -y la deltodo el pueblo de Dios- por el bieninmenso que sus vidas consagradasy sus carismas aportan a nuestrascomunidades diocesanas.

Además queremos acompañar-los desde nuestro lugar en el caminode fortalecimiento y renovación alque les invita el Papa en la últimaJornada de la Vida Consagrada. Sa-bemos de su abundante magisterioy no dudamos que será para todosustedes un real alimento en orden amirar el pasado con gratitud, vivirel presente con pasión y abrazar elfuturo con esperanza. También nos-otros, Pastores, nos ponemos en ac-titud de obediencia y docilidad alEspíritu para recorrer juntos dichocamino (Francisco, Homilía en laMisa de la Jornada de la Vida Con-sagrada, 02/02/15).

Al mismo tiempo queremossuscitar en nuestro pueblo un reno-vado aprecio y valoración de la VidaConsagrada en sus distintas expre-siones. Todos somos, en alguna me-dida, deudores del testimonio, elservicio y la entrega de tantos con-sagrados y consagradas. Como biendijo el Beato Pablo VI: “… ¿quiénno mide el gran alcance de lo queellos (los consagrados) han aportado

y siguen aportando a la evangeliza-ción?... Son generosos: se les en-cuentra no rara veces en lavanguardia de la misión y afron-tando los más grandes riesgos parasu salud y su propia vida. Sí, en ver-dad, la Iglesia les debe muchísimo”(Evangelii Nuntiandi, nº 69). Demanera particular en nuestra Amé-rica Latina hemos de reconocer quela evangelización ha estado y estámuy ligada a la presencia, el trabajo,las obras y el martirio de muchos deellos. Por ello este año es una buenaocasión para cultivar la memoriaagradecida y el compromiso activode toda la Iglesia a favor de la VidaConsagrada. Este empeño será tam-bién providencial instrumento delSeñor para que muchos, sepan des-cubrir la llamada del Señor que –ciertamente- también hoy sigueinvitando a seguirle por el caminode los consejos evangélicos.

Los saludamos con afecto depadres y hermanos y pedimos paraustedes la bendición del Señor y elcuidado de la Virgen Madre.

Los Obispos de Argentina109º Asamblea Plenaria

Pilar, 20 al 25 de abril de 2015

CONFERENCIA EPISCOPAL ARGENTINACarta a los Consagrados y Consagradas

Con motivo del Año de la Vida Consagrada

Page 27: Solanoticias año 5 nº 2

27

La fecha para la canonizaciónde Fray Junípero ha sido fijada el23 de septiembre y la ceremoniaen Washigton será presidida por elPapa Francisco. Lo indicó el lunes20 de abril el cardenal Marc Oue-llet, presidente de la PontificiaComisión para América Latina, alpresentar en la sala de prensa dela Santa Sede, una jornada de re-flexión que se realizará el 2 demayo en Roma sobre lalabor del futuro santo, quetiene como objetivo“dar a conocer la vidamisión y testimoniode este beato”.

La jornada dereflexión, que serácoronada con unavisita del Papa Fran-cisco, será tambiénuna preparación delviaje apostólico delSanto Padre a EstadosUnidos. Ha sido organi-zada por su Dicasterio, juntocon el Colegio Norteamericanoy cuenta con el patrocinio de la ar-quidiócesis de Los Ángeles. Elcardenal concluyó recordando que“la figura de Fray Junípero Serra,apóstol de California es muy co-nocida en Estados Unidos, aunquemenos en otras partes del mundo”.

“Todas las críticas que se hanpublicado en estos días son fal-sas”, se indigna el profesor Guz-mán Carriquiry, vicepresidente dela Pontificia comisión para Amé-rica Latina, que tiene a su cargo lajornada de reflexión. “Llamar

‘criminal racista” a Fray JuníperoSerra, a la par de Hitler, incluso‘genocida’ como hacen algunosgrupos, lobbies y medios deprensa de California, no solo esuna grosera estupidez sino tam-bién una infame calumnia que nose sostiene ante la más mínima

c o n f r o n t a -ción con la verdad histórica y lasprincipales publicaciones sobre lavida y la obra de Fray Junípero”.

“En Estados Unidos hay unapresencia misionera notablementeanterior a la de la Mary Flower ylas famosas 13 colonias –dijo conuna pizca de ironía el profesor Ca-rriquiry– evangelización que re-tomó gracias a las misiones de laCompañía de Jesús. Expulsados

estos, las misiones retomaron conlos Franciscanos y que de los 70mil nativos en California, unos 7mil fueron a vivir en las misiones.Recordó también que Fray Juní-pero entró en conflicto con los ge-nerales al defender a los nativos,a quienes llamaba ‘hijos’ y apren-dió su idioma, el pame, y lo usócorrientemente.

La secularización y con laconquista del Oeste y la fie-

bre del oro y con el lema“el mejor indio es el

indio muerto”, des-plazó a los nativos atierras no producti-vas, con una visiónmuy diversa de laque tenían los mi-sioneros llegadosdesde España, indicó

Carriquiry. “Un santoque le ayudará a los la-

tinos a no sentirse comoextranjeros y a recono-

cerse en línea de continui-dad con los hispanos que

durante siglos poblaron este país.Lo que demostrará además que sepuede ser estadounidense sindeber renunciar a los valores eidentidad católica. Fray Juníperose volverá patrono amado de losestadounidenses, pero en especialde quienes tienen origen latino, enun momento en el que se asiste auna disminución entre los católi-cos de reciente inmigración. Enun país que dentro de pocos añostendrá la mitad de su población deorigen hispano, no puede faltar la

Canonización deFray Junípero Serra, ofm

Page 28: Solanoticias año 5 nº 2

28

responsabilidad de una nuevaevangelización entre los hispanos.Será el primer santo hispano enEstados Unidos”, dijo.

“Es un prejuicio contra loshispanos y contra los católicosque tarda en morir. Me preguntosi lo que se pretende no es sepultaren el olvido y en la ideología laextraordinaria contribución his-pana, católica y misionera queestá en el origen, no solo de Cali-fornia, sino de todo el país. ¿En elEstado de América del Nortedonde viven tantos millones dehispanos, la gran mayoría de loscuales venera al Beato Junípero,todavía se pretende despreciar ymarginar a los hispanos? Quierenexpulsar al único hispano del Hallde los Notables, cuando en esemismo lugar también se encuentrael séptimo presidente de los Esta-dos Unidos, Andrew Jackson, fa-moso por haber forzado a losindios al “trail of tears” en unabrutal violación de sus derechos,incluyendo el derecho a la vida.

¿Acaso lo que se proponen es cu-brir a los verdaderos responsablesde las masacres de los indios?¡Qué cálida bienvenida de una tie-rra que se presenta a sí mismacomo modelo de tolerancia multi-cultural!”, expresó el historiador.

El postulador de la causa deFray Junípero, el sacerdote fran-ciscano Vincenzo Crisculo, por suparte indicó que la ‘positio’, o seala documentación recogida sobreel santo, tiene unas 1200 páginas,aunque es reservada hasta despuésde la canonización. Recordó queel 15 enero 2015 en el vuelo deColombo, el Papa en su coloquiocon los periodistas, habló de lascanonizaciones extraordinarias oequipolientes, con algunos ejem-plos anteriores, como Petro Favre,Francois de la Val, María de la En-carnación y José de Anchieta, yque en septiembre pensaba a la ca-nonización de Fray Junípero.

El postulador añadió que la‘positio’ en breve será sometidauna comisión de cardenales de la

Congregación de la Causa de losSantos. Precisó que hay muchosmilagros documentados, pero quela canonización ha sido autorizadapor el Papa sin la aprobación deuno de ellos, debido a la falta detiempo antes del viaje apostólicoa Estados Unidos.

A continuación hizo una pe-queña reseña histórica de la vidade este beato, que nació en Petra,Mayorca en 1713 y que llegó aMéxico y California, manteniendosiempre un gran equilibrio entrevida espiritual e iniciativas apos-tólicas. Murió en Monterrey en1784. Recordó que el beato esconstantemente invocado por losfieles y se le atribuyen numerosasgracias y milagos. También citósus 191 cartas, en las que habla delos problemas de ese momento enMéxico y California, en las que seve su amplia visión y su trabajo endefensa de los indígenas.

Fuentes ZENITVatican Insider

“Morada de Diosy Puerta del Cielo”

Parafraseando el texto podrí-amos decir que los Frailes hicie-

ron lo mismo: niños, jóvenes,hombres, mujeres, ancianos, a

todos llamaban para colaborar enla obra del Monasterio Santa

Pues el mismo Santo (San Francisco), cuando aún no tenía hermanos ni compañeros, casiinmediatamente después de su conversión, mientras edificaba la iglesia de San Damián…,

profetizó de nosotras…, lo que después el Señor cumplió. En efecto, subido en aquel entoncessobre el muro de dicha iglesia, decía en alta voz, en lengua francesa, a algunos pobres quemoraban allí cerca: «Vengan y ayúdenme en la obra del monasterio de San Damián, porque

con el tiempo morarán en él unas señoras, por cuya vida famosa y santa vida religiosa seráglorificado nuestro Padre Celestial en toda su santa Iglesia» (Testamento de Santa Clara 9-14)

Page 29: Solanoticias año 5 nº 2

29

Clara de Puan. “Una piedra y otra más…” –

dice el canto-. Y con la suma demiles y miles de “granitos dearena” de Puan de la Arquidióce-sis, de Argentina, de América delNorte y Europa, se logró construireste “Faro de Luz” –como lo lla-maba Mons. Jorge Mayer- quehoy está celebrando 25 años deVida.

Vida escondida, vida sencilla,vida fecunda, vida que gesta vidaaunque no se vea. Tal vez incom-

prensible para muchos perocierta, verdadera, posible para elhoy de nuestra historia.

Damos gracias de todo cora-zón al Padre de las Misericordiaspor los dones que de continuohemos recibido (cf. TestCl 1) a lolargo de estos 25 años. Le damosgracias por su fidelidad y suAmor. Le damos gracias pormirar con predilección a Puan ypor haber deseado “morar aquí”.

Muchos nos comentan que

pasando sintieron la “curiosidad-atracción” por ver que hay o quees esto. Otros que se acercan anuestra puerta hablan de la pazque se respira o de la serenidadque experimentan, esto es simple-mente DIOS. Dios que mora enmedio de su pueblo.

¿Qué celebramos? Los 25años de que el Monasterio fue eri-gido canónicamente, fue recono-cido por la Iglesia pero más aún,

Page 30: Solanoticias año 5 nº 2

30

celebramos al mismo Dios Padre,Hijo y Espíritu Santo que es elcentro y sentido de nuestras vidasy de esta obra.

Celebramos a todos los her-manos que hacen posible la reali-dad del Monasterio y usamos elverbo en presente porque eltiempo de Dios es un eterno pre-sente en el que todos somos y es-tamos en la comunión de lossantos.

“Morada de Dios y Puerta delCielo” lo llaman los misionerosque vienen ya hace unos años deBuenos Aires.

Y todo esto es gratis, simple-mente porque el Padre Bueno loquiso.

A Él toda alabanza, todohonor, toda gloria, toda bendiciónpor los siglos de los siglos.

¡GRACIAS! es la palabraque puede expresar mínimamentetanto don y restituirlo.

A los pies de Jesús Eucaristía,sus vidas, intenciones, necesida-des, alegrías…

¡GRACIAS!Hnas. Clarisas¡Recen por nosotras!¡Paz y bien!

La Providencia nos organizóla novena de preparación predi-cada por Fr. Claudio y el últimodía, la Eucaristía fue en el Ce-menterio del Monasterio.

La Acción de Gracias fue elmiércoles 18 de marzo a las 19hs., presidió Mons. GuillermoGarlatti junto a Fr Roque y Fr Ro-lando y sacerdotes de la zona.

Page 31: Solanoticias año 5 nº 2

31

Del 14 al 24 de febrero ungrupo de personas fuimos a pres-tar servicio a la Comunidad Gua-raní del Río Caraparí y zona deinfluencia del paraje del mismonombre, con especial atención a laparte conocida allí como “caminoal dique”, pertenecientes al Muni-cipio y Parroquia Aguaray,Salta.

El grupo se formó conpersonas de distintas ciu-dades que compartimos laexperiencia de retiros en laCasa de Retiro de Puan.Algunos ya habíamos rea-lizado un primer viaje dediagnóstico en julio de2014.

En esta oportunidadlos voluntariados fueron deodontología, pediátrica ypeluquería. María, la odon-topediatra revisó los dien-tes de niños de 0 a 12 años,hizo diagnósticos y realizóbaño de flúor, también fichó a losniños y les extendió el certificadobuco dental necesario para el in-greso escolar. Realizó, tambiéncharlas con adultos y niños sobreel cuidado de los dientes.

Gisela, la peluquera, co-menzó enseñando algunos peina-dos a las mamás que se acercarony luego cortó el pelo a más de 100personas, grandes y chicos. Estosirvió para que realicemos en la“sala de espera” una reunión demujeres: conocimos así su reali-dad, parte de su cultura y compar-timos nuestras experiencias. De

esas charlas surgió la necesidad deun taller de cocina para la próximavez.

Además, mientras se reuníanniños y grandes para ser atendi-dos, se organizó un taller de jue-gos didácticos por edades. Losjuegos fueron hechos por internos

del penal de Sierra Chica en el ta-ller de carpintería. Los internosforman, parte, desde su realidad,de este grupo de voluntariado. Losjuegos fueron donados a las es-cuelas de Caraparí y del dique.

A la vez otros voluntarios vi-sitaban las casas invitando a lasactividades que se estaban reali-zando, y conociendo y compar-tiendo la vida del lugar. La genteque nos conocía del viaje anteriorno esperaba que volviéramos ynos agradecía nuestro regreso.

Al comienzo y al final de estaexperiencia hicimos una reunión

con el Cacique y sus hijos. En ladespedida, con la insistencia de suhija; Miriam quedó el compro-miso de terminar el lugar donde,en julio, instalaremos la biblio-teca; ya que en el viaje anterior senos pidieron los libros que reco-lectamos e hicimos llegar a la Pa-

rroquia de Aguaray enoctubre del año pasado.

También visitamos undía la comunidad chané delparaje Ikira.

El próximo viaje estáproyectado para el mes dejulio.

Muchas son las perso-nas a las que tenemos queagradecer empezando porlas de la Casa de Retiro porla organización, a Federicopor la comida, nos hizo lastartas y milanesas más ricasde la zona y a todos los queacompañaron de distintasmaneras este proyecto. La

fraternidad y a los hermanos de laofs de Santiago de Estero y a la fa-milia Cattani, en especial a Gui-llermo, por el alojamiento. A lasfraternidades de Pichanal, Tarta-gal y Virgen de la Peña por invi-tarnos a compartir con ustedes yrecibirnos con tanto cariño. UnGRACIAS a la fraternidad deAguaray, Fr. Daniel Filgueira, Fr.Roberto Mamaní y Fr. César Sosa,que nos abrieron las puertas de sucasa, que invadimos de inmediato,y nos hicieron sentir en familia. Ala hermana Mónica por acompa-ñarnos y abrirnos la escuela y a las

Proyecto de VoluntariadoPuan - Aguaray

Page 32: Solanoticias año 5 nº 2

32

El estudio de la ley de de-fensa del consumidor se realizaen la unidad Tres de la materiaDerecho de 5° año.

El programa “Conocer, pen-

sar y después comprar”, trespasos para un consumo responsa-ble, es coordinado por el Honora-ble Concejo Deliberante de BahíaBlanca, la Oficina Municipal deinformación al Consumidor(OMIC), la DIPREGEP yDGCYE de la Provincia de Bue-nos Aires.

El Diseño Curricu-lar de la Provincia deBuenos Aires promuevela obtención de infor-mación, en ámbitos ex-t r a e s c o l a r e saproximándose a acto-res, técnicos o especia-listas, en este casofuncionarios de la

OMIC, y por este motivo solici-tamos que concurrieran a dialogarcon nuestros alumnos a la Institu-ción.

Esta iniciativa tiene como fi-nalidad “educar” en materia deconsumo a los jóvenes y está di-rigido a los alumnos de 5° y6°año de escuelas secundariasquienes luego de recibir la charlatuvieron la posibilidad de plasmarlo escuchado a través de un aficheque plasmara las ideas centralesdel Consumidor Responsable.

Luego de varios intercambiosde ideas en las clases de Derecho,y la decisión de que lo que habíanescuchado era importante que sediera a conocer, nuestros alum-nos, pidiendo también la colabo-ración de la profesora ValeriaVespa (profesora de Arte de Sextoaño), participaron y fueron des-tacados por dos de sus trabajos:“Que los precios no jueguen alas escondidas” y “Basta devuelto con caramelos”.

Por este motivo, directivos,docentes y alumnos fui-mos invitados al Hono-rable ConcejoDeliberante para el lan-zamiento del programaOMIC 2015 y en unbanner mostraron lostrabajos destacados.

Prof. Liliana Marchese

comunidades que visitamos porrecibirnos y hacer posible que lle-vemos a cabo este servicio.

TESTIMONIO DEGISELA MESTRE

Ir... sin saber a dónde, ni paraqué... con miedo de no ser útil, deno tener lo suficiente para dar... ydarte cuenta... que simplemente elestar es valioso! Con el corazónen la mano... entregando solotiempo, y dedicación, es más quesuficiente para que te traigas guar-dados en el pecho... sonrisas...abrazos... y miradas luminosas.

Que te despidan con tanto amor,agradecimiento y un gracias portanto, con lágrimas en los ojos...dar Alegría con tan poco...es laprueba para saber que nada fue envano. Y es el empujón suficientepara ir por más!!!! gracias portodo y por tanto a los que fueron

de una u otra manera parte deesto, ya sea desde adentro, o sim-plemente acompañando o brin-dándose y apoyándonos; a Ana yMore, mis hijas, que me hicieronel aguante, a la escuela, amigos, acada uno de los Frailes, que sonfantásticos! , a Fr. Roque por tantapaciencia, al “súper equipo”, acada comunidad que nos recibió,a los hermanos Franciscanos, laHna. Mónica, gracias y mil gra-cias!!!!

Gracias a Dios y a la vida porbrindarme cada uno de estos ma-ravillosos momentos.

Conocer, pensar y después comprarEscuela San Francisco de Asís - Nivel Secundario - Bahía Blanca

Page 33: Solanoticias año 5 nº 2

33

En nuestro camino de ejecu-ción y desarrollo del PAG 2015 serealizó el pasado miércoles 22 deabril el Primer Encuentro de For-mación para el Personal, en elmarco del Itinerario previsto parael presente año.

Bajo la modalidad Taller, ycon la exposición y coordinaciónde Fray Carlos Rioja, trabajamossobre la implicancia en la escuelade la Exhortación apostólicaEvangelii Gaudium del PapaFrancisco.

A modo de introducción FrayCarlos expresó que a través deesta Exhortación el Papa nos haceuna ferviente invitación para tran-sitar una nueva etapa evangeliza-dora marcada por la alegría delEvangelio que llena el corazón yla vida entera de los que se en-cuentran con Jesús; y que el ma-nantial de tal alegría estáconstituido por el encuentro –oreencuentro- con el amor de Dios,que nos rescata de la concienciaaislada y de la autorreferenciali-

dad. Sobre esta cuestión en parti-cular Fray Carlos nos propusoque, en cuanto educadores, refle-xionemos sobre la pregunta“¿dónde pongo yo mi alegría?” ynos animó para que seamos ver-daderos testigos de Cristo connuestra vida.

Otro fragmento del docu-mento al que se aludió es el refe-rido a la TransformaciónMisionera de la Iglesia, en el queel Papa Francisco expresa la ne-cesidad de una Iglesia en salida,

Instituto San Buenaventura deRío Cuarto

Encuentro de Formación

Page 34: Solanoticias año 5 nº 2

34

una Iglesia que se atreva a llegara todas las periferias que necesi-tan la luz del Evangelio; no unasalida hacia el mundo sin rumboni sin sentido, sino acompañar alque se quedó a mitad de camino.Al transferir este concepto a la es-cuela se propuso que quienes nosocupamos de la educación tene-mos que saber identificar todaslas “periferias” dentro de nuestracomunidad escolar y saber llegara todas ellas, ya sea que se tratede alumnos, padres o de nosotrosmismos.

La exposición también apelóa las acciones a través de las cua-les se tiene que canalizar el con-cepto de “Iglesia en salida” ycómo aplicarlas en la escuela:

Primerear: tomar la inicia-tiva, salir al encuentro, buscar alos lejanos y llegar a los cruces delos caminos para invitar a los ex-cluidos. Específicamente en laescuela hace falta primerear en elamor, anticiparse, saber ir al queestá lejano, adelantarse a sus ne-cesidades.

Involucrarse: la comunidadevangelizadora se hace presentecon obras y gestos en la vida co-tidiana de los demás, lo que entérminos de la comunidad educa-tiva representa servir, acoger yconstruir juntos achicando las dis-tancias con lo que están másabajo.

Acompañar: acompañar a lahumanidad en todos sus procesos;en la escuela, cultivar la pacien-

cia, la espera, no claudicar pormás duros y prolongados que re-sulten los procesos, practicar el“aguante apostólico”. Dejar la an-siedad, detener el paso y animaral otro para que avance.

Fructificar: la comunidadevangelizadora siempre estáatenta a los frutos, porque elSeñor la quiere fecunda; llevadoa la escuela, representa una invi-tación a proceder como el sem-brador que, cuando ve despuntarla cizaña en medio del trigo, notiene reacciones quejosas ni alar-mistas porque sabe bien qué es loque sembró.

Festejar: celebrar cada pe-queña victoria, cada paso ade-lante en la evangelización;aplicado esto a nuestro quehacerdocente significa centrarnos másen lo que logran nuestros alum-nos que en lo que aún no han al-canzado.

Siguiendo con la exposiciónen torno a la exhortación delSanto Padre, Fray Carlos se refi-rió a los desafíos culturales en uncontexto de crisis del compro-miso comunitario enfatizandoque la acción pastoral debe mos-trar que la relación con nuestroDios nuestro Padre exige y alientauna comunión que sane, pro-mueva y afiance los vínculos in-terpersonales.

A modo de conclusión apelóa un párrafo del documento Id yEnseñad en el que se expresa quela labor de los docentes laicos vamás allá de la simple transmisión

de conocimientos, por lo que re-sulta imprescindible que se com-prometan a orientar a los alumnoshacia la verdad y el bien a travésdel conocimiento y la práctica delos valores humanos, cristianos yfranciscanos.

A partir del concepto de ace-dia que utiliza el documento parareferirse a las actividades mal vi-vidas, sin las motivaciones ade-cuadas, sin una espiritualidad queimpregne la acción y la haga de-seable, y de la dicotomía “cansan-cio existencial” y “cansanciofeliz” se propuso una actividad dereflexión compartida, organiza-dos en doce grupos, que nos des-afió a pensar cuán presentes estánestas nociones en nuestra prácticaeducativa y qué mediaciones po-demos realizar desde nuestro rol.

Luego de la puesta en comúnde las conclusiones de cadagrupo, se realizó una celebraciónde cierre en la que se presentarondos signos que simbolizan el es-píritu de la jornada: por un ladouna vela que encendimos desde elcirio pascual, que representa lanecesidad de iluminar con la luzdel Evangelio las periferias quenos rodean y por otro, la produc-ción realizada por cada grupo, enalusión al compromiso que asu-mimos como educadores paravivir con alegría evangélica nues-tra realidad.

Equipo directivoColegio San Buenaventura

Río Cuarto

Page 35: Solanoticias año 5 nº 2

35

En continuidad con la forma-ción recibida en el último encuen-tro de Directivos de la ProvinciaSan Francisco Solano, en VillaAllende (Córdoba), los colegiosque componen la zona norte (SanAntonio de Padua, Orán, SanFrancisco, Tartagal, San Fran-cisco e Instituto P. Gabriel Tom-masini, Salta) han realizado suencuentro regional. Se abordó eltema “La gestión de equipos deconducción eficaces - Hacia unaescuela de calidad” con el acom-pañamiento del Mg. Daniel To-rres Giménez, de la UniversidadCatólica de Salta.

Además de la confraterniza-ción de todos los equipos, comoes costum-bre, el en-c u e n t r oestuvo mar-cado por unclima de re-flexión y tra-bajo sobre eltema pro-puesto.

C o n s i -deramos looportuno deltema, conse-cuente conel brindadopor el Lic.Ismael Lo-

yola, ya que los equipos de estazona están en composición por laincorporación de resiente de mu-chos de sus miembros.

Aquí el temario desarrollado:

Claves para una instituciónque aprende

� Visión compartida� Aprender en equipo� Organizar el trabajo� Marcar la diferencia (calidad)� Vencer obstáculos

Claves para equipos deconducción de calidad

� Visión compartida� Confianza

� Acción� Transformación� Responsabilidad

Revisión del PAG a la luz delo trabajado

Conclusiones:A modo de compartir con

todos nuestra jornada de capaci-tación les brindamos un breve re-sumen de lo trabajado:

Las instituciones educativasdeben superar seis problemas bá-sicos para que los equipos de con-ducción logren una escuela decalidad: sobrecarga, aislamiento,el mito “colectivo”, la competen-cia desaprovechada, el liderazgoy las soluciones inadecuadas.

Una vezs u p e r a d o sestos proble-mas, cadainstitucióndebe apuntara desarrollarla CON-F I A N Z A ,teniendo encuenta que:

La con-fianza1 esuna virtudsocial, porende, estádirectamentevinculada al

Encuentro Regional de losDirectivos de la Zona Norte

18 de Abril - Salta

1 El desarrollo del tema de Confianza fue tomado de Stephen M.R. Covey, autor del bestseller del New York Times “The Speedof Trust” (El Factor Confianza)

Page 36: Solanoticias año 5 nº 2

bottom line o balance final de re-sultados de una institución; es elmotor económico incisivo y con-tundente. Las organizaciones conalto nivel de confianza tienenmejor desempeño que las organi-zaciones con bajo nivel de con-fianza.

La confianza afecta dos re-sultados medibles: la velocidad yel costo de la acción.

La confianza significativaduplica el costo de hacer acuerdosy triplica el tiempo que se nece-sita para lograr hacer las cosas.

Cuando la confianza es alta,se multiplica el desempeño de losdocentes, eleva y mejora cada di-mensión de la organización.

Por ello es necesario formarun equipo con liderazgo, no debe-mos olvidar que un líder es al-guien que obtiene resultados demanera tal que inspira confianza,es aquel que tiene habilidad paraestablecer, hacer crecer, extendery restaurar la confianza con todaslas partes interesadas.

El principal trabajo de unlíder es el de inspirar confianza,tener una buena reputación y lahabilidad para crear confianza enun mundo de desconfianza.

Los líderes y las organizacio-nes necesitan mirar más allá de lavisión común de la confianzacomo una virtud social. Tienenque aprender que la confianza esun activo crítico, altamente rele-vante y tangible.

Tienen que descubrir que laconfianza afecta todo dentro de laorganización, cada dimensión, ac-tividad, decisión y relación.

Existen tres formas de ver laconfianza, como:

Motor económico: la con-fianza sube, la velocidad sube y

los costos bajan.Moneda de la nueva econo-

mía: la globalización y la tecno-logía han producido enormescambios, creando una interdepen-dencia entre las distintas dimen-siones, para lo que se requierecolaboración, asociación, crea-ción de equipos y relaciones ba-sadas en la confianza.

Competencia: es la capacidadde conseguir objetivos claros yprecisos, empleando recursospropios.

En las instituciones u organi-zaciones se puede comprobar elnivel de confianza, en aquellas enlas que se observan que la infor-mación es compartida abierta-mente, los errores son tolerados yalentados como una forma deaprendizaje, la cultura es innova-dora y creativa, las personas sonleales a aquellos que no están pre-sentes, hablan sin rodeos y con-frontan temas reales, hayverdadera comunicación y verda-dera colaboración las personascomparten generosamente el cré-dito y celebran abiertamente loséxitos de cada uno, hay pocas“reuniones después de las reunio-nes”, la transparencia es un valorque se practica, las personas sonsinceras y auténticas, existe unalto nivel de rendición de cuentasy responsabilidad, hay una vitali-dad y energía palpables, tiene unalto grado de confianza.

En cambio en aquellas insti-tuciones que se observa que loshechos son manipulados o distor-sionados, la información y el co-nocimiento es retenido yacaparado, las personas tejen laverdad a su conveniencia y el cré-dito es lo más importante, loserrores se tapan o se ocultan, hay

abundancia de chismorreos, sefinge que no están sucediendocosas malas o están en negación,el nivel de energía es bajo y a me-nudo existe el miedo, tiene bajogrado de confianza.

Es menester que los equiposde trabajo de cada instituciónrevea periódicamente la tarea querealiza, reorientándola; cuidar ytener claro los procedimientosque se emplean y mantener unasana relación interpersonal y demanejo de conflictos.

Equipos Directivos Zona Norte

36

FECHAS PARARECORDARCumpleaños

Mayo01: Fr. Alfredo López24: Fr. Antonio Scanno

Junio01: Fr. Federico Rodríguez

Fr. Pablo Sánchez02: Fr. José A. Benni03: Fr. Juan J. Núñez10: Fr. Marcelo Cisneros20: Fr. Cristián Isla Casares24: Fr. Ezequiel Murga28: Fr. Miguel Cobo

Nombramiento

El Ministro Provincial hanombrado un segundo Re-presentante Legal del Cole-gio San Francisco de Asísde Bahía Blanca a la Prof.Laura Beatriz Romeu, Prot.022/15 y 023/15.