Teoria Monetaria

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CURSO DE TEORÍA '<M'ARIA lar que los particulares desconfíen de ellas y las rehús .n en los cambio s, perr ello les confiere el curso legall , es decir, impone a los comerciantes y a los acreedores la obligación de recibirlas corno pago Las monedas Desde el silo XvIll los patrones monetarios metálicos su- de papel fren diversas crisis e inelusi. en ocasiones elesaparecen, ce- diendo su lugar las llamadasinonedassle papel, Éstas, por su parte, por lo lenozarpi - In EiIiO,TPueden mantener un grado variable de de- pendencia respecto de los metales, es el caso de la moneda de, papel tete- sentativa, consistente en billetes euxt2...y¿alea_está_ganntizadO 11915 erLrriedale„, prwanp oro c, --- lealidad sustituyen a éstos en la circulación.. És el caso, asi- niísiii -b--de la..moneda de papel fiduciaria o sea billetes eunvalor está respaldada_ sólo parcialmente con metales r aricisos : y que circulan en virtud de la confianza Muela, en latín)_que tienen los particulares en que el instituto emisor se los reembolsará con metales preciosos, cuando deseen hacerlos efectivos. Además de las variedadw anteriores, existen el pal-moneda o billete de banco inconvertible, el cual carece en forma absolu ta le_telpaido_rjetalico, por que la instituciÓn emisora no asume la responsabilidad de su reembolse¿y,..fi.z e_. nalmente, la moneela_rwitinal, constituida por los depósitos a la vista_capta- dos. por-el sis tetnalalleari0; es decii7 - rlar - Cifr por escrito --de ahí su nombre-- en cuentas 1101r1 hales que se pueden utilizar, entre otros pro- cedimientos, mediante el empleo de.. cheques. Se ha visto hasta aquí cómo la moneda de cuenta surgid de la practica de los dones y de los trueques; como los inconvenientes de estos Últimos condicionan la aparición y el empleo de mercancías-moneda, dentro de las cuales van a des- tacar por sus características peculiares los metales preciosos, cuyo uso predomi- nará hasta el siglo XVIII en que aparecen otras formas de moneda, las cuales subsisten hasta cl presente. Cabe preguntar ahora: es la moneda? Definiciones De las innúmeras definiciones xisten, se transcribe de la moneda a continuación la que ofrece Bertrand Nogaro la cual, en su sencillez, resume lo sustancial de muchas otras: "La moneda es un bien 7ui generis que sirve de intermediario en los cambios y lle- na, además, las funciones de medida común de valor, de media de pago y de depositario de valor" (Cotas d'écoriontie politique, Editions Domat-Montehres- tien, París,. 1947, tomo I, p. 330).

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CURSO DE TEORÍA '<M'ARIA

lar que los particulares desconfíen de ellas y las rehús .n en los cambio s, perr ello les confiere el curso legall ,es decir, impone a los comerciantes y a los acreedores la obligación de recibirlas corno pago

Las monedas Desde el silo XvIll los patrones monetarios metálicos su- de papel fren diversas crisis e inelusi. en ocasiones elesaparecen, ce-

diendo su lugar las llamadasinonedassle papel, Éstas, por su parte, por lo lenozarpi-In—EiIiO,TPueden mantener un grado variable de de-pendencia respecto de los metales, es el caso de la moneda de, papel tete-sentativa, consistente en billetes euxt2...y¿alea_está_ganntizadO 11915 erLrriedale„, prwan—poro c,---lealidad sustituyen a éstos en la circulación.. És el caso, asi-niísiii-b--de la..moneda de papel fiduciaria o sea billetes eunvalor está respaldada_ sólo parcialmente con metales raricisos:y que circulan en virtud de la confianza Muela, en latín)_que tienen los particulares en que el instituto emisor se los reembolsará con metales preciosos, cuando deseen hacerlos efectivos.

Además de las variedadw anteriores, existen el pal-moneda o billete de banco inconvertible, el cual carece en forma absolu ta le_telpaido_rjetalico, por

que la instituciÓn emisora no asume la responsabilidad de su reembolse¿y,..fi.ze_. nalmente, la moneela_rwitinal, constituida por los depósitos a la vista_capta-dos. por-el sis tetnalalleari0; es decii7 -rlar-Cifr por escrito --de ahí su nombre-- en cuentas 1101r1 hales que se pueden utilizar, entre otros pro-cedimientos, mediante el empleo de.. cheques.

Se ha visto hasta aquí cómo la moneda de cuenta surgid de la practica de los dones y de los trueques; como los inconvenientes de estos Últimos condicionan la aparición y el empleo de mercancías-moneda, dentro de las cuales van a des-tacar por sus características peculiares los metales preciosos, cuyo uso predomi-nará hasta el siglo XVIII en que aparecen otras formas de moneda, las cuales subsisten hasta cl presente. Cabe preguntar ahora: es la moneda?

Definiciones De las innúmeras definiciones xisten, se transcribe de la moneda a continuación la que ofrece Bertrand Nogaro la cual, en

su sencillez, resume lo sustancial de muchas otras: "La moneda es un bien 7ui generis que sirve de intermediario en los cambios y lle-na, además, las funciones de medida común de valor, de media de pago y de depositario de valor" (Cotas d'écoriontie politique, Editions Domat-Montehres-tien, París,. 1947, tomo I, p. 330).

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ROBERTO MARTINEZ LE CLAINCIIE

Si se reflexiona un poco, se llega a la conclusión de que los diversos tipos do moneda que coexisten, actualmente en la circulación (moneda fraccionaria o de vellón, generalmente metálica; los billetes de banco y la moneda escri-brial) llenan las funciones que enumera la definición transcrita y, si acaso, cabe precisar que algún tipo de ella llena mejor una función que otra.

Ahora bien, cabe observar que la definición considerada, que compendia las que se vienen dando de la moneda desde el siglo pasado, no cumple con las re, glas de la definición, por cuanto no alude al «género próximo y a la diferencia especifica" sino que define a la moneda por sus funciones. Se trata, pues, de una definición funcional de la moneda.

Fu las condiciones anteriores, resulta de interés considerar la definición que ofrece el profesor J.P. Daloz, en su contribución al articulo sobre "Moneda" que figura en la Encyclopwdia Universalis, En ella el profesor Daloz abandona los elementos funcionales de la definición tradicional de la moneda, que en cierto modo trazan esquemáticamente su evolución, para razonar:

La moneda no es ni un objeto ni una mercando ordinaria. Es una deuda z: representa la deuda del establecimiento financiero del cual lleva el nombre en una u otra for.- ma,,Un billete de banco barrees es una deuda del Banco de Francia, aun cuando esta deuda nunca sea reembolsable en el sentido preciso del término: Una cuenta en el Westminster Bank, constituye una deuda de este establecimiento anglo

-sOn {„.1 La conversión de un billete en moneda por el pago del mismo en una ventani-lla del banco, el giro o traspaso de una cuenta a otra por medio de un cheque gira-do por quien paga contra su hamo, no son sino transferencias de la deuda en cuestión. La moneda es, pues, por esencia, una deuda circulante (FyeJopdla Universalis, Vol. 11, pp. 271c-272a).

Corno podrá apreciarse, esta definición si cumple con los requerimientos de aludir al género próximo, que en este caso es la deuda y, en relación con todos los tipos de. deuda, la diferencia específica es la de ser circulante. Puede afir-marse que el uso de esta última definición tendrá que irse adoptando en forma creciente y que, inexorablemente, irá desplazando a la definición tradicional.

La moneda desde el Corno complemento de las nociones anteriores, cabe punto de vista legal mencionar que las diversas clases de moneda revisten las

siguientes modalidades desde el punto de vista legal:

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CURSO PE TEORÍA MONETARIA

fk EStIMEN

Los diversos tipos de numeda que coexisten en la circulación monetaria constitu-yen los sistemas monetarios. Cronológicamente, los primeros fueron de base me-tálica: el im;nornetalisino-oro en sus diversas modahdades (patrOrr om puro o Gold Specie Standard; el patrón lingotes orn o Gold Inllion Standard y el pa-trón de cambio oro o Gold Exchange Standard), el m000metalismo plata y el bi-metalismo, en sus nuxtalidades perfecta e iinperfecta, Lis monedas metálicas caraderisticas de los sistemas enUnCiadaS COexiStibron Con drstmtol tipos de mo-nedas de papel para, poco a poen, ser reemplazadas por éstas.

Dentro de las monedas de papel la representativa estaba garantizada I Otro con metales preciosos, la fiduciaria, tenía una garantía pardal en 11u-tales precio-sos y, por contra, el papel-moneda carecía totalmente de garantía metálica, por lo que era totalmente inconvertible. La últirna moneda "de papel en aparecer fue la escritura!, la cual consiste en los registros por escrito que los bancos llevan de los depósitos que reciben de su clientela. Este tipo de moneda está desligado to-talmente de los metales preciosos. Se emplea principalmente mediante el che-que, pero puede utilizarse también con base en giros o órdenes de traspaso, deducciones automáticas y mediante las tarjetas de crédito,

Dada la importancia, casi explosiva que éstas han ido cobrando en arios re-cientes, son ya objeto de estudio de la monétiesi, la cual informa respecto de S 1,1

origen,. características, formas de empleo, el avance tecnológico de las llamadas "tarjetas inteligentes" o "tarjetas con microcircuito', su empleo como medía de pago internacional y de sus perspectivas.

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V. TEORÍAS EXPLICATIVAS DEL VALOR DEL DINERO

El capítulo E mostró que, al través del tiempo, las más variadas mercancías han llenado [unciones de moneda. Dentro de ellas, los_ inetales preciosos cubrieron el ~nodo de la historia monetaria, por lo que no resulta extraño que, am hasta mediados del presente siglo, rriúk.iplcs autores consideraran que la única y verdadera moneda debía ser necesariamente metálica. Empero, en el capítulo II, correspondiente a los sistemas monetarios, se vio cómo, al lado de las monedas metálicas, surgieron otras sue atenuaron sus nexos con los metales preciosos oque_s_e_sksligaron totalmente de ellos, a pesar de lo cual llenaron adecuadamente funciones monetarias.

Ahora bien, cuando la moneda era de algún metal precioso, la 1- puesta a la pregunta del p2i-grié de su valor no parecía ofrecer grandes complkacioncs, por cuanto se estimaba que quien la poseía disponía de un bien con valor intrín5e. co, motivo por el cual todo mundo estaba dispuesto a aceptarla como pago a cimbro de los roas variados bienes y servicios. No obstante, la...respuesta al

porqué del valor del dinero se complica cuando se tnita, de monedas carentes de respaldo en metales preciosos y sin ningún valor intrínseco.

A. TEORIAS SOBRE LA NATURALEZA DE LA MONEDA

Cabe anotar que las explicaciones del valor del dinero han tenido como base, CO forma consciente o inconsciente; una cierta concepción respecto de la natu maleza de la moneda; es decir, de lo que constituye y explica el fundamento de

su aceptación por tos sujetos económicos. Tres son las leonas elaboradas a este resprcto: la metalista, la nominabsta y la psico-sociológica,

I. La teoría metalista

Es ta concepción data desde los tiempos de Aristóteles y entre sus partidarios se cuenta a la maría de los economistas clásicos e incluso a algunos del presente siglo. Afirma que la monja surgió con el fin de remediar los inconvenientes del trueque; que primeramente se recurrió al uso de mercancías de utilidad re-

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ROBERTO MAR-rbal.2 LE CLA1NCHE

conocida por todos y de aceptación general y; con posterioridad, P. 10.5 meti les preciosos que con ello se convirtieron cli. la moneda por excelencia,

Consecuentemente, los partidarios de esta concepción (a quienes se conoce ti m bien con cl nombre de metalistas) afirman que para que una moneda llene bien su funciones, debe tener 'valor intrínseco independientemente de su uso como mone-da; que ese valor intrínseco, debe ser anterior al uso monetario del bien de qui ...se trate poripre, en esa forma, cuando la autoridad asiente sobre la moneda una in¿ tea indicadora de su valor se habrá limitado a reconocer v nociamar el valor de la pi 2za de moneda, inscribirá la mención indiada después de haber comprobado que su peso corresponde a. cierta cantidad de oro o de plata, de la calidad est ipirladá.

Después de la guerra mundial 19:14-1918, los metalistas, no ignoraban que, al lado de las monedas de oro y de plaia, existían otros instrumentos mondar os, como son, los billetes de banco y la moneda escritural. Pero, segran ellos, no se 13- taba de verdaderas monedas, sino de sin les medios xara -. i. a da metálica. Detrás del billete de banco inconvertible y dc ins wegos de (senil ras se encuentra siempre 1-linnaban— una moneda patrón, que cs la moneda de oro o de plata.: De hecho, en un régimen normal de convertibilidad, el portador de billetes, al igual que el titular de una cuenta bancaria, puede en cualquier inorn:-in-to exigir de su, banco el reembolso en moneda material. Como base de estosst ce-daneosArla moneda,. concluían > sdeseribre siempre al metal precioso

Si la moneda es en sustancia una mercancía —proseguían su razonamic rha los metalistas—, su valor emanará y variará de acuerdo con sus cualidades in-trínsecas y, para explicarnos ese valor y sus variaciones, será SU ficiente apiic [le las nociones generalmente válidas para cualquier otra. mercancía. Ellpirovii ios nal-Mento de instrumentos de pago se regulará, Cuino para cualquier otro bim, por medio del mecanismo el oferta y de demanda> si la yno nedaes te, adquirirá valor, lo que a su vez, estimulara su producción y viceversa. Er lo que concierne a los billetes, su cantidad deberá estar en proporción a la canti- dad de metal existente y cada billete deberá representar una pieza de metal,

Así las cosas, la autoridad no tiene por qué intervenir en cuestiones mo :te-tarías, salvo para garantizar: el peso, la calidad y el título de una moneda ne-dWite alguna marea o para impedir la emisión intempestiva de billetes, ,as Unia-sT-ierturbacrones que podrían temerse serian las provocadas Piir descubrí-mientosde nuevos yacimientos de metales preciosos y por las innovaciones téc-nicas en su extracción y en su afinación, que pudieran traducirse en un incremento de su cantidad.

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CURSO DE TEORÍA MONETARIA

Evaluación de la Esta concepción tuvo una boga notable hasta fines del teoría metalista siglo xvín. Su invportancia se atenuó, parcialmente, en el

siglo XIX e resurgió desde principios del siglo actual hasta 1919, Debió su aceptación a que correspondía a la realidad, de países en los que circulaban comúnmente monedas de metales preciosos y en los que la libertad de acuñación, de fundición y. de comercio de dichos metales permitía mante-ner una equivalencia entre el valor leal y-el valor comercial de tales monedas. La teoría metalista ofrece, pues, una interpretación correcta, y vigente pata un largo periodo de la historia humana.

A pesar de los aspectos válidos que pudiera conservar esta concepción, es in-negable que un gran número de hechos monetarios contemporáneos no en-cuentran una explicación satisfactoria en el marco de una interpretación estrictamente metalista At: desde 1914 la moneda metálica {sobre todo la de metales preciosos) ha desaparecido casi completamente de la vida cotidiana. Las transacciones se efectúan hoy en una moneda fiduciaria oesciIrJ o me-diante tarjetas de crédito, curo valor intrínseco es inexistente, pelo que llenan satisfactoriamente sus funciones monetarias. Cabría agregar que, incluso antes de 1914, el mundo conoció numerosos ejemplos de monedas de papel, dotadas de curso forzoso y que,_a_pe4aule_nateurr víneutas con los meta1es4zeciosos, tenían pgder adquisitivo yilenahatilas funciones esenciales de la moneda, Los. acontecimientos posteriores al ario citado demuestran y confirman que cn la actualidad, ya: no es indispensable, como lo fue en otros tiempos, que la mone-da tenga un valor intrínseco

2. La teoría nominalista

TambiU conocida corno teoría de la -moneda -Niel) , ha sido (11.125513 de ma-nera más o menos sistemática a la concepción metalista. Desde la Edad Media hasta el siglo XIX, a pesar de que la mayoría de economistas se adherían al me-talismo, muchos juristas sostenían la tesis...de nue la intervención de la autori-dad en materia monetaria no es simpleructe declarativa de un valor Preexistente, sino que puede crear de la nada el valor de la ar pneda: Fue en los inicios del siglo actual cuando Jorgcli erico Knapp. en su :,cortja estatal de la moneda, dio a estalesis su pleúldesarreilfo_

La tcorfa de Knapp hace hincaci"é en una de las funciones de h moneda, que él considera la más importante: 'la moneda es, antes que nada, un medio de

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RRTO AlkTil,T2 LE CINCHE

Egp, un instrumento de liberación, debido a Meres públicos lo han :leer- dido así i ota a e curso egal, con lo cual se obliga a ln.<, partieu ates a rer bula como pago de sus ventas o en la liquidación de deudas. Es el Estado, en Conse-cuencia, quien por esta decisión confiere a la numeda su valor. Algunas vcee; do-tará de curso legal a una moneda f;ibrioda con un material que tenga, en tarifo qUe mercancía, un cierto valor; pero otrás, atribuirá d poder liberatorio a una mo-neda sin ningún valor propio, a una simPle hala de papel con ciertas inscTipckmes o a una moneda cuyo valor ir d'irise-e-o sea muy pequeño (piezas de metales comunes).

Erlícisins_ s partir dd nlia1E. - ~rnic:dribuve la moneda que él reconoce legalmente, la posibilidad de llenar sus funciones, puesto que quien la posea tendrá ta seguridad de poder, gracias a ella y hasta y or la suma que tenga inscrita, liberarse de sus deudas o procurarse las mercancías ser-vicios que desee, en el presente u en un futuro más ó menos próximo. Loe im-porta, consecuentemente. no es el valor intrínseco que pucdapnsçer la rnoi eda, sino aquello "a lo que la moneda da derecho en virtud de la ley".

Según Knapp, toda la historia monetaria demuestra la verdad de su tes s, ya que frecuentemente el Estado ha intervenido para modificar la definición del patrón monetario y establecer, por ejemplo, que el franco, el dólar, el florii(, et-cétera, que hasta entonces representaban un cierto peso de metal, representan ahora un peso distinto. Sin duda, reconoce Knapp, el Estado sólo tiene poder en el interior de la ecnnu7cna en que ese organorpreino y admite que para los pagos al exterior puede ser necesario que la 'moneda teraga_un valor intr. nse-co. No obstante, considera que nada impide que diversos estados acuerden entre si regular el valor respectivo de su moneda y, en esa forma, internackma-'izar, en cierto modo, el poder liberatorio de una moneda nacional para que pueda llenar sus funciones en los pagos al exterior, independientement de cualquier valor intrínseco.

Evaluación de la Al igual que la teoría meratista, la norninalísta re U 3 in.- teoría nominalista ea-pazJEo..rcccr una in erpr , :acto]) coi recta y completa

del confonto de experiencias monetarias, Estas, en f.fec.- to, muestran a nc la intervención del Estad en materiaa uorietana i ' ' pre es necesaria, ni siempre es suficiente, para dar a una moneda la aptitud de lle-nar st'----i-s-Finciones.

No—es necesaria ya que, de hecho, en diversas ocasiones se han visto eir -aliar monedas, ser admitidas sin dificultad por el j.l.iáblico corno medflid7Fg7), sir que

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el Estado las haya dotado de curso lee]. Es lo que acontece en periodos de crisis, cuando surgen asmi-7-am las 'monedas de necesidad" y que nacen, invariablemen-te, por la iniciativa de instituciones industriales, comerciales o bancarias cuando, por cualquiera razón., las monedas oficiales sufren algún deterioro.

Un ejemplo particularmente típico lo constituye el diem de plata o "Dólar Ma-ría Teresa", atufado en Austria y que pasó enseguida a ciertas colonias africanas, en donde durante un largo periodo jugó el papel de moneda, bien aceptada y muy solicitada por lokriativos, a pesar de que ninguna prescripción legal hacía obligato-ria su aceptació`natpeso de plata mexicano>, profusamente empleado en otros tiempos en Oriente y culos Estados Unidos constituye un &cm lo similar.

Los casos antcáncs ilustran que la atribución del curso legal a una moneda no cs de ni211.ma manera indispensable para asegurar su cireur-in. S7le - luí ta_q_15J__Igregar que la atribución de dicho curso tampoco es suficiente para sostener una moneda de la que el público desconfía. Al respecto cabe recordar que durante la Revolución francesa, los poderes públicos dotaron CO vano de curso legal y de curso forzoso a los asignados, primero, y luego a los mandatos territoriales, sin lograr imponer su uso entre el público. Asimismo, en 1923 en Alemania, con ocasión de la pm depreciación del marco, los poderes públicos fueron impotentes tanto para salvar una moneda a la cual habían conferido el C9f50 195,a1...yLetC11159 €012:mcorrio _ara im edir ue los particulares contrata-sen co_otmoo t man reconocimiento de ::stado y cuyo eMp co estaba incluso prohibido por él, pero en las cuales tenían confianza.

Un ta te del nominalismo es nc.al considerar a la moneda como una institución umana laiJ 'o de la misma es s- pensable y, cn estalum_u_cooduce a la aceptación de la intervención de la autori-dad-eícuestiones monetarias, que el metalismo consideraba inneecsatiíi,

3, La teoría mico-sociológica

Esta teoría toma corno unto de artida la comprobación c e nc. sara el indi- viduo

stso, la la moneda es un Ululo de cris cr ito cric. le da derecho, hasta

concurrencia :del valor inscrito en ella, sea a ,i )erarsc de sus deudas sea a procu-rarse, tomando ,dcl conjunto de bienes y servicios ofrecidos sobre los diversos roen. idos lo que estime t'it il a la siltisficción de sus oceesilides o de sus deseos.

Desde este plinto de vista, uno de los rasgos esenciales de la moneda iTTlrt in-eleterminweion de] uso que de ella 1:10d su poseedor á servirse de ella de Mol&

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ROBE5TO MARTI LE

diato o en un porvenir 'ano; podrá orientar su uso para procurarse un objeto material o un servicio; un bien de producción o uno de consumo; un artículo de lujo o uno de primera necesidad. El_poseedor de la moneda ejerce, a este repecto, una especie de soberanía, por lo cual se ha dicho que la moneda es "libertad acuñada».

Asentado lo anterior, para que-una moneda brinde a su poseedor los servi-cios que espera de ella, es necesario y_ suficiente para él saber que le será acep-tada el día que decida cambiarla contra un bien o un servicio. Si tuviera alguna dudaa este respecto y temiera que en lo porvenir sus co-contratantes eventua-les no aceptarían la moneda que hoy se le ofrece, tendería a rehusarla.

Los elementos de esta aee t bilida n de factores tanto de orden psi. cológ e OttCfl socirilággp.fsicológieo por cuanto cl indiví uo acep-ta una moneda si tiene confianza en ella y esta confianz ducto de una apreciación personal, que pue e tener su base en consideraciones de orden oh-jetiyo (valor de la materia con que está hecha, cantidad de esta moneda, etcé-terapero que implica también una interpretación subjetiy_a.

Sociológi , por cua 1 ue menos cuenta en este C.251) es la actit al jjode a moneda, sino el corn, lirtamiento eneral de los miembros del

grupo socia n>ertenece, í, aun si en personal desconfía de la moneda y del -~trae ésta, tal rrliTmeda le proporcionará los servicios esperados de ella, si el conjunto de los miembros del grupo conserva su confianza en ella y acepta reci-birla en pago. or o contrario, cua o una comente co ectiva e dec nza y de pánico se apodera del guipo social considerado, aquellos ue personalmente estaban dis estos a o .. nerse a dicha corriente serán fatalmente arrastra os por ella cuando se percaten que la generalidad de sus conciudadanos recha ii-nada moneda:Esta d¿jirá de ofrecerles la seguridad de ser un medio de compra o un titulo de liberación y estarán poco dispuestos a desprenderse de sus mercancías o a proporcionar sus servicios para obtenerla.

Nexos con las La teoría psico-sociológica de la moneda, cuyos prínci- cepcione$ piar han sido resumidos, reconoce los elementos de ver-

metabsta y dad que contienen el metalismo_y el nominalismo norninalista monetarios. Así, una moneda ' ica tiene o ortuni-

dad de Obtener y conservar de manera más sólida y ura-dera la confianza del grupo social y_de ser más fácil yeeontintramente aceptgja en los cambios debido a que, detrás de su valor legal el público confía en que tiene un valor comercial. No importa que esta creencia sea infundada, lo que cuenta

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Mi biblioteca I A_.ceder

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CURSO DE TEORIA MOMARIA

en este caso, y la ue fu* . n nta la a t- tud de la moneda .ara llenar sus fim-clanes, es e rade de intensidad n la creencia tanto individual como colectiva Y no necesariamente de lo ' en funda.cla_que esté El error cometido por el me-talismo a este respecto consistió en pensar que una moneda sin valor intrínseco neaaceptad. Numerosos hechos han demostrado que una moneda pura-mente convencional es capaz de llenar sus funciones en forma permanente, en tanto el público no ponga en duda su aceptación general.

Por cuanto a la teoría norninalista, s ap~ue también puede integrarse, aunque a titulo de verdad fragmentaria, en el cuerpo de una interpretación psico-sociológica, ln efecto, la atribución del curso legal y del curso forzoso a una mone da- por los poderes públicos, y La autoridadde los tribunales puesta al servicio de ella constituyen, sin duda, un estímulo para la aceptabilidad de la misma_ En par ticular, quien reciSe tal moneda sabe que constituye para él un medio de liberarse de sus deudas privadas y públicas, No * • bay&oinridencia_perfecta-entre este hecho jurídico, que es el curso legal o forzoso y el psico-socialógso, que es la aceptación general de-una moneda en una comunidad determina La, interven-cióndefdecTs en ocasiones metí e impotente para obtener la confianza ge-neraWie es e n ana,

13, TEORIAS DEL VALOR DEL DINERO

En posesión de los elementos concernientes a las teorías sobre la naturaleza de la moneda es posible abordar ahora cl examen de las relativas al valor de la mis-ma. No obstante, cabe antici ar que no existe ningunatm_q-ia Lisinya recogí-do una aceptación unánime, la vez e o exp tque por qué Charles Rist, al formularse diversas preguntas relativas a la moneda, entre las cuales; "¿A qué se llama_ "valor" 4:F la moneda y cómo se concibe el mecanismo tue f i 'a éste en cada momento?", concluía: "Puede parecer extraño que después de miles de añosque lleva de existencia la moneda, no se hayan encontrado todavía res-puestas definitivas a estas preguntas...(thstona de las doctrinas monetarias y del crédito, Editorial Am rica, a-ico, 1945, p. 313).

Con el fin de esclarecer el sentido que debe darse a la expresión "valor del dinero", a continuación se transcribe el desarrollo que al respecto presenta Gattan Pirou, por ser particularmente Útil para el resto del presente capítulo:

Nl l3ourguin —escribe Gaétan Pim,— mostraba a fines del siglo xw, las diferencias que existen entre las medidas de las longitudes o de los pesos y la medida de los YR-.

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ROBERTO MARTI1F2 L1 CLAINCI1E

lores. La longitud o el peso de un cuerpo, son cualidades de ese cuerpo que existe por ellas mismas y que le permanecerían inherentes aun cuando estuviera aislad Cuando medimos la longitud o el peso de un cuerpo por medio del metro o del gr mo„ establecemos una relación, de comparación entre dos longitudes o entre dos p sos cuya existencia es independiente de esa relación_ Cuando, por lo contrario, co ayuda de la moneda medimos el valor de una mercancía, y decimos que un hectoli tro de trigo vale 20 francos, no hacemos una comparación entre dos valores intrinse cas independientes uno del otro, el del hectolitro de higo y el de la pieza d 20 francos [que contenía 100 gramos de plataJ. Por cuanto sería absurda hablas de valor, tornado en si, del hectolitro de trigo o del valor, tomado en si, de 100 gramo de plata. Un objeto, intrínsecamente, tiene cierta longitud y un cierto peso: no demos decir que tenga un valor. E/ valor no es una cualidad propia de un objeto de un cuerpo_ Ei valor es una relación de cambia Supone necesariamente la con frontación entre dos elementos, y, propiamente hablando, no tiene ninguna posibili dad de medir el valor intrínseco de una cosa, puesto que ese valor intrínseco Ti: existe. Sin embargo, en una sociedad en que el recurso a la moneda es general, esf procura la posibilidad de medir indirectamente el valor de una mercancía en re ción con todas las demás... (op. cit. pp.109-410).

Ahora bien, aun cuando el valor de una mercancía de un servicio se pued medir normalmente empleando la moneda, el valor de ésta no se mide en tér mirlos de ella misma, sino en relación con el conjunto de mercancías y de servi dos que permite adquirir en los diversos mercados; dicho de otro modo, srsu poder adquisitivo. Las teorías explicativas del valor del dinero, por coas cuencia, estudian los factores de los cuales depende el poder de compra del di-nero y ofrecen explicaciones del porqué de sus variaciones. Cabe puntualizar que las teorías que a continuación se presentan no son, en ningún caso, con-cepciones que puedan atribuirse a un solo autor. Por lo contrario, son el pro -dueto de aportaciones de numerosos autores, provenientes de diferentes países y de épocas diversas.

1. La teoría cuantitativa en su formulación inicial

La primera teoría que se ocupa de explicar el valor del dinero es la llamada teo. ría cuantitativa. Aunque sus antecedentes son múltiples [Copernieo, 1526; Jean Bodin, 1568', Davanzati, 1588; Montanari, 1683; Lecke, 1691; William Petty, 1671; Montesquieu, 1748; David flume, 1752; Cantillon, 1755; Condillac, 1776J y se estima incluso que la observación de los fenómenos que la originaron

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CURSO DE TEORIA MONETARIA

permitieron, asimismo, formular la ley de la oferta y la demanda, fue ere David Ricardo en quien recayó el mérito de haber destacado plenament influen-ia de la cantidad de la moneda sobre su valor; es decir, sobre su poder de mpra, Respecto de la teoría construida sobre esta observación, Knut Wicksell, el

prestigioso economista sueco, escribía a principios del presente siglo;

La única teoría especifica de los cambios del valor de la moneda que se ha coon do, y probablemente también la única que pueda pretender un verdadero carácter científico, es la llamada teoría cuántitativa,,Declara esta que el valor o el poder ad-quisitivo de la moneda varia en razón inversa de su cantidad, de suerte que un au-mento o una disminución de la masa monetaria, suponiendo qué permanezcan iguales las demás circunstancias, determina una disminución o un aumento propor-cional del poder adquisitivo de la moneda con respecto de las mercancías o, en otros términos, una elevación o una disminución correspondiente de todos los precios de las mercancías. Todas las demás teorías —que dicho sea entre paréntesis, no son muy numerosas— no tienen otro objeto que generalizar los teoremas de la teoría ge neral del valor de modo que se apliquen igualmente a la moneda, así es que, aun si fueran ciertas, no podrían ser consideradas como especificas (citado por Charles Rist, op, eit„ 334),

Cantidad de moneda Diversos testimonios que ofrece la historia parece- y nivel de precios rían comprobar la teoría cuantitativa. As'l, en la an-

tigüedad, la explotación intensiva de las minas de plata de. Laurion, provocó en Grecia un alza de precios; el flujo de meta-les preciosos de las provincias conquistadas hacia Roma, tuvo el mismo resultado; igualmente, como consecuencia de la conquista de América, los metales preciosos enviados a España, Italia y Francia, jugaron un pa-pel preponderante en cl alza de precios registrada en dichos países; el descubrimiento y explotación de las minas de oro de California (1847) y de Australia (1851), coincidieron con una fuerte elevación de precios; fi-nalmente, entre 1890 y 1914, corno resultado de una activa explotación de los yacimientos auríferos del Transvaal, los precios subieron de mane, ra continua y rápida.

Un fenómeno similar se observa también en casos referidos al empleo de pa-pel moneda, como el de. los "asignados" en Francia, cuyas emisiones crecientes estuvieron acompañadas por precios al alza. Asimismo, durante la guerra de

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Page 13: Teoria Monetaria

ROBERTO MARTINU, LE CLAINCHI3

a) Método de transacciones

Esta forma de la teoría cuantitativa se caracteriza por el empleo de la siguiente fórmula, denominada "fórmula de_ Fisber", "del cambio" o, aun, "ecuación del mercado':

I V MV.PT6P- 11'7"

En esta fórmula, M representa la cantidad de dinero de todas clases que está en circulación en cierto lugar durante un periodo determinado; V (velocidad de circulación del dinero), el número de veces que se gasta cada unidad de M en la adquisición de mercancías, servicios y valores, durante un determinado periodo;27 T, el volumen físico de mercancías, servicios y valores que se venden por dinero en una cierta región, durante un determinado periodo de tiempo y tantas veces como sea objeto de venta y, finalmente, P, el precio medio de cada unidad de T durante un periodo determinado o, en otros términos, el nivel general de precios.

La fórmula transcrita indica, simplemente, que el total de dinero gastado en la adquisición de mercancías, servicios y valores (MV) es igual al valor en dine-ro de las mercancías, servicios y valores vendidos a cambio de dinero (un. Con frecuencia se afirma que dicha fórmula sólo expresa una verdad de perogrullo

Los partidarios de esta forma de la teoría cuantitativa se aplicaron a diluci dar cuáles son los factores que determinan cada una de las literales de la fór mula del cambio y, de esta manera, tratar de esclarecer lo concerniente a la formación del nivel de precios y a sus oscilaciones. Los cuadros que a continua ción se incluyen agrupan los factores determinantes de cada una de las literales que componen la fórmula del. cambio:28

17 Respecto de lo inadecuada que pueda resultar la expresión "velocidad de circulación" apli-cada al dinero, que no es ni un proyectil ni un ver el artículo de André FAliardt rizase monetaire et san intensité. d'utilisation", en la /Imre crEconvrnie Politique, maro-alyril, 1950_ Este autor propone en su lugar la más pertinente de "intensidad de utilización'. Sin embargo, la expresión "velocidad de circulación" esta ya consauada por el uso y por ¿lb se la emplea en la presente exposición.

2a Los cuadros referidos están basados en los que llevan loa números I, II y III de la obra de LV. Chandler Introducción o la teoría mondarla (4' edición), Pando de Cultura Econórniea, México-Buenos Aires, 1956, que aparecen en las páginas 39-40, 45-46 y SI.

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