Tomo 1cap v Obligaciones de Dar Dinero

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PIZARRO Y VALLESPINOSDERECHO PRIVADO II

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  • CAPITULO v Obligaciones de dar dinero

  • A - Obligaciones dinerarias y obligaciones de valor

    156. CONCEPTO E IMPORTANCLL - Son obligaciones de'dar dinero aque-llas Cj!yo objeto consiste enJ-e.nmg--QfUill,suma_de_din..e..r~o". La importan-cia de estas obligaciones en la vida cotidiana ha sido enorme desde a:htao y su dimensin se potencia en tUla economa dinmica y moderna, como la que caracteriza a nuestro tiempo . .

    . El dinero desempea cometidos de gran relevancia en el mbito del dere-cho de las obligaciones: .acta como precio en la compraventa; como renta en

    . el arrendamiento de cosas; como caIlitaL~n.cl..agru:tg.deJos..sn..~~unasocie.dad o en el contrato de mutuo dinerario; como retribucin en el contrato de U:.aillJjQ.Q.enla locacin_dg.ssu:rici!lli,;J~m..iu.cl~mni4-

  • ~. ,

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    157. EL DINERO (*). -:- El estudio del dinero fue tradicionalmente asu-midopoi="aSCiencias econmicas y'por los economistas. Los juristas han for-mulado sus aportes a partir de las conClusiones de aqullos, aunque en las ltimas dcadas con un criterio mucho ms amplio.

    A los enfoques de ambas disciplinas, pueden sumarse o~ros, tambin im-portantes, provenientes de la poltica, la filosofa, la sociologa e, inclusive, la religin, cuya complejidad ha llevado a un jurista del genio de Sav'igny a hacer referencia a la naturaleza cuasi misteriosa del dinero.

    Hay, pues, un enfoque multidisciplinario en el tratamiento del dine;o -que se proyecta sobre todo en el mtodo de estudio y en sUs finalidades. E~ tanto los economistas consideran al dinero en funCin de su utilidad los hombres de derecho, sin perder de vista tal aspecto, procuran avanzar s~bre cuestiones igualmente delicadas que generan su utilizacin, vinculadas con la licitud y la equidad en las relaciones intersubjetivas.

    a) Concepto. - La bsqueda del concepto de dinero y de sus funciones no . puede efectuarse con perspectiva unilateral. El dinero, como producto socio-lgico, es fruto de un hecho social y. racional. .

    Tiene tambin un fundamento normativo, que es el que le imprime su na-turaleza especial a travs de la historia, conforme lo veremos luego, y funda-/ mentalmente cumple funciones econmicas relevantes. Lo defmimos como la moneda que autoriza y emite el Estado, con la finalidad primordial de ser-vir como unidad de medida del valor de todos los bienes, como instrumento de

    . cambio y como medio de Qago de relaciones P-atrimQrJg~ . '. Este concePJ.o, rudimentario y perfectible, pero til a los fines de nuestrQ

    estudio especfico, es comnrensivo de los dos as~tos fundamentales a]{ls qu.e suele hacerse referencia a la hora de referirnos al dinero, pues compren-de tanto el instrumento u ob jeto que lo representa (la moneda) cuanto la ref.-rencia indispensable alas iunciones econmicas.Y jurdicas ms destaca.b~ que cumple.

    (,,) Bibliografa especial

    ASCARELLI, Studigiuridici sulla moneta, Milano, 1952; BONET CORREA, JOsE,Las deu-das de dinero, Civitas, Madrid, 1981;FERRERE-LAMArSON (H), DANIEL El dinero en la teo-raj~rd~ca, Amalio Fernndez, Montevideo, 1974; HIRSCHBERG, E{IYAHU, El principio nommallsta, trad. de J. M. Roimiser y M.G. Cohen de Roimiser, Depalma, Buenos Aires, 1976; NUSSBAUM, A., Teorajurdica del dinero, trad. de L. Sancho Seral, Madrid, 1929; S~UELSON, P AUL.A. - N ORDHAUS, Economa, 15" ed., trad. de Esther Rabasto y Luis To-hana, Mc Grag-HIll, Espaa, 1988; V ALLET DE GoYTISOLO, JUAN, La anttesis "inflacin justicia", en "Revista Juridica de Catalunya", 1960, nO 5, p. 531. .

    Pone de relieve, asimismo, que el dinero es a!luel!lue el rdenamientojg-rdico de cada Estado le asigna las funcion~--propi.fls d~l:rnismo. Es el Esta-do quien establece cul es su dinero, determina su unidad de cuenta y emite los signos monetarios en que aqul se materializa.

    Conviene sealar que, desde el punto de vista econmico, la nocin de di-nero puede alcanzar todava un sentido m""IIlpliOiltl~.el.de)aformulad& anteriormente, con prisma estrictamente j!ll:.d!co. Para un economista, es dinero todo bien que sirve como medio general de cambio, nocin en la que se engloba a los ttulos valores (cheque, letra de cambio, pagar), a los depsi-tos bancarios, etctera.

    . Eil el campo del derecho, en cambio, la nocin de dinero es mucho ms es-tricta. Slo constituyen dinero aquellos bienes que son emitidos por elEsta-do, conforme a la autoridad !lue le brinda la ley, .d~nominados.con r~ferencia a una unidad de cuenta,!lue tienen por objeto servir como medio.generaliz.7 do de intercambio de bienes y servicios dentro del territorio del emisor. Dicho de otra manera es ~un medio de cambio autor:iz,-do.o.adop1MQJJ.or:elgobier.-nQ..2Q!!];Qp'arte de su circulante" (Cdigo Comercial Uniforme del ao 1958 de los Estados Unidos de Norteamrica, Seccin 1-201), ~Lq!le laprppiJey.1e_ confiere poder cancelatQrio de dellci~.

    b) Dinero y moneda. - Suele distinguirse entre dinero y. moneda, sea-lando que Ell primero pondera sus funciones econmicas yjuridicas, en tanto la segggda hace referencia solamente al signo o instrumento que represen~ t~~ .dinerQ,

    Nosotros p..referimo,s evitar esa separacin,illJe a nada cond_u-,~.~y: emple..ar -lllbas. expresione!'!. como _ t~.rJ.l!ipos jl.ltidicQS .eqllivalen tes, .siempr.e. que .su. condicin monetaria sea actual [HERNANDEZ GIL, VILLEGAS, SCHUJMAN}. La mo-!leda slo es tal cuando realiza la funcin del diner.o. El dinero, de igUal mo-do, precisa necesariamente de una objetivizacin material sin la cual su existencia no se concibE). No es posible ni til separar ambos conceptos. El di

    o nero es, de tal modo, la moneda emitida nor el Estad!) [LLAMBIAS].

    c} Funciones del dinero. - El dinero cumple inn:ortantes funciones eco-nmicas,jurdicas,polticas y. sociales. "-

    l. Funciones econmicas. - Entre las principales mencionaremos las si guientes.

    1.1. Unidad de mg!1iJifY)JlaloT. - El dinero es unidad de medida y permi-te apre,ciar el valor de todos los bienes patrim-niales e, inclusive, de ciertos

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    aspectos econmicos de la -groI1ia actividad hill.P.ana (v. gr., trabajo material e intelectual).

    1.2. Ins.trumentode cambio. - Como consecuencia directa de lo anterior, el dinero acta como un instrumento de cambio q~ermite a quien lo disp.9-~e adqillDr.QtrQ;J>ienes YJ;imi~imdneQs Pru' ~tisfacer.~us necesidades. Esta funcin de cambio es. prim9rdial Y.definitoria de la figura que nos ocu- pa: el dinero~no.cuenta podo que es.ens.misme,sin(}por-laposibilidadque i

    s.onfiere de adquirir otros biene~ ,

    1.3. Instrumento de ahorro. - El dinero no slo es til como unidad de cueta sino tamon como instrumento de ahorro, que I10sibilita la res~r.y de valores, a travs de la conservacin de lo g.@lldo Y.nQgastado.

    , 1.4. Instrumento de acumulacin de riqueza. - Acta como instrumen-to que Ilermitela conservacin y ru:J1IDJllacinJle riqnezas ;

  • Los orfebres reciban en custodia el metal precioso y entregaban, a los de-positantes, certificados que circulaban con mayor comodidad y seguridad y que eran plenamente aceptados en el comercio como verdaderos ttulos de crdito, que contenan la promesa de pagar a quien lo presentara determina-da cantidad de metal expresada en ellos. Los Bancos comerciales que nacie-ron a partir de los establecimientos de los orfebres continuaron esa impor-tante actividad y habran de alcanzar esplendor en los siglos XV y XVI. ES9s certificados representaron e,l antecedente ms importante de los actuales bi-lletes que emite el Banco Central.

    El Estado moderno monopoliza luego la emisin monetaria. , Los billetes que emite el Estado pueden o no ser representativos de una

    cierta cantidad de metal precioso o de otros valores y ser o no convertibles por dicho metal o valor.

    Cuando son susceptibles de conversin, nos encontramos frente a la mo-neda de papel, cuyo valor, fundamentalmente (aunque no de manera exclu-

    , siva), se determina en virtud de esa relacion de convertibilidad. Tallo que sucede con el peso argentino luego de la Ley de Convertibilidad 23.928.

    Cuando no son susceptibles de tal conversin, estamos frente al p~pel mo~ neda, que circula como medio de pago y tiene curso legal forzoso. Las mone-das ms importantes de nuestro tiempo pertenecen a esta ltima especie (dlar, marco, libra esterlina, yen, etctera).

    El valor del dlar estadounidense, por ejemplo, no depende de su respal-do en oro o plata. Tiene un: valor fiduciario, expresin que significa que es di-nero porque as lo determina el gobierno y que su mayor o menor valor de-pepde de la actitud de la sociedad hacia ese patrn de valor.

    e) Naturaleza de la moneda. - Se han desarrollado distintas teoras tendentes a explicar la naturaleza de la moneda. Veamos sintticamente las principales.

    1. La teora metalista. - La concepcin metalista tuvo su desarrollo en el Medioevo y lleg, inclusive, hasta la poca moderna. Para ella, la moneda es una mercanca como cualquier otra y su valor radica en aquello que la in-tegra. Su funcin de medida de valor de bienes est asociada a dicho conteni-do intrnseco y a consecuencia de ello puede tener fluctuaciones.

    El valor de la moneda no depende, pues, del que le atribuye la autoridad que la pone en circulacin, sino de su propio contenido intrnseco y, slo se-cundariamente, del atribuido por el emisor.

    La identificacin entre valor de la moneda con el del metal que l. compo- ' na llev a convertirla en una mercanca; de tal modo, el metal pas a ser el

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    objeto cierto de la prestacin obligatoria, operando una inconveniente asimi-lacin entre las obligacioI).es de dinero y las deudas en metales concretos.

    Entre los siglos XIII y XIV, comenz a operarse una reacciny, como con-, secuencia de ello, proliferaron los pactos en donde las partes acordaban el pa-go en determinadas monedas, de contenido metlico, reconocidas por sus bondades.

    Se plante entonces la cuestin de si era posible pagar lo adeudado en otra moneda -en trminos de equivalencia-lo que puso de manifiesto, de esta manera, un dato nuevo: el objeto de la obligacin no era ya una cantidad de-terminada de metal en sentido estrictamente material, sino el valor que, ste , representaba abstractamente.

    La doctrina metalista del dinero se desarroll fuertemente en Italia, Es-paa, Alemania y, en mucha menor medida, en Francia, donde fue combati-da frecuentemente por ordenanzas y edictos reales.

    El siglo XIX marc la era del bimetalismo en Europa. Este perodo se ca-racteriz por el hecho de que el curso comercial de la plata oscil escasamen-te respecto del que tena conforme a la relacin legal."Debido al mecanismo de la convertibilidad que imponen las legislaciones en relacin con sus stocks o depsitos de oro y plata, se ve favorecido el sistema metalista por la venta-ja de sus pequeas oscilaciones" [BONET CORREA}.

    Aparecieron en esta etapa los billetes de banco como dinero, que fueron aceptados en razn de su convertibilidad en metal noble. En un principio, fueron utilizados como dinero de "curso voluntario" y, poco a poco, concluye-ron por integrarse al sistema monetario, como moneda de curso legal, para luego ser de curso forzoso.

    2. La teora sta tal de la moneda. - Fue desarrollada por Knapp y ha go-zado de fuerte predicamento, sobre todo en Alemania. Sostiene que la mone-da es un instrumento de creacin legal, sujeto a estricto control del Estado, que es quien la reviste de curso legal y le otorga el poder de cancelar deudas. Se asienta sobre dos postulados: la unidad bsica de valor es fij ada por el Es-tado de manera discrecional y su esencia y valor reside en las disposiciones legales que le dan origen.

    Las modernas legislaciones, que otorgan al Estado el monopolio para la emisin del dinero y para la fijacin de su valor, re conocen primaca a esta concepcin que, conforme habremos de verlo ms adelante, est estrecha-mente ligada al principio nominalista (ver infra, 162).

    Desde una perspectiva netamente econmica, se le ha criticado que no to-ma en cuenta el crdito bancario, que en los pases desarrollados se erige co-mo el medio de pago ms importante.

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    Este "dinero bancario" no tiene origen estatal, sino que es fruto de la fun-cin econmica y financiera de los bancos y aparece, en buena medida, igno-rado por esta concepcin.

    A ~sa observacin se le puede agregar otra, igualmente relevante y cuya exactitud ha sido comprobada tanto por la Argentina, sobre todo entre 1986 y 1991, como en fecha ms reciente por Rusia (1998) y Brasil (1999): ms all de cualquierformulacin terica, quien decide si un determinado bien (ll-mese moneda o cualquier otro) puede ser utilizado como medida de valor de bienes, como medio de intercambio y reserva de valor de bienes es la socie-dad y, especficamente, el mercado y no los gobiernos ni sus leyes. Por ms curso forzoso que una moneda tenga, por ms regulaciones que determine un gobierno para obligar a utilizar la moneda que l emite, si el mercado no la acepta, la moneda slo conserva de tal, su nombre.

    Durante la presidencia de Ral Alfonsn, la economa argentina se dola-riz de hecho, pese a los controles de cambio y a las frecuentes limitaciones para la compra y venta de moneda extranjera que se implementaron, o a las prohibiciones de realizar contratos en otra moneda que no fuera el austral. La adopcin de la convertibilidad, en nuestro pas, fue el reconocimiento, por parte del gobierno, de que el austral ya no serva como moneda, por la propia fuerza de la realidad econmica y social.

    3. La teora "social" de la moneda. - Otra concepcin sostiene que las . funciones de la moneda y su entidad como medida de valor de bienes e ins-trumento de cambio no se originan en la ley, sino en los usos y costumbres. Lo verdaderamente trascendente es la actitud que la sociedad asume hacia el dinero, razn por la cual la moneda slo funciona como tal en la medida en que sea estable.

    -' Cuando sucede lo contrario, la propia sociedad se ocupa de reemplazarla por otros patrones que permitan cumplir adecuadamente esa funcin. Como dice Hirschberg, es la sociedad la que realmente crea medios de pago banca-. , . . pago, distintos de la moneda envilecida.

    Esta concepcin importa una fuerte crtica a la anterior y pone de relieve que el dinero es poder adquisitivo, o sea, un medio para adquirir bienes o ser-vicios. Se encuentra firmemente emparentada con la doctrina valorista que analizaremos ms adelante.

    4. La teora nominalista. Remisin. - Ver infra, 162, a).

    5. La teora valorista. Remisin. - Ver i'nfra, 162, b).

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    D Caracteres del dinero. - El dinero en nuestro pas presenta los si-gllientes caracteres: es una cosa mueble, fungible, consumible (gastable), di-visible, absolutamente genrica y tiene curs le~al.. C,arece, ~n ca.:mbiol-d~ curso forzoso, carcter que ostentaba antes de la reforma introducicilip-oda. L~y_de_ Conyertipilidad.23. 92&~

    Analicemos brevemente cada uno de estos aspectos:

    L Es una cosa mueble segn los arts. 2311 y 2318 del Cdigo Civil.

    2. Es f!E!,gible, por cuanto cual9-uier unidad de una misma especie es in-tercambiable por otra representativa del mismo valor (art. 2324, Cd. -Civil).

    .3-.E$ consumible(g~table)dlues una vez u.tilt7:dQ_le extingu,~.pl'!-ra quien lo usa. En realidad, el carcter gue nos ocUP-~d~Q!L;r_E;ntendido en sentido amplio, como gasto (nota al arto 616, Cd. Civil), dadoque el acto de traslacin de moneda se da sin que se destruya o transforme, bastando con que salgan del patrimonio de quien la utiliza. .

    1._Esdi!l.i~ible p-or@eporsu propia naturaleza resulta susceptible de ser fr_accionado indefinidamente, sin gue obste a dicha conclusin el hecho de faltar los billetes o monedas gue representen dichas fraccionEl (art. 2326, Cd. CiVil).

    5. Es un bien absolutamente genrico, ya que su existencia viene indica-da de modo cuantitativo, por su importe o suma, con referencia al tipo de moneda de que se trate. El rasgo dominante no est dado por la es-pecie o calidad sino por la cantidad. Por eso, la doctrina italiana [ASCA- . RELLI, Mosco}yla espaol.a[BoNETcoRREA}hablan de lag~nericidad del /'--"' dinero engradosuperlatlvo, absoluta, en cuanto es un bIen denatura~,! /'r' \ ;: lezaabstracta y no una cosa fsica exclusivamente. La nota al arto 61$ L~,;,"' del Cd. Civil es clara en este sentido: "El dinero pertenece a las canti~ . ;. ,. } dades. Hay entre cada pieza de una determinada especie de moneda, ... ,

    trigo, y las piezas de moneda tomadas aisladamente no son suscepti-bles de ser distinguidas ... ". .

    6. Tiene curso legal. Esto significa que el dinero goza de sancin y de pro-clamacin estatal y, como consecuencia de ello l es rtec\lsable como ins-

    . trumento de pago cuando es ofrecido por el deudor en cumplimiento de su obligacin. En nuestro pas slo el peso tiene curso legal [A. ALTERlNI, AMEAL, LOPEZ CABANA, BUSTAMANTE ALSINA}. La moneda extranjera no re-viste tal carcter, pues lla no es de aceptacin irrecusable para la ex-

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    tincin de obligaciones. Por tal motivo, el acreedor de una deuda de di-nero puede rechazar el pago que se le pretenda efectuar en mon~da ex-tranjera. No obsta a esta conclusin la reforma introducida por la ley 23.928 al arto 617 del Cd. Civil, que trataremos infra en el 168. El curso legal del peso aparece expresamente consagrado en el arto 38 dela ley 12: 155 de creacin del Banco Central, en las disposiciones de su Carta Orgnica (ley 20.539), en el arto 7 de la ley 23.928 y en el arto 619 del Cd. Civil, texto segn la ley 23.928. .

    7. Quid del curso forzoso. Este carcter de la moneda, estrechamente ligi-do al sistema normativo donde se formule la cuestin, ha sido objeto de frecuentes confusiones con el anteriormente analizado Siguiendo.-.a una calificada doctrina, entendemos que el curso forzoso significa " ... la calTdadde:cursolegal ap,zicada ql p!!p'el moneda inconvertible", por lo que contiene dos elementos: "la regla del curso legal, vinculada a la r~ lacin deudor acreedor, y la regla de la inconvertibilidad, vinculada a la relacin del emisor del billete y su tenedor" [RIVERA, ALEGRIA, VILLE GAS, SCHUJMAN].

    La diferencia entre curso legal y curso forzoso es perceptible: en tanto el primero determina que la moneda se convierta en instrumento de pago irte-i:usable,~do dispensa al emisor del dinero de efectuar reembolso al-~no de los billetes a la vista. Esto ltimo es propio de un esquema de incon-vertibilidad monetaria, como el que rigi durante aos en nuestro pas, has-ta la sancin de la Ley de Convertibilidad 23.928. . .

    En consecuencia, la moneda argentina actual-el peso- tiene curso leggJ y carece de curso lorzoso (por ser convertible).

    g} Distintlls clases de monedcz. - EXisten tres pOSIbles ciases de moneda:

    1. La moneda metlica. - De contenido intrnseco,acuada en metales nobles/preciosos, como el oro y. la plia, cuyo valor est ligado al metalq~e ella representa. Este tipo de moneda tuvo enorme relevancia a travs de la bis!oria" conforme lo hemos sealado antes,pero su importancia ha decreci-do totalmente en una economa moderna.

    La moneda metlica es utilizadapricipalmente como reserva monetaria _q~p'alda los billetes circulantes. Sin embargo, esta funcin tambin tien-de a diluirse, tlUes en los hechos es ms rentable afianzar ese circulante me-diante divisas gue permitan mayor rentabilidad gue el oro o la plata inmovi - . .lizadas. Tiene, tambin, valor numismtico. En nuestro pas, encontramos

    .

    INSTITUCIONES DE DERECHO PRIVADO - OBLIGACIONES

    al argentino oro, moneda metlica, de cuenta creada parla ley 1130 del ao 1881, luego modificada por ley 1354 del ao 1883 (ver infra, 158 Y 167).

    2. Moneda de papel. - Es un billete que emite el Estado cuando ste ga-rantiza al portador una cierta cantidad de_or-Jplat~ _o diytl1.Este tipo de moneda es propia de un esquema de convertibilidad monetaria, pues el Esta-do s~. obliga a entregar en canj~, al portador de cada billete gue as lo reguie-

    E, determinada cantidad de metal precioso o de divisas,~ los casos. Tie-ne curso legal pero no curso forzoso. El actual peso argentino constituye una muestra de esta moneda.

    3. Pal?el moneda. - Se trata tambin de billetes que emite el Estado, p~ro, a diferencia del supuesto anteriort stos carecen de respaldo en metlico o en divisas y no son susceptibles de conversin al@!!a. El valor de esta mo-edi"flducraria depende de la confianza que merezca en la comunidad el Es-tado emisor/_que es quien le otorga curso le~ forzoso.

    Este tipo de moneda es el que de manera universal prevalece en nuestro tiempo. Conviene no incurrir en el error de pensar que el papel moneda en-vilece su valor por carecer de respaldo en divisas o en metlico. El valor de un signo monetario no depende de ello sino de otros parmetros, ms realistas, que transitan por la relacin existente entre la cantidad de circulante y d.~ depsitos bancarios, por un lado, y el conjunto de bienes y servicios por otro. Si el dinero circulante se multiplica -por ej., por va de emisin monetaria descontrolada- sin un adecuado crecimiento de los bienes y servicios que se producen, su valor se diluye y se genera inflacin. E inversamente.

    h) El valor de la moneda. - Cmo se determina el valor de la moneda? La respuesta depende del criterio que se siga a talesfines,.yaque puede ha-blarse de valor intrnseco, de un valor de cambio y de un valor nominal.

    El valor intrnseco es aquel que tiene la moneda por su propio contenido, esto .es, por el metal noble (oro, plata) que la compone. Slo la moneda metli-ca tiene este valor, que no se da en la moneda de papel ni en el p~el monea-a.

    El valor de cambio es el poder que tiene la moneda de adquirir bienes o servicios en el mercado econmico. Este valor asume especial r~lieYe~\U!!l.do se trata de monedas no metlicas y ha dado lugar a cuestiones muy delica-das en pocas de fuerte inflacin .

    La doctrina valorista (ver infra, 162) pone acento en este valor como el que mejor traduce las funciones econmicas de la moneda: si opera una mu-tacin en el valor de cambio de la moneda, ella debe reflejarse en las sumas que se pagan, que siempre deben ser idneas para alcanzarlo .

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    Finalmente, encontramos el valor nominal, que es aquel que le fija nor-mativamente el Estado emisor, con abstraccin d.es'Vai."ord.ecambio, que se plasma en un nmero o cifra que ostenta el billete o la moneda, y que puede ser idntico a la unidad (un peso) o reEresentar un milIijllode esa unidad (dos, cinco, diez, cien) o un submlti:Rlo (cincuenta centavos, diez centavos, cmc centavos). Conforme a esta visin, sustentada por el nominalismo~ ei valor del dinero es aQuel9Q.e le fija el estado nominal!F~nre.. numricamen-te, con prescindencia de su poder adquisitivo. Un peso siempre es igual a un peso. Es el criterio que sigue la Ley de Convertibilidad 23.928.

    158. LA MONEDA ARGENTINA. --,- El sistema monetario Ila moneda ar-gEm.iin~ hllll registr~ant.e..a'lQlucin .

    . La ley monetaria 1130 del ao 1881 cre un sitem,Jrimetalistar,estable~ ciendo como unidad monetaria el peso de oro y el peso de plata, a los q,ue asig-n en su arto 5 curso legal y forzoso en todo el territorio nacional, y ~ptitud para "cancelar todo contrato u obligacin contrada dentro o fuera del Eas y_ que deba ejecutarse en territorio de la Repblica, a no ser que se hubiera es-t~pulado expresamente el'pago en una clase de moneda nacional". - . El sistema previsto por esta ley no tuvo mayor trascendencia, pues nunca se emitieron las monedas de oro y plata que ella creaba.

    Dos aos ms tarde, en 1883, se dict la ley 1354, que puso fin al sistema bimetalista y dispuso que los Bancos de Emisin del Estado slo podrian emi-tir billetes pagaderos en pesos oro. Desapareci, de tal modo, ~peso de plata como_un.i.Md monetaria y continuaron circulando en este perodo monedas enlitidas por distintos bancos nacionalesY:Rrovinciales,_q\l~ en la mayoraAe los casos eran convertibles en oro o en plata.

    En 1885 se dict la ley 1734, que declru:6ia inconvertibilidad monetaria de tO.dos.1o~.bm~t~s_que circulaban en nuestro pas. Esta ley proclam la coexis-tencia de dos monedas de curso legal: el peso oro (ley 1130) el eso a:>el, in-G,on..Y,ertible,y' de curso ega en to o e temtorio nacional.

    Este peso papel fue, durant . .:. . vertible, aunque con algunos perodos de convertibilid;d: entre 1899 (ley 3871) y 1914 (en que sta fue dejada sin efecto, como consecuencia del esta-llido de la Primera Guemi Mundial); entre 1927 y 1929 (en ambos casos, res-tablecida y 'suprimida por decretos del Poder Ejecutivo); 'k finalm~Ilte....e.n poca ms reciente, desde 1991 hasta la fecha, por ley 23.928.

    Debe tenerse en cuenta que, hasta ello de enero de 1970, la unidad mone-taria era e12eso moneda nacional. A partir de esa fecha, fue reemplazado por ~eso ley 18. 188,-cuya equivalencia era de un peso de esa nueva moneda = ,100 :eesos moneda nacional.

    INSTITUCIONES DE DERECHO PRIVADO - OBLIGACIONES 359

    , El'peso ley 18.188 fue luego reemplazado por el peso argentino.1!!~m@tEi decr. 1025/83..-.partir del 1 o de junio de 1983. La paridad era: 1~n: tino = 10.000 pesos ley 18.188.

    El p'eso argentino tuvo una existencia efmera y fue sustituido por el aus-tral, a partir del 15 de junio de 1985 -decr. 1096/85-, sobre la base de: 1 aus-tral = 1.000 pesos argentinos.

    Por ltimo; el decr. 2128/91 estableci, a partir del 1 de enero de 1992, el peso con la siguiente 'paridad: $ 1 = 10.000 australes.

    Represe en este dato: en menos de treinta aos, la enorme inflacin ar-gentina aniquil cuatro unidades monetarias: el peso moneda nacional!., el peso ley' 18.188, el peso argentino y el austraL

    159. LA LEY DE CONVERTIBILIDAD 23.928. AsPECTOS JURIDICOS y ECO-NOMICOS (*). - Fue sancionada e127 de marzo de 1991, en un marco de ~ve crisis poltica, econmica y social. con el objeto de estabilizar la moneda y erradicar la inflacin que haba degradado hasta extremos asombrosos la ~conoma nacional.

    (*) Bibliografa especial

    ALEGRIA, RECTOR - RIVERA, JULIO CEsAR, La ley de convertibilidad, Abeledo - Perrot, Buenos Aires, 1991; AL TERINI, ATILlO A, Desindexacin. El retomo al nominalismo, Abe-ledo - Perrot, Buenos Aires, 1991; BANcmo, ENRIQUE C., "Nominalismo y obligaciones de valor en la ley de convertibilidad", en Convertibilidad del Austral, estudiosjurdicos. Ter-cera serie, Vctor P. deZavala, 1991, p. 93; CASIELLO, JUAN JOSE, en Cdigo Civil y normas complementarias.Anlisis doctrinario y jurisprudencial, A. J. Bueres (dir.) - E. 1. High-, :r " ton (coord.), comentario a los artculos 616 a 624, Rarnmurabi, Buenos Aires, 1998, t. 2A; i;-:. :,; dem, El fin de la indexacin?,LL, 1991-C-I039; BORDA, GUILLERMO A., Las deudas de va~, \,:v :_" lor y la ley 23.928, LL, 1993-A-857; BUSTAMANTE ALSINA, JORGE, Las obligaciones de dar' ,; ," sumas de dinero despus de la ley 23: 928, LL, 1991-C-I027; dem, fleflexiones en torno de la le 23.928 llamada de Convertibilidad del Austral ED 143-858' COMPAGNUCCI DE CA-SO, RUBEN, "Ley de convertibilidad y nominalismo", en Convertibilidad del Austral, estu-diosjurdicos. Tercera serie, Vctor P. de Zavala, Buenos Aires, 1991, p.127; dem,Apro-psito de la ley de convertibilidad del austral, LL, 1991-C-991; GHERSI, CARLOS A, La ley de convertibilidad: el final de la creacin del dinero judicial, JA, 1991-IV-706; LOPEZ CA-BANA, ROBERTO M., Ley de convertibilidad y contratacin de locaciones en moneda extran-jera, LL, 1992-A-678; dem, "La convertibilidad de la nueva moneda nacional. N ominalis-mo. Desindexacin, curso legal y forzoso. Prospectiva", en Derecho de daos. Segunda parte, homenaje a Flix Trigo Represas, Kemelmajer de Carlucci - Parellada (dirs.), La Rocca, Buenos Aires, 1993, p. 423; MOISSETDE ESPANES, Lms (coord.), Convertibilidad del austral, 4 vols., Vctor P. de Zavala, Buenos Aires, 1991; dem, "La ley de convertibilidad. Su estudio en el Congreso de la Nacin (segunda parte)", en Convertibilidad del Austral.

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    RAMON D. PIZARRO - CARLOS G. V ALLESPINOS

    La ley 23.928 se estructura en base a ciertas premisas bsicas que confor-man un sistema que, hasta el presente, ha dado resultados positivos desde el punto de vista econmico, sin que ello importe desconocer el alto costo social gue han debido soportar algunos sectores d la poblacin.

    Veamos cules son los grandes lineamientos del sistema:

    a) En su arto 1 declara la convertibilidad del austral con el dlar de los Estados Unidos de Norteamrica, a partir del 1 de abril de 1991, a una rela-cin de paridad de diez mil australes por cada dlar, para la venta. Se cansa-

    _ gra, de tal modo, un cambio legal fijo en base a una moneda extranjera [MOIS-SET DE ESPANES, A. ALTERINI]. Esto es importante pues la modificacin de dicha relacin slo puede ser efectuada por ley.

    En el arto 12, se considera al austra convertible como una nueva moneda respecto de la existente antes de la ley 23.928 y, para facilitar dicha diferen~ ciacin, faculta al Poder Ejecutivo nacional para reemplazar en el futuro la denominacin y expresin numrica del austral. Fruto de ese cambio, dis-puesto por decr. 2128/91, es el actual p'eso, que representa diez mil australes convertibles.

    Nuestra moneda queda anclada al dlar estadounidense, con todo el ries-go de variaciones que esa moneda pueda experimentar en su valor.

    b) El Banco Central de la Repblica Argentina se compromete a vender las divisas que le sean requeridas para operaciones de conversin a la rela-cin de paridad antes indicada: 1 peso - 1 dlar estadounjdense

    Estudiosjurdicos. Tercera serie, Vctor P. de Zavala, Buenos Aires, 1991,p. 9y SS.; dem, "Aspectos econmicos y jurdicos de la ley de convertibilidad", en Convertibilidad delAus-tral, estudios jurdicos. Segunda serie, Vctor P.de Zavala, Buenos Aires, 1991, p. 7; dem, Ley de convertibilidad. Su estudio en el Congreso de la Nacin, JA, 1991-1I1-824; dem, Ley de convertibilidad. Su estudio en-el Congreso de la Nacin. Conclusin, JA, 1991 -1II-872; dem, Ley de convertibilidad: determinacin del precio y clusulas de esta-bilizacin, JA, 1991 -N-775; MORELLO, AUGUSTO M. - MORELLO, LISANDRO A., Ley de con-vertibilidad. Sentencia. Cosajuzgada, JA, 1991-III -90; TRIGO REpRlj:SAS, FELIX A., UN omi-nalismo, prohibicin de actualizar y desindexacin en la ley 23.928", en Convertibilidad del Austral, estudiosjurdicos. Segunda serie, Vctor P. de Zavala, Buenos Aires, 1991, p. 220; dem, Congelamiento y desindexacin de deudas en la ley de convertibilidad del aus-tral, LL, 1991-C-1069; SAGES, NESTOR P., Discusin constitucional sobre la prohibicin legal de indexar,LL, 1992-B-1174; VlTOLO, DANIEL R., Ley de convertibilidad 23.928y sus efectos sobre las relaciones jurdicas, Ad-Hoc, Buenos Aires, 1991; dem, Nominalismo y valorismo: valor jurdico y econmico de la moneda, JA, 1991-1-939; WAYAR, ERNESTO C., "La convertibilidad del austral y las obligaciones de dinero", en Convertibilidad del Aus-tral, estudiosjurdicos. Primera serie, Vctor P. de Zavala, Buenos Aires, 1991, p. 201.

    ES DE DERECHO PR - OBLIGACIONES

    El Estado asegura (y est obligado a ello) que entregar a quien lo solicite dlares al precio legal predeterminado. Y que esos pesos que ingresen a sus arcas como consecuencia de la conversin sern retirados de circulacin.

    c) Del mismo modo, el Banco Central puede comprar divisas a precios de mercado, con sus propios recursos, por cuenta y orden del Gobierno Nacional o emitiendo los pesos necesarios a tales fines. Remarcamos Q.ue el Estado na-donal est obligado a vender dlares a llD cambjo fijo No a comprarlos pue-de hacer esto ltimo, mas no est constreido a ello.

    d) Se garantiza que en todo momento las reservas de libre disponibilida~ del Banco Central en oro y divisas extranjeras, sern equivalentes a, por lo menos, el ciento por ciento de la base monetaria. Para el caso de que las re~ servas se mviertan en depsitos, en otras operaciones a inters o en'ttulos pblicos nacionales o extranjeros, ~u cmputo a los fines de esta ley se reali-zar por valores de mercado (art. 4).

    La base monetaria est constituida por la circulacin monetaria ms los depsitos a la vista de las entidades financieras en el BCRA, en cuenta co-rriente o cuentas especiales.

    e) Los bienes que integran las reservas son inembargables y slo pe den aplicarse a los fines previstos por la ley (art. 6). Este esquema se completa con otras premisas bsicas que emergen del sistema implementado:

    f> El compromiso del Estado de llevar adelante una poltica frrea en lo que hace al control de la emisin monetaria, la cual debe a 'ustarse estricta-men e a los parametros e la convertibilidad antes indicados ..

    g) La necesidad de alcanzar equilibrio presupuestario, mejorando la re-caudaclOn y reduciendo correlativamente el gasto pblico.

    h) Desde una perspectiva estrictamente econmica, la convertibilidad implica tomar de hecho al dlar estadounidense, indirectamente, como mo-neda. Los pesos se presentan, desde tal perspectiva, como vales a los que el Banco Central se compromete a cambiar por dlares, que para algunos eco-nomistas sera la moneda verdadera. Esto da sustento a la idea d que la eco-noma argentina, aun teniendo formalmente su moneda, est en los hechos virtualmente dolarizada. Si hoy el BCRA dijera que no tiene en sus reservas un dlar por cada peso en circulacin, ello importara el certificado de defun-cin del peso.

    Lo expresado anteriormente asume mayor relieve si se tiene en cuenta que, bajo un esquema de convertibilidad riguroso, como el nuestro, el Esta-

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    do tiene muy limitadas las facultades para hacer poltica monetaria. Esto es tan as que, si se decidiera en algn momento utilizar directamente el dlar y hacer desaparecer el peso, el Estado no sacrificara su autonoma para ha-cer poltica monetaria, porque de hecho hoy la tiene muy restringida.

    Desde una perspectiva econmica y tambin jurdica anticipamos dos no-~as salientes que presenta la Ley de Convertibilidad:

    a) La consagracin rgida del principio nominalista.

    b) La prohibicin de los mecanismos de actualizacin monetaria o repo-tenciacin de deudas, legales, judiciales y convencionales a partir del da 10 de abril de 1991 (arts. 90 y 10).

    De ambos nos ocuparemos con detenimiento ms adelante.

    160. SINTESIS DEL SISTEMA MONETARIO ARGENTINO. - N os ocuparemos del tema con detenimiento in/ra, en el 167, adonde remitimos, aclarando solamente que en el actual sistema argentino coexisten:

    a) El peso (decr. 2128/91), que reemplaz al austral convertible. Es una moneda de papel, convertible, que tiene curso legal y carece de curso

    . forzoso.

    b) El peso oro de la ley 1130, del ue slo se han acuado el llamado "ar-gentino oro" ( e cinco pesos oro) y el "medio argentino oro" (de dos pe-sos y medio oro), Dicha ley no ha sido derogada por la ley 23.928, por lo que formalmente subsisten esas monedas metlicas, quena circulan y slo son utilizadas como unidades de cuenta en supuestos muyespec-ficos. El Cdigo Aeronutico (ley 17.285, arts. 144 y 145) y la Ley Ge-neral de la Navegacin (ley 20.094, arts. 175, 331 Y 337) fij an enargen-tinos orolos topes indemnizatorios para la responsabilidad del trans-portador. -

    161. LAINFLACIONYELPAPELMONED4. -Es importante tener en cuen-ta los efectos que la inflacin produce en el papel moneda y en la economa.

    a) Qu es la inflacin. - La inflacin es el aumento sostenido del nivel general de precios. Se entiende por nivel general de precios" ... la media pon-derada de los bienes y servicios de una economa" [SAMUELSON}, que se tradu-ce en ndices de precios elaborados en funcin de ciertos parmetros espec-ficos. La flacin se caracteriza por la abundancia general y excesiva del cir-c1ante monetario.

    INSTITUCIONES DE DERECHO PRIVADO - OBLIGACIONES 363

    La deflain es lo contrario a la inflacin: ella se produce cuando opera ~ descenso sostenido en el nivel general de los precios. Se caracteriza por una fuerte contraccin en los medios de pago en circulacin.

    Es un hecho econmico menos frecuente, que se ha dado ocasionalmente tanto en pases desarrollados cuanto en vas de desarrollo, sobre todo en po-cas de depresin econmica.

    No es ste'el momento oportuno para indagar en profundidad sobre el fe-nmeno en extremo pernicioso que es la inflacin, que asol a la economa nacional durante buena parte del siglo XX.

    Nos limitaremos a sealar que, entre las causas ms importantes que contribuyen a generarla, se encuentran: .

    1. La emisin de moneda por parte del Estado, para financiar un gasto pblico descontrolado, no acompaada de un correlativo y proporcio-nado incremento en la produccin de bienes y servicios,

    2. El aumento excesivo de la demanda de bienes y servicios, no seguida de' una oferta correlativa que permita equilibrarla a valores constantes.

    3, El incremento de costes de produccin de ciertas actividades que ter-minan reflejndose en los precios de mercado por va de una perturba-cin en la oferta, Entre los factores que producen inflacin en los cos-tes de oferta, se mencionanlas cargas laborales y tributarias excesi-vas, las incidencias del seguro, las indemnizaciones por daos que po-tencialmente puedan abonarse como consecuencia de la actividad des-plegada, las fluctuaciones relevantes de los insumas, etctera.

    4. La:s expectativas inflacionarias, componente psicolgico social de ex-/ trema luportancia en pases asolados por este tipo de fenmeno, qu~ t;:: actan como un motor que aliInenta laescalada de precios. . ,

    b) Clases de inflacin. - Desde una pe~spectiva econmica, se proclama . la existencia de distintos tipos de inflacin. Teniende en cuenta sus posibles grados de intensidad, con cierta abstraccin y generalidad, la inflacin pue-de ser moderada, galopante o alcanzar niveles de hiperinflacin.

    Se habla de una inflaci4n moderada para describir los aumentos lentos y predecibles en los precios, cuyas tasas anuales no superan un dgito. Dentro de este contexto, que prevalece en la inmensa mayora de los pases desarro-llados, es fcil predecir que el pblico confa en el valor de la moneda y e!3t dispuesto a realizar operaciones a largo plazo. La tasa de inflacin previsi-ble es incorporada, de tal modo, en el precio en aquellos contratos que proyec-tan sus efectos en el tiempo. .

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    RAMON D. PIZARRO - CARLOS G. V ALLESPINOS

    Una inflacin previsible, estable, tendencial (esto ltimo significa que se mantiene la misma tasa hasta que los acontecimientos econmicos laalte-ren) y muy moderada es, inclusive, con~iderada por importantes economis-tas como ventajosa y conveniente para alcanzar adecuados niveles de expan-sin, pues un nivel de precios levemente ascendente crea un clima mejor pa-ra el crecimiento econmico.

    La inflacin es galopante cuando trepa a niveles cuantitativos ms signi-ficativos,de dos.dgitos por ao. La Argentina sufri este flagelo particular-mente desde mediados de la dcada del setenta hasta 1991. Las mismas se-cuelas han sido padecidas por casi todos los pases latinoamericanos, parti-cularmente Brasil. La inflacin galopante se arraiga estructuralmente en a economa y produce graves distorsiones, ante la literal claudicacin de la moneda respecto de sus funciones ms relevantes.

    La gente no cree en su dinero y acude a pautas de indexacin en los con-tratos o a otros cartabones ms seguros y confiables, como por ejemplo, la .deuda en moneda extranjera. "En est~s circunstancias, dice Samuelson, el dinero pierde su valor muy deprisa, por lo que el pblico no tiene ms que la cantidad de dinero mnima indispensable para realizar las transacciones diarias. Los mercados financieros desaparecen. La poblacin acapara bie-nes; compra viviendas y nunca jams presta dinero a unos tipos de inters nominillmente bajo".

    Finalmente, encontramos a una vieja conocida: la hiperinflacin, en don-de los ndices de precios alcanzan los tres dgitos por ao o ms y llegan, a ve-ces, a extremos inimaginables, en algunos casos al milln por ciento, provo-cando consecuencias desastrosas econmica y socialmente. Tallo que suce-di en Alemania en la dcada del veinte, donde entre enero de 1922 y noviem-bre de 1923, el ndice de precios pas de 1 a 10.000.000.000; y, en menor me-

    . dida, en nuestro pas, en la segunda mitad de la dcada del ochenta y a co-mienzos de la del noventa.

    Teniendo en cuenta la mayor o menorprevisibilidad de la inflacin y de los niveles inflacionarios, se habla de una inflacin previsible e imprevisible. La primera es aquella que es dable esperar conforme a la realidad que vive un pas dentro de un contexto histrico detetminado. En algn momento se la denomin estructural. La segunda, en cambio, como su nombre lo indica, es aquella que excede la aptitud normal de previsin y se traduce en valores su-periores a los que razonablemente podran esperarse. Fue tambin denomi-nada coyuntural.

    c) Los efectos econmicos de la inflacin. - Los fenmenos inflacionac rios acentuados presentan efectos econmicos altamente negativos:

    INSTITUCIONES DE DERECHO PRIVADO - OBLIGACIONES 365

    1. La demanda real de dinero, qu~ surge de dividir el circulante por el ni-vel de precios, decrece radicalmente. La gente se desespera por librar-se del dinero, consciente de que a cada hora vale menos.

    2. Los precios se vuelven muy inestables; lo que incide nefastamente en los que dependen de ingresos fijos y que son los ms castigados por es-te fenmeno, en razn de la erosin de sus salarios.

    3. La inflacin produce un efecto pernicioso pues, cuando es imprevista, redistribuye la riqueza de los acreedores a favor de los deudores, favo-reciendo a quienes han pedido prestado dinero y perjudicando a aque-llos que lo han prestado. Esa reduccin genera secuelas negativas, econmica y socialmente, ya que diluye la renta y los activos yredistri-buye aleatoriamente la riqueza entre la poblacin sin producir ningn efecto significativo en un grupo especfico.

    4. Degrada la economa real en dos mbitos fundamentales: la produc-cin y la eficiencia econmica, pues provoca una fuerte distorsin en los precios, imposibilitando una valoracin adecuada de los indicado-res econmicos. En una economa de baja inflacin, por ejemplo, si su-be el precio de un bien en el mercado, tanto los compradores como los vendedores pueden saber que han cambiado las condiciones de oferta y demanda y reaccionar en funcin de ello. Ese fenmeno se complica sensiblemente cuando se trata de una eco-noma inflacionaria, donde es difcil distinguir si la variacin de pre-cios obedece a factores de mercado (oferta y demanda) o a las secuelas de la inflacin, o a ambos.

    d) Efectosjurdicos de la inflacin. - La inflacin produce importantes efectos en el plano de las relaciones jurdicas.

    1. La inflacin y el dinero. - La inflacin tiene consecuencias igualmen-te graves desde una perspectiva netamente jurdica, pues afecta en forma grave (o lisa y llanamente destruye) las principales funciones del dinero: ser unidad de cuenta, instrumento de cambio e instrumento de pago. No sirve como medida de valor de bienes pues, por su propia inestabilidad, se convier-te en un metro cada vez ms corto al que los particulares miran con descon-fianza a la hora de contratar [VALLET DE GOYTISOLO, MOISSET DE ESPANES}.

    Tampoco es til como instrumento de cambio pues, como fruto de su envi-lecimiento, no satisface las exigencias mnimas que debera reunir para el intercambio equitativo, que presupone un valor constante de aquello que se entrega a cambio de un bien o de un servicio.

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    Las secuelas negativas tenninan proyectndose -lgicamente- a la pro-pia aptitud de la moneda como instrumento de pago, ya que los ciudadanos re-huyen de ella y buscan otras monedas ms estables, seguras, que permitan una mejor adecuacin entre lo debido y lo pagado, entre aquello que fue que-rido por las partes y lo que es motivo de cumplimiento.

    Es, precisamente, a partir de este dato que comienzan a plantearse los pro-blemas ms delicados en pocas de alta inflacin y que se relacionan, directa-mente, con la extensin de las obligaciones de dar dinero cuando sobreviene prdida del poder adquisitivo de la moneda entre el momento en que aqulla nace y el de pago.

    Dos doctrinas tienden a dar respuestas distintas a esta cuestin: el nomi-nalismo y el vaiorismo. De ellas nos ocupamos seguidamente.

    2. Desvalorizacin monetaria y depreciacin monetaria. - Conviene no conf1IDClir ambos conceptos que son utlhzados de manera indistinta.

    La de reciacin monetaria es un fenmeno estrictamente econmico ue se traduce en la prdida de poder adquisitivo e la moneda en el mercado de cambios o de bienes. o en ambos.

    La desvalorizacin monetaria, en cambio. requiere de un acto legislativo qJle establece una relacin de cambjo entre las divisas extranjeras y la uni-dad monetaria en un nivel jnferior al que tena hasta ese momento.

    Estas dos situaciones diferenciables, producen, empero, similares efectos econmicos y jurdicos.

    162. LA EXTENSION DE LAS OBLIGACIONES DE DAR DINERO CUANDO SO-BREVIENE ALTERACION EN EL PODER ADQUISITIVO DE LA MONEDA. N OMINALIS-MO y VALORISMO. - Se controvierte cul debe ser la extensin de una deuda 'de dinero, cuando se altera el valor adquisitivo de la moneda en el intervalo que transcurre entre el momento en que la obligacin es exigible yla fecha prevista para el pago. . .

    Encontramos dos conce ciones enfrenta en es: e nornma smo y el valrismo.

    Antes de ingresar al anlisis de cada una de ellas, conviene sealar que el tema presenta inters slo cuando opera un cambio en el poder adquisitivo de la moneda. No dndose tal presupuesto y existiendo, por ende, inalterabi-lidad de su valor, ambas doctrinas conducen por distinto camino a similares resultados. De tal modo, si debemos pagar cien pesos dentro de un ao y, du-rante el lapso que transcUrre hasta el vencimiento, no opera cambio alguno en el valor de la moneda, un nominalista nos dir que se debe abonar la su-

    ~. ;;]'. '\~r ~,.: ,", ! I . !

    INSTITUCIONES DE DERECHO PRIVADO - OBLIGACIONES 367

    ma nominalmente debida (con total prescindencia de su poder adquisitivo), o sea, la suma de cien pesos. Un valorista, en cambio, afirmar que lo que de-be entregarse al momento del pago es la cantidad de unidades monetarias idneas para alcanzar el poder adquisitivo que tenan los cien pesos al mo-mento de cqntraerse la obligacin. Pero como ese valor no ha cambiado, el . deudor se liberar entregando los cien pesos. .

    Habiendo estabilidad monetaria, nominalismo y valorismo conducen al mismo resultado [MOISSET DE ESPANES, PIZARRO, VALLESPINOS].

    a) El principio nominalista. - El principio nominalista, en sentido am-plio; es aquel que otorga relevancia jurdica al valor nominal del dinero. Ms

    ',especficamente. es la regla segn la cual la obligacin pecuniaria se extin-gue de conformidad con su importe nominal. Una unidad monetaria es siem-pre igual a s misma (un peso es siempre igual a un peso!.

    Conforme a ella, el dinero que emite el Estado tiene el valor nominal que ste le fija, con total prescindencia de su mayor o menor poder adquisitivo, que es algo contingente y secundario. A mrito de lo expresado, el deudor de-be una suma nominal de dinero y se libera entregando dicha suma, cualquie-ra sea la fluctuacin del poder adquisitivo de la misma. El riesgo de prdida de poder adquisitivo de la moneda pesa sobre el acreedor, quien tambin se beneficia en caso de incremento, del valor de la moneda.

    Opera. de tal modo. una suerte de ficcin legal. que establece una presun-cin que no admite prueba en contrarjo respecto a la identidad del valor de las unidades monetarias en pocas diferentes fHIRSCHBERG1.

    1. Noticia .histr.ica. - El nominalismo naci como reaccin frente a l~~.'~" . concepcin metaJlsta del dinero y su desenvolvimiento se dio a travs de Hr/:,,:,~) j historia en divrsas pocas. Ya en Roma se esbozaron rudientanan1entd~'f;J J' las bases del sistema, entendiendo, dentro de un esquema metalista, que la' . " moneda era una unidad de cuent o perla auLotidad del -' go ernante.

    La concepcin nominalista ha estado ligada estrechamente a momentos histricos en los cuales el poder absolutista del gobernante se materializaba a travs de una moneda acuada y se impona por fuerza de su autoridad, ms que por factores econmicos y la aquiescencia del pueblo.

    En 1564, Carolus Molineus (tambin conocido como Charles Dumoulin) sent las bases del nominalismo moderno. Para l, deban tomarse en cuen-ta las dos tensiones que toda moneda apareja: su composicin material y el valor que le impone la autoridad. Propici, de tal modo, una equiparacin de

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    " valores, que deba ser eficaz y durable: el valor intrnseco deba corresponder con el extrnse"co. Y en caso de discordancia, prevalecer siempre este ltimo.

    La proclamacin del Estado nacional en Francia acogi estas ideas, que llevaron a' concebir a la moneda como creain exdusivamente estatal; la moneda como unidad ideal, inalterable en su valor nominal, cualesquiera fueren las fluctuaciones de su contenido intrnseco. El objeto de la deuda se determinaba en funcin de dicho valor nominal.

    El mismo fenmeno se desarroll en Inglaterra, como resultado de la uni-ficacin que llevaron a cabo los Tudor, y se consolid en poca de la reina Isa-bel. En cambio, en Italia y Alemania, dispersas en distintos reinos, recin se consagr mucho ms tarde, ya avanzado el siglo XVIII.

    " Pothier fue la figura ms relevante que defendi esta doctrina. El CdiO'o de N apolen consagr el principio nominalista y su influencia

    decisiva s; proyect al Cdigo italiano de 1865 y a todas las legislaciones de la poca. A partir de la segunda mitad del si~lo X!~, el no~inalismo se. ex-

    'pandi notablemente y alcanz plena, cons'ohdaclOn a comIenzos del SIglo XX. Hoy lo aceptan todos los cdigos modernos.

    Tanto los representantes del Estado decimonnico como despus la socie-dad industrial, lo acogieron con agrado, no slo por su sencillez y porque per-mite robustecerla autoridad estatal, sino por la proteccin que en el mismo encuentran los grandes deudores, que por lo general son los empresarios ms poderosos y el propio Estado."

    Despus de la Primera Guerra Mundial, el nominalismo alcanz carcter todava ms absoluto, pues el comunismo, el fascismo y el nazismo lo impu-sieron en sus monedas nacionales, procurando hacer frente a las grandes al-teraciones monetarias del mundo capitalista, fruto de la gigantesca infla-cin alemana, en el ao 1924, y de la depresin mundial en 1930. " A travs del nominalismo se procur mantener artificialmente una disci-plina econmica frrea.

    El nominalismo monetario contemporneo encuentra en Nussbaum y en Ascarelli a dos de sus figuras ms prestigiosas.

    Adems del Cdigo de Francia (art. 1895), consagran el principio nomina-lista, entre otros, el Cdigo Federal (art. 84) yel de las Obligaciones (art. 104) en Suiza; el Cdigo austraco (arts. 987 y 988), el italiano de 1942 (art. 1277), el portugus de 1966 (art. 550) y la ley monetaria alemana de 1948. En Lati-noamrica, siguen este criterio los cdigos de Chile (art. 2199), Uruguay (art. 2199), Bolivia (art. 404), Paraguay de 1988 (art. 474) y Per de 1984 (art. 1234). Es tambin el criterio que impera en el Common Law y el que prevalece largamente en el derecho internacional privado.

    INSTITUCIONES DE DERECHO PRIVADO OBliGACIONES 369

    2. Variantes. - El nominalismo tiene hoy dos posibles variantes,a saber: La primera, de carcter relativo, que lo recepta de modo general, pero permi-te su apartamiento mediante la insercin, convencional o legal, de mecanis-mos de ajuste. Tal es la solucin que impera en la mayor parte de los pases OCCIdentales (Espaa, Italia, Francia, Portugal, Brasil, Chile y, segn mu-cllos, laAIgentina antes de la ley 23.928).

    La segunda, conforme a la cual el nominalismo es absoluto, inderogable por la voluntad de las partes e imperativo. Un sistema en donde el orden p-blico cierra las puertas a todo apartamiento por va legislativa, judicial o convencional. Es el caso de Alemania y, nos parece, de la Argentina luego de ' la Ley de Convertibilidad 23.928.

    Reflexionando sobre este tema, ha dicho con razn Bonet Correa: "Una " postura como sta -la absoluta, no apoyada en ningn patrn oro o' cual-quier otro valor real- slo pueden permitrsela aquellos pueblos que, cons-cientes del compromiso y responsabilidad que inician con su postura exclusi-vamente fiduciaria, por su laboriosidad y organizacin social, obtienen un potencial econmico e industrial a corto plazo, ya que, en definitiva, el dine-ro no es ms que un bien simblico que responde a unas funciones instrumen-tales de medida, cambio y pago, como de acumulacin de valor,eapaz d~ lo-grar bienes y riquezas reales. Por el contrario, cuando los poderes pblicos de un Estado son los primeros en vulnerar el compromiso de valoracin nominal de su moneda, sin lograr la correspondiente contrapartida en la produccin de riqueza, contribuyendo a la inflacin o no atajndola, el dinero deja de res-ponder al compromiso de mantener el valor contrado ante sus sbditos yan-te el concierto internacional en sus relaciones con los dems pueblos".

    :J. Ventajas e inconvenientes del principio nominalista. - La sencillez es el principal aliado del nominalismo: al deberse una suma nominal, es posi-ble determinar con precisin cunto se debe, lo que facilita enormemente el clculo comercial y sus proyecciones contables. Brinda, por ende, seguridad tanto al acreedor como al deudor.

    Tambin permite que el Estado, a travs de su poltica monetaria, influya en la inflacin o la deflacin.

    Estas bondades del sistema nominalista son indiscutibles, particular-mente cuando los niveles inflacionarios son tolerables.

    Sin embargo, cuando la moneda pierde poder adquisitivo vertiginosa-mente, como ha ocurrido entre nosotros durante largos aos, el nominalismo devene insuficiente e injusto, pues en su nombre termina expolindose a los acreedores injustificadamente.

    24 - OBUGACIONES 1

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    b) El valorismo. Conforme a la doctrina valorista, la extensin de las ' obligaciones dinerarias no se determina por su valor nominal, sino en fun-cin del poder adquisitivo de la moneda. Lo relevante no es la cantidad nomi-nal ;ideudada, sino el valor comprometido que, en caso de prdida de podex: adquisitivo de la moneda, debe ser representado por las sumas nominales que sean menester para alcanzarlo.

    Esta corriente se desarroll principalmente durante el siglo XIX y encon-tr en Savigny a uno de sus ms relevantes expositores. Para l, el dinero no es sino un poder adquisitivo abstracto, razn por la cual no tiene ms valor que aquel que consigue imponer y que es resultante de un conjunto de facto-res econmlcos ue trasuntan el estado del as corres ondiente,

    A . erencia del nominalismo, que ha tenido vigencia casi universal, elva-lorismo alcanz consagracin normativa ms efmeramente, en ciertas le-gislaciones, sobre todo en pocas de muy graves crisis econmicas, tallo su-cedido en Alemania despus de las dos guerras mundiales. Sin embargo, una vez superado el problema que dio origen a las hiperinflaciones, se retorn al principio nominalista.

    Algq similar, aunque provocado por circunstancias menos dramticas, sucedi en casi toda Amrica Latina -la Argentina, Brasil, Uruguay, Chi-le- en donde, por va legislativa o judicial, se recepcion un valorismo am-plio, orientado a mitigar las graves secuelas inflacionarias padecidas en la mayor parte de los pases desde 1970 en adelante.

    Frente a un fenmeno inflacionario, que repercute en igual forma sobre el poder adquisitivo de la moneda, el valorismo se presenta como la va ms jus-ta y adecm~da de medir la extensin de las deudas dinerarias. Cuando los ni-veles inflacionarios decrecen y se sitan en trminos tolerables, ya no se jus-tifica mantenerlo y, en tales circunstancias, el rgimen nominalista se pre-'senta como ms adecuado; sencillo y cmodo.

    c) Lacuesti' lidad 23.928: una polmica superada. - Antes de la sancin de la Ley de Convertibilidad 23.928, se discuti acerbadamente en nuestra doctrina si el Cdigo Civil se haba inclinado por alguna de dichas doctrinas. Hoy la polmi-catiEme un valor de antecedente, pues ha quedado definitivamente superada luego de la ley 23.928.

    . Para la doctrina mayoritaria, .el Cdigo consagraba el principio nomina-lista, el que era inferido fundamentalmente del texto del arto 619 (el deudor "cumple" dando "la especie designada") y de su nota en la que se citaba el arto 1895 del Cdigo francs, que es tributario inequvoco de esas ideas.

    INSTITUCIONES DE DERECHO PRIVADO - OBLIGACIONES 371

    Para otros autores, en cambio, el Cdigo Civil adoptaba el sistema valoris-ta, el cual era inferido, tambin, del arto 619, ltima parte, en cuanto habla-ba de que el deudor cumpla dando la especie designacla " ... u otra especie de moneda nacional al cambio que corra en el lugar el da de vencimiento de la obligacin". Quienes participaban de estas ideas invocaban que, en la lti~ . ma parte de la nota a ese artculo, V lez Srsfield anticipaba su opinin en el sentido de que; si hubieran de alterar los valores intrnsecos de las monedas, l se inclinara por la solucin dei Cdigo de Austria, en el cual se propiciaba la revaluacin amplia.

    Estaban, finalmente, quienes, como nosotros, pensaban que el Cdigo ha-ba regulado esta cuestin teniendo en cuenta una moneda de contenido in-trnseco, muy distinta de los papeles que circularon durante la dcada del se-tenta y del ochenta; respecto a los cuales se gest toda esta controversia. Den-tro de ese orden de ideas, sostenamos que nuestro Cdigo no era nominalis-ta; que el codificador no se haba planteado, por la propia naturaleza del tipo de moneda adoptada, la posible fluctuacin en su valor; y que, en caso de ope-rar sta, sus textos daban pie para sostener una revaluacin amplia [MOISSET . DE ESPANES, PIZARRO, VALLESPINos].

    Toda esta polmica, que consumi ros de tinta entre 1975 y 1991, ha que-dado superada con la sancin de laJey 23.928, que consagra el principio no-minalista en forma rgida e inequvoca.

    d) La Le de Convertibilidad 23.928: rece cin normativa del principio nominalista. ~ La solucin normativa no deja margen para la u a. ,

    El arto 7de la ley. dispone que: "El deuc/.or de una obligacin de dar una su-,.: /. '" ', '. _ . ' ma determinada d australes, cumple su obligacin dando el da de su venci- :,'.1; .. ; 5 miento la cantidad nominalmente expresada".Y agrega: "En ningn caso se !'~-l"' ; "" J admitir la actualizacin monetaria, indexacin por precios, variacin de " costos o re otenciaci' n ,

    . del deudor, con posterioridad al ZO del mes de abril de 1991, en que entra en vi-gencia la convertibilidad del austral ... ". Los arts. 8 y 10 contienen disposi-ciones que reafirman dicha regla.

    Al mismo tiempo, la: ley 23 .928 modific el arto 619 del Cd. Civil en estos trminos: "Si la obligacin del deudor fuese de entregar una suma de determi-nada especie o calidad de moneda; cumple la obligacin dando la especie de-signada, el da de su vencimiento",

    El mensaje de elevacin de la ley al Congreso nacional afirma que se pro-cura "asegurar el poder cancelatorio de la moneda nacional o extranjera, de-bilitado y perturbado en el pasado por la desaparicin del nominalismo. Se

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    372 RAMOND.PIZ

    trata de una vuelta a las fuentes, a la sensatez jurdica y econmica". Como se advierte, un nominalismo absoluto que "no contiene ambigedades en cuanto a su orientacin" [A. ALTERlNI].

    163. OBUGACIONES DINERARIAS y OBUGACIONES DE VALOR. - Desde fi-nales de la dcada del veinte, los juristas han distinguido entre "obligaciones dinerarias" y "obligaciones de valor".

    Son obligaciones dinerarias (o pecuniarias) aquellas cuyo objeto es la en-trega de una suma de dinero. Se afirma que la obligacin es dineraria cuan-do desde su mismo nacimiento tiene por objeto un monto determinado de di-nero. Se debe dinero y se paga con dinero porque f!SO es lo debido. El dinero e~t in obligatione (porque es lo que se debe) e in solutione (porque con l paga la deuda). Como ejemplo de obligacin dineraria, se menciona la deuda por el precio en la compraventa [LLAMBIAS], las relativas a seguros, rentas vitali-cias, la restitucin de pagos indebidos de sumas de dinero, la proveniente de ttulos valores como el pagar, el cheque o la letra de cambio; la instrumen-tada en obligaciones negociables, etctera ..

    ~a deuda de valor es aquella que tiene por objeto un valor abstracto o una utilidad, constituido por bienes, que habr de medirse necesariamente en di-

    .. nero en el momento del pago [MOISSET DE ESPANES, PIZARRO, VALLESPINOS].).,Q adeudado no es una suma de dinero sino un valor, que necesariamente habr de mediree en dinero, en el momento del pago, dicen algunos, o cuando se practique la liquidacin (convencional o judicial) de la deuda y se la traduzca ~llma d!(dinero, segn otros. .

    Como ejemplos de obligaciones "de valor se mencionan la indemnizacin de daos y perjuicios, tanto en la responsabilidad por incumplimiento obli-gacional (contractual) como en la que deriva de hechos ilcitos en sentido es-tricto (extracontractual); la obligacin proveniente del enriquecimiento sin causa; la indemnizacin por expropiacin; la deuda de medianera; la obliga-cin de alimentos; las recompensas en la sociedad conyugal; la obligacin de colacionar; etctera.

    Insistimos en que en estas obligaciones lo adeudado es.un valor -y no una suma dedinero-, slo que ese valor deber necesariamente traducirse en una suma de dinero, ulteriormente, al tiempo del pago. El dinero no aparece en estas deudas in obligatione (lo debido no es dinero sino un valor) sino in solutione (dicho valor debe traducirse en dinero y pagarse en dinero). Se de-be un valor pero se paga en dinero. .

    Represe en las proyecciones que tiene la mentada distincin: dentro de un contexto nominalista, la deuda dineraria debe ser insensible a las oscila- .

    ciones del poder adquisitivo de la moneda,pues el deudor se libera satisfa-ciendo la suma nominalmente adeudada, con prescindencia de toda fluctua-cin en el valor de cambio de la moneda. Dicho de otra manera: la deuda di-neraria est alcanzada por el principio nominalista y es insusceptible de rea-juste alguno.

    En cambio, siempre dentro de ese contexto, la obligacin de valor perma-nece al margen del nominalismo, por cuanto lo que se debe no es dinero, sino un valor que, aunque termine traducindose en dinero, permitir siempre la actualizacin que sea pertinente hasta alcanzarlo y representarlo por medio de una suma de dinero. ,

    Segn una muy autorizada corriente, una vez que el importe de la obliga-cin de valor es determinado en una sentencia, o liquidado convencionalmen~. te, la obligacin de valor se convertira en dineraria y, a partir de ese momen-to, quedara alcanzada por el principio nominalista, devengando slo intere-ses, sin posibilidad alguna de actualizacin [LLAMBIAS, RIVERA, ALEGRIA]. Di-sentimos con esa interpretacin. Rechazamos de plano que opere tal muta-cin objetiva. La deuda de valor nace como tal y mantiene su condicin hasta el momento mismo del pago. La liquidacin judicial o convencional que pue-da efectuarse nada agrega o quita a esa conclusin: siempre subsistir como deuda de valor, con todo lo que ello significa, hasta el momento e~ que opere el pago [MOISSET DE ESPANES].

    a) Carcter de la distincin. La cuestin antes de la Ley de Convertibili-dad 23.928. - Existe entre ambas categoras una distincin ontolgica? Tienen ellas distinta naturaleza y requieren, por ende, de un diferente r-gimen normativo?

    El tema fue largamente discutido en la doctrina nacional antes de la Ley de Convertibilidad 23.928, dentro de un contexto que, como vimos, arrojaba criterios encontrados respecto de la vigencia en nuestro sistema del princi-pio nominalista.

    Para la doctrina entonces mayoritaria [A. ALTERINl, LLAMBIAS, BUSTAMANTE ALSINA, BORDA, BANCHIO, CASIELWJ, la distincin era ontolgica. Se tratara de dos tipos de obligaciones distintas, que diferiran en el objeto debido, pues en tanto en las obligaciones lo adeudado sera siempre una suma de dinero, en las de valor lo comprometido no sera dinero sino un valor, que recin en el momento del pago se traduce en dinero.

    De esa diferente naturaleza se extraa, como consecuencia, la existencia de una dualidad de regmenes aplicables para el incumplimiento de uno y otro tipo de obligaciones.

  • 374 RAMON p. PIZARRO - CARLOS G. V ALLESPINOS

    En las obligaciones dinerarias se aplicaban los arts. 616 a 624 del Cd. Ci-vil, con lo que quedaban alcanzadas por el principio nominalista; en tanto las obligaciones de valor se regan por los arts. 519 a 522 de dicho Cdigo y en ellas. era siempre procedente el reajuste por depreciacin monetaria, por cuanto en esta materia no rega el nominalismo.

    Otros autores, en posicin que compartamos antes de la ley 23.928, sos-tenan con criterio ms realista que la distincin entre deudas dinerarias y de valor no era ontolgica y que se trataba de un simple medio tcnico, al que los juristas apelaron para superar situaciones injustas, originadas por la aplicacin del principio nominalista en pocas de inflacin elevada [MOISSET DE ESPANES, MOSSET ITURRASPE, TRIGO REPRESAS].

    En una obra que los autores escribimos, en 1981, con nuestro maestro Luis Moisset de Espans, decamos que "la distincin no es ontolgica, dado que, tanto en las llamadas obligaciones dinerarias como en las de valor, lo adeudado es dinero" y remarcbamos que "cuando la deuda es dineraria, tambin se debe un valor: aquel que tena el dinero al tiempo de contraerse la obligacin; sostener lo contrario significa negar la principal caracterstica

    . de la moneda: ser medida de valor de bienes". La mejor manera de corroborar lo expresado anteriormente est dada por

    la propia realidad: la doctrina y la jurisprudencia fueron ampliando, poco a poco, el campo deJas. deudas de valor, llevando a su seno -actividad inter-pretativa de por medio- numerosos supuestos que en otro tiempo fueron considerados obligaciones dinerarias (v. gr., el precio en la compraventa o en la locacin).

    La distincin, por otra parte, no estaba en el Cdigo de Vlez, pues su for-. inulacin fue bastante posterior y recin aparece en las obras de Nussbaum y Ascarelli a fines del treinta. , Dentro del contexto del Cdigo Civil anterior a la Ley de Convertibilidad 23.928, yen marco de fuerte inflacin, sostenamos que la distincin no era

    deudas dinerarias y que constitua, a lo sumo, una herramienta jurdica, un medio tcnico que los hombres de derecho utilizaron para acceder a solucio-nes justas. Finalidad perseguida: excluir del campo de las deudas dinera-rias la mayor cantidad de supuestos y llevarlos al terreno de las deudas de valor, donde el reajuste era admitido.

    La evolucin de este proceso puso en evidencia un paulatino acotamien-to del campo de las deudas dinerarias (hasta quedar reducido casi al mutuo dinerario) y un correlativo incremento del territorio de las obligaciones de valor, que pas a-constituir una categora ms amplia.

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    INSTITUCIONES DE DERECHO PRIVADO - OBLIGACIONES 375

    Ese remedio, sin embargo, resultaba insuficiente en pocas de alta infla-cin, pues la injusticia subsista para la deuda dineraria, cuyo reajuste era negado [MOLINARIO]. La distincin entre deudas dinerarias y de valor se eclip-s totalmente en la segunda mitad de la dcada del ochenta, ya que la deuda dineraria termin tambin siendo tratada como deuda de valor.

    Este era el panorama antes de la Ley de Convertibilidad 23.928. Veamos qu ha sucedido luego de producida esa importante reforma.

    b) La cuestin despus de la l~y 23.928. - La distincin entre deudas de dinero y deudas de valor ha: cobrado relieve despus de la sancin de la Ley de Convertibilidad 23.928.

    Quienes proclamaban su diferencia ontolgica con las deudas dinerarias, remarcan ahora las bondades de la clasificacin y su importancia como vl-vula de escape que initigue la rigidez del sistema, dentro de un cerrado es-quema nominalista como el que establece la citada ley. Aquellos que, como nosotros, pensaban que la distincin no era ontolgica y constitua un sim-ple medio tcnico para paliar las injusticias de la inflacin, ponderan ahora que esa herramienta (superada en pocas de hiperinflacin) puede ser nue-vamente til para alcanzar soluciones justas, sobre todo frente a un posible desborde inflacionario.

    Hay consenso mayoritario, pues, en tomo a la utilidad de la distincin dentro del contexto normativo actual, por lo que urge determinar cul esel rgimen normativo para las obligaciones dinerarias y para las de valor. De ello nos ocuparemos infra, en los 165 Y 166, adonde remitimos.

    164. LA ACTUALlZACION DE LAS DEUDAS DINERARIAS POR DEPRECIACION MONETARIA EN EL DERECHO ARGENTINO (*). - El estudio de esta uestin im~ . f ".; pone distinguirdistintas etapas. ':;~>,:.>'. ,

    (*) Bibliografa especial

    BANCHIO, ENRIQUE, Obligaciones de valor, Lerner, Crdoba, 1965; BUSTAMANTE ALSI-NA, JORGE, Deudas de dinero y deudas de valor. Alcance de la distincin y posibilidad de suprimirla, LL, 149-952; LLAMBIAs, JORGE J., Hacia la indexacin de las deudas de di-nero?, ED, 63-871; KEMELMAJER DE CARLUCCI, AmA, Deudas pecuniarias y de valor: hacia unajurisprudencia de valoraciones,JA, 1976-IV-276; TRIGO REPRESAS, FELIX, Obligacio-nes de dinero y depreciacin monetaria, Platense, La Plata, 1985; MOISSET DE ESPANES, LUIS -PIZARRO, RM.ON D. -VALLESPINOS, CARLOS G., InflaCin y actualizacin monetaria', Universidad, Buenos Aires, 1981; MOSSET ITURRASPE, JORGE, Justicia contractual, Ediar, 1978; RAY, JOSE D., Obligaciones de valor y de dinero, LL, 1975-B-1122; RrsoLIA,

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  • 378 , -\ ~. RAMON D. PIZARRO - CARLOS G. V ALLESPINOS

    La indexacin o actualizacin monetaria de deudas de dinero, se realiza-ba, generalmente, por un procedimiento simple. Se tomaba el ltimo ndice publicado y se lo divida por el ndice correspondiente al momento respecto del cual se procuraba efectuar la actualizacin. De esa divisin surga un coeficiente que era, a su vez, multiplicado por la suma nominal que se procu-raba actualizar. El resultado de esa multiplicacin era la suma actualizada.

    La realidad pudo ms que intiles polmicas doctrinarias. Poco a poco, la actualizacin legislativa, convencional y judicial de las deudas de dar dinero fue pacficamente aceptada. Enlos hechos, ello import la superacin del dis-tingo entre obligaciones dinerarias y de valor, que en un contexto como el que

    . entonces se viva, francamente no poda mantenerse. La deuda dineraria ter-min siendo tratada, como no poda ser de otra manera, como una deuda de valor. Lo debido era tambin un valor: el valor de cambio de la moneda.

    c) Las hiperinflaciones de la dcada del ochenta. - El panorama em-peor en la segunda mitad de la dcada del ochenta, donde se registr una in-flacin anual promedio superior al 430%. En 1989, trep a casi el 5.000 por ciento. Entre abril de 1989 y mayo de 1990, se torn ingobernable. Como bien lo sealan A. Alterini, Ameal y Lpez Cabana, en tal circunstancia, la mone-da virtualmente desapareci y fue reemplazada por cualquier objeto de va-lorestable. El pas estaba colapsado.

    En los primeros das de enero de 1990, el gobierno incaut arbitrariamen-te los depsitos a plazos fijo bancarios y reprogram compulsivamente gran parte de su deuda interna. La situacin, lejos de mejorar, empeor. En este proceso se consumi el austral, como signo monetario, que en poco menos de seis aos se vio erosionado completamente.

    , d) La Ley de Convertibilidad 23.928. Implementacin de un nominalis-morgido. - La ley 23.928 de convertibilidad, sancionada en 1991, dio lugar

    . a una nueva unidad monetaria: el austral convertible, luego denominado "peso" por decr. 2128/91. Sobre los alcances caracteres de 1

    160 donde nos ocupamos del tema.

    e) La ley 24.283 de des indexacin de deudas (*). - En vigencia desde el 30 de diciembre de 1993, la ley 24.483, en su nico artculo, dispone: "Cuan-

    (*) Bibliografa especial

    ALTERINI, ATILIO A.~Desindexacin de las deudas, Abeledo - Perrot, Buenos Aires, 1994; MOSSET ITURRASPE, JORGE, Desindexacin de deudas, Rubinzal- Culzoni, Santa

    INSTITUCIONES DE DERECHO PRIVADO - OBLIGACIONES 379

    do deba actualizarse el valor de una cosa o bien o cualquier otra prestacin, aplicndose ndices, estadsticas u otro mecanismo establecido por acuerdos, normas o sentencias, la liquidacin judicial o extrajudicial resultante no po-dr establecer un valor superior al real y actual de dicha cosa o bien o presta-cin al momento del pago. La presente norma es aplicable a todas las situacio- . nesjurdicas no consolidadas".

    Uno delos aspectos ms graves que ha tenido el proceso hiperinflaciona-rio vivido en la Argentina, sobre todo entre 1989 y 1991, ha sido elfuerte des-fasaje que han experimentado las obligaciones de dar dinero actualizadas por ndices u otros procedimientos similares. Los resultados de esa actuali-zacin, inobjetables en su formulacin matemtica, ponan en evidencia un dato preocupante: la deuda actualizada superaba largamente, por lo gene-ral, el valor real actual del bien, de la cosa o prestacin adeudada. No se tra-taban de pequeos desfasajes sino de diferencias significativas, que condu-can a situaciones de notoria injusticia. .

    Es que ningn valor -ni siquiera el dlar estadounidense- sigui el rit-mo de los ndices de ajuste u otros mecanismos siniilares de actualizacin. El resultado deviene perverso, pues el acreedor termina obteniendo, ajuste e intereses d por medio, un valor superior al que le era debido, medido en pa-rmetros razonables, con evidente secuela de injusticia.

    Antes de la sancin de la ley 24.283, ia Corte Suprema de Justicia de la N a-cin haba tenido oportunidad de pronunciarse en casos de notoria arbitrarie-dad, reafirmando un principio que fue bsico en esta materia desde 1976 en adelante: la actualizacin monetaria no deba hacer a la deuda ms onerosa, pues a travs de ella slo se procura preservar los valores adeudados en tr-minos de razonabilidad. La adecuacin del numerario debido (en moneda de,.c 0, .. . preciada) al v8lor constante adeudado responde a esa finalidad, particular+\;;~~i j mente cuando la aplicacin de los ndices de ajuste vuelven objetivamente iD}< _ J justo el resultado de esa actualizacin frente a la realidad econmica (CSJN, 11/9/90, "Pronar S.A.M.I. c. Provincia de Buenos Aires", Fallos, 308:815)

    a ey . ,ar lamen e pues reCin fue sancionada a fines de 1993), se enrola en esa lnea de pensamiento y procura, con muchas imperfeccio-nes, algunas muy graves, el mismo objetivo.

    No es el momento de analizarla con profundidad, pues ello excedera los lmites de esta obra. Adems, fue gestada principalmente pensando en rela-

    Fe 1994' PEYRANO JORGE W., Ley 24.283. Rgimen procesal de la desindexacin, Juris, Ro~ario, '1994; NIC~LAU, NOEMI, La ley 24.283 y las nuevas pautas desindexatorias, LL, 1994-C-862.

  • rrr! I I

    380 RAMON D. PIZARRO - CARLOS G. V ALLESPINOS

    cionesjurdicas nacidas antes de la entrada ;ln vigencia de la Ley de Conver-tibilidad, conlo que su importancia ir decreciendo con el correr de los aos.

    N os limitaremos, simplemente, a sealar.lo siguiente:

    1. La lE!y se aplica a toda obligacin -dineraria o de valor- que deba ac-tualizarse mediante la aplicacin de ndices, estadsticas u otros me-canismos establecidos en acuerdos de partes, normas o sentencias. Sucampo de actuacin se centra en torno de las deudas que se genera-ron antes'de la entrada en vigencia de la ley 23.928, dando lugar a ac-tualizaciones monetarias hasta esa fecha.

    2. Es aplicable a esas obligaciones, en tanto y en cuanto se trate de situa-ciones jurdicas no consolidadas, esto es, no extinguidas por alguno de los modos de extincin de deuda que prev la legislacin nacional. Esto obedece a elementales razones de seguridad jurdica, pero pone en evidencia la injusticia del sistema consagrado: aquel que, antes de la sancin de esta ley, pag lo que deba, como corresponda, es tratado de peor manera que quien, en lugar de cumplir con sus obligaciones, se mostr remiso a ello, dilatando quizs deliberadamente dicho cumpli-miento. Como suele suceder entre nosotros, el rgimen de premios y castigos no funciona. 0, lo que es peor, acta de manera perversa, tra. tando de peor manera al que cumpli que a quien no lo hizo.

    3. La ley comprende a los crditos del Estado, incluidos los de naturale-za tributaria.

    4. Para que ella se aplique, es menester que el capital resultante de la ac-tualizacin por ndices u otros mecanismos similares arroje un resul-tado superior al valor real actual del bien, objeto o prestacin adeuda (CSJN, 16/5/95 "Bolillo, Miguel Angel c. Benito Roggio e Hijos S.A. -Ormas S.A., Unin Transitoria de Empresas, Proyecto Hidra, ED, 163-277). .

    5. Para medir dicho valor actual, se ha propiciado tomarcomo referencia al valor dlar estadounidense[MossET ITURRASPE, A. ALTERINI, AMEAL, LO-PEZ CABANA).

    La fuerte dolarizacin de nuestra economa podra razonablemente justificar esa solucin, al menos, a nivel de principio general que pue-de reconocer otras alternativas de valoracin en el caso concreto.

    6. El planteo de aplicacin de esta ley puede hacerse en cualquier etapa del proceso, inclusive en la de ejecucin de sentencia, y requiere que se respete el derecho de defensa de la otra parte.

    INSTITUCIONES DE DERECHO PRIVADO - OBLIGACIONES

    165. REGIMEN NORMATIVO DE LAS OBLIGACIONES DINERARIAS. ~ El rgi-menlegal de las deudas dinerarias est establecido en los arts. 616 a624 del Cd. Civil y en las disposiciones de la ley 23.928 que han modificado varias de aquellas normas (arts. 617, 619 y623, Cd. Civil).

    El mismo se sintetiza de la siguiente manera:

    a) Vigencia plena del principio nominalista. - El deudor debe la suma nominalmente adeudada y se libera entregando la misma cantidad nominal el da de vencimiento, cualquiera sea la eventual fluctuacin que pueda ha-berexperimentado el poder adquisitivo de la moneda entre el momento de nacimiento de la obligacin y el de pago. El arto 7 de la ley 23.928 es categ-rico: "El deudor de una obligacin de dar una suma determinada de austra-les, cumple su obligacin dando el da de su vencimiento la cantidad nomi-nalmente expresada ... ". Esta norma concuerda con el nuevo texto del arto 619 del cd. Civil, reformado por la ley 23.928: "Si la obligacin del deudor fuese de entregar una suma de determinada especie o cali,dad de moneda, cumple la obligacin dando la especie designada, el da de su vencimiento".

    b) Prohibicin normativa de las clusulas de ajuste o de otros mecanis-mos indexatorios en materia de deudas dinerarias. - En materia de deudas dinerarias, la ley prohbe, a partir del 1 de abril de 1991, la adopcin de me-canismos de "actualizacin monetaria, indexacin por precios, variacin de costos o repotenciacin de deudas, cualquiera fuere su causa, haya o no mora del deudor" (arts. 7yconcs., 8, 9y 10, ley 23.928).

    A qu se refiere la expresin "cualquiera sea su causa" mencionada en el arto 7 de la ley 23.928? A la causa de la obligacin o a la causa de la repoten-ciacin de la deuda?

    Atilio Alterini sostiene, con razn, que la expresin debe ser entendida "co-mo causa de la revalorizacin" (legal, judicial, convencional) y no como "refe-rencia ala causa de la obligacin". Si otro fuere el sentido, y la expresin "cual-

    , quiera sea su causa" fuese entendida como "cualquiera sea lacausa de la obli-gacin", habra que aceptar que tambin las obligaciones de valor quedaran alcanzadas por el nominalismo del arto 7, lo cual, veremos luego"es absurdo y contradice SU propia naturaleza.

    En suma: la prohibicin de indexar comprende inequvocamente a las deu-das dinerarias, haya o no mora del deudor.

    c) La tasa de inters como mecanismo que posibilita indirectamente la actualizacin de la deuda. -La ley 23.928, en sus arts. 7y 10, probJbe es-

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    pecficamente los mecanismos de ajuste directos, que importan actualizar una deuda a travs de actualizacin monetaria,.indexacin por precios, va-riacin de costos o cualquier otra forma de repotenciacin de deudas.

    Sin embargo, como bien lo han observado A. Alterini, Ameal y Lpez Ca-bana, la ley no prohbe -ms todava, las acepta implcitamente - vas in-directas de actualizacin del capital, " ... que no operan para producir la 're-potenciacin' de una 'suma determinada' histrica, sino que concretan cier-ta expresin en moneda lctual". Tallo que sucede con los intereses de la deu-da dineraria que, conforme habremos de verlo ms adelante, suelen presen-tar un componente o resaca, llamado "prima por prdida del poder adquisi-tivo de la moneda", que por va indirecta termina actuando como factor de ac-tualizacin indirecta.

    d) Responsabilidad por incumplimiento de una obligacin dineraria. Remisin. - Nos ocuparemos del tema infra, en el 175, adonde remitimos.

    e) Inaplicabilidad de la figura de la imposibilidad objetiva sobreveni-da de la prestacin. - El dinero presenta un grado mayor, casi absoluto, de abstraccin y de fungibilidad, que permite erigirlo en una unidad de medida, a partir del cual es posible establecer la actividad de intercambio de bienes y de servicios. A diferencia de los bienes materiales e inmateriales, que son pe-recederos, relativos, el dinero confiere un poder patrimonial abstracto, que se materializa en un signo especfico, la moneda, " ... la cual no se entrega por sus caractersticas empricas o formales, sino en cuanto es la unidad mone-taria que permite traspasar a otras personas un valor econmico concreto a cambio de otras cosas, bienes o servicios" [BONET CORREA},

    , En las deudas de dinero, como en todas las obligaciones genricas, nadie . puede alegar su extincin por imposibilidad objetiva sobrevenida [DIEZ-PICA-

    ZO, NUSSBAUM}; el deudor siempre tendr la posibilidad objetiva de proporcio-nar al acreedor una suma de dinero. Y dado gue el dinero siempre existir, si el deudor no se encuentra en condiciones de cumplir, estaremos frente a una mera imposibilidad subjetiva, que no alcanzar para liberarlo.

    f) . La cuestin en elAnteproyecto de Cdigo Civil de 1998. - El Antepro-yecto de 1998 contiene dos escuetas y precisas disposiciones en las que regu-la esta cuestin: en el arto 712, prescribe que: "En la obligacin de dar dinero el deudor debe cierta cantidad de moneda que, al momento de su constitu-cin, est determin-ada o es determinable. A los fines de este pargrafo dine-ro y moneda son sinnimos".

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    INSTITUCIONES DE DERECHO PRIVADO - OBLIGACIONES 383

    A su vez, el arto 713 prescribe: "CUMPLIMIENTO. El deudor debe entregar la cantidad correspondiente de la especie designada, tanto si el dinero tiene curso legal en la Repblica como si no lo tiene".

    Es una frmula clara y sencilla que no provoca mayores modificaciones respecto del rgimen existente en la actualidad para las deudas dinerarias en moneda nacional y en moneda extranjera.

    166. REGIMEN NORMATIVO DE LAS OBLIGACIONES DE VALOR. - Corres-ponde analizar el rgimen legal de las obligaciones de valor.

    a) Aplicacin de los principios generales. - Las obligaciones de valor no tienen un rgimen especial previsto en nuestro Cdigo, por lo que les son aplicables los principios generales que rigen el cumplimiento e incumpli-miento obligacional (arts. 505, 519 a 522, Cd. Civil). .

    b) Las deudas de valory la Ley de Convertibilidad. - Cmo ha incidido la ley 23.928 en materia de obligaciones de valor? Significa su sancin que tambin ellas quedan alcanzadas por el principio nominalista? O, acaso, son todava susceptibles de ser reajustadas por depreciacin monetaria?

    . El tema es delicado, pues la ley 23.928 no hace ninguna referencia concre-ta a las deudas de valor. Segn tina opinin, "no puede acudirse a la distin-cin entre deudas dinerarias y deudas de valor para excluir a las segundas de las previsiones de la ley 23.928, por lo que su actualizacin debe detener-se al 31/1/91 "(SCBA, 3/5/94, JA, 1995-1-224).

    La doctrina nacional dominante, en cambio, con slidos argumentos, sos-.'-tiene que el nominalismo no puede ser impuesto a las obligaciones de valor;r7;;),'. por cuanto el acreedor tiene derecho a estar en situacin de proveerse de 10~:!:J~.", ; ) bienes que representan dicho valor y que, para ello, debe computarse el va~';- '") lar actual y no el meramente histrico. .

    Valor actual presupone, necesariamente, que habrn de Gomputarse to das las fluctuaciones que aqul experimente, las que finalmente se traduci-rn en una suma de dinero. Si entre el momento en que la obligacin nace y el de pago ese valor es representado por sumas de dinero diferentes -como bien puede suceder- tal situacin no puede ser entendida como una viola-cin al principio nominalista, pues el mismo, conforme habremos de verlo se-guidamente, no juega en esta materia y queda circunscripto slo a las deu-das dinerarias.

    Esta interpretacin, que compartimos, destaca que el principio nominalis-ta que consagra la ley en el arto 7 se refiere especficamente a "la obligacin

  • ,.....---------_._-- -_.- .

    ~ .. RAMONq .pIZARRO CARLOSG_ VALLESPINOS

    de dar una suma determinada de australes'~, expresin que pone de relieve que se trata de deudas dinerarias y no de valor_ El mismo argumento es apli-cable para el art_ 619 del Cd_ Civil y es, tambin, el que se extrae del decr. 529/91, reglamentario de la ley 23.928 (arts. '4 y 5).

    Por todo lo expresado, las obligaciones de valor estn al margen de la Ley de Convertibilidady continan siendo susceptibles d experimentar los ajus-tes pertinentes, que permitan una adecuada estimacin y cuantificacin en moneda, al momento de pago, del valor adeudado [MOISSET DE ESP.4NES, TRIGO REPRESAS, A. ALTERINI, AMEAL, LOPEZ CABANA, BUSTAMANTE ALSINA, CASIELLO, BAN-

    . CHIO, PADILLA]. .

    c} Las deudas de valor en el Anteproyecto de i998. - El Anteproyecto de Cdigo Civil de 1998 regula, en el arto 724, estas obligaciones:

    "CUANTIFICACION DE UN VALOR. Si la deuda consiste en cierto valor, su cuan-tificacin en dinero:

    a) No puede ser realizada empleando exclusivamente ndices generales de precios.

    b) El monto resultante debe corresponder a un valor real al momento que corresponda tomar en cuenta para la evaluacin de la deuda_

    c) Puede ser expresada en una moneda sin curso legal que sea usada ha-bitualmente en el trfico.

    Una vez que el valor sea cuantificado en dinero, se aplican las disposicio-nes de este pargrafo, sin perjuicio de lo establecido en cuanto a los intereses resarcitorios por los arts. 1619 a 1622".

    Como se advierte, el proyecto regula expresamente a las obligaciones de valor y, especficamente, los delicados aspectos atinentes ala cuantificacin en dinero, siguiendo un criterio muy similar al que ha establecido la ley 24.283 de lmites a la indexacin. Dentro de ese orden de ideas, rechaza toda pauta de ajuste sustentllda en ndices generales de precios y proclama dos principios rectores en esta materia que parecen sensatos: Ja necesidad de co-rrespondencia entre el monto resultante d~ la cuantificacin del valor con el que realmente corresponda tener en cuenta para la evaluacin de la deuda y la posibilidad de utilizar a tales fines, como parmetro de referencia, una mo-neda extranjera habitual en el trfico.

    N os parece objetable que la traduccin a dinero de la deuda de valor mute su naturaleza y la sujete a los parmetros de una deuda dineraria .. Objeta-mos esa pretendida cristalizacin, por las razones antes expresadas.

    INSTITUCIONES DE DERECHO PRIVADO OBLIGACIONES 385

    167. OBLIGACIONES PURAS Y SIMPLES DE DINERO y EN DETERMINADA MO-NEDA NACIONAL. OBLIGACIONES A ORO. - Dspusde la sancin de la conoci~ da ley 23.928 subsisten, al menos formalmente, dos tipos de moneda en el sis-tema argentino: por un lado, el peso (decr. 2128/91) que es una moneda de pa-pel convertible y, por otro, el argentino oro, moneda de cuenta creada por la ley 1130 del ao 1881, luego modificada por ley 1354 del ao 18