Un modelo efectivo para generar cambios rápidos y … · La mente genera encadenamientos,...
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autorización de los autores o de la editorial. Todos los derechos reservados.
© Daniel Cuperman y Fernando Cuperman
La Mente Holográfica: Un modelo efectivo para generar
cambios rápidos y perdurables.
1ra edición – Ciudad Autónoma de Buenos Aires
http://www.menteholografica.com/
Editorial: El palacio del sil
Julio 2015
ISBN 978-987-45213-1-6
Dedicado a:
Egle, Hakim, Selene, Abril, Ágata, Jazmín, Shadir, Claudia y Sisí.
Agradecemos a:
Graciela Astorga, Aurelio Álvarez, Andrea Jáuregui, Abril Cuperman,
G Munckel, Gregorio Cukier, Silvia Accile, Rolando Toro,
Ernesto Stabilito, Mariana Chrem, y a todos nuestros amigos, colegas,
alumnos y pacientes, por su colaboración en el desarrollo del concepto y la
realización del libro.
Daniel y Fernando Cuperman intuyeron, investigaron y
descubrieron que tenemos una
No son dos personas comunes, ni dos entrenadores comu-
nes, ni dos investigadores, comunes. Son bien especiales,
siempre lo fueron.
No asisten a un entrenamiento tras otro y apilan el cono-
cimiento en la mente, y los libros en un estante. Son “en-
trenadores”, aprenden y a los 5 minutos y ya están practi-
cando, explorando, probando, aplicando y… mejorando lo
que aprendieron.
Parte de esta impronta les viene de su pasado en las artes
marciales, donde todo se entrena y repite hasta perfeccio-
narlo, cientos y hasta miles de veces. Son de los que le
ponen el cuerpo y la mente a la experiencia, y esto ha
hecho una enorme diferencia entre ellos y muchos teóricos
e investigadores de la PNL.
Nos conocemos desde 1990, cuando la PNL aún estaba
siendo desarrollada por sus creadores. Eran profesores
míos, y ya en ese momento estaban enseñando una PNL
avanzada y mejorada.
Son dos “desafiadores” naturales; les gusta expandir los
bordes, pasar el techo, ir más allá de lo conocido, retar los
supuestos, conocer, saber, explorar…
Esta es parte de la historia de cómo y porqué llegaron a
descubrir que tenemos una y de-
velar como funciona.
Este nuevo concepto tiene sus orígenes en la Programación
Neurolingüística.
Muchas veces la definimos como el estudio de la estructura
experiencia subjetiva. En este sentido, la propuesta de es-
te libro, modifica mucho de lo que sabemos sobre esta ex-
periencia y explica parte de los que ignorábamos.
Uno de sus presupuestos se expresa en la frase” el mapa
no es el territorio”, aludiendo a que las personas nos
creamos un mapa mental del mundo, pero que no es la
realidad, sino una parte de ella.
Con el concepto la Mente Holográfica, ese mapa sigue sin
ser el territorio, pero se vuelve una versión mucho más
avanzada, rica y detallada del mismo: un mapa holográfi-
co. Y esto hace una enorme diferencia.
La Programación Neurolingüística nació de una estrategia
básica que hoy conocemos como modelado. Richard Band-
ler y John Grinder, sus creadores, estudiaron a personas
que hacían muy bien algo, grandes terapeutas por ejem-
plo, y los “modelaron”. Descubrieron sus estrategias ocul-
tas, que hacían cuando hacían, extrajeron el proceso invi-
sible de sus excelencias y así fueron construyendo las ba-
ses de esta disciplina.
Daniel y Fernando Cuperman tomaron el modelado como
herramienta básica y siguieron el camino abierto por Band-
ler y Grinder.
Este proceso de observaciones y distinciones, los llevó al
descubrimiento revolucionario de que hay procesos menta-
les que ocurren, no dentro de la cabeza, sino fuera de ella.
De esta manera revelaron que existe un insospechado
mundo de pensamiento de campo, de holografía mental
que hará historia.
Robert Dilts define tres etapas en el desarrollo histórico de
la Programación Neurolingüística: una Primera Generación
donde el centro es el individuo y sus procesos mentales. En
la Segunda Generación, el territorio se amplía desde la
mente hacia los entornos y las relaciones de los individuos,
sus creencias y estrategias. La Tercera Generación ve todo
el sistema, se completa la idea de persona en su totalidad,
con niveles como la identidad y la espiritualidad, visión y
misión.
La es la cuarta generación de la
PNL.
La persona, comprendida en su totalidad, piensa, se comu-
nica, se expresa, se relaciona utilizando un Campo
Holográfico de pensamiento que va con ella a todas partes
y que se conecta con los campos de las otras personas.
Este modelo explica muchas cosas que antes no tenían
sentido. El hallazgo de estos campos holográficos, da un
nuevo contexto a todo lo que sabemos sobre la percepción.
Cuando tomamos en cuenta todos estos conceptos, descu-
brimos un mundo de nuevas dimensiones para todas las
disciplinas que trabajan con el ser humano como centro.
Nos embarcamos en un viaje de exploración que recién
comienza…
¡Bienvenidos a descubrir y explorar su
!
Graciela Astorga
Trainer en PNL
Red Latinoamericana de PNL www.redpnl.net
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¿Dónde está la mente? Esta pregunta ha sido contestada a lo largo del tiempo de muy variadas formas. Durante siglos,
los seres humanos buscaron la mente dentro de la cabeza
porque sabían que allí estaba el cerebro. Esta idea parecía
indiscutible, pues es dentro de la cabeza donde escuchamos la “voz del pensamiento”. Sin embargo, observamos que las
personas, al comunicarse, requieren de ciertas distancias o
realizan gestos con las manos, señalando y “tocando” luga-
res en el espacio que los rodea. Esto nos dio la pauta de que la mente necesita desplegarse fuera del cuerpo, en un
espacio virtual que lo rodea y que, a la manera de un holo-
grama, coexiste con el espacio real.
Cuando pensamos, nuestra mente no está estrictamente dentro del cerebro, sino que realiza disposiciones, configu-
raciones mentales en el espacio alrededor y a través del
cuerpo. Existe una inteligencia metasensorial que organiza
el pensamiento en campos de representación virtual y los
ordena en ubicaciones específicas del espacio peri-corporal otorgándoles sentido de acuerdo a ciertas distinciones bási-
cas mediante las cuales las personas construyen su expe-
riencia del mundo. Así es que, aun cuando no sean cons-
cientes de ello, los gestos que las personas realizan con sus manos y brazos al comunicarse van señalando distintos lu-
gares en el espacio donde la mente representa o “proyecta”
los pensamientos de acuerdo a cierta clasificación, por
ejemplo, lo que consideran bueno o malo, lo que creen po-sible o no, lo que ocurrió en el pasado, lo que está suce-
diendo ahora o están proyectando a futuro. Las direcciones
de los gestos y las miradas –hacia arriba o abajo, a un lado
o a otro, detrás, delante o a través del cuerpo– conforman
una matriz virtual tridimensional que coexiste con el espacio real a la cual denominamos Holograma Mental.
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Los campos de representación son estables y perdurables
en el tiempo, es decir que mantienen una ubicación relativa
en el espacio virtual, una cierta distancia con respecto del
cuerpo y otras cualidades críticas como el tamaño, la forma
y la densidad. Sin embargo, el Holograma Mental no es una estructura inerte que explique por sí misma la manera de
pensar, los sentimientos y las emociones de una persona.
La mente genera encadenamientos, secuencias y simulta-
neidades de representaciones virtuales en imágenes, soni-dos y sensaciones. Por eso afirmamos que el Holograma
Mental es un sistema dinámico mediante el cual explora-
mos, procesamos, creamos, adquirimos certezas, estable-
cemos prioridades, advertimos peligros, nos motivamos, generamos estados emocionales, nos comunicamos, apren-
demos, cambiamos. El pensamiento, el espacio y la sensa-
ción están imbricados en un sistema holográfico que actúa
como filtro de nuestra percepción y afecta nuestra experien-
cia de la realidad. Cuando proyectamos un pensamiento en el espacio virtual que nos rodea, no somos conscientes de
que existen campos holográficos cargados de sentido que
nos generan juicios previos que influyen sobre nuestro es-
tado emocional y facilitan –o entorpecen– nuestras posibili-dades de acción para alcanzar los resultados que deseamos.
La estructura del Holograma Mental es distinta para cada
individuo. Frente a una misma situación, dependiendo de la
particular configuración del Holograma de cada uno, una persona mirará lo negativo y otra se enfocará en las posibi-
lidades, una se mantendrá atrapada en el problema mien-
tras que otra se enfocará en encontrar las soluciones. Al-
guien considerará que una meta es inalcanzable mientras que otro ya estará armando los pasos para lograrla. Es evi-
dente que la manera de percibir, procesar y ordenar la in-
formación es distinta para unos y otros, incluso puede variar
en un mismo individuo de acuerdo a su estado emocional en
cada momento.
A veces ocurre que la manera en que estamos “construyen-
do” nuestra realidad a través de los filtros holográficos no
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es funcional. Puede ser que nos lleve a interpretaciones
erróneas, nos limite o nos produzca dolor. Nos sentimos
tristes, desanimados, enojados, incapaces de alcanzar lo
que queremos lograr o atrapados en un problema que no
podemos resolver. Probamos distintas maneras de cambiar una conducta y volvemos una y otra vez al mismo lugar,
con gran frustración. Nos esforzamos tanto en resolver un
problema que terminamos reforzando las limitaciones nos
mantienen encerrado en él. Muchas veces encontramos jus-tificaciones, buscamos culpables, y otras tantas nos resig-
namos a la idea de que no podemos cambiar. Sin embargo,
es posible dejar de reaccionar a lo que nos pasa y jugar un
rol activo para influir en nuestros estados internos y lograr lo que deseamos. Haciendo modificaciones en el Holograma
podremos colocar el pensamiento en las mejores condicio-
nes para alcanzar un objetivo, lograr un cambio anímico,
acelerar un aprendizaje o elaborar una creencia para evolu-
cionar en la vida.
Einstein afirmaba que, para lograr un cambio, es necesario
operar en un nivel distinto al de aquel donde se inició el
problema. En contraste con otro tipo de abordajes terapéu-
ticos o de toma de decisiones que generan cambios muy puntuales, cuando se producen transformaciones en el
Holograma se produce una modificación en muchos aspec-
tos de la vida. Al operar sobre la manera en que utilizamos
la mente, cualquier cambio en lo personal inmediatamente se generaliza al ámbito laboral, el rendimiento deportivo, las
habilidades sociales y lo espiritual. Si seguimos la lógica
metafórica de que parte de la mente está allí afuera, al va-
riar ese afuera modificamos la mente para cualquier conte-nido y, por ende, modificamos nuestra realidad.
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Algunas consideraciones sobre el modelo
El modelo de la Mente Holográfica fue creado a partir de algunos patrones esenciales de diversos modelos de cam-
bio, como la Programación Neurolingüística (PNL), la Psico-
logía, la Gestalt, la terapia Sistémica, la Hipnosis, la Biodan-
za y la Bioenergética. Por otra parte, nuestra experiencia se había estado nutriendo de otras herramientas provenientes
de nuestra pasión por las artes marciales orientales, entre
ellas el Kung-fu y el Tai-chi, lo que nos llevó a comprender
la importancia de los movimientos del cuerpo y de las pos-
turas en la creación y modificación de los estados internos. Estas dos corrientes, combinadas con las investigaciones
sobre la proxémica de Edward T. Hall y del Cerebro Holográ-
fico de Karl Pribram, se sintetizaron en un modelo elegante
y eficaz para generar cambios rápidos y perdurables con un correlato en la química corporal.
El modelo de la Mente Holográfica no aspira a ser una cien-
cia ni a descubrir verdades inmutables. No nos interesa de-
finir conceptos, sino abrir nuevos caminos y proponer una nueva manera de mirar. Nos impulsa el deseo de compartir
una tecnología para leer, estructurar, sistematizar y modifi-
car de forma rápida y eficaz las maneras de pensar, sentir y
actuar, interviniendo sobre los filtros holográficos a través de los cuales las personas construyen su idea de la realidad.
Cuáles son los objetivos de este libro
Que las personas puedan…
Estar aprendiendo a usar su mente para ir obtenien-
do el máximo provecho de todos los aspectos de la vida.
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Comprendiendo el funcionamiento de la Mente
Holográfica.
Detectando el Holograma Mental en sí mismos y en
otras personas.
Desarrollando su inteligencia metasensorial hacien-dola jugar en su favor.
Incorporando herramientas prácticas para ir operan-
do cambios en sí mismos y ayudando a otras perso-
nas a estar generando los recursos lo que necesitan.
Incorporando perspectivas diferentes para ir encon-
trando soluciones a sus problemas y superando así
sus limitaciones.
Flexibilizando su cuerpo y su mente para estar lo-grando nuevas alternativas para pensar, tomar deci-
siones, crear, cambiar, aprender, enseñar, recordar,
motivar, comunicar, influir y realizar.
Obteniendo conocimientos para ir rediseñando su
Holograma Mental y el de otras personas a fin poder estar eligiendo el mejor diseño holográfico para su
vida.
Expandiendo sus habilidades de percepción.
Incorporando distinciones para estar reconociendo mas fácilmente el modelo mental de otras personas.
Mejorando la comunicación, incorporando herramien-
tas que les permitan estar generando y manteniendo
el rapport (empatía y acompasamiento) mientras se va desenvolviendo en forma congruente con el Holo-
grama Mental del otro.
Desarrollando competencias personales.
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Mejorando el desempeño laboral y deportivo.
Desarrollando la capacidad de liderazgo.
Incrementando la creatividad
Neutralizando bloqueos emocionales y creativos.
Cómo está organizado este libro
La primera parte –La Mente Holográfica– describe el mode-
lo, aborda algunos temas sobre la percepción humana y
enseña a detectar el Holograma Mental.
En la segunda parte –Estructura de la Mente Holográfica–
trata sobre los elementos que componen el Holograma Men-tal (los campos holográficos de representación y sus sub-
modalidades) y brinda una guía para detectarlos. Explica la
manera en que la ubicación y otras submodalidades Matrix
de los campos influyen sobre la percepción, generando jui-cios previos que condicionan sus estados internos y su ma-
nera de pensar, decidir y actuar.
En la tercera parte –Sistema de la Mente Holográfica– se
describe la interacción dinámica entre los campos (sus cru-ces, superposiciones y secuencias) y se ejemplifica la mane-
ra en que la configuración particular de cada individuo actúa
como filtro de su percepción, facilitando o restringiendo las
posibilidades de encontrar alternativas para solucionar sus problemas y desarrollar sus habilidades.
La última parte del libro –Modificando el Holograma Mental–
ofrece herramientas concretas para modificar las represen-
taciones mentales operando sobre las submodalidades Ma-
trix de los campos y la estructura del Holograma en el caso de que su configuración actual esté generando estados dis-
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funcionales o limitando las opciones para pensar y actuar.
En el último capítulo se presentan nuevas secuencias fun-
cionales diseñadas para el logro de objetivos y la recupera-
ción de recursos.
Unas palabras sobre nuestra propuesta de
aprendizaje
El modelo de la Mente Holográfica se fue desarrollando du-
rante nuestros años de práctica terapéutica y docente. Dado que este libro tiene como objetivo estar enseñando a las
personas algunos procedimientos para ir realizando cambios
en sí mismos y en otras personas, queremos compartir
nuestra propuesta para estar facilitando el aprendizaje. Para ello, debemos distinguir entre la química del miedo y la
química del amor.
Cuando el objetivo es adiestrar a las personas para actuar
efectivamente en situaciones de riesgo y reaccionar bajo presión con un procedimiento acertado, es necesario entre-
narlas en estados emocionales de miedo, ira, confusión,
tristeza y excitación. En estos estados, las personas hacen
figura de lo negativo y tienen dificultades para pensar me-
diante ideas elaboradas, pues el proceso de pensamiento queda reducido a un estado primitivo, concreto, en el cual lo
importante es atacar o escapar. Al generarse una química
del miedo, las personas sólo advierten las alternativas como
opuestas o enemigas. Así, en clase, en terapia o en los ne-gocios, las relaciones se experimentan como enfrentamien-
to.
Nuestra propuesta puede resumirse en que, para favorecer
el aprendizaje, es indispensable estimular estados emocio-nales basados en la alegría, el placer, el juego, el entusias-
mo y el amor. En estados de amor o alegría, las personas
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hacen figura de lo positivo y perciben las relaciones como
opciones complementarias, combinables o alternables en el
tiempo o el espacio. Con esta química de la felicidad se ele-
van los niveles de endorfinas y serotoninas, la corteza cere-
bral recibe más irrigación sanguínea y a las personas les resulta fácil utilizar las habilidades superiores del pensa-
miento –relaciones, abstracciones, simbolizaciones, etcéte-
ra–. En estados de bienestar, se favorece la creación de
representaciones mentales y se facilitan las operatorias para lograr cambios.
Un hombre que había estudiado en muchas escuelas de me-
tafísica se presentó ante Nasrudin. Describió en detalle en cuáles había estado y qué había estudiado para demostrar
que merecía ser aceptado como discípulo.
"Espero que me acepte o, al menos, que me exponga sus
ideas –dijo–, puesto que he empleado tanto tiempo estu-
diando en esas escuelas."
"¡Qué lástima! –exclamó Nasrudin–, usted ha estudiado a
los maestros y sus enseñanzas. Lo que tendría que haber
sucedido es que los maestros y las enseñanzas lo estudiaran
a usted. Entonces si habríamos tenido algo interesante".
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Había una vez un cerrajero al que acusaron injustamente de unos delitos y lo condenaron a vivir en una prisión oscura y profunda. Cuando llevaba allí algún tiempo, su mujer, que lo quería muchísi-mo, se presentó al rey y le suplicó que le permitiera por lo menos llevarle una alfombra a su marido para que pudiera cumplir con sus postraciones cada día. El rey consideró justa esa petición y dio per-miso a la mujer para llevarle una alfombra para la oración. El prisio-nero agradeció la alfombra a su mujer y cada día hacía fielmente sus postraciones sobre ella.
Pasado un tiempo, el hombre escapó de la prisión y cuando le pre-guntaban cómo lo había conseguido, él explicaba que después de años de hacer sus postraciones y de orar para salir de la prisión, comenzó a ver lo que tenía justo bajo las narices. Un buen día vio que su mujer había tejido en la alfombra el dibujo de la cerradura que lo mantenía prisionero. Cuando se dio cuenta de esto y com-prendió que ya tenía en su poder toda la información que necesitaba para escapar, comenzó a hacerse amigo de sus guardias. Y los convenció de que todos vivirían mucho mejor si lo ayudaban y esca-paban juntos de la prisión. Ellos estuvieron de acuerdo, puesto que aunque eran guardias, comprendían que también estaban prisione-ros. También deseaban escapar pero no tenían los medios para hacerlo.
Así pues, el cerrajero y sus guardias decidieron el siguiente plan: ellos le llevarían piezas de metal y él haría cosas útiles con ellas para venderlas en el mercado. Juntos amasarían recursos para la huída y del trozo de metal más fuerte que pudieran adquirir el cerra-jero haría una llave.
Una noche, cuando ya estaba todo preparado, el cerrajero y sus guardias abrieron la cerradura de la puerta de la prisión y salieron al frescor de la noche, donde estaba su amada esposa esperándolo. Dejó en la prisión la alfombra para orar, para que cualquier otro pri-sionero que fuera lo suficientemente listo para interpretar el dibujo de la alfombra también pudiera escapar. Así se reunió con su mujer, sus ex-guardias se hicieron sus amigos y todos vivieron en armonía. El amor y la pericia prevalecieron.
(Cuento tradicional Sufi)
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Percepciones y representaciones
Antes de entrar de lleno en la descripción del modelo de la Mente Holográfica, es necesario plantear algunas cuestiones
en torno a la manera en que los seres humanos percibimos
el entorno, a los demás y a nosotros mismos. No es nuestra
intención escribir aquí un tratado sobre la percepción humana, sino simplemente refrescar algunos conceptos
básicos que aparecerán una y otra vez a lo largo del libro.
Distinguimos entre percepciones externas e internas, de-
pendiendo de si se originan como estímulos del entorno so-
bre nuestros cinco sentidos o si se generan dentro de nues-tro cuerpo. En este momento, usted puede estar viendo
este libro entre sus manos (percepción externa) y, a la vez,
puede estar sintiendo el aire que entra y sale de sus pulmo-
nes (percepción interna).
También diferenciamos las representaciones internas y las
representaciones externas. Para eso, le proponemos un
ejercicio:
Piense en una sandía.
Seguramente usted se habrá hecho una representación
mental, probablemente una imagen de la fruta que conoce
con este nombre.
Ahora muestre el tamaño que cree que tiene esa sandía.
¿Se dio cuenta que, para cumplir con la consigna, usted
tuvo que colocar las manos en un lugar específico del espa-
cio que lo rodea, separadas por una cierta distancia, para
definir sus límites?
Es decir que las personas podemos representarnos exter-
namente un objeto imaginario en el espacio virtual que nos
rodea y que habitualmente somos capaces de darnos cuenta
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de que es una representación de nuestra mente y no la per-
cepción externa de un objeto real.
Las representaciones internas se superponen con las per-
cepciones externas. Para ejemplificarlo, le pedimos que to-
me consciencia de que, mientras está leyendo estas pala-bras (percepción externa), usted puede estar sintiendo el
latido de su corazón (percepción interna) y escuchando la
voz de su pensamiento (representación interna).
Buena parte de nuestras percepciones y representaciones internas ocupan un espacio de representación virtual afuera
del cuerpo donde podemos imaginarlo, tocarlo y escucharlo
virtualmente. Por ejemplo:
Puede comenzar imaginando un canario.
Mientras va representando la imagen en su mente
vaya tocándolo virtualmente, deslizando su mano por
la cabeza y el cuerpo del pajarito, desde el pico has-
ta la cola. Puede estar sintiendo su tamaño su peso,
la textura de las plumas.
Y además ir escuchando su canto.
Lo que puede estar ocurriendo es que, al ir jugando con el
peso, el tamaño, la textura y el sonido, el canario va co-
brando una realidad virtual 3D. Cuando hacemos este ejer-cicio en un seminario, observamos que cada participante
hace gestos en un espacio diferente, a diversas alturas, y
dispone sus manos para albergar a un pájaro de distinto
tamaño. Al medida que se van agregando distinciones (co-lor, peso, textura, tamaño, sonido), el canario se va vol-
viendo más real entre sus manos).
El mismo proceso que referimos para los objetos tiene lugar
cuando pensamos en alguna situación o recordamos una experiencia. La mente va a ir ubicando las imágenes, soni-
dos y sensaciones con que nos representamos ese pensa-
miento en el espacio virtual alrededor de nuestro cuerpo. El
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modelo de realidad virtual le será más o menos completo de
acuerdo a la cantidad de canales sensoriales de representa-
ción que utilicemos.
Habitualmente, damos preferencia a algunas percepciones y
representaciones sobre las otras, como cuando estamos concentrados en un pensamiento y parece que todo lo que
ocurre a nuestro alrededor se desvaneciera, o cuando des-
tacamos un recuerdo alegre como figura sobre el fondo de
los objetos reales de la habitación donde nos encontramos.
Representaciones análogas y digitales
Para explicar estos conceptos, le proponemos un ejercicio:
Tome cualquier objeto cercano entre sus manos.
Experimente su peso, su tamaño, vea su color, hága-
lo sonar, hágalo girar entre sus dedos.
Deje el objeto a un lado.
Ahora represéntese virtualmente ese objeto entre
sus manos, en el mismo lugar. Quizás recuerde más fácilmente el peso, el sonido, el color o el tamaño. A
esta representación virtual la definimos como aná-
loga al objeto real.
Ahora vuelva a tomar el objeto real y perciba la co-existencia de ambos, el objeto real y el análogo, en
el mismo espacio entre sus manos.
Cualquiera sea el objeto que tomó, la palabra que utiliza
para nombrarlo pertenece al lenguaje, que es una represen-tación digital del objeto. El lenguaje es un segundo sistema
de señales, montado sobre el perceptivo, que expresa digi-
talmente las representaciones internas, ordenándolas y se-
cuenciándolas en forma de expresiones verbales.
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La mente holográfica es una descripción posible de la opera-
toria de nuestro pensamiento análogo, que define y opera
sobre la estructuración y sistematización de nuestras repre-
sentaciones.
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El Holograma Mental
Cuando las personas se comunican, podemos observar que hacen gestos con las manos y dirigen su mirada a diversos
puntos del espacio donde están ubicadas las representacio-
nes análogas de lo que están relatando. Esto nos da la pau-
ta de que la mente no está sólo dentro de la cabeza, sino que necesita desplegarse fuera del cuerpo, en el espacio
virtual que lo rodea, para representar pensamientos y emo-
ciones mediante imágenes, sonidos y sensaciones análogas
que coexisten con el espacio real.
Aun cuando las personas no sean conscientes de ello, sus gestos indican el lugar en el que están ubicando cada repre-
sentación. Al señalar estos espacios –arriba, abajo, a la de-
recha, a la izquierda, delante, detrás y a través del cuerpo–
van conformando un campo holográfico de representación que coexiste con el espacio real.
El Holograma Mental es la matriz virtual tridimensional donde la
mente representa imágenes, sonidos y sensaciones análogas.
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La Inteligencia Metasensorial
A lo largo de años de nuestra práctica terapéutica y docen-
te, estudiamos los gestos, los movimientos oculares y la
postura corporal de las personas durante la interacción para
detectar patrones subyacentes que pudieran explicar las maneras en que la gente piensa, siente, decide y hace, así
como los resultados que obtiene con estos procesos.
Algo que siempre sorprende a la gente en nuestros cursos
es comprobar que sus representaciones externas ocupan un lugar en el espacio alrededor de su cuerpo, y que la mente
“hace cosas” en diferentes lugares. Por ejemplo, cuando
hablamos de las representaciones del tiempo, explicamos
que en nuestra cultura habitualmente ubican el futuro de-lante del cuerpo, y detrás de él ubican el pasado, lo que
dejaron allí, hace un año, tres, diez, en la infancia… Enton-
ces, les proponemos pensar hacia el futuro.
–Un mes, ¿dónde está? ¿Está muy encima de su cuerpo?
–No, no.
–¿Está muy lejos?
–No, tampoco. Es un lugar…
–¡Ah!, veamos…– y uno de nosotros, como guía, va mar-
cando una distancia que generalmente tiene entre uno y tres metros, con excepciones de algunos pocos que la sitúan
mucho mas lejos.
Por primera vez, se dan cuenta de que a un metro de ellos
hay una sensación que se llama “un mes”; hasta ese mo-mento nunca habían unido el espacio con la idea de un mes.
Si eso es cierto, una hora tiene otra ubicación en el espacio,
cinco meses tiene otra y así sucesivamente.
En ese momento, las personas se dan cuenta de que existe una relación entre el espacio, la mente y la sensación que
ellos ignoraban, pero que organiza su vida. ¿Cómo? La men-
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te dispone las representaciones análogas del tiempo sobre
una línea que atraviesa su cuerpo, con el futuro habitual-
mente al frente, el presente apenas adelante del lugar en
donde se encuentra (o encima de ella) y el pasado detrás.
En ocasiones, las personas colocan la representación de un proyecto demasiado cerca y se sienten angustiados, ansio-
sos, simplemente porque lo pusieron en un lugar inadecua-
do. Si le pedimos que alejen la imagen, al modificar la dis-
tancia se produce un alivio. Como contrapartida, otras veces colocan la imagen del logro demasiado lejos y pierden to-
talmente la motivación para alcanzar eso que desean por-
que desaparece de su consciencia.
A la gente la sorprende darse cuenta de que, inconscien-temente, se representa lo que le gusta, lo agradable, las
soluciones, a un costado del cuerpo; mientras que exacta-
mente del lado opuesto aparecen los análogos de lo que no
les gusta, lo feo, lo desagradable y los problemas. De pron-
to, se percatan de que han ubicado las cosas que no les gustan demasiado, o que no usan, a un lado de su escrito-
rio y aquellas que les resultan agradables de usar en el lado
contrario. Un participante en un seminario nos hizo reír
cuando comentó que se había dado cuenta de que guarda-ba los papeles de los impuestos y los trabajos rutinarios
pendientes en los cajones de la izquierda y los videojuegos
y las fotos familiares en los de la derecha. También les re-
sulta insólito advertir que de un lado toleran más que del otro la cercanía de otras personas.
Es decir que, a través de preguntas y acciones de describir
espacios, las personas toman conciencia de que hay “algo”
afuera de su cabeza, en ciertas ubicaciones y a ciertas dis-tancias, y que cuando proyectan un pensamiento o ponen a
una persona en esos lugares, se condicionan emocional-
mente de una manera positiva o negativa. Empiezan a re-
conocer que existe una inteligencia metasensorial que hace
que alrededor del cuerpo, en ciertas ubicaciones y a ciertas distancias, ocurran cosas que los afectan, pero que eran
invisibles hasta que nosotros las pusimos en evidencia.
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A medida que vayamos desarrollando nuestra inteligencia
metasensorial, seremos cada vez más hábiles para percibir,
más allá de la información que nos brindan nuestros senti-
dos, que alrededor y a través del cuerpo existen campos
virtuales de representación estructurados de una manera particular en la matriz holográfica de cada individuo.
Detectando los límites del Holograma Mental
Los límites del Holograma pueden percibirse en los gestos
que las personas hacen durante una comunicación y en la
distancia que requieren para interactuar con otros. Los pri-meros indicios de descripción de este campo en occidente
pueden verse en los estudios sobre la proxémica del an-
tropólogo Edward T. Hall en su libro The Hidden Dimension,
de 1966.
Existe un espacio íntimo fuera y alrededor del cuerpo al que
vivimos como una parte de nosotros. Habitualmente, no
somos capaces de percibirlo en forma consciente; pero afec-
ta nuestros vínculos y relaciones al punto que si alguien lo traspasa podemos sentirnos invadidos. La distancia óptima
de interacción con otros suele coincidir con la frontera de
nuestro Holograma Mental.
La inteligencia metasensorial es una organización natural
que la mente hace del espacio, la sensación y el significado
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Ejercicio para detectar el Holograma Mental a partir de la
distancia óptima entre las personas:
A y B se paran a una distancia de aproximadamente
tres metros.
El sujeto A, receptivo, espera.
El sujeto B se va acercando caminando despacio
hacia A.
El sujeto A alza una mano cuando detecta una inco-
modidad respecto de la cercanía de B.
Luego cambian para tener la experiencia comple-
mentaria.
Los límites del Holograma Mental pueden observarse en los
gestos y la distancia relativa que mantienen las personas
entre sí durante la interacción.
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La estructura de la Mente Holográfica es la arquitectura de
las representaciones análogas.
Para poder pensar, los seres humanos necesitamos distin-
guir lo que creemos real o posible de lo que consideramos
irreal o imposible, lo bueno de lo malo y aquello de lo que somos conscientes o no. También necesitamos tener una
orientación en el tiempo para diferenciar el pasado, el pre-
sente y el futuro. Sin esas distinciones en el análogo, la
mente no puede funcionar o disfuncionar, como cuando las personas se hacen mayores y pierden la noción del tiempo,
una forma de demencia en la que no diferencian lo que ocu-
rrió hace treinta años de lo que pasó ayer.
Las representaciones análogas se disponen en el espacio a distinta altura en campos virtuales codificados en imágenes,
sonidos y sensaciones.
Para reconocer la estructura del Holograma Mental le pro-
ponemos que observe a otras personas mientras cuentan
algo que les sucedió. (También sirve a los mismos fines ver un programa de televisión donde alguien sea entrevistado).
Esté atento para detectar si señala distintos lugares en el
espacio cuando habla de algo que le resulta agradable y
algo que le resulta desagradable. Luego fíjese a qué sitios apunta si refiere alguna experiencia del pasado, un hecho
del presente o un proyecto a futuro. Observe también si
hay alguna diferencia cuando afirma que algo es posible o
que no lo es. Con la práctica, cada vez le resultará más fácil detectar la ubicación específica que ocupan las representa-
ciones virtuales de lo que va diciendo, las distancias y las
alturas que revela con el movimiento de sus manos, de las
formas que asigna con sus gestos a los distintos campos de
La inteligencia metasensorial organiza el pensamiento en
campos holográficos de representación y les otorga sentido
en base a ciertas distinciones esenciales sin las cuales no
podemos orientarnos y operar en el mundo.
32
representación. Si vuelca la atención sobre usted mismo,
también podrá darse cuenta del modo que va estructurando
los distintos campos de representación en su propio Holo-
grama Mental.
Campos holográficos de representación
De acuerdo a lo que observamos a partir de los gestos de
las personas durante la comunicación, podemos clasificar los elementos del Holograma Mental en:
Campos de la representación de la Realidad: Real /
Irreal (lo que es posible o no, cierto o no).
Campos de la representación de la Valoración: Posi-
tivo / Negativo (lo que es agradable y lo que no, las ventajas y desventajas, las soluciones y los proble-
mas, lo que hay y lo que falta)
Campos de la representación del Tiempo: Pasado /
Presente / Futuro
Campos de representación de la Conciencia: Cons-
ciente / Inconsciente.
Campos de la Representación Sensorial: Visual (imá-
genes) / Auditivo (sonidos) / Kinestésico (sensacio-nes).
La estructura del Holograma Mental es única para cada indi-
viduo. La inteligencia metasensorial organiza el pensamien-
to en campos de representación estables y perdurables en el tiempo, otorgándoles ubicaciones específicas a una altura
y a una distancia relativa con respecto del cuerpo.
Más adelante detallaremos las particularidades de cada
campo de representación. Por ahora, basta con saber que
hay campos, espacios, volúmenes que rodean el cuerpo donde nuestro cerebro hace cosas completamente diferen-
tes. En unos, hace cosas que podemos llamar “una hora”,
“un mes”, “un año”, “diez años”… En otros puede provocar
33
una sensación agradable, positiva, y en el lado contrario
generar sensaciones negativas, desagradables. Las perso-
nas tenemos estos campos naturalmente, y para el ojo en-
trenado es sencillo detectar su ubicación observando los
gestos, los movimientos oculares y la postura corporal. Es posible aprender a sensibilizarnos con esta inteligencia me-
tasensorial y lograr que juegue a nuestro favor para com-
prendernos a nosotros mismos y a los demás, mejorar la
manera en que nos comunicamos y operar cambios para lograr lo que es importante en nuestra vida.
Los campos de representación actúan como filtros de la
percepción y nos predisponen a pensar, sentir y actuar de
una manera determinada.
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Submodalidades Matrix
Los campos de representación poseen cualidades específicas
o submodalidades1 relacionadas con su condición de imáge-nes, sonidos o sensaciones.
Algunas submodalidades pueden modificarse sin que se
aprecie ninguna consecuencia; pero otras son clave y un
cambio en ellas produce un cambio dramático en la inter-pretación y el sentido que le damos a lo representado. En
nuestra experiencia, encontramos algunas distinciones bási-
cas que son capaces de provocar cambios en la representa-
ción holográfica de un modo rápido y efectivo. Las llamamos
Submodalidades Matrix.
Las distinciones básicas o Submodalidades Matrix que con-
templa el modelo de la Mente Holográfica son:
Lugar – Ubicación: Arriba/abajo, derecha/izquierda,
delante/detrás del cuerpo.
Distancia: Si están cerca o lejos del cuerpo, si lo to-
can, lo incluyen o lo atraviesan. Si están cerca o le-
jos de otros campos, si los tocan, los incluyen o los
atraviesan.
Tamaño y Forma: Si es grande o pequeño; si es re-
dondo, cuadrado, etcétera.
1 La PNL define las submodalidades como las distinciones dentro de cada sistema representa-cional o modalidad Visual, Auditiva y Kinestésica. Así, las submodalidades visuales tendrán que ver con el brillo, el color, la opacidad, etcétera; las auditivas con el tono, el timbre y el ritmo, y las kinestésicas con el peso, la densidad, la textura, el olor y el sabor, entre otras.
La manera en que pensamos y sentimos las experiencias
está codificada en las submodalidades con que nos las re-
presentamos.
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Movimiento: Si la representación está quieta o en
movimiento; si el movimiento tiene alguna dirección,
velocidad, aceleración o intensidad.
Asociado/Disociado: Distingue si la persona está vi-
viendo sus representaciones dentro del Holograma Mental en una realidad virtual, o viéndolo desde
afuera, como un espectador frente a una pantalla.
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Las Submodalidades Matrix de los campos holográficos pue-
den variar de acuerdo al contexto y al estado interno en que se encuentre una persona. Así, pueden cambiar de forma,
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achicarse o agrandarse, acercarse o alejarse del cuerpo,
volverse más livianos o más densos.
Lugar, Distancia, Tamaño y Forma son submodalidades con-
tinuas. Quiere decir que, en ellas, las cualidades de la re-
presentación varían en forma continua dentro de ciertos límites, como si estuvieran controladas por un difusor de luz
o un termostato. Por ejemplo, una representación holográfi-
ca puede estar más cerca o más lejos, ser más móvil o más
quieta, más grande o más pequeña, etcétera.
El eje Asociado/Disociado es transversal con respecto a los
campos de representación. Asociado y Disociado son sub-
modalidades discontinuas o digitales, pues actúan como un
interruptor que sólo puede estar encendido o apagado, y nunca las dos cosas a la vez. Es decir que una persona no
puede estar dentro y fuera del campo holográfico al mismo
tiempo. Si se está representando imágenes, sonidos o sen-
saciones como si estuviera metida en la escena, está aso-
ciada a la experiencia, la está reviviendo como si estuviera sucediendo aquí y ahora. En cambio, si está disociado de la
escena la vive desde afuera, como un observador objetivo.
Los estados de asociación y disociación son fundamentales
en la operatoria de la Mente Holográfica y, por lo tanto, vol-veremos a tratar sobre este tema en el próximo capítulo,
Los grados de Realidad, y cuando describamos los Cam-
pos de representación de lo real y lo irreal.
Es posible lograr cambios en las submodalidades delibera-
damente, ya sea para modificar el estado interno o para
disponer de alternativas más funcionales para percibir,
pensar y actuar.
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Los grados de Realidad
Para explicar el concepto de los grados de realidad, pode-
mos comenzar por preguntarnos “¿qué tan ‘real’ es la ‘reali-dad’?”
El modelo de la Mente Holográfica indaga sobre esta inquie-
tud ya planteada por Paul Watzlawick como título de su libro
sobre la pragmática de la comunicación humana, en el que desarrolla la idea de “hasta qué punto es real lo que inge-
nuamente y sin el menor reparo podemos llamar la reali-
dad” 2 y demuestra que aquello a lo que llamamos realidad
no es una verdad objetiva, sino una construcción ilusoria
que cada individuo hace a partir de sus modelos mentales.
Para demostrarlo, le pedimos que haga un ejercicio:
Tómese un momento y recuerde un episodio agrada-
ble de su infancia…
Si recordó una escena, ¿Cómo era esa imagen? ¿Vio lo que estaba ocurriendo como si sus propios ojos
fuesen una cámara? ¿O se vio a usted mismo de
cuerpo entero, haciendo algo allá afuera, como si
fuera en una foto o en una película? ¿Tuvo sensaciones, emociones?
Supongamos que haya recordado unas vacaciones en la
playa. Puede haber visto sus pies hundiéndose lentamente en la arena húmeda mientras se retira la ola, sintiendo el
sol y el viento en la cara, recordando el sabor salado del
agua en su boca, escuchando el sonido del mar y las voces
2 Paul Watzlawick, ¿Es real la realidad?, Barcelona, Ed. Herder, 1979.
Cada persona tiene su propia versión de la realidad a partir
de la manera en que percibe e interpreta sus pensamien-
tos y sus experiencias.
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de las personas que estaban con usted en ese momento,
percibiendo el movimiento de sus piernas cuando corría
hacia el mar y la temperatura del agua al zambullirse. O
bien, puede haber visto la escena como una foto del lugar o
una película en la cual se vio a usted mismo frente al mar, con el cabello desordenado por el viento, corriendo hacia el
mar y zambulléndose en la ola o jugando a la pelota con
amigos.
Si vio la escena desde sus propios ojos, seguramente habrá
experimentado las emociones, sentimientos, sonidos, olores
y sabores con la misma fuerza que si lo estuviera viviendo
en este momento. Si, en cambio, la vio como si fuera una película, es probable que su registro de las emociones y
sensaciones haya sido menos intenso. Es decir que, de
acuerdo al punto de vista, una misma situación puede expe-
rimentarse con distintos “grados de realidad”.
Las acciones básicas de nuestra mente para representar
escenas recordadas o creaciones a futuro pueden describir-
se de dos maneras: asociado, como un actor dentro de la
escena; o disociado, viéndola desde afuera como un espec-tador.
Lo que indica si una persona está asociada o disociada es la
manera en que se ve en la imagen. Cuando no se ve a sí
misma en la escena, y contempla la experiencia desde sus propios ojos, sabemos que está asociada. En cambio, si per-
cibe la escena como una foto o una película en la que se ve
a sí mismo, sabemos que está disociada.
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Las formas de representación holográfica y los
grados de realidad
Dependiendo del estado de asociación y la distancia de la
persona con respecto de la escena, podemos describir tres
formas básicas de representación holográfica:
Realidad Virtual: Asociados a lo que recordamos o
pensamos, estamos dentro de la escena y todo se
desarrolla alrededor nuestro.
Maqueta: Disociados, creamos una escena cerca nuestro, al alcance de la mano, y la percibimos como
una representación a escala del lugar donde vemos a
los personajes actuando como piezas.
Película o Foto: Disociados, vemos la escena afuera, en una pantalla ubicada a tres o cuatro metros de
distancia.
La postura corporal y los estados de asociación:
el Joystick
Tiempo atrás, cuando en nuestras clases de PNL para la
consigna de las ejercitaciones pedíamos que las personas
pensaran en una experiencia en forma asociada o disociada,
nos encontrábamos con algunas personas que decían que no podían conseguirlo, que no se representaban nada, en
tanto que otras lo lograban con mucha facilidad.
Observando los gestos y la postura corporal de las perso-
nas, descubrimos un patrón bastante consistente: la gente inclina levemente la cabeza y el cuerpo y, según sea el gra-
do de inclinación con respecto al eje corporal, la mente le va
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indicando qué tipo de imagen representarse, si asociada o
disociada.
Sobre este patrón diseñamos la idea de que el cuerpo es
como un Joystick que se mueve sobre un eje para entrar y
salir de la representación holográfica.
Cuando una persona se inclina hacia adelante del eje
del Joystick, se asocia y “se mete” en la escena.
Cuando una persona está inclinada hacia atrás con
respecto al eje del Joystick, con la cabeza, el torso o ambos saliendo de la escena, se disocia, tomando
distancia de la imagen.
Es decir que, para asociarse, las personas inclinan el cuerpo
hacia delante, y para disociarse lo reclinan hacia atrás. Con sólo observar la postura corporal podemos darnos cuenta si
una persona está asociada, viviendo la experiencia desde
adentro de la escena, o disociada, viéndola desde afuera.
Los gestos también nos dan la pauta de si una persona se
encuentra dentro de la escena o fuera de ella. Por ejemplo, si una persona está disociada y habla de las ventajas y des-
ventajas del auto que se compró, moverá las manos en una
dirección u otra del espacio, pero si cuenta lo que sintió al
conducirlo, estará realizando gestos con un volante imagi-nario, viviendo virtualmente esa experiencia.
La postura corporal y los grados de realidad
¿Cómo distinguimos lo que es real de lo que no lo es? ¿Qué
grado de certeza les otorgamos a nuestros pensamientos?
La postura corporal nos condiciona a registrar la percep-
ción y la experiencia del mundo con distintos grados de
realidad.
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Cuando percibimos o recordamos una experiencia en forma
asociada, el cuerpo se ubica hacia adelante del eje del Joys-
tick. Si, además, la escena está en movimiento y tiene soni-
do, nos encontramos dentro de la escena viviendo las sen-
saciones de forma completa y vívida. El cerebro no puede distinguir si la escena es verdadera o no, y reacciona a la
percepción interna como si fuera cierta, movilizando la quí-
mica corporal. Si lo que experimentamos es agradable, la
química corporal nos brindará estados de alegría y de entu-siasmo. Si es desagradable, ocurrirá todo lo contrario. Mu-
chas veces, consolidamos una experiencia dolorosa del pa-
sado como si todavía fuera real, transformándola en una
trampa que nos produce sufrimiento y nos limita para al-canzar lo que queremos para nuestra vida.
En cambio, cuando nos ubicamos detrás del eje del joystick
y percibimos o recordamos una experiencia en forma dis-
ociada, el estímulo es menor y el cuerpo no responde a la
escena como si fuera real, sino que distingue que es una representación interna y sabe que no es real. Ver la escena
desde afuera nos permite distanciarnos de una experiencia
dolorosa y contemplarla en forma objetiva. La contraparte
es que, si es agradable, tendremos dificultades para regis-trar o recuperar las sensaciones de bienestar.
La percepción e interpretación de una experiencia cam-
bia radicalmente el grado de realidad que le otorgamos
si la vivimos en forma asociada, dentro de la escena, o
disociada, fuera de ella.
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La postura corporal y el tamaño de la informa-
ción
En nuestra experiencia docente y terapéutica, tratamos con
algunas personas que podían imaginarse con gran aptitud
los detalles y no podían representarse la misma situación desde afuera, y al revés, con otras que tenían una gran vi-
sión de lo general y perdían el detalle. Estudiamos su postu-
ra corporal y detectamos un patrón que nos permite reco-
nocer el tamaño de información (chunk-size) que está per-cibiendo o representándose una persona en un momento
determinado:
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Si la persona está encorvada y mira hacia abajo,
asociada, es probable que esté observando algún de-
talle pequeño dentro la escena, agrandándolo con un
efecto de lupa.
Si se dispone levemente hacia adelante, tiende a es-tar asociada y percibe la escena en una escala de 1 a
1, viendo los elementos y las personas del mismo
tamaño que ella.
Si se reclina hacia atrás, está disociada y puede ver la escena completa.
Es decir que al inclinar el cuerpo hacia adelante o hacia
atrás se perciben distintos recortes de información, que
pueden ir desde el detalle a lo general.
Hay un ejercicio que utilizamos en nuestros seminarios que
ilustra la relación entre la postura corporal y el recorte de la
realidad que se puede percibir. Le pedimos a una persona
que está inclinada hacia atrás en el eje del Joystick, disocia-
do, que piense simultáneamente en una comida que le gus-ta y una que no le gusta. En esta posición puede ver los dos
platos a la vez en una maqueta o una pantalla, de acuerdo
al ángulo de inclinación del cuerpo, uno en el campo de lo
positivo y otro en el de lo negativo. Cuando le pedimos que se incline hacia adelante, que se meta en el Holograma, ya
no le es posible ver los dos platos al mismo tiempo: la per-
sona vive la experiencia en modo de realidad virtual, como
si estuviera degustando la comida en el aquí y ahora. En esta posición, se asocia con sus sensaciones y los platos
aparecen uno a la vez en el mismo lugar, el segundo des-
plazando al primero, alternando las sensaciones positivas y
negativas.
La postura corporal condiciona el acceso a determinadas
porciones de la realidad.
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Es decir que sólo estando disociados, viendo la escena lejos
y en pantalla, podemos hacer comparaciones entre las co-
sas y advertir las ventajas y las desventajas, lo que es fun-
cional o no, lo que hay y lo que falta. Por el contrario, sólo
estando asociados, metidos dentro de la realidad virtual, podemos percibir y comparar nuestros estados emocionales
y nuestras sensaciones kinestésicas.
Asociado y disociado en el tiempo
La línea de tiempo es una representación metafórica del
modo en que las personas ordenamos en el espacio las re-
presentaciones del pasado, el presente y el futuro.
Edward T. Hall describió dos tipos principales de líneas tem-porales:
Línea de tiempo sajona (a través del tiempo): El
tiempo se representa como una línea que se desplie-
ga como un friso delante del cuerpo, con el pasado generalmente hacia la izquierda, el presente en el
centro y el futuro hacia la derecha; aunque esta dis-
posición puede variar en algunas personas. En esta
configuración, el pasado, el presente y el futuro
están a la vista, lo que permite señalar los momen-tos con precisión y observar secuencias y procesos.
Línea de tiempo latina (dentro del tiempo): La línea
atraviesa el cuerpo de la persona, con el futuro ade-
lante, el presente en el centro o ligeramente adelan-te del cuerpo y el pasado generalmente atrás, con lo
cual queda fuera de la vista del individuo, que tiene
que girar sobre sí mismo para poder verlo.
Cuando empezamos a trabajar sobre la idea del Joystick, advertimos que si una persona está echada hacia atrás,
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disociada, tenderá a montar una línea del tiempo sajona,
como si viera los hechos afuera, en un friso. Si, en cambio,
se encuentra en el eje o hacia adelante, se representará
más bien una línea del tiempo latina, estando dentro del
tiempo, realizando la acción o reviviéndola en forma asocia-da.
Las posiciones del Joystick vinculadas a la línea de tiempo y
a la percepción de lo general y el detalle pueden relacionar-
se con los metaprogramas3 de poder, filiación y logro que aprendimos años atrás gracias a Linda Sommers, y que no-
sotros rebautizamos como Detalle, Planeamiento táctico y
Planeamiento estratégico.
3 Para la PNL, los metaprogramas son patrones o modelos internos que determinan a qué
prestamos atención y cómo percibimos y procesamos la información.
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Detalle: Las personas inclinadas hacia delante del eje
del Joystick perciben el tiempo en una línea latina.
Se sienten cómodos, seguros y eficaces trabajando los detalles. Si la postura es encorvada, es habitual
que se concentren en algún detalle de la escena,
agrandándolo con un efecto de lupa. La posición los
lleva a ser puntuales, específicos y certeros. Perciben a las demás personas y a los elementos de la repre-
sentación como más grandes que ellos. La estrechez
de su mirada sobre la línea de tiempo sólo les permi-
te manejar plazos cortos. Se dedican a profesiones
que se vinculan con la posición de su cuerpo: chefs, relojeros, costureras y soldadores, entre otros, per-
tenecen a este grupo.
Planeamiento táctico: Quienes están en el eje del
Joystick se representan a las demás personas de igual tamaño que ellos. Tienen facilidad para percibir
el lugar donde están y organizar pequeños equipos
en el mediano plazo. Podemos pensar en una perso-
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na en esta postura cumpliendo la función de capitán
en un equipo de fútbol dentro del campo de juego.
Planeamiento estratégico: Cuando el cuerpo está
hacia atrás del eje del Joystick, las personas perci-
ben el tiempo en una línea sajona, como un friso desplegado frente a ellos. Tienen facilidad para ver
los procesos y sus diversos pasos, lo que les otorga
gran entendimiento. Pueden visualizar grandes gru-
pos de personas y largos períodos de tiempo en una sola imagen relativamente pequeña. En el fútbol,
ocupan las funciones del director técnico, que siem-
pre está fuera de la cancha. Podemos pensar en ellos
como los generales chinos o romanos de la antigüe-dad, estrategas absolutos, que observaban las bata-
llas desde la cima de las colinas. Suelen ser eficaces
como directores de cine o de orquesta, diseñadores,
arquitectos, ingenieros y matemáticos, profesiones
que demandan una visión amplia y mucha capacidad de planificación, dado que tendrán que resolver
cuestiones en distintos frentes de acción, yendo de lo
táctico a lo general y vuelta al detalle.
La percepción de sí mismo y de los otros
Hasta el momento, hemos visto cómo la postura corporal
influye en la manera de percibir la realidad, orientarnos en
el tiempo y recortar la información del entorno. La inclina-ción relativa del eje del Joystick también nos permite detec-
tar las posiciones perceptuales que adoptan las personas
durante la interacción.
En Primera Persona: Cuando están asociadas a sí
mismas, a lo que les pasa, en contacto con sus emo-
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ciones y sus sensaciones, tienden a poner su cuerpo
y su cabeza en el eje. Usan mayoritariamente el pro-
nombre “yo”.
En Segunda Persona: Cuando están asociadas con el
otro, pensando como él, sintiendo como él, “en sus zapatos”, tienden a inclinar el cuerpo hacia delante,
como reduciendo la distancia que los separa. Usan
más el pronombre “tú”, o “vos”.
En Tercera Persona: Cuando están disociadas de sí misma, del otro y de la situación, viendo las cosas
desde afuera como un observador, tienden a recli-
narse hacia atrás del eje. Como se ven a sí mismos
en la escena, se refieren a sí mismos como “él” o “ella”.
En este sentido, es interesante señalar el hecho de que los
rezos, en casi todas las religiones, son con el cuerpo hacia
adelante, en posición de filiación, de “tú”, de detalle; mien-tras que la mayoría de las meditaciones se dan en el “yo”,
en el eje del Joystick.
Comprender la dinámica de la postura corporal es una gran
ayuda para la comunicación, ya sea para hacer rapport (acompasar con el cuerpo) con nuestros interlocutores o
liderar a las personas posicionando nuestro cuerpo para
liderarlas.
El Joystick también nos permite detectar desde qué punto de vista una persona está mirando al mundo y tomando sus
decisiones, si es desde el metaprograma others, pensando
primero en los demás, o self, pensando primero en sí mis-
mo.
Cuando están inclinadas hacia delante, asociadas, las
personas piensan desde others. Ven a los demás de
mayor tamaño que a sí mismos y utilizan mayorita-
50
riamente la frase “Ellos y yo”. En sus gestos se ad-
vierte que, espacialmente, cuando dicen “ellos” los
representan arriba y “yo” está más abajo.
Quienes están reclinados hacia atrás, en cambio,
piensan desde self. Ven a los otros más pequeños que a sí mismos y utilizan la frase “Yo y ellos”, que
espacialmente se manifiesta con el “yo” arriba y el
“ellos” debajo.
El Joystick y la Mente Holográfica
El Joystick es el regulador que permite percibir las represen-
taciones holográficas de adentro o de afuera. Cuando esta-
mos asociados, estamos inmersos en el Holograma, somos los protagonistas de la escena y nuestros gestos y expresio-
nes faciales actúan según las sensaciones y vivencias de esa
realidad virtual. Sólo cuando llevamos el cuerpo hacia atrás
en el eje del Joystick, cuando estamos disociados, salimos del Holograma Mental y somos capaces de verlo como si
estuviera en el monitor de la computadora. En esta posi-
ción, podemos ver el sistema en su totalidad y los procesos
internos que están ocurriendo en él. Con el Holograma des-
plegado frente a nosotros en una pantalla táctil, podemos usar las manos como un mouse o un guante de realidad
virtual y hacer modificaciones allí donde sea necesario, para
cambiar nuestras representaciones mentales y, por lo tanto,
nuestra descripción de la realidad.
En síntesis, alrededor de las personas existe un campo vir-
tual de representación que llamamos el Holograma Mental,
en el cual la inteligencia metasensorial ubica los pensamien-
tos y les da sentido. Las interacciones de las imágenes, los sonidos y las sensaciones, representadas en el espacio; su
ubicación y tamaño, organizadas por la inteligencia meta-
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sensorial; condicionan la manera en que las personas com-
prendemos y actuamos en el mundo.
El Joystick es un elemento esencial en el modelo de la Men-
te Holográfica. El balanceo del cuerpo opera en un eje transversal con respecto a los campos holográficos y produ-
ce modificaciones en la manera en que estamos percibiendo
una situación, ya sea actual, pasada o proyectada a futuro.
El mero acto de cambiar la postura corporal permite:
Entrar y salir de las representaciones (por ejemplo,
con el fin de asociarse a lo que es positivo y disociar-
se de lo negativo).
Flexibilizar la capacidad de la mente para operar con
más o menos representaciones.
El movimiento de la cabeza hacia adelante y hacia atrás,
modifica el punto de vista desde el cual pensamos una
idea.
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Recortar más o menos el segmento de información
que percibimos, según sea necesario en cada contex-
to para observar lo general o el detalle.
Modificar el grado de realidad que otorgamos a nues-
tros pensamientos.
En la comunicación con otros, utilizar su postura cor-
poral genera rapport por igualar su punto de vista, y
permite liderar a otras posturas corporales, que
permitan otros puntos de vista, enriqueciendo su modelo.