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El pensamiento de Hayek y la modernización

chilena*

Jorge Vergara Estévez

**

El historiador Von Salis decía que nunca un proceso histórico

consiste solo en la mera aplicación de una teoría social o política. Foucault

asevera que hay una discontinuidad entre teoría y práctica, por tanto

nunca podrían coincidir en la realidad. Sin embargo, hay procesos

históricos en los cuales las ideas se “convierten en potencias materiales”,

como decía Marx; no en el sentido del idealismo histórico que sostiene que

ellas hacen la historia, sino que cuando son asumidas por un grupo social

pueden convertirse en potencia de transformación de la sociedad. Con

Marx se podría decir “son los hombres que hacen la historia, pero, en

condiciones que no son determinadas por ellos”1 y que, frecuentemente, la

realizan de acuerdo a proyectos basados en ciertas ideas.

La modernización chilena es un ejemplo de esto. La influencia de los

teóricos neoliberales ha sido tan profunda que ha hecho del “experimento

neoliberal” chileno” el más radical, extensivo, coherente durante cuatro

décadas. La “revolución neoconservadora” de Reagan y Thatcher no

cumplieron estas condiciones, como lo demostró Friedman. La influencia

de estos autores en la sociedad chilena, permitiría, en cierto sentido,

definir el carácter de su modernización como una “modernización

neoliberal”2.

_____________________________________________* Una versión anterior de este artículo fue publicada como “Postfacio “del libro El neuroliberalismo y la ética del más fuerte, Hugo Biagini y Diego Fernández, Octubre, Buenos Aires, 2014.

** Dr. en filosofía de la Universidad de París VIII. Profesor del Departamento de Educación de la Universidad de Chile. Investigador asociado de la Universidad Uniminuto de Bogotá. Coordinador de la Red Internacional de Pensamiento Crítico: [email protected].

1 Marx, Karl (1867), El capital. Crítica de la economía política, tomo I, Siglo XXI, México D. F, 1987.2 La tesis más difundida es la de Tomás Moulián, Chile actual: anatomía de un mito, Lom, Santiago, que sostiene que en dicho país ha habido “una revolución capitalista”. Hay un conjunto de aspectos que exceden o no son comprensibles desde la teoría neoliberal, incluso la transgreden.

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Se ha destacado la indudable influencia de Friedman en la

instauración de las políticas neoliberales en Chile desde su primera visita

en 19753. Su libro Capitalismo y libertad de 1962 ha sido tal vez el más

influyente en los Chicago’s Boys, especialmente en sus políticas

privatizadoras. Sin embargo, se puede demostrar que el ascendiente de

Hayek fue tan importante como el de su antiguo discípulo y abarcó

diversos aspectos.

En la primera parte de este artículo se ofrecerá una breve síntesis

de las concepciones de Hayek sobre el hombre, la ética, la concepción de

sociedad, del mercado, la política y la economía4. Seguidamente, se

intentar precisar la presencia de Hayek en la modernización neoliberal

chilena por su intento de justificar el golpe y la dictadura de Pinochet; en

la Constitución de 1980, tal vez la única constitución neoliberal del

mundo, así como en su influencia en las “modernizaciones”.

La concepción del hombre de Hayek

En América Latina se ha difundido la representación de que el

neoliberalismo es solo una teoría económica5. Sin embargo, desde su

origen fue, explícitamente, un proyecto político. Ludwig von Mises fue

profesor de Hayek en Viena, y podría decirse que es el fundador de esta

3 Friedman, Milton, “Carta al Presidente Augusto Pinochet”, 21 de abril de 1975, en http://www.elcato.org/milton-friedman-y-sus-recomendaciones-chile4 En Friedman Milton y Rose Friedman, La tiranía del status quo, Ariel, 1984, exponen su decepción frente a las reformas neoliberales de Reagan, quien habría claudicado frente a la presión de “los beneficiarios directos del sistema jurídico, los burócratas que viven de este sistema y, por último, de los políticos que buscan voto”, como se dice en la contratapa del referido libro. Asimismo véase María Inés Arribas y Jorge Vergara Estévez, “Modernización neoliberal y organizaciones del Tercer Sector en Chile”, Polis No. 1, Santiago, 2002. Sin embargo, cuando se analiza críticamente la complejidad de este orden social esta denominación se muestra insuficiente. Hay un conjunto de aspectos que exceden o no son comprensibles desde la teoría neoliberal, incluso son contrarias a ella.

5 Incluso el Partido Socialista chileno no conoce la teoría neoliberal. En su web “Partido Socialista de Chile Biblioteca Clodomiro Almeyda”, Altamirano/Dinamarca dice: “El neoliberalismo no es propiamente una ideología política; en cambio, el liberalismo sí lo fue, y como tal desempeñó un papel medular en la transición del Medioevo a la modernidad. El neoliberalismo ha terminado siendo una simple fórmula económica cuyos efectos estarán muy lejos de conformar sociedades propiamente liberales y democráticas”, http://www.socialismo-chileno.org/PS/index.php?option=com_content&task=view&id=380&Itemid=89

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forma de pensamiento. En su libro Liberalismus de 1927, señala que los

clásicos liberales del siglo XVIII y XIX “formularon un proyecto político que

presidió el orden social en Inglaterra y en otros lugares del mundo; (pero)

jamás se permitió al liberalismo funcionar en su plenitud”6. Hayek en

Camino de servidumbre de 1944 dice que ese “es un libro político”7. El

neoliberalismo en América Latina fue presentado como teoría económica y

como un discurso tecnocrático; por el prestigio que ha tenido la ciencia

desde el siglo pasado con el positivismo. y para ocultar bajo la apariencia

de neutralidad científica, los intereses sociales de sus partidarios.

La expresión ”neoliberalismo” ha sido usada con diversos sentidos.

Más aún, fue rechazada por Hayek, que ha dicho sobre sí, y respecto a

Popper y Friedman que ellos son “liberales”. Al parecer, la expresión fue

usada inicialmente por Mises para denominar su propia teoría. En los

sesenta fue empleada por autores alemanes para designar el liberalismo

reformado de Keynes, Dewey y otros. En Estados Unidos e Inglaterra se

considera a estos autores como “neoconservadores”. Sin embargo, en

América Latina y en Europa la expresión se emplea para designar una

escuela de pensamiento que se originó en la Sociedad Mont-Pelèrin,

fundada, en 1947, en un balneario suizo con ese nombre. Fue creada por

iniciativa de Hayek, y la mayor parte de sus 36 miembros fundadores eran

destacados economistas europeos como Ludwig von Mises, y

estadounidenses, como Milton Friedman algunos de ellos alcanzaron,

posteriormente, importantes cargos políticos como Ludwig Erhard,

Wilhelm Röpke y Jacques Rueff. Otros obtuvieron el Premio Nobel de

Economía además de Hayek (1974), y Friedman (1976): George Stigler

(1982), James M. Buchanan (1986), Maurice Allais (1988), Ronald Coase

(1991), Gary Becker (1992) y Vernon Smith (2002). En el grupo fundador

estaban los principales profesores de la Escuela de Economía de la

Universidad de Chicago, donde Hayek fue profesor posteriormente.

Participaron, también, juristas como Aaron Director; filósofos políticos

como Bertrand de Jouvenel y Karl Popper; y ensayistas como Walter

Lippman. Esta Sociedad continúa existiendo, realiza una intensa actividad

internacional de seminarios, y ha sido el modelo y propulsora de decenas

6 Mises, Ludwig von, “Liberalismo” en Sobre economía y liberalismo, tomo primero, Folio, Barcelona, 1996, p. 197 Hayek, Friedrich von, Camino de servidumbre, Alianza Editorial, Madrid, p. 19.

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de think tank neoliberales en diversos países. No es un club de debate, ni

un centro académico independiente, sino que está formado por un grupo

de intelectuales con una fuerte orientación política. Comparten los

aspectos centrales de la visión de la sociedad y el proyecto social y político

de Hayek8.

Puede decirse que es uno de los principales teóricos sociales del

siglo pasado y su importancia es comparable a la de Weber y Keynes. Su

influencia es indudable en la teoría económica, pero también se extiende a

la teoría actual de la democracia, la concepción del hombre y de la

globalización (Vergara 2007). Si el período que se extiende desde el fin de

la Segunda Guerra hasta mediados de los setenta del siglo fue llamado

justificadamente “la era de Keynes”, los últimos tres decenios podrían ser

denominados “la era de Hayek”.

Se distinguen dos etapas en su obra. La primera se comprende

desde 1929 a 1941, donde publica cuatro libros de teoría económica. La

segunda etapa se inicia con Camino de servidumbre, de 1944, y se

prolongó hasta su última obra póstuma, La fatal arrogancia. Los errores

del socialismo, de 1988. Se convirtió en un teórico social y desarrolló su

concepción del hombre y su teoría de la sociedad y el mercado.

Hayek se inscribe en la tradición clásica que proviene de Platón y

Aristóteles de fundar la concepción de la sociedad en una teoría

antropológica. El referente principal en la elaboración de su antropología

fue el liberalismo inglés del siglo XVII y XVIII, especialmente Locke, Smith

y la Ilustración Escocesa. Estos autores consideraban que su forma de

concebir la sociedad y la economía era el único adecuado a la verdadera

naturaleza del hombre, la cual no había podido realizarse durante el

régimen absolutista. Hayek reactualiza este proyecto teórico: pretende

refundar o transformar radicalmente la sociedad, de acuerdo a su proyecto

que contiene una utopía política y social. Para ello, busca un nuevo

fundamento para su teoría de la sociedad, la economía y la política. Cree

haberlo encontrado en una nueva concepción del hombre9.

8 Su Declaración de Principios que fue redactada principalmente por Hayek en 1947: http://archipielagolibertad.org/upload/files/001%20Liberalismo/1.7%20Guias%20para%20la%20accion/0054%20MPS%20-%20La%20Sociedad%20Monte%20Pellerin.pdf9 En mi libro Sociedad y mercado. La utopía política de Friedrich Hayek, Universidad Uniminuto, Flacso, Universidad de Chile y Red Internacional de

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Esta concepción antropológica está constituida por siete enunciados

de carácter universal: (a) el hombre es un individuo; (b) es un ser evolutivo

y en progreso; (c) es un ser creador de normas y tradiciones; (d) sus

normas éticas principales son funcionales a la sociedad de mercado; (e) su

racionalidad es limitada; (f) su libertad individual es negativa, y (g) los

hombres son naturalmente desiguales

Para Hayek el verdadero individualismo – inspirado en Locke, Smith,

Hume y Burke- significa que los hombres crean, espontáneamente, normas

sociales que llegan a convertirse en tradiciones y constituyen el orden

social, cosmos, sin proponérselo. El hombre no es naturalmente racional,

sino va haciéndose racional a través de la evolución. Los hombres son

naturalmente desiguales. La mayoría se guía por atavismos tribales:

solidaridad, respeto de la vida de los demás y justicia distributiva. Solo la

minoría es plenamente evolucionada que los hace exitosos en la vida

social. "Un orden –escribe Hayek- en el que todos tratasen a sus

semejantes como a si mismos desembocaría en un mundo en el que pocos

dispondrían de la posibilidad de multiplicarse y fructificar"10. También

dice: "Si la civilización es fruto de inesperados y graduales cambios en los

esquemas morales, por mucho que nos desagrade, nos veremos obligados

a concluir que no está al alcance del hombre establecer ningún sistema

ético que pueda gozar de validez universal"11.

Según Hayek, en un mercado libre las desigualdades económicas

son productos de las naturales. Concibe la libertad exclusivamente como

individual y negativa, como ausencia de coerción estatal; y la libertad

básica es la económica. El hombre ha evolucionado desde la existencia

tribal hasta “la sociedad extendida” o “abierta” regida por la competencia

y la justicia conmutativa del mercado. Su racionalidad es limitada por eso

no puede comprender intelectualmente las reglas abstractas que rigen la

sociedad abierta, pero debe venerarlas aunque no entienda su

funcionamiento. "El hombre no viene al mundo dotado de sabiduría,

racionalidad y bondad: es preciso enseñárselas, debe aprenderlas"12. El

Pensamiento Crítico, Bogotá, 2015 he expuesto ampliamente su concepción del hombre, de la sociedad y el mercado. En versión digital completa se encuentra en: http://www.pensamientocritico.info/index.php/libros/libros-de-otros-autores/file/54-jorge-vergara?tmpl=component. También en CLACSO: http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20150604121247/Mercado.pdf 10 Hayek, Friedrich von, La fatal arrogancia. Los errores del socialismo, Madrid, Unión Editorial, 1990, p. 44.11 Ibíd, p. 53-54.12 Ibíd, p. 55.

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contenido de la ética corresponde a las normas funcionales del mercado:

respeto a la propiedad y los contratos, no coaccionar a otros y evitar las

conductas regidas por atavismos primitivos. “Las relaciones personales

pierden importancia en la sociedad extensa, y eso es precisamente lo que

permite su supervivencia: si todos actuásemos siempre con espíritu de

solidaridad y altruismo, sugiere Hayek, agotaríamos rápidamente las

posibilidades de nuestra sociedad avanzada y volveríamos a la miseria de

la tribu”13.

Concepción de la sociedad, el derecho el mercado y la

política

Hayek adscribe a una concepción nominalista de la sociedad influido

por la postura radicalmente individualista de Popper. Sin embargo,

concibe la sociedad de modo organicista como una combinación de

órdenes espontáneos (Self- Genereting Orders) que constituyen un kosmos,

y de organizaciones que llama taxis. Estas son creadas de acuerdo a

objetivos explícitos, son jerárquicas y siempre deben subordinarse y

mantenerse en los límites establecido por los órdenes autogenerados. El

Estado está concebido como un conjunto de organizaciones cuyas

funciones principales son garantizar la propiedad, el sistema de de

contratos, la competencia y, en general, el funcionamiento del mercado, y

debe realizar aquellas funciones que a juicio de Hayek no son

privatizables: policía, Fuerzas Armadas, sistema judicial, impositivo, de

aduanas y otros.

Desde su perspectiva evolucionista y naturalista, las sociedades

humanas como las animales están regidas por tendencias adaptativas. A

diferencia de Popper que sostiene que la historia no tenía ningún sentido u

orientación, Hayek haciendo suya la concepción ilustrada del progreso,

cree que existe el progreso y que la sociedad abierta corresponde a su

mayor expresión. A la vez hay una tendencia al equilibrio tanto en la

13 A.A, “"Orden espontáneo y ética: La moral en La fatal arrogancia" en www.opuslibros.org/Index_libros/Recensiones_1/hayek_fat.htm

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naturaleza como en la sociedad y el mercado. No dice que sea la sociedad

final o definitiva, pero lo sugiere14.

La concepción de Hayek del mercado podría decirse que este es el

centro de la teoría social15, y cada uno de los aspectos centrales de su

teoría del hombre y la sociedad remite o se basa en su concepción del

mercado. En su concepción del hombre, la sociedad, del cambio las normas

morales, y de la historia el desarrollo del mercado es el aspecto principal

de la evolución. En su concepción, la libertad económica es el núcleo de la

misma. Un hombre es libre aunque su sociedad no lo sea si existe libertad

económica. Asimismo, el mercado es el principal de los órdenes

autogenerados y todos los otros deben adecuarse a este. En su concepción

de la política u de la democracia, como se mostrará, el mercado define

cuáles son los sistemas políticos liberales y los que no lo son.

Hayek dedicó parte importante de su reflexión al tema al derecho,

incluso una de sus tesis de doctorado. Su concepción está centrada en los

requisitos que deben cumplir las normas jurídicas para establecer un

verdadero estado de derecho. Asimismo, sostiene una concepción de

justicia que excluye absolutamente la idea de la justicia social.

La función principal de la ley es defender la libertad individual de la

intervención estatal. La restricción de dicha libertad es inaceptable y

contradictoria con el carácter del Estado. “La libertad en al ámbito

mercantil ha significado libertad amparada por la ley, pero no que los

poderes públicos se abstengan de actuar. La “interferencia” tan solo

significa transgredir la esfera de la acción privada, actividad que la ley

intentaba proteger”16. Para Hayek, la ley es un medio para el fin que el de

alcanzar un orden abstracto17. La sociedad extendida como un orden

14 Popper creía que el capitalismo era insuperable y que el intento de realizar el socialismo solo podría conducir el retorno a la barbarie y que en esta, lentamente, empezaría a desarrollar el mercado y se llegaría nuevamente a la sociedad de mercado. Vd. La sociedad abierta y sus enemigos, Paidós, Barcelona, 1981. Se trata de una filosofía de la historia de carácter determinista, contradictoria con su afirmación que la historia no tiene sentido ni orientación.15 Podría decirse que su concepción del mercado condiciona las diversas concepciones particulares que constituyen su concepción del hombre y la sociedad, puesto que incluso, temporalmente, precede a su concepción sobre la mente y las limitaciones del conocimiento humano que según Gray serían la que unifican su obra. Dice: “Trataré de demostrar que su obra tiene un carácter unitario y coherente gracias a las afirmaciones en la teoría del conocimiento” en Gray, John, “F. A. Hayek y el renacimiento del liberalismo clásico” en http://www.eseade.edu.ar/files/Libertas/49_1_Gray%20John.pdf. 16 Hayek, Friedrich (1960), Los fundamentos de la libertad, op. cit., p. 277.17 Dietze, Gottfried (1981), op. cit., p. 85.

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abstracto no es sólo autogenerado, sino que requiere de la ley: “un orden

que proporcione el máximo de libertad que sea posible en la sociedad”18.

Hayek cit a Karl Binding que dice que: “La ley (Recht) es un orden de la

libertad humana”19.

Asimismo, cuestionaba la creación conciente de reglas políticas,

sociales y morales, puesto que consideraba que esa era una postura

“construccionista”, y una forma de acción ilegítima, ya fuera estatal o

propiciada por grupos o sectores. Pensaba que las únicas normas válidas y

eficaces eran las que se forman, espontáneamente, a través del tiempo;

que son productos de la acción humana, pero no de su designio. Sin

embargo, consideraba legítima una dictadura si otorgaba libertad

económica a sus súbditos, si instauraba reglas que favorecían la libertad

económica y el mercado. El construccionismo de las dictaduras era

aceptable y deseable porque estaba orientado a la creación de un orden

social neoliberal. Su crítica al construccionismo está dirigida solo a las

normas jurídicas que consideraba de carácter intervencionista, no las que

corresponden a sus concepciones jurídicas y políticas. El objetivo de dicha

crítica es deslegitimar la legislación del estado social y la eliminación del

Estado de Bienestar20

Su concepción sobre las normas jurídicas, sociales y morales es

dicotómica. Las verdaderas normas se basan en tradiciones que se forman

espontáneamente en el tiempo. Las otras son espurias, y productos de

concepciones “construccionistas”, “racionalistas” o “socialistas”.

El modelo ideal jurídico político de Hayek es el estado de derecho.

Sostiene que su función es proteger la libertad económica individual,

preservar la propiedad privada y el sistema de contratos, condiciones

necesarias de la existencia del llamado mercado libre. También debe

favorecer el comercio nacional e internacional, estimular el crecimiento

económico y la competencia. Como se ve, el estado de derecho está

pensado desde y para el mercado.

El mercado es definido por Hayek como el principal orden

autogenerado cuyo funcionamiento armónico se debe a un insita tendencia

al equilibrio de los factores del mercado. Se define como agnóstico y, por

18 Ibíd.19 Ibíd, p. 86.20 Vergara Estévez, Jorge, "La concepción de Hayek del estado de derecho y la crítica de Hinkelammert”, Polis Nº 2, Santiago, 2002.

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tanto, no cree en el principio teológico enunciado por Adam Smith de que

la mano invisible de la Divina Providencia armoniza la oferta y la demanda,

la inversión y el gasto, etc. Hayek tiene una concepción organicista del

mercado, lo sustantivaza, lo presenta como un organismo viviente que

tiene vida propia. Como se sabe, la tendencia a la autorregulación es una

tendencia propia de los organismos vivientes que son sistemas abiertos

que controlan sus imput y output, y sus equilibrios internos (temperatura,

presión anterior, ritmo cardíaco, ph, glicemia, etc.). Sin embargo, Hayek

dice que no podemos probar ni sabemos cómo funciona dicha tendencia al

equilibrio, pero debemos creer en ella. Incluso afirma que es una tarea de

la ciencia económica probar dicha tendencia al equilibrio21. Esta postura

no ha convencido a sus críticos que sostienen que la competencia en el

mercado siempre produce el desequilibrio y que el concepto de

competencia perfecta es un concepto autocontradictorio22. Bourdieu

sostiene que la competencia perfecta es irrealizable, es solo un concepto

matemático puro como los eidos platónicos23 absolutamente separado de la

realidad empírica.

Paradojalmente, las características que atribuye Hayek al mercado

son las que la teología cristiana atribuye a Dios, No dice que el mercado

sea Dios si no que participa de las cualidades perfectas de la divinidad24.

Cree que el mercado es el más poderoso porque es capaz de hacer lo que

ningún hombre o grupo de hombres podría hacer por sí solos. Es el más

justo, porque da a cada uno lo que le corresponde, en relación a su aporte:

do ut des. El mercado es el más sabio porque sintetiza en sus precios más

información que la que podría llegar a tener un hombre o grupo de

hombres. El mercado es fuente de vida porque permite vivir no a todos,

sino a la mayor cantidad de personas.

Esta teoría social conduce a tres resultados que son tres ejes de su

proyecto político. La primera es el elitismo político. El poder político

21 Hayek, Friedrich von, Individualismo y Orden Económico (1948), Unión Editorial, Madrid: 1996.22 Hinkelammert, Franz, Crítica de la razón utópica, Dei, Sn José de Costa Rica,

1984.23 Bourdieu, Contre-feux, tome premier, Liber Raisons d’Agir, París, 1998. 24 El Papa Francisco es más radical en su crítica teológica, inspirada en Benjamin. En un discurso reciente, del 16 de mayo del 2013, sostuvo que “hemos creado nuevos ídolos. La adoración del antiguo becerro de oro (cf. Ex 32, 15-34) ha encontrado una imagen nueva y despiadada en el fetichismo del dinero y en la dictadura de la economía sin rostro y sin un objetivo verdaderamente humano”, en http://noticias.iglesia.cl/noticia.php?id=20908.

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principal que consiste en legislar debe reservarse para la elite de los

triunfadores del mercado. Solo ella posee el saber práctico para hacer las

leyes que estimularan la competencia y potenciaran el desarrollo del

mercado, condiciones necesarias para realizar el proyecto político

neoliberal.

La segunda es el rechazo de los derechos humanos que considera un

obstáculo para la realización de su proyecto político social. Para Hayek los

derechos humanos son solo individuales, nunca sociales ni económicos.

Estos son la libertad económica en todas sus formas, el derecho de

propiedad y las igualdades necesarias para su realización en el mercado:

igualdad ante el mercado, la justicia y la ley.

La anulación de los derechos económico sociales y la suspensión toda

forma de legislación social corresponde a la concepción de libertad de

Hayek y a su rechazo a toda forma de justicia social. Escribió que “se

puede ser libre aunque la sociedad no sea libre”25. Esto significa que si un

régimen político respeta la libertad económica y el orden del mercado, sus

súbditos son libres aunque esa sociedad sea una colonia o una dictadura.

Asimismo, considera la justicia social como un mito peligroso y erróneo y

cree que el intento de realizarla significa la destrucción del estado de

derecho. Escribe: "Cualquier política dirigida directamente a un ideal de

justicia distributiva, es decir, a lo que alguien entienda como una

distribución ‘más justa', tiene necesariamente que conducir a la

destrucción del imperio de la ley porque, para poder producir el mismo

resultado en personas diferentes, sería necesario tratarlas de forma

diferente. Y ¿cómo podría haber entonces leyes generales?"26.

La tercera es la negación del derecho a la vida de todos. No solo

rechaza absolutamente las normas de solidaridad y justicia distributiva que

considera atavismos de la sociedad tribal, sino también el principio de la

vida, entendido como el derecho de todos a vivir. Por ello rechaza la

noción de dignidad básica de todo ser humano. Dice que el sólo hecho de

existir no otorga ningún derecho, y que, consiguientemente, los que no

pueden acceder al mercado, no tiene derecho a ser auxiliados por la

sociedad y el Estado.

25 Hayek, Friedrich von (1960), The Constitution of Liberty, chap. 7, op. cit.26 Hayek, Friedrich von, cit. en cit en www.uca.edu.sv/filosofia/index.php?cat=64.

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Para designar esas personas usa la misma expresión “parásitos”, que

empleo Spencer, y los nazis para denominar a “las razas inferiores”27.

Consiguientemente, rechaza la ayuda humanitaria a países que sufren

hambruna. “Si desde el exterior usted subvenciona la expansión de la

población, que es incapaz de alimentarse a sí misma, usted contrae la

responsabilidad permanente de mantener vivas a millones de personas en

el mundo, que no podemos mantener vivas. Por lo tanto, me temo que

debemos confiar en el control tradicional del aumento demográfico.

Probablemente morirá el número suficiente de recién nacidos. Eso ha sido

la historia del hombre desde siempre”28.

Influencia de Hayek en la modernización chilena

El largo período dictatorial de diez y siete años, desde 1973 a 1990,

se divide en dos fases. La primera se extiende desde 1973 a 1980, y

presenta una combinación de estrategias represivas y de refundación

institucional. En la segunda, desde 1980 a 1990, llamada de

institucionalización predomina el componente refundacional. En el primer

período se pusieron las bases de la economía neoliberal mediante la

completa libertad de precios, la privatización de muchas empresas

públicas, la apertura unilateral del comercio, la eliminación de la

legislación laboral precedente, etc. Paralelamente, se elaboró la

Constitución de 1980 mediante una Comisión Constituyente, dirigida por el

asesor jurídico de la Junta Militar, el abogado Jaime Guzmán. El conocía el

pensamiento constitucional de Hayek y realizó una compleja combinación

con una interpretación conservadora de la Doctrina Social de la Iglesia

católica, el decisionismo de Carl Schmitt, el principal teórico político del

nacionalsocialismo, y el militarismo29.

27 Hayek Friedrich (1988), La fatal arrogancia, op. cit. Spencer (1864), refiriéndose a los pobres escribe. “No quieren trabajar o lo abandonan tan pronto como lo empiezan. Son sencillamente parásitos que, de un modo u otro, viven a expensas de la sociedad, vagos y borrachos, criminales y aprendices de criminales” en El hombre contra el Estado, op. cit. p. 46.28 Friedrich Hayek (1981), “Entrevista”, Revista Realidad, Santiago. Su postura que sacrifica los seres humanos a la reproducción del sistema es radicalmente anti-humanista, aunque se proclame como un individualismo. Vd. Benítez, Gustavo (2000), El antihumanismo neoliberal. El individuo como totalidad, Arteidea Editores, Lima.29 Cristi, Renato, El pensamiento político de Jaime Guzmán. Autoridad y libertad, Lom, Santiago, 2000.

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La Junta Militar de hecho había derogado la Constitución de 1925.

Aunque el golpe militar se hizo en nombre de su defensa, en sí mismo era

un acto de sedicioso, carente de validez jurídica, pues el sector golpista se

arrogó la representación de la nación. Pocos años después la Junta,

siguiendo la doctrina decisionista de Schmitt, se atribuyó poder

constituyente y dictó en 1976 las Actas Constitucionales. Desde el inicio de

la dictadura empezó a elaborarse un proyecto refundacional de un nuevo

orden económico, social y político en el cual las concepciones de Hayek

fueron una de sus principales fuentes.

La Constitución de 1980 está basada en una concepción

instrumental de la democracia. Dice Hayek. “La democracia tiene una

tarea: garantizar que los procesos político se conduzcan en forma sana. No

es un fin. Es una regla de procedimiento que tiene por objetivo servir a la

libertad. Esta última requiere de la democracia, pero sería preferible

sacrificarla temporalmente, antes que prescindir de la libertad”30. Por su

parte, Guzmán haciendo suyas las ideas de Hayek escribe: “la democracia

es una forma de gobierno, y como tal solo un medio - y ni siquiera el único

o el más adecuado en toda circunstancia par favorecer la libertad”31. Para

ellos es solo un método político para institucionalizar y consolidar un orden

económico social existente, una forma vacía como dice Popper, no un fin

en sí mismo, ni una forma de vida que pudiera ampliarse a las instituciones

principales de la sociedad, como lo proponen los liberales como Harold

Laski, John Dewey y Robert Dhal32.

Por ello, dicha constitución busca substraer a la voluntad política de

los ciudadanos a las instituciones fundamentales de la sociedad. Para ello

rechaza radicalmente el principio de la soberanía popular y lo sustituye

por el de la “soberanía nacional”33, el cual tuvo desde su origen en Locke y

30 Hayek, Friedrich von, “Entrevista”, El Mercurio, 19 de abril, 1981. Reproducida en Lucía Santa Cruz, Conversaciones con la libertad, El Mercurio y Aguilar, Santiago, 2000, pp. 50-51.31 Guzmán, Jaime, “Democracia y libertad, ¿son lo mismo?”, Ercilla, Santiago, agosto 22 de 1979.32 Hayek, Friedrich (1960), The Constitution of Liberty, chap. 7, The University of Chicago Press, Chicago, 1960. La posición opuesta dentro del espacio liberal es la de los liberales del autodesarrollo y participativos como John Dewey, Harold Laski, Crawford Macpherson y otros.33 Wikipedia, “Soberanía nacional”. Allí se señala que: “La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano determinó que "toda soberanía reside esencialmente en la nación". La soberanía nacional se concibe como una, indivisible e inalienable, y no puede confundirse con los individuos que la

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la Revolución Francesa, el cual tiene un carácter elitista. La ciudadanía

activa y el derecho a voto deben quedar reservados a la minoría

propietaria34. En esta constitución, el poder delegado de los

representantes políticos -propio de una democracia representativa-, está

limitado por el poder suprapolítico de las principales organizaciones

burocráticas del Estado: la Corte Suprema, y el Tribunal Constitucional

formado por miembros designados el cual puede vetar una ley si la

consideran anticonstitucional35. En su versión original que rigió hasta el

2005 fue una democracia tutelada por las Fuerzas Armadas.

Esta concepción corresponde a la idea de Hayek que hace suya la

postura de Schumpeter de que la democracia es solo un medio. Por ello,

se debe minimizar el poder de “las masas”36, pues las mayorías son

incapaces políticamente, porque están formadas por seres inferiores. Para

Hayek, como se expuso, esta inferioridad es atávica, una herencia

genética, manifiesta en que las masas actúan movidas por impulsos

tribales; la solidaridad, el respeto a la vida de todos y cada uno y la justicia

distributiva. Las elites, en cambio, poseen plena capacidad adaptativa a las

relaciones mercantiles abstractas propias de la sociedad extendida, y por

ello deben gobernar la sociedad37.

conforman; el individuo es parte de la nación, pero esta es un todo que no le representa directamente. No será pues automática la aplicación del sufragio universal igual para todos y con poder de decisión, tal como se pretende con el concepto de soberanía popular. En esta concepción restringida de soberanía nacional, el voto no es un derecho del individuo, sino que esta función se reserva para quienes reúnan la dignidad suficiente, generalmente unida a la riqueza personal (por entender que estarán más identificados con los intereses de la nación), y por tanto se justifica el sufragio censitario”, en http://es.wikipedia.org/wiki/Soberan%C3%ADa_nacional.

34 En la referida Comisión se discutió seriamente la posibilidad de restaurar el voto censitario que había sido abolido en Chile en 1888. Sin embargo, por razones prácticas se prefirió instaurar los mecanismos constitucionales mencionados.35 Después de la reforma del 2005 se eliminó el Consejo de Seguridad Nacional, que tenía carácter resolutivo y sometía al Presidente y a los parlamentarios a los comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas36 Schumpeter, Joseph (1942), Capitalismo, socialismo y democracia, tomo primero, Ed. Orbis, Buenos aires, 1968. Esta concepción provenía de la sociología conservadora de Le Bon y otros.37 Hayek, Friedrich (1978), Nuevos estudios de filosofía, política, economía e historia de las ideas, cap. 5, Unión Editorial, Madrid, 2007. Asimismo, señala Cristi, Renato: “Pinochet, y luego Thatcher y Reagan, diseñan sus políticas teniendo a la vista el rechazo de Hayek al igualitarismo y su opción por un ideal de libertad preferencial que exige la ausencia de interferencia estatal. El 10 de octubre de 1975, en un discurso Thatcher afirma: “todos somos desiguales. Nadie, gracias a Dios, es igual a otra persona por más que los socialistas pretendan que no es así. Creemos que toda persona tiene un derecho a la desigualdad, pero a la vez todo ser humano es igualmente importante para nosotros” en “Hayek la

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La impronta de la ética hayekiana en el texto constitucional se

manifiesta en su formulación de los derechos humanos como derechos

mínimos. Dicha concepción niega la existencia de derechos económico

sociales, los cuales solo están enunciados “programáticamente”, y carecen

de recursos legales efectivos para exigir al Estado su cumplimiento. Estos

son: el derecho a la vida, a vivir en un ambiente libre de contaminación, a

la protección de la salud, a la educación, a la seguridad social, y de

reunión. El derecho fundamental para Hayek y para esta constitución es el

derecho de propiedad y de realizar actividades económicas. Este cuenta

con toda clase de resguardos y recursos, y por ello ocupa cuatro páginas38.

Esto es coincidente con su doctrina de que las principales normas morales

son las condiciones de funcionamiento del mercado.

La concepción del Estado de esta constitución corresponde a las

concepciones de Hayek. Por una parte es un estado mínimo, y por otro su

función principal en esta constitución es favorecer el funcionamiento del

mercado. Consecuentemente, esta constitución es un caso límite de

constitución extendida, puesto que a su texto se debe agregar las 24 “leyes

de quorom calificado” que comprende las principales instituciones:

Fuerzas Armadas, sistema electoral, educación, previsión, minería,

autorización al Estado para realizar actividades empresariales, etc. Su

modificación y derogación exige la aprobación de “la mayoría absoluta de

los diputados y senadores en ejercicio”, y no pueden ser objeto de

delegación de facultades legislativas. De este modo, se establece un

quórum de casi unanimidad, que solo puede alcanzarse con el acuerdo de

los sectores conservadores otorgándoles un poder de veto de cualquier

iniciativa destinada a cambiar las bases del sistema institucional. La

Constitución de 1980 es tal vez la única el mundo que fue hecha para

instaurar y conceder estatus constitucional a un sistema neoliberal.

El rechazo radical del principio de mayoría de la teoría política de

Hayek se expresa, asimismo, en la ley electoral promulgada por la

dictadura que instauró un sistema electoral único en el mundo. Según este

en cada distrito electoral se eligen dos parlamentarios. Si la minoría

obtuviera un tercio más uno de los votos válidamente elegidos elige un

representante y la mayoría el otro. Solo si la votación de la mayoría

desigualdad y la UDI”, Revista Capital, 2009, en chileliberal. Blogspot.com.ar.38 Honorable Junta de Gobierno, Constitución Política de la República, Art. 19, Nº 20 a 26, Santiago, 2005

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excediera los dos tercios de los votos elegiría los dos. Este insólito sistema

implica una sobrerrepresentación de los partidos conservadores y obliga a

la mayoría a cogobernar con la minoría. El objetivo político de Guzmán y

de la constitución fue el de establecer una democracia elitista, controlada

y tutelada por la elite de poder y defensora de la libertad, especialmente

la económica, tal como la definió Pinochet durante los setenta. En ella la

concepción neoliberal del Estado, el derecho y la propiedad se unen con

una concepción militantemente conservadora, descrita por Pinochet como

“nuestra concepción humanista, impregnada de sentido nacional y

cristiano”39.

La influencia del conservadurismo neoliberal de Hayek que busca

instaurar de modo definitivo las instituciones políticas adecuadas a la

sociedad de mercado se manifiesta en el carácter extremadamente rígido

de este texto constitucional. Su modificación no es posible sin un acuerdo

con los sectores conservadores pues “el proyecto de reforma necesitará

para ser aprobado en cada cámara con el voto conforme de las tres quintas

aportes de los diputados y senadores en ejercicio”40.

La influencia de Hayek en la modernización chilena se acrecentó con

sus visitas al país en 1981 y en 1982, ocasión en que también visitó

Argentina 41. Su venida fue precedida por la de Friedman quien vino

también en dos ocasiones en 1975 y en 1981. Fue invitado por varios

grupos económicos y por sus discípulos chilenos, que habían hecho

postgrados en la universidad de Chicago, los Chicago Boy’s, los cuales

dirigieron la economía chilena durante toda la dictadura, hasta 1989.

Pinochet, en 1975, le pidió a Friedman que diseñara lo que este llamó “la

política de shock” con la cual se inició el proceso de modernización

neoliberal. Estas medidas lograron hacer descender el alta nivel de

inflación, pero con un gran costo social de cesantía y empobrecimiento

para la mayoría.

39 Pinochet Augusto, Visión futura de Chile, Dinacos, Santiago, 1979, p. 39.40 Honorable Junta de Gobierno, Constitución de la República de Chile, op. cit. cap XV, arts. 127 a 129, pp. 86 a 88.41 Estas visitas estuvieron precedida por una anterior a Buenos Aires, en 1977, de Ludwig con Mises, invitado por la Academia Nacional de Ciencias y la Bolsa de Comercio. Dio un conjunto de conferencias de introducción a su pensamiento, que posteriormente fueron publicadas, como Temas de la hora actual, la Bolsa de Comercio, Buenos Aires 1978. El interés de los neoliberales por Argentina es antiguo. En 1959, Ludwig von Mises fue invitado a Argentina en la época de la dictadura de Leonardi y ofreció un conjunto de conferencias que llamó “Seis lecciones sobre le capitalismo” en Von Mises, Ludwig, Sobre liberalismo y capitalismo, tomo II, Ed. Folio, Barcelona, 1996.

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Las visitas de Hayek constituyeron un acontecimiento político e

intelectual, puesto que fue el más importante de los teóricos sociales

europeos que apoyó las dictaduras militares del Cono Sur. Esta visita fue

precedida por una intensa campaña de difusión de sus ideas en los

periódicos y medios de comunicación, especialmente en El Mercurio, el

principal periódico conservador42. Su visita coincidió con un seminario que

la Sociedad Mont Pèlerin realizó en Santiago y al que asistieron

destacados intelectuales neoliberales de varios países43.

Hayek concedió una larga entrevista al referido periódico44. En ella,

intentó justificar teóricamente del golpe de 1973, aunque de modo

paradojal 45. Sostuvo que “cuando no hay normas, alguien tiene que

crearlas”. Esto significaría que en los tres años de gobierno de la Unidad

Popular habrían desaparecido las normas y que la dictadura era necesaria

para crearlas e instaurar un orden. Esta postura se basa en la filosofía

política de Hobbes. En su principal obra, Leviatán, de 1651, sostuvo que

en el estado de naturaleza, previo a la creación de la sociedad y el Estado,

había una situación “de guerra de todos contra todos”, y no existía ninguna

norma social ni moral, sino un caos. Esta situación límite donde la vida de

todos estaba amenazada, justificaría la creación del Estado autoritario, que

caracteriza como un enorme hombre mecánico que posee poder ilimitado.

Se genera porque todos y de cada uno delegan completa y permanente su

libertad y poder en el Estado autoritario. Con este pacto de sumisión que

todos suscriben se crean la sociedad y el Estado. Este dicta un conjunto de

normas impositivas que terminan con la guerra civil y el caos, protegen la

propiedad de cada uno, evitan que fuera atacado por otros y estimula el

comercio.

42 Su director, Arturo Fontaine Aldunate, pronunció un extenso discurso de recepción en el Instituto de Chile que fue reproducido en el periódico y ampliamente difundido en una edición: “Más allá del Leviatán hacia el resurgimiento de la libertad individual”, Editorial Universitaria, Santiago, 1980. En este hace una elogiosa introducción al pensamiento de Hayek y Friedman.43 Centro de Estudios Públicos, “Sociedad y Libertad. Conferencias sobre Fundamentos de un Sistema Social Libre”, Estudios Públicos Nº 3, Santiago, junio de 1981. Este número monográfico contiene las ponencias de Friedrich Hayek, Chiaqui Nishiyama, Theodor Schutz, Ernest Mestmäcker, Armen Alchian y Jan Tumlir.44 Hayek, Friedrich, “Entrevista”, El Mercurio, 19 de abril, 1981. Reproducida en Lucía Santa Cruz, Conversaciones con la libertad, op. cit., pp. 45-59.45 Su venida coincidió con la inauguración del Centro de Estudios Públicos el principal Think Tanks de la derecha chilena, financiado por uno de los principales grupos económicos del país, y del cual fue nombrado Director Honorario.

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Esta representación de una situación chilena de 1973 como ausencia

completa de normas correspondía, en términos generales, a la que tenía la

derecha chilena y los militares. Pensaban que las reformas socialistas de la

Unidad Popular y el intenso conflicto social que ellos mismos

desencadenaron era una situación de caos, similar a la descrita por

Hobbes. Para ellos, la dictadura significaba la instauración del orden y la

paz46, porque todo el poder político y social se concentró en el gobierno y

sus asesores de derecha, porque habían anulado o suspendido toda la

legislación sobre derechos personales, políticos y sociales y había creado,

desde sus inicios, un eficaz aparato represivo, destinado a anular toda

resistencia, destruir el movimiento popular y las organizaciones de

izquierda, especialmente sus partidos. En realidad, nunca hubo una

situación de ausencia de normas sino más bien un agudo conflicto social y

político y una dualidad de poderes. El golpe y la dictadura anularon las

normas vigentes para refundar el sistema jurídico, político y social de

acuerdo al proyecto de derecha. La anulación de los derechos económico

sociales y la suspensión toda forma de legislación social correspondía a la

ya descrita concepción de libertad de Hayek, y su rechazo a toda forma de

justicia social. Como señala un crítico se instauró “una constitucionalidad

autoritaria que consagra a un modelo económico y político donde lo más

importante es que Chile sea una oportunidad de negocios. Todas las

necesidades de la persona son sujetos de negocios”47.

La influencia de Hayek fue diferente, pero complementaria a la de

Friedman. Esta última se ejerció en la aplicación de un conjunto de

propuestas de política económicas: de privatización, de políticas

monetarias, educativas, de salud y otras. La de Hayek se ejerció, como se

ha expuesto, en el nivel jurídico, de teoría política y en la destrucción

parcial de la cultura política precedente y sus valores: soberanía popular,

solidaridad, ciudadanía, reconocimiento de la dignidad humana,

responsabilidad social por las necesidades humanas de los sectores más

46 Durante los primeros años de la dictadura, el gobierno instaló grandes afiches con fotografías de personas desenvolviéndose normalmente y con sonrisas de felicidad, su texto era “Chile avanza en orden y paz”.

47 Marcel Claude: “Al señor Von Appen y al señor Paulmann deberían quitarles la

nacionalidad y ponerlos en la frontera” (Entrevista), El Mostrador, 20 mayo del 2013 en http://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2013/05/20/marcel-claude-al-senor-von-appen-y-al-senor-paulmann-deberian-quitarles-la-nacionalidad-y-ponerlos-en-la-frontera/

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vulnerables, disminución de la desigualdad y de la cooperación. En estas

cuatro décadas, se ha tratado, de acuerdo al proyecto de la derecha de

“cambiarle la mentalidad a los chilenos” instaurando nuevos valores: el

individualismo, la manipulación y desprecio de los otros, la maximización

de la desigualdad, la negación de la ciudadanía, el logro individual

obtenible a cualquier precio y la competencia.

La antropología y teoría social de Hayek contribuyeron a la

constitución en Chile de un orden social, político y económico de carácter

neoligárquico, cuya característica principal es que la sociedad está

gobernada por una elite o “minoría consistente” como la denominaba

Lechner48, que concentra las principales formas de poder social:

económico, político, comunicacional, religioso, militar, educativo y otros49.

Aunque los distintos grupos que la componen tienen distintas posturas e

intereses particulares respecto a ciertos temas, la elite de poder tiene

como “cemento ideológico” un consenso básico de supuestos y principios

compartidos. Este consenso está potenciado una trama de intereses que

asegura y acrecienta sus diversos privilegios. Esta comprende un conjunto

de procedimientos. “los intereses cruzados”, “la coopción de los políticos

por los grupos empresariales”, “la circulación de los tecnócratas y

gerentes entre el sector público y privado” y la corrupción.

Esta oligarquía no es un establishment50, es decir carece de un

proyecto nacional inclusivo. Tampoco busca crear un orden social

equitativo con desarrollo sustentable, que asegure la satisfacción de las

necesidades básicas de todos, que integre a la gran mayoría de la

población, y limite las desigualdades sociales y económicas, a diferencia de

los establishments japonés y sueco, por ejemplo. La elite chilena gobierna

la sociedad para su propio beneficio y no tiene interés ni capacidad para

intentar disminuir los problemas principales de la sociedad. El resultado es

que el país funciona bien para un tercio o menos de su población. En

síntesis, el sistema social chileno es insustentable social y ambientalmente.

48 Lechner, Norbert, “Poder y orden. La estrategia de la minoría consistente” (1984) en Obras escogidas, tomo I, Lom , Santiago, 200649 García de la Huerta, Marcos, Reflexiones americanas. Ensayos de Infra-historia, Lom, Santiago, 1999. Esta característica central en un orden (neo)oligárquico no está presente en a concepción de la “verdadera” democracia como la concibe Hayek (1976).50 Fue el economista Thurow del MIT quien señaló, en un artículo, la diferencia entre oligarquía y establishmen

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Más allá de la elite está “la población”, “la gente”, “la calle”, “el

capital humano”, “los clientes” y “usuarios”, que tienen muchos deberes y

muy pocos derechos. La elite controla la sociedad mediante un vasto

sistema de desigualdades y discriminaciones. La nación ha sido convertida

en una “mayoría marginada”, empleando una expresión de Basaglia. Todo

esto genera una disonancia u oposición entre los intereses y decisiones de

la nación y de la elite, la cual es incapaz de articular e integrar a su

proyecto los intereses, perspectivas y expectativas de la mayoría51. Prueba

de ello es el alto nivel de desigualdades en la distribución del ingreso, uno

de los peores del mundo. A esto se agrega la disparidad creciente entre el

bajo nivel de sueldos promedio los precios de los servicios básicos

domiciliarios, de transporte público y de la educación: “en Chile la

educación es de las más caras del mundo. A nivel universitario el costo de

la educación es un 72% del ingreso per cápita. En los países de la OCDE es

un 44%. El modelo económico chileno no es más que un patrón de

acumulación que se inscribe en el proyecto de dominación de la oligarquía

elitista que siempre se las ha arreglado para conducir los procesos

políticos, articulada y en armonía con el proyecto global de acumulación

capitalista”52.

Dadas estas características este orden presenta un déficit hegemónico

permanente, por lo cual debe emplear diversas formas de control político,

comunicativo y social que incluyen la coerción que se ejerce como

violencia policial sobre los movimientos sociales, sindicatos y otros. Por

ello, su sistema institucional público y privado muestra una creciente

“crisis de legitimidad”53. El Informe del Programa de Naciones Unidas

para el Desarrollo, Desarrollo Humano en Chile 1998: Las paradojas de la

modernización, mostró hace 15 años, un profundo malestar de los

ciudadanos frente a la modernización neoliberal. Desde entonces, diversos

estudios de opinión pública muestran la permanencia y agudización de

tendencias similares. Según el último Latinobarómetro del 20111 hay un

51 Programa de Naciones Unidas (PNUD), Informe de desarrollo humano 1998. Las paradojas de la modernización, Santiago, 1998. Vd. y Arribas, María Inés y Jorge Vergara, “Modernización neoliberal y organizaciones del Tercer Sector en Chile” en Polis Nº 1, Santiago, vol. 2001.52 Marcel, Claude, “El modelo económico chileno de acumulación, depredación e injusticia social como proyecto de modernidad tecno-capitalista y oligárquica”, en http://marcelclaude.blogspot.com/2012/05/bases-y-fundamentos-del-proyecto.html53 Este concepto fue planteado por Habermas en 1976, pero estaba limitado al sistema político, pero es aplicable al conjunto de las instituciones públicas y privadas.

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rechazo mayoritario al sistema económico que comprende, según los

diversos estudios, a dos tercios de la población o más54. Segundo, hay una

baja aprobación y un creciente rechazo por los partidos políticos y el

parlamento. Tercero, solo el 22%, está de acuerdo a la afirmación de que

se gobierna por el bien del pueblo55. Y solo el 6% piensa que la distribución

del ingreso es justa56.

Sin embargo, este orden que parecía tan estable y consolidado ha

entrado en crisis desde el 2010. Necesitaba para reproducirse de la

atomización de la mayoría, de su conformismo, de “el peso de la noche”57.

En los últimos años, especialmente ha entrado en crisis porque se ha

profundizado su déficit de legitimidad y el descrédito de las principales

instituciones, que venía desde los noventa. Es así que se la abstención

electoral ha alcanzado el 60% en la ultimas elecciones municipales, una

cifra inédita en los últimos cuarenta años. Paralelamente, se ha generado

un conjunto de consensos de cambio social estimulados por la extensión y

vitalidad del movimiento ciudadano de los últimos años58. Es previsible,

entonces, que se produzcan diversos fenómenos de cambio social que

puede conducir a una progresiva resolución de la crisis o bien, y si los

conservadores logran retrasar dicho cambio, se ahondará el actual proceso

de decadencia social.

54 Corporación Latinobarómetro, Informe 2011 en http://www.infoamerica.org/primera/lb_2011.pdf.55 Ibíd, p. 35.56 Ibíd, p. 34.57 Jocelyn-Holt, Alfredo, El peso de la noche. Nuestra frágil fortaleza histórica, Ariel, Santiago, 1997.58 Corporación Latinobarómetro, Informe 2011, op. cit.