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10 errores que frenan el progreso ganadero
JULIAN CADOSCH
10 ERRORES QUE FRENAN EL DESARROLLO GANADERO.
JANUARY 11, 2015
1. Deficiente Calostrado. Un importante número de crías no se calostran
correctamente. El momento, la calidad, la cantidad, generalmente no corresponden
a lo requerido. Unas cuantas mueren causando perdida visible, pero numerosos
animales crecen con defensas deficientes, siendo fácilmente atacados por
enfermedades, generándose cuantiosas pérdidas ocultas.
2. Cura de ombligo inadecuada. Procedimientos, momentos, productos que no secan
ni curan la herida, permitiendo lesiones, contaminación, inflamación e infecciones
del ombligo con serias consecuencias. Se utilizan con frecuencia productos
agresivos, tóxicos. Las pérdidas por muertes de neonatos(recién nacidos) son
minoría ante las causadas por animales que crecen con daño hepático e infecciones
latentes afectando seriamente su productividad, muchos de ellos convertidos en
“cadáveres productivos” generadores de importantes pérdidas inadvertidas al
negocio.
3. Bloqueo a la producción de leche. No ordeñar a fondo desde el primer momento,
retirando la totalidad del calostro en el primer ordeño para que los alveolos sean
ocupados por leche, bloquea la producción de una glándula que requiere ser
desocupada al menos dos veces al día. El ternero es incapaz de hacerlo y el hombre
no es consciente de la importancia y necesidad de ello. La práctica equivocada de
no ordeñar siempre a fondo, dos veces al día, especialmente en los días cercanos al
parto, permite que se pierda el potencial lechero de una vaca que termina con una
lactancia pobre, desperdiciando la millonaria inversión en mejoramiento genético
lechero.
4. Persistencia del vinculo Madre-cría. Mantener unidas vaca y cría genera serios
bloqueos productivos para ambos. La vaca no hace su trabajo de manera eficiente,
menos lo hará en la medida en que sea mayor su capacidad productora de leche. El
ternero produce un efecto negativo en la lactancia y en la recuperación hormonal
postparto que permite el reinicio de la ovulación. La vaca trabaja mejor sin su cría.
Si debe alimentarla lo mejor es establecer dos momentos de treinta minutos c/u,
durante el día para que lo haga, se ordeñe o no la vaca. El ternero que tiene acceso
voluntario a la teta de la madre no realiza su trabajo eficientemente. El paso de
monogástrico a rumiante estará reprimido y no será el adecuado. Las consecuencias
para el animal cuando es destetado son negativas, generándose pérdidas
importantes. La llegada a la adultez productiva de estos animales siempre será
morosa.
5. El Destete tardío. Este punto está ligado al anterior pero merece comentario
adicional. Destetar animales de 8 meses de edad no va acorde con la razón de ser
de los rumiantes. Un correcto manejo debe llevar a que el paso de monogástrico a
rumiante se realice totalmente al cuarto mes, entonces, ¿que hace un animal
supuestamente rumiante mamando leche?, Alimentar con leche un rumiante es muy
costoso, es muy rentable el uso de concentrados comerciales y forrajes de calidad.
Alimentar correctamente una cría es un excelente negocio. Nuestra cultura
menosprecia la alimentación de estos animales y es por ello que estamos llegando a
una adultez productiva demasiado vieja. Las pérdidas de esta desafortunada
costumbre son enormes. Jamás seremos competitivos destetando animales de esa
manera, a esa edad y mucho menos con esos pesos. Tampoco cuando lo hacemos
“a toda leche” causando un rumen inmaduro.
6. El mercado del desteto. Un animal destetado sobreviviente, desnutrido, con bajo
peso, enclenque, es muy apetecido por los Levantadores, quienes persiguen un
animal lo más liviano posible. Un contrasentido biológico y económico que solo
puede ser negocio en un mercado distorsionado, en el que no se sacan cuentas
reales. Existe la conocida “ganancia compensatoria”, que ocurre con animales cuyo
crecimiento ha terminado. No existe el “desarrollo Compensatorio” que se pretende
ocurra con animales sometidos al hambre, con lo cual no desarrollan su cuerpo y
sus órganos de una manera correcta. Un macho con bajo peso al destete tardara al
menos tres años para salir al mercado y una hembra estará haciendo primer parto
sobre los cuatro años. Desconociendo el costo real de estos animales se los asigna
un valor arbitrario muy por debajo del costo real de una buena crianza. Esta ultima
si es posible valorizarla y lograr con ella machos para sacrificio a los dos años y
hembras pariendo antes de los tres. La diferencia en tiempo y calidad productiva
son incomparables. Es ilógico insistir en una práctica totalmente equivocada,
generadora de perdidas, solo por que “siempre ha sido así”. Siempre habrá
“inversionistas” que premian la desnutrición y la mala crianza. ¿Ganan?
7. El Terrible periodo “de Levante”. Animales desnutridos son “premiados”
enviándolos a un periodo de verdadero faquirismo, a pasar hambre, a deambular
buscando el alimento indispensable para terminar su desarrollo. Se reitera la falta
de atención lógica a los principios biológicos: Un animal en crecimiento, formación
y desarrollo exige una nutrición adecuada. Si ésta falla, el proceso será deficiente y
es claro que no existe la compensación a ello. Mucho dinero se maneja en la
comercialización de animales en este proceso, costos de transporte, de manejo, de
personal, de insumos, incluido el tiempo, que encarecen la obtención de un adulto.
Mucho dinero podría ser mejor utilizado criando y levantando un animal teniendo
en cuenta las necesidades propias de su estado en ganancia. El periodo que
biológicamente ofrece las mejores posibilidades al negocio, es totalmente
desaprovechado, desnaturalizado.
8. Deficiencia pastoril. No realizamos prácticas de manejo del pastoreo.
Introducimos animales sin ningún tipo de control a consumir libremente en aéreas
enormes, donde se dedican a caminar, seleccionando el consumo, desechando
forrajes que en otras circunstancias consumirían. Toda planta que se envejece es
maleza, incluidos los pastos. Es por ello que en los potreros extensos proliferan las
malezas, formándose “islas” que el animal nunca toca, terminando por perderse un
área importante, ocurriendo sobrepastoreo como resultado de la agresión reiterada
al rebrote por un animal que sin control permanece durante varios días en el mismo
potrero. Las plantas más palatables, mas nutritiva sucumben y desaparecen ante la
repetida agresión. Sin reflexión se concluye por lo fácil: ¡ese pasto es muy malo¡.
Un ejercicio que nos puede ayudar a no cometer tantas barbaridades pastoriles es
ubicarnos como administradores de un gran restaurante, con un variado Bufet que
mal controlado nos causa importantes pérdidas.
9. Ausencia de control individual. La mayoría de nuestras “empresas” ganaderas no
realizan controles, muchas ni siquiera numeran, otras lo hacen pero no toman
información de manera zootécnica, útil para evaluar y medir. Un importante
número de estos entables no utilizan la báscula como herramienta permanente de
medición. La mayoría la utilizan solo para comprar o vender, limitando el uso del
recurso más importante de evaluación y control que se puede tener en un hato
productivo, a una simple operación comercial. El aporte de una báscula a la
productividad de un negocio ganadero es inmenso. La numeración bien utilizada es
la única manera de realizar los controles, la selección y el descarte que hacen la
diferencia entre una empresa ganadera y un encarte con ganados. Los resultados de
un grupo simplemente son la sumatoria de los resultados de los individuos. Es
necesario entonces identificar y descartar los causantes de efectos negativos, lo que
únicamente se hace individualizando (numerando) y midiendo (pesando y
contando).
10. Ligereza con los Toros. Desatendemos un punto muy importante: El Toro es el
animal con mayor impacto en la genética de poblaciones. Un toro bien manejado
cubre mucho más que las 25 hembras que, de manera equivocada, se ha impuesto
como norma. Esa es una verdad limitada al llamado “periodo de monta”. No se
requieren tantos toros, se requiere si, manejar Buenos toros, mejoradores. Abundan
los toros mediocres padreando en nuestra ganadería, afortunadamente muchos con
problemas reproductivos tan serios que ni preñan, pero si estorban y hacen daño.
Lamentablemente muchos de esos mediocres alcanzan a reproducirse, dañando la
productividad de numerosos hatos. Frecuentemente se encuentran reproductores
que dan pena, lastima y hasta ganas de llorar.
Luís Guillermo Fuentes. DMV. UN.