Post on 28-Nov-2021
LA INVIOLABILIDAD DEL FUERO PARLAMENTARIO UN ESTUDIO
JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINAL SOBRE LA RESPONSABILIDAD PENAL
POR INJURIA, CALUMNIA Y OTROS DELITOS
Walter Dubán García Roldan1
Universidad Católica de Colombia
RESUMEN
La presente investigación busca analizar la forma en que el fuero especial que
conforma la inviolabilidad parlamentaria ha causado que los parlamentarios
puedan en muchos casos sobrepasar los límites del mismo, causando sin saberlo
que se vean envueltos en actos tendientes a la comisión de los delitos de injuria y
calumnia. Por tanto en el presente escrito se busca analizar la verdadera
naturaleza y extensión de dicha protección con el fin de delimitar la verdadera
definición respecto de en qué punto puede o no estarse abusando de este
derecho, desmitificando con esto ideas falsas que apunta a la existencia de
ciertos “blindajes” que parecieran proteger desproporcionadamente las acciones
de los parlamentarios.
PALABRAS CLAVE:
Fuero parlamentario; responsabilidad penal; injuria; calumnia; delito; justicia.
1 Estudiante de decimo semestre de derecho de la Universidad Católica de Colombia. Código:
2106421
Abstract
The present research wants to analyze the form in which parliamentary privilege
of to be endowed with an apparent inviolability has caused parliamentarians can
often exceed the limits getting involved without knowing in acts that aim to the
commission of crimes of defamation. Therefore this paper attempts to analyze the
true nature and extent of such protection in order to define the real definition of
this parliamentary privilege and at what point may or may not could cause abuse
of this right, demystifying with this all the misconceptions that points to the
existence of certain " golden parachutes " that seem to disproportionately protect
the actions of parliamentarians.
KEYWORDS:
Parliamentary vote; criminal responsibility; injury; slander; crime; justice
SUMARIO
Introducción. 1 Extensión del delito de injuria y calumnia en Colombia 2. Derecho
al honor 3. Definición del fuero parlamentario en Colombia 4. El uso extralimitado
del fuero parlamentario y su influencia en la violación del derecho a la honra y el
buen nombre. Conclusiones. Bibliografía.
INTRODUCCIÓN
El marco normativo legal y jurisprudencial colombiano al referirse al delito de
injuria y calumnia, a pesar de conformarse como un tipo penal plenamente
desarrollado y aplicable dentro del margen constitucional presenta una serie de
problemáticas de carácter probatorio dentro de su desarrollo, dificultando
ampliamente su efectividad dentro del común desarrollo del proceso penal,
especialmente cuando nos referimos a la existencia y eficacia de las pruebas
tangibles y latentes de dicha acción que pudiesen con posterioridad determinar
adecuadamente la existencia de juicio contra quien cometió dicha falta,
especialmente en lo que se refiere al voto parlamentario .
Por lo tanto, la presente investigación busca realizar un análisis profundo
respecto del delito de injuria y calumnia en Colombia respecto al fuero especial
que se genera en razón de la inviolabilidad parlamentaria, delimitando con esto la
mencionada figura y la forma en que esta debe materializarse dentro del correcto
desarrollo de las actividades parlamentarias determinando qué opinión tiene
vigencia dentro de la Corte al respecto con el fin de marcar las capacidades y
limites que gobiernan dicha figura. Por tanto, el objetivo central del documento se
enfoca en, analizar desde la jurisprudencia y doctrina la naturaleza del fuero
parlamentario en el contexto colombiano, sus límites y capacidades, con el fin de
delimitar si en algún momento al sobrepasar los límites de dicha figura se da
lugar a la existencia del delito de injuria y calumnia.
1. EXTENSIÓN DEL DELITO DE INJURIA Y CALUMNIA EN COLOMBIA
Dentro de la protección que los Estados modernos se han encargado de generar
en favor de las personas, desde la creación de los postulados de derechos
fundamentales siempre se ha buscado determinar un marco suficiente que
resulte adecuadamente extensivo como para delimitar la existencia de la
dignidad humana como criterio central de la existencia de los Estados modernos
(Ferrajoli, 2009, pág. 859), permitiendo que mediante la efectivizarían de estas
garantías mínimas el criterio de dignidad humana se vea maximizado en la mayor
medida de lo posible teniendo como consecuencia un mejoramiento sustancial en
la forma en que las personas administradas por el Estado desarrollan su vida.
Con este fin sumado a la carta constitucional y a los múltiples tratados
internacionales de los cuales Colombia hace parte, se hace necesario generar un
catálogo determinado de conductas que pueden poner en peligro los bienes
jurídicos tutelados por el ordenamiento constitucional, razón por la cual se
fundamenta la existencia del código penal como manifestación del ius puniendi,
configurando la última ratio de acción del sistema jurídico vigente, marco que hoy
más que nunca se encuentra determinado por las múltiples variantes y
limitaciones que delimita el ordenamiento internacional dentro de la configuración
individual de los Estados (Ambos, 2007, pág. 268), delimitando con esto un
margen de aplicación que afecta la forma en que la generalidad de la comunidad
internacional está llamada a comprender la dignidad humana y la protección de la
misma.
De esta manera Colombia al igual que la generalidad de los Estados manifiesta
su última ratio mediante la creación de un código penal que tiene como fin
enmarcar un conjunto de reglas que buscan determinar la forma en que se
desarrollaran los principios de prevención general, retribución justa,
prevención especial, reinserción social, y protección al condenado en Colombia
(Congreso de La Republica de Colombia, 2000). De manera que mediante el
código penal colombiano se delimitan todas y cada una de las conductas que en
Colombia tendrán una repercusión punitiva con el fin de que exista plena certeza
de cuales son y las características individuales de cada una. A pesar de esto en
casos específicos donde los tipos penales se ven delimitados por hechos
sociales o por problemáticas que le son accesorias es relativamente común que a
pesar de existir determinaciones en el articulado que buscan definir en pleno la
figura, hay casos en que el articulado se queda corto y es necesario que este
actué como un tipo penal en blanco haciendo reenvió a las determinaciones
jurisprudenciales al respecto (Congreso De La Republica de Colombia, 2000).
2. DERECHO AL HONOR
El honor, comprendido como una cualidad moral que nos lleva como seres
humanos al cumplimiento de deberes propios respecto del prójimo y de nosotros
mismos (Julio Cesar Rivera, 2011, pág. 372), representa en gran medida la forma
en que la dignidad en su manifestación más personal se relaciona dentro del
ámbito social, de manera que representando la forma en que terceros son
capaces de interactuar con el ser individual de cada ser en razón a la imagen que
este genera al exterior (Cupis, 1959, pág. 83), de manera que el honor entra a
representar el paradigma de aquello que si bien hace parte del interior de las
personas, haciendo parte del ser individual de cada quien, se ve reflejado dentro
de la esfera de lo público obteniendo con esto implicaciones dentro del mundo
social, especialmente cuando refleja la imagen que el conjunto social posee de
una persona en específico, todo lo cual tiene como consecuencia que una
categoría que en principio pareciera subjetiva pasa a ganar gran relevancia
dentro del mundo de lo social, siendo asimilado como una manifestación externa
de la dignidad humana, la cual si bien posee una naturaleza que inicialmente
raya en lo subjetivo a la cual la doctrina la define como de orden psico
sociológico, en razón de la existencia de este como bien jurídico protegible, están
llamadas a desarrollar delimitaciones normativas que busquen protegerle
(Michue, 2009, pág. 424).
De esta manera la existencia de un valor moral debe ser estudiada desde
múltiples aspectos que sean capaces de englobar la generalidad de
características que determinan la forma en que el honor es comprendido por las
personas dentro de un contexto jurídico social, y aún más importante para la
presente investigación la forma en que dicho honor puede ser atacado por otras
personas, con el fin de que posteriormente puedan ser analizadas la
manifestación de tipos penales como la injuria y la calumnia en cabeza de
funcionarios públicos con potestades especiales. Para lo cual partiremos de la
idea de que toda acción o contenido de carácter comunicativo que busque
realizar un ataque al honor, el cual bien podríamos definir como un bien jurídico a
proteger se encuentra atado a variantes de contenido social (Claudia Gamboa,
2012, pág. 5), es decir, que una injuria o una calumnia, comprendidas como
ataques directos al honor deben ser comprendidas siempre dentro de los
términos del grupo social donde se desarrolla dicha afirmación, y más importante
aún dentro de los términos de la intencionalidad que desarrolla la persona que
realiza dichas aserciones.
Es en este punto donde se ubican las dificultades de aplicación que radican
desde sus inicios en los tipos penales de la injuria y la calumnia, ya que para el
correcto desarrollo de dichos tipos penales es necesario hacer análisis a un con
junto de prerrequisitos que solo como conjunto dan como consecuencia la
posibilidad de que se realice de forma efectiva un ataque a la honra de una
persona.
Voluntad de ofender
Siendo la menos obligatoria dentro del conjunto de prerrequisitos, es necesario
tender la necesidad implícita de que para ofender la honra de una persona, de
manera efectiva se necesita tener la voluntad de ello, so pena de que en caso
contrario nos encontremos únicamente dentro de una confusión lingüística
que únicamente tiene como víctima a la persona que quiso ofenderse sin
fundamento alguno, la voluntad de ofender en este, o como se denomina en
algunas ocasiones en el derecho español, el animus difamandi, el cual consiste
en la voluntad consiente de actuar con la intención de causar daño sobre el bien
jurídico del honor (Michue, 2009, pág. 422). Obteniendo gran importancia para la
presente discusión el dolo, como fundamento inicial irreducible y sin el cual se
hace imposible la realización objetiva de la ofensa, y por tanto limitando también
la posibilidad de generar una acción penal al respecto.
De igual manera la Corte Constitucional Colombiana ha realizado una análisis
profundo de la figura bajo la denominación de animus injuriandi, definiendo este
como el hecho de que la persona que realiza las aseveraciones tenga plena
conciencia de que las afirmaciones realizadas poseen un carácter deshonroso y
que buscan menoscabar la honra del sujeto a quien se dirige (Corte
Constitucional Colombiana, 1998), de mostrando la vigencia de las figuras
previamente desarrolladas dentro del sistema colombiano, a pesar del cambio de
denominación y restringiéndose en este caso a el delito de injuria, ya que la
calumnia engloba un contexto jurídico diferente dentro del cual las afirmaciones
realizadas implican la acusación de delitos determinados en cabeza del sujeto a
quien se dirigen, convirtiéndola en un tipo penal mucho más determinado el cual
se desarrolla con mayor facilidad que la injuria.
Que la ofensa se desarrolle en un contexto comunicacional adecuado
La comunicación al igual que la gran mayoría de actividades sociales se
encuentran calificadas por un conjunto de requisitos que les permiten a estos
desarrollarse de la mejor manera posible, de tal suerte que habiendo tocado
someramente la idea de que tanto la injuria como la calumnia representan actos
de comunicación que se encuentran calificados por poseer un conjunto de
características que necesariamente deben cumplir para desarrollar de forma
viable los correspondientes tipos penales, podemos analizar el hecho que la
comunicación representa la capacidad que poseen los seres pensantes de
transmitir una información determinada de un sujeto a otro. De tal suerte que con
el fin de realizar una aseveración que resulte ofensiva al honor de una persona,
es necesario que correspondan ciertas variantes de carácter comunicacional,
sumadas al desarrollo de un lenguaje que además de ser suficiente como para
rendir cuenta de la intención que tiene el sujeto activo para se desarrolle de
manera equivalente entre sujetos, es decir que la aseveración necesariamente
debe realizarse en un lenguaje (verbal o no verbal) que pueda ser comprendido
por ambas partes de manera univoca ya que de lo contrario se perdería el
mensaje y la intención.
Además el mensaje debe darse dentro de la esfera pública de la comunicación,
es decir que, el mensaje solo cobra validez cuando entra a hacer parte de la
información de dominio público, en razón de lo cual la honra se ve afectada ante
terceros. De tal manera que el contexto gana gran importancia dentro del
desarrollo de las faltas al honor como fundamento de los tipos penales de injuria
y calumnia, los cuales como podemos observar se encuentran delimitados por
circunstancias que se desarrollan como requisitos dentro de la comisión misma
de los delitos.
Que la sensibilidad de la persona sea tal que efectivamente resulte
ofendido por las aseveraciones que se realizaron en su contra
Este punto encierra la parte subjetiva que poseen las faltas al honor y
especialmente las características, que hacen que los tipos penales que
encuentran su base en este se conviertan en tipos especiales por poseer
dificultades en su persecución y materialización, ya que gran parte de la
materialización del daño dentro de los tipos penales que comprometen el honor
de las personas se encuentra limitado a la posibilidad de que una persona se
vea o no ofendida por una afirmación, de manera que al igual que en el ánimo de
ofender entraríamos a analizar una lógica donde tiene igual validez el ánimo de
ofender como el ánimo de ofenderse. De forma tal que la sensibilidad subjetiva
entra a complejizar aún más la comisión efectiva de los tipos penales a los que
nos referimos y aún más su persecución. ya que es posible que se den múltiples
estadios donde las personas bien pueden ofenderse por afirmaciones que otras
personas considerarían comunes y corrientes, siendo de igual manera posible el
caso de que ante aseveraciones altamente ofensivas una persona no se vea
persuadida a sentirse ofendido; limitando el rango de aplicación de las
determinaciones jurídicas que buscamos analizar en la presente discusión,
aquellas que las personas quieran asignarles voluntariamente, disminuyendo con
esto la capacidad de la norma penal de cumplir con sus fines.
3. DEFINICIÓN DEL FUERO PARLAMENTARIO EN COLOMBIA
De igual manera que otras figuras de contenido similar como es el caso del fuero
periodístico, mantiene similitud con el fuero parlamentario ya que se sustenta
principalmente dentro de la carta constitucional, tal y como lo define el artículo
185, en el cual encontramos que sobre los congresistas yace una especial
protección que busca blindar a estos de ser perseguidos por parte de cualquier
entidad en lo que se refiere a sus opiniones y votos en ejercicio de su cargo,
salvo las determinaciones que se encuentran en el correspondiente reglamento
disciplinario, de manera que estos puedan ejercer sus opiniones libremente sin
temor a represarías, dotando de diversidad el ejercicio de la política en Colombia.
Esta apreciación inicial solo nos permite obtener una idea somera del verdadero
carácter que está llamado a poseer este fuero especializado que recae sobre los
parlamentarios, de manera que se hace necesario entender a cabalidad todas
sus implicaciones.
Es evidente que dicho fuero surge dentro del sistema constitucional colombiano
buscando dotar de una libertad reforzada a los representantes del sistema
democrático, con el único fin de que estos puedan libremente expresar sus
opiniones y generar debates que tengan como consecuencia un reconocimiento
público de las problemáticas y la generación de opinión en las masas que
posteriormente se verá reflejada en la toma de decisiones mediante los sistemas
de participación democrática. Siendo posible con esto una plena manifestación
de la legitimidad dentro del servicio que presta el Estado y su funcionamiento
respecto de los ciudadanos dotándolo así de validez (Serrano, 1999, pág. 24), en
razón de la forma en que se desarrollaría de mejor manera el carácter
democrático de la toma de decisiones y la participación. Contrario a esto la
mencionada determinación ha creado una cultura en los funcionarios de elección
popular según la cual estos no pueden ser perseguidos por sus opiniones, cosa
que como vemos en el mencionado artículo constitucional podría entenderse
como cierta, siempre y cuando se tenga en cuenta el hecho que dicha protección
está diseñada únicamente para ejercerse en los momentos en que se hagan
declaraciones en ejercicio de su cargo público, de manera que las capacidades
que otorga dicho fuero no permitan un desbalanceo en la vida política del país al
evitar que se pueda hacer responsable a un conjunto de funcionarios por sus
acciones (Corte Constitucional Colombiana, 1999).
Por tanto es necesario tener en cuenta el hecho de que en Colombia los fueros,
tienen como finalidad dotar a las personas en razón de sus calidades de una
protección especial que permita que estos se desarrollen con plena libertad
dentro de cargos o profesiones que por su propia naturaleza necesitan
desarrollar acciones de carácter privilegiado. Ejemplos de esto encontramos de
múltiples maneras a lo largo y ancho de la sociedad, destacando los fueros
sindicales, el fuero militar y el fuero periodístico. Los cuales tienen como función
principal garantizar un conjunto de condiciones que permitan el adecuado
desarrollo de una profesión específica.
El fuero parlamentario en Colombia se encuentra afectado por una dicotomía
muy grave, ya que es evidente que al estar sustentado casi exclusivamente
dentro del artículo 185 constitucional, sin que esta se reglamente a profundidad
ha generado una cultura política donde los parlamentarios tienden a pensar que
por el simple hecho de estar en cabeza de un cargo de representación
democrática les faculta para realizar todo tipo de aseveraciones sin atender al
carácter de las mismas o a las implicaciones que tienen estas al pasar a ser de
dominio público, pensando que en todo momento se encuentran cubiertos por un
fuero especial que los protege y convalida para la realización de dichas acciones.
Contrario a esto, encontramos que comprendiendo las múltiples implicaciones
que posee dicha protección, la cual está llamada a desarrollarse dentro del orden
constitucional vigente, siempre y cuando se de uso a esta herramienta de forma
reglamentada marcando claramente los limites existentes para su utilización
muchos otros países se han encargado de delimitarla con el fin de optimizar sus
fines y eliminar la posibilidad de que los congresistas abusen de esta figura.
Así las cosas en la constitución de la república de Guatemala:
Artículo 161.- (Reformado) Prerrogativas de los diputados. Los
diputados son representantes del pueblo y dignatarios de la Nación;
como garantía para el ejercicio de sus funciones gozarán, desde el
día que se les declare electos, de las siguiente prerrogativas: a.
Inmunidad personal para no ser detenidos ni juzgados, si la Corte
Suprema de Justicia no declara previamente que ha lugar a
formación de causa, después de conocer el informe del juez
pesquisidor que deberá nombrar para el efecto. Se exceptúa el caso
de flagrante delito en que el diputado sindicado deberá ser puesto
inmediatamente a disposición de la Junta Directiva o Comisión
Permanente del Congreso para los efectos del antejuicio
correspondiente. b. Irresponsabilidad por sus opiniones, por su
iniciativa y por la manera de tratar los negocios públicos, en el
desempeño de su cargo. Todas las dependencias del Estado tienen
la obligación de guardar a los diputados las consideraciones
derivadas de su alta investidura. Estas prerrogativas no autorizan
arbitrariedad, exceso de iniciativa personal o cualquier orden de
maniobra tendientes a vulnerar el principio de no reelección para el
ejercicio de la Presidencia de la República. Sólo el Congreso será
competente para juzgar y calificar si ha habido arbitrariedad o
exceso y para imponer las sanciones disciplinarias pertinentes.
Hecha la declaración a que se refiere el inciso a) de este artículo,
los acusados quedan sujetos a la jurisdicción de juez competente. Si
se les decretare prisión provisional quedan suspensos en sus
funciones en tanto no se revoque el auto de prisión. En caso de
sentencia condenatoria firme, el cargo quedará vacante. (Republica
de Guatemala, 1993)”
Italia
Art. 68 Los miembros del Parlamento no podrán ser perseguidos por
las opiniones que expresen ni por los votos que emitan durante el
ejercicio de sus funciones. Ningún miembro del Parlamento podrá
ser sometido sin autorización de la Cámara a la que pertenezca a
registro personal o domiciliario, ni podrá ser arrestado o privado de
su libertad personal, ni mantenido detenido, salvo que se ejecute
una sentencia firme de condena, o bien que sea cogido en flagrante
delito. La misma autorización será necesaria para someter a los
miembros del Parlamento a interceptaciones, fuere cual fuere su
modalidad, de conversaciones o comunicaciones así como para
proceder a la incautación de correspondencia. (Republica Italiana,
1947)
Uruguay
Artículo 112. Los Senadores y los Representantes jamás serán
responsables por los votos y opiniones que emitan durante el
desempeño de sus funciones.
(…)
Artículo 114. Ningún Senador o Representante, desde el día de su
elección hasta el de su cese, podrá ser acusado criminalmente, ni
aun por delitos comunes que no sean de los detallados en el artículo
93, sino ante su respectiva Cámara, la cual, por dos tercios de votos
del total de sus componentes, resolverá si hay lugar a la formación
de causa, y, en caso afirmativo, lo declarará suspendido en sus
funciones y quedará a disposición del Tribunal competente.
(Republica Oriental de Uruguay, 1997)
Perú
Artículo 93°.- Los congresistas representan a la Nación. No están
sujetos a mandato imperativo ni a interpelación. No son
responsables ante autoridad ni órgano jurisdiccional alguno por las
opiniones y votos que emiten en el ejercicio de sus funciones. No
pueden ser procesados ni presos sin previa autorización del
Congreso o de la Comisión Permanente, desde que son elegidos
hasta un mes después de haber cesado en sus funciones, excepto
por delito flagrante, caso en el cual son puestos a disposición del
Congreso o de la Comisión Permanente dentro de las veinticuatro
horas, a fin de que se autorice o no la privación de la libertad y el
enjuiciamiento. (Republica del Perú, 1993)
Todo lo cual además de rendir cuentas respecto de los verdaderos fines de esta
figura nos presenta una imagen de como internacionalmente ha sido
comprendida, demostrado que la interpretación que se hace desmesuradamente
en Colombia resulta errada en todo caso.
4. EL USO EXTRALIMITADO DEL FUERO PARLAMENTARIO Y SU INFLUENCIA EN LA VIOLACIÓN DEL DERECHO A LA HONRA Y EL BUEN NOMBRE.
Tal y como vimos anteriormente el fuero parlamentario surge como un protección
específica en cabeza de ciertos funcionarios del Estado con el fin de dotar de
dinamismo y participación a el desarrollo político del país protegiéndolos en su
opinión y la expresión de la misma, garantizándoles que no serán perseguidos ni
acusados por la misma; dicha protección cabe recordar no es ilimitada, en primer
sentido por el hecho que desarrolla postulados que claramente apuntan a la
libertad de expresión como bien jurídico fundamental misma que al hacer parte
de la libertad individual como sustento primigenio de la dignidad humana debe
ser protegido de forma generalizada en todas las personas (Republica de
Colombia, 1991), creando con esto un criterio de igualdad que aplica de manera
generalizada sobre toda la población del país, y que solo puede limitarse en
función de la afectación que esta garantía puede causar sobre los derechos
fundamentales de otras personas, el orden jurídico interno del país o la seguridad
nacional (OEA, 1969), causando que en principio si bien este puede limitarse en
las situaciones que acabamos de mencionar, en la gran mayoría de situaciones
este no pueda censurarse de manera previa sino como responsabilidad ulterior
para las personas, de manera que no se limita su manifestación sino las
consecuencias de la misma.
Todo lo cual contribuye a que la libertad de expresión sea comprendida como un
requisito indispensable para el correcto desarrollo de las garantías fundamentales
que el Estado otorga a las personas y a el desarrollo de una sociedad
democrática (Corte Constitucional Colombiana, 2004), razón por la cual dicha
garantía esta llamada a expandirse cuando se manifiesta en cabeza de los
congresistas, quienes se desarrollan como los funcionarios cabeza del
funcionamiento de sistema democrático representativo vigente en Colombia de
manera que ellos al vincular el cumplimiento de sus funciones con debates
de índole político deben contar con la libertad de expresarse de manera
suficiente como para demostrar un punto de vista crítico ante las situaciones que
se desarrollan dentro de la vida política nacional.
Esta problemática puede encerrarse dentro de un caso concreto de nuestra
historia política que para la presente discusión cobra una inmensa validez.
Recordando que en el año 1983 en pleno cenit de las discusiones políticas
respecto de los grandes carteles de la droga que se desarrollaban en Colombia el
representante a la cámara Jairo ortega realizo un conjunto de acusaciones
respecto de quien se estuviera posesionando en ese momento como ministro de
justicia, mismas donde aseveraba que este poseía vínculos con los grandes
carteles de la mafia mostrando como prueba un cheque con el valor de un millón
de pesos firmado por el ahora ministro. Acusaciones que solo sirvieron para
llegar a la conclusión de que Lara Bonilla en administración de una empresa de
su familia efectivamente mantuvo algún tipo actividad comercial con gente
vinculada a los carteles pero que esta de ninguna forma procedía de actividades
ilícitas; y que al desarrollarse dentro de la legalidad correspondían a el libre
albedrio del ministro y a su vida personal (Revista semana, 1983). De manera
que siendo evidente la forma en que es viable concebir la aplicación de tipos
penales como la injuria y la calumnia en cabeza del represéntate a la cámara
Jairo ortega, su fuero evita la materialización de las mismas, con el único fin de
que con esto se contribuya a el dinamismo de la política en el país, teniendo en
cuenta que su cargo implica una vigilancia de la política que se ejerce a su
alrededor, aunque en el caso concreto no resultase valedera.
Hasta este punto no se manifiesta la problemática que desarrolla la presente
investigación, es decir, que en el momento en que se utiliza el fuero
parlamentario como una herramienta que solo busca proteger el correcto
desarrollo del choque entre opiniones políticas. La problemática surge en el
momento en que los congresistas sobrepasan el halo de protección generado por
esta figura buscando ser protegido en la totalidad de aseveraciones que
realicen públicamente, figura que nada tiene que ver con el fuero que les es
otorgado y por el contrario con facilidad implica un desplazamiento de la
problemática desde la existencia o no de un fuero parlamentario a la viabilidad de
aplicación de los delitos de injuria y calumnia.
Contrario a lo que parece ser una idea general de la figura, el fuero parlamentario
en ningún momento evita la materialización de los delitos de injuria y calumnia
sobre algo, solo los condiciona tal y como lo ha desarrollado en sus sentencias la
Corte constitucional, aduciendo que la inviolabilidad parlamentaria no cubre
hechos delictivos, es decir, que el hecho de que esta impida la configuración de
conductas delictivas cuando un congresista emite un voto u opinión, no significa
que este no pueda incurrir en otras responsabilidades en ejercicio de su cargo
(Corte Constitucional Colombiana, 1999), es decir, si bien es cierto que la injuria
y calumnia no se pueden manifestar en cabeza de un congresista en razón del
fuero parlamentario, esto aplica únicamente para los casos en los que el
congresista realice aseveraciones en su calidad de funcionario, es decir,
manifestaciones comunicativas que se vinculen a este en razón a que hacen
parte de sus funciones como servidor público, en este caso como representante
democrático de un conjunto de personas; contrario a esto debe tenerse en cuenta
que no por el hecho de ser funcionario público una persona deja de poseer un
marco de privacidad, es decir, que a pesar de que un congresista es bajo toda
circunstancia una figura publica este sigue manteniendo una parte personal y
subjetiva, diferencia que rinde cuenta de la diferencia entre moral y ética
planteada por (Dworkin, 2014, pág. 29). De manera que podríamos considerar a
ciertas personas dentro de la sociedad como personas que siendo comunes, en
razón a sus capacidades adquieren la posibilidad de afectar directamente sobre
el conjunto de información de dominio público como es el caso de los periodistas,
que de igual manera están llamados a desarrollar su profesión atendiendo
cuidadosamente a que la información que publican resulte objetiva y veraz
(Katherine Monry Murillo, 2003). Así mismo los congresistas al encontrarse bajo
la mira de los medios de comunicación están llamados a cuidar por las
implicaciones que poseen todas y cada una de sus aseveraciones, en este punto
se hace necesario hacer mención respecto de la importancia de la información de
dominio público, es decir, el conjunto de información que resulta accesible a
todas las personas al transmitirse mediante medios masivos de comunicación ya
que es en el momento en que la información entra a hacer parte de dicho
conjunto y puede llegar a afectar el honor de las personas dando cabida a la
persecución penal correspondiente si el daño causado logra enmarcarse dentro
de los delitos de injuria y calumnia; Lo cual en el momento en que se contrapone
con las definiciones que aparentemente generarían protección ante cualquier tipo
de aseveración para las personas que gocen de fuero parlamentario amplia aún
más la discusión, ya que este como hemos mencionado con anterioridad no
genera ningún tipo de protección cuando las aseveraciones que se hacen poseen
un carácter personal, lo cual en ningún momento logra vincular eficazmente a la
persona con sus funciones parlamentarias haciéndolo tan vulnerable como
cualquiera a incurrir en conductas penales, sin que por esto se vea afectado el
desarrollo de la democracia en el país ni mucho menos las capacidades de sus
funcionarios.
CONCLUSIONES
Con lo anterior y a modo de conclusión, encontramos que la práctica jurídica y
política del país se encarga en muchos casos de materializar figuras aparentes
que si bien se desarrollan en muchos casos en el diario vivir de los funcionarios
no necesariamente hacen parte del ordenamiento, ni contribuyen a este, las
cuales pasa a hacer parte de este únicamente como consecuencia de
confusiones o interpretaciones sistemáticas que buscan tomar ventaja de la
apreciaciones inconclusas que se presentan dentro del sistema jurídico respecto
de ciertas figuras, tal es el caso del fuero legislativo, figura que surge dentro del
ordenamiento como herramienta que busca proteger la dinámica del
ordenamiento legal, dando vía libre a que los parlamentarios se expresen
libremente respecto de las problemáticas políticas del país, pero que en razón a la
interceptación errona que posee dicha figura se amplía su campo de acción
pretendiendo que los parlamentarios del país se encuentren habilitados para
realizar todo tipo de aseveraciones indistintamente y sin atender a la forma en que
estas son capaces de afectar la imagen y el honor de las personas, escudándose
en el margen de protección que les otorga la constitución, sin darse cuenta de que
dichas comunicaciones en ningún momento se vinculan con los fines de su cargo
ni con la dinámica política, causando que se genere una protección
desproporcionada fundada en una figura que no existe dentro del sistema jurídico,
al menos de la manera en que los funcionarios parlamentarios que se aprovechan
de ella lo quieren hacer creer, esto nos lleva a la consideración de un debate
respecto de la injuria y la calumnia, delitos que tantas veces han sido
considerados por las altas Cortes del país en razón a su difícil materialización y a
las dificultades probatorios que implica, de manera que si a esta base ya de por si
dificultosa de aplicación que poseen la injuria y la calumnia le adicionamos la
existencia de protecciones desproporcionadas en cabeza de funcionarios
escogidos por elección popular, agravamos muchísimo más la situación de
aquellas personas que se vean afectados directamente por la ocurrencia de
dichos delitos, que habiéndose materializado en pleno, y causado los efectos
correspondientes difícilmente son perseguidos, en primera instancia por la
dificultad que representa probar la voluntad ofensiva de las personas, que a su
vez suelen escudarse bajo el fuero inexistente que mencionamos con
anterioridad, quedando exentos en todo momento de castigos e incluso de la
obligación de retractación, misma que por su vinculación ha llegado a
desarrollarse en escaños de carácter internacional.
Todo este contexto que hemos analizado tiene como consecuencia la existencia
potencial de violaciones a derechos fundamentales relacionados con la honra y el
honor, las cuales se desarrollan en un Estado social de derecho cuando dichos
bienes jurídicos pueden ser afectados indiscriminada mente por parte de
otras personas, lo cual se agrava un más si tenemos en cuenta que dichas
violaciones se realizan con el beneplácito del gobierno central en fusión de una
errona interpretación de la normatividad constitucional. Esto nos lleva a resaltar
no solamente la importancia de la interpretación sistemática de las
determinaciones vigentes en nuestro sistema jurídico; sino la primacía de las
garantías fundamentales existentes dentro de un ordenamiento jurídico las cuales
poseen relevancia que en el caso de la interpretación pueden incluso ser
superiores a determinaciones de carácter constitucional. Demostrando la
importancia que posee por un lado las libertades interpretativas dentro del
sistema vigente, en el entendido de que si bien una figura nace con una cierta
identidad esta identidad es flexible hasta el punto donde su estructura lingüística
lo permita, valor que debe ser mantenido por los jueces y demás personas con el
fin de que dicha interceptación no se desborde perdiendo así su identidad, como
es el caso de que hemos desarrollado en este artículo. Esto además de la gran
importancia que desarrolla el criterio de identidad del sistema jurídico, mismo que
nos permite inicialmente comprender la extensión del sistema jurídico a ciencia
cierta siendo viable solo la aplicación de aquello que existe (posee vigencia),
dentro del sistema siendo necesaria la persecución de estos ideales con el fin de
que Colombia sea capaz de desarrollar un sistema político viable en términos
lógicos, constitucionales y carentes de contradicción, mismos que representan la
única manera de hacer cumplir eficazmente con las garantías y principios
fundamentales de la modernidad.
BIBLIOGRAFÍA
Ambos, K., 2007. Los fundamentos del ius puniendi nacional, su aplicación
extraterritorial. Biblioteca jurídica virtual del instituto de investigaciones
jurídicas de la UNAM.
Claudia Gamboa, S. V. M. G., 2012. Calumnias, difamación e injurias. Mexico:
Dirección general de servicios de documentación, información y análisis.
Cupis, A. d., 1959. Il diriti della personalita. Milan: Cedam.
Dworkin, R., 2014. Justicia para erizos. Ciudad de Mexico: Fondo de cultura
económica. Ferrajoli, l., 2009. Derecho y razon. Madrid: Trotta .
Julio Cesar Rivera, G. G. J. I. A., 2011. La cuantificacion del daño moral en los
casos de lesión al honor, la intimidad y la imagen. Revista latinoamericana
de derecho, pp. 371-398.
Katherine Monry Murillo, A. L. L. A., 2003 . Intelectum Unisabana. [En línea]
Available at:
intellectum.unisabana.edu.co/bitstream/handle/10818/62243/126911.pdf?sequ
ence=1&isAllowed
Michue, J. A., 2009. Jurisprudencia y procesal penal. [En línea] Available at:
raejurisprudencia.co.pe/data-jurisprudencial/descargas.php?p
Revista semana, 1983. Se prendió la mecha. Revista Semana.
Serrano, J. L., 1999. Validez y vigencia. Madrid: Trotta.
Congreso De La Republica De Colombia, 2000. Ley 599 de 2000. [En línea]
Available at:
http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=14787
Congreso De La Republica de colombia, 2000. Ley 600 de 2000. [En línea]
Available at:
http://www.hchr.org.co/documentoseinformes/documentos/carceles/4_Nacionale
s/1_Normas_basicas/2_Regimen_penal_ejec_penas/Ley%20600%20de%20
2000_Cod%20procedimiento%20pen al.pdf
Corte Constitucional Colombiana, 2004. Sentencia T 213. [En línea] Available at:
http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2014/T-213-14.htm
Corte Constitucional Colombiana, 98. Sentencia T 263. [En línea] Available at:
http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/1998/T-263-98.htm
Corte Constitucional De Colombiana, 1999. Sentencia su 047. [En línea]
Available at: http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/1999/SU047-
99.htm
Corte Constitucional Colombiana, 1999. su 047. [En línea] Available at:
http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/1999/SU047-99.htm
OEA, 1969. Convencion americana sobre Derechos Humanos. [En línea]
Available at: http://www.oas.org/dil/esp/tratados_B-
32_Convencion_Americana_sobre_Derechos_Humanos.htm
Republica de Colombia, 1991. Constitución política de Colombia. Bogotá:
Legis.
Republica De Guatemala, 1993. Constitución política de la República de
Guatemala. [En línea] Available at:
http://www.un.org/depts/los/LEGISLATIONANDTREATIES/PDFFILES/GTM_co
nstitucion_politica.pd f
Republica Del Peru, 1993. Constitucion politica del Peru. [En línea] Available
at: http://www4.congreso.gob.pe/ntley/Imagenes/Constitu/Cons1993.pdf
Republica Italiana, 1947. Constitucion de la Republica italiana. [En línea]
Available at: http://www.italianoinfamiglia.it/documenti/costituzione-in-
spagnolo.pdf
Republica Oriental De Uruguay, 1997. Constitucion de la Republica oriental del
Uruguay. [En línea] Available at: http://www.rau.edu.uy/uruguay/const97-
1.6.htm