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\¡I. LENGUA Y SOCIEDAD Las contunídadeslingüísticas.Lengn y nación. Lengua y rdzd. Lengua y religión 1 . 1 . I{emos visto, al hablar del aspecto social del lenguaje, que ios fenómenos lingüísticos concretos son actos individualescondi- cionados y dcterminados socialmente;es decir, que tienen que someterse, por lo menos hasta cierto punto, a lo que es norma en la cornunidad en que se producen. Y hemos visto, tarnbién, que el individuo hablante no pertenece a una sola comunidad, sino a varias, y que los límites dc las comunidades son csencialmente convencionales: podcrnos considcrar comunidadesque abarquen una familia, un brrrio, tina ciuclad, una rcgión, etcótera; y, désde otro punto clc vista,conuniclades coffespondientes a los varios estra- tos sociales y culturalcs. A cadl conunidad considcracla, correspon- de nccesrriamcntc un determinado sistema dc isoglosas ("lengua"), n-r¿is o mcnos ciifcrentcclci que sc registra cn otras comunid¿rdes: así. Ia nrisma pcrsonx no cmplea cl mismo lcnguaje en sll casa, en la escuelir, cn su ambicirte profcsional. I .2. Pero, jristancntc por esto, entre las varias comunidrdes constituidas en el marco del mismo sistema lingiiístico,hay n¡¡¡s- rosas interferencias, con pasos de signos de unr conunidad a otra. Por razones "estilísticas" (exigcncias dc mayor erpresividad)o por sirnpies razones niatcriales, de ignorancia, cle comodidad, de pereza intelectrral, un individuo pucdc emplcar en Llna de las conrunicla- des a que pertenece ciertossigiros propios de otras, y estossignos ¡:ucden difundirse en el nuevo rmbiente en que se empican.Exis- ten, pues, clcntro de un mismo sistema lir-rgiiístico, fenónenos a que podríanos llamar préstamos internos: del dialecto a la lengua común, c1e la lcngua común a los dialectos, de los lenguajes especia- les y' de Los argots a la iengua comirn, y viceversa; así, por ejemplo, en el español del Río de la Plata, una palabra como pibe, "niño, muchacho",es en su origenuna palabra de argot (lunfardo) pasada también al lenguajefamiliar. Es, por tanto, particularmenté inte- resante investigar el origen social de ios signos, ya que los signos

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\¡I. LENGUA Y SOCIEDAD

Las contunídades lingüísticas. Lengn y nación.Lengua y rdzd. Lengua y religión

1 . 1 . I{emos visto, al hablar del aspecto social del lenguaje, queios fenómenos lingüísticos concretos son actos individuales condi-cionados y dcterminados socialmente; es decir, que tienen quesometerse, por lo menos hasta cierto punto, a lo que es norma enla cornunidad en que se producen. Y hemos visto, tarnbién, queel individuo hablante no pertenece a una sola comunidad, sino avarias, y que los límites dc las comunidades son csencialmenteconvencionales: podcrnos considcrar comunidades que abarquenuna familia, un brrrio, tina ciuclad, una rcgión, etcótera; y, désdeotro punto clc vista, conuniclades coffespondientes a los varios estra-tos sociales y culturalcs. A cadl conunidad considcracla, correspon-de nccesrriamcntc un determinado sistema dc isoglosas ("lengua"),n-r¿is o mcnos ciifcrentc clci que sc registra cn otras comunid¿rdes:así. Ia nrisma pcrsonx no cmplea cl mismo lcnguaje en sll casa,en la escuelir, cn su ambicirte profcsional.

I .2. Pero, jristancntc por esto, entre las varias comunidrdesconstituidas en el marco del mismo sistema lingiiístico, hay n¡¡¡s-rosas interferencias, con pasos de signos de unr conunidad a otra.Por razones "estilísticas" (exigcncias dc mayor erpresividad) o porsirnpies razones niatcriales, de ignorancia, cle comodidad, de perezaintelectrral, un individuo pucdc emplcar en Llna de las conrunicla-des a que pertenece ciertos sigiros propios de otras, y estos signos¡:ucden difundirse en el nuevo rmbiente en que se empican. Exis-ten, pues, clcntro de un mismo sistema lir-rgiiístico, fenónenos aque podríanos llamar préstamos internos: del dialecto a la lenguacomún, c1e la lcngua común a los dialectos, de los lenguajes especia-les y' de Los argots a la iengua comirn, y viceversa; así, por ejemplo,en el español del Río de la Plata, una palabra como pibe, "niño,

muchacho", es en su origen una palabra de argot (lunfardo) pasadatambién al lenguaje familiar. Es, por tanto, particularmenté inte-resante investigar el origen social de ios signos, ya que los signos

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que encontramos en un sistema en un momento dado, puedenhaberpertenecido antes a otros sistemas (a otras comunidades socia-les),lo cual a menudo nos explica las particularidades que puedenpresentar en su forma o en su significado. Así, por ejemplo, caballus,t, testa eran originarianente, en latín, palabras "argóticas", peropasaron luego a ia lengua comírn, por su ma\,or cxpresividad, locual explica su difusión en los idiomas románicos, en sustituciónde los clás;cos equus y caput (fr. clrctal, téte; csp. caballo; it. cat'a-llo, testa; runt. cal), y la aceptación del ca¡nbio cle significado quesufrieron (sigirificaban cn su origen "rocín"

\"'olla": es clecir que,en el caso dé testa, sucedió en látín lo que én el csi;añoi cicl i{íode la Plata poclría succdcr ccn ntate por cabcza).

2.1. Se obscrva a mcnudo quc h socicdacl imDone al hrrblantclos sigrros r¡rre ha r1c enrir lcar. I isto fuc csprcsrdo d. l ln i r i l r lncraalgo paradójica por Ferdinand de Saussi:re, al obsen'ar estc cstuclosoq u e e l h a b l a n t c n o p u e c l e c a m b i a r e l s i g n o , p u c s t o q u e ó s i eie cs impucsto, pero que, por otro lado, el Jrablante c a m b i a lossignos, ios invcnta, y los signos creados en cl habla pasan ccntilua-mcnte a la lengua. Esta afirilación, quc parece contencr unr con-tradicción evidcnte, refleja, en rigor, la realidad mism¿r de1 lcngLnje.En efecto, el hablante crea sus signos según las normas vigcntcs ensu comunidad, y de ninguna mrnera puede clegirlos col criteriospurancnte arbitrarios, pues faltaría a la finllidad del lenguaje. quees la intercomunicación: qricclaría ¿rislaclo dcntro c',c su comunidady provocaría en ésta reaccioncs nrolcstrs: cs sabiilo que. asi comoen los fenórncnos de la moda sc hacc ridículo quicn no se viste"como los demás", tan'rbión cn 1o que conciernc al lengnirjc, nosólo qucda incomprendido, sino que nuchas vcccs sc h,-rcc riclícriloquien no habla "cono las demás persoiras" clc un clcterminadoambiente. Es decir que, en los actos lingüísticos individtialcs. secla siempre una porción de invención personal, pero que la inven-ción no puede superar ciertos límitcs r. dcbe resultar accptable alambicnte cn que se procluce. Los actos lingiiísticos inéditos quese alcjan de sus modelos existcntcs en cl sistema tradicional, de-ben respctar ciertas normas del sisterna mismo, )', para difundirsey convertirsc a su vez en elcmentos del sistema, deben ser acep-tados por Ia correspondiente comunidad. Es esto lo que se obscrvacomúnmente cuando se dice que el uso "consagra" las formas ylos términos nuevos. Así, por ejemplo, se clice que la palabra ctar-decer fne inventada por Nírirez de Arce: si esto es cierto. cs in-

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dudable que la palabra sc difundió, por un lado, porque no resul-taba aberrante dentro dci sistema cspairol (ya que hacía pareja conel ya existente amanecer), y por otro lado, porque la invenciónfue aceptada por otros individuos, llegando de este modo a conver-tirse en elemento constitutivo del sistema. Pero no resulta quealguien lra1'a aceptado el términ o ombraioso por sombrío, umbroso,crcado por Azorín sobre el modelo del fr. ornbrageux (que, ade-más, significa otra cosa); y tampoco se ha aceptado el términosolídariedad, de Andrés Bello, aunque formado regularmente so.bre modclos españoles como contrariedad, arbitrariedad:en estecaso, el uso ha aceptado solidaúdad, cul,o *o¿.1o es el fr.rncéssoliciarité. Así, pues, la comunidad lingiiística ejerce sobre el hablauna doblc acción, un doblc "control": limita la invención y, porotro lado, acepta o rcchaza las not'edades, dc acllerdo con nornlasque es mriy difícil investigar y que, por 1o común, se rcl¿icionancon razones de prestigio cultural, pero también con razoncs declaridad de ia erpresión, dc comodidad, expresividacl, etcétcra.

2.2. Los h¿ibitos y las costunbres vigentes en unl cornunidadfavorecen la ciifusión de ciertas cxpresioncs y elin-rinan dei uso aotras. Así, por cjemplo, se observa qlle las revolucioncs socialesy políticas implican a menudo profundas rcvoluciones lingiiísti-cas, por 1o menos en lo que conciirne al vocabulario: cn Ia UniónSoviética cxiste toda uná serie dc términos que ya han alcanzadoel uso comírn v diario, y que pertenecen al léxico específico de larevolución socialista. Es sabido, tambión, que el lenguaje políticode los gobiernos totalitarios no es el mismo que el de las democra-cias, y que, de una manera general, el vocabulario refleja la natura-Teza de la sociedad en que se emplea. Por ejemplo, el vocabulariocomírn indoeuropeo nos hace pensar en una sociedad patriarcalbasada en la "familia grande" lo

"clan familiar") r' caracteriza-da por una organizacióñ eminenüemente aristocrática. Las costum-bres sociales tienen también el efecto de eliminar del uso ciertostérminos que se consideran vulgares, o demasiado crudos, o irre-verentes: se trata del fenómeno que, en sus formas más amplias,se llama "interdicción dcl lenguaje" (se evitan, por ejemplo, losnombres usuales de ciertas enfermedades, de determinadas oartesdel cuerpo, de Ceterminados actos fisiológicos, etcétera), y que,cuando se relaciona con hechos de índole religiosa. con supersti.ciones, creencias, etcétera, se llama más propiamente "tabú lin-güístico", fenómeno, éste, muy difundido en las sociedades deno-

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minadas "primitivas" pero que, en parte, se presenta también enlas lenguas de comunidades ci', ' i l izadas (es, por ejempio, un hechoric irbú lingiiísiico evitar o sustituir por expresiones meiafóricasIos nonrbres usuales de Dios o del diablo ) . Así. se ha observadogue porlo me;ros una parte de los pueblos indoeuropeos (por ejem-1;lo, los eslavos) han sustituido por e:ipresioncs metafóricas elnon.ibre antrguo dcl oso (del tipo-ciel llt. uisrrs, gr. árktas)i gue,rnientr¿rs quc la palabra para designar cl pie cs la rnisma en lanlavor parte de los idionras ilcioeuropeos. la p:rlabra para designarl l n¿,;r¡o cs dist infa en cldl gnt l )o dc lcrrguas, i ! consccl tc lrc ia, s inclucia, c le una interdicción del lengua;c. Otros ejemplos bien conoci-dos sorr los dcl lat. Iaevus, "izquierdo",

r' dei l¡.t. tntLstela, "coma-

clrcjr ," . sust i t r : i r los, rcspcct ivanicnie. i ;o i ntras pl l rbms ht inrrs opcr prúitrinos (cip. i::.c¡uierdo, it. sizísfro. fr. gcLtrc'|rc. runr. sling)y pcr palabrls carillr,sas que revcian la intcnción de bicnquistarsccc:r la al imaña v cic cvi tar los pcr juic ios clc sn vcngarlza (esp.ctnrtarlreja, fu. bóIette, it. rictrutolá, rirn. ncydsttLicá).

"

l . 1. I lcmos ccnsidcrado hast¿r ahora la coinul idad en su sen-t i r lo ¡ i rhs am¡r l io, quc inrpl ic¿r sólo l ínr i tcs coni 'cnciont lcs, \ , nofijcrs. Pcro con uruchl frccucncilr, sol.,rc tcclo cn 1o cluc ataiic alas " lerrguas" histór icas. cn cl scnt ic i ' ¡ nlr is usr lr l c lc cse téi in irro,la ccnttii l iclacl sc iclcntifica colt la n a c i i¡ l. IIal ltrc lLcivcrtir-, siucnr-b.iigo, c¡tic cl cont-'cirto cic 'nncitin' iro c 1)rir¿uiri ' irtc iiri l i iístico.I is c irr to c¡uc locio i r ld iv ic iuo hlblantc i ie ir l l r r c lnr ' icnci . i c1c r i rresus lr : los j i i ig i i íst i , , i : l i tcr icr ieccl a nn s;str : t rrr , l t l tc ioi taJ, auncucl¡al lc rr t r c l i l l icto local. I -s, usint i . rnto, i ¡ tc l i ldalr l , : : c luc cl c. , l r ' rbioto+. lr i c i l - ' lcn..{ua imir i ica ci camir io cic i r lc i l l l t l i i l l ,ct , : t - . t . , i c icnr l>1o, unincliviil-.ril clc rrligcn portugr-rós cuc lieltlc rt,it:rt t,-j,r,uttr n'r¡.tcntocl csp; l rr-r) ¡ i !¿rpt ldo i jor s l i f i in ' i l i¿i , ¡rcrt : rrcci . . r i t ¡nibión clcsclc clpunto dc r ' ; : t l nacionrr l , r ' no sír lo clcsdr ci 1,unio cic r- is ia l íngi i ís-t-ico, a l¡- comnniciacl csplhola. I' ell I)irrop,r cxistc la tcnclcncia aclcl i ¡ r i t¿rr las n¡cioncs clc rcncrclo con lcs l iu l i tcs l ingi i íst icos. Contoclo, las cstaclísticls cicl' lucsti¡n cluc ilrciiin v courunicl¿rd idiom¿i-tice no coincicl.en cxact¿rmcnte, o- l)oi lo incnos, no coincidcnsienrpre (cf . t \ . L)unzat, L, 'EiLropc lhtguíst íqtLe') .

3. 2. En vlrios cirsos, i;rs colnunicl¿clcs icliou.rhticas son m¿isarnpl i r ts que las nacionalcs: los ejernpics inl lecl i l tos clc csto nos)o p.roporcional l las l laciol tes l i r t inor inrcr icmls de lcngna cspañolav ios l ist¿idos Unidos, c le lcnqua iuglcsl . |cro i rr idc:r c lc naciónirrele prccccicr a la cle conruniclacl idir.lm¿iticr. clc sucric que, al

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lado de la conciencia nacional, \'emos asornarse la conciencia deuna nucva comunidaci rchonriiticir, i istlnta cie ia primitiva. L,sto,sin enrbargo, es algo "n¿rtural"

y que ocr lrre gradua rnerrte, y nopor ler cs o dccrctos c jccLrt i r os; cs Cccir que la conciel lc ia l in-gi i íst ica se forma poco a poco y no pucde ser inrpnesta. Así,los argcnt inos sc van fo:nranclo u¡ra conciencia Ln3t i íst ica qtre losdifercncia de los c.paf ioics de Esparia: se dice ya, por ejenrplo,l rc l i lur "argent i t to", cntcncl ióndosc, colr e-to, ia [orma especral queel cspr,hoi ccnrún prescnta cn la Argcnt ina. El lo sc clebc, c lr granparie, al centro cul tural por el que sc ve inf lu.da una nación: enel caso clc la ,\rgcr-rtina, Bucnos Aires gravita cle l'rtn:r:r ll luchomás cfcct iva que Nfaclr id en la concicncia de los hablantes. Uncaso dist into es el c le ciertos paises pcquchos, como FIair i (delengua francesa), o el dc nruchas colorr i rrs, en que, o no er istetod¿rl ' ía una conciencia nacional f i rme. o no hav ningÍur ccntrocultural de prestigio tan qrancle que ilegtie " s.lrrtrtins dé su lcnguaprinr i t iva. Pcro hav tanbión casos ql ie corrtravienen a la nornracorr-entc, cs decir que hav nrcioncs que superan los l ínr i ics cle lasccnrunichdcs ic l ionrr i t icas. Tale s sor i , por e jcnplo, el caso deBó.gicr, dondc se hablan cios idiomas nacionales ( francés v f la-menco ) ,v "1 Cc Suiza, país cn que hrbl :rn cuatro idiomrs, todoscl los con diqnidad de ic l ioma nacional: aleruin, f iancés, i ta i iano yreto-¡omencc o rcnancho. (Este ír l t ino l lamaclo tambi in, aunqueinr lropiamente, " ladino", se habla asimismo en r ina parte c1e i tal ia-en la ant igua Rccia-, pero mientras qr ie en l tal ia no es sino undialecto entre otros, aunclr le dist into dcl s ister-na dialcctal i ta l .ano,en Suiza, por lo menos en su región v a pcsxr de su di ferenciacióninterna, es idioma nacional, es decir , id ioi-na ccmhn y l i terar io).Lo que ocurre es quc en Suiza existe un vcrdaCero ccntrato entregrr lpos pertenccientes a conuniclades i ingir íst icas dist intas, dc modoque se ha formado unr concirncia necionrl que ya no considcraisencir l ei factor lengua. Este mismo ca.o nci reubla que, gerreral-mente. la conciencia cul tural coinc.de mhs bien con la concienciaidicmri t ica que con la nacional: los cscr i tores suizos de lenguaalenr¿rna se asimi lan a la l i teratura de Alemania, nr ientras quelos clc lengua f¡ancesa pertenecen pr:icticamente a la iiteraiura deF¡ancia.

4. 1. El problema Ce las relaciones entre lengua y raz,a, pTan-teado scbre todo por aniropólogos, v tambión por alqunos l in-güistas especiahnente alemanes, es mucho más delicado y lleva

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a veces a conclusiones absurdas, )'a que -contrari¿rmente a lo queocurre en el caso de 1a ic lea de nación, que cont iene elect ivamenteun componente l ingi i ist ico (o sea q' . ié una nación se del.nr i tat a m b i é n p o r s u l e n g n a ) - e l c o n c c p t o d e r t z e n o t i e n e n a d aque ver ccn lo idiomático, s iendo un concepto biológico, y nosocial y cul tural . Una raza puecie coincrdi i cor una lengua porcasual ic lad, cuanrjo se trata dc pucbios aisl¿rdos culc; inte3rantespertenecen al r¡-' ' ismo iipo racial: Pero clr ci nitincio civilizado nohay razas puras y cui'os límites corresPondan a los iímitcs lingüís-ticos.

4. 2. Por otra parte, sicndo la raza algo que se transmite pcrhererrcia, no ha1' ninguna razón para que detcrurinadcs grtlPosde indivic iuos, por perteuecer a une raza, r to aprendan un idiom¿lque pcrtcncce a otra y pasen de este mocjo a ot l : r cci l l t tn idadlingiiística. A. N{cillct, cn sus Caractdres générattx <ics langtLcsgernuniqtrcs, muestra que, si cntre los pucbios indoeuropecs ha-vullo quc' sequratllente, desde ei p''rrto dc vista ótnico ticne nruypoco de indoeuropco, tal pueblo es, prccisanlcnte, el germírnico:én efecto, Ios caracteres de las lcngltrs germánicas parecen indica¡que se trata de cl ia lectos indocnropeos aprendidos Pcr pueblos noindoenropeos. Por lo dcmás, esto correspottde a la idea quc tene'mos hoy de los i r-rdoeuropeos pr int i t ivos: se trataba de una ar isto-cracia, de una clase donr 'nrtnte, ct tva lcngua f t te aorcndida pcr lospucblos p.or el la donrir taclos. Los gr iegos, al invacl i r a Grccia, en"corrtraron allí pueblos mcditcrrh¡rcos (a los llamados l:elasgcs,nonrbre nlás bicn genórico y vr lgo), ¡rucblos a lcs qt ie ¡bsorbicronimponióndolcs, al nr is l . l . lo t ientpo, su lcngua. Lo nl ismo ocurr iócon las tr ibus que hablab:rn cl lat- ín pr inr i t ivo v quc, al l legar aItal ia, encoutraron ahí otros pueblos nte di tc ir : incos, conlo lossicanos y los lígures. Así, t¿lmbión, en la gran llrasa esiava, sobrctoclo cn Rusia, una parte bast¿tnte i t t t ¡ rortrnte cie la poblaciónpcrtcrrecc racial l l rente al t i1;o ugro-f inico; cn una extensa rcgiónde Yrrqoslrrvia ¡ . . rcclcnr inr racialmcrte cl t ipo l lanrado dinárico,muy dist into del de los dcmris csl lvcs; y los bÍr igl tos, es clecir ,el ¡rueblo que formó cl Estaclo briiqaro, cralt ttn irueblo turcoquc , : i l l l cq r . r l ' ] - r l c ia . aprc r r t l i< i un ic l io lnn cs l¿ l ro v se cont ru l t l rócclr la nrr isa cle los h¡bi tantcs ¿rutcr iorcs de esa rcgión. Otro eiern-plo noi lblc es el c le los laportcs, pucblo de or igcn desconocido yracialnrcnte rnuy hotnogónco, que ha aprcncl ido cl ia lectos ucro-f íni-cos y hirbla hoy un idionia de esta faruilia, sin pcrtenccer por ello

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a la misma raza. Resulta de todo lo dicho que las ürvestigacionescon rcspccto a los cernbios l inguíst ict-rs y a otros aspcctos del len-gnrje cnrprcnd d¿rs clcsclc ci 1>unto de vist:r Ce las razas cle ioshablantcs, so1r, cn gcncra), dc csclso inte¡ós y de muy escaso vaiorcientí f ico.

5. l . I r inalmcntc, otm rcl lc ión social quc debcmos scñalar esla que cr i . , tc cntrc lcngua v rci ig ión. Tratánclosc, en cste caso,de clos icrmrrs de la cultr-rra, se trucdc dccir qne la írnica relaciónposibic cs r ina rclación clc "col ioración cul fural" , c le interr 'ercn-cias y' clc infl¡-rencias rccíproc:is cntrc la lcngua y la rcligión dc lamisi i r¿r comunidad. I lcnros rccordaclo ya las " interdiccion:s dellcnSul jc" dcbidrs a crcclrcir ts o a otros nrct ivos de ínciole rcl ig iosr;! , de una nrancra gcneral , se puede dcclr que cl hccho de queuna conlunidad lingtiís'l ica pertenczca a una determinada comuni-dad rci ig iosa impl.ca la existcncia de dctenninaclos tórminos cnsu vocabular io, y, a veces, i l lc j t rso cle dcternl inados foncmas ( ' f ru-betzkoy ci ta cl caso dcl anlbicnte eclcsiást ico mso, en el cual lag se prol luncia, no como oclusiva, s ir- lo como fr icat iva), así cornode dctcrnrinados giros sintircticos, etcótera.

5. 2. I iay tantbión relacioires que no se puedcn desconocerentrc la rel ig ión orgai-r izada como inst i tuc:ón y la formación delas lenguas con.lulrcs y literarias, y tambión cntre la religión y laconserr'¡ciól dc dctcrmin¡das lcngues, ntercccl a su cnrplco litírr-gico, La n)ayor l tarte de los docunreutos l inqi i íst icos mi is ant iguosde que disponenros con rcspecto a los pucblos l lamados "pr imit i -

vos", los dcbemos a nl is icneros que estucl iaron jcs respect ivosidiomas para los f ines de su propagancla rel igiosa, y qne nlnchasvcccs l lcgaron a eurplearlos cn cscr i tos, tambión concernientes ala rel ig ión. Así, la cont inuidad clel qr-rcchua conro lengua de cul-tura se cicbe, por lo nrei los en parte. a que los nr is.oneros catól icoshan cnrplcado este idioma conro " lcngua franca" en su act iv idadevangel izaclora, v lo han elevaclo incluso al rango de lengua l i t í r r-gica.

'frrrbién muchas cle la-. lelrgtias antiguas que conocemos son

lenquas "iitírrgicas", cs decir, lenguas empleirdas por cornunidadesrel igiosas o en r. tuales saq¡ados. El sánscri to, id ioma tan impor-tante en ia l ingi i ís i ica incloeuiol)ca, v qr le nos ha revclado muchasde las rel¿rciones genót icas entre las lenguas indocuropeas, fne ensus orígenes lengna l i terar ia de la clase sacerclotal de la India, esdecir , una lengua no popr-r lar s ino "cnl ta",

v de cul tura sobre todoreligiosa. Así, también, lc que sabemos del gótico lo debemos a

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la traduccrón de la Biblia que a ese idioma hizo el obispo godoUlfilas; lo que se llama paleoeslavo o antíguo eslavo eclesiástico(alenr. a'tkirchenslavisch) es, en sus orígenes, un dialecto del bírl-garo antiguo empleado por Cirilo y i\{etociio en la evangelizaciónde una parte de los eslavos, y qLle se ccnvirtió después en unaespecie de koiné reiigiosa de los eslavos pertcnecientes a la Iglesia

Oriental; el avéstico cs la lcngua clel A-"csta, es decir, del textosagrado de la religión zoroastriana; el umbro, letlgua de un puebloanliguto de Italia, lo conocemos sob¡e toclo por las llamadas TabulaeIgriinae (Tablas de Gubbio), que contienen el texto de un ritualsáerado. La couservación de ciertos ;diorlras se debc cxclusivamentea qu. han sido lenguas de ccmunidades iel ig ios¿ls; i l l es cl casodel copto, procedentc del antiguo egipcio, qlre se nrantuvo comolenguJ litírigica dc aquelia parte del pueblo cgipcio que habíaaCoptado la religión cristiana. Otras lcnguas deben su prest.gio cnprinrer lugar a motivos concernientcs a la rcl ig ión; así, por cjenrplo,

él árabe, áifundido en gran parte de Africa y de Asia por la reli-gión islámica. Y hasta un idio¡la de la Iruropa occiclental comoél alemán debe mucho a motivos de la nrisma ín'Jole: en efecto, e]alemán literario y comítn de hov -la "lcngua alentana" moderna-es en sus oríqenes la lengua empleada por Lutero en su traduc-ción de la Biblia.

VII. SINCRONÍA Y DIACRONfA

El canbio lingüístico: teoría acercd de ru ¡nturale-zay de sus "causas"

l. 1. Ferdinand de Saussure d:stihguió, en el estudio de las len-guas, por u¡r lado, una ciencia sincrónica, o sea, concerniente auna lengua considerada en un momento detcrminado de su des-arrol 'o (o tambión prcscindicndo del factor t iernpo), y, por otrolaCo, una ciencia diacrónica, como estudio de los hechos lineüísti-cos considerados "a tral,ós" del tiempo, es decir, en su desa"rrollohistórico. Al hacer tal distinción, en una época en que se atendiasob¡e todo a la historia de las lenguas y a la gramírtica llamacla"histór.ca", Saussure dcstacó el valor DroDio dcl cstudio puramentedcscript ivo dc las lcuguls en su "cstructura", es decir , de las len-guas como sistemas "est1tticos", y hoy eristen varias escuelas lin-güísticrs, en prinrer luqar la de Copenliague, que estudian princrpal-mcnte este aspecto clel lcnguaje, dedicándose a 1o que se llamalingiiística estructural y que es un tipo particular de lingiiísticadescriptiva.

1. 2. En una lengua se pu:den efectivamente distinguir estdsdos aspectos: :l sistcma en un nromento dado y el sistema en sudesarrollo, aunque, en cierto sentido (si se ticne en cuenta el carác-ter Darcialmente innovaclor de ioCo acto l ingi i íst ico), sólo existe elaspecto diacrónico, es decir, el continuo desarrollo, mientras queel otro aspecto. el sincrónico, para una lengua considerada en sutotalidad. constitul'e nlás bien una abstracción científica necesariapara estucliar el moCo conro la lengua funciona y los rasgos que,ent:.c los nrornentos de su desarrollo, permanecen constantes. Paramuchos fines, incluso prácticos, neccs-tamos, en efecto, considerarla lc l lsuít ccnro aigo m,1s o meuos estable, como sistema "estát ico"

caracterizado por una determinada estructura. Al aspecto sincróni-co corresponde la discipl ina l lamada "gramática", y que, en elsent.clo ampl io del término, es la descr ipción del s istema de unaleneua; al aspecto diacrónico, corresponden la granrát ica "histó-

rica" v la historia de la lengua. Pero tanbién las ciencias históricas

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necesitan referirse al aspecto sincrónico o, meior dicho, a variost'estados de lengtta" srtccsivos. En efecto, una lcngttir "viva", es

decir , cfect ivanrcnte hablada, se hal la cl t Perenl le mol i l r t iento:en todo momc¡to se da cn el la un ui¡¡ero indef inido de caltr tbios,o, por lo mctros,. dc i l lnovacioncs ind-r ' ic l t taies, canrbios e i ¡rnova-crones que es stntplemcute inrposible ieqistrar elr sLl total id¡d.puesto que quccle iuera de toCa posibi l idacl l iunt¿rna comllrobarlodos los actos i ingi i íst icos que se han p¡oduciCo v se proch,tcen.Por el lo, Ia gramática l t istór ica es, en real idad, comparac.ón enttevarios sistcmas est¿iiicos o "cst¿tdos de lcngtia" qrle corresportclen auna serie cle monrel l tos con\¡cncionalnlel l tc c lcgiclos coluo t ípicos.Así, por ejenrpr lo, en la gramática histór ica espairola, consiclc iamoscomo sistemas ei tát icos sucesivos el lat ín, el l la lnaclo "1atíu i ' t t1gi tr" .la fase prerronralrce, el castel lano ant-guo, el casiel lai to conrt ' tndel Siglo de Oro, etcótera, ya qrle sería inrposiblc estucliar cl des-arrol lo de la lcrrgua en su total ic iad, sei talanr lo todos los actcs l in-giiísticos innov¿lclorcs a travós de cur a accptación graclurl se hallegado dei sistema latino al sistema dcl esparlol común dc nues-trcs días.

1.3.1. Se puedcn, sin enrbargo, reqistrar en t ln mcnrento

dado ciertos fenórnenos esporácl.cos, pelo qLle se están difunclien-do y gencral izando y, por consiguiente, van modif icanCo grnclual-¡ncnte la lengua. Eriste cn l ¡ actual ic lrc l una discipl ina, aunqueinsuf ic ientcnrentc clcsarrol lacla, que t icne pr incipalncnte esc objeto: es i¡ llamada grantática de los errores, que puecie corlstituiruna iruportante fuente para la granri t ica histór ica. Sc l lanra granlá-

t ica "de los errores" porqr le cad¡ noveclad, cada acto l .ngi i ís[ ico

abcrrante que se registre en una lengua, es lo qtre se l lanra unÍ'error", desdc el punto cle vista clcl sistema anterior considcradoconlo norma; pero solr esos llanl¿rclos "errores" (o mLrchos deellos) los que, difr.rndióndose, se accpt:tn ccnto nue\¡as norillas yllegan a constituir elementos regularcs clel sistcma que cllos mis-mos han mocl i f icado. La más conocicla dc las granrát icas de loserrores es la Gr¿nrmaire des fautes eiaborada para el francós porel estuclioso ginebrino 11. Frei. Pcro sc ascmeian a las granrhticasde los errorcs tambión los manuales p¡áci icos, normrt ivos, qirc cxis 'ten para muchísimas lenguas y que seitalan las fcrmas considera'das "correctas", v, al mismo iiempo, ias que "no deberían entplear-se" (pero qne, evidentenrente, muchos hablantes ernplean).

Ilemos dicho que la gramática de los errores puede constituir

srxcRoxí,1 ,* ur,rcnoNí.r 6i

una importante fuente para ia gramática históríca. En efccto, elregistrar actos l ingir ístrcos nucvos y toclavía no gencral izados("crrónccs", dcsde cl pLrnto ie vista dc la nontta vigcnte ci t unmonento dacic), nos pcnnite comltrobar, dcntro cie cicrto t ict t tpo,si se i ran i r i rDucsio como nuev¿ls normas o, mcjor, cuáles de cl losse h¿rir irnpucsto y cuálcs, en c:rnrbio, h¡n sido ¡echazaclos por cl"uso", es clccir quc nos pcrm-te sor irrcndcr en alguna nrcdidael devcnir de la lcngua.

I . l . 2. Para las ópocas más ant iguas, tenemos otras f t tentes, encicrto sent ido, anáiogas, por ejcurplo, todos los errores de clocu-urcntos epigráf icos o pa)cográf icos dcbiclos a la i ¡rsuf ic icnte cul-tura de q'.rien los grabó o escribió, puesto qr-re los errores corlletidospor fal ta de conocimiento de la nonla gcrrcral de un determ.nadomonrinto pucden revcl¿rncs nucvas noimlrs que se van estrble-ciel lc lo o que, eventualnrentc, scn ,v l t l les para detel¡ninadascategcrías de hlbl¡ntes. La A¡:pendix Probi (manuscri to qr le, contocia probabi l idad, sc rcmontt a) s iglo tercero o cuarto dc nuest-raera) cs una r lc cstas fucntcs para cl l r t ín "vulgar": la mayoría delas fornras qirc est:r Appendix conclena como crróncas ("auriailanon oricld, ocu'rtts non oclus", etcétcra ) sor-r, precisanrente lasqrie l'cqaron a qcncralizarse y que explican las actualcs formasronrhnicas.

l .+ .1 . E l r :s tud io dc i desar ro l lo de las lenguas nos p lan teaimpiícitame¡rt.e cl problema qeneral del cambio lingtiístico y de.. ;us "causas" (o, mejor, razones), problema cn cuya consrd:raciónse han heciro mrichos crroics, pr incipalnrente a consecucncia deun enfoclrie equivocado, !, en el fonclo, cle un crror básico en lai l ranera de considerar el lenquaie. En efecto, lo de buscar las"causas" de los cnnlbios l inei i íst icos imlr l ica nluchas veccs la con-sicleiación cle la lengua como algo estát ico, como algo gue "no

debcrír canlbiar" v en ctrle todo cemb o necesitaría explicacióncausrl . Es <iecir cuL impl ica una consideración fundameniehnenteerrónea de las lenguar como orgrnislnos eutónomos, indep:ndien-tes de lcs individuos hab'antes, y no como sisl ,emas constrtuidossobre la base de actcs lingiiísticos concretos, actos de naturalezanecesariamente conrpleja, y en los que, como hemos visto, es hechonomral al no-co-ncidencia entre expresión y comprensión y entrecreoción y modeio de la misma. Una consideración adecuada delecto l ingi i rs i . ico como ncto cle creación, impi ica de cierto modo laeliminación del problema general del cambio lingüístico como de

62 EUGENTo cosERru

un problema inconsistente, puesto que el cambiar perterrece allenguaje por definición: es un hecho axiomático. Si algo hay quebuscar, son más bren ras razones por las que se produce la no-coin-cidencia aludida, y que, por cierto, no se reducen a una "causa"

únlca v gcneral, ya que, según los casos que se consideren, puedenser muy d;ferentes.

| .4.2. Debemos, con todo, recordar por lo menos algunas dclas teorías que han tratado de explicar el cambio lingiiístico,pr.resto que tales teorías han ocupado clurante muchas décadas alos lingliistas y, en parte, los siguen ocupando.

Z. Ha habido, rnte todo, una serie de teorías que podríanIlamarse "naturalistas ", teorías que explicaban el cambio lingiiís-tico por el clima o por el ambiente geográfico, e incluso por hecho;relat ivos a la al .m:ntación. Así, se ha sosten:do que la rotacióno mutación consonántica (Lautverschiebung\ que caracteriza a losidiomas germánicos (en las lenguas germánicas las oclusivas sor-das indoeuropeas se han convertido en fr.cativas; las oclusivassonoras, en sordas; v las sonoras aspir ldls, cn sonoras no asuira-das: cf. lat. genu-alem. Knic, lat. caput-alem. Haupú,lat. hostis-alenr. G¿sf ) ocr-rrrió cu¿lndo los pueblos gernránicos se trasl¿rda-ron cle la llanura a re3iones montailosas que habrían exigido otrot ipo de art iculación; y alguien ha l legaclo a af i rmar --y no en bro-ma- que las difercncias entre el a'enlán y el francés obedecen pr;n-cipa)nrcnte al hecho de que los alemanci bebet't cerveza y los iran-ceses, vtr10.

3.1.1. Otra teoría cs la dei substrato étnico. que en su formula-ción or iginal , "biologista", se debe al l ingi i ista i tai iano G. l . Ascol iy que fuc admit ida y discut ic la con scr icdad gracias sobre todo algran prcst igio dc este cstucl ioso. Tal tcoría ef i rnra que el cambiol ingi i íst ico obcdece, cn Ír l t ima rnstancia, al canrbío ie raza v a lapersistcncia cle la raza vcncida como substrato de l i r vcnccdola v,con el lo de los hábitos (art ict i lato¡ ios v otros) característ icos delidioma vencido ccmo substrato del ic l iona vencedor. Así. porejenrplo, en el caso del lat ín, que se sobrcpuso a otras lcnguas-cnItal ia, Iber ia, Gal ia y Dacia, habría qtredado, en la conformac.ónfísica de los pueblos racialmente dist intos que en esas rc?jonesaprendieron el lat ín, c icrta hcrencia que se habría manifestadomás tarde en los respect.vos idiom¡s ronrr inicos; en part icnlar,la u francesa (pronunciada r,i) se deberia a una herencia atávica

srxcnoñ¡ Y ¡r.tcnoNír 63

del céltico, que habría vuelto a aparecer en francés después de

siglos. Así, pues, la teoría original del substrato implica admitiren las lenguas leves anll:ogas a las leyes dcl atavismo de N{endel,segírn las cuales detcrminado carácter son'rático de una generaciónvue,r,e a manifestarse en gcueraciones poster iores; o sea que const i-tuve una expl icación biolóqica, absolutamente inconci l iab'e conla'conccpci¿n ¿el lengua je óomo fenómeno social y cultural.

3. f .2. I Ioy la teoría de Ascol i , por lo nlenos en su formaoriginaria, está totalmente abandonada (exccpto Por algunos lin-gt iútas racistas),1 'a q.re el e-tudio de las ienguas nos ha mostradoque cu ellas no puede haber ningírn atavisuro, ninguna herenciabio.ógica. En efecto, individuos de razas dist intas pucden hablarla misma lcngua; y los nirlos aprendcn perfectattnente cl idiornadel anrbicnte en que nacen y viven, aunque éste sca rac-almentedistinto del de sus padres.

7. I. 3. Con todo, Ia teoría del substrato puede admitirse enparte, o, por lo utcno;, pr.rcde admitirse el n o m b r e de 'teoría

ácl substrato', pero sustitttt 'cndo en la doctrina nisma ja herenciaracial por una noción tota ncnte di ferente: la de la mezcla deídiontu y de la persistencia parcial del idioma vcncido en la nuevafonna que, en Ia misma rcqión, adquiere ei iclionra vencedor. A esterespecto hay qLre considerar dos tcsis diferentcs: la de la base deartiuLlación y la del bilingiiismo inicial. Segírn la primera, unindiv cluo peitenecicnte a nn determinado gr l lpo étnico tendríapor el lo mismo unr deternr inada conformación congónita de losórganos Ce fonación, una ¡rarticular bas¿ de articulación, que nole permit i r ía art icular corrcctamente ciertos sor l idos característ icosde otros grupos étniccs; por ejcnrplo, a un inglés Ie sería f .s io1ógi-camente imposible pronunciar ciertos sonidos franceses. Por consi-guientc, en el caso cle toclo un srtlPo étnico que adopte el icliomaáe otro qrupo, el id ioma aprendido presentaría t tn s.stema fcnoló-gico dist .nto del or ieinal a causa de la base de art iculación dequienes lo aprendieron. Es ésta, en esencia, la teoría que sostt tvo-ar lnque no en términ:s t¡n crudos- el padre | . van Ginnekenen el Ccngreso de Linei i rst ica de Roma. en 1935. Y es una teoría

que puede tener a veces cierta apariencia de verdad, pero qtle

es fundamentalmente inaceptable, porque -como resultó tam-bién Ce la discusión por ella provocada en ese Congreso- se

basa en una interpretación equivocada de los hechos que aducecomo pruebas. En efecto, la base de articulación no existe corno

6+ EUGENTo cosERru

real idad anatómico-f is iológica sino que es sustancial¡nente un há,bito. .Lo que ocllrre, en realiclacl, no es que los individuos per-tenecientes a gruPos ét¡r .cos diversos tengau órganos cle fo 'r , rc l iónanatónricamcnte dist intos, s ino que, simplemente. est¿in acostum-bradcs a cierta pronunciac ón, a cierto slstema fonolóqico, i , , ¡ rorc_cnsíguiente, encuentran di f icul tacles :¡ l adoptar fcnenl:rs ci i in iosde los qr ie conocen y pronuncian habi iualmchte. FIav que sns- i i tu r ,por coirsiguiente, el concepto de base dc ai t iculación por ei c le há-hi to de art iculación Es decir qr lc no c: t iste la inipósibi l ic lad depronunciar ciertos sonidos, s ino só o cierta incrcia al adaptar losórganos de fonación a sistcm¿rs fonolóeicos qr ie ¡ to nos .on habi.tuales. Y nlhs accrtaclo tcdar ' ía sería., qnizái , nc l i¿lbl l r s iqr i ieradc "hábitos dc :¡r t icul :rc ión", s ' l ro clc io qu. Trul :ctzko,, l l r rnlaconciencia fonológ:ca o "cribt"

fanalógica'; es clecir, clc nc¡ne,iacostunrbre mcntal por la que r ln incivic iuo que habla coul ' i l - rncnteuna lcngna caractcr izada por r ln dcterminado sistcma forro'ógico,no advierte en todo caso las cl ist inciones fonológicas propias deotros sistemas, v por tanto asimi 'a cicrtos fonenrrs dist .ntos delsistcma a jeno a los que le resr i i tan más scmejantcs y, a r cces. leparccen idónt icos cn el propio (conrc el l el caso cle lcs forcnrasfranceses é y é, interpretados por los españoles como un úlr icofoncnra s, o en el del inglós 5 [sh], intcrprctado en espatrol comoe I c h ] ) .

3. 2. Con esta corrección, l i r tcc; ía cl iscrr t ida. cue se ¡cf ieresólo: l l as¡ lecto fónico del lcnrtur ic, J lrrcclc crr tr l r ¿r fo:rnlr 1: l r tc dela teoría clel "bi l ingi i ismo inic.al" , i ;ucstc quc se rei ierc i indiuiduos que apreudcn un ic l icnra cl ist i l l to cic l sur,o 1, ¡rrrcclcn inclusol lcgar a abandonar su idicnie pr inr i t ivo, lo cLrr l , s in 'eml;rrgo, sólooc'.lrre despuós de cicrto ticnrpo, dnrlnie cl cnal los clos iciiomasse emplcan conjuntamcnie. En cfecio, así cono adnl i t imcs lacxistenc-a Ce uur "col ic icncia fonolóqica", podemos adrni i i r tam,bi in ul la col lc icncia sintr ict ica v ur l l l óoncicl ic ia sel l rár i t ' ica. l>or lasquc un individuo, al aprcn<ler un i l l iourr l r l ist into clc l suvo, ie n¡ l l i -car ía cons tmcc icn ls que lcso l l f ln l i l i r r rcs cn cs te í r l t imo, , . , ¡ ro , o t rolado, inierprctaría por io nlcncs ura partc de los signos nuc'os qrreaprende en rel tc ión con los signos a qL, le está acostunrbrado. Nosrefcrimos, con csto, el bilingiiisrno cl.r ei scntido corriente clcl tór-mino, es decir , a indivic luos que heblan efect ivamente dos lcnguasdiversas, por lo menos duranie c,c¡to t icmpo, y, en el curp.eo deuna cle el las, se dejrn inf lui l por la otra. Pero, desde cl punto

slxcnoNÍ¡ v ur¡cnoNí,t 65

de vista teórico, se puede considerar como caso límite de bilin-

gtrismo aun el eurltleo ocasrouai clc ull ítnico signo qttc pertcnezca

í otro sistcnra luiei i ist lco. ¡ \hcra bicu, en este misnlo acto l .n-

gi i íst ico, c l cn actoi l i ¡gi i lst icos succslvos que. tctrgrt t t ,a óste com0

iroCclc, . ¡rucCcn ccurLi i l )ur un l lc lo. c l ícnónlcno de la i rdrrpta'

c ión fouológrcl (pr,r c jeml>lo, ctr csplr tol , c lrr por el ing. iós.ciub,

por( luc cn e-spaf ioi el foucnr¡ b no sc prcscnt ir en.posicir in f inal)

i, 'ri, otro, cl fc'órllcrro ilrnlrrtlo etint'ologla popul<tr, cs dccir, la

intcipret¿tción Ccl l t t lcvo signo, cicscol lociclo, ct l rc l¿lciót l con signoS

conuLi, inr. pcrtcrrccierrtcs t l ic l ioma propio del h¡bl :rnte, o s:¿1, t lna

inter i>rcirrc iórr cc¡uiuocacla <lel s igni f ic i rdo "ct inrológico" qt le el s igno

en cucst ión t icne ci t el id ionia or.ginal PoI st ls rc lacioncs semrin-

t icas con otros signos clel nt ismo. Asi, por cicnlpio, c l ingl . couúry'

dütce, qr.re significa sintplentcllte 'danza rírstica, chnza cle la carn-

parrrr ' , t ia parádo al f rarcós cor.ro contre¿ance (dc donde cl csp.

Zontratlania): es clecir quc cottntry sc hl i 'tcrprctaclo como contre,

por ar imi lación a un ntoclelo f iancós. Así, tanrbión, el f rancós ant.'cordntanier

(c le Cordouc, "Córcloba"), qtre or ig;narianlert te signi-

f icab¿r "rr tesano qLrc trabaia cucros cie Córcloba", se ha co¡rvert ido

en fr tncós utocler io en cort lontt ier v signi f ica actt tal l l letr ie "za; la-

tero", c l t gcncral , porq¡c se hr puósto cn rclaciót l col l el fmncós

corclon. l . l í c¡cmplb tod¡vía nrás cólebre cs el de la-pipa de.KLLm'

f i ter. \ , ,n alsaciai to l l lntaclo Kumlncr hal) ía fabr:caclo unl pipa de

un nr:r tcr ial mtlv l i " ' iar lo, c l nl is l l lo qtte hov día se l lama. espunTr' i

cle nur (y que óon el ÍI¿1r l-ro tierle nada qtre ver); pero la expr-e'

, i ,a" pipó cl 'e Ktnnmer, por ser este nomb¡e insól i to eu francós,

se interpretó con o pipe d' éume cJe nter . De aquí el nombre.éanne

de nrcr'. que ciesigria actualnrcnte cse material y que, de! francós,

ha nasaclo tanlbión al csnarrol , al i ta l iano (sptnna dí mare\, al

alcnr¿in (ltleerschatLrn), etcétcra. Desclc ttn punto de v:sta tcórico,

1o quc ocrtrre en el perso de un idior¡a a otro no es di ferente cle lo

que puede ocurr i r c lentro de t tn nl i :n lo idioma, al pasar p-alabras

o e,.- l r rcsiones del le¡guaie de una conlunidad al lenq¡aie de otra,

social . cr i l tural o cl ia lectalmcnte cl iversa. Es decir que tarnbién

cientro c'le uu ntisnto idiorrla un signo desconocido puede ser inter-

pretaclo eguivocadamel: te cn ct t i t t t to a st l forma (por eiemplo,

,unrurrn"orión por renuLneración)' o también descle el punto de

vista senrint ico, corno en el caso del cambio de signi f icado que la

palabre emérita ha sufrido en el liabla popular. En latín, enrcritus

hesignalta al soldado que no pertenecía ya al- eiérci to en servicio

activc, pero que mantcnía su grado y su sueldo; es decir, que era

66 EUGENTo cosERru

una especie de_"jubilado". En espairol, la palabra emérito se em-plea-, sobre todo en el lenguaje-académicb, para designar a unprofesor -que no dicta va clases, pero que sigüe pertenéciendo al-cuerpo docente, especialmente universiiario.-peró, fuera de estelenguaje especial, el térm.no se ha puesto en relación con la oala-br.a mérito, por lo cual ha llegado a'significar "insigne, meritoiio".Ahora bieu, los fenómenos dé este tip'o scn, naturirr¡ente. muchomás n'merosos cuaudo sc pasa de un idiol l ra a otro, paso queimplica, por consiguiente, una gran canticlad de camb.os ionétióosy senránticos. Y tales cambios no ocurren sólo por las relacionesentre un substrato ( lengua pr imit iva) y una lóng.a nue\,a queuna comunicad aprende, con sncesivo

-abandono* de su lengua

anterior, sino también por las relaciones entre una deternliridaiengua y ttn s.upe-rstrato (lengua que se sobrepone a otra, pero s.nl legar a el iminarla) y entre una-lengua v ,n adstrato (és decir .una lcnqua cont igua), y son part icularmente numerosos cuandcentre una lengua y su substrato, superstrato o adstrato hay relacio,nes de parentesco que favoreccn el bi l ingi ' isrno, pasai de unalengua a otra, y se adaptan, sobre todo elei¡:ntos dL vocabnlario.pero tantbión giros sintácticcs, fonenras y sonidos, y hasta elemenrosmor_fológicos_. En ej caso del subs/r¿to, se trata- propiar-nente defenómenos cle conservación (es dec,r, dc elementbs ic ln lenguaanterior que se conser'an en la nue'a; cf. los elemcntos cóltñosque se han mantenico en francés, sobre tcdo en el ambicnte r írst ico.más-conservaclor), pero dcsde el punto clc vista del icr ioma que sele sobrepone, son, por supuesto, innovaciones; en cl caso clej sttbers-trato y del adstrato, se trata de innovacicnes propiamente dichas.conclrrimos, por tanto, que la tcoría cicl substráto es perfectamentevir l ida si no se ent encle como exclusiva, r , s i se la considcra enrelación con la real idad cfcct i 'a dcl lenguajc y fuera dc toclo plan-teamiento biológico-racial.

7. 3. 1. Una corrección un poco dist inta cle la misma teoríadel substrato es la teoría de las téndcncias de las lenguas, srstcnicl¡pr incipalme'te por Antoine N{e- l lct . Af i rna Nfci l let que en laslengu¿rs pertenecientes a la misma fanri l ia se dan a menLrco ten-dencias idón-ticas, producidas o no por un subsfr¿fo, v que 1,.uc.Jcnl levar a cambios l inei i íst icos idínt iccs o semcjantes, i r ic luso c, la.rcloentre ias lenquas mismas va no hava relac ón directa o cont iqi i idadterr i tor ial . Así, por ejenrpio, en el lat ín "r ,nlqar" er ist ía v, l , . . t . "-dencia" a convertir en analíticas las forniás sintéticai del latín

srxcnoNi¡ v orlcnoNí¡, 67

clásico (por ejernplo, los cascs gramaticales o la voz pasiva en lost icnluos derivados clel tenra del prcscnte); y esta tendencia sehabría rnanifcstado cn los idionlas ronuin.cos, continuanio sttsetecros tambrcl ' l dcspues de la chsolucrón dc la unid¿d prcrrontan-ce. Así se erp) ic irr ía, entrc otros fcuóinenos, la casi total pórdidadc la decl inación lat ina, ccurr ic la cn los ic l iomes rom¿inicos enépocas d.st intas. Que algo cieLto hav en esta teoría, i rueclc sinduda ain i t i rsc, pncsto euc, cn efecto, se ha comprobaclo queicnómcnos ic lónt icos i rucden ocurr i r en épocas y lugarcs di fcrcntcs,; in quc hav¿r cntre el ios ningr-rna lc lación directa; s in embargo,rJarece mhs bien cl iscut ible que toda una serie dc fenómenos ic lón-i icos pueclan prochic-rre, en vir t r- ld cle una pLctendida "tendcucia",

en va¡ias lengr-ras y cle mancra inCcpcndicnte cn cacla una clc cllas.Es oportuno rccord¿r a cstc propósrto que ia nrodcrna geografíal ingi i íst ica ha conf irmado con toda eviclencrala teoría clelas ondas(\Yellentheorie ), hi1;ótcsis propuesta la cn la seguncla niitad clcls iglo pasado por fohannes Schmicl t (Dic Yervancitschaftste'hül t 'nisse der inclog,ernnniscltcn Spraclrcn, 1872), segírn la cual lls ;n-novacicnes l ingi i íst icas (cn lu or igen, ctcaciones individt iales) sei l i funclcn desc]c uir ¡rnnto cie t in terr i ior io, por imitación, es dccir ,med.ante su accptación i--or ull n'Jurcro cacla vez mryor de inclivi-duos, hasta cubrir zor.lrs nrÍs o mcnos extensas, según las resisten-cias o corricntes contrarias quc crtcttcutreu.

7.3.2. Otra tcoría de Xfci l let es la qlre podría i lamarse teoríade las genarctciottcs y qtle sostiene que el cambio lingtiist-co sedcbe, justamente, a ln di ferenciación l ingi i íst ica que se estableceentre las generacioncs, o sea, al hccho clc que los hi jos no rePro-duccn nunca con cractitud el idioma cle sus padres. Tal teoríaresuita perfectancnte aceptable mientras se sostenga sinplementeque el hi jo no reprcduce con eract tud el id ioma del padre, locua1, en esencia, quiere dccir que nadie reproduce de manera idén-t ica en sus actos l ingi i íst icos los modelos sobre los cuales crea suexpresión. Pero es una abstracciór'r violenta e inneceiaria la de intro-ducir el concepto de "gcneración", pucsto que la generac.ón esalgo puramente convencionai y no t iene ninguna existenciaconcreta ( las edades de las personas en Llna comunidad reprecen-tan un "cont inuunr"

) . r \de mris, para sustentar esta teoría, N{ei l letse apova en r in supuesto qr le no puede admit i rse: af i rma, en efecto,que, "por razones desconocidas", acaso f is iológicas, c.ertos fenó-menos ocurrirían simultáneamente en el hablar de toda una genera-

6B EUCENIO COSERIU

ción. Así, pcr ejemplo, por razones qrle sería imposible establecei.todos ios nr i los de irar is habrian eurpezaCo en un deie¡mil l : rc ionromcnto a pronunciar la I tnoui l lée ccrno y, mienfras sus 1_: l t l rc isegníau pronunciándola l ' (es Cecir , ccmc la r l dei espairol ejenrpiarde Cast i l la). Forn' iLr l lc la dc este urodo, la teoría nc pueCe aceptarse, ya qrie, en el fonclo, se rcduce aj nt s¡no fisioioq;smo v biolo-gisilo'ai l,re t,a hemos recilazaclo cc,rro c¿rrcnte de"funCin-rento.Es cvidcnte que, nonlalmcnte, ¿rdlert i l ros la er- istcncia de unainnovrción cuando ya ha :r lcanzado ciert¿r di fusión, conlo tambiónes er i i lcn'e que las i i r rrovac.ones se accj) :an l tai t iculanlcntc elr trclos jóvcnes y los ni i rcs, tauto por hs tenieni ias l ¡ lnovacloras cle lajuvcntud cot ' , ' ,o lorqr lc, en los ni i ros, los hhbitos l inqi i ís i icos noestán tocla'¿ia af.ianzados Dor un enrltlco constante dc ias fo¡nrascorrcspondrentes. Pero las innovacioncs no ocurren _v no puccicnocurr i r s inlul thncamenic en tocla una "gencr¿lcióu". Los estudiosquc se han enrprendido al rcspecto, cn l r i r r t icular cn Dinaurarca.han demostrado que, desde este punto de v.sfa, lcs ni i los l to sonhablantcs di fcrentes de los aclul tos. Ertre los nir ios se establccen.incluso en las act iv idades purirmcnte infani i les, conro los juegos,jcrarc¡uías ani i logas a las que se e;tablccen entre los adultcs; esdccir quc cicrtos nihos, por cual idades individuales o por razonessociales, alcanzan más prest igio. v jos Ccmás n,hos los inl i tan.tarnbil'n clescle ei punto dc vista lirrgiiístico, aceptanclo sus ntodosde hablar. Si es que en r ln monrento drclo se reqistra especialnrentecntrc los niilos una nue\¡¿r pronrill i irción, clc n ugnnl nlanc:¿r clrbe'af i rm:rr que hava sido adoptada sinrul t lurcanrente por toclos el los;ha1' que sLlpol ler m¿is bien quc, como en cualqu.cr otro clso. l r rnuevt pronuttciación fue acloptacla al pr inci i r io l lor urr solo indivi .duo, por un ni i ro al que iur i taron otros nir- los de su ambiente.

4. 0. Otras expl icaciones dcl cambio l ingi i íst :co y qr ie, en parte,se ref icren anie todo al as1;ecto fól ico clc l lenqLir jc, sou las deintínínto esfuerzo, de la analogía y de la econontía de expresión.

4. l . Scgírn la tcoría dcl nrínimo esfuerzo, c iertos soniclos ociertos grupos fónicos de ¡rronunciacir in

"di f íc i l " , prr t icu)anncntencxos corrsonánt.cos, se tralrs iornrtr í tu v se simpl i f icarían ¡edu-ciÚlrCose ¿l gnl l )os clc pronulci : lc i r in nl , is ' : f ic i l " o i solr idos t i l l icos.A este propósito se aclucen cjcnrplos del t ipo de l : r t . pt > esp. t(corr io en septent ) síetc) : err ic lcr l temetl te, un gruPo consonánt iCoconro pf pucCe considcrarse "de

¡rronunciacir in di f íc i l " o, 1:or lomenos, más di f íc i l que la de la consonante s;mpie t . Fero es

sircnoxi¡ v ¡I.rcnosia .. 1

tarea muy ardua la Ce establecer en todos los casos qué sonidos r,gué grupos fóniccs son efcctlr,amente difíciles de prcnunciar.Aciemás, el concepio de "prcnrinciación difícil" se revela comorelativo si se coilsicieran más lcnguas: un fonema como g (la g clelit. ge.nuna) es clifícil para los cspañoles, mientras que no lo cspara lcs iialianos, y, viceversa, el sonido X (esp. i ) les resuita rnlr'"'ciifícil a los italianos, que no lo iicncn en su propio sistcrne fr-¡nc-iógico. Se ha cbservado que, cle una manera gcncral, las consoil;it:-tes sorclas intervochlicas "tienden" a transformarse en soltorts \iclcspués en fricativas, porque las sonoras son de pronnncirción"rnhs f¿ici l " qtre las so¡das (requieren menos esfuerzo muscujal) .;\sí, por cjenrplo, la palabn incioettropca que e¡r l¿itín cs tlrí:!¿{jr,hrr caurbi¿rclo en muchos idiomas su f en d, trausfotmrlndose ltlcgc,est¿r d en un¿l fricativa, quc x vcccs ha llcgado a desrp'rrei-cr colll-pletaurcnte (it. tncdre, esD. ¡nddre, ingl. mother, airlt. ???d),r' sueci)ntor, f r . mére); pcro en nrtchcs idiomas (cslavo, l i tu:rno, ai lbanés)este cambio no ha octir:ido, y se ha mantenido hasta hoy la conso-nante sorcla original (cf. ruso tnd¿', servio-cr. nutí, l it. moté, :-lb.ntotré). An:ilogaurcr'¡e. hs sordas intcrvccirlicas latinas han hechosonoras en espahci, ircro cste cambio no ha ocurricio sino parcial-nrentc cn toscano (cf. it. Icgo, ago, collto en esp. Iago, oguia;pero it. fuoco, giuoco frente a csp. fuega, iuego) y no ha ocurricioen ningírn caso en rur.lleno, quc siguc ln:iirtcnicndo las sordasoriginales (Iac, cc, f cc, ioc). Y ni siquiera con respccto a una mis-ma lengua se puc,Jc sostener dc manera gcncral que la "evolución"

normal vaya necesariamente cie lo difícit a lo más fácil: el francés,con sus dieciséis vccales, resulta indudabicmente de pronuncia-ción más difícii que el latin popular clel siglo ru d. C., que sólotenía siete; y una palabra como fr. chenúse es "más difícil" depronunciar que lat. camisía. Del mismo modo, el polaco actual pre-senta un sisterna fonológico muciro más compleio que el que seatribuye al eslavo común.

4.2. La tecrí¡. de la analogía explica los cambios lingüísticos, o,por lo menos, ula gran parte cie cl.lcs, por una "tendencia a laregularidaii" que se obserla en todos ios idiomas, o sea, por la ten-dencia a asimiiar las fcrmas aberrantes ("irregulares") a formas"reguiares", a modelos más comunes (por ejemplo, antié, enlngarde andu',,e, segúr: el modelo de hablé, cortó, etcétera; cabo, enlugar de quepc; iu:ír.c, en lugar de hdya, según el modelo d.e traiga,caiga, oiga). Ccrsiclerando el fenónreno desde el punto de vista del

7A EUGENIO CCSERIU

acto lingiiístico, diríamos que el individuo que crea su expresión seequivoca en la elección de su modeio, produciendo una formanueva segírn un nrodeio que uo es er conrírnmente enrpleado cn sucontunidad iingiiística y dejándose i¡rflr.rir por formas gramat:calesmás comunes, o, nruchas veces, por formas que, de alguna rranera,pertcnecen a la mlsnra categoría o const i tur en pare¡a con la de suacto I ingi i íst ico, conro voces sinónimls, ani .ónimas, etcéter l . Así,lat. cr¿ss¿¿s se hizo grdssl-Ls, segÍin el nlodelo cle grossus: cf . e.;p. gra-so, grueso, i r . g 'as, gros, r t . g dsso, grosso; Iat . g"al is se transfoimóen g-evis, de acuerclo con cl mocielo cle sn contr¡'.rio, leyis; cf. tam-b'-ón buetúsinto, nuetíshtto, ctt lugar de l:onísinto, nctísittto, segÍrnl¡s formas de1 grado l tosr i ivo, bueno, mlev-o; o, cn cl e: .pal ioi dcl l { íode la Plata, estea, segttn cl mod.elo de sea. La anaiogía, corno vcllos,es un fenómeno geitcral en los ic l icutas, v expl ica, cn r trnchos ci tsos,si no la r tz6n, por lo mcnos cl ¡- l - lccrrnisnto del carnbro l ingi i ís i ico.Pero cle ningnna nrancra sc la puecle consi ierar conto lcy n e c e s a-r ia dc la expresión: el cambio rnalógico no clebe ocurr i r , s i lo quepuede ocnrr.r (o no), puesto quc ci incl i t ic luo cs dueño y crcrdorde su cxpresir in; y los l ingi i stas no pr icdcr-r prcverlo sino sólo rcgrs-tr¿ir lo, cn los casos cn quc ha ocurr ic lo (así, por ejcmplo, no rcsultaque algnien digzt sabo, de sabcr, cono algunos cl iccn cabo, de caber).Aírn nrcncs cab: af i rnrar cn fornra absoluta, v para toclos Jos c¿rsos,la i c r idc l l c ;e a h rcgr r l r r r i z lc jón gr ru t : r t i ca l . l r i r . s to quc hav n l r r l losejcnlr los cle lo contrar io: así, at tr l i re cra un vcrbo entcranr:r t : re-gular en lat tn, pelo no lo es cn cspahol actnal (oír procede clc ¿ru-dire pe;o presenta en srr f ler ión fo¡rnes " i rrequlares" como o,go 1roiga); r , un ic. l i .nt : l con' lo cl polaco ha conrpl icaclo noirb'enrc¡rteIa f lexión nominal del eslavo común, cn h' .gar cle sinrpl i f icar la. Esdecir que en los ic l ionras cxjste una "tcnclencia" gencral rcgular i-zaclo-a, pero er iste tantb.ón h " ienclenci:r" contrar ia (o l : r . " tcn-

dcncia" a const i tuir ni levas reqular ic lades, parciaies): en la histor iaasisl in los a un cont i l luo hlccrsc, c lcsinceric y rchacerse de los sis-tcmas.

+.7. I i inalmente, la teoría dela econontía de expresión nf i rmaque en los idiontas se observa qcneralnrenie la tcndencia a erprcsarsó'o lo nccesario, lo i r-rd.spcnsrble para la intercontprens:ón. Esdecir que, por ejentplo, s i en una expresión cxiste yá un sirno deplural , éste puecle ccnsiclerarse suf ic ie ntc, r ' ]os otros siquos cventua-les de la misma función se suprimen como no nccesarios. Así, enfranc(s, el plural ya no se c\presr comúnl. i rente cn los nonrbres(nnison y rnaisons se pronuncian del m snto n-rodo), puesto que se

srNcnovÍ¡ v or¡cnoNÍ¡ 7l

expresa en forma suficiente, por eiemplo, por el artículo (la naison,les maiso¡u ). Sc pueden también recordar los casos en que una partede un signo sustitul'e al signo entero, Porque el signiticado resultaperfectamente claro gracias a la situación o en virtud de una con-venc-ón t¿icita. cn la cort.lunidad en qlre se produce; tal es, porejcnplo, cn cl argot cstudiantil, el caso de profe, dire, en lugar deproiesor, director. Otros cjemplos, cle índole más gcncral, son aqlle-l los en que, por una especie de ruina gradual de las sí labas átouas,se conserva, de una palabra, sólo la parte acentuada, ya c¡ue ésta bas-ta prrr nonrbrar ei correspondiente concepto, como ha ocuiridogcrrcralnrcnte en francós y en inglés: de ntanduco, ficatum, credere,tcrrenros en fraucós nTdnge, f oie, croire; así, tarnbión, mientras c¡ueen una lenguit gcrmánica antigua couro cl gótico encontramos la for-ma conrple¡a habaidcclunT, ctt inglés actual tencmos had, co:n 7amisma función. Esta tcoría, sostcnida pr incipalmcnte por Iesl lersetr ,t icne evidcntcmente sus buenos fundamentos, y puede adnl i t . rse enmuchos casos, pcro sólo si considcramos las urlidades fónicas oscnr¿inticas aisladas, I' no clentro de todo el sistema. Consideralndo,en cambio, los s:stcr j ras en su coniunto, tencmos quc admit i r que,con frccuencia, io qr le sc simpl i f ica por un lado, se compl ica porotro; se ¡cduccu o se el inr inan cicrtos morfcmas pero, al ur isuroticnp-o, se cieíil-r nccesarianrente otros. Así, por ejernplo, cl francésha sinrpl i f icaclo hs Ccsincncias lat inas del vcrbo, y trcne, en el l l re-scnte incl icat ivo clc la pr irnera coniugación, formas fónicamenteidónt icas en la I , I I . I I I , y VI persona: pense - penses'pense y pen'sent (la s cle la seguncla persol'r¿t v el grupo -nt de la tercera pluralson puramente gr: i f icos, pLlcs la l ro se pronuncian);pero, por otroiado, en f¡ancós es ncccsario indicar la persona mediante el pronour '\>re ( ie pense, tu penses, i I ¡ tense), lo cual no ocurría en lat ín,donde bastaban para e1lo las clesiclencias pcrsonirlcs (clatno, clarnds,clamat, c lamarLt): es decir que, precisantente, 1o que se ha simpl i 'ficado por el lado de las clesincncias se ha complicado por el ladode los pronombres antepuestos. Así, también, es verdad que elesparlol ya no t iene las clesinencias de la decl:nación lat ina, Perot iene, en cambio, preposiciones, que desempehan una funciónanáloga (patris, patrí-esp. del padre, al padre). Hay, además, enlas lenguas, "morfemas" funcionales (" instrumentos") que no soninmediatamente evidentes, conto, por eiemplo, el orden de las pala-bras. Considérese, a este respecto, la oración francesa Pierre voitPauI.En lugar de esto, no se podría decir en francés Paulvoit Píene,pues en tal caso el sujeto y el objeto ya no serían los mismos. En

/ ¿ TUGNNIO COSERIU

latín, en cambio, era indiferente la colocación de las palabras (esdecir que el orden de las palabras no const i tuía "morfema"), por-que la función sintáct ica se expresaba por medio de las desinencias:se podía decir, indiferentemente, Petrus videt Paulunt, o Paulutnyidet Petrus, o Paulunt Petrus vi<het, o Petrus Paulum t,icJet, o videtPetrus Paulurn, o yiciet Paulum Petrus, entendión<lose en tocjocaso Petrus como sujeto y Paulunt como conplemento objeto, porsus desincncias -us y -um. Así, pues, aun adr¡itiendo el fenómenode ia economía de expres.ón, hay que advert i r quc a menudo setrata sólo de una econo¡lía aparente.

5. I . Considerando, ahora, cn sl l conjunto las var ias teoríasque hemos erpucsto, tenemos que obscrvar cluc las utismls, másb icn quc idcn t i f i car las razoncs de l cambio j ine i i í s t i co , com-pmcbán su "uccanismo" y sus condicioncs; es clcc;i q'.rc seña}¡.ncómo v cuándo se produce, o pucde producirse. Pero l ¡ razón ínt imaclel cambio, dc la innoveción cn ia lengua, es cn todo caso la quclrcmos inCicado ¿ri habl¿r del acto l inei i ist ico, o sea, la no-coinci-dcncia entrc el ecto l ingi i íst ico v su rrroi l . lo. \ /alc <lccir quc la inno-vación, c l "cambio" cn su momento inic ial 1,or iginar io, es sicmprcun acto de creación individual. Iista crcr,ción puede clcbcrse a hábi-tos ¿rrt iculator ios, a "crrores" en la clección dcl modelo, a motivoscstilísticos (cxigencias dc mavor cxpresii' iciad), I razoncs culturales(por ejcmplo, objetos o conccptos rll lcvos para los (lue es necesariocrear nl lc\¡os nonbres), e inclusc a r¿lzcncs sim1,. lcmcnte f ís icas(por ejemplo, a dcfectos dc Dronnnciacir in), ctcútcra. Ll crcaciónlingtiística puede manifcstarse cn el plarro nraterirl del lengtiaje(cambio fónico), cn cl plano dei contcnido signi f icat ivo (cambiosenránt ico) o cn ambos planos alavez. Y pucde scr crcac^ón en elscntido estricto clel ténnino, es decir, invcnc.ón clc un nLle\¡o signo.como tambión un acto de elccción dei modelo, conro en los casosen que, hablando dcntro de una dcierminada comtinidad y en elmarco de una detemrinad¿r convención lingiiística, el ind;viduohablante, por cualquiera de las razoncs antedichas, emplea comonodelo para un signo "actual" Lln signo anterior que pcrtencce aotra convención o a otra comunidad cultural, o social o regional,o aun a otra comuniclad lingiiística cn scntido amplio, es decir, a unidior-na extranjero. Ha1,, por tanto, dentro dci misnro sistcma lin-giiístico un conl-inuo paso de signos de una comunidad a otra, deun estrato social a otro estrato social, de una rcgión a otra v de unaconvención a ot¡a (cs decir, de la lengua conriiu a los diilectos y

srxcnoxÍ¡ v or¡cnoNÍ.r 77

viceversa, de un dialecto a otro, de lenguajes especiales o técnicosa. la lengua comirn \'_r'iceversa, del lenguaje falniliar a la lcngual i terar ia y vicei 'crsa, dcl le 'g 'ajc c ' rot i 'o o afcct ivo al lenguájeenuncrati\,o \' \ 'rcevcrsa, etcctcra), como tambicn h:rv intercambioentre sistemas lingiiísticos autóncnros, cs decir, eirtie icliomas di-versos. E,n cada caso, cl signo, cn la comunidad cn qr:e enrpiezaa e'rplcrrse y se clif unde, se prese 'ta co'o "i..ovacióir" y"canrbio".

5 .2. Por consiguiente, los camb;os l ingi i íst icos no son nuncagcuerales l ,s inul táncos, sino que proceden slemprc de un acto i ¡rc l i -v idual, dc una innovación que se cl i fundc por imitaci i rn. El cambioggyrrc: e-n su origen, cn uu_ acto lingtiístico, en una palabra, I S€difuncle lucgo a otros actos lingiiísticós y se aplica ta'rbión a otraspalabras. Bajo este aspecto, ei canrbio fénico lo

" fonót ico") no se

distingue en absolLrto del carnbio semántico, ),a que ambós tiposocrlrrcn origiruriamcnte en una sola palabra. y dcsptiés de estepunto inic ial , los dos t ipos de crmbio sc di fundcn der m;smo modo,es decir , por i ' r i tación: c l cambio sern¿int ico, mcdiante ra acepta-ción del nuc\¡o significado por otros individuos; y el cambio fóné-t ico, po.r aceptación.del nucvo sonido en la misnia palabra y de sue.rtensión a otras pl labras en que el nr ismo fonc¡na sc presenta enel mismo alrededor fónico, reproducióndose por lo comírn cn todoslos casos aná1ogos, o en la gran ma)'oría de-ellos, lo cual justificael pr incipio metodológ;co de la corrcspondencia regular entre dosfases succsivas dcl mismo sistcma, o sea, cle lo qtie se llama le¡fonética.