[1]archivo.lavoz.com.ar/anexos/Informe/07/2130.pdf[16] Susana Romano Sued — Nos arrepentimos,...

30

Transcript of [1]archivo.lavoz.com.ar/anexos/Informe/07/2130.pdf[16] Susana Romano Sued — Nos arrepentimos,...

[1]

[2]

Susana Romano Sued

[3]

Memoria de La Perla y La RiberaPROCEDIMIENTO

[4]

Susana Romano Sued

[5]Memoria de La Perla y La Ribera

Susana Romano SuedPROCEDIMIENTO

[6]

Susana Romano Sued

Ilustración de Port ada: Diana Dowek: �Atrapado con salida IV�,pintura acrílica sobre papel, año 1977.

Diseño de Port ada: Miguel De Lorenzi

© El Emporio Libros S.A.9 de Julio 182 - 5000 CórdobaTel.: 54 - 351 - 41 17000 / 4253468 / 4245591E-mail: [email protected]

© Susana Romano Sued

Hecho el depósito que marca la Ley 1 1723ISBN: 978-987-1268-33-7

Impreso en Córdoba, Ar gentinaPrinted in Córdoba, Argentina

Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada o transmitidade manera alguna ni por ningún medio o procedimiento, incluidos la reprografíay el tratamiento informático, sin permiso previo por escrito del editor.

Romano Sued, SusanaProcedimiento: memoria de la Perla y la

Ribera - 1a ed. - Córdoba: El Emporio Ediciones,2007.

156 p.; 23 x 15,5 cm. (Sextil; 1 dirigida porSusana Romano Sued y T omás Vera Barros)

ISBN 978-987-1268-33-7

1. Narrativa Argentina 2. Novela. I. TítuloCDD A863

[7]

“…una forma de conservar el dolor del recuerdo en la cultura,significa en cuanto a la narración una coalición entre los que vivenactualmente y los que ya han muerto, los olvidados, los sacrifica-dos, vencidos. Sus visiones y sabidurías forman parte del acervode la humanidad; ese acervo no se consigue nunca únicamente através de la reconstrucción histórica. Eso sólo es posible narrandoen contra del tiempo, y por eso hay que intentar contar, contar unay otra vez”.

Johan Baptist Metz y Elie Wiesel: Esperar a pesar de todo.

[8]

Susana Romano Sued

[9]

“…Ponle al muerto las palabras en la tumba,las que pronunció para vivir.Acuesta su cabeza entre ellas,que sientalas lenguas del anhelo,las tenazas..”.

Paul Celan, “Paul Éluard, in memoriam”

“…..Uno se despierta. Los sauces inclinadosentre vientos como un cuerpo de fatigadelatan por su temblor amarillootra estación. En las ventanas del paísjunto con los árboles, los asesinos…..”

Susana Szwarc, “Estaciones”

[10]

Susana Romano Sued

[11]

Muy cerca de la ciudad de Córdoba, sobre la autopista que une lacapital provincial con Villa Carlos Paz, en las inmediaciones delpuente Nuevo que conecta con la entrada a Malagueño, está LaPerla, el centro clandestino de detención más importante de Cór-doba, durante la última dictadura. Sus instalaciones están sobreuna loma, a mano derecha en dirección a Carlos Paz, y se puedenobservar desde la ruta. Se lo llamaba “la Universidad”. En tantoque el Campo de la Ribera se llamaba, en la jerga de los represores,“la Escuelita”, y en los papeles, un “lugar de reunión de deteni-dos”: eufemismos empleados para la tortura sufrida por los se-cuestrados y desaparecidos que pasaron por esa cárcel militar,enclavada en plena ciudad y vecina al viejo cementerio de SanVicente.

Cuando se vuelve de un entierro en el Cementerio San Vicente,yendo hacia el centro de la ciudad, enseguida se divisa la escue-la, levantada sobre los escombros del Campo de la Ribera. Desdela zona alta de la calle puede verse el patio de recreo, lleno deblancos guardapolvos y bullicio. Y también el mástil, con un can-tero de flores. En ese mismo lugar fue encontrado el atado detrapos envolviendo los papeles con los testimonios.

[12]

Susana Romano Sued

[13]

A los que penan por sobrevivir

[14]

Susana Romano Sued

[15]

Día tres. Hora tres

En medio de tenues soles revolotean tordos, mariposas, murcié-lagos rezagados, gorriones anunciando ciclos de vida despun-tando, asaltando sombras agujereadas ahora de luz y brisa fer-tilizando nuestros campos.

Despliegan alas susurrantes bajo copas y follajes agitados, aco-sadas por vientos norte y sur, o de sitios cardinales desconoci-dos; atraen a otros pájaros, insectos, zumbidos de vidas, aje-nas, llenas de murmullos y respiraciones poblando paisajes deexterior.

—¿Vos ves algo?

—Veo algo, suelo, pies, todo borroso.

—Sacáme este reguero de larvas que me recorre entera.

—No puedo.

—Contáme cómo es.

—Es como es cada vez.

Acá se escuchan voces pronunciando palabras ejemplares mo-duladas para oídos amansados, ávidos de tonos familiares, es-perando consejo, alivio, trazando jalones de interrupción, de-tenciones de inminencias, esperas desamarradas como lavasobre restos de almas.

— Déjeme volver, Profesor, permita que me vaya, hable por mí,estoy limpia.

—Sólo admitimos limpiezas a fondo; esto está muy sucio, hayque hacer trabajo de raíz, para eso hemos prestado juramento.

Procedimiento

[16]

Susana Romano Sued

— Nos arrepentimos, Profesor.

—No alcanza con arrepentirse, hay que limpiarse, sacarse todoese psicologismo, ese materialismo. Ustedes tienen muchoCortázar y mucho Marx en la cabeza, están enfermos.

—Por qué tanta saña, Profesor, tanta crueldad y sangre en sumétodo.

—Suciedad con suciedad, saña con saña, no hay otro modo dereeducar.

—Soy monja, Profesor, Padre.

—Monjas, soldados, artistas, todos están contaminados.

Acá resuenan timbres dulces de voz penetrando convicciones,desgajando resistencias, preparando esqueletos, magros cuer-pos para emprender gregario vuelo, abalorios sin cuerda enhe-brados a susurros, anudándose a memorias de color perlado,trasladadas hacia umbrales y desenlaces.

Acá órbitas resplandecientes de astros pugnan por saltar porfuera de vendajes, mientras balbuceos melodiosos empujan len-guas y fonaciones y corrompen mordazas y silencios, lealtadesy creencias.

—Hemos hablado todo.

—Pero falta.

—Dije todo cuanto sé, cuanto recuerdo.

—Faltan datos, pruebas, nombres, señas de rostros y guaridas,escondrijos y aguantaderos.

—Estoy limpia, usted sabe.

[17]

—Faltan contribuciones sinceras; sobran arrepentimientos bocaafuera. Queremos fe patriótica, sentimiento nacional.

—Si somos muy patriotas.

—Más bien zurdas cipayas.

—Ahora comprendemos, nos vamos dando cuenta.

—Ustedes no tienen pensamiento nacional, hay que reimplantarideales en esta patria recobrada heroica de inmensas tradicio-nes, arrancar de raíz complicidades sionistas.

Se oyen cantos allá, y también acá, mezclados, bailecitos defolclor con endechas, lamentaciones que dan ecos a San Vicen-te, en tonos de rasguido rasgados sobre fondos de viejo cemen-terio para difuntos de tantos credos, acogidos en tierra o enpanteones, con lápidas y fotos; con flores, otros con meros gui-jarros, según ritual; festones de hojas verdes peregrinas bor-dean senderitos decorando ausencias, tras ceremonias de resci-sión de promesas incumplidas, aliviando deudos en ritos servi-cios funerarios decentes oficiados en benigno suelo. Despedi-das desagarran lutos y recordaciones, cataratas de lágrimashumedecen suelos tiernos entre abrazos estrechos, palmadasde consolación.

Trayectos rehechos entre madreperlas trasladadas ocultas trascanceles que guardan y custodian tejas rojas, árboles frondo-sos acallando disparos estampidas de estampidos. Vienen deallá y de allá a llenar buches de muros descascarados y húme-dos.

—Acá desmadejamos lamentación en coros, separamos llorosde zambas, de marchas, de himnos, de cánticos acunadores, ysabemos de allá que tiemblan manos, dotes, dineros, malsanoslibros de hoguera.

Procedimiento

[18]

Susana Romano Sued

Acá corren peligro recuerdos evocados, peligran testimonios,peligran señas, rastros, fracasan memorias engullidas por lagu-nas insondables e indiferentes mientras hiede y hace humo so-bre cabezas bajo cielos.

—Soy nueva.

—Hay que hacer como nosotras.

—Vengo de provincias de este a oeste.

—No bebas, no pidas agua.

—Te conviene resistir brazos en alto, reptar si es que hace falta,marchar cuando te mandan.

—Comer, quiero comer.

(Acá estridencias de mujeres de voz ronca atravesando umbra-les, tímpanos, sienes, vienen de mundos viejos, recorren mi ca-beza, entran en mi miedo, ensordeciendo estruendos de cora-zón desbocado.)

—Se me desmanda todo, cabeza, pies, espaldas.

—Es como es.

—Borbotones de sílabas se me estancan.

—Dejáte palpar y toquetear, no opongas resistencia.

(Me palpan me tantean; y así entonces existo, compruebo con-tornos, perfiles, volumen, germino en manos de otro).

Acá comenzamos a existir en palpaciones, a ser cuerpos, ma-sas y bultos de carne viva brotando de tanteos y susurros.

[19]

—Pronto se arriman curas y bendicen. Procurá que se te notenmovimientos de labios rezando, y más cuando esté Roter.

—Rezar nos favorece, ayuda a convencer.

—Yo soy israelita.

—Con más razón rezá.

—Sé bien cómo se fingen creencias religiosas.

(Muevo labios y pómulos formando rezos, oraciones usurpadas.Me asaltan recuerdos de manos maternas arrebatando crucifi-jos contrabandeados y ocultos bajo mis ropas. En tropilla mellegan junto con remembranzas de ademanes de mujeres impe-cables riendo antesdeayer tras misas y comuniones; parloteandoen reuniones de té, como si estuvieran cerca de mi oído; tam-bién gestos y frases de jóvenes instruyéndose en palabras edifi-cantes pronunciadas por labios de didácticos docentes; tinti-nean vajillas color plata, pulseras de platino, zigzaguean mue-cas trepando hacia bocas prestas de maestros de persuasivavoz que rondan ciudades dominadas por ejércitos y bandas.Madre maría madre de dios ora por nosotros; a ciegas mepersigno bajo lluvias de puntapiés y cariñosas palmadas desacerdotes).

Acá ahora entran truenos; heladas lloviznas ganan porcionesde aire ahuyentando soles débiles de invierno; tenues y levesresplandores acaban cercenados por murciélagos que aleteansobre copas agitadas.

Atardece y brisas atrevidas rumorean aires de otoño cortejandopróximos alientos marchitados fieles a cada una a cada uno acada paso.

—¿Oís? ¿Oís rítmicos pasos sobre otros horizontes?

—Parecen desfilando, en tropas o en cortejos.

Procedimiento

[20]

Susana Romano Sued

—Parecen.

Allá marchan cortejos en fastos funerarios rumbeando a SanVicente; hileras de automóviles orlados de coronas, coches depompas fúnebres, carruajes majestuosos, autos particulares car-gados de parientes, vecinos, colegas, compañeros de trabajo,deudos, sostienen filiaciones dispuestas en responsos nombran-do con nombres de verdad.

Allá pululan muertos, bien muertos, en fosas rebosantes de apo-dos y apellidos, filetes en retratos, inscripciones filiales de ho-menaje y letras cinceladas hundidas en bronce y en granito yfiligrana, patronímicos apilados sobre ramas de calas ygladiolos, amelos y cactáceas, cayendo sobre lápidas carga-das de oraciones partiendo de gargantas flanqueadas de ade-manes contritos despidiendo.

Responsos prolijos y caras contraídas aguardan celebran per-dón y homilías. Ramos y coronitas, rematando en poemas, afo-rismos, dedicatorias, libros enteros enfilados hacia tumbas lis-tas para visitar, lustrar, circundar, llamando a viatores partíci-pes de recordatorios de rasgos y dones entrañables de difuntosen común gregariedad. Allá descubren placas y dichos y nichosde huéspedes en paz.

—Allá yacen serenos tras sobrios trayectos previstos y ordena-dos.

—Acá ni sé qué somos.

— Te digo, semimuertas.

—Te digo; hacé como hacen todas, prendéte a partituras, libre-tos, mostrá que obedecés, guardá para después.

(Si no apuro memorias, constancias, allá no existiremos adredepor olvido y triunfo de molicie de pensar).

[21]

Delicados rumores y murmullos de recónditos recuerdos sobre-vienen sobreviven a murallas, borraduras, barreras ominosasde amnesia

(Pensar, duele pensar, después de sortear cada descarga, pen-sar, rememorar, soldar un cuerpo a otro, tercer cuerpo en espu-ma y jabones y frío).

—Ablándenme a estas tres.

Acá gran mujerío, cuchicheos de hembras, sonsonetes de tierrasin raigambre, de mentes prendidas a órdenes de gendarmesllegando como rocas filosas adheridas a costillas, orejas, pala-dar; van penetrando cepos, vendajes, ásperos mantones, ama-rras, tandas de andrajos como perlas de collar.

Agitaciones bruscas anuncian inmediatos y rápidos asaltos avigilias, semisueños ateridos no dejan de anegar en brutos rin-cones de rancio aroma familiar.

—Aquí no hay inocentes, tampoco perejiles, por algo están acá.

—Muestren que se arrepienten y no se irán manchadas. Hayoportunidad.

—Despeguen esos labios, es hora de rezar.

—Mediten en sus actos y malos pensamientos, por algo estánacá.

Acá atados de tiempo injertos a intervalos labrados de abando-no y arrogancia de muerte puesta en cambio de previsibles rit-mos de pátina vulgar; irrupciones distónicas perpetuas sin com-pás, trabando interferencia que acaban impidiendo precaucio-nes y cálculos de próxima andanada de golpes que vendrán.

Inútil retahíla saga desmoronada ataca corrompe cada cuerda

Procedimiento

[22]

Susana Romano Sued

tejido de narrar mantenido a fuerza de insistencia de contar, depugna con acosos de amnesia de recuerdos de actos y de ges-tos que van descabalgándose con brío de todo devenir.

Acá pedimos muerte, agendada certera, veloz, eficiente, apu-rada en registros oficiales de curso legal.

—Muerte: venga, que venga.

—No pidas tanta muerte que no te van a dar.

—Acá se extinguen penas, dolor contra dolor, cuerpos comomuñecos, teatro sin libreto, marasmo y hundimiento.

Acá anhelando píos, devotos entusiasmos de huéspedes de en-gaños hechos de suspensión; ansiadas certidumbres de parcascon aviso de fecha, programas calendarios de blanda ejecu-ción.

Acá invitados se hunden enervan a anfitriones en bordes intran-quilos de disímil desventaja de estribillos. Acá temor, temblor.

—No sé de qué se trata.

—Hablá que te conviene.

—No conozco nada no sé me viene olvido.

—Pero otros sí que saben, tu nombre está nombrado. Ahora obien más tarde siempre se acaba hablando, ablandando ce-diendo, contando, nombrando.

Imágenes, resuenan sonoras prevenciones, morir con anticipo,reverberan obstinadamente repetidas, explicadas, en orden in-terrupto y brusca detención de ritmos y de flujos de cuerpos, deideas, latidos; cuando escapan alientos, penúltimos y últimos enforma de estertores y sin formar medidas, cadenas, patrones,

[23]

poemas desarmados, versos sueltos en sílabas, espasmos some-tidos a graduación de instantes, registros empeñosos de huellascapturadas montando vigilancias para ojos por venir.

—Profesor oiga mis versos, soy mi doble.

Acá balbuceo de rezos cautivos abrochados a espantos de só-tano, racimos abyectos de haces inquisidores; entenados artífi-ces de celadas con manos abiertas y caras descubiertas; opri-men, suprimen, oprimen. Después retornaremos en ojos y linter-nas, en palas y cucharas, en baldes repletos de larvas y ceni-zas, en preguntas retoñando arremetiendo, acosando cerrojos,en busca de trazas de memoria conservada más allá de borra-dura y muerte, inscriptas en pómulos y tibias; visitas por siglosa constantes lugares atosigados de exterminio para hablar enlugar de nuestras voces canceladas.

Comandos terceros nos acosan, en banda, en fila, en pelotonesobedientes que no nos dejan cuerpo, no somos ni cadáveres,apenas esqueleto.

—Cuidado, viene Roter, escondé.

—A respirar pausado, con ritmo, en hilera, erguidas, no arras-trarse.

Después mandamos breves pequeños soplos de aire, entrecorta-do, como si fueran tonos de sikus y zampoñas, hacia vientres ymuslos y caderas; postreros ejercicios vanos de inhalación deautómatas exentos de toda voluntad, balbucientes, escaldadas,agónicas tartamudas onomatopeyas.

—Retener, exhalar, retener, exhalar.

—No te caigas, aguantá, mantenéte vertical.

(Acá soy junco erguido, torcido, retorcido, vaciado, de aliento

Procedimiento

[24]

Susana Romano Sued

suspendido boqueando vertical).

—Cuidado con temblar.

(Acá contengo espasmos, soy vara vertical).

Acá desnudos vientres flameando noche afuera abrazando he-ladas sombras en fauces de bestias rodeadas de follajes hollan-do mancillando pujando en despenar.

—Hasta cuándo hasta cuándo.

—Cuidado con tumbarse, darse vuelta o tropezar.

(Oigo coros de mandíbulas mezcladas, chasqueos y chasqui-dos reptando entremedio de resoplidos cruzados con babas.Hilos brillantes de saliva tejiendo rayos de luz. No todos demuerte se acoplan incesantes estertores, brotando, escapandode muchas gargantas, de cuarenta o setenta).

Acá llueven y salpican vómitos de ciencuentaydos desparramán-dose en mareas sucias de acre resaca involuntaria esparciéndo-se mientras frisos fríos albergan dientes como dijes, muelas comoguijarros, campanillas batiendo hemorragias, derramándosesangres como afluentes brotando desde bien de atrás sin eco decalabozos y picanas que tapen cortejos que arrastran pies yruedas hacia bosques de mármol y granito moradas últimasflanqueadas por pies acompasados, (compañía de marchas tra-zando itinerarios a panteones que quisiera mi hogar).

(Acá mi diente rueda en cascada rebota en baldosones; cho-cando, pegando, se astilla destrozado contra zócalos y alcan-tarillas, souvenir de remotas dentaduras. Mi boca se desglosaen aullidos hacia adentro, se hace tajos, se hace lenguas pa-seando por encías llagadas, tanteando agujeros entre muelas ypaladares sin epitelio, desobedeciendo alarmas de sobrevivenciatramitadas en orificios corporales coronadas con restos de ceni-

[25]

zas. Respiro detenida en umbrales pasadizos resistiendo).

—Profesor, apelo a mágicas piedades engarzadas en su nom-bre.

—Lamento, cumplo órdenes más allá de compasiones o amista-des. Hay que depurar, destruir sinarquías sionistas antipatrias.

(Cruzo manos y brazos sobre regazos propios y ajenos, sobreingles, pelvis, muslos, rodillas, aprieto nalgas y caderas contramuros y rincones; así oprimo y encierro y no dejo pasar ojos nimiradas ni manotazos de guardias, de vigiladores voluntarios,de amistades nuevas entre torturadores y cautivos pactadas,practicadas bajo envoltorios de trapos, entre cerrojos, pestillosy mordazas, durante eternidades. Me acaricio, recupero medi-das, atrapo recuerdos de contornos, palpo, esperando sorteos,caprichosos pulgares bajados para festín de muerte).

— Soy cáscara de vida, soy número; tengo y no tengo cuerpo.

Agitaciones de susurros ahogados inundan espacios colectivoshaciendo huecos de intimidad entre nuestra semivigilia noctur-na, retumbando masas de ecos de ultrajes e intercambios salva-jes.

—Mirá, vas a ver cómo ésta goza.

—Primero se resisten pero después aflojan.

—Roter, pregúnte a ella si cambió de idea si logra iluminarse decorriente alterna.

—Profesor usted que sabe conducir pensamientos, retornar pro-pósitos a cauces verdaderos, pulir y guiar ideas por donde co-rresponde, llévenos acarreando luz, de pastoreo.

Acá bendecidas por polen y brisas que sobran de allá, atrave-

Procedimiento

[26]

Susana Romano Sued

sando oídos perforados por susurros de alas de pájaros soleadosque van cubriendo y recubriendo mediodías, siestas, tardes.Caen gotas dulces sobre montoncitos de hojas desprendidas yapiladas por ráfagas, prestadas acá por errores naturales.

—(Agua, agua pido entre destellos y relámpagos, enjoyada decortocircuitos incendiarios viajando, refucilando voy recubiertay estremecida de chispas, afilada tensa y excitada como cablessobre cantos de humedad).

(Agua podría bendecir mi sed pero es veneno es fuego es ene-miga de entrañas, estropicio de tripas amasadas a fuerza demáquina).

(Asedian a mi tímpano mundos estridentes como fichas de casi-nos rebotando contra números, tapetes verdes, vajillas suntuo-sas hinchadas de merengues, de masas, pasteles, jolgorios deciudad, allá, a buena distancia, lejos de San Vicente; y sueñopesadillas con voces extraviadas en bocas modulando frasessin ton sin son en bordes de riberas de ríos estancados condeshecho en combustión).

—(Veo madres y padres desplegados y afincados en trajinesdiurnos, parientes en normales quehaceres cotidianos,inalterados, intactos, sacerdotes oficiando en cómodas misas yceremonias repletas de palabras que dan exculpación sumandoalentando conciencias acalladas y tranquilos bienestares).

Rumor de muerte seca oímos, olemos, tangimos, roncos aullidosde duelos sin concluir reclamando en rondas en búsqueda deapegos, de huesos, de restos, despojos nominados con destinoa cenotafios, desnombradas parvas de huesos en comunidadde fosas kreuzweis envidiando terrones prolijos sobre catafalcoslustrosos de doradas asas izados por morosas correas haciahospitalidad inhumada.

—Díganos algo suave severo angélico, Profesor.

[27]

—Enseñe a fusionar pasado, presente y porvenir, queremos edu-carnos en verdades patrióticas, aprender para después, en tem-poradas de sentimientos de nación reconquistada, arrancada afauces venenosas de víboras extranjeras.

—Ustedes no estarán, no dirán, no hablarán, no van a dejarrastros; si quedan, ninguno creerá; apostemos.

Acá estos pezones no son ya más que lunares color marrónoscuro zurcidos con alambre convertidos en borrón de fuegoseco. Eran pezones antes, otrora fueron pechos, listos de mater-nidad.

Procedimiento

[28]

Susana Romano Sued

[29]

Día ocho, de tarde entre 4 y 5

—Apuren, no tanto ocio, colaboren, hay mucha tarea.

Acá manojo de hembras andando calando reptando tempora-das inviernos enteros en desaparición. Allá perros expertos ol-fatean menudos pies y zócalos mientras bordean desfiles fúne-bres pegados a paredes y tapias y vendavales que ocultan cau-tivos tras ráfagas que mueven hojarascas bendiciendo rumor decamposanto.

Escasos resplandores trasgreden límites de muros renuevan vo-caciones de sobrevivir, instintos invasores van sacudiendo cuer-pos deteniendo ojos vacuos, pómulos en puertas de momificadainanición. Apenas si alcanzan a detonar esperas cumplidasenseguida en salas de tormento y trabajos ribereños, bajo órde-nes confusas.

Atestan esplendores opíparos follajes donando fresca sombrasobre sombríos pasos arribando. Sayales y mortajas abrigansanos torsos y rostros pacíficos y parcos después de bien morir.

Acá somos robotes de troncos ateridos enviados a marchar conpiernas sangrantes que adornan grilletes oxidados.( Mugrientostrapos negros avanzan comiéndose mis ojos en vela, telonespara párpados). Correas y cadenas devoran entrepiernas y bra-zos y manos y espaldas, cordones desprolijos van seccionandocarnes, destinos amarrados a cuellos violeta violándose en cre-púsculos, promesas de agonía cumpliéndose imperfectas sinmiras de acabar.

—(Aromas dulces me hacen heridas sensoriales, me alegran devivir, aun si sangro, aun si astillas riegan de huesos mi rincón).

Atardece. Mariposones estampados en negro y amarillo seposan bajo copas y follajes hasta agonizar. Asambleas de cuer-vos agitados pautan certeros ritmos enredándose a melodías

Procedimiento

[30]

Susana Romano Sued

lloronas mezcladas a zumbidos de pabellón perlado. Dan tintey armonía a paisajes hostiles sobreponiendo trazos, pentimentosde brisa.

—Y nadie se rebela, ni cuando somos cientos y ellos apenastres. Ni cuando están dormidos con bocones abiertos en ronqui-dos y metrallas escapadas de manos y brazos aflojados de sue-ño, no devolvemos golpes, no atacamos, contemplamos en des-ánimo resignado, repletas de costumbre de completo cautiverioy sumisión.Florecillas y polen nos vuelan por encima, ventean frío y sol deinvierno, lamen pieles, pies, pisadas, arrullan oídos trastorna-dos de agua mugrienta y gemidos de parición, susurros se es-tampan sobre oídos alertas al vagido.

Acendrada rutina de brisas toscas y tercas, vientecillos y hábi-tos de invierno inalterados a pesar de frecuentes relumbronesque provocan tableteos y sacudones de aleros y postes queremedan descargas de fusil. Conviene suponer consecuenciasde insólitas ventiscas sacudiendo carteles, postes, derribandocables y arboledas. Mejor no ver cadáveres, despojos de perso-nas, ignorando pedidos de socorro sin destinatarios.

Trajines amables de ciudad y distraídos de cháchara, apenas sise dejan alterar; sin distracción discurren estables paisajes acús-ticos en noches firmes de obediencia sana ignorante de mater-nidades destituidas de cuajo de raíz.

Voces de mando y gritos ahogados y disparos acomodan armo-niosos contrapuntos con inocuas músicas de fondo de ceremo-nias familiares de almuerzos y cenas amenizadas de emisionesde tevés depuradas y ventanas protegidas de ecos de portazos,de agitación de corridas y frenadas de verdes halcones y bólidosblancos.

Atemperados efectos sobre tímpanos que escurren y expulsanen altos umbrales tonos de aullido y llanto, rumores de tiro y