1. La Verdad y Las Formas Juridicas

8/17/2019 1. La Verdad y Las Formas Juridicas

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5 conferencias dictadas en la universidad de Río de Janeiro entrelos días 21 y 25 de mayo de 1973

Primera Parte

Es probable que estas conferencias contengan una cantidad de cosasinexactas, falsas, erróneas. Preero exponerlas pues, a título de hipótesispara un trabajo futuro. Por esta razón, pediría la indulgencia de ustedes yquizá tabi!n su aldad. "uiero decir, ucho e gustaría que al nal decada conferencia e expusiesen sus dudas, hicieran preguntas, y ecounicaran sus críticas y objeciones para que, en la edida de isposibilidades y ateni!ndonos a que i espíritu no es toda#ía deasiadorígido, pueda adaptare poco a poco a ellas. $e ser así, podreos nalizarestas cinco conferencias con la conanza de haber realizado en conjunto untrabajo o, e#entualente, un progreso.

%a de hoy es una re&exión etodológica para introducir este problea que,bajo el título de '%a (erdad y las )oras *urídicas+, puede parecer un tantoenigático. ratar! de presentarles una cuestión que es en realidad el puntode con#ergencia de tres o cuatro series de in#estigaciones existentes, yaexploradas, ya in#entariadas, para confrontarlas y reunirlas en una especiede in#estigación si no original, al enos reno#adora.

En prier lugar se trata de una in#estigación estrictaente histórica, o sea-cóo se foraron doinios de saber a partir de las prácticas sociales/ %acuestión es la siguiente- existe una tendencia que podríaos denoinar, deuna anera un tanto irónica, arxista acad!ica, o del arxiso

acad!ico, que consiste en buscar cóo las condiciones econóicas de laexistencia encuentran en la conciencia de los hobres su re&ejo oexpresión. 0reo que esta fora del análisis, tradicional en el arxisouni#ersitario de )rancia y de Europa en general, tiene un defecto uy gra#e-el de suponer, en el fondo, que el sujeto huano, el sujeto de conociiento,las isas foras del conociiento, se dan en cierto odo pre#ia ydeniti#aente, y que las condiciones econóicas, sociales y políticas de laexistencia no hacen sino depositarse o ipriirse en este sujeto que se dade anera deniti#a.

1e propongo ostrar a ustedes cóo es que las prácticas sociales pueden

llegar a engendrar doinios de saber que no sólo hacen que aparezcannue#os objetos, conceptos y t!cnicas, sino que hacen nacer adeás forastotalente nue#as de sujetos y sujetos de conociiento. El iso sujeto deconociiento posee una historia, la relación del sujeto con el objeto2 o, ásclaraente, la #erdad isa tiene una historia.

1e gustaría ostrar en particular cóo puede forarse en el siglo xix, uncierto saber del hobre, de la indi#idualidad, del indi#iduo noral oanoral, dentro o fuera de la regla2 saber !ste que, en #erdad, nació de lasprácticas sociales de control y #igilancia. 3 cóo, de alguna anera, estesaber no se le ipuso a un sujeto de conociiento, no se le propuso ni se le

ipriió, sino que hizo nacer un tipo absolutaente nue#o de sujeto deconociiento. Podeos decir entonces que la historia de los doinios de



saber en relación con las prácticas sociales, excluida la preeinencia de unsujeto de conociiento dado deniti#aente, es uno de los teas dein#estigación que propongo.

El segundo tea de in#estigación es etodológico, un tea que

podríaos llaar análisis de los discursos. engo la ipresión de que eneste país existe ya, coincidente con una tradición reciente aunqueaceptada en las uni#ersidades europeas, una tendencia a tratar el discursocoo un conjunto de hechos ling4ísticos ligados entre sí por reglassintácticas de construcción.

5ace algunos a6os era original e iportante decir y ostrar que aquelloque se hacía con el lenguaje 7poesía, literatura, losofía, discurso engeneral7 obedecía a un cierto n8ero de leyes o regularidades internas-las leyes o regularidades del lenguaje. El carácter ling4ístico de los hechosdel lenguaje fue un descubriiento que tu#o su iportancia en

deterinada !poca.

5abía llegado el oento pues, de considerar estos hechos del discursoya no sipleente por su aspecto ling4ístico sino, en cierto odo 7y aquí e inspiro en las in#estigaciones realizadas por los anglo9aericanos7,coo juegos :games;, juegos estrat!gicos de acción y reacción, depregunta y respuesta, de doinación y retracción, y tabi!n de lucha. Eldiscurso es ese conjunto regular de hechos ling4ísticos en deterinadoni#el, y pol!icos y estrat!gicos en otro. Este análisis del discurso coo

juego estrat!gico y pol!ico es, seg8n i odo de #er las cosas, unsegundo tea de in#estigación.

Por 8ltio, el tercer tea de in#estigación que propongo a ustedes y quedenirá, por su encuentro con los dos prieros, el punto de con#ergenciaen que e sit8o, consistiría en una reelaboración de la teoría del sujeto.Esta teoría fue profundaente odicada y reno#ada en los 8ltios a6ospor unas teorías o, a8n ás seriaente, unas prácticas entre las que cabedestacar con toda claridad el psicoanálisis que se coloca en un prierplano. El psicoanálisis fue ciertaente la práctica y la teoría que replanteóde la anera ás fundaental la prioridad conferida al sujeto, que seestableció en el pensaiento occidental a partir de $escartes.

5ace dos o tres siglos la losofía occidental postulaba, explícita o

iplícitaente, al sujeto coo fundaento, coo n8cleo central de todoconociiento, coo aquello en que no sólo se re#elaba la libertad sino quepodía hacer eclosión la #erdad. <hora bien, creo que el psicoanálisis poneenfáticaente en cuestión esta posición absoluta del sujeto. Pero a pesarde que esto es cierto con respecto al psicoanálisis, en copensación, en eldoinio de lo que podríaos llaar teoría del conociiento, o en el de laepisteología, la historia de las ciencias o incluso en el de la historia de lasideas, creo que la teoría del sujeto siguió siendo toda#ía uy losóca,uy cartesiana o =antiana. <claro que en el ni#el de generalidad en quee coloco no hago, por el oento, diferencia alguna entre lasconcepciones cartesiana y =antiana.

<ctualente, cuando se hace historia 7historia de las ideas, del



conociiento o sipleente historianos ateneos a ese sujeto deconociiento y de la representación, coo punto de origen a partir delcual es posible el conociiento y la #erdad aparece. >ería interesante queintentáraos #er cóo se produce, a tra#!s de la historia, la constituciónde un sujeto que no está dado deniti#aente, que no es aquello a partir

de lo cual la #erdad se da en la historia, sino de un sujeto que seconstituyó en el interior iso de !sta y que, a cada instante, es fundadoy #uelto a fundar por ella. 5eos de dirigirnos pues en la dirección de estacrítica radical del sujeto huano tal coo se presenta en la historia.

?etoando i punto de partida- podeos #er cóo cierta tradiciónuni#ersitaria o acad!ica del arxiso, concepción tradicional del sujetodesde el punto de #ista losóco, a8n contin8a. Esto es, en i opinión, loque debe lle#arse a cabo- la constitución histórica de un sujeto deconociiento a tra#!s de un di curso toado coo un conjunto deestrategias que foran parte de las prácticas sociales.

Entre las prácticas sociales en las que el análisis histórico perite localizarla eergencia de nue#as foras de subjeti#idad, las prácticas jurídicas, oás precisaente, las prácticas judiciales están entre las ásiportantes.

%a hipótesis que e gustaría forular es que en realidad hay dos historiasde la #erdad. %a priera es una especie de historia interna de la #erdad,que se corrige partiendo de sus propios principios de regulación- es lahistoria de la #erdad tal coo se hace en o a partir de la historia de lasciencias. Por otra parte, creo que en la sociedad, o al enos en nuestrassociedades, hay otros sitios en los que se fora la #erdad, allí donde se

denen un cierto n8ero de reglas de juego, a partir de las cuales #eosnacer ciertas foras de subjeti#idad, doinios de objeto, tipos de saber y,por consiguiente, podeos hacer a partir de ello una historia externa,exterior, de la #erdad.

%as prácticas judiciales 7la anera en que, entre los hobres, se arbitranlos da6os y las responsabilidades, el odo en que, en la historia de@ccidente, se concibió y denió la anera en que podían ser juzgados loshobres en función de los errores que habían coetido, la anera en quese ipone a deterinados indi#iduos la reparación de algunas de susacciones y el castigo de otras, todas esas reglas o, si se quiere, todas esas

prácticas regulares odicadas sin cesar a lo largo de la historia7 creoque son algunas de las foras epleadas por nuestra sociedad paradenir tipos de subjeti#idad, foras de saber y, en consecuencia,relaciones entre el hobre y la #erdad que erecen ser estudiadas.

Esta es pues la #isión general del tea que e propongo desarrollar- lasforas jurídicas y, por consiguiente, su e#olución en el capo del derechopenal coo lugar de origen de un deterinado n8ero de foras de#erdad. ratar! de deostrar a ustedes, cóo ciertas foras de #erdadpueden ser denidas a partir de la práctica penal. Porque lo que llaaosindagación :enquête; 7indagación tal coo es y la practicaban los

lósofos del siglo x# al x#iii, y los cientícos, fuesen geógrafos, botánicos,zoólogos, econoistas7 es una fora uy característica de la #erdad en



nuestras sociedades.

<hora bien, dónde encontraos el origen de la indagación/ En unapráctica política y adinistrati#a de la que ás adelante hablar!, aunquela hallaos tabi!n en la práctica judicial. %a indagación apareció en la

Edad 1edia coo fora de in#estigación de la #erdad en el seno del orden jurídico. )ue para saber qui!n hizo qu! cosa, en qu! condiciones y en qu!oento, que @ccidente elaboró las coplejas t!cnicas de indagación quecasi en seguida pudieron ser epleadas en el orden cientíco y en lare&exión losóca.

En el siglo xix se in#entaron tabi!n a partir de probleas jurídicos, judiciales y penales, foras de análisis uy curiosas que yo llaaríaexaen :exaen; y ya no indagación. Estas foras de exaen dieronorigen a la >ociología, la Psicología, la Psicopatología, la 0riinología, elPsicoanálisis. Antentar! explicar cóo, al in#estigar el origen de estasforas, se #e que nacieron en conexión directa con la foración de uncierto n8ero de controles políticos y sociales, en los inicios de la sociedadcapitalista, al nal del siglo BAB.

Esta es, en t!rinos generales, la forulación de lo que tratareos en lassiguientes conferencias. En la próxia, hablar! acerca del naciiento de laindagación en el pensaiento griego, en algo que no llega a ser un ito nies enteraente una tragedia- la historia de Edipo. 5ablar! de la historia deEdipo no coo punto de origen, de forulación del deseo del hobre sino,por el contrario, coo episodio bastante curioso de la historia del saber ypunto de eergencia de la indagación. En la conferencia subsiguiente,tratar! de la relación que se estableció en la Edad 1edia, del con&icto u

oposición entre el r!gien de la prueba :épreuve; y el sistea deindagación. )inalente, en las dos 8ltias conferencias hablar! delnaciiento de eso que llao exaen o ciencias de exaen, que serelacionan con la foración y consolidación de la sociedad capitalista.

Por el oento e gustaría retoar de otra anera las re&exionespuraente abstractas que acabo de hacer. %o ás honesto habría sido,quizá, citar apenas un nobre, el de Cietzsche, 7puesto que lo que aquí digo sólo tiene sentido si se lo relaciona con su obra que, en i opinión, esel ejor, ás ecaz y actual de los odelos que teneos a ano paralle#ar a cabo las in#estigaciones que propongo. 0reo que en Cietzsche se

encuentra un tipo de discurso en el que se hace el análisis histórico de laforación isa del sujeto, el análisis histórico del naciiento de uncierto tipo de saber, sin aditir jaás la preexistencia de un sujeto deconociiento. >ugiero pues que sigaos en la obra de Cietzsche loslineaientos que pueden ser#irnos de odelo para los análisis que nosheos propuesto.

oar! coo punto de partida un texto de Cietzsche fechado en DFG ypublicado póstuaente. El texto dice- 'En alg8n punto perdido deluni#erso, cuyo resplandor se extiende a innuerables sisteas solares,hubo una #ez un astro en el que unos aniales inteligentes in#entaron el

conociiento. )ue aqu!l el instante ás entiroso y arrogante de la



historia uni#ersal.+

En este texto, extreadaente rico y difícil, dejar! de lado #arias cosas,sobre todo la c!lebre y copleja expresión- ')ue el instante ásentiroso+. En prier lugar, considerar! 7y de buen grado7 la insolencia

y la desen#oltura de Cietzsche al decir que el conociiento fue in#entadoen un astro y en un deterinado oento. 5ablo de insolencia en estetexto de Cietzsche porque no debeos ol#idar que en DFG estaos, sí noen pleno =antiso, al enos en plena eclosión del neo=antiso. 3 la ideade que el tiepo y el espacio no son foras del conociiento, la idea deque pueden preexistir al conociiento y son, por el contrario, algo así coo rocas priordiales sobre las cuales #iene a jarse el conociiento,es una idea absolutaente inadisible.

"uisiera atenere entonces a esto, concentrándoe prieraente en elt!rino in#ención. Cietzsche ara que, en un deterinado punto deltiepo y en un deterinado lugar del uni#erso, unos aniales inteligentesin#entaron el conociiento. %a palabra que eplea, in#ención 7el t!rinoaleán es Erfndung reaparece con frecuencia en sus escritos, y sieprecon intención y sentido pol!icos. 0uando habla de 'in#ención+ tiene inente una palabra que opone a in#ención, la palabra 'origen+. 0uandodice 'in#ención+ es para no decir 'origen+, cuando dice Erfndung, es parano decir Ursprung.

$e todo esto hay e#idencias. Presentar! dos o tres. Por ejeplo, en untexto que 7creo7 pertenece a La Gaya Ciencia habla de >chopenhauerreprobándole su análisis de la religión. Cietzsche dice que >chopenhauercoetió el error de buscar el origen 7Ursprung7 de la religión en un

sentiiento etafísico que estaría presente en todos los hobres ycontendría de anera anticipada el n8cleo de toda religión, su odelo aliso tiepo #erdadero y esencial. Cietszche ara- he aquí un análisisde la religión totalente falso, porque aditir que la religión tiene origenen un sentiiento etafísico signica, pura y sipleente, que la religiónestaba dada iplícita, en#uelta en ese sentiiento etafísico, >inebargo, dice Cietzsche, la historia no es eso, la historia no se hace deesa anera, las cosas no suceden así, porque la religión carece de origen,no tiene Ursprung, fue in#entada, hubo una Erfndung de la religión2 en unoento dado ocurrió algo que la hizo aparecer. %a religión fue fabricada,no existía con anterioridad. 5ay pues una oposición fundaental entre lagran continuidad de la Ursprung descrita por >chopenhauer y la rupturaque caracteriza a la Erfndung de Cietzsche.

5ablando de la poesía, siepre en La Gaya Ciencia, Cietzsche ara quehay quienes buscan el origen de la poesía, su Ursprung, cuando en #erdadno existe tal cosa, porque tabi!n la poesía fue in#entada. Hn día, alguientu#o la idea bastante curiosa de utilizar ciertas propiedades ríticas ousicales del lenguaje para hablar, para iponer sus palabras, paraestablecer cierta relación de poder sobre los deás por edio de suspalabras- tabi!n la poesía fue in#entada o fabricada.

Está tabi!n el faoso pasaje al nal del prier discurso de la Genealogíade la Moral en que Cietszche se reere a esa especie de fábrica



gigantesca, de enore factoría en la que se produce el ideal. El ideal notiene origen, tabi!n fue in#entado, fabricado, producido por una serie depeque6os ecanisos.

Para Cietszche la in#ención 7Erfndung7 es, por una parte, una ruptura y

por otra algo que posee un coienzo peque6o, bajo, ezquino,inconfesable. Este es el punto crucial de la Erndung. )ue debido a oscurasrelaciones de poder que se in#entó la poesía. Agualente, fue debido aoscuras relaciones de poder que se in#entó la religión. (illanía, por tanto,de todos estos coienzos cuando se los opone a la solenidad del origental coo es #isto por los lósofos. El historiador no debe teer a lasezquindades pues fue de ezquindad en ezquindad, de peque6ez enpeque6ez, que nalente se foraron las grandes cosas.

< la solenidad de origen es necesario oponer, siguiendo un buen !todohistórico, la peque6ez eticulosa e inconfesable de esas fabricaciones ein#enciones.

El conociiento fue, por lo tanto, in#entado. $ecir que fue in#entado esdecir que no tu#o origen, o lo que es lo iso y de anera ás precisaaunque parezca paradójico, que el conociiento no está en absolutoinscrito en la naturaleza huana. El conociiento no constituye el instintoás antiguo del hobre, o a la in#ersa, no hay en el coportaientohuano, en los apetitos, en el instinto huano, algo que se parezca a ungeren del conociiento. $ice Cietszche que el conociiento está dehecho relacionado con los instintos, pero no puede estar presente en ellosni ser siquiera un instinto entre otros2 el conociiento es sipleente elresultado del juego, el enfrentaiento, la con&uencia, la lucha y el

coproiso entre los instintos. Es precisaente debido a que los instintoschocan entre sí, se baten y llegan nalente al t!rino de sus batallas,que hay un coproiso y algo se produce. Este algo es e% conociiento.

Por lo tanto, para Cietzsche, el conociiento es de la isa naturalezaque los instintos, no es otra cosa que su renaiento. El conociientotiene por fundaento, base o punto de partida a los instintos pero sólo entanto !stos se encuentran enfrentados unos a los otros, confrontados. Elconociiento es pues un resultado de esta confrontación, un efecto desupercie. Es coo un resplandor, una luz que se irradia aun cuando sea elproducto de ecanisos o realidades de naturaleza totalente di#ersa. El

conociiento es el efecto de los instintos, es coo un lance de suerte o elresultado de un largo coproiso. $ice Cietzsche que es coo 'unacentella que brota del choque entre dos espadas+, pero que no es deliso hierro del que están hechas las espadas.

Efecto de supercie que no está delineado de anteano en la naturalezahuana, el conociiento act8a frente a los instintos, encia o en ediode ellos2 los coprie, traduce un cierto estado de tensión oapaciguaiento entre los instintos. >in ebargo, el conociiento no sepuede deducir analíticaente, seg8n una especie de deri#ación natural.Co es posible deducirlo necesariaente de los instintos. En el fondo no

fora parte de la naturaleza huana, es la lucha, el cobate, el resultadodel cobate y consecuenteente el producto del azar. El conociiento no



es instinti#o, es contra9instinti#o2 e igualente, no es natural, es contra9natural.

Este es, pues, el prier sentido que podeos dar a la idea de que elconociiento es una in#ención y no tiene origen. Co obstante, puede

darse otro sentido a esta aración- aun cuando el conociiento no estáligado a la naturaleza huana ni deri#a de ella, está eparentado por underecho de origen con un undo a conocer. >eg8n Cietszche no hay enrealidad ninguna seejanza ni anidad pre#ia entre el conociiento y esascosas que sería necesario conocer. >i epleaos unos t!rinos ásrigurosos desde el punto de #ista =antiano, habríaos de decir que lascondiciones de la experiencia y las condiciones del objeto de experienciason totalente heterog!neas.

Esta es la gran ruptura con lo que había sido una noción tradicional de lalosofía occidental. Por cuanto el iso Iant fue el priero en anifestarexplícitaente que las condiciones de experiencia y del objeto deexperiencia eran id!nticas. Cietzsche piensa, por el contrario, que haytanta diferencia entre el conociiento y el undo a conocer coo existeentre el conociiento y la naturaleza huana. eneos entonces unanaturaleza huana, un undo, y entre abos algo que se llaaconociiento, no habiendo entre ellos ninguna anidad, seejanza oincluso lazo de naturaleza.

< enudo dice Cietszche que el conociiento no tiene relaciones deanidad con el undo a conocer. 0itar! tan sólo un texto de La GayaCiencia :parágrafo DJK;- 'Por su carácter el undo se parece a un caoseterno2 ello no se debe a la ausencia de necesidad, sino a la ausencia de

orden, de encadenaiento, de foras, de belleza y de sabiduría+. Elundo no busca en absoluto iitar al hobre, ignora toda ley.<bstengáonos de decir que existen leyes en la naturaleza. Elconociiento ha de luchar contra un undo sin orden, sinencadenaiento, sin foras, sin belleza, sin sabiduría, sin aronía, sin ley.El conociiento se relaciona con un undo coo !ste y no hay nada en !lque lo habilite a conocer ese undo, ni es natural a la naturaleza serconocida.

3 así coo entre el instinto y el conociiento encontraos no unacontinuidad sino una relación de lucha, doinación, subordinación,

copensación, etc!tera, de la isa anera #eos que entre elconociiento y las cosas que !ste tiene para conocer no puede haberninguna relación de continuidad natural. >ólo puede haber una relación de#iolencia, doinación, poder y fuerza, una relación de #iolación. Elconociiento sólo puede ser una #iolación de las cosas a conocer y nopercepción, reconociiento, identicación de o con ellas.

En i opinión, hay en este análisis de Cietszche una doble ruptura uyiportante con la tradición de la losofía occidental, ruptura que congurauna lección que heos de conser#ar. %a priera se da entre elconociiento y las cosas. En efecto, qu! aseguraba en la losofía

occidental que las cosas a conocer y el propio conociiento estaban enrelación de continuidad/ "u! era lo que aseguraba al conociiento el



poder de conocer bien las cosas del undo y de no ser indenidaenteerror, ilusión, arbitrariedad/ "ui!n sino $ios garantizaba esto en lalosofía occidental/

0iertaente, desde $escartes, para no ir ás allá, y aun en Iant, $ios es

ese principio que asegura la existencia de una aronía entre elconociiento y las cosas a conocer. Para deostrar que el conociientoera un conociiento fundado #erdaderaente en las cosas del undo,$escartes se #io obligado a arar la existencia de $ios.

>i no existe ás relación entre el conociiento y las cosas a conocer, si larelación entre !ste y las cosas conocidas es arbitraria, relación de poder y#iolencia, la existencia de $ios en el centro del sistea de conociiento yano es ás indispensable. En ese iso pasaje de La Gaya Ciencia en quee#oca la ausencia de orden, encadenaiento, foras y belleza del undo,Cietzsche pregunta precisaente- '0uándo cesareos de ser oscurecidospor todas esas sobras de $ios/ 0uándo conseguireos desdi#inizarcopletaente a la naturaleza/+

%a ruptura de la teoría del conociiento con la teología coienza,estrictaente hablando, con el análisis de Cietzsche.

En segundo lugar diría que, si es #erdad que entre el conociiento y losinstintos 7todo lo que hace, todo lo que traa el anial huano7 haysolaente ruptura, relaciones de doinación y subordinación, relacionesde poder, quien desaparece entonces no es $ios sino el sujeto en suunidad y soberanía.

>i reontaos la tradición losóca hasta $escartes, para no ir ás lejosa8n, #eos que la unidad del sujeto huano era asegurada por lacontinuidad entre el deseo y el conocer, el instinto y el saber, el cuerpo yla #erdad. odo esto aseguraba la existencia del sujeto. >i es cierto que porun lado están los ecanisos del instinto, los juegos del deseo, losenfrentaientos entre la ecánica del cuerpo y la #oluntad, y por otrolado, en un ni#el de naturaleza totalente diferente, el conociiento,entonces la unidad del sujeto huano ya no es necesaria. Podeos aditirsujetos, o bien que el sujeto no existe. Es precisaente en esto en que eparece que el texto de Cietzsche que he citado rope con la tradiciónlosóca ás antigua y arraigada de @ccidente.

<hora bien, cuando Cietzsche dice que el conociiento es el resultado delos instintos pero no es !l iso un instinto ni deri#a directaente de losinstintos, qu! quiere decir exactaente, y cóo concibe este curiosoecaniso por el cual los instintos, sin tener relación alguna de naturalezacon el conociiento, pueden, por su siple juego, producir, fabricar,in#entar un conociiento que nada tiene que #er con ellos/ Esta es lasegunda serie de probleas que desearía abordar.

5ay en La Gaya Ciencia un texto :parágrafo GGG; al que podeosconsiderar coo uno de los análisis de Cietzsche ás estrictos acerca deesa fabricación o in#ención. En ese largo texto titulado 'Qué signifca

conocer +, Cietzsche retorna un texto de >pinoza en el que !steopone intelligere, coprender, a ridere,lugere, detestari. >pinoza decía



que si querernos coprender las cosas, efecti#aente, en su propianaturaleza y su esencia y, por lo tanto, en su #erdad, es necesario que nosabstengaos de reír de ellas, de deplorarlas o de detestarlas. >ólo cuandoestas pasiones se apaciguan podeos nalente coprender. Cietzschedice que no sólo esto no es #erdad sino que sucede exactaente lo

contrario. Intelligere, coprender, no es ás que un cierto juego, o ejor,el resultado de cierto juego, coposición o copensación entre ridere,reír, lugere, deplorar, y detestari, detestar.

Cietzsche dice que sólo coprendeos porque hay coo fondo delcoprender el juego y la lucha de esos tres instintos, esos tresecanisos o pasiones que son reír, deplorar y detestar :odio;. En relacióncon esto es preciso considerar algunas cosas.

En principio heos de considerar que esas tres pasiones o ipulsos 7reír,detestar y deplorar7 tienen

en co8n el ser una anera no de aproxiarse al objeto, de identicarsecon !l, sino de conser#ar el objeto a distancia, de diferenciarse o deroper con !l, de protegerse de !l por la risa, des#alorizarlo por ladeploración, alejarlo y nalente destruirlo por el odio. Por lo tanto, todosestos ipulsos que están en la raíz del conociiento y lo producen tienenen co8n el distanciaiento del objeto, una #oluntad de alejarse de !l y aliso tiepo de alejarlo, en n, de destruirlo. Por detrás del conociientohay una #oluntad sin duda oscura, no de traer el objeto para sí, deaseejarse a !l, sino por el contrario de alejarse de !l y destruirlo- aldadradical del conociiento.

%legaos así a una segunda idea iportante. Estos ipulsos 7reír,deplorar, detestar7 son todos del orden de las deás relaciones. Pordetrás del conociiento, en su raíz, Cietszche no coloca una especie deafección, ipulso o pasión que nos haría gustar del objeto a conocer sino,por el contrario, ipulsos que nos colocan en posición de odio, desprecio oteor delante de cosas que son aenazadoras y presuntuosas.

>eg8n Cietszche, la razón por la que estos tres ipulsos 7reír, deplorar yodiar7 llegan a producir el conociiento no es que se apacig4en, coo en>pinoza, o se reconcilien o lleguen a una unidad, sino que luchan entre sí,se confrontan, se cobaten, intentan, coo dice Cietszche, perjudicarse

unos a otros. Es porque están en estado de guerra, en una estabilizaciónoentánea de ese estado de guerra, que llegan a una especie de estadode corte en que nalente el conociiento aparecerá coo 'la centellaque brota del choque entre dos espadas+.

Por lo tanto, no hay en el conociiento una adecuación al objeto, unarelación de asiilación sino que hay, por el contrario, una relación dedistancia y doinación2 en el conociiento no hay nada que se parezca ala felicidad o al aor, hay ás bien odio. 3 hostilidad- no hay unicaciónsino sistea precario de poder. En este texto de Cietszche se cuestionanlos grandes teas tradicionales de la losofía occidental.

%a losofía occidental 7y esta #ez no es preciso que nos reraos a$escartes, podeos reontarnos a Platón7 siepre caracterizó al



conociiento por el logocentriso, la seejanza, la adecuación, labeatitud, la unidad, grandes teas que se ponen ahora en cuestión. >eentiende por qu! se reere Cietszche a >pinoza- de todos los lósofosoccidentales >pinoza fue quien lle#ó ás lejos esta concepción delconociiento coo adecuación, beatitud y unidad. Cietszche coloca en el

n8cleo, en la raíz del conociiento, algo así coo el odio, la lucha, larelación de poder.

>e coprende entonces por qu! ara Cietszche que el lósofo es aqu!lque ás fácilente se enga6a sobre la naturaleza del conociiento alpensarlo siepre en fora de adecuación, aor, unidad, pacicación. >inebargo, si quisi!seos saber qu! cosa es el conociiento no heos deaproxiarnos a !l desde la fora de #ida, de existencia de ascetisocaracterística del lósofo. Para saber qu! es, para conocerlo realente,para aprehenderlo en su raíz, en su fabricación, debeos aproxiarnos a!l no coo lósofos sino coo políticos, debeos coprender cuáles son

las relaciones de lucha y de poder. >olaente en esas relaciones de luchay poder, en la anera coo las cosas entre sí se oponen, en la aneracoo se odian entre sí los hobres, luchan, procuran doinarse unos aotros, quieren ejercer relaciones de poder unos sobre otros,coprendeos en qu! consiste el conociiento.

Es claro pues, que un análisis coo !ste nos introduzca de anera ecazen una historia política del conociiento, de los hechos y el sujeto delconociiento.

Pero e gustaría responder antes a una posible objeción- 'odo esto queusted dice es uy bonito pero no está en Cietszche2 fue su delirio, su

obsesión de encontrar en todas partes relaciones de poder, de introduciresa diensión de lo político hasta en la historia del conociiento o de la#erdad, que le hizo creer que Cietszche decía esto+.

3o respondería dos cosas. $iría en prier lugar que to! este texto deCietszche en función de is intereses, no para ostrar que !sta era laconcepción nietszcheana del conociiento 7hay innuerables textosbastante contradictorios entre sí que tratan este tea7 sino apenas paraostrar que existen en Cietszche ciertos eleentos que ponen a nuestradisposición un odelo para un análisis histórico de lo que yo denoinaríala política de la #erdad. Es un odelo que encontraos efecti#aente en

Cietszche y pienso, incluso, que es uno de los ás iportantes para lacoprensión de algunos eleentos aparenteente contradictorios de suconcepción del conociiento.

En efecto, si aditios esto que Cietszche entiende coo descubriientodel conociiento, si todas estas relaciones están por detrás delconociiento el cual, en cierta fora, sería un resultado de ellas, podeoscoprender entonces deterinados textos de Cietszche.

Por de pronto, todos aquellos textos en los que Cietszche ara que nohay conociiento en sí. <l leerlos, ás de una #ez ocurre que creeosestar leyendo a Iant y nos #eos obligados a cotejar los textos y #ericartodas las diferencias. %a crítica =antiana cuestionaba la posibilidad de un



conociiento de lo en sí, un conociiento sobre una #erdad o una realidaden sí. Cietszche dice en la Genealogía de la Moral- '<bstengáonos,se6ores lósofos, de los tentáculos de nociones contradictorias tales coorazón pura, espíritu absoluto, conociiento en sí.+ 1ás a8n, en Laoluntad de !oder Cietszche ara que no hay ser en sí, y tapoco

conociiento en sí. 0uando ara esto, designa algo totalente diferentede lo que Iant entendía por conociiento en sí. Cietszche quiere decir queno hay naturaleza, ni esencia ni condiciones uni#ersales para elconociiento, sino que !ste es cada #ez el resultado histórico y puntual decondiciones que no son del orden del conociiento. El conociiento es unefecto o un aconteciiento que puede ser colocado bajo el signo delconocer, no es una facultad y tapoco una estructura uni#ersal. <uncuando utiliza ciertos eleentos que pueden pasar por uni#ersales esteconociiento será apenas del orden del resultado, del aconteciiento, delefecto.

>e coprenden así una serie de textos en que Cietszche ara que elconociiento tiene un carácter perspecti#o. 0uando Cietszche dice que elconociiento es siepre una perspecti#a no quiere decir, en lo que seríauna ezcla de =antiso y epiris@, que se encuentra liitado en elhobre por ciertas condiciones, líites derí#ados de la naturalezahuana, el cuerpo o la propia estructura del conociiento. 0uandoCietszche habla del carácter perspecti#o del conociiento quiere se6alarel hecho de que sólo hay conociiento bajo la fora de ciertos actos queson diferentes entre sí y 8ltiples en su esencia, actos por los cuales el serhuano se apodera #iolentaente de ciertas cosas, reacciona a ciertassituaciones, les ipone relaciones de fuerza. @ sea, el conociiento es

siepre una cierta relación estrat!gica en la que el hobre está situado.Es precisaente esa relación estrat!gica la que denirá el efecto delconociiento y, por esta razón, sería totalente contradictorio iaginarun conociiento que no fuese en su naturaleza obligatoriaente parcial,oblicuo, perspecti#o. El carácter perspecti#o del conociiento no deri#a dela naturaleza huana sino siepre del carácter pol!ico y estrat!gico delconociiento. >e puede hablar del carácter perspecti#o del conociientoporque hay batalla y porque el conociiento es el efecto de esa batalla.

< esto se debe que encontreos en Cietszche la idea, que #uel#econstanteente, de que el conociiento es al iso tiepo lo ás

generalizante y lo ás particularizante. El conociiento esqueatiza,ignora las diferencias, asiila las cosas entre sí, y cuple su papel sinning8n fundaento en #erdad. Por ello el conociiento es siepre undesconociiento. Por otra parte es siepre algo que apunta, aliciosa,insidiosa y agresi#aente, a indi#iduos, cosas, situaciones. >ólo hayconociiento en la edida en que se establece entre el hobre y aquelloque conoce algo así coo una lucha singular, un tête"#"tête, un duelo. 5aysiepre en el conociiento alguna cosa que es del orden del duelo y quehace que !sta sea siepre singular. En esto consiste su caráctercontradictorio tal coo es denido en unos textos de Cietzsche que,aparenteente, se contradicen- generalizante y singular.

5e aquí cóo a tra#!s de los textos de Cietzsche podeos establecer no



una teoría general del conociiento sino un odelo que perite abordarel objeto de estas conferencias- coo es el problea de la foración deciertos deterinados doinios de saber a partir de relaciones de fuerza yrelaciones políticas en la sociedad.

?etoo ahora i punto de partida. En cierta concepción del arxisouy difundida en los edios uni#ersitarios, o bien, en una ciertaconcepción del arxiso que se ipone en la Hni#ersidad, se exponesiepre coo fundaento de análisis la idea de que las relaciones defuerza, las condiciones econóicas, las relaciones sociales, les son dadaspre#iaente a los indi#iduos, aunque al iso tiepo se iponen a unsujeto de conociiento que peranece id!ntico, sal#o en relación con lasideologías toadas coo errores.

%legaos así a esta noción uy iportante, y al iso tiepo uyebarazosa, de ideología. En los análisis arxistas tradicionales laideología es presentada coo una especie de eleento negati#o a tra#!sdel cual se traduce el hecho de que la relación del sujeto con la #erdad, osipleente la relación de conociiento, es perturbada, oscurecida,#elada por las condiciones de existencia, por relaciones sociales o foraspolíticas ipuestas, desde el exterior, al sujeto del conociiento. %aideología es la arca, el estiga de estas relaciones políticas oeconóicas de existencia aplicado a un sujeto de conociiento que, porderecho, debería estar abierto a la #erdad.

1i propósito es deostrar en estas conferencias cóo, de hecho, lascondiciones políticas y econóicas de existencia no son un #elo o unobstáculo para el sujeto de conociiento sino aquello a tra#!s de lo cual

se foran los sujetos de conociiento y, en consecuencia, las relacionesde #erdad. >ólo puede haber ciertos tipos de sujetos de conociiento,órdenes de #erdad, doinios de saber, a partir de condiciones políticas,que son coo el suelo en que se foran el sujeto, los doinios de saber ylas relaciones con la #erdad. Hna historia de la #erdad será posible paranosotros sólo si nos desebarazaos de estos grandes teas del sujetode conociiento, al iso tiepo originario y absoluto, utilizandoe#entualente el odelo nietszcheano.

Presentar! algunos esbozos de esta historia a partir de las prácticas judiciales que dieron naciiento a los odelos de #erdad que toda#ía

están #igentes en nuestra sociedad, a8n se iponen a ella y #alen no sóloen el doinio de la política, en el doinio del coportaiento cotidianosino tabi!n en el orden de la ciencia. <un en la ciencia encontraosodelos de #erdad cuya foración es el producto de las estructuraspolíticas que no se iponen desde el exterior al sujeto de conociientosino que son, ellas isas, constituti#as de !ste.

1. La Verdad y Las Formas Juridicas

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