10 mandamientos del_entrenamiento_con_jovenes_futbolistas

ENERO Fútbol Base © Artículo publicado en www.futbol-tactico.com 130

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10 MANDAMIENTOS DEL

ENTRENAMIENTO CON JOVENES

FUTBOLISTAS

AUTORES: VALTER PINHEIRO.• Instituto Superior de Ciencias Educativas (ISCE) / Fundación de la

Ciencia y TecnologíaARMANDO COSTA• Instituto Superior de Ciencias Educativas (ISCE)BRUNO BAPTISTA• Metodología TOCOFPEDRO SEQUEIRA• Director de la Unidad de Investigación del Instituto Politécnico de

Santarèm

El entrenamiento con jóvenes atletas es un tema que viene siendo discutido en la literatura, sin que, con todo, se consiga llegar a un entendimiento claro sobre el mismo.

Así, algunas dudas permanecen en la oscuridad, por falta de respuestas concretas, o, muchas veces, por repugnancia de los principales actores del escenario deportivo en relación al cambio, o sea, la ruptura con el pasado.

Con el presente artículo procuraremos dar respuesta a algunos interrogantes, lanzando el debate sobre algunos temas que importan ser discutidos.

Palabras-clave: Entrenamiento con Jóvenes; Futbol; Pedagogía: Didáctica.



El entrenamiento del Futbol con jóvenes es una actividad que tiene tanto de desafiante como de interrogante. Muchos son los que se dedican a su estudio, reflexión e entrenamiento, buscando dar respuestas a las interpelaciones que la práctica pone.

Con todo, si es verdad que existe un grupo de personas empeñando en la mejora cualitativa de este fenómeno, tornándolo más científico, también es verdad que muchos entrenadores desarrollan su labor, sin ejercer la necesaria reflexión sobre su práctica.

El entrenamiento de futbol con jóvenes no podrá asumirse, solamente, como un praxis vacia de contenido, fruto de una repetición de aquello que era realizada en el pasado. El entrenamiento de futbol reclama de sus principales agentes una actitud activa, critica y constructiva, tornando este fenómeno un verdadero proceso de enseñanza, al cual corresponderá, necesariamente, un aprendizaje.

Por eso, a lo largo de este artículo, serán enlazados un conjunto de preocupaciones, a los cuales nos arriesgamos llamarlos de “mandamientos”. No tenemos el arrojo de considerar que somos los dueños de la verdad, por eso, estés son nuestros mandamientos y jamás, Los mandamientos.

1º Mandamiento – “Antes de ser Entrenador, ser Educador”Es sabido que la práctica deportiva, en general es al futbol, en particular, son asociados un conjunto de beneficios resultantes de sus vivencias. Por eso, existe la creencia de que practicar deporte es un excelente método para la adquisición de valores morales y éticos, bien como, para el desarrollo de todos los componentes ligados a la salud. Todavía, los estudios científicos son claros al afirmar que la práctica deportiva, per ser, no hace bien ni mal. De este modo, solamente la calidad de la práctica podrá asegurar el desarrollo de la referidas competencias sociales, o sea, si la práctica es bien orientada por los adultos significativos, esta tendrá seguramente una influencia positiva sobre los jóvenes. Por el contrario, una experiencia mal conducida, tendrá efectos nefastos y, en este caso, sería mejor que los jóvenes no participen en el deporte.

Concluimos, de esta forma, que entrenar niños no se puede reducir a la simple enseñanza de las cuestiones de naturaleza técnica, táctica y física. El entrenador deberá asumir un verdadero compromiso con su praxis, asumiendo que su conducta se asume como un ejemplo a ser seguido por sus atletas. Luego, antes de ser entrenador de futbol es un educador deportivo, independientemente de su formación académica. Olvidar esta premisa, es asumir una práctica estéril e inconsecuente.No es demasiado referir que la aplastante mayoría de los niños que inician el futbol, jamás lograran ser futbolistas profesionales. Todavía, todos serán futuros ciudadanos. Por eso, importa reflexionar sobre los modelos de enseñanza del futbol que continúan a vigorar.

Al entrenador deberá ser confiado la enseñanza de los más nobles valores, nombradamente, el esfuerzo, el empeño, la dedicación, la superación, la abnegación, el respecto por el otro y por si mismo. De este modo, no es lícito al entrenador afirmar que la educación es de la responsabilidad de los padres y de la escuela, en la medida en que educar es un proceso llevado a cabo por todos y a todo el momento.El entrenador, por el cargo y posición que ocupa, es un verdadero “hacedor de ciudadanos”.

2º Mandamiento – “Antes de que le guste ganar, que le guste jugar al futbol”La cuestión de la vitoria deportiva en el futbol con jóvenes nunca fue consensual. Para los más puritanos, la busca de la victoria conduce a los niños por caminos desviantes, llevándolos muchas veces a adoptar comportamientos anti deportivos. Por eso, la victoria deberá ser vista como algo pernicioso. Para los más competitivos, la victoria es el resultado que solamente interesa. Nada existe para allá de la victoria y perder es señal de fracaso.

En este ámbito, posicionémonos en una zona equidistante de cara a estas dos realidades diametralmente opuestas.En la verdad, la victoria jamás podrá ser comprendida como una invitación a la prevaricación. Es desleal y hasta mismo poco racional enseñar a los niños a no buscar la victoria.Los niños deberán ser educados a granjear la superación, a buscar la transcendencia. En una sociedad altamente competitiva, como la actual, es ciertamente un error no educar para la victoria.

Todavía, esta no podrá ser el centro neurálgico cundo se entrena niños. Por eso, debemos estimular los atletas a buscar la superación, deseando vencer, debiendo, todavía, explicar que la práctica del futbol presupone la existencia de tres resultados posibles. Por eso, la principal función del entrenador es desafiar las potencialidades de los niños encorajándolos a querer ser cada vez mejores. Con todo, alertando para la necesidad de ser un vencedor humilde y un perdedor tranquilo.Así, somos totalmente contra la frase cliché “Ganar o perder es deporte”

Acreditamos que esta frase deberá ser substituida por “En el deporte yo quiero siempre ganar, pero sé que puedo perder”.

3º Mandamiento – “Antes de enseñar jugadas, enseñar la esencia del juego”

En primer lugar, importa relevar el que para nosotros significa el termino “jugadas”. A nuestro entender, no son más de lo que circulaciones estereotipadas, repetidas veces sin cuenta, en contexto de entrenamiento, con el objetivo de verlas reproducidas en las competiciones. Normalmente, estas jugadas son fruto de una arquitectura mental del entrenador que procura volver a sus atletas verdaderos robots programados.

Cuando enseñamos jugadas, aniquilamos el potencial decisional de los niños, en la medida en que creamos escenarios que queremos ver reproducidos, olvidándonos que la competición está sujeta a la imprevisibilidad, a lo casuístico. Así, no podrán los entrenadores procurar “robotizar” sus atletas, más antes surtirlos de herramientas que les permitan en cada situación del juego, decidir de la mejor manera. No en tanto, una mirada más atenta sobre los escalones de formación de futbol, revela que para muchos entrenadores, el futbol es teleguiar sus atletas.

Muchos entrenadores ocupan todo el tiempo de juego a dar indicaciones claras y precisas a cada atleta de que debe hacer, como hacer y donde hacer. Claro está, que no defendemos que la enseñanza del futbol sea anarquizada y el papel del entrenador es de suma importancia en la corrección. Con todo, enseñar futbol, implica apuntar caminos, ofrecer distintas soluciones y después, permitir que en contexto competitivo sea el atleta el que escoja, en cada momento, cual la mejor solución para los problemas que les surjan. Concluyendo, cabe al entrenador la ardua tarea de promover en sus atletas la toma de decisiones, de modo autónomo, singular, procurando dar siempre la mejor respuesta a las contingencias del contexto.



4º Mandamiento – “Antes del juego formal, el juego reducido”Enseñar el juego del futbol a los niños no pasa por colocarlos en hercúlea tarea de enfrentarse en un 11*11. Así, como nadie aprende a leer a través de las obras de Fernando Pessoa, pero antes en libros apropiados para este fin, también no se aprende a jugar al futbol a través de su forma más compleja (11*11).

Tomando como ejemplo un libro: es más tedioso leer una obra de 400 páginas del que una obra de 100, pues el número de páginas es menor. En el futbol, si partirnos del principio que cada atleta en campo es una página, fácilmente comprendemos que cuantos más jugadores haya en campo, más tiempo llevara a los atletas a hacer la lectura del juego. Es importante que percibamos que por cada atleta que se adicione al juego, se acreciente más un conjunto de variables.

Por eso, la enseñanza del juego del futbol, se deberá poner en práctica a través de formas jugadas reducidas. Estas, no son una forma inferior de enseñar el juego, pero si un utensilio pedagógico de innegable cualidad. Antes de aprender la confrontarse contra 4 rivales, el niño necesita de aprender a enfrentarse contra 1. Posteriormente, necesita de saber cooperar con un compañero para la obtención del objetivo del juego. Esta es la lógica progresiva de la enseñanza del juego del futbol, relevando a su característica de juego de cooperación – oposición.

Además de eso, los niños que comienzan a experimentar el futbol, son normalmente limitados desde el punto de vista motor, necesitando de frecuente contacto con el móvil de juego. Los juegos reducidos, proporcionan una mayor proximidad entre el niño y el balón, permitiéndole vivenciar más situaciones de conducción de balón, pase, drible, desarme, entre otros. No nos podemos olvidar que la gran motivación de los niños es la posibilidad de conducir el balón.Por eso, creemos que la mejor manera de enseñar el juego del futbol es a través de formas simplificadas que permitan a los niños la apropiación de la esencia del jugador.

5º Mandamiento – “En vez de criticar, corregir y elogiar más”Vivimos en una sociedad donde el término “criticar” asume una connotación negativa. Hacer crítica, es normalmente sinónimo de depreciar, ridiculizar, desmerecer a alguien. Con todo, la crítica asume una vertiente pedagógica, cuando es bien conducida. Es sabido que nadie nace enseñado es que durante un proceso de aprendizaje debemos saber convivir con el error. Al entrenador cabe la tarea de ser paciente ante el error de intervenir en el sentido de eliminarlo.

Así, importa atentader en que tipos de intervenciones deberá el entrenador centrarse de modo a propiciar las mejores informaciones a sus atletas.En primer lugar, decir al atleta que hizo determinado gesto técnico mal, es asumir la premisa de que ese mismo atleta no tiene capacidad discriminativa para percibir que se equivocó. O sea, el atleta tiene normalmente consciencia de cuando ejecuta mal un pase, un remate, un desarme. Más de lo que enfatizar el que fue mal ejecutado, importa destacar lo que debe ser hecho para mejorar. Por eso, las célebres frases “João, estás a rematar mal”, deberán ser substituidas por “João, distancia el pie de apoyo del balón para rematar mejor”. En vez de acusar el error, el entrenador deberá animar a su atleta con el objetivo de corregirlo.

Otras de las cuestiones muchas veces olvidadas por los entrenadores en cuanto al proceso de comunicación con sus atletas son los elogios, animación e incentivos. La literatura es unánime en reconocer que todo el ser humano aprende mejor cuando su comportamiento es reforzado positivamente, mismo que ese comportamiento aun no esté completamente de acuerdo con el deseado. Muchos entrenadores dan importancia apenas al producto final, olvidándose del proceso. Si un niño remata siempre mal y posteriormente pasa a rematar un poco mejor, esa evaluación no podrá pasar desapercibida a los ojos del entrenador. A pesar de encontrarse lejos de aquello que es deseable, en la verdad un niño ya dio más un paso rumbo al comportamiento pretendido.

A este respecto importa reflexionar que los estudios realizados en el ámbito de la psicología denotan que una de las principales causas de abandono deportivo por parte de los niños, se debe a la ausencia de estímulos positivos. Por eso, no debe el entrenador perder la oportunidad de elogiar un buen comportamiento de los niños. Elogios y ánimos generan un clima motivacional positivo, propicio a aprendizajes. Además de eso, promueve una relación de mayor confianza entre entrenador – atleta.



6º Mandamiento – “Antes de mecanizar, desarrollar la creatividad”Si analizamos con algún detalle las últimas épocas del futbol portugués, comprendemos que muchos de los partidos acaban con empate a cero. Este resultado deberá provocar en nosotros una reflexión interior, procurando respuestas para el mismo. A nuestro entender, la organización defensiva es un momento del juego al cual los entrenadores dan cada vez más relevancia, en la busca de sumar los necesarios puntos la obtención de los objetivos.

La política del “resultadismo” impera sobre la demanda del espectáculo deportivo. Con todo, no nos parece que el problema resida solamente en la gran calidad con que se organiza el proceso defensivo.

En la verdad, acreditamos que ante modelos de juego altamente defensivos, solamente un proceso ofensivo de innegable calidad podrá surtir efecto. Todavía, un proceso ofensivo de calidad reclama la existencia de atletas creativos, “sui generis”, capaces de hacer la diferencia. Importa de este modo incidir en el término “creatividad”. En la concesión de algunos autores la creatividad representa la emergencia de algo único y original. El recurso a un autor más antiguo no fue falta de celo, más antes ocasional. Es que desde siempre que el acto creativo fue asumido como algo impar, excepcional, exclusivo de determinados atletas. Ser creativo significa ver además de los demás, encontrar caminos, donde otros ven rincones, ver soluciones donde otros ven problemas. Ser creativo, es ser especial, es ser atrevido, es ser audaz al punto de encontrar soluciones imprevistas e impensadas.

Con todo, la originalidad reclama del entrenador una postura de tolerancia. Es que el proceso creativo anda de manos dadas con el error.

Se vuelve difícil desenvolverse en la creatividad, si del exterior no existe paciencia para con sus errores.Por eso, cabe a los entrenadores reconocer el papel de destaque que asumen los atletas creativos, en la medida en que estes podrán ser los futuros atletas de elección. No nos podremos olvidar que los atletas creativos, son los más arrojados, los audaces, procurando en todo momento a transcendencia.

7º Mandamiento – “Por encima de todo la SALUD”Cuando entrenamos jóvenes atletas practicantes del futbol, lo hacemos, muchas veces centrados en su desarrollo técnico y táctico, olvidando que el entrenamiento con jóvenes deberá promover hábitos y estilo de vida saludable. Ser entrenador de jóvenes es procurar intervenir positivamente en la salud de aquellos que son objeto de nuestra labor. Importa recordar que la salud, de acuerdo con la organización mundial de la salud, no es apenas la ausencia de enfermedad, más un complejo bien-estar físico, social y mental.

En lo que concierne a la dimensión física, verificamos que muchas veces el proceso de entrenamiento conduce al aparecimiento de lesiones, o por deficiente preparación de los atletas, o por repetición excesiva de determinado gesto técnico. Algunos entrenadores, buscando éxito inmediato, promueven una intensidad desproporcionada a las características morfo- funcionales de los niños.

Por eso, el principio de la multilateralidad deberá ser la piedra angular en planeamiento del entrenamiento del futbol con jóvenes, estableciendo una relación estrecha con el principio de la especificidad. En relación a la dimensión mental, verificamos que en diversas situaciones la práctica deportiva es la responsable por diversos problemas de naturaleza psíquica. Niños que sufren de depresiones, ansiedad, miedo de equivocarse, pasaran muchas veces por procesos de entrenamiento donde la exigencia estaba muy por encima de sus potencialidades.

El entrenamiento, como ya se dice anteriormente,

deberá promover la superación, la transcendencia, todavía, respectando el principio de la individualidad, o sea, reconociendo que cada niño es un ser

único, singular es irreproducible es que por eso reclama del entrenador diferentes

abordajes. No puede el entrenador enseñar para TODOS como si fuera UNO.

En lo que dice en respecto a la dimensión social, debemos reconocer que muchos niños procuran la práctica del futbol por la necesidad

de pertenencia a un grupo, por deseo de afirmación ante sus pares, por la demanda de

rivalizar con el otro.

Todavía, este proceso deberá ser orientado por su entrenador que no deberá permitir que en situación alguna, un niño pueda ser burla por parte de sus colegas. El entrenador deberá asegurarse que todos los elementos hacen parte del grupo y que ninguno se sitúa en su exterior.Acreditamos que, si el entrenamiento produjera alteraciones positivas en la salud de los niños, entonces, todo el proceso estará impregnado de exito.

8º Mandamiento – “En vez de excluir, Incluir”El deporte con jóvenes es eminentemente inclusivo y el futbol no deberá ser excepción. Significa que todos los niños deben tener el derecho de jugar futbol, desde que encuadradas en contextos que correspondan a sus potencialidades. O sea,

no defendemos que todos los niños tengan el derecho de jugar futbol en los clubes de mayor renombre cuando sus potencialidades no lo permiten. A pesar de eso, no les deberá ser negado el acceso de practicar futbol en

otros contextos más condescendientes con sus cualidades. Uno de los grandes problemas al que asiste al futbol joven en Portugal es el tiempo de juego concedido a cada niño. Muchos entrenadores, con la inquietud de obtener éxito rápido, dan oportunidad de jugar, apenas a los más aptos que al jugar más veces, aumentaran el foso para los demás. La realidad en Portugal en que algunos niños pasan todo el juego en la condición de suplentes sin que les sea dada la posibilidad de participar. En nuestro entender, tratase de una crueldad atroz e intolerable que deberá ser repudiada. Todos los niños deberán tener el derecho a participar en la competición, jugando tiempos distintos, en función de sus potencialidades. Todavía, a ninguno debe ser vedada la participación, por ínfima que sea, en el contexto competitivo. Es lógico que solo se aprende algo, haciéndolo. Luego, solo se aprende a jugar futbol, jugando.



9º Mandamiento – “Los padres también juegan”Es verdad que en diversas situaciones, los padres de los atletas revelan comportamientos perturbadores del desarrollo deportivo de sus hijos. Algunos padres que deseaban haber sido futbolistas de alta competición, pero que vieron ese sueño truncado, procuran realizar ese sueño en las vidas de sus hijos. En el fondo, entienden la vida de los mismos, como una continuación de la suya. Esta conducta es de veras nefasta para los niños que se sienten presionados en su desempeño. Con todo, nuestros atletas tienen padres y naturalmente, debemos aprender a cooperar con los mismos para un único objetivo – el suceso de los atletas.

Por eso, cabe al entrenador procurar encontrar nexos con los padres, suscitando en estés la necesidad de emprender una postura positiva cara a la práctica deportiva de sus hijos.Una de las estrategias que podrá contribuir para una mayor aproximación entre entrenadores y padre es la realización de una reunión de inicio de temporada. En estas, los entrenadores deberán definir los objetivos de su labor, bien como, aquello que esperan que los padres vengan a desarrollar. Los padres deberán ser informados de las conductas y procedimientos que en el entender del entrenador, podrán contribuir para el éxito de sus hijos.

El entrenador debe, aun, ser consistente en la comunicación con sus padres, o sea, deberá existir coherencia en su discurso. Nada peor que prometer aquello que no podrá cumplir. En esta medida, el entrenador deberá transmitir a los padres, aquello que para él es expectable en relación al desarrollo de los niños.Después, también es muy importante garantizar independencia relativamente a todos los padres. Por diversas ocasiones, los entrenadores establecen con determinados padres, lazos de acercamiento que podrán ser “leídos” por los restantes, como una forma de favorecimiento a determinados niños. De este modo, el entrenador debe buscar establecer una relación equidistante con todos.

10º Mandamiento “El Entrenador: Un Teórico – Práctico”La discusión entre la validad de la teoría e de la práctica ya viene de lejos, asumiéndose muchas veces como una cuestión casi dogmática. De esta forma, los entrenadores que tuvieran experiencia práctica en cuanto atletas reclaman para sí el conocimiento propio de quien conoció las adversidades del campo. Los entrenadores de formación académica abogan que el estudio científico del futbol que realizaron en la Universidad les confiere una mirada más profunda del fenómeno del entrenamiento. Creemos que ambas posiciones se encuentran demasiado extremadas, porque en la práctica revélanos que las dos tipologías de entrenadores referenciados anteriormente presentan resultados de calidad. Así, ni solo la práctica por haber sido atleta confiere a un entrenador todos los conocimientos necesarios para entrenar un equipo, pues una realidad es la del jugador, otra distinta es la de liderar un grupo.

Más, el estudio científico del futbol, per se, no sirve para nada si no fuera justificada con una

práctica conveniente. Son por eso celebres algunas frases de los dichos “prácticos” y “teóricos”, como “Quien sabe hace, quien no lo sabe enseña” o “No hay nada más práctico que una buena teoría” Por tanto asumimos con mayor claridad la frase de Paulo Coelho que afirma que “la teoría es como una espada que cuando no es utilizada se pudre. Es por eso que vamos al encuentro de Pinheiro (2011) cuando afirma que no basta haber sido un excelente jugador de futbol, ni haber sido un brillante alumno de facultad para sí ser un buen entrenador. En el fondo el entrenador deberá ser un “teórico-práctico” buscar obtener una práctica de elevada calidad, consubstanciada teoría viva es susceptible de aplicar.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Pinheiro, V. (2011). Os 10 mandamentos (+1) no treino de futebol com jovens. Colóquio de futebol jovem organizado pelo Grupo Desportivo Águias de Camarate. Sacavém.

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