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Número suelto € 1,50. Número atrasado € 3,00 L ’O SSERVATORE ROMANO EDICIÓN SEMANAL EN LENGUA ESPAÑOLA Unicuique suum Non praevalebunt Año LII, número 51-52 (2.697) 18-25 de diciembre de 2020 Ciudad del Vaticano Quien no ama al hermano no reza seriamente EN PÁGINAS 4 Y 5: • Mensaje del Papa Francisco para la celebración de la 54 a Jornada Mundial de la paz

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L’OSSERVATORE ROMANOEDICIÓN SEMANAL EN LENGUA ESPAÑOLA

Unicuique suum Non praevalebunt

Año LII, número 51-52 (2.697) 18-25 de diciembre de 2020Ciudad del Vaticano

Quien noama alhermanono rezaseriamente

EN PÁGINAS 4 Y 5: • Mensaje del Papa Francisco para la celebración de la 54a Jornada Mundial de la paz

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L’OSSERVATORE ROMANOpágina 2 viernes 18-25 de diciembre de 2020, número 51-52

L’OSSERVATORE ROMANOEDICIÓN SEMANAL EN LENGUA ESPAÑOLA

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En el Ángelus la bendición de las figuras del “Niño Jesús”

Signo de alegríay esperanza

En el domingo en el que se renueva la «invitación a la alegría es característica deltiempo de Adviento», el Papa bendijo a las figuras del “Niño Jesús” llevadas a la pla-za de San Pedro por un grupo de niños y niñas que participaron en el Ángelus del 13de diciembre representando a sus coetáneos de Roma. Este año, de hecho, la tradicionalcita organizada por el Centro de oratorios romanos (Cor) se celebró de forma “exten-dida” y se celebró sobre todo en las comunidades parroquiales. Francisco impartió labendición al finalizar la oración mariana, después de haber propuesto una reflexión so-bre el Evangelio del tercer domingo de Adviento (Juani 1, 6-8.19-28).

Queridos hermanos y hermanas,¡buenos días!La invitación a la alegría es carac-terística del tiempo de Adviento:la espera del nacimiento de Jesús,la espera que vivimos es alegre,un poco como cuando esperamosla visita de una persona a la quequeremos mucho, por ejemplo unamigo al que no vemos desde ha-ce tiempo, un pariente... Estamosen una espera alegre. Y esta di-mensión de la alegría emerge es-pecialmente hoy, el tercer domin-go, que se abre con la exhortaciónde San Pablo: «Alegraos siempreen el Señor» (Antífona de ingre-so; cf. Fil 4,4.5). «¡Alegraos!» Laalegría cristiana. ¿Y cuál es el mo-tivo de esta alegría? Que «el Se-ñor está cerca» (v. 5). Cuanto máscerca de nosotros está el Señor,más estamos en la alegría; cuantomás lejos está, más estamos en latristeza. Esta es una regla para loscristianos.

Una vez, un filósofo decía máso menos esto: “No comprendocómo se puede creer hoy, porqueaquellos que dicen que creen tie-nen cara de funeral. No dan testi-monio de la alegría de la resurrec-ción de Jesucristo”. Hay muchoscristianos con esa cara, sí, cara defuneral, cara de tristeza… ¡ Pe roCristo ha resucitado! ¡Cristo teama! ¿Y tú no tienes alegría? Pen-semos un poco en esto y pregun-témonos: ¿Yo estoy alegre porqueel Señor está cerca de mí, porqueel Señor me ama, porque el Señorme ha redimido?

El Evangelio según Juan nospresenta hoy al personaje bíblicoque —exceptuando a la Virgen y aSan José— vivió el primero y ma-yormente la espera del Mesías y laalegría de verlo llegar: hablamos,naturalmente, de Juan el Bautista(cf. Jn 1,6-8.19-28).

El evangelista lo introduce demodo solemne: «Hubo un hom-bre enviado por Dios […]. Éstevino como testigo, para dar testi-monio de la luz» (vv. 6-7). ElBautista es el primer testigo de Je-sús, con la palabra y con el donde la vida. Todos los Evangeliosconcuerdan en mostrar cómo rea-lizó su misión indicando a Jesúscomo el Cristo, el Enviado deDios prometido por los profetas.Juan era un líder de su tiempo.Su fama se había difundido en to-da Judea y más allá, hasta Gali-lea. Pero él no cedió ni siquierapor un instante a la tentación deatraer la atención sobre sí mismo:siempre la orientaba hacia Aquelque debía venir. Decía: «Él es el

que viene después de mí, a quienyo no soy digno de desatarle lacorrea de la sandalia» (v. 27).Siempre señalando al Señor. Co-mo la Virgen, que siempre señalaal Señor: “Haced lo que Él os di-ga”. El Señor siempre en el cen-tro. Los santos alrededor, seña-lando al Señor. ¡Y quien no seña-la al Señor no es santo!

He aquí la primera condiciónde la alegría cristiana: descentrar-se de uno mismo y poner en elcentro a Jesús. Esto no es aliena-ción, porque Jesús es efectiva-mente el centro, es la luz que dapleno sentido a la vida de cadahombre y cada mujer que vienena este mundo. Es un dinamismocomo el del amor, que me lleva asalir de mí mismo no para perder-me, sino para reencontrarmemientras me dono, mientras bus-co el bien del otro.

Juan el Bautista recorrió un lar-go camino para llegar a testimo-niar a Jesús. El camino de la ale-gría no es fácil, no es un paseo. Senecesita trabajo para estar siem-pre en la alegría. Juan dejó todo,desde joven, para poner a Dios enprimer lugar, para escuchar contodo su corazón y con todas susfuerzas la Palabra. Juan se retiróal desierto, despojándose de todolo superfluo, para ser más libre deseguir el viento del Espíritu San-

to. Cierto, algunos rasgos de supersonalidad son únicos, irrepeti-bles, no se pueden proponer a to-dos. Pero su testimonio es para-digmático para todo aquel quequiera buscar el sentido de supropia vida y encontrar la verda-dera alegría. De manera especial,el Bautista es un modelo paracuantos están llamados en la Igle-sia a anunciar a Cristo a los de-más: pueden hacerlo solo despe-gándose de sí mismos y de lamundanidad, no atrayendo a laspersonas hacia sí sino orientándo-las hacia Jesús.

La alegría es esto: orientar ha-cia Jesús. Y la alegría debe ser lacaracterística de nuestra fe. Tam-bién en los momentos oscuros,esa alegría interior de saber que elSeñor está conmigo, que el Señorestá con nosotros, que el Señor haresucitado. ¡El Señor! ¡El Señor!¡El Señor! Este es el centro denuestra vida, este es el centro denuestra alegría. Pensad bien hoy:¿Cómo me comporto yo? ¿Soyuna persona alegre que sabetransmitir la alegría de ser cristia-no, o soy siempre como esas per-sonas tristes que, como he dichoantes, parece que están en un fu-neral? Si yo no tengo la alegría demi fe, no podré dar testimonio ylos demás dirán: “Si la fe es así detriste, mejor no tenerla”.

Rezando ahora el Ángelus, ve-mos todo esto realizado plena-mente en la Virgen María: ella es-peró en el silencio la Palabra desalvación de Dios; la escuchó, laacogió, la concibió. En ella, Diosse hizo cercano. Por eso la Iglesiallama a María “Causa de nuestraalegría”.

Al finalizar la oración, el Pontífice saludóa los representantes del Cor, impartiendola bendición al as figuras del “Niño Je-sús”.

Queridos hermanos y hermanas:Os saludo a todos vosotros, roma-nos y peregrinos. De manera es-pecial, saludo al grupo que ha ve-nido en representación de las fa-milias y de los niños de Roma conocasión de la bendición de las fi-guras del Niño Jesús, evento or-ganizado por el Centro OratoriosRomanos. Este año, a causa de lapandemia, sois pocos los que es-táis aquí; pero sé que muchos ni-ños y muchachos están reunidosen los oratorios y en sus casas ynos siguen a través de los mediosde comunicación. Saludo a todosy cada uno, y bendigo las figuri-

tas de Jesús que se colocarán en elbelén, signo de esperanza y ale-gría.

En silencio, hacemos la bendi-ción de las figuras del Niño Jesús:En el nombre del Padre y delHijo y del Espíritu Santo.

Cuando recéis en casa delantedel belén con vuestros familiares,dejad que os atraiga la ternura delNiño Jesús, nacido pobre y frágilen medio de nosotros para darnossu amor.

¡Os deseo a todos un feliz do-mingo! No os olvidéis de la ale-gría. El cristiano es alegre en elcorazón, incluso en las pruebas;es alegre porque está cerca de Je-sús. Él es quien nos da la alegría.No os olvidéis, por favor, de rezarpor mí. ¡Buen almuerzo y hastap ro n t o !

Francisco durante el rezo dominical

Ideologías y pasiones son enemigos de la amistad social

Para una iniciativa pastoral en Argentina«Ideologías y pasiones en todo el mundo vancontra la amistad social». Lo afirma el PapaFrancisco en el videomensaje con ocasión de laXXIII Jornada de la pastoral social en Argenti-na, que se celebra del jueves 3 al sábado 5 de di-ciembre sobre el tema «Hacia una cultura delencuentro. Un país para todos. Fraternidad yamistad social».

Quiero hacerme presente hoy, en esta23ª Jornada de Pastoral Social. ¡Cuán-tas hemos hecho! ¡Cuántas! Recuerdoen algunas que estuve presente, y otrasque no.

“Hacia una cultura del encuentro.Un país para todos”. Y el subtítulo:“Fraternidad y amistad social”.

El tema de la amistad social es un te-ma que a mí me preocupa, porque porel pecado, por las tendencias, vamossiempre a la enemistad, a la guerra. Ynos olvidamos que nuestra vocación esla de la armonía, de la fraternidad, es

ser hermanos. La amistad social.Miremos el mundo nomás como es-

tá. Guerras por todos lados. Estamosviviendo la tercera guerra mundial apedacitos. Y eso no es amistad social.Miremos muchos países donde no sesabe dialogar, se grita. Antes que laotra persona termine de decir su pen-samiento ya le estamos contestandosin haber escuchado.

No puede haber amistad social sinescuchar, sin escuchar al otro. Y paraescuchar al otro tiene que haber en micorazón la presunción de que el otrotiene algo bueno para decirme.

Amistad social. Probablemente haydos enemigos grandes de la amistadso cial.

Primero son las ideologías que capi-tanean todo. Tienden a capitanear, ylas ideologías logran desarmar lo con-creto de la naturaleza humana.

Segundo enemigo son las pasiones.

La pasión tantas veces busca eliminaral otro. Y no dejar que el otro ocupe sul u g a r.

Ideologías y pasiones en todo elmundo van contra la amistad social. Esverdad que hay núcleos de amistad so-cial buenos en el mundo. Pero tambiénes verdad que hay tanta, tanta, enemis-tad social.

Mencioné las guerras, pero mire-mos ciertas periferias. Miremos los ni-ños sin escuela, la gente con hambre, lagente que no tiene atención sanitaria,la inmensa cantidad de gente que notiene agua corriente, gente que no tie-ne acceso a lo mínimo para vivir digna-mente.

Esos son los signos de que en elmundo no existe la amistad social hoydía.

Y nos va a hacer bien preguntarnossobre las cercanías nuestras, en los lu-gares cercanos a donde vivimos, a don-

de trabajamos. ¿Hay amistad social?Si hay amistad social no debe haber niguerras ni necesidades de ningún tipo,ni educación que no funcione bien.Debe ser todo pleno. Por los efectosnos vamos a dar cuenta si hay amistadso cial.

Pero no nos olvidemos de los dosgrandes enemigos: las ideologías quequieren empadronarse de la vivenciade un pueblo, y las pasiones, que siem-pre son como una aplanadora, que vaadelante y destruye en vez de dialogar.

Queridos hermanos y hermanas queestán trabajando en esta 23ª Jornadade Pastoral Social, les deseo lo mejor.Pongan lo mejor de ustedes mismos,pero que sea concreto. No reflexionenen órbita, reflexionen con los pies en latierra, con datos concretos.

Que Dios los bendiga. Y si tienenun ratito, recen por mí porque necesi-to. Adiós.

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L’OSSERVATORE ROMANOnúmero 51-52, viernes 18-25 de diciembre de 2020 página 3

Del convento a casa

El Pap celebra la fiesta de la Virgen de Guadalupe, madre y patrona de las Américas

Bendecir es el estilo de Dios

En la liturgia de hoy se evidencian,principalmente, tres palabras, tresideas: abundancia, bendición ydon. Y, mirando la imagen de laVirgen de Guadalupe, tenemos dealguna manera también el reflejode estas tres realidades: la abun-dancia, la bendición y el don.La abundancia porque Dios siem-pre se ofrece en abundancia; siem-pre da en abundancia. Él no cono-ce la dosis. Se deja «dosificar» porsu paciencia. Somos nosotros losque conocemos, por nuestra natu-raleza misma, por nuestros límites,la necesidad de las cómodas cuo-tas. Pero Él se da en abundancia,totalmente. Y donde está Dios,hay abundancia.Pensando en el misterio de Navi-dad, la liturgia de Adviento toma

del profeta Isaías mucho de estaidea de la abundancia. Dios se daentero, como es, totalmente. Ge-nerosidad puede ser —a mí me gus-ta pensar que es— un «límite» quetiene Dios, al menos uno: la impo-sibilidad de darse de otro modoque no sea en abundancia.La segunda palabra es la bendi-ción. El encuentro de María conIsabel es una bendición, una ben-dición. Bendecir, es «decir-bien».Y Dios desde la primera página delGénesis nos acostumbró a este es-tilo suyo de decir bien. La segundapalabra que pronuncia, según elrelato bíblico, es: «Y era bueno», y«está bien», «era muy bueno». Elestilo de Dios es siempre decirbien, por eso la maldición va a serel estilo del diablo, del enemigo. El

estilo de la mezquindad, de la in-capacidad de donarse totalmente,el «decir mal». Dios siempre dicebien. Y lo dice con gusto, lo dicedándose. Bien. Se da en abundan-cia, diciendo bien, bendiciendo.La tercera palabra el don. Y estaabundancia, este decir-bien, es unregalo, es un don. Un don que senos da en el que es «toda gracia»,que es todo Él, que es todo divini-dad, en «el bendito». Un don quese nos da en la que está «llena degracia», la «bendita». El benditopor naturaleza y la bendita porgracia. Son dos referencias que laEscritura las marca. A Ella se le di-ce «bendita tú entre las mujeres»,«llena de gracia». Jesús es el «ben-dito», el que traerá la bendición.Y mirando la imagen de nuestra

Madre esperando al bendito, lallena de gracia espera al bendito,entendemos un poco esto de laabundancia, del decir bien, del«ben-decir». Entendemos esto deldon, el don de Dios se nos presen-tó en la abundancia de su Hijo pornaturaleza, en la abundancia de suMadre por gracia. El don de Diosse nos presentó como una bendi-ción, en el bendito por naturalezay en la bendita por gracia. Este esel regalo que Dios nos presenta yque ha querido continuamente su-brayarlo, volver a despertarlo a lolargo de la revelación.«Bendita tú eres entre las mujeres,porque nos trajiste al bendito».«Yo soy la Madre de Dios porquien se vive, el que da vida, elb endito».Y que, contemplando la imagen denuestra madre hoy, le «robemos» aDios un poco de este estilo que tie-ne: la generosidad, la abundancia,el bendecir, nunca maldecir, ytransformar nuestra vida en undon, un don para todos. Que asísea.

Cantos latinoamericanos y la tradicional melodía La Guada-lupana acompañaron la misa presidida por el Papa Franciscoel sábado por la mañana, 12 de diciembre, en el altar de la Cá-tedra de la basílica Vaticana, con ocasión de la fiesta de la bea-ta Virgen María de Guadalupe, patrona y madre de las Amé-ricas. Junto con el Papa concelebraron el cardenal Ouellet, pre-fecto de la Congregación para los obispos y presidente de la Pon-

tificia Comisión para América Latina, el arzobispo PatrónWong, secretario para los seminarios de la Congregación parael clero y el obispo Sánchez Sorondo, canciller de las PontificiasAcademias de las ciencias y de las ciencias sociales. Durante ladistribución de la comunión una niña llevó un ramo de flores ala estatua de la Virgen. Publicamos, a continuación, la homilíapronunciada por el Papa.

RO CÍO LANCHO GARCÍA

D ulces, mermeladas,chocolate, licores, arte-sanía religiosa, ropa debebé. Todo ello realiza-

do por los monjes y monjas de losmonasterios de España, entre elsilencio y la oración. Son los pro-ductos que ofrece la FundaciónContemplare a través de su pági-na web y que lleva directamentedel monasterio a tu casa( w w w. f u n d a c i o n c o n t e m p l a -re.org). De esta forma, ayudan deforma directa al sostenimiento delos conventos y las necesidades delos mas de 9.000 monjes y monjascontemplativos que hay en Espa-ña. El objetivo de la Fundación espreservar los monasterios y dar aconocer la riqueza de la vida mo-nacal. Son algo así como el «ama-zon» de la vida monástica.

Contemplare nace a raíz de ungrupo de laicos con la inquietudde ayudar a la vida contemplativa.Todos ellos con formación empre-sarial pero al mismo tiempo conexperiencia, de una media deocho años, en el trato con los mo-nasterios a través de varios pro-yectos. Así lo explica a L’O sserva-tore Romano, Alejandra Salinas,directora de la Asociación. Sali-nas cuenta que Contemplare «na-ce con la idea de preservar y pro-teger la vida contemplativa, queen España es tan importante». Es-paña - precisa - es la primera ‘p o-tencia mundial’ en monasterios,en monjes de vida contemplativa.También asegura que la idea es

«ser útiles para que puedan teneruna vida digna y nosotros desdela sociedad podamos devolverlesese servicio que nos prestan deoración por la humanidad».

Contemplare inició como aso-ciación hace tres años y como fun-dación es muy reciente. Anterior-mente tuvieron otros proyectos ytienen mucha experiencia en elmundo monacal.

Tal y como asegura Alejandra,

no son un equipo grande perocuentan con la ayuda de un ejérci-to de voluntarios. Personas degran talla profesional que prestansus servicios y les resulta casi co-mo «subirse a un ferrari», aseguraSalinas. Y también personas quevan con su coche a un monasterioa recoger un pedido y cruzan todaEspaña para que pueda llegar a su

destino. La directora dela fundación, agradeceque son muchas laspersonas que se vuel-can y se entregan deforma altruista y gratui-ta para ayudar con lasfotografías de los pro-ductos, la página web,las redes sociales, la co-municación…

Por otro lado, Ale-jandra subraya que la

ayuda que prestan a los conventosno es solo a través de la venta deproductos. Cuando tuvieron estainquietud de ayudar, preguntabanen los monasterios qué necesita-ban. Así comprendieron que, porejemplo, la comida no es un pro-blema. Muchos monasterios tie-nen sus huertos, vecinos que lesayudan, el banco de alimentos yde eso no les falta. Lo que sí esuna complicación es pagar los

gastos fijos. Uno de estos gastos,indica, es el pago de la seguridadsocial ya que cada monja y monjees autónomo y con lo cual paganla máxima cuota. Entonces lo quesucede en los monasterios en losque hay más vocaciones, y en ge-neral más jóvenes, es que se des-compensa el pago de la pensiónde los mayores con el pago de laseguridad social de los jóvenes.Otros gastos importantes son lossuministros como la calefacción oel agua caliente… que en un mo-nasterio es un gasto importante.

Alejandra Salinas recuerda quelos conventos siempre han vividode donaciones y trabajo. Las do-naciones se han reducido en losúltimos tiempo, y ahora vivenfundamentalmente de su trabajo.«Y ahí es donde podemos ayu-darles, encontrando canales deventa para ofrecer sus productos:alimentación, artesanía religiosa,ropa de bebé, cerámicas…», su-braya. Contemplare está en con-tacto con un centenar de monas-terios, y cada uno tiene necesida-des muy variadas.

Es importante tener en cuenta,señala Alejandra, que la venta deestos productos es muy estacio-nal, sobre todo la de alimenta-ción, y la Navidad es el momento

en el que más venden. «Ahora so-ñamos con reducir esto y encon-trar la forma de vender todo elaño», precisa.

La campaña de este 2020 se havisto marcada por la pandemia.Por eso en los meses pasados hanestado pensando cómo sacar ade-lante y aprovechar bien este tri-mestre, a pesar del confinamiento.Antes estaban muyconcentrados en elmercadillo navideñoy este año han teni-do que diversificar,reforzando la ventaonline. A pesar de lapreocupación por lapandemia, el merca-dillo de este año hasido un éxito. «He-mos tenido que reponer productoa marchas forzadas en varias oca-siones», asegura Salinas. El mer-cadillo se celebró del 3 al 16 de di-ciembre en el Centro ComercialABC de Serrano, en Madrid.

Una parte importante a la queContemplare dedica mucho tiem-po - explica su directora - es a lascestas de Navidad que preparanpara distintas empresas. De estemodo crean cestas de Navidad so-lidarias en una doble vertiente.Por un lado ayudando a los mo-

nasterios y por otro con la Funda-ción A la par, que da trabajo apersonas con discapacidad inte-lectual y son los encargados derealizar las cestas.

Este año todo se ha visto toca-do por la pandemia y sus conse-cuencias. Lo que percibieron des-de Contemplare en sus conversa-ciones con los distintos monaste-rios era su «enorme conciencia deque tenían que explicar a las per-sonas lo que era vivir encerrados»y «cómo eso de vivir encerradopuede ser una gracia y se puedesacar mucho partido». Salinasasegura que los monjes y monjasde España han rezado mucho ypor otro lado, se han sentido cercade la gente porque ellos podíancontar cómo se puede vivir de for-ma digna y sacar lo mejor de unasituación así.

En general los monasterios porsu carácter de estar lejos del mun-do han estado más protegidos delcontagio del Covid-19. Pero aque-llos monasterios en los que ha ha-bido contagios ha sido devasta-dor, porque las comunidades sonm a y o re s .

La pandemia también ha sidoun ocasión para despertar la crea-tividad de muchos conventos dereligiosas, que viendo la necesi-dad se pusieron a realizar mascari-llas. Cuenta Alejandra que, porejemplo, las monjas de San Lean-dro de Sevilla les dijeron que «co-mo nosotras nos ocupamos de lonuestro», es decir, de rezar, no sa-bían bien qué pasaba y por quéveían poca gente por la calle

cuando salían a comprar. Enton-ces abrieron un periódico y cuan-do comprendieron lo que sucedíaenseguida se volcaron y compra-ron telas y empezaron a cosermascarillas. Y como ellas muchasotras.

En esta línea, subraya Salinasque con la pandemia todos, enmayor o menor medida, nos he-mos dado cuenta de la importan-cia de la vida interior. En esto loscontemplativos tienen mucho queaportar a la sociedad.

La pandemia también ha sido unocasión para despertar la creatividad demuchos conventos de religiosas, queviendo la necesidad se pusieron arealizar mascarillas

De esta forma, ayudan de forma directa alsostenimiento de los conventos y las necesidades delos más de 9.000 monjes y monjas contemplativosque hay en España. El objetivo de la Fundación espreservar los monasterios y dar a conocer la riquezade la vida monacal

Más de 10.000 productos de monasterio epaoles reunidosen una sola web por la Fundación Contemplare

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54a JORNADA DE LA PAZ

La cultura del cuidadocomo camino de paz

«La cultura del cuidado como camino ha-cia la paz” es el tema del mensaje del PapaFrancisco —presentado en la mañana deljueves 17 de diciembre en la Oficina dePrensa de la Santa Sede— para la quin-cuagésima cuarta Jornada Mundial de laPaz, que se celebrará el 1 de enero de2021.Publicamos, a continuación, el textoen español.

La cultura del cuidado comocamino de paz

1.En el umbral del Año Nuevo, de-seo presentar mi más respetuoso sa-ludo a los Jefes de Estado y de Go-bierno, a los responsables de las or-ganizaciones internacionales, a loslíderes espirituales y a los fieles dediversas religiones, y a los hombresy mujeres de buena voluntad. A to-dos les hago llegar mis mejores de-seos para que la humanidad puedaprogresar en este año por el caminode la fraternidad, la justicia y la pazentre las personas, las comunida-des, los pueblos y los Estados.El año 2020 se caracterizó por la

gran crisis sanitaria de COVID-19,que se ha convertido en un fenóme-no multisectorial y mundial, queagrava las crisis fuertemente inte-rrelacionadas, como la climática,alimentaria, económica y migrato-ria, y causa grandes sufrimientos ypenurias. Pienso en primer lugaren los que han perdido a un fami-liar o un ser querido, pero tambiénen los que se han quedado sin tra-bajo. Recuerdo especialmente a losmédicos, enfermeros, farmacéuti-cos, investigadores, voluntarios, ca-pellanes y personal de los hospita-les y centros de salud, que se hanesforzado y siguen haciéndolo, congran dedicación y sacrificio, hastael punto de que algunos de elloshan fallecido procurando estar cer-ca de los enfermos, aliviar su sufri-miento o salvar sus vidas. Al rendirhomenaje a estas personas, renuevomi llamamiento a los responsablespolíticos y al sector privado paraque adopten las medidas adecua-das a fin de garantizar el acceso alas vacunas contra el COVID-19 y alas tecnologías esenciales necesa-rias para prestar asistencia a los en-fermos y a los más pobres y frági-les1.Es doloroso constatar que, lamen-tablemente, junto a numerosos tes-timonios de caridad y solidaridad,están cobrando un nuevo impulsodiversas formas de nacionalismo,racismo, xenofobia e incluso gue-rras y conflictos que siembranmuerte y destrucción.

Estos y otros eventos, que han mar-cado el camino de la humanidad enel último año, nos enseñan la im-portancia de hacernos cargo losunos de los otros y también de lacreación, para construir una socie-dad basada en relaciones de frater-nidad. Por eso he elegido como te-ma de este mensaje: La cultura delcuidado como camino de paz. Cul-tura del cuidado para erradicar lacultura de la indiferencia, del re-chazo y de la confrontación, quesuele prevalecer hoy en día.

2. Dios Creador, origen de lavocación humana al cuidado

En muchas tradiciones religiosas,hay narraciones que se refieren alorigen del hombre, a su relacióncon el Creador, con la naturaleza ycon sus semejantes. En la Biblia, elLibro del Génesis revela, desde elprincipio, la importancia del cuida-do o de la custodia en el proyectode Dios por la humanidad, ponien-do en evidencia la relación entre elhombre (’adam) y la tierra (’ada-mah), y entre los hermanos. En elrelato bíblico de la creación, Diosconfía el jardín «plantado en elEdén” (cf. Gn 2,8) a las manos deAdán con la tarea de «cultivarlo ycuidarlo” (cf. Gn 2,15). Esto signifi-ca, por un lado, hacer que la tierrasea productiva y, por otro, prote-gerla y hacer que mantenga su ca-pacidad para sostener la vida2. Losverbos “cultivar” y “cuidar” descri-ben la relación de Adán con su ca-sa-jardín e indican también la con-fianza que Dios deposita en él alconstituirlo señor y guardián de to-da la creación.El nacimiento de Caín y Abel dioorigen a una historia de hermanos,cuya relación sería interpretada—negativamente— por Caín en tér-minos de protección o custodia.Caín, después de matar a su herma-no Abel, respondió así a la pregun-ta de Dios: «¿Acaso yo soy guar-dián de mi hermano?» (Gn 4,9)3.Sí, ciertamente. Caín era el «guar-dián” de su hermano. «En estos re-latos tan antiguos, cargados de pro-fundo simbolismo, ya estaba conte-nida una convicción actual: que to-do está relacionado, y que el autén-tico cuidado de nuestra propia viday de nuestras relaciones con la na-turaleza es inseparable de la frater-nidad, la justicia y la fidelidad a losdemás»4.

3. Dios Creador, modelo delcuidado

La Sagrada Escritura presenta aDios no sólo como Creador, sinotambién como Aquel que cuida desus criaturas, especialmente deAdán, de Eva y de sus hijos. El mis-mo Caín, aunque cayera sobre él elpeso de la maldición por el crimenque cometió, recibió como don delCreador una señal de protecciónpara que su vida fuera salvaguarda-da (cf. Gn 4, 15). Este hecho, si bienconfirma la dignidad inviolable dela persona, creada a imagen y seme-janza de Dios, también manifiestael plan divino de preservar la armo-nía de la creación, porque «la paz yla violencia no pueden habitar jun-tas»5.Precisamente el cuidado de la crea-ción está en la base de la institucióndel Shabbat que, además de regu-lar el culto divino, tenía como obje-tivo restablecer el orden social y elcuidado de los pobres (cf. Gn 1, 1-3;Lv 25, 4). La celebración del Jubi-leo, con ocasión del séptimo añosabático, permitía una tregua a latierra, a los esclavos y a los endeu-dados. En ese año de gracia, se pro-

tegía a los más débiles, ofreciéndo-les una nueva perspectiva de la vi-da, para que no hubiera personasnecesitadas en la comunidad (cf. Dt15, 4).También es digna de mención latradición profética, donde la cum-bre de la comprensión bíblica de lajusticia se manifestaba en la formaen que una comunidad trataba alos más débiles que estaban en ella.Por eso Amós (2, 6-8; 8) e Isaías(58), en particular, hacían oír conti-nuamente su voz en favor de la jus-ticia para los pobres, quienes, porsu vulnerabilidad y falta de poder,eran escuchados sólo por Dios, quelos cuidaba (cf. Sal 34, 7; 113, 7-8).

4. El cuidado en el ministerio deJesús

La vida y el ministerio de Jesús en-carnan el punto culminante de larevelación del amor del Padre porla humanidad (cf. Jn 3, 16). En la si-nagoga de Nazaret, Jesús se mani-festó como Aquel a quien el Señorungió «para anunciar la buena no-ticia a los pobres, ha enviado a pro-clamar la liberación a los cautivos yla vista a los ciegos, a dejar en liber-tad a los oprimidos» (Lc 4, 18). Es-tas acciones mesiánicas, típicas delos jubileos, constituyen el testimo-nio más elocuente de la misión quele confió el Padre. En su compa-sión, Cristo se acercaba a los enfer-mos del cuerpo y del espíritu y loscuraba; perdonaba a los pecadoresy les daba una vida nueva. Jesús erael Buen Pastor que cuidaba de lasovejas (cf. Jn 10, 11-18; Ez 34, 1-31);era el Buen Samaritano que se in-clinaba sobre el hombre herido,vendaba sus heridas y se ocupabade él (cf. Lc 10, 30-37).En la cúspide de su misión, Jesússelló su cuidado hacia nosotrosofreciéndose a sí mismo en la cruz yliberándonos de la esclavitud delpecado y de la muerte. Así, con eldon de su vida y su sacrificio, nosabrió el camino del amor y dice acada uno: «Sígueme y haz lo mis-mo” (cf. Lc 10, 37).

5. La cultura del cuidado en lavida de los seguidores de Jesús

Las obras de misericordia espiritua-les y corporales constituyen el nú-cleo del servicio de caridad de laIglesia primitiva. Los cristianos dela primera generación compartíanlo que tenían para que nadie entreellos pasara necesidad (cf. Hch 4,34-35) y se esforzaban por hacer dela comunidad un hogar acogedor,abierto a todas las situaciones hu-manas, listo para hacerse cargo delos más frágiles. Así, se hizo cos-tumbre realizar ofrendas volunta-rias para dar de comer a los pobres,enterrar a los muertos y sustentar alos huérfanos, a los ancianos y a lasvíctimas de desastres, como losnáufragos. Y cuando, en períodosposteriores, la generosidad de loscristianos perdió un poco de dina-mismo, algunos Padres de la Iglesiainsistieron en que la propiedad esquerida por Dios para el bien co-mún. Ambrosio sostenía que «lanaturaleza ha vertido todas las co-sas para el bien común. [...] Por lotanto, la naturaleza ha producidoun derecho común para todos, pe-ro la codicia lo ha convertido en underecho para unos pocos»6. Ha-biendo superado las persecucionesde los primeros siglos, la Iglesiaaprovechó la libertad para inspirara la sociedad y su cultura. «Las ne-cesidades de la época exigían nue-vos compromisos al servicio de lacaridad cristiana. Las crónicas de lahistoria reportan innumerables

ejemplos de obras de misericordia.De esos esfuerzos concertados hansurgido numerosas institucionespara el alivio de todas las necesida-des humanas: hospitales, hospiciospara los pobres, orfanatos, hogarespara niños, refugios para peregri-nos, entre otras»7.

6. Los principios de la doctrinasocial de la Iglesia como

fundamento de la cultura delcuidado

La diakonia de los orígenes, enri-quecida por la reflexión de los Pa-dres y animada, a lo largo de los si-glos, por la caridad activa de tan-tos testigos elocuentes de la fe, seha convertido en el corazón palpi-tante de la doctrina social de laIglesia, ofreciéndose a todos loshombres de buena voluntad comoun rico patrimonio de principios,criterios e indicaciones, del que ex-traer la «gramática” del cuidado:la promoción de la dignidad de to-da persona humana, la solidaridadcon los pobres y los indefensos, lapreocupación por el bien común yla salvaguardia de la creación.

* El cuidado como promoción dela dignidad y de los derechos dela persona.«El concepto de persona, nacido ymadurado en el cristianismo, ayudaa perseguir un desarrollo plena-mente humano. Porque personasignifica siempre relación, no indi-vidualismo, afirma la inclusión yno la exclusión, la dignidad única einviolable y no la explotación»8.Cada persona humana es un fin ensí misma, nunca un simple instru-mento que se aprecia sólo por suutilidad, y ha sido creada para con-vivir en la familia, en la comuni-dad, en la sociedad, donde todoslos miembros tienen la misma dig-nidad. De esta dignidad derivanlos derechos humanos, así como losdeberes, que recuerdan, por ejem-

plo, la responsabilidad de acoger yayudar a los pobres, a los enfermos,a los marginados, a cada uno denuestros «prójimos, cercanos o le-janos en el tiempo o en el espa-cio»9.

* El cuidado del bien común.Cada aspecto de la vida social, po-lítica y económica encuentra surealización cuando está al serviciodel bien común, es decir del «con-junto de aquellas condiciones de lavida social que permiten a los gru-pos y cada uno de sus miembrosconseguir más plena y fácilmentesu propia perfección»10. Por lo tan-to, nuestros planes y esfuerzossiempre deben tener en cuenta susefectos sobre toda la familia huma-na, sopesando las consecuenciaspara el momento presente y paralas generaciones futuras. La pan-demia de COVID-19 nos muestracuán cierto y actual es esto, puestoque «nos dimos cuenta de que es-tábamos en la misma barca, todosfrágiles y desorientados; pero, almismo tiempo, importantes y ne-cesarios, todos llamados a remarjuntos»11 , porque «nadie se salvasolo»12 y ningún Estado nacionalaislado puede asegurar el bien co-mún de la propia población13.

* El cuidado mediante lasolidaridad.La solidaridad expresa concreta-mente el amor por el otro, no comoun sentimiento vago, sino como«determinación firme y perseve-rante de empeñarse por el bien co-mún; es decir, por el bien de todosy cada uno, para que todos seamosverdaderamente responsables deto dos»14. La solidaridad nos ayudaa ver al otro —entendido como per-sona o, en sentido más amplio, co-mo pueblo o nación— no como unaestadística, o un medio para ser ex-plotado y luego desechado cuandoya no es útil, sino como nuestroprójimo, compañero de camino,llamado a participar, como noso-

Es doloroso constatar que,lamentablemente, junto a numerosostestimonios de caridad y solidaridad, estáncobrando un nuevo impulso diversas formasde nacionalismo, racismo, xenofobia eincluso guerras y conflictos que siembranmuerte y destrucción

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54a JORNADA DE LA PAZ

La cultura del cuidadocomo camino de paz

tros, en el banquete de la vida alque todos están invitados igual-mente por Dios.

* El cuidado y la protección de lac re a c i ó n .La encíclica Laudato si’ constata ple-namente la interconexión de todala realidad creada y destaca la nece-sidad de escuchar al mismo tiempoel clamor de los necesitados y el dela creación. De esta escucha atentay constante puede surgir un cuida-do eficaz de la tierra, nuestra casacomún, y de los pobres. A este res-pecto, deseo reafirmar que «nopuede ser real un sentimiento deíntima unión con los demás seresde la naturaleza si al mismo tiempoen el corazón no hay ternura, com-pasión y preocupación por los sereshumanos»15. « Paz, justicia y con-servación de la creación son tres te-mas absolutamente ligados, que nopodrán apartarse para ser tratadosindividualmente so pena de caernuevamente en el reduccionis-mo»16.

7. La brújula para un rumbocomún

En una época dominada por la cul-tura del descarte, frente al agrava-miento de las desigualdades dentrode las naciones y entre ellas17, qui-siera por tanto invitar a los respon-sables de las organizaciones inter-nacionales y de los gobiernos, delsector económico y del científico,de la comunicación social y de lasinstituciones educativas a tomar enmano la «brújula” de los principiosanteriormente mencionados, paradar un rumbo común al proceso deglobalización, «un rumbo realmen-te humano»18. Esta permitiría apre-ciar el valor y la dignidad de cadapersona, actuar juntos y en solida-ridad por el bien común, aliviandoa los que sufren a causa de la po-breza, la enfermedad, la esclavitud,la discriminación y los conflictos. A

través de esta brújula, animo a to-dos a convertirse en profetas y testi-gos de la cultura del cuidado, parasuperar tantas desigualdades socia-les. Y esto será posible sólo con unfuerte y amplio protagonismo delas mujeres, en la familia y en todoslos ámbitos sociales, políticos e ins-titucionales.La brújula de los principios socia-les, necesaria para promover la cul-tura del cuidado, es también indi-cativa para las relaciones entre lasnaciones, que deberían inspirarseen la fraternidad, el respeto mutuo,la solidaridad y el cumplimientodel derecho internacional. A esterespecto, debe reafirmarse la pro-tección y la promoción de los dere-chos humanos fundamentales, queson inalienables, universales e indi-visibles19.También cabe mencionar el respetodel derecho humanitario, especial-mente en este tiempo en que losconflictos y las guerras se sucedensin interrupción. Lamentablemen-te, muchas regiones y comunidadesya no recuerdan una época en laque vivían en paz y seguridad. Mu-chas ciudades se han convertido enepicentros de inseguridad: sus ha-bitantes luchan por mantener susritmos normales porque son ataca-dos y bombardeados indiscrimina-damente por explosivos, artillería yarmas ligeras. Los niños no puedenestudiar. Los hombres y las mujeresno pueden trabajar para mantenera sus familias. La hambruna echaraíces donde antes era desconoci-da. Las personas se ven obligadas ahuir, dejando atrás no sólo sus ho-gares, sino también la historia fami-liar y las raíces culturales.Las causas del conflicto son mu-chas, pero el resultado es siempre elmismo: destrucción y crisis huma-nitaria. Debemos detenernos y pre-guntarnos: ¿qué ha llevado a lanormalización de los conflictos enel mundo? Y, sobre todo, ¿cómopodemos convertir nuestro corazóny cambiar nuestra mentalidad para

buscar verdaderamente la paz ensolidaridad y fraternidad?Cuánto derroche de recursos haypara las armas, en particular paralas nucleares20, recursos que po-drían utilizarse para prioridadesmás importantes a fin de garantizarla seguridad de las personas, comola promoción de la paz y del desa-rrollo humano integral, la luchacontra la pobreza y la satisfacciónde las necesidades de salud. Ade-más, esto se manifiesta a causa delos problemas mundiales como laactual pandemia de covid-19 y elcambio climático. Qué valiente de-cisión sería «constituir con el dine-ro que se usa en armas y otros gas-tos militares «un Fondo mundial”para poder derrotar definitivamen-te el hambre y ayudar al desarrollode los países más pobres»21.

8. Para educar ala cultura del cuidado

La promoción de la cultura del cui-dado requiere un proceso educati-vo y la brújula de los principios so-ciales se plantea con esta finalidad,como un instrumento fiable paradiferentes contextos relacionadosentre sí. Me gustaría ofrecer algu-nos ejemplos al respecto.- La educación para el cuidado na-ce en la familia, núcleo natural yfundamental de la sociedad, dondese aprende a vivir en relación y enrespeto mutuo. Sin embargo, es ne-cesario poner a la familia en condi-ciones de cumplir esta tarea vital eindisp ensable.- Siempre en colaboración con lafamilia, otros sujetos encargados dela educación son la escuela y la uni-versidad y, de igual manera, en cier-tos aspectos, los agentes de la co-municación social22. Dichos sujetosestán llamados a transmitir un sis-tema de valores basado en el reco-nocimiento de la dignidad de cadapersona, de cada comunidad lin-güística, étnica y religiosa, de cada

pueblo y de los derechos funda-mentales que derivan de estos. Laeducación constituye uno de los pi-lares más justos y solidarios de laso ciedad.- Las religiones en general, y los lí-deres religiosos en particular, pue-den desempeñar un papel insusti-tuible en la transmisión a los fielesy a la sociedad de los valores de lasolidaridad, el respeto a las diferen-cias, la acogida y el cuidado de loshermanos y hermanas más frágiles.A este respecto, recuerdo las pala-bras del Papa Pablo VI dirigidas alParlamento ugandés en 1969: «Notemáis a la Iglesia. Ella os honra, osforma ciudadanos honrados y lea-les, no fomenta rivalidades ni divi-siones, trata de promover la sana li-bertad, la justicia social, la paz; sitiene alguna preferencia es para lospobres, para la educación de lospequeños y del pueblo, para la asis-tencia a los abandonados y a cuan-tos sufren»23.- A todos los que están comprome-tidos al servicio de las poblaciones,en las organizaciones internaciona-les gubernamentales y no guberna-mentales, que desempeñan una mi-sión educativa, y a todos los que,de diversas maneras, trabajan en elcampo de la educación y la investi-gación, los animo nuevamente, pa-ra que se logre el objetivo de unaeducación «más abierta e incluyen-te, capaz de la escucha paciente,del diálogo constructivo y de lamutua comprensión»24. Espero queesta invitación, hecha en el contex-to del Pacto educativo global, reci-ba un amplio y renovado apoyo.

9. No hay pazsin la cultura del cuidado

La cultura del cuidado, como com-promiso común, solidario y partici-pativo para proteger y promover ladignidad y el bien de todos, comouna disposición al cuidado, a laatención, a la compasión, a la re-conciliación y a la recuperación, alrespeto y a la aceptación mutuos, esun camino privilegiado para cons-truir la paz. «En muchos lugaresdel mundo hacen falta caminos depaz que lleven a cicatrizar las heri-das, se necesitan artesanos de pazdispuestos a generar procesos desanación y de reencuentro con in-genio y audacia»25.En este tiempo, en el que la barcade la humanidad, sacudida por latempestad de la crisis, avanza condificultad en busca de un horizontemás tranquilo y sereno, el timón dela dignidad de la persona humanay la «brújula” de los principios so-ciales fundamentales pueden per-mitirnos navegar con un rumbo se-guro y común. Como cristianos,fijemos nuestra mirada en la VirgenMaría, Estrella del Mar y Madre dela Esperanza. Trabajemos todosjuntos para avanzar hacia un nuevohorizonte de amor y paz, de frater-nidad y solidaridad, de apoyo mu-tuo y acogida. No cedamos a la ten-tación de desinteresarnos de los de-más, especialmente de los más dé-biles; no nos acostumbremos a des-viar la mirada26, sino comprometá-monos cada día concretamente pa-ra «formar una comunidad com-puesta de hermanos que se acogenrecíprocamente y se preocupan losunos de los otros»2 7.

Vaticano, 8 de diciembre de 2020

Notas

1 Cf. Videomensaje con motivo de la75.ª Sesión de la Asamblea General de las

Naciones Unidas, 25 septiembre2020.2 Cf. Carta enc. Laudato si’ (24 mayo2015), 67.3 Cf. «La fraternidad, fundamentoy camino para la paz”. Mensaje parala celebración de la 47.a Jornada Mundialde la Paz, 1 enero 2014 (8 diciembre2013), 2.4 Carta enc. Laudato si’ (24 mayo2015), 70.5 Pontificio consejo «justicia ypaz”, Compendio de la Doctrina Social dela Iglesia, 488.6 De officiis, 1, 28, 132: PL 16, 67.7 K. Bihlmeyer - H. Tüchle, ChurchHistory, vol.1, Westminster, The Ne-wman Press, 1958, pp. 373-374.8 Discurso a los participantes en el Congre-so organizado por el Dicasterio para el Ser-vicio del Desarrollo Humano Integral en el50.o aniversario de la Carta encíclica «Po-pulorum progressio” (4 abril 2017).9 Mensaje a la 22.ª Sesión de la Conferen-cia de las Partes de la Convención marcode las Naciones Unidas sobre el cambio cli-mático (COP22), 10 noviembre 2016.Cf. Grupo de trabajo interdicaste-rial de la santa sede sobre la ecolo-gía integral, En camino para el cuidadode la casa común. A cinco años de la Lau-dato si’, L E V, 31 mayo 2020.10 Cconc. ecum. Vat. II, Const. past.Gaudium et spes, 26.11 Momento extraordinario de oración entiempos de pandemia, 27 marzo 2020.12 Ibíd.13 Cf. Carta enc. Fratelli tutti (3 octu-bre 2020), 8, 153.14 S. Juan Pablo II, Carta. enc. Sollicitu -do rei socialis (30 diciembre 1987), 38.15 Carta enc. Laudato si’ (24 mayo2015), 91.16 Conferencia del episcopado do-minicano, Carta pastoral Sobre la rela-ción del hombre con la naturaleza (21 ene-ro 1987); cf. Carta enc. Laudato si’(24 mayo 2015), 92.17 Cf. Carta enc. Fratelli tutti (3 octu-bre 2020), 125.18 Ibíd., 29.19 Cf. Mensaje a los participantes en la

Conferencia internacional «Los derechoshumanos en el mundo contemporáneo: con-quistas, omisiones, negaciones”, Roma,10-11 diciembre 2018.20 Cf. Mensaje a la Conferencia de la ONUpara la negociación de un instrumento ju-rídicamente vinculante sobre la prohibiciónde las armas nucleares que conduzca a sutotal eliminación, 23 marzo 2017.21 Videomensaje para la Jornada Mundialde la Alimentación, 16 octubre 2020.22 Cf. Benedicto XVI, «Educar a losjóvenes en la justicia y la paz”. Me n -saje para la celebración de la 45.a JornadaMundial de la Paz, 1 enero 2012 (8 di-ciembre 2011), 2; «Vence la indife-rencia y conquista la paz”. Me n s a j epara la celebración de la 49.a JornadaMundial de la Paz, 1 enero 2016 (8 di-ciembre 2015), 6.23 Discurso a los Diputados y Senadores deUganda, Kampala, 1 agosto 1969.24 Mensaje para el lanzamiento del PactoEducativo, 12 septiembre 2019.25 Carta. enc. Fratelli tutti (3 octubre2020), 225.26 Cf. Ibíd., 64.27 Ibíd., 96; cf. «La fraternidad, fun-damento y camino para la paz”.Mensaje para la 47.ª Jornada Mundial dela Paz, 1 enero 2014 (8 diciembre2013), 1.

La solidaridad expresa concretamente elamor por el otro, no como un sentimientovago, sino como «determinación firme yperseverante de empeñarse por el biencomún; es decir, por el bien de todos ycada uno, para que todos seamosverdaderamente responsables de todos»

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«También esta Navidad, en medio del sufrimiento de la pandemia, Jesús, pequeño e indefenso,es el «Signo» que Dios da al mundo»: lo subrayó el Papa —invitando a releer la carta «Ad-mirabile signum» firmada hace un año en Greccio— con ocasión de la audiencia a los donantesdel pesebre y del árbol para la plaza de San Pedro. Francisco los recibió en la Sala Clementinael viernes por la mañana, 11 de diciembre, pocas horas antes de la ceremonia de inauguraciónprevista por la tarde.

Audiencia de Francisco a los artistas en el aula anexa al Aula Pablo VI

La luz de la bellezaen la oscuridad de la pandemia

El anuncio del Papa en un vídeomensajea la Climate ambition summit 2020

Vaticano a “emisionesc e ro ” antes de 2050

Por el cierre del Año mariano en Argentina

Madre y discípula«Ideologías y pasiones en todo el mundo vancontra la amistad social». Lo afirma el PapaFrancisco en el videomensaje con ocasión de laXXIII Jornada de la pastoral social en Argenti-na, que se celebra del jueves 3 al sábado 5 de di-ciembre sobre el tema «Hacia una cultura delencuentro. Un país para todos. Fraternidad yamistad social».

Quiero hacerme presente hoy, en esta23ª Jornada de Pastoral Social. ¡Cuán-tas hemos hecho! ¡Cuántas! Recuerdoen algunas que estuve presente, y otrasque no. “Hacia una cultura del en-cuentro. Un país para todos”. Y elsubtítulo: “Fraternidad y amistad so-cial”. El tema de la amistad social esun tema que a mí me preocupa, por-que por el pecado, por las tendencias,vamos siempre a la enemistad, a laguerra. Y nos olvidamos que nuestravocación es la de la armonía, de la fra-ternidad, es ser hermanos. La amistadsocial. Miremos el mundo nomás co-mo está. Guerras por todos lados. Es-tamos viviendo la tercera guerra mun-dial a pedacitos.

Y eso no es amistad social. Mire-mos muchos países donde no se sabedialogar, se grita. Antes que la otrapersona termine de decir su pensa-miento ya le estamos contestando sinhaber escuchado.

No puede haber amistad social sinescuchar, sin escuchar al otro. Y paraescuchar al otro tiene que haber en micorazón la presunción de que el otrotiene algo bueno para decirme. Amis-tad social. Probablemente hay dosenemigos grandes de la amistad so-cial. Primero son las ideologías que ca-pitanean todo. Tienden a capitanear, y

las ideologías logran desarmar lo con-creto de la naturaleza humana. Segun-do enemigo son las pasiones. La pa-sión tantas veces busca eliminar alotro. Y no dejar que el otro ocupe sulugar. Ideologías y pasiones en todo elmundo van contra la amistad social.Es verdad que hay núcleos de amistadsocial buenos en el mundo. Pero tam-

bién es verdad que hay tanta, tanta,enemistad social. Mencioné las gue-rras, pero miremos ciertas periferias.Miremos los niños sin escuela, la gentecon hambre, la gente que no tieneatención sanitaria, la inmensa canti-dad de gente que no tiene agua co-rriente, gente que no tiene acceso a lomínimo para vivir dignamente.

Esos son los signos de que en elmundo no existe la amistad social hoydía. Y nos va a hacer bien preguntar-nos sobre las cercanías nuestras, en loslugares cercanos a donde vivimos, a

donde trabajamos. ¿Hay amistad so-cial? Si hay amistad social no debe ha-ber ni guerras ni necesidades de nin-gún tipo, ni educación que no funcio-ne bien. Debe ser todo pleno. Por losefectos nos vamos a dar cuenta si hayamistad social. Pero no nos olvidemosde los dos grandes enemigos: las ideo-logías que quieren empadronarse de la

vivencia de un pueblo, y las pasiones,que siempre son como una aplanado-ra, que va adelante y destruye en vezde dialogar.

Queridos hermanos y hermanasque están trabajando en esta 23ª Jorna-da de Pastoral Social, les deseo lo me-jor. Pongan lo mejor de ustedes mis-mos, pero que sea concreto. No refle-xionen en órbita, reflexionen con lospies en la tierra, con datos concretos.

Que Dios los bendiga. Y si tienenun ratito, recen por mí porque necesi-to. Adiós.

«El Estado de la Ciudad del Vaticano secompromete a reducir a cero las emisionesnetas antes de 2050» y «la Santa Sede secompromete a promover una educación parala ecología integral»: lo anunció el PapaFrancisco a través de un mensaje de vídeocon el que intervino el sábado, 12 de di-ciembre en la High Level Virtual ClimateAmbition Summit 2020, organizada porGran Bretaña y Francia, en colaboracióncon Chile e Italia. Publicamos, a continua-ción una transcripción del mensaje del Pon-tífice.

La actual pandemia y el cambio cli-mático, que tienen una relevanciano sólo ambiental, sino también éti-ca, social, económica y política, in-ciden, sobre todo, en la vida de losmás pobres y frágiles. De este modoapelan a nuestra responsabilidad depromover, con un compromiso co-lectivo y solidario, una cultura delcuidado, que ponga en el centro ladignidad humana y el bien común.Además de adoptar algunas medi-das que no pueden aplazarse más,es necesaria una estrategia que re-duzca a cero las emisiones netas(net-zero emissions).La Santa Sede se asocia a este ob-jetivo, moviéndose en dos planos:1. Por una parte, el Estado de laCiudad del Vaticano se comprometea reducir a cero las emisiones netasantes de 2050, intensificando los es-fuerzos de gestión ambiental, ya encurso desde hace algunos años, que

posibiliten el uso racional de recur-sos naturales como el agua y laenergía, la eficacia energética, lamovilidad sostenible, la reforesta-ción, y la economía circular tambiénen la gestión de los desechos.2. Por otra parte, la Santa Sede secompromete a promover una educa-ción para la ecología integral. Lasmedidas políticas y técnicas debenunirse con un proceso educativoque favorezca un modelo culturalde desarrollo y de sostenibilidadcentrado en la fraternidad y en laalianza entre el ser humano y el am-biente. En esta perspectiva he inau-gurado el Pacto educativo global,para acompañar a las escuelas y uni-versidades católicas, frecuentadaspor más de 70 millones de estudian-tes en todos los continentes; y heapoyado la Economía de Francisco,a través de la cual jóvenes econo-mistas, empresarios, expertos en fi-nanzas y en el mundo del trabajo,promueven nuevos caminos que su-peren la pobreza energética, quepongan el cuidado de los bienes co-munes en el centro de las políticasnacionales e internacionales, y quefavorezcan la producción sostenibletambién en países con baja rentacompartiendo tecnologías avanzadasa p ro p i a d a s .Ha llegado el momento de un cam-bio de rumbo. No robemos a lasnuevas generaciones la esperanza enun futuro mejor. Gracias.

Queridos hermanos y hermanas:Habéis venido para la entrega oficialdel árbol de Navidad y el belén pues-tos en la Plaza de San Pedro; os doymi cordial bienvenida y os agradezcovuestra presencia. Saludo a la delega-ción de la República de Eslovenia,encabezada por el ministro de Asun-tos Exteriores, acompañada por elcardenal Rodé y el arzobispo de Ma-ribor, e integrada por otros ministros,embajadores y distinguidas persona-

lidades. Eslovenia nos ha obsequiadocon el majestuoso abeto noruego,procedente de los bosques de Kočev-je. Y saludo a la delegación de la dió-cesis de Teramo-Atri, con el obispoLorenzo Leuzzi y numerosas autori-dades civiles: el monumental pesebrede cerámica viene de vuestra tierra,precisamente de Castelli. Esta tardese inaugurarán estos dos «iconos» dela Navidad. Nunca como este añoson un signo de esperanza para los

romanos y para los peregrinos quetendrán la oportunidad de venir aadmirarlos.

El árbol y el belén contribuyen acrear una atmósfera navideña favora-ble para vivir con fe el misterio delnacimiento del Redentor. En el be-lén, todo habla de la pobreza «bue-na», la pobreza evangélica, que noshace bienaventurados: cuando con-templamos a la Sagrada Familia y alos diversos personajes, nos atrae sudesarmante humildad. Nuestra Se-ñora y San José fueron desde Naza-ret hasta Belén. No hay lugar paraellos, ni siquiera un cuartito (cf. Lc2,7); María escucha, observa y guar-da todo en su corazón (cf. Lc 2,19.51).José busca un lugar para ella y el ni-

ño que está a punto de nacer. Lospastores son protagonistas en el be-lén, como en el Evangelio. Viven alaire libre. Están en vela. El anunciode los ángeles es para ellos, y van in-mediatamente a buscar al Salvadorque ha nacido (cf. Lc 2,8-16).

La Navidad nos recuerda que Je-sús es nuestra paz, nuestra alegría,nuestra fuerza, nuestro consuelo. Pe-ro, para acoger estos dones de gracia,necesitamos sentirnos pequeños, po-bres y humildes como los personajesdel belén. También esta Navidad, enmedio del sufrimiento de la pande-mia, Jesús, pequeño e indefenso, esel «Signo» que Dios da al mundo(cf. Lc 2,12). Hermoso signo, comoempieza la Carta sobre el belén que

firmé hace un año en Greccio. Noshará bien volver a leerla en estosdías.

Queridos amigos, gracias a voso-tros de todo corazón. También a losque no han podido estar presenteshoy, así como a los que han contri-buido al transporte y al montaje delárbol y el belén. El Señor os recom-pense por vuestra disponibilidad ygenerosidad. Os expreso mis mejoresdeseos para una celebración navide-ña llena de esperanza, y os pido quelos llevéis a vuestras familias y a to-dos vuestros paisanos. Os aseguromis oraciones y os bendigo. Y voso-tros también, por favor, no os olvi-déis de rezar por mí. ¡Feliz Navidad!Gracias.

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L’OSSERVATORE ROMANOnúmero 51-52, viernes 18-25 de diciembre de 2020 página 7

En vista de la próxima vacuna para el COVID-19

Los riesgos de una vacuna a dostiempos para ricos y pobres

Audiencia a los donantes del pesebre y del árbol

Signos de esperanzaen la Navidad de la pandemia

«También esta Navidad, en medio del sufrimiento de la pandemia, Jesús, pequeño e inde-fenso, es el «Signo» que Dios da al mundo»: lo subrayó el Papa —invitando a releer lacarta «Admirabile signum» firmada hace un año en Greccio— con ocasión de la audienciaa los donantes del pesebre y del árbol para la plaza de San Pedro. Francisco los recibió en laSala Clementina el viernes por la mañana, 11 de diciembre, pocas horas antes de la cere-monia de inauguración prevista por la tarde.

LORENA PACHO

E l Papa Francisco ha recibidorecientemente 10.000 test decoronavirus para que puedarepartirlos entre las personas

necesitadas de Roma, como regalo departe de la presidenta de Eslovaquia,Zuzana Čaputová, a quien recibió enaudiencia privada. Esta particularofrenda, cargada de simbolismo y muydiferente a las que los líderes políticossuelen entregar al Pontífice, puede serel emblema de cómo esta emergenciasanitaria necesita una respuesta global,humanitaria y conjunta. Y es tambiénun buen ejemplo de que la solidaridades el mejor faro para alumbrar el caminode salida de esta crisis. En resumen,perseguir la lógica del servicio y no ladel beneficio.

La pandemia de coronavirus ha sa-cudido las prioridades del mundo y elorden establecido y también ha de-mostrado que nadie se salva solo, co-mo ha recordado el Pontífice en múlti-ples ocasiones y que estamos todos enla misma barca, frágiles y desorienta-dos, llamados a remar todos juntos ysin dejar a nadie atrás. Demostrar quede esta crisis se puede salir mejores de-penderá de las próximas decisionesque se tomen a nivel global.

Los países ricos buscan asegurarselas vacunas, mientras que lospobres se quedan atrás

El anuncio del desarrollo de una va-cuna efectiva contra la covid-19, por unlado, ha llevado esperanza a un mundoherido, pero por otro, ha arrojado in-certidumbre sobre si será posible queel medicamento llegue por igual a to-dos los países que lo necesitan, inde-pendientemente de su condición eco-nómica y en las condiciones adecua-das. Todo el mundo va a necesitar lasvacunas y, por ahora, no parece que ha-ya suficientes. Las primeras dosis sedistribuirán en dos tiempos diferentes.Mientras que los países más ricos yahan anunciado que comenzarán a va-

cunar a sus habitantes en las próximassemanas, para los países más pobresdel mundo ni siquiera hay previsionessobre cuándo podrán recibir los prime-ros viales para inmunizar a la pobla-ción. La mayor parte de las vacunasque hasta el momento están más avan-zadas son inaccesibles para una inmen-sa parte del planeta y no podrían dis-tribuirse en los países de rentas más ba-jas, porque se requiere una gran inver-sión en infraestructuras para conservarlas dosis en una cadena de frío adecua-da y por el coste de las dosis por perso-na. No se sabe ni cuándo ni cómo se re-partirán las vacunas en los países másd e s f a v o re c i d o s .

Nueve de cada diez personas notendrán acceso a la vacuna en lospaíses pobres

Casi un centenar de países con me-nos recursos todavía están lejos de te-ner una vacuna para proteger a su po-blación, puesto que su economía no lesha permitido entablar negociacionescon las compañías farmacéuticas. Porello tendrán que compartir entre ellosel fondo común de vacunas COVAX,una iniciativa de Naciones Unidas pa-ra hacer llegar las vacunas a los paísesmenos desarrollados, que cuenta conescasos fondos y contratos para la dis-tribución de las dosis. “Son matemáti-cas sencillas”, ha señalado ArnaudBernaert, responsable de salud globalen el Foro Económico Mundial. Se es-pera que la industria produzca 12.000millones de dosis el año que viene y deeste total, unos 9.000 millones deinyecciones han sido reservadas ya porpaíses ricos. “C O VA X no se ha asegura-do dosis suficientes, y por la forma enla que podrían desarrollarse los acon-tecimientos, probablemente sólo con-sigan esas dosis bastante tarde”, haapuntado el experto.

Un estudio internacional recienterefuerza esta teoría y señala que los 70países más pobres del mundo solo po-drán vacunar a una de cada diez perso-nas el próximo año, salvo que los go-

biernos y la industria farmacéutica to-men medidas urgentes para que se pro-duzcan y distribuyan suficientes dosisy evitar esta peligrosa nueva brecha en-tre ricos y pobres. Entre los más empo-brecidos se encuentran lugares castiga-dos por la pobreza extrema, la violen-cia, los conflictos o el hambre, comoAfganistán, Angola, Argelia, Repúbli-ca Centroafricana, Mozambique, Siriao Yemen, entre otros. Además, cincode ellos, Kenia, Myanmar, Nigeria, Pa-kistán y Ucrania han notificado casi 1,5millones conjuntamente.

Más dosis que población enalgunos países ricos

Airfinity, una compañía de informa-ción y análisis científicos que recopiladatos sobre el covid-19 ha elaboradoun informe en el que se recoge que lasnaciones más ricas han comprado sufi-cientes dosis para vacunar a toda supoblación casi tres veces más de lo ne-cesario para finales de 2021, si se aprue-ba el uso de las vacunas que están ac-tualmente en fase de ensayo clínico. Laclasificación está encabezada por Ca-nadá, que ha adquirido suficientes do-sis para vacunar a cada canadiense cin-co veces. Los datos actualizados mues-tran que los países ricos, que represen-tan apenas el 14 % de la poblaciónmundial, han adquirido el 53 % de to-das las vacunas más avanzadas hastaahora.

Si solo se inmuniza a este 14% de lapoblación global, no solo se ahondaríaen las profundas desigualdades que di-viden el mundo, sino que se dilapida-ría la eficacia de la vacuna, por lo quenadie estaría realmente protegido.También supondría hacer caso omiso ala gran enseñanza que ha dejado lapandemia y es que en un mundo glo-balizado la salud pública no entiendede fronteras. Las vacunas no acabaráncon la pandemia, a menos que se distri-buyan de forma equitativa.

Una respuesta colaborativaLa Fundación Bill y Melinda Gates,

ha publicado recientemente su cuartoinforme anual, Goalkeepers, en el quese señala que la distribución igualitariapuede evitar cientos de miles de muer-tes. Esta organización filantrópica haanalizado el daño causado por la pan-demia tanto a nivel sanitario como eco-nómico, y aboga en su documento poruna respuesta colaborativa. Pide a lospaíses que trabajen juntos en tres ám-bitos para acabar con la pandemia: de-sarrollar diagnósticos, tratamientos yvacunas; fabricar tantas pruebas y do-sis “tan rápido como podamos” y en-tregarlas “equitativamente a quienesmás las necesitan, sin importar dóndevivan o cuánto dinero tengan”.

El informe sostiene que si los paísesricos compran los primeros 2.000 mi-llones de dosis de vacunas en vez deasegurarse de que se distribuyan pro-porcionalmente entre la poblaciónmundial, el número de personas quefallecerán con covid-19 se podría du-plicar. Los investigadores han elabora-do dos modelos de la evolución de lapandemia basados en su trayectoriaanterior en los que han tenido en cuen-ta además las medidas adoptadas porcada país para frenar los contagios. Se-gún sus datos, si hubiera habido vacu-na a mediados de marzo, cuando el vi-rus comenzó a circular por el mundo,el 61% de los fallecimientos podríanhaberse evitado hasta el 1 de septiem-bre si las dosis se hubieran distribuidoen todos los países. Por el contrario, enel escenario menos equitativo y no co-laborativo, en el que las vacunas solollegaran a los mejores postores, solo sehabría evitado el 33% de las muertes.Esta pandemia es un problema globalque requiere una solución global.

Un llamamiento por una vacunauniversal

Varias organizaciones como Amnis-tía Internacional, Frontline AIDS, Glo-bal Justice Now y Oxfam, forman par-te de una alianza que reclama una va-cuna universal. “Nadie debería que-darse sin una vacuna que salva vidaspor culpa del país en el que vive o porla cantidad de dinero que tiene en elbolsillo. A menos que algo cambie dra-máticamente, miles de millones de per-sonas en todo el mundo no recibiránuna vacuna segura y efectiva contra lacovid-19 en los próximos años”, ha se-ñalado Anna Marriott, responsable depolíticas de salud de Oxfam.

Heidi Chow, de Global JusticeNow, ha añadido: “Todas las empresasfarmacéuticas y las instituciones de in-vestigación que trabajan en una vacu-na deben compartir la ciencia, los co-nocimientos tecnológicos y la propie-dad intelectual que subyacen a su va-cuna para que se puedan producir sufi-cientes dosis seguras y eficaces. LosGobiernos también deben asegurarsede que la industria farmacéutica ante-pone la vida de las personas a sus pro-pios beneficios”.

Intercambio abierto de tecnologíaentre los productores de vacunas

La People’s Vaccine Alliance ha he-cho un llamamiento a todas las empre-sas farmacéuticas que trabajan en lasvacunas contra la Covid-19 para que

compartan abiertamente su tecnologíay su propiedad intelectual a través delfondo de Acceso a la Tecnología contrala covid-19 de la OMS, a fin de que sepuedan fabricar miles de millones dedosis más y se pueda disponer de vacu-nas seguras y eficaces para todas laspersonas que las necesiten.

Hasta ahora, todas las dosis de Mo-derna y el 96 % de Pfizer/BioNTechhan sido adquiridas por los países derentas altas. En cambio, Oxford/As-traZeneca se ha comprometido a pro-porcionar el 64 % de sus dosis a las po-blaciones de los países en desarrollo.Sin embargo, a pesar de las medidasadoptadas para ampliar la oferta, elaño próximo solo podrán llegar, comomáximo, al 18 % de la población mun-dial. Los acuerdos de Oxford/Astra-Zeneca también se han suscrito en sumayoría con algunos de los grandespaíses en desarrollo como China e In-dia, mientras que la mayoría de los paí-ses en desarrollo no han hecho tratos.

Esto demuestra que una sola empre-sa no puede esperar abastecer a todo elmundo, y que solo un intercambioabierto de tecnología entre los produc-tores de vacunas puede hacerlo posi-ble. “Los países ricos tienen suficientesdosis para vacunar a todo el mundo ca-si tres veces, mientras que los paísespobres no tienen ni siquiera suficientespara llegar a los y las trabajadores/asde la salud y a las personas en situaciónde riesgo. El sistema actual, en el quelas empresas farmacéuticas utilizanfondos gubernamentales para la inves-tigación, retienen los derechos exclusi-vos y mantienen su tecnología en se-creto para aumentar sus beneficios,podría costar muchas vidas”, ha afir-mado el Dr. Mohga Kamal Yanni, dela People's Vaccine Alliance.

La Alianza también hace un llama-miento a los Gobiernos para que ha-gan todo lo que esté a su alcance paraasegurar que las vacunas se conviertanen un bien público mundial gratuito,distribuido equitativamente y basadoen las necesidades. En esta línea Sudá-frica y la India han presentado unapropuesta al Consejo de la Organiza-ción Mundial del Comercio para quelas compañías renuncien a los dere-chos de propiedad intelectual de lasvacunas, pruebas y tratamientos rela-cionados con la covid-19 hasta que to-dos los países estén protegidos.

Proteger a todos por igualSteve Cockburn, director de Justi-

cia Económica y Social de AmnistíaInternacional, ha denunciado que elacaparamiento de vacunas “socava ac-tivamente los esfuerzos mundiales pa-ra asegurar que todo el mundo, en to-das partes, puedan estar protegidocontra el covid-19”. Y ha agregado:“Los países ricos tienen claras obliga-ciones en materia de derechos huma-nos, no solo de abstenerse de adoptarmedidas que puedan perjudicar el ac-ceso a las vacunas en otros lugares delmundo, sino también de cooperar yprestar asistencia a los países que la ne-cesiten. Al comprar la gran mayoría delsuministro de vacunas del mundo, lospaíses ricos incumplen sus obligacio-nes en materia de derechos humanos”.

Queridos hermanos y hermanas:Habéis venido para la entrega ofi-cial del árbol de Navidad y el belénpuestos en la Plaza de San Pedro; osdoy mi cordial bienvenida y os agra-dezco vuestra presencia. Saludo a ladelegación de la República de Eslo-venia, encabezada por el ministrode Asuntos Exteriores, acompañadapor el cardenal Rodé y el arzobispode Maribor, e integrada por otrosministros, embajadores y distingui-das personalidades. Eslovenia nosha obsequiado con el majestuosoabeto noruego, procedente de losbosques de Kočevje. Y saludo a ladelegación de la diócesis de Tera-mo-Atri, con el obispo LorenzoLeuzzi y numerosas autoridades ci-viles: el monumental pesebre de ce-rámica viene de vuestra tierra, preci-samente de Castelli. Esta tarde seinaugurarán estos dos «iconos» dela Navidad. Nunca como este añoson un signo de esperanza para los

romanos y para los peregrinos quetendrán la oportunidad de venir aadmirarlos. El árbol y el belén con-tribuyen a crear una atmósfera navi-deña favorable para vivir con fe elmisterio del nacimiento del Reden-tor. En el belén, todo habla de lapobreza «buena», la pobreza evan-gélica, que nos hace bienaventura-dos: cuando contemplamos a la Sa-grada Familia y a los diversos perso-najes, nos atrae su desarmante hu-mildad. Nuestra Señora y San Joséfueron desde Nazaret hasta Belén.No hay lugar para ellos, ni siquieraun cuartito (cf. Lc 2,7); María escu-cha, observa y guarda todo en su co-razón (cf. Lc 2,19.51). José busca unlugar para ella y el niño que está apunto de nacer. Los pastores sonprotagonistas en el belén, como enel Evangelio. Viven al aire libre. Es-tán en vela. El anuncio de los ánge-les es para ellos, y van inmediata-mente a buscar al Salvador que ha

nacido (cf. Lc 2,8-16).La Navidad nos recuerda que Je-

sús es nuestra paz, nuestra alegría,nuestra fuerza, nuestro consuelo.Pero, para acoger estos dones degracia, necesitamos sentirnos peque-ños, pobres y humildes como lospersonajes del belén. También estaNavidad, en medio del sufrimientode la pandemia, Jesús, pequeño eindefenso, es el «Signo» que Diosda al mundo (cf. Lc 2,12). Hermososigno, como empieza la Carta sobreel belén que firmé hace un año enGreccio. Nos hará bien volver aleerla en estos días.

Queridos amigos, gracias a voso-tros de todo corazón. También a losque no han podido estar presenteshoy, así como a los que han contri-buido al transporte y al montaje delárbol y el belén. El Señor os recom-pense por vuestra disponibilidad ygenerosidad. Os expreso mis mejo-res deseos para una celebración na-videña llena de esperanza, y os pidoque los llevéis a vuestras familias y atodos vuestros paisanos. Os aseguromis oraciones y os bendigo. Y voso-tros también, por favor, no os olvi-déis de rezar por mí.

¡Feliz Navidad! Gracias.

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L’OSSERVATORE ROMANOpágina 8 viernes 18 de diciembre de 2020, número 51-52

La catequesis sobre la oración de intercesión

No se puede rezarsin amar

CATEQUESIS

«Quien no ama al hermano no reza seriamente»: lo subrayó el Papa el miér-coles por la mañana, 16 de noviembre, en la audiencia general que tuvo lugaren la Biblioteca privada del Palacio Apostólico vaticano, aún sin la presenciade fieles por las medidas para combatir el Covid-19. Prosiguiendo las cate-quesis sobre la oración, el Pontífice se detuvo en la de la intercesión.

y de todos para encontrar to-do y a todos en Dios. Así elorante reza por el mundo en-tero, llevando sobre sus hom-bros dolores y pecados. Rezapor todos y por cada uno: escomo si fuera una “antena” deDios en este mundo. En cadapobre que llama a la puerta,en cada persona que ha perdi-do el sentido de las cosas,quien reza ve el rostro deCristo.

El Catecismo escribe: «In-terceder, pedir en favor deotro es […] lo propio de uncorazón conforme a la miseri-cordia de Dios» (n. 2635). Es-to es muy bonito. Cuando re-zamos estamos en sintoníacon la misericordia de Dios:misericordia en relación connuestros pecados —que es mi-

sericordioso conn o s o t ro s —, perotambién miseri-cordia hacia todosaquellos que hanpedido rezar porellos, por los cua-les queremos rezaren sintonía con elcorazón de Dios.Esta es la verdade-ra oración. En sin-tonía con la mise-ricordia de Dios,ese corazón mise-ricordioso. «En eltiempo de la Igle-sia, la intercesióncristiana participade la de Cristo: esla expresión de lacomunión de lossantos» (ibid.).¿Qué quiere decir

que se participa en la interce-sión de Cristo, cuando yo in-tercedo por alguien o rezo poralguien? Porque Cristo delan-te del Padre es intercesor, rezapor nosotros, y reza haciendover al Padre las llagas de susmanos; porque Jesús física-mente, con su cuerpo está de-lante del Padre. Jesús es nues-tro intercesor, y rezar es unpoco hacer como Jesús; inter-ceder en Jesús al Padre, porlos otros. Esto es muy boni-

to.A la oración le importa el

hombre. Simplemente el hom-bre. Quien no ama al herma-no no reza seriamente. Sepuede decir: en espíritu deodio no se puede rezar; en es-píritu de indiferencia no sepuede rezar. La oración sola-mente se da en espíritu deamor. Quien no ama finge re-zar, o él cree que reza, pero noreza, porque falta precisamen-te el espíritu que es el amor.En la Iglesia, quien conoce latristeza o la alegría del otro vamás en profundidad de quienindaga los “sistemas máxi-mos”. Por este motivo hayuna experiencia del humanoen cada oración, porque laspersonas, aunque puedan co-meter errores, no deben sernunca rechazadas o descarta-das.

Cuando un creyente, movi-do por el Espíritu Santo, rezapor los pecadores, no hace se-lecciones, no emite juicios decondena: reza por todos. Y re-za también por sí mismo. Enese momento sabe que no esdemasiado diferente de laspersonas por las que reza: sesiente pecador, entre los peca-dores, y reza por todos. Lalección de la parábola del fari-seo y del publicano es siempreviva y actual (cfr. Lc 18,9-14):

nosotros no somos mejoresque nadie, todos somos her-manos en una comunidad defragilidad, de sufrimientos yen el ser pecadores. Por esouna oración que podemos di-rigir a Dios es esta: “Señor, noes justo ante ti ningún vivien-te (cfr. Sal 143,2) —esto lo diceun salmo: ‘Señor, no es justoante ti ningún viviente’, nin-guno de nosotros: todos so-mos pecadores—, todos somosdeudores que tienen unacuenta pendiente; no hay nin-guno que sea impecable a tusojos. ¡Señor ten piedad de no-s o t ro s ! ”. Y con este espíritu laoración es fecunda, porquevamos con humildad delantede Dios a rezar por todos. Sinembargo, el fariseo rezaba deforma soberbia: “Te doy gra-cias, Señor, porque yo no soycomo esos pecadores; yo soyjusto, hago siempre…”. Estano es la oración: esto es mirar-se al espejo, a la realidad pro-pia, mirarse al espejo maqui-llado de la soberbia.

El mundo va adelante gra-cias a esta cadena de orantesque interceden, y que son ensu mayoría desconocidos…¡pero no para Dios! Hay mu-chos cristianos desconocidosque, en tiempo de persecu-ción, han sabido repetir laspalabras de nuestro Señor:

«Padre, perdónales, porqueno saben lo que hacen» (Lc23,34).

El buen pastor permanecefiel también delante de laconstatación del pecado de lapropia gente: el buen pastorcontinúa siendo padre tam-bién cuando sus hijos se ale-jan y lo abandonan. Perseveraen el servicio de pastor tam-bién en relación con quien lolleva a ensuciarse las manos;no cierra el corazón delantede quien quizá lo ha hechos u f r i r.

La Iglesia, en todos susmiembros, tiene la misión depracticar la oración de interce-sión, intercede por los otros.En particular tiene el deberquien está en un rol de res-ponsabilidad: padres, educa-dores, ministros ordenados,superiores de comunidad…Como Abraham y Moisés, aveces deben “defender” delan-te de Dios a las personas en-comendadas a ellos. En reali-dad, se trata de mirar con losojos y el corazón de Dios, consu misma invencible compa-sión y ternura. Rezar con ter-nura por los otros.

Hermanos y hermanas, to-dos somos hojas del mismoárbol: cada desprendimientonos recuerda la gran piedadque debemos nutrir, en la ora-ción, los unos por los otros.Recemos los unos por losotros: nos hará bien a noso-tros y hará bien a todos. ¡Gra-cias!

El llamamiento para que este año—en el que «nos esperan restriccionese inconvenientes» — la Navidad sea«más religiosa, más auténtica, másverdadera», y purificada «del con-sumismo», fue lanzado por el Papaal finalizar la audiencia, con la in-vitación a pensar en las dificultadesencontradas por María y José. Acontinuación las palabras del Papaen el saludo a los fieles de lengua es-pañola.

Saludo cordialmente a losfieles de lengua española. Ma-ñana comenzamos los díasmayores de Adviento, y la li-turgia se centra con mayor én-fasis en la preparación de laNavidad. En estos días tan es-peciales, los animo a dedicarmás tiempo a la oración de in-tercesión: recemos con mayorintensidad pidiendo unos porotros, en particular por losque más sufren. Que Dios losb endiga.

Ladrillos para construir una sociedad justa y pacíficaVideomensaje del Papa a los participantes del encuentro de solidaridad con Siria, Irak y los países limítrofes

Queridos hermanos yhermanas, ¡buenos días!Quien reza no deja nunca elmundo a sus espaldas. Si laoración no recoge las alegríasy los dolores, las esperanzas ylas angustias de la humani-dad, se convierte en una acti-vidad “decorativa”, una acti-tud superficial, de teatro, unaactitud intimista. Todos nece-sitamos interioridad: retirar-nos en un espacio y en untiempo dedicado a nuestra re-lación con Dios. Pero esto noquiere decir evadirse de la rea-lidad. En la oración, Dios

“nos toma, nos bendice, ydespués nos parte y nos da”,para el hambre de todos. To-do cristiano está llamado aconvertirse, en las manos deDios, en pan partido y com-partido. Es decir una oraciónconcreta, que no sea una eva-sión.

Así los hombres y las muje-res de oración buscan la sole-dad y el silencio, no para noser molestados, sino para es-cuchar mejor la voz de Dios.

A veces se retiran del mundo,en lo secreto de la propia ha-bitación, como recomendabaJesús (cfr. Mt 6,6), pero, alládonde estén, tienen siempreabierta la puerta de su cora-zón: una puerta abierta paralos que rezan sin saber que re-zan; para los que no rezan enabsoluto pero llevan dentroun grito sofocado, una invo-cación escondida; para losque se han equivocado y hanperdido el camino… Cual-quiera puede llamar a la puer-ta de un orante y encontrar enél o en ella un corazón com-

pasivo, que reza sin excluir anadie. La oración es nuestrocorazón y nuestra voz, y sehace corazón y voz de tantagente que no sabe rezar o noreza, o no quiere rezar o nopuede rezar: nosotros somosel corazón y la voz de estagente que sube a Jesús, subeal Padre, como intercesores.En la soledad quien reza —yasea la soledad de mucho tiem-po o la soledad de media horapara rezar— se separa de todo

No importa si es «pequeño o grande», pero «cada esfuerzo destinado a favorecer el proceso depaz es como poner un ladrillo en la construcción de una sociedad justa»: lo aseguró el PapaFrancisco interviniendo con un videomensaje en el encuentro online organizado en la tarde deljueves 10 de diciembre por el Dicasterio para el servicio del desarrollo humano integral, juntocon otras instancias de la Santa Sede, para reflexionar sobre los problemas que afligen a Siria,Irak y los países limítrofes.

Queridos amigos:Os dirijo con alegría este afectuososaludo durante este encuentro orga-nizado por el Dicasterio para el Ser-vicio del Desarrollo Humano Inte-gral, junto con otras instancias de laSanta Sede, para discutir y reflexio-nar sobre los gravísimos problemasque todavía hoy afligen a las amadaspoblaciones de Siria, Irak y los paíseslimítrofes. Cada esfuerzo —grande o

p equeño— destinado a favorecer elproceso de paz es como poner un la-drillo en la construcción de una so-ciedad justa, abierta a la acogida, ydonde todos puedan encontrar unlugar para vivir en paz. Mis pensa-mientos se dirigen sobre todo a laspersonas que han tenido que dejarsus hogares para escapar de los ho-rrores de la guerra, en busca de mejo-res condiciones de vida para ellos y

sus seres queridos. En particular, re-cuerdo a los cristianos obligados aabandonar los lugares donde nacie-ron y crecieron, donde se desarrolló yenriqueció su fe. Debemos hacer quela presencia cristiana en estas tierrassiga siendo lo que siempre ha sido:un signo de paz, de progreso, de de-sarrollo y de reconciliación entre laspersonas y los pueblos.

En segundo lugar, mis pensamien-tos se dirigen a los refugiados que de-sean retornar a su país. Hago un lla-mamiento a la comunidad interna-cional para que haga el máximo es-fuerzo para facilitar este retorno, ga-rantizando las condiciones de seguri-dad y económicas necesarias para

que sea posible. Cada gesto, cada es-fuerzo en esta dirección es precioso.

Una reflexión final sobre la laborde los organismos católicos que sededican a la ayuda humanitaria.

Un pensamiento de aliento paratodos vosotros que, siguiendo elejemplo del Buen Samaritano, traba-jáis sin reservas para acoger, atendery acompañar a los migrantes y des-plazados en estas tierras, sin distin-ción de credo o pertenencia.

Como he dicho tantas veces, laIglesia no es una ONG. Nuestra ac-ción caritativa debe estar inspiradapor y para el Evangelio. Esta ayudadebe ser un signo tangible de la cari-dad de una Iglesia local que ayuda a

otra Iglesia que sufre, a través de es-tos maravillosos medios que son losorganismos católicos de ayuda huma-nitaria y de desarrollo. ¡Una Iglesiaque ayuda a otra Iglesia!

Para concluir, quiero que sepáisque cuando os encontréis trabajandoen estos lugares, no estáis solos. Todala Iglesia se hace una, para salir al en-cuentro del hombre herido que setropezó con unos ladrones en el ca-mino de Jerusalén a Jericó. En vues-tro trabajo, os acompañará siempremi bendición, que os imparto hoy debuen grado para que este encuentrolleve en vuestros países abundantesfrutos de prosperidad, desarrollo ypaz, para una nueva vida. ¡Gracias!