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¿Qué opina la gente sobre la contaminación de Santiago? Los santiaguinos creen que la contaminación atmosférica «ha aumentado» y que las aguas «están más limpias». Opinan que «se deben tomar medidas más drásticas» para mejorar la calidad del ambiente. Pero también señalan que la sola acción del gobierno no garantiza la solución del problema, porque «todos somos responsables». A continuación se entrega una selección de las opiniones vertidas por los habitantes de Santiago en la en- cuesta que realizara recientemente la Acción Ciudadana por el Medioambiente. C omo parte de la campaña Santiago ¿Cómo Vamos? 1994, realizada entre el 11 de marzo y el 8 de abril de este año, Acción Ciudadana por el Medioambiente encargó a la empresa Adimark una encuesta que incluyó a 642 personas mayores de 18 años, provenientes de distintas comunas metropolitanas. El objetivo: conocer la opinión de los santiaguinos sobre el estado del medio ambiente en la capital. El proceso y análisis de las decenas de preguntas que se formularon permiten tener una mirada de primera mano acerca de las actitudes y conductas del habitante de Santiago frente a su difícil realidad ambiental'. Las apreciaciones entregadas por este universo estadísticamente representativo, sugieren que entre los habitantes de la Región Metropolitana existe una pre- ocupación creciente por los problemas del ambiente, a la vez que se perciben a sí mismos como inevitables protagonistas de la puesta en marcha de cualquier medi- da descontaminante. Las cifras de la encuesta permiten reconocer algunos cambios experimentados en los últimos 12 meses en la percepción que los santiaguinos tienen sobre el proble- ma de la contaminación. A juicio de las personas, la contaminación se ha agravado. Sin embargo, no hacen recaer el total de la responsabilidad de su solución sobre las autoridades. Se trata —dice la gente — de una «responsabilidad compartida», frente a la cual la gente se declara dispuesta a colaborar a través de diversas medidas. El entusiasmo que manifestaron los encuestados por * Editora informativo comunal Ecomuna, Investigadora de Cipma. ** Consultor Ambiental, El Agua S.A. intervenir en el proceso de descontaminación que han iniciado las autoridades, ya sea reforzando hábitos o modificando conductas tendientes a hacerlo más efecti- vo, se concentró mayoritariamente en todas aquellas acciones que no significan esfuerzos materiales o econó- micos de su parte. Esta brecha entre un discurso de «ciudadano ambientalmente consciente» y la escasa disposición a asumir costos monetarios para vivir mejor, constituye un valioso dato para las instituciones respon- sables del diseño y activación de políticas de mejora- miento ambiental. Aumenta la contaminación atmosférica, bajan la hídrica e industrial Si se comparan las cifras entregadas por la encuesta este año con las de 1993, se pueden ver algunos cambios notables en la percepción que la ciudadanía tiene acerca de la situación de contaminación —de diversos tipos — en Santiago. En 1993, los sondeos de Adimark indicaban que uno de cada cinco santiaguinos consideraba que el problema de la contaminación atmosférica en la ciudad estaba empeorando. En 1994, cerca de un tercio responde de manera afirmativa a la misma pregunta (Figura 1). El porcentaje de quienes consideran que la situación se ha mantenido igual, subió en el mismo período de un 37,2 por ciento en abril de 1993 a un 46,2 por ciento en abril de este año. Esto significa que las personas que opinan que el problema ha mejorado han descendido a la mitad: de 42,9 por ciento en 1993 a 23,9 por ciento este año. Ambiente y Desarrollo - Junio 1994 21

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  • Qu opina la gente sobre la contaminacin de Santiago?

    Los santiaguinos creen que la contaminacin atmosfrica ha aumentado y que las aguas estn ms limpias. Opinan que se deben tomar medidas ms drsticas para

    mejorar la calidad del ambiente. Pero tambin sealan que la sola accin del gobierno no garantiza la solucin del problema, porque todos somos responsables. A continuacin se

    entrega una seleccin de las opiniones vertidas por los habitantes de Santiago en la en-cuesta que realizara recientemente la Accin Ciudadana por el Medioambiente.

    Como parte de la campaa Santiago Cmo Vamos? 1994, realizada entre el 11 de marzo y el 8 de abril de este ao, Accin Ciudadana por el Medioambiente encarg a la empresa Adimark una encuesta que incluy a 642 personas mayores de 18 aos, provenientes de distintas comunas metropolitanas. El objetivo: conocer la opinin de los santiaguinos sobre el estado del medio ambiente en la capital. El proceso y anlisis de las decenas de preguntas que se formularon permiten tener una mirada de primera mano acerca de las actitudes y conductas del habitante de Santiago frente a su difcil realidad ambiental'.

    Las apreciaciones entregadas por este universo estadsticamente representativo, sugieren que entre los habitantes de la Regin Metropolitana existe una pre-ocupacin creciente por los problemas del ambiente, a la vez que se perciben a s mismos como inevitables protagonistas de la puesta en marcha de cualquier medi-da descontaminante.

    Las cifras de la encuesta permiten reconocer algunos cambios experimentados en los ltimos 12 meses en la percepcin que los santiaguinos tienen sobre el proble-ma de la contaminacin. A juicio de las personas, la contaminacin se ha agravado. Sin embargo, no hacen recaer el total de la responsabilidad de su solucin sobre las autoridades. Se trata dice la gente de una responsabilidad compartida, frente a la cual la gente se declara dispuesta a colaborar a travs de diversas medidas.

    El entusiasmo que manifestaron los encuestados por

    * Editora informativo comunal Ecomuna, Investigadora de Cipma. ** Consultor Ambiental, El Agua S.A.

    intervenir en el proceso de descontaminacin que han iniciado las autoridades, ya sea reforzando hbitos o modificando conductas tendientes a hacerlo ms efecti-vo, se concentr mayoritariamente en todas aquellas acciones que no significan esfuerzos materiales o econ-micos de su parte. Esta brecha entre un discurso de ciudadano ambientalmente consciente y la escasa disposicin a asumir costos monetarios para vivir mejor, constituye un valioso dato para las instituciones respon-sables del diseo y activacin de polticas de mejora-miento ambiental.

    Aumenta la contaminacin atmosfrica, bajan la hdrica e industrial

    Si se comparan las cifras entregadas por la encuesta este ao con las de 1993, se pueden ver algunos cambios notables en la percepcin que la ciudadana tiene acerca de la situacin de contaminacin de diversos tipos en Santiago.

    En 1993, los sondeos de Adimark indicaban que uno de cada cinco santiaguinos consideraba que el problema de la contaminacin atmosfrica en la ciudad estaba empeorando. En 1994, cerca de un tercio responde de manera afirmativa a la misma pregunta (Figura 1). El porcentaje de quienes consideran que la situacin se ha mantenido igual, subi en el mismo perodo de un 37,2 por ciento en abril de 1993 a un 46,2 por ciento en abril de este ao. Esto significa que las personas que opinan que el problema ha mejorado han descendido a la mitad: de 42,9 por ciento en 1993 a 23,9 por ciento este ao.

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  • Otra diferencia entre los resultados de 1993 y los de 1994 se refiere a la percepcin de la poblacin acerca de determinados problemas especficos. El nmero de per-sonas que opina que la contaminacin atmosfrica y la congestin vehicular son los problemas ambientales ms serios que enfrenta Santiago, aument notablemente en los ltimos 12 meses (Cuadro 1). En contraste, disminu-y la percepcin de la importancia de la contaminacin de aguas servidas. Aunque este tema contina entre los tres principales problemas mencionados por la gente, baj del segundo al tercer lugar, con un porcentaje significativamente bajo de menciones. Este cambio po-dra reflejar el reconocimiento pblico de algunos avan-ces realizados el ao pasado en materia de aguas servi-das, tales como la construccin del colector en el Zanjn

    Resumen La contaminacin en la ciudad de Santiago es un problema que cobra creciente relevancia en las vidas de todos sus habitantes. En la campaa Santiago Cmo Vamos? 1994, organizada por Accin Ciudadana por el Medioambiente, Adimark realiz una encuesta a 642 santiaguinos para medir la opinin pblica sobre el problema. Una mirada a sus resultados sugiere que los habitantes de la capital estn cada vez ms preocupados por el empeoramiento de las condiciones la contaminacin y que exigen respuestas de las autoridades responsables de la descontaminacin, incluso prefiriendo medidas drsticas. Sin embargo, esta disposicin favorable pareciera estar condicionada a colaborar en aquellas tareas conducentes a la descontaminacin que no involucren costos materiales.

    Abstract Air pollution in Santiago is a problem which is claiming increasing relevance in the lives of the city's residents. As part of the campaign Santiago Cmo Vamos? 1994 organized by the group Citizen Action for the Environment, 642 residents of Santiago participated in a survey designed to measure public opinion on this issue. A preliminary review of the results indicates that concern for the worsening environmental conditions among the inhabitants of Chile's capital is steadily rising. According to their responses, santiaguinos are increasingly demanding that the responsible authorities should take action for pollution alleviation, favoring drastic measures to solve the problem. This expression of participation in strong measures, however, is somewhat inconsistent, in that the respondents appear to be far more willing to collaborate in those solutions which do not involve direct material or economic costs.

    de la Aguada y de la planta de tratamiento de aguas servidas de EMOS en la comuna de Maip, ambas obras inauguradas el ao pasado.

    La contaminacin generada por el sector industrial es otro de los problemas cuya importancia, segn la encuesta, ha descendido en la estimacin pblica. Mien-tras en 1993 fue anotada como el principal problema de Santiago por un 27,5 por ciento de los encuestados, este ao slo un 18,5 por ciento lo ubic como el problema de mayor relevancia. Esta baja puede deberse, por una parte, a que algunas industrias han iniciado procesos de descontaminacin de sus actividades productivas, hecho que ha tenido una cobertura importante en los medios de comunicacin. Por otra parte, tambin se han difundido masivamente las labores de inspeccin y fisca-lizacin realizadas por el Servicio de Salud Metropolita-no del Ambiente y de otros organismos. Entonces, una interpretacin posible de la percepcin de que la conta-minacin industrial ha bajado sera que la ciudadana est ms informada y reconoce los esfuerzos realizados en iniciativas descontaminantes.

    Otro hecho sugerente es que los entrevistados ubican como el cuarto problema ambiental de mayor relevancia (Cuadro 1) a la estrechez y falta de vivienda para los pobres. Esto podra reflejar que la opinin pblica percibe, en general, que la calidad ambiental va ligada a un adecuado nivel de vida, y que esto sera un factor crtico para los sectores ms pobres de la poblacin.

    Cuenten conmigo..., pero no me hagan pagar

    A juicio de los encuestados, las medidas de descontaminacin tomadas por el gobierno debieran ser ms severas que las adoptadas hasta ahora. Un 55,5 por

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  • ciento de las personas consultadas respondi que se requieren iniciativas ms drsticas (Cuadro 2). El conjunto de opiniones sobre este punto tanto las que abogan por medidas drsticas como las que favorecen medidas moderadas sugiere que el gobierno debe intervenir en la descontaminacin. Slo un 1,2 por ciento opina lo contrario.

    Cuando se consulta sobre el principal responsable del avance de la descontaminacin (Cuadro 3), el go-bierno figura en segundo lugar, mencionado por un 21 por ciento de los entrevistados, en tanto que la

    mayora un 55,2 por ciento asigna este rol a todos los santiaguinos. De acuerdo con esta respuesta, los habitantes de Santiago se ven a s mismos como los principales responsables e impulsores de las acciones destinadas al avance de la descontaminacin.

    Una de las observaciones ms interesantes se aprecia al comparar esta notable auto asignacin de responsa-bilidad con las respuestas que se refieren al compromiso de los entrevistados con diferentes medidas descontaminantes especficas (Cuadros 4 y 5). En stas ltimas, el grado de voluntad para colaborar es notable-

    Recuadro 1

    Comentando la encuesta sobre la contaminacin de Santiago

    Antes de analizar la encuesta que Accin Ciudadana por el Medioambiente encarg a Adimark, es conve-niente primero repasar los objetivos del programa Santiago, Cmo Vamos?. Ellos son fundamental-mente dos: introducir el concepto de proceso en la so-lucin de la contaminacin y compartir la responsabili-dad entre todos los actores.

    Desde este punto de vista, la encuesta muestra resul-tados positivos. El 75 por ciento de la poblacin cree que para que se solucione el problema de la contaminacin de Santiago se requieren ms de 3 aos (Cuadro 8), y el 55 por ciento estima que el principal responsable de la contaminacin es la propia ciudadana (Cuadro 4).

    Sin embargo, la encuesta muestra un alto grado de pesimismo frente a la magnitud del problema. Posible-mente el hecho de que el crecimiento del parque automo-

    triz de la Regin Metropolitana se haya comido el efecto de la restriccin, genera un cierto escepticismo frente al xito de las medidas.

    Por otra parte, el pblico percibe que las grandes decisiones aqullas que significan ciruga mayor no se estn tomando. An no existe un gobierno metro-politano central que regule el crecimiento de la ciudad, que ordene el sistema de transporte, que promueva una inversin planificada en infraestructura. Las seales de alcaldes que luchan individualmente por instalar esta-cionamientos subterrneos o tarificaciones viales en sus comunas, son percibidas como seales de total desorga-nizacin e ineficacia.

    La ciudadana tambin reclama una campaa educa-tiva que promueva las conductas que contribuyen a la solucin de los problemas ambientales. Esta iniciativa deber contemplar valores, conocimientos y habilida-des, y abarcar a todos los segmentos de la poblacin.

    Ximena Abogabir, Directora de Accin Ciudadana por el Medioambiente

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  • mente menor en aquellas iniciativas que implican pagar un costo directo por descontaminar. Medidas como cobrar peaje a los automviles para ingresar a ciertas reas, elevar los costos de patentes de autos, subir el precio de la bencina y cancelar una tarifa para el tratamiento de aguas servidas resultan poco atractivas a los encuestados, siendo todas ellas alternativas que implican cancelar algn costo monetario.

    El Cuadro 5 refuerza este contraste, puesto que las acciones preferidas para descontaminar no corresponden a aquellas que ms descontaminan. Por ejemplo, el pagar peaje para ingresar aciertas arterias de alto trfico vehicular y el cancelar una tarifa mayor en la cuenta del agua potable para financiar el tratamiento de las aguas servi-das, son dos medidas que afectaran directamente a los ncleos de la contaminacin en Santiago. Sin embargo, estas opciones no son populares entre los entrevistados, quienes prefieren colaborar con medidas ms blandas,

    como humedecer las veredas antes de barrer, no prender chimeneas y otras similares.

    Puesto que las medidas con mayor apoyo no son las de carcter estructural, sino aqullas ms bien comple-mentarias, pareciera que la voluntad por descontaminar an no se identifica con la necesidad de realizar sacrifi-cios materiales para ello.

    En el proceso de toma de conciencia de los proble-mas ambientales, se observa que la ciudadana de nuestra

    capital tiene percepciones diferentes, en lo que respecta a la relacin entre conductas de consumo y descontaminacin. Esta apreciacin se grafca en el Cuadro 6, el cual presenta una estratificacin social de respuestas frente a una pregunta sobre la eleccin de tipos de envases. En el nivel socio-econmico bajo, el 50 por ciento de los encuestados responde que no han pen-sado en las consecuencias para el medio ambiente que puede tener su eleccin de tipo de envase. En cambio, el 38 por ciento de los encuestados del sector alto responde que generalmente toma en cuenta esta relacin. De acuerdo a dichos resultados, la correspondencia entre los niveles socio-culturales y el conocimiento del efecto

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  • ambiental del tipo de envase elegido, apunta al acceso y comprensin diferidos que tienen los estratos sociales a informacin que relaciona preservacin del medio am-biente y hbitos de consumo.

    Santiago, hacia dnde vamos? Si bien los datos que proporciona la encuesta dan

    ciertas pistas respecto de la opinin que tiene la ciudada-na en Santiago sobre el problema de la contaminacin, en ningn caso constituye el nico instrumento para valorar, diagnosticar e instrumentalizar las iniciativas y acciones para descontaminar.

    S se puede afirmar, en cambio, que las preferencias de opiniones son coincidentes con las tendencias expre-

    sadas al respecto por diversos grupos y coordinaciones ambientalistas. La percepcin del empeoramiento de la contaminacin es un fenmeno que merece un comentario. Es indudable que las autoridades guberna-mentales han incrementado los esfuerzos destinados a combatir este problema. Sin embargo, la ciudadana difiere segn la encuesta de los balances halage-os que han realizado las municipalidades y organismos competentes en esta materia.

    Se puede formular distintas hiptesis para explicar esta apreciacin. Una de ellas sera que se ha comenzado a desarrollar una cultura cvica ambiental y, por lo tanto, cada vez existen mayores grados de conciencia sobre el problema. Otra hiptesis es que las medidas de descontaminacin se ven superadas por los avances en los niveles de contaminacin.

    La percepcin que tiene la ciudadana acerca de cmo colaborar en los planes de descontaminacin es un dato importante para las autoridades. La muy baja prefe-rencia otorgada a las medidas duras eso es. aqullas que obligan a un desembolso econmico indica de alguna forma que debiera existir mayor infor-macin sobre las consecuencias positivas que conlleva este tipo de iniciativas. Aclarar al pblico esta relacin representa un aspecto clave para la eficiencia y compren-sin de las iniciativas descontaminantes a futuro.

    La formacin de hbitos y difusin del conocimiento

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  • Recuadro 2

    Los instrumentos de la campaa

    La encuesta Adimark, comentada en este artculo, fue uno de cinco instrumentos utilizados en la campaa Santiago, Cmo Vamos? 1994. stos fueron los siguientes:

    - Encuesta pblica. Fue realizada por una em-presa especializada (Adimark) para medir la opinin pblica sobre los avances del proceso de descontaminacin y el grado de compromiso de la ciudadana con las medidas actuales y futuras. Paralelamente, en los meses de febrero y marzo, una versin reducida de la encuesta se public en la prensa escrita, posibilitando la participacin de un amplio sector de los habitantes de la Regin Metro-politana.

    - Auditora ambiental. Se llev a cabo con la colaboracin de 375 colegios y liceos metropolita-nos durante los meses de marzo y abril, a fin de medir las actitudes cotidianas de los integrantes de los hogares santiaguinos. A travs de sesenta monitores universitarios, se logr motivar a un total de 300 mil alumnos de enseanza media, a sus profesores y familiares.

    - Catastro de organizaciones sociales. Este trabajo estuvo orientado a identificar y verificar aquellas organizaciones sociales que hayan realiza-do actividades ambientales previas o que han mani-festado inters de participar en ellas. Se confeccion una base de datos con las 133 organizaciones identi-ficadas, la cual ser actualizada permanentemente.

    -Participacin de Regiones. El 21 de abril se efectu una jornada para compartir la experiencia lograda en los casi cuatro aos de funcionamiento de Accin Ciudadana por el Medioambiente. Participa-ron en esta jornada 16 representantes de organizacio-nes sociales de las Regiones IV, V, VI, VIII, y X.

    - Encuentro. La campaa culmin con una jor-nada de diez horas real izada el viernes 22 de abril, en que intervinieron representantes de los sectores pblico, privado y ciudadano. En esta jornada se dio a conocer el resultado de la encuesta ciudadana, se realiz una evaluacin por cada sector involucrado, se hizo un balance de los acuerdos multisectoriales orientados hacia la descontaminacin y se presenta-ron nuevas iniciativas de accin intersectorial.

    acerca de los principales factores que ocasionan la situa-cin de crisis ambiental de la Regin Metropolitana, as como el abrir canales para la participacin de la ciuda-dana, constituyen tareas inmediatas y de carcter permanente que las autoridades debieran impulsar.

    El diagnstico ciudadano que entrega la encuesta comentada coincide, en varios temas, con los plantea-mientos que han venido realizando diversas organizacio-nes sociales y medio ambientalistas en relacin al problema de la contaminacin en la Regin Metropolita-na. Se comparte la idea, por ejemplo, de la necesidad de reformular o generar nuevos planes de desconta-minacin, dado que los actualmente en marcha han evidenciado su insuficiencia.

    Por otra parte, es importante sealar que los compro-misos declarados por la ciudadana pueden potenciarse y convertirse en piezas maestras de la descontaminacin, si los planes que se considere necesario reformular incorporan mecanismos participativos y de difusin y educacin ambiental.

    Entre los logros principales de la campaa Santiago Cmo Vamos? est justamente la concertacin social que sus tres campaas han originado para activar el proceso de descontaminacin. Ella ha permitido, adems de sondear la opinin pblica, que miles y miles de capitalinos se comprometan formalmente con la descontaminacin de su ciudad. Esta forma de participa-cin social y ciudadana sobre un tema que concita fuerte apoyo es un fenmeno sociolgico singular en Chile, que merece ser observado en esta etapa de democratizacin del pas.

    Nota 1 Esta medicin de la percepcin que tiene la gente sobre los problemas ambientales de la ciudad, fue impulsada por Accin Ciudadana por el Medioambiente, entidad que agrupa a 42 organizaciones que incluyen, entre otras, a ONGs, organizacio-nes comunitarias y federaciones estudiantiles. La encuesta efectuada en 1994 forma parte de una campaa que ya lleva tres aos y su objetivo principal es dar la palabra a los propios ciudadanos para que emitan su veredicto respecto de la gestin ambiental de las autoridades.

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