ESTILO Y ARTE VERBUM DEI En el Verbum Dei y en su entorno oímos muchas veces emplear la palabra “Arte Verbum Dei”, aplicado a muchas cosas que se producen, fruto de los carismas personales dentro de la Familia Misionera. Pero en realidad, más que “Arte Verbum Dei”, deberíamos decir, porque así fue en su origen, “Estilo Verbum Dei”. Un estilo que en estos 50 años se ha ido aplicando en nuestras casas, en nuestras capillas y en nuestra forma de vivir.

Y es que nuestro “Estilo o Arte” no nace ni se apoya en etapas históricas o sociales. Lo que concebimos como ”Estilo y Arte Verbum Dei” no quedará en la historia de la humanidad marcando época. La razón está en que, éste partió y sigue partiendo de una visión evangélica de la vida, de un mensaje que se quiere transmitir, fundamentalmente, a través del carisma de la palabra, favorecida por los carismas personales que apoyan la misión.

Luego nuestro “Estilo” nace de una concepción de la vida de fe. Ha sido fruto de mirar el Evangelio, orarlo, llevarlo a la contemplación y a la vida, anunciándolo al mundo. Así, todo nuestro “Estilo y Arte” tiene una única dirección: Enriquecer y fortalecer la fe del creyente. Buscar que en nuestras casas, las cosas materiales no distraigan la fuerza del mensaje evangélico.

Cuando en la Familia Misionera Verbum Dei ha salido a la luz algo válido para la sociedad humana o la sociedad de fe, puedo asegurar que, ahí detrás, no sólo ha existido un trabajo de investigación, elaboración, creación o ingenio. Fundamentalmente ha sido fruto de una profundización, una contemplación que se convierte en experiencia, vivencia y convicción, de donde nace la fuerza para anunciarlo, para comunicarlo, crearlo. Por eso, todo lo que entra en el proceso de ser creación personal, es fruto de unas vivencias de fe que pueden acabar cristalizando en formas artísticas, musicales, prosaicas, poéticas o simplemente estéticas pero, siempre, desde ese fundamento de fe.

Diría pues que para el Verbum Dei, el arte, durante estos 50 años, ha servido y sirve para favorecer la sensibilización del ser humano en su experiencia de fe personal. No es pues un estilo, ni un arte, que lo enfoquemos al triunfo de la persona que posee ese carisma. Es un servicio a la humanidad y al carisma de la Predicación de la Palabra de Dios. En el Verbum Dei “el Estilo y el Arte “ nunca han intentado ser más proféticos que la Palabra predicada, pero sí que la ha iluminado y acompañado en su fuerza evangelizadora.

¿Cómo llegamos las misioneras a esta concepción de vida?. El primer curso de formación del Verbum Dei fue un curso de misioneras. Allí estaba ya el inicio de lo que lo que hoy es la “ Familia Misionera Verbum Dei.” Dicho curso se realizó en el Santuario de Santa Lucía, el cual pertenece al pueblo de Mancor del Valle (Mallorca). En este pueblo Jaime Bonet se había estrenado como párroco, después de su ordenación sacerdotal.

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Durante nuestra estancia en el Santuario recibíamos visitas de nuestros padres y familiares, de nuestros amigos, de personas que procedían de las parroquias de los pueblos de Mallorca. Al vernos, se sorprendían de que tanta gente, todavía muy joven, manifestara alegría en esa “Casona” destartalada , como era el Santuario el año 1965, Santuario que nada tiene que ver con su realidad actual. Esto les llamaba la atención y provocábamos en ellos interrogantes.

Sin mucha conciencia de la repercusión que podían tener nuestras vidas y nuestras vivencias en las personas que nos visitaban, fue calando esa realidad en nosotros. Lo cierto es que fuimos descubriendo el valor de la sencillez evangélica. Tomamos conciencia de que podíamos acompañar nuestra predicación con una vida vivida en pobreza y sencillez, y que ésta, podía combinarse totalmente con la belleza y la armonía. El tiempo nos demostró que esa sencillez acogedora era agradable para el mundo, y era a la vez, el anuncio a los hombres, de que se puede ser feliz con poco. Queríamos presentar un hogar sencillo y acogedor, donde toda persona podía tener acogida y sentirse bien.

MISIONERAS TRABAJANDO EN LA REPARACIÓN DEL SANTUARIO DE SANTA LUCIA

Así empezó la costumbre de reciclar las cosas. De sacar provecho de lo que parecía inútil, de reconvertir. Unos cajones de madera, forrados con tela y un cojín encima, servían para sentarse en las salitas. Un tronco vacío, sembrado, daba armonía al patio. Una simple campana puesta en una columna del claustro, pero en un lugar muy pensado bajo la mirada evangélica y apostólica, invitaba a la oración.

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Nos parábamos a contemplar cómo armonizaban tantas cosas distintas puestas en su lugar, y al tiempo que contemplábamos nuestros primeros trabajos, a favor de esta idea: pobreza acogedora, se fortalecía la convicción de que, ése, era el camino real que mejor acompañaría nuestra misión: Hogares muy sencillos, muy limpios, muy pobres, pero muy acogedores donde, cuando mirasen nuestro entorno, sólo pudieran decir: No hay nada extraordinario en los muebles, ni en las paredes, pero es muy agradable y se está muy bien. Eran pequeños descubrimientos de los que no podíamos valorar su trascendencia. Hoy hemos creado, sin querer, lo que llamamos “Estilo Verbum Dei”, estilo que debe seguir siendo pobre, pero armonioso.

Todo lo que hemos vivido en nuestros primeros 50 años se ha mantenido en esta línea de sencillez armoniosa, simple y sencilla, y se ha ido aplicando en todos los momentos y decisiones de nuestra vida.

Así, un día Jaime Bonet me pidió que le dibujara algo para crear un sello que identificara nuestros documentos, tanto para la Iglesia como para el Estado. Jaime me dijo que quería poner nuestro lema: “Nos dedicaremos a la Oración y al Ministerio de la Palabra “ ( Hch. 6,4), además de una Biblia y un Cristo.

Juntándome con algunas misioneras elaboramos el sello con sencillez: Un circulo, símbolo de la perfección; un anuncio: “Nos dedicaremos a la oración y el ministerio de la Palabra” y, dentro de éste, un libro abierto con las letras del Alfa y del Omega. Sobre todos esos elementos, la Cruz de Cristo. Así, sencillamente nació el primer sello del Verbum Dei, que persiste hasta ahora.

También las letras que conocemos ahora como “Letras Verbum Dei” tuvieron un proceso simple. Con la idea de poner mensajes escritos en las paredes, y al no tener muestrarios de letras, se nos ocurrió emplear nuestra letra personal, aumentándola por algunas partes para darle realce, y pasarla después a medidas más grandes. Tomada una decisión sobre la que nos pareció mejor, la empezamos a emplear para los carteles. Al repetirse siempre el mismo estilo de letra, acabó por ser adoptada por todo el Verbum Dei como la letra que hoy nos identifica.

Durante el primer Curso de Formación del Verbum Dei(1965-1966), que recibimos en el Santuario de Santa Lucía, del pueblo de Mancor del Valle, tomamos la iniciativa de dedicar algún tiempo diario al arreglo de los deterioros que tenía dicho Santuario. Todas colaborábamos en algún trabajo material, donde también cabía la albañilería. Esto era tarea de todas, para la que nos presentábamos voluntarias.

Un día, Catalina Pons y yo, quitando la cal y el yeso que tapaban las piedras de las paredes del claustro, nos animábamos en el trabajo cantando. Al repetirse eso cada día, mientras duró la tarea de las fachadas, fuimos acoplando nuestras voces casi sin darnos cuenta. Ya terminando el claustro, fuimos conscientes de que habíamos formado un dúo sin quererlo. Catalina cantaba el bajo y yo el alto. Viendo que nuestras voces armonizaban, nos nació la idea de formalizar un dúo. Pero, ¿para qué? Pues por la misma directriz que nos marcaba todo: Para seguir anunciando el Evangelio de Cristo, también a través de la música y la letra. Como no teníamos compositores musicales, adoptamos las músicas de la época, creando y aplicando letra nueva a las músicas ya existentes, letra evangelizadora, de atrevido mensaje evangélico y experiencia de nuestra fe.

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CATALINA PONS Y ASUNCIÓN GOMILA

Hoy, mirando hacia atrás y pensando en aquellos orígenes, nos reímos, por el atrevimiento de nuestra ignorancia, ya que esas canciones fueron cantadas ante nuestros padres, nuestros amigos, ante el Señor Obispo Don Rafael Álvarez Lara y llevadas por Jaime Bonet, como regalo, a una comunidad de religiosas en Latinoamérica. Todo había empezado sin más. Nuestro mérito sólo estuvo en descubrir que Dios iba abriendo posibilidades evangelizadoras en nosotros. Terminado el Curso de Formación, lo que habíamos iniciado, parecía que iba a terminar, ya que salimos destinadas hacia diferentes lugares, y esa experiencia musical iba a quedarse en el olvido.

La sorpresa fue cuando, no mucho tiempo después, nos enteramos de que otras misioneras habían empezado a crear música y letra propia. Con los años fueron saliendo muchas personas en la Familia Misionera Verbum Dei, que perfeccionaron este carisma musical, el cual fue tomando altura y calidad. Eran canciones proféticas apoyadas y sacadas de la Palabra de Dios. Era la música y letra Verbum Dei que hoy conocen nuestras nuevas generaciones.

Esos orígenes, vividos sin mucha conciencia de trascendencia, han llegado hasta hoy. El “Estilo” de nuestras casas se repetía en las diferentes fundaciones, que se iban abriendo por todos los lugares del mundo. Y esta misma forma sencilla y armoniosa de entender la utilización de lo materia, acabó aplicándose a las capillas que tenemos en los cinco continentes. Estas, en sus orígenes eran muy simples, de un solo tema: Jesús Eucaristía en el centro de ellas. A un lado del Sagrario, una Virgen del Seminario de Palma de Mallorca, adoptada por nosotros para la Comunidad, y en el otro, un Crucifijo. Con esta forma sencilla para orar, pasamos nuestros primeros años de fundación.

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CAPILLA DE NUESTROS ORÍGENES

El año 1977, con la apertura de los Centros de Evangelización y el abundante despliegue de fundaciones por el mundo, nació la idea de darle a nuestras capillas un mensaje catequético, precisamente, porque ya empezaba a flojear en muchos ambientes la experiencia de fe. Entendimos que era necesario bajar las imágenes a la altura del pueblo, para que las pudieran contemplar, besar, sentarse junto a ellas. Vimos claro que el mundo creyente en el que nos desenvolvíamos, necesitaba reforzar su fe y que, al anuncio de la Palabra de Dios, acompañaba muy bien un entorno de capilla sencillo, pero a la vez, cercano y catequético.

Así empezaron nuestras “Capillas temáticas” para la evangelización. Teníamos “in mente” una pregunta: ¿Que imágenes poner en ellas, que fueran un mensaje para el mundo.

Como la ignorancia es atrevida, viviendo en Bilbao, y a pesar de que yo carecía totalmente de estudios universitarios de Bellas Artes, me atreví a empezar una virgen de un metro cuarenta de altura, puesta en el suelo, junto a un Niño Jesús de treinta y cinco centímetros. Ese principio me animó, ya que la Comunidad me apoyó la idea. Al cambiar de casa, en el traslado se rompió. Y en la nueva casa elaboré otra con las mismas dimensiones, pero sentada de frente es ”la Virgen de la escucha” que hoy está todavía en ese lugar.

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Apoyada en estas dos pequeñas experiencias me atreví a enfrentarme a la figura de medidas humanas. Para ello intenté documentarme, leer, buscar, etc. Fue el tiempo que me mandaron al Centro de Valdelobos (Portugal) para ayudarles a organizar las obras de rehabilitación de dicho Centro. Entre ellas estaba la construcción de una capilla.

VIRGEN DEL MAGNIFICAT CRISTO MUERTO Y RESUCITADO

Con Ventura Adrover al frente de la Comunidad de Lisboa (Portugal), me fue fácil porque se fio de mí. Las imágenes que realicé de tamaño natural, eran dos: Cristo muerto y resucitado y la Virgen del Magníficat. Esta fue la capilla pionera de todas las que se han ido haciendo en diferentes lugares del mundo.

Aunque nunca había estudiado arte, esa experiencia me dio coraje para seguir. Tuve el regalo de conocer personas de Bellas Artes que, gratuitamente, se unieron a mi proyecto y aportaron, desde sus conocimientos todo cuanto tenían y sabían. Con ellas aprendí mucho para irme afianzando en el trabajo de escultura. Nos organizamos como grupo para trabajar, metiendo mente, espíritu y fuerzas en ello. Al ser el grupo de la Facultad de Bellas Artes de Valencia, la mayoría de imágenes creadas con ellos fueron para el Centro Misionero de Siete Aguas.

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ANA BELEN VIDAL, ASUNCION GOMILA Y ROSA DOLORES GINER

Hay que decir que, al frente del grupo, tuvimos a Rosa Dolores Giner, profesora en Artes y Oficios. Ella nos enseñó a todos, algo muy importante: A contemplar primero, profundamente, la historia que luego queríamos contar al mundo. Como la escultura era escultura religiosa, mensaje de fe, la base de la contemplación era la Palabra de Dios. Rosa marcaba el ritmo que teníamos que seguir y nos hacía tomar conciencia de que estábamos haciendo “algo serio”. A ese grupo de trabajo a favor del Verbum Dei, aunque variaban las personas en la colaboración, según sus posibilidades y tiempo, lo titulamos “Equipo de Arte Verbum Dei”

Las imágenes que elaborábamos en tamaño natural, las trabajábamos en el lugar donde iban a estar, para acertar más en su expresividad. Y colocadas en el suelo, al alcance de todos.

Siguiendo el criterio de la sencillez, la pobreza y la armonía por la que habíamos optado, dichas imágenes nunca se elaboraron con materiales nobles, sino con escayolas normales o duras, (escayolas de dentista) trabajadas de diferentes maneras, rústicas o pulidas

Teníamos que decidir el color. Uno sólo o varios. La opción fue clara: seguimos la línea directriz que nos había llevado hasta ese momento. Se fueron pintando en colores arcillosos, cálidos, como símbolo de nuestro barro .

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IMÁGENES PARA EL EXTERIOR DEL CENTRO DE LOECHES ( MADRID )

Equipo de Arte Verbum Dei trabajando en el Cristo de la Montaña, de Loeches (Madrid)

Lirios Doménech y María Mestre modelando la Virgen de la Misericordia para la montaña de Loeches (Madrid)

VIRGEN DE LA MISERICORDIA

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Hoy, a través de nuestras capillas, os podemos decir con San Juan: “Lo que hemos oído, lo que hemos visto, lo que contemplamos y tocaron nuestras manos acerca de la Palabra de vida, os lo anunciamos para que estéis en

comunión con nosotros.” (1 Jn. 1,1-3)

Y es que, a través de las esculturas y de nuestras capillas, queremos expresar la fe y acercar la imagen religiosa al mundo de hoy. Esa es la razón por la cual todas las figuras que elaboramos para las capillas del Verbum Dei, tienen medidas humanas: “pisan suelo”. Así las podemos sentir cercanas, tocarlas, entrar en diálogo con ellas y descubrir lo que

personalmente nos comunican.

Todas las interpretaciones se han ido realizando siempre a la luz de la Palabra de Dios, orada y dialogada personalmente y en grupo. Palabra que nos ha iluminado y entusiasmado en el proceso vivo de convertirlo en formas. Nuestra intención ha sido

siempre que éstas logren ser para todos los hombres comunicación del Evangelio.

Nuestra alegría es que las esculturas ya no han quedado sólo ancladas en el ambiente comunitario del Verbum Dei. Han salido de nuestra comunidad y han iluminado espacios de la Iglesia. Algunos párrocos ya han acogido

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nuestra forma de concebir la religiosidad y han situado sus imágenes más cerca del pueblo, donde el creyente pase del “adorarlas”, “venerarlas”, a dialogar con ellas, reforzando su experiencia de fe. También religiosas de dos conventos de vida contemplativa en Mallorca, nos pidieron que les ayudásemos a dar más espiritualidad y sencillez a sus iglesias y capillas, lo que hicimos con mucho gusto y cariño, ya que las están utilizando con gran éxito apostólico .

OBRAS VERBUM DEI PARA LA IGLESIA

El año 2009, el Patrimonio artístico del Obispado de Mallorca, me pidió la elaboración de una Virgen del Carmen, de un metro ochenta y con un Niño Jesús de unos siete años. No querían una pieza clásica, sino modernizada. Era para la Parroquia del Carmen, del pueblo de Cala Ratjada. El Párroco, Don Miguel Mulet, vino a hablar conmigo. En la entrevista le pedí que, antes de que yo hiciera un boceto, me mandara un escrito sobre lo que, a través de esa imagen, quería expresar al pueblo. Don Miguel me mandó el escrito, basado en la conversación que habíamos tenido : Quería un Niño Jesús con capacidad de relacionarse, por eso pedía que tuviera unos siete años. Su intención era quitar a los fieles la costumbre de “pegarse” al escapulario de la Virgen, como si éste fuera realmente quien les diera la salvación. Él decía: “ La salvación es Jesús, y eso es lo que deben entender los fieles”. De ahí nació la Virgen del Carmen nueva, que hoy preside dicha Parroquia.

A la bendición asistió el Sr. Obispo de Mallorca, Don Jesús Murgui. En el altar mayor, junto a él, más de cincuenta niños a punto hacer la primera comunión, se convertían, públicamente, en los amigos y protectores de la Virgen del Carmen (La anterior imagen había sido salvajemente destrozada)

Durante toda la Eucaristía y la bendición de la Virgen del Carmen, dos cintas azules, salidas del pie de la escultura, eran sostenidas por los niños que rodeaban todo el altar mayor, junto al Señor Obispo. Esa ceremonia tan entrañable, junto a una imagen realizada con formas humanas, cercanas y con un Niño Jesús, de la edad de todos aquellos pequeños, me lleva a creer que, ese evento, dejó en ellos una hermosa huella de fe. Contactando algunas veces con el Párroco de Cala Ratjada, nos ha comunicado que el pueblo cada día quiere más a nuestra Virgen del Carmen.

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Escribimos todo esto para celebrar el gozo que nos proporciona experimentar que, el pensamiento que nos ha llevado a crear capillas sencillas y cercanas, con imágenes asequibles, no ha quedado encerrado en nuestro entorno sino que, esta manera de concebirlas, ha abierto fronteras en la Iglesia y sólo Dios sabe, hasta donde llegará esa visión de fe que nos ha sido regalada.

También en Valencia, el Vicario Episcopal de la zona de Siete Aguas, Don José Vicente, junto con el Párroco del Puerto de Sagunto , Don Engracio Bataller, nos encargó una Sagrada Familia de tamaño natural. La Parroquia, llamada de ”Jesús Obrero”, acababa de ser construida. Era un recinto muy grande y luminoso.

En honor al nombre de Jesús obrero, el Vicario Episcopal quiso que en la Familia de Nazareth, Jesús fuera un adolescente de unos dieciséis años.y apareciera en el grupo escultórico dialogando con su madre, María de Nazaret, en el taller de su padre José. En la escultura Jesús permanece sentado en el suelo, frente a la Virgen.

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SAGRADA FAMILIA DE LA PARROQUIA “JESUS OBRERO” (PUERTO DE SAGUNTO)

Esta escena, ubicada en un lateral muy visible de la Iglesia, es la primera imagen que se ve al entrar en el recinto, Situada en el suelo, provoca que el creyente se acerque a verla. Hoy sabemos que está ayudando mucho a integrar la fe en los hogares del pueblo, y se están dando grandes frutos de evangelización. El párroco me pidió que las figuras aparecieran en un taller real, donde hubiera un banquito para sentarse, aquel que quisiera acercase a ellos. Por allí han ido pasando recién casados, niños de comunión y recién bautizados. Una Iglesia donde ha crecido su actividad de fe, no sólo por las imágenes, sino también por el carisma evangelizador y cercano del párroco que la dirige.

MURAL AL OLEO -EN PROCESO- REALIZADO POR LIRIOS DOMENECH PARA LA PARROQUIA DE JESÚS OBRERO ( PUERTO DE SAGUNTO ), ANTES DE INICIAR SU PRIMER CURSO DE FORMACIÓN 2012-2013 EN LA FRATERNIDAD MISIONERA VERBUM DEI .

En esta Iglesia de Jesús Obrero queda todavía pendiente, para el altar mayor, un gran retablo en óleo, de diez metros de ancho por siete metros y medio de alto que pinta Lirios Doménech en el Centro Misionero de Siete Aguas. Ella nos explica el contenido del retablo:

“La idea del retablo surgió a raíz de que el párroco, Don Engracio Bataller dijera que quería la representación de Cristo resucitado para el altar mayor. A partir de ahí se fue desarrollando el proyecto a base de bocetos y pruebas que iban poco a poco plasmando lo que hoy es la composición final. La intención de esta obra monumental es la de representar a Cristo Resucitado cercano al mundo actual: Dios con nosotros.

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BOCETO DE LA OBRA DEL RESUCITADO

La figura central de la obra es Jesucristo. El Corazón del señor se sitúa en el centro justo del retablo, recordando el momento en el que Jesús dice: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn. 14, 1-7).

La inspiración de este proyecto pictórico se basa en el pasaje de Juan 21, 1- 14, en el que el Señor se aparece a sus discípulos a orillas del mar Tiberiades, donde Juan le reconoce y le dice a Pedro: “es el Señor".

Mas tarde Jesús dice: “venid y comed”. A los pies de Cristo están representados cinco panes y dos peces, recordando el momento del capítulo sexto del Evangelio de Juan, donde se habla del signo de la multiplicación de los panes y los peces, obrada por Jesús, y en el sermón del Pan de Vida, que le siguió como promesa de la Eucaristía.

El Señor Resucitado es quien reúne a la comunidad de los creyentes, parte y les reparte el Pan de Vida. La plasmación del Cuerpo Espiritual del Resucitado, se inspira en el pasaje de la Transfiguración, en el que va vestido de luz blanca, resplandeciente. Él es “el foco de luz” en la obra, las personas que están alrededor de Jesús reciben su luz. En el costado, en las manos y en los pies muestra las llagas del Crucificado. Cristo se sitúa en la arena, junto a los creyentes que están en torno a El, los más cercanos, los niños.

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El resto de personas están representadas en actitud oración; algunos son sorprendidos por Cristo mientras trabajan, otros están en actitud de espera y otros vienen de lejos. Todos se dirigen hacia el Buen Pastor.

En el retablo están representadas personas de distinto sexo, raza, edad y condición, para resltar la universalidad de la Iglesia y su misión universal.

La última imagen que hemos elaborado para la Parroquia de un pintoresco pueblo valenciano, cerca de Ademuz, llamado ”Casas Altas”, es la de una Virgen orante. El sacerdote, un joven inquieto en la fe, la pidió para colocarla ante el Sagrario, en una capilla muy pequeña, pero muy acogedora. La Virgen está algo girada hacia el Sagrario. Es “la Virgen orante” que,

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trabajada sin perder de vista la naturalidad de la figura humana, queda totalmente integrada con los fieles que rezan, como una más, pero marcando nuestra vida de fe.

Es esperanzador ver como al realizar las imágenes con más cercanía hacia el creyente, se va cambiando, aunque lentamente, la manera de relacionarnos con la escultura o pintura religiosa. Es el poder pasar del venerarlos, adorarlos, ponerles flores y velas, de verlos arriba, en la lejanía, al “saber estar” junto a ellos, preguntarles, interrogarles, desentrañar lo que nos quieren decir, para poder vivir la vida de Dios en nosotros y crear vida fraterna con los hombres.

VIRGEN ORANTE (CASAS ALTAS-VALENCIA)

Con todo lo dicho sobre el “Arte y estilo Verbum Dei”, hoy vemos acercarse al Poblado (Centro Verbum Dei de Siete Aguas) no sólo grupos que vienen a una experiencia de fe, sino también , personas que se acercan a ver nuestra forma de entender la vida del evangelio, la organización de nuestras capillas y el mensaje de nuestras imágenes, para aquellos que quieran contemplarlas , vivirlas y comprometerse más profundamente en su fe y su vida.

Como son muchas las imágenes que se han llegado a elaborar para nuestras capillas, se hace imposible describirlas a todas, por lo que sólo nos limitaremos a explicar algo del ambiente que vivimos el Equipo de Arte, para la creación de la imagen de la Trinidad.

PLANTEAMIENTO DEL PROYECTO DE LA IMAGEN DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

Al pensar en la creación de la imagen de la Santísima Trinidad, quisimos que el núcleo central de toda ella, fuera mostrar la unidad amorosa de las tres Personas Trinitarias. Para proyectar esa imagen, invitamos a participar a un grupo de Bellas Artes, creando entre todos una dinámica sobre lo que era la unidad y el amor.

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Entre los presentes, no todos tenían fe. De esa reunión, lo grande fue descubrir en los diálogos y las aportaciones a favor de la forma definitiva, cómo cada hombre, con fe o sin fe, tiene en sí mismo un ansia de amor sincero, de deseo de unidad, de justicia y de paz. Unas huellas de Dios, grabadas en el hombre, aunque desconocidas y por eso no saboreadas.

Era precioso descubrir cómo alrededor de esa escultura, estaban todos los hijos de Dios, los más variados, pero “ los igual amados”.

Por fin dimos forma a la idea. El lugar donde tenía que trabajarse era en la capilla del Centro Misionero de Loeches (hoy, capilla de la Trinidad). No todos podían desplazarse a trabajar en ella, pues tenían que viajar a Madrid, donde está ubicado el pueblo de Loeches, nombre del cual participa el Centro Misionero Verbum Dei. Fuimos un equipo de cinco personas, ya que la pieza iba a medir más de tres metros de altura, y era trabajosa.

En esa labor de elaboración artística pudimos experimentar, los que trabajamos en ella, la riqueza del “hacer común “ como servicio a los demás, y no como realización personal y humana. Durante el trabajo nadie reclamaba ningún espacio en exclusiva para él. Era un ir “todos a todo”, vigilando todos, poniendo cada uno todo lo que podía de sí mismo, para que la imagen lograra ser lo que habíamos soñado. Y esa comunión por dar vida a una imagen, - que luego ha resultado novedosa para la Iglesia, como representación de la Santísima Trinidad, - nos hizo vivir la experiencia del amor fraterno, gratuito, trinitario, que estábamos intentando expresar.

Por eso, cuando hoy miramos la imagen, después de mucho años, casi veinticinco, no podemos dejar de recordar cómo esa creación nos sirvió para afianzar el valor de la comunión en el amor. Toda la estructura de la imagen Trinitaria tiene una gran lectura. Ante ella hay que preguntarse por qué hicimos aparecer o desaparecer elementos escultóricos. ¿Qué mensaje queríamos dar? ¿Por qué el Cristo toca suelo?. La imagen de Cristo, ¿está muerto o vivo? ¿Por qué?

Lo más importante para que una imagen no quede limitada a una sola lectura y ahí se muera petrificada, es no explicar, sino facilitar al que contempla la imagen, que encuentre para sí mismo el mensaje que ésta le sugiere. Entonces podremos decirle: “ Si, eso que has descubierto por ti mismo al contemplarla, ese es el mensaje para ti”. Porque la luz de Dios al hombre no está encajonada , y si las esculturas están hechas para acompañar la fe del creyente, explicarlas, sería dar muerte al mensaje que contienen. El lector y aquellos que observéis nuestras imágenes, disculpadnos por dejaros un campo abierto en el que no queremos intervenir.

VIA CRUCIS REALIZADO POR LIRIOS DOMENECH PARA LA PARROQUIA Nª Sª DE LOS DOLORES (VALENCIA) ANTES DE

INGRESAR EN EL VERBUM DEI

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Antes de entrar en la Fraternidad Misionera Verbum Dei, Lirios Doménech Bardisa realizó un Via Crucis, obra que conforman catorce esculturas independientes. El encargo de dicha obra lo recibió del sacerdote Sergio García, de la parroquia de Nuestra Señora de los Dolores, de Valencia, y de su Vicario Vicente Bataller. Se le sugirió que realizara estas esculturas, rodeando lo que es la Iglesia, empezando por el patio exterior de ella, para después entrar en el recinto de la misma y descender a una capillita pequeña, que existe debajo del altar mayor.

XII Estación XIII Estación

Todo el proyecto se basa en la idea de que las esculturas parezca que salen del muro de hormigón, que forma el conjunto de la Iglesia. El Vía Crucis está dentro de sus muros, porque forma parte de ellos, se integra en la arquitectura y forma un todo. Para que así se respire la vida, muerte y resurrección de Cristo.

En toda la obra se ha querido destacar los rostros y manos de Cristo, realizados a tamaño natural, y también del resto de personajes que aparecen, por considerar que son lo que más y mejor expresan y comunican en el mensaje del Vía Crucis. La figura del Cristo crucificado es la única de cuerpo entero, por ser la más importante dentro de todas las esculturas. Se sitúa al lado de una cruz de luz, que es muy grande, y que está detrás del altar mayor. Cristo crucificado está fuera de la cruz, al lado, la cruz de luz anuncia la Resurrección del Señor. La escultura de la Piedad está situada justo debajo de la cruz de luz y cerca de la entrada de la capilla pequeña, que es casi como una gruta que simboliza el sepulcro. La obra se empezó a realizar a finales del año 2007 y se inauguró en septiembre del año 2010, y en ella colaboró durante el proceso de trabajo, Gabriel Doménech.

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Hasta aquí ha llegado ese “originario atrevimiento” de las primeras misioneras, las que creyeron que Dios podía hacer algo a través de ellas. Ahí está pues nuestro “estilo, arte y manera” de entender la vida. Una manera que, cuando hemos sido fieles a ella, nos ha hecho muy felices.

No quiero terminar sin un profundo agradecimiento por mi parte y por parte de toda la Fraternidad Verbum Dei, a todas aquellas personas que ayudaron, orientaron y apoyaron con todas sus capacidades, a que esta realidad a la que hoy llamamos “Arte Verbum Dei” haya llegado donde está. Y una atención especial al núcleo principal de ese equipo: Rosa Dolores, Antonio, Víctor, Julio Antonio, Inma, Ana Belén, Lirios y María. A todos, muchas gracias.

Asunción Gomila.

RELACIÓN DE LAS OBRAS DEL EQUIPO DE ARTE VERBUM DEI, DENTRO DE LOS 50 AÑOS FUNDACIONALES Y PERSONAS O GRUPOS QUE LAS HAN REALIZADO:

BILBA0 (Vizcaya): Virgen de la escucha (Asunción Gomila)

EN VALDELOBOS (Portugal) Cristo muerto y Resucitado( Asunción Gomila )

Virgen del Magníficat ( Asunción Gomila)

Virgen de la Palabra (Asunción Gomila)

TAGAYTAY (Filipinas) Cristo sufriente ( Asunción Gomila )

Virgen de la acogida (Asunción Gomila)

SAN PEDRO (Colombia) Cristo agonizante ( Asunción Gomila )

María Virgen (Asunción)

LOECHES (MADRID) Cristo de la paz (Asunción Gomila )

Virgen de la Esperanza (Rosa Dolores y Asunción Gomila)

Santísima Trinidad ( Equipo de arte: Rosa Dolores Giner, Antonio Rando,

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Julio Antonio, Victor , Asunción Gomila )

Cristo de la montaña (Equipo de arte: Rosa Dolores Giner, Antonio Rando,

Julio Antonio, Victor, Asunción Gomila )

Virgen de la ternura (Asunción Gomila )

Virgen Madre (Rosa Dolores Gines y Asunción Gomila)

Virgen del Espíritu (Rosa Dolores Giner, Ana Belén Vidal, Asunción Gomila)

Virgen de la Misericordia (Rosa Dolores Giner, Ana Belén Vidal, Lirios Doménech,

Asunción Gomila )

Virgen de la Asunción (Asunción Gomila)

SIETE AGUAS (Valencia) Virgen de la Misión (Rosa Dolores Gines, Asunción Gomila)

Cristo en Cruz ( Darío Marote y Luis Vivó )

Virgen del sí ( Rosa Dolores Giner, Ana Belén Vidal, Asunción Gomila

Cristo Roto (Asunción Gomila )

Sagrada Familia (Rosa Dolores Giner, Ana Belén Vidal, Asunción Gomila )

Cristo Resucitado (Rosa Dolores Giner, Ana Belén Vidal, Asunción Gomila

Virgen del Encuentro( Rosa Dolores Giner, Ana Belén Vidal (Asunción Gomila )

PALMA DE MALLORCA Virgen de la contemplación (Rosa Dolores Giner, Ana Belén Vidal,

Asunción Gomila)

MADRID Cristo de la Vida (Rosa Dolores Giner Y Asunción Gomila)

OBRAS REALIZADAS PARA LA IGLESIA

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-JESUS Y LOS NIÑOS: Para el Colegio San Vicente Ferrer, en San Antonio de Benageber (Rosa Dolores, Ana Belén, y Asunción Gomila)

-SAGRADA FAMILIA: Para la Parroquia Jesús Obrero, de Puerto Sagunto ( Asunción Gomila )

-VIRGEN ORANTE : Para la Parroquia de Casas Altas (Ademuz ) Rosa Dolores Giner, Ana Belén Vidal, Lirios Doménech y Asunción Gomila )

-VIRGEN DEL CARMEN (modernizada) : Para la Parroquia de la Virgen del Carmen de Cala Ratjada (Mallorca) (Asunción Gomila)

-VIA CRUCIS: Para la Parroquia Nª Srª de los Dolores, de Valencia (Lirios Dómenech Bardisa )

-MURAL AL OLEO SOBRE LA RESURRECCIÓIN (en proceso de elaboración , 10m X 6’5 m) : Para la Parroquia de Jesús Obrero, Puerto Sagunto (Lirios Dómenech Bardisa)

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