Abelardo Miguel 1

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ABELARDO MIGUEL, UN ARTISTA OLVIDADOMARA FIDALGO CASARES

Pocos artistas son tan deudores de una identidad tan epidrmica y manifiesta como el hoy todava desconocido Abelardo Miguel (Abelardo Miguel Lpez Leira, Pontedeume, 1918-1991), que desarrollar dentro de su generacin una de las trayectorias menos conocidas pero ms autnomas, personales y representativas de la pintura gallega de los ltimos siglos. En el desarrollo de la Historia del Arte han existido grandes personalidades olvidadas y marginadas en las que subyace el matiz trgico de que su reconocimiento sea post-mortem. Abelardo Miguel, todava espera que llegue este reconocimiento. Artista existencialmente gallego y universal dedic su vida a la plasmacin pictrica de Galicia y sus gentes... Ante todo creador y poseedor de un incuestionable idiolecto esttico, con trazos inherentes de un estilo nico e irrepetible, articular una perfecta simbiosis entre una idea absolutamente personal de creacin artstica con unos arraigados esquemas vitales marcados por su identidad gallega, lo que le convierte uno de los artistas ms interesantes y originales del panorama artstico gallego del siglo XX. El retiro voluntario de Abelardo a su villa natal cuando su figura estaba alcanzando altas cotas de calidad y repercusin internacional, y deba trasladarse a mercados ms dinmicos, hizo que su obra fuese poco conocida ms all del mbito regional, y por tanto en las fuentes bibliogrficas sobre pintura gallega, existen escasas referencias del artista. Como consecuencia del auge de los estudios de mbito autonmico, han proliferado en los ltimos aos estudios monogrficos sobre individualidades pictricas, nuevos anlisis sobre periodos artsticos y nuevas visiones de la Historia del Arte gallego, y gravita sobre todos ellos el profundo debate sobre la existencia de un arte identitario. Pero sin embardo la figura de Abelardo Miguel, no ha sido estudiada con la profundidad que merece y lo ms sorprendente es que en este gran debate sobre la identidad, todas las claves que se dan sobre

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Agardando a pesca, 1965.

los totems artsticos de la identidad gallega, son superadas con creces por Abelardo Miguel, con el valor aadido que ostenta estos valores identitarios de una forma ms intensa, ms original, y sobre todo de una manera existencial e intuitiva, con lo que su autenticidad es an mayor. Por todo ello el eums Abelardo Miguel deber adquirir todo su significado entre artistas como Sotomayor, Llorens, Castelao y Seoane cuyos valores los consolidaron como los creadores de la plstica gallega. Sus dotes como pintor, su prolfica trayectoria y sus grandes valores identitarios deberan haberlo convertido en primera figura del arte gallego, sin embargo la gran querencia que senta por su tierra, gnesis y motor de su facultad creadora, sumado una gran independencia personal que le hizo rechazar cualquier tipo de figuracin social le hicieron permanecer al margen de los circuitos artsticos que encumbran a las figuras de renombre. Su camino discreto y solitario no le hace ocupar el puesto que en justicia hoy le correspondera en la cultura gallega entre los artistas hoy consagrados, las colecciones de referencia y en las exposiciones institucionales. Tras su muerte su ingente obra se ha mantenido en una especie de letargo, como la de otros grandes pintores acadmicos por esa especie de dictadura del gusto impuesta por el espritu teleolgico de las vanguardias, relegado injustamente en aras del estudio de otros artistas, de inferior vala tcnica y estilstica, pero que apostaron por lenguajes menos convencionales.

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Al margen de sus grandes valores artsticos, las obras de Abelardo Miguel presentan un valor aadido que singulariza y potencia an ms su legado, un valor intangible que las etiqueta como Patrimonio Etnogrfico y Antropolgico, por representar los valores que desde cronologas inmemoriales se transmitieron y permanecieron en la memoria colectiva de Galicia, aceptndolos como intemporales y representativos de la identidad cultural. Un mundo que debe preservarse para generaciones venideras.

APUNTES BIOGRFICOS La vida del pintor ser la gramtica, el diccionario que permitir leer inequvocamente su obra, todos sus cuadros nos hacen rebotar del lienzo al orbe dinmico de su existencia. La extraordinaria personalidad que se manifestar en su pintura, puede explicarse entre otras razones, porque en muy pocas ocasiones se da una identidad tan grande entre el artista-hombre-ser que se manifiesta, y la obra, manifestacin realizada. Nace en el seno de una familia numerosa y humilde en 1918 en la medieval calle de la Pescadera en Pontedeume, villa marinera1. Y aprendi a pintar antes que a leer en un ambiente completamente ajeno a los crculos artsticos. Padre y madre descendan de antiguas familias marineras de la villa. Su padre, era marinero de profesin y su madre Efigenia Leira, peixeira2, de fuerte personalidad y proftico nombre griego, (ifi geneius, mujer valiente identificada a menudo con Artemisa), comparta el cuidado de los hijos con tareas de recoleccin y venta ambulante de pescado y marisco cayendo sobre sus hombros como era habitual, las tareas del hogar y la educacin de los hijos. Ser la mujer ms importante en la vida de Abelardo, a la que inconscientemente homenajear toda su vida a travs de la representacin de sus emblemticas peixeiras, permaneciendo siempre en el imaginario del artista fundindose el ser que le dio la vida con el smbolo de su tierra, Galicia, a Terra Nai, coincidiendo existencialmente con la idea que gestaron los hombres del Rexurdimento. Rilke deca que La infancia es la patria del hombre3, y en la infancia de Abelardo se gestan sus esquemas

Casa natal y estudio del pintor.

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visuales, que contienen toda una imagen csmica que tendr la virtud de reflejar cuadro por cuadro toda una imagen del mundo de Abelardo, que en la suma y sucesin de sus distintas facciones, nos remitir siempre a la acotacin del lugar, a la memoria esencial, mejor que cualquier descripcin geogrfica de la Galicia de su tiempo Excepcionalmente dotado para el Arte dibuj desde su ms tierna infancia. Su aficin artstica... Abelardo nace con ella, sus cualidades son innatas y el estilo le sale desde dentro, es el claro resultado de un mundo propio marcado por su identidad gallega. Su esplndida formacin acadmica, viajes al extranjero y contacto con las vanguardias, irn perfilando un estilo con el que incuestionablemente nace, pero no alterarn en modo alguno sus esquemas vitales y existenciales. De hecho, cuando muere, est pintando un lienzo conceptualmente muy similar a los que pintaba siendo un nio. El estigma identitario impregnar sus obras hasta las puertas de la muerte. Y como naci pintando no es posible buscarle antecedentes, ni influencias ni maestros. La vala del nio llama la atencin de Jesito4, profesor de Dibujo en la ciudad herculina que pasaba largas temporadas en la villa eumesa y convence la familia de las posibilidades del nio, y Abelardo abandona Pontedeume para perfecionar su tcnica en 1928 en la Escuela de Artes de A Corua. Su primera exposicin fue en su villa natal a los doce aos, en una tienda de tejidos, donde entre mercancas varias expone media docena de lienzos de barcas y retratos de marineros5. Esta temprana exposicin pas a formar parte de la intrahistoria de la villa y se convirti en legendaria, llegando en los relatos populares a rebajarse la edad del pintor a los 6 aos. Sin recursos econmicos, su formacin la consigui sin mecenas ni padrinos gracias a un talento que le hizo obtener becas de las Diputaciones en las mejores escuelas de Arte, desde la coruesa de Artes y Oficios cuando apenas era un nio (1928), a la Real Academia de San Fernando de Madrid (1936), Escuela espaola de Roma (1954) y sucesivas ampliaciones de estudios en Francia, Italia y Holanda (1954-1958). La concesin de estas becas, en especial la beca de San Fernando dice mucho del talento del humilde nio pintor6, ya que no tena padrinos ni influencias y la Diputacin de la Corua no era muy generosa con estas concesiones7. El estallido blico aplaza su incorporacin a la Academia, que realizar aos ms tarde, compatibilizando sus estudios con la labor de copista en el Prado. El dominio de la tcnica al leo, el sentido de monumentalidad y de la construccin plstica, la lucidez con la que resuelve los problemas de perspectiva, luz y espacio atestiguan una inteligente asimilacin de las prcticas acadmicas de San Fernando. Abelardo insistir en varias ocasiones en que El artista nace, no se hace, A San Fernando hay que ir hecho8, de lo que se deduce la creencia del pintor en lo innato del arte pictrico, pero reconocer tambin la

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Mariscando, 1964.

funcionalidad de la enseanza y que En los pintores autodidactas el aprendizaje es ms lento, si los grandes maestros de la Pintura de todos los tiempos han pasado por talleres y escuelas por algo ser9. Si no hubiera ido a San Fernando pintara igual, pero tardara ms tiempo10. De la poca de San Fernando, pueden destacarse dos hitos en la configuracin de su estilo: su admiracin por los barrocos espaoles y holandeses y que siempre se vislumbrar en sus bodegones y retratos marineros, y el descubrimiento de Sorolla que le llevar a la inmersin definitiva en un rotundo luminismo que le diferenciar del resto de pintores gallegos, al decantarse por cielos lmpidos y atmsferas siempre luminosas. Desde San Fernando siempre he admirado a Sorolla11. Sus obras siempre llevarn el sello del clasicismo ms puro, y ese aferramiento al clasicismo ser para el pintor la conexin con la realidad y la identidad. En el arte moderno prevalecen dos tendencias plsticas: el Realismo y la abstraccin, yo me encuentro en la primera. Al concluir sus estudios se establece en Madrid y hace sus primeras exposiciones madrileas compartiendo cartel con los gallegos Labra y Tenreiro. Obtendr estos aos el espaldarazo de la crtica madrilea, con editoriales elogiosos como las del erudito Camn Aznar en las que resalta su especial valor artstico. En la dcada de los 50 alternar trabajos y exposiciones con pensiones de estudios en la Escuela Espaola de Roma Paises Bajos, Blgica y Francia... De sus viajes de estudios al extranjero, pese a que l valora mucho ms su experiencia italiana De mis viajes de perfeccionamiento, me quedo con Roma12,

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Cunchas e xarro, 1958.

Camio do Feirn, 1980.

es Pars la ciudad que deja ms huella en su pintura, sobre todo los impresionistas y especialmente Cezanne: Me interesan los impresionistas y de una manera especial Cezanne13. Todos los crticos que conocan la obra de Abelardo antes de estos viajes constatan que se ha convertido en un impresionista: Pimpante neoexpresionismo tamizado por una luz mediterranea14. En una de las ciudades donde expuso con una dcada de diferencia se dijo Ha evolucionado a un impresionismo pictrico15. Incluso l mismo aos ms tarde dir Si tengo que definir mi estilo dir que es un realismo impresionista16. De su estancia en el extranjero tambin puede destacarse su fascinacin por la pintura mural y la mitologa, como se constatar en los murales que ejecutar en Santa Mara de Castro. Recoger la fogosidad del colorido y estudiar en los lienzos de los canales venecianos, los efectos lumnicos del cielo sobre las aguas, que recrear en sus representaciones de las ras gallegas. Asmismo estudiar exhaustivamente los retratos holandeses de profesiones y corporaciones que tanto tenan que ver con los retratos de marineros que llevaba pintando desde nio y los magnficos bodegones flamencos. Las dcadas de los 50 y 60 sern las ms importantes de su carrera. Consolida su repertorio iconogrfico siempre con el hilo conductor del gran amor a su tierra y sus gentes. Y dado el origen de su estirpe, su temtica ser predominantemente marinera... interpretando Galicia desde el paisaje, hombres y oficios, desde sus caractersticos bodegones, a las marinas, destacando sus inolvidables retratos de grupo y sobre todo sus magnficas conjunciones de paisajes y hombres que enfatizan el binomio Terra Pobo que tanto preconizaron en el Rexurdimento... Aunque lanzado a una vorgine de exposiciones y eventos por todas las capitales gallegas con un asombroso xito de pblico, rehua las salidas de

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Galicia y la asistencia a certmenes y premios, an as expuso en Len, Bilbao, Oviedo, Madrid, Salamanca y en 1961 ganar el primer premio por la decoracin mural del pabelln de Vigo, en la celebracin de la Feria del Mar, con una espectacular decoracin donde se rastrea la influencia cubista de su maestro de pintura mural Vzquez Daz, que no se conserva. Esta influencia slo se constatar en esta obra y en su obra Barrio de San Lzaro17. Tambin ganar una primera medalla con el leo Os rapaces, hoy en paradero desconocido. Laudatorias crticas, elevados precios y seguras ventas en todos los foros donde presentaba su obra, le respaldaban en su carrera como pintor, llegando en muchas de estas exposiciones a colgar el cartel de vendido en todos los cuadros a las pocas horas de la inauguracin. Es recibido en ciudades lusitanas como Oporto y Lisboa como primera figura. Tambin en estas dcadas realizar los trabajos ms importantes de su carrera: Centro Gallego de la Habana, Decoracin del complejo Las Torres en Salamanca y el Programa Iconogrfico de la Cooperativa de Castro. En estas fechas se produce un hecho que distorsion la discreta vida del pintor al negarse a vender al Caudillo, O Patrn un esplndido retrato de un viejo marinero, que ste haba visto en casa de su hermana Pilar Franco en una de sus frecuentes excursiones pesqueras al Eume. Esta ancdota fue muy comentada dada la situacin poltica de la poca. El fin de los sesenta, ser el momento crucial en su carrera para dar el salto a plazas comerciales ms dinmicas que consoliden su proyeccin como pintor. Sin embargo decide recluirse Pontedeume, precario trampoln para su carrera artstica, donde trabajar sencillamente cual artesano medieval en su taller de la calle Pescadera y esto se explica porque la villa de Pontedeume era algo ms que medular para l. Era el estratgico observatorio de su universo, todo un sancta santorum de su impulso creador. Las dos ltimas dcadas de su vida evidenciarn cmo el artista entra en un proceso de ensimismamiento y cierta decadencia, aunque en 1973 es

Trptico de la Cooperativa de Santa Mara de Castro, 1960.

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nombrado Delegado de Bellas artes por Chamoso Lamas y en 1974 ganar el segundo premio del Ayuntamiento de Ferrol con el leo Xente do mar. Esta decadencia, sin embargo va acompaada del sorprendente xito comercial de su humilde taller. La singularidad de los cuadros de Abelardo ir transmitindose boca a boca. Vende ms de lo que puede pintar. Todo lo que produce es adquirido por un generoso mercado compuesto de paisanos del pintor, clientes habituales, turistas ocasionales y veraneantes de la villa, y puntuales galeras de arte madrileas que le encargaban directamente los lienzos sin siquiera haberlos visto por la fcil venta de los mismos. Comienza a espaciar las exposiciones por falta de obra. La cotizacin comercial del artista alcanza sus mximos histricos llegando los lienzos al medio milln de pesetas de la poca. Como ancdota significativa, relatar que tras pintar una preciosa feria para el establecimiento Tupinamba en Ferrol, acudieron decenas de personas a su estudio pidiendo uno Como el del Tupinamba18. La lesin pulmonar que iba arrastrando Abelardo desde su juventud avanzaba implacablemente. Se agudiz y las consultas mdicas se hicieron frecuentes. Con su galeno, el Doctor Angel Facio mantuvo una especial y estrecha relacin, algo tan arquetpico de los pintores, y le reserv algunos de sus mejores lienzos. Estas visitas ejercan un profundo impacto emocional en el eums. Su repertorio no cambi en esencia, pero provocado por esta lesin que, como espada de Damocles, le acerca inexorablemente a la muerte, acus un giro estilstico importante que le lleva al expresionismo. De nuevo su vida es la exgesis de su pintura. Sin embargo sigui pintando con la misma intensidad de siempre. Quizs no con la frescura e intuicin de sus mejores momentos, pero sigui produciendo una incesante cantidad de obras hasta pocos das antes de morir. La ltima exposicin del pintor fue ya en los 80, en el torren de los Andrade, una excesivamente sencilla exposicin para un artista con ms de medio siglo de dedicacin a la pintura.

O patrn, 1959.

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A mia vila, 1977.

En 1991 es ingresado por una pequea dolencia gripal en el hospital de Ferrol donde sufre una insuficiencia respiratoria que le produce la muerte. En su testamento legaba su obra pictrica a la villa de Pontedeume. Desde su muerte pocos actos recordaron su memoria, y aunque en 2003, el Concello de su villa le concede la Medalla de Oro al Mrito artstico, el gobierno municipal ni siquiera recogi su legado pictrico que sigue en manos de la familia. A da de hoy nada le recuerda en su villa natal, ni calle ni placa llevan su nombre, ni es hijo predilecto de la villa, ni existe inscripcin alguna en la casa donde naci y estableci su taller. En la actualidad hay un movimiento de reconocimiento y reparacin histrica de su figura a instancias de los nuevos estudios que estn sacando a la luz la gran personalidad del artista19. En Mayo de 2008 o Goberno Municipal de Pontedeume lo presenta candidato al Premio Nacional da Cultura Galega20. Se concede el XI Premio de Investigacin Etnogrfica a un Anlisis etnogrfico y antropolgico de su obra, se est gestionando la concesin de la Medalla Castelao al pintor, y en Diciembre del mismo ao, la investigadora ferrolana Mara Fidalgo presenta en la Universidad de Sevilla la Tesis Doctoral sobre su vida y obra.

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ENCUADRE CRONOLGICO Y ESTILSTICO Su larga trayectoria se desentiende de la ortodoxia de las corrientes y estilos para consolidar una slida propuesta personal sostenida entre otros aspectos por su oficio de pintor adquirido a lo largo de su vida... Su sello personal, su singularidad, siempre estuvo alimentada por una ptica de corte romntico que valoraba el individualismo creador y renegaba de adscripciones con la voluntad insistente de ceirse a su independencia. Murgua que fue quien primero expres la posibilidad de la existencia de una pintura gallega consider que el carcter de independencia, era la primera caracterstica de diferenciacin del arte gallego. Se sumergi en las imgenes populares, que pese a ser plasmadas con una personalidad tan intensa nunca hicieron olvidar algo tan esencial como el principio de la eficacia comunicativa, confiriendo siempre la mxima autenticidad a lo que creaba. Originalmente se muestra como un retardatario, ya que puede decirse sin ambages que su pintura es una prolongacin de la pintura del siglo XIX, teniendo coincidencias con los pintores de la Generacin de 1870: Jenaro Carrero, Ovidio Murgua, Parada Justel... por el romanticismo, el reclamo de lo propio y un sentimiento de la tierra y la naturaleza, aunque le separe de ellos los deseos europestas... Tambin estar cerca de Abelenda, Germn Taibo, Corredoyra,... y ms cercanos a l, los pintores de primera mitad de siglo: Sotomayor, Llorens, Villafinez, Abelenda, Carlos Sobrino, Lpez Garabal, Bello Pieiro, Seijo Rubio, Juan Luis... El suyo es un lenguaje eclctico, con gran peso del novecentismo, mezcla de romanticismo, realismo social etnogrfico, simbolismo finisecular, regionalismo, costumbrismo e intimismo que se mezclan con propuestas ms vanguardistas influido por el arte moderno y los nacionalismos. Con todo, la contribucin de Abelardo Miguel a la pintura en Galicia es indudable ya que ser quizs uno de los mximos exponentes del posmpresionismo llegando a incorporar un lenguaje alegrico y evocativo cercano al Simbolismo y al Modernismo. Si bien no podra ser calificado de estricto simbolista, si late un espritu pico en sus marieiros, peixeiras y labregos un sentido de dignificacin de la realidad ms all de la realidad misma que pretende trascender la mera representacin documental. Vello de Rubia, 1960.

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Paisaxe da Ra, Museo de Ourense, 1956.

Redeira de Mugardos, 1958.

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Curiosamente, este arraigo hacia lo decimonnico, en Abelardo no responde a un planteamiento trasnochado. En el debate ideolgico de la identidad, el ser un retardatario y no adoptar posturas de vanguardia estaba siendo segn los expertos otro rasgo ms de su intensa identidad como lo constata Carballo Calero: La identidad gallega dificult en Galicia la entrada de las vanguardias21 hasta Antn Castro, pilar del grupo Atlntica que teoriz que la vanguardia era difcilmente asimilable para los artistas con una identidad acusada: Los pintores que buscaban la identidad vean en la vanguardia algo poco comprometido con la realidad gallega. El nacionalismo fue el gran enemigo de la vanguardia22. En cuanto a las intensas coincidencias con Os Novos, renovadores como Maside, Laxeiro o Colmeiro, estos paralelismos son puramente estticos y temticos23... Lpez Vzquez habla de La bsqueda de una firme voluntad de estilo por parte de los renovadores24. Pero Abelardo no tiene que buscar nada, todo es innato en l, llega y plasma el concepto de identidad sin formulaciones tericas que precedan a la ejecucin de sus obras. Lo que revaloriza la obra del pintor es que Abelardo emprende el camino de los primitivistas, pero lo hace de forma instintiva y espontnea, no como consecuencia de un planteamiento terico, es parte de su condicin vital. Mientras los contemporneos de Abelardo buscaban nuevos derroteros, Abelardo, indiferente al acontecer esttico que se desarrollaba a su alrededor, se centr en la espontnea e inmediata expresin de sus propias e ntimas razones poticas. Ajeno a las nuevas tendencias buscaba satisfacer con los medios pictricos que iban afirmando en sus obras, sus intuiciones y descubrimientos, sin previas referencias y sin ulteriores comprobaciones. Como ya comentamos, Abelardo ostenta autnticos valores de conocimiento y creacin. Es poseedor incuestionable de lo que los historiadores del arte llaman idiolecto esttico: la impronta que todo artista estampa en su obra, rasgos que distinguen a un genio creador. Los lienzos, desde el primer golpe de vista, surgen como entidades obedientes a un orden intrnseco: el estilo de Abelardo Miguel, una individualidad intransferible que reivindica en cada lienzo un espacio propio, una opinin desde la concepcin de la Pintura y asume una entidad visual diferenciada. Esta sntesis singular entre una figuracin clsica y una compleja elaboracin plstica directamente relacionada con el posimpresionismo fauve convierten a Abelardo en un artista polivalente y slido. Parte de unas destacadas capacidades dibujsticas para la captacin de la realidad, de una concepcin acad-

Parrochos ao fume, 1954.

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mica de la pintura y de la creacin de un universo plstico personal forjado a fuego en su infancia y marcado contundentemente por su identidad gallega. Evolucionar de lo real a lo pictrico, del desarrollo de la lnea como cauce y gua de su visin, a la paulatina desestima de la lnea a favor de una expresin donde composicin, luz y color no estn al servicio de la forma de un modo absoluto, sino que tienen vida propia. La gran flexin de la obra del artista se producir a fines de la dcada de los 50, cuando el color, incipiente y contenido en la poca anterior gane la partida al dibujo y se convierta en protagonista de la composicin, un color de paleta muy encendida y personal, de gama intensa y muy matizado por atmsferas luminosas. Cromatismo que se convierte en orga de color25. Un color carismtico y personalsimo que refuerza su carcter identitario26. Expresa con las vibraciones de la luz, su nuevo lenguaje... explorando a fondo las posibilidades expresivas, consiguiendo una emocionante y comunicativa inmediatez. Ganar en expresividad, pero su esplndido dibujo quedar desvirtuado para siempre en aras de una imaginera desbordante en grafismos de potente capacidad sugestiva y un intenso tratamiento del color que se acerca sin ambages al fauve, donde tanto la eleccin de la paleta como la generacin de texturas y volmenes se convierten en los ejes de la creacin. Aunque en algunas obras la cromtica llegue a alcanzar una temperatura explosiva, una autentica orga de color, y se produzca la liberacin formal de la figura, en ningn caso desvirtuar sus valores iniciales. En 1960 la decantacin por la esptula, que se convertir en uno de los rasgos ms definitorios de la personalidad plstica de Abelardo, aadir a su pintura un componente de fuerza matrica desbordante que no llega nunca a descorporeizar las formas, acercndose puntualmente al naif. La esptula cobra un especial protagonismo en su proceso de creacin. Con destreza extraordinaria llegar a ejecutar sus obras directa y espontneamente sobre el lienzo pintando y dibujando a la vez con la esptula cargada de color imaginando a la vez, forma, volumen, textura de las cosas, el espacio en que se encuentran y el color que les da la luz. En algunos lienzos la textura semeja formas que emergen del lienzo, el color palpita y se fusiona en el pigmento. Abelardo Miguel maneja la esptula con decisin, como un florete de esgrima27. Este ser su estilo de madurez, el ms reconocible, tan reconocible que echar por tierra las teoras de Marangoni sobre el estilo28. Neno con vieiras, 1966.

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A fines de los 70, en la recta final de su carrera reafirmar su coherencia personal... Pese a la larga procesin de ismos en la Pintura, creo que todo pintor debe ser fiel a s mismo Si dentro de l hay un artista, pondr sinceridad en sus creaciones,Las distintas tendencias pictricas han infludo poco en m29. Me gusta interpretar la naturaleza segn la siento y veo, sin guiarme por modas o tendencias30. Una tendencia expresionista ir apareciendo intermitentemente hasta hacerse slida en la ltima etapa de su vida. Segn estudiosos del expresionismo, este caos cromtico siempre es reflejo de un enrgico drama interior y en Abelardo, pintor arquetpico, coincide con un gran aferramiento a la vida y un temor a la muerte debido al agravamiento de su dolencia pulmonar. De nuevo la diacrona recorre el discurso artstico-existencial. Este expresionismo afectar al dinamismo compositivo, reiteraciones y minimizacin en los estudios de sus peixeiras, desdibujadas en palpitantes emplastes de materia pictrica, ciertas disonancias en aras de la expresin, abigarramiento en los bodegones, cielos cada vez con ms dinamismo y mayor desarrollo escnico, y sobre todo a la rutilancia de la paleta y un subjetivismo en el uso del color. En las puestas en escena son ms frecuentes los nocturnos y crepsculos, sin olvidar lo ms significativamente expresionista, la intensificacin de su caracterstica acentuacin de tonalidades verdirojas en las caras de sus marineros que dar lugar a la etapa de las caras verdes, que ser muy comentada por la crtica: El asalto verde a las caras. Verdes de mar, monocolor que es ante todo una presencia anmica, una simbiosis fsico intelectual enmarcada en un espacio: Galicia, Con el verde busca una expresin que traduzca el fondo existencial de los protagonistas31... Tambin conferir a los lienzos una textura rugosa, la esptula ser muy obvia, demasiado empastada, como si los lienzos hubieran sido pintados con ansiedad, llegando en ocasiones a una agresiva vigorosidad constructivista en su sistema factural. Aunque su dibujo quede oscurecido, la crtica seguir elogiando su pericia dibujstica hasta su muerte El excelente dibujo y la composicin son lo ms slido de su Pintura32.

LOS GNEROS Extraordinariamente prolfico, pocas son las obras que no alcanzan un nivel ptimo de creacin. Con motivo de realizar su primera exposicin colectiva en Madrid. Camn Aznar, en ABC, sealar una de las caractersticas que le acompaarn en toda su trayectoria La variedad temtica que abarcan los leos de Abelardo Miguel constituye igualmente una muestra de la amplitud y dominio artstico del pintor33.

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Su repertorio iconogrfico, con variaciones que han ido conformando una potica de gran personalidad, se articular en cuatro grandes apartados: paisaje, naturalezas muertas, ferias que l llam feirones y temtica marinera junto a un originalsimo gnero mixto donde aparecen entremezclados, con una nica pero significativa incursin en el mundo mitolgico en Santa Mara de Castro en Narn donde se decanta por un parnaso galaico. Abelardo en todos los gneros se muestra siempre coheVolta do mar, 1973. rente, y completamente reconocible, aunque su lenguaje pictrico registre sensibles variaciones segn la temtica. Lo ms significativo y que redunda en la singularidad del pintor, no radica slo en que estuvieran todos ellos tocados por su genio personal, es que los valores identitarios impregnan todos y cada uno de ellos y alcanz en todos ellos altas cotas de calidad y creacin, valores completamente originales que lo sitan entre las figuras de la Pintura gallega del siglo XX. En cuanto a sus paisajes, con una concepcin pantestica de la naturaleza, para Abelardo pintar un paisaje era algo ms que retratar un territorio, era afirmar un conocimiento, proclamar una posicin ideolgica: considerar la Tierra una especie de depsito intrahistrico de las generaciones de hombres que habitan y han habitado las tierras de Galicia. De lirismo deslumbrante, se decanta por atmsferas de cielos luminosos que conjugan su colorido azul con el verde de las aguas de las ras gallegas y no pinta una Galicia gris y brumosa, sino que impregna sus pinceles en la plenitud de la luz, tampoco sus marinas son rocosos acantilados de intenso oleaje, sino aguas tranquilas que mecen y baan villas costeras, tampoco aparecen hrreos, ni gaiteros, ni procesiones ni romeras, ni trajes regionales. El gran logro de Abelardo es aunar una calidad tcnica comparable a los paisajistas gallegos de primera fila como Llorens, Abelenda o Bello Pieiro, con una interpretacin personal donde a travs de la negacin de una Galicia estereotipada llega a la esencia de nacin, al puro concepto de identidad En sus naturalezas muertas Abelardo destaca como un magnfico bodegonista34, alternando bodegones de caza, flores, con otros de tierra y mar con excepcionales calidades matricas, sublimando lo vulgar con el ropaje de lo potico, sacndolos al aire libre e integrndolos con fondos de paisaje marinos. Este gnero llega a los ojos del espectador, cargado de un simbolismo exacerbado, smbolos hermticos que redundan en lo profundo de su identidad.

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En sus paisajes agrarios y ferias siempre animales y productos son tan protagonistas como el hombre. Abelardo, hombre del pueblo capta y pinta en primera persona el evento ldico-mercantil, uno de los acontecimientos que segn los etngrafos estn ms imbricados en la idiosincrasia gallega, transmitiendo al espectador cotas de realidad insuperables a travs del mejor estilo posimpresionista. Sus puestas en escena son impecables, dominando los volmenes y la profundidad incluso con difciles masas en movimiento... Abelardo es uno de los pintores que mejor ha retratado la esencia de la Galicia marinera. Sus retratos son modelos arrancados de la entraa del pueblo, plasmando por igual a nios, mujeres y hombres de mar. Sus emblemticas peixeiras aparecen en sus obras con la dignidad de heronas clsicas. Los retratos colectivos recogen con maestra y originalidad la mejor tradicin barroca holandesa de retratos colectivos profesionales, donde los rasgos fsicos no son slo definitorios del carcter, sino de la profesin35. De una eficacia descriptiva pocas veces vista en la pintura gallega, consigue articular la compleja dialctica de lo individual con un prisma antropolgico genrico consiguiendo que sus retratos sean portaestandartes de una colectividad, la marinera que segn los padres del Rexurdimento es junto a la labriega, la salvaguarda de los valores ancestrales de Galicia. Por ltimo el gnero mixto, creacin nica y original de Abelardo Miguel que aunaba figuracin, paisaje y bodegn Combinacin temtica poco frecuente36, que l llamaba cuadros de composicin. Lo interesante de este gnero mixto es la relacin entre el todo y las partes. En ningn caso se anula la independencia de los componentes en aras de un motivo total unificado. No hay subordinacin a un todo, hay una perfecta coordinacin. En esta pluralidad hay una yuxtaposicin de valores independientes que conviven armnicamente con absoluta unidad. * * *

La obra de Abelardo Miguel es constatacin evidente de la existencia de un arte identitario gallego, que exalta a Galicia en el espacio y en el tiempo, ya que en su trayectoria todos y cada uno de los gneros que abord de manera magistral, traducen de una manera contundente el sentimiento de adhesin a su identidad gallega, que alcanza validez universal en toda su esencia. Por todo ello, Abelardo Miguel, debe considerarse figura relevante del arte gallego, y debe ser reconocido en la Historia de Galicia como uno de los ms ricos y variados intrpretes plsticos de su pueblo. Sus obras no pertenecen al espacio, sino al tiempo y estn inmersas en la densa corriente de la intemporalidad, el valor ms genuino de la obra de arte.

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Feirn, 1971.

Composicin de gnero mixto, 1975.

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NOTAS1 Tal y como consta en su partida de nacimiento, naci en Pontedeume, el 18 de Febrero de 1918, hijo de Secundino Lpez y de Efigenia Leira. 2 Estas mujeres reciban el nombre de peixeiras, y l denominar siempre con este nombre toda s las representaciones pictricas de mujeres dedicadas a este trabajo pesquero. 3 Bermdez Caete, Rilke, vida y obra, Hiperin, Madrid, 2007. 4 Jesito, pintor y profesor de dibujo en Eusebio da Garda de A Corua, sus obras estn en museos de Galicia. De estilo ochocentista destac como cartelista. Particip en la Exposicin de Bellas Artes de 1929. Gan el 1 Premio de Carteles de A Corua en 1932. 5 Este episodio es comentado por el crtico Manuel Luis Fidalgo en varios artculos: Arte en Ferrol: Abelardo Miguel, El Correo Gallego, 18 de diciembre de 1962 y Abelardo Miguel aprendi a pintar en la Corua, El Correo Gallego, 7 de Octubre de 1965. 6 De hecho esta beca fue negada a artistas como Imeldo Corral, Bello Pieiro, Segura Torrella y el mismo Laxeiro, que ante esta negativa tuvo que recurrir la una ayuda del Ayuntamiento de Laln. 7 Lpez Marina: Segura Torrella. Concello de Ferrol 2000. 8 Dica, Pintar constituye para m un canto a la tierra y al mar, El Correo Gallego 5 de Abril de 1976. 9 lvarez Alonso, Abelardo Miguel, pintor realista expone en el Liceo, La Regin, Abril de 1956. 10 lvarez Alonso, Abelardo Miguel, pintor realista expone en el Liceo, La Regin, Abril de 1956. 11 Casado P Gentes y cosas del mar galaico: Abelardo Miguel trae a Salamanca un mensaje po., tico de los dulces mares clticos, El Adelanto de Salamanca, 3 de Junio de 1967. 12 Alba, Ferrol al Da: Abelardo Miguel, El Ideal Gallego, 4 de Enero de 1961 13 Ferreiro Celso, Dganos la verdad: Abelardo Miguel, La Voz de Galicia, Octubre de 1965. 14 Alcntara, Exposicin de Abelardo Miguel en Asociacin de Artistas, El Ideal Gallego, 5 de Julio de 1978. 15 Notas de Arte: Exposicin de Abelardo Miguel, La Voz de Galicia, 21 de Junio de 1962. 16 Casado P Gentes y cosas del mar galaico: Abelardo Miguel trae a Salamanca un mensaje po ., tico de los dulces mares clticos, El Adelanto de Salamanca, 3 de Junio de 1967. 17 Hoy en la coleccin del Crculo de las Artes de Lugo. 18 Todava hoy puede verse este gran lienzo en el establecimiento del mismo nombre de la ciudad departamental. 19 De las publicaciones pueden citarse: Abelardo Miguel, un pintor esquencido, en la Revista Nazn, Abelardo Miguel, a plstica como expresin da identidade, en la Revista Galega de Historia Murgua, revista da Asociacin de Historiadores Galegos, donde el pintor da nombre al ejemplar y el lienzo O patrn protagoniza la portada, Abelardo Miguel, pintor de marieiros, en la Revista Raigame Revista etnogrfica da Deputacin de Ourense y Abelardo Miguel pintor dos Homes e Mulleres do Mar en la Revista Ardenta, revista de la Federacin Martima de pesca. 20 Pontedeume presenta pintor Abelardo Miguel s Premios Nacionais de Cultura Galega. La Voz de Galicia 29 de Abril de 2008. 21 Carballo Calero, Coleccin de Arte Caixa Galicia, Catlogo Estacin Martima. Fundacin Caixa Galicia, A Corua, 1996. 22 Castro Antn, A arte galega na coleccin Caixa Nova. Faro de Vigo, 2003. 23 Por ejemplo... algunos personajes de Carlos Maside, en especial ciertos diseos arquetpicos de figuras que realizaba para la fbrica de Cermica de Cesures o los de Luis Seoane en las Cermicas del Castro, las peixeiras de Colmeiro... 24 Lpez Vzquez, J. M.: El Arte Contemporneo, en Enciclopedia temtica de Galicia, Tomo Arte, Barcelona, 1988. 25 Alcntara J. A.: Exposicin de Abelardo Miguel en Asociacin de Artistas, El Ideal Gallego, 5 de Octubre de 1978. 26 Pdese afirmar que los artistas galegos teen a cor como instinto. Martnez Murgua, M. (1886): Los Precursores, Latorre y Martnez (eds.), Imprenta La Voz de Galicia (2 facsmil y 5 ed.), La Corua. 27 Albarrn Glicerio, Abelardo Miguel expone sus leos en Lugo, El Progreso de Lugo, 6 de Junio de 1954.

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28 Marangoni consideraba que para reconocer el estilo de un artista haba que tener el ojo educado, es decir, ser un entendido. El estilo de Abelardo es reconocible hasta por los ms profanos en la materia. 29 Barcn C.: Presento lo mejor que puedo ofrecer: mis marieiros, El Correo Gallego, 4 de Marzo de 1977. 30 Alba, Ferrol al Da: Abelardo Miguel, El Ideal Gallego, 4 de Enero de 1961. 31 Carracedo, Artes y letras Abelardo Miguel: Variaciones de un verde de un solo tema, El Correo Gallego, 15 de Octubre de 1978. 32 Alcntara J. A.: Exposicin de Abelardo Miguel en Asociacin de Artistas, El Ideal Gallego, 5 de Octubre de 1978. 33 El Bodegn en la Historia del Arte, conferencia de Otero Tez en la clausura de la exposicin de Abelardo Miguel en Santiago de Compostela. El Ideal Gallego, Octubre de 1958. 34 Fidalgo, M.: Arte en el Ferrol: Abelardo Miguel, El Correo Gallego, 18 de Diciembre de 1962. 35 Fidalgo, M. L.: leos de Abelardo Miguel expuestos en el Palacio Municipal de El Ferrol, El Correo Gallego, 3 de Enero de 1961.

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