Arte, chamanismo y autoconocimiento. Revista Uno Mismo

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Arte, Chamanismo y Autoconocimiento

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â En la crisis multidimensional que atravesamos,nos reencontramos con el chamanismo comocamino de recuperación espiritual. Hoy, estareconocida antropóloga e investigadora argentinanos acerca sus conocimientos sobre el tema.

Ana María Llamazares*

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Debido al proceso global de occi-dentalización que ha sufridoel planeta en los últimos siglos,hoy estamos todos involucra-

dos en la ola del cambio, sufriendo elcolapso ecológico y existencial que signi-fica vivir la crisis contemporánea, tratandode encontrar vías de solución y sanación.Los padecimientos nos alcanzan a todos,humanos y no humanos, occidentales y nooccidentales. Aunque de distintas maneras,todos hemos sufrido heridas, tanto físi-cas, psicológicas como espirituales, querequieren ser reparadas. El compromiso estanto global como personal. Precisamosencontrar vías de sanación para el planetay su biodiversidad, para las sociedades y laseconomías, pero también para nuestroscuerpos que duelen y se enferman cada vezmás y para nuestras almas desgarradas.

¿Por dónde empezar? ¿Qué aporta el cam-bio individual frente a la magnitud de losproblemas mundiales? Pareciera que esto deencontrar salidas para el cambio nos plan-tea varias situaciones aparentemente para-dojales. No sólo debemos atravesar la encru-cijada entre lo general y lo personal, sinotambién, el desafío aún más complejo debuscar nuevos modelos que sin descono-cer lo que la modernidad ha traído de posi-tivo, permitan restablecer lazos y valores olvi-dados, abrevando en el conocimiento deantiguas sabidurías.

Una de las más ancestrales formas de conexiónespiritual con las fuerzas de la naturaleza es elchamanismo. Muchas personas piensan hoyque algo de este antiquísimo saber –que hundesus raíces en el Paleolítico y ha logrado llegarhasta nuestros días- puede aún ser de utilidady aplicación para aliviar el padecimiento físicoy anímico que estamos atravesando.

Los chamanes fueron los especialistas encurar enfermedades, tanto del cuerpo comodel espíritu. Y es esta cualidad terapéutica,basada en una concepción integral y mul-tidimensional de la realidad, de la persona yla salud, la que aún muestra el potencialsanador del chamanismo y permite tambiénuna más amplia reflexión para actuar sobrelos problemas contemporáneos.

Occidente heridoMás allá de la conmoción filosófica queimplica el recambio de los paradigmas cien-tíficos y culturales, en la crisis que vivimoshay una dimensión más profunda que esjustamente, la dimensión espiritual. Durantela Modernidad y casi como una condiciónde existencia del paradigma cientificista,Occidente ha sufrido varias fragmentacio-nes que lo llevaron a perder su conexión conla naturaleza, con lo vital, con la propia sub-jetividad humana y en general, con todoslos planos sutiles, sensibles e intangibles dela existencia. Se impuso una concepción dela realidad que sólo da crédito a lo racio-nal y material, para la que el juicio cientí-fico es el último tribunal de certeza y segu-ridad, y que ha hecho creer al ser humanoque su poder es ilimitado, que él es superiora todo lo demás, que sus necesidades sonprioritarias y que para satisfacerlas, se jus-tifica cualquier atropello.

Por sobre todo, esta concepción del mundoha descartado como innecesaria la presen-cia de lo sagrado y lo sobrenatural, y juntocon esto, de todo lo que habita más allá dela estrecha franja de la realidad ordinaria.Así, la vida cotidiana de cualquier personacomún suele discurrir casi sin espacio algunopara la experiencia de lo espiritual, en unasucesión de profanas linealidades, al cabo delas cuales la vivencia básica que va quedando

es el sinsentido de la inmediatez, la soledad,la incomunicación, el vacío y seguramente,la angustia o la disociación. De esta manera,llegamos ante el umbral más profundo de lacrisis contemporánea: sus consecuenciasexistenciales y anímicas.

Al haber perdido el sentido de pertenenciaa una totalidad que nos engloba, nos hemosconvencido de nuestro más absoluto desam-paro, de que estamos solos en este mundo;y por supuesto, la vida ha perdido su valory el ser humano parece haber olvidado cuáles el propósito de su existencia. El vacío exis-tencial se tiende a llenar consumiendo cosasmateriales o sensaciones físicas, pero estosólo brinda una tranquilidad transitoriapues, a la larga, aumenta la insatisfacción.

Podríamos decir que en este punto habitanlas razones que impulsan al ser humanomoderno a la búsqueda –muchas veces, des-esperada y compulsiva- de caminos espiri-tuales y, también, de recursos psicoterapéu-ticos. Es allí, en medio de la psique y el cora-zón humanos donde reencontramos, másallá de lo epistemológico, la dimensión espi-ritual de la crisis de paradigmas, y dondeaparece el autoconocimiento como uncamino organizador.

>>Primer registro gráfico de un chamán sibe-riano tocando su tambor. Dibujo de NicolaasWitsen (1705)

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La vía del chamanismoEn 1705 Nicolaas Witsen, un diplomáticoholandés que visitaba la corte del zarruso realizaba un célebre dibujo. Duranteun viaje por las tierras siberianas habíavisto este tipo de personajes, vestidos conpieles que les daban aspecto de oso, lle-vando una gran cornamenta sobre lacabeza, bailando y tocando rítmicamentesu tambor hasta caer en un profundotrance. Durante ese estado, el hombrehablaba, predecía el futuro, conversaba conlos espíritus y con los animales, lograbacurar a las personas enfermas. Parecíanlocos extraviados que se agitaban, sinembargo gozaban de un gran prestigio ensus comunidades. Según parece, uno deellos llamado Kököchi, habría alentado consus profecías al mismo Gengis Kan, el fun-dador del imperio mongol. Witsen habíarealizado el primer dibujo de un chamánsiberiano del grupo manchú-tungús.

En esa lengua a estos personajes se los desig-naba con el nombre xaman,o saman en ruso,término que proviene de la raíz scha, que sig-nifica saber,de donde xaman es el que sabe, elsabio, y también incluye la idea de movi-miento o agitación corporal, que alude a lamanera de obtener su conocimiento. A par-tir de allí se popularizó este término,castella-nizado como chamán (shaman en inglés),para referirse a estas personas, tanto hombrescomo mujeres, que en casi todas las culturastradicionales logran comunicar distintos pla-nos de realidad y hacer de puente entre sucomunidad y lo sobrenatural, cumpliendodiversas funciones, como adivino, curador,sabio,oficiante de ceremonias o incluso, jefespolíticos.

El viaje, el trance, la transformaciónLo que distingue a los chamanes y les otorgaesa identidad tan especial es su capacidadpara salir a voluntad de la realidad ordina-ria, viajar hacia lo extraordinario y regre-sar, trayendo de vuelta algo emanado de suconexión con lo sagrado o sobrenatural.

A través del viaje el chamán cumple con sumisión fundamental, que es conectar los tresplanos cósmicos –cielos, tierra e inframundo-, manteniendo así el equilibrio entre ellos. Éles capaz de acceder a esos lugares, entablar

comunicación con las fuerzas espirituales quemoran allí e interpretar sus mensajes.

Para poder viajar el chamán debe desarro-llar la capacidad para desdoblar su conscien-cia y entrar en estados de trance o éxtasis. Lologra utilizando diversos medios, entre ellosel toque del tambor, las maracas, el baile rít-mico, el canto, y también el uso de plantas osustancias psicoactivas, consideradas sagra-das por el uso exclusivamente ritual y cura-tivo que se hace de ellas.

Como resultado del viaje, sobreviene sutransformación, la que durante el procesode aprendizaje o iniciación suele implicarvarias muertes y renacimientos, el pasajepor situaciones muy duras o pruebas quele van otorgando sus poderes y su fortaleza.También encuentra sus animales de podero guías, que lo ayudarán luego como sana-dor. Es posible que él mismo logre conver-tirse en otros seres, gracias a una fuerte con-sustanciación con las fuerzas naturales.

La tarea chamánica siempre es transformaralgo: una enfermedad en salud, una sequíaen lluvia, una señal en un anuncio. Podría-mos decir que el arte chamánico por exce-lencia es el arte de transmutar, de unir yconectar para transformar. Para lo cual debe

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El chamanismo, como la primera vía espiritual explorada por el ser humano, se basa en unacosmología arquetípica universal, que pertenece a la memoria colectiva de la humanidad ydonde aún podemos inspirarnos en el camino de autoconocimiento y ampliación de cons-ciencia. En el taller se recorren las siete direcciones de su geografía sagrada y su simbolismotranscultural, evocando las resonancias personales que esta matriz ancestral aún despiertaen cada uno de nosotros.

El acercamiento sensible a través de las imágenes, el sonido y la palabra nos ayuda a reco-nectar con estas antiguas raíces de sabiduría y enriquecer nuestra espiritualidad, guiándo-nos en el camino hacia el descubrimiento de nuestro poder personal, nuestra propia medi-cina, la fuente de nuestra energía vital.

IInnffoorrmmeess:: Fundación desde América. Tel.: (54 11) 4775-9833. [email protected] -www.delrelojalaflordeloto.blogspot.com / www.desdeamerica.org.ar

TTaalllleerreess ddee SSiimmbboolliissmmoo TTrraannssccuullttuurraallCoordinados por Ana María Llamazares

imprescindiblemente, atravesar la experien-cia de la propia transformación personal,que implica primero su autocuración. Latarea sobre sí mismo es una disciplina queel chamán deberá sostener a lo largo de suvida, pues no podrá ejercer sus funcionescomo curador de otros, si él mismo no estáen un adecuado estado de equilibrio y domi-nio de sus poderes.

Poder y medicinaEl poder chamánico, como todo poder,tiene su potencial y su peligrosidad, suslados luminosos y benéficos, así como sussombras y oscuridades. Esto generalmentepone al chamán en la situación de tener queelegir hacia qué lado dirigirá sus fuerzas ypor tanto, le implica una altísima respon-sabilidad. Como tan bien señalara CarlosCastaneda, según palabras de Don JuanMatus, el poder es el tercer y más fuertede los enemigos del hombre de conoci-miento. Es una conquista y también, undesafío ético. Acceder al poder obliga al cha-mán a mantenerse en una tensión perma-nente entre el bien y el mal. Pero es justa-mente allí, en ese filo de impecabilidad,donde reside su potencial terapéutico.

Uno de sus principales atributos es el de rea-lizar curaciones, tanto de enfermedades físi-

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cas como de trastornos del espíritu. Enmuchas culturas –como entre los pueblosnativos de las praderas norteamericanas-el término que se utiliza como sinónimo dechamán es el de hombre o mujer medicina,que alude tanto al conocimiento para sabercurar, como a la condición de ser una per-sona de poder. Según la cosmovisión indí-gena, tener poder es haber conquistado lafuerza personal interna. Una persona pode-rosa es un ser pleno de poder personal, portanto, lleno de la propia medicina.

La antropóloga Ángeles Arrien en su obra Lascuatro sendas del chamán rescata esta escla-recedora equivalencia al desarrollar lo quellama el camino del guerrero:“Para los pueblosaborígenes del continente americano las pala-bras poder y medicina son sinónimos. Cuandoexpresamos plenamente quiénes somos, se diceque estamos `llenos de poder´ y `expresandonuestra medicina´”. (1998, pág. 36).

Para los occidentales en cambio, tener poderes casi automáticamente asociado con elhecho de poseer recursos para dominar aotros. El poder es visto como una fuerzaexterna que se ejerce arbitrariamente de afuera

hacia adentro y de arriba hacia abajo. En laconcepción chamánica por el contrario, elpoder es una fortaleza que nace de adentrohacia fuera, y surge de abajo hacia arriba.

Creo que este es un punto clave y muyesclarecedor para reflexionar: aquello quenos hace poderosos es al mismo tiempoaquello que nos cura el cuerpo y nos sanael espíritu. Nuestro poder personal con-siste en desplegar y expresar cada vez másnuestro ser más profundo -nuestra medi-cina-, aquello que mejora y mantiene siem-pre activa y limpia la conexión entre unomismo, la vida y lo sagrado, o lo que losindígenas llaman el gran misterio. En tér-minos más cotidianos, nuestra medicinaes también todo aquello que nos hace bien,que nos enciende y nos entusiasma, quenos brinda felicidad, cada cosa que haga-mos que plenifique un poco más nuestroser. Esa es nuestra medicina y tomar de esafuente implica ganar poder personal.

El chamán, en su condición de guía espiri-tual, es también aquel que ayuda a los demásen el largo y a veces arduo proceso de trans-formación y autodespliegue, en el conoci-

miento y encuentro con uno mismo, connuestra esencia o nuestra alma.

La senda del chamán o el caminohacia el sí mismoOtro rasgo central de la cosmovisión cha-mánica es la visión del tiempo como un des-pliegue cíclico y continuo de potencialida-des. En lugar de nuestra idea abstracta deltiempo como un reloj que avanza lineal einexorablemente hacia un supuesto pro-greso indefinido, las culturas tradicionalesnos han legado una visión más natural ypulsante del tiempo, como un proceso querespeta las estaciones, las mareas, los días ylas noches, los cambios. Es por tanto, untiempo que sigue la lógica secuencial de loviviente, de aquello que nace, madura, enve-jece, muere y renace. Lo que vive siempreestá en evolución hacia otro estado y cadatanto, le toca atravesar una pequeña muertey un renacimiento, un pasaje hacia otranueva modalidad de ser.

Esto es algo que en Occidente nos cuestamucho aceptar. Nos resistimos a los cambiosno sólo por miedo, sino porque nadie nosha enseñado cómo atravesarlos ni nos ayuda

>>Chamán esquimalbatiendo el tambor paraevocar el espíritu de laplenitud. Dibujo deNanogak llamadoCanto, 1975/76, Isla deHolman.

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en ese tránsito, y con una angustiosa conno-tación emocional, a los momentos de cam-bio los llamamos crisis. Seguramente, éste esotro aspecto en el que las prácticas chamá-nicas aún pueden ayudarnos, ya que el cha-manismo como vimos, es el arte de transi-tar entre diversos mundos, entre distintostiempos y espacios, en suma, el arte de latransformación.

El psicólogo Carl G. Jung ya había seña-lado que el simbolismo del camino de ini-ciación que describe el chamanismo guardanotables paralelismos con lo que él deno-minó el proceso de individuación, esa cons-tante aproximación hacia un estado cada vezmás integrado del propio ser. Por su parteMircea Eliade, un gran estudioso de las reli-giones, muy cercano al propio Jung, asegu-raba que el chamanismo, más que un sis-tema de creencias, podía considerarse comoun conjunto de métodos terapéuticos.

El estudio del chamanismo a través de diver-sas épocas y culturas y su comparacióncon los procesos psicoterapéuticos contem-poráneos permiten encontrar varios puntosen común. Tanto la iniciación chamánicacomo el proceso de individuación:

• Buscan la sanación y allí reside su cuali-dad terapéutica.

• Tienen una visión holística, entendiendola salud como el equilibrio de los diversosplanos de la persona, o la alineación entreel espíritu, el alma, la mente, las emocio-nes y el cuerpo.

• Conciben la sanación como el desplie-gue del poder personal, llámese medicinao sí mismo.

• Ven el viaje a otras realidades, sea el mundode los espíritus, el tiempo de los sueños ocualquier otra forma de acceso al incons-ciente personal y colectivo, como unrecurso curativo.

• Usan la imaginación creadora como ins-trumento activo, a través de la búsquedade visiones, sueños o canalizaciones y suinterpretación simbólica.

• Toman como eje transformador la entregade la persona a los procesos de muerte yrenacimiento.

• Por último, ambos recorren secuencias quese suelen describir a través de metáforas alu-

sivas a la idea del camino o viaje, con un iti-nerario en el que se suceden diversas fases oinstancias: la fragmentación,el desmembra-miento y la pérdida de partes del alma,el des-censo al inframundo, la búsqueda y la recu-peración del alma,el encuentro con lo feme-nino, el ascenso a los mundos superiores enbusca del espíritu y el encuentro con lo mas-culino y por último, la integración y recon-ciliación de los opuestos,que en la visión jun-guiana se designa como las bodas sagradaso la unión de los esposos espirituales.

Chamán y terapeuta: arquetipos del“sanador herido”Estos paralelismos nos permiten encontrarsemejanzas entre las figuras del chamán ydel terapeuta, ya que ambos se dedican a

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guiar y asistir a otros en el proceso de cura-ción o de individuación; y los verdaderosméritos para ejercer ese rol sólo llegan des-pués de haber atravesado la propia experien-cia de autosanación. Es recién entonces, alencarnar el arquetipo del sanador herido, quepueden llegar a cumplir genuinamentecon su misión social.

En Occidente también existen figuras mito-lógicas que encarnan el sentido arquetípicodel saber chamánico. Se trata del dios Dioni-sos y del centauro Quirón.Ambos tienen pro-funda resonancia con el chamanismo y des-pués de conocer sus vidas, en las que se suce-den abandonos, muertes y renacimientos,podemos apreciarlos casi como dos grandeschamanes de Occidente.

>>La incertidumbre cabalga. Mural en técnica de mosaico realizado por estudiantes de laescuela Profesor Luis Quesada, Mendoza, Argentina, en base a un grabado de LuisQuesada. Fotografía: Ana María Llamazares.

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Dionisos pasó a la historia como el dios delvino, de la embriaguez, de la irracionalidady del desborde muchas veces violento; peropor sobre todo, fue el gran demiurgo deléxtasis. El simbolismo de este antiguo diospreolímpico, resulta muy revelador paracomprender qué lugar ocupan en Occidentelos estados no ordinarios de consciencia ypor qué lo dionisíaco, en su sentido másamplio, fue anulado de nuestras vidas. Porsu parte, Quirón, el centauro sabio de lamitología griega, que adquiere su sabidu-ría a fuerza de sobrellevar el dolor de su pro-pia herida incurable, resulta el perfectoarquetipo del sanador herido, de la auto-curación y la potencialidad de sabiduría queencierra la superación del dolor y la integra-ción de los opuestos a través de su doble con-dición humana y animal.

Tanto Dionisos como Quirón encarnan elprincipio iniciático por excelencia del des-tino chamánico, y de esta manera, nosrecuerdan que esta visión del mundo tam-bién está inscripta en nuestra propia tradi-ción occidental. Sin duda, ha llegado la horade redescubrirla y reapropiarnos de ella. Lospueblos originarios la han cultivado durantemilenios, han sido los encargados de enri-

[email protected] www.delrelojalaflordeloto.blogspot.com

Para contactar a la autora:

quecerla y preservarla ritualmente, y muchosde ellos hoy en día están generosamenteabriendo este conocimiento. Seguramente,es el momento de compartir no sólo el dolorque ha producido la occidentalizaciónmoderna, sino el gran poder sanador queencierra el conocimiento chamánico, algoque de alguna manera, pertenece a la huma-nidad en su conjunto.

Vivir de otra maneraA través de la práctica concreta, el chama-nismo sostiene hoy en día, una manera deconcebir y actuar en el mundo, radical-mente diferente a la que hemos desarro-llado en Occidente. De esta forma, podrí-amos decir que a través de su perduración,el chamanismo adquiere casi una condi-ción filosófica, pues más que un aporte ala antropología o a la historia de las reli-giones, su vigencia lo convierte en la vivademostración de que es posible vivir deotra manera, bajo otra visión del mundo,basada en la aceptación y la convivenciacon lo diferente, en la constante familiari-dad con lo no ordinario, con lo multidi-mensional y lo energético, en la búsquedaactiva del equilibrio y la complementaciónde los contrarios.l

Nota:algunos fragmentos han sido extraídos por la autora,

de su artículo Wounded West. The Healing Potential of

Shamanism in Contemporary World publicado en inglés

en el volumen Shamanism & the Wounded West (Volu-

men 32, Nro. 2) de la revista ReVision, Journal of Cons-

ciousness and Transformation, EEUU.Publicado también

en castellano como Occidente Herido. El potencial sana-

dor del chamanismo en el mundo contemporáneo en la

Colección Artículos de la Fundación desde América.

*Antropóloga especializada en el estudio de la cons-

ciencia. Investigadora y docente sobre nuevos para-

digmas y pensamiento holístico, arte, chamanismo

y simbolismo de América prehispánica. Investigadora

del CONICET. Docente universitaria (Universidad

Nacional de Tres de Febrero, Universidad Nacional de

Rosario). Directora de la Fundación desde América.

Autora del libro Del reloj a la flor de loto. Crisis con-

temporánea y cambio de paradigmas, Editorial Del

Nuevo Extremo, Buenos Aires (2011).

AArrrriieenn,, ÁÁnnggeelleess. 1998. Las cuatro sendasdel chamán. El guerrero, el sanador, elvidente, el maestro. Madrid, Gaia.DDoooorree,, GGaarryy.. (Ed.) 1993. El viaje del cha-mán. Curación, poder y crecimiento per-sonal. Barcelona, Kairós.EElliiaaddee,, MMiirrcceeaa. 1993. El chamanismo y lastécnicas arcaicas del éxtasis. México, FCE.LLllaammaazzaarreess,, AAnnaa MM.. 2012. OccidenteHerido. El potencial sanador del chama-nismo en el mundo contemporáneo.Buenos Aires. Ediciones Fundacióndesde América. LLllaammaazzaarreess,, AA.. MM.. y CCaarrllooss MMaarrttíínneezz SSaarraa--ssoollaa. 2011. El lenguaje de los dioses. Arte,chamanismo y cosmovisión indígena enSudamérica. (Eds.). Buenos Aires. Biblos.

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>Centauros. Mural en técnica de mosaico realizado por estudiantes de la escuelaProfesor Luis Quesada, Mendoza, Argentina, en base a un grabado de LuisQuesada. Fotografía: Ana María Llamazares.