Capital Social Como Motor de Desarrollo

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EL CAPITAL SOCIAL COMO MOTOR DE DESARROLLO ECONÓMICO Sander Rangel Las teorías del desarrollo han experimentado una renovación considerable en los últimos años, acercándose a fuentes de pensamiento que hasta hace poco habían permanecido ajenas a sus líneas principales de razonamiento. Los conceptos sobre desarrollo humano, desarrollo político o desarrollo sostenible quieren expresar la apertura hacia nuevas dimensiones que permitan una comprensión más integral de los problemas del desarrollo. La noción capital social, ha hecho fortuna como uno de los desarrollos conceptuales más prometedores, para explicar las causas del desarrollo o del subdesarrollo y proponer alternativas, más allá de las inversiones tradicionales en capital físico o humano. El capital social expresa el valor de prácticas informales de conducta derivadas de valores integradores de relación basados en la reciprocidad y la confianza. Desde mediados de los años noventa, el concepto de capital social empezó a gozar de gran auge entre investigadores de distintas disciplinas incluida la economía. Aparentemente, la idea de capital social surgió de manera intuitiva, sin que hubiera sido definida con precisión. En economía, ha sido usada con distintos significados: el stock agregado de todas las formas de capital de un sistema económico, el capital destinado a la presentación de servicios sociales, el capital acumulado por medio de la inversión pública y el valor de las relaciones sociales (Wall, 1998 pág. 303). Aunque las citas más antiguas con esta connotación, se encuentran en los textos de Lyda Hanifan (1920, citada por Woolcock 1998) y Jane Jacob (1961), estas autoras sólo mencionaron de manera pasajera el término sin profundizar en su definición. Los primeros esfuerzos por definir y

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EL CAPITAL SOCIAL COMO MOTOR DE DESARROLLO ECONÓMICOSander Rangel

Las teorías del desarrollo han experimentado una renovación considerable en los últimos años, acercándose a fuentes de pensamiento que hasta hace poco habían permanecido ajenas a sus líneas principales de razonamiento. Los conceptos sobre desarrollo humano, desarrollo político o desarrollo sostenible quieren expresar la apertura hacia nuevas dimensiones que permitan una comprensión más integral de los problemas del desarrollo.

La noción capital social, ha hecho fortuna como uno de los desarrollos conceptuales más prometedores, para explicar las causas del desarrollo o del subdesarrollo y proponer alternativas, más allá de las inversiones tradicionales en capital físico o humano. El capital social expresa el valor de prácticas informales de conducta derivadas de valores integradores de relación basados en la reciprocidad y la confianza.

Desde mediados de los años noventa, el concepto de capital social empezó a gozar de gran auge entre investigadores de distintas disciplinas incluida la economía. Aparentemente, la idea de capital social surgió de manera intuitiva, sin que hubiera sido definida con precisión. En economía, ha sido usada con distintos significados: el stock agregado de todas las formas de capital de un sistema económico, el capital destinado a la presentación de servicios sociales, el capital acumulado por medio de la inversión pública y el valor de las relaciones sociales (Wall, 1998 pág. 303).

Aunque las citas más antiguas con esta connotación, se encuentran en los textos de Lyda Hanifan (1920, citada por Woolcock 1998) y Jane Jacob (1961), estas autoras sólo mencionaron de manera pasajera el término sin profundizar en su definición. Los primeros esfuerzos por definir y conceptualizar el capital social corresponden a los trabajos de Bourdieu (1986), Coleman (1990) y Putman (1993).

El interés de Bourdieu por el tema del capital social, hace parte de un programa de investigación sociológico y antropológico que trata el intercambio mercantil como una forma más de intercambio, y que sea capaz de identificar cómo las distintas formas de capital se transforman en otras. En su perspectiva, el capital (en todas sus formas) es equivalente al poder y su distribución configura la estructura social. Richard Putman, centró su interés en el compromiso cívico, es decir, el nivel de participación social en organizaciones de pequeña escala y poco jerarquizadas que contribuyen al buen gobierno y al progreso económico, generando normas de reciprocidad generalizada. James Coleman, define el capital social en términos funcionales, es decir, no por lo que es sino por las funciones que desempeña, señala que el capital social es un bien público en el

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sentido de que sus beneficios no sólo son captados por los actores involucrados en una determinada relación social sino por otros.

Mientras los enfoques comunitarios y de redes, tienden a tratar el capital social como una variable independiente que da lugar a diversos resultados, la visión institucional lo ve como una variable dependiente. El primer enfoque sostiene que la capacidad de los grupos sociales de movilizarse por intereses colectivos, depende precisamente de la calidad de las instituciones formales con las cuales funcionan (North 1990) La visión sinérgica, integra el desafiante trabajo proveniente de los ámbitos institucionales y de redes. Sin embargo, los Estados, las empresas y las comunidades, por si solas, no poseen los recursos para promover un desarrollo sostenible y de amplio alcance; se requieren complementariedades y asociaciones entre diferentes sectores dentro de ellos. El papel del estado en cuanto a facilitar resultados positivos de desarrollo, es el más importante y problemático.

El punto de vista más amplio sobre el capital social, incluye el ambiente social y político que conforma la estructura social y permite el desarrollo de normas. Este análisis extiende la importancia del capital social hasta las relaciones y estructuras institucionales más formalizadas; por ejemplo el gobierno y el régimen político, la aplicación del derecho, el sistema judicial, y las libertades civiles y políticas. Esta perspectiva, no sólo toma en cuenta las virtudes y los vicios del capital social y la importancia de la formación de relaciones dentro y entre comunidades, sino también reconoce que la capacidad de varios grupos sociales para actuar en su propio interés depende crucialmente del apoyo (o la falta de apoyo) que reciban del estado y del sector privado.

Existe diversidad de estudios que demuestran la relación entre capital social, desarrollo económico y pobreza. Knack y Keefer (1995 y 1997), relacionan el capital social con la calidad de las instituciones políticas, legales y económicas de una sociedad. Sobre la base de diversos índices de calidad institucional recopilados por organismos inversionistas y grupos de derechos humanos; estos estudios muestran que magnitudes como “confianza generalizada”, “imperio de la ley” y “cualidades burocráticas,” se asocian de manera positiva con el crecimiento económico. En un estudio reciente, Knack (1999:28) concluye que “el capital social reduce las tasas de pobreza y mejora, o al menos no empeora, la desigualdad de ingresos”1.

El factor de desarrollo y confianza institucional, juega un papel importante en la formación de capital social. Piedad Patricia Restrepo (1999) sostiene que existe un círculo virtuoso ó vicioso que articula la relación entre capital social y confianza en las instituciones. A este respecto, afirma que “es esencial subrayar que aunque no

1 Knack, Stephen. “Social Capital, Growth, and Poverty: A Survey of Cross- Country Evidence. World Bank. Washington. D.C. 1999. Pág.207.

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existe un punto de inicio ideal para el circulo virtuoso, es más factible un desarrollo institucional eficiente para crear confianza que lo contrario2”. Según la investigadora, es muy difícil acumular capital social en países caracterizados por bajo desarrollo institucional que minan la confianza de la población en sus gobernantes.

El grado de confianza y la asociatividad, son variables fundamentales en la formación del capital social en una comunidad. Existen algunos estudios empíricos que demuestran la fortaleza de esta relación. Portes, López de Silanes, Shleifer y Vishny(1997) realizaron un estudio en seis países donde encontraron una correlación significativa entre el grado de confianza existente y factores como la eficiencia judicial, la ausencia de corrupción y la calidad de la burocracia. Knack y Keefer (1996), tomaron una muestra de diecisiete países donde encontraron una fuerte correlación estadística entre confianza, normas de cooperación cívica y crecimiento económico. Un resultado importante, es que según estos investigadores, el capital social formado gracias a la cooperación y la confianza, es mayor en las sociedades menos polarizadas en cuanto a la desigualdad de los ingresos y a las diferencias de raza.

Sin embargo, para lograr recomendaciones normativas concretas que permitan utilizar el capital social como herramienta de desarrollo, es necesario contar con una mayor investigación comparativa, en la que para medir variaciones dentro y entre países respecto de la disminución de la pobreza, el desempeño gubernamental, los conflictos étnicos y el crecimiento económico, se emplean medidas más precisas del concepto que permitan expresar lo cualitativo en cuantitativo.

CONCEPTO DE CAPITAL SOCIAL

El capital social expresa relaciones de reciprocidad y mutualidad, por lo tanto, el capital social, que siempre será capital colectivo, contribuye al desarrollo social en tanto forma parte de una estructura social y facilita ciertas acciones de individuos integrados a esa estructura social. La cohesión social es importante para lograr mayor éxito en lo social.

El Capital Social es definido por su función, no es una entidad simple o aislada, sino una trama de diferentes entidades con dos características en común: son parte de algún aspecto de la estructura social y facilitan ciertas acciones de los individuos integrados a dicha estructura. Se crea a través de las relaciones interpersonales, las cuales cambian para facilitar la acción. Es menos tangible que el capital físico y humano y no es una entidad física. Es fruto de la

2 Restrepo, Piedad Patricia.” Instituciones, Organizaciones y Capital Social: factores explicativos del crecimiento ó atraso de las naciones”. Lecturas de Economía. No 50. Medellín. Enero- Junio 1999. Pág.145.

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acumulación por la repetición del intercambio y se basa en la confianza. El capital social y las instituciones no son lo mismo, pero se interrelacionan, a mayor confianza en las instituciones mayor será el capital social. Ambas se parecen en el problema de la confianza, aunque para el capital social el problema de la confianza es crítico.

El capital social es un concepto evolutivo, compuesto por diversos elementos como la confianza, valores éticos, conciencia cívica, asociatividad y cohesión social, logrando integrar diversos componentes de la sociedad para lograr mayor prosperidad socio- económica en forma sostenible.

A partir de la definición de capital social, que implica e incorpora las relaciones entre las personas, las cuales inciden en el cambio de los individuos hacia la acción, se puede afirmar que no habrá cambio hacia la acción si no existe solidaridad, la cual significa sentido de pertenencia a una estructura social, si no hay sentido de pertenencia poco aportarán los individuos al desarrollo. El capital social es un factor productivo. El equilibrio entre lo económico y lo social lleva al desarrollo equilibrado o al desarrollo social.

Desde la perspectiva de la teoría de la acción racional, Coleman (1938) considera que la confianza es el sustento de las relaciones de reciprocidad en que se basa el capital social, de ahí el carácter que reviste este como recurso inmerso en las relaciones sociales, del que se pueden obtener beneficios individuales. Asimismo, la norma de reciprocidad basada en la confianza, al lado de diversas normas sociales que favorecen determinadas conductas y constriñen otras, ayuda a resolver problemas relacionados con los bienes públicos en una comunidad, de ahí que el capital social también pueda beneficiar a colectividades y esté, por ello, dotado de una naturaleza colectiva3

A partir del reconocimiento de la norma de reciprocidad relacionada con la confianza, Putman plantea que el capital social consiste en aquellas “características de la vida social traducidas en la forma de normas de reciprocidad, redes, asociatividad, confianza y compromiso cívico que mejoran la eficacia de la sociedad facilitando la acción coordinada”. En este marco, las organizaciones voluntarias son vistas como instrumentos para la formación de capital social ya que, en virtud de repetidas interacciones, facilitan las conexiones sociales y la cooperación y engendran la confianza entre sus miembros.

Robert Putman hace énfasis en las asociaciones como mecanismos pedagógicos y con funciones de generalización de normas sociales y de conversión de la confianza interpersonal en confianza generalizada: “La participación en asociaciones secundarias produce comunidades cívicas, cuyos miembros se

3 Coleman, James (1990) Foundation of social theory. Cambridge: Belknap. Press

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comprometen en acciones colectivas para mutuo beneficio y que demandan un gobierno sensible” (1994). Las redes de compromiso cívico promueven la cooperación porque incrementan los costos de no cooperar; facilitan la comunicación y mejoran los flujos de información; refuerzan las normas de reciprocidad, representan un pasado de colaboración y proveen un proyecto para la cooperación futura (Knight, 2001).

Putman indica que en algunos casos que en algunos casos los beneficios de la cooperación se extienden más allá del interés inmediato de las personas que hacen la inversión y, en otros, el beneficio se restringe a quienes participan (Putman y Goss, 2002). En el campo de las organizaciones en tanto formas de capital social, esto significa que algunas tienden a promover los intereses materiales, sociales o políticos de sus propios miembros, mientras que otras se preocupan por los bienes públicos. Grupos en la primera categoría generalmente son los que se organizan en torno a la clase, el género o la pertenencia étnica y existen para preservar o reforzar los lazos sea de nacimiento o de circunstancia. Llama a esta distinción organizaciones que miran hacia dentro o hacia fuera (2002)4

Respecto de las organizaciones de la sociedad civil, Anheier y Kendall (2002) recuerdan que los miembros de organizaciones arraigadas en comunidades con proximidad geográfica, con intereses y/o valores compartidos, conocen los esquemas mentales, las situaciones de vida, aspiraciones y problemas de otros miembros, lo cual favorece la confianza y la cooperación.

Los planteamientos de Putman respecto de las variables pedagógicas de las organizaciones y de sus efectos en la generación de compromiso cívico han sido objeto de diversas críticas; quienes destacan la importancia del contexto en que se desarrolla la confianza indican que la membresía en organizaciones puede conducir a la creación y mantenimiento de confianza si las formas de inclusión social y participación refuerzan las creencias en la legitimidad del orden social y en el sistema político y si fortalecen la confianza en el funcionamiento de la sociedad como un sistema predecible.

Para esta visión, la relación entre confianza y capital social depende de la estructura de la sociedad civil y la legitimidad del sistema político; es decir, que la membresía en asociaciones voluntarias estará asociada con la confianza únicamente si existe confianza general en el sistema (Anheier y Kendall, 2002). Sin embargo, está crítica no cancela ni resuelve el problema de los mecanismos de generación de confianza de las asociaciones voluntarias.

4 Putman, Robert (1993), The Prosperous Community: Social Capital and Public Life, En The American Prospect. Mayo 1996.Pág. 18- 21

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Desde otro ángulo, diversos autores han coincidido en que la explicación de Putman sobre las fuentes de la confianza es insuficiente para comprender cómo se genera y mantiene ésta, y en que tampoco explícita el modo ni los mecanismos por medio de los cuales esto ocurre (Levi; Farell y Knight, 2003); asimismo, hacen hincapié en que la confianza se crea desde arriba: las instituciones políticas que son percibidas como justas y razonables eficientes, incrementan la probabilidad de que los ciudadanos cooperen (Levi, 1998; Rothstein, 1998).

De igual modo, se ha puesto en duda la vinculación entre confianza y organizaciones y se ha señalado que quienes más confían en los otros tienden a participar más en las organizaciones, de ahí que no se pueda afirmar que éstas incrementen la confianza de los individuos (Stolle, 1998). Y, en caso de que lo hagan, no todas las asociaciones muestran las mismas cualidades de fomento a conductas, actitudes y valores de civilidad que faciliten la generalización de la confianza hacia las instituciones y estimulen el compromiso cívico (Levi, 1998; Stolle, 2001).

A partir de estos cuestionamientos, varios investigadores han avanzado en el análisis sobre cómo las asociaciones, contribuyen a generar confianza en distintos ámbitos (Knight y Farell, 2003). Particularmente en los que se refiere al compromiso cívico, Stolle ha puesto en duda el hecho de que todas las asociaciones tengan la misma capacidad para favorecer la confianza generalizada y facilitar el compromiso cívico.

Muchas veces se confunde el concepto de capital social y asociatividad, es por eso que se caracteriza la asociatividad como una propiedad de la acción comunicativa, es decir como caracterización por la acción orientada al entendimiento5, optar por tal definición tiene varias consecuencias lógicas, la primera es la toma de partido por un concepto de acción social que posees un contenido reflexivo, es decir basar el concepto de asociatividad en la reflexividad del vínculo social, esto para distinguir el concepto de asociatividad del capital social a nivel el que, según una de las definiciones más actualmente utilizadas, acuñadas por Woolcook y Narayan, se refiere a las normas y redes que permiten a las personas actuar colectivamente (2000: 225), esta definición como correctamente señalan los autores parte desde las fuentes y no de las consecuencias del capital social6, pero muestran una debilidad en el mismo argumento que presentan

LA MEDICIÓN DEL CAPITAL SOCIAL.

Las investigaciones que se han realizado sobre Capital Social, han intentado medir el efecto que éste ejerce sobre el desarrollo sostenible y económico de 5 Wool cook, Michael (1998), Social capital and economic development: Toward a theoretical synthesis and policy framework, En: Theory and Society, 27, Pág. 151- 208.6 Ibidem

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algunos países. Es por esta razón que varias organizaciones a nivel mundial no se han dedicado solamente a teorizar, sino ha crear estándares de medición que evalúen el comportamiento y el desarrollo del capital social al interior de las sociedades.

Dado este interés, muchas organizaciones nacionales e internacionales han enfocado sus estudios a la medición de capital social; entre éstas, algunas reconocidas como: El Banco Mundial con el World Development Report7, la Organización de las Naciones Unidas con el PNUD8, Departamento Nacional de Planeación Nacional en acompañamiento a la metodología Barcas, la CEPAL, la ONG CHF Internacional con su programa de Asistencia Humanitaria a Poblaciones en situación de desplazamiento9 y la Contraloría General de la República, entre otras.

La participación de estas entidades en la elaboración de estos proyectos, demuestra la relevancia que adquiere el desarrollo del Capital Social a través de sus dimensiones, en la creación de Sociedades fuertes, las cuales según la ecuación causal10 de Putnam, generarían a la vez una economía pujante y de mayor conveniencia para el país en términos de desarrollo económico a largo plazo.

A través del tiempo, los estudios anteriormente mencionados han llegado al análisis de poblaciones vulnerables y de especial cuidado en temas referentes a la pobreza, calidad de vida y desplazamiento, Colombia ha sido uno de ellos. En Colombia se puede reconocer el estudio realizado por John Sudarsky, quien se dedicó a la medición del capital social a través de la metodología BARCAS11; esta investigación permitió reconocer que el capital social acompañado de la motivación al logro, son dos factores que al interactuar positivamente generan una sociedad cívica moderna; en la cual se podrían presentar las tasas de crecimiento que un país en desarrollo requiere.

Luego de revisar la literatura sobre capital social, Sudarsky, elaboró un listado de las variables y dimensiones. Posteriormente, diseñó un instrumento de medición

7 Esta investigación fue sustentada por el Banco Mundial en un trabajo económico y sectorial, en nuevas actividades operacionales y en la medición de la pobreza en los hogares individuales. Para la elaboración de este estudio se tomó como caso representativo la prueba piloto realizada en Albania y Nigeria durante el año 2002.8 Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Su objetivo es promover investigaciones que conduzcan a la formulación de metodologías que ayuden a generar una sociedad con más capital humano y por supuesto, con un desarrollo sostenible del mismo.9 Este programa se realizó en Colombia desde mayo de 2001, ha brindado especial atención a 23.000 familias (65.0000 personas), en 15 ciudades capitales y más de 80 municipios.10 Sociedad Fuerte – Economía Fuerte, Sociedad Fuerte – Estado Efectivo.11 Elaborado durante los años de 1995 a 2001 y llamado también “El Barómetro del Capital Social en Colombia”. Este proyecto de investigación fue desarrollado para el Departamento Nacional de Planeación”.

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de un modelo básico partiendo de preguntas básicas de cuyas respuestas surgieron las variables agrupadas en dimensiones entre las que se destacan la participación cívica, la confianza institucional, el control social, la solidaridad y mutualidad entre otras. Para su estudio, el investigador nacional utilizó diez dimensiones (sin contar con las demográficas) y sesenta y siete variables.

El principal limitante, es que Sudarsky, no explica adecuadamente como consigue la estructura utilizada para medir el capital social ni define su concepto. Uno de los trabajos que más se ha acercado a un estudio empírico satisfactorio de medición, es el de Keefer y Snack, 1997) quienes tomaron elementos comunes de capital social en todas las definiciones para desarrollar su metodología.

Los avances en la medición del capital social, a nivel mundial se han alcanzado, a través de entidades internacionales como The World Bank; que por medio del World Development Report 2000/0112 concluye, que la adaptación local de las pruebas piloto realizadas en diferentes lugares, para medir el capital social, es el elemento más importante a tener en cuenta en la elaboración de la encuesta de medición. Ya que se ubica dentro del contexto que se está analizando y, por ende, conduce a realizar las modificaciones necesarias en la encuesta; este aspecto es indispensable porque reduce el tiempo y los problemas en la comunicación, evita reacciones imprevistas por parte de los encuestados y, conduce a un mayor nivel de confianza y entendimiento de la prueba.

Otra de las organizaciones multilaterales que ha aportado a la medición del capital social, es la Organización de las Naciones Unidas por medio del PNUD’13. Esta entidad ha desarrollado su labor, fundamentalmente, en el estudio y análisis del desarrollo humano a nivel mundial, encontrando en su medición que “solo 105 países tienen un desarrollo humano alto, 86 hacen parte del amplio grupo de países con desarrollo humano medio y finalmente 34 se encuentran en desarrollo humano bajo”14.

Se puede decir, que para fortuna nuestra, Colombia se encuentra en el puesto 74, con lo cual según el Informe sobre Desarrollo Humano del 2003 se aproxima al conjunto de países que se esfuerzan por tener en toda su población un nivel aceptable de calidad de vida. Este informe nace del cálculo del Índice de Desarrollo Humano (IDH) creado en el PNUD.

12 Reporte del Desarrollo Mundial. Este documento condujo a la generación de un grupo de dimensiones que se observaron en la prueba piloto en Nigeria y Albania.13 Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Su objetivo es promover investigaciones que conduzcan a la formulación de metodologías que ayuden a generar una sociedad con más capital humano y por supuesto, con un desarrollo sostenible del mismo.14 Organización de las Naciones Unidas – Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo “Informe sobre desarrollo humano 2003”, Estadísticas.

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Este índice está basado en la medición de los “logros en términos de esperanza de vida, educación e ingresos reales ajustados”15. Pero para calcularlo, se ha enfatizado desde el año 2002 en determinar los “círculos virtuosos y viciosos entre crecimiento económico y desarrollo humano en los diferentes estados […] integrando el concepto de desigualdad al interior del índice de desarrollo humano”16; para mejorar este último y la labor de los gobiernos comprometidos con el capital social en su respectivo país.

5. ESTUDIOS EMPIRICOS REALIZADOS PARA MEDIR EL CAPITAL SOCIAL

Uno de los inconvenientes (que se convierte en un limitante fundamental para estudiar el tema de capital social), es la gran diversidad de conceptos y definiciones que se pueden encontrar en un sin numero de textos y artículos especializados sobre el tema. También es necesario mencionar, la dificultad de “medir” de una manera adecuada y satisfactoria variables subjetivas (propias del capital social), lo que ha generado debates y controversias entre los investigadores que utilizan diferentes metodologías e instrumentos para cuantificar el grado de capital social alcanzado por una comunidad, por una región o un país.

Lo anterior, no significa que la creación y mantenimiento de condiciones necesarias para fortalecer el capital social, no sea un objetivo inalcanzable en las políticas socio económicas a nivel municipal, distrital ó nacional, sino que las características culturales y políticas de la población, establecen condicionamientos metodológicos particulares, que se reflejan en los alcances y limitaciones de los innumerables estudios realizados sobre el tema.

En este apartado, se mencionaran algunas de las investigaciones que han elaborado instrumentos para medir el grado de capital social partir de las dimensiones de confianza y asociatividad lograda entre los miembros de una comunidad ó país.

Knack y Keefer (1996) establecieron las relaciones estadísticas entre confianza, crecimiento económico y normas de cooperación cívica en un grupo importante de países, encontrando que el capital social apoyado en niveles de confianza y asociatividad, es mayor en aquellas sociedades caracterizadas por bajos diferenciales de desigualdad económica y étnica.

De otro lado. Narayan y Pritchet (1.997) detectaron que los hogares rurales de Tanzania que tenían mayores ingresos, eran proclives a integrar mejores y más eficientes organizaciones colectivas que les permitían incrementar la productividad de la tierra y conocer adecuadamente los mercados. En esta misma dirección,

15 Ibíd. PNUD 2003.16 ONU – PNUD “Informe sobre Desarrollo Humano, México 2002”, Prefacio.

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Karachi, Kennedy y Lochner (1997) lograron establecer un grado de correlación significativo entre el grado de confianza entre los habitantes de Alameda County (EUA) y la desigualdad en la distribución de las rentas; la misma correlación se observa entre la tasa de mortalidad promedio y la participación en asociaciones voluntarias.

.Fafechamps y Minten (1.999) citados por Vargas Forero (2.002) encuestaron a 790 comerciantes agrícolas de Madagascar y encontraron que el éxito de sus negocios dependía en gran medida de la reputación y los lazos de confianza que establecen con sus clientes y competidores.

Un testimonio sobre los beneficios de la asociatividad y la confianza comunitaria, se encuentra en un suburbio de la ciudad de Lima (Perú) llamado Villa Salvador. En 1971, varios centenares de personas desplazadas de otras regiones de ese país y habitantes de tugurios de Lima, invadieron tierras públicas. La comunidad creo un modelo organizativo basado en la participación activa y que representa los intereses de toda la población. Lograron en menos de veinte años construir 50.000 viviendas, 64 centros educativos y 32 bibliotecas populares, una red de farmacias y centros de servicios de salud, cooperativas de mercados, asociaciones de pequeños industriales y comerciantes.

Kliksberg, explica este interesante testimonio de capital social en función de la riqueza cultural de la comunidad heredada de sus ancestros. “Los campesinos de los Andes carecían de toda riqueza material, pero tenían un rico capital social. Llevaban consigo la cultura y la tradición indígena, y una milenaria experiencia histórica de cooperación, trabajo comunal y solidaridad”17. Esta circunstancia, contribuyo a desarrollar sentimientos de confianza entre los miembros de las comunidades y fomento una visión asociativa que se tradujo en participación activa por autogestión. Lo anterior, muestra una vez más la relevancia del stock de capital social con que cuanta una comunidad antes de iniciar un proyecto asociativo, que al manifestarse, se convierte, según lo establecido por Becker (1976), en una función de utilidad dinámica. Aunque los habitantes de Villa Salvador no han logrado superar los umbrales de la pobreza, crearon un perfil de sociedad comunitaria muy particular.

Un estudio de caso muy similar al que se desarrollará en esta investigación, fue el elaborado por Forni, Siles y Barreiro en el año 2.003 en dos barrios pobres (Alem y José Paz) de Buenos Aires. El objetivo principal de ese trabajo fue el de cuantificar el capital social de nexo, de vinculo y de puente existente en los hogares y en las organizaciones comunitarias de base de estos barrios. Los investigadores coinciden con Putnam (1993) cuando consideran que la pobreza no solamente esta circunscrita a la carencia extrema de bienes físicos, sino a

17 Kliksberg Bernardo. Hacia una Economía con Rostro Humano. Asunción. 2002

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deficiencias de bienes socio-emocionales. En este aspecto específico, juegan un papel fundamental las organizaciones religiosas, comunales y estatales.

La muestra para realizar la investigación en los barrios de Buenos Aires, estuvo compuesta por 203 hogares seleccionados por muestreo aleatorio simple. Para el caso de los jefes de hogar, se diseño una encuesta probabilística, mientras que a los lideres comunitarios se les aplicó una entrevista semi- estructurada que buscaba identificar las características de las organizaciones y el grado de relación establecida a través de redes para medir el vinculo a nivel inter-organizacional.

Para construir un instrumento de medición de capital social, el trabajo en referencia utilizo cinco dimensiones ó variables básicas: La visión del área local, referente a las percepciones individuales frente a la cobertura de los servicios públicos, de salud, el sistema educativo, la policía, el transporte, etc. Esta dimensión incluyo además aspectos sociales graves como la violencia, el uso de drogas y alcohol al interior de los barrios. La segunda dimensión, incluyo las redes sociales (familiares, amigos, vecinos, asociaciones comunitarias entre otras) relacionada con la tercera dimensión denominada apoyo social, que apunto a determinar el grado de densidad ó cercanía de las redes sociales.

La conformación y el sostenimiento de redes sociales, depende de una variable que es considerada como el elemento dinamizador del capital social en cualquier comunidad: La confianza y el grado de reciprocidad entre sus miembros y organizaciones. Está fue la cuarta dimensión del trabajo desarrollado en Buenos Aíres. La última, hace referencia al compromiso cívico, medido por la participación activa de los habitantes en su propia comunidad y en su percepción acerca de la posibilidad de influir en asuntos importantes para la misma y la información que cada individuo tiene sobre los asuntos comunitarios considerados prioritarios.

El estudio en mención, resalta (lo mismo que en Villa Salvador) la importancia de que existan redes sociales anteriores que faciliten la conformación de tejido asociativo en la comunidad. Se concluye, que las familias a partir de las relaciones que establecen entre si, son capaces de generar capital social de nexo, resultado del nivel de confianza y compromiso que se crea entre ellas. Se observo también que las diferentes organizaciones comunitarias al establecer relaciones de diversa intensidad con otros actores sociales, conforman redes a partir de las cuáles se genera y acumula capital social de unión.

A nivel de nuestro país, es importante resaltar la investigación realizada en el año 2.002 por la consejería presidencial, denominada capital social y gestión en el programa “empleo en acción”. El estudio precisa el marco general en el cuál se desarrolla la gestión pública y los aportes que ésta le hace a la recuperación de la confianza en las instituciones del estado por parte de los ciudadanos y a la cohesión social, así como los aportes de las ONGs al proceso de ejecución de

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recursos públicos, a la formación de capital social y de valor agregado para las relaciones sociales.

La muestra de análisis, se diseño teniendo en cuenta la representatividad regional, ciudades consideradas prioritarias, número de proyectos por ciudad y facilidad de acceso. Se escogieron catorce municipios de ocho departamentos y se incluyo a Bogotá. Posteriormente, se aplicaron 204 encuestas a beneficiarios del programa, 22 a ONGs y 12 a proponentes. Las variables utilizadas para medir el capital social fueron: confianza, conciencia cívica, cooperación, valoración y asociatividad.

Como indicadores de la variable confianza, se estableció la credibilidad en el programa, en las instituciones y en los compañeros; la conciencia cívica, se midió a través del grado de conocimiento de los derechos y deberes ciudadanos, respeto por las normas y bienes comunes. Como indicadores de cooperación, se utilizaron la ayuda a otras personas en el trabajo, la reciprocidad percibida y el aumento de la disposición de ayuda durante la ejecución del proyecto. La variable valoración, se estableció a partir de la percepción de apoyo por parte del grupo, y el deseo de continuar trabajando con el mismo. Como la mayoría de otros trabajos, se escogieron la vinculación a organizaciones, la participación en reuniones y la posibilidad futura de aumentar dicha participación, como indicadores de la variable asociatividad.

Los resultados de la muestra, reflejaron que el 97% de los encuestados cree en el cumplimiento de los acuerdos con las instituciones. El 90% considera ser respetuoso por los bienes comunes, sin embargo, solo el 21% cree que los demás respetan las normas. En general, los indicadores obtenidos son relativamente altos. El nivel de confianza y de valoración en todos los municipios donde se elaboró la encuesta, presentan los mayores indicadores en relación con los demás elementos considerados. Los resultados obtenidos, mostraron que la asociatividad como elemento articulador del proceso de formación de capital social, presentó los niveles más bajos.

Llama la atención, que a pesar de existir niveles de confianza elevados, está no se manifiesta en participación activa y permanente en organizaciones. A diferencia de los resultados de los estudios sobre capital social realizados por Sudarsky y Cuellar (a los que nos refiriéremos adelante), en este estudio las condiciones de capital social encontradas, son favorables.

En un trabajo de investigación mas reciente, Polanía (2.005), elaboró un modelo estadístico para medir en las cuatro principales ciudades del país, el efecto de la formación de capital social sobre el nivel de ingreso de los hogares. Para ello, utilizó la encuesta social de Fedesarrollo de 2.002. La variable asociatividad, se

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utilizó para determinar la medida de capital social; como indicadores, la investigadora estableció el número de organizaciones horizontales y verticales18.

Continuando con el anterior trabajo, se considera que la participación en asociaciones voluntarias, depende de características familiares como edad, región de origen, nivel educativo de los miembros del hogar, genero, estado civil del jefe de hogar y nivel de ingreso alcanzado. Este último, se desprende de la función:

Yi = f ( i + i )

Donde, Xi es un vector de características observables del hogar, es el vector de parámetros correspondientes que mide los efectos de cada una de las características contenidas en Xi, sobre su ingreso Yi. i representa el efecto de las características no observables sobre el ingreso. La densidad en asociaciones voluntarias, se establece como una función de forma:

bi = f ( i + vi )

Donde, bi es la densidad de capital social, i es un vector de características observables del individuo y del hogar que afectan la decisión de participación, es un vector de parámetros correspondientes que mide los efectos de cada una de las características contenidas en Z i sobre el nivel de participación y vi representa el efecto de las características no observables sobre éste. El vector de características Z i, difiere para la participación en organizaciones horizontales y en organizaciones verticales.

El modelo empírico, mostró que el promedio de asociaciones voluntarias tanto verticales como horizontales a las que pertenece un hogar urbano en Colombia, es bajo en comparación con lo que se conoce para países como Bolivia, Tanzania e Indonesia. La participación de los hogares con jefatura femenina en organizaciones horizontales es significativamente mayor que los hogares con jefatura masculina. Existe una relación directa entre los hogares de mayores ingresos y los que participan en organizaciones voluntarias y no hay diferencia cuando se considera sólo la participación en organizaciones horizontales. El efecto del capital social vertical sobre el ingreso es cinco veces más alto que el capital social horizontal, aunque no es estadísticamente significativo; sin embargo, los hogares con miembros que tienen un mayor nivel de educación, participan más en organizaciones verticales.

18 Las organizaciones ó asociaciones horizontales, son las establecidas por grupos que tienen características demográficas similares. Sus miembros interactúan permanentemente y comparten intereses comunes: vínculos con familia, vecinos, amigos, compañeros de trabajo, incluyendo grupos religiosos, cívicos y barriales. Las asociaciones verticales, se refieren a la capacidad de relacionarse con agentes (instituciones formales) externos a la comunidad (bancos, entidades públicas, centros de salud, sindicatos). Son relaciones jerárquicas que establecen distribuciones de poder desigual.

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El estudio en mención, concluye que el ingreso de los hogares no afecta al capital social y este no es relevante en la decisión de participar en organizaciones horizontales. Estas son indispensables para contar con un ingreso estable que permiten además enfrentarse con menor vulnerabilidad ante choques inesperados. Los hogares que participan más en este tipo de organizaciones, son más pequeños y el jefe de hogar es casado, este cuenta con niveles de educación bajos, el hogar tiene miembros que han emigrado a otras regiones y cuenta también con personas desempleadas. Todas estas características, son contrarias en los hogares que participan más en organizaciones verticales.

Asumiendo el riesgo de hacer comparaciones en estudios que emplearon metodologías y escenarios diferentes, se puede observar que tanto el estudio de Polanía como el del programa “empleo en acción”, coinciden en que el grado de asociatividad encontrado en los hogares estudiados es bajo; sin embargo esta última investigación a diferencia de la primera, no incluye en la medición de capital social la variable confianza, que como es sabido impulsa a los hogares a interesarse en participar activamente en organizaciones familiares, de amistad ó comunales.

Sin duda, el estudio más conocido sobre capital social en Colombia, es el elaborado por Sudarsky (1999) quien utilizó para su cálculo un instrumento conocido con el nombre de BARCAS (barómetro de capital social). Los objetivos establecidos, estaban orientados a identificar las redes y las dimensiones que generan capital social en nuestro país y desarrollar una metodología apropiada para su medición.

El proyecto de investigación, fue llevado a cabo por el Departamento Nacional de Planeación entre los años de 1995 y 2001, bajo las premisas de la Constitución Política de Colombia de 1991. Además, tuvo muy en cuenta los aportes de Coleman y Putnam en la formulación de las dimensiones que debían participar dentro de la medición del capital social.

La herramienta BARCAS propone diez dimensiones que pueden producir capital social, pero que dentro del análisis de cada una, se observa que el factor capital social, está relacionado con un factor independiente al que Sudarsky llamó ‘FENOVAL’(fuentes de información no validas). Este último, “revela cuando una persona tiene fe en una fuente de información sin que la persona tenga como, esencialmente por su aislamiento social, comprobar con algún grupo de referencia si tal información es cierta”19, es decir, esta es la confianza individual de la que Putnam hablaba.

19 c.f. SUDARSKY, John o.p. cit. Pág. 3.

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La muestra objeto de estudio, fue elaborada manteniendo criterios de proporcionalidad con la población nacional, por edad (mayores de 18 años), género, nivel educativo, estrato, regiones y tamaño de municipio. La muestra se trabajo con el objetivo de llegar a un umbral mínimo de representación para cada departamento, tratando de prescindir del mayor número de encuestas (3090 en total).

Como Colombia es un país en el cual todavía existen una serie de formaciones premodernas como otras que se acercan más al esquema de transformación hacia una sociedad posmoderna; Sudarsky elaboró un esquema en el que se observan dos visiones del Individualismo, uno negativo caracterizado por la envidia, y una visión positiva que equivale al concepto de necesidad de Logro. Este individualismo es combinado con una Comunidad Positiva o esquema comunal20(cuadrante 3) y, también con una Comunidad Negativa (1) equivalente a lo que hoy llamamos Familista Amoral21. Luego se pasa al cuadrante con alto Logro (2) para finalmente terminar en el cuadrante donde existe alta motivación al Logro pero también se tiene Asociación, o sea la Sociedad Cívica Moderna (4) que equivale al ideal. Este modelo supone que existe un elemento que podríamos llamar Capital Social pero podrían aparecer otros elementos; este Capital Social se compone de una serie de dimensiones, las dimensiones a su vez de variables y las variables de ítems o preguntas en el formulario.

VISIONES DEL INDIVIDUALISMO

EF

EC

TIV

IDA

D C

OM

UN

ITA

RIA

  NEGATIVA POSITIVA

NE

GA

TIV

A

(1) Familistas Amorales, Deterioro Comunal, individualismo intermitente.

(2) Alto n Logro, Modernidad

PO

SIT

IVA

(3) Comunal

(4) Asociación

Cívica Moderna

20 Bajo este esquema todavía no se ha dado el proceso de individuación.21 Este concepto fue utilizado por primera vez por Banfield (1958) en el estudio del sur de Italia, en donde encontró que la lealtad familiar era extremadamente fuerte. Por el proceso histórico de conquista desde la época de Aníbal y las guerras púnicas, con los diferentes imperios que habían surgido, se había destruido cualquier noción de bien común.

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Otro punto importante en la investigación es entender el proceso a través del cual las sociedades pasan por la transición de modernidad a postmodernidad. Colombia en este caso se moderniza a través de un proceso llamado Modernización Intermitente, en el cual se destruyen las bases comunales (3) para producir un avance en la dirección (1) el cuadrante de familista amoral, luego se pasa por el cuadrante de alto logro y finalmente a la sociedad cívica moderna (4). Como se puede observar el proceso de desarrollo de Capital Social no es lineal. EL análisis por cuadrantes permite estudiar si hay algo que permitiría el paso directo de la ruta (3-4) de la Comunal a la Sociedad Cívica Moderna sin pasar por la trayectoria (3-1-2-4) producto de la modernización intermitente. Al observar el avance logrado de un cuadrante a otro, hay otra situación que se debe considerar: es muy posible que en los espacios generados por el cambio de una etapa a otra se pueda estar destruyendo Capital Social, sin que se genere en igual proporción un proceso de reconstrucción de solidaridades.

La metodología Barcas maneja diez dimensiones principales, que pueden desagregarse como anteriormente explicamos; esta organización facilita llegar a niveles específicos y muy puntuales. Las diez dimensiones utilizadas son las siguientes:

Participación Cívica: Participación activa o no activa en organizaciones voluntarias civiles.

Confianza Institucional: Confianza en una amplia gama de instituciones. Solidaridad y Mutualidad: Grado de solidaridad que se experimenta de

diferentes fuentes o, en el caso contrario: atomización, que equivaldría a la ausencia de la misma.

Relaciones Horizontales: Ayuda de personas que se encuentran a un mismo nivel o en las mismas condiciones.

Jerarquía o Articulación Vertical: Vinculación con organizaciones que articulan verticalmente la sociedad como la Iglesia, los gremios, los sindicatos los partidos políticos.22

Control Social: Control de la sociedad sobre el Estado. En primer lugar mide la confianza en organizaciones que controlan el Estado, como el congreso, la fiscalía o los medios; en segundo lugar el conocimiento y uso de los mecanismos de participación que permiten controlar el Estado y, en tercer lugar la rendición de cuentas.

Republicanismo Cívico: El ciudadano responsable de lo público. Participación política: Bajo la medición de democracias: representativas (que

tanto lo representan los representantes), la participativas (conocimiento y uso de mecanismos de participación), la votación y las habilidades políticas.

Información y Transparencia: Respecto a la suficiencia y Calidad de la información recibida para ejercer la ciudadanía.

22 Hay algunos autores como Olson 1965, quien considera que estas organizaciones son un obstáculo para el desarrollo y otros que las consideran marginales al desarrollo de capital social (Putman).

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Medios: Este contiene dos elementos a su vez: Actividades con los medios (llamar a un medio en vivo para participar en él) y la confianza en periódicos o televisión. Al realizarse un análisis de los datos en este aspecto se encontró que este espacio no contenía solo el factor del capital social sino además apareció uno distinto e independiente llamado Fuentes de Información no Válidas (Fenoval23).

Sudarsky, llega a conclusiones no muy alentadoras: Colombia presenta un nivel de capital social bajo; la participación ciudadana en actividades políticas y en organizaciones voluntarias es escasa. El investigador, llama la atención en los efectos negativos que puede tener para el bienestar de los hogares, el hecho que al interior de los mismos, no exista cohesión entre sus miembros como consecuencia de procesos de comunicación ineficientes y de baja periodicidad. Estas circunstancias se vuelven aun más relevantes, si se tiene en cuenta que las organizaciones horizontales (las relaciones del individuo con instituciones formales) se fundamenten en el fortalecimiento y desarrollo de las organizaciones verticales (lazos familiares, entre vecinos y amigos).

Finalmente, Cuellar (2.000) realizó un estudio donde muestra la percepción de los colombianos frente a la coyuntura del país, el sistema político imperante, las instituciones democráticas y las organizaciones formales en general. El estudio, surgió a partir del análisis de la encuesta mundial de valores (World Values Survey) del año 1997.

Para medir el capital social de cada departamento, la investigadora utilizó un indicador denominado “índice de actividad asociativa” que refleja la participación de los individuos en organizaciones voluntarias. Según el estudio, el motivo principal que lleva a las personas a asociarse es la desconfianza en las instituciones. Las personas muestran indiferencia frente al respeto por las normas, creen que la violencia y la intimidación, son métodos eficientes para resolver conflictos. Por lo anterior, el capital social encontrado en los hogares que sirvieron de muestra (a la que no se le realizó una justificación estadística) es muy bajo. El estudio (en la parte del capital social) carece de una estructura metodológica sustentada en la teoría sobre el tema y estadísticamente, presenta vacíos relacionados con la consistencia de los coeficientes calculados. Sin embargo, se demuestra una correlación inversa entre confianza y capacidad asociativa.

Llama poderosamente la atención, que aun con las limitaciones metodológicas propias de los estudios que han medido el capital social, mas las diversidades étnicas, culturales y socioeconómicas de las poblaciones a las que se les aplicó los diferentes instrumentos, los niveles de asociatividad encontrados en los trabajos realizados en nuestro país y a los que hemos hecho referencia anteriormente, son bajos. Este resultado, demuestra la validez de los fundamentos 23 Este factor releva cuando una persona tiene fe en una fuente de información (el estado, medios, etc.) sin que la persona tenga como comprobar por su aislamiento la veracidad de la información.

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teóricos que relacionan a la confianza y la asociatividad como elementos que deben ir de la mano en la creación y sostenimiento del capital social. Sin embargo, la evidencia empírica (por razones que no son explicadas adecuadamente en los estudios) muestra que los niveles de confianza no trascienden hacia la formación de organizaciones de carácter voluntario. Sino se da una relación estadística positiva entre estas dos variables, no es posible encontrar (como se menciona en los estudios citados) niveles adecuados de capital social.

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