CAPITULO 1.°

LA ORGANIZACION DE LA «PROFESIONAGRICOLA» EN FRANCIA: RASGOS

GENERALES Y APROXIMACIONHISTORICA

Cuando en Francia se utiliza el término genérico de«profesión agrícola» (profession agricole), se está haciendo refe-rencia al conjunto de sindicatos, cooperativas, mutuas, cajasde crédito, cámaras agrarias y asociaciones de diverso tipoque articulan los intereses de los agricultores en los múlti-ples ámbitos de su actividad. Estas asociaciones reciben elnombre de organizaciones proJesionales agrarias (O.P.A.S.), conlo que el empleo de este término se hace en un sentido másamplio que en otros países, en dónde, como ocurre en elcaso español, se ha venido restringiendo su uso a las asocia-ciones de naturaleza reivindicativa o sindical -es decir, lossindicatos-, excluyendo a las de tipo económico. Por estarazón, es importante, a lo largo de este trabajo, no perderde vista esta distinción conceptual y tener siempre en cuen-ta que, en el caso francés, los sindicatos agrarios son sólo un

tipo de O.P.A.S., pero no las únicas y exclusivas O.P.A.S.

Antes de pasar al análisis detallado de las distintas for-mas asociativas en que se organiza la «profesión agrícola»francesa, conviene exponer aquí, en unas breves líneas, losrasgos generales que la caracterizan. De este modo, se iráfacilitando a un lector no francés la comprensión de un fe-nómeno extraordinariamente desarrollado después de másde cien años de historia y, por eso mismo, lleño de maticesy de aparente complejidad.

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1.1. CARACTERISTICAS GENERALES

La «profesión agrícola» francesa se caracteriza, en pri-mer lugar, por la variedad de sus fines y campos de actuación.tksí, pueden encontrarse asociaciones de carácter estricta-mente económico -como las cooperativas o las cajas decrédito-, que actúan en el ámbito de la comercializacióny/o transformación de productos agrarios o en el de la fi-nanciación, respectivamente; otras, cuya fmalidad es reivin•dicativa y de representación --como el sindicalismo de vo-cación general y el sectorial-, y otroras, con una clara fun-ción de consulta ante los poderes públicos y de servicio a losagricultores ---como son las cámaras agrarias.

En segundo lugar, las O.P.A.S. en Francia se caracterizanpor la diversidad de sus status jurídicos. Existen algunas organi-zaciones reguladas por la ley de sindicatos de 1884 -comoson todas las de tipo reivindicativo-, mientras que otras loson por la ley de asociaciones de 1901 -como ocurre conmuchas asociaciones de servicios o de gestión del tipo de laA.N.D.A., las A.D.A.S.E.A.s o los E.D.E.S-. De igual modo,existe también una variada gama de asociaciones de tipocooperativo reglamentadas por la ley de 1972, junto a otrasacogidas a la fórmula de sociedades civiles -como losG.A.E.C.- o anónimas -como las S.A.F.E.R. : Todo ellosin olvidar el status de «etablissement public» concedido alas cámaras agrarias por el Código Rural.

Un tercer rasgo de la «profesión agrícola» francesa es sualto grado de articulación, expresado en la especialización fun-cional de sus distintas asociaciones, en su elevado nivel deinterdependencia organizativa y en el avanzado desarrollode estructuras nacionales, que integran a gran número deasociaciones de ámbitos inferiores y establecen una explicitajerarquización de sus tareas y una coordinación imperativasobre ellas. De esta manera, a pesar de su extrema diversi-dad, la «profesión agrícola» en Francia se presenta como unsector bien estructurado, dotado, además, de un sistema derepresentación lo suficientemente participativo como para

" presentar ante los poderes públicos i.inos interlocutores legi-

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timados por sus bases sociales, y, al mismo tiempo, lo^ sufi-cientemente descentralizado y flexible para digerir o, al menos,neutralizar sus disidencias internas.

' El cuarto de sus rasgos es el diferente acceso que tienen^sus asociaciones a los centros de decisión en donde se elabo-ra la política agraria y a las instituciones en donde dicha po-litica se aplica. Un acceso que depende del reconocimientocomo interlocutores que los poderes públicos conceden a al-gunas asociaciones y niegan a otras en función de criteriosno muy objetivados de medir la representatividad. Así, en elcaso del sindicalismo, sólo dos sindicatos han tenido el reco-nocimiento oficial como representantes del sector agrario-F.N.S.E.A. y" C.N J.A.- durante más de 20 años, a pesarde existir otros sindicatos con un aceptable nivel de implan-tación, por lo que han monopolizado la representación delos agricultores en todas las instancias relacionadas con lapolírica agraria. En el caso del crédito agrícola, sólo laF.N.C.A. ha sido reconocida como interlocutor del sectoragrario en materia de financiación, aunque existe otra aso-ciación -la F.C.M.A.R.- con los mismos fines y actividadesque aquélla, si bien con una menor potencialidad econó-mica. . •

En quinto lugar, la «profesión agrícola» se caracterizapor la hegemonra que ha ostentado en su seno el sindicalismomayoritario a través de un complejo sistema de cooptaciónsocial y de control de los meca.nismos de representación enel resto de las asociaciones profesionales. Así, los sindicatosmayoritarios F.N.S.E.A. y C.N J.A., gracias a su monopoliorepresentativo, han controlado las estructuras administrati•vas del crédito agrícola, del cooperativismo o de las cámarasagrarias, y sus dirigentes han ejercido un importante poderde persuasión sobre los cargos representativos de estas otrasasociaciones, precisamente porque el acceso a dichos pues-tos ha dependido del apoyo de la infraestructura sindical.

Un sexto y • último rasgo es que sus cinco áreas de articu-lación se coordinan en una plataforma unitaria representa-da por el Conseil Géneral de l'Agriculture Française (C.G.A.F.^en cuya estructura están presentes las cúpulas nacionales de

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las asociaciones que han gozado del reconocimiento oficialdurante los últimos 25 años, a saber: la F.N.S.E.A. y elC.N J.A., por el sindicalismo; la A.P.C.A., por las cámarasagrarias, y la C.N.M.C.C.A. por la mutualidad, la coopera-ción y el crédito. La plataforma de la C.G.A.F. es un lugarde encuentro de las élites agrarias francesas, que actúa máspor su efecto simbólico sobre los agricultores que por su efi-cacia operativa. •

La estructura de la «profesión agrícola», tal como se co-noce actualmente y con las características antes señaladas,es un fenómeno relativamente reciente, de no más de 30años de historia, habiéndose configurado a partir de los si-guientes hechos: a) la crisis y práctica disoluĉión, en 1954,

de la Confédération Générale de l'Agriculture (C.G.A.) como úni-

ca estructura representativa del sector agrario francés; b) larestauración de las Chambres d'Agriculture (en adelante Cáma-ras Agrarias) tras el informe favorable emitido por el Con-seil d'Etat en 1949, y c) la transformación en sindicato delCercle National des Jeunes Agriculteurs (C.N J.A.) con su poste-

rior integración en la F.N.S.E.A. en 1956. A partir de esoshechos se iría desarrollando un proceso de especializaciónfuncional en el seno^ de la «profesión agrícola», potenciadoextraordinariamente por la politica de cogestión promovidapor los poderes públicos de la V República para poner enmarcha su ambicioso programa de modernización.

Por todo ello, resulta interesante exponer aquí algunasnotas históricas sabre el asociacionismo agrario francés an-tes de proceder a un análisis pormenorizado de su actual es-tructura. Con estas notas se pretende reconstruir el procesode génesis y desarrollo de las O.P.A.S. en Francia, situandosu origen en la segunda mitad del siglo XIX -que es cuan-do se inicia realmente el movimiento asociativo con la leyde sindicatos de 1884- y exponiendo las etapas más impor-tantes del mismo. Su desarrollo más reciente -a raíz de loshechos antes mencionados- ha tenido particularidades pro-pias en cada uno de.los tipos en que se ha ido diferencian-do, por lo que se expondrá de forma separada en los co-rrespondientes capítulos. .

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1.2. APROXIMACION HISTORICA

1.2.1. Los orígenes del asociacionismo agrarioen Francia ^

Los estudios realizados sobre la historia del movimientoasociativo en la agricultura francesa (1) coinciden en situarsus orígenes en la segunda mitad del siglo XIX, durante lacoyuntura de crisis de la agricultura tradicional y como res-puesta de los agricultore ĉ a los nuevos problemas surgidospor su creciente integración en el mercado. En efecto, la de-fensa ante los intermediarios, la lucha contra el fraude en .los fertilizantes, la necesidad de créditos adaptados a las ca-racterísticas de .la actividad agraria, la obtención de garan-tías contra los riesgos provocados por algún tipo de calami-dad sobre las cosechas o el ganado, y el deseo de seguridady mejora de las condiciones de vida en el medio n.iral, fue-ron, entre otras, demandas específicas ante problemas con-cretos y tangibles que encontraron respuesta inmediata enla fórmula asociativa (2).

La creación de asociaciones que respondieran a las nue-vas demandas fue promovida por las dos grandes socieda-des de ámbito nacional en que se dividían entonces las éli-tes agrarias francesas, a saber: la Societé des Agriculteurs deFrance (S.A.F.) -monárquica-y la Société Nationale d'Encoura-gerreent á l'Agriculture (S.N.E.A.) -republicana.

La S.A.F. fue creada en 1867 por la nobleza terratenien-te con el objetivo de establecer una especie de contrapoderen los medios rurales que neutralizase la pérdida crecientede influencia que sus grupos dirigentes estaban teniendo enlos centros politicos, confirmada sobre todo a raíz de que laimplantación del sufragio universal diera la victoria a los

(1) De enue esos estudios pueden destacarse los de M. Auge-Laribe(1926 y 1950^ P. Coulomb y H. Nallet (1971^ A. Cour[in (1920^ R.Goussault (1987), Ph. Gracton (1971 y 1972), M. Gervais, M. Jollivet eY. Tavernier (1976^ L. Prugnaud (1963), Y. Tavernier (1969 y 19721,A. Toussainc (1920), P. Barral (1968 y 1970).

(2) En esta línea existían los llamados acomicésn. Ver M. Auge-Laribé:Syndicats et Cooperatives Agricoles (París: Colin, 1926^

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grupos republicanos en las elecciones de 1876. Desde sufundación, esta Sociedad promovió la creación de numero•sas asociaciones locales en las que se integraban propietariosabsentistas, agricultores, arrendatarios, aparceros e inclusoasalariados agrícolas, en una especie de integración armóni-ca del mundo rural, y en cuyas acciones se confundían losproblemas económicos con los políticos y sociales, y hastacon los de tipo familiar.

En la práctica, estas asociacioñes ofrecían una gran va-riedad de servicios a sus afiliados: venta de abonos, créditos,mutuas de seguros..., siendo utilizadas por sus promotorescomo eficaces instrumentos de adoctrinamiento monárquicoy de cooptación social del campesinado francés en las con-tiendas electorales. Eran, por así decirlo, la expresión másgenuina del corporativismo de fm de siglo, aunque sin res-ponder todavía a un modelo organizativo común, ya que la:ausencia de una normativa legal específica que regulase ade-cuadamente el naciente proceso asociativo hacía que dichasasociaciones adoptasen las más variadas formas en sus mo-dos de actuación y en su funcionamiento interno.

Como reacción a la estrategia de los grupos monárqui-cos y de la nobleza terrateniente, los grupos republicanos enel poder basaron su actuación en dos frentes: uno, en lacreación del ministerio de agricultura, en 1881, por Gambet-ta -con la correspondiente cohorte de funcionarios distri-búidos por todas las provincias del país, realizando una efi-caz labor de clientelismo entre los agricultores-; y otro, enla creación, en 1880, de la citada S.N.E.A. Esta Sociedad,presidida por los grupos dirigentes de la burguesía, preten-día contrarrestar la acción de su rival monárquica -laS.A.F.- promoviendo, a nivel local, la creación de numero-sas asociaciones especializadas de servicios -cooperativas,mutuas de seguros y cajas de crédito-, que eran dirigidaspor abogados, médicos, veterinarios, profesores de agricultu-ra o funcionarios diversos de ideología republicana.

Aunque la estrategia de los grupos republicanos diferíade la de los monárquicos en el hecho de no promover elsindicato «boutique», dedicado a múltiples actividades reivin-

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dicativas y de prestación de servicios, sino en crear asocia-ciones de tipo cooperativo con una cierta especializaciónfuncional, en la práctica, sin embargo, era dificil distinguirlos resultados de ambas estrategias, ya que estas últimas aso-ciaciones de carácter económico fácilmente orientaban tam-bién sus actividades hacia el terreno reivindicativo.

La ley de Woldeck Rousseau, de 21 de marzo de 1884,sobre la libertad sindical, fue el primer texto legal que vinoa regular el proceso de creación de sindicatos profesionales queestaba teniendo lugar en la sociedad francesa, definiendo suobjeto y sus áreas de actuáción. Sin embargo, el hecho deque esta ley fuese elaborada por los poderes públicos de en-tonces con la idea de reflejar la dinámica que se estabaproduciendo en.los sectores industrial y comercial -carac-terizada por la constitución de asociaciones fundamental-mente de tipo reivindicativo- y no la que acontecía en elsector agrario -en la linea de asociaciones polivalentes decarácter sindical y económico-, hizo que el objeto social deestos nuevos sindicatos profesionales quedase ambiguamen-te definido para el caso de la agricultura (3). De este modo,todas las asociaciones ya existentes, y las que a partir de lapromulgación de dicha ley se fueron creando, se acogierona la fórmula sindical como único estatuto jurídico de refe-rencia, con lo que comenzaron a proliferar por doquier sin-dicatos que no eran más que asociaciones regidas por la leyde 21 de marzo de 1884 que mezclaban entre sus objetivosla defensa de intereses, la prestación de numerosos serviciosa sus afiliados y la realización de actividades económicas.

La ambigĉedad de la ley no tardó en generar conflictos,ocasionados por la competencia desleal que los nuevos sin-dicatos causaban a los comerciantes privados. Las constantesprotestas de estos grupos tuvieron por efecto que los pode-res públicos dictaran nuevas normas legales para clarificarla situación. En este sentido hay que entender la promulga-

(S) Sobre la génesis de esta ley ver J. R. Bonneau: Droit Rural A^lié (Pa•rís: Bailliére, 1977) y el dossier de la C.N.M.C.C.A. Hĉtoire du mou-vement mutualiste et cooperatijagricolr français ( 1978).

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. ción de la ley de 29 de diciembre de 1906 que permitía lacreación de asociaciones económicas de ĉpo cooperaĉvo se-paradas del status jurídico sindical.

Desde el punto de vista organizaĉvo, la S.A.F. monárqui-ca integró en 1886 a tóda• sús asociaciones en una estructu-ra sindical de ámbito nacional denominada Union Centraldes Syndicats Agricoles (U.C.S.A.), mientras que el sector re-publicano -que, como se ha señalado, no se basaba en sin-dicatos «bouĉques» polivalentes, sino en asociaciones másespecializadas- continuaría por algún ĉempo disperso y de-sarĉculado. Por ese motivo, y ‚on objeto de llevar a cabouna reflexión común para confrontar las experiencias desa-

• rrolladas hasta entonces por la miríada de organizacionespromovidas por esta última corriente ideológica, comenza-ron a celebrarse congresos de ámbito regional que culmina-ron en la consĉtución de diversas estructuras nacionales.Así, en 1901, varias cajas regionales de crédito se reunieronen Béziers para celebrar su primer congreso, al que siguie-ron otros en Carcasonne ( 1902) y en Montpellier ( 1904),siendo en 1907, en Bordeaux, cuando tuvo lugar la reuniónde todas las cajas regionales en lo que se considera como elI Congreso del Crédito Agrario francés, cuyo principal resul-tado fue la creación, en abril de 1908, de la Fédération Natio-nale des Caisses Regionales de Credit Agricole Mutuel, integrandoa 71 de las 90 cajas existentes. Ese mismo año, siguiendo elejemplo de las cajas de crédito, un número importante decooperaĉvas se agrupó para crear la Fédération Nationale desCooperatives Agricoles de Production et de Vente. En esa misma lí-nea, un año más tarde, en 1909, se crearía la Fédération desSyndicats Agricoles de France, como resultado de la agrupaciónde las asociaciones especializadas en el terreno reivindica ĉ-vo (4).

La acĉvidad congresual en el movimiento asociaĉvo deideología republicana continuó con la celebración de reunio-nes conjuntas entre los sectores de las cajas de crédito y decooperaĉvas -ambos ya arĉculados en sus respecĉvas fede-

(4) Ver el dossier de la C.N.M.C.C.A., op. cit. y M. Augé-Laribé: Syndi-cats et cooperatives agricole; op. cit.

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raciones nacionales- y el de las cajas mutuas de segurosagrarios -aún no dotado de una estructura de coordina-ción-, destacando en esa actividad el denominado 'IV Con-greso de la Mutualidad y la Cooperación Agrarias celebradoen París en 1910. En este congreso se decidió la fusión delas tres federaciones preexistentes, ya mencionadas, para darlugar a la creación de una Fédération Nationale de [a Mutualitéet de la Coofieration Agricoles (F.N.M.C.A.), en cuya estructurase integraron, además, las cajas de la mutualidad agraria atítulo individual. Con la constitución de la F.N.M.C.A. se cie-rra, pues, una primera fase en la historia del asociacionismoagrario en Francia. En ese momento ambas corrientes ideo-lógicas agrupaban ya 38.414 asociaciones de muy variadanaturaleza, aunque todas ellas caracterizadas por el rasgocomún de desarrollar sus actividades en el campo de la coo-peración, del crédito o de la mutualidad agraria, alternandocon actividades de tipo reivindicativo (5). Como hemos seña-lado anteriormente, estas asociaciones se regían por la leyde sindicatos de 1884 o por la de 1906, y se articulaban anivel nacional en las dos grandes estructuras ideológicamen-te diferenciadas: la monárquica U.C.S.A. y la republicanaF.N.M.C.A.

Detrás de las diferencias políticas entre los dirigentes dela U.C.S.A. y los de la F.N.M.C.A., reflejadas por el status so-cial de sus dirigentes -los unos, representantes de la noblé-za- terrateniente, y los otros, de la burguesía y del nuevofuncionariado republicano-, existía una unidad ideológicaen materia de política agraria. Tanto una como otra asocia-ción reivindicaban el respeto a la propiedad privada de latierra y se oponían a cualquier tipo de intervención estatalen el sector agrario, ya que concebían a la sociedad ruralcomo una sociedad regulada por sus propias normas, quedebía ser protegida por el Estado de posibles elementos per-turbadores, pero sin que esta acción estatal interfiriese susmecanismos de autorregulación. Eran, pues, dos variantesde un mismo discurso corporativista (6).

(5) Ibid.(6) Ver el tomo IV de M. Gervais, M. Jóllivet•et Y. Tavernier. Hĉtoire de

la France n^rale (París: Colin, 1976).

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Esta situación de relativa estabilidad en el movimientoasociativo agrario, dirigido por grupos cuyos intereses esta-ban situados fuera del propio sector, continuará sin grandescambiós hasta la I Guerra Mundial. Los cambios éxperimen-tados en las sociedad francesa como consecuencia del con•flicto bélico, las nuevas orientaciones dadas a la políticaagraria por parte de los poderes públicos en el período deentreguerras y, sobre todo, el ascenso de nuevos grupos so-ciales en el seno del campesinado francés, serán factoresque dinamizarán la estructura de la «profesión agrícola» alintroducir en ella nuevos elementos.

1.2.2. La articulación del movimiento asociativo en elperíodo de entreguerras

En 1919, la implantación de las dos corrientes en que sedividía la «profesión agrícolau en Francia era similar a laque habían alcanzado antes de la guerra: la U.C.S.A. agrupa-ba a 28 uniones regionales, 4.000 sindicatos y un millón de

afiliados, mientras que, en el sector de la F.N.M.C.A., las cajasde crédito reunían a 300.000 socios y el movimiento coope-rativo a 2.500 cooperativas con un total de 500.000 asocia-dos. Casi un agricultor sobre dos estaba involucrado en, almenos, una asociación profesional (7).

El período transcurrido entre 1919 y 1940, conocidocomo de entreguerras, va a caracterizarse por los siguientesrasgos en lo que respecta a la articulación del movimientoasociativo agrario. a) En primer lugar, por el intento de agru-

par a las dos grandes corrientes asociativas en una sola confedera-

ción. En efecto, la amenaza de una propagación del bolche-vismo en la sociedad francesa condujo, al igual que en otrossectores, a un repliegue de los grupos agrarios no marxistaspara crear una especie de «unión sagrada» contra el peligro«rojo», relegando a un segundo plano sus tradicionales

disputas. Así, en 1919 se creó la Confédération Nationale des

(7) Datos recogidos del trabajo de Y. Tavernier, La F.N.S.E.A. (París:F.N.S.P., 1965).

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Associations Agricoles (C.N.A.A.), con el objetivo de representarde forma unitaria a la agricultura francesa ante los poderespúblicos y ante el resto de los grupos politicos y sociales.,

A pesar de que sus tradicionales diferencias sobre la le-gitimidad del régimen politico habían perdido gran parte derazón de ser ante el hecho de un Estado republicano mayo-ritariamente aceptado por la población francesa, el proyectode unificación de la «profesión agrícola» en torno a laC.N.A.A. no tuvo el é^ĉto esperado por sus promotores. LaConfederación, lejos de erigirse en una estructura organiza-tiva con poderes decisorios sobre las dos grandes federacio-nes nacionales -U.C.S.A. y F.N.M.C.A.-, se limitó a ser unsimple centro de estudios y documentación en el que se reu-nían periódicamente representantes de aquéllas, sin ningúnprograma unitario de actuación en el terreno reivindicativoni en el de la prestación de servicios. Prueba de ello fue quela U.C.S.A. y la F.N.M.C.A. continuaron realizando sus accio-nes de forma independiente, haciendo que la recién creadaC.N.A.A. languideciese como una estructura inoperante ysin vida hasta su definitiva desaparición en 1936.

En realidad, el fracaso de la C.N.A.A. como proyectounificador reflejaba la existencia de diferencias profundasentre las bases sociales y cuadros dirigentes de sus dos fede-raciones, que iban más allá de las meras disputas de antañopor motivos estrictamente politicos y electorales. Diferenciasque eran consecuencia de la renovación que se venía produ-ciendo desde el final de la guerra en el seno del campesina-do francés, con el ascenso de los pequeños y medianos agri-cultores y la pérdida de importancia de los propietarios te-rratenientes (8).

Para comprénder mejor estas diferencias hay que teneren cuenta que los dos movimientos asociativos se habíandistinguido desde sus orígenes no sólo por los posiciona-mientos politicos de sus dirigentes, sino también por articu-

(8) Esta es la tesis más generalizada entre los estudiosos del tema. Veral respecto Y. Tavernier, La F.N.S.E.A., op. cit. y el trabajo de P. Cu-lomb et H. Nallec L^ syndicalĉme et ta Jormation du paysan model (Pa-rís: I.N.R.A., 1980^

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lar. a bases sociales de características diferentes. Así, laU.C.S.A. había reclutado su base social de las regiones delnorte y del oeste, que habían sido tradicionalmente regionesde grandes propiedades de la nobleza, cultivadas en partepor un numeroso grupo de pequeños arrendatarios que seveían también obligados para su subsistencia a trabajarcomo obreros agrícolas en las explotaciones dirigidas porlos nobles. Por su parte, la base social de la F.N.M.C.A. re-publicana había procédido, principalmente, de la región delsudoeste -en donde predominaba la pequeña propiedadcampesina- y del Bassin Parisien -zona caracterizada porel predominio de los grandes arrendatarios cerealistas-,por lo que sus grupos componentes eran una mezcla de pe-queños agricultores propietarios y de grandes arrendatarios.

Los cambios que se produjeron en la agricultura france-sa como consecuencia de la I Guerra Mundial significaron laextensión del cultivo directo de la tierra, la intensificaciónde las explotaciones, el ascenso de los pequeños y medianosagricultores y la pérdida de importancia de los grandes pro-pietarios absentistas (ccpropietaires fonciers»), lo que equiva-lía a distanciar las problemáticas de ambos grupos y, enconsecuencia, los modelos de agricultura preconizados porellos. Estas diferencias, que durante varias décadas habíanquedado relegadas a un segundo plano, oscurecidas por lasrivalidades politicas existentes entre sus respectivos aparatosdirigentes, y que en el período de entreguerras se intenta-ron superar también por la vía de la amenaza «roja», resul-taron tener ahora una base real, imposible de conciliar enel seno de la confederación unitaria (C.N.A.A.) creada al res-pecto., Todo esto explica, pues, el fracaso del primer proyec-to unificador intentado en el seno del asociacionismo agra-rio francés; fracaso que sería el comienzo de la decadenciadel movimiento monárquico articulado en torno a laU.C.S.A. y el inicio de la hegemonía republicana representa-da por la F.N.M.C.A.

b) En segundo lugar, el período de entreguerras se ca-racterizó también pór la aparición de nuevas asociaciones almargen de las dos grandes corrientes tradicionales, produciendo

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una mayor diferenciación en el seno de la «profesión agríco-la». Por un lado, el deĉarrollo de sindicatos de obreros agrí-colas supondrá la defini•va separación de este movimientoasocia•vo respecto del tradicional proyecto integrador deinspiración corpora•vista que siempre habían impulsado lasdos antiguas federaciones. Así, en 1920 se creó la FédérationNationale des Travailleurs de l'Agriculture, integrada en la cen•tral comunista C.G.T., que más adelante, en 1936, se trans-formaría en la Fédération des Travailleurs de la Terre (F.T.T.),agrupando a 180.000 afiliados distribuidos en más de 2.000sindicatos locales. En 1938, como consecuencia de una esci-sión de la F.T.T., se cons•tuyó la Fédération des Syndicats Liv-res des Travailleurs de la Terre (F.S.L.T.T.), integrada en la cen-tral C.F.T.C. (9).

Por otro lado, se multiplicaron las asociaciones especiali-zadas con el objetivo de defender los intereses específicos delos agricultores de una determinada rama produc•va. Así,tras la antigua Confédération Generale des Vignerons du Midi,creada en 1907, se crearon la Con.fédération Generale des Plan-teurs de Betteraves (C.G.B.), en 1921, la Association Generale desProducteurs de Blé (A.G.P.B.) en 1924, la Confédération Generaledu Lait, etc. Este proceso de asociacionismo especializado noera, en realidad, más que una consecuencia lógica del ya se-ñalado ascenso del cultivador directo en la agricultura fran-cesa, obligado a tener que abordar la problemá•ca específi-ca de su explotación (10).

Otro aspecto importante que ayudó a incrementar el _grado de diferenciación en la estructura de la «profesiónagrícola» fue la creación en 1924 de las Chambres d'Agricultu-re (Cámaras Agrarias). Tras un largo proceso de intentos fra-casados por parte de los poderes públicos por crear organis-mos de representación general en la agricultura -el primerintento está fechado en 1840-, y de resistencias victoriosa ĉpor parte de los sindicatos agrarios, la ley de 3 de enero de

(9) Sobre el sindicalismo de obreros agrícolas en Francia puede verse elartículo de F. Bourquelot: «Les salariés agricoles et leurs organisa-tions» en L'Univers politique des paysans (París: Colin, 1970).

(10) Sobre el asociacionismo especializado ver H. Roussillon: L'nssociationgénérale des producteuss de blé (París: A. Colin, 1970).

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1924 creó las Cámaras Agrarias, inicialmente de ámbitoprovincial, cuyos miembros eran elegidos por sufragio uni-versal. Años más tarde, en 1932, se crearía la AssembléePermanente des Presidents de Chambres d'Agriculture(A.P.C.A.), reconocida como órgano consultivo y representa-tivo de los intereses generales de la agricultura a nivel na-cional. Con ello se consagraba un sistema de relaciones en-tre los poderes públicos y el sector agrario basado en elprincipio de la representación general, y se conseguía introdu-cir la idea de que las asociaciones agrarias -y, en particu-lar, los sindicatos- no representaban al conjunto de losagricultores,-sino sólo a sĉs afiliados (11).

Finalmente, tanto el partido comunista francés (P.C.F.)como los socialistas (S.F.I.O.) crearon sus propias organizacio-nes profesionales con el objetivo de articular los interesesde los pequeños agricultores familiares de forma separadarespecto de las dos grandes federaciones nacionales domina-das por los propietarios terratenientes o por los nuevos em-presarios agrícolas. Así, los comunistas comenzaron porcrear en 1920 unos sindicatos de agricultores «travailleursde la terre» en algunas provincias, como La Corréze y Lot-et-Garonne, que más adelante se agruparon, en 1929, paraformar la Confédération Générale des Paysans Travailleurs

(C.G.P.T.). Por su parte, los socialistas crearon en 1933 laConjédération Nationale Payssane, que agrupaba a sindicatos deprovincias centrales como Allier, Creusse o Haute-Vienne.Tras algunas tentativas fracasadas de unificación de los dosmovimientos sindicales de izquierda, su implantación en elseno del campesinado francés quedó bastante limitada a laszonas originarias, teniendo graves dificultades para extendersu mensaje sindical por el resto del país (12).

(11) Sobre la génesis de las Cámaras Agrarias francesas ver Ch. Mora:«Les Chambres d'Agriculture et l'unité paysanne», en L'univers politi-que des paysans, op. cit.

(12) Sobre el sindicalismo de izquierda en la agricultura fraticesa puedenverse P. Gaborit: «Le parti communist français et les paysans», L.Laot: «Le parti socialiste unifié et les paysans» y P. BarraL• «Agraris-me de gauche et agrarisme de droite sous la III Republique», todosellos en M. Gervais et al.: L'Univers politique..., op. cit.

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c) En tercer lugar, por último, hay que destacar los cam-bios que se produjeron en el seno de la facción conservado-ra del sindicalismo agrario francés -la articulada en laU.C.S.A. y en algunas asociaciones especializadas, como laA.G.P.B. ; con motivo de la profundización de la crisis eco-nómica y la intensificación de los conflictos sociales en elmundo agrícola. Estos cambios significaron la transforma-ción de la U.C.S.A. en Union Nationale des Syndicats Agricoles(U.N.S.A.) en 1934, y la sustitución de sus dirigentes tradicio-nales por una nueva clase dirigente constituida por grandesagricultores capitalistas con formación técnica, que tomaríael relevo de los antiguos propietarios fonciers absentistas enla cúpula sindical. Este cambio no fue sólo un simple relevode personas o un simple traslado de sede -la sede de laU.N.S.A. pasó de la antigua Rue d'Athénes a Rue des Pyra-mides, que era entonces la sede de la A.G.P.B.-, sino la tra-ducción a nivel institucional de una mutación profunda enla corriente conservadora del movimiento sindical. A partirde ese momento, la renta y la propiedad de la tierra deja-rían de ser los elementos básicos para configurar la jerar-quía social del mundo rural francés. El fracasado proyectoya comentado de la C.N.A.A. -tal vez por prematuro- seveía así compensado por la fuerza de los cambios ocurridosa ambos lados del movimiento asociativo francés; compensa-ción que tendrá su punto culminante años más tarde con launificación producida a través de la Corporation Paysanne enel régimen de Vichy.

1.2.3. El régimen corporativo de Vichy

En el marco de la ocupación alemana en 1940 y de lainstaĉración de un régimen colaboracionista en Vichy, presi-^dido por el mariscal Petain, se puso en marcha la organiza-ción corporativa de la agricultura francesa en la forma de laCorporation Nationale Paysanne (13).

(19) Sobre la Corporation Paysanne de Vichy pueden verse 1as obras deI. Boussard: Vichy et la Corporation PayJanne (París: F.N.S.P., 1980) y deR. O. Paxton: La Franu de Vichy,- 1940-44 (París: Le Seuil, 1973).

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La realización del proyecto corporativo significaba eltriunfo de los sectores conservadores del asociacionismoagrario francés, y muy especialmente de los dirigentes de laU.N.S.A., ya que las propuestas aprobadas en su congresode Caen sirvieron de base para la elaboración de los textoslegales dictados por el gobierno de Petaim el 2-XII-1940 y el16-XII-1942. Estos decretos instauraron el sistema corporati-vo y crearon la Corporation Nationale Paysanne, a cuyos pues-tos directivos accedieron rápidamente los dirigentes de laantigua U.N.S.A.

La organización corporativa de la agricultura francesa sebasaba en tres principios fundamentales. En primer lugar,en el principio de la exclusividacl, que implicaba la existenciade un solo sindicato corporativo por circunscripción -generalmente la «comuna»-, en el que se integraban obli-gatoriamente todas las categorías sociales de la producción:propietarios, agricultores, arrendatarios, aparceros y asala-riados; los sindicatos corporativos comunales (locales) ubica-dos en una provincia se articulaban obligatoriamente tam-bién en un sindicato corporativo departamental. El principiode la exclusividad implicaba también la unicidad de todaslas asociaciones económica.s ---cooperativas, mutuas y cajasde crédito-, la transformación de las asociaciones especiali-zadas en grupos sectoriales de los sindicatos corporativos yla supresión de las Chambres d'Agriculture como organis-mos de representación.

Como consecuencia de la aplicación de este principio, lasasociaciones articuladas en torno a las estructuras de laU.N.S.A. y de la F.N.M.C.A. fueron absorbidas por los sindi-catos ĉorporativos, en unos casos, o por una nueva Federa--tion Corporative de la Mutualité Agricole, en otros, según lanaturaleza de las actividades que desarrollaban.

En segundo lugar, la organización corporativa se basabaen una concepción jerárquica de tipo autoritario, que sustituía elprincipio de la libre elección de los cargos directivos por elde su nombramiento por el nivel jerárquico superior. Así,un «síndico» dirigía el sindicato corporativo local o comunal,pero se sometía a la autoridaii del «síndico» provincial, que

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era quien lo nombraba. De igual modo, el sindicato corpora-ĉvo local estaba dotado de poderes reglamentarios sobre as-pectos como el régimen de trabajo o las condiciones jurídi-cas de la utilización del suelo agrícola, pero las normas quea ese respecto dictaba tenían que ser someĉdas a las que

emanaban del sindicato corporaĉvo departamental (provincial).

En tercer lugar, existía el principio de la primacía del sin-dicato corporativo sobre el resto de las insĉtuciones, lo quesignificaba que el sindicato era quien coordinaba bajo su au-toridad a las cooperaĉvas, mutuas o cajas de crédito queexisĉesen en su •ircunscripción.

La coordinación general de toda la Corporaĉon Paysan-ne fue encargada provisionalmente a una Comisión Nacional

de 30 miembros, nombrados por el entonces ministro deagricultura, que era, a su vez, quien la presidía. En la prácĉ -ca, los miembros de esa Comisión fueron reclutados de lasfilas de la U.N.S.A., cuyos dirigentes ocuparon también loscargos sindicales en las provincias y en los municipios. El de-creto de 16-XII-1942 susĉtuyó dicha comisión provisional

por un Consejo National Corporativo de 150 miembros, presididotambién por el ministro de agricultura y dirigido por un«síndico» nacional nombrado por el propio jefe de Estado-cargo que recayó entonces en el que ya era presidente dela A.G.P.B.

^ En sus escasos cuatro años de vida, la Corporation Paysan-ne fue una insĉtución mediaĉzada por los poderes del Esta-do -los comisarios ministeriales ubicados en los sindicatosprovinciales tenían, por ejemplo, un poder determinante so-bre los «síndicos» y sobre el resto de la estructura corpora ĉ -va-, con lo que el ideal corporaĉvista de autogesĉón, quedesde hacía años había invadido el espíritu de una gran •mayoría de los dirigentes del asociacionismo agrario francés,acabó convirĉéndose en una especie de farsa caricaturesca ala primera ocasión que tuvieron de ponerlo en prácĉca.

A pesar del fracaso que el régimen corporativo de Vichyrepresentó para las élites agrarias francesas en su deseo porregir de forma autónoma los desĉnos de la agricultura sinverse someĉdas a ningún ĉpo de imposición externa, la ex-

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periencia de la Corporation Paysanne tuvo una importante sig-nificación en el desarrollo y estructuración del movimientoasociativo, que es precisamente la que justifica que se leesté dedicando aquí estas líneas.

Para comprender la significación de la Corporation Paysan-ne hay que tener en cuenta que el ideal corporativista esta-ba muy extendido en los medios rurales franceses, tanto enla corriente dominada por la U.N.S.A. como en la de laF.N.M.C.A., y que su arraigo traspasaba los límites coyuntu-rales de un determinado régimen político (14). El régimende Vichy fue la ocasión para que ese ideal se pusiese enpráctica, pero fue también la oportunidad para que durantecuatro años se construyera desde el nivel local al nacionaluna estructura unitaria para el asociacionismo agrario fran-cés. Bien es cierto que a los cargos directivos de esa estruc-tura accedieron las élites más conservadoras ligadas a laU.N.S.A., y que dirigentes no colaboracionistas con el régi-men -ligados a la F.N.M.C.A.- fueron perseguidos por lasautoridades de Vichy, pero también es cierto que la implan-tación de una estructura tan extensa como la de la Corpora-tion Paysanne posibilitó, en los niveles locales sobre todo, elascenso a puestos de responsabilidad de grupos del campesi-nado medio tradicionalmente marginados por el monopoliorepresentativo ostentado durante muchos años por los «no-tables», ya fuesen los nobles terratenientes o los profesiona-les republicanos.

Este ascenso de una nueva generación de dirigentes lo-cales significó lá penetración del ideal corporativista en lossectores mayoritarios del ca.mpesinado francés, con lo que a

(14) No puede olvidarse al respecto los movimientos de masas previos ala implantación del régimen de Vichy, en los que se expresaba unaclara ideología corporativista en el seno de la agricultura francesa.Entre esos movimientos pueden destacarse el denominado «dorge-rismov, en honor a su lider H. Dorgpres, cuyo análisis se ha omitidoaquí por falta de espacio; ver, no obstante, el trabajo de L. G. Robi-net: Henry Dorgéres et le front paysan (París: Plon, 1987) y la obra delpropio protagonista H. Dorgcres: Haut les fourches (París: Les OuvresFrançaises, 1985). Un análisis de esos movimiencos puede verse enM. Gervais et al.: Histoire de la France rurale, tomo IV, op. cit.

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la caída del régimen de Vichy, tras la Liberación, no se pro-dujo ninguna ruptura en el seno del asociacionismo agrario,sino que, como se verá más adelante, se pretendió mante-ner el carácter unitario de la estructura heredada, aunquedesbancando de los puestos directivos a las personas desta-cadas por su colaboracionismó con el régimen derrocado.

1.2.4. La experiencia fiustrada de la C.G.A. o laimposibilidad de un corporativismo de izquierda

La orden de ^12-X-1944 dictada por el nuevo gobiernoprovisional de la Francia liberada disolvió la CorporationPaysanne y abrió el proceso de restauración del asociacionis-mó a^rario sobre bases democráticas. Desde un punto devista jurídico, no cabe hablar aquí de un proceso de refor-ma, sino de una auténtica ruptura con lo que había signifi-cado el régimen de Vichy.

La restauración del movimiento asociativo se inició se-gún el espíritu unitario germinado durante los años de laResistencia entre los grupos de oposición al régimen de Vi-chy. Así, en marzo de 1945, se celebró en París el congresoconstituyente de la que había sido clandestina ConfédérationGénérale de l'Agriculture (C.G.A.), convertida ahora en asocia•ción con vocación unitaria para articular al conjunto de laagricultura francesa. El proyecto unitario representado porla naciente C.G.A. fue promovido por socialistas, comunistasy radicales, significando, con respecto a la Corporation Pay-sanne, una auténtica inversión de las relaciones de fuerza enla dirección del movimiento asociativo agrario, una modifi-cación de los planteamientos ideológicos y, paradójicamente,una cierta continuidad en la estructura organizativa que sepretendía implantar. -

En efecto, los grupos marginados y perseguidos por elrégimen de Vichy accedían ahora a los puestos dirigentes dela C.G.A. con un nuevo discurso de la unidad del mundoagrícola, que aunque de inspiración corporativista era, sinembargo, diferente al corporativismo de antaño. Para los

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nuevos dirigentes, el concepto de la unidad excluía a lospropietarios no agricultores y no se inspiraba en la tradicio-nal oposición campo-ciudad ni en la consideración de laagricultura éomo un sector «aparte», regulado por sus pro-pios mecanismos internos.

La C.G.A. fue reconocida por los poderes públicos comorepresentante exclusivo del sector agrario y, para hacerefectivo ese reconocimiento, puso en marcha una estructuraorganizativa que en muchos aspectos recordaba a la disueltaorganización corpoTativa. Así, estableció siete ramas, paraque en cada una de ellas se estructúrasen desde el nivel lo-cal al nacional los distintos tipos de asociaciones conformese fuesen constituyendo en el nuevo contexto democrático.

Las siete ramas de la C.G.A. eran: 1) la de sindicatos deagricultores, articulados a nivel nacional en una Fédération Na-

tionale des Syndicats d'Exploitants Agricoles (F.N.S.E.A.r 2) la delcooperativismo, articulada en la Fédération Nationale de la

Coopération Agricole (F.N.C.A.} 3) la^ de la mutualidad, repre-sentada por la Fédération Nationale de la Mutualité Agricole

(F.N.M.A.} 4) la del crédito agrario, representada por la Fé-dération Nationale du Crédit Agricole (F.N.C.A.} 5) la de técni-cos, cuadros y empleados de las organizaciones agrarias, re-presentados por su federación correspondiente; 6) la de asalaria-dos agrícolas, articulados en las centrales sindicales obrerasC.G.T. y C.F.T.C., y 7) una séptima rama que incorporaba aasociaciones de diversos tipos, como el Cercle National des

Jeunes Agriculteurs (C.N J.A.). Más tarde, tras la reforma de es-tatutos de 1954, se incorporarían la Confédération Générale des

Cooperatives Agricoles (C.G.C.A.), en la rama segunda, y la Fédé-

ration Centrale de Crédit Agricole Mutuel (F.C.C.A.M.), en lacuarta, ambas héTederas de las asociaciones creadas por laantigua U.N.S.A., y por eso recelosas inicialmente a integrar-se en un proyecto de las características de la C.G.A.

La C.G.A. fue creada para jugar un doble papel: prime-ro, para coordinar las diferentes asociaciones en una especiede estructura unitaria, y segundo, para actuar como repre-sentante exclusivo .de los intereses agrarios ante los poderes

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públicos. Sin embargo, a los pocos años, por no decir meses,de su consĉtución, se pudo comprobar la imposibilidad deponer en marcha un proyecto unitario para la agricultura .francesa liderado por la izquierda. En efecto, mientras que,por un lado, la C.G.A. había sido promovida por dirigentessurgidos de la Resistencia, opuestos al régimen de Vichy yvinculados principalmente a la corriente socialista, por otro,estos dirigentes tenían una influencia muy escasa en unmundo rural persuádido aún por la ideología corpora ĉvistay liderado por la extensa red de dirigentes locales y provin-ciales cuyo ascenso había sido propiciado precisamente porla Corporaĉon Paysanne.

En defmitiva, la C.G.A. se convirĉó en un proyecto frus•trado, cuyos promotores no pudieron controlar porque losmecanismos democráĉcos por los que se regía acabaron po-sibilitando el control de su estructura por parte de los gru-pos que se oponían precisamente al mismo.

Esta contradicción se hizo manifiesta cuando se llevarona cabo las elecciones para elegir los delegados de cada fede-

ración en el Conseil Naĉonal de la C.G.A. Así, el primer

congreso de la F.N.S.E.A. -federación sindical integrada en

la primera rama- fue dominado fácilmente por los an ĉ-

guos dirigentes de la Corporaĉon Paysanne, eligiendo como

secretario general a un anĉguo «síndico» regional. De igualmanera, en las elecciones de delegados sindicales para el

Conseil Naĉonal de la C.G.A., los candidatos socialistas y co-munistas fueron derrotados en la mayoría de las circunscrip-

ciones por los anĉguos lideres de los sindicatos corporaĉvos,

con lo que la representación de la rama sindical -que era

la más numerosa- en los órganos direcĉvos de la C.G.A.

fue mayoritariamente ostentada por los sectores conservado-

res (15).De este modo, en el seno de la C.G.A. se produjo el en-

frentamiento entre esas dos facciones, que era, en realidad,

(15) Sobre el siscema de representación en el seno de la C.G.A. puedeverse el trabajo de Y. Tavernier, La F.N.S.E.A., op. cit. Según este sis-tema, los delegados de la F.N.S.E.A. tenían la mitad de los escañosen el Conseil NationaL

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una actualización de la tradicional división que había carac-terizado al asociacionismo francés a lo largo de su historia.En esa dinámica de enfrentamiento, la F.N.S.E.A., auténticaheredera de la antigua U.N.S.A., no podía aceptar que la re-presentación exclusiva del sector agrario fuera ostentadapor una C.G.A. en cuyos órganos de gobierno estaba repre-sentada una amalgama tal de intereses -agricultores, obre-ros, técnicos, cooperativas...-, que impedía a los dirigentesdel sindicalismo ejercer la hegemonía que desde sus plan-teamientos corporativistas les correspondía.

Dentro de esa lógica de divergencias y antagonismos, sedesarrollaría una serie de hechos por los cuales los delega-dos de la F.N.S.E.A. en el Conseil National de la C.G.A.-que ocupaban la mitad de la representación de las sieteramas- lograrían modificar los estatutos de la Confedera-tion en enero de 1954. Esta modificación significaba prácti-camente el suicidio de la C.G.A. como estructura unitaria, yaque suprimía su rol representativo, -limitaba sus funciones alas de una simple plataforma de encuentro sin ningún po-der de decisión sobre sus federaciones componentes, y con-cedía a éstas plena autonomía (16).

1.3. LA DIFERENCIACION IlOTTERNA DE LA« PR®FESI®1!T AGRIC®LA»

A partir de ese momento, se produciría un desarrollo au-tónomo de las distintas formas asociativas de la «profesiónagrícola» francesa, que acabaría por configurar su estructuraactual.

Así, en el área del sindicalismo se consolidaría el rol he-gemónico y prácticamente exclusivista de la F.N.S.E.A., so-bre todo después del fracaso de algunos intentos promovi-dos por la izquierda -como los Comité de Dé, fénse et d'ActionPaysannes- para recuperar el terreno perdido tras el fraca-so de la C.G.A. (17). La hegemonía de la F.N.S.E.A. sería po-

(16) Un detallado análisis sobre la significación de la reforma de laC.G.A. en 1954 es realizado por Y. Tavernier, La F.N.S.E.A., op. cit.

(17) Sobre los Comités de Defensa y Acción Campesina promovidos por

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ténciada, además, por varios hechos. Por un lado, por la in•tegración en su estructura del Cercle National des Jeunes Agri-culteurs, una vez que este círculo lograse su autonomía conla reforma estatutaria de la C.G.A. y fuese transformado ensindicato por los jóvenes de la Jeunesse Agricole Chretienne(J.A.C.) (18). Y, por otro lado, la hegemonía de la F.N.S.E.A.sería también potenciada por la integración en su estructurade las antiguas asociaciones especializadas, reconstruidas unavez disuelta la Corporation Paysanne -como la A.G.P.B.-,y de otras nuevas creadas posteriormente.

En el área de la cooperación, la mutualidad y el crédito,los dirigentes de la antigua F.N.M.C.A. comenzaron a re•construir el movimiento asociativo nada más comprobar lainviabilidad del proyecto unitario de la C.G.A. Así, en juniode 1952, celebrarían un congreso en el que acordaron refor-mar los estatutos de la antigua F.N.M.C.A. para adaptarlos ala nueva realidad, y preparar la creación de una nueva fede-ración nacional. Meses más tarde, en enero de 1953, tendríalugar la asamblea constituyente de la nueva Fédération Natio-nale de la Mutualité, de la Cooperation et du Crédit Agricole(F.N.M.C.C.A.), que era el resultado de integrar en una es-tructura confederal las tres federaciones en que había esta-do articulado el asociacionismo no sindical durante el perío-do de vida activa de la C.G.A. Años después, en 1955, la fe-deración cambiaría sus siglas por las actuales deC.N.M.C.C.A., incorporando la palabra «confederation» parareflejar mejor el carácter confederal.de su estructura (19).

Finalmente, y como un proceso ocurrido al margen delos avatares producidos en él seno de la C.G.A., se restaura-ron las Chambres d'Agriculture (Cámaras Agrarrias), tras el in-forme favorable del Conseil d^tat en el que se les recono-

el P.C.F. puede verse H. Pitaud, nLa politique agraire du Parci Com-

muniste français du Congrés de Marseille á nos joursn, Cahiess de1'Institut Maurice Thosez, núm. 24, 1971.

(18) Sobre la J.A.C. remito al lector al capítulo 8^ de este trabajo, en elque se hace un estudio detallado del movimiento ajacistau y de suintegraĉón en el C.N J.A.

(19) Sobre 1a historia moderna del movimiento cooperativo y mutualistaver el capítulo 5.^ de este crabajo.

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cía, de nuevo, las competencias que esas instituciones ha-bían tenido asignadas por la ley de 1924 que las creó. Larestauración de las Cámaras Agrarias fue un proceso bastan-

te complejo, ya que, tanto los poderes públicos de los añosposteriores a la Liberación como los sectores del asociacio-nismo agrario empeñados en la consolidación de la C.G.A.,no estaban interesados en recuperar unas instituciones quesancionaban el principio de la representación general en perjui-

cio del de la representatividad No obstante, la presión cons-tante de los antiguos presidentes de las Cámaras Agrariaspara que se restableciese la ley de 1924 tuvo éxito con el yacitado informe del Conseil d'Etat, que obligó a los poderespúblicos a reconocerles de nuevo sus tradicionales compe-tencias (20).

De este modo, cristalizarían a lo largo de los años cin-cuenta los elementos básicos de la «profesión agrícola» fran-cesa. Una estructura que, como se ha señalado, ha venidocaracterizándose desde entonces por la especialización fun-cional de sus componentes -sindicalismo, cámaras agrarias,cooperación, mutualidad y crédito-, por su jerarquizaciónexplícita bajo la égide del sindicalismo y por el carácter for-zosamente unitario de la representación en sus respectivasáreas de actuación. A la consolidación de esta estructuracontribuiría extraordinariamente la política de «cogestión»puesta en marcha por los gobiernos de la V República parallevar a cabo su programa modernizador. Tal como se anali-zará en el próximo capítulo, la práctica de la concertaciónentre los poderes públicos y la «profesión agrícola» -denominada en Francia politica de cogestión- sería un ele-mento decisivo para hacer viables los distintos proyectos dereforma, pero esa misma dinámica ayudaría a consolidar unpanorama asociativo de las características que acaban de ex-ponerse líneas más arriba.

La necesidad de contar con interlocutores idóneos, esca-sos en número y sólidamente implantados entre los agricul-tores, favorecería la tendencia al monopolio representativo y

(20) Sobre la restauración de las Chambres d'Agriculture ver el capítulo5 ° de este trabajo.

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a la marginación de las organizaciones minoritarias. Comoveremos más adelante, el tándem formado por la F.N.S.E.A.y el C.N J.A. ha ejercido durante más de 20 años el mono-polio de la representación oficial, actuando como los autén-ticos «parteneurs» de la política de cogestión y los valedoresde los proyectos de modernizaçión.

Sin embargo, la puesta en práctica de estos proyectossignificaría también la apertura de diversos frentes conflicti-vos que, con el tiempo, irían provocando la aparición de di-sidencias internas en las bases sociales del sindicalismomayoritario. De este modo, el mito de la unidad difundidoal comienzo de los sesenta entre los agricultores francesesse iría desmoronando a medida que el proyecto moderniza-dor fue mostrando sus contradicciones internas, lv que pro-piciaría la creación de nuevas fuerzas sindicales (M.O.D.E.F.,F.F.A, C.N.S.T.P., F.N.S.P.) (21).

El próximo capítulo analizará el proceso de moderniza-ción agrícola, sus objetivos, sus resultados y sus contradiccio-nes. De esta manera, se estará en condiciones de compren-der la situación actual de la «profesión agrícola» en Franciay proceder al análisis pormenorizado de su estructura.

(21) Ver el capítulo 4.^ de este trabajo.

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