Carlos Z. Flores García ingeniero neoclásico en Chiapas

7/26/2019 Carlos Z. Flores García ingeniero neoclásico en Chiapas

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ISSN 0188-4891

Perteneciente a la Asociación de RevistasLatinoamericanas de Arquitectura (ARLA)www.arlared.org

Directorio

RectorDr. José de Jesús Williams

Director General de Desarrollo AcadémicoIQI. Carlos Estrada Pinto, M. en C.

Coordinador General del Sistema de Posgrado,Investigación y VinculaciónDr. Javier Becerril García

Director de la Facultad de Arquitectura

Arq. Alfredo J. Alonzo Aguilar, M. en C.Secretario AcadémicoMtro. en Arq. Mario A. León Flores

Secretario AdministrativoMtro. en Arq. José Luis Cocom Herrera

Jefa de la Unidad de Posgrado e InvestigaciónDra. en Arq. Lucía Tello Peón

Coordinación editorial FAUADYDra. en Arq. Gladys N. Arana López

Consejo editorialArq. Alfredo J. Alonzo Aguilar, M. en C.Mtro. en Arq. Mario A. León FloresMtro. en Arq. Losé Luis Cocom HerreraDra. en Arq. Lucía Tello PeónMtra. en Arq. Maella M. González CetzLic. C.C. Jessica Ortiz Vorrat

Dr. en Arq. Roberto Reyes PérezDra. en Arq. Gladys Arana López

Corrector de textoLic. Per. María Teresa Mézquita Méndez

Diseño, diseño gráfico y formación editorialCecilia Gorostieta Monjaraz

El contenido es responsabilidad de los autores, quienes garan-tizarán que tanto el artículo como los materiales vinculados aél son originales y no infringen derechos de autor. Se conside-

rará que los puntos de vista expresados en los documentos, noreflejan necesariamente la opinión del Consejo editorial o de laFacultad de Arquitectura de la UADY. Al ser aceptado un texto,el autor no podrá participar en el mismo número en dos sec-ciones de la revista, ni tampoco en publicaciones consecutivas.Todas las colaboraciones aprobadas pasarán a ser propiedadde CUADERNOS. ARQUITECTURA DE YUCATÁN respetándose loscorrespondientes derechos intelectuales del autor.

Comité Científico Dictaminador

Dr. en Diseño Luis Fernando Guerrero BacaUniversidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco

Arq. Benjamín Ibarra Sevilla, M. en C.University Of Texas At Austin

Dr. en Arq. Arturo Román KalishUniversidad Autónoma de Yucatán

Dr. en Arq. Raúl Pável Ruiz TorresUniversidad Autónoma De Chiapas

Dr. en Arq. Raúl Ernesto Canto CetinaUniversidad Autónoma De Yucatán

Dra. en C.S. Arq. Patricia MéndezConicet-Cedodal

Dra. en Hist. del Arte Ana Fernández GarcíaUniversidad de Oviedo

Dra. en Arq. Catherine Ettinger Mc EnultyUniversidad Michoacana de San Nicolás De Hidalgo

Dra. en Arq. María Elena Torres PérezUniversidad Autónoma de Yucatán

Arq. Silvia Elisa Chí Cervera, M. en C.Universidad Autónoma de Yucatán

Arq. Edgardo Bolio Arceo, PhD.

Universidad Autónoma de YucatánDra. en Arq. Zaida Muxí MartínezUniversidad Politécnica de Cataluña

Dra. Arq. Inés MoissetUniversidad Nacional de Córdoba



EDITORIAL

LA PLAZA <<

Alejandra Monti¿Reforma Urbana o Revolución Urbana?Los aportes de Jorge Enrique HardoyUrban Reform or Urban Revolution? Jorge Hardoy´s Contributions

Ana Elisa Fato OsorioModernización, arquitectura especial y salud a mediadosdel siglo XX en VenezuelaModernization, Special Architecture and Health in Mid-twentiethCentury in Venezuela

Héctor Saturnino Durán CastilloTransformaciones urbano arquitectónicas de un entorno moderno.El caso del conjunto Cordemex, en Mérida, Yucatán 1969 – 2015Urban-Architectural Transformations of a Modern Environment.Cordemex Complex in Merida, Yucatan 1969-2015

Juan Antonio Estrella PozoIzamal, Yucatán como Pueblo Mágico y susformas de valoración patrimonialIzamal, Yucatán as Pueblo Mágico. Forms of Heritage Valuation

EL CLAUSTRO <<

Fredy Ovando GrajalesCarlos Zacarías Flores García (1851-1931). Un ingeniero neoclásicoen San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, MéxicoCarlos Zacarias Flores Garcia (1851-1931). A Neoclassical Engineerin San Cristobal de Las Casas, Chiapas, Mexico

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Contenido



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Rubí Elina Ruiz y SabidoEl antiguo pueblo de Chuburná en Mérida, Yucatán.Una revisión crítica de la coexistencia cultural rural-urbanaThe Old Village of Chuburna in Merida, Yucatan. A critical Reviewof Cultural Coexistence in a Rural-urban Environment

Eduardo Monsreal TorayaLa demanda de movilidad urbana en el subcentro urbano

O’Horán-Centenario en Mérida, YucatánDemand for urban mobility in the urban sub-center O'Horan-Centenarioin Merida, Yucatan, Mexico

LA OBRA <<

Waldir Hernández Canto > Rafael Limón EspejelSomos arquitectura. Concurso de Arte Público «La arquitecturaen el tiempo y el paisaje del Mayab»We are Architecture. Public Art Contest «La Arquitectura en el tiempoy en el Paisaje del Mayab»

Raúl Enrique Rivero CantoLeyendo el arte, la arquitectura y el urbanismo comodocumentos históricosReading Art, Architecture and Urbanism as Historical Documents

COLABORADORES

NORMAS GENERALES PARA LA PRESENTACIÓNDE MANUSCRITOS



6 CUADERNOS ARQUITECTURA DE YUCATÁN <28> ISSN 0188-4891

PRESENTACIÓN

La Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma deYucatán es, desde su fundación, un referente obligado en lageneración de conocimiento en los ámbitos de la arquitectu-ra, la ciudad, el patrimonio histórico, las artes y la cultura yen la discusión de los temas referentes a la ciudad, el terri-torio, y en relación con todos aquellos análisis y propuestasque contribuyan a mejorar la calidad de los asentamientoshumanos de nuestras poblaciones.

Un elemento muy importante para divulgar el queha-cer de profesores y alumnos de nuestra Facultad ha sido los

Cuadernos. Arquitectura de Yucatán que este año cumple sus28 años continuos de promover el intercambio y discusiónde ideas.

En esta nueva época de los Cuadernos, se tendrá a loshabitantes de las ciudades, como parte central de los traba-

jos que aborden el diseño de productos, ambientes y siste-mas, promoviendo la expansión de límites, tradicionalmenteunidisciplinarios, vinculando las prácticas profesionales queson relevantes a la habitabilidad de los espacios y de las ciu-dades, desde el contexto actual en los que las disciplinas delespacio habitable y el arte pueden, y deben, abordar aspec-tos críticos contemporáneos y promover la discusión de los

impactos reales que son importantes para dichos habitantes.Las investigaciones y la docencia que se realizan en nues-

tra Facultad, seguirán siendo elementos significativos quecontinuarán siendo expuestos en los Cuadernos para promo-ver la necesaria vinculación y discusión entre la academia,las profesiones y diversos públicos. La motivación que per-sigue esta nueva época de los Cuadernos, es que éste sea unespacio en donde se propongan los ámbitos de impacto de laFacultad, de la búsqueda de conocimiento de los estudiantes

ARQ. ALFREDO J. ALONZO AGUILAR, M. CDIRECTOR DE LA FACULTAD DE ARQUITECTURA

y, el foro de exposición de los procesos académicos de nues-tros programas educativos. También en esta nueva época deCuadernos se propone trasladar el énfasis tradicional en elestudio de los productos de diseño, por ejemplo de edificiosy espacios vistos tradicionalmente como entes individuales,hacia el análisis y evaluación de los procesos de diseño. Conello se plantea expandir las perspectivas tradicionales paraincluir el conocimiento de la colectividad y ampliar la mira-da del trabajo de diseño, incorporando la identificación denecesidades, valores, objetivos de la comunidad, así como la

evaluación de diversos impactos y perspectivas.Esta visión, necesariamente requiere el estudiar, anali-zar y crear conocimiento en los procesos de diseño para (ycon) diversos actores, y enfocar las disciplinas del espaciohabitable, hacia la realización de intervenciones que consi-deren diversos públicos así como la multiplicidad de aspec-tos sociales. También es relevante ampliar los alcances de lasmencionadas disciplinas del espacio habitable (de los tradi-cionales “edificios” y la “forma”) hacia los procesos de ela-boración de agendas, siendo preciso transformar el papel dela profesión del arquitecto/diseñador del hábitat/artista vi-sual de hacedor de formas hacia el de actor de las transfor-

maciones.Por último, es importante señalar que la revista Cuader-

nos aspira a seguir siendo útil a todos los integrantes de lacomunidad de la FAUADY pero también se propone llegara diversos ámbitos académicos de México y de otros países,pero también a los usuarios de la ciudad. El propósito es quenuestros Cuadernos sean un vehículo vivo, dinámico y queexprese lo que hacemos en la Facultad. Para ello es indispen-sable que tú lector te sumes de manera activa a esta propues-ta editorial, por lo que te invito a leer, discutir, proponer yescribir para Cuadernos. Arquitectura de Yucatán; te invito a

ser parte importante de éstos.



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EDITORIAL

Día a día, las formas de crear el conocimiento, los tópicos deinterés, y los estudiosos cambian, por lo que los medios de

difusión de la información también deben de transformarse,adaptándose a su época, circunstancias y grupo social quelos demandan. Es por ello, que el presente número de Cua-

dernos. Arquitectura de Yucatán, si bien es continuidad de unproyecto cuyo origen se remonta a muchos años atrás, conuna notable gestión e invaluables propuestas académicas,es también el principio de una nueva etapa editorial, mismaque tiene entre sus objetivos ser parte de las nuevas tenden-cias de generación y transmisión del conocimiento, siendoal mismo tiempo concordante con los correspondientes pa-rámetros de calidad internacionales.

Cuadernos presenta una nueva imagen, pero más allá deésta, se manifiesta con un renovado compromiso por forta-lecer la divulgación del conocimiento y de las experienciasemanadas de las aulas de la Facultad de Arquitectura de laUniversidad Autónoma de Yucatán, tanto de sus profesores einvestigadores, como de sus alumnos y egresados, en conjun-ción con el trabajo de expertos nacionales e internacionales,realizándose un ejercicio de doble validación, hacia dentro yhacia fuera de la comunidad académica local.

Es por esto que en este número, cuya convocatoria fue detemática abierta, colaboran académicos y estudiantes de uni-versidades latinoamericanas, nacionales y locales, y el conte-

nido final de la revista si bien toca temáticas diversas, puedeser entendido como un todo en complementariedad.

La sección La Plaza, está conformado por cuatro do-cumentos, el primero elaborado por Alejandra Monti, ini-cia con una pregunta que provoca la reflexión entre dos con-ceptos: reforma y revolución urbana. La Dra. Monti anali-za las aportaciones que sobre reforma urbana fueron reali-zadas por J. E. Hardoy durante el período comprendido en-tre 1966 a 1974, siendo éste un tema central en las agendascontinentales. Por otra parte, la propuesta realizada por AnaFato, se basa en el estudio de las edificaciones asistencialistasproducto de las políticas del Estado venezolano entre 1936y 1958 y en particular en aquella producida para la atenciónde enfermedades especiales, como respuesta a la institucio-nalización de la práctica médica propia del proceso de mo-dernización. El tercer artículo es de Saturnino Durán, quienechando mano de fuentes documentales primarias, analizalas transformaciones urbano-arquitectónicas del conjunto

Cordemex, entorno construido durante el periodo de la se-gunda modernidad en Mérida, Yucatán, así como los hechos

sociales y políticos que desencadenaron estos cambios. El úl-timo documento de esta sección, fue realizado por AntonioEstrella Pozo y en él donde se expone el caso de Izamal en elcontexto del programa federal Pueblos Mágicos, establecién-dose una relación entre las acciones encaminadas a la promo-ción turística de la localidad, y su incidencia en las formas ar-quitectónicas y urbanas.

La segunda sección de la revista, denominada El Claus-

tro, está compuesta por tres artículos. El primero realizadopor Fredy Ovando, evoca a la memoria del patrimonio edifi-cado de San Cristóbal de las Casas, al referirse a las obra deCarlos Zacarías Flores García considerado como el principalartífice del paisaje decimonómico de esa ciudad, el segun-do documento es de Rubí Elina Ruiz, quien analiza la formacomo la modernización, la globalización y el impacto demo-gráfico contemporáneos han sido determinantes en el pro-ceso de crecimiento de las ciudades y la transformación cul-tural de la sociedad, siendo Mérida, como ciudad central enla región, y en particular el antiguo pueblo de Chuburná deHidalgo, espacios en donde estos fenómenos se pueden ob-servar a la perfección. La última propuesta de esta sección,es un trabajo de Eduardo Monsreal, cuyo objetivo es el iden-tificar los elementos que distorsionan la demanda de movi-

lidad en el Subcentro Urbano O’Horán-Centenario, uno delos distritos de la ciudad de Mérida con mayor atracción deviajes y con mayores problemas de congestión vial.

La Obra, como espacio destinado para la difusión de ex-periencias en concursos, obras y el análisis de publicacionespropias de la disciplina, está compuesto por dos trabajos. Enel primero de ellos, realizado por Waldir Hernández y porRafael Limón, se describe la experiencia obtenida en la par-ticipación en un concurso de arte público, mientras que el se-gundo, es el análisis del libro “El Panteón Francés de la Pie-dad como documento histórico: una visión urbano-arquitec-tónica”, realizado por Raúl Rivero Canto.

Cuadernos. Arquitectura de Yucatán, como presente, esel eslabón que vincula el pasado con el futuro de nuestra Fa-cultad en particular y del Campus de Arquitectura, Hábitat,Arte y Diseño en lo general, soslayando el anonimato, al sersubstancial en la construcción de una identidad profesional.

GLADYS N. ARANA LÓPEZCOORDINADORA EDITORIAL FAUADY

GLADYS N. ARANA >> EDITORIAL



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LA PLAZA



FECHA DE RECEPCIÓN FECHA DE ACEPTACIÓN

27 de MAYO >> 21 de AGOSTO

CARLOS ZACARÍAS FLORES GARCÍA (1851-1931)

CARLOS ZACARIAS FLORES GARCIA (1851-1931)

Resumen

San Cristóbal de Las Casas, la antigua Ciudad Real de Chiapas, ha sido tradicionalmente considerada como unaciudad “colonial” debido a su fundación en los primeros años de presencia hispana en nuestro territorio, actoprotocolario ejecutado por Diego de Mazariegos en 1528 que propició el escenario inicial para el desarrollo deun asentamiento destinado a encabezar la provincia recién incorporada a la Nueva España, sin embargo, pocaarquitectura queda de aquellos años limitándose casi exclusivamente a edificios religiosos. La ciudad que ahorase contempla es el resultado de una serie de aportaciones arquitectónicas de finales del siglo XIX y principiosdel XX, con un marcado carácter clasicista, en la que destacan las obras de Carlos Zacarías Flores García, prin-cipal artífice del paisaje edificado en San Cristóbal de Las Casas, tal como se expone en el siguiente documento.

Palabras clave

Carlos Flores, ingeniero, neoclásico, Chiapas

Un ingeniero neoclásico en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México

A Neoclassical Engineer in San Cristobal de Las Casas, Chiapas, Mexico



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Esbozo biográfíco de Carlos Zacarías Flores García1

Del matrimonio integrado por Don Eligio Flores y Doña Rita García, na-ció el 4 de noviembre de 1851 un hijo al que pusieron por nombre CarlosZacarías. La infancia y juventud de este personaje transcurrieron en SanCristóbal de Las Casas, ciudad donde residían sus padres y donde realizósus estudios académicos hasta —dicen que con mucho esfuerzo—, con-cluir su formación profesional y graduarse como Ingeniero Agrimensoren 1870, en la Universidad Literaria de Chiapas.

Con diecinueve años y recién titulado, ejerció la profesión durante al-gún tiempo en su propia ciudad y posteriormente emigró a Tabasco para

integrarse en las labores de construcción del ferrocarril México-Veracruz.En algún momento entre 1876 y 1877 se trasladó a la Ciudad de Méxi-co, con motivos poco esclarecidos ya que algunos dicen que fue para se-guir estudiando y otros afirman que lo hizo por asuntos laborales. Salo-mónicamente podría decirse que bien pudo ser por ambos motivos, noexcluyentes entre sí.

FREDY OVANDO GRAJALES

Un ingeniero

neoclásico en San

Cristóbal de Las

Casas, Chiapas

México

CARLOSZACARÍASFLORESGARCÍA(1851-1931)

Figura 1 > Carlos Zacarías Flores García.Archivo personal.

EL CLAUSTRO << FREDY OVANDO >> UN INGENIERO…




Algunos de sus biógrafos más entusiastas afirmanque posteriormente ingresó en la Escuela Nacional deBellas Artes —Academia de San Carlos— donde estu-dió arquitectura y recibió influencias del neoclasicis-mo que entonces imperaba en la formación profesio-nal en México.2 Inclusive se ha llegado a decir —concierta exageración— que Flores García habría sidodiscípulo de Javier Cavallari en dicha institución, cir-cunstancia por demás improbable dado que Cavalla-ri se había retirado desde 1864 y Flores García habríaingresado a la Escuela Nacional de Bellas Artes entrelos años 1876 y 1877.

En un documento mecanografiado por un miem-

bro de su familia en 1949,3

se indica que su traslado ala Ciudad de México fue con la intención de continuarsu formación como ingeniero civil y como topógrafo,“sin olvidar sus inclinaciones artísticas”, lo que con-dujo a Flores García a estudiar dibujo, pintura y es-cultura en San Carlos. Sin embargo ninguna mención

se hace a la arquitectura como objetivo de aprendizajeen dicha institución.4 En ese sentido, es llamativo elhecho de que siempre firmó como “ingeniero”, nuncacomo “arquitecto”, según puede comprobarse en suscontratos de obra manuscritos que forman parte de suarchivo personal.

Anecdóticamente, de ser cierta la asistencia deCarlos Z. Flores a la Academia de San Carlos, debió

ser testigo presencial del examen de reválida del ar-quitecto Antonio Rivas Mercado, hecho acaecido el25 de abril de 1879. Como se sabe, Rivas Mercado ha-bía estudiado en París y deseaba ejercer la profesiónen México, para lo cual tuvo que acreditarse median-te el examen mencionado.

Por la información existente de sus primeras obrasen San Cristóbal se sabe que hacia 1882 Carlos Z. Flo-res ya estaba construyendo en Chiapas, dato que pro-porciona un rango temporal de entre cuatro y cincoaños entre la llegada a la Ciudad de México en 1877y 1882 cuando aparece ejerciendo la profesión en SanCristóbal de Las Casas. Coincidentemente, en 1877se devolvió su sede a la Academia de San Carlos y sereformó la carrera de arquitectura con un plan de es-tudios de cinco años.5

Más allá de poder demostrar aquí si Carlos Z. Flo-res estudió arquitectura en San Carlos, o no, lo ciertoes que hacia 1882 regresó a Chiapas para radicar enSan Cristóbal de Las Casas. De inmediato se incor-poró a una vida profesional muy activa en la que se

le atribuye la construcción de una gran cantidad deviviendas particulares, edificios religiosos, carreteras,obras de infraestructura urbana y mausoleos, desta-cando entre ellos varios inmuebles emblemáticos dela ciudad, como el Palacio de Gobierno (1885) y laiglesia de Santa Lucía (1892).6

Figura 2 > Iglesia de Santa Lucía. Fuente:F. Ovando



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También ocupó cargos administrativos en el Ayuntamiento Munici-pal, la primera vez en 1887 y la segunda en 1890,7 en ambos casos en laOficina de Instrucción Pública. Como ferviente amante de su tierra, fuetestigo presencial del traslado de la sede de la capital del estado de Chia-pas de su natal San Cristóbal a Tuxtla en el año de 1892.

El 6 de agosto de 1893, Carlos Zacarías se casó con la señorita MaríaCandelaria Morales Utrilla con quien tuvo diez hijos: Carlos Segundo,María Adelina, Adulfo Vicente, Gustavo Ernesto, Federico Gil, EnriqueEliseo, María Candelaria, María Elisa, María Angelina y María Marga-rita Flores Morales.

A principios del siglo XX Flores García construyó sus últimas obras,entre ellas destacan su casa particular (1902, luego convertida en una es-cuela), así como la restauración que realiza del interior de la Catedral(1921). Para este momento era considerado como un gran benefactor dela ciudad, no solo por haber sido el introductor del neoclásico en SanCristóbal de Las Casas con el Vignola en la mano, lo que provocó una

eclosión popular sin parangón en la ciudad, sino sobre todo por la innu-merable cantidad de obras de mejora que emprendió y por el impacto quetuvo en la educación de la sociedad sancristobalense, actividad comparti-da sobre todo con sus hijas.

El ingeniero Carlos Zacarías Flores García falleció en 1931 en la mis-ma ciudad que lo vio nacer, dejando tras de sí un legado que aún esperasu cabal valoración.

El Vignola de Carlos Z. Flores

Quizá sea apresurado decir que las obras edificadas por Flores Garcíaen San Cristóbal de Las Casas fueron proyectadas siguiendo los cáno-nes neoclásicos de la época, pero lo que no puede negarse es que todastuvieron como referente los dibujos de un libro publicado en 1562 porun italiano de nombre Jacopo Barozzi, apodado “Vignola”, nombre de laciudad donde nació.

Markman,8 en su libro Arquitectura y urbanización del Chiapas colo-

nial , especuló con que Carlos Z. Flores disponía de una copia del tratadode Vignola adaptado por Delagardette, cuya versión en español se publi-có en México a partir de 1858. Es bastante probable que así haya sido y

que las obras iniciales de Flores en San Cristóbal fuesen diseñadas basán-dose en aquella versión del libro del tratadista italiano, como la iglesia deSanta Lucía y el Palacio Municipal.

Años más tarde, cuando estaba construyendo su vivienda particular,—convertida posteriormente en escuela con el nombre de “La Enseñan-za”—, es el propio Carlos Z. Flores quien hace constar que la versión de

1 Flores, 1976, p. 150-151

2 González, 1960, p. 18. El fue el primero

en publicarlo y de ahí todos lo han segui-do, aunque no hay evidencias de que talcosa ocurriera.

3 Archivo Carlos Z. Flores, documentomecanografiado, 1949.

4 Consultada la Guía del Archivo de la An-tigua Academia de San Carlos 1867-1907, publicada en 1993 por Báez Macías, asícomo los registros de alumnos que seconservan en los archivos de la Acade-mia de San Carlos, tanto en el área dearquitectura como de pintura y escultura,no fue posible encontrar alguna referen-cia a Carlos Z. Flores.

5 Báez, 2009, p. 177

6 Bermúdez, 2011, p. 122

7 Archivo Municipal de San Cristóbal deLas Casas, Actas de Cabildo.

8 Markman, 1993, p. 477





Vignola que estaba utilizando en dicha obra era unade 1889, aunque no especifica quién era el editor, pre-sumiblemente se trataba de la versión de J. A. Leveil,aparecida justamente en el año que indica el ingenie-ro Flores en su redacción.

En la instrucción que detalla en el contrato deobra, fechado el 5 de septiembre de 1904, que él mis-mo escribe de su puño y letra para el albañil José Gar-cía, textualmente le dice: Las fachadas de los cuatrocorredores que dan al patio ya no serán hechas conarcos y cornisa estilo dórico, sino que serán fabrica-das siguiendo el estilo corintio, haciendo pórticos deladrillo y arcada conforme al modelo que figura enla lámina XLIII (cuarenta y tres) del Tratado prácti-co elemental de arquitectura por Viñola [sic] ediciónde 1889.9

De este párrafo se deduce que previamente ha-bían acordado construir ese patio con elementos dó-ricos y por ello la corrección que aquí se hace cam-biando al corintio, decisión tomada, quizá, por el nue-vo ejemplar adquirido del Vignola de 1889 en el quelo corintio tiene un sitio preferente. Lamentablemen-te, ninguno de los tratados utilizados durante su vidase conserva en la biblioteca particular del ingenieroque actualmente custodia el Archivo Carlos ZacaríasFlores García en San Cristóbal de Las Casas, con locual, las escasas evidencias de sus referentes proyec-tuales son los propios contratos que van dando peque-ñas pistas de cómo aplicaba el ingeniero el métodoproyectual desarrollado por el tratadista italiano. Al-gunos de estos contratos dan fe de una gran inocenciaen la interpretación de los dibujos traducidos a un len-guaje artesanal que exigía asentar por escrito aquelloque cada obrero iba a ejecutar asignando un precio acada tarea. Una muestra de esto se puede leer en el si-guiente párrafo firmado en 1904 por el ya menciona-do albañil José García.

“LISTA DE PRECIOS POR ECHURA PURAMENTE ENCUESTION DE ALVAÑILERIA:

Por cada pórtico corintio con pedestal estriado de co-lumna cortar la hojarasca del capitel, en la cornisa

poner el dentillón, no poner modillones, porque po-niéndolos ya nos escsige la exforiación completa enlos dibujos correspondientes del tratado de arquitec-tura[,] solo nos sujetaremos a la decoración con todassus medidas por la suma de…10

En este punto cabe recordar lo dicho por ManuelGonzález Galván en su texto ‘Vignola en San Cristó-bal de las Casas’, del año 1960, donde apuntó lo si-guiente:

(…) si un arquitecto, tan universalmente célebrecomo lo es Vignola, pudiera venir a la ciudad chiapa-

neca, lloraría de emoción al comprobar que sus teo-rías estilísticas se han realizado aquí con una sencillezy sinceridad conmovedoras”.11

Figura 3 > Patio de La Enseñanza de Carlos Z. Flores.



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En efecto, según puede observarse en las viviendas que se atribuyen a CarlosZ. Flores, es evidente que todas fueron hechas utilizando elementos de las Reglas

de los cinco órdenes de Vignola, recurriendo a una decoración arquitectónica clasi-cista con marcada tendencia al uso de elementos greco-romanos, tales como capi-teles corintios y pilastras de origen romano en distintas versiones. Existe en estascasas un marcado acento en sus vanos recurriendo al ritmo y la repetición, expli-cados en los tratados renacentistas y en particular en el de Vignola.

Por otra parte, como bien dice Manuel González Galván: “Es de suponerse queno se deben exclusivamente a él todas las construcciones de estilo clásico con quecuenta la ciudad, pues son muy numerosas, pero, en su unidad denuncian la exis-tencia de una personalidad suficientemente robusta como para encontrar tantosseguidores. Hasta puede hablarse, sin exageración, de un neoclasicismo con sellolocal, dentro del cual Flores viene a ser la figura relevante.” 12

9 Contrato de obra manuscrito

redactado por Carlos Z. Flo-res, Archivo Carlos Z. Flores.

10 Idem. Se ha respetado laortografía original.

11 González, “Op. cit.”, p. 16

12 Ibid ., p. 18


Figura 4 > Lámina del tratadode Vignola.




Fig. 5. > Fachada principaEnseñanza en San Cristóbal de Las

C

Figura 5 > Fachada principal deLa Enseñanza en San Cristóbalde Las Casas, Chiapas. Fuente:F. Ovando.



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El paisaje urbano patrimonial del centro históricode San Cristóbal de Las Casas

La influencia de las obras neoclásicas de Carlos Z. Flores en la configu-ración del paisaje urbano patrimonial de San Cristóbal de Las Casas es

innegable, sobre todo si se toma en cuenta que hacia finales del siglo XIXla ciudad ofrecía una imagen poco clara de su devenir en el tiempo conescasas evidencias de los estilos arquitectónicos que por ella habían pa-sado, casi todos ejemplificados en edificios religiosos. Prueba de ello soninmuebles como la catedral y el conjunto de Santo Domingo convertidosal barroco local o iglesias como la de El Carmen con influencias mudéja-res, por citar solo un par de ejemplos.

En el ámbito doméstico no se había dado, hasta el ocaso del sigloXIX, ninguna tendencia estilística ya que la mayoría de esta arquitecturaconservaba su carácter vernáculo adaptado a esquemas españoles comolas casas con patio central y corredores porticados.13

Esta fue la razón que permitió a los habitantes de San Cristóbal adop-tar un estilo arquitectónico que en poco tiempo llenó la ciudad con un len-guaje clasicista que fue ejecutado por los constructores locales intentandoparecerse al del ingeniero Flores, que si bien seguían las formas del neoclá-sico éstas no se trazaban con las proporciones exigidas en los tratados de laépoca. Jorge Paniagua Herrera señala con precisión que: “El neoclásico, ex-presión plástica del paso decisivo de la colonial Ciudad Real a la democrá-tica San Cristóbal, vernaculizó con adobe y pintura los cánones del estilo”.14

Consecuentemente, en la lectura del paisaje urbano patrimonial re-ferido específicamente a la arquitectura que constituye la imagen urbanaha de hacerse una doble lectura. Por un lado el clasicismo académico, ca-nónico, sustentado en el neoclásico puro de la obra de Carlos Z. Flores,y por otro el clasicismo popular en el que las reglas compositivas pierdensu ortodoxia dando paso a la libertad interpretativa del lenguaje arqui-tectónico. Ambas tendencias coexisten en armonía en la ciudad. Una nose explica sin la otra.

Esta circunstancia ha hecho posible que la arquitectura que hace alcentro histórico de San Cristóbal de las Casas cuente entre sus ejemplosnotables edificaciones de carácter académico proyectadas por el ingenie-ro Flores superponiendo láminas del tratado de Vignola aunque erigi-das con ancestrales técnicas basadas en muros de adobe aplanados y cu-

biertas de madera y teja, con lo cual ninguna innovación tectónica puedeatribuirse a la presencia del neoclásico en estas tierras. Junto a tales obrasaparecen también otras que tienen la misma base edilicia con notables di-ferencias en la aplicación de la ornamentación clasicista tanto en sus pro-porciones como en sus materiales hasta el grado de ver aplicados enmar-camientos de puertas y ventanas únicamente con pintura.

13 Artigas, 1992, p. 425-429

14 Paniagua, 1998, p. 21





La influencia de Vignola, introducido por Carlos Zacarías Flores a laciudad de San Cristóbal de Las Casas, se extendió a otras poblaciones delestado de Chiapas por mediación popular al tomar como ejemplo lo quese hacía en la vieja ciudad colonial. De este modo, cascos de haciendas ypueblos fundados en las primeras décadas del siglo XX adoptaron tam-

bién el lenguaje clasicista con inocente libertad rompiendo los más ele-mentales principios de modulación geométrica asentados por Vignola ensu tratado. Cabe decir que hasta el día de hoy se sigue considerando estelenguaje arquitectónico como el de mayor formalidad en la arquitecturapopular llegando a caricaturizar las proporciones de los órdenes clásicos.

El legado de Carlos Zacarías Flores García apenas empieza a valorar-se en la actualidad para ubicarlo en el lugar que la propia historia de laciudad, y de Chiapas en general, le concedan. Aun cuando se cuenta conparte del archivo personal del ingeniero Flores, éste aún no ha sido estu-diado a profundidad para esclarecer sus fundamentos teóricos que per-mitan explicar su método proyectual y que ayuden sustentar acciones de

intervención en su obra edificada con absoluto respeto a la aportación deeste singular sancristobalense. No obstante lo anterior, la preservaciónde su legado es algo que no está en duda, ahora lo importante es deter-minar cómo hacerlo.

Figura 6 > Paramentosde una típica calleen San Cristóbal deLas Casas, Chiapas.Fuente: F. Ovando.



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Bibliografía

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PANIAGUA HERRERA, Jorge. De la crónica afectiva / San Cristóbal de Las Casas (separata). San Cristóbal, Colegio de Bachilleres de Chiapas, 1998.

ARCHIVOS de Arquitectura, Pintura y Escultura de la Academia de San Carlos,México D.F.

ARCHIVO Carlos Z. Flores, San Cristóbal de Las Casas

ARCHIVO Municipal de San Cristóbal de Las Casas


Carlos Z. Flores García ingeniero neoclásico en Chiapas

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