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Carmona Lucero de Europa

EXCURSIÓN A CARMONA

De gran interés la jornada disfrutada por los componentes de COPITISE en la excursión

organizada por las Actividades Socio Culturales para conocer la localidad de Carmona.

Salimos poco después de las 8, 30 de la mañana desde Sevilla en un día luminoso y soleado de final de septiembre. A la entrada de Carmona desayunamos en El Potro donde tomamos café y nos encontramos con Isabel la guía de turismo, para mostrarnos con todo lujo de detalles con sus explicaciones, la milenaria ciudad en la época musulmana capital del Reino de Taifa y asentada en una meseta inclinada, elevada unos 230 m. sobre el nivel del mar, denominada Los Alcores.

Tan antigua es Carmona que uno de sus reyes participó en la segunda guerra púnica y los

cartagineses la llamaron Kar-Hammon (ciudad del dios Hammon), que los romanos

transformaron en Carmo. Por ella pasaba la Vía Augusta, utilizada durante siglos como camino

y conocida popularmente como el “empedradillo”.

La conquista de la península ibérica por los cartagineses en el 237 a.C., al mando de Amílcar

Barca, inicia una etapa turbulenta que culminará con la segunda guerra púnica y la conquista

romana. Carmona, con seguridad, debió convertirse en un importante enclave cartaginés,

como lo demuestran las importantes obras defensivas que nos han legado. Para reforzar la

seguridad de esta plaza por su flanco más débil, construyeron una muralla, defendida por un

complejo de fosos excavados en la roca y con sección en V. El principal acceso a la ciudad se

defendió con un imponente bastión realizado con sillares almohadillados, que forma parte del

actual Alcázar de la Puerta de Sevilla, convirtiendo a la ciudad en la plaza inexpugnable que

impresionó al propio César.

La suerte de las armas no fue, en absoluto, favorable a las tropas púnicas, de manera que en el

año 206 a.C. los cartagineses fueron expulsados de la Península. La decisiva batalla de Ilipa

tuvo lugar, según Apiano, en Carmona, el principal núcleo púnico en la Turdetania. La victoria

romana decidió definitivamente la suerte de Hispania.

Los árabes la denominaron Qarmuna -de donde proviene su actual nombre- rehicieron los dos

alcázares romanos y levantaron murallas que se abrían al exterior a través de cuatro Puertas

principales, que son las denominadas Puerta de Sevilla, Puerta de la Sedía, Puerta de Córdoba,

y Puerta de Morón.

Además de estas cuatro puertas principales existían a lo largo de la muralla algunos otros accesos secundarios en forma de portillos, que recibían los nombres de: portillo de la Torre de las Abejas, portillo de Abollón, portillo de Abuceite y portillo del Postigo, que fue el más importante de todos ellos. En su escudo campea una estrella de ocho puntas y la famosa frase, que dicen pronunció

Fernando III el Santo ante sus murallas:

“Como el lucero de la aurora, así brilla Carmona en Andalucía”.

Pedro I la engrandeció convirtiendo en palacio el alcázar árabe, actualmente Parador de

Turismo, situado en lo alto de la ciudad con magníficas vistas.

Historia

Desde hace más de medio millón de años, grupos de humanos se asientan en las proximidades

de Carmona. Fue en la Edad del Cobre cuando los habitantes ocuparon la zona más alta de la

meseta y su periferia con cabañas circulares excavadas en la roca natural.

Con los comienzos de la Edad del Bronce, allá por el año 1800 a.C. se produce una

concentración de la población. Será la Carmona tartésica, un milenio a.C., una de las etapas

más florecientes de la historia de la ciudad. La llegada de orientales , hacia el siglo VIII a.C.

provocará profundas transformaciones en la ciudad indígena.

La ciudad debió convertirse en un importante enclave cartaginés, como lo demuestra el

complejo defensivo de la Puerta Sevilla. Tan importantes son sus defensas que al decir de

César "era la ciudad mejor defendida de toda la Bética".

Roma adaptará la vieja ciudad a los nuevos conceptos urbanísticos. Se trasladó su centro a las

inmediaciones de la Plaza de Arriba, se construyó la Puerta de Morón, la de la Sedía y la de

Córdoba, y transformó la Puerta de Sevilla.

Durante la Edad Media, Qarmuna sigue el ritmo de la historia de Al-Ándalus. Las cuatro

puertas romanas se mantienen en uso. Hacia el siglo XI se construye la mezquita aljama, de la

que se conserva el patio de los naranjos y parte del alminar en la Prioral de Santa María.

Durante el reinado de Pedro I se construyó el Alcázar de Arriba y se restauraron los dos

existentes. Carmona adquiere muchos de los rasgos de su fisonomía actual.

Asentada sobre la vega del río Corbones, Carmona es una ciudad que destaca por su

monumentalidad y por la huella de las diferentes culturas que la han poblado a lo largo de su

dilatada historia. Iglesias, palacios y murallas forman parte del importante patrimonio artístico

que alberga su casco histórico, dominado por la imponente imagen de su fortaleza de origen

árabe, el Alcázar del Rey Don Pedro.

Iniciamos la visita en la Necrópolis; el recorrido muy bien ilustrado con las detalladas explicaciones de Isabel, contemplando las distintas tumbas descubiertas en las excavaciones. A continuación recorremos las salas del Museo Arqueológico y admiramos algunas de las piezas más importantes halladas en las excavaciones de Jorge Bonsor. La zona arqueológica está constituida básicamente por dos núcleos de edificaciones singulares datados en época romana, entre los siglos I y II dC. Son: la Necrópolis, considerada como uno de los conjuntos funerarios romanos de mayor extensión y mejor conservada de la península, y el Anfiteatro, construcción de carácter lúdico. Caracterizan a la Necrópolis el empleo de la incineración como ritual de enterramiento y el conjunto de cámaras funerarias subterráneas excavadas en la roca (hipogeas); en el interior de ellas se depositaban las urnas cinerarias, accediéndose a la cámara por un pozo o una escalera. Existen algunas tumbas, las más tardías, de inhumación.

Vinculado a la Necrópolis, encontramos el Anfiteatro, excavado parcialmente en la roca del alcor y aprovechando la pendiente natural del terreno, lugar en el que se celebraban los juegos gladiatorios y otros espectáculos propios de este tipo de edificio. Parte del mismo era utilizado como necrópolis.

Las primeras evidencias prerromanas de enterramientos en la necrópolis se encuentran en una serie de monumentos funerarios tartésicos (siglo VII aC.), realizados mediante la excavación en el terreno de una fosa central cubierta por un montículo o túmulo de tierra, recientemente significados en el paisaje del conjunto.

Con asombro contemplamos las impresionantes tumbas:

Como ejemplo, detallamos las más singulares:

• Tumba del Mausoleo Circular. Edificio circular macizo construido de sillares, con la cámara funeraria excavada en la roca, de planta rectangular y bóveda de cañón y un total de once nichos. Es el único que conserva la cubierta de la cámara y parte de la estructura exterior.

• Tumba del Elefante. Gran patio con un pasillo central y una serie de dependencias: cámara funeraria, cocina, almacén, cámara del triclinio y cámaras laterales, todo excavado en la roca, con empleo de sillares en el patio. Tenía carácter de santuario dedicado a Attis y Cibeles, esta última representada mediante un betilo o piedra ovoide. En su interior apareció la escultura de un elefante, relacionada con el culto oriental. Conserva restos de estucado en algunas zonas.

• Tumba de los Cuatro Departamentos. Tumba de pozo, excavada en la roca, con un pasillo central al que se abren cuatro departamentos de idénticas características: planta rectangular, banco corrido y cinco nichos en el interior de cada uno. Conserva gran parte del estucado blanco que recubría las paredes.

• Tumba de las Guirnaldas. Amplia cámara funeraria excavada en la roca, con trece nichos y banco corrido. En el techo hay un gran hueco circular que la comunicaba con el edificio exterior, desaparecido en la actualidad. Recibe su nombre por los motivos pictóricos que decoran sus paredes interiores en tonos rojizos.

• Tumba de Servilia. Edificación excavada en la roca y construida adicionalmente con grandes sillares, que da forma a una domus y que gira en torno a un amplio patio porticado. En el sector norte se abre una galería hipogea que da acceso a un pasillo que lleva a la cámara principal, espaciosa y excavada en la roca, con una cúpula de grandes nervios unidos en un gran óculo. En mitad de la pared que delimita la estructura en el lado norte se abre otra cámara hipogea, de bóveda rebajada, donde hay un sarcófago que originalmente se encontró en la cámara principal. Destacan las pinturas murales que se reproducen en el pasillo de acceso a la cámara principal, donde aparece una figura femenina frente a una balanza. En su interior se han hallado algunos de los mejores ejemplares escultóricos de la necrópolis, como la escultura de Servilia o la del Elefante.

A continuación realizamos un recorrido en el autocar por el callejero, pasando por delante de la Iglesia de San Pedro y la Torre conocida por "La Giraldilla". Subimos la cuesta de la carretera por delante de la Ermita de la Virgen de Gracia patrona de la ciudad, hasta la Puerta de Córdoba.

Puerta de Córdoba

En la Puerta de Córdoba podemos apreciar las huellas de las diferentes culturas que en esta

ciudad se han establecido con el paso de la historia.

En época de los Reyes Católicos la Puerta perdió su primigenia función defensiva y, con ello, su

austero aspecto militar, tomando una función fiscalizadora de los productos elaborados fuera

de las murallas, ejerciendo en la práctica como una aduana y adquiriendo, por tanto, una

arquitectura civil.

En el S. XVI se le hicieron reformas renacentistas y a principios del S. XVII se acordó colocar

hermosos motivos ornamentales, como escudos y estatuas de mármol, hoy en día perdidas,

que dignificaron la Puerta. El aspecto barroco se le confirió en época de Carlos II, con las

reformas de 1688. A finales del S. XVIII se realizó la última intervención, a cargo del afamado

arquitecto neoclásico, natural de Carmona, José Chamorro, reedificándose parte del

monumento y consolidándose el conjunto.

En el intradós del vano principal se mantiene un interesante lienzo dieciochesco, que

representa a la Virgen de Gracia, patrona de la ciudad.

En las últimas investigaciones arqueológicas, realizadas con carácter previo a la restauración,

se ha descubierto que posee dos puertas pequeñas, a cada lado de la principal, que se cegaron

en el S. II, a causa de la inestabilidad política, encontrándose actualmente en el interior de las

casas adosadas, lo que la convierte en la única puerta romana de tres arcos, de carácter

defensivo, que existe en la península ibérica.

Centro histórico

La ciudad intramuros se apoya en las características topográficas que definen unos límites urbanos defensivos, rodeados de una muralla perimetral. Dentro de este recinto, la ciudad se adapta al territorio, reproduciendo la estructura que la sirve de soporte. Las manzanas son irregulares, tanto en forma como en dimensiones, y en consecuencia, el viario presenta alineaciones quebradas y adarves. Los barrios que conforman este sector de la ciudad corresponden a las collaciones de las parroquias de Santa María, El Salvador, San Bartolomé, Santiago, San Felipe y San Blas.

En el barrio de Santa María contemplamos gran multitud de casas-palacio, que con sus

imponentes puertas y fachadas, hace que esta zona tenga un aspecto majestuoso.

Como ejemplo podemos citar las del Marqués de las Torres (actual Museo de la Ciudad), de don Alonso Bernal Escamilla, de los Aguilar, de los Domínguez, de los Rueda y de los Lasso. Otro edificio civil monumental es el teatro Cerezo, realizado en 1934.

Museo y centro de interpretación de la ciudad de Carmona

Situado en la Casa Palacio del Marqués de las Torres, la portada principal constituye el área

más valiosa del Palacio de 1775. Nos da a conocer la historia de Carmona desde los orígenes

(hace un millón de años) hasta la actualidad. Podemos ver restos arqueológicos de los periodos

paleolítico, calcolítico, turdetano o andalusí, pero los más importantes son los restos tartésicos

(Vasos de Saltillo) y romanos. El edificio gira en torno a un patio central de planta cuadrada

proyectada con una arquería de medio punto que descansa sobre columnas jónicas de

mármol. Es el patio, el núcleo modular, a partir del cual se distribuyen todas las dependencias

que forman el interior de la vivienda.

El Museo hace un recorrido por toda la historia de Carmona, desde los primeros pobladores

que ocuparon parte del término municipal hace más de 400.000 años en el Paleolítico hasta

una buena colección de pintura del siglo XX, destacando la obra del carmonense José Arpa.

Hay piezas impresionantes como la vasija fenicia de los grifos, perteneciente al Conjunto de

Saltillo, o los restos del Mosaico de las Cuatro Estaciones, la pieza más destacable de una

magnífica sala dedicada a la Carmona romana.

El vaso de la flor de loto fue encontrado en el transcurso de unas excavaciones arqueológicas en un lugar datado en época fenicia, siendo fechado en el siglo VI a.C. Representan el ciclo vital de la flor de loto, mostrando capullos, seguidos de flores abiertas y, finalmente, flores ya marchitas.

El vaso de los grifos, de casi un metro de altura tiene la misma antigüedad que el anterior, siendo también de elaboración fenicia. Nos muestra el cortejo de cuatro grifos, seres mitológicos mitad águila, mitad león.

Iglesia de Santa María

Máximo exponente de la arquitectura religiosa carmonense. Levantada sobre el solar de la

antigua mezquita mayor, de la que se conserva todavía el patio de las abluciones.

La verdadera importancia de este conjunto arquitectónico radica en el templo cristiano,

concebido según la estética tardogótica andaluza.

El Patio de los Naranjos, la zona más antigua del edificio era el antiguo Patio de Abluciones de

la mezquita almohade. También se conserva una galería de arcos de herradura apuntados

almohades, realizados en ladrillo entre los siglos XII y XIII y sustentados por columnas de

mármol o granito de origen romano. En una de ellas se puede observar un calendario litúrgico

visigótico del siglo VI, reaprovechado de una construcción anterior.

El templo presenta planta de salón, con tres naves y capillas situadas entre los contrafuertes

laterales. La construcción se realizó en dos fases durante los siglos XV y XVI, se aprecia la

diferencia en el estilo de la bóveda. En la primera más austera se realizó hasta el coro y, en la

segunda, desempeñó un papel importante Diego de Riaño.

Del periodo barroco se conservan la Puerta del Sol y la capilla Sacramental.

Las obras de la torre se iniciaron en el S. XVI y concluyeron en el S. XIX. Una lápida en la zona

inferior nos explica que tanto el reloj como el chapitel fueron costeados, en 1.893 por las

hermanas Carlota y Dolores Quintanilla.

Al contemplar la placa de la restauración de la torre, nos sorprende el detalle del coste de la

obra.

El retablo mayor, realizado en 1563 por Juan Bautista Vázquez, presenta relieves alusivos a la

vida de Jesús, intercalados con escenas marianas.

Entre las piezas de orfebrería, destaca la custodia procesional, realizada por Francisco Alfaro

entre 1579 y 1584.

Contemplamos la imagen vestida de la Virgen de Gracia, patrona de la ciudad, es una talla

gótica. Si bien ha sufrido diversas transformaciones respecto a la obra original. La imagen

inicial era sedente, según era habitual en la época de su hechura, pero en el siglo XVI, llegó la

moda de vestir a las imágenes y la talla se adaptó para ello.

Se ha abierto al público una exposición con las piezas de orfebrería, ornamentos y pinturas de

Zurbarán y Bocanegra.

Callejeando por sus plazuelas, adarves y callejuelas, pasamos por la Plaza de Arriba y nos acercamos a visitar la espléndida Plaza del Mercado de Abastos al estilo de una Plaza Mayor.

Plaza de Abastos En el solar donde se encuentra el mercado existió un monasterio de Dominicas, bajo la

advocación de Santa Catalina. Se creó a finales del siglo XVI y se exclaustró el 27 de abril de

1837.

El actual mercado de abastos es una obra de Ramón del Toro realizada en 1842 a modo de las

plazas mayores castellanas con pórticos y lonjas para los puestos, de estilo neoclásico, pese a

que un tramo de sus crujías correspondan al antiguo claustro conventual.

Iglesia de San Pedro

La Iglesia parroquial de San Pedro, cerca de la Puerta de Sevilla, se construyó en el siglo XV sobre la ermita de la Virgen de la Antigua, y fue muy reformada en el siglo XVIII como consecuencia de los daños que produjo en su estructura el terremoto de Lisboa de 1755, hasta el punto de que hoy en día es difícil reconocer su primitivo estilo mudéjar. Han sido estas posteriores reformas las que han configurado su actual fisonomía barroca. De la iglesia destaca su cúpula barroca de gran belleza, además de la riqueza de sus esculturas y orfebrería.

El altar del crucero se halla presidido por una interesante imagen de San José, atribuido a Montes de Oca; son dignos de ver el coro, la Capilla Sacramental construida entre 1763 y 1797, ejemplo importante del barroco andaluz y atribuida a Ambrosio de Figueroa; y la capilla de la Merced, obra de Francisco de Ocampo.

En el siglo XIX se añadió la capilla de San Juan Grande, y en ella se encuentra la pila bautismal vidriada del siglo XVI.

En el exterior de la iglesia destaca la torre, que se diseñó por Hernán Ruiz, el Joven, a imitación de la Giralda de Sevilla. La construcción de esta torre finalizó en el año 1783 (siglo XVIII), y fue coronada por el Giraldillo, imagen en bronce original del escultor nacido en la gaditana ciudad de San Fernando, Alfonso Berraquero García. La torre es conocida como la Giraldilla por su parecido con la Giralda de Sevilla. Cabe destacar que en esta iglesia fue bautizado el beato San Juan Grande, nacido en esta ciudad.

Sintiendo la temperatura elevada y el calor de este veranillo que tenemos en la entrada del otoño, llegamos al Alcázar y Puerta de Sevilla.

Alcázar Puerta de Sevilla

Se encuentra situado en la Plaza de Blas Infante. El Alcázar se erige sobre la Puerta de Sevilla ,

formando así un complejo defensivo casi inexpugnable. Además , tiene una posición

estratégica ya que está asentada sobre una peña de alcor y dentro del recinto amurallado ,

reforzando su defensa.

Cuando llegamos a la Puerta de Sevilla vemos un primer arco de herradura, ligeramente

apuntado (siglos XII-XIII), al que siguen cuatro arcos de medio punto de época romana (siglo I

d.C.), unidos dos a dos por bóvedas de cañón, y separados ambos pares por un patio

descubierto o intervallum, de planteamiento defensivo.

Entramos en el Centro de Información Turística donde comienza el recorrido del Alcázar. Unas escaleras nos permiten subir hasta la parte superior del intervallum, hasta la Terraza de los Anexos, desde donde contemplamos el Muro de la Cortina, llamado así porque en él se puede apreciar claramente la parte carataginesa de sillares almohadillados y la zona romana, construida con técnica púnica, lo que le hace parecer más musulmana que romana. También comprobamos que estamos en la zona superior del intervallum, desde donde los sitiados arrojaban proyectiles y líquidos a los atacantes, así como el matacán defensivo sobre la misma puerta.

A destacar la Torre del Homenaje que llega hasta la altura del patio y conserva intactos los

sillares almohadillados. La Torre del Oro desde donde se puede disfrutar de una bonita

panorámica de Carmona , varios salones y un Patio de los Aljibes llamado así porque en el

centro del patio hay un aljibe excavado en la roca con seis lumbreras alrededor. La cisterna

subterránea alcanza quince metros de profundidad. Está datado entre los siglos XI y XII.

En el Salón de los Presos alto, contemplamos el Viejo Pendón con el lucero que representa a Carmona, del siglo XV nada menos. Significado: El lucero o estrella de ocho puntas parece que hace referencia a la estrella de la

mañana, que vio Fernando III en el momento de conquistar las defensas de la ciudad. El lema

en latín se traduce por "Como el lucero brilla en la aurora, así brilla en Andalucía Carmona" y

hace referencia a la estrella de ocho puntas o lucero que figura en su escudo.

Damos por finalizada la visita en este punto agradeciendo a Isabel la guía de Turismo de Carmona, sus acertadas explicaciones, su entusiasmo y sus atenciones con el grupo de Copitise. Y como es ya la hora oportuna nos vamos a comer en Rest. Casa Luis El Pilero. A las 5 de la tarde después de comprar el dulce de Carmona, la torta inglesa rellena de cidra, en el Pº del Estatuto muy cerca del Teatro Cerezo subimos al autocar para regresar a Sevilla, con la idea de volver otro día a esta ciudad milenaria, que tiene tanto para ver y lo que hace falta es tiempo.

Ruta Bética Romana, un viaje a través del tiempo

Para todas las compañeras, compañeros y amigos de Copitise, inquietos y con ganas de viajar, sugiero la Ruta Bética Romana. Discurre por la provincia más meridional de la Hispania Romana y abarca territorios por los que pasaba la antigua Vía Augusta. En esta ruta están comprendidos espacios paisajísticos de gran interés geográfico y natural como son el Parque Natural de la Subbética Cordobesa, la Campiña, el Parque Natural de la Bahía de Cádiz o el Valle del Guadalquivir. La Ruta Bética Romana comprende 14 municipios de las provincias andaluzas de Sevilla, Cádiz y Córdoba. Es una de las travesías que recorre media geografía andaluza, Santiponce, Carmona, La Luisiana, Écija, Almodóvar del Río, Córdoba, Montoro, Almedinilla, Puente Genil, Osuna, Marchena, Jerez de la Frontera, Cádiz y Tarifa. Viajando por la Bética se puede visitar la Puerta de Sevilla en Carmona, la ciudad de Itálica, la catedral de Cádiz o las murallas de Marchena entre multitud de elementos dignos de ser admirados. Espero que esta Crónica de la excursión a la ciudad Lucero de Europa, Carmona, sirva para que volváis a sentir esas vivencias como un bonito recuerdo. Un amigo, Adolfo Pastor 30 sept. 2017