Caso de La Línea en Guatemala

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Guatemala y literatura

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Caso de La Línea en GuatemalaEste artículo se refiere o está relacionado con un evento judicial reciente o actualmente en curso.La información de este artículo puede cambiar frecuentemente. Por favor, no agregues datos especulativos y recuerda colocar referencias a fuentes fiables para dar más detalles.

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El Caso de «La Línea» es un caso de corrupción en Guatemala que se inició el 16 de abril de 2015 cuando la CICIG (Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala) involucró a varios altos funcionarios del Gobierno del general retirado Otto Pérez Molina, incluyendo el capitán retirado Juan Carlos Monzón (secretario privado de la vicepresidencia) y directores de la SAT(Superintendencia de Administración Tributaria) en una sofisticada red de contrabando en las aduanas de ese país centroamericano.1 La situación se tornó difícil para el gobierno de Pérez Molina, pues la vicepresidenta Roxana Baldetti renunció a principios de mayo y se estaban efectuando marchas multitudinarias de las clases medias y de los campesinos guatemaltecos exigiendo la renuncia del presidente.

El 20 de mayo de 2015, la CICIG y el Ministerio Público guatemalteco hicieron público un nuevo caso de corrupción a gran escala, esta vez en el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS); los miembros de la junta directiva del IGSS fueron conducidos a prisión acusados de haber otorgado un contrato a la empresa mexicana Pisa para el tratamiento de diálisis peritoneal por medio de sobornos. La empresa no tuvo la infraestructura adecuada para el tratamiento y el IGSS había tenido que rescindir el contrato el 13 de mayo de 2015 porque había decenas de pacientes con peritonitis y más de diez fallecidos. A este caso siguió otro, conocido como el Caso Redes, que involucró al exsecretario de la presidencia y yerno de Otto Pérez Molina.

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Guatemala en el siglo XXICaso de «La Línea»

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El 21 de agosto de 2015 la CICIG y el Ministerio Público giraron una orden de captura contra la exvicepresidenta Roxana Baldetti y una solicitud de antejuicio contra el presidente Otto Pérez Molina por los delitos de cohecho pasivo, asociación ilícita y caso especial de defraundación aduanera.2 En la conferencia de prensa que ambas entidades dieron ese mismo día, informaron que evidencias obtenidas durante los operativos del 16 de abril de 2015 demostraron que Juan Carlos Monzón no era el líder de «La Línea», sino que lo habrían sido el presidente y la exvicepresidenta; es más, sugirieron que ambos habrían estado involucrados en la red desde antes de ser electos como gobernantes.2 3

Baldetti fue enviada a prisión preventiva a la cárcel de Santa Teresa luego de pasar varios días en la privilegiada cárcel del cuartel de Matamoros y la ciudadanía convocó a un Paro Nacional cuando se escuchó la voz del presidente durante la audiencia legal que se le estaba siguiendo a Baldetti y que lo incriminaban en el caso de defraudación aduanera. Finalmente, el 2 de septiembre de 2015 el presidente Pérez Molina presentó su renuncia, la cual fue aceptada por el Congreso de la República el 3 de septiembre, y ese mismo día fue juramentado el licenciado Alejandro Maldonado Aguirre como el nuevo presidente de la República.4

Índice  [ocultar] 

1 Reseña histórica 2 Antecedentes

o 2.1 El «Sindicato» y la «Cofradía»o 2.2 Red Moreno de contrabandoo 2.3 Fundación del Partido Patriotao 2.4 Partido Patriota en la oposicióno 2.5 Gobierno del Partido Patriota

3 Investigacióno 3.1 Involucrados

3.1.1 Supuesto cabecilla operativo: Juan Carlos Monzón 3.1.2 Supuestos directores de la red: el presidente Pérez Molina

y la vice presidente Baldettio 3.2 «El Presidente» y «la Señora»o 3.3 Lo que encontró la investigación de la CICIG

3.3.1 Cambios en la estructura durante el último año 3.3.2 Cómo utilizaban la estructura algunos importadores

o 3.4 Las cuentas de Corpogold 4 Capturas

o 4.1 Medida sustitutiva para algunos cabecillaso 4.2 Acusan a jueza Sierra de Stalling de prevaricatoo 4.3 Recapturan a cabecillaso 4.4 Interpol en busca de Luis Mendizábalo 4.5 Caso IGSS-Pisa

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o 4.6 Captura de Roxana Baldetti 5 Reacciones

o 5.1 Mayo de 2015 6 Consecuencias

o 6.1 Abril de 2015o 6.2 Mayo de 2015o 6.3 Junio de 2015

6.3.1 Jornada del 3 de junio 6.3.2 Jornada del 5 de junio (Viernes gris) 6.3.3 Jornada del 23 de junio (capturas en la Policía)

o 6.4 Julio de 2015o 6.5 Agosto de 2015o 6.6 Septiembre de 2015

7 Papel de los Estados Unidos en la crisis 8 Impacto económico de la crisis 9 Cronología del caso

o 9.1 Antecedenteso 9.2 Tras descubrir el casoo 9.3 Septiembre de 2015

10 Véase también 11 Notas y referencias

o 11.1 Notaso 11.2 Referencias

12 Bibliografía adicionalo 12.1 ¿Quiénes usaban los servicios de La Línea?o 12.2 «Bufete de la Impunidad»o 12.3 Caso corrupción en Policía Nacional Civilo 12.4 Caso IGSS-PISAo 12.5 Cómo funcionaba La Líneao 12.6 Gobierno del Partido Patriotao 12.7 Familia Stallingo 12.8 Juan Carlos Monzóno 12.9 Manifestaciones pacíficaso 12.10 Postura de pueblos indígenaso 12.11 Rol del Gobierno de los Estados Unidoso 12.12 Roxana Baldettio 12.13 Terna para vicepresidente electo el 16 de mayoo 12.14 Venta de plazas fantasma en el Congreso de la República

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o 12.15 Grupos en Facebooko 12.16 Actualizaciones en Twitter

13 Multimedia

Reseña histórica[editar]

Al momento de descubrirse el caso, Monzón se encontraba en Seúl (Corea del Sur) acompañando por la vicepresidenta Roxana Baldetti ―quien le fue conferido un doctoradohonoris causa en esa ciudad por su trabajo social―. Cuando se enteró de los cargos contra él, Monzón emprendió la fuga viajando a España, Colombia y, finalmente, aHonduras; otros involucrados fueron capturados en Guatemala. Algunos de ellos obtuvieron su libertad al cabo de unos pocos días debido a una medida sustitutiva que les otorgó la jueza guatemalteca Marta Sierra de Stalling,5 aunque el Ministerio Público accionó inmediatamente para impugnar dicha medida.

Tras pasar una semana de que se hicieron los anuncios, la atención se centró en las figuras de Pérez Molina y Baldetti, al punto que se organizó una manifestación de protesta para exigir la renuncia al derecho de antejuicio del presidente y la renuncia al cargo a la vicepresidenta el 25 de abril de 2015 en la Plaza de la Constitución y se corrieron rumores de una posible paralización de la Ciudad de Guatemala el 27 de abril de 2015. Incluso cuando el presidente solicitó al Secretario General de las Naciones Unidas la extensión del mandato de la CICIG (Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala) hasta septiembre de 2017 como resultado de estas protestas, la presión sobre el Gobierno no se aplacó porque ni el Ministerio Público ni la CICIG han reportado nombres de ninguna de las empresas que habrían utilizado los servicios de «La Línea» para defraudar al fisco guatemalteco.

Se organizaron marcha multitudinarias por medio de las redes sociales, las cuales demostraron su repudio hacia el actual Gobierno y hacia los partidos políticos del país. El lento despertar de las protestas se explica porque en Guatemala, aunque el 53 % de la población esté por debajo de la línea de pobreza y existan problemas agudos como ignorancia,racismo, machismo, corrupción, violencia desbocada, y sobre todo impunidad6 que tengan a la población a punto de un estallido social, no hay quien organice dicho estallido en forma efectiva.6 Por otro lado, aunque no haya organización política que haga estallar todo el malestar acumulado, las élites tradicionales del país, preocupadas por la situación actual y considerando que el polvorín social podría estallar, organizaron una lucha frontal contra la corrupción de los funcionarios públicos y obligaron a estos a extender la permanencia de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala, logrando que el malestar de la población se dirigiera hacia el Gobierno y en especial hacia la vicepresidenta, Roxana Baldetti Elías, quien fue obligada a renunciar el 8 de mayo de 2015,7 aunque muchos consideran que existe corrupción generalizada en el país desde hace décadas y que eso es lo que se debería afrontar.6

Se denuncia que en el sistema político existe un grupo de personas a quienes les resulta más barato utilizar los servicios de estructuras como La Línea que realizar los pagos legales que deberían hacerle al fisco por sus ganancias, con la excusa de que los impuestos se los roban los políticos corruptos, y por lo tanto, prefieren robárselos ellos a cambio de darles una parte al Gobierno. Esta corrupción llevaría a los empréstitos con intereses onerosos y a las medidas de austeridad que el Gobierno se ha visto obligado a emprender para cumplir con sus obligaciones por la falta de recaudación eficiente, lo que agrava la pobreza del resto de la población.8

El 20 de mayo de 2015 se descubrió el caso de corrupción de la junta directiva del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) cuyos integrantes fueron capturados por supuestas anomalías en un contrato que el seguro social firmó con la empresa farmacéutica PISA, por

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medio de la cual se brindaron servicios a pacientes con enfermedades renals. En total hubo dieciséis capturas, entre ellas la del presidente de junta directiva del IGSS, Juan de Dios Rodríguez, quien fue detenido por fraude y quien fue secretario privado del presidente, Otto Pérez Molina; otro de los capturados fue Otto Molina Stalling, quien es hijo de la presidenta de la Cámara Penal de la Corte Suprema de Justicia de Guatemala (CSJ), Blanca Stalling ―que ya ha sido involucrada en las escuchas telefónicas del caso de La Línea―. Otto Molina Stalling fungía como subgerente financiero del IGSS en 2014, y fue detenido por asociación ilícita, cobro ilegal de comisiones y tráfico de influencias.9 Según la investigación, los detenidos se concertaron «con el ánimo de obtener beneficios económicos ilícitos a cambio de la adjudicación de un contrato millonario a la Empresa PISA, que no llenaba los requisitos, ni contaba con estructura básica para brindar el servicio a pacientes renales del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social» y se habrían quedado con el 15 % del total del monto del contrato, el cual asciende a los 116 millones de quetzales.9

El 21 de agosto la ex vicepresidente fue capturada y el 1 de septiembre de 2015 el Congreso de la República despojó al presidnete Pérez Molina de su inmunidad luego de que la CICIG presentara acusaciones en que indicaba que ambos eran los verdaderos líderes de la red de defraudación aduanera.

Antecedentes[editar]

El «Sindicato» y la «Cofradía»[editar]

En los años setenta, los generales Manuel Antonio Callejas y Francisco Ortega Menaldoa ―yerno del expresidente Carlos Manuel Arana Osorio― crearon una poderosa organización paralela al Ministerio de Finanzas Públicas de Guatemala que el ejército de Guatemala estableció supuestamente para detectar el tráfico de armas y municiones destinadas a grupos guerrilleros durante la Guerra Civil de Guatemala.1 En realidad la organización sirvió para llevar a cabo operaciones de contrabando y otras actividades ilícitas,1 dando origen a dos grupos: el «Sindicato» y la «Cofradía».10

Red Moreno de contrabando[editar]

Artículo principal: Caso Moreno en Guatemala

Véanse también: Álvaro Arzú y Alfonso Portillo.

Corte Suprema de Justicia

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En el Gobierno de Álvaro Arzú (1996-2000) la red de contrabando fue atacada cuando el Ministerio Público encontró evidencia que implicó a varios militares de alto rango, dentro los que destacaba el general Luis Francisco Ortega Menaldo, el coronel Salán Sánchez, el generalEfraín Ríos Montt, el coronel Napoleón Rojas Méndez, el mayor Byron Barrientos, y Mario Guillermo Ruiz Wong. También estaría involucradoAlfonso Portillo, candidato presidencial del FRG en las elecciones de 1996 y 2000,1 quien el 16 de septiembre de 1996 admitió haber recibido de Moreno 70 000 quetzales para su campaña política.1

La red de contrabando según los juicios llevados a cabo del 2000 al 2002, controlaba el movimiento de contenedores, el valor de los productos importados y el tipo de mercancías que se movían. Tomaban control de los contenedores, los que luego eran devueltos al propietario después de pagar una suma de dinero. Este dinero era repartido dentro de la estructura, que involucraba a la Policía Nacional, la Guardia de Hacienda, el Ministerio de Finanzas Públicas, el ejército y el Ministerio Público.1 Luego de la victoria del FRG en 2000, el nuevo fiscal general, Rodolfo González Rodas, decidió suprimir la unidad de casos especiales que se había estado encargando del caso de Moreno y que había investigado las conexiones de Moreno con Portillo y Ríos Montt. En 2001 Moreno pagó un un millón de quetzales como fianza y fue dejado en libertad.

Fundación del Partido Patriota[editar]

El Partido Patriota de Guatemala, fundado un 13 de junio de 2002 por el general Otto Pérez Molina, la comunicadora Roxana Baldetti y el empresario Alejandro Sinibaldi y tuvo un meteórico ascenso al poder en 2004 cuando apoyó la candidatura de Óscar Berger Perdomo. A cambio del apoyo obtuvo cuatro oficinas: el Instituto Guatemalteco de Turismo, la Dirección General de Migraciones, la Dirección General de Aduanas y la Portuaria.11

Al salir de su primera vez en el Ejecutivo logró llegar a la segunda vuelta electoral en 2007, pero perdió contra Álvaro Colom de la Unidad Nacional de la Esperanza. En esa oportunidad, Pérez Molina dijo al entonces embajador estadounidense James Derham el 18 de septiembre de 2007 que había recibido dinero de las cuatro familias más ricas del país y reconoció que había tenido una relación con uno de los hermanos Mendoza, una estructura de narcotráfico desmantelada por la CICIG (Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala) y el MP a finales de 2014.11

Partido Patriota en la oposición[editar]

Roxana Baldetti ―quien fueravicepresidenta de Guatemala del 15 de enero de 2012 al 8 de mayo de 2015―, durante un mitin político en 2007. En 2008, obligó al entonces presidente del Congreso de Guatemala a renunciar porque el secretario de este habría malversado fondos de esa entidad.12

El 7 de agosto de 2008 el Partido Patriota, entonces el principal de la oposición, aseguró que el presidente del Congreso de Guatemala, Eduardo Meyer de la oficial Unidad Nacional de la Esperanza era el responsable de la transferencia anómala hacia la casa de bolsa Mercado de Futuros (MDF), de unos 11,14 millones de dólares de los fondos del Congreso. Según la

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diputada del PP Roxana Baldetti, Meyer «debe responder por ese desvío», ya que, «aunque diga que él no trasladó los recursos, sí contrató a quienes lo hicieron».12 Los recursos fueron desviados en febrero pasado por el entonces secretario privado de la Presidencia del Parlamento, Byron Sánchez, al parecer sin el consentimiento de la directiva del organismo. El escándalo no estalló hasta el 4 de junio, cuando Meyer lo divulgó debido a las presiones políticas y Sánchez fue destituido.

Después de una oposición populista que bloqueó cualquier iniciativa del Gobierno de Colom, el Partido Patriota ganó la presidencia en 2011. La propaganda publicitaria lo presentó como un partido de militares institucionales, que rescatarían la solidez del Estado.11 El 3 de noviembre de se mismo año, la codirectora del rotativo ElPeriódico, Sylvia Gereda renunció a ese medio tras indicar que lo hacía porque el candidato vencido en las elecciones, Manuel Baldizón, había adquirido una gran parte de las acciones del periódico.13 A partir de entonces, ElPeriódicoha sido uno de los medios más críticos del régimen del Partido Patriota.

Gobierno del Partido Patriota[editar]

General retirado Otto Pérez Molina, presidente de Guatemala desde el 14 de enero de 2012.

Al llegar al poder, el Gobierno de Pérez Molina privatizó la Empresa Portuaria Quetzal en Escuintla el miércoles de la primera Semana Santaque pasaron como gobernantes. Después, Baldetti colocó a Claudia Méndez Asencio como intendente de Aduanas en la SAT. Conforme avanzaba su Gobierno, Pérez Molina intervino de facto la Superintendencia de Administración Tributaria de Guatemala (SAT) y colocó a militares en las aduanas, aduciendo que era para aumentar la recaudación y frenar el contrabando.11 Posteriormente, el Gobierno de Pérez Molina quiso privatizar la recaudación en las aduanas contratando a una empresa argentina, pero la oposición ciudadana los frenó.11

Cuando el PP tomó las riendas del Gobierno, en 2012, la presencia de Baldetti Elías reafirmó el papel de poder del general retirado Luis Francisco Ortega Menaldoa en Guatemala, dada la cercanía entre ambos y que se consolidó durante el Gobierno de Jorge Serrano Elías.10Considerado como el heredero del liderazgo en la corriente militar conocida como la «Cofradía», Ortega Menaldo operaría tras bambalinas los hilos de la política nacional, algo que no ha sido demostrado todavía pero que se rumorea persistentemente en el país.10 Así pues, las dos figuras emblemáticas en el actual Gobierno ―Pérez Molina y Baldetti Elías― resultarían de la alianza entre las dos principales corrientes militares surgidas durante la Guerra Civil de Guatemala: el «Sindicato» y la «Cofradía». Pero la aparición de Luis Mendizábal ―propietario de la boutique Emilio― según la investigación de la CICIG (Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala), confirmó cómo la tercera corriente del ejército también se posicionó dentro del Gobierno: la del general retirado Marco Tulio Espinosa Contreras, un general de la Fuerza Aérea, quien se posicionó durante el Gobierno de Alvaro Arzú para desplazar a las otras dos durante el período que duró esa administración. Por su parte, el comerciante y miembro de la comunidad de inteligencia Luis Mendizábal es

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una figura que aparece en momentos coyunturales de la historia de Guatemala desde el Gobierno de Fernando Romeo Lucas García.10

El Gobierno del Partido Patriota ha pasado por una constante crisis de recaudación fiscal desde 2012, caracterizada por el incumplimiento de las metas de recaudación acordadas entre la SAT y el Gobierno. La recaudación en las aduanas bajó en 2013 de 15 800 millones a 15 300 millones de quetzales, y se desaceleró en 2014; lo mismo sucedió con el Impuesto al Valor Agregado (IVA) sobre las importaciones. Las brechas fiscales en estos años ascienden a unos 7000 millones de quetzales, que han sido suplidos mediante la emisión de bonos del tesoro y la contratación de préstamos, incrementando la deuda pública. La crisis financiera llevó al Gobierno a contemplar la creación de nuevos impuestos a la telefonía, cemento y actividades mineras para financiar el presupuesto 2015, de los cuales el primero fue suspendido provisionalmente por la Corte de Constitucionalidad.14

En septiembre de 2014 el capitán retirado Byron Lima Oliva, quien estaba en prisión desde hacía quince años en la cárcel de Pavoncito, condenado por el asesinato del obispoJuan José Gerardi, fue capturado cuando la CICIG (Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala) descubrió que controlaba dicha prisión y que tenía prácticamente el control del sistema penitenciario de Guatemala.15 Las investigaciones demostraron que Lima Oliva entraba y salía a su antojo en vehículos blindados y con escolta; cuando fue capturado y llevado a la torre de tribunales para declarar junto con el director de presidios ―Edgar Josué Camargo― y otros capturados dijo una y otra vez que era amigo del presidente Otto Pérez Molina. La CICIG informó que Lima Oliva habría creado un imperio de varios millones de dólares por dedicarse al control de la prisión y cobrar hasta 12 000 dólares por la venta de traslados de prisión.15 No era la primera vez que lo capturaban por estar involucrado en actos ilícitos: en febrero de 2013 fue capturado afuera de la cárcel cuando iba en un vehículo blindado y con escolta.15

En abril de 2015, en el Gobierno guatemalteco se discutía solicitar a la Organización de las Naciones Unidas una prórroga de dos años al mandato de la CICIG.16

Investigación[editar]

De acuerdo al presidente Otto Pérez Molina, él pidió no incluir a Baldetti en la investigación, ya que ambos solicitaron a la CICIG (Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala) investigar este caso, y además explicó que ellos ya conocían sobre los avances del trabajo de la Comisión.17

Como una bien estructurada red de cuello blanco, integrada por personas con conocimientos y muy preparadas, fue calificada la red dedicada a la evasión tributaria y aduanera denominada «La Línea», en la que según las investigaciones de la CICIG (Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala), está involucrado el jefe de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), Omar Franco, quién junto a otras diecinueve personas fue capturado el 16 de abril de 2015.18

Involucrados[editar]

Un total de 23 operativos, en los que se realizaron 24 allanamientos, y para los cuales participaron 250 agentes de la Policía Nacional Civil, fiscales del Ministerio Público y de la CICIG (Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala), dio como resultado la captura de 20 personas, entre ellas autoridades y trabajadores de la SAT, algunos empresarios y tramitadores.18 Desde tempranas horas del día fueron montados los operativos en distintas zonas de la Ciudad de Guatemala y del país, con la finalidad de ejecutar las respectivas órdenes de captura contra los involucrados.18

Las personas capturadas fueron:

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Personal de la SAT: Álvaro Omar Franco Chacón, superintendente de la SAT; Sebastián Herrera Carrera, jefe de Recursos Humanos; Anthony Segura Franco, secretario general del sindicato de la SAT; Karla Mireya Herrera España, administradora de la Aduana Central; Gustavo Morales Pinzón, jefe de división región sur; José Rolando Gil Monterroso; Melvin Gudiel Alvarado, administrador; y Carlos Enrique Muñoz Roldán, exsuperintendente de la SAT.

Red externa (todos sindicados por los delitos de asociación ilícita para el contrabando aduanero y caso especial de contrabando aduanero):18

Adolfo Sebastián Batz; Carlos Ixtuc Cuc; Geovanni Marroquín Navas; Julio César Aldana Sosa; Mónica Patricia Jáuregui; Salvador Estuardo González; Osama Ezzat Aziz Aranki; Byron Antonio Izquierdo; Francisco Javier Ortiz Arriaga; Julio Estuardo González de León; Herbert Francisco Cabrera; Miguel Ángel Lemus Aldana.

Según Iván Velásquez, jefe de la CICIG, esta red criminal era investigada desde el mes de mayo de 2014, cuando tuvieron indicios acerca de los nexos que un grupo de importadores tenía con una red de tramitadores aduaneros, quienes facilitaban los medios para que pagaran menos impuestos. Según Velásquez esta facilidad se les otorgaba mediante un contacto telefónico, conocido como «La Línea», el cual era proporcionado a los importadores. «La Línea» operaba principalmente en las aduanas de ingreso, ubicadas en Puerto Quetzal y Santo Tomás de Castilla.18

La CICIG (Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala) explicó que las investigaciones permitieron determinar que la red estaba integrada por funcionarios públicos en complicidad con los tramitadores, logrando diseñar una tabla paralela conteniendo los parámetros estipulados para el pago de los impuestos. Fue así, que a partir del análisis de la información se determinó que los tramitadores y vistas aduaneros, se comunicaban y respondían de manera jerárquica con otro grupo de individuos que no formaban parte de la SAT, pero accionaba generando influencia en las estructuras internas de la Superintendencia para que los vistas y tramitadores efectuaran los ajustes irregulares y realizaran el cobro de la cola o soborno.18

Asimismo, se estableció que los mandos medios de la estructura obedecían a otro grupo de individuos, encargados de tomar las decisiones específicas, tales como dar autorizaciones y facilitar la influencia jerárquica para que la estructura externa media tuviese el control «real» de la SAT en relación a la recaudación aduanera, así como para autorizar el ingreso de nuevos miembros a la estructura paralela, y colocar a funcionarios superiores en la SAT. Entre las personas externas a la SAT están: Juan Carlos Monzón Rojas y Salvador Estuardo González Álvarez, representante de un consorcio de medios de comunicación de Guatemala. Así también, se estableció que las reuniones donde coordinaban los ilícitos eran realizadas en la boutique Emilio, ubicada en la zona 10 de la Ciudad de Guatemala, propiedad de Luis Mendizábal.18

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La CICIG detalló que la investigación tuvo una duración de ocho meses de seguimiento y vigilancia a los integrantes de la estructura, se interceptaron más de 66 000 llamadas telefónicas y más de 6000 comunicaciones electrónicas. Asimismo, invirtieron más de cuatro meses en el análisis e interpretación de la información recolectada, y expertos financieros colaboraron en el cotejo y análisis de varios documentos.18

Aunque no se precisó una suma exacta del monto defraudado al fisco, el fiscal de la CICIG afirmó que la estructura cobraba entre 20 000 y 100 000 quetzales por contenedor que se comunicaba a «La Línea».18 Finalmente manifestó que tras escuchas telefónicas lograron comprobar que del 40 % de los impuestos recaudados por la SAT, el 30 % provenía de sobornos a empresas, para no pagar impuestos. Dicha estructura recibió más de 2 millones de quetzales semanales producto de los diferentes cobros ilegales.19

Más de mil empresarios habrían hecho uso de «La Línea» para evadir impuestos, lo que también se investiga.20

El 20 de abril de 2015, la fiscalía expuso ante la jueza Octavo del Ramo Penal, Marta Sierra de Stalling, que en menos de un año ―entre mayo de 2014 y abril de 2015― los miembros de la banda de defraudación aduanera «La Línea» se habrían agenciado cuantiosas sumas de dinero, al extremo que los de «alto rango» recibieron aproximadamente 40 millones de quetzales, los de «mediano rango» entre 15 y 20 millones, y los «de menor rango» no menos de 330 000.21 En quince días, los «mandos altos» habrían recibido dos millones y el aporte semanal más pequeño habría ascendido como a 7500.21 Entre los mandos altos ―según el Ministerio Público― estarían Juan Carlos Monzón Rojas, exsecretario privado de Roxana Baldetti, los exsuperintendentes Álvaro Omar Franco y Carlos Enrique Muñoz; Sebastián Herrera Carrera, exdirector de Recursos Humanos de la SAT, Francisco Javier Ortiz, Osama Ezzat Aziz Aranki, Julio Estuardo González de León y Miguel Ángel Lemus Aldana.21

De acuerdo con lo conocido en la exposiciones, el Ministerio Público ―con apoyo de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala― sindicó a Muñoz de haber recibido el 5 % de lo obtenido por la banda delictiva durante su gestión al frente de la SAT. Esta tarde la defensa argumentó por sus patrocinados, mientras ―se informó― la jueza podría declarar en rebeldía a Juan Carlos Monzón Rojas.21

A ellos se suman Melvin Gudiel Alvarado, Julio César Aldana Sosa, Carlos Ixtuc Cuc, Hilda Maldonado García y Adolfo Sebastián Batz. De la totalidad de encartados, únicamente cuatro estuvieron dispuestos a prestar declaración judicial, ya que los restantes ―incluidos los exsuperintendentes― se negaron.21

El funcionamiento y la estructura de la red de contrabando aparecen explicados en este enlace externo.

Supuesto cabecilla operativo: Juan Carlos Monzón[editar]

El acusado de ser el líder de la banda, Juan Carlos Monzón Rojas, estaría vinculado a una empresa panameña registrada bajo el nombre de Edengrove International, que habría sido creada en abril de 2011, de acuerdo con los datos del Registro Público de Panamá. En mayo de dicho año se inscribió en el Registro Mercantil de Guatemala.22 El director de la empresa es Víctor Hugo Hernández, quien es socio fundador de Inversiones y Proyectos Marbella, S.A. y de Arrendamientos, Servicios y Proyectos, S.A., empresas que en mayo de 2013 compraron el 58 % de las acciones de Corporación de Noticias, S. A., que controla los diarios Siglo 21 y Al Día, por veinte millones de quetzales.22 Estuardo González, presidente de Corporación de Noticias, es también acusado de participar en «La Línea».22 Por otra parte, en diciembre de 2014, el rotativo guatemalteco ElPeriódicopublicó que Monzón habría adquirido una residencia en una colonia exclusiva de Guatemala por un monto de US$850,000.23

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El 22 de abril de 2015 se supo que la empresa de Monzón Rojas, Canchas Deportivas S. A., había recibo trece contactos de parte del Gobierno por un monto de varios millones de quetzales;24 ahora bien, se explicó que la empresa ya estaba en operación desde 2007 y que desde entonces había recibido contratos, principalmente de la Confederación Deportiva Autónoma de Guatemala y sus afiliadas, y también se informó que Monzón Rojas no representaba a la empresa desde que asumió el cargo de secretario privado de la Vicepresidencia.24

Al ser imputado Carlos Muñoz, exjefe de la SAT, los fiscales del MP presentaron una intercepción telefónica que lo involucra junto a un hombre que se identifica como Juan Carlos Monzón, que las autoridades suponen es el exsecretario privado de la Vicepresidencia, considerado el cabecilla de dicha estructura. En la escucha telefónica entre Monzón y Muñoz se habla sobre algunos cambios en la institución.25 También Monzón le pide a Muñoz que la «R» vaya para arriba; las autoridades no tienen claro a qué se referían con este código.25

Este no sería el primer arresto de Monzón; en 2001 fue capturado acusado de robar autos. Al ser capturado, le decomisaron una pistola calibre 3.80 marca Warning; fue apresado junto con José Alfredo Moreno Serrano, Mario René Orellana Boche y Byron Marlon Moreno Molina, quienes eran familiares de Alfredo Moreno Molina, el capo del contrabando, quien estaba siendo juzgado por haber evadido el pago de más de 60 millones de quetzales en impuestos con el apoyo de una red integrada por militares.26Monzón resultó herido de bala en la espalda y fue llevado a la emergencia de un hospital público donde quedó bajo custodia. Los supuestos asaltantes fueron procesados por robo agravado y atentado, así como por pertenecer a una banda de robacarros; a pesar de haber sido acusados de que fueron capturados en flagrante delito, fueron beneficiados con arresto domiciliario y prohibición de salir del país; a Monzón Rojas se le impuso una caución económica de 25 000 quetzales. El 17 de octubre de 2001, los fiscales del Ministerio Público (MP) solicitaron el cierre provisional del caso, a pesar de que todos los oficiales de la unidad policiaca que los capturó habían declarado en su contra.26 El 6 de noviembre le fueron devueltos los 25 000 quetzales de la fianza a Monzón Rojas y su vehículo. Y el 5 de febrero de 2002, la Dirección General de Migración levantó los arraigos. Las armas les fueron devueltas con la condición de presentarlas a inspección si se le requerían. Cinco años después de ocurridos los hechos, los abogados de Monzón Rojas se presentaron ante el Juzgado Noveno de Primera Instancia Penal, a cargo del juez Nery Oswaldo Medina Méndez, para solicitar el sobreseimiento del proceso; tras analizar el caso, el juez decidió otorgar el sobreseimiento final el 11 de enero de 2007.26 Tras ser entrevistados sobre el pasado de Monzón, la vicepresidenta Roxana Baldetti dijo que conocía su historia con la PNC y que incluso había visto su cicatriz en la espalda. El presidente Otto Pérez dijo que habían hecho su propia investigación y que Monzón estaba limpio. Monzón Rojas alegó que todo fue una manipulación para involucrarlo.26

Aunque fuentes oficiales señalaban que Baldetti no volvió hasta el sábado 18 de abril de 2015 a Guatemala, el martes 21 de abril en conferencia de prensa se presentaron documentos que demuestran que Baldetti arribó al país el viernes 17 de abril.27 La vicemandataria arribó en un vuelo privado, según los registros migratorios, presentados por el propio vocero presidencial Jorge Ortega, el mismo que el pasado sábado en declaraciones públicas dijo que la funcionaria todavía no regresaba de su viaje y no había una fecha programada.27 Estas declaraciones evidenciaron que desde el Ejecutivo se trataba de ocultar la fecha y hora de la llegada de Baldetti, de un viaje donde la acompañó Juan Carlos Monzón.27

El 30 de abril de 2015, la fiscalía guatemalteca anunció que ofrecía una recompensa de 100 000 quetzales a cambio de información sobre el paradero de Monzón.28

Supuestos directores de la red: el presidente Pérez Molina y la vice presidente Baldetti[editar]

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El 21 de agosto, la CICIG y el MP ofrecieron una conferencia de prensa pocas horas después de haber dictado auto de prisió en contra de la ex vicepresidente Roxana Baldetti y solicitado antejuicio en contra del presidente Pérez Molina; en dicha conferencia indicaron que las pruebas obtenidas luego de los decomisos e incautaciones efectuados en abril indicaban con una alta probabilidad que el presidente de la República y la ex vicepresidente eran los máximos dirigentes de la red de defraudación.2 29

«El Presidente» y «la Señora»[editar]

En la audiencia del viernes 17 de abril de 2015 fue presentada una escucha telefónica en donde dos de los involucrados en la estructura se refieren a una tercera persona como «el Presidente», sin definir su identidad, quien les ordenó abrir cuatro cuentas bancarias argumentando que CICIG (Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala) tiene mucha información.25 Aparte de «el Presidente», se escuchó también los sobrenombres de «La Señora», «La R», y «La 2», quien según las escuchas, movió las piezas en la SAT y ordenó cambios a la banda de defraudación porque la CICIG ya tenía alguna información sobre la misma.25 Se sospecha que estos sobrenombres hacen referencia a Pérez Molina y a Baldetti, a pesar de que la CICIG no presentó cargos contra ninguno de los dos y el Ministerio Público fue enfático en señalar que ninguno de los dos estaba involucrado en la red de contrabando.

El lunes 11 de mayo de 2015, Baldetti dijo que la «La Señora», «La R», y «La 2», podría ser la primera dama de Guatemala, Rosa María Leal de Pérez. Otto Pérez en la conferencia dada el mismo día, dijo que la señora Pérez no tenía nada que ver con este tipo de estructuras.

Lo que encontró la investigación de la CICIG[editar]

Cambios en la estructura durante el último año[editar]

De acuerdo a un informe de la CICIG (Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala) presentado por Plaza Pública30 , una de las primeras pistas para los investigadores fue el recelo que despertó un importador cuyo flujo de ingresos de mercadería resultaba sospechoso; se trataba del ciudadano chino Miao Miao ―alias Erick― quien el 8 de mayo de 2014 preguntó por teléfono por los precios para el ingreso de mercancías a una persona externa a la Superintendencia de Administración Tributaria de Guatemala (SAT). En ese momento los investigadores todavía no lo sabían, pero el contacto de Miao Miao era Julio César Aldana Sosa, encargado externo de la estructura de contrabando en Puerto Quetzal y responsable de la coordinación de los cobros, según la fiscalía.30 Después de la conversación con Miao Miao, los investigadores intervenieron su línea telefónica; en una llamada a su banco, Aldana entregó toda su información. Sin pertenecer a la SAT, Aldana era el enlace de los importadores con la aduana de Puerto Quetzal: organizaba las transacciones en el lugar, o delegaba la responsabilidad en un subalterno; incluso, al menos en el papel, aparecía como un importador y tenía registradas a su nombre las empresas Aceites y Repuestos Jerusalén, e Importadora y Exportadora Gecko.30

La fiscalía decidió rastrear los correos electrónicos; Aldana enviaba sus datos de contacto por teléfono a nuevos clientes. Al primero de estos correos se accedió cuando la esposa de Aldana, Mónica Patricia Jáuregui Zamora, también procesada por el caso, le dio la clave del correo a otro colaborador por teléfono. En estas comunicaciones los clientes le enviaban los documentos con valores alterados para reducir el precio del pago correspondiente al ingresar sus productos; los documentos incluían declaraciones de mercancías, conocimientos de embarque, manifiestos de carga, declaraciones de valor de las mismas y facturas comerciales. Todos estos documentos permitían una rebaja en el pago de impuestos, todos estaban alterados y los importadores lo sabían. El listado de precios que intermediaros externos como Aldana enviaba a sus clientes, estaba basado en el Código Arancelario Centroamericano.30

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Al investigar a los vistas, la CICIG y el MP determinaron que estos se encargaban del primer contacto con la red externa y los comerciantes del entramado de aduanas y la SAT. La red que finalizaba con los vistas, incluía, según la investigación, al menos veintiocho funcionarios de la SAT: entre ellos, el secretario general del sindicato de esa institución, el gerente de Recursos Humanos, el jefe de la División Sur, cinco administradores de aduanas, cuatro coordinadores de aduanas, y catorce técnicos aduaneros, y llegaba hasta los dos superintendentes detenidos, Carlos Muñoz Roldán y Omar Franco. Toda la red estaba distribuida entre las oficinas centrales de la SAT y las aduanas Puerto Quetzal, Central y Santo Tomás de Castilla. En total, incluyendo a los integrantes de la estructura externa de La Línea, participaron hasta sesenta y cuatro personas en la operación.30

Poco a poco, las escuchas telefónicas y los seguimientos policiales de reuniones de integrantes de la red en restaurantes de comida rápida para el intercambio de bolsas donde se presume había dinero, fueron mostrando el grado de permeabilidad de la SAT: los técnicos de aduanas respondían a los coordinadores, y estos al administrador de Aduanas, que están bajo la responsabilidad del Jefe de División Región Sur. Las órdenes no provenían solo de los trabajadores de la SAT, sino, sobre todo, de fuera; por ejemplo, una llamada entre el gerente de Recursos Humanos de la SAT, Sebastián Herrera Carrera, y Mynor Humberto Pineda Castellón, el financiero de la estructura, reveló cómo el gerente de Recursos Humanos movía a su personal a pedido de alguien externo a la SAT. Anthony Segura Franco, secretario general del Sindicato de SAT, se ocupaba, según la acusación, de cobrar para asegurar que no hubiera ningún pronunciamiento sindical por cualquier cambio.30 Pero, según la fiscalía, no todo era paz y concordia entre los integrantes de la red; algunos técnicos aduaneros continuaban con sus negocios particulares, cobrando por su cuenta a ciertos importadores.30

Los fiscales siguieron la pista a Aldana, y en una reunión en un restaurante de la zona 16 lograron determinar que se reunía con otros miembros de la red: Byron Izquierdo, Byron Leonel Linares, técnico de aduanas de Puerto Quetzal, el coordinador de esa misma aduana, Manuel Alejandro Recinos Morales y el jefe externo de la red: Osama Ezzat Aziz Aranki, un empresario de origen palestino, de 47 años, propietario de las empresas individuales Almacén Río Jordán, Distribuidora Río Jordán, y Karina. Osama ―alias Óscar, Olga, o el Árabe― poseía también la importadora Universal Baby’s y un importante nexo con otros clientes de la red.30 b

El 4 de junio de 2014, mientras Osama celebraba su cumpleaños en una reunión con varios integrantes de la red, recibió la visita de alguien denominado en las escuchas como «Eco», quien llegó en un picop de matrícula registrada a nombre de Corporación de Noticias, S.A., la casa editora de los diarios Siglo 21 y Al Día, a quien pronto identificaron como Salvador Estuardo González Álvarez, representante legal y presidente de la corporación. «Eco» llevaría a la fiscalía ante un jefe superior, un personaje nombrado en las escuchas como «JC» o «el Moreno».30 El 11 de agosto de 2014, un seguimiento policial reveló la identidad del «JC», «J2» o «el Moreno» al que se referían las llamadas de días antes; JC era quien controlaba «La Línea», y quien controlaba La Línea tenía el control de la SAT. En el seguimiento policial de ese día Eco tenía una reunión con «JC» en el vestíbulo de un hotel de la zona 7 de la ciudad. JC resultó ser Juan Carlos Monzón Rojas, el entonces Secretario Privado de Roxana Baldetti.30 En aquella reunión se decidió sustituir a Osama por Byron Izquierdo como la nueva cabeza del grupo externo de la red;30 aunque Izquierdo no duraría mucho al frente ya que el 1 de octubre de 2014 el financiero Pineda le anunció al operativo Aldana la llegada de Javier Ortiz Arreaga ―el «teniente Jerez»― a la estructura.30

La salida de Osama en agosto y el nombramiento del «Teniente Jerez» como nuevo dirigente apenas mes y medio después, hacia finales de septiembre, no obedecieron solo a los descontentos internos sino a las instrucciones de un personaje referido como «El Presidente» para instaurar un mejor control en la red de contrabando. Entre julio y agosto aparecieron más menciones veladas a cuidar las comunicaciones telefónicas, a cambiar cada tanto el chip de

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los teléfonos, a tener cuidado porque «las cinco letras» (las cinco letras: C, I, C I G) estaban investigado.30 Para entonces, Ortiz también estaba siendo grabado y había incorporado a la estructura a dos encargados de finanzas: Miguel Ángel Lemus y Roberto Antonio Ramírez.30 Pero pese a ello, Estuardo González no había sido reemplazado ya que su posición, vinculada directamente con Juan Carlos Monzón, seguía siendo privilegiada.30

En esta etapa, que la investigación de CICIG (Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala) denomina «de transición», en octubre de 2014 aparece por primera vez la Boutique «Emilio», propiedad de Luis Mendizábal, como el centro de operaciones de la red criminal. La sastrería, también conocida como «la Oficinita», era un lugar con cierta fama en los círculos políticos y de inteligencia no solamente porque hace unas décadas se había erigido en el único lugar en el que comprar ropa para caballeros, y al que acudían políticos de cierto renombre, sino porque allí operaba su dueño, experto en asesorías en materia de inteligencia. Un lugar donde además en 2008 se gestó el célebre video del abogado Rodrigo Rosenberg contra el Gobierno de Álvaro Colom.30 Para el caso «La Línea», la boutique Emilio es clave por constituirse en su principal centro logístico a partir de octubre. Entre las primeras cosas que se tramaron allí estuvo la destitución de Carlos Muñoz Roldán como Superintendente de la SAT; según coligieron los investigadores, con esa operación lograban un control incluso más directo de la SAT al colocar a Omar Franco al frente de la institución.30

Carlos Muñoz Roldán ―alias «el Inútil»―, era el máximo encargado de «no ver, no oír y no hablar» de lo que ocurría en las aduanas; fue electo por el presidente Otto Pérez Molina, el 23 de abril de 2013, de entre una terna propuesta por el directorio de la SAT. Las escuchas sugieren que ese silencio tenía como precio el 5 % de todo lo recaudado por el pago irregular realizado a la estructura de La Línea. El entonces Intendente de Recaudación y Gestión, Álvaro Omar Franco Chacón, se quejaba con el financiero externo Mynor Pineda de recibir solo «135 000 pesitos» por su colaboración. 30 La gestión de Muñoz fue muy criticada: hubo acusaciones de nepotismo y de incumplir las metas de recaudación fiscal de 2013 y 2014, pero sobre todo, fue señalado por su intento de subcontratar a la empresa argentina Kolektor, que pretendía terciarizar los servicios de recaudación. Con un plan para acumular señalamientos en contra de Muñoz que permitieran al presidente Otto Pérez Molina justificar la destitución del Superintendente, varios oponentes de Muñoz se confabularon, entre ellos Anthony Segura, secretario general del sindicato SAT y quien manejó el plan; el 21 de noviembre apareció en Siglo21, diario de Corporación de Noticias ―presidido por Salvador González― un campo pagado del sindicato de SAT con los señalamientos.30 Juan Carlos Monzón Rojas, llamó a Muñoz el 10 de noviembre de 2014 para asegurarle que seguiría al mando de la SAT, mientras en paralelo fraguaba su salida delegando esa responsabilidad a otros integrantes de la red.30

Geovani Marroquín, el enlace entre la red externa y los funcionarios de la SAT, ya buscaba vincular de manera más directa al Intendente de Recaudación, Álvaro Omar Franco Chacón. Poco más de un mes después, el 27 de enero de 2015, Otto Pérez oficializaría el nombramiento de Franco. El vínculo entre Franco y «La Línea» era directo y se concretó un día después de su designación al frente de la SAT. La trama para la salida de Muñoz consolidó la nueva dirigencia de la estructura con Javier Ortiz, el «Teniente Jerez», y Miguel Ángel Lemus Aldana ―alias Mike―, al frente de la estructura controladora de aduanas, con Geovani Marroquín como enlace con la dirigencia superior ―Estuardo González, alias «Eco», y Juan Carlos Monzón Rojas como líder general de La Línea―, así como con las autoridades de la SAT plegadas empezando por el Superintendente, Omar Franco. Pero también fue el inicio del fin para la estructura: menos de tres meses después de que asumiera Franco como Superintendente se realizaron los primeros arrestos de personas vinculadas a la misma.30

Con la llegada de Ortiz, la empresa Corp y Company Gold, S.A. (Corpogold) habría sido utilizada para mover los sobornos de la estructura de defraudación aduanera; esa compañía estaba representada por un antiguo piloto de Francisco Javier Ortiz Arriaga ―alias el

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«Teniente Jerez»―, Delfino de Jesús Moratalla Coloma. Corpogold fue constituida en junio de 2010 y los contratos millonarios llegaron en 2012, cuando inició la administración del presidente Otto Pérez Molina; las obras fueron adjudicadas por la Municipalidad de La Gomera, Escuintla, dirigida por Francisco Javier Vásquez Montepeque, esposo de la diputada Floridalma Leiva ―ambos del Partido Patriota―.32 El MP y la CICIG sostienen que La Línea utilizó las cuentas bancarias de Corpogold para que los importadores depositaran allí los cobros ilegales, denominados «cola». Los montos eran retirados un día después de que ingresaban, y luego eran repartidos entre los miembros de la organización, de acuerdo con las pesquisas.32

Moratalla Coloma ―prófugo desde el 16 de abril― era miembro activo de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en donde era un líder que le había dado trabajo a muchos miembros de la iglesia. De acuerdo con Adrián Yela Gómez, involucrado en el proceso y beneficiado con arresto domiciliario por problemas de salud y que trabajó en Goldcorp, Moratalla Coloma abrió diferentes cuentas bancarias, dos a nombre de su esposa Patricia y otras a nombre de él, las que ―de acuerdo al MP y la CICIG― habrían sido utilizadas por «La Línea».32

Cómo utilizaban la estructura algunos importadores[editar]

A «La Línea» acudían importadores de una gran variedad de productos: ropa, zapatos, accesorios, vajillas, repuestos de vehículos, entre otros; los empresarios usuarios de esta red, consignados en el informe judicial, son importadores de productos al mayoreo que luego vendían a comerciantes informales. Los clientes de «La Línea» iban en busca de un servicio que les permitía pagar a la SAT solamente un 40 % del impuesto que les correspondía, entregando un 30 % como soborno a la estructura criminal y ahorrándose al defraudar al fisco el restante 30 %; con esta medida, el Estado perdía el 60 % de la recaudación en los furgones ingresados.31 Lo que documenta la investigación de la CICIG(Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala) y el MP, es que entre mayo de 2014 y febrero de 2015, al menos quinientos contenedores utilizaron el servicio de defraudación.31

En los informes del Ministerio Público y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala no se incluye un listado que compile a todos los involucrados porque la Comisión no pretende publicar «listas negras» sino presentar casos o «eventos», perseguibles penalmente.31 La defraudación aduanera para muchos de los usuarios de «La Línea» no empezaba al llamar al número telefónico que les garantizaba pagar menos impuestos, sino que desde el momento en que realizaban la compra del producto importado. En estas facturas ―la mayoría provenientes de Panamá, China e India― las mercancías ya estaban registradas con un valor menor, o incluso eran diferentes a lo que en verdad llegaba al puerto.31

Los seguimientos policiales mostraron que el contacto de los clientes era con mandos medios como Julio Aldana, encargado externo de la aduana Puerto Quetzal. La relación de los importadores con la SAT se limitaba al eslabón más bajo, los técnicos aduaneros, y siempre con una mediación de la red externa. Unos pocos tenían contacto con jefes externos de la red, como Osama Aranki, quien dejó de operar el 12 de agosto, y de manera posterior con los nuevos liderazgos, como Javier Ortiz, con quien había menos nexos directos con clientes registrados. La pieza fundamental para seguir la pista de las mercancías fue la Declaración Única Aduanera (DUA), la cual se elabora ―según manual de la SAT― con documentos proporcionados por el importador, a lo que se sumaron como evidencia de la actividad criminal los registros de las escuchas telefónicas, fotografías, facturas, y reportes de navieras.31 Un exfuncionario de alto rango de la SAT habría indicado que las prácticas más recurrentes de defraudación por parte de los importadores son de origen, es decir, desde la empresa que exporta en conjunto con la compañía extranjera a quien compra el producto: reportan productos de una calidad diferente a la real ―lo cual implica un menor cobro―, registran una cantidad diferente a la que se transporta, un peso menor al verdadero, o consignan un tipo de

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producto libre de impuestos, en ocasiones una mezcla de todos estos procedimientos anómalos.31 La porción de la red externa a la SAT que facilitaba la evasión de impuestos eran los agentes aduaneros, quienes trasladaban los documentos de los empresarios y a su vez, giraban órdenes a los técnicos aduaneros ―conocidos como «vistas»― para que no reportaran alteraciones, o incluso para hacer rectificaciones de los pagos por valores menores a los que les correspondía cancelar; todo con la colaboración de las más altas autoridades de la SAT.31

Los casos presentados en la acusación describen un eficaz sistema de defraudación en donde la clave para seguir la pista es la Declaración Única Aduanera (DUA), el manifiesto del importador con la descripción del contenido de los furgones que presenta en las aduanas, un reporte que determina cuánto pagarán de impuestos. El número único de cada declaración es el hilo que utilizaron los investigadores y analistas para vincular a importadores, agentes aduaneros, responsables externos de la red y a los técnicos aduaneros, responsables de contrastar lo que se consigna en los documentos con lo que en verdad contienen los furgones. Estos números se repitieron en correos electrónicos y llamadas telefónicas interceptadas.31

De acuerdo a las investigaciones de la CICIG, estos eran algunos servicios que proporcionaba «La Línea»:

Tarifas propias: un correo electrónico a una naviera para confirmar el arribo del contenedor CAIU9212820 y un listado de precios para producto, obtenido de intercepciones telefónicas, mostró que la ropa interior para dama pagaba «100/30» ―o sea 100 000 quetzales para la SAT, y 30 000 para «La Línea»―.31 Al consultar en el portal de la SAT, el registro de las DUA 302-4516092 y 302-4516264 que correspondían a ese contenedor, los reportes generados mostraron que la primera ingresó el 26 de mayo de 2014, y la segunda fue la rectificación del cobro, el 28 de mayo del mismo año. El valor registrado es cercano al del listado presentado: 98 940 quetzales. En la factura de importación se registró la compra por 98 940 a 0.05 dólares la unidad, con una dirección registrada en la Avenida Bolívar 39-70, zona 3, de la Ciudad de Guatemala. Como agente aduanero, apareció Francis Adrián López Ramos. El servicio del agente aduanero y sus auxiliares eran la contraparte «legal» de un procedimiento ilegal; el agente aduanero gestionaba el ingreso de documentación para defraudar el pago de los impuestos correspondientes ―información que provenía del cliente―, pero de manera previa se había pactado con el integrante de «La Línea» que se aceptaran como auténticos estos valores. Este servicio, como se consigna en otras escuchas telefónicas del caso, lo ofrecía Julio César Aldana Sosa, el encargado externo para la red criminal, de la aduana de Puerto Quetzal.31

Falsificación de facturas: si los registros físicos no coincidían con los productos en los contenedores, siempre era posible para la estructura arreglar los documentos, «ajustar» como le llama la red, para que el contenido de los furgones y los reportes no tuvieran tantas divergencias. «Ajustar», también incluía alterar precios, siempre hacia abajo del valor real de los productos.31

Declaración incorrecta de artículos: los clientes de «La Línea» también pedían a empleados de la SAT que alteraran documentos o presentaban otros a sabiendas de que eran falsos.

Un ajuste de líneas: la defraudación aduanera realizada por la estructura también incluyó en ocasiones una revisión anómala del contenido de la mercadería. Si el técnico aduanero definía que se tenía que realizar una revisión de todo el contenedor, al pasar este por el selectivo rojo, una llamada de jefes de la red aceleraba el proceso o lo limitaba la revisión a unas cuantas «líneas» de la declaración de mercadería. Las «líneas» son cada uno de los ítems declarados.31

Ajuste de precios por tipo de producto: La estructura también ajustaba los precios para los clientes y según el tipo de producto.31

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Las cuentas de Corpogold[editar]

Corpogold estaba a nombre de Moratalla, cuyo papel dentro de la red era prestar su nombre para constituir la empresa y figurar como su representante legal, de la misma forma que luego solicitó la autorización o eliminación de firmas registradas para manejar las cuentas a nombre de Corpogold.33 «La Línea» tenía encargados externos de cada una de las principales aduanas del país (Puerto Quetzal, Central y Santo Tomás de Castilla) con los cuales los «usuarios» entraban en contacto. Tras pactar la defraudación, el responsable de la aduana autorizaba el paso del contenedor y giraba la orden al técnico aduanero, un funcionario de la SAT, quien permitía el ingreso de este evadiendo el pago de impuestos.33 Esta persona recibía cuentas de pagos de la operación de «La Línea», que le eran entregados por Roberto Antonio Ramírez de Paz, encargado externo de aduanas.33

Los analistas de la CICIG (Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala) concluyeron que existían patrones comunes en las cuentas de la red: las transacciones de débito y crédito fueron realizadas en cifras de miles con valores constantes indicando el establecimiento de tarifas fijas. El dinero no permanecía mucho tiempo en la cuenta; máximo dos días. Todo el dinero depositado fue retirado.33 Las operaciones se realizaron con cheques de cuentas monetarias de la empresa y la CICIG sospecha que buena parte del dinero desembocaba en la Boutique Emilio, propiedad de Luis Alberto Mendizábal Barrutia. En este local se requisaron 1.6 millones de quetzales en efectivo el 16 de abril de 2015 durante un allanamiento.33

El vínculo comercial entre Juan Carlos Monzón Rojas y Salvador Estuardo González Álvarez, jefe externo de «La Línea» habría sido por medio de María del Carmen Valencia Espinoza, que figura como gerente general de Inversiones y Proyectos Profesionales Marbella, empresa que adquirió Corporación de Noticias, Sociedad Anónima, compañía madre de los diarios Siglo21 y Al Día, a finales de 2012c Valencia además fue gerente general y representante legal de Canchas Deportivas de Guatemala ―que recibió contratos del Gobierno por más de tres millones durante la presidencia de Otto Pérez Molina―. También fue gerente de protocolo, banquetes y etiqueta de «El Rancho de Don Juan»; Monzón Rojas es copropietario de ambas empresas.33

Aparte de estas empresas, existe otra red más intricada con Delfino de Jesús Moratalla Coloma como probable testaferro de «La Línea»; esta red incluye al menos nueve compañías registradas a su nombre: entre ellas Corp & Company Gold, S.A. Este entramado de nueve empresas en total recibieron contratos del Estado por 13.08 millones de quetzales ―incluyendo los 12.49 millones de quetzales solo de Corpogold―.33

Seis de las empresas, incluida Corpogold, fueron inscritas por la misma abogada y notaria, Bery Andina Pérez y Pérez, quien las presentó ante el Registro Mercantil con minutos de diferencia la mañana del 28 de junio de 2010. Además las direcciones registradas de las compañías y sus representantes legales se cruzan entre sí. Corpogold comparte la misma dirección de Combustibles del futuro en suchitepéquez. Otra particularidad de estas nueve empresas es que fueron registradas con el monto mínimo para su apertura, 5000 quetzales, aunque una de ellas, Corpogold, estaba autorizada para tener un capital de hasta 1.5 millones de quetzales; tampoco se tiene entre ellas constancia de un aumento en su capital desde su creación en 2010.33

Según consigna el informe financiero de CICIG, el 25 de julio de 2014 el representante legal de Corpogold, Moratalla Coloma, pidió al banco sustituir la firma de Yessee Naomy Segura López, para manejo de las cuentas. En Corpogold, Moratalla Coloma figuraba como uno de los socios fundadores, a diferencia de las anteriores sociedades esta fue inscrita con un capital pagado de 300 000, y con el techo autorizado para tener un capital de hasta 500 000 quetzales.33

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Otra firma registrada para el manejo de las cuentas de Corpogold fue la de Adrián Israel Yela Gómez, de 21 años de edad, quien fue capturado por la policía por este caso, el 20 de mayo de 2015, en San José Villa Nueva (Villa Nueva).

Capturas[editar]

Por este acto de corrupción fueron giradas 47 órdenes de captura, entre estas contra Juan Carlos Monzón Rojas, secretario privado de la vicepresidenta Roxana Baldetti.

El caso se lleva en el Juzgado Octavo de Instancia Penal, a cargo de la jueza Marta Sierra Stalling, donde se pretende que los acusados brinden su declaración y el MP junto a laCICIG (Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala) presenten medios de prueba para ligar a proceso a los sindicados.19 En la audiencia en que les hicieron saber los motivos de su aprehensión, les imputaron los delitos de asociación ilícita para el contrabando, contrabando aduanero y defraudación tributaria.19

El 20 de abril de 2015, Álvaro Omar Franco Chacón y Carlos Enrique Muñoz, los destituidos y capturados superintendentes de Administración Tributaria (SAT), se rehusaron a prestar primera declaración en el caso; también se negaron a declarar Gustavo Morales Pinzón, Salvador Estuardo González y Byron Izquierdo.34 Sin embargo, un técnico de la SAT, Giovanni Marroquín Navas, sí accedió a prestar su primera declaración y explicó que llegó a esa institución en 2014 cuando lo llamó el entonces superintendente Carlos Enrique Muñoz, para elaborar un proyecto que favoreciera la recaudación de tributos internos, no externos, relacionados al tema de aduanas. Según él, se presentó ese plan al presidente Otto Pérez Molina.34