Chaima Apuntes Hist Cosmog-FOLLETO

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Página1 Chaima, la Gran Semilla Humana Apuntes históricos y cosmogónicos del pueblo Chaima Licdo. Arquímedes Velásquez Docente Interculturalidad Bilingüe E.P.B.I. “Euxebio Caripe” Director Educación I.M.A.I.C.A [email protected] Caripe, 2014

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Conoce la cultura chaima

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Chaima, la Gran Semilla Humana Apuntes históricos y cosmogónicos del pueblo

Chaima

Licdo. Arquímedes Velásquez

Docente Interculturalidad Bilingüe E.P.B.I. “Euxebio Caripe”

Director Educación I.M.A.I.C.A [email protected]

Caripe, 2014

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Chaima, la Gran Semilla Humana

1. Los chaima, rasgos históricos

Chaima (nombre derivado de dos vocablos, CHA: semilla; IMA: grande; “gran semilla” (humana) que seres míticos esparcieron por sobre estas tierras orientales)1, es el nombre con que se designa a una gran nación indígena que históricamente ha poblado lo que hoy son los estados Monagas y Sucre. Los chaima pertenecen a la familia caribe, grupo que ocupó la región montañosa del norte del país, la cual comprende desde el golfo de Paria hasta Yaracuy, así como los alrededores del Lago de Maracaibo y parte de Guayana.

En su guerrera transhumancia los Caribes fueron

dejando un rosario de pueblos y naciones hijas suyas, fácilmente identificables hoy: Chaima, Cumanagoto, Guaiquerí, Kariña, Coaca, Palenque, Motilón, Pemón, entre otros.

La rama Chaima conformó una enorme nación que se

extendía desde Paria hasta las hoy tierras aguasayeras, la cual tenía como centro a Caripe y comprendía las tierras de los actuales municipios Caripe, Acosta, Piar, Punceres, Bolívar, Cedeño, Aguasay y Uracoa.2

Según Romero, Vargas y Sanoja (referidos por González,

2006) existen registros antropológicos de excavaciones realizadas en zonas como "Las Varas" en la década de 1980, cuyos restos demuestran la presencia de los chaimas en este territorio con dataciones de 4.000 años antes del presente. Según los estudios sobre los registros antropológicos mucho antes de la época de la conquista ibérica, los chaima tenían una gran

1 Los chaimas se designaban a sí mismos “la Gran Semilla” (humana), pues eso es lo que significan los étimos que conforman este nombre. Sha o Cha (semilla), e imá (Grande). Los chaimas se consideraban a sí mismos la Gran Semilla de la humanidad, tal como se desprende del estudio de sus mitemas. (Acevedo T., J. Los Chaima, XXXX, p.1). 2 León y Guilliani (s/f). Monagas, Tierra Gloriosa. p.2.

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estructura de organización social, bien compleja y definida, la cual estaba orientada hacia el cacicazgo y la influencia y poder sobrenatural de los sabios piazán o piaches. (Torres Marcano, 2013. p. 15).

Asimismo, Urbani (1999), señala: En una excavación arqueológica realizada en la boca de la Cueva, se encontraron evidencias de actividad humana y cacería de guácharos por parte de los indígenas desde al menos 1500 años antes de nuestra era, según edades obtenidas por 14C (Perera, 1976). Esta actividad se practica hoy en día en otras cavidades al Este de Caripe (Galán, 1981).3

2. Visión del mundo.

Como todos los pueblos aborígenes, los chaimas basaban su visión del mundo en sus mitemas y sistemas de creencias, heredados por vía oral de sus remotos antapasados.

2.1. Origen del mundo.

En relación a este aspecto, Acevedo (2006), refiere:

Los chaimas se sentían particularmente identificados con las Cabrillas del cielo, a las cuales denominaban Maya-waray, es decir, “semejantes a mayas”. Se creían venidos de allá; pero en sus mitemas, declaraban ser hijos de un kuchiuano, llamado Amanaroka, que es una clase especial de choto (indio), hijo de Zis o Chis (el Sol) y de una reina hija del aire (Pechecho yemchi). Por otra parte, es de destacar que los chaimas se consideraban a sí

3 Urbani, F. (1999). Historia Espeleológica Venezolana. Parte 10. Una Cronología de la Cueva del

Guácharo. Sociedad Venezolana de Espeleología.

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mismos como la Gran Semilla (Cha-ima) que seres míticos dejaron sobre la tierra. (p.13).

Amanaroka, según la tradición mítico-religiosa es el

héroe civilizador y primordial de la cultura chaima. Dicho héroe les habría enseñado en el principio de los tiempos las normas de conducta humana, ya que él había bajado a la tierra como encargado para instruir a los ancestros. (Civrieux, 2006. p.139).

El propio misionero Francisco de Tauste, que convivió

más de veinte años con ellos, se refirió a este gran instructor mítico de los primeros hombres de este modo: “(…) llegando a preguntarles quién hizo los Cielos, la Tierra y las demás criaturas, responden un disparate, digno de su capacidad, que fue un indio llamado Chotokonpiar o Amanaroca (…)”

2.2. Dioses

Ese pretendido “indio” (Chotokonpiar), no era tal sino el

Dios Creador de ellos, ente sobrenatural bajado a la tierra. Este era su ancestro cultural, sobrenatural, heroico, todopoderoso, creador e instructor, llamado Chotokonpiar. En lengua chaima, chotokon es el plural de choto o goto, es decir “la gente, el ser humano”; y piar significa “antepasado, ancestro”.

El misionero Agustín de Frías, compañero de Tauste,

mencionó a Amanaroka como el “Padre de los indios chaima”4, explicando que es considerado hijo del Sol y de la reina Aire, quien lo había parido en la sagrada cueva del Guácharo.

Según el mito citado, que sigue el mismo esquema de

otros de origen americano sobre los dos hermanos, Amanaroka tenía un hermano, llamado Uruipuín (sin hermano mayor) o

4 Frías, Agustín de (1964) “Carta al Obispo sobre las Misiones de Cumaná”. En Los primeros historiadores de las Misiones Capuchinas en Venezuela. Col. Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia. Caracas. 69:150).

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Iripuin (Sin hacer nada)5. Contó el misionero Tauste, repitiendo la historia por él oída que,

Estos dos hermanos, Amanaroca y Uruipuin, dice se disgustaron en una ocasión, y Amararoca como el más valiente, cogió a su hermano y lo arrojó sobre un cerro, convirtiéndolo en peñasco, el cual se ve en la falda del cerro El Guácharo.6

Según la leyenda, Iripuin como destructor de todo lo que

encontraba a su paso, tendría la meta de aniquilar también a su hermano mayor. En este sentido, es significativa la enemistad entre estos hermanos, pues según los relatos, llegaron a una batalla final que termina con la conversión de Uruipuin o Iripuin, en un gran peñasco.

Acerca de otro aspecto relevante, los chaima, al igual que muchas etnias americanas, identificaron al sol y a la luna como dioses supremos7, por tanto solían ritualizar durante los eclipses bajo la influencia del pánico y la angustia.

En sus ritos de protección contra los maleficios asociados

a los eclipses: disparaban flechas, toques de tambores y de trompetas de caracol (waruras), griterías colectivas a manera de oración. Se trataba de manifestaciones de angustia ante la desaparición inesperada de la luz y el peligro que parecía

5 Es interesante señalar que la voz Uruipuin (o Iruipuin, que parece más apropiada) posee el afijo

puin que es negativo, implicando el mismo sentido de nuestra preposición “sin”. La palabra está relacionada con el cerro llamado el Imposible en las crónicas de Humboldt y otros autores, pues la palabra Iripuin en el lenguaje de los cumanagotos, significa “imposible” según los vocabularios de Ruiz Blanco y Yangües. Al parecer, el sentido del nombre de este personaje mítico es el “Sin (nada que) Hacer”, pues la voz iri, se refiere al verbo hacer en el idioma chaima, así como en cumanagoto. De la misma manera, siendo Amanaroka el hermano mayor, por ser quien aparece como primero parido por la Tierra, y Uruipuin el menor, si la voz Uruipuin, significa “Sin hermano mayor”, pues rui significa “hermano mayor”, el nombre es una paradoja. (Acevedo, p.11). 6 Francisco de Tauste, citado por Buenaventura de Carrocera en Los primeros historiadores de las misiones capchinas en Venezuela. Caracas, Academia Nacional de la Historia, 1964, pág. 196-197. 7 Al respecto, Tauste y Frías, citados por Civrieux (2006), se contentó con afirmar con prudencia lo siguiente: “(…) El sol y la luna dicen que son vivientes (…)” (p.140).

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amenazar el orden universal. Al terminar el eclipse, los indígenas volvían a sentirse vivos y, para quitarse la maldición tenebrosa, se bañaban (purificación).

Además del sol y la luna, existían espíritus o dioses

menores que moraban en la tierra y eran más cercanos a la vida cotidiana; los chaima identificaban a estos seres como “elementales”, es decir, como los dueños invisibles de cada una de las especies vivientes de la naturaleza: humanas, animales, vegetales y minerales. Los misioneros, desde su perspectiva religiosa, identificaron a esos espíritus paganos como formas o disfraces de Ivoro-kiamo, nombre que los chaima daban al demonio.

2.3. El alma-espíritu para los chaima

Reproduzco lo que señala al respecto Civrieux (2006):

Los chaima creían en el alma-espíritu, doble invisible de

cada especie viviente: la llamaban rinon y la identificaban con la sombra inmaterial de cada ser, el cuerpo sutil y vital, el compañero inseparable del cuerpo físico durante su vida. A dicho doble se le consideraba dotado de vida propia, por lo que se creía que pisar la sombra de un hombre o de una mujer era una imprudencia fatal, un delito grave. Estaban convencidos de que el rinon era inmortal y recobraba independencia al liberarse del cuerpo físico con la muerte.

El misionero Tauste en su crónica, refiere la costumbre

que existía entre los chaima de mantener fogatas debajo de los chinchorros durante el sueño como protección contra los maleficios de la oscuridad. Esa práctica reflejaba el temor al “robo” del espíritu por algún enemigo, mientras dormían.

Para ellos, el rinon o alma invisible no era privilegio único

de los seres humanos sino de todos los seres de la naturaleza. La gente común no podía ver las almas de los demás seres pero el

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piazán o chamán sí tenía ojos capaces de ver los espíritus de todo tipo. Tauste mencionó la creencia en el espíritu de las aguas, particularmente de los manantiales, al que llamaban Equima y lo identificaban con la “madre de agua” o serpiente (Eunctus marinus):

(…) Y así, de donde nace algún río o manantial, dicen que allí hay algunas de estas culebras, y no quieren matarlas porque, si lo hacen, les inundará la corriente, y que, como es madre de agua, no les dejarán pescar y cuando se bañaren les ahogará (…) (Ibídem: 180).8

2.4. La cueva del Guácharo9, lugar sagrado de los

Chaima.

Las cavernas y las montañas, de la serranía de Caripe, eran y siguen siendo consideradas lugares sagrados, templos mágicos naturales donde moran los espíritus de los antiguos piazan, las almas de los antepasados difuntos, llamados generalmente “antecedentes”, los cuales se comunican todavía con sus descendientes.

La cueva del Guácharo es la más sagrada entre los

chaima, la más grande y majestuosa. La cultura chaima, su esencia y existencia se origina en esta cueva, es decir, es el sitio de nacimiento de los chaima. En tal sentido, es necesario enfatizar que más que como belleza natural de reconocimiento mundial por la espeleología, la cueva del Guácharo representa un lugar sagrado, mágico y religioso, “morada de las almas” de los Chaima.

¿Qué significaba la cueva para el chaima?

Humboldt, en sus escritos indica:

8 Civrieux, 2006. Pp. 140-141. 9 En idioma chaima Tektaón Cheuta-yar (Cueva del Guácharo). Tb. Kaká Cheuta-yar.

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Esta caverna es para los indios un lugar horriblemente misterioso, creen que en su fondo moran las almas de sus antepasados. El hombre –dicen ellos- debe sentir temor por esos lugares no iluminados por el sol (Zis) ni por la luna (Nuna). Ir a los guácharos es sinónimo de reunirse con los abuelos, o sea, morir”.10

Tauste, señala: “entre otras cosas dicen que las almas de

los indios en muriendo van a esta cueva”.11

De acuerdo con la versión de Humboldt, a la cueva del Guácharo venían desde tierras lejanas grupos emparentados con los chaima: waikerí costeros, coaca del valle de Cumanacoa y pariagoto; todos acudían a este santuario natural de los espíritus ancestrales e inmortales, alojados en las profundidades de la sombra. Los espíritus de las cavernas tenían carácter ambivalente: severo y peligroso para aquellos que infringieran las leyes tradicionales, benefactor para los que las respetaban. Los visitantes distraídos, inconscientes o irrespetuosos de los rituales y las normas de convivencia de la comunidad familiar, así como los infractores de la ley ancestral, eran castigados drásticamente, según cuenta la tradición, convirtiéndolos en piedra, como al legendario Uruipuin o Coronoima.

En la tradición chaima, las estalactitas o estalagmitas son

las almas petrificadas de visitantes que irrespetaron el lugar sagrado de los antepasados inmortales: tal es la venganza de los espíritus ancestrales, las aves nocturnas: los ka-ka o guácharos. Ivorokiamo, el de las tinieblas sagradas, el espíritu supremo de la venganza, defiende la tradición sagrada; él se encarga de hacer observar el respeto de cada peregrino en todos los lugares sagrados, cuevas, cerros y manantiales.

La creencia chaima sostiene que cuando un chaima

muere, su rinon (alma, sombra) va a reunirse con sus ancestros

10 Humboldt, citado por Peñalver, L. (1993) Los Chaimas. Biblioteca de Temas y Autores Monaguenses. Maturín, p.31. 11 Tauste, En Carrocera, 1964. p.518.

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en la cueva. Allí, según haya sido su vida y obras será su destino. De haber sido bondadoso y respetuoso de las leyes culturales del pueblo chaima, su alma será purificada en las aguas cristalinas existente en las profundidades de la caverna y recompensado saliendo por el río hasta el exterior, para transmutarse en una de las bellas mariposas azules que circundan este santuario o convertirse en cualquiera planta o flor para adornar el paisaje en las afueras de la gruta. Por el contrario, de haber llevado una vida desordenada e irrespetuosa, le sobrevendrá el castigo, quedará petrificado, y los guardianes y conservadores de la ley (los ka-ká o guácharos) en la cueva, vigilarán y lamentarán eternamente su destino, al haberse convertido en piedra (estactita o estalagmita). Por tal concepción, los chaima antes de entrar a la cueva realizan una práctica ritual donde piden permiso a los seres que la habitan, en respeto a sus ancestros y solicitan la protección para evitar los peligros que están en sus profundidades. La tradición chaima sostiene que la actitud reverente y respetuosa en la cueva puede producirles beneficios como curaciones, rejuvenecimiento, paz interior, entre otras. Una actitud irrespetuosa puede causar enfermedades o que los Genios o Encantados confundan y pierdan a los que asumen tal conducta.

La cueva del Guácharo continúa siendo un templo natural respetado por los peregrinos indígenas, pues a ella siguen acudiendo desde muy lejos.

Los guácharos (ch. Kaká; “lamento”)

Göering, basándose en lo que pude entenderles a los

chaima que conoció en Caripe, identificó a Ivorokiamo como el jefe o dueño de los espíritus difuntos, los pájaros nocturnos. Los kaka o guácharos escondían bajo una apariencia animal su papel de guardianes y conservadores de la ley: eran las almas

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inmortales de los propios ancestros, testigos de la edad primigenia de la sabiduría.12

La oscuridad de la cueva y el temor de los chaima.

Para el chaima, la oscuridad era sinónimo de peligro, no

de maldad. De ahí el sagrado respeto de los chaima hacia las cuevas, matrices de la vida de ultratumba.

Humboldt observó también el “sagrado temor” que

sentían por las tinieblas cuando penetraban en la cueva. Sobre este gran respeto religioso, expresó:

Menester fue toda la autoridad de los Padres para hacerlos avanzar (…) Los indígenas abrigan ideas míticas acera de ese antro habitado por aves nocturnas. Creen que las almas de sus antepasados habitan en el fondo de la caverna. El hombre, dicen ellos, debe sentir temor de los lugares que no están alumbrados por el sol, Zis, ni por la luna, Nuna. Ir a juntarse con los guácharos, es juntarse con sus padres, es morir (…) No pudieron los misioneros, a pesar de su autoridad, obtener de los indios que penetrasen más adelante en la caverna (…)13

Agustín Codazzi dio la misma interpretación, basada en

su propia experiencia, cuando penetró en la cueva del Guácharo acompañado, como Humboldt, por guías chaima. Codazzi hubo de obligar a los indígenas a que lo hicieran, infringiendo el tabú relativo a la profanación del territorio de los muertos; él pudo observar el pánico que los guías sentían y expresaban en la cueva. Si bien accedieron a penetrar más adentro que aquellos que habían acompañado al viajero alemán, no dejaron de mostrarse temerosos por la posible represalia de los espíritus convertidos en pájaros nocturnos, es decir, los antepasados difuntos. Cuando dichos guías llegaron a las novecientas varas aproximadamente 650 m cueva adentro, estaban aterrados: “(…) La estrechez de la entrada, su rápido descenso, los restos de

12 Civrieux, p.143. 13 Humboldt (1941, II; 103-105), en Los Chaima del Guácharo, Civrieux, (2006), p.144.

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animales, el silencio sepulcral que reinaba en aquel hueco, todo infundía un gran temor a los indios (…)”14

Acontecimientos asociados a la cueva del Guácharo.

La tradición oral da cuenta, que ni la valiente y bellísima princesa Urimare, a quien llamaban la Reina, defensora esforzada de la Sierra del Guácharo contra los conquistadores, se atrevió nunca a violar la caverna. Por lo tanto, organizaba a sus guerreros en la galería de la entrada, desde donde se podían escuchar los quejidos de los espíritus. En este lugar, una vez que los enardecía con sus palabras, los hacía jurar ante sus antepasados que defenderían la tierra con valor y los lanzaba contra los invasores blancos.

Un día en que los guerreros chaima perseguían a dos conquistadores españoles, vieron con asombro como a pesar de permanecer ocultos durante bastante tiempo en el fondo de la cueva, los españoles salían vivos y sin dar muestras de miedo. A partir de este momento Urimare comenzó a languidecer de tristeza y desconcierto, puesto que consideraba que si estos seres extraños habían logrado vencer a sus antepasados, probablemente haría lo mismo con sus guerreros. En este estado de desesperación por el destino de su pueblo, Urimare cayó prisionera en una batalla con los españoles, siendo llevada a Cumaná donde fue ahorcada.

2.5. Folklore mitológico chaima sobre la cueva

del Guácharo

Civrieux, (2006), cita una versión del cuento recopilado por Santos Erminy Arismendi (1931), como sigue:

Después de la crecida de las aguas que anegaron todo, enormes y temibles animales quedaron esparcidos por

14 Codazzi, Agustín (1960). Obras Escogidas. Col. Biblioteca Venezolana de Cultura. Vol. II. Ministerio de Educación. Dirección de Cultura y Bellas Artes. Caracas.

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toda la Tierra. Los chaima se refugiaron en las cuevas por temor a las bestias. Un cacique chaima muy valiente, cansado de vivir con su gente encerrados en la cueva, tomó su pazana salió dispuesto a matar a los feroces animales. Lleno de coraje y valor, los fue matando uno a uno hasta exterminarlos a casi todos. Agotado por tan arduos combates entró a la Cueva del Guácharo habló con los espíritus y les pidió protección. Pero era tanto el cansancio del cacique, que se quedó dormido. El Dueño de la Cueva se disgustó por esta imprudencia del cacique y mandó una bestia sobreviviente a atacarlo. Cuerpo a cuerpo, hombre y animal lucharon hasta que la bestia pudo más y el chaima quedó muerto. Los Genios de la Cueva, habiendo observado el recio combate, premiaron el arrojo del cacique convirtiéndolo en finísimos cristales de estalagmitas y estalactitas de la Cueva.15

Amanaroka, un mito Chaima

(Corrección: A. Velásquez, 2012)

Luego de buscar compañera por el más empinado cerro del valle de Caripe, Zis consiguió pareja en la suave brisa o Pecheche. De esta unión nacieron los gemelos Amanaroka o Chotocompiar, y Coronoima o Iripuin. Ellos crecieron unidos y alegres entre tigres, monos, guayacanes, caobas, papayas, campeches, cuspas y guayabos. Pero Amanaroka vio que su hermano iba dejando a su paso huellas de destrucción: pasmaba plantas y árboles, envenenaba aves y culebras, ahuyentaba pájaros y hacía crecer espinas en las rosas. Por ello fue creciendo una enemistad entre los dos hermanos, alimentada por el soplo de las frases de adulación del señor de las tinieblas o Ivorokiamo. Un día Coronoima esperó a su hermano y éste, inocente del odio creciente, disfrutaba de la música de los árboles, del canto de los pájaros y no entendió el significado de la riña hasta tener cerca de Coronoima y ver su furia. Amanaroka alzó en sus brazos al agresor y lo lanzó lejos del valle por sobre las montañas.

15 Erminy Arismendi, Santos (s/f) Por entre pueblos de indios. Oceánida: Caracas. En Los Chaima del Guácharo, 2006. p. 145.

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Es así como Iripuin quedó convertido en parte del enorme Cerro El Guácharo, lugar donde se albergan las almas de los difuntos para descansar en silencio (la cueva del Guácharo). Por este hecho Amanaroka se erigió como el creador del hombre y héroe cultural del pueblo chaima.

Los Chayma (Profesor Domingo Rogelio León)

“No estás solo-dijo Ziz (el dios chaima) a Amanaroka, su hijo hecho verbo y carne, porque tú eres chotokonpiar (choto = hombre, indio; kon = partícula para formar plurales; piar crear, originar, principio, génesis, origen = El Creador de hombres; el padre de la humanidad); harás hombres que habitarán la tierra y cuando mueran regresarán aquí sus rinonkón (almas), a la morada de los muertos (la cueva del guácharo) de donde serán enviadas a la oscuridad eterna por sus perversidades o a la inmortalidad de la luz por sus bondades”. La cueva del guácharo es un nicho mágico-religioso del pueblo chayma y por ello el icono de la caripería. Allí están los Imorones16 que juzgan a las rinonkón; allí moran los genios del agua (tuna kamarcon) que las bañan y las purifican y las colocan sobre la Ekeimá (gran serpiente de colores) que la lleva a la morada de Chotokonpiar (Chotokonpiar opatay apoto capó) y éste las entrega a Ziz, dios del pueblo Chayma que las convierte en calor y luz para que continúe la vida como un regalo del chayma inmortal a la perpetuación. Hijos únicos del único dios, somos del linaje divino y diseñados por Chotokonpiar, El Perfecto, somos de la estirpe de los inmortales porque somos habitantes de la luz. Nacimos en Karipe, el verdadero Edén, donde el hombre levanta las manos y le toca los dedos a Dios. Allí fuimos recreados y nos transmutaron de una horda transhumante en una nación de epónimos. Cuando faltan facultades para entender la grandeza, la ignorancia y la burla la convierten en mito. Del pueblo Chayma hay muchos mitos: Amanaroka, Cerro partido, Cuando los hombres no comían sal, El indígena que perdió el corazón, La culebra de Ipure.

16 Más bien imoronkon (envenenadores).

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Hoy, después de sortear un mundo de avatares, cargamos un tesoro incuantificable en nuestros pasos, cinco mil años de cultura vivida en nuestra memoria, la que nunca olvidaremos, Urekon Apai pra. Nos sembramos como la gran semilla en la tierra, en la cultura y en la historia: Monagas es tierra fundacionalmente Chayma; Chayma es la música tradicional de Monagas, bailes y danzas: La culebra, La babilla, El mono, La guabina; los grandes mitos, las leyendas, las tradiciones; Chayma fueron el indio Maturín, José Manuel Guanaguanay, la cacica Urimare, Chayma fue la primera tea que incendió el primer asentamiento que levantó el invasor en nuestra tierra y fue el pueblo Chayma el que inició y no sofrenó nunca la resistencia a ese invasor genocida. El 25 de mayo de 1813 cayó, en masa, la última tribu organizada (los Punceres), al lado de Manuel Piar, en Los Godos, defendiendo unas tierras que aún se mantienen en el despojo.17

17 León, Domingo Rogelio y Guilliani, Vidal (s/f). Monagas, Tierra Gloriosa.

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Chaima: Conversación Básica

EPRUEZEKON (Saludos)

Mapanokón ziz!: ¡Buenos días!

Mapanokon mamué!: ¡Buenas tardes!

Mapanokon kospay!: ¡Buenas noches!

Charpe ziz: ¡Feliz día!

Charpe mamué: ¡Feliz tarde!

Etika kamanay? ¿Cómo estás? ¿Cómo están?

Tenepenene: Bien

Tupuna ineney: Agradecido, ¡Gracias!

Panopi: Por nada

DESPEDIRSE

Ponatiche kokore: Hasta mañana

Ponatiche muenyao: Hasta pronto, ¡Adiós!; ¡Hasta luego!.

PRESENTARSE

Uyechet: Mi nombre es…

Anek eyechet? ¿Cuál es tu nombre?

Techek…: Su nombre…

FRASES

Ipuikapuek: Por favor

Uya-yurmá? ¿Me permite? / Permiso

Ina (Tb. Ache): Sí

Wache: No

Ure-etapra: No entiendo

Yawapra: No sé.

OTRAS PALABRAS:

Kaka (tb. Tektaón): Guácharo

Cheuta-yar: Cueva

Tektaón Cheuta-yar: Cueva del Guácharo. Tb. Kaká Cheuta-yar.

Inotan: Oscuro

Weyur: Luz, claridad

Weyurtop: Lámpara, linterna.

Ipunanepui! ¡Auxilio! ¡Ayuda!

FRASES Y EXPRESIONES VARIAS:

Pa-teweyepche: ¡Bienvenido(s)!

Ure choto chaima uaz: Soy indígena (persona) chaima

Amna chotokon Chaima: Somos el pueblo Chaima.

Enpatar rinonkon naz: Este es un lugar espiritual (sitio sagrado).

Kaka tonoro kospayón manay: El guácharo es un ave nocturna.

Chotokon Chaima akaramá euyankonpe: tupuna ineney

echewapuek!: El pueblo Chaima les da las gracias por su visita