Curso MAPAS 2010 - Material 1

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    Programa general del Curso MAPAS 2010

    Contenidos generales y ejes de abordaje

    Poltica = creacin

    Imaginar pensar en clave poltica (filosofa, conceptos, categoras). El Poder, la poltica y lo poltico. Caracterizacin de la etapa poltica contempornea en argentina y Amrica Latina. Actores mapas y conflictos/proyectos en la Argentina actual.

    Poltica = conflicto

    Democracia, distribucin, desarrollo, derechos: una visin poltica de la ciudadana y laaccin colectiva. Actores, conflictos y disputas.

    Accin colectiva y accin poltica. La construccin de hegemona: estrategias y herramientas. Articulacin. Organizacin, organizaciones y otras mediaciones de la accin poltica y colectiva Anlisis de conflictos y diseo de estrategias.

    Poltica = construccin

    La construccin de sentido y la construccin de poder. La poltica pblica como escenario de construccin poltica. Vida cotidiana, polticas pblicas y accin colectiva. De la incidencia a la implicacin poltica. La implicacin en clave de articulacin.

    Ejes transversales: pedagoga, poltica y proyecto

    Imaginar-instrumentar-intervenir-implicarse. Construccin de conocimientos, accin colectiva y articulacin. Conflicto, articulacin, estrategias.

    Orientaciones

    Diseo e implementacin de trayectos de formacin poltica

    Dinmicas de Articulacin de actores Intervencin en y desde polticas pblicas Capacidades dirigenciales y conduccin de procesos polticos y organizacionales

    Fechas de presenciales

    PRIMER ENCUENTRO: 3 y 4 DE SEPTIEMBRE de 2010 SEGUNDO ENCUENTRO: 1,2,3 DE OCTUBRE de 2010 TERCER ENCUENTRO: 2,3,4 DE DICIEMBRE de 2010

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    2. PEDAGOGA/POLTICA:

    Fundamentos y planteosHablar de poltica no siempre eshablar polticamente

    Es mucho ms fcil hablar de poltica que hablarpolticamente. Siempre ha sido as, y el momento quevivimos en Argentina pone de manifiesto con ms fuerzaesta diferencia.Al mismo tiempo hablar en poltica, justamente, implicamucho ms que hablar y una cualidad particular de lapalabra.Supone una posibilidad y una exigencia- no slo de

    actuar y de implicarse, sino, sobre todo y esto es loms difcil- de interrogarse, replantearse la propiaintervencin, el modo de responsabilzarse por el mundo yla historia propia y colectiva. Cosa que vale para losindividuos y para los agrupamientos e instituciones.Por eso, cuando hablamos de formacin poltica nosreferimos al ejercicio de generar conocimiento ysentido respecto de la dimensin poltica de lasprcticas de los actores y del tramado de prcticasque es la realidad. Pronunciar unas palabras quepermitan reconocer la trama de condiciones ydecisiones que construye el mundo.Es algo muy diferente a pensar sobre poltica aunqueevidentemente hay que pensar sobre. Es darle forma alsentido poltico de los conflictos que nos atraviesan ynos desafan. A cada cual y al conjunto.

    Diferenciamos la propuesta respecto a los proyectosllamados de formacin poltica que la toman como si fuerauna sub-rea ms, un tema que se agregara a lo social,lo cultural, lo econmico y lo poltico. La poltica no algoms, no es un subsector ms de la realidad de la: eslo que define lo dems y lo que decidela realidad.Este definir, decidir, sucede cuando la poltica se imagina,cuando se instrumenta y organiza y cuando se interviene.Formar (se) polticamente es dilucidar, cuestionar ytransformar lo que de conflicto y decisin tiene lo quellamamos realidad, incluyendo nuestra propiaidentidad y posicin.

    Ms que capacitacin

    La formacin poltica no es una mera capacitacin: no

    se trata de insertar unos contenidos, tampoco de unailustracin sobre temas, ni siquiera de laincorporacin de unas habilidades especficas. Noporque la poltica no comprenda un conjunto decontenidos y sus desarrollos o no haya que incorporarcompetencias especificas ms claramente deberamosdecir crearlas- a partir de una reflexin sobre lasexperiencias de otros y los legados que nos llegan. Sino,sobre todo, porque asumir la poltica supone unacuestin pedaggica, filosfica en ltima instancia, quetiene que ver con cmo se crea colectivamente historia -la historia- a partir de una herencia y cmo se genera elsentido poltico para la vida, para la prctica y para lasrealidades colectivas. Generacin de sentido quesiempre es una interrogacin, una toma de riesgo yuna confrontacin conflictiva y creativa con lo que

    viene dado.La poltica se aprende en la medida en que se vivencia, secomprende, se desea y se interacta en el proceso que la

    crea, y en la medida en que es posible pagar el costo desostener las propias certidumbres en el seno de losconflictos, reconociendo cmo estamos atravesados por elpoder. Y tambin, y sobe todo, en esas condiciones,cmo lo podemos ejercer.

    Ejercicio colectivo

    Enfocamos el tema de la formacin poltica, como elejercicio colectivo de darle forma a una mirada deresponsabilidad, conflicto y creacin para la accincolectiva.

    Por eso la poltica supone un tipo muy particular detransmisin: supone asumir y cuestionar lotransmitido, tomarlo en las propias manos, pronunciarse,pronunciarlo y, con decisin propia, actualizarlo.Esto tambin implica que slo muy parcialmente hayentrenamiento y que no se trata de meras tcnicas ode slo gestin.

    Intereses e historia

    Por otro lado, la formacin poltica no se limita a unacercamiento a versiones de la historia que resultenacordes a nuestros intereses: supone cuestionarnuestros intereses reexplictndolos, no dndolos porsupuestos, y en ese mismo movimiento, hacer la

    historia, hacerles su historia, reconocerse en unos yotra.Todo esto en la misma medida que se reconoce queintereses e historia constituyen ambos una tarea reflexiva y vital, prctica y riesgosa. Atravesados, unoy otra, por relaciones de fuerza y por decisiones deactores que nos interrogan, nos interpelan y nos implican.Delimitan un campo de fuerzas donde hay quepronunciarse, encontrarse con otros y tomardecisiones,As, formacin poltica supone un conocimiento que estade cara a, cuerpo a cuerpo, con una responsabilidad ticae histrica, mucho ms que una adscripcin aconvicciones, relatos, y certezas.

    La formacin poltica de regreso

    Actualmente, con mucha alegra y entusiasmo percibimosque se vuelve a hablar, en diferentes espacios sociales einstitucionales, de la necesidad de la formacin poltica, yque aparecen, de manera diversa, tambin dispersa,mltiples y valiosas iniciativas.Estos diferentes estilos, modos y matrices desde losque se proponen actualmente espacios de formacin en lopoltico los tomamos como puntos de partida, comoaportes, como interlocutores, y tambin comodestinatarios de una tensin: marcan tambin unhorizonte a desafiar, a interrogar, a mejorar. Estar a laaltura de las circunstancias polticas, y de las necesidadesprcticas, tericas, y organizativas de la formacin deactores. Supone para nosotros, muy especialmente,atender a la dimensin pedaggica no solo de la

    formacin, sino de manera particular, especfica,contuntende, de la poltica misma. Hay pedagoga enel corazn de la dinmica poltica y hay conflicto

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    pedaggico en el seno de las tensiones y practicaspolticas. Dilucidarlo, asumirlo intervenir en eseaspecto no es agregarle pedagoga (formacin) a la

    poltica, sino enfrentar y asumir una dinmica centralde la tarea poltica.

    Sumar y abrir

    La formacin suma actores a la poltica, al tiempo quetrabaja para preservar y potenciar el propio talante deinterrogacin, de riesgo y de trascendencia y tensincon cualquier disciplina y con cualquier doctrina otcnica que se proponga cerrar los horizontes de lareflexin y de la accin. Mantener las decisiones sobreun campo abierto de posibilidades, atisbar siempre laprovisoriedad de lo dado y disponerse de nuevo ahacer verdad colectiva con preguntas: esa esnuestra mirada sobre la pedagoga-poltica.

    Despus de un largo tiempo de saturacin detecnicismos y despolitizacin, de visiones oenegesitasde los social, de caridad , gerenciamiento y voluntarismo,vemos con alegra el regreso de los enfoques histricos,ideolgicos, posicionados, asumidos en el seno de lasluchas.Pero tambin vemos la necesidad de tomar una distanciay marcar una diferencia con los esquemas que muchasllevan a repetir consignas, y a quedarse en ellas, o quees encuadran en formulaciones ideolgicas ms o menosestandarizadas que proveen una seguridad a prueba detiempo y de novedad. O que trae al discurso ciertofolklore que, si bien parece ms politizado, no le hinca eldiente al punto donde justamente ingresar a unpensamiento poltico supone mirar lo ideolgico y todo lodado en el discurso- como algo a ser recreado en laprctica. Ah mismo donde la prctica es tiempo ycreacin. Donde el mundo, la vida y la historia sonpracticados en trminos de creacin. En sntesis:interrogados y decididos en el encuentro y elconflicto.As, vemos la necesidad salir de ciertas imgenescongeladas de lo que sera la formacin poltica envarias de sus versiones habituales.

    Riesgos y fronteras

    Desde ya, apartarnos de su versin ms civista, esdecir, esos planteos donde se proclama que formarsepolticamente es conocer la Constitucin, los derechos ylas leyes. Pero tambin, y esto nos resulta mucho masexigente, profundizar y estar atentos a los riesgos en el

    otro extremo, de tnica mas nacional y popular, quesupone una asuncin de esa tradicin, con una versinde la historia, con temticas valiosas y fundamentalesdesde la perspectiva democrtica y popular, pero que, enmuchos casos, pierden o desperdician algo de su valorporque la manera en que se las asume deriva encertezas cerradas y se enemistan con lainterrogacin. Dicho de otro modo: derivan en repeticin.No porque las certezas no sirvan - las referencias hacenfalta, y no somos posmodernos del todo vale o nadaqueda- sino porque cuando son cerradas dejan de serarticuladoras de conocimiento y, ms an, de unconocimiento poltico efectivo. Lo mismo vale para lasversiones de la historia, el imaginario sobre los frentes dedisputa, los actores, los estilos, las prcticas.De manera mas central, nos apartamos de una

    concepcin de la (formacin) poltica entendida comouna disciplina aparte de las dems o una subrea de larealidad, del conocimiento o de la accin social. Por el

    contrario, entendemos la poltica aquello que atraviesatodas las disciplinas, las trasciende mas bien lasdesborda- y hace ingresar en ellas un saber que es no

    disciplinado. Las interroga e interpela tambin de cara acontradicciones y tareas histricas concretas. Lejos de seruna subrea ms de la realidad, es la que define lasdems y lo dems. No es otro campo a conocer, sino unmodo de conocer e interrogar todos los campos, deindagar para decidir, de manera colectiva, y tambindesafiando el lazo que pretende pre-definir lo colectivo.

    Asombro y encuentros inesperados

    Otro rasgo distintivo de qu nos proponemos tiene que vercon una apuesta: la de cambiar, sorprendernos yapostar con otro tipo de interacciones y dilogospolticos y formativos. Y esto atravesando todos loscomponentes de estas interacciones: quienesparticipan y dialogan, los temas sobre los que versan

    las conversaciones, el modo de preguntase por ellos,las palabras con que nombrarlos, los lugares en losque hacerlos, los espacios-tiempos abordados en laconversacin y tambin los espacios-tiempos en losque se conversa. Todo esto de cara a que lasconsecuencias de esas interacciones, de los vnculosen que ellas se sostienen y a los que dan lugar,tambin puedan transformase.Es por esto que intentamos que la formacin poltica no

    sea solamente que los convencidos hablen de lo quetienen como seguro, ni que se encuentren siempre losmismos que piensan parecido para reforzar el modo enque llegan una y otra vez a las mismas conclusiones y, enltima instancia, a los mismos resultados, sino que Ese sino que es el desplazamiento bsico, deconocimiento y perspectiva, desde el que entendemos la

    formacin poltica en su vertiente pedaggica y en sumisma politicidad.

    Escala

    Plantearnos otras interacciones tambin pretendereconocer que la escala de los encuentros, de lamirada, de la accin y de los grupos y colectivos quese implican en la formacin poltica debe y puedeampliarse: a mas cantidad de personas y colectivos, amas espacios y tiempos en la trama social, a masinstituciones y organizaciones, con una mayordiversidad e intensidad de temas, de actores, deestrategias.As es que hay mucha geografa en nuestra mirada- y

    en gran medida a esto responde el nombre Mapas de estainiciativa - vamos relacionando los distintos estadios yescenarios, de cmo se despliega esa formacin poltica.Valoramos muy especialmente las interacciones con unamirada nacional, y los encuentros que ponen a dialogar apersonas de diferentes puntos del pas. Eso lo venimoshaciendo con nuestra experiencias anteriores, en elnoroeste argentino, de las escuelas de ciudadana queestn en 12 provincias y en el Colectivo Ciudadana, comoconjunto heterogneo de actores que piensa y vive elpas desde cada rincn, con su especificidad y suconnotacin diferente, pero a la bsqueda aquello quehace que la tarea poltica tenga una matriz y un horizonteindudablemente nacional. Desde ah mirar el conjunto yatreverse a andar en esa escala y tambin en otras:remontando a lo local y desplegando lo latinoamericano ylo local. Sobre todo, entendemos central esto despus detanto tiempo donde el mensaje dominante deca que sololo micro y lo local eran escalas apropiadas para actuar.

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    Planteo que no casualmente fue simultneo al reemplazode lo poltico por lo comunitario y lo tecnocrtico.

    Descentramiento y heterogeneidadLa mirada no-poltica siempre vuelve por sus fueros, yel animo de enfrentarla desde una apuesta de creatividadhay que reforzarlo conjugando voces y preguntas que seactivan mucho mejor cuando componemos esos conjuntosheterogneos, incluso inesperados, de actores. Ah es quevemos el sentido de construir movimiento popular, depueblo. O como algo que esta ah y hay que describir, sinocomo algo que hay que activar al actuar y preguntar yapostar. Lo mismo con nociones como derechos,desarrollo, democracia. Cmo se construyen conceptosque para nosotros son claves a la hora de jugar el partidoen las distintas responsabilidades que se asumen comoproyecto. Como historia.Lo mencionado respecto de la escala, tiene otras dos

    dimensiones: una, tiene que ver con el alcance y laapertura, supone y propone que la poltica es una

    cuestin abierta a todos. Y tambin la de romper loscircuitos cerrados, hacerla y proponerla en circuitosabiertos respetando y tambin interpelando

    especificidades, y volviendo a ellas slo una vez queabrimos el juego y la mirada en busca de unacomprensin abarcadora y articuladora de conflictosproyectos societales y histricos.En sntesis. Una concepcin de la formacin polticatendr que plantearse nocomo la transferencia de unsaber poltico, sino con la construccin colectiva deun conocimiento sobre lo colectivo, que interroga a locolectivo, que apunta a reformular ese lazo. Ah, enese camino que posibilita la reformulacin, que abreesa posibilidad, esta la pedagoga en su accin msntimamente poltica. Como un desafo deconstruccin colectiva de conocimiento que tambines una construccin conflictiva de conocimiento y unaconstruccin de conflictos colectivos. Un construirseah. Hacerse un lugar en ellos, y hacerle lugar, hacerlemundo, a la capacidad de tomar decisiones y apostara otra historia.

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    HEGEMONA COMPLEJA

    El ruido, las nueces y la eficaciaIntuiciones, punteo y compartida, pistas para la construccin de unahegemona compleja (frente, obviamente, a las tendencias inercias persistenciastentacin recada de construir una hegemona simple o sea ineficaz de corto plazo o menos llamando construccin de hegemona claro a la mera construccinpoltica de poder de lo colectivo con / desde toma de partidoEntonces: compleja y no complicada ni confusa aqu con complejo decimos queasume no la realidad sino lo real el real.Ms difcil: ms, por por cierto pero mejor. Sin duda.

    Autor: Nstor Borri

    Afirmaciones inicialesPara la construccin de una hegemona compleja

    1. Reconocimiento de la fragmentacin grave feroz profunda y persistente y adems y sobre todohecha carne: constituida no slo en dato objetivo Sino en lugar existencial masivo, asumido y vivenciadomolar y molecularmente La fragmentacin no como algo que pasa o nos pasa, sino como algo que se vive-es

    2. Asumir con crudeza la diferencia, la trascendencia y la suma persistencia de lo hegemnico respecto a lo

    solamente, meramente, ideolgico. O sea: no caer en la trampa de suponer que un cambio de discurso es uncambio poltico (por supuesto sin desmerecer para nada, todo lo contrario, el cambio de discurso) pero, pero,sabiendo que lo que vale es el discurso-tripa, entripado: el sentido de fondo. La ideologa es y acta en lasuperficie. La hegemona va-sucede en el fondo. De cada cual, de todos, del tiempo, del sentido, de la palabra.Ah donde la palabra es el aire que respira y el pulmn que oxigena.

    3. Ver, bancarse y desafiar mirando a los ojos el funcionamiento persistente, fluido, vivaz a susmodos, del sentido comn que podemos llamar neoliberal en su - positividad (y no considerarlo meramentecomo un desvo, una alienacin o una subconsciencia o un engao). No ver tanto ni slo lo que cubre, sino loque provee, canaliza, permite - productividad: ver lo que habilita, no slo lo que oprime - en su profundidad: noes mala conciencia, no es alienacin. Asume y comprende y responde a algo que, en un punto no en todo, noen todos los puntos de vista, pero s en ALGN es genuino. Por eso aunque claro no slo por eso triunfa o,mejor, es efectivo. - en su complejidad: no son meras zonceras. No son simplismos. Se trata de que elneoliberalismo perme, hegemoniz, lo simple. Eso es bien complejo. No subestimarlo. Ni subestimar el desafo

    de la propia tarea de confrontarlo, subordinarlo o reemplazarlo.4. Saber que no basta bajar los cuadros de los dictadores, enfrentar los poderes fcticos etc. Hay que ponercuadros con otras figuras en su lugar: reemplazarlos por otras representaciones que sostengan lo que ahse sostena. No es volver sobre lo mismo, sino evitar el regreso de lo mismo.

    5. Capilaridad, cotidianeidad, cercana, todos los das, necesidades simples, expectativas profanas: porah responder. En esos niveles. No slo, no tanto, grandes declamaciones.

    6. Repartir el placer, el reconocimiento, las expectativas-esperanzas (nada ms material y materialista yobjetivo que esto).

    7. Evitar lo lineal, la literalidad, las formas prosaicas de la lealtad. Abundan. Son inevitables quizs. Eso nolas hace menos insuficientes. Moderarlas. Tener, sobre todo, algo ms: la mayora esquiva y necesaria no seobtiene sin esos algo ms.

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    8. Contar con niveles y fuentes-repertorios variados y ampliados y ampliables de interpelacin dediversidad de sujetos. Para una revolucin francesa, como dijo alguien, hay que tener a los jacobinos y a losgirondinos... y a la plebe y dems.

    9. Ni meras tcticas, no slo grandes estrategias: con slo palabras esdrjulas o medidas agudas nobastara... los graves sin pesadez pero con gravedad, y los bajos continuos son fundamentales.

    10. No esperar al actor o al sujeto sea el pueblo, sea la ciudadana, sea la militancia, sea el movimiento,el campo popular o el que fuere como un dato constituido, un sujeto ya presente que sostendra elproyecto. Proyecto, interpelacin y sujeto/actor se constituyen por intervencin. No hay sujeto de la historia, haytarea en riesgo de interpelacin y apuesta que constituye, a lo mejor, sujetos.

    11. Tener frentes para la victoria, la derrota, el empate y otras variantes de la batalla, el juego o elbaile. Frentes, por lo dems, y retaguardias, y flancos, y capacidad de desarticularse incluso.

    12. Nada evita los costos de una construccin. No hay magia y sin embargo la magia que hiciera falta tienesus costos tambin. Pagarlos, cubrirlos: tener con qu. Producir ese valor. Crear es gratuito. Por eso, cuesta.

    1Fragmentacin

    Reconocimiento de la fragmentacin grave ferozprofunda y persistente y adems y sobre todohecha carne: constituida no slo en dato objetivosino en lugar existencial masivo, asumido yvivenciado molar y molecularmente La fragmentacinno como algo que pasa o nos pasa, sino como algoque se vive-es

    1.1. Por qu ser que hay tantos actores que, tratndosede fragmentacin, reproducen lo que combaten? (ej:

    muchas organizaciones... poca organizacin; "redes" quelegitiman la dispersin...)

    1.2. Qu necesitan los anlisis de la "fragmentacinpersistente"... para evitar la habitualmente tan rpidarecada en llamados a una unidad que despus no resultaefectiva, solo declamativa...

    1. 3. Cmo superar la trampa para la articulacinefectiva, que es la remanida idea de "trabajar en red"?

    1. 4. Cuanto nos falta para desterrar un concepto-coartadacomo el de "diversidad", que confunde perversamentediferencia con desigualdad...

    1. 5. Vale la pena leer, por ejemplo La desigualdad

    persistente de Charles Tilly, pero en clave de"fragmentacin persistente" (reseaaqu http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/509/50902415.p

    df). Ah se analizan los modos en que se reproduce ladesigualdad. Por analoga o usando eso como punto departida se puede quizs pensar la reproduccin de lafragmentacin.

    1. 6. La fragmentacin no se puede combatir con su meracondena. Hay que reconocer que "ofrece", que posibilita,que habilita la fragmentacin, a los que la viven, a los quela reproducen y a los que la practican. Y tambin, por esomismo, si se ha de ofrecer o pretender algn tipo dearticulacin o "unidad". Estas tendrn que ofrecer algomejor.

    1. 7. La fragmentacin no es ni puede ser consideradaslo una carencia o un desvo: ella es, a su manera, un

    modo de articulacin poltica, con efectividad y resultadospara arriba y para abajo.

    2Hegemona / Ideologa

    Asumir con crudeza la diferencia, la trascendencia y lasuma persistencia de lo hegemnico respecto a losolamente, meramente, ideolgico. O sea: no caer enla trampa de suponer que un cambio de discurso esun cambio poltico (por supuesto sin desmerecer paranada, todo lo contrario, el cambio de discurso) pero,pero, sabiendo que lo que vale es el discurso-tripa,entripado: el sentido de fondo. La ideologa es y actaen la superficie. La hegemona va-sucede en el fondo.De cada cual, de todos, del tiempo, del sentido, de lapalabra. Ah donde la palabra es el aire que respira y elpulmn que oxigena.

    2.1. El problema de muchos "militantes" buscando otrapalabra mejor, mientras usamos esta es que navegan enun mar de ideologa, que de tan extenso para acceder a la

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    profundidad de la hegemona, pero no.

    2. 2. Si est hecho de jerga de militancia, de consignas, de

    formulas altisonantes, es ideologa. Si est hecho deidioma cotidiano, es hegemona.

    2. 3. Si dialoga slo con los que estn dentro del "crculorojo" de los que se preocupan "explcitamente" por lapoltica y lo poltico, no llega a la hegemnico, que nofunciona all sino justamente ms all, en largo ms allque es el mundo real y la sociedad concreta fuera de esecrculo.

    2. 4. No quiere decir que no deba haber o que no sirva laideologa o lo ideolgico, al contrario. Le marca unoslmites. Y seala con alertas el momento donde laideologa es capaz de abrirse (o no) a lo cotidiano, a loque se piensa ms con el hgado que con el cerebro.(Como se dice desde los griegos y Platn afirmaba: "hayuna parte del alma que habita en torno al hgado". Si no seinterroga con el discurso esa parte del alma. Un proyectoo una propuesta poltica no se hacen carne.

    2. 5. Justamente esa parte del alma es la que procesa laenerga, la que disputa realizacin y potencia, laconcrecin, la llevada a la prctica. Por eso aquello demejor que decir es realizar no es un alarde depragmatismo sino, justamente, un llamado a unaconstruccin simblica y poltica de fondo.

    2.6. Claro que la distincin no es univoca ni rigurosa. Lasideologas son y estn atravesadas por hegemonas, sonhegemnicas, etc. Pero ac est hecha para pensar estacuestin de ir al fondo. En una sociedad, en la nuestra:qu es el fondo? Qu hay en el fondo? Dnde seanuda el sentido? Dnde se cuecen los juicios y lasconfianzas? Dnde lo que se suea y espera se vuelvedecisin y adhesin? SI la fragmentacin es como yadijimos: Cuntos "fondos" y cuntos accesos a ellos hayque tener?

    2. 7. El riesgo de hacer surf consignista, ideologista(idelogismo berreta, por decirlo de alguna manera) es unode los ms extendidos.

    2. 8. Sin embargo, ser superficial cala hondo (cfr. DeNarvaez) Cmo es que funciona eso? Cmo es que sedesactiva? Si la respuesta es concientizando", pareceuna mala respuesta.

    3Persistencias

    Ver, bancarse y desafiar mirando a los ojos elfuncionamiento persistente, fluido, vivaz a sumodos, del sentido comn que podemos llamarneoliberal en su - positividad (y no considerarlomeramente como un desvo, una alienacin o unasubconsciencia o un engao). No ver tanto ni slo loque cubre, sino lo que provee, canaliza, permite - suproductividad: ver lo que habilita, no slo lo queoprime - en su profundidad: no es mala conciencia, no

    es alienacin. Asume y comprende y responde a algoque, en un punto no en todo, no en todos los puntosde vista, pero s en ALGN es genuino. Por eso

    aunque claro no slo por eso triunfa o, mejor, esefectivo. - en su complejidad: no son meras zonceras.No son simplismos. Se trata de que el neoliberalismoperme, hegemoniz, lo simple. Eso es bien complejo.No subestimarlo. Ni subestimar el desafo de la propiatarea de confrontarlo, subordinarlo o reemplazarlo.

    3.1. En su positividad, es como deca Foucault que habaque analizar el gulag. No como una desviacin sinoconsiderando aquello que el sentido comn "neoliberal"habilita.

    3.2. Teniendo en cuenta, como en una meta-reflexin ouna supra-vigilancia epistemolgico-poltica, que asignarletoda la culpa al "neoliberalismo" como si este fueraomnipotente, es ms, como si este fuera un hecho, un"dado" y no una categora de anlisis, un constructo esparte de este universo de sentido comn, juega en lacancha que l mismo marca, aun pretendiendooponrsele. A veces, hablar de neoliberalismo, o sea,poner una etiqueta donde debera haber un anlisis, esreproducir esa parte de los roles que el

    neoliberalismo tiene reservado para sus... crticos.

    3. 3. Un ejemplo sobre este sentido comn persistente: noolvidar que el "que se vayan todos" ha perdidopredicadores pero no creyentes... Y que Neustadt muri,pero, simplemente, Doa Rosa no. Vive en el corazn? donde ms? de su pueblo?

    3. 4. Vale con esto pensar: hay un "pueblo" neoliberal, haylo neoliberal del pueblo, hay neoliberalismo popular...

    3.5. El miedo es la plaza pblica y la contraseaciudadana del neoliberalismo. EL miedo, el estar (ser)amenazados nos iguala. Nos hace parte de un colectivo.PERTENECER al colectivo de los amenazados. Miedo esciudadana.

    3.6. La felicidad y la libertad tienen color neoliberal. Anhoy. Y viceversa. Eso no se combate con charlas deNorberto Galasso (y eso que es un gran tipo, historiador ycuadro el hombre). Tampoco con citas de EduardoGaleano, ni de Jauretche. Una pena pero es as. Dirnmuchos: pero las necesitamos por esto, esto y esto.Condicin necesaria, es cierto. Pero siempre y cuandopactemos que NO SUFICIENTE...

    3.7. Una Doa Rosa se combate con otra Doa.

    3.8. No hay manera de entrar en la batalla del sentidocomn sin intervenir "manipulando" versiones de larealidad. Por otro lado, al mismo tiempo, la manipulacines una utopa del poder concentrado. Ms un deseo deese lado que una realidad. La primera afirmacin y estaparecen contradictorias. Pero en una y otra "manipulacin"tienen un matiz de diferencia tal, que permite lacoherencia de la frase. Descubrir ese matiz en elsignificado y la prctica de manipulacin, es una tarea,un criterio y una capacidad poltica fundamental.

    3.9. Que bistures llevaron el paradigma neoliberal a la"tripa, al tutano de lo popular? Cules operaciones?Hacer ese ejercicio genealgico o, tambin, esa mirada de

    "ingeniera inversa" (o sea: viendo el producto-resultadodeducir el procedimiento, las partes y el diseo). Sobreeso hay que investigar. Y tambin aprender.

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    3.10 Noites de norte, cantada por Caetano Veloso : Unejemplo del comn sentido, pero tomado de Brasil. "la

    esclavitud permanecer por mucho tiempo como lacaracterstica nacional de Brasil. Ella esparci pornuestras grandes soledades, una gran suavidad..." Aquabajo la letra completa:

    "A escravido permanecer por muito tempo como acaracterstica nacional do Brasil. Ela espalhou por nossasvastas solides uma grande suavidade; seu contato foi aprimeira forma que recebeu a natureza virgem do pas, efoi a que ele guardou; ela povoou-o como se fosse umareligio natural e viva, com os seus mitos, suas legendas,seus encantamentos; insuflou-lhe sua alma infantil, suastristezas sem pesar, suas lgrimas sem amargor, seusilncio sem concentrao, suas alegrias sem causa, suafelicidade sem dia seguinte... ela o suspiro indefinvelque exalam ao luar as nossas noites do norte."

    4Pueblo donde est

    Vale pensar: hay un "pueblo" neoliberal, hay loneoliberal del pueblo, hay neoliberalismo popular...

    4.1. Ms all de lo que se pueda pensar y lo que se vayaen un juego de palabras, ante todo: desestimar todamirada esencialista respecto al pueblo. Incluido, si lohubiera, un "esencialismo constructivista"

    4.2. Si el anlisis es ambicioso en las metas y encomiableen las posiciones, pero le suma a esto una lgica "WaltDisney" a la hora de comprender los actores y su carcter,la ambicin se vuelve programa de frustracin; las metas,utopas - en el peor de los sentidos y en el peor de losfuncionamientos de "utopa" - y las posiciones sevuelven o bien coartadas, o bien disparates.

    4.3 La lgica Walt Disney (o de buenos y malos, yasegurado happy end para los que eran buenos alprincipio) es un momentum- pedaggico, poltico e inclusoestratgico- de todo proceso de politizacin. Punto departida o de pasaje en todo caso. El problema es cuandoimpregna toda la dinmica de comprensin, de motivaciny de intervencin.

    4.4. Slo porque puede constituirse tambin en neoliberal- o, ms ampliamente, en otra cosa que el relato simplistaespera de l, dibujndolo para siempre- es que vale lapena pensar-construir-desafiar a un actor llamado pueblo.

    4.5. Lo nuevo y la libertad (y ms aun el deseo delibertad): dos operadores, dos prospectores y dos

    significantes centrales de lo popular contemporneo quefueron casi perfectamente hegemonizados por el

    neoliberalismo (ms aun, el neoliberalismo no lo hizo, sinoque result de esa hegemonizacion)4.6. Si no se asume el talante neoliberal del pueblo y el

    carcter popular del neoliberalismo, suspendiendo aunquesea por un momento - por un buen momento- lashiptesis de alienacin, de manipulacin, de enemigoexterno, de la "maldad" del sistema etc., es muy difcil quecualquier cosa que se quiera construir o proponer en sulugar vaya a tener alguna viabilidad poltica real.

    4.7. Lo publico neoliberal, lo colectivo neoliberal,lo nacional neoliberal, lo democrtico neoliberal: grilla debsqueda para reconocer uno de os artefactos polticosms admirables que se hubieran visto. Para destruirlo, siacaso se puede, para que valga la pena hacer el intento,primero hay que ad-mirarlo.

    Y diseccionarlo: ver la "caja negra" del NL por dentro.(Quizs nos encontremos sobre todo a nosotros, y anuestras ganas de que las cosas sean menos difciles detransformar)

    4.8. Eventualmente, probablemente, el mejor ejerciciopara comprender el neoliberalismo es obligarse a pensarsin el uso del trmino. Porque cuando el lxico se vuelve

    jerga, no dice: clausura. Da coartada. Reproduce la inerciade la misma significacin.

    4.9. La propuesta o la tarea de pensar un contra-neoliberalismo es no slo simtrica, sino casiseguramente funcional a reproducir la lgica neoliberal.(Smil a lo que pasa con el llamado "alter mundialismo":luces de colores, quizs simpticas, pero en un punto,nuevamente inofensivas. Sin despreciar)

    4.10. Tiene sus plazas, sus lderes, su folklore, suidentidad, sus races y raigambre, sus patas en la fuente:el pueblo neoliberal es pueblo con todas las letras

    4.11 La distincin clase media-clases populares es tanineludible como insuficiente, casi siempre. La valoracinque se hace de una y otra, es mistificada, casi siempre(ms: prcticamente siempre) Puede tratarse slo de unamatriz insuficiente, y al mismo tiempo es ineludible. (Loineludible insuficiente es condicin de lo indito viable, a lomejor)

    4. 12. No se puede realizar ningn cambio polticoefectivo sin promover un "juicio" en un conjunto desujetos. El poder es un juicio. Procede entonces - tarde otemprano, de una manera o de otra- por conversacin.Para conversar con alguien, algo de su idioma hay que

    comprender. Hablar en neoliberal, aunque sea en unpunto, es parte de toda construccin que desafe demanera efectiva el NL (remitirse en esto ltimo al punto 7de esta parte...).

    5Cuadros

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    Saber que no basta bajar los cuadros de losdictadores, enfrentar los poderes fcticos etc. Hay queponer cuadros con otras figuras en su

    lugar: reemplazarlos por otras representaciones quesostengan lo que ah se sostena. No es volver sobrelo mismo, sino evitar el regreso de lo mismo.

    5.1. Y es que quizs, este "bajar los cuadros" y elenfrentamiento de los poderes fcticos (la iglesia, el FMI,los medios de comunicacin y, de manera emblemtica, lacorporacin militar, entre otros) es quizs uno de losmayores factores de generacin de entusiasmo poltico delgobierno actual. Y marcan adems, en tanto tales, elingreso a la arena poltica y una rearticulacin de sectoresque estaban perifricos o dispersos. Por eso analizar estevalor y sus lmites es central para no desperdiciar lafecundidad y la transcendencia poltica del momento quevivimos.

    5.2. Dos ejes: los poderes fcticos, y la estrategia de "bajar sus cuadros". Con tres consecuencias: factor de,actores y reinsercin de sujetos y riesgo de no ver loslmites. El entusiasmo: quizs lo ms parecido que hemosvivido al entusiasmo "kantiano" de la llamada Primaverademocrtica del 85 y ss. (Un artculo en la revista gora dehace como 20 aos hablada de esto Los actores: elentusiasmo generado por los gestos genera los actores, oen qu medida los actores deben proveer y sostener elentusiasmo? Dicho de otro modo: como ver el entusiasmopoltico como algo a producir al mismo tiempo que escondicin de produccin de hechos polticos. Cmo segestiona o, mejor, como se articula el (un) entusiasmo?(hay un excelente post de Lucas Carrasco relacionado conesto, ac )

    5.3. Respecto a los actores que convoca el entusiasmo,que calidad de entusiasmo - en qu se sostiene, que lodesata, como adquiere sentido y consecuencias, como serelaciona con construcciones y capacidades- ... revisarsobre todo el hecho, ya sealado en varios de los ltimosanlisis de Mario Wainfeld respecto al proceso por el cualel kichnerismo cambio una adhesin social general, altaen cantidad pero difusa en identidad, por una adhesinfervorosa de "militantes", aguerridos pero... pocos.Entusiasmo y adhesin ciudadana, entusiasmo y adhesinmilitante, entusiasmo y adhesin poltica sustentable en eltiempo. Mapear esto y ver qu puede hacer uno alrespecto.

    5.4. Respecto a los valores y lmites de bajar cuadros: elvalor supremo del gesto, pero la realidad de que losgestos emblema deben ir acompaados de emblemas

    durables, que, en este momento, probablemente debensostenerse ms desde la gestin y la poltica pblica quedesde la tensin de la tribuna poltica.

    5.5. La necesidad imperiosa de que cuadros...tiene quehaber. Tomando el gran gesto de bajar el cuadro deVidela, y lo que implica, la pregunta es bastan con dejarel espacio vaco? Cul es el otro cuadro puesto all? Unaprimera respuesta, correcta y que por suerte est: esta lapoltica de derechos humanos, y las madres y abuelas.Correcto. Fundamental. La otra sera la gran gestin deNIlda Garr en el ministerio de Defensa - sin duda y seacerca ms aun a lo que queremos plantear. Que es esto:de todas maneras: en las fuerzas armadas, en la Iglesia,en los medios mismos, el conjunto de la sociedad procesa,porque deposita, ideas, identificaciones y expectativas

    que hay que sostener y direccionar desde otros cuadros ysmbolos que lo sostengan: desde la idea de patria, la ideade seguridad, la idea de trascendencia... con que

    cuadros contamos para sostener eso de modo tal quecoadyuve a un proyecto democrtico y distributivo,

    popular, etc.? ( y aqu "cuadros" en los dos sentidos de

    "cuadros"...)5.6. En nuestra cultura y repertorio poltico hay muchoselementos para lo que persiste (compaeros !presentes!,el peronismo, el "proyecto nacional", las "banderas" ) ypara lo que vuelve (ms o menos lo mismo: el pueblo, elperonismo, todo lo que estando de regreso, ha de ser"millones" Siendo as el repertorio, se hace quizsimportante preguntarse, mas all de lo que persiste y loque vuelve, que se puede hacer, qu se necesita hacer nocon eso sino con "lo que viene" . (Acaso estar atentos aque las grandes creaciones polticas que adquieren talantede persistencia y retorno, fueron creadas desde unamirada muy sagaz y creativa sobre lo que vena, llegaba,todava no tena lugar)

    5.7. La misma alerta y la misma invitacin vale ante laconciencia de que hay mucha tela y mucha vocacinpor la impugnacin en todo el arco de la cultura polticaargentina (en el arco "sincrnico", de izquierda a derecha,y sobre todo a izquierda, y en el arco diacrnico, delabstencionismo radical al "que se vayan todos") Por eso...hay que subir cuadros, saber subir, cuidar donde se ponenlos bajados, tener cuadros para ser subidos....

    6Placer

    Repartir el placer, el reconocimiento, las expectativas-esperanzas (nada ms material y materialista y objetivoque esto)

    6.1. El placer, en trminos contemporneos se llamabsicamente consumo. Por lo menos parece ser su nico

    nombre ms o menos universal y "transclasista". Si todaconstruccin poltica supone unidades bsicas, quizsvale pensar en lo bsico de la unidad, por lo tanto, en esoms o menos universal. Consumo es inclusin. Placer yconsumo son malas palabras para los puritanismos deizquierda a derecha. En cierto punto, inclusin tambin.

    6.2. El reconocimiento. Cmo y dnde se reparte. En eldiscurso. En los encuentros. A nivel de la gestin y laconstruccin poltica, compartiendo el capital poltico.Un lmite importante ac. Vale entre dirigentes y dirigidos.Entre sectores provenientes de tradiciones polticasdiferentes. Entre sectores organizados y militantes y"gente comn". Cmo se reparte el reconocimiento enesos circuitos?

    6.3. La distribucin de las polticas y de sus recursos yresultados son la base de la distribucin delreconocimiento. Pero no lo realizan si no van

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    acompaadas de conversaciones apropiadas, de diferentenivel de agregacin, escala y mediacin. Hay un trabajoque hacer ac: va de la estrategia comunicaciones y de

    visibilidad hasta el aprovechamiento de todas lasinteracciones politizables en trminos de seroportunidades de "gestos de reconocimiento".

    6.4. Las expectativas y esperanzas: con sus soportesmateriales: desde el crdito al trabajo estable o lasposibilidades de consumo. Llegar a fin de mes (el hechomismo de que tenga sentido la expresin "fin de mes", osea, existencia del salario o sus sucedneos... unapuntuacin del tiempo). Expresiones del confiar. Poderprever. Son un bien frgil.

    6.5. Proponer la esperanza sin atender a lasexpectativas nos lleva aun utopismo (muchas vecesarcaico, que cuenta el futuro como el regreso de unpasado glorioso). Las expectativas son ampliamentefragmentarias en una sociedad como la nuestra. Salvoexcepciones sobre hechos y punto concretos que sonpocos. La seguridad y el ya mencionado consumo.Quizs, a nivel de los sectores populares ms pobres,ninguna expectativa es tan grande como sacar adelante alos hijos (proletariado al fin). La AUH impacta en eso (conlas conversaciones apropiadas sealadas en 6.3.)

    6.6. Los medios audiovisuales son los grandesadministradores del placer y la fiesta.

    6.7. La fiesta es el hecho catalizador del placer , elreconocimiento, las expectativas y la esperanza. Unapoltica pblica de fiesta, unas estrategias de festejoen la construccin poltica: indispensables. Delicadascomo cuestin y exigentes en su diseo.

    6.8. Placer, reconocimiento, esperanza, expectativa. Lapregunta que est detrs de todos ellos es: qupuedo esperar? En gran medida las preguntas - y lasrespuestas, por lo tanto- polticas fundamentales, tienenesta pregunta bsica por detrs.

    6.9. El placer y la expectativa, la fiesta comomomento, distorsionan y califican el tiempo.Manifiestan en el presente patrones de expectativas - ypor lo tanto de accin- gestados en el pasado, y re-presentan un futuro plausible o deseado. Placer e historia,historia y accin/construccin poltica, poltica y placer. Esla contracara de la poltica como lucha.

    6.10 Una construccin de hegemona disfrutable, en suconstruccin y su realizacin: la construccin y la

    hegemona. Como tarea. Y como fiesta. Es la mismalucha.

    7Lineal, literal, leal

    Evitar lo lineal, la literalidad, las formas prosaicas dela lealtad. Abundan. Son inevitables quizs. Eso no las

    hace menos insuficientes. Moderarlas. Tener, sobretodo, algo ms: la mayora esquiva y necesaria no seobtiene sin esos algo ms.

    7.1. Lineal: lo contrario de complejo. Pero lo peores incompatible con lo real. La diferencia entreprograma y estrategia. Programa reproduce siempre elmismo algoritmo de conducta. Estrategia percibe y a partirde eso cambia. No slo eso: cambia tambin lapercepcin que desencadena el cambio. (Ver, porejemplo, el desarrollo sencillo de esto que hace EdgarMorn en "El pensamiento Complejo")

    7.2. La mirada "ilustrada" tiende a lo lineal: para lacomprensin, para la accin, para la evaluacin de laaccin. En poltica: para el anlisis de los actores, para ladescripcin de las motivaciones, para la intervencin en laarena social y poltica. Las corrientes populistas, hantrabajado ms y eventualmente mejor la complejidadopuesta a la linealidad.

    7.3. El militante es lineal el poltico complejo? La miradasocial es lineal la interrogacin poltica es compleja? Lateora es lineal la prctica compleja? La realidad es lineallo real es complejo? Puede ser. Pero no se trata devaloracin simple de unos y otros trminos. O sea: evitarlo lineal, pero necesitamos lneas de acceso a lapoltica, la prctica, lo (el) real...

    7.4. Literalidad. En el discurso y la comprensin, en elrepertorio y la interpelacin. En el discurso,la consigna. En l la comprensin, los esquemas (sobretodo los que asignan racionalidades, los que calificanactores y marcan la frontera amigo enemigo, en ladescripcin de las prcticas) En el repertorio: literalidad,por ejemplo, de las citas y referencias. Ejemplo concreto:no se trata tanto de ser "los herederos de x", sino de hacerlo que hizo x: hacerse cargo de la herencia no esdeclararse herederos. Por lo menos no basta.

    7.5. Evitar la literalidad es asumir con toda la fuerza y lafecundidad el doble (y tambin el triple y el cudruple)discurso. Si las cosas significan solo lo que dicen, sealde que alguien enloqueci. Y si alguien hace una prcticapoltica con un discurso unvoco - en el tiempo, frente a losactores, etc.- es que en realidad est haciendo otracosa. Probablemente afirmacin ideolgica, quieneventualmente ser, adems loable, pero no estarhaciendo poltica, construyendo hegemona.

    7.6. Slo en la ambigedad sucede eso llamadopoltica. Solo en la aceptacin de la ambigedad seconstruye algo que merezca ser llamado hegemona. Essu materia primera y a la vez su condicin. Tambin en loque refiere a sus resultados. En ese sentido, y siguiendoun poco a Badiou, se puede rastrear la no literalidad comoeje en el amor, en el arte, en la ciencia, y en la poltica. Osea, en todos los dominios donde, segn l, puedesuceder una verdad. Para quienes no logran disfrutar laambigedad en poltica, un ejercicio puede ser reconoceren qu medida y por qu s la disfrutan en los otrosdominios. Y ms an, que es lo que hace insoportable einviable la experiencia en esos dominios sin laambigedad.

    7.7. Lealtad: los circuitos, los formatos, los vasoscomunicantes y los caminos de ida y vuelta por donde vany vienen las relaciones de poder. Un liderazgo poltico,

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    una capacidad de hegemonizar, un conjunto de valores ode significaciones, slo pueden "ser hegemona"sidejan circular con complejidad - y con cierto caos- la

    lealtad.7.8. En construccin poltica, supone una maneraparticular de compartir el capital poltico, de dejar hacer,de significar la libertad de los otros. Una cesin reciprocade autonomas para lograr grados mayores y calidadesmejores de libertad.

    7.9. La mirada simplista sobre la lealtad es simtrica ysinnima de las miradas simplistas - y en general conmejor prensa- de la autonoma.

    8Repertorio

    Contar con niveles y fuentes-repertorios variados yampliados y ampliables de interpelacin de diversidad

    de sujetos. Para una revolucin francesa, como dijoalguien, hay que tener a los jacobinos y a losgirondinos... y a la plebe y dems.

    8.1 Repertorios a atender: los provenientes delas demandas de movimientos sociales los ltimos aos(el caso paradigmtico: derechos humanos)...

    8.2. Los provenientes de diferentes etapas histricas ysus respectivas consignas que cifran ya sea la culturapoltica, lo la sociedad imaginada y/o vivida entonces. Enel gobierno actual funcionan cuatro repertorios centrales:el que tiene como fuente el primer peronismo, el delllamado setentismo, la crtica de los 90 y lasimpugnaciones y frustraciones en torno al 2001.

    8.3. En uno y otros, es posible ver para qu alcanzan, queno es poco. Pero en ese mismo momento percibir aquelloque no llega a interpelarse con ese conjunto derepertorios.

    8.4. La composicin de un repertorio poltico tendrprobablemente sus analogas con los procedimientos deun repertorio artstico. Por eso la foto que acompaaeste texto. Algo hay para pensar en un caso paradigmticode artista que se vuelve efectivamente popular (y que porla inversa constituye algo relevante del y en el repertoriopopular - en este caso el cancionero- y del pueblo mismoque es fuente, portador, usuario y destinatario de eserepertorio). Otra vez ac, hacemos abuso de losdesplazamientos y eventuales riesgos que nos permitentomar al arte, la ciencia, el amor y la poltica como loscuatro dominios donde puede irrumpir una verdad (o sea,Badiou).

    8.5. No est de ms, en esta referencia al concepto de

    repertorio, que aqu se centra en los smbolos -en lamateria prima para la interpelacin poltica- recordar quela nocin de repertorio de Merleau Ponty hace referencia

    de manera particular a un repertorio perceptivo-motor(desplazndose otra vez, desprolijamente acaso: qu eslo perceptivo-motor en los actores polticos o en losprocesos de politizacin)

    9Bajo continuo

    Ni meras tcticas, ni slo grandes estrategias: conslo palabras esdrjulas o medidas agudas nobastara... los graves sin pesadez pero con gravedad,y los bajos continuos, son fundamentales.

    9.1. Analoga con la msica. Van varias en esta serie.Ser porque la msica es tiempo. (cfr. Castoriadis, lahistoria como auto institucin del tiempo, como autoalteracin, etc.)

    (http://www.magma-net.com.ar/Textos.htm)

    9.2. El bajo continuo es a la msica lo que x es a lapoltica. Caractersticas: sostn, continuidad, etc. De laesttica a la tica y de la tica a la poltica, y tambin porel camino inverso, se pueden desarrollar las analogas.Despejar o acercarse a "x".

    9.3 Tctica y estrategia cruzan ideologa y poltica en uncuadro de doble entrada, adems de las posibles

    correspondencia de los pares ideologa/tctica,hegemona/ estrategia. Aunque no se corresponden, enverdad, del todo. Vale sin embargo, como grilla debsqueda.

    9.4. Como cuando se plantea " el verdadero cambio ha deser cultural". Ah se hace referencia a algo de esto. Peroresulta, tambin y como deca socarronamente DeCerteau, " cuando un funcionario dice que el cambio ha deser cultural, no espera en realidad comprometerse con

    ningn cambio..." (cita fiel no textual...)

    9.5. Otro camino de acercamiento entre construccinpoltica y construccin musical, en Agamben, "El reino y lagloria". Los himnos como "materia" del poder.... Verac http://www.diarioperfil.com.ar/edimp/0321/articulo.php

    ?art=11611&ed=0321, yac http://diegobenti.blogspot.com/2008_08_01_archive.html)

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    9.6 Si las palabras son esdrjulas, las medidas sonagudas, las graves.... x. Despejar x en la serie.

    10Sujeto sujeto

    No esperar al actor o al sujeto sea el pueblo, sea laciudadana, sea la militancia, sea el movimiento, lagente, la sociedad, el electorado, los ciudadanos, elcampo popular o el que fuere como un datoconstituido, un sujeto ya presente que sostendra elproyecto. Proyecto, interpelacin y sujeto/actor seconstituyen por intervencin. No hay sujeto de lahistoria, hay tarea en riesgo de interpelacin y apuestaque constituye, a lo mejor, sujetos.

    10.1. Ser, en primer lugar, que "lo que se puedeesperar" es central para pensar la tarea poltico-constructiva. O el nervio de toda tarea. O de cualquiercosa en tanto tarea. O lo que marca el lmite de cuantopuede ser tarea en un mbito.

    10.2. El contorno del conjunto de lo que (no) se puedeesperar, dibuja las subjetividades polticas colectivase individuales. El imaginario sobre la tarea poltica estabarrotado de mecanismos -- iconos, emblemas,argumentos - despolitizantes: la utopa, el modelo, elproyecto, el pueblo. Todo aquello que, al menor descuido,se empieza a escribir con mayscula. Paralizado, secadoen tanto esencia, lo que debe ser accin, disputa, tarea alfin.

    10.3 Ante el reclamo por un proyecto "de gobierno" ode pas que sea claro, adems de preguntarse cul es elgrado de claridad que se esperara realmente ( a quindebera dejar tranquilo un equis grado de explicitacin?),lo que cabe plantearse es que difcilmente un gobiernopueda plantear un proyecto si no se constituye el bloquehistrico, la alianza socia que habra de sostenerlo.(Teniendo en cuenta la tensin que esta afirmacin tienecon el pinto 10.1: al reconocerla, vemos que aqu hay unindecidibile...)

    10. 4 No se trata tanto de tener sujetos a mano sinode man-tener abiertos los conflictos donde es posibleque se constituyan sujetos y subjetividades. Sujetacionesen conflictos. Fecundas de cara a un horizonte deigualdad. La libertad es indicador de esa apertura efectiva.

    10.5 Como canal-criterio: la tarea de sostener a la vez lacontinuidad y la reformulacin de una interpelacin y

    una interrogacin permanentes a un conjunto de actores.Palabras sobre acciones y acciones sobre la palabra.Acciones que aun no tienen nombre y nombres que aun

    no denominan actores.10.6. Tarea-en-riesgo. La no-garanta es el humus de laaccin poltica, o, mejor, de la politicidad de lasacciones.

    10.7. Todos los nombres de la garanta, en un punto,atentan contra la poltica. Seguridad, certeza, proyecto,modelo, acuerdo, consenso - unanimidad. Y en algnpunto, hasta "dilogo" est en un borde peligroso. Porquesin "dibolo", sin lo que separa, no hay historia, nada tieneorigen. La poltica es un pecado original, como, por otrolado, slo pueden ser los pecados efectivos: originales,dan origen, sacan del paraso de lo esttico, del tero delo ya realizado.

    10.8. Y sin embargo, algo de la confianza es pariente dela garanta, al tiempo que son definitivamenteheterogneas de cara a la construccin poltica.Navegar esa heterogeneidad es hacer poltica, es sucomplejidad propia. Y su gracia.

    10. 9. Tarea en riesgo: sinnimo de articulacin.

    11Baila, juega, batalla

    Tener frentes para la victoria, la derrota, el empate yotras variantes de la batalla, el juego o elbaile. Frentes, por lo dems, y retaguardias, y flancos,y capacidad de desarticularse incluso.

    11.1. Las metforas que organizan el sentido de ladinmica - el enfrentamiento- poltico condicionan losmodos de intervenir y actuar en ella. Por eso la metforacentral propuesta por los poderes concentrados tienen quever con las esferas, el bien comn y la transparencia: laperfeccin, lo ya determinado y lo no mediado. Por lotanto, la no-poltica, lo no-real y, como consecuencia, la noaccin, la no-posibilidad de actuar e intervenir.

    11.2. Batalla, juego y baile: frentes, jugadas, pasos. Decada una de estas tras metforas del campo deintervencin poltica se pueden activar y optimizar,performativamente, rumbos, estrategias gestos y planesde accin (como se ver, el hecho de sealar "rumbos",etc... tambin est determinado por la metfora que actadefiniendo el campo.La violencia, lo agnico, la seduccin, las reglas, elcuerpo, la habilidad, lo inesperado, la pasin, lo quesucede entre las partes (enemigos, partenaires,adversarios, participantes...): todo aparece marcado por

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    las imaginaciones y las formas involucradas al pensardonde sucede la poltica.

    11.3. Quin es el sujeto que gana y pierde, en los frentespara la victoria? Que significa pensar el Frente, losFrentes, el frente, los frentes, en singular y plural, conmayscula y minscula: o sea como nombre propio yactor explicito y/o como una dinmica-fenmeno socialms amplio? Un "Frente para la Victoria" expresa unosfrentes "societales" o, por el contrario, frentes sociales sonconstituidos por los rganos polticos especficos? Cmose vincula, ya no lo poltico con lo social sino, ms bien, laaccin poltica con la accin colectiva, la poltica -explcita,eventual, lacunar- con lo poltico- implcito, estructural yconstitutivo?

    11.4. Las largas y amplias metforas del, la guerra y elcirco: la arena poltica, el circo que es un crculo, ladramatizacin de un campo de batalla. Pan y circo: nodesviacin, sino constitutivos del campo poltico. Metforainsuficiente pero inevitable, por lo tanto, a asumir yrecrear.

    11.5. Bloque histrico, frente de partidos, frente demasas, partidos catch all , movimiento nacional y popular,campo popular, organizaciones sociales y estado,organizaciones sociales +estado, movimientos sociales...nombres que tientan , ta(len)tean un actor amplio, unactor-resultado-de-articulacin..

    11.6. La forma partido est siempre presente en laconstruccin poltica. Como plante Gramsci, la asuma unpartido poltico o la asuma la prensa. La forma partido, loque media la toma de partido, lo que constituye la y laspartes. Frente a la fantasa irreal del todo, la mirada lcidasobre la forma-partido y sobre el partido de las formas.

    11.7. Imaginar las formas en que y por las que seconstituye un actor popular hoy en da: traerlas a la luz,con-crearlas en lo colectivo. Para dar batalla, estar en elbaile, jugar el juego.

    11.8. Es obvio que una construccin electoral debe estardiseada, animada y encaminada para ganar, para lavictoria. No quita que, por un lado, la victoria es msqueganar y, por otro que hay que hacer frente tambin a laposibilidad real de perder, de la derrota. En y ms all delo electoral.

    11.9. El Frete para la Victoria partido, tiene su correlato enal frente (para la victoria) a nivel societal-popular que losostiene o que debe "interpelar- producir. En esa brecha

    de juega el partido, se despliega la batalla, y en esacadencia seduce el baile, que sigue y sigue, al compas deltiempo y del cuerpo que hay que poner.

    12Costos

    Nada evita los costos de una construccin. No haymagia y sin embargo la magia que hiciera falta tienesus costos tambin. Pagarlos, cubrirlos: tener con

    qu. Producir ese valor. Crear es gratuito. Por eso,cuesta.

    12.1. La construccin tiene costos. Precio incluso. Hayque saldarlos, pagarlos. Un costo es el tiempo. Quizs,fundamentalmente, el tiempo que se tarde en digerir ydeshacerse del miedo. Puede verse nuestra historia con eltempo el biorritmo en el cual los sectores popularesprocesan el miedo. Un costo: el tiempo que se tarda enperder el miedo a ser felices.

    12.2. Costos tambin educativos, costos de liderazgo,costos de construccin de elites y conducciones. Costosconcretos que se cubre produciendo el capital poltico, lacapacidad histrica que hace falta para cubrirlo.

    12.3. Costos tambin biogrficos, de apuestas deindividuos y colectivos singulares que, sin garantainvierten en la creacin colectiva. Vivir slo cuesta vida.Nada menos.

    12.4. La construccin tiene costos, vale fuerza. Lacreacin es gratuita: riesgo, con lleva apuesta. Laconstruccin consistente, la creacin efectiva de unahegemona supone suponen no slo la complejidad de losconflictos, sino tambin, en el punto donde hay queasumirla desde la praxis concreta, los conflictos de lacomplejidad. No como gesto que evade lo concreto conexplicaciones interminables, sino como intervencin queasume con rigurosidad la dinmica honda de la vida y dela historia, y la intensidad de las invitaciones del tiempo.

    12.5. La fantasa de una hegemona simple es funcional ala perpetuacin de la hegemona de los poderesconcentrados. La inercia de muchas prcticas se vedesafiada en este tiempo por el hecho de que muchossujetos que vean la poltica desde lejos, al estado comoenemigo y a los polticos como la cusa de sus males, seasoman, tmidamente quizs, pero viendo con sus propiosojos, no ya el cuadro que de la poltica pinta el imaginariodominante, sino la escena donde ellos mismos pueden,limitadamente y si se animan, intervenir.

    12.6. En ese momento, vuelve la tentacin de las certezascongeladas, por izquierda y derecha, propias e impuestas.Una responsabilidad tanto poltica como pedaggica, enese momento donde la tentacin es volver al infantilismoanti poltico, es acompaar el paso con palabras ypreguntas, con encuentros y comprensiones que,

    confiando en la capacidad de los sujetos para hacerhistoria, los ponga frente a su propia posibilidad deencontrarse con otros para decidir e intervenir.

    12.7. Entonces, algo del costo poltico se cubre conesfuerzo pedaggico, con reflexin en ltima instanciafilosfica, con intensidad creativa, con rigurosidad deconocimiento. Accin poltica y tarea pedaggica, amorpedaggico y pasin poltica: en esa interseccin hay unaposibilidad de asuncin colectiva de la complejidad. Omejor: de lo real.

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    KIOSCOS, GUETOS Y CORRALESInsumo de debate para interrogar construcciones polticasy la accin colectiva en la etapa actual

    Este planteo pone en escena lo que se viene haciendo, reflexionando y discutiendoa nivel nacional en el marco del Colectivo Ciudadana(www.colectivociudadania.org.ar). El texto en cuestin es producto de ese trabajo yparte de una elaboracin interna que se decidi abrir a un pblico ms amplio. Sonplanteos "en camino", para ser discutidos, y, a la vez, puntos que se preguntanespecialmente por la construccin colectiva en mbitos, espacios y frentes diversospero con referencias comunes.

    1. Abrir los debates

    En esta etapa, para la construccin colectiva, en losdebates y tambin los combates, los necesarios ypendientes y los que estn en marcha nos encontramoscon el desafo de replantearnos los esquemas, an msque los contenidos.

    Los esquemas: Quin discute con quin sobrequ cosas, con qu consecuencias.

    Quines estn dentro y quines estn fuera delos debates; cules son los foros de debate.Podemos ver esto analizado nuestra propiasituacin y trayectoria: en que medida en losltimos aos nos hemos sentido ms dentro oms fuera de los debates.Tambin, viendo un mapa de actores propio ogeneral se hace necesario revisar en qumedida estn presentes uno u otros actoresrespecto a unos u otros debates. (Y ver sobretodo los ausentes. Pero, adems los que sinintervenir aparentemente en los debates,generan consecuencias. O bien son poderesfcticos o actores con ese tipo de poder: Nonecesitan debatir y sobre todo no necesitandebatir en lo pblico para generar

    consecuencias. O bien son actoresdemocrticos que tambin generanconsecuencias singificativas, que tienensentido ms all del centro de la escena.)En qu medida nosotros contribuimos alempobrecimiento o el enriquecimiento del agorala arena de los debates, la que traduce yconecta lo pblico y lo privado.Cules son las agoras en nuestrosescenarios sociales y polticos? Para laciudadana comn, los vecinos, lasorganizaciones, las instituciones intermedias

    Hay confusin, se dice. La aseveracin hace referencia ala esfera pblica, que est atravesada por una grancomplejidad y territorios bastante ambiguos. Lo vemos en

    la dinmica de los medios, la accin de las dirigencias, eldevenir de los sectores organizados de la sociedad.Frente a esto, un paso cero para el abordaje es asumir

    que no se puede esperar que en sociedades complejascomo la nuestra los escenarios y posibilidades deintervencin, de poner una palabra y actuar conconsecuencias, sean claros. Tal cosa es una fantasa ysu persistencia en el imaginario colectivo beneficia a unospocos.

    La dinmica de los debates y los entuertosparlamentarios a nivel nacional son un buenejemplo de este escenario pblico. Pero, sin

    embargo, no son el nico escenario.Cabe platearse la posibilidad de que haya unazona social que todava no encuentra unaexpresin consistente en el debate d e la polticay en particular de las polticas pblicas. (Algo enese sentido seal la presidenta diciendo quese puede ser mayora parlamentaria sin sermayora social. Hay que plantear el mismodebate visto desde la sociedad y desde lossectores populares, y desde ah ver qu sucedeque no aparecen instituciones u organizacionesdirigentes, instancias que puedan generar unamejor sntesis de estos sectores que tienenpendiente un poder que construir.)Un desafo: pensar esto en el mediano-largoplazo, como construccin no coyuntural, pero al

    mismo tiempo con fuerte asentamiento en eldebate presente.

    Todo lo que en distintos espacios y junto con distintosactores (sociales, estatales, partidarios) venimostrabajando, reflexionando y asumiendo tiene valor, pero almismo tiempo es insuficiente para el tipo de desafosque plantea esta etapa. El esquema que necesitamos sedibuja ah en la diferencia, el recorte, entre lo que yatenemos asumido y la interrogacin de las propiasestrategias, en su planteo y sus consecuencias.

    Hay ncleos duros y papas calientes para losdebates, pero sobre todo para lasintervenciones. Tienen que ver con los temassignificativos, pero tambin, ms conveniente

    quizs, con los hechos y experiencia concretasde sectores sociales. Los logros tambin losproblemas que estn pendientes de ser

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    puestos en significacin. Dicho en un lenguajea lo mejor un poco antigua: hay que estructurarlas discusiones en la base, en lo micro, en lo

    capilar; y ordenarlas y sintetizarlas en , por lomenos, un nivel intermedio.Ejemplos: La asignacin universal por hijo; lainflacin y el consumo interno; el trabajo informaly los salarios; la estructuracin, la llegada y losefectos de las polticas sociales actuales

    Hay debates en los que est en juego que tipo de pas yde felicidad, de presente y de futuro, pueden hacerseefectivos. Tienen sus lgicas, sus arenas y sus ncleosduros.Una tarea: Apostar a los debates de la coyuntura sinquedarse en lo coyuntural o en las fantasas que ofrecenlos corralitos de pensamiento y accin que hoy tenemoscomo sociedad. Es labor que se plasma de diferente modoy con diferentes costos para cada actor. Para los quetienen vocacin por la construccin de fuerza social ypoltica en pos de un proyecto de justicia social queconvoque a bastos sectores hay una pregunta que esten el men del da: Es el mismo tipo de debate el quehay que mantener con las dirigencias y losorganizados (la militancia, los convencidos) queaquel a dar con el resto de la sociedad?

    Si no: Cmo se viabiliza algo diferente?Cmo se detectan e interpelan interlocutoresms amplios pero no por eso menos concretos?Si s: Con qu tipo de mediciones puedelograse? Acaso no hay otras posibilidades ennuestro repertorio? Cmo ver consecuenciasconcretas de esto?Hay algn ejemplo o pista que tengamos,presente o pasada, de ejercicio de llagar aactores a los que no se llegaba, de ampliar lainclusin?Cmo trabajar colectivamente mas all de loinstitucionalizado y de lo(s) organizado(s)?

    2. Lo cotidiano, los mrgenes, los lmites

    No hay otra vida que la vida cotidiana

    Luego de la crisis del 2001 y 2002 en Argentina; a partirdel periodo abierto en 2003 y, sobre todo, desde elllamado conflicto del campo; las experiencias deconstruccin y de contienda democrtica nos hacenpreguntarnos una vez ms por la posibilidad de claves

    ms integrales para pensar la poltica y lo que ellaimplica de accin, compromiso y construccin. Es evidenteel desfasaje entre lo que hoy la poltica propone y la vidapersonal-cotidiana de las grandes mayoras.

    Hay hechos puntuales que conforman el marco de esteproceso:

    - Se reinstala la poltica como el mbito deprctica, de discursos, de decisiones, deinstituciones y de luchas, de herramienta yactores que define, puede definir de maneraefectiva los problemas de la sociedad.

    - Se suman nuevos actores a la arena poltica.- Aparecen, claro, todos los lmites y demandas

    que a la poltica le realiza la sociedad, larealidad, las experiencias de muchos. LApoltica es una promesa que est presionada aser cumplida, ms que otras promesas y conms exposicin que otros mitos que dan

    respuesta: est ms expuesta y sujeta a debatepblico (a diferencia de institucionesinexistentes en la realidad, como el mercado,

    que no es un actor real sino una ficcin de lospoderes fcticos (extra-democrticos, que semantienen al margen de los debates)

    Lo que qued de manifiesto entonces, es lainevitabilidad pero tambin los altos costos de losconflictos. Por otro lado, los lmites de la fuerza y dela inteligencia para intervenir en ellos. Ambas cosasimplican una tarea, una necesidad, de ponerse enperspectiva de proyecto de largo plazo, con unamirada que tiene que trascender:

    - Nuestros propios paradigmas ycostumbres de pensamiento y prctica.

    - El repertorio y el conjunto de estrategias yprcticas de los actores de quienes engeneral se espera una solucin (porejemplo, no esperar todo del estado, de lasdirigencias, de los conductores, etc.). Versus lmites sin condenarlos: hacer unacrtica que sea conocer-crear nuevascosas. Sin encerrarse en micro-creaciones o mini-estrategias.

    Una sntesis posible de este desafo la encontramosal reconocer que el momento del ciclo social ypoltico que vivimos nos sigue poniendo, da a da,frente a la complejidad y la densidad de lo real denuestra sociedad. Y frente al hecho de que laventana de oportunidad que sealamos y lasociedad reconoci hacia 2001 y siguientes, era eso:slo una ventana.

    Del lado de lo que hay que asumir, nombramos as loque nos desafa: El largo plazo, el reto de unaconstruccin que no es mgica ni de un da para otro,que es efectivamente una construccin.Y que es la construccin de una hegemonacompleja, no lineal, no de un solo actor, no de unasola solucin, sino de un ejercicio costoso, incierto:Que reconoce el alto grado de fragmentacin.Que se sostiene y es capaz de proyectarse ms allde obstculos e incluso de retrocesos.Que asume escenarios de mucha limitacin e inclusode derrota eventual ( o no tanto).Que requiere unas subjetividades, unasorganizaciones, unas maneras de actuar y de sentir,unas capacidades de mantenerse con otras

    realidades, no superficiales.Que exige al mismo tiempo formacin de fundamentoy sofisticacin y exigencia en la intervencin(creatividad y riesgo).

    En la dinmica del gora pblica, en donde lo poltico y lapoltica son puestos en escena, los medios decomunicacin son hoy un actor estructurante y proveen unsentido comn difcil de rebatir por su propiacontundencia. El conflicto democrtico repica ah comomal humor y desentendimiento y no como lo que es: unarealidad ineludible al tiempo que posibilidad para lasmayoras de no ser slo espectadores.

    Esto est conectado a lo anterior en un puntonodal: Quines marcan la cancha y cmo

    aparecen las temticas tiene que ver conrelaciones de fuerza, pero tambin con los

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    repertorios que se manejan para interpelar locotidiano, lo personal, la vida de todos los das.

    A la vez, mucho del debate poltico y mediticose mueve a nivel de la espuma de losprocesos y persisten ncleos duros que nadiellega tomar. Muchas de las veces, difcilmentese los llega a nombrar.Son muchas las cosas importantes que pasaninadvertidas. Tanto para la sociedad en generalcomo para los actores que nos identificamoscomo cercanos a los intereses de los sectorespopulares.

    Entonces, hay una gran cuestin ah: Cmoconstituirse en detectores y ponedores enagenda de los temas importantes, respetandola sensibilidad de aquellos a los que les gustala espuma o estn, por el motivo que sea,sumergidos en ella (recordando que todos loestamos y, a no pocos, nos gusta o sea quereproducimos parte de esa superficialidad).

    Una piedra de toque: Interpelar la subjetividad ah dondees masiva. En lo cotidiano-masivo, lo micro hechomacro. Preguntando qu es y donde est y en todo caso,cmo se construye, aquello que interroga la experienciacotidiana en trminos polticos.

    Al abordar esa pregunta nos encontramos concruces de distinto tipo: Qu lugar se la asignaen la construccin colectiva al componenteindividual y a los sujetos comunes? Qu lugartiene lo colectivo si lo que se interpela es la vidacolicana? Qu significa lo colectivo para lopersonal y lo masivo respectivamente? Cmomasivisar proyectos de construccin colectiva?

    Algo central en esto: Partimos de unasensibilidad, un sentido comn, que enmuchos, mayoritarios casos, es un sentidocomn para decirlo fcil menemista. Algoque antes de verlo como un demonio, nos invitaa verlo como una realidad; ver por qufunciona, por qu se mantiene.Pero, al mismo tiempo, no caer en undiagnstico derrotista o de alienacin y captarlas realidades y las posibilidades profundas dehacer-decir-organizarse desde otra perspectiva,desde logros, desde luchas, desde otrossustratos que permanecen y de otras manerasque pueden surgir de los lmites mismos del

    consenso neoliberal profundo (porque esprofundo pero no es total, y , mucho menos,definitivo) .

    Unas dinmicas a desarrollar fuertemente:- Actuar en la capilaridad de la sociedad, denuestros espacios.- Interpelar a-desde la cotidianeidad.- Poder entusiasmar-enamorar.- Ver lo singular y ser capaces de sintetizarlo enotros planos, con ambicin colectiva, peropartiendo desde all (esto no se hace conformulas y consignas simples).- Combinar capilaridad y escala.- Hacer aperturas y pluralismos, sin perder ejesni confrontaciones (Se puede? Que hay que

    negociar?)

    Quienes sostenemos proyectos orientados,consustanciados o comprometidos con larecomposicin del campo popular, tenemos la

    tarea de generar una idea y unasensibilidaddelo colectivo que pueda ser masiva ycontundente en condiciones de altafragmentacin.Para eso, quizs hace falta una mejordescripcin de la fragmentacin, un balance deque tanta, cunta, cul y cmo es esafragmentacin hoy da. Qu la reproduce y lasostiene. Dnde atacarla centralmente.Sabiendo que no es totalmente resolubleLa fragmentacin es un dato ineludible, que hayque reducir, enfrentar y con el que hay queconvivir de alguna manera: No se puedeeliminar, hay que ver donde ponerla, que hacercon , frente y a pesar de ella.

    En trminos programticos y realistas: Culesson los agentes que pueden hacer resonar encada manzana del conurbano bonaerense, encada plaza del norte argentino, en los parajesrurales con sus laburantes, los logros y lmitesde cada situacin? Cmo se construyen esosactores?:Dirigentes, referentesy vale decirlo,aunque no le guste a los puristas-punterosdeeste proyecto de pas ah donde nunca falta un enunciador menemista y abunda el sentidocomn conservador y neoliberal que los mediosde comunicacin proveen pero a la vez reflejany reconstruyen.

    Cmo se interroga a lo cotidiano, perotambin cmo se entusiasma y cmo se lopone a andar, a construir. Que lo cotidianono sea congelado. Que lo cotidiano no seamicro. Que lo cotidiano no sea no-pblico ysub-colectivo. Que lo cotidiano sea poltico.

    3. Militancias y guetos. Lgicas paraprocesar/intervenir conflictos

    Cuando hablamos de guetos y militancias, centralmentenos referimos a un riesgo: del de quedar encerrados encrculos de conversaciones, preocupaciones, temas,debates y luchas que solo implican a pequeos grupos,o en todo caso que dejan afuera a una parte demasiado

    considerable de la sociedad, o de los que deberan estarimplicados e involucrados para que el debate tengaconsecuencias serias.

    Esto sucede convarios tipos de militancia. Elgueto es un lugar de encierro, de aislamiento yde repliegue, de que, en muchos casos, seolvida que es eso mismo. Aparece lacostumbre de vivir dentro y parece que ahsucede todo. En el gueto hay algotranquilzador

    Existe un dficit de interlocutores y sujetos sociales quepuedan llevar adelante una propuesta con consecuenciasfavorables para la vida cotidiana de los sectorespopulares. Debates con consecuencias que respalden,generen y alimenten los intereses de los sectorespopulares / los trabajadores en general. En este punto,vemos que en muchos mbitos y en torno diversasreivindicaciones, aparece el riesgo de proponer un paspara todos con un debate para pocos. Mientras tanto,

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    los medios de comunicacin proponen un pas parapocos con un debate para todos.

    Los militantes sociales y/o polticos que hacen-hacemos de la militancia identidad, sello y estilode vida pensamos, proponemos, exhortamos aponer garraparaun pas para muchos. Perolos debates que logramos sostener , muchasveces interesan e interpelan a unos pocos.Para contrastar, vale estar atentos al hecho deque actores como los grandes medios decomunicacin piensan un pas para pocos, perointerlocutan con muchos.Una parte de esta tensin por supuesto tieneque ver con la diferencia de poder que puedentener

    Por la inversa, un ejemplo. Un error muyfrecuente de concepcin al dar la batalla con losmedios: Considerarlos slo como enemigos, opretender que las personas los identifiquencomo tales, es desconocer que para la mayorade la poblacin los medios de comunicacinson portadores de significados y culturasque representan en interpelan. Sonproveedores de culturas y sentidos que la raznlineal que alimenta nuestra tradicin demilitancia social y poltica tiende a desplazar:culturas del afecto y el sentimiento, del erotismoy la sensualidad, del azar y la incertidumbre, delhumor y la irrespetuosidad, de la cotidianidad yla construccin cotidiana de sentido para la vida.

    Esto no hace necesariamente amigables a losmedios de comunicacin en tanto actorespolticos. Sin embargo, verlo as es un paso paraasumir que las estrategias de hacer circular elmapa de propiedad de medios o etiquetar conuna careta de gorila a Ernestina Herrera deNoble o a Joaqun Morales Sol soninsuficientes e ineficaces.Si se quiere, por ejemplo, que mayorasdefiendan la implementacin de la Ley deServicios de Comunicacin Audiovisual, nobasta con la denuncia y la repeticin de ladisyuntiva la nueva ley o los monopolios.Hacen falta unas vueltas de tuerca decomplejidad y creatividad en las estrategias paraconstruir adhesin y respaldo amplio de laciudadana.

    Cmo interpelar eso que los medios proveen?

    Cmo proveer nuevos repertorios sin denostarlas culturas contradictorias pero tambinvlidas y valiosas que los medios levantan,expresan y reproducen?

    El perfil militante no es masificable. O dicho alrevs, como pregunta y entrndole por la inversa:Qu tipo de implicacin en la participacin, qu tipode compromiso e involucramiento es posible proponer

    y esperar de las mayoras, para sostener proyectosa todas las escalas?

    Decir que el perfil militante no esmasificable no es sencillo. Puede tener sucosto afirmarlo y ser consecuente con ello enalgunos espacios. Pero es necesario evaluar en

    qu medida esto es y ha sido as. Y que lo esms en contextos de alta fragmentacin y enuna secuencia histrica como aquella de la que

    venimos. Tenemos una larga y dolorosaexperiencia de pas que lo constata. Tambin lodemuestra una larga tradicin pedaggica y de

    trabajo con la cultura popular y poltica ennuestro pas y Amrica Latina.

    Pero, si el perfil del militante no es masificalbe,con qu perfiles actuar o qu tipo de perfilesconstruir en sectores amplios de la sociedad?La pre-tarea: Hacerse una imagen desectorespopulares con capacidad poltica que searealista pero no claudicante, que sea ambiciosapero no mgica, que sea viable, alcanzable y almismo tiempo superadora.

    Nos encontramos continuamente con guetos depensamiento y accin. Nos movemos entre corralitos deconvencidos que bloquean la interpelacin a y laconstruccin con sectores ms amplios.

    El problema con los guetos no es su condicinde parte, si no el encierro y el aislamiento. Esesperable y fundamental que haya partes ypartidos en el juego democrtico.

    Un camino para des-guetizar: Desesencializarel discurso, ir de los sustantivos y los nombrespropios a los verbos. Tambin:Nunca dejar depreguntase si acaso las cosas no se puedenhacer de otra manera.

    El esquema que plantea su eje en identificar yconfrontar enemigos todo el tiempo para procesar losconflictos sirve y construye en cierto marco y con ciertascondiciones. Es un riesgo o por lo menos un error valersede este esquema en todos los contextos.

    Cuando la actual gestin de gobierno asumi suprimera etapa, en un escenario de debilidadesmltiples, ese esquema fue til para construir unabase mnima de apoyo y poner lmite a interesesque pugnaban por volver al status quo neoliberal.Desde el 2008, por distintas razones, eseesquema parece haberse agotado en Argentina.

    La militancia y ciertos guetos hacen su parte enreproducir la lgica que soporta y da sentido a eseesquema se agota en nombrar y confrontar alenemigo.

    Algunos lmites de la mirada-lgica-esquema deconfrontacin de enemigos:- Como toda estrategia, funciona para un

    determinado contexto. No ver eso puedesignificar la reproduccin de escenariosanteriores o, simplemente, quedar porfuera de los actuales.

    - La lgica de confrontacin del enemigotiene a su favor la simplicidad del esquemaque propone. En tiempos de escenarios enmovimiento, la complejidad y dinamismo dela realidad escapa a esa mirada o, peor, seda de frente con ella. El riesgo ah es delautismo.

    - La mirada de bloque que supone, puedeservir para aglutinar ms all de lasdiferencias. Si embargo hay momentos enlos que reconocer las diferencias (tanto de

    un lado como del otro) y trabajar con ellaspuede ser vital.

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    4. Instalar actuar: Riesgos / Desafos

    Necesitamos profundizar el debate de fondo sobre elneoliberalismo persistente y que se reproduce, quesubsiste y que se recrea.

    Ante la disyuntiva de darse una estrategia de instalacin oesperar que otros tomen la iniciativa, es necesario estaratentos a cuales son las lgicas y dinmicas de instalacinen juego. Comenzando por considerar que una lgica deinstalacin no es de conviccin; supone ciertaincertidumbre.

    El riesgo de caer en la lgica de gueto siempreest presente. Viene junto con el riesgo dehablar siempre entre convencidos y derefugiarse en la propia certeza.

    Tiene que ver con el interrogante sobre la vidacotidiana en los planteos y debates polticos: elriesgo de que la conviccin se vuelvainsistencia, la insistencia repeticin y larepeticin, sencillamente, aburra y repela.

    Lo contrario del aburrimiento no es la novedad sino la vitalidad. La significacin. El sentido. Lacontinuidad de la creacin y de losinterrogantes. La ecuacin. La vida. Mantenerlas propias motivaciones al tiempo que elimpulso y el encanto de la tarea a largo plazo.

    Por ejemplo, la disyuntiva que dice la ley demedios o los monopolios implica unrazonamiento que no alcanza. No porque seaequivocado como razonamiento, sino que esinsuficiente para interpelar de manera efectiva aquienes vayan a defender a ley de medios.

    Volviendo a los debates: qu clase de anlisisde contexto puede generar nuevas conviccionesy entusiasmo?

    El momento demanda dar debates concretos y nocoyunturales que, sin embargo, se den en la coyuntura.Tambin, dar debates amplios pero al mismo tiempoafirmase con unos buenos criterios.

    Ah la pregunta es cmo abordar lo concreto nocoyuntural, zafando de la realidad sin espesor,

    de los debates sin apertura, de las certezas sininterrogantes, de las acciones sinconsecuencias.

    5. Los actores y sus desarrollos. Polticas pblicas, lopoltico, lo pblico, las propuestas, las tareas

    En la etapa actual hay que dar cuenta del estadoparticular de la gestin pblica y la representacin poltica,

    junto con el proyecto poltico que se sostiene. Hay que dar

    cuenta de las tres cosas al mismo tiempo, para poderpensar tanto sobre la construccin de consensos socialespara continuar avanzando, como tambin para resolver

    demandas pendientes, y nuevas necesidades internas yexternas, algunas directamente vinculadas con la vidacotidiana de la gente y otras con otros frentes de trabajo.

    Qu significa implicarse con la historia, con lo poltico ycon lo pblico en estos planos?

    Para poner un ejemplo. Si tomamos un avance,por ejemplo, una obra pblica importante o unplan/poltica como la asignacin universal: Quimplica como impacto en lo cotidiano? EN locotidiano de quines y de cuntos impacta? Aqu distancia estamos nosotros de esto?Dnde podemos evaluarlo? Quin construyeel sentido de ese impacto? Cmo se refleja enla relacin de esas personas impactadas conel estado, con los gobiernos? Y su relacin conlo colectivo? Qu pasa con la presentacinpoltica.Cmo se conecta con la dirigencia?Qu idea tiene respecto a qu puede hacerpara aprovecharlo, proyectar, optimizar elbeneficio obtenido?

    Los actores en la gestin pblica y el espacio losmomentos, las instituciones donde estos se encuentran einteractan con otros son centrales en este problema. Y lalgica de guetos, la falta de escala, la necesidad demasificar, la posibilidad o imposibilidad de interpelar pesatambin ac. Lo mismo los actores que no estn demanera directa en la gestin pblica, pero tienen comofuncin proveer cuadros y funcionarios, como los partidospolticos y, los movimientos sociales afines.

    Quin abre las ventanas? Quien proponehorizontes mayores que sean significativos?Quin seala caminos a recorrer y ofrece arecorrer en conjunto otros tramos departicipacin, de implicacin? Quines proveencaminata colectiva, quin acompaa unaexperiencia a la luz del sol de lo pblico, de lahistrico? Siendo que en muchos casos esto esgrato pero tambin tiene algo de caminata porel desierto de lo real, de lo histrico Cmoanimar a emprender estos caminos deconstruccin tan necesarios hoy? Ac no hacefalta mero optimismo: hace falta entusiasmo, yuna capacidad de aguante y de disfrutar logrosparciales. Mirada estratgica y accinconcreta. Sntesis y apertura.

    Recordando que El problema de los guetos noes ser una parte, no es la limitacin: el problemaes estar encerrados y no saberlo, o mejor,

    negarlo. Es desconocer la limitacin... Olvidar elafuera.

    Mucho se ha hecho en trminos de reconstruccin de unestado que fue destruido en las ltimas dcadas. (Elestado en tanto estructura pero tambin como presenciaen la sociedad. Lo que se destruy fue sobre todo unvnculo). Sin embargo, son grandes los lmites ypendientes.

    Un gran punto en esto es la necesidad decuadros, de dirigencias, de una elite no hayque tenerle miedo a la palabra que conduzca yhomogenice el camino, los trayectos.

    Una zona a explorar: las organizaciones

    sociales que no estn enmarcadas enmovimientos y a la vez no estn que no sonestrictamente onegeista. Hay un trabajo de

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    capitalizacin y activacin poltica de esosactores en polticas pblicas. Fuerza dispersaque hay que interpelar. Desde dnde? Quin

    y qu las interpela actualmente?Lgica que no funciona... Base material: tengorecursos del estado e intento capitalizarpolticamente. Hay algo de la lgica con la quese hace esto que no funciona.Cmo se transita de gestionar polticas aconstruir polticamente? Ejemplo: Tupac. Cmohacer para que al presentarse por ejemplo aelecciones. Tenemos repertorio de pensamientoque no se puede traducir en vida cotidiana.

    Para seguir: Trabajar sobre los imaginarios individuales ycolectivos sobre los cambios, sobre las expectativas,sobre qu se espera, sobre qu se puede esperar. Quproponer y que prometer. No se puede recurrir a lo mismosiempre: en las promesas y en las prcticas eficaces haymomentos de epifana y tambin de recada, deagotamiento. Un riesgo ac: Recada en repeticin ymismidad.

    Pero entonces, el punto es qu hay queconstruir. Cmo generar un planteo que permitano decepcionarse. Seguir combatiendo ycontraponiendo otra cosa a la Mirada muchasveces muy mgica de lo que los procesossignifican. Al mismo tiempo la sobre exigenciatiene un lmite. Y, adems, hay que combatir elpensamiento mgico, pero alguna magia hayque proponer.

    Aqu, en la variedad de dinmicas que hay quereconocer, en la pluralidad de herramientas y deestrategias que hay que inventar, vale recordarla necesidad y posibilidad de aprender de laexperiencia de nuestra historia pero una miradams rigurosa y ms detenida sobreconstrucciones en Amrica latina: Brasil, Bolivia,Uruguay (Como ejemplos de construccin deherramientas y movimientos polticos, proyectosde poder democrtico que se sostengan. NOporque sean mejores o porque sean aplicables,ac, sino justamente porque son distintos).

    Pensar, tambin, en esta ardua tarea de reconstruirproyectos de pas, de polticas, de colectivo, de polticaspblicas, qu significa aportar y qu esperar a cambio.Como se aporta, qu resulta

    Ejemplo del Plan fnix: No hubo vnculoorgnico con el gobierno. Han tomado algunasideas de ellos, pero el lugar no es de meratransaccin. Se puede desde el debate socialhacer aportes desde lugares, promesas ypactos diferentes. Con claridad en los planteos,con rigurosidad que permita dar en el clavo,presentndose como un otro consistente quesuma no solo consistencia sino que ayuda aconstituir mecanismos de articulacin, deintercambio, de aportes, de pertenencia msserios, ms fecundos sobre todo.

    Para los que venimos del trabajo con organizacionessociales, lo comunitario y lo barrial es importante unacomprensin y acercamiento a las dinmicas

    organizativas, econmicas, de negociacin y de lucha enel mundo del trabajo organizado formal, el movimientoobrero organizado, los proyectos polticos y polticaspblicas.

    Un ejemplo de esto, a interpretar, informarse,evaluar: el posicionamiento Moyano, hoy, en los90, a futuro.

    En este marco pensar unas posiciones, unoslugares, un discurso y una subjetividad que ossostenga en esta etapa, con otros, en dilogo, ala escucha, pensando y haciendo. Ac mismo ycon la mirada en lo colectivo y en el medianoplazo y las construcciones fundamentales.

    6. Lecturas, revisiones necesarias. Por dondeahondar

    1. Lectura sobre los debates: fecundidad,consecuencias, esterilidades, bloqueos, los quehay que abandonar, los que faltan, lo que hayque reforzar.

    2. Necesidad de reconocer los logros, ciertoacumulado y, recortado sobre ste, una brecha,no slo de las demandas iniciales que no sepudieron satisfacer, sino de las nuevasdemandas que aparecen en el camino. Nuevasfortalezas y nuevas debilidades que surgen al

    avanzar.3. Una lectura sobre los actores: desde nuestrosrecorridos, esto consiste en ver cmo y cuntolas organizaciones sociales son necesarias peroinsuficientes como actores. (Como hemos dichoen otros mbitos, lo que nos trajo hasta ac,tiene el merito de habernos trado, pero nonecesariamente nos alcanza para el siguientetramo).

    4. Tenemos un interrogante y un desafo sobre eltema de lo cotidiano, lo masivo, lo que sale delos circuitos cerrados, la heterogneaexperiencia concreta de las mayoras, lo pblicoy los pblicos. Pero al mismo tiempo nospreguntamos qu significa proyectarse, ver lo defo