Democracia Representativa y Sistema Electoral (Banda)

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    2001] BANDA: DEMOCRACIA REPRESENTATIVA Y SISTEMA ELECTORAL 23

    DEMOCRACIA REPRESENTATIVA Y SISTEMA ELECTORAL1

    Alfonso Banda VergaraProfesor de la Facultad de Ciencias Jurdicas y Sociales,

    Universidad Austral de Chile

    RESUMEN

    A partir de un estudio de los sistemas electorales, con especial referencia al sistema chileno,interesa en esta ocasin examinar las caractersticas que en su evolucin han tenido los siste-

    mas electorales, los objetivos de estos, las disfuncionalidades que presentan y responder lainterrogante de si hay un sistema electoral diseado para alcanzar determinados objeti-

    vos?; para ello no slo deberemos desentraar los objetivos perseguidos por el sistema elec-

    toral sino que, al mismo tiempo, conocer los problemas que se plantean en la realidad en elfuncionamiento del sis tema, y los problemas vinculados al cumplimiento de los objetivos

    predeterminados.

    1. CONSIDERACIONESPRELIMINARES

    Cada cierto tiempo en el contexto deltemario de las controversias polticasen nuestro pas reaparece la cuestinrelativa a si el sistema electoral vigente parala eleccin de parlamentarios el denomina-do sistema binominal es el adecuado paraello cumpliendo todos los objetivos que debetener un sistema electoral desde el punto de

    vista del procedimiento o mtodo para la de-signacin de los escaos y de los efectos quesu aplicacin produce en la realidad. As, al-gunos opinan favorablemente a su mantencino, a lo ms, para reformularlo mediante algu-nas pequeas modificaciones; otros, en cam-bio, propician su reemplazo total por otro sis-tema fundamentalmente basado en el principioproporcional.

    Adems, y especialmente en este ltimo

    tiempo, se ha formado un consenso en cuantoa que uno de los objetivos prioritarios delproceso de regionalizacin a que estamos abo-cados est constituido por el logro de unamayor descentralizacin poltica con mayordispersin del poder, y una de las medidas que

    en el mbito poltico administrativo se haplanteado para lograrlo es a travs de la ge-neracin democrtica de las autoridades regio-nales, para que, de esta manera, stas se legi-timen e identifiquen ms plenamente con lasrespectivas comunidades que representan2.

    Prescindiendo, en lo posible, de las me-ras consideraciones polticas que pudieran es-tar presentes en la discusin de estos temas,nos proponemos abordar el problema desde

    1Este trabajo es parte del proyecto aprobadopor la Direccin de Investigacin y Desarrollo dela Universidad Austral de Chile, S-200060, El r-gimen de gobierno y de administracin regionaldespus de la Reforma de 1991. Las principalescaractersticas que presenta y sus limitaciones es-tructurales, en el cual es profesor investigador donJUANCARLOSFERRADABRQUEZ, y el autor de esteartculo es investigador colaborador.

    2De esta manera lo expresa el Dr. HEINRICHVONBAER v. L., en discurso pronunciado en la in-auguracin del Congreso Nacional de ConsejerosRegionales intitulado Descentralizacin ... ahorapublicado en la Revista Estudios Sociales N104,segundo trimestre, ao 2000, pginas 187 y siguien-tes.

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    el punto de vista tanto doctrinario como de larealidad emprica, de manera que, en defini-

    tiva, llegado el momento de adoptar la deci-sin sobre el cambio o la implementacin deun determinado sistema electoral, recordemosque esta determinacin no es tan simple comoaparenta, pues no se trata slo de cambiar unsistema por otro o crear uno aplicable al ob-

    jetivo de elegir nuevas autoridades u rganosestatales, sino que los sistemas electorales tie-nen una incidencia quiz mayor de la que seles otorga pues no slo sirven para decidir

    quines son los elegidos, sino que influyenabiertamente en cuestiones como el sistemade partidos polticos, el comportamiento delos electores, la gobernabilidad y funciona-miento de las instituciones democrticas y, enfin, como veremos, influyen de manera deter-minante en el resultado de la eleccin, favo-reciendo o perjudicando a algunos partidospolticos o agrupaciones participantes del pro-ceso democrtico.

    Es por ello que nos interesa enfocar enesta oportunidad el tema a partir de un estu-dio, en general, de los sistemas electorales,con especial referencia al sistema chileno.Interesa examinar las caractersticas que ensu evolucin han tenido los sistemas electo-rales. Analizaremos especialmente las dis-funcionalidades que presentan y por ello nosplanteamos la interrogante de si hay un sis-tema electoral diseado para alcanzar de-terminados objetivos, adems, desde lue-

    go de incluir una mecnica destinada atraducir los votos populares en escaos?Para ello no slo deberemos desentraar ta-les objetivos perseguidos por el sistema elec-toral sino que, al mismo tiempo, conocer losproblemas que se plantean en la realidad enel funcionamiento del sistema, problemasvinculados al cumplimiento de los objetivospredeterminados.

    Nos preocupa conocer, dentro del fun-

    cionamiento de nuestra democracia repre-sentativa, la manera como se ha dado solu-cin al tema de la representacin territorial ysi los rganos de representacin territorial re-presentan efectivamente a los ciudadanos, esdecir, hay convergencia y coherencia entre

    los representados y quienes asumen su repre-sentacin? O, quiz, si mediante la aplicacin

    del sistema se producen algunas brechas ovacos que impiden lograr las metas buscadas(o que deberan buscarse).

    Sartori se pregunta: qu es lo que real-mente hacen los sistemas electorales? Es de-cir, cules son sus efectos y en qu mbitosde la realidad se producen dichas consecuen-cias y, cualesquiera que sean sus causas, ques lo que causan?3. As hay innumerablesinterrogantes que nos plantearemos y trata-

    remos de indagar en ese orden de ideas si soncerteras las opiniones de que en realidad noconstituyen una variable independiente o,como otros expresan, que en el mejor de loscasos sus efectos son inciertos4, o que, porel contrario, tienen una importancia relevantey traen consigo consecuencias en una serie deinstituciones del sistema poltico y en el des-envolvimiento de la sociedad.

    Importante es, dentro de la mecnica delos sistemas electorales, revisar el papel queles cabe a los partidos polticos y la influen-cia que en el nmero y conformacin de lospartidos ejerce el sistema electoral aplicado,o si por el contrario no existe una relacinentre ambos, esto es, si no se dan determina-das consecuencias en la configuracin de lospartidos polticos con motivo de la implanta-cin de un sistema electoral con determina-das caractersticas.

    Lo que se espera alcanzar por la va del

    sistema electoral es una mayor representati-vidad, es decir, que la distribucin de los re-presentantes entre las diversas opciones quese presentan refleje lo ms fielmente posiblela estructura del cuerpo electoral en sus va-riadas tendencias? O, en cambio, es preferi-ble alcanzar, antes de ms representatividad,una mayor gobernabilidad?5

    3GIOVANNISARTORI,Ingeniera constitucio-nal comparada, Ediciones Fondo de Cultura Eco-nmica, Santiago de Chile, 1996, pg. 42.

    4GIOVANNISARTORI, ob. cit., pg. 39.5Los problemas de gobernabilidad referidos

    al sistema electoral sern diversos segn sea el r-gimen poltico imperante.

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    2. PRECISIONESCONCEPTUALESPREVIASEIMPORTANCIADELOSSISTEMAS

    ELECTORALES

    Aunque parezca innecesario acotarlo porlo obvio diremos que este estudio lo plan-tearemos en el entendido que las hiptesis queformulemos supondrn como escenario lgi-co el de una sociedad poltica en que imperenplenamente los principios democrticos, ex-cluyendo situaciones que pudieran darse enpases con regmenes autocrticos. Por otraparte, muchas de las conclusiones sern di-

    versas segn sea la forma de gobierno impe-rante, pues no podran ser iguales los efectosque acarree la aplicacin de un determinadosistema electoral, si los referimos a un siste-ma parlamentario o a uno presidencial. Loanterior, por cuanto es evidente que en el pri-mer caso, al elegirse el parlamento se estdesignando simultneamente al Gobierno y aun Jefe de Gobierno, lo cual desde luegono ocurrir en un rgimen presidencial donde

    con cierta frecuencia, como resultado de laeleccin parlamentaria, se obtiene un Congre-so adverso al Presidente. Es por ello que debetenerse presente que no siempre los proble-mas de gobernabilidad se deben a un efectoproducido por la aplicacin de uno u otro sis-tema electoral.

    Es trascendente, para los efectos del pre-sente estudio, acercarnos lo ms posible auna nocin de sistema electoral, efectuan-do algunas precisiones conceptuales previas,

    pues es inconcuso que la terminologa utili-zada no es en absoluto unvoca y, por el con-trario, se emplean diversas denominacionespara ello sin que exista claridad en torno a susignificacin6.

    Un derecho fundamental reconocido uni-versalmente a todos los individuos-ciudadanos

    es el de participacin en el ejercicio del poderpoltico de su pas, directa o indirectamente atravs de sus representantes a los que concurrea elegir libremente7, 8. Lo que caracteriza a unademocracia es pues la intervencin del puebloque, en la poca moderna, por la impracticabi-lidad del gobierno directo se identifica con laidea de la representacin, en que el cuerpo so-cial es regido por la voluntad de la mayoraque es evidente que difcilmente ser unnime,por lo que la participacin poltica nos condu-

    cir al consenso, siendo legtimo tambin, endemocracia, el disenso. Tarea vital, en conse-cuencia, dentro del actual ideal democrticodominado por la doctrina de la representacin9,

    6En relacin con precisiones acerca de la ter-minologa electoral, JOS LUIS RUIZ-NAVARROPI-NARreconoce la diversidad de conceptos y se de-tiene a diferenciar lo que entiende por frmula

    electoral, diferencindola de ideas afines comoordenamiento electoral y sistema electoral.Segn expresa, el ordenamiento electoral compren-de el conjunto de disposiciones jurdicas vigentesque conforman la normativa electoral de un Estadodeterminado y el sistema electoral lo define comoel procedimiento a travs del cual las preferencias

    electorales de los votantes se convierten en votos ystos, a su vez, se traducen en mayoras o minorasde gobierno de los partidos polticos que concu-rren a las elecciones. La frmula electoral es elmecanismo que se aplica para la distribucin de los

    escaos y puestos electivos con base en los resulta-dos de la votacin. Ver en Diccionario Electoral.7La Declaracin Universal de los Derechos

    Humanos, adoptada y proclamada por la Resolu-cin de la Asamblea General de las Naciones Uni-das, en su artculo 21, expresa que toda personatiene derecho a participar en el gobierno de su pas,directamente o por medio de sus representantes l i-bremente elegidos. (Texto obtenido de http://www.un.org/spanish/aboutun/hrights.htm.)

    8La Constitucin chilena de 1980, por su par-te, estatuye que el titular del poder poltico es la

    nacin, en quien hace residir la soberana, pero suejercicio le corresponde al pueblo a travs del ple-biscito y de las elecciones peridicas y, tambin,por las autoridades que la Constitucin establece.(Art. 5inciso 1).

    9Sin duda nos referimos a la concepcin mo-derna o actual, pues en su forma clsica la demo-cracia representativa, justificada por la incapaci-dad o imposibilidad del pueblo para enfrentar yresolver los complejos asuntos de gobierno, des-emboc en la concepcin del mandato imperativopuro opuesto al mandato imperativo derivado de

    las formas directas de gobierno en que el represen-tante una vez elegido se divorcia del representado,gozando en el ejercicio del mandato de la libertadms absoluta para hacer prevalecer, en las decisio-nes, su propia voluntad. Ello ha evolucionado su-friendo una profunda modificacin por el refuerzoconstante de la accin de los partidos polticos. La

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    es elegir, utilizando el sistema ms adecuado, alos representantes del pueblo, constituyendo este

    objetivo la principal funcin del sistema electo-ral. Por ello, podemos afirmar fundadamente queel ms importante elemento de las modernasdemocracias representativas est configuradopor el conjunto de mtodos destinados a tradu-cir los votos ciudadanos en escaos.

    El dilema de la democracia representa-tiva actual no se traduce en la ecuacin msdemocracia aunque ello afecte la gobernabili-dad, sino que urge superar las disfuncionesde la democracia mediante el expediente de

    reducir la distancia entre gobernantes y go-bernados abierta justamente por la aplicacinmisma del sistema en que la representacinpoltica inexorablemente abre esa brecha en-tre el representado y su representante. El idealdemocrtico se traduce en que los represen-tantes elegidos encarnen la voluntad populardistancindose de la teora del mandato repre-sentativo puro. Es precisamente en este refe-rente en que aparece ntida la estrecha rela-

    cin entre el derecho electoral y la propiademocracia, pues entre la idea de democraciay de representacin poltica, que se funden enla moderna democracia representativa, la cualenlaza dichos elementos en la mecnica elec-toral. Para un enfoque adecuado de la repre-sentacin poltica, debemos considerar y ana-lizar los diversos sistemas electorales, desdeel momento de la democracia representativase traduce en hallar la ms idnea manera deelegir a los representantes, implementando un

    sistema electoral que satisfaga los objeti-vos buscados. Uno de los propsitos ms re-

    levantes es que el sistema logre una mayor ymejor representatividad del elegido en rela-cin con el elector. De esta manera, indiscuti-blemente el sistema electoral se constituye enel elemento ms importante de la democraciarepresentativa.

    Si en las democracias representativasactuales una de las formas del funcionamien-to de sus instituciones bsicas est sustenta-da en la eleccin peridica de ciertas autori-dades, juega un papel vital la eleccin de

    representantes. Conforme con su funcin tc-nica una eleccin es un medio para constituiruna asamblea o para determinar el titular deun cargo10.

    Al repasar la bibliografa referida al temapodremos apreciar que suelen utilizarse va-rios trminos o conceptos para tratar estasmaterias, muchas veces usados como sinni-mos o indistintamente para hacer referencia acuestiones muy diversas. As se habla de de-

    recho electoral, sistema electoral, procedi-miento electoral, entre los ms importantes ya los cuales haremos alusin. Se usa la expre-sin derecho electoral, en sentido restringi-do, cuando aludimos al derecho subjetivo delindividuo de elegir y ser elegido y, en una con-cepcin amplia, al referirnos al derecho queregula la eleccin de los representantes. Sinduda que todas las materias de que trata ladisciplina jurdica del derecho electoral tie-nen estrecha relacin con los principios de-

    mocrticos, de tal manera que muchas vecespodremos sostener que del grado de observan-cia de la temtica electoral depender granparte del vigor del sistema democrtico comoun todo11,12.

    eleccin dentro de las actuales democracias repre-sentativas no recae ya sobre quien se considerams capaz, sino que ha derivado a la opcin a fa-vor de un partido y de un programa de accin pol-tica, siendo los representantes elegidos de entrelos presentados en sus listas por los partidos po-lticos y, en su actuacin, carecen de independen-cia sin duda con alguna excepcin respecto delpartido que los postul y su programa poltico. Siel elegido pretende obtener un nuevo perodo se ce-

    ir a los mandatos del partido, pues si demuestrasu determinacin independentista, difcilmente al-canzar una nominacin en la prxima lista electo-ral del partido. De all la importancia que ha alcan-zado el estudio del sistema de partidos polt icos enuna democracia representativa, vinculado al anli-sis del sistema electoral.

    10D IETERNOHLENSistemas electorales delmundo, traduccin de Ramn Garca Cotarelo, Cen-tro de Estudios Constitucionales, Madrid, 1981,pg. 21.

    11 D. NOHLEN y DANIEL SABSAY, Derechoelectoral, en Tratado de derecho electoral compa-rado de Amrica Latina, Fondo de Cultura Eco-nmica, Mxico, 1998, pgs. 17-18.

    12Se mencionan como temas referidos al de-recho electoral, los siguientes: caractersticas de laselecciones y de los procesos electorales, principios

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    Entre los contenidos fundamentales delderecho electoral se pueden distinguir dos

    campos bien determinados y que algunos au-tores lo plantean subdividindolo entre dere-cho electoral material, sustantivo o primario,y derecho electoral instrumental, adjetivo,procesal o secundario, aunque entre stos noexista una marcada separacin legislativa,como ocurre con otras reas jurdicas civil,penal, por ejemplo e incluso en ocasionessolemos hallar en los catlogos electorales unentrecruce de estas materias con preceptosorgnicos, creando y organizando cuerpos

    administrativos y rganos jurisdiccionaleselectorales13. En suma, de un anlisis de lanormativa que regula esta disciplina jurdicaconcluiremos que ella est integrada por dostipos de cuerpos normativos, uno que abordalo material o sustantivo y otro que se preocu-pa de lo estrictamente procedimental14.

    Explica Nohlen que el concepto de rgi-men electoral, correspondiendo a una expre-sin extensiva incluye todos los fenmenos

    relacionados con la eleccin. Por su parte, lareferencia al derecho electoral nos indicaque se alude a todo lo regulado por ley conrelacin a elecciones, coincidiendo con el sen-tido amplio o, bien, se refiere al sufragio encuanto a las condiciones para poder interve-nir en el proceso electoral y a la configura-cin misma de este derecho de participacinen la eleccin15.

    En cuanto al concepto de lo que debe-mos entender y abarcar cuando nos referi-

    mos a un sistema electoral, siguiendo aDieter Nohlen16, diremos que es comn queen lenguaje poltico o cientfico se utilice in-distintamente esta expresin con otras comolas ya mencionadas y como si fuesen sinni-mos, para referirse en verdad a cuestionesdiferentes o a las distintas variables o com-ponentes de una misma idea. As, como sedijo, se emplea en ocasiones, adems de laexpresin derecho electoral, la de sistema

    electoral, rgimen electoral y ley electoral.Nohlen al referirse al sistema electoral dis-tingue entre un sentido amplio y otro res-tringido17, y expresa que en su concepcinamplia o difusa, abarca las normativas jur-dico-positivas y consuetudinarias que regu-lan la eleccin de representantes o de perso-nas para cargos pblicos. Entendido de estaforma, el sistema electoral incluye todo loque dice relacin con la organizacin y el

    proceso electoral; es sinnimo de derechoelectoral, rgimen electoral y proceso elec-toral, incorporando al concepto todo lo quese considera o se quiere tratar o reglamentaren esta materia, desde el sufragio hasta locontencioso electoral18.

    Por el contrario, en sentido estricto y mspreciso, en que se alude al sufragio o modo

    16 DIETER NOHLEN, Sistemas electorales ypartidos polticos, Fondo de Cultura Econmica,Mxico, 1996, pgs. 34 y siguientes.

    17NOHLEN, Sistemas electorales,en Dic-cionario Electoral, ob. cit.

    18Incluso hace presente NOHLENque en al-gn caso como lo es en la Constitucin de Per de1993, se suele identificar el concepto exclusivamen-te con los organismos electorales, al establecer queel sistema electoral est conformado por el JuradoNacional de Elecciones, la Oficina Nacional de Pro-

    cesos Electorales y el Registro Nacional de Identi-ficacin y Estado Civil. (D. NOHLEN, La natura-leza de los sistemas electorales y sus impactos enlo sistemas de partidos polticos, IX Curso Intera-mericano de Elecciones y Democracia, Mxico,texto obtenido en internet http://www.ife.org.mx/wwwcai/pdnhlen.htm.

    y garantas, delitos e infracciones, sistemas electo-rales, campaas electorales, partidos polticos,financiamiento de elecciones y de partidos, formasde democracia semidirecta, normas de procedimientoelectoral, exigencias en materia de control y de fis-calizacin de actos electorales, autoridad electoral,normas en materia de observacin de procesos elec-torales, segn lo sealan D. NOHLEN y DANIELSABSAY, enDerecho electoral,ob. cit., pg. 18.

    13 Fernando FLORES Garca, El derechoelectoral mexicano, en Tendencias contempor-neas del derecho electoral del mundo, Memoria

    del II Congreso Internacional de Derecho Electo-ral, Universidad Nacional Autnoma de Mxico,Mxico, 1993, citado por D. NOHLEN y DANIELSABSAY, enDerecho electoral,ob. cit., pg. 19.

    14D. NOHLENy DANIEL SABSAY, en Dere-cho electoral,ob. cit., pg. 19.

    15NOHLEN, Diccionario Electoral, ob. cit.

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    de convertir votos en escaos19. En lo que dicerelacin con el concepto sistema electoral

    en sentido restrictivo es el concepto clsicousado por las Ciencias Polticas y se refiereal modo como los electores expresan sus pre-ferencias polticas mediante el voto y de cmoesos votos se traducen en escaos parlamen-tarios o en cargos de gobierno como cuandose trata de elegir presidente, alcalde o gober-nador en aquellas democracias en que estoscargos unipersonales son de eleccin popu-lar. De esta manera esta concepcin restric-tiva se refiere al principio de representacin

    que subyace al procedimiento tcnico de laeleccin, y al procedimiento mismo, por me-dio del cual los electores manifiestan su vo-luntad poltica en una eleccin traducida envotos, los que, a su vez, se traducen en poderpblico20.

    Un sistema electoral entendido en suconcepto restringido dentro del desarrollopoltico de una nacin constituye una varia-ble de gran complejidad, pues se vincula tan-to con la representacin poltica el principioque la definir, es decir, sea el principio ma-yoritario o el proporcional, y adems se re-laciona con todos aquellos reglamentos tc-nicos que ste incluye y que abarcan todo elproceso electoral desde la divisin del terri-torio en circunscripciones electorales, la for-ma de las candidaturas, el procedimiento devotacin propiamente tal, el procedimientode asignacin de escaos, el mbito de adju-dicacin de los escaos21, el mtodo de cm-

    puto22, y otros elementos adicionales comolas barreras legales o umbral mnimo que

    se establezcan y que interfieran en el proce-so de votacin y en el comportamiento delelector23.

    Aclarado el uso de diversos trminos oconceptos derecho electoral, sistema electo-ral, entre otros dice el profesor de Heidelbergque preferimos el trmino sistema electoralal de procedimiento electoral, ya que el con-cepto de sistema expresa de modo ms ade-cuado la existencia e interdependencia de dis-tintos elementos que constituyen lo que

    llamamos un sistema. El concepto sistemaimplica, adems, el hecho de que la transfor-macin de un elemento puede hacer cambiarde modo fundamental las funciones y las con-secuencias del sistema24.

    La relacin entre un concepto amplio yuno ms estricto de sistema electoral, la

    19Explica NOHLENque los sistemas electo-rales contienen, desde el punto de vista tcnico, elmodo segn el cual el elector manifiesta a travsdel voto, el partido o el candidato de su preferen-cia, y segn el cual esos votos se convierten en es-caos, y agrega que los sistemas electorales regu-lan ese proceso mediante el establecimiento de ladistribucin de las circunscripciones, de la formade la candidatura, de los procesos de votacin y delos mtodos de conversin de votos en escaos.

    (NOHLEN, Sistemas electorales y partidos polti-cos , ob., cit., pg. 34).

    20 D. NOHLEN, Sistemas electorales, enDiccionario Electoral, ob. cit.

    21Es decir, si lo es por circunscripcin, agru-pacin de circunscripciones o en relacin a todo elterritorio nacional.

    22Ser, por ejemplo, que en algunos casos seutilizar a este efecto el mtodo DHondt o cifrarepartidora u otra variable de las existentes.

    23En el caso de algunos sistemas en que apli-ca el principio proporcional, se fijan umbralesmnimos o barreras legales o directas de represen-tacin que deben ser sobrepasadas por los partidosen competencia para mantenerse vigentes. En esteevento lo que se busca mediante la operatoria deuna barrera legal es, desde luego, limitar el nme-ro de partidos con posibilidades de acceder a unarepresentacin parlamentaria. Tambin se aplican

    en algunos casos barreras naturales o indirectas con-sistentes por ejemplo en el tamao de las diversascircunscripciones electorales, todas las cuales tien-den a alterar de algn modo el efecto proporcional.Al establecerse estas barreras naturales de repre-sentacin, se divide el territorio en distritos de ta-mao pequeo o mediano con el fin de impedir unefecto proporcional mecnico e inmediato queiguale el porcentaje de escaos con el de los vo-tos. La existencia de estas barreras legales o di-rectas de representacin (umbrales mnimos) o delas barreras naturales o indirectas (tamao de las

    circunscripciones) se pretende desde luego alterarel efecto proporcional y constituyen una presinpsicolgica sobre el votante para estructurar suspreferencias polticas conforme a clculos de vototil.

    24D. NOHLEN, Sistemas electorales del mun-do, ob. cit., pg. 53.

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    hallamos tambin en Schepis25 quien sos-tiene que se entiende por sistema electoral

    en general, la totalidad orgnica de lasdistintas normas jurdicas, de las tcnicas yprocedimientos que se aplican al proceso,desde la apertura de las elecciones hasta laproclamacin de los candidatos elegidos, yen un sentido especfico, el proceso tcnicoque subyace en la distribucin de escaos.Una definicin referida fundamentalmentea su sentido ms restringido la cita Nohlende Douglas W. Rae26: sistemas electoraleselectoral laws son aquellos que gobiernan

    el proceso por el cual las preferencias elec-torales se articulan en votos y por el cualestos votos se traducen en la distribucin dela autoridad gubernativa (el caso tpico, losescaos parlamentarios) entre los partidospolticos en competencia.

    3. ELEMENTOSRELEVANTESACONSIDERARENLAMECNICADELOS SISTEMAS

    ELECTORALES

    Comnmente suelen clasificarse los sis-temas electorales atendiendo a la frmulaelectoral que utilizan, esto es, al procedimien-to matemtico empleado para convertir losvotos en escaos o para dilucidar quien resul-ta electo en una eleccin de un solo cargo.As, se clasifican en mayoritarios o propor-cionales, encuadrndose en los primeros aaquellos que usan una frmula electoral en

    que el o los escaos son adjudicados al can-didato o candidatos que hayan alcanzado lamayora, sea absoluta o relativa, segn el caso.Tratndose de frmulas proporcionales loscargos se distribuyen entre los participantesen proporcin a los votos que hayan obteni-do. Los mixtos usan la frmula mayoritariapara elegir una parte de los cargos en disputa

    y la proporcional para los restantes cargos. Seha sostenido27 que esta clasificacin puede dar

    una idea errnea acerca del sistema electoralpuesto que podra darse el caso que, utilizan-do una frmula proporcional, se busquen y al-cancen resultados en que se subrepresentefuertemente a las minoras y asegure la ma-yora de los cargos a una lista que escasamentesupere el cincuenta por ciento de los votos.Para salvar este inconveniente es preferibleusar el principio de representacin, en virtuddel cual los sistemas electorales tambin sonclasificados en mayoritarios y proporcionales,

    pero ser mayoritario aquel sistema que, con-forme a su diseo, produzca una tendencia enque se subrepresente a las minoras, y la pri-mera fuerza poltica alcance la mayora de loscargos aunque no reciba la mayora absolutade los votos. En tal categora entran todos lossistemas de frmula mayoritaria, pero tambinalgunos que usan la frmula proporcional.Conforme a tal principio, un sistema ser pro-porcional cuando tiende a distribuir los esca-

    os entre los candidatos, de modo que en elresultado de quienes alcanzan los cargos endisputa se aprecia un reflejo del apoyo popu-lar y la asamblea elegida, aplicando tal siste-ma, es una reproduccin de la composicinpoltica del electorado28.

    Todo sistema electoral est constituidopor una serie de elementos que integran unaestructura ms o menos compleja, requirien-do una regulacin en distintas reas, entre lasque destacamos: la distribucin de los distri-tos o circunscripciones electorales; la formade las candidaturas; el procedimiento de vo-tacin y el mecanismo de conversin de vo-tos en escaos.

    a) Importancia de la distribucin de lascircunscripciones electorales

    Este es un asunto de relevancia al tiem-po de implantar o evaluar un sistema electo-25 GIOVANNI SCHEPIS, I sistemi elettorali,

    teoria, tecnica, legislacion positive, Empali, 1955,citado por DIETERNOHLEN, Sistemas electoralesdel mundo, 1981, ob. cit. pg. 55.

    26 DOUGLAS W. RAE , The politicalconsequences of electoral laws, Yale UniversityPress, New Haven, 1967, citado por D. NOHLEN,Sistemas electorales del mundo, ob. cit., pg. 56.

    27 En este sentido JOS ENRIQUE MOLINAVEGA , enLos sistemas electorales de Amrica La-tina, ob. cit., citando al efecto a D. NOHLEN.

    28JOSENRIQUEMOLINAVEGA , enLos sis-temas electorales de Amrica Latina, ob. cit.

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    ral, pues frecuentemente las crticas a un sis-tema apuntan al modo como se han distri-

    buido las circunscripciones electorales msque a otros aspectos del sistema mismo. Loscambios demogrficos, especialmente ladespoblacin de las reas rurales y el consi-guiente crecimiento desmesurado las msde las veces de los ncleos urbanos, consti-tuyen un elemento vital al definir la distri-bucin de las circunscripciones, pues stasno deben crearse sin atender a los cambiosdemogrficos futuros, debiendo adecuarse

    ante una mutacin relevante, sea el tamaodel distrito o el nmero de escaos que se leatribuyen.

    Lo que interesa es que el sistema fun-cione de tal manera que exista una igual oequilibrada representacin de todos los sec-tores, grupos sociales o partidos polticos sinque se manipule la conformacin de la cir-cunscripcin en vista de obtener ventajas29,pero al mismo tiempo sin apartarse del prin-cipio universal de un hombre, un voto. Laigualdad que se busca se obtendr cuando,como resultado de la aplicacin del sistema,se logra que cada escao signifique un nme-ro equivalente de habitantes o electores encada uno de los distritos electorales y, al mis-mo tiempo, se alcanza una representacinequilibrada de todos los sectores y partidosque compiten en la eleccin. Cuando la des-proporcin es muy grande se ven favorecidasdeterminadas reas o grupos, por lo que, si se

    traspasan los lmites tolerables de la desvia-cin del principio igualitario producto de lasmanipulaciones, se eliminar la caracters-tica igualitaria del sufragio, convirtiendo elresultado electoral en una distorsin de lavoluntad del electorado30.

    Indudablemente que existen muchas ma-neras de manipular la estructura de las cir-

    cunscripciones, con fines distintos; por ellopara los efectos del estudio slo nos ocupare-mos de mencionar algunas de ellas con el pro-psito principal de visualizar de esta forma laimportancia de este elemento dentro de unsistema electoral. Una forma de manipulareste elemento se conoce como gerryman-dering31, mediante la cual se efecta unaconformacin sesgada de los distritos elec-torales con criterios poltico partidistas, pues

    conscientemente se aprovecha la variacin dela distribucin geogrfica de los simpatizan-tes de los diversos partidos polticos, crean-do distritos ad hocy trazando la frontera delos mismos, de tal manera que se determineintencionalmente el grupo que ganar en esacircunscripcin32, 33.

    En cuanto al tema del tamao de las cir-cunscripciones electorales, no se trata de laextensin geogrfica de stas sino que delnmero de escaos que le corresponde elegira cada una. Al respecto debemos distinguirentre distritos uninominales y plurinominales,

    29Algunas constituciones se ocupan del pro-

    blema para eliminar las posibles desviaciones; as,la Carta de Portugal de 1976 establece que en lascircunscripciones plurinominales, los escaos de-ben ser proporcionalmente distribuidos en relacincon los electores inscritos. (Ejemplo obtenido deD. NOHLEN, en ob. cit., pgs. 49 y 50).

    30D. NOHLEN, ob. cit., pg. 49.

    31Nombre derivado de su autor, ELBRIDGEGERRY, gobernador de Massachusetts, quien en1812 tuvo la sagaz idea de trazar un distrito en for-ma de salamandra que concentraba sus votos y es-parca el de sus adversarios. (Ver G. SARTORI, In-geniera constitucional comparada, ob. cit., pgs.34-35.)

    32

    D. NOHLEN, ob. cit., pgs. 50-52.33En este sentido, sera interesante analizar cui-dadosamente el sistema de distribucin de los 60 dis-tritos electorales creados por la ley N18.799 de 26de mayo de 1989, modificatoria de la N18.700 or-gnica constitucional de Votaciones Populares yEscrutinios, desde el momento que stos fueron dis-tribuidos conociendo el resultado del reciente ple-biscito de octubre de 1988, para concluir si se uti-lizaron o no por sus autores manipulaciones endicha conformacin con fines poltico partidistas.Dicha manipulacin tendera por una parte a evitar

    que una alianza poltica alcance en muchos distri-tos una votacin tal que le permita obtener los doscargos en disputa en ese distrito al superar en msdel doble a la lista que le siguiera en votacin, con-forme a las normas del sistema binominal introdu-cido segn reforma de la LOC N18.700, por lacitada Ley 18.799 de 26 de mayo de 1989.

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    2001] BANDA: DEMOCRACIA REPRESENTATIVA Y SISTEMA ELECTORAL 31

    y para los primeros slo podemos concebir laaplicacin del principio de decisin por ma-

    yora, sea absoluta o relativa y, en los segun-dos, podemos aplicar el principio decisorioproporcional. Las circunscripciones plurino-minales que eligen dos o ms cargos pue-den ser pequeas, medianas o grandes34 ycuanto ms pequea sea menor ser el efectoproporcional del sistema electoral reducin-dose o anulndose segn los casos las po-sibilidades electorales de los pequeos parti-dos. El tamao de las circunscripciones nodeterminar el efecto representativo del sis-tema, as, si consideramos circunscripcionesbinominales, como lo es el caso chileno paralas elecciones parlamentarias, veremos quedicho sistema no se implanta en vista de fa-vorecer al partido o la coalicin mayoritaria,sino que se busca un efecto reductivo en elsistema de partidos y, al mismo tiempo, unequilibrio de fuerzas, privilegiando a la se-gunda mayora. En efecto, en dicho sistemacuentan slo las dos ms altas mayoras re-

    sultando que el segundo partido o lista quesigue al de mayor votacin puede igualar elnmero de escaos del conglomerado gana-dor, siempre que no sea superado por ms deldoble de los votos. Esto quiere decir que enuna circunscripcin la lista o partido que al-cance ms del tercio de la votacin lograrun escao, al igual que el partido o lista quealcance los dos tercios de las preferencias. Setrata sin duda de un efecto reductivo en elnmero de partidos que alcanzan representa-cin y, a la vez, produce una distorsin de lavoluntad popular en directo detrimento delpartido o conglomerado mayoritario. En cir-cunscripciones de tres escaos, trinominales,un partido puede alcanzar representacin conel 18% de los votos y, en una de nueve car-gos, se requiere aproximadamente el 9% de

    los sufragios35, 36. Al reducirse el tamao delas circunscripciones, se aumenta la despro-

    porcin entre votos y escaos, e inversamente,se refuerza el efecto proporcional de un siste-ma electoral al aumentar el tamao de los dis-tritos electorales37. El efecto proporcional selimita, si se combinan dentro de un mismosistema, circunscripciones electorales de di-ferentes tamaos, ya que el efecto obtenidono ser muy proporcional debido a la exis-tencia de distritos pequeos y medianos, nitampoco el efecto ser reductor o concentra-dor de partidos, puesto que los partidos peque-

    os se vern beneficiados alcanzando repre-sentacin en las circunscripciones grandes38.

    34 NOHLEN entiende que son pequeas lascircunscripciones a las que les corresponde elegirde 2 a 5 cargos, medianas las que eligen de 6 a 10puestos, y circunscripciones grandes aquellas a lasque les toca elegir 10 o ms escaos. (Vid. D.NOHLEN, Sistemas electorales y partidos polticos,ob. cit. pg. 52-53.)

    35Segn estimaciones y cuadros estadsticosdetallados en D. NOHLEN, Sistemas electorales ypartidos polticos, ob. cit., pgs. 54-57.

    36La relacin entre el tamao de la circuns-cripcin, el umbral de representacin o nmeromnimo de votos necesarios para alcanzar un car-go y el efecto proporcional es el siguiente

    (NOHLEN

    , ob. cit., pg. 54):Tamao de la Umbral de Efectocircunscripcin representacin proporcional

    pequea alto bajo mediana medio alto medio alto grande bajo alto

    37NOHLEN, ob. cit., pg. 56.38Una cuestin que no deja de tener relevan-

    cia para el efecto que se produce en la representa-cin aplicando uno u otro sistema, es el de la dis-tribucin regional de las circunscripciones contamaos diferentes. En efecto, aunque se aplique

    correctamente el principio de la proporcionalidad,pueden darse significativas distorsiones de la re-presentacin poltica segn sea la distribucin delas circunscripciones de diversos tamaos en elterritorio nacional. El fenmeno se produce comoconsecuencia de la distinta densidad de poblacincon motivo de la migracin desde las zonas ruralesa las urbanas que constituye una realidad actualen todos los pases y si, unido a ello, el tamao delas circunscripciones se define por el nmero dehabitantes o conforme a la divisin administrativa,los grandes centros urbanos con alta densidad

    poblacional constituirn circunscripciones grandes,en tanto las zonas rurales sern circunscripcionespequeas o medianas. En las grandes concentracio-nes poblacionales la aplicacin de la frmula pro-porcional se traducir, al mismo tiempo, en unarepresentacin proporcional de los distintos parti-dos, en tanto en los distritos pequeos y medianos

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    32 REVISTA DE DERECHO [VOLUMEN XII

    b) La presentacin de candidaturas

    La candidatura es la oferta poltica res-pecto de la cual emiten su pronunciamiento,en una eleccin, los votantes39, y en la quedistinguimos, por una parte, regulaciones le-gales relativas a cuestiones jurdico-adminis-trativas que influyen en el proceso electoralconforme a criterios de garanta y justiciaelectoral y, por otra parte, estn las regula-ciones tcnicas integrantes del sistema elec-toral con incidencia fundamentalmente en lorelativo a la formacin de preferencias polti-cas del elector y, consiguientemente, en el

    voto y el resultado de las elecciones40. En lasleyes electorales hallamos las regulacioneslegales de las candidaturas, especialmente encuanto resuelven acerca de quienes se encuen-tran habilitados para postular, plazos y for-malidades de presentacin de las candidaturas,rganos competentes, calificacin y rgimende recursos, temas que en el presente anlisisno abordaremos.

    Las regulaciones tcnicas dicen relacincon las formas de la candidatura, de manera

    que el elector encara diversas alternativas dedecisin poltica y aqu distinguimos entre lascandidaturas unipersonales y la lista de candi-

    datos. Las formas de las listas pueden variardesde una lista cerrada y bloqueada, que slo

    posibilita al elector dar su preferencia en blo-que por un partido o lista en que el orden delos postulantes est previamente determinadopor el partido u organizacin que la ha presen-tado. Como consecuencia de este tipo de vota-cin el representante se torna ms dependientede su partido y permite a stos planificar lacomposicin de sus grupos parlamentarios con-forme a sus intereses. La lista cerrada y no blo-queada permite al elector decidir quien o quie-nes representarn al partido y le otorga alelegido una doble legitimidad, pues no slo

    cuenta con el respaldo de su partido sino quetambin tiene la preferencia del elector que lamarc en el voto. Por ltimo, la lista abiertada plena libertad al elector para formar su pro-pia lista sin ajustarse a las determinacionespartidistas las que, en este caso, slo confor-man una propuesta presentada al votante.

    c) Los procedimientos de votacin

    Estos procedimientos se relacionan con

    la forma de las listas, de tal manera que entreambos se pueden formar las siguientes com-binaciones, segn Nohlen41:

    rurales desde luego se quiebra el principio pro-porcional favorecindose al partido mayoritario. Deesta forma resulta beneficiado el partido que do-

    mine en las zonas rurales y ste obtendr, a nivelnacional, segn la distribucin de los distritos deacuerdo al tamao, ms escaos que votos. Distin-to, evidentemente, sera el resultado si, en tal hip-tesis, se configuraran distritos de igual tamao enlas zonas urbanas con gran concentracin de elec-tores y en las zonas rurales, de manera que en am-bas zonas impere equilibradamente el principio pro-

    porcional, esto es, que el partido triunfador, es de-cir, el que obtenga ms escaos, sea al mismo tiem-po el que obtenga ms votos, y los escaos sean

    distribuidos proporcionalmente a la votacin al-canzada con umbrales de representacin ms bienmedios.

    39D. NOHLEN,Diccionario Electoral, ver tr-mino candidaturas; ob. cit.

    40D. NOHLEN,Diccionario Electoral, ob. cit.41D. NOHLEN, Sistemas electorales y parti-

    dos polticos, ob. cit., pg. 63.

    Formas de lista

    Lista cerrada y bloqueada: orden de candi-datos es fijo.

    Lista cerrada y no bloqueada: orden de can-didatos puede ser modificado ya sea median-te votos preferenciales o mediante reubica-

    cin en la lista.

    Lista abierta: libre reubicacin de los can-didatos dentro de la lista y entre ellas.

    Procedimiento devotacin

    El elector tiene un voto y vota por la listaen conjunto.

    El elector tiene un voto por un candidato.Con ste puede variar el orden de postu-lacin de la lista.

    El elector tiene dos votos como mnimo (unopor la lista y uno por el candidato), o tantosvotos como candidatos por elegir. El elec-tor puede acumular varios votos a favor deun candidato.

    El elector tiene varios votos y puede confi-gurar su lista a partir de los candidatospropuestos por los partidos (panachage).

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    2001] BANDA: DEMOCRACIA REPRESENTATIVA Y SISTEMA ELECTORAL 33

    d) La conversin de votos en escaos

    Este elemento despus de la configu-racin de las circunscripciones electorales esel de mayor importancia para definir el resul-tado electoral, constituyendo las ms de lasveces en el factor decisivo para convertir vo-tos en escaos, llegando en ocasiones a limi-tar la participacin, en la distribucin de losescaos, de algunos partidos polticos o sim-plemente dejndolos fuera de las posibilida-des de obtener cargos42. Esto es, la aplicacinde una determinada tcnica para la asignacin

    de los cargos puede dar por resultado que seafavorecido abiertamente un partido o partidosen desmedro de los restantes.

    Evidentemente que el sistema de conver-sin de votos en escaos no slo tiene decisi-va incidencia en el resultado de las eleccio-nes, sino que tambin produce efectos en elcomportamiento electoral del votante, pues sies proclive a un partido pequeo, y ante elriesgo de que ste no logre superar alguna delas barreras legales43 impuestas por el siste-

    ma, para no perder su voto, preferir drse-lo a otro partido ms grande.

    En cuanto a las frmulas para convertirvotos en escaos, la distincin debe hacerseentre los sistemas de mayora y los propor-cionales como principios decisorios. Las fr-mulas mayoritarias son la de mayora relativay la de mayora absoluta y, en este ltimo caso,por lo general deber haber segunda vuelta

    electoral si ningn candidato alcanza dichamayora en la primera44. Si la frmula para

    convertir votos en escaos se rige por el prin-cipio proporcional, los mtodos de cmputosutilizables son el procedimiento del divisor ode la cifra mayor, que se caracteriza porquelos votos obtenidos por cada partido en luchadeben dividirse por una serie de divisores,produciendo por resultado una secuencia decuocientes decrecientes para cada lista, atri-buyndose los escaos a los mayorescuocientes o cifra mayor. El ms conocidoentre estos mtodos es el denominado mto-

    do DHondt45. El otro mtodo utilizable en lossistemas proporcionales es el procedimientodel cuociente electoral que consiste en la de-terminacin de un cuociente o cantidad mni-ma de votos requeridos para obtener un esca-o, de manera que los partidos polticos encontienda obtienen tantos escaos como ve-ces quepa en el cuociente electoral el nmerode votos obtenidos46, 47.

    42

    Un claro ejemplo al respecto presenta enChile el sistema binominal que se aplica para laeleccin de parlamentarios, en virtud del cual lasdems fuerzas polticas, fuera de las dos que se re-parten prcticamente todos los cargos, quedan to-talmente excluidas en la distribucin de los esca-os. Lo anterior, sin perjuicio de destacar que lasegunda fuerza electoral queda abiertamente favo-recida pues le basta obtener, como resultado en cadacircunscripcin electoral, una votacin tal de for-ma de no ser superada por ms del doble por la pri-mera fuerza para obtener al igual que sta uno

    de los dos cargos en disputa.43Se habla de barreras legales cuando laparticipacin de los partidos polticos en la distri-bucin de los escaos est condicionada a que lo-gren alcanzar un mnimo de votos o ganen un de-terminado nmero de escaos directos en lascircunscripciones.

    44

    En el caso que deba hacerse una segundavotacin segunda vuelta es importante destacarque en ella adquieren relevancia los partidos pe-queos, a diferencia del principio de la mayorarelativa, pues en esta situacin dichos conglomera-dos, aunque con poca votacin, se tornan intere-santes para los grandes partidos que se disputan elcargo pues les pueden ofrecer a stos el apoyo parasus candidatos a cambio de la cesin de algunascircunscripciones.

    45De acuerdo al mtodo DHondt, los votosobtenidos por cada partido se dividen en opera-

    ciones consecutivas por una serie de divisores (1,2, 3, 4, 5, 6, etc.) y la asignacin de los escaos serige por el cuociente mayor o la cifra mayor, demanera que, si se trata de asignar cuatro cargos, elprimero de ellos ser obtenido por el partido o listaa quien le haya cabido el cuociente mayor, y assucesivamente hasta llenar todos los cargos.

    46El cuociente se obtiene dividiendo el n-mero de votos obtenidos por un divisor variablesegn sea la frmula utilizada; si ste es igual alnmero de cargos por llenar estamos ante el proce-dimiento de cuociente electoral simple o natural,

    llamado mtodo de Hare; si el divisor se componedel nmero de escaos a elegir ms uno, se trata dela frmula Hagenbach-Bischoff. Si se aumenta eldivisor an ms (es decir, nmero de escaos en lacircunscripcin ms dos, por ejemplo) se trata dela frmula del cuociente electoral modificado. Des-de el momento que, por aplicacin de estas frmu-

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    34 REVISTA DE DERECHO [VOLUMEN XII

    4. EFECTOSDEL SISTEMAELECTORAL

    Una cuestin crucial es de resolver si elsistema electoral tiene como algunos preten-den una significacin poco relevante en eldesarrollo poltico de una sociedad determina-da y que existiran factores ms sustancialesy de mayor preponderancia en tal sentido,otros en cambio le otorgan un protagonismotal hasta el punto que de l dependera no slola gobernabilidad de una nacin sino que in-cluso la viabilidad del sistema democrtico,y que, constituyendo uno de los hechos ms

    estudiados y demostrados en el campo de laCiencia Poltica, los sistemas electorales in-fluyen en aspectos significativos del sistemapoltico, tales como la composicin polticade los parlamentos, la gobernabilidad, el com-portamiento electoral de los ciudadanos, yhasta en quin es o no electo presidente48.

    Pero, en definitiva pareciera que el sis-tema electoral s que constituye una variablemuy influyente en el desenvolvimiento pol-

    tico de un pas, pero no es el causante de todolo bueno ni todo lo malo que pudiera suceder,es una variable que incide desde luego en larepresentacin poltica y en la conformacinde los sistemas de partidos polticos y a tra-vs de dichas opciones tiene influencia en lagobernabilidad.

    El sistema electoral influye directamen-te en dos direcciones interrelacionadas entre

    s: por una parte incide en la estructuracinde las preferencias polticas en la eleccin, es

    decir, influye en la votacin misma al colocaral elector ante la coyuntura de decidir, y sudeterminacin estar marcada por las distin-tas posibilidades de los candidatos y de lospartidos polticos, segn el sistema electoralaplicable. Se trata ms bien de un efecto psi-colgico y, por lo mismo, es de difcil mensu-ra. Por otro lado, el sistema electoral produ-cir diferentes resultados constituyendo unefecto de carcter mecnico apreciable, espe-cialmente all donde se da, por la aplicacinmisma del sistema una notoria despropor-cionalidad en la relacin votos-escaos, re-ducindose en muchos casos los partidos pol-ticos que tienen representacin parlamentaria.En este sentido, no ser lo mismo que si, tra-tndose de una eleccin presidencial, al apli-car el sistema de mayora relativa puede darcomo resultado que alcance el cargo un can-didato que slo obtenga un tercio de los vo-tos, lo que es imposible si se trata de un siste-

    ma en que se exige mayora absoluta.El efecto del sistema electoral no se tra-

    duce en una simple relacin votos-escaos oal efecto reductivo o no producido al momen-to de votar, porque ms que afectar al sistemade partidos, produciendo su fragmentacin oun mayor o menor nmero de stos y la capa-cidad de ellos para formar coaliciones mayo-ritarias en el parlamento, dichos sistemas in-terfieren en las relaciones votante-elegido,

    pudiendo darse una ms amplia o una menorcercana entre ambos debido a factores comoel tamao de las circunscripciones electora-les, la forma del voto, es decir, si se vota porun nombre (sistema uninominal) o por una lis-ta (en los proporcionales), sin perjuicio de lapresencia de otros elementos tcnicos que seincorporen.

    Nohlen establece que, adems de estascuestiones, puede concluirse que en el estu-dio de los diversos sistemas electorales stos

    tienen incidencia en los siguientes problemaso fenmenos: la polarizacin ideolgica y po-ltica a nivel del electorado y a nivel del sis-tema de partidos polticos; la estructuracinde los partidos polticos en un doble sentido,estructuracin interna y relacin de los parti-

    las, no todos los escaos a llenar podrn ser asig-nados de una sola vez, la variacin del divisor per-mite controlar el nmero de escaos restantes, losque se asignan en una segunda operacin aplican-do en ese caso ya sea el mtodo del resto mayor,mtodo del resto menor, el de reparto de restos (se-ries de divisores similar a DHondt) o el mtododel medio o residuo mayor (divisin del resto entreescaos ya obtenidos ms uno).

    47En NOHLEN, Sistemas electorales y parti-dos polticos, ob. cit., se pueden ver ejemplos ycuadros respecto de las diversas frmulas para la

    conversin de votos en escaos, en pgs. 66 a 85.48MOLINAVEGA, JOSENRIQUE, Los siste-mas electorales de Amrica Latina, Instituto Intera-mericano de Derechos Humanos IIDH, Cuadernosde CAPEL 46, obtenido en Internet en http://www.iidh.ed.cr/siii/Publicaciones_CAPEL/Capel46/Cuaderno%20CAPEL46%20para%20SIII.htm.

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    dos con el electorado; la representacin de losintereses de diferentes sectores de la socie-

    dad, es decir, representacin de las regiones,etnias, confesiones y otros segmentos mino-ritarios de la sociedad, representacin queprocura la integracin poltica en el mbitodel Estado; el tipo de competencia poltica;las formas de participacin poltica prevale-cientes incluyendo tipos de comportamientoelectoral (voto racional-til y votacin tcti-ca) que ayuden o no al dinamismo poltico(como ser, la alternancia en el poder); las ca-ractersticas o modelos de las campaas elec-

    torales; la capacidad del sistema poltico degenerar el bienestar de su poblacin en lamedida en que su logro dependa del buen fun-cionamiento de las instituciones polticas(ejemplo: el sistema de partidos polticos); yfinalmente incide en la legitimidad del siste-ma poltico, en la percepcin del ciudadanoelector y en el grado de su compromiso conel sistema poltico establecido49.

    En suma, los sistemas electorales gene-ran tendencias que, de encontrar un contextohistrico-poltico favorable, se traducen enresultados concretos, relativamente predeci-bles50. En las relaciones entre sociedad, sis-tema electoral y sistema de partidos no serposible de entrada asignar a estos factoresla funcin de variables independientes o de-pendientes, pero s es dable afirmar que lascondiciones constitutivas de los sistemaselectorales determinan sus efectos. Las estruc-turas sociopolticas especficas no slo son

    corresponsables en la decisin acerca del sis-tema electoral, sino tambin los efectos destos dependen parcialmente de aqullas51.

    5. S ISTEMAELECTORALYSUINFLUENCIAENELSISTEMADEPARTIDOSPOLTICOS

    Tiene incidencia el sistema electoral enla conformacin del sistema de partidos po-

    lticos? Propicia la existencia y superviven-cia de pocos o de muchos partidos u obliga a

    stos a formar coaliciones? Es suficiente elsistema electoral para crear un sistema bipar-tidista, de utilizarse determinados mtodos enque impera el sistema mayoritario, y la solaimplantacin de un sistema basado en unaecuacin proporcional derivar necesariamen-te hacia un multipartidismo?

    a) Las leyes sociolgicas

    Fundamentalmente los estudiosos que se

    han ocupado del tema lo han planteado conrelacin al sistema de partidos polticos, yquien primeramente se refiri con mayorprecisin52 a la vinculacin entre sistemaelectoral y sistema de partidos fue el profesorfrancs Maurice Duverger53, formulando lasdenominadas leyes sociolgicas, que se

    49DIETERNOHLEN, en Diccionario Electo-ral, Sistemas Electorales, ob. cit.

    50 JOSENRIQUEMOLINAVEGA , Los siste-mas electorales de Amrica Latina, ob. cit.

    51 DIETER NOHLEN, Sistemas electorales ysistemas de partidos, ob. cit., pg. 350.

    52JUANRIAL en elDiccionario Electoral, ob.

    cit., en el vocablo de referencia Leyes sociolgi-cas de Maurice Duverger, resea una serie de an-tecedentes importantes que precedieron a la formu-lacin de DUVERGER. Menciona, entre otros, aHENRYDROOPque en 1869 sostuvo que los gran-des partidos de Gran Bretaa y Estados Unidos sehaban formado y mantenido debido al sistema devoto mayoritario, y RAMSAYMACDONALD, que en1909 plante la necesidad de la existencia de la re-gla de la mayora, como nica forma para imponery aplicar el programa de un gobierno laborista, puesla representacin proporcional conduca a la nece-

    sidad de entrar en negociaciones, a la formacinde alianzas que impedan llevar adelante ese pro-grama partidario. Tambin hubo planteamientoscontrarios a la representacin proporcional en re-lacin a lo que haba sido la experiencia de Alema-nia e Italia, argumentndose que dicho sistema tra-jo consigo la inestabilidad de dichos regmenespolticos y facilit con ello el ascenso del nazismoy del fascismo.

    53DUVERGERreformul sus leyes en 1959,que es la versin que se enuncia, puesto que la pri-mera vez que lo hizo, en 1951, fue de la siguiente

    manera: 1El sistema de mayora simple tiende aafirmar un sistema partidario dual y, 2El sistemaproporcional o el de mayora obtenida tras una se-gunda vuelta electoral lleva al pluripartidismo. (Ver,al respecto Leyes sociolgicas de MauriceDuverger de JUANRIAL , en Diccionario Electo-ral, ob. cit.)

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    36 REVISTA DE DERECHO [VOLUMEN XII

    enuncian de la siguiente manera: 1El es-crutinio mayoritario a una sola vuelta tiende

    al bipartidismo: 2 La representacin propor-cional tiende a un sistema de partidos mlti-

    ples e independientes unos de otros, 3El es-crutinio mayoritario a dos vueltas tiende a unmultipartidismo atemperado por alianzas54.

    Estos planteamientos de los efectos dela ingeniera electoral, las frmulas de asig-nacin de asientos parlamentarios divididasen proporcionales y mayoritarias, sobre laarquitectura poltica, sobre el sistema departidos polticos y ms generalmente sobre

    el sistema poltico, tuvo gran impacto en losmedios acadmicos de Europa y Amrica La-tina55.

    Duverger explica la incidencia del siste-ma electoral sobre el sistema de partidos conrelacin a las consecuencias que acarrea labrutalidad del escrutinio mayoritario a unavuelta56, de la siguiente manera: si los elec-tores moderados estn divididos en dos parti-dos puede darse el caso que en una eleccin

    triunfe el candidato de tendencia revolucio-naria57y, para evitarlo, obliga a las tenden-cias afines moderadas a reagruparse en elsiguiente escrutinio, por el peligro de ser aplas-tadas y, si no lo hicieren, la ms dbil sereliminada poco a poco por un doble efecto desubrepresentacin y de polarizacin. Lasubrepresentacin constituye un fenmenomecnico en virtud del cual un partido ob-tiene una proporcin de escaos inferior a suproporcin de sufragios y existe cuando di-

    cho sistema funciona con slo dos partidos58,y en el esquema de existencia de un tercer

    partido, ste resulta an ms subrepresentadoque el segundo e incluso arriesga el peligrode ser barrido, pues la subrepresentacin tien-de a hacer perder los votos que van intilmenteal tercer partido. Los electores, percatndosede ello, de que la divisin de sufragios entrelas tendencias ms prximas favorece al ad-versario comn, en la siguiente eleccin aban-donarn al ms dbil de los moderados, de talforma, agrega Duverger, los electores tiendena dejar el tercer partido para dirigir sus votos

    hacia los dos ms fuertes. Esta polarizacin,fenmeno psicolgico59, refuerza los facto-res mecnicos subrepresentacin que con-ducen al bipartidismo60.

    En un sistema mayoritario a dos vuel-tas, explica Duverger, habr gran cantidad departidos, pues la segunda vuelta permite acada cual probar suerte en la primera sin queel desmembramiento de las tendencias afi-nes en la primera provoque su desaparicin

    54MAURICEDUVERGER, Instituciones Pol-ticas y Derecho Constitucional, Ediciones Ariel,Barcelona, 1970, pgs. 171 y 172.

    55JUANRIAL , enDiccionario Electoral, ob.cit., en el vocablo de referencia Las leyes socio-lgicas de Maurice Duverger.

    56MAURICEDUVERGER, ob. cit., pg. 172.57 En el ejemplo que presenta DUVERGER

    plantea que, en una circunscripcin determinada

    donde 100.000 electores moderados se oponen a80.000 electores comunistas, si los moderados es-tn divididos en dos partidos resultar elegido elcandidato comunista si uno de sus adversarios mo-derados obtiene ms de 20.000 votos, pues ello bas-ta para que triunfe y resulte elegido el candidatocomunista. Ver, DUVERGER, ob. cit., pg. 172.

    58El partido ganador es favorecido y el otroes perjudicado, es decir, el primero con un de-terminado porcentaje de votos obtiene un porcen-taje muy superior de escaos por efecto de laaplicacin del escrutinio mayoritario a una vuelta(el ganador obtiene todo). DUVERGER, ob. cit.,pg. 172.

    59En esto del efecto psicolgico actuando so-bre votantes y dirigentes polticos Duverger se an-

    ticipa a las formulaciones tericas que posterior-mente se conocieron con el nombre de eleccinracional. As, se dice (Anthony Downs, 1957) queun votante racional decide primero cul partidocree que lo beneficiar ms; luego tratar de esti-mar si ese partido tiene alguna posibilidad de triun-far, y hace esto porque es parte de un proceso deseleccin, no de una expresin de preferencia. Porello, aun si prefiere el Partido A, l desperdiciarsu voto si A tiene poca chance de ganar dado quepercibe que la masa de votantes decide entre lospartidos B y C, de modo que la eleccin relevan-

    te es entre B y C, por lo cual un voto para A no estil y en ese proceso racional, elegir a A, re-sulta irracional. (Anthony Downs,An EconomyTheory of Democracy, citado por JUANRIALenDic-cionario Electoral, ob. cit., vocablo de referenciaLeyes sociolgicas de Maurice Duverger.

    60MAURICEDUVERGER, ob. cit., pg. 173.

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    o aniquilamiento, desde el momento que elreagrupamiento puede producirse en la se-

    gunda vuelta. En la primera eleccin cadaelector marcar su preferencia por el candi-dato de su predileccin y en la segunda bus-car el candidato ms cerca de sus preferen-cias para marcar a quien tenga verdaderasprobabilidades de surgir como elegido y nodesperdiciar su voto. As, dice Duverger61, sien la primera eleccin una tendencia conser-vadora recoge 60.000 votos y otra 40.000,mientras que los comunistas alcanzan 80.000en el primer escrutinio, habr segunda vuel-ta y en ella el segundo candidato conserva-dor de retirar y sus preferencias se vuelcanhacia el ms votado quien seguramente con100.000 adherentes resultar electo. En con-secuencia, segn ello, se posibilita la multi-plicacin de los partidos, pero los obligar apactar alianzas para derrotar al adversariocomn62.

    La situacin es totalmente distinta enun sistema proporcional en el planteamien-

    to de Duverger pues la multiplicidad de par-tidos que el mismo sistema propicia, permi-te a cualquier tendencia minoritaria, por dbilque ella sea, alcanzar una representacin ynada impide que una misma familia polticaparticipe fragmentada en varias diversas ten-dencias y al final alcance la misma represen-tacin parlamentaria que obtendran si parti-ciparan en la eleccin como una sola fuerzapoltica. El mecanismo del escrutinio no fuer-

    za a las diversas tendencias afines a unirse,pues electoralmente tal alianza resulta intil,ya que el sistema mismo permite a cada cualparticipar aisladamente en la eleccin ju-gndose su propia suerte63. En suma, la in-fluencia de un sistema electoral determinadoen la conformacin o estructura del sistemade partidos variar segn cual sea el sistemaaplicable y depende igualmente si se trata departidos grandes o pequeos o partidos tradi-

    cionales o aquellos que responden a modaspasajeras64.

    b) Una crtica a las leyes sociolgicas: lasleyes tendenciales

    En cuanto al punto que nos interesa di-lucidar referente a la influencia de los siste-mas electorales, Giovanni Sartori65 sostieneque stos producen dos efectos que deben eva-luarse separadamente, uno en el votante y otroen el nmero de partidos66. El efecto sobre elnmero de partidos no es una consecuenciaderivada slo del comportamiento de los elec-tores, sino que tambin de la frmula utiliza-da para convertir sus votos en escaos. El efec-to sobre los votantes lo define como efectorepresor, o manipulador, y puede ser muyfuerte en un sistema mayoritario o francamen-te inexistente en un sistema de representacinproporcional puro67. El efecto sobre el nme-

    61MAURICEDUVERGER, ob. cit., pg. 173 y174.

    62MAURICEDUVERGER, ibdem.63MAURICEDUVERGER, ob. cit., pgs. 173,

    174.

    64

    Tambin deben considerarse las relacionesentre el rgimen electoral y el comportamiento delos electores, pues existen diferencias entre el re-parto de escaos y el reparto de sufragios y dichadiferencia vara en amplitud y sentido segn sea elsistema electoral aplicable. Pero, la influencia delos regmenes electorales no slo se manifiesta enel reparto de los escaos, tambin incide en el re-parto de los sufragios. Los electores no votan porlos mismos partidos en rgimen mayoritario que enrgimen proporcional, en escrutinio a una vuelta oa dos vueltas. El comportamiento de los electores,

    se manifiesta de una u otra manera segn cual seael sistema electoral que se aplica. M. DUVERGER,ob. cit., pg. 176.

    65Los planteamientos de GIOVANNISARTORIpueden confrontarse en: SARTORI,Ingeniera cons-titucional comparada. Una investigacin de estruc-

    turas, incentivos y resultados; JUANRIALen la obraDicc ionario Electoral por la locucin Leyestendenciales de Sartori, obras citadas.

    66GIOVANNISARTORI, ob. cit., pg. 46.67 Entendemos por sistema de representa-

    cin proporcional puro aquel en el cual no se han

    incorporado elementos que tienden a desvirtuarlo,es decir, aquellos que le restan proporcionalidad,como ser por ejemplo: el tamao relativamente pe-queo de los distritos electorales, las clusulas deexclusin o barreras legales, los premios a la ma-yora y la conversin desproporcionada de votosen escaos.

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    ro de partidos lo denomina reductor, pueso reduce su nmero o el sistema electoral no

    produce efecto alguno, con lo que conclu-ye no existe un efecto multiplicador.Sartori critica las formulaciones de Du-

    verger, especialmente en el plano metodo-lgico al sostener que las generalizaciones68

    no son sino tendencias y no leyes deter-ministas, pues una ley una generalizacincausal debe poder verificarse en todos loscasos69. La causa y el efecto deben ser preci-sos y comprobables empricamente70.Luegoexpresa que si se supone que una ley es

    determinista, en el sentido de que si se da lacausa se da el efecto, y por tanto es conocidoy cierto ex ante, entonces una sola excepcinbasta para anular la ley71, y agrega pero lasleyes de las ciencias sociales no pueden ser

    ni nunca han sido deterministas, y en conse-cuencia toleran alguna desviacin72, pero

    aunque no sea inmediatamente anulada dichaley por sus excepciones, stas crean dificul-tades, lo que puede resolverse sea incluyendouna condicin necesaria que restringe la apli-cabilidad de la ley as la excepcin ya no estal o incorporando las excepciones en unareformulacin de la ley73. Apunta algunas desus crticas a la llamada segunda ley socio-lgica que se formula afirmando que la re-presentacin proporcional lleva al multipar-tidismo, es decir, tendra un efecto multiplicador,

    lo que califica como una formulacin ambi-gua que no define claramente al multi-partidismo74 y que tampoco toma en consi-deracin el problema de la doble vuelta. As,expresa que la representacin proporcional seasocia generalmente con la existencia delmultipartidismo, lo cual no conduce necesa-riamente a que ello constituya una ley75.

    Sartori formula sus conocidas leyestendenciales afirmando que las asociaciones

    que se realicen, en trminos de correlacin,permiten concluir que existen condiciones quefacilitan y otras que obstruyen un determina-do evento, como sera, por ejemplo, la siguien-te: la frmula de pluralidad es slo una delas condiciones suficientes para la existenciade un sistema bipartidario76. Razone expre-sando que en un sistema plural de distritos deun solo representante la eleccin del votanteestar restringida limitada a los principa-les contendores, a menos que quiera des-

    68 SARTORI, en Ingeniera consti tucionalcomparada, ob. cit., pg. 43 expresa al respecto,

    citando a Bogdanor y Butler, que las relacionesentre los sistemas electorales, los sistemas de par-tido y los procesos de cambio social son de tal na-turaleza que no pueden ser condensados en leyescientficas y que el estudio comparativo de lossistemas electorales y de los sistemas de partidoprobablemente ser ms til para aclarar lo que essingular, que para encontrar generalidades, con-cluye por consiguiente sosteniendo que es opininpredominante en el ramo de que no podemos obte-ner generalizaciones comparativamente vlidas.

    69 SARTORI, en Ingeniera consti tucional

    comparada, ob. cit., pg. 42 y ss. explica: las fr-mulas de Duverger y los razonamientos dados porste para fundamentarlas, han sido fcilmentedestruibles pues parte del supuesto que es posibledemostrar una relacin causal mediante una corre-lacin, no captando la diferencia entre causa dey asociado con; por otra parte, agrega que sloes posible hacer una generalizacin causal solo sise especifican claramente causa y efecto, y en rela-cin a la primera ley de Duverger no se ha podidofundamentar el efecto el bipartidismo y tampo-co se ha precisado el efecto de la segunda ley el

    multipartidismo.70 Una ley se mantiene en la medida que nosea falsa, debe formulrsele de tal manera que per-mita su confirmacin o su negacin empricas.SARTORI, ob, cit., pg. 44.

    71 SARTORI, en Ingeniera consti tucionalcomparada,ob. cit., pg. 45.

    72Ibdem nota anterior.73Idem.74SARTORI, afirma que una ley que propone

    efectos sobre el nmero de partidos debe estable-cer de qu manera se determina ese nmero, y lue-go, criticando a Duverger expresa que ste nuncasigue una regla de cuenta congruente, pues en al-gunos casos cuenta todos los partidos, en otros des-carta a los que considera locales, semipartidos o

    efmeros y, en suma, nunca identifica claramenteel efecto del supuesto factor causal. (SARTORI, ob.cit., pg. 43.)

    75 Ver al efecto, SARTORI,Ingeniera consti-tucional comparada, ob. cit., pgs. 56 (regla 4), 60,61 y 73.

    76Ibdem nota anterior.

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    perdiciar su sufragio, pero agrega aunquese presione al elector dnde emitir su voto77

    en una eleccin con dos opciones, ello no trae-r necesariamente por consecuencia la reduc-cin de los partidos a dos solamente. Hay unefecto sobre el votante presionado a no des-perdiciar su voto y elegir entre los dos candi-datos con mayores posibilidades pero no sig-nifica necesariamente que ello tienda a crearun esquema bipartidista. Califica de confusoel dualismo partidista de Duverger78.

    En el caso de la representacin propor-cional, para enunciar las leyes tendenciales,

    sostiene que es necesario considerar tambinel efecto que causan estos mtodos en dife-rentes circunscripciones. Habra tres variablesimportantes en las que acta la representacinproporcional, que son: el tamao de la asam-blea parlamentaria o nmero de bancas a dis-tribuir, el promedio de asientos por distrito yel nmero de distritos existentes. Los efectosde los sistemas electorales seran ms rele-vantes conforme a la configuracin de las cir-

    cunscripciones y atendido dicho referente

    Sartori distingue sistemas electorales fuertesy dbiles79 y as, los de mayora simple, aso-

    ciados a circunscripciones uninominales sonfuertes y los de representacin proporcionaldonde se toman en consideracin los votosde la circunscripcin nacional y sin clusulade barrera explcita, son dbiles, pero entreambos pueden darse mltiples frmulas in-termedias.

    Sartori analiza los efectos manipulativosdel sistema de partidos polticos condicionan-do al votante tanto como el propio sistemaelectoral y para tal efecto distingue entre par-

    tidos estructurados de aquellos que no lo son.Cuando el elector vote por un notable o algu-na clase de cacique local, estaremos en pre-sencia de un sistema de partidos no estructu-rado; sin embargo, cuando el votante adoptasu determinacin en relacin ya no al notablesino que lo hace respecto de imgenes abs-tractas del partido y, a medida que se desa-rrolla el proceso, el sistema de partidos llegaa ser equivalente a un sistema natural de ca-

    nalizacin de la sociedad polt ica y, si el elec-torado lo elige en consideracin a estos re-ferentes, entonces dicho sistema partidario hallegado a la etapa de consolidacin estructu-ral.80 Relacionando los conceptos de siste-ma electoral fuerte o dbil y sistema de parti-dos estructurado o no, concluye que, en unsistema de mayora simple que coincide conuno de partido estructurado, hay influencianotoria del partido sobre el elector. Respectoa la representacin proporcional rechaza el po-sible efecto multiplicador sobre el sistema departidos polticos, sosteniendo que la adop-cin de tal sistema es resultado de la presinde las fuerzas polticas que hasta el momentono tenan representacin. En cuanto a sus efec-tos considera que la falta de pureza del siste-ma, el tamao de las circunscripciones, la

    77 Las limitaciones o restricciones en estesentido se aplican en la medida que se desea pre-sionar al elector por la va de la configuracin delos distritos electorales (que stos sean ms o me-nos grandes con muchos electores) o que la con-formacin del distrito se maneje de tal manera quela decisin del votante pueda alterarse incluyendopor ejemplo en dicho distrito una gran concentra-

    cin urbana de tendencia renovadora o importan-tes zonas rurales con claras inclinaciones conser-vadoras.

    78 SARTORI aclara en varios acpites de suobra qu entiende bipartidismo: como un siste-ma de dos partidos y que algunos suelen calificarcomo tal a pases con 3, 4 y ms partidos en inclu-so llega a decir que si el Reino Unido tiene 8 par-tidos cmo es posible que todava existan tontos

    que lo consideren un sistema bipartidista? (Inge-

    niera constitucional comparada, ob. cit., pgs. 46y 47), y tambin se pregunta cundodos es ver-

    daderamente dos?, (Ingeniera consti tucionalcomparada, ob. cit., pg. 53). Explica que es unhecho que en todo sistema poltico hay partidos sinimportancia que no hacen ninguna diferencia y quepueden aparecer o desaparecer sin casi nadie sed cuenta (Ingeniera constitucional comparada,ob. cit., pg. 47).

    79La clasificacin en sistemas electorales

    fuertes y dbiles atiende a la incidencia queellos pueden alcanzar en distintos aspectos de lasociedad poltica, sea en el sistema poltico pro-piamente tal, en el sistema de partidos polticos,etc.

    80GIOVANNISARTORI,Ingeniera constitucio-nal comparada, ob. cit., pgs. 51 y 52.

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    clusula barrera, s tienen efectos y stosapuntan no a la multiplicacin de partidos,

    sino que, todo lo contrario, conducen a res-tringirlos. Establece Sartori una influenciaconjunta de los mecanismos electorales y delos partidos sobre el elector y el sistema elec-toral. Considera sistemas electorales fuertesno slo al mayoritario en circunscripcionesuninominales, sino que igualmente lo son lasformas impuras de representacin proporcio-nal, especialmente cuando van asociadas acircunscripciones pequeas y/o incluyendoclusulas barreras importantes, en tanto con-

    sidera que slo los sistemas proporcionalespuros pueden ser considerados formas dbi-les, sin efectos notorios81. En aquellas situa-ciones en que la representacin proporcionalrelativamente pura se combina con un siste-ma de partidos no estructurado, ni el sistemaelectoral ni el sistema de partidos tienen unefecto relevante en el proceso poltico82.

    Cmo formula sus leyes tendencialesSartori? Precisando la formulacin de sus le-yes de tendencia, considera que para tal pro-psito deben existir condiciones necesariasque describe as: por un lado, la estructuracinsistmica (de los partidos) a diferencia de lafalta de estructuracin y, por otra parte, con-centraciones mensurables (de votantes) porencima de la pluralidad o sobre la cuota dadaen un sistema de representacin proporcional,y, bajo dichas premisas, formula sus leyesde la siguiente manera:

    Ley 1. Con estructuracin sistmica y

    dispersin similar en todos los distritos elec-torales, como dos condiciones necesariasconjuntamente los sistemas pluralistas cau-san son una condicin suficiente de un for-mato bipartidista83.

    1.1. En cambio, una estructura sistmicaparticularmente fuerte es, por s sola, la con-

    dicin suficiente sustitutiva necesaria paraoriginar un formato bipartidista84.Ley 2. Si existe un sistema de partidos

    estructurado, pero no existe una dispersinsimilar a travs de todos los distritos, los sis-temas pluralistascausan (son una condicinsuficiente para) la eliminacin de los parti-dos cuyo nmero de votos es menor que lapluralidad, pero no pueden eliminar a aque-llos partidos fuera de los dos ms votadospermitiendo tantos partidos como lo hagan

    posible las concentraciones que superan lapluralidad85.

    Ley 3. Dado un sistema estructurado departidos, la representacin proporcional tie-ne un efecto reductor causado como condi-cin suficiente por su falta de proporciona-lidad86 . O sea, cuanto menos pura sea la

    81En relacin con esta cuestin cfr. GiovanniSARTORI, Ingeniera constitucional comparada,ob. cit., especialmente pgs. 51 a 54 y 58 y si-guientes.

    82GIOVANNI SARTORI, ob. cit., pg. 61.83 Para explicar su primera ley SARTORIbasa su fundamentacin en algunas reglas: en pri-mer lugar, sostiene que en un sistema pluralista (sis-tema mayoritario de mayora relativa, como de In-glaterra), dicho sistema no puede producir, por smismo, un formato nacional bipartidista, pero pue-

    de ayudar a mantener uno ya existente; agrega que

    un sistema plural producir, a la larga, un formatode dos partidos si se dan dos condiciones: la pri-mera, que el sistema de partidos est estructuradoy, la segunda, que el electorado no sometido a lapresin del sistema electoral est disperso en pro-porciones menores a la pluralidad relativa en to-dos los distritos.Cfr. GIOVANNISARTORI, ob. cit.,pgs. 55 y 56.

    84En suma, sostiene SARTORIque las leyes,a lo ms, son slo cuatro, pues la que incluye comonmeros 1.1 y 3.1, explica, slo permiten incorpo-rar y/o descartar excepciones aparentes bajo el su-

    puesto de que si vara la condicin puede ocurrir elmismo efecto, porque una condicin suficiente essustituida por otra. (G. SARTORI, ob. cit., pg. 62.

    85A este respecto, expresa que un formatobipartidista es imposible, bajo cualquier sistema elec-toral, si las minoras interesadas en un problemaparticular (minoras raciales, lingsticas, etc.) es-tn concentradas en proporciones superiores a lapluralidad en algunos distritos o regiones geogrfi-cas. Cfr. GIOVANNISARTORI, ob. cit., pgs. 55 y 56.

    86Generada esta falta de proporcionalidadpor diversas razones, como ser el tamao relativa-

    mente pequeo de los distritos electorales, las clu-sulas de exclusin, los premios a la mayora y tam-bin la conversin desproporcionadade los votosen escaos. Por ello, sostiene SARTORIque siem-pre que la representacin proporcional tiene efec-tos manipuladores, los mismos son restrictivos yno multiplicadores. (en ob. cit., pag. 64.)

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    representacin proporcional, mayores sernlas dificultades de los partidos pequeos para

    entrar al sistema y ms fuerte el efecto reduc-tor y, a la inversa, cuanto ms pura es la re-presentacin proporcional, producir un me-nor efecto reductor87.

    3.1. Un sistema de partidos fuertementeestructurado es, por s solo, la condicin ne-cesaria y suficiente para mantener cualquierformato de partidos existentes antes de la in-troduccin de la representacin proporcio-nal88.

    Ley 4. Si no existe un sistema estructu-

    rado de partidos y con una representacin pro-porcional pura o casi pura, esto es, con uncosto de ingreso igual para todos, el nmerode partidos puede ser tan grande como lo per-mita la cuota de ingreso89.

    c) Dieter Nohlen: crtica a losplanteamientos de Duverger y Sartori

    Desde un estudio sistemtico emprico

    ha sido uno de los ms crt icos de lasformulaciones de Duverger, considerando quelas relaciones entre el sistema electoral y elsistema de partidos no es posible encapsu-larlas en frmulas causales pues cada uno delos sistemas expresa necesidades diferentesdel sistema poltico vigente y son resultadodel proceso histrico que llev a la adopcinde cada uno de ellos. Agrega que las vincula-ciones entre sociedad y sistema poltico, eigualmente las relaciones entre partidos y sis-temas electorales no pueden reducirse a una

    mera explicacin causa-efecto sobre la basede ciertos mecanismos de ingeniera electo-

    ral90

    .Para Nohlen las leyes de Duverger nopueden sostenerse cientficamente, pues,como leyes sociolgicas, stas no son deter-ministas, situando las deficiencias que obser-va en tres mbitos: el emprico, el terico y elmetdico91. En lo emprico: expresa que losefectos que las leyes atribuyen a los tiposbsicos de los sistemas electorales son refu-tados en un nmero demasiado grande de ca-sos, pues se dan sistemas multipartidistas en

    sistemas de mayora relativa y bipartidismosen sistemas de representacin proporcional.En el aspecto terico sus crticas apuntan aque, en vista de las excepciones que presen-tan las supuestas relaciones causales, habrade especificarse bajo qu condiciones posi-bles las leyes tienen validez. En cuanto a lometdico, sostiene que no se compara un sis-tema electoral con otro, sino que se comparael sistema de la mayora relativa en circuns-

    cripciones uninominales con un principio derepresentacin, el de la representacin propor-cional92.

    Cita tambin con relacin a las leyes deDuverger, el trabajo de Douglas W. Rae93

    quien en una investigacin estadstico emp-rica sostiene haber comprobado en lo esen-cial la tesis de Duverger en cuanto a que elsistema de mayora relativa en circunscripcio-nes uninominales favorece un sistema bi-partidista, pero concluye que la tesis sloenuncia que all, donde existen las condicio-nes para formar un sistema bipartidista (faltade partidos o de minoras locales o naciona-les), tanto un sistema de mayora relativa

    87En suma, segn SARTORI, la representacinproporcional eliminar en definitiva a aquellos par-tidos ms pequeos cuyos votantes estn dispersosen diversas circunscripciones electorales, pero in-cluso una representacin proporcional muy impu-ra con poca o escasa proporcionalidad no pro-ducir el efecto reductor sobre el nmero de

    partidos, eliminando a los ms pequeos, especial-mente si stos disponen de reductos en que su vo-tacin se concentra en trminos superiores a la cuo-ta de ingreso establecida. (cfr. GIOVANNISARTORI,ob. cit., pgs. 56, 62 y 63.

    88Ver nota al pie en Ley 1.1.89GIOVANNI SARTORI, ob. cit., pgs. 61 y 62.

    90Diccionario Electoral, en vocablo de refe-rencia Leyes tendenciales de Sartori, ob. cit.

    91 DIETER NOHLEN, Sistemas electorales ypartidos polticos, ob. cit., pg. 335.

    92DIETERNOHLEN, ob. cit., pg. 335.93NOHLENen su obra Sistemas electorales ypartidos polticos, ob. cit., pgs. 336 y 337, citade DOUGLASW. RAEThe political consequencesof Electoral Laws, de Yale University Press, NewHaven, 1967, pg. 92 (hay una segunda edicin de1971).

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    como la representacin proporcional, puedencoexistir con sistemas bipartidistas por lo que

    est lejos esta tesis de insinuar una relacincausal u ofrecer una explicacin para la rela-cin entre sistema electoral y el sistema departidos94.

    En cuanto a la posicin de Nohlen fren-te a las leyes tendenciales sartorianas95, ex-presa que en dichas leyes ste introduce doscondiciones, la primera de ellas dice relacincon la existencia de partidos polticos estruc-turados, los que, en caso de ser relativamenteestables los sistemas partidarios, ellos son

    pocos sensibles a los efectos provenientes deun determinado sistema electoral. La otra va-riable que introduce Sartori est referida a ladistribucin geogrfica del electorado parti-dista de los cuales dependen, en el hecho, losefectos de los sistemas electorales. Agrega quelas leyes tendenciales de Sartori han sido for-muladas en forma determinista y, de esta for-ma, no podran jams fracasar, pues de ellasno puede sino desprenderse en la realidad

    de su aplicacin concreta el preciso resulta-do que ha sido vaticinado. Para ello, explicalas leyes tendenciales expresndolas en otraspalabras, pero conservando el sentido de suformulacin y con ello demuestra que estnexpresadas en trminos tales que su conteni-do jams podr dejar de darse, pues de ellasno puede sino darse el resultado previs-to96 . Por ello, concluye Nohlen que estas

    formulaciones de Sartori son de un contenidoinformativo reducido y, en definitiva, son tri-

    viales97

    .Las tesis que concluyen que los sistemaselectorales tienen efectos con carcter de leyson tericas y prcticamente insostenibles,pues en definitiva todos los sistemas contri-buyen o pueden contribuir a la reduccin delnmero de partidos participantes en una elec-cin parlamentaria, y todos tienden a privile-giar los grandes partidos o alianzas, pero sepueden establecer algunas diferencias segnsea el grado en que contribuyen a producirefectos reductivos en el nmero de partidos oel grado en que favorecen a los partidos mspoderosos98. Entonces, los sistemas electora-les desde este punto de vista constituyen slouno de los diferentes factores que inciden so-bre la estructura del sistema partidario. Nohay, en consecuencia, una relacin causal en-tre sistema electoral y sistema de partidospolticos99. As a la representacin por ma-yora puede asignrsele un efecto ms concen-

    trador del nmero de partidos en comparacincon el sistema de representacin proporcio-nal, que produce un efecto contrario100.

    94Dieter NOHLEN, ob. cit., pg. 336 y 337.95Dieter NOHLEN, Sistemas electorales y

    partidos polticos, ob. cit., pgs. 337 a 340.96Para demostrar su aserto, NOHLEN refor-

    mula la primera de las leyes tendenciales deSARTORI, que est planteada en los siguientes tr-minos. dado un sistema de partidos estructuradoy una distribucin pareja de los votos en las cir-cunscripciones electorales (como condiciones ne-cesarias conjuntas), los sistemas electorales de re-

    presentacin por mayora relativa causan ( es decir,son condicin suficiente para) un sistema biparti-dista. Correspondientemente, un sistema de parti-dos con estructura particularmente fuerte es por smismo la condicin necesaria y suficiente para pro-vocar una competencia bipartidista. NOHLEN lareformula de la siguiente manera: si ningn tercer

    partido (adems de los dos grandes) alcanza la ma-

    yora relativa de los sufragios en una circunscrip-cin electoral, existe un sistema bipartidista. Dela misma forma hace un replanteamiento de las de-ms leyes de Sartori concluyendo que si stas sonexpresadas en otras palabras como en el ejemploreferido a la primera de ellas dichas leyes resul-tan triviales y de stas no puede sino desprender elresultado que ha sido previsto sin agregar ningncontenido informativo de relevancia para el anli-sis de la cuestin.

    97DIETERNOHLENob. cit., pg. 339.98

    DIETER NOHLEN, Sistemas electorales ypartidos polticos, ob. cit., pg. 341.99Dieter NOHLEN, ob. cit., pg. 341.100Esta constituye una conclusin lgica y

    evidente que basta para arribar a ella atender sola-mente a la definicin misma de los sistemas demayora o proporcionales.

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    6. LASNUEVASTENDENCIASENELDESARROLLODELOSSISTEMAS

    ELECTORALES101

    En la observacin de los sistemas elec-torales en su actual dimensin siguiendo lasltimas tendencias, distinguiremos (como lohace Nohlen), por una parte, los elementostcnicos incorporados, entre los que ms re-levancia han denotado, las barreras legales yla lista nacional102, y por otro lado, y referi-do a los sistemas electorales propiamente ta-les, veremos que la tendencia actual se ha tra-

    ducido en introducir sistemas combinadossiguiendo en esto al sistema alemn. Sin de-tenernos en los referidos elementos tcnicos,por no ser importantes por el momento en esteestudio, abordaremos la cuestin acerca deestos sistemas combinados, para saber en quconsisten. En una primera aproximacin, di-remos que, difiriendo de los sistemas clsi-cos en que el debate se centra entre los de re-presentacin por mayora103 y el sistema de

    representac