7/23/2019 Derechos y Obligaciones-Fulton Sheen

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Fulton Sheen: Derechos y obligaciones.

El mal que padece el mundo se debe, más que a la aparición deideas nuevas, al repudio de verdades antiguas. Y entre estas venerables

 verdades repudiadas, ninguna ha traído consecuencias más desastrosasque el abandono del verdadero concepto de la naturaleza humana. ElLiberalismo, lo mismo que la doctrina Colectivista, es una deformación dela verdad del hombre. El primero engendró esclavos económicos por suegoísmo individualista, al aislar al hombre de la sociedad la segundaengendró esclavos políticos al fomentar el egoísmo colectivo ! absorber al

hombre dentro de la sociedad.Entre estos e"tremos, se halla el áureo t#rmino medio de la doctrina

cristiana acerca del hombre, $nica que puede servir de base a un nuevoorden social. %nte todo, demos la verdadera definición de la libertad. Lalibertad no es el derecho de hacer lo que a mí se me anto&e, ni laobligación de e&ecutar lo que me ordene un dictador digamos más bienque la libertad es el derecho de hacer lo que debo hacer. En estas trespalabras' (querer), (deber) ! (obligar), están las alternativas entre lascuales ha de elegir el mundo actual. *e las tres, elegimos (deber).

Esa peque+a palabra (deber) implica que el hombre es un ser libre.

El fuego está obligado a arder, el hielo a congelar, pero el hombre debe ser bueno. El verbo (deber) implica la moralidad toda, como poder moraldiverso de la potencia física. La libertad no es un derecho a e&ecutar lo quequeramos, como suele decir tan a menudo la &uventud moderna' (iquiero, puedo hacer esto o lo otro, -no es así -/ui#n me lo va a impedir)Ciertamente, puede usted hacer cualquier cosa si se le anto&a' robar a supró&imo, apalear a su esposa, rellenar colchones con ho&as de afeitarusadas ! ametrallar las gallinas de su vecino, pero no debe hacerlo,porque el deber implica la moralidad, los derechos ! deberes recíprocos.

La doctrina cristiana sobre el hombre afirma, además, que no ha! 

derecho que no engendre su correspondiente deber. *erechos ! deberesson correlativos, como el lado cóncavo de una taza para el conve"o. 0engo

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derecho a la vida, pero ello mismo me obliga al deber de respetar la vidade los demás. Y, desde el momento en que no e"isten derechos sinobligaciones, ambos han de poseer un carácter social. 1or ello, en elCristianismo la más elevada e"presión moral no está en defender conegoísmo nuestros derechos, sino en servir a nuestros seme&antes.

Económica ! políticamente, esto implica que cada (derecho) origina una(función) o un (papel). 2e aquí la solución propuesta por la 3glesia'reconstruir la sociedad, pero no sobre (derechos) egoístas, sino sobre la

 base de la (función), porque (los hombres han de estar ligados, pero noseg$n la posición que ocupen en la bolsa o mercado de traba&o 4es decir,de acuerdo con sus respectivos emolumentos5 sino seg$n las diferentesfunciones que desempe+en en el seno de la sociedad).

La diversidad entre la sociedad basada en derechos ! la que sefunda sobre la función es decisiva. En el sentido moderno, los derechospertenecen al individuo las funciones, en cambio, son sociales, puesto

que están encaminadas al bien com$n, ! sin embargo, ambos soninseparables, pues muchos derechos dependen de la función misma, pore&emplo, mis o&os tienen derecho a ver, pero no pueden e&ercitarlo sinantes reconocer su deber de formar parte de mi organismo. 6ientras elo&o funciona en el cuerpo, disfruta de sus derechos. 6i corazón tienederecho a su provisión de sangre, pero no puede e&ercitar esa función amenos que demuestre su amor al bien del organismo entero, cumpliendocon su deber de enviar sangre a todos los demás miembros que lointegran. 1ues bien, lo que afirmo como verdadero en el orden físico, esigualmente cierto en el orden social, vocacionalmente, desde este punto

de vista, el Capital ! el 0raba&o se relacionan en forma inseparable con el bien com$n de la sociedad. Este es el fundamento de la &usticia social.

1or fin, la doctrina cristiana acerca del hombre estáintrínsecamente ligada con el problema de la propiedad. 1ara esteproblema se ofrecen tres soluciones posibles. La primera quiere colocartodos los huevos en unos pocos cestos' es el capitalismo la segundaquiere hacer una tortilla con todos, para que nadie sea due+o de ellos' esel comunismo la tercera quiere distribuir los huevos en el ma!or n$meroposible de canastas' #sta es la solución de la 3glesia Católica.

El derecho de la propiedad flu!e de mi personalidad directamente,

 ! cuanto más íntima sea la relación entre los diversos ob&etos ! mi propiapersona, tanto más personal será mi derecho a poseerlos serán más míoscuanto más honradamente les imprima el sello de mi naturaleza racional.1or este motivo los escritos, creación directa de la inteligencia, ! los hi&os,productos inmediatos del cuerpo, son tan nuestros. 1or eso el Estadosalvaguarda los derechos de autor mediante le!es de propiedadintelectual, ! reconoce que el derecho a la educación pertenece más a lospadres que a #l mismo. 1or consiguiente, el derecho del hombre a poseer,emana de su derecho a ser quien es ! a vivir su e"istencia.

La personalidad es, pues, un n$cleo en torno del cual se concentran

numerosas zonas de propiedad' mu! pró"imas algunas ! otras mu! ale&adas dentro de las primeras se hallan el cuerpo, el alimento, la

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indumentaria, la vivienda, las creaciones literarias ! artísticas de nuestramente ! nuestras manos, etc. en las zonas remotas se hallan los elementossuperfluos, los lu&os de la vida. 1or consiguiente, el derecho de propiedadno se aplica igualmente a todo por el contrario, varía en razón directa dela cercanía o ale&amiento del ob&eto respecto a la persona humana cuanto

más cerca est# de nuestra persona, más profundo el derecho de posesióncuanto más unido a nuestra responsabilidad interna, más fuerte nuestroderecho a adue+arnos de #l, del mismo modo que cuanto más nosapro"imemos a una hoguera, sufriremos más su calor. 1or eso unmillonario no tiene el mismo derecho a su segundo millón que untraba&ador pobre a participar en las ganancias, administración opropiedad de la industria para la cual traba&a, por eso tambi#n, unhombre no tiene el derecho primario de poseer !ate, pero sí el de ganar unsalario que le permita vivir. El capitalista que invoca el derecho depropiedad cuando el Estado le obliga a pagar impuestos sobre sus

riquezas superfluas a fin de a!udar con ese dinero a los necesitados, noapela al mismo derecho fundamental que invoca el gran&ero cuando diceque sus vacas le pertenecen. 1uesto que la propiedad es e"tensión de laresponsabilidad personal, se deduce lógicamente que cinco acciones enuna Compa+ía que opera con billones de dólares no constitu!en la mismasuerte de propiedad, ni es tan sagrado nuestro título a esas acciones,como el de la pobre viuda a las cinco bolsas de patatas que ha cultivado ensu terrenito. En otros t#rminos, el derecho de propiedad no es absoluto einvariable' se acrecienta de acuerdo con su relación a la personalidad,disminu!e cuando esta relación es más remota.

7o e"iste incompatibilidad alguna entre la filosofía social de la3glesia ! el mundo actual lo que e"iste es ignorancia, falta deinformación. El ob&etivo es restablecer la antigua verdad que afirma quees menester volver a descubrir al hombre, no al hombre8animal del cualtanto sabemos, sino al hombre racional del que tanto ignoramos. Y esedescubrimiento sólo se logrará cuando conozcamos a %qu#l a cu!a imagen

 ! seme&anza fue creado el hombre, pues comenzamos a ser libres cuando*ios comienza a ser importante.

Mons. Fulton J. Sheen