Diálogo Extraordinario Nueva Época /¿QUO VADIS GUATEMALA? UN BALANCE POLÍTICO

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Publicación mensual de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales/FLACSO-Guatemala. Nueva época, Año II, abril de 2002 ¿QUO VADIS GUATEMALA? UN BALANCE POLÍTICO Las opiniones expresadas en este suplemento son de la exclusiva responsabilidad de sus autores. Número extraordinario B ajo el título anterior (que puede hacernos recordar la atmósfera del reciente descanso de Semana Santa) se incluyen en este diálogo extraordinario tres artículos escritos por sus autores desde perspectivas distintas, pero sobre un tema común: la situación política nacional al inicio del segundo año del Gobierno del FRG. Se trata de un momento particularmente crítico, caracterizado por la acumulación –y a veces por la exacerbación– de problemas sociales y económicos no resueltos (incremento de las demandas populares; inva- siones de tierras; galopante inseguridad ciudadana; impunidad y crisis de la administración de justicia; colapso de servicios públicos básicos; e incier- tas expectativas de ingresos fiscales, entre otros), así como de tensiones políticas (denuncias permanentes de corrupción de funcionarios públicos, críticas de empresarios y de los medios de comunicación al equipo de Gobierno; rumores de golpe de Estado; movimientos para la revocatoria del mandato presidencial; etc.), todo lo cual se combina para generar un entorno de estabilidad precaria y de gobernabilidad difícil. A la compleja conjunción de los problemas y tensiones ya señalados, se añade la sensación de que el tiempo para las soluciones se está agotando. Tal sensación se acrecienta en la medida en que la campaña electoral se ha anticipado como nunca antes había ocurrido en estos 16 años de transición política, y que ya en el 2003 terminará por ocupar la atención de la mayoría de guatemaltecos y guatemaltecas que se aferrarán a una nueva esperanza en las propuestas de los futuros candidatos. ¿Cuál habrá sido entonces el aporte de esta administración al proceso político y cuáles las lecciones aprendidas? El análisis de la coyuntura política es un ejercicio difícil porque debe trascender la mera descripción o radiografía de los hechos, por muy importante que éstos sean. Para lograrlo, es menester hilvanar algunas hipótesis que conectan con el pasado y le dan sentido al presente; sólo así es posible enriquecer el análisis del momento y vislumbrar posibles escenarios futuros. Un trabajo de este tipo se ensayó en febrero de 2001, con ocasión de la circulación del primer ejemplar de diálogo a través de un medio de comunicación social como elPeriódico y que continuó publicándose a lo largo de aquel año y del actual. En esta oportunidad se ensaya por segunda vez a través del mismo medio, pero ahora con un tiraje mayor. En efecto, diálogo, la publicación mensual de FLACSO, se incluirá a partir de hoy a todos los suscriptores de elPeriódico, a quien agradecemos su cobijo y colaboración. De más está indicar que las opiniones expresadas por los articulistas de este número son de su exclusiva responsabilidad y no reflejan necesariamente la posición de FLACSO. No obstante, nos parecen animadas por una preocupación compartida por la defensa de la democracia y de allí su inclusión. El destino, Goya, 1821-1823.

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Publicación mensual de FLACSO Nueva época, Año II, extraordinario, abril de 2002 / 1

Publicación mensual de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales/FLACSO-Guatemala. Nueva época, Año II, abril de 2002

¿QUO VADIS GUATEMALA?UN BALANCE POLÍTICO

Las opiniones expresadas en este suplemento son de la exclusiva responsabilidad de sus autores.

Número extra

ordinario

Bajo el título anterior (que puede hacernos recordar la atmósfera delreciente descanso de Semana Santa) se incluyen en este diálogo

extraordinario tres artículos escritos por sus autores desde perspectivasdistintas, pero sobre un tema común: la situación política nacional al iniciodel segundo año del Gobierno del FRG.

Se trata de un momento particularmente crítico, caracterizado por laacumulación –y a veces por la exacerbación– de problemas sociales yeconómicos no resueltos (incremento de las demandas populares; inva-siones de tierras; galopante inseguridad ciudadana; impunidad y crisis dela administración de justicia; colapso de servicios públicos básicos; e incier-tas expectativas de ingresos fiscales, entre otros), así como de tensionespolíticas (denuncias permanentes de corrupción de funcionarios públicos,críticas de empresarios y de los medios de comunicación al equipo deGobierno; rumores de golpe de Estado; movimientos para la revocatoriadel mandato presidencial; etc.), todo lo cual se combina para generar unentorno de estabilidad precaria y de gobernabilidad difícil.

A la compleja conjunción de los problemas y tensiones ya señalados,se añade la sensación de que el tiempo para las soluciones se estáagotando. Tal sensación se acrecienta en la medida en que la campañaelectoral se ha anticipado como nunca antes había ocurrido en estos 16años de transición política, y que ya en el 2003 terminará por ocupar la

atención de la mayoría de guatemaltecos y guatemaltecas que se aferrarána una nueva esperanza en las propuestas de los futuros candidatos. ¿Cuálhabrá sido entonces el aporte de esta administración al proceso político ycuáles las lecciones aprendidas?

El análisis de la coyuntura política es un ejercicio difícil porque debetrascender la mera descripción o radiografía de los hechos, por muyimportante que éstos sean. Para lograrlo, es menester hilvanar algunashipótesis que conectan con el pasado y le dan sentido al presente; sólo asíes posible enriquecer el análisis del momento y vislumbrar posiblesescenarios futuros. Un trabajo de este tipo se ensayó en febrero de 2001,con ocasión de la circulación del primer ejemplar de diálogo a través de unmedio de comunicación social como elPeriódico y que continuópublicándose a lo largo de aquel año y del actual. En esta oportunidad seensaya por segunda vez a través del mismo medio, pero ahora con untiraje mayor. En efecto, diálogo, la publicación mensual de FLACSO, se incluiráa partir de hoy a todos los suscriptores de elPeriódico, a quien agradecemossu cobijo y colaboración. De más está indicar que las opiniones expresadaspor los articulistas de este número son de su exclusiva responsabilidad yno reflejan necesariamente la posición de FLACSO. No obstante, nos parecenanimadas por una preocupación compartida por la defensa de la democraciay de allí su inclusión.

El destino, Goya, 1821-1823.

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La fragilidad es evidente. Hechos y demasiada retórica contribuyen a la pérdida de la paciencia. Las obsesiones

públicas y privadas, hasta donde es posible ver, expresanel tamaño del malestar. El agotamiento del sistema político,luego de tres lustros de transición a la democracia (como sesuele llamarla), no basta para explicar la dimensión de lacrisis recurrente y cíclica en que vive Guatemala. Es más:¿qué significado entraña el término agotamiento cuando,sin mayor lógica, en ese lapso ésta habría podido rehacerse?Sí, a la deriva, es cierto, pero con capacidad de reunir encada crisis lo que se disgrega y se desmorona. Por otraparte, la estridencia no favorece ni arroja mucha luz sobrelo que nos sucede, y la impaciencia colectiva no es tantacomo para congregar una especie de aspiración concertadapor el cambio.

En ese escenario, el guión y los actores se vuelvenambiguos, lo que resulta en salidas hacia adelante, quepropician el encanto por la falsa autenticidad de lo inmediato.Porque, sin posibilidades de arreglo, todo deviene en lecturasapresuradas, chismes y arrebatos conceptuales sobre lo queel país debería de ser. Resulta inevitable y, quizá, extrava-gante, definir la situación de Guatemala usando el título deaquel texto de juventud de E. M. Ciorán: En las cimas de ladesesperación, pero los hechos, la coyuntura y su desa-rrollo obligan a ello. Al final de cuentas, las preguntas debenser las que nos diluciden qué país deseamos, cuáles sonlos temas a abordar, y la agenda a impulsar para transitar,al menos, a la modernidad que nos aleje de las nuevasrecetas y los milagros por adelantado. Guatemala puede ydebe negar las palabras de Kafka: hay muchas esperanzas,pero ninguna para nosotros.

NEGACIÓN DE LOS ESPEJOS

En 180 años de vida independiente, Guatemala ha sido vul-nerable a dictaduras, golpes de Estado, asonadas, asesi-natos, represión política, entre algunas “linduras” por el estilo.Sin embargo, no hay que olvidar que la recurrencia delfenómeno de ingobernabilidad tiene sus profundos y enrai-zados orígenes en el sistema impuesto por la Colonia, yque el nuevo período histórico que abrió la independencia

ELEGIR LA POLÍTICA: FRAGILIDAD DEL PRESENTE

E INCERTIDUMBRE DEL FUTUROGERARDO GUINEA DIEZ*

* Escritor y periodista guatemalteco. Publicó a principios de 2002 la novelaCalamadres.

CONSEJO ACADÉMICO DE FLACSO-GUATEMALA

Víctor Gálvez Borrell-directorVirgilio Álvarez/Walda Barrios-Klée /Silvel Elías/Gisela Gellert/Irene Palma/

Edgar Pape/Jorge Solares/Edelberto Torres-Rivas

CONSEJO HONORARIO■ Alain Touraine, Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales, París,

Francia. ■ Alejandro Portes, Johns Hopkins University, USA.■ Volker Lühr, Freie Universitat Lateinamerika-Institut, Berlín, Alemania.

■ Mitchell A. Seligson, University of Pittsburgh, USA.■ Guy Hermet, Instituto de Ciencias Políticas, París, Francia.

Secretario general de FLACSO

Wilfredo LozanoSan José, Costa Rica

es una publicación de FLACSO-Guatemalay de elPeriódico.

Tels: (502) 362-1431 al 33Fax: (502) 332-6729

Correo electrónico: [email protected]ágina web: http://www.geocities.com/athens/rodes/9162

Coordinación de edición: Hugo de LeónDiseño, edición y diagramación: Magna Terra editores

Esta edición es posible gracias al apoyo financiero de la agencia sueca dedesarrollo internacional ASDI / SAREC

Aquellarre (detalle), Goya, 1794-1795.

30,000 ejemplares

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no terminó de resolver. Porque, a pesar de ciertas interpre-taciones interesadas en hacernos creer otra cosa, Guate-mala se construyó contra los “otros”. Ese hecho marcó parasiempre la estructura de poder, las relaciones sociales y losrasgos de identidad.

Una pregunta surge cuando se estudia la historia delpaís: ¿por qué tanta resistencia al cambio, por qué la historiaparece casi inmóvil? Respuestas se han dado a lo largo delsiglo XX; sin embargo, al menos desde la óptica de FernandBraudel, se puede responder que la historia es de ritmo lento(historia estructural) en la medida que este país fue funda-do desde la lógica de la obediencia, sólo posible por el avalla-samiento del “otro” –el indígena. En esta perspectiva, laRevolución de 1944 rompió con esa perversidad social, y elfracaso de la restauración de 1954 explica, al menos, laintensidad del conflicto armado interno hasta 1996.

En el centro de la crisis –agotamiento delsistema político, democracia deficitaria, etcé-tera– está la hegemonía de la obediencia,concepto crucial que ayuda a responder porqué en este país no hay héroes ni ciudadanosilustres (y si los hay están tercamenteolvidados o eclipsados). Hablar y explicar, nobasta, no alcanza para conceptualizacioneshechas desde la tradición “manualera” deizquierdas y derechas. ¿A qué conduce hablarmucho cuando no hay nada nuevo que decir?,se interrogaba Voltaire. Nosotros, al menos,parece que hemos llegado al punto de la estri-dencia sin retorno, a la negación de los espe-jos. Huizinga sostenía que la historia es laforma espiritual en que una cultura rindecuentas del pasado. Algo de lo que la socie-dad guatemalteca –sus círculos de poder porsupuesto– no ha practicado.

Bastaría con resumir la elocuencia delas supersticiones ideológicas lanzadas comopiedras contra los Acuerdos de Paz para dimensionar losequívocos. Aquí no se trata de la índole errónea del mundo,como afirmaba Nietzsche, ni de mantener nuestro pasadoen el anonimato. Porque ahí justamente, en esas fronterasdel olvido, se encuentran algunas de las claves queayudarían a desentrañar también la fragmentariedad delpresente. Tiempo vivido, abismado. Tiempo olvidado, forzo-samente olvidado. Historia para no ser contada, dada por ladiscontinuidad de la ausencia: nada pasó, nada sucederá.Tiempo –como escribió María Zambrano– no como formade conocimiento, sino lugar en donde lo que es sucede: lugarde todo suceso.

HIBRIDACIÓN DEL DISCURSO POLÍTICO

La negociación de la paz en Guatemala constituyó un esfuer-zo sin precedentes. Lenta y compleja (nueve años), la nego-ciación entre las partes más visibles en conflicto, logró arribara zonas de entendimiento –una geografía de lo posible–que desembocó en lo que hoy conocemos como los Acuer-dos de Paz.

Sin embargo, se ha olvidado que los orígenes del conflic-to están en lo que ahora es posible afirmar como el fin delciclo histórico de la república criolla. Por ello, las dificultadesen el cumplimiento de los Acuerdos, en particular los decarácter sustantivo, tienen su raíz en este hecho. Los Acuerdosen cuestión son el modelo de otra sociedad y de una nuevarepública, y resulta imposible su aplicación con el viejo ropaje

de un Estado excluyente, con crisis permanente de goberna-bilidad y escasa capacidad para promover el cumplimientode las leyes. Sería necesario un nuevo pacto político parahacer viable a su vez, los cambios que subyacen en losAcuerdos de Paz.

En esa dirección, los guatemaltecos experimentan unasituación fruto de las transformaciones que la derecha nopudo evitar, pero que la izquierda no logró alcanzar.** Terri-ble dilema de una ambigüedad que fragmenta todo lo quetoca a su paso. En ese entendido la realidad, o al menos, su

Vanitas, Jacques Linard, 1604.

** Guinea Diez, Gerardo.Pasión de la memoria, Guatemala ante el fin del siglo,Editorial Praxis, México, 1994.

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interpretación, deviene en un discurso híbrido. Así, pasamosde la no política a la política del no. Efectivamente, hace 20años nada estaba peor visto que “meterse en política”. Lodecente era ser asalariado, estudiante, ama de casa, profe-sional. Quienes se salieron de estos parámetros fueron califi-cados desde la retórica más exhibicionista: agitadores, delin-cuentes subversivos, comunistas, malos guatemaltecos ydemás epítetos pertenecientes al diccionario de las supersti-ciones ideológicas.

El fin del conflicto armado y la apertura política sin prece-dentes que se inauguró en 1996, dio paso a nuevas construc-ciones semánticas. De pronto, un nuevo lenguaje –antesprohibido y perseguido– empezó a circular: democracia,pluralismo, proyecto de nación, Estado de derecho, combatea la pobreza, conciencia, lucha contra la dictadura, etc., y ellosin el matiz del origen y sin los antedecentes ideológicos ypolíticos que los sustentaban.

Ese fenómeno allanó el camino para ofrecer una visióndonde se pone énfasis en el fracaso del Estado, la preemi-nencia del mercado, las libertades individuales, la produc-tividad, la eficientación, y demás neologismos que ven almundo, bajo la nueva moralidad de aceptar sin cuestiona-mientos la neodependencia de los bienes y servicios. Unasuerte de neoanarquismo de derecha que toma prestado laterminología y el discurso de la izquierda con una lecturabastante “manualera” de los teóricos del neoliberalismo. Esdecir, una hibridación a la medida. Pero esta batidora dehuevos conceptual ha olvidado que la situación de malestar,de ingobernabilidad, tiene sus respuestas en el agotamientode la república criolla, y lo que es más grave aún: en lainexistencia de un proyecto de institucionalidad republicanaincluyente y su construcción discursiva.

UNA PRECARIEDAD QUE AMENAZA

Sostiene el filósofo español Fernando Savater que la políticano siempre es buena, pero su minimización o desprestigio,resulta invariablemente un síntoma mucho peor. Y eso esjustamente lo que la hibridación del discurso político estáocasionando. Como nunca, el ejercicio de la política estádesprestigiado. Y las primeras víctimas de esa batidora con-ceptual son las generaciones que en un acto de dignidadcívica se opusieron al autoritarismo. En la actualidad, eseextraordinario capital político está en la basura, y los viejosactores políticos de la república criolla han intentado, sinéxito, apropiarse de ese discurso con el fracaso de todosconocido.

Ahora bien, uno de los antecedentes de la hibridaciónes la ideología colonial anecdótica que atraviesa a la sociedad

guatemalteca. El nada sirve, nada vale, nadie se salva, estána la orden del día; no hay que confiar en nadie; este país notiene solución, sirven de pretexto para atacarse entre sí,constituyen la fórmula perfecta para evitar el cambio; mientrasel deterioro social empieza a adquirir rasgos apocalípticos, yla clase media se refugia en los centros comerciales y buscaconsuelos filosóficos para lo que Alain de Botton definió enThe Economist como la “angustia del status”. La evidenciadura de la realidad pesa demasiado y los libros de autoayudaalivian al menos, un poco del deterioro obtenible todos losdías en las primeras planas de los periódicos.

Y los demonios siguen sueltos. En ese enredo deimágenes, opiniones, descalificaciones, la desconfianza va enaumento. Como sostiene Savater: ... no es lo mismo el derechoa la diversidad, base del pluralismo democrático, que ladiversidad de derechos, que lo aniquila. Y derechos e interesesparticulares erosionan a profundidad las bases de la república.Porque, siguiendo a Savater, si elegir la política es aspirar aser sujeto de las normas sociales por las que se rige nuestracomunidad, esas normas ya no satisfacen a nadie, y el discursohíbrido no resuelve en absoluto los reclamos de cambio.

En esa dinámica se da una amplia cobertura noticiosa apleitos familiares entre empresarios, asesinatos y secuestrospolíticos, escándalos financieros en Panamá, rumores cíclicosde golpe de Estado, intervenciones de bancos, amplio desplie-gue publicitario del “nuevo sillón” del presidente de la Cortede Constitucionalidad, especulaciones sobre descontentosen el Ejército, entre otros, que generan una extraña sensa-ción de soledad y abandono, de caos, de incapacidad pararesolver los asuntos de fondo de la sociedad; en suma, demediocridad. En esencia, algunos de los hechos apuntadosson sólo expresión de un agotamiento más profundo, másdoloroso, un quedarse atrapado en el dilema imposible defomentar el pánico o el cinismo. Y en ese discurrir, miles deimágenes sin mediación crítica inundan los ojos y oídos delciudadano: crímenes que rebasan cualquier racionalidad,conductas sociales anárquicas y paranoides, ausencia de cola-boración ciudadana, sospecha y desconfianza con el otro, desca-lificaciones y ninguneos, incapacidad de asumir responsa-bilidades, aumento alarmante de las maras, crecientes índicesde suicidio, abandono de calles y ciudades, basura, serviciospúblicos deficientes, y angustia, mucha angustia.

Este enorme abanico de problemas nos impide vivir conla otra parte del espejo: la sociedad abierta, (en donde ciertaprensa juega un papel decisivo), la apertura política y la librecirculación de ideas; la presencia –aunque fragmentaria– dela sociedad civil; la irrupción de los indígenas en escenariospolíticos, económicos, culturales y sociales antes inéditos; lalucha por las ideas de intelectuales y escritores; la búsquedade un nuevo modelo de sociedad; el reclamo permanente porla legalidad republicana. Es decir, se vive un tiempo precario

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donde la sociedad aún no encuentra el rumbo e intenta, sinéxito, construir otras opciones ante la ruina de la república criolla.

Pero no todo es, aunque así parezca, absolutamentetrágico. En este sentido, George Steiner afirma en su libroPasión intacta, que lo absolutamente trágico es no sólo inso-portable para la sensibilidad humana: es falso con la vida.Pero a esa falsedad sólo es posible derrotarla cuando lasociedad abandone la hibridación política y dejemos de ador-nar nuestra barbarie. Quizá nuestra urgencia de cambiosimpida decir como Yeats: en los sueños comienzan las res-ponsabilidades.

Y esta construcción pasa por la reformulación de laciudadanía que, hoy por hoy, resulta inimaginable sin unarefundación republicana y un pacto político nacional para elcumplimiento de los Acuerdos de Paz. Nada más saludableque repetir a Savater: Si hoy debiésemos condensar en unasola palabra el proyecto político más digno de ser atendido,yo elegiría ésta: ciudadanía.

LA CITA QUE NUNCA LLEGÓ

Voltaire sostenía que la batalla contra la intolerancia es unadefensa del sentido común. Durante el siglo XX, evidentemente,Guatemala perdió esa batalla. Los repetidos fracasos en laconstrucción del Estado y la institucionalidad republicanaimpidieron nuestro ingreso a la modernidad. Condición queempieza a ser reliquia arquelógica en otros países. Seguimosestando lejos y ajenos al cambio de época. Pero, como siempre,ciertos saldos y las “baratas” de última hora, inundan nuestromedio para gozar, sin rubor, de una posmodernidad de segunda.

Antes de la globalización, 10,000 generaciones vivie-ron y se desarrollaron en miles de estilos de vida. En elumbral del nuevo milenio, la mundialización económica ycultural ha cambiado radicalmente esa condición. El desa-rrollo está terminado, afirma Iván Illich, y hemos pasado delhomo sapiens al homo miserabilis. Los espantosos “nuevosjinetes del Apocalipsis”: clima cambiante, agotamiento gené-tico, contaminación, ruptura de varias inmunidades, nivelescrecientes del mar y millones de desplazados, confirman loque Ilich sostiene: la nueva moralidad basada en la impu-tación de las necesidades básicas ha sido mucho más exitosaen ganar la lealtad universal que su predecesor histórico, laimputación de una necesidad católica de salvación eterna.

A pesar de la gravedad de la situación, Guatemala esajena a los grandes debates contemporáneos sobre laglobalización. Sus beneficios siguen siendo marginales yresiduales, pero no sus efectos. Nuestros temas siguen

atravesados por la estridencia, la apatía, la política del no,la tentación del reciclaje político.

Y la globalización no llega o no alcanza para todos, porquela legitimidad social y política pasa por el rumor y la devaluaciónde los contenidos de fondo. Mientras tanto, el deterioro continúa.Más de 100 municipios están en grave riesgo de hambruna;han vuelto a aparecer los abusos de la Policía Nacional Civilcontra ciudadanos por aparentes faltas administrativas,situación que con más frecuencia permite la permanencia deciudadanos honrados en el preventivo de la zona 18, y losasaltos y asesinatos se dan como en cascada ante la incapa-cidad del organismo judicial, pese al generoso apoyo de lacomunidad internacional para promover su modernización. Unindicador de la fragilidad de las leyes en Guatemala es la fuertepresencia de las organizaciones de derechos humanos. El“encabronamiento” social es creciente, la impaciencia va al alza,y la clase política sigue trasmitiendo en una radio de vulvos.

En ese sentido, si bien Borges sostenía que la perfec-ción en poesía parece inevitable, también es cierto que enpolítica no existe la perfección ni lo inevitable. Pero, en añopreelectoral, las ansiedades nos regalan escenas primariasy bastante parroquiales. Otra vez las palabras de que antela crisis profunda, los nuevos candidatos son la salvación.Otra vez se olvidan de contabilizar los rubros que ocasionanesa crisis. Es decir, la diferencia entre la crisis de modelo derepública y aquélla que se recicla y tiene capacidad de reno-varse para abrir en poco tiempo un nuevo ciclo de conflicto.Otra vez las salidas en falso. Y empezamos a vivir en unclima de campaña electoral.

Las consecuencias de lo que Steiner define como lametódica devaluación del lenguaje en la propaganda políticay en el esperanto del mercado de masas, es demasiadopoderosa y está demasiado extendida como para serfácilmente definida, y se refleja en las balbuceantes propues-tas electorales de principios de año. Así, invariablemente,estamos entrando nuevamente al ciclo de las ofertas y laspromesas, al escenario donde la discursividad se articula entorno a cancioncitas, frases con un enojo comedido, y elmundo se ofrece ya no en abonos sino al contado.

Finalmente, si bien es cierto, la transición política estáagotada al igual que la clase política que la sostiene, el paísreclama un pacto político que articule una refundación de larepública. Es evidente que no todo está dicho y escrito.Nuestra democracia necesita luz, pero no aquélla que seasemeja a la del haiku del poeta japonés del siglo XVII, Kiorai:

¡Qué pronto prendey qué pronto se apaga

una luciérnaga!

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En esta sociedad la nota característica es el conflicto. Pero no el conflicto esporádico, luego del cual se sucede

un período de apaciguamiento, negociación y diálogo, sinomás bien un enfrentamiento permanente.

Desde la toma de posesión de Alfonso Portillo hanabundado más los momentos de confrontación que losperíodos de tranquilidad. Pero el conflicto ha sido particular-mente intenso durante los cuatro meses que han transcurridode este año. La causavisible la ha dado la co-rrupción. Los medios hansido literalmente inunda-dos de denuncias y docu-mentos que han orien-tado su atención haciaese grave problema de laadministración pública.La publicidad que se hadado a estas notoriasirregularidades, consti-tutivas de delito una granparte de ellas, ha hechoperder de vista, sin em-bargo, el agravamientode un problema que deci-dirá la orientación delEstado de Guatemala enlos años venideros: lamilitarización del Gobier-no y el retorno de la Doc-trina de Seguridad Nacio-nal como brújula de lagestión pública.

Ésta es la hipótesisque exploraré en las pre-sentes páginas: las rela-ciones conflictivas que seproducen a todos los nive-les en la sociedad gua-temalteca son estimu-ladas para desviar la aten-ción del creciente proceso de remilitarización que experimentael Estado de Guatemala.

LAS MISERIAS DE LA POLÍTICA:EL ESCENARIO QUE VEMOS

Los grupos más susceptibles de capitalizar votos y apoyoeconómico son, precisamente, los que azuzan el conflicto ydescartan que la remilitarización sea un problema. Para estosgrupos, la finalidad primordial consiste en negarle la sal y el

agua al Frente Republi-cano Guatemalteco. Enesta construcción polí-tica, cualquier partido ocomité pro partido quenegocie con el FRG estácondenado al despres-tigio social y al ostra-cismo mediático.

La única opción quese presenta como válidaes promover el cerco alGobierno, aislarlo, pri-varlo de aliados y propi-ciar su caída, pero sinmeditar demasiado sobrelas implicaciones que unasalida como ésta puedetener para profundizar lademocracia o para limitarsu desarrollo. Para im-pulsar este escenario, laalianza táctica que man-tienen los unionistas conel FRG ha sido desca-lificada en los medios decomunicación. A los gru-pos económicos opues-tos al Gobierno no lesconviene que grupo al-guno se acerque al FRG

y al gobierno portillista,

EL CONFLICTO VISIBLE

Y EL PROBLEMA OCULTOGUSTAVO BERGANZA*

* Sociólogo y periodista. Actualmente coordina la investigación El impacto delos medios de comunicación en la formación de conductas y actitudes sociales,que realiza la Asociación DOSES.

El coloso, Goya, 1808.

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porque esto le inyecta una legitimidad que debilita la peticiónde renuncia que impulsa el Movimiento Cívico por Guate-mala –MCG–. Un poco a distancia, tanto del Gobierno comodel movimiento que exige la salida de Alfonso Portillo, Fran-cisco Reyes López y compañeros, se sitúa el Partido deAvanzada Nacional. Si bien el PAN se había comprometido aapoyar algunas leyes necesarias para impulsar elcumplimiento de los Acuerdos de Paz, la elección del nuevoTribunal Supremo Electoral –con la que este grupo no estabade acuerdo– les hizo desdecirse de su compromiso. Pero alPAN le favorece esta doble exclusión en la que se mantieneporque, primordialmente, quie-nes cargan con el desgaste queimplica provocar la inestabilidadpara hacer caer al Gobierno noson ellos. Son los micropartidossobre los que se funda el Movi-miento Cívico por Guatemala: laUnidad Nacional de la Esperanza–UNE–, de Álvaro Colom, y el Par-tido Patriota –PP–, del ex generalOtto Pérez Molina. Esto hacepensar que, al final de cuentas,tanto la UNE como el PP son losdos fusibles que el CACIF y losgrupos empresariales más fuer-tes del país podrían quemar parapreservar la viabilidad del PAN

como alternativa al régimen ac-tual. Lo interesante del caso esque el PAN ha recuperado suorientación de derecha. En estereposicionamiento se hace visi-ble la preocupación del PAN porotorgar mayor poder al Estadopara controlar la información, unavisión que se refleja en el pro-yecto de ley sobre acceso a lainformación que impulsa en elCongreso. No está de más decirque esta iniciativa reproducemuchos principios en los que sefunda la Doctrina de SeguridadNacional.

Entretanto, las escaramu-zas siguen. Gustavo Porras, el secretario general de losunionistas, cambió su discurso crítico contra el gobiernoeferregista, y su postura de reelegir al Tribunal SupremoElectoral, cuando notó la serie de obstáculos que oponían ala inscripción de su partido en el Registro de Ciudadanos. Yluego, otra circunstancia que pesó en el cambio de rumbode los unionistas fue también haber caído en la cuenta que

permanecer en una actitud abiertamente hostil hacia el FRG

favorecía las intenciones de los patrocinadores del Movi-miento Cívico por Guatemala. No es un secreto que el gobier-no de Álvaro Arzú mantuvo relaciones sumamente tensascon la supercúpula empresarial.

El resultado de este panorama tan confuso es el de unpartido político opositor, el PAN, con una visión muy conser-vadora y afín al Ejército y al sector privado, que esperacapitalizar a su favor los resultados de la inestabilidad quepueda generar el llamado Movimiento Cívico por Guatemalapara poder presentarse como el relevo ideal del gobierno

eferregista. Luego, está el grupode los unionistas, que apuesta ala supervivencia del actual ré-gimen, para lograr su inscripcióncomo partido político y construiralrededor de su reciente actua-ción en el Congreso la imagen deser una entidad responsable, quediferencia sin problema los intere-ses nacionales estratégicos delos sectaristas coyunturales. Yfinalmente, una izquierda con cri-sis de identidad, con un líder, Álva-ro Colom, que abjura de su ante-rior línea política para adoptarotra con la que intenta capitalizara su favor el apoyo de la derechaeconómica y del Ejército. En estepanorama, el escenario políticose ve dominado casi exclusiva-mente por el tema del acceso alpoder formal y la lucha contra lacorrupción administrativa. Enmodo alguno se discute la crisisque vive la Policía Nacional Civilni la creciente influencia del Ejér-cito en la seguridad ciudadana.

EL SECTOR PRIVADO:LAS DOS CARAS DE

JANO

La definición clásica de un movi-miento social dice que su función primordial es avanzar undiscurso que influya en la toma de decisiones del Estado. Yaunque al final sea derrotado, como dice Manuel Castells,el hecho de lograr que sus reivindicaciones sean consi-deradas como legítimas, aunque no sean aceptadas por elEstado, basta para asignar valor a su existencia.

Saturno devorando a un hijo, Goya, 1821-1723 aprox.

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En el caso del sector privado organizado, uno de losprincipales actores políticos de este país, existe siempre laintención de hacer avanzar su discurso particular, como lohace cualquier grupo de interés, pero la diferencia estribaen que el CACIF pretende vestirlo de representatividadnacional al aliarse de manera coyuntural con otras entidadesde la sociedad civil, mientras engrasa de diversas formaslas tuercas de la presión política. A partir del autogolpe deJorge Serrano, el sector privado aprendió a jugar con dosfichas, la de apadrinar un movimiento social mientras aspiraa ejercer el poder político. Como Jano, el dios de la mitologíaromana representado con dos rostros, uno viendo al pasadoy otro al futuro, el CACIF también presenta dos caras: unaque sonríe a la sociedad civil y otra que hace guiños a lospartidos políticos y al Ejército.

A pesar de su proyección política, el sector privadoorganizado no plantea de manera clara cuál es su visiónsobre el papel que debe asumir el Ejército en una sociedaddemocrática. Y eso, a pesar de las intensas interaccionesque se dan entre los jerarcas de los grupos económicosmás importantes del país y diversos comandantes militares.

En los últimos meses, este jugar con dos manos le hapermitido recuperarse de la derrota que implicó la aprobaciónde las leyes que endurecen las penas para la evasión fiscal.El sector privado es un actor que le presta su peso al GrupoBarómetro y al Foro Guatemala, y sin el cual la existenciadel Movimiento Cívico por Guatemala no sería posible.Gracias a conspicuos y poderosos empresarios, ÁlvaroColom tomó un segundo aire como precandidato presidencialy el Partido Patriota logró organizar asambleas con algunaparticipación ciudadana.

Sin embargo, a pesar de afirmar estar comprometidocon las iniciativas de diálogo y negociación con el Gobiernoque propicia el Foro Guatemala, el sector privado propiciala salida del gobierno eferregista. Este afán particular se havisto fortalecido con las constantes denuncias de corrupcióny de ineptitud para administrar la cosa pública por las cualesha sido señalado el gobierno del presidente Alfonso Portillo.

La visión política del sector empresarial, como la decualquier grupo constituido para defender intereses especí-ficos inmediatos, no es integral, y por ello no se plantea unescenario pos-FRG. Suponiendo que pueda forzarse la salidadel régimen y se logre ejercer una efectiva presión para elegirun presidente de transición, ¿supondría esto un cambioprofundo en la tesitura del Estado de Guatemala?Probablemente se ganaría algo en eficiencia administrativa,en propiciar un ambiente más favorable para el desarrollode la actividad económica privada, y en disminuir, si no ensilenciar, los hechos de corrupción. Pero ni el CACIF ni sucara política, el Movimiento Cívico por Guatemala, se plan-

tean la desmilitarización del Estado ni la eliminación de esaestructura paralela de poder que limita el respeto pleno alos derechos humanos.

Luego del frustrado golpe de Estado contra el presi-dente Hugo Chávez en Venezuela, impulsado precisamentepor una alianza entre comandantes militares y el principalcolectivo empresarial de aquel país, no sería aventuradoespecular sobre una intensificación de contactos entre elCACIF y el Ejército guatemalteco, y la reconstitución de unaalianza, al estilo de la que surgió en 1954, alrededor delderrocamiento de Jacobo Árbenz Guzmán.

LA PRENSA Y LA SOCIEDAD CIVIL

En muchos sentidos, la sociedad civil debe buena parte desu relevancia a los medios de comunicación. Aparecercontinuamente en los medios, refrendando las agendaseditoriales de éstos, ha hecho que muchas de las organiza-ciones sociales hayan adquirido relevancia en el espaciodel discurso político, económico y social. Pero también estadependencia de los medios ha impedido que varias de dichasorganizaciones puedan crecer, al considerar suficiente parajustificar su existencia la mera presencia mediática. Por estasrazones, muchas entidades que aparecen continuamenteen los medios carecen de una base social real y no tienencapacidad para movilizar a segmentos importantes de lapoblación alrededor de sus iniciativas. Y otras, con basesocial real, simplemente no existen porque los medios nolas mencionan.

Ambos, medios y organizaciones de la sociedad civil,contribuyen a mantener vivo el clima de conflicto. Algunosmedios utilizan a entidades de la sociedad civil para validarsus críticas al gobierno de turno. Muchas de estas críticasson válidas, otras no tanto, pero, en general, ante la omnipre-sencia de los medios y el gran peso que éstos han adquiridoen la vida política, casi nadie se atreve a señalar sus excesosy sus errores. El debate en estos momentos se limita a lostemas que marca la agenda de los medios que, en no pocosaspectos, coincide con la del sector privado y omite el cre-ciente grado de militarización que se produce en la sociedadguatemalteca.

Los medios han realizado una importante labor seña-lando los defectos y las contradicciones en la gestión pública.Pero también han tenido un efecto negativo en limitar lasopciones para resolver los conflictos. Las iniciativas lanzadaspor el Gobierno para abordar el problema de la corrupciónfueron objeto de sospecha y, en algunas ocasiones, inclusode mofa. La elección de los magistrados del Tribunal Su-premo Electoral fue atacada por editoriales y columnas, que

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la señalaron como sospechosa de fraude. La alianza tácticade los unionistas y el FRG fue calificada como un sucio contu-bernio. Fruto de estas construcciones mediáticas, con elsilencio cómplice de la sociedad civil, es que actualmentecualquier negociación que se emprenda con el Gobierno yel partido oficial será objeto de descalificación y escepticismo.Procesos usuales de la democracia no tienen cabida en elimaginario político que algunos medios proyectan. En esecontexto, la única salida que queda para Guatemala, deacuerdo a los contenidos implícitos en las columnas y edito-riales que han sido publicados con relación a la situaciónvenezolana, es una solución como la que intentó deshacersedel coronel Hugo Chávez.

Lo interesante del caso es que las organizaciones dederechos humanos no han logrado que los medios asignenal peligro de la militarización del Estado la misma importanciay dediquen el mismo esfuerzo reporteril que se asigna alproblema de la corrupción y de la ineficacia administrativadel régimen eferregista. Y tampoco han criticado a los mediospor esta falta de preocupación, ya sea por negligencia o portemor a que éstos las condenen a la muerte mediática.

LA MILITARIZACIÓN TRAS BAMBALINAS

El apetito por los escándalos que genera la corrupción delgobierno portillista ha hecho perder de vista los avancesque ha logrado el Ejército en reorientar el Estado con uncriterio de seguridad nacional. No es que el Ejército hayacreado el conflicto actual, pero es evidente que la estridenciacon la que se presenta cotidianamente favorece a sus planes.Y en esto debe resaltarse el papel fundamental que hajugado el Frente Republicano Guatemalteco, un partido queaparte de cobijar a ex militares con participación destacadaen la contrainsurgencia, ha fungido hasta el momento comoun brazo político del Ejército.

El reacomodo militar en el Estado comenzó, no obs-tante, durante la administración de Álvaro Arzú. A pesar dehaberse establecido en los Acuerdos de Paz la disolucióndel Estado Mayor Presidencial –el principal instrumento decontrol del Ejército sobre el Presidente, el gobierno panistanunca realizó movimiento alguno para desmantelarlo, sinomás bien le asignó la responsabilidad de combatir el contra-bando e investigar casos de secuestros. Tampoco la adminis-tración de Portillo ha mostrado disposición alguna para desinte-grarlo, y continúa ejerciendo funciones no sólo de proteccióndel Presidente sino también de apoyo logístico y, lo que esmás importante, de recopilación y análisis de información.

Bajo el pretexto de una animadversión del FRG hacia elsecretario de análisis estratégico, el presupuesto de esta

dependencia fue severamente recortado. La SAE tuvo quecerrar oficinas en el interior del país y reducir su personal.Su capacidad de acopio y análisis de información fue grave-mente afectada. Contrario sensu, tanto el Estado MayorPresidencial como el Ministerio de la Defensa Nacional reci-bieron en los dos últimos años sustanciales incrementos enel presupuesto aprobado por el Congreso, y además veránaumentada, vía transferencias, su disponibilidad de fondos,con el voto del partido oficial. Sólo durante el año 2001, elpresupuesto de Defensa aumentó un 85% con respecto a looriginalmente aprobado por el Congreso, precisamente gra-cias a las transferencias que recibió de parte del Ministeriode Finanzas.**

El aumento presupuestario, tanto del Estado MayorPresidencial como del Ministerio de la Defensa, se hamaterializado en una mayor presencia militar en el interiordel país, no tanto en términos de efectivos y de bases, sinoen apoyo a iniciativas generadas por sectores afines. Haypoblaciones en donde los comités pro mejoramientointegrados por ex patrulleros de auto defensa civil desplazanexitosamente las iniciativas de organizaciones civiles. Yparalelamente a esto se reconstruye también, de acuerdo a

** MINUGUA. Informe de MINUGUA para el Grupo Consultivo sobre Guatemala,MINUGUA, Guatemala, 2002, p. 19.

El 3 de mayo de 1808: Los fusilamientos (detalle), Goya, 1814.

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denuncias de activistas de derechos humanos, una ampliared de control social. Estas redes se ponen de manifiestocuando se efectúa alguna exhumación de víctimas delconflicto armado. Quienes realizan el desenterramiento ylos deudos de los asesinados reciben posteriormenteadvertencias sobre las implicaciones que tienen este tipode prácticas legales.

La utilización de tácticas tan comunes durante la luchacontrainsurgente en la defensa de la seguridad nacional, nose ha constreñido a hostigar a antropólogos forenses, activis-tas de derechos humanos y deudos de las víctimas delconflicto armado, sino también a organizaciones y perso-nas que abordan el tema desde una perspectiva académica.De esa forma, tenemos las amenazas a la historiadoraMatilde González, quien realiza una investigación sobre laforma en que el Ejército, a través de los ex comisionadosmilitares y los ex patrulleros de autodefensa civil –PAC–,mantiene el control sobre la población y el poder en lascomunidades de San Bartolomé Jocotenango y San Idel-fonso Ixtahuacán. La investigación realizada por Gonzálezparece ser la causa del allanamiento de la Asociación parael Avance de las Ciencias Sociales –AVANCSO–, el pasado 20de marzo. Varias organizaciones dedicadas a la defensa delos derechos humanos han sido objeto de robos decomputadores y bases de datos, sin que hasta el momentohaya sido posible esclarecer la identidad de los respon-sables, ya no digamos consignarlos a los tribunales. Se notaen estas iniciativas un intento de vedar la acumulación deinformación que pueda competir con la que manejan institu-ciones del Estado.

La vertiente visible de la remilitarización se da con elnombramiento de militares y ex militares para cargos pú-blicos. Tenemos el caso del ex ministro de la Defensa Eduar-do Arévalo Lacs, quien era el director de la Escuela Kaibilcuando sucedió la masacre de Las Dos Erres. Arévalo, reci-clado en la cartera de Gobernación, se hizo acompañar devarios oficiales activos y en situación de retiro, a quienescolocó en puestos clave dentro de la estructura de esteministerio. Algunos de ellos fueron obligados a abandonarsus cargos antes de la reunión del Grupo Consultivo; otros,no obstante, continúan como asesores del general ArévaloLacs. Y luego, el nombramiento del general Luis FelipeMiranda Trejo, diputado del FRG, como director del INGUAT.Miranda Trejo fue comandante de las zonas militares deJutiapa y de Huehuetenango. Dicho militar fue señalado envarios informes de MINUGUA como violador de los derechoshumanos, precisamente en su posición como cabeza de esoscuerpos militares.

Sin embargo, la presencia de Arévalo y Miranda Trejocomo funcionarios de gobierno adquiere la calidad deanécdota cuando se profundiza en el conocimiento de la

realidad del régimen. Las autoridades constituidas simple-mente no pueden garantizar la seguridad de los guatemal-tecos ante los hostigamientos que reciben por parte de enti-dades militares y paramilitares. El Gobierno, o al menos losfuncionarios que estarían dispuestos a impedir la recons-titución de un Estado con mentalidad contrainsurgente, admi-ten su impotencia ante la escalada de amenazas y hostiga-mientos.

En este contexto, se hace cuesta arriba promover laconstrucción de un Estado de derecho. El Organismo Ju-dicial, el Ministerio Público y la Policía Nacional Civil, lastres entidades con la mayor carga de responsabilidad eneste sentido, son intimidadas o copadas por este poderparalelo.

Lo grave del caso es que el nuevo clima prevalecienteinternacionalmente, a raíz de los atentados terroristas con-tra el World Trade Center en Nueva York, privilegia laseguridad del Estado por encima de las libertades de losciudadanos. La tendencia antiterrorista ha llevado a que,incluso, en un país como el nuestro, sin una amenaza realde esta índole, se haya creado la figura de un Comisionadopara la lucha antiterrorista. Para el cargo fue nombrado unmilitar, en situacion de retiro, es cierto, pero militar al fin y alcabo: el general Miguel Ángel Calderón. Ante Calderóndeben reportar todas las entidades de inteligencia del Estado,tanto civiles como militares. El Comisionado tiene, además,potestad sobre las fuerzas policíacas.

De esta manera, so pretexto de la lucha antiterrorista,el Ejército está logrando cerrar, sin que exista mayor resis-tencia por parte de la sociedad civil y la sociedad política,el círculo con el que afianza su control sobre el Estado.

DE AQUÍ PARA ADELANTE

Lo peor que puede pasarle al país es que el conflicto visiblese prolongue sine die y que las limitaciones a las libertadesde los guatemaltecos continúen siendo opacadas y silen-ciadas por la lógica del escándalo que orienta la actividadpolítica y el trabajo de los medios de comunicación social.En mi criterio, forzar la renuncia del actual régimen apenasresuelve una mínima parte de los problemas, y deja intactala mayoría de circunstancias que impiden la profundizaciónde la democracia, el desarrollo institucional y la instauraciónde un Estado de derecho que garantice las libertades dequienes habitamos en este país.

Para fortuna de Guatemala, ya ha empezado a haberuna toma de conciencia por parte de algunos dirigentes de lasociedad civil y política e importantes sectores de la prensa.Muchos de ellos han tomado distancia de la ecuación tan

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El análisis de coyuntura no obliga a referirse al día de hoy. Tal vez la crónica periodística sí puede hacerlo. La

coyuntura está marcada por el, o los acontecimientos queirrumpen en la normalidad de la vida política; son como lospuntos de inflexión en el devenir de lo cotidiano. Al actualgobierno del FRG/Portillo no hay que juzgarlo por el detalle

PRISIONEROS DE LA COYUNTURAEDELBERTO TORRES-RIVAS*

simplista con la que se pretende describir las dimensiones dela crisis, y diseminan, en la medida de sus posibilidades, unainterpretación distinta en los limitados espacios mediáticos ypúblicos en los que se desenvuelven. Pero sólo denunciar lairrealidad de esa visión simplificadora que impulsa la derechaeconómica no basta para superar el conflicto. Es un buenprincipio, pero insuficiente a todas luces. Aquí tiene queponerse a prueba la creatividad de los centros de análisis

político, económico y social y la sociedad política para evitarque la presencia constante del conflicto saque del escrutiniopúblico y de las preocupaciones sociales la reconstitucióndel Estado alrededor de la Doctrina de Seguridad Nacional.Ojalá ya estén generando las propuestas que el país necesitapara afrontar el retroceso que, indudablemente, se ha acen-tuado desde la entronización del presente régimen.

* Sociólogo guatemalteco. Estudios de doctorado en Inglaterra. Fue secretariogeneral de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales FLACSO.Actualmente es coordinador del Área de Estudios Políticos y de Seguridad deFLACSO-Guatemala.

diario que la prensa magnifica. Su gestión hay que examinarlaen la perspectiva de los últimos cinco años transcurridos desdeque se firmó la paz. Y de manera más precisa, su contribuciónal destino de la construcción democrática en Guatemala.

Vivimos una actualidad marcada por dos hechossobresalientes y contradictorios. Uno, que aún están presenteslas fuerzas y los efectos del agudo conflicto armado y de sussalvajes formas de violencia que fueron animadas por un Estadoterrorista. Y otro, que ya han transcurrido dieciséis años de

Dos forasteros, Goya, 1815-1818.

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gobiernos civiles, producto de elecciones libres y abiertas; yque en un ambiente de paz existe la oportunidad de construiren Guatemala una democracia política. Es este escenario histó-rico el que se vive lleno de tensiones creadas por una fatalencrucijada: o nos quedamos retenidos en el pasado de unasociedad atrasada, injusta, llena de exclusiones y violencias; oaceptamos que el desafío es superar esas crueles herencias,vencer las poderosas fuerzas negativas de la historia reciente,y encarar el compromiso de crear una sociedad democrática,incluyente, más generosa en sus ofertas de justicia y equidad.La coyuntura se analiza considerando las fuerzas sociales queefectivamente están a favor o en contra de ese destino.

UN BALANCE SUMARIO DEL

FUNCIONAMIENTO INSTITUCIONAL1

El desarrollo democrático de Guatemala empezó mal. Las tresprimeras elecciones generales ocurrieron cuando el conflictono había terminado y el ambiente contrainsurgente no erafavorable para el ejercicio democrático; el proceso de reno-vación política estuvo encabezado por actores vinculados alpasado autoritario, con malas credenciales democráticas. Lasfuerzas políticas capaces de renovar la organización del poderfueron debilitadas por más de 30 años de represión. No obs-tante, el camino recorrido con tropiezos y caídas permiteestablecer un balance positivo al recordar que han habido cuatroelecciones generales, dos consultas o plebiscitos, y tresprocesos menores de ámbito municipal, sin fraude y concu-rrencia plural, libres y competitivas; un autogolpe que seresuelve pacífica y legalmente, y una serie de conflictos quese han resuelto pacíficamente. Pareciera que los jugadores(los políticos) conocen y respetan las reglas del juego y semueven bien en la cancha, no obstante algunas tarjetasamarillas o alguna roja. Simbólicamente, no ha ocurrido lo deun reciente partido de fútbol en Angola, que debió suspenderseal terminar el primer tiempo porque cuatro jugadores de unequipo y cinco del otro habían sido expulsados y el árbitro fuebrutalmente agredido por uno de los entrenadores, acusándolode “pitar” cuando faltaba un minuto...

El juego electoral; la presencia de instituciones demo-cráticas; el respeto al ejercicio de los derechos civiles, socialesy políticos; la libertad de organización –y de prensa especial-mente, están garantizados. No obstante, estas formasdemocráticas no han modernizado la política en estos 16 años,y ella carece aún de autonomía, coherencia y adaptabilidad.

La minoría de edad de nuestra democracia representativa seresiente de deficiencias como las siguientes:

La política deben hacerla los partidos políticos y no lasorganizaciones de la sociedad civil (cámaras gremiales, ONG,de derechos humanos, universidades, medios de comuni-cación, grupos profesionales, militares, etc.). La incursiónde organizaciones no políticas haciendo la oposición enpolítica deslegitima la vida democrática guatemalteca.

Los partidos políticos son volátiles, pues aún no logranasegurar la lealtad de los votantes, sobre todo los que hanhecho gobierno. Experimentan desintegraciones persona-listas, y el pluralismo degenera en fragmentación partidaria;tienen una débil implantación nacional y una gran timidezprogramática/ideológica. La historia reciente del país reiterala noción de que cuando no hay partidos fuertes y establesla legitimidad del régimen es menor y la ineficacia aumenta.

Las relaciones entre los poderes del Estado tienen queser fluidas, estrechamente colaborativas pero indepen-dientes. Tres de los cuatro gobiernos recientes (DCG, PAN yFRG) han gozado de mayoría relativa en el Congreso, lo cualno es intrínsecamente malo. Por el contrario, en cualquierdemocracia, la mayoría es una garantía de estabilidad auncuando actúe como “aplanadora”. En Guatemala ello ha sidomotivo de queja. ¿Por qué un partido va a renunciar al usode su legítima mayoría? Lo negativo se produce cuando lailusión de la mayoría relativa limita el debate parlamentarioy reduce el papel de la oposición. Pero desde 1986 lasfuerzas de oposición se comportan como un factor deobstrucción, con una actitud negativa, innecesariamentecrítica, electorera, sin advertir que también desde la oposiciónse gobierna.

La oposición al FRG en el actual Congreso ha acentuadolo que éste hizo como oposición al Gobierno anterior. Sin em-bargo, los partidos padecen lo que se llama “el mal de Soma-lia”, enfermedad propia del atraso político en virtud del cual losintereses sectarios del jefe tribal –en este caso los del grupopolítico– aparecen como superiores a los intereses de la nación.En Somalia (1990-1993) los señores de la guerra pelearonentre sí, y al hacerlo destrozaron al país. ¿Quién ganó y quiénperdió en un conflicto en que los intereses particulares sedefienden con más ahínco que los fines superiores del EstadoNacional? Cuando la oposición hoy día se niega a aprobar lasleyes de modernización económica y crediticia recomendadaspor el Banco Mundial y el BID, dando como razón el sectarismo(por cierto, evidente) del FRG, lo que demuestran es que no soncapaces de diferenciar lo particular de lo nacional. La oposiciónes de la misma calaña que el partido de Gobierno, en la torpeceguera de ambos de no percibir que por encima de losintereses de cada partido están los del país.

La calidad de la democracia también se refleja en lacalidad de su parlamento porque expresa de manera directala consistencia de los partidos políticos, y es en el parlamento

1 Este tipo de balance no debe hacerse ‘midiendo’ la realidad empírica del paíscon un modelo ideal o con lo que ocurre en otros países. Esas comparacionesson válidas, pero el primer paso es establecer similitudes y diferencias con elpasado del cual se viene.

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donde se hace el verdadero ejercicio de la política. Es éste elsitio privilegiado del debate, donde se toman las grandesdecisiones que benefician al país y en el que se resuelvenconflictos y alianzas. Pero sobre todo porque es aquí dondese hacen las leyes. No es suficientemente democrática unasociedad si los problemas nacionales y el debate decisivo seresuelven o realizan en espacios extraparlamentarios.

Los congresos de la transición democrática no han tenidola calidad requerida, reflejando en alguna medida la durarealidad nacional. Por ejemplo, el Congreso que eligió comopresidente de la República a Ramiro de León Carpio debióser depurado por una contagiosa corrupción que le afectó.La legislatura actual, tal vez la menos dotada intelectualmentede las cuatro que se han sucedido, revela una notableincapacidad para legislar con la dignidad que la función exige,¡son monosilábicos! Realizan una política de baja calidad,han expropiado el debate, sus decisiones son controvertidas,y muchas de sus leyes tienen que ser consultadas a la Cortede Constitucionalidad. El affaire de la ley de impuestos a lasbebidas alcohólicas, no reveló sino desprecio a la legalidadpor parte de la bancada oficial. Y no es excusa recordar queel PAN hizo lo mismo, pero como en otras tantas acciones,quizá con menos daño a la institucionalidad del país.2

Las relaciones Ejecutivo-Legislativo han sido motivo decrisis en la experiencia reciente de América Latina. Ponen aprueba la calidad democrática institucional y revelan casisiempre el vigor de los actores. En Guatemala ni siquiera hanconstituido una crisis los desencuentros entre el PresidentePortillo y el Congreso y/o el general Ríos Montt. Revelan algopeor: desorden institucional, pues sus diferencias cruzan lagestión gubernamental y vuelven impredecible la direcciónen que la misma se mueve. Por momentos la oposición alPresidente la realiza su propio partido, rebajando su dignidadde Jefe de Estado. El general Ríos Montt se cuida poco deocultar sus diferencias con el Ejecutivo. ¿Por qué? Esta inéditaconducta pública reitera la inseguridad, las vacilaciones y laincertidumbre que califican como un rasgo negativo la actualconducción gubernamental.

Pero el verdadero Talón de Aquiles de la construccióndemocrática se ubica en el poder judicial. Sin duda es aquídonde sobreviven las peores herencias del pasado auto-ritario: la incapacidad para castigar a ciertos sectores (impu-nidad militar, fiscal), una judicatura con bolsones de claraincompetencia técnica y jurídica3 y a diversos niveles unarepugnante obediencia al poder político. Pero, sobre todo,la afición por el dinero fácil. Se conoce, pero es difícil pro-barlo, que la corrupción existe en todos los ámbitos y llega

escandalosamente hasta el régimen penitenciario. Existe unared clandestina que se origina en las estructuras de lainteligencia militar y que opera a lo largo del sistema dejusticia y de las fuerzas de seguridad para proteger gruposcriminales e intimidar a los jueces.

Los significativos aportes financieros de la comunidadinternacional no han logrado modernizar el sistema, salvo enaspectos muy puntuales. El Ministerio Público es sin duda, elpeor ejemplo: la justicia no es ni pronta, ni gratuita, ni imparcial,aspectos que se vuelven más visibles hoy día por el desbordecriminal que el gobierno actual no ha podido contener. Todoeste déficit es mayor en las zonas rurales y afecta más a lapoblación indígena.

¿QUIÉN ESTÁ EN CRISIS:LA SOCIEDAD O EL GOBIERNO?

La respuesta es que sin duda, ambos lo están. La evaluaciónde la democratización en una sociedad como Guatemalarevela la complejidad del problema. No es fácil reformar unacultura legal entera, construir una nueva fuerza política odesarrollar un sistema escolar multilingüe. Hay que reconocerque se han venido dando pasos firmes, pero en este gobiernoel esfuerzo ha perdido fuerza y dirección. El reducido gastoen seguridad, educación, salud, golpea más a los extendidossectores de bajos ingresos mientras aumenta el presupuestomilitar. ¿Por qué Portillo procede así cuando la oferta elec-toral fue otra? ¿Por qué amenaza a los empresarios con labuena razón de los impuestos, por ejemplo, o por su insensi-bilidad social y ofrece ayudar a los campesinos víctimas deuna creciente miseria, pero luego sus decisiones carecen deunidad y vigor? En general, el régimen ha resultado particular-mente débil frente a las fuerzas del atraso, que se han reavi-vado con su retórica confrontativa. Maquiavelo recordaba quelos reformadores vacilantes, como Portillo, conjuran contra sí elpeor de los mundos: la parcial y desconfiada lealtad de los quese benefician por sus reformas y el odio total de los supuestosdamnificados.

En Guatemala, los actores autoritarios y los poderososintereses responsables de la desigualdad económica, de ladiscriminación y de la exclusión, están vivos y quieren seguirinfluyendo sobre un Estado débil y desfinanciado. Estasfuerzas no van a cambiar con gestos retóricos; sólo lo haríancon medidas técnicamente bien diseñadas y, sobre todo,cuando estén apoyadas por mayorías populares. La historiade Guatemala se llena de ejemplos de estas luchas. Lapolítica gubernamental está marcada por contradicciones,irregularidades y una incontrolada corrupción. Ésta apareceen todos los niveles de la administración pública, introdu-ciendo el mayor germen de descomposición política y dedesengaño ciudadano. Probablemente reside aquí el mayor

2 Se hace referencia al hecho que no hubo en ese momento publicidad nidenuncia alguna y, en consecuencia, no se puso a prueba la independencia delpoder judicial.3 Por ejemplo, la pobreza argumentativa de la decisión de la Corte deConstitucionalidad en relación con las reformas a la ley electoral.

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agravio que el gobierno del FRG ha hecho al proceso demo-crático: no contribuir a fortalecer las instituciones democrá-ticas, desmoralizar a la ciudadanía, incrementar la descon-fianza que los guatemaltecos tienen por la política, los polí-ticos, y en general por el mundo de lo público.

El descontento crece pero tiene distintos orígenes. Losintentos por aumentar la carga tributaria y cumplir con losAcuerdos de Paz, el proyecto de castigar a los evasores yotras denuncias que afectarían al sector privado, han puestoen pie de lucha a grupos empresariales. Más grave aúnporque afectan la vida democrática, son los asesinatos yamenazas a activistas de derechos humanos, y el cateo ydestrucción que han sufrido por lo menos ocho organiza-ciones vinculadas al estudio del terrorismo militar o a ladefensa de derechos sociales. Amenazar al grupo deantropología forense, catear el centro académico AVANCSO,quemar la casa parroquial en Nebaj, el asesinato de RosalesZea o Rodas Furlán, son acciones que reproducen la épocadel terrorismo de Estado. Finalmente, lo peor para la estabi-lidad democrática ocurre en el campo, donde las demandasde trabajo y tierra son ecos que cobran vida de viejas

demandas campesinas. En el mundo rural la vida es inso-portable porque el pasado está vivo y actuando: no hay tierra,no hay trabajo, no hay servicios sociales, y las fuerzascontrainsurgentes (las PAC, rebautizadas con nombres comoComités Locales de Desarrollo o de Vigilancia) reaparecenamenazantes y aliadas de nuevo con los señores de la tierra.

Todo lo anterior se arrastra desde el pasado al que hicimosreferencia. Nada es nuevo: ni la corrupción, ni la impunidad, niel recurso a actores militares ligados a los viejos servicios deinteligencia, ni la debilidad de los actores democráticos y delas organizaciones populares. Experimentamos una crisis enascenso porque este gobierno ha tenido la perversa habilidadde activar más las fuerzas del pasado y no enfrentar condecisión las responsabilidades derivadas de los Acuerdos dePaz. Porque gobierna con desorden por sus luchas internas(dentro del gabinete y entre el Ejecutivo y el Legislativo), a loque se suma que ha demostrado una extraña destreza paracrearse enemigos por todos lados. La oposición crece al puntode trazar una estrategia de renuncia del Presidente.

Los gobiernos anteriores también experimentaron escán-dalos de corrupción y de fuerte clientelismo. La diferenciaradica, según un análisis reciente, en la diversa modalidadde la denuncia: ahora “los críticos más vociferantes son losrepresentantes del sector privado y de la prensa guatemalteca,que es una aliada cercana de dicho sector”.4 No ocurrió lomismo con el gobierno de Arzú. También se convive con unmal momento económico internacional, agravado despuésdel 11 de septiembre: el momento político internacional tam-bién es negativo y tiene efectos internos en la cooperaciónfinanciera y técnica y en la dimensión militar.

Nos encontramos presos de la coyuntura, pero somospoco conscientes de ello, en este período en que la construc-ción democrática está amenazada por las fuerzas del pasadoautoritario, en un escenario fortalecido por las incapacidadesdel FRG y Portillo. La lucha contra la corrupción es importantejunto a otros factores de riesgo. Pero es necesario no olvidarque defender el futuro democrático, honrar los objetivoscumplibles de los Acuerdos de Paz, avanzar en la reconciliaciónnacional, son los objetivos superiores que deberían movilizara los guatemaltecos y guatemaltecas en este momento. Losvalores que esos objetivos representan no pueden quedaratados a la defensa de intereses particulares ni a propósitoselectorales como algunos grupos estridentes lo hacen. Seenredan en la coyuntura quienes predican el rompimiento delorden constitucional, aun con argumentos constitucionales.¿Cuál es la fuerza política que garantizaría un ‘gobierno deunidad nacional’? Aquí, como en Venezuela, sobran los Carmo-nas, pero a la democracia se le combate y se le construye conmétodos democráticos. No tenemos opción.

4 R. Sieder, M. Thomas, G.Vickers y J. Spence, ¿Quien Gobierna? Guatemalacinco años después de los Acuedos de Paz, Hemisphere Iniciatives, Cambridge,Mass., feb. 2002, p. 8.

Los desastres de la guerra (detalle), Goya, 1808-1814.

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En reunión realizada el viernes 19 de abrilde 2002 en la sede de FLACSO, se informó

que, como parte de las actividades destinadasa conmemorar los 15 años de funcionamientode la Facultad en Guatemala, ésta iniciaría unode sus proyectos más ambiciosos: contar coninstalaciones propias para realizar en mejor for-ma sus actividades de investigación, docenciasuperior y difusión de las ciencias sociales en elpaís, a través de la construcción de un edificioadecuado a tales necesidades.

FLACSO es un organismo internacional, re-gional y autónomo, establecido en 1957 ainiciativa de UNESCO, en Santiago de Chile, yformado por los Estados latinoamericanos y delCaribe que se han adherido al Acuerdo de Cons-titución de aquel año. Es el Sistema integrado depromoción de las ciencias sociales más amplio y completo de Latino-america. Su propósito es impulsar la investigación social, así como laformación y capacitación superior de recursos humanos, y coope-ración con universidades, gobiernos, entidades e instituciones afines,y la integración entre los Estados y pueblos del hemisferio.

A la fecha, FLACSO funciona en diez países de América Latina,entre ellos Guatemala. En 1987, por iniciativa de algunos profesorese investigadores de la Universidad de San Carlos y de la UniversidadRafael Landívar, se iniciaron las actividades de la Facultad en elpaís, con carácter preliminar y experimental. En aquel año el Estadoguatemalteco se adhirió al Acuerdo Constitutivo de 1957 y principióasí a funcionar el Proyecto FLACSO-Guatemala, mediante el Decreto96-87 del Congreso de la República.

En 1989, y luego de una evaluación del Proyecto a cargo de laSecretaría General del Sistema FLACSO, que reconoció el trabajorealizado por éste y su aporte al desarrollo de las ciencias socialesen el país, las oficinas se convirtieron en el Programa FLACSO-Gua-temala. Más adelante, en 1998, y como consecuencia de una nuevaevaluación que también corroboró el desarrollo y los avancesalcanzados, FLACSO fue elevada a la categoría de Sede Académica.Éste es el estatus más importante al que una unidad del SistemaFLACSO puede acceder, y se reconoce como tal cuando cuenta tambiéncon actividades docentes (diplomados y programas permanentes deposgrado). Implica, además, una mayor responsabilidad de losEstados miembros en el apoyo de las respectivas Sedes.

Dentro del contexto arriba indicado, el Gobierno de laRepública, por conducto del Ministerio de Relaciones Exteriores,

emitió el 22 de julio de 1998 el Acuerdo suscrito entre la SecretaríaGeneral de FLACSO (con sede en Costa Rica) y esa cartera. Elartículo 7º de dicho Acuerdo indica que el Gobierno de Guatema-la. “Otorgará un aporte suplementario... para el funcionamientode la Sede Académica en Guatemala...”. A partir de 1998 se inicióel trámite para obtener la concesión, a título gratuito, de un terrenoen usufructo para la construcción de las instalaciones de FLACSO.Luego de cinco años, el 19 de febrero de 2002, se emitió el AcuerdoGubernativo No-56-2002, a través del cual el Gobierno Centralhonró así el compromiso adquirido por el Estado de Guatemalaen 1998.

El terreno otorgado en usufructo para la construcción deledificio de FLACSO se encuentra ubicado en las inmediaciones delMuseo de Arqueología, Antropología y Etnografía, y del Museo deArte Contemporáneo, en una zona próxima a la Finca La Aurora,en el que FLACSO espera construir en un plazo cercano su nuevoedificio. Con el fin de alcanzar este propósito, se constituyó unaComisión Asesora para:

• Recomendar a la Dirección de FLACSO las acciones a realizar,con el fin de impulsar la búsqueda de financiamiento y la figuralegal adecuada para obtenerlo, el procedimiento para el con-curso y diseño de un edificio, y las acciones de divulgación quese estimen necesarias.

• Dicha Comisión de carácter ad honorem, quedó integrada conlas siguientes personas: Mtro. Pavel Centeno, Arq. BrendaBocaletti, Dr. Edelberto Torres-Rivas, Mtra. Evelyn Klüssmann, yel Lic. Marcel Arévalo.

De izquierda a derecha, el Director de FLACSO-Guatemala y los miembros de la Comisión Asesora: Arq. BrendaBocaletti; Dr. Edelberto Torres-Rivas; Mtra. Evelyn Klüssmann; Lic. Marcel Arévalo; y el Mtro. Pavel Centeno.

FLACSO-GUATEMALA CONSTRUIRÁ

EDIFICIO PARA SU SEDE ACADÉMICA

Page 16: Diálogo Extraordinario Nueva Época /¿QUO VADIS GUATEMALA? UN BALANCE POLÍTICO

16 / Publicación mensual de FLACSO Nueva época, Año II, extraordinario, abril de 2002

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GÉNERO Y BIODIVERSIAD

EN COMUNIDADES INDÍGENAS

DE CENTROAMÉRICA

CLAUDIA DARY (COORDINADORA)374 PÁGS.

Este trabajo es el resultado de una preocupación por estudiarla realidad centroamericana como un todo. Desde luego, latarea no fue fácil a causa de la heterogeneidad que caracterizaa un conjunto de países cuyas dinámicas son complejas,debido a procesos históricos distintos. Precisamente, elexamen de las diferencias permitió comprender y, en algunoscasos, interpretar, aquellos rasgos y situaciones en las queno existe más distinción que la que establecen las fronteras.

La región centroamericana se carac-teriza por contener una alta biodiver-sidad producto de su privilegiadaposición como puente biogeográficoentre dos grandes masas continentalesque le confieren características propi-cias para la existencia de una granvariedad de genes, especies y ecosis-temas. Eso significa que en un espacioreducido, comparado con otras regionesdel mundo, se presenten múltiplescondiciones ecológicas que hacenposible que algunas especies hayanadquirido condiciones genéticas paraestablecerse en diferentes pisos altitu-dinales o regiones climáticas, comosucede con el maíz o el frijol, por ejemplo.

Sin embargo, esa riqueza de biodiver-sidad no depende sólo de las condiciones que le confieren las característicasbiogeográficas del área. La existencia de muchas especies, cultivadas o no,ha sido posible gracias a la intervención de las comunidades, que hanencontrado en ellas motivos suficientes para asegurar su reproducción ymejoramiento.

SER INDÍGENA EN

CIUDAD DE GUATEMALA

MANUELA CAMUS

396 PÁGS.

Ser indígena en Ciudad de Guatemalaes un esfuerzo por reflejar la diversidadde formas en que deriva la identidadétnica en el ámbito capitalino. Suprotagonista es la deslegitimadapoblación indígena residente, que hasido tachada como “contaminada”.Este acercamiento a su vida, susexperiencias y sus palabras, pretendedarle el espacio que se ha ganado yse merece con el reconocimiento dela indianización de la ciudad capital yde sus sectores populares.

LOS DESAFÍOS DE LA DEMOCRACIA

EN CENTROAMÉRICARENÉ POITEVIN

ALEXANDER SEQUÉN-MÓNCHEZ

164 PÁGS.

Q55.00

¡en mayo!

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