DEL SIGLO XIX AL XX

Al acercarse el final del siglo XIX, las naciones de Europa continúan sus procesos de industrialización, la búsqueda de mercados y territorios coloniales, la expansión de sus economías y sus zonas de influencia. El imperio inglés es el más extenso y poderoso en la segunda mitad del s. XIX.

Mapa del Imperio Británico a finales del s. XIX

La industrialización de las grandes potencias económicas necesitaba la mano de obra barata y las materias primas de sus colonias alrededor del mundo

En Inglaterra, en el aspecto político, durante varias décadas, hubo períodos de alternancia entre gobiernos influenciados por los tories, conservadores, y los whigs, liberales, esto promovió la estabilidad.

En Francia, Napoleón III sufre grandes derrotas militares ante el canciller de Prusia Bismarck. En 1871, cae el II Imperio francés y surge la Comuna de París, movimiento de los republicanos radicales que toman la capital pero son reprimidos violentamente. Sin embargo, en 1875 se promulga una constitución y comienza la Tercera República.

En España hubo durante el siglo XIX muchos intentos de lograr una república federal o una monarquía constitucional. En 1876 se convino una Restauración monárquica en la figura de Alfonso XII, así como la promulgación de una nueva Constitución, que establecía una monarquía constitucional con división de poderes. Hubo alternancias entre tendencias democráticas y conservadoras.

Sin embargo, en 1998 España perdió la última colonia latinoamericana, Cuba, ante los EEUU. Esto propició un desastre económico, político y social, así como grandes críticas entre los intelectuales. Surge el movimiento de escritores llamado La generación del 98, donde se distinguen Miguel de Unamuno, Antonio Machado, Pío Baroja y otros.

Alfonso XIII practica una monarquía constitucional donde es asesor de gobiernos conservadores o liberales desde 1902. Desempeña un papel principal en el establecimiento del Protectorado español en Marruecos, territorio en el norte de África. También surge la llamada Semana Trágica en Barcelona en 1909.

España no participa en la Primera Guerra Mundial, pero hay continuos conflictos de gobierno. En 1923 el Gral. Miguel Primo de Rivera, con aprobación del rey, da un golpe de estado donde instaura una Dictadura. Pero la crisis mundial de 1929 propicia el surgimiento de la II República Española en 1931, con una nueva constitución.

Por su parte, Prusia encabezaba una serie de principados alemanes y el canciller Bismarck buscaba la reunificación, por lo que a través de hábiles estrategias que debilitaron a Francia, Austria y Rusia, logró organizar la Confederación de Alemania, y en 1871 el Segundo Reich alemán, con Guillermo I al mando.

Alemania se industrializa a gran velocidad. Bismarck logra mantener el equilibrio entre las tendencias monárquicas y democráticas. Sin embargo, Guillermo II lo destituye en 1890, y comienza un período de discordias entre grupos monárquicos, republicanos y socialistas que llevarán hasta los enfrentamientos de la Primera Guerra Mundial en 1914.

La Alemania unificada busca alianzas con el Imperio Austrohúngaro y con Italia para contrarrestar a Francia. Esto se llamó la Triple Alianza, o los Imperios centrales. Estas alianzas significaban el peligro de una conflagración, como aconteció al inicio de la 1ª. Guerra Mundial.

Durante la 1ª Guerra Mundial, Italia pasaría a formar parte de la llamada Triple Etente, junto con Francia Rusia e Inglaterra. El Imperio Otomano se sumará a los Imperios centrales.

Italia también realizó su unificación durante el siglo XIX. A partir del reino de Cerdeña-Piamonte, al norte de la península, El conde de Cavour, ministro del rey Víctor Manuel II, logró aliarse con Francia en contra de contra Austria para recuperar algunos territorios. Giuseppe Garibaldi y sus camisas rojas lucharon en varios frentes.

Víctor Manuel II

Más tarde Italia se alió con Prusia en contra de Austria y logró el control de Venecia y en 1871 Roma se convirtió en la capital de la nueva nación.El Papa Pío IX se declaró prisionero en el Vaticano y se rehusó a abandonar el territorio. Este conflicto se resolvió con el gobierno de Italia en 1929.

Rusia era gobernada por los zares en un vasto imperio que, sin embargo, presentaba un gran atraso tecnológico. En la última década del siglo comenzó un proceso de industrialización, con lo que surge una clase proletaria y partidos republicanos y socialistas. Entre estos últimos los mencheviques y los bolcheviques, que aparecieron después de la llamada Primera Revolución Rusa en 1905.

Nicolás II

Alejandro III

El imperio Ruso a comienzos del siglo XX

Las ideas de los anarquistas Bakunin y Kropotkin influyen en protestas populares. Ante las represiones del zar, surgen los soviets en 1905, son asambleas de obreros en lucha contra el gobierno zarista. En 1914 Rusia se ve obligada a participar en la Primera Guerra Mundial. Los soldados se amotinan y protestan ante el zar.

Mihail Bakunin

En 1917 estallan dos revoluciones. En febrero toman el poder varios gobiernos provisionales. Alexander Kerenski, buscando establecer un régimen democrático y liberal, es proclamado Primer Ministro en agosto. Pero el verdadero poder lo tenían los soviets, en octubre los bolcheviques, liderados por Vladimir Lenin, toman el poder.

En julio de 1918 el zar Nicolás II y su familia son ejecutados por órdenes del gobierno bolchevique.

En 1918 se firma el Tratado de Brest- Litovsk, con el que Rusia obtiene la paz, pero pierde varias provincias. De 1918 a 1922 surge la Guerra Civil Rusa, entre partidarios del Ejército rojo y el Ejército blanco. Trosky dirige el Ejército Rojo.

A la muerte de Lenin, Jose Stalin toma el poder y persigue a León Trotsky, quien es obligado a huir. Muere asesinado en México en 1940.

En Austria, los Habsburgo mantenían un gran Imperio que comprendía muchas regiones de Europa del Este, donde a su vez convivían con dificultad varias etnias: alemanes, checos, polacos, serbios, croatas, eslovenos, italianos. Una amplia sección la conformaba Hungría.

A la derrota de Francisco José I ante Bismarck, en 1867, el emperador se vio obligado a ceder alguna autonomía a esta nación, por lo que este Imperio se denominó Austro-Húngaro. Francisco José I, hermano mayor de Maximiliano de Habsburgo y esposo de la emperatriz Sissi, se mantuvo en el poder hasta su muerte en 1916.

1. Bohemia 2. Bucovina 3. Carintia 4. Carniola 5. Dalmacia 6. Galitzia y Lodomeria 7. Provincia costera 8. Baja Austria 9. Moravia 10. Salzburgo 11. Silesia austríaca 12. Estiria 13. Tirol 14. Alta Austria 15. Vorarlberg 16. Hungría con Voivodina y Transilvania 17. Croacia y Eslavonia 18. Bosnia y Herzegovina

La decisión de declarar la guerra a Serbia por el asesinato de Francisco Fernando, el heredero al trono imperial, recayó principalmente en Francisco José I. De esta manera los Imperios centrales y los Aliados se vieron arrastrados a la Primera Guerra Mundial.

Sin embargo, Francisco José I murió antes del término de esta Guerra. Para 1919, que se promulgaron los Tratados de Versalles el Imperio austrohúngaro ya estaba dividido en la república de Austria, el Reino de Hungría y Checoslovaquia.

Otro importante imperio fue el Otomano, que dominaba grandes extensiones de Medio Oriente, el Este de Europa, el Norte de África y los Balcanes. Sin embargo, a pesar de que se aliaron con los Imperios centrales durante la Primera Guerra Mundial, el sultanato fue abolido en 1922.

Mehemed VI

Después de la Primera Guerra Mundial, el Imperio Otomano desaparece y surge la República de Turquía.

El sistema de alianzas que habían acordado los Imperios crea un ambiente inestable, así como el armamentismo que da a esta época el nombre de la Paz Armada, que coincide con la llamada Belle Époque

Por su parte, ante el panorama de violencia que se suscitaba en los enfrentamientos de las

ideologías económicas y políticas en oposición, la iglesia católica emite la primera

encíclica social llamada Rerum novarum.

Esta encíclica, promulgada por el papa León XIII en 1891, sostenía que la propiedad privada es un derecho natural dentro de los límites de la justicia, pero también condenaba al capitalismo como causa de la pobreza y degradación de muchos trabajadores.

La Encíclica destaca como positivos algunos aspectos teóricos del socialismo, que consideraba cristianos, pero el socialismo era condenado por materialista, antirreligioso e inspirador de violencia. .

El papa recomendaba a los católicos que organizaran partidos propios y uniones de trabajadores bajo principios cristianos, de esta manera, la iglesia buscaba un camino nuevo entre el socialismo marxista y el capitalismo

A comienzos del siglo xx, las ilusiones de la llamada Bella época decimonónica fueron sacudidas por la realidad de una guerra atroz y sin precedentes: la Primera Guerra Mundial que se inició en 1914 a partir del asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria.

Las Guerras Mundiales, la Revolución Rusa, la Guerra Civil Española, la Revolución Mexicana, y otros conflictos que se desarrollaron durante la primera mitad del siglo XX, influenciaron a las artes, la literatura, la filosofía y todos los aspectos de la vida cotidiana.

La sucesión de enfrentamientos bélicos y la devastación de los imperios decimonónicos provocarán cambios en la geopolítica de las naciones y en el equilibrio del poder económico.

En el transcurso del siglo XX se iniciará la era atómica, la Guerra Fría, el mundo globalizado y otros hechos económicos políticos y sociales de gran influencia hasta el presente.