Docentes: Elaime Maciques Rodríguez Ronald Soto Calderón ... · De alguna manera, se podría...

Curso

Los trastornos de la comunicación, el lenguaje y el

habla

Docentes:

Elaime Maciques Rodríguez

Ronald Soto Calderón

Coordinador

Daniel Comin

2016

Curso: Los Trastornos de la comunicación, el lenguaje y el habla Derechos reservados y protegidos - 2016

Módulo I

Fundamentos y generalidades de los aspectos anatómicos y neurofisiológicos

del lenguaje y la comunicación humana.

Clase 3

Cerebro y Lenguaje

“El cerebro no solo es un órgano capaz de conservar o reproducir nuestras pasadas

experiencias, sino que también es un órgano combinador, creador, capaz de reelaborar y

crear con elementos de experiencias pasadas nuevas normas y planteamientos”. Vigostky


Contenido de la clase

El lenguaje y sus bases neurobiológicas…………………………………………………..……..….4

El lenguaje y sus mecanismos de desarrollo o adquisición…………………..…………………………...13

Bibliografía…………………………………………………………………………………..…………..19


El lenguaje y sus bases neurobiológicas.

A menudo el estudio del desarrollo del lenguaje se

estudia solamente desde las teorías psicológicas,

y se deja de lado el estudio de las bases

neurológicas del mismo. Muchas veces se

permite a las personas acceder a un conocimiento

básico en los aspectos neurofisiológicos de los

procesos que realiza el ser humano.

El lenguaje generalmente se estudia desde una

perspectiva de participación, interacción y algunas veces desde los aspectos genéticos o innatistas; sin embargo,

tenemos que comprender también aspectos que a nivel cerebral se realizan para comprender de una mejor

manera la función del lenguaje, y poder, por lo tanto, favorecer acciones correctivas para mejorar el lenguaje en

aquellas personas que pueden presentar alguna alteración del mismo.

Mientras se avanza en el desarrollo de este tema, vamos a realizar un pequeño viaje por aquellas áreas que

permiten que se generen las acciones necesarias para producir el lenguaje. En algunos casos, realizaremos

algunos altos que nos permitan comprender de una mejor manera los aspectos neurobiológicos del lenguaje.

Las bases neurobiológicas del lenguaje

El cerebro constituye uno de los órganos mejor provistos del ser humano; podría considerarse una computadora

muy bien equipada, que les permite a las personas entrar en contacto con el entorno mediante la utilización del

lenguaje, ya que con él puede designar las cosas y los objetos, las personas y los animales con símbolos que

componen un código de comunicación.

De alguna manera, se podría decir que el ser humano mantiene una gran cantidad de información en su cerebro

la cual ha obtenido de la recolección de datos, de forma sensorial (endógena y exógena); estos datos son

procesados por el cerebro, mediante procesos de selección, organización, elaboración, e interpretación de los

mismos, en forma individual.


El cerebro, por lo tanto, realiza una comparación de los datos que obtiene en una experiencia con aquellos que ha

vivido en situaciones similares, y les asocia un registro previo; de esta manera, puede asignar un código

específico a la experiencia, denominándola y dándole sentido. Por el contrario, si la información no la puede

asociar a ninguna experiencia previamente almacenada, entra en un proceso de acomodación, para de esta

manera poder almacenarla y contrastarla con experiencias posteriores.

Muchos son los procesos que el cerebro debe realizar para poder procesar la información, entre ellos se pueden

mencionar, según anota Martín “la atención, la percepción, la memoria, el aprendizaje” (Martin, sf., p. 12). Es

importante mencionar que estos procesos no se llevan a cabo en forma separada, sino que se relacionan e

integran, para dar un sentido significativo a la recepción de información que se lleva a cabo. Los procesos antes

mencionados están relacionados con aspectos conductuales que realizar el ser humano y se denominan según

Martín “percibir, recordar, atender, resolver, imaginar, aprender, resolver problemas, evaluar, y por supuesto,

hablar” (Martín, sf., 12)

Como se puede ver, todos los procesos y aspectos conductuales antes mencionados, le permiten al ser humano

desempeñarse en el entorno en que vive, sin necesidad de estar aprendiendo todo de nuevo, y cada vez que

tienen una experiencia específica; o sea, el ser humano puede adaptarse al entorno, toda vez que la experiencia

vivida sea bien codificada y decodificada y además tenga algún significado para la persona. Este significado le

permite al sujeto hacer uso de su conducta lingüística, la cual se facilita por el intercambio con los demás y a la

vez le permite estructurar su individualidad, permitiéndole en forma gradual un adecuado desarrollo cognitivo y

afectivo, tanto en el ámbito individual como en el social.

El lenguaje por lo tanto, empieza a aparecer después de que el niño cumple un año y haber tenido experiencias

de lenguaje que le favorezcan la maduración. Es importante recordar que a cada nueva conquista que logra el

niño, le corresponde un desarrollo madurativo cerebral. El estudio del desarrollo del ser humano ha demostrado

que durante los primeros tres meses de vida, en las áreas sensitivas y motoras se centra la actividad cerebral del

niño, principalmente en las regiones alrededor de la cisura de Rolando, y poco a poco esta zona se irá ampliando

hacia las zonas parietales, conforme el niño entre en interacción con los elementos del entorno, principalmente

con su madre, y las acciones que se producen alrededor del acto de la alimentación, la búsqueda de los ojos, el

movimiento de las pupilas, el seguimiento de los movimientos de la madre u objetos ubicados alrededor, los

movimientos coactivos y la respuesta del niño a conductas sociales de los adultos, entre ellos la sonrisa.


Se puede decir que hacia los seis meses, el niño ha tenido muchas experiencias con su interno, y sus

interacciones le han permitido manipular objetos, realizar actividades lúdicas con las cosas que puede coger,

sostiene objetos, y sus relaciones con otras personas aparte de la madre han ido en aumento. Todas estas

actividades favorecen en el niño que su actividad cerebral se amplíe hacia las áreas temporales y parte de las

frontales.

En su viaje al año, el niño

desarrolla experiencias

locomotoras, que le

permiten una mayor

interacción con el entorno,

y la exploración no solo de

su espacio inmediato, sino

de su espacio próximo. Ya

el niño se desplaza por los

espacios que comparte,

aunque muchas veces en

forma torpe, esta

conducta le permite un mayor conocimiento del medio en que se desarrolla y en el cual realiza la mayor parte de

sus experiencias. En cuanto al lenguaje, en esta edad se hace más evidente; lo anterior es producto de un

aumento en la actividad cerebral, que ya involucra todas sus áreas: las temporales, las parietales, las occipitales,

y las frontales. (Figura 1).

Este aumento de actividad cerebral permitirá a partir de este momento una mayor especialización de las áreas de

asociación, o sea, se facilita el desarrollo de las interconexiones de las neuronas, de tal manera que se establece

una red de comunicación a nivel neurológico que permite el desarrollo del niño en las áreas cognitivas y

emocionales. De esta manera, el niño incrementa sus interacciones con el entorno y sus miembros,

involucrándose en actividades en las cuales debe hacer uso de un medio de comunicación; por lo tanto el

lenguaje, no importando cuál sea, se convierte en el vehículo que facilita la decodificación del medio y la

comprensión del mismo.


El lenguaje, por lo tanto, ha implicado un aumento en la actividad cerebral, pero se convierte en un estructurador

de la persona, ya que mediante él el niño puede conocer el entorno, y compartirlo por medio de la transmisión y el

intercambio de sus conocimientos o la presencia de reacciones ante los estímulos a que se ve enfrentado. A

menudo sus reacciones parecen dar evidencia de que no comprende qué está pasando, ni en su interior ni en su

relación con los demás.

En este sentido, parte de las reacciones antes mencionadas se deben a que no puede denominar lo que está

pasando, no tiene desarrollado un código que le permita poner nombre a la cosas. Es importante anotar, que esta

situación se genera como respuesta a no poder establecer la relación existente entre la realidad de sus

sensaciones y las palabras que codifican ese evento. Estas situaciones se ven evidenciadas en ejemplos como:

las caricias de las personas, las palabras que utilizan las personas con las que comparte para denominar objetos,

algún gesto de desagrado, entre otros.

Muchos de estos aspectos no eran tomados en cuenta cuando se realizaban estudios sobre el desarrollo del

lenguaje. No obstante, con la Lingüística se inician una serie de investigaciones que han aportado mucho al

estudio científico del lenguaje, aún cuando los estudios de la Lingüística se centraban principalmente en la forma

en que se organizaba el lenguaje, las reglas, el discurso y sus elementos, el texto y sus características, así como

los significados, entre otros. Estos estudios fueron importantes porqué permitieron abrir posteriormente el camino

a las investigaciones sobre el lenguaje desde diferentes perspectivas, ya que las ideas de las cuales emergían las

preguntas para las investigaciones, eran similares tanto para la psicología como para la lingüística.

Poco a poco los investigadores y científicos de diversas disciplinas se ven enfrentados a diferentes condiciones

que están directamente relacionadas con el lenguaje, pero no pueden ser explicadas ni abordadas desde la teoría

que existe hacia finales del siglo XIX, por lo que se hace necesario desarrollar una investigación en la cual

participen personas de diferentes disciplinas, en este sentido, nace la psicolingüística.

Desde esta perspectiva, los estudios requieren cada vez un mayor grado de participación de personas de

diferentes disciplinas, y ante el desarrollo económico y el avance científico en el área de medicina, principalmente

en el área de la fisiología, y a las patologías del lenguaje a que deben enfrentarse los médicos, y psicólogos y

diferentes especialistas de las ciencias sociales, aparece la afasiología. Esta área se encargará de estudiar las

alteraciones del lenguaje provocadas por lesiones cerebrales.


Posteriormente, aparece la neurolingüística que se encargará del estudio de los aspectos neurológicos del

lenguaje. Esta disciplina, según Luria citado por Martín (s.f.), estará relacionada con la neurología, la psicología y

la lingüística y se encarga del estudio de los mecanismos cerebrales de la actividad del lenguaje y los cambios en

los procesos de éste cuando se producen lesiones cerebrales focales. La neurolingüística tiene su interés en la

persona y las alteraciones que se producen en su proceso lingüístico, de tal manera que se puedan descubrir los

mecanismos neurológicos que están presentes en las dificultades del lenguaje de la persona; de esta manera se

pueden realizar las comparaciones entre los fenómenos biológicos que participan en el desarrollo del lenguaje y

los que se producen como efecto de una limitación específica del lenguaje.

Todos estos avances en el estudio del lenguaje y la respuesta a patologías específicas del lenguaje, han permitido

determinar las áreas del cerebro que están relacionadas con el lenguaje; de esta forma, el lenguaje humano

puede utilizar una serie de variantes de señales comunicativas como respuesta a situaciones específicas. Como

puede verse, es un sistema abierto. Desde este punto de vista, se puede decir que el ser humano está provisto

por una serie de experiencias que le han permitido desarrollar estrategias de respuesta. Geschwind citado por

Martín (s.f.) comenta que en lo que respecta al hombre, en cuanto a las bases anatómicas del lenguaje, depende

del lóbulo parietal inferior, que incluye los giros angular y supramarginal, aproximadamente las áreas 39 y 40 de

Brodman.

Por otro lado, el área de asociación frontal se forma como producto de los procesos evolutivos del ser humano.

Otra área que es importante mencionar es la parietal, cuya importancia radica en que es de tipo transmodal, pero

es muy importante en la adquisición del lenguaje. Lo importante desde el punto de vista filogenético, según Martín

es el aporte relacionado con que "hay una evolución en la estructura cerebral que se acompaña de cambios

funcionales en los patrones conductuales de las especies respecto al lenguaje" (sf., p. 15).

Hasta ahora hemos hecho un recorrido por diferentes aspectos relacionados con los aspectos más de carácter

biológico que neurológico, en referencia a estos últimos es importante anotar que como bien es sabido, el cigoto

se implanta en el útero hacia el tercer día y a partir de ese momento se inicia el desarrollo del Ectodermo, que es

la capa más extensa y de la cual se desarrolla posteriormente el sistema nervioso. En el proceso de desarrollo de

esta capa, y en un primer momento, se da una invaginación, de donde emergerá posteriormente un canal, que se

denominará tubo neural del sistema nervioso central (SNC). De las crestas del tubo neural se generan los

neuroplastos y los espongioplastos, que son las primeras células nerviosas. Estos procesos se dan hacia las seis

semanas de gestación.


Hacia los cuatro meses, el niño empieza a presentar movimientos de sus miembros como producto de la

inervación de los nervios músculos esqueléticos, el desarrollo continúa y hacia los siete meses el feto ha adquirido

una serie de características de mucha importancia para su desarrollo posterior, pero solo las mostrará después

del nacimiento. Muchos estudios han demostrado que hay un hemisferio que tiene relación directa con el

lenguaje, y que está muy bien diferenciado anatómicamente (Martín, s.f.; Ardila, 1983; Damasio y Damasio, 1992),

y se hace referencia al hemisferio izquierdo.

Entre las áreas del lenguaje que

primero se desarrollan se pueden

mencionar las que están situadas

alrededor de las áreas de

Bodman. Estas áreas ya están

bien formadas y diferenciadas

desde el nacimiento, y se

denominan área de Wernicke

también denominadas área de

asociación acústica. El área de

Broca o área asociativa motora y

el área 40 que está relacionada con la comprensión del habla. Estas áreas favorecen los diferentes aspectos

relacionados con las diferentes etapas del desarrollo del lenguaje, la repetición de sonidos, la ecolalia, las

diferentes funciones relacionadas con la emisión oral, de acuerdo con las experiencias auditivas vivenciadas y las

propiocepciones.( Figura 2).

Ya a partir del segundo año, el desarrollo

socioafectivo del niño le permite ir expresando sus

ideas, sentimientos y deseos, gracias al proceso

maduracional de las áreas frontales; esta situación,

por lo tanto, favorece la expresión independiente y

espontánea del niño, siempre y cuando se vea

enfrentado a situaciones de interacción donde sea

necesario el uso del lenguaje.


Otras áreas que están relacionadas con los aspectos del lenguaje son las 19, 37 y la 39; estas áreas le permiten a

las personas aprender el significado de las palabras, de tal manera que puede asociar el sonido con el objeto al

que hace referencia. Estas áreas favorecen el proceso de comprensión y denominación, que a su vez permiten el

desarrollo e incremento del lenguaje en los primeros años del niño.

Y según comenta Martín

… el desarrollo de las conexiones transmodales que se efectúa en el área 39 constituye el primer paso en

el desarrollo de la inteligencia simbólica, la adquisición de la lectura y escritura. Las conexiones

acusticovisuales y visocinestésicas posibilitan adquirir la relación sonidos verbales a sonidos

escritos” (sf. 15)

Como se mencionó en el capítulo anterior, el lenguaje es una función compleja del hombre, que le sirve para

expresar ideas, conceptos, estados afectivos, pensamientos abstractos y le permite comprender todo lo anterior,

mediante signos acústicos, gráficos o visomotores; gracias al uso de un código común que permite la codificación

y decodificación de los mensajes. Es una función que no es posible en los animales y que permite al hombre

salirse de su experiencia sensorial inmediata, gracias a los procesos de abstracción y la simbolización,

permitiendo estos últimos la comprensión de cosas independientemente de la percepción sensorial; de esta

forma, el hombre puede desarrollar definiciones, conceptos y otros aspectos relacionados con el lenguaje.

En lo referente al cerebro, sólo uno de los hemisferios cerebrales está encargado primordialmente de la función

del lenguaje. Este hemisferio se encarga de la categorización y simbolización. Este hemisferio se podría

denominar el hemisferio categórico, pues es el encargado de las funciones del lenguaje y los procesos

secuenciales analíticos, y el otro sería el hemisferio representacional, que sería el encargado de las relaciones

visoespaciales, que también tiene relación con el aspecto del lenguaje. Es decir que la especialización hemisférica

está relacionada con la tendencia a usar una mano más que la otra. El cerebro va a representar diferentes áreas

neuronales que tienen relación con el desencadenamiento, la formación y la formulación del lenguaje.

Así, tanto el hemisferio derecho como el izquierdo tienen una serie de sistemas neuronales que cumplen una

función determinada en los aspectos verbales y no verbales, siendo el hemisferio derecho el que está más

relacionado con el lenguaje corporal (no verbal).


En lo que respecta al hemisferio izquierdo, en él se van a localizar una serie de sistemas neuronales que al ser

estimulados van a generar palabras, así como su combinación y las reglas sintácticas que se generan para las

agrupaciones de palabras (frases u oraciones). En el hemisferio izquierdo, se localizan también una serie de

estructuras neuronales que median entre las dos áreas antes descritas, y serán las encargadas de los conceptos

y de estimular la producción de palabras o de tomar una palabra y evocar el concepto que le corresponde a la

misma. De esta manera, cuando hay lesión en alguna de las áreas antes descritas, es muy posible que las

personas sufran una dificultad en el uso del lenguaje, y por lo tanto, se le dificulta la producción adecuada de

palabras y la formación de conceptos o expresión de los mismos. Esta deficiencia puede darse tanto en el

ámbito morfológico como en el fonológico.

El cerebro parece tomar la actividad neuronal que se produce en las áreas corticales, tanto motor como sensorial

cuando se interactúa con un objeto y la "archiva", y no como se creía anteriormente que en el cerebro había una

especie de "fotografía", con la que relacionaba el hombre la palabra leída o escuchada y le hacía corresponder

una forma o figura; por lo tanto, el cerebro toma en cuenta lo que representa el mundo para él y también como el

hombre explora el mundo, lo conoce y actúa sobre él. De esta manera, almacena información que favorece la

categorización de la misma, lo cual permite, que se relacionen tanto los eventos como los conceptos,

favoreciendo de esta forma la presentación de diferentes expresiones que utiliza el hombre para emitir mensajes

caracterizados por representaciones simbólicas, entre ellos, las metáforas.

Cualquier daño en las partes del cerebro que participan en las actividades neuronales relacionadas con la función

del lenguaje es muy posible que produzcan deficiencias cognitivas ya que le sería muy difícil codificar o

decodificar las experiencias que llevan a cabo en su vida cotidiana. Es importante recordar que el lenguaje se

convierte en una representación sonora por medio del habla, y que para esto utilizamos el tracto vocal, los

músculos orales y el aparato fonoarticulador u otra forma, también motora, como el lenguaje de señas, la forma

escrita, gestos, ademanes, Braille y formar gráficas. Por lo tanto, cualquier lesión en un área motora puede

generar que las personas tengan una discapacidad en el uso, tanto en el ámbito receptivo como en el

comprensivo del lenguaje, el cual en sí mismo puede estar o no afectado en el aspecto simbólico.

Muchas patologías pueden encontrarse cuando hay lesiones cerebrales y que se verán caracterizadas

dependiendo del área donde se den las lesiones, así por ejemplo, hay personas que debido a su lesión en la parte

temporal posterior izquierda y la corteza inferior parietal tendrán problemas en la producción morfológica

adecuada de la categoría a la cual pertenece la palabra a expresar; sin embargo, mantiene intacta su capacidad

para tener acceso a los conceptos.


En otras lesiones se les dificultará el uso de los conceptos, y en algunos casos se dificultará la correcta formación

de palabras y oraciones, mientras que en otros casos es el aspecto gramatical el que se ve afectado. Así la

mayoría de las veces lo que ocurre es que la afectación la tiene la persona en la habilidad para interpretar lo que

ve, por lo tanto, su lesión no está en la corteza visual.

Un ejemplo clásico y muy referido, es el caso de la afasia, considerada y definida como un trastorno de

comunicación, provocada por una lesión o daño cerebral y caracterizado por el deterioro completo o parcial de la

comprensión, la formulación y empleo del lenguaje. Se debe tomar en cuenta que la afasia es un trastorno de

"formulación y expresión simbólica". El lenguaje, como principal medio de expresión simbólica, puede resultar

afectada centralmente, sin embargo, habría otras formas de conducta que conllevan símbolos, por ejemplo,

comprender señales de tránsito, capacidad para comprender analogías entre objetos, hacer asociaciones con los

colores, interpretar gestos. También habría cambios en la capacidad intelectual de la persona con afasia, entre

ellas su capacidad para recordar, llegar a conclusiones lógicas, efectuar operaciones aritméticas o prestar

atención.

La persona con afasia tiende a cansarse más fácilmente y es posible que encuentre mayores dificultades en la

coordinación de diferentes aspectos de su conducta. También hay otras características de las personas con afasia

que tienen que ver con posibles alteraciones en su patrón conductual al nivel de la personalidad.

Entre las características del ejemplo de una persona con afasia se pueden encontrar:

1. Si se da el lenguaje espontáneo, se presentan alteraciones caracterizadas por perseverancias, tanto en

vocales como en sílabas.

2. Las perseverancias pueden ser tan intensas que varía la inteligibilidad del lenguaje.

3. La memoria se ve perturbada.

4. La fatigabilidad y la habilidad de atención incrementan notoriamente la cantidad de errores.


Como se puede ver, el lenguaje va a depender mucho de diferentes experiencias que favorezcan su desarrollo en

el ámbito cerebral, pues se requerirá una adecuada estimulación que permita que la persona pueda adquirir una

buena capacidad de abstracción y análisis, lo mismo que un adecuado uso y, por lo tanto, aunque el cerebro no

haya sufrido ninguna lesión si la persona tampoco ha tenido ninguna estimulación a nivel del lenguaje, esté no se

podrá desarrollar.

El lenguaje y sus mecanismos de desarrollo o adquisición

Cuando se hace referencia a los mecanismos del desarrollo del lenguaje, nos referimos principalmente a los

diferentes enfoques que se han dedicado al estudio del lenguaje. Desde este punto de vista, es importante

recordar que:

Hay estudiosos del desarrollo del lenguaje que opinan que es un proceso innato en el ser humano. Es así como,

según Habib, citando a Chomsky, comenta “…Chomsky propone la hipótesis según la cual el niño poseería

de manera congénita un cierto tipo de conocimiento que le permitiría restringir considerablemente el

número de normas gramaticales diferentes que habrá de adquirir (1994, p. 200). Con respecto a esas ideas,

es importante comentar las normas a las que se refieren los innatistas, y este caso Chomsky, lo que se denomina

universales del lenguaje, y según Habib "reflejarían un conjunto genéticamente predeterminado de circuitos

neuronales que limitarían las características posibles del lenguaje" (1994, p. 200)

Los teóricos innatistas consideran que si esos factores no se dan en la persona, ella no puede adquirir el lenguaje

en una forma fácil. Por otro lado, Piaget trata de enfrentar a los innatistas desde una posición más constructivista,

según comenta Habib

…para Piaget existirían más bien "precursores" cognitivos, de tipo sensoriomotor, a partir de los cuales emergerían, y se diferenciarían, estructuras lingüísticas cada vez más específicas. Aquí el núcleo fijo no

es innato, sino adquirido a partir de una estructura meso diferenciada ya organizada. (1994, pp. 200-201)

Como se puede ver para Piaget, el lenguaje entonces se adquiere mediante los procesos de interacción del niño

con su entorno, y la información que recibe por medio de los sentidos. Por otro lado, según cita Habib "Changeux

ha sugerido un compromiso biológico entre las posiciones de Chomsky y de Piaget, mediante la propuesta de

aplicar al lenguaje su teoría del aprendizaje por "estabilización selectiva" de la sinapsis." (1994, p. 201)


Como se puede ver, es poco lo que las teorías han desarrollado con respecto al lenguaje y su relación con el

cerebro, por lo que se refuerza la idea de que la mayor parte de los cuestionamientos surgen desde la detección

de una patología del lenguaje, lo cual obliga a un estudio mayor sobre la temática, para así brindar la mejor opción

de respuesta, para favorecer la condición de la persona.

Ubicación y descripción de la zona del cerebro encargada del lenguaje

La zona del cerebro encargada del lenguaje, hace referencia al "conjunto continuo de estructuras corticales del

hemisferio izquierdo" (Habib 1994: 203), que tienen a su cargo todos aquellos aspectos relacionados con el

lenguaje.

Las estructuras mencionadas anteriormente se denominan

1. 1.- El área de Broca o zona de corteza asociativa frontal. Esta estructura se ubica en la parte inferior de

la zona premotora, la cual corresponde a las áreas 44 y 45 de la clasificación de Brodmann.

2. 2.- El área de Wernicke, corresponde al área 22 de Brodmann, es decir, a la corteza asociativa

específica temporal.

3. 3.- Dos regiones de la corteza asociativa multimodal ocupan la encrucijada temporoparietoccipital, es

importante anotar que las áreas 22, 39 y 40 se denominan "zona de Wernicke".

4. 4.- Las regiones antes mencionadas se asocian con la zona de corteza sensoriomotora.


Figura 3: Áreas tempo-parieto-occipitales del lenguaje

Entre otras, estas son las zonas más importantes del cerebro que están relacionadas con el lenguaje, y que por

los estudios que realizan los especialistas en neurolingüística con pacientes con afasia, han sido localizadas de

esta manera, para una mejor aproximación de las intervenciones terapéuticas.

Los hemisferios cerebrales y su participación en el proceso del lenguaje

Según las teorías actuales, el hemisferio izquierdo es el de mayor importancia en relación con el lenguaje.

Investigadores como Brown y Hecaen citados por Habib (1994) proponen una teoría que tiene relación con el

proceso continuo y progresivo de la lateralidad-concentración de la organización anatomofuncional del

lenguaje, que dice lo siguiente

El lenguaje, distribuido primero de forma más bien simétrica y difusa en ambos hemisferios, por una parte, se lateralizaría progresivamente al hemisferio izquierdo y, por otra parte, se concentraría en la

región del hemisferio izquierdo antes de convertirse en la zona del lenguaje (1994, p. 211)

Cisura de Rolando

Cisura de Silvio


La mayor parte de la investigación se dirige a explicar que el hemisferio izquierdo es el encargado de realizar las

funciones del lenguaje, sin embargo, el hemisferio derecho también tiene algún papel en relación con el lenguaje.

Algunas investigaciones han dado evidencia del papel en la comprensión del lenguaje en el hemisferio derecho,

principalmente en cuanto al lenguaje escrito; no obstante, la comprensión oral también es amplia, y en este

sentido según anota Habib “en lugar del método alfabético habitual (conversión grafema-fonema) el hemisferio

derecho, leerá la palabra de manera global para extraer un sentido que puede ser aproximativo” (1994: 211).

En lo que se refiere a los aspectos prosódicos del lenguaje, el hemisferio derecho está relacionado con lo que

Habib (1994) denomina prosodia emocional, que se relaciona con la transmisión de estados afectivos, gestos,

entonaciones, posiciones del cuerpo, entre otras; según comenta el mismo autor, la prosodia lingüística está

relacionada con el hemisferio izquierdo, y tiene que ver con el sentido que tienen las frases. También se ha

encontrado que muchas personas que han sufrido algún tipo de lesión en el hemisferio derecho, han presentado

serios problemas en la organización del discurso, lo que altera también sus funciones en el campo emotivo, lo

mismo que se les dificulta la comprensión e interpretación de los mensajes que se emiten como formas de

comunicación de humor o metafóricas. Por otro lado, la conversación que tratan de mantener se vuelve a menudo

incoherente y muy desviada de los temas que se tratan en una charla.

Aún cuando el hemisferio izquierdo siempre se ha considerado de dominancia en el aspecto del lenguaje, el

hemisferio derecho no deja de tener influencia en el mismo, lo cual es importante, pues muchas veces hay

funciones del lenguaje que sufren algún tipo de alteración, y su efecto puede ser mejorado o sustituido por las

funciones que desempeñan el hemisferio derecho, siempre y cuando las lesiones no se den a edades muy

avanzadas. Muchos son los aspectos que podrían seguir tratándose con respecto al desarrollo neurobiológico del

lenguaje; sin embargo, se considera que las anotaciones en este capítulo pueden permitir una mejor comprensión

de estos aspectos, y que el abordaje del estudio del desarrollo o adquisición del lenguaje no se dé solamente

desde las teorías psicológicas, sino que se acerque más a los procesos neurobiológicos que participan en él, de

tal manera que se comprenda la importancia de la zona del lenguaje, y los efectos que pueden causar las lesiones

en áreas muy cercanas a esta zona, en los procesos de comunicación de las personas que sufren esas lesiones.


No se puede dejar de comentar que todos los sentidos del ser humano tienen relación directa con el cerebro, y

que los procesos de comunicación, habla, lenguaje, lectura y escritura están directamente relacionados con todos

ellos, y que una lesión que ocurra en cualquier área del cerebro o de los sentidos dependiendo de la localización,

afectará el desarrollo de la comunicación de la persona y le obstaculizará el acceso a los procesos de enseñanza

y aprendizaje. No obstante, si se logra determinar el área afectada y se realiza una intervención adecuada, es

muy posible que la persona mejore su condición.

Bases anatómicas- funcionales del sistema fonoarticulador

No se puede decir que existe un aparato dedicado a la fonación; sin embargo, el ser humano toma prestado

elementos de los aparatos digestivo y respiratorio, para realizar la actividad de fonación.Entre los elementos se

pueden mencionar:

Músculos que forman la pared anterior del abdomen, y entre los cuales se encuentra el recto mayor,

el oblicuo mayor, el transverso y el oblicuo menor, cuya función es dar movilidad al abdomen, para así

aumentar la capacidad del aire.

Vísceras, entre las que se pueden mencionar el estómago, el intestino, el páncreas y las vesículas.

El diafragma: este elemento separa al tórax del abdomen, Es una membrana fibrosa, y le sirve de base

al corazón; está recubierta por el pleura (capa de grasa) que le ayuda a la movilidad.

Los pulmones, Que son los elementos que ocupan la mayor parte de la caja torácica. Su función es

llevar el oxígeno a la sangre y extraer el dióxido de carbono. En cuanto a la fonación, su importancia

radica en el contenido del aire.

Tráquea-bronquios, los cuales son tubos que unen a los pulmones, y es por donde pasa el aire que

viene de las vías respiratorias o salen del pulmón. Están compuestos por una serie de anillos

cartilaginosos.

Caja torácica: está compuesta por las costillas, el esternón, la columna vertebral; su función es proteger

a los pulmones y el corazón, y en la fonación tiene una función de resonante.

La laringe: forma parte del aparato respiratorio y se separa de la faringe por la glotis. Está formada por

una parte dura que constituyen tres cartílagos: la tiroides, la cricoides y las aritenoides; y una parte

blanda, o músculos que sostienen las cuerdas vocales (2), alargados, recubiertos por una mucosa

nacarada, que vibran con el paso del aire.


La faringe, se encuentra al fondo de la boca y su función es la de permitir el paso del aire. Tiene una

serie de glándulas linfáticas que ayudan a detener las infecciones y la deglución.

Cavidad de las fosas nasales: estas permiten el paso del aire. En la fonación son importantes para los

fonemas nasales y facilitan la resonancia. Alrededor de las fosas nasales se encuentran los senos

paranasales – maxilares y frontales.

Boca, cavidad bocal, está compuesta por los dientes, lengua, paladar duro, velo del paladar o parte

posterior del paladar, es la parte blanda que se mueve para bloquear el paso del aire; úvula. Su función

en conjunto es la producción de cada fonema.

Todos estos elementos participan en el proceso de fonación. Por lo tanto, uno de los aspectos más importantes

cuando se está desarrollando el lenguaje, es realizar una exploración del aparato fonador del niño, para descartar

una alteración de tipo orgánica que produzca alguna dificultad en el desarrollo del lenguaje, principalmente del

lenguaje oral, de tal manera que se le pueda brindar una mejor atención y se evite una posible patología del

lenguaje. Si por alguna razón se presenta dificultad en la adquisición o expresión del lenguaje, entonces se deben

llevar a cabo las acciones necesarias para mejorar o corregir esas dificultades.

Somos mucho más que hardware y software. Somos nuestra experiencia,

emociones, pasiones, sueños y esperanzas. Facundo Manes

Llegamos al final de la clase 2

Espero que les haya resultado interesante


Bibliografía

1. Damasio, A. y Damasio, H. (1992)” “Brain and Languaje. EN: Scientific American. September,1992, p.p. 63-71,1992.

2. Habib, M. (1994) Bases neurológicas de la conducta. Barcelona, España: Masson S.A. 3. Martín, R (sf). Mª. “Bases Neurológicas del lenguaje: El cerebro 1”. En: Revista Polibea.

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