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UNIVERSIDAD EAFIT 1 Medellín ›› Colombia ›› Suramérica agosto - octubre 2008 96 ISSN 0124-3624 Innovar es la tarea desde hace tres décadas El Proyecto de Ley de Ciencia y Tecnología sigue su marcha Galería Rodante a Mutis Expedición

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a Innovar es la tarea desde hace tres décadas El Proyecto de Ley de Ciencia y Tecnología sigue su marcha Galería Rodante agosto - octubre 2008 ISSN 0124-3624 UNIVERSIDAD EAFIT 1 Medellín ›› Colombia ›› Suramérica

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UNIVERSIDAD EAFIT 1

Medellín ›› Colombia ›› Suramérica

agosto - octubre 200896

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Innovar es la tarea desde hace tres décadasEl Proyecto de Ley de Ciencia y Tecnología sigue su marcha

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elJuan Luis Mejía A.

Julio Acosta A.

Hugo Alberto Castaño Z.

Juan Luis Mejía A.Félix Londoño G.Maria Cristina Restrepo L.Manuel Esteban Acevedo J.Juan Carlos López D.Juan Darío Restrepo A.José Alberto Toro V.Jorge Giraldo R.Sonia López F.Ana Cristina Abad R.Catalina Suárez R.Carolina Martínez T.

Jennifer ArgáezMaría del Rosario Escobar Sandra Gaviria M.Yasmín López A.Mónica Quintero R.Juan Carlos Restrepo A.Paula Andrea Sánchez V.Laura RincónAmalia UrreaHernán Vanegas

Departamento de Comunicación y Cultura

Área de Comunicación Gráfica y DigitalRicardo Andrés Arango M.

Andrés Arango L.

Valentina Roldán

Simón Ospina

No 96, agosto-octubre de 2008

Sede Principal Universidad EAFITCarrera 49 7Sur - 50Teléfono: (57) (4) 2619500 Ext. 883Medellín, Colombia

Sede EAFIT LlanograndeKilómetro 3.5 Vía Don Diego - RionegroTeléfono: (57) (4) 5621869 - 5621870

Sede EAFIT PereiraCarrera 9 20-54Telefono: (57) (6) 3243242 - 3243211 - 3243212

Sede EAFIT BogotáCarrera 16 93-46Teléfono: (57) (1) 6114618 - 6114523

www.eafit.edu.co

COMENTARIOS [email protected] [email protected]

RECTOR

VICERRECTOR

SECRETARIO GENERAL

COMITÉ EDITORIAL

COLABORADORES

DIRECCIÓN

DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN

ILUSTRACIONES

FOTOGRAFÍAS

CORRECCIÓN DE TEXTOS

EDICIÓN

MISIÓN

La Universidad EAFIT tiene la Misión de contribuir al progreso social, económico, científico y cultural del país, mediante el desarrollo de programas de pregrado y de posgrado -en un ambiente de pluralismo ideológico y de excelencia académica- para la formación de personas competentes internacionalmente; y con la realización de procesos de investigación científica y aplicada, en interacción permanente con los sectores empresarial, gubernamental y académico.

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oContenido

Innovar es la tarea desde hace tres décadas

8 Menores infractores¿cárcel o formación?

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Galería rodante

Festen de Thomas Vinterberg: diez años del primer dogma

La abstracción en concreto

Una pluma contra un cetro

Un cambio que no está en contravía con la universidadhumanista

Migración hacia la Universidad de Tercera Generación

El Proyecto de Ley de Ciencia y Tecnología sigue su marcha

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79La arquitectura de Marco Vitruvio, huella de la historia grecorromana

A descubrir, explorar y asombrarse

La voz de la madera

Crece el empleo más educado

De EAFIT también egresan abogados

Las puertas de Europa se abren para EAFIT con Erasmus Mundus

Doscientos años sin el expedicionario

La tarea inconclusa de José Celestino Mutis

La biblioteca de las biliotecas digitales

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tres años se han iniciado cinco proyectos, cifra in-suficiente en comparación con el inmenso poten-cial de trabajo que puede existir entre EAFIT y los sectores productivo y gubernamental.

Para la cuarta versión de Tecnnova, que tuvo lu-gar el 1 y 2 de septiembre, la Institución se preparó para enfrentar estos retos desde cuatro perspecti-vas: grupos de investigación, empresarios, espa-cio físico y opinión pública.

En el primer aspecto participó con 14 grupos de investigación de las Escuelas de Administración, Ingenierías, y Ciencias y Humanidades. Si bien 13 de estos han realizado proyectos previos con la in-dustria, no habían participado en la Rueda, lo que

facilitó ampliar su horizonte de posibilidades de interacción con los empresarios. De igual forma, se reforzó el trabajo de análisis de las capacidades y productos de cada uno de los grupos, con el fin de lograr mejores relaciones con los empresarios.

En la segunda estrategia, la Universidad trabajó en recopilar la información histórica acerca de las empresas y sus necesidades.

Este insumo permitió la preparación de las presen-taciones y el material multimedial de los grupos pre-sentes en la Rueda, lo que hizo más fácil el proceso de conversación entre EAFIT y los participantes.

El diseño del espacio físico, por su parte, buscó generar un clima de encuentro y colaboración, y para ello se tuvieron en cuenta características de la Universidad Parque, pero en especial elementos que identifican a los grupos y sus fortalezas, pues cada año son estos el centro en Tecnnova.

EAFIT, además, aprovechó el escenario de la Rueda para abrir canales de conversación con los medios de comunicación y la sociedad, promover las nuevas patentes que obtuvo este 2008, divulgar las capacidades de los grupos y fortalecer las opor-tunidades de formación en el nivel de doctorados.

Todas estas acciones tenían un objetivo de-finido: mejorar la relación entre la universidad, la industria y el gobierno, con el fin de activar nue-vos proyectos de investigación conjunta, propiciar la transferencia de resultados o emprender otras actividades de formación.

En la medida en que estas estrategías tomen forma lograremos ese sueño de contribuir al progreso social, económico, científico y cultural del país, como se consigna en la nueva Misión de EAFIT.

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Manuel Esteban AcevedoDirector del Centro para la Innovación, Consultoría y Empresarismo

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Para la cuarta versión de Tecnnova, que tuvo lugar el 1 y 2 de septiembre, la Institución se preparó para enfrentar estos retos desde cuatro perspectivas: grupos de investigación, empresarios, espacio físico y opinión pública.

A partir de 2006 EAFIT se declaró como una universidad con investigación, un compromiso que ha implicado mejorar los resultados en esta área para refor-zar los programas de formación.

Pero este esfuerzo va más allá. La interacción con los sectores privado, público y social en materia de investi-gación también es de gran relevancia para la Universidad. Fue por eso que en 2006 creó el Centro para la Innovación, Consultoría y Empresarismo (CICE) que, en conjunto con la Dirección de Investigación y Docencia, trabaja alre-dedor de la transfe-rencia de resultados de investigación.

Esta relación ha permitido ejecutar de manera exitosa tres proyectos de licen-ciamiento de activos intelectuales, promo-ver la creación de diez nuevas empre-sas sustentadas en el conocimiento de los grupos y desarrollar estrategias de acercamiento con compa-ñías en todo el país.

La creación de Tecnnova en 2005, en principio como rueda de negocios de ca-pacidades y resultados de investigación entre grupos y empresas de Medellín, y luego como Corporación, ha jugado un papel importante en los acercamientos entre EAFIT, la industria y el gobierno.

La presencia de la Universidad en este espacio de interacción entre el sector productivo y la academia ha sido creciente. En la primera versión partici-paron dos grupos de la Escuela de In-geniería, y el segundo y tercer año lo hicieron once y ocho grupos respectiva-mente de la misma Escuela.

Cada versión posibilita grandes aprendizajes: la confianza aumenta, las diferencias en el lenguaje entre empre-sarios y grupos de investigación se re-ducen, y la consolidación de la imagen de la Universidad en el ámbito empre-sarial se fortalece. Sin embargo, aún falta mucho por lograr, pues en estos

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En la IV Rueda de Negocios de Innovación Tecnova, EAFIT cumplió 216 citas de negocio con cerca de 130 empresas.

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Sandra Gaviria M.El [email protected]

La Escuela de Ingeniería está celebrando 30 años, una propuesta que desde sus orígenes ha buscado marcar la diferencia con programas que han encontrado el balance entre teoría y práctica. Como parte de la conmemoración

está prevista la construcción de un nuevo edificio.

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La Escuela de Ingeniería cuenta con un Centro de Laboratorios en diferentes áreas.

El primer computador que llegó a la Escuela de Ingeniería de EAFIT era un IBM 370-115 que ocupaba todo el sótano del bloque de Administración. Fue una gran fiesta porque, además, era el primer computador de la Uni-versidad que al final terminó por ser comparti-do entre la administración y la academia.

El recuerdo, que hace parte del inicio de la Escuela de Ingeniería, es de Guillermo Sanín, su primer decano y quien años más tarde también fue rector. Era la época en la que los directi-vos de la Universidad habían tomado la decisión de sus-pender las tecnologías Tex-til, Industrial, Mecánica y de Computadores, que había ofrecido su Instituto Tecnoló-gico a partir de 1962.

El objetivo de la determi-nación era claro: empezar a trabajar en el proyecto de crear el pregrado en In-geniería de Sistemas, que comenzó actividades en 1976. Sanín afirma que los egresados de las tecnolo-gías pedían admisión a Administración para obtener un título profesional y fue por eso que se comenzaron a diseñar programas de in-geniería. “Al principio decidimos meternos en

hace tres décadas

el área de sistemas porque veíamos un gran futuro. Viajé a Bogotá para mirar qué había y también evaluamos lo que existía en Estados Unidos. Con la experiencia de Juan Camilo Arango y Eduardo Zuluaga, quienes eran de esa área, analizamos lo que se necesitaba. Se contemplaba, por primera vez, una carrera en sistemas con semestre de práctica”.

Y debido a la trayectoria de la Universidad en el campo administrativo, se creó como un

programa que combinaba esta orientación con la ingenieril.

Hasta vendieron pautaEn el proyecto, que pretendía

ser el primero de su clase en la región occidental del país, también trabajaron, además de Guillermo Sanín, los profe-sores Hernando Bedoya, Juan Camilo Arango, Sergio Monto-ya, Eduardo Zuluaga y Juan Fernando Molina.

Este último docente, quien fue decano entre 1983 y 1987, recuerda a la primera pro-moción del pregrado como a

un grupo entusiasta y convencido de lo que estaba haciendo. Incluso, cuenta que por ini-ciativa propia y con el apoyo de la dirección, publicaron 12 ediciones de la Revista Dat-IS,

que en un 99 por ciento tenía artículos escri-tos por los mismos estudiantes y docentes. Ellos mismos, además, vendían las pautas publicitarias para poder regalar la revista y no tener que venderla.

Tres años después de la creación de Inge-niería de Sistema, el 21 de febrero de 1979, se inauguró la Escuela de Ingeniería, por inicia-tiva del entonces rector, Héctor Ochoa; y del director de Planeación, Gonzalo Arboleda. Al acto, que se realizó a las 7:00 p.m., asistie-ron Rodrigo Uribe Echavarría, gobernador de Antioquia; Hans Heinrich Noebel, embajador de la República Federal Alemana; Jorge Va-lencia Jaramillo, alcalde de Medellín; además de los distintos miembros del Consejo Supe-rior y algunos empresarios de la ciudad.

“No pensé que fuera a haber decanatura. Me dio un poco de susto, pero asumí el reto de ayudar a crecer la Escuela”, afirma Sanín, quien recuerda que celebraron hasta la ma-drugada en las instalaciones de la segunda biblioteca que tuvo la Universidad, donde hoy es el bloque 18.

Ese 21 de febrero también se hizo el lan-zamiento de Ingeniería de Producción, como parte del Plan Quinquenal de Desarrollo (1979-1983). La carrera comenzó activida-des con el apoyo de la Agencia de Coope-ración Alemana (GTZ) y con la asesoría de profesores de las facultades de Ingeniería de Producción de las universidades de Bochum y Achen, ubicadas en ese país.

En marzo de ese mismo año partió para Alemania un grupo de profesores de EAFIT, con el fin de capacitarse y regresar a dictar las materias específicas de la carrera.

A la luz de las velasUna de las anécdotas que comparte Juan Fernando Molina es cuando en una de las visitas de los docentes alemanes hubo una suspensión de energía eléctrica que se sumó al retraso de su vuelo. Llegaron a la Universi-dad y, sin querer modificar la agenda del día, invitaron a todos los colegas paisas a trabajar a la luz de velas.

Javier Mesa, egresado de la primera promoción de Ingeniería de Producción, dice que para quienes tenían vocación mecánica, de cálculo y diseño, Ingeniería de Producción fue amor a primera vista. “El inicio no fue fácil, pero

En este proceso de creación de nuevas carreras, la empresa fue clave. Así lo expresa Molina: “Aunque no había estudios de factibilidad, muy a la criolla y muy a lo EAFIT, las propuestas se diseñaron con la ayuda de gremios profesionales y del sector productivo”.

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valió la pena. EAFIT no escatimó esfuerzos. A mediados del programa regresaron de Alemania los seis profesores becarios, con Ignacio Henao y Jairo Maya a la cabeza. Ahí la carrera tomó una nueva dimensión. Llegamos a la industria con formación integral en producción, manejo y administración de recursos”.

También en mayo de 1979 se emprendieron los estudios tendientes a la apertura de Ingeniería Civil, y en noviembre el Icfes concedió la licencia para iniciar en el primer semestre de 1980. Ingeniería Mecánica, por su parte, comenzó actividades en 1982 y Geología en 1983.

En este proceso de creación de nuevas carreras, la empresa fue clave. Así lo expresa Molina: “Aunque no había estudios de factibilidad, muy a la criolla y muy a lo EAFIT, las propuestas se diseñaron con la ayuda de gremios profesionales y del sector productivo. Por ejemplo, Fabricato y un grupo de sus profesionales fueron de gran ayuda en el montaje de Mecánica y la gente de ISA dio su aporte en el caso de Geología. Todos ayudaron con ideas sobre las materias que debían estar en los currículos y contactos en el exterior”.

El ex decano señala que la Escuela de Ingeniería hoy ha alcanzado una elaboración

intelectual más profunda, y una reflexión sobre el presente y el futuro, pero que se alegra de ver que el espíritu original con el que fueron creados los primeros programas se mantiene, así como la innovación y la capacidad de buscar recursos.

Guillermo Sanín, por su parte, comenta que desde hace treinta años sabían que estaban sembrando una semilla que iba a crecer para convertirse en una Escuela que le diera al país un toque especial. Tres décadas atrás, con Ingeniería de Procesos, les decían que estaban creando una cosa que no existía, y con Sistemas y Civil también los criticaban por las características del semestre de práctica.

Nuevo edificio para el aprendizajeDesde el IBM 370-115 que ocupaba todo un sótano, muchos han sido los desarrollos en los que ha invertido la Escuela de Ingeniería, entre estos su Centro de Laboratorios.

Como parte de su crecimiento, y con el objetivo de proyectarse a la Universidad, se tiene prevista la construcción de un nuevo bloque que, según su actual decano, Alberto Rodríguez, no se trata de un edificio, sino de una infraestructura que servirá no solo para integrar una noción de Escuela, sino también

para educar a los estudiantes en un espacio donde, a la luz del nuevo pénsum, pueda darse un aprendizaje basado en proyectos y trabajo colaborativo con las empresas, que asegure el balance entre teorizar y aplicar.

“La nueva edificación será un espacio para el aprendizaje, no para la enseñanza. Por eso, en principio, no habrá tableros ni aulas de clase. La Universidad tie-ne tres derroteros: la parte de docencia con un énfasis en el aprendizaje, la investigación en el descubrimiento, y la ad-ministrativa en el compromi-so. Estamos asegurando este plan de la Institución, al hacer énfasis en el aprendizaje con esta concepción del espacio”, explica el directivo.

Esta concepción es fruto del trabajo de varios grupos de docentes de toda la Escuela, quienes reflexionaron sobre su quehacer y sobre las diferencias radicales entre aprendizaje e investigación. De esa reflexión surgió la claridad con la que el decano redefine la palabra “laboratorio”, pues, en sus palabras, ese vocablo conlleva invención, generación de conocimiento y tecnología, y lo que se hace con los estudiantes, aclara, es

ELa nueva edificación será un espacio para el aprendizaje, no para la enseñanza. Por eso, en principio, no habrá tableros ni aulas de clase.

guiarlos hacia la apropiación de tecnología.Esta “re-significación” de todo el concepto

del nuevo edificio se verá reflejada en la infra-estructura. Así, los dos primeros pisos serán talleres con máquinas donde los estudiantes aprenderán sobre procesos y a construir co-sas. El tercero será un “laboratorio” que, como indica Alberto Rodríguez, se utilizará para la

caracterización y ensayo de propiedades físico-químicas de los materiales. “Será el de la ruptura entre lo inmaterial, lo pensante y lo material. De ese piso para abajo serán pisos de concreción y de ahí hacia arri-ba de concepción y diseño”.

En el cuarto piso habrá un espacio para simular y modelar,

y el quinto tendrá como regla que quienes trabajen allí lo hagan de forma colaborativa con la empresa.

“Estamos haciendo un quiebre pedagó-gico. Tenemos el ars y el logos. Estamos reforzando una idea de ingeniería que no es muy usual en este país. Hemos logrado que nuestros estudiantes desarrollen una capacidad de concreción y este edificio va a reforzar ese pensamiento”, concluye el decano. e

Cada semestre los estudiantes de Ingeniería de Diseño de Producto realizan una muestra para dar a conocer sus trabajos. Diseño del nuevo edificio de Ingenierías.

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Convertir al Instituto Colombiano para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología Francisco José de Caldas (Colciencias) en un Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación fue una de las propuestas del Proyecto de Ley 028 de 2007 que los congresistas Jaime Restrepo Cuartas y Marta Lucía Ramírez radicaron en la comisión sexta de la Cámara, el 20 de julio de 2007.

El proyecto de Ley ya fue aprobado en plena-ria de la Cámara. En la versión actual, y luego de conseguir el aval pre-sidencial, Colciencias sería transformado, no en un Ministerio como se pretendía, sino en el Departamento Administrativo del Orden Nacional, que dependería directamente de Planeación y de la Presidencia de la República.

En palabras de Jaime Restrepo Cuartas, el proyecto, en su esencia,

El Proyecto de Ley de

contempla el ordenamiento sistémico de las actividades de ciencia, tecnología e innovación (CTI) en Colombia. Con éste, señala el ponente, se busca aumentar los recursos dedicados a la ciencia al 1 por ciento del PIB en 2010, y crear de paso un Fondo Nacional de Financiamiento.

Se propone, además, fortalecer la regionalización y la descentralización de la actividad científica; desarrollar la participación y los vínculos del sector empresarial en las actividades de CTI; y definir la articulación sistémica de las diversas partes que configuran el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación.

El objetivo fundamental, como bien lo señala el texto en su versión original, y que se reitera en el texto radicado para el segundo debate, es avanzar en la construcción de una

sociedad basada en el conocimiento científico, la innovación y el aprendizaje permanente.

Bases y principios orientadoresAl tomar como referente este proyecto de ley, que considera entre sus bases y principios orientadores

La ciencia se debe a la sociedad, y la desarrolla la sociedad para su mejor bienestar. Por eso se requiere una apropiación y una vinculación definitiva de la misma por parte de cada uno de sus actores.

De crear un Ministerio de Ciencia, Tecnología

e Innovación, propuesta que se planteó en

principio, se optó por elevar a Colciencias

a la categoría de Departamento

Administrativo del Orden Nacional. La

iniciativa, que está en curso, tiene un gran

reto: ser el motor para el desarrollo de la Sociedad

del Conocimiento en Colombia.

sigue su marchaCiencia y Tecnología

Félix Londoño G.Director de Investigación y [email protected]

El Proyecto de Ley busca aumentar el 0,5 al 1 por ciento los recursos del PIB para Investigación en 2010.

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elementos que resultan ser fundamentales para la consolidación de la política y del sistema, es importante insistir en que el país requiere incrementar su capacidad de hacer ciencia y de participar en los circuitos internacionales que lideran el quehacer científico. Para ello resulta esencial avanzar en el mejoramiento, en todos los sentidos, del sistema educativo, de manera muy particular en el desarrollo de un sistema de doctorados nacionales.

La ciencia se debe a la sociedad, y la desarro-lla la sociedad para su mejor bienestar. Por eso se requiere de una apropiación y una vinculación definitiva de la misma por parte de cada uno de sus actores. Debe estar arti-culada, de igual forma, con el desarrollo de los procesos productivos, económicos, po-líticos y sociales.

En un sentido más amplio, y con miras a una verdade-ra apropiación social de la ciencia, la triada Universidad-Empresa-Estado de la que tanto se habla en la actuali-dad, debería ampliarse hacia la triada sistemas educativo- productivo-político, pues el espíritu científico lo desarrolla el ser humano desde la infancia, en el proceso de alcanzar su mayoría de edad, hasta incorporarse al sistema político-productivo.

Además, es oportuno señalar que hoy, más que nunca, los medios de comunicación son fundamen-tales y estratégicos para contribuir a la apropiación social del conocimiento y del quehacer científico.

Posibilidades como Departamento Administrativo Como se señaló al comienzo, una de las principa-les diferencias entre el texto del primer debate y el presentado para el segundo debate es que en este último se declina la aspiración de crear un Mi-nisterio de Ciencia y Tecnología, ante la dificultad de contar con la anuencia del presidente Álvaro Uribe Vélez, quien en septiembre del año pasado rechazó esta propuesta al argumentar que puede generar más burocracia. En su lugar, entonces, en el nuevo texto se opta, en consenso con el Jefe de Estado, por elevar a Colciencias a la categoría de Departamento Administrativo del Orden Nacional que, como figura organizativa, se encuentra más

arriba en el organigrama que los Institu-tos, categoría que en la actualidad tiene esta entidad.

Este ascenso en el escalafón, más allá de la posibilidad de mayores recursos, que es uno de los objetivos, constituye también una oportunidad de ser una dependencia directa de la Presidencia, y, con ello, se logra la vinculación a reuniones de más alto nivel de decisión.

Señala el texto que Colciencias, como un organismo principal de la ad-ministración pública, rector del área y

coordinador del Siste-ma Nacional de Cien-cia, Tecnología e Inno-vación (SNCTI) será el encargado de for-mular, orientar, dirigir, coordinar, ejecutar e implementar la política del Estado en la mate-ria, en concordancia con los planes y pro-gramas de desarrollo. Bajo esta figura, el Di-rector de Colciencias, designado por el Pre-

sidente de la República, tendrá asiento, con derecho a voz y voto, en el Consejo Nacional de Política Económica y Social (Conpes) y asistirá de manera perma-nente al Consejo de Ministros.

Como Departamento Administra-tivo mantiene su estructura orgánica conformada por cuatro direcciones nacionales: Fomento a la Investiga-ción, Gestión de Redes del Cono-cimiento, Desarrollo Tecnológico e Innovación, y Gestión de Recursos y Logística. También se conserva la existencia de un Consejo Asesor, presidido por el Director del Depar-tamento, e integrado además por los Ministros de Educación Nacional, y de Comercio, Industria y Turismo; el Director del Departamento Nacional de Planeación; cuatro personas con reconocida trayectoria en el sector académico y científico; y otras cuatro del sector productivo.

Entre las múltiples funciones que se propone asignar a este Departamento Administrativo estará la tarea de formular e impulsar, en el marco de un plan nacional, las políticas de corto, mediano y largo plazo del Estado en CTI, y adelantar la consolidación, fortalecimiento y articulación del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SNCTI).

Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación El texto del proyecto también señala que este SNCTI es un sistema abier-to, del que forman parte las políticas, estrategias, programas, metodologías y mecanismos para la gestión, promo-ción, financiación, protección y divul-gación de la investigación científica y la innovación tecnológica, así como las

organizaciones públicas, privadas o mixtas que realicen o promuevan el desarrollo de actividades científicas, tecnológicas y de innovación.

Además, define cada uno de los principales ac-tores del sistema y destaca los Parques Tecnológi-cos como el primero de ellos que, como ha venido insistiendo el ponente Jaime Restrepo Cuartas en diversas presentaciones sobre el proyecto, estarían destinados a aglutinar los diferentes componentes del SNCTI, con la posibilidad de convertirse en Zo-nas Francas Tecnológicas cuando reúnan los requi-sitos legales.

La regionalización Bajo esta propuesta del SNCTI como un sistema abierto, uno de los principales retos será el desarrollo del mismo como un sistema regional de ciencia, tecnología e innovación, para lo cual deben considerarse varios elementos en el trazado local.

Cada una de las regiones, partiendo de sus ventajas comparativas y competitivas, deberán

Cada región, partiendo de sus ventajas comparativas y competitivas, deberá preguntarse por sus vocaciones económico-sociales y, a partir de éstas, definir unos temas y/o sectores estratégicos en torno a los que puedan iniciarse unos programas piloto de avanzada en investigación e innovación.

Juan Francisco Miranda, director de Colciencias, dice que todavía hay que hacer un esfuerzo grande por aumentar los recursos para ciencia.

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preguntarse por sus vocaciones económico-sociales y, a partir de éstas, definir unos temas y/o sectores estratégicos en torno a los que puedan iniciarse unos programas piloto de avanzada en investigación e innovación.

Como parte medular del engranaje deberán fortalecerse, en los contextos regionales, las ca-pacidades ya existentes en ciencia e innovación en torno a las diversas formas organizativas que hoy configuran este tipo de sistemas, entre otras, grupos y centros de investigación, unidades de em-prendimiento, sistemas de parques e incubadoras, centros de desarrollo tecnológico, y unidades de investigación y desarrollo.

¿La ciencia regional se encuentra más allá de los límites departamentales? ¿En cabeza de cuáles entes recae la responsabilidad de dicha institucionalidad? ¿Cómo deben ser las relaciones entre los sistemas regionales, y entre estos y la institucionalidad central nacional? ¿De dónde y cómo se provee la financiación? Múltiples son las preguntas, pero lo que sí está claro es que una adecuada descentralización de la ciencia es el camino cierto mediante el cual las regiones pueden insertarse en el marco de un desarrollo incluyente y equilibrado con referencia al contexto nacional. En consecuencia, se insiste que estos temas de CTI hagan parte vital de los Planes de Desarrollo Municipales y Departamentales, y de las diversas agendas de regionalización.

FinanciaciónLa financiación ha sido el talón de Aquiles del sistema existente, y es quizá la razón de fondo que en primera instancia dio inicio al proceso del nuevo Proyecto de Ley. En todos los foros realizados sobre el estado actual del desarrollo de la ciencia en Colombia, se llega al tema de la baja inversión que hace el país para su desarrollo. Ya en 1992, la conocida Comisión de Sabios recomendaba elevar al 2 por ciento del PIB la inversión en CTI. Se proponía alcanzar la meta del 1 por ciento para el año 2000, pero en la actualidad solo alcanza el 0,5 por ciento, siendo Colombia uno de los países de América Latina con menor presupuesto para el desarrollo de la ciencia y la tecnología.

El nuevo proyecto busca aumentar los recursos al 1 por ciento del PIB en 2010, creando para ello el Fondo Nacional de Financiamiento para la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, Francisco José de Caldas, que manejaría Colciencias como un

patrimonio autónomo. El propósito de la creación de este fondo es aglutinar en un mismo lugar todos aquellos recursos disponibles para CTI, entre otros, recursos del Presupuesto General de la Nación, de los que dedican los ministerios a este tema, de las entidades estatales, del sector privado y de la cooperación internacional, de donaciones o legados, y de rendimientos financieros.

El texto del proyecto plantea como novedad el uso de recursos no apro-piados en el Fondo Nacional de Rega-lías, como un mecanismo que de paso contribuiría al desarrollo regional de programas, proyectos y actividades dirigidas al fomento de la ciencia, la tecnología y la innovación. Según el ponente Jaime Restrepo Cuartas, se busca que en una primera etapa el pre-supuesto de Colciencias se duplique cada año hasta 2010.

Lo que sigueComo ya se indicó, el proceso avanza con su aprobación en la plenaria de la Cámara de Representantes. Ahora debe superar el debate en la Comisión Sexta del Senado para ser luego pre-sentado en su sesión plenaria. Reali-zado el trámite en el Congreso pasaría a sanción presidencial. Sancionada la ley, el texto del proyecto contempla elementos de transición y de continui-dad que facilitan el cambio de Colcien-cias de la categoría de Instituto a la de Departamento Administrativo del orden Nacional, para incorporar como su per-sonal de planta a los funcionarios que entonces hagan parte de Colciencias.

De igual manera, el texto contempla elementos de transición y de continui-dad en lo referente a la ejecución pre-supuestal en relación con actividades y proyectos en curso al entrar en vigen-cia este nuevo Proyecto de Ley.

Efectuada la transición vendrá el reto de hacer que el proyecto cumpla su cometido, tal como fuera planteado en el objetivo inicial: el de ser el motor para el desarrollo de la Sociedad del Conocimiento en Colombia. e

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Los trazos son casi perfectos. Los repite por banca y son exactos, como si su mano fue-se una fotocopiadora. Va y viene, pinta aquí, pinta allá, vuelve y va, y empieza de nuevo. Círculo allí, círculo allá y luego una línea, que hace sin regla y le queda perfecta.

No tiene traje negro y blanco. Tampoco uñas largas ni manos pequeñas, pero le di-cen Pingüino, sí, uno que usa ropa de trabajo y que, por lo general, siempre sostiene en sus manos un compás, una regla y un pincel. Bien, y mucha creatividad.

Su apodo es parte del pa-sado. Hace 18 años, por eso de las “chapas” que ponen en los talleres, le dijeron que se parecía a un Pingüino y así se quedó. “Cuando uno es nuevo en un taller todo el mundo es tratando de buscarle apodo. Así como en la Policía que se llaman por los apellidos, aquí es que el Costeño, que el Pingüino, que Sa-carías, que el Muerto”, expresa Martínez.

El lienzo de Úber Martínez, su nombre de pila, son las escaleras o chivas; y sus gale-rías son las carreteras. Cuando una escalera sale del taller se emociona, pero cuando la ve en las calles, el corazón se agita más de lo normal. “Ah, es que ese vehículo lo pinté yo, me quedó bonito”.

Es un hombre callado, que pinta solo, como si se metiera en el agua del arte y allí nadara. “Uno comienza con los trazos y tira compás y ahí van saliendo las cosas”. No para. Sigue pintando y señalando, y yendo de aquí para allá en el carro. Un circulo más grande, uno más pequeño, otro que es a la mitad, uno más arriba. Y entre bancas, todas son iguales.

Y lo hace como si no lo pensara mu-cho, debido a que el proceso es in-terno. No hace un bosquejo, sino que se deja llevar de su arte como la imaginación lo va guiando y “va tirando com-pás” y haciendo figuras y fi-guras y más figuras geomé-tricas, y también paisajes, y al final, su obra maestra.

Galería rodante

Las obras de muchos artistas reposan sobre lienzos, pero las de Úber Martínez se plasman en los buses

de escaleras, también conocidos como chivas.

Mónica Quintero RestrepoEl [email protected]

“En eso consiste el trabajo de la decora-ción. No hay catálogos específicos para eso, yo tengo la libertad para hacer lo que quiera. Comienzo a hacer los trazados y a imaginar-me cosas, líneas y diferentes colores y cur-vas y rectas y semirrectas”.

Un Pingüino geométricoMartínez es un pintor de figuras geométricas y

de paisajes. Para hacer rostros, dice, hay que especializarse.

Lo más difícil de su obra, agrega, son precisamente los paisajes, porque se requiere ta-lento y estudiar, aunque él es un pintor empírico que le ha tocado aprender haciendo, borrando y volviendo a hacer. “Todo lo aprendí en los talleres. A medi-da que iba pasando el tiempo, me iba superando”.

Estudió hasta el grado octa-vo y se retiró. Su mamá le contó

que tenía un primo que pintaba escaleras, y él, que no estaba haciendo nada, quería aprender algo. Era 1985 y el primo, Tarzán le decían, lo ayudó y lo metió en los talleres. Empezó como ayudante, “a volear lija y brocha” y se fue inte-resando por la decoración.

Primero observaba, ahí calladito, para aprender. Luego se compró los pinceles y el compás, y empezó a practicar y a ejercitarse

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No tiene traje negro y blanco. Tampoco uñas largas ni manos pequeñas, pero le dicen Pingüino, sí, uno que usa ropa de trabajo y que, por lo general, siempre sostiene en sus manos un compás, una regla y un pincel.

Úber Martinez empezó a decorar las chivas en 1990.

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“yo mismo”, hasta los 90, cuando “ya decoré el primer carro”.

Úber cree que a los pintores de escaleras les espera trabajo para rato porque, además de ser típicas de esta región del país y estar también en otras ciudades, desde que se convir-tieron en patrimonio de la Na-ción, los dueños las cuidan más y les gusta mantenerlas pinta-das, arregladas, engalanadas y engalladas.

Sin embargo, reconoce, hubo una época en la que ser pintor de chivas no era rentable pues la violencia los afectó, debido a que estos carros no solo son para desfilar en la Feria de las Flores o servir para el turismo por la ciudad, sino que también son el medio de transporte de muchos campesinos. “Ya los clientes no querían organizar las chivas, que

“Yo voy dibujando en la marcha, voy haciendo trazos y sacando figuras. Uno comienza con un color y puede usar ocho, diez, quince colores, en desvanecidos, varios tonos”.

porque tal grupo armado la iba a quemar, no los iba a dejar trabajar, entonces la gente se desinteresó por éstas”.

Y con el Sagrado CorazónA Pingüino lo único que le exi-gen sus clientes es el logotipo de la empresa, el color de fondo del carro, que lo pinta otro, y el paisaje. De resto, tirar compás a diestra y siniestra según le man-de su cabeza. Pero los conoce tan bien, que sabe que, por lo

general, les gusta poner en la parte de atrás la iglesia del pueblo, el Sagrado Corazón, un paisaje de los que recorren y la Virgen del Carmen o algo que él se ingenie según las líneas que le hace a los lados.

A veces le han salido con cosas extrañas. Esa vez, por ejemplo, le pidieron un paisaje “dizque de los dos caminos”. El que va para el infierno y el que va para el cielo. Piénsese entonces en monasterios, iglesias, monjas y curas, por un lado; y por el otro disco-tecas, tabernas, mujeres de la vida fácil. “Pues ni tan fácil”, señala Pin-güino, “me demoré cinco días sólo en el dibujo de atrás”.

Las escaleras también han vivido la transformación en el tiempo. An-tes pedían menos paisajes, menos pinturas, menos lugares para pintar. Se les hacían menos rayas, me-nos figuras, menos colores. “Ya los clientes le dicen ‘home, decórame en esta parte’, ‘ey, aquí un pintadito extra’. Ya quieren que les quede la chiva súper engallada y esto tam-bién hace que hagamos un mejor trabajo, porque nos exigen mucho más”. Y en cuestión de tiempo, tam-bién hay diferencia. Antes se demo-raba 8 ó 10 días decorando un carro. Ahora se demora 22, 25 o más, eso depende de la chiva, del dueño y de lo que quiera que le pinten.

Su jornada laboral varía, pero por lo general es larga, de 10 ó 12 horas diarias. “Uno muchas veces no tiene tiempo de ver a la familia. Cuando sale por la mañana los

niños están dormidos y si llega bien tarde también. Y cuando hay mucho trabajo le toca pasar un mes o dos seguidos sin descansar para poder cumplirles a los clientes”.

Todo por amor al arte, porque para Pingüino es algo que lo relaja, que lo entretiene, que lo disfruta, sumado a que está seguro de que una chiva, por más bien hecha que esté, si no está pintada o decorada “no se le ve la gracia” o, como se dice, chiva sin decorar no es chiva.

A veces, cuando una figura le queda boni-ta, la repite en otro carro o la mejora. “Yo voy dibujando en la marcha, voy haciendo trazos y sacando figuras. Uno comienza con un co-lor y puede usara ocho, diez, quince colores, en desvanecidos, varios tonos”.

Va moviendo la mano y, cuando menos se piensa, los círculos que comenzó ya se unen, juegan consigo mismos, están con otros co-lores o en una sincronía casi perfecta.

No despabila y habla, a veces para sí mis-mo, pero siempre concentrado. Y por dentro, mientras tanto, maquina la imaginación, la pasión al arte, las ganas de ver en movimien-to el carro pintado.

En esa tarea, o mejor, en su arte, Pingüino seguirá hasta que “mi Dios me dé permiso”, pero por ahora, su obra seguirá rodando.

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ejemplo el encarcelamiento, y que en estos casos la aplicación del principio de oportunidad debe ser la regla”.

Propusieron, además, que “las personas que al delinquir se encuentren en la franja de los dieciséis (16) a los dieciocho (18) años deben ser penaliza-dos como adultos, pero con la posibilidad de susti-tuir gran parte de la pena privativa de la libertad por medidas resocializadoras aplicadas y vigiladas por jueces especializados”.

El texto que al final se aprobó también definió que desde el punto de vista civil existe responsa-bilidad para los padres y para los representantes legales de los menores de edad (de 0 a 18 años).

Régimen sancionatorio La Ley establece el Sistema de Responsabilidad Penal para adolescentes, con un avance en cuanto al respeto de garantías como el debido proceso y la doble instancia, inexistentes en el régimen anterior. Y precisa que solo los adolescentes entre los 14 y los 18 años pueden ser responsables de delitos. Señala, de igual forma, que los procesos penales para esta población estarán enmarcados dentro del Sistema Penal Acusatorio “en todo lo que no afecte el interés superior del niño y adolescente, y con un carácter estrictamente pedagógico y reeducativo”.

Dispone, también, la posibilidad de la prisión para delitos como el homicidio o el secuestro, pero en un esquema diferente al de los adultos que co-meten los mismos actos, y especifica que en estos procesos los menores deben ser asistidos en todo momento por un defensor de familia que verifique que se respetan todas sus garantías y derechos.

En todo caso las penas de prisión para esta población serán de hasta cinco años, excepto en el caso de homicidio, secuestro o extorsión, en los que se podrán imponer castigos de hasta ocho años. Esa sanción se ejecutará en centros especializados de reclusión juvenil.

En los casos en los que la pena no sea de prisión, los jueces cuen-tan con otras alternativas de san-ción: amonestación, imposición de reglas de conducta, prestación de

servicios a la comunidad, libertad asistida o libertad vigilada, internación en medio semi-cerrado (una privación de la libertad con permiso para salir al co-legio y regresar a dormir a la institución), o puede estar encerrado sólo los fines de semana.

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Pocas personas dejan de aplaudir cuando un polí-tico propone el endurecimiento de las penas como la mejor manera de controlar la criminalidad. Por ejemplo, ahora se habla de sancionar con cadena perpetua a los violadores de menores. Esa misma pena también se ha propuesto para otros crímenes como el secuestro y, de tiempo en tiempo, la pro-puesta es la misma para el delito que más apari-ciones tenga a los ojos de la opinión pública en los medios de comunicación.

Así fue con el sicariato en los peores momentos del enfrentamiento del Estado con los narcotraficantes, y como en esa época -finales de los 80 y principios de los 90- muchos de los asesinos eran menores de edad, desde distintos sectores se pedía el enjuiciamiento como adultos para esta población.

La comisaria de familia Gladys Jiménez, fun-cionaria del Municipio de Medellín, lo explica así: “Esas peticiones vienen de un desconocimiento general del régimen legal vigente para los menores de edad, en el que de manera clara está contenida su responsabilidad penal”.

Menores infractores: ¿cárcel

o formación?Contrario al sentir popular, los

menores de edad en Colombia sí son responsables penalmente por

sus actos. El régimen sancionatorio que los cobija es diferente al de

los adultos, pero no por ello menos severo. Además, los padres son

responsables civilmente por lo que hacen sus hijos.

Hernán [email protected]

No obstante, con conocimiento de causa o por mera especulación, hay quienes consideran que este régimen no es lo suficientemente severo y a eso replica la comisaria: “La severidad de la pena puede ser vista como un asunto subjetivo, pues lo mismo podría pensar una persona familiar de una víctima de un delito cometido por un adulto frente a la pena impuesta a éste. Además, la ley busca proteger a los menores, aun a los infractores, y sus derechos”.

La postura de esta funcionaria va en el mismo sentido de varios especialis-tas en criminalística, quienes sacan a relucir la gran cantidad de estudios que han demostrado que el endurecimien-to de las penas no reduce los índices delincuenciales, pues una cosa no se relaciona con la otra, o al menos no de manera directa.

La Ley 1098 En 2006 el Congreso expidió la Ley 1098 conocida como Ley de Infancia y Adolescencia, que tiene un capítulo que crea el sistema de responsabilidad pe-nal juvenil, es decir, define en qué ca-sos y de qué manera los menores son considerados responsables penalmente por sus actos.

Durante el segundo debate de la ponencia en el Senado, sus respon-sables (Germán Vargas Lleras, Héctor Helí Rojas, Claudia Blum y Juan Fernando Cristo), propusieron en el documento que en-tregaron a la plenaria: “(…) una gradualidad que protege al adoles-cente, pero también defiende a la sociedad. Nos parece que los menores de catorce (14) años deben estar por fuera del sistema penal propuesto; que los adolescentes entre catorce (14) y dieciséis (16) años pueden ser responsables penalmente, pero las sanciones a ellos impuestas no deben ser vindicativas, como por

Gran cantidad de estudios han demostrado que el endurecimiento de las penas no reduce los índices delincuenciales, pues una cosa no se relaciona con la otra, o al menos no de manera directa.

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No son sujetos de culpabilidad El profesor Juan Carlos Álvarez, de la Escuela de Derecho de EAFIT, explica que el propósito de establecer un sistema de responsabilidad penal diferenciado en relación con los adultos parte de la idea de que los menores de edad no son suje-tos de culpabilidad. Y expresa que hay un criterio biológico y cronológico que parte de la idea de que una persona hasta antes de determinada edad no alcanza el grado de madurez suficiente para di-mensionar su comportamiento. La Ley de Infancia y Adolescencia fijó esa edad límite en 18 años.

No obstante, según algunos especialistas, el desarrollo de la personalidad no es homogéneo y, según esta línea de pensamiento, habría que cuan-tificar la capacidad del sujeto para discernir entre lo bueno y lo malo.

Eso ya fue tenido en cuenta por los ponentes del proyecto de ley: “No es igual el nivel de madurez mental y com-portamental de un adolescente a los doce (12), que a los catorce (14), a los dieciséis (16) o a los dieciocho (18) años; el mismo proceso evolutivo natural y cultu-ral va desarrollando lentamente la capacidad cognoscitiva y vo-litiva de las personas menores de edad. Por eso nos produce incertidumbre fijar los doce (12) años como edad penal”. Final-mente, el texto aprobado dijo que la edad mínima de responsabilidad penal es 14 años.

Pero quienes piden un régimen más estricto ar-gumentan que hay muchos menores entre los 10 y 14 años que están en una edad con cierta capaci-dad para entender el alcance de sus actos y que son utilizados por adultos para cometer delitos con la idea de que si el menor no es responsable penal-mente, el mayor que lo induce al delito tampoco.

Frente a este tema el profesor de la Escuela de Derecho de EAFIT anota: “Hay un debate que dice que con eso está favoreciendo la impunidad, pero yo tomo partido por decir que eso no es cierto, por-que existen figuras en las leyes penales distintas a la complicidad que permiten que una persona, sin que participe directamente en la realización de la conducta delictiva, responda por ella. Es lo que se llama el determinador o el instigador”.

Además, continúa Álvarez, este argumento es usado para demandar que se rebaje aún más la edad en la que los menores responden penalmente,

“y yo creo que eso tampoco es así, pues existen instrumentos en el Código Penal que permiten que esos adultos respondan por esos hechos a los que han inducido a los menores, inclusive podrían responder por conductas adicionales a las que el menor realiza, consistentes en ese abuso de ese infante o adolescente. El problema de la impunidad es muy relativo, si tenemos en cuenta ese hecho”.

Ahora bien, ¿cuáles son las razones por las que se le da un tratamiento pri-vilegiado a los menores? No son pocos los que arguyen que un joven de 10 ó 12 años (o de 17) entiende el alcance de sus actos y cuestiona que exista ese tratamiento especial.

El profesor Álvarez lo mira desde otra perspec-tiva. “La pregunta es ¿por qué el Estado toma la deci-sión de darle un tratamiento diferenciado a esas perso-nas?”. Y asegura que hay razones muy importantes. La primera es que el Esta-do tiene interés en que esa persona, en una etapa muy temprana de su proceso de formación, se manten-

ga en ese proceso. “Lo que se hace es una especie de ponderación de intere-ses: ¿qué es más importante: meter a esta persona a una cárcel al igual que se hace con un adulto o apostarle a que este individuo, que está en una etapa temprana de su formación, pueda cam-biar de rumbo?”.

Y otra razón, agrega el especialista, es que desde el punto de vista del principio de igualdad, los menores están en una situación de desventaja, pues tienen restringidos sus derechos políticos (elegir y ser elegido y no tienen capacidad de elegir a los representantes que expiden las leyes con las cuales se les va a juzgar, como si la tienen, por lo menos teóricamente, los adultos). Además, tienen restringida su capacidad de contratación en materia civil: celebrar contratos, trabajar, contraer matrimonio,

¿Qué es más importante: meter a esta persona a una cárcel al igual que se hace con un adulto o apostarle a que este individuo, que está en una etapa temprana de su formación, pueda cambiar de rumbo?

etc. “Esa situación de desigualdad, desde el punto de vista de sus derechos civiles y políticos, el Estado y la sociedad la compensan con un sistema de responsabilidad diferencial”.

A eso hacía alusión la senadora Gina Parody cuando, recién entrada en vigencia la ley, cuestionaba a la Fiscalía, al Consejo Superior de la Judicatura y al Ministerio de Hacien-da por la tardanza en su aplicación: “En Colombia los niños, niñas y ado-lescentes, al parecer, son ciudadanos

de segunda. Hoy, los menores de edad que co-metan un delito son juzgados bajo un sistema anacrónico en el que los derechos al debido proceso, a un juicio justo y a una defensa técni-ca se han reconocido por partecitas por la Corte Constitucional, como si los derechos de los ni-ños fueran una colcha de retazos”.

Y concluía: “El Código de la Infancia y la Adoles-cencia, por si solo no va a solucionar la problemá-tica de la niñez, pero sí entrega a las autoridades, a la sociedad y a la familia las herramientas nece-sarias para hacer efectivos los derechos de niños, niñas y adolescentes”.

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A partir de agosto del próximo año entrará en fun-cionamiento la Biblioteca Digital Colombiana, que integrará a las principales bibliotecas digitales uni-versitarias del país en un solo portal. La propuesta les permitirá a las instituciones de educación su-perior publicar contenidos académicos e investiga-tivos, intercambiar información, así como facilitar las búsquedas avanzadas y la recuperación de textos. Además, hará más visible la producción científica nacional en el exterior.

El proyecto surgió como respues-ta a la necesidad de unir en una red a las bibliotecas digitales universita-rias que existen en el país, pero que operan de manera independiente, lo que obliga en la actualidad a los usuarios a buscar cada una de las páginas web para consultar los trabajos académi-cos e investigativos.

La iniciativa de la Biblioteca Digital Colombiana fue presentada, en el segundo semestre de 2006, por 13 planteles de educación superior, mediante una convocatoria en la que el Ministerio de Educación

La bibliotecade las bibliotecasdigitalesEAFIT lidera un proyecto que tiene como

objetivo integrar en una sola red a las bibliotecas digitales universitarias para

brindar mayores beneficios a los usuarios y, de paso, darle visibilidad a la producción

académica e investigativa del país.

Juan Carlos Restrepo A.El [email protected]

Nacional y Colciencias pusieron a disposición de las universidades y grupos de investigación la Red Nacional Académica de Tecnología Avanzada (Renata), con el fin de crear servicios avanzados y hacer intercambios de información y conocimiento en forma masiva.

EAFIT es la encargada de la ejecución del proyec-to en el que también parti-cipan las universidades de Medellín, Icesi, Nacional, Uninorte, La Sabana, Au-tónoma de Occidente, Au-tónoma del Caribe, Minuto de Dios, El Rosario, La Salle, San Buenaventura

y la de Antioquia a través de la Escuela Interamericana de Bibliotecología.

Estos planteles son conscientes de la necesidad de crear una comunidad digital para estimular el uso de la red Renata, en donde además de encontrar

los servicios básicos de una biblioteca tradicional, se podrá aprovechar del po-tencial que ofrecen las nuevas tecnolo-gías como el acceso a bases de datos internacionales; tablas de contenidos de revistas, libros, tesis, y proyectos de grado indexados en texto completo; enciclopedias y diccionarios digitales; catálogos en línea; videos académicos; partitura; y enlaces a recursos de otros países.

En el ámbito internacional ya exis-ten programas consolidados de comu-nidades de bibliotecas digitales, como la Red Universitaria Nacional (Reuna), de Chile; la Corporación Universitaria para el Desarrollo de Internet (Cudi), en México; y la Red Iberoamericana de Terminología (Ibict), de Brasil, en donde hay una participación masiva por parte de las universidades de es-tos países. Estas, a la vez, están inte-

gradas en la Red Latinoamericana de Reposito-rios Universitarios de Documentación Científica (Clara).

Obstáculos para la integraciónSin embargo, la ausencia de acciones importantes ha limitado las iniciativas de integración regional y nacional de las bibliotecas en Colombia. Una de éstas es que en internet hay disponibles gran cantidad de documentos académicos y científicos, pero carecen de una adecuada categorización.

Otro argumento es que para lograr la integra-ción de las diferentes bibliotecas y la indexación de sus contenidos digitales es necesario el trabajo conjunto de profesionales en el área de la bibliote-cología y de ingenieros de sistemas que adapten y desarrollen la infraestructura tecnológica y definan políticas que regulen los procedimientos de las co-munidades digitales.

Por estas razones, en la actualidad se está trabajando entorno a la definición de estándares y normas para la Biblioteca Digital Colombiana, en

La ausencia de acciones importantes ha limitado las iniciativas de integración regional y nacional de las bibliotecas en Colombia.

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emiala búsqueda de alternativas de integración

e interoperabilidad entre las universidades que tengan bibliotecas digitales, y en la capacitación y asesoramiento de las que están interesadas en crearlas.

El objetivo, además, es integrar la Biblio-teca Digital Colombiana con las bibliotecas latinoamericanas que conforman la red Clara. “Los frentes de trabajo se centran inicialmen-te en la instalación de bibliotecas digitales en Colombia, y en la inte-gración de redes no solo regionales y nacionales, sino internacionales, ya que a través de Renata podremos aportar docu-mentación científica a es-tas redes internacionales”, expresa Edwin Montoya, investigador y director prin-cipal del proyecto.

La metodología de trabajo está dividida en cuatro grupos, cada uno liderado por una institu-ción encargada de fun-ciones específicas como la integración de las bi-bliotecas participantes y la socialización del pro-yecto piloto para garanti-zar la difusión.

Según Patricia Os-pina, coordinadora del área de Soporte Tecno-lógico de la biblioteca de EAFIT, el proyecto que comenzó a desa-rrollarse a principios del presente año tendrá una duración de 18 me-ses y se proyecta que en agosto de 2009 esté a disposición de los usuarios. Comenzará operaciones con cerca de 5.000 documen-tos digitales.

Biblioteca Digital de EAFIT, una antecesora Desde hace cinco años, personal del área de soporte tecnológico de la biblioteca de EAFIT y el grupo de investigación Redes y

Sistemas Distribuidos (Girsd), coordinado por Edwin Montoya, desarrollaron una plataforma web para la Biblioteca Digital de EAFIT, en la que en una sola interfaz integraron todos los recursos electrónicos y las producciones académicas de la Universidad. La propuesta aumentó en un alto porcentaje el número de consultas digitales a los más de 1.500 títu-los indexados en el portal www.eafit.edu.co/biblioteca.

Otro proyecto que de-sarrolló la Universidad en los últimos años fue la Metabiblioteca colom-biana, un modelo de in-tegración de bibliotecas y catálogos heterogéneos, tanto referenciales como digitales, entre las ins-tituciones universitarias regionales. Esta herra-mienta digital permite el acceso a 21 bibliotecas digitales y centros de do-cumentación desde un solo portal.

La iniciativa le ha permitido a EAFIT ser un referente para la creación de bibliotecas digitales en Colombia e incluso asesora a diferentes universidades en procesos de digita-lización, logística de re-cepción de contenidos y adaptación de su software especializado.

“No hay en Colombia otra institución dedicada a desarrollar proyectos de estandarización de políticas en manejo de información digital y en la

creación de modelos nacionales en redes de información digital”, asegura Montoya.

Por eso, tras la experiencia adquirida con la Metabiblioteca, la evolución de los metadatos y la constitución de protocolos de integración entre bibliotecas, el Minis-terio de Educación Nacional y Colciencias adjudicaron a EAFIT la ejecución del pro-yecto de Biblioteca Digital Colombiana.

EAFIT ha sido referente para la creación de bibliotecas digitales en Colombia e incluso asesora a diferentes universidades en procesos de digitalización, logística de recepción de contenidos y adaptación de su software especializado.

“EAFIT abierta al mundo” es el eslogan de la Institución que se escucha en repetidas ocasiones,

pero este compromiso tiene varios significados, entre estos la pretensión de ser una 3GU.

Migración hacia la Universidad de

Tercera Generación

Laura RincónEl [email protected]

En muchos medios ya comienza a escu-charse una nueva concepción de Universi-dad: la de Tercera Generación o 3GU (por sus siglas en inglés). ¿La ha escuchado?

Con el objetivo de abrir el debate acerca de este tema que cada vez cobra mayor vigencia estuvo en EAFIT Hans Wissema, holandés experto en estrate-gia, estructura organizacional y gerencia del cambio; especialmente en el contexto de universidades, iniciativas de empresa-rismo y compañías de tecnología.

En sus intervenciones frente a direc-tivos e integrantes de distintas áreas

académicas, durante la Semana del Ingeniero, planteó la definición de un nuevo ideal de univer-sidad, que es precisamente lo que hoy se conoce como Universidad de Tercera Generación: una ins-titución que, al articular la formación con la inves-tigación, busca colaborar con el sector productivo-social, comercializando el conocimiento creado en las investigaciones interdisciplinarias en un contex-to globalizado.

Wissema invitó, de paso, a que EAFIT se transforme hacia una 3GU, un camino que, sin darse cuenta, pero no de manera inconsciente, empezó a transitar cuando sumó a su misión formativa la tarea de la investigación propiciando e

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emiainiciativas de emprendimiento y nuevos vínculos

con las empresas.Para continuar la discusión en la Universidad

acerca de esta iniciativa, Félix Londoño, director de Investigación y Docencia; y Manuel Esteban Acevedo, director del Centro para la Innovación, Consultaría y Empresarismo (CICE), motivan una reflexión en la que identifican en EAFIT las princi-pales características que, según el libro de Wisse-ma, Hacia la Universidad de Tercera Generación, hacen que una institución de educación superior se constituya como tal.

Cambio de orientaciónUna primera característica de este punto es el cambio reciente que se le hizo a la Misión institucional que, en su planteamiento del papel de la investigación, coincide con los elementos fundamentales del concepto de 3GU: “La Universidad EAFIT tiene la misión de contribuir al progreso social, económico, científico y cultural del país (…) y con la realización de procesos de investigación científica y aplicada, en interacción permanente con los sectores empresarial, gubernamental y académico”.

Además de esta transformación, cambiar de orientación implica ver la investigación como una fuente de financiamiento, de retroalimentación aca-démica y de trabajo en red. Es, finalmente, un ga-na-gana de universidad y sector productivo-social,

mediante el que se configura una capa-cidad regional de hacer investigación aplicada.

“La idea es construir conjuntamente soluciones para responder a los pro-blemas de los sectores empresaria-les, gubernamentales y académicos”, indica Félix Londoño. Y, como agrega Manuel Acevedo, “el reto es enfocar el futuro para anticiparse así a las posi-bles problemáticas”.

Un cambio de contextoUna segunda caracte-rística para constituirse como 3GU es adaptarse al contexto de la actuali-dad. Para esto se debe lograr una sintonía con la globalización, media-da cada vez más por la tecnología. Implica, además, situar la uni-versidad como eje de grandes corredores de

pensamiento y de alta tecnología. Manuel Acevedo explica que para

hacer parte de este núcleo hay que continuar avanzando en la configu-ración de un universo integral, diver-sificado sobre la base de programas académicos de pregrado y posgrado,

que posibiliten una oferta amplia de interdisciplinariedad.

La competencia de las instituciones de educación superior por los mejores estudiantes y de las empresas por los mejores profesionales es otro de los componentes del cambio de contexto.

Este es un reto para todas las uni-versidades colombianas si se considera que, de un lado, no están acostumbra-das a atraer una gran población de alum-nos extranjeros, y, de otro, ya se sienten pasos de animal grande con la presencia física o virtual de instituciones internacio-nales que buscan cautivar a los estudian-tes de nuestro país. En el mismo sentido también está la presencia de empresas multinacionales que buscan contratar a los mejores egresados de nuestras uni-versidades, en franca competencia con las compañías locales.

En el fondo se trata de, como lo señala el director de Investigación y Docencia, “tener la capacidad de trabajar con cualquier es-tudiante, venga de donde venga, y hacer que éste sea bueno y competitivo para un medio laboral glo-balizado”.

El último punto de este lineamiento es la compe-tencia de las universida-des por los mejores con-tratos de investigación de las corporaciones, que está relacionado con lo anterior, puesto que tener excelentes estudiantes se logra, en parte, gracias a que tienen la oportunidad de formarse con excelentes investigadores que son quienes finalmente pueden competir, además, por el desarrollo de buenos proyectos en este campo para las em-presas. Una doble partida de formación e investigación de primer nivel para di-chas compañías, anota Félix Londoño.

Una reorientación de propósitosEn las 3GU ya no se piensa solo en la comercialización del conocimiento

En las 3GU ya no se piensa solo en la comercialización del conocimiento a través del costo de una matrícula, sino que se busca aprovecharlo, en términos económicos, por vía directa de la investigación y la consultoría.

Wissema invitó, de paso, a que EAFIT se transforme hacia una 3GU, un camino que, sin darse cuenta, pero no de manera inconsciente, empezó a transitar cuando sumó a su misión formativa la tarea de la investigación.

a través del costo de una matrícula, sino que se busca aprovecharlo, en términos económicos, por vía directa de la investigación y la consultoría, reconociendo el valor que hoy tienen los activos intelectuales en la sociedad del conocimiento.

Para poder cumplir este propósito se van perfi-lando nuevos actores que hoy, bajo la concepción de ideas como el empresarismo y el emprendimien-to, le sacan provecho al cada vez más amplio es-pectro de la propiedad intelectual, que se deriva de las actividades de ciencia, tecnologia e innovación. Entre otros, cabe señalar nuevos actores como: in-cubadoras, spin-offs, techno-starters, entre otros.

Los directivos coinciden en que ésta es una de las fortalezas que viene tomando mayor fuerza en EAFIT, gracias a la Dirección de Investigación y al CICE, que han apoyado la constitución de 25 em-presas en nueve años y el desarrollo de entre 10 y 15 productos de investigación que han impactado el medio. De esta manera -señalan los directivos- la Universidad adquiere un realce como instrumen-to de crecimiento económico.

Un cambio de modeloPor último, Acevedo y Londoño comentan que es clave un cam-bio de modelo, donde los princi-pales elementos son la interdis-ciplinariedad y la transformación de las estructuras tradicionales. Se trata de una reorganización, para estar en sintonía con las de-mandas productivas en la socie-dad del conocimiento.

También implica el reto, en el contexto de un manejo masivo de estudiantes, de recuperar el mode-

lo de formación renacentista, en donde el profesor es maestro y el estudiante es aprendiz.

Por lo tanto, EAFIT ya ha dado sus primeros pa-sos hacia este nuevo concepto que los teóricos lla-man “Universidad de Tercera Generación”. Faltan cosas por hacer, como concientizar a la comuni-dad sobre la importancia y la conveniencia de esta transformación. No obstante, también se han dado avances importantes para alcanzar este cambio, y uno de estos es la consolidación de una capacidad institucional de hacer investigación representada por sus grupos y semilleros.

“Es una invitación a construir un nuevo ecosis-tema institucional en la sociedad de conocimiento”, concluye Félix Londoño. e

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específicos, en lugar de tratar de hacer un poco de todo. Universitas se entiende como “el conjunto” y esto es a menudo interpretado de forma errónea como una tarea para hacer frente a todas las ramas de la ciencia. De hecho, el término surgió en la Edad Media como la unión en “cuerpo” de profesores y estudiantes, en virtud de que antes estuvieron separados.

Esta investigación especializada puede ser financiada en parte por las formas tradicionales y por la industria.

– El concepto 3GU reconoce la exis-tencia de los estudiantes expuestos a un contexto mundial ¿Cómo pue-de la universidad prepararse para la integración de los alumnos en sus investigaciones y los procesos edu-cativos? ¿Cómo puede atraer estos talentos y no perder a los demás?

– Puede atraer a los mejores talentos al ofrecer una gama de posibilidades para, a partir de la creación de su propia empresa, formar parte de una primera línea de investigación. Cuanto mayor es la financiación, mayor es el nivel de la investigación y ese sería el atractivo de la universidad para los investigadores, los estudiantes y la industria.

– ¿Cuál es su opinión de la gestión y el nivel cultural de EAFIT al tomar un papel activo en la relación universi-dad-empresa en Colombia?

– EAFIT tiene la ventaja de tener una tradición de cercanía a las empresas. Además, tiene buenas relaciones con las autoridades municipales, regionales y las administraciones nacionales. Un consejo para EAFIT es nombrar a un vicerrector que se encargue del “tercer objetivo”. Si se le deja la tarea a la administración regular, el efecto de los problemas de corto plazo terminaría sofocando el esfuerzo requerido para atender los desarrollos de más largo plazo.

Esta posición podría ser financiada con cargo a la política de innovación de la ciudad, de la región o el país. Estas administraciones tienen la responsabilidad de estimular la prosperidad de la región y, a través de ella, una estructura social estable.

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No se trata de ser una oficina de ingeniería que resuelve problemas utilizando el conoci-miento común, tampoco de hacer “un poco de todo”. La investigación especializada es fundamental en el proceso de consolidación de una Universidad de Tercera Generación.

Para profundizar acerca de estos y otros planteamientos el holandés Hans Wissema habló con EL EAFITENSE.

– La idea de una Universidad de Ter-cera Generación implica cambios culturales y de gestión. ¿Cuál es la secuencia de pasos que una institu-ción debe seguir para incorporar es-tas transformaciones?

– La vía real para iniciar es una secuencia de debates en todas las facultades y departamentos de la universidad para discutir el concepto de la 3GU y definir lo que esto significa en términos prácticos para la Universidad en cuestión.

Si hay suficiente apoyo a la idea, entonces las instancias superiores deciden aprobar el concepto de la 3GU y se plantea un plan de acción para la transformación de la institución.

Desde el concepto 3GU que se ha formu-lado de manera reciente han surgido estruc-turas de iniciativas personales, de los aca-démicos, para empezar a colaborar con la industria, dando cursos y apoyo a “technos-tarters”, y atrayendo estudiantes extranjeros. Además, con la creación de reconocimientos a los alumnos por su grado de talento, y así sucesivamente.

Estas iniciativas en muchos países cuen-tan con el apoyo de los fondos del Ministerio de Economía, Hacienda o Educación y, en los Estados Unidos y el Reino Unido, de do-tación de recursos. La Universidad finalmente adopta el concepto 3GU cuando ya está en práctica.

– Además de los cambios, la 3GU requiere una nueva perspectiva en la manera como se relaciona con su entorno ¿Cuáles son sus recomen-daciones con el fin de desarrollar el conjunto necesario de relaciones institucionales en el ecosistema al que pertenece?

– Tradicionalmente, las universidades, las industrias y otros “usuarios de know-

how” constituyen mundos separados que apenas se comunican entre sí, mientras que la cooperación es considerada no ética (“utilizando el dinero público en beneficio de las ganancias de las empresas”).

La situación de EAFIT, por supuesto, era y es diferente, ya que la Universidad fue creada por un grupo de empresas y los vínculos con la industria sólo se vuelven más fuertes. Por lo tanto, tiene sentido ampliar esta cooperación mediante la creación de investigaciones altamente especializadas y con grupos de desarrollo que se centren en las áreas de la industria que pueden beneficiarse de ésta.

EAFIT entonces no es un proveedor de calidad de científicos e ingenieros, sino también de conocimientos técnicos que el sector puede desarrollar, y eventualmente utilizar para su propio beneficio.

– Algunas personas se preguntan si la transición hacia una Universidad de Tercera Generación implica abandonar la educación humanista y las dimensiones detrás de ésta. ¿Están esos aspectos en conflicto?

– Hasta ahora, las universidades tenían dos objetivos: proporcionar la investigación y la educación científica. A estos se añade el tercer objetivo de colaborar con la industria activamente, y la comercialización de sus conocimientos técnicos. Este tercer propósi-to no debe poner en peligro los dos prime-ros, lo que significa que la universidad debe atenerse a sus tradiciones académicas y sólo participar en proyectos con la industria, que son de su interés científico.

Una institución no debe convertirse en una especie de oficina de ingeniería que re-suelve problemas utilizando el conocimiento común. Por el contrario, la colaboración con la industria permitirá a la universidad alcan-zar mayores niveles científicos.

– ¿Cómo se transforma la investiga-ción y se convierte en el marco del modelo de la universidad de tercera generación?

– En primer lugar y por encima de todo, las universidades deben centrarse en temas

que no está en contravíacon la universidad

El profesor Hans Wissema habló con EL EAFITENSE acerca de las transformaciones que implica apostarle

al concepto de universidad de tercera

generación.

humanista

Un cambio

Hans Wissema, experto en educación.

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Festen de

Thomas Vinterberg: Diez años del primer Dogma

Este movimiento danés estableció una ruptura con respecto a una cierta forma de hacer cine, aquella que explota solo

sus posibilidades comerciales. Sus reglas, perturbadoras y novedosas,

proponen un retorno a lo básico, a lo rudimentario y así está explícito en su

primera película que cumple una década.

Yasmín López AlzateEl [email protected]

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El voto de castidad

Juro que me someteré a las reglas siguientes, establecidas y confirmadas por Dogma 95:

1. El rodaje debe realizarse en locaciones. No se pueden introducir accesorios y decorados (si un accesorio en concreto es necesario para la historia, será preciso elegir una de las locaciones en las que se encuentre este accesorio).

2. El sonido no debe ser nunca producido separado de las imágenes y viceversa. (No se puede utilizar música, salvo si está presente en la escena en la que se rueda).

3. La cámara debe sostenerse en la mano. Cualquier movimiento -o inmovilidad- conseguido con la mano están autorizados. (La película no debe tener lugar donde está la cámara; el rodaje debe tener lugar donde está sucediendo la película).

4. La película tiene que ser en color. La iluminación especial no es aceptada. (Si hay poca luz, la escena debe ser cortada, o bien se puede montar sólo una luz sobre la cámara).

5. Las técnicas ópticas y los filtros están prohibidos.

6. La película no debe contener ninguna acción superficial. (No debe haber muertos, armas, etc.,).

7. El alejamiento temporal y geográfico está prohibida. (Es decir, que la película sucede aquí y ahora).

8. Las películas de género no son aceptables. 9. El formato de la película debe ser en 35 mm. 10. El director no debe aparecer en los créditos. ¡Además, juro que como director me abstendré

de todo gusto personal! Ya no soy un artista. Juro que me abstendré de crear una obra, porque considero que el instante es mucho más importante que la totalidad. Mi fin supremo será hacer que la verdad salga de mis personajes y del cuadro de la acción. Juro hacer esto por todos los medios posibles y a costa de cualquier consideración sobre el buen gusto y estéticas. Así pronuncio, pues, mi VOTO DE CASTIDAD.

Copenhague, Lunes 13 de marzo de 1995. En nombre de Dogma 95, Lars von Trier - Thomas Vinterberg

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Este decálogo, de naturaleza incuestionable y obligante, constituye el manifiesto con el que los daneses Lars Von Trier, Thomas Vinter-berg, Kristian Levring y Soren Krag-Jacobsen asaltaron al mundo cinematográfico hace ya casi tres lustros.

Su iniciativa, en la que convergen tanto la radicalidad del axioma religioso como la intención subversiva del manifiesto comunista, se endilga la misión de “rescatar” al séptimo arte de las tramas y las acciones superficiales, de los trucos tecnológicos y cosméticos, y de la vanidad del cine de autor. Aludiendo al explosivo artículo que publicó François Truffaut en Cahiers du Cinema en 1954 (Une certaine tendence du cinema français), los impulsores de Dogma 95 arremeten contra “ciertas tendencias” del cine actual.

En primer lugar, una hegemonía del sistema de producción mainstream del cine estadounidense, basado en el uso de la tecnología para crear una realidad ficticia ─falseada dirían los “dogmáticos”─ y maquillada. En segundo lugar, los seguidores de Dogma pretenden conjurar con sus mandamientos el peligro de encumbrar al director como autor, un “mal” heredado de la Nueva Ola francesa.

Bajo sus preceptos el director debe ser apenas un medio para que en la película sal-ga a flote la verdad de los personajes, no su propia verdad. Aún más, el décimo artículo de fe promulga que “el director no debe aparecer en los créditos”, lo que equivale a decir que un pintor no debe firmar sus cuadros. Sin embar-go, desde el punto de vista creativo, en este ascetismo cinematográfico, muchos directo-res han hallado una suerte de liberación artística.

Dogma #1En 1998, tres años después de lanzar el manifiesto, la agencia creada para velar por su obediencia dio su primera bendición, certificó a la primera película Dogma, realizada bajo los mandatos del movimiento: Festen (Celebración). Nombre más que propicio para este dogma fundante, también ópera prima de uno de los creadores del manifiesto, Thomas Vinterberg, y que se convertiría en un fenómeno de taquilla y crítica en todo el mundo.

El filme fue presentado en el Festival de Cannes y causó un gran impacto en la crítica. En esa ocasión se llevó el premio especial del jurado. El resultado visual de la cinta, logrado “gracias” a todas las restricciones del movimiento -excepto la filmación en 35 mm-,

está amalgamado con gran maestría con una historia impactante que presenta una visión turbia sobre la familia.

¿Qué se puede esperar de una respetable familia burguesa contemporánea, que vive en uno de los llamados países civilizados de Europa?, ¿qué tendrían

que ocultar un padre exitoso y una madre de aire aristocrático, cuatro hijos bonitos, más o menos exitosos? Festen responde: lo peor. Un padre que abusó sexualmente de sus hijos cuando estos eran niños. Una

madre cuya connivencia permitió al padre prolongar durante años su incesto. Un hijo menor racista, colérico y borracho. Una hermana eternamente deprimida que decide suicidarse.

Festen podría ser, fácilmente, el más demoledor lienzo familiar contemporáneo del cine, acen-tuado por los movimientos de cámara, el montaje sincopado, la imagen granulosa y lavada, recursos todos que refuerzan una sensación de veracidad de video hecho en casa, que invo-lucra aún más al espectador en la historia de la familia.

Y es que en esta película Vintenberg toma la imagen de la familia perfecta y la vuelve pedazos, exponiendo su rostro más pernicioso a una doble audiencia: los asistentes a la celebración del cumpleaños del patriarca que escuchan asqueados todas las revelaciones que van saliendo y nosotros mismos como espectadores. El castigo supremo para el padre no es la cárcel o el asesinato, simplemente la vergüenza, la exposición pública de sus faltas. Si el fin último del movimiento Dogma es exponer la verdad de los personajes, en Festen este cometido está explícito de una forma brutal.

Festen cumple diez años y es un buen momento para volver a ella y constatar que lo que en su momento nos pareció perturbador y novedoso conserva intacto su poder de afectación. Increíblemente, luego de una década no ha perdido un ápice de su vigorosidad narrativa y maestría formal, tal y como sucede con los verdaderos clásicos. Volver a verla es experimentar, como si fuera la primera vez, la incertidumbre, el asombro y el repudio por la verdad revelada.

Lo que queda del DogmaEl purismo de Dogma, llevado al extremo, conduce al cine a una encrucijada. Si de lo que se trata es de devolverle la verdad, ¿por qué no eliminar la cámara también?, ¿o los personajes?, ¿y qué decir del montaje, un acto de verdadera reconstrucción y composición (de “falseamiento” de la realidad)?

No se puede olvidar que el cine mismo nació de un artificio, de un trucaje de la realidad. Lo que aparece en la cámara es siempre, incluso en los documentales, una

versión de la verdad, una ilusión.

No obstante, pasado el escándalo y los excesos, es innegable que Dogma le abrió al séptimo arte posibilidades técnicas inéditas, de las cuales la cámara en mano es la más sobresaliente. No es que este tipo de cámara móvil no existiera antes de Dogma, pero el uso estilístico que tuvo en distintos momentos de la historia del cine, se limitó más a expresar la intensidad de un sentimiento en un personaje

(cámara subjetiva) o a reportar eventos de la vida real (documental político), mientras que el movimiento danés hizo un uso sistemático de este recurso como un elemento intrusivo de búsqueda de la verdad y una declaración de abandono del control formalista sobre la imagen y su composición.

El buen uso de la cámara en mano no se reduce a agitarla compulsivamente, es estar atento a donde se desarrolla la acción, la interacción de los personajes, para introducirla allí como testigo y no como una especie de audiencia ante la cual desfila la trama.

Finalmente, ese cisma de la industria cine-matográfica ortodoxa al que llamamos Dogma estableció una ruptura con respecto a una cier-ta forma de hacer cine, que explota meramente sus posibilidades comerciales, descuidando su potencial para plasmar las verdades más incó-modas de los hombres.

Dogma sugirió una forma en que se pueden hacer películas por fuera de la tradición de las productoras estadounidenses y toda su maquinaria de alto presupuesto y logró que el mundo del cine tomara su cuasi religioso grupo de reglas como un novedoso método de creación artística. Sus normas, a primera vista exaltadas, proponen, al fin de cuentas, un retorno a lo básico, a lo rudimentario, a un tiempo en donde los efectos especiales eran muchísimo menos importantes que las historias.

No se puede olvidar que el cine mismo nació de un artificio, de un trucaje de la realidad. Lo que aparece en la cámara, es siempre, incluso en los documentales, una versión de la verdad, una ilusión.

El décimo artículo de fe promulga que “el director no debe aparecer en los créditos”, lo que equivale a decir que un pintor no debe firmar sus cuadros.

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En el siglo XVIII se presentó una profunda transformación en la relación de España con sus colonias americanas y asiáticas. Con la llegada al trono de la dinastía francesa de los Borbones, y concluida la llamada guerra de la sucesión, la nueva familia en el poder imprimió grandes modificaciones en la administración del reino. Uno de esos cambios fue el interés que empezó a despertar la flora como fuente alternativa de recursos para no depender exclusivamente de la explotación de minerales como el oro y la plata.

Para no quedarse atrás de las corrientes ilustradas imperantes en otros Estados europeos, los gobernantes españoles autorizaron o promovieron diferentes expediciones científicas a lo largo y ancho del planeta. (Ver recuadro listado de Expediciones científicas en las colonias españolas).

JoséLa tarea inconclusa

de

MutisCelestino

Durante treinta y tres años el gaditano y sus discípulos estudiaron la flora de la Nueva Granada. Mutis murió sin concluir su obra y aunque en Madrid se conservan más de 5.000 láminas creadas por él y sus artistas, otras tantas desaparecieron cuando por

orden de Pablo Morillo se envió a España, en 104 cajas, el fruto de más de tres décadas de labores.

Juan Luis Mejía [email protected]

Las tres más importantes en territorio americano, orientadas desde el recién creado Jardín Botánico de Madrid, fueron: la Real Expedición al Virreinato del Perú (1777/1788), dirigida por Hipólito Ruiz y que contó con la participación de José Pavón y el francés Joseph Dombey, quienes realizaron trabajos de campo en los territorios de Chile, Perú y Ecuador; la Real Expedición al Virreinato de la Nueva España (1783/1803), que lideró Martín de Sessé y de la que hizo parte el naturalista mexicano José Mariano Mociño, en la que se desarrollaron múltiples recorridos desde el fuerte español de Nutka en la bahía de Vancouver, hasta las costas

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de Panamá; y la Real Expedición al Nuevo Reino de Granada, (1783/1816) dirigida por el médico José Celestino Mutis.

Nacido en Cádiz en 1732, Mutis estudió Medicina en la Universidad de Sevilla y adquirió conocimientos botánicos en el Jardín de Migas Calientes en cercanías de Madrid, desde donde empezaban a divulgarse en España las teorías científicas del naturalista sueco Carlos Linneo. El joven Mutis arribó a Cartagena en 1761, como médico del virrey Pedro Messía de la Cerda. Nunca más regresó a España.

En el nuevo mundoLos ilustrados que empezaron a llegar a las costas americanas observaron el nuevo mundo desde la ciencia y no desde las suposiciones y supercherías. En esa segunda mitad del siglo XVIII se presentó una ruptura fundamental en la concepción del mundo. Un simple ejemplo ilustra lo anterior. En 1757, Fray Juan de Santa Gertrudis, tal vez el último de los cronistas de Indias, en su libro Maravillas de la naturaleza, describió así al pez volador que tanto maravilló a los navegantes de la conquista: “Es una especie de sardina, que tiene una cuarta y media de largo, y las alas que tiene junto a las agallas son tan largas como el cuerpo, y a proporción de ancho. Así lo proveyó la naturaleza para poder escapar de los taurones. Su volar es como las golondrinas cuando menean las alas a toda prisa”.

Cuatro años más tarde, el mismo pez es visto y analizado con una nueva mentalidad, la de la ciencia. En El Diario de Observaciones escribió Mutis: “subí al alcázar y hallé el pescado, cuya figura está representada primorosamente en el dibujo que me franqueó don Luis Lorenzana. Procuré hacer una exacta descripción antes que se marchitase. Así lo ejecuté, gastando todo el

día. Descubiertos sus caracteres, me pareció que era género distinto y nuevo en la clase de los abdominales, a que lo reduje… Lo cierto es que no hallo luz en el sistema de Linneus, de su décima impresión, que es el único libro a mano para reducirlo a género conocido”.

Con esa mentalidad taxonómica, que pretendió explicar el mundo a partir de géneros y especies, Mutis arribó a la capital del virreinato de la Nueva Granada con la ilusión de combinar sus actividades de médico de la corte con la de naturalista y profesor de matemáticas en el Colegio del Rosario.

Pero pronto sus ilusiones se fueron evaporando ante la indiferencia, y por qué no, la desconfianza de las autoridades. En 1763 empezó a escribir al Rey, para proponerle la creación de una expedición que permitiera “la formación de la Historia Natural de América por quien tanto suspira la Europa sabia…”. Pero sus cartas no tuvieron eco ni en el virrey y mucho menos en la corte madrileña.

El proyecto que pretendió ubicar a España dentro de los países ilustrados, poco a poco se convirtió en una empresa personal. Desengañado, Mutis se hizo sacerdote, en 1772, y se dedicó a la explotación de minas de oro, actividad que le permitió acumular una cierta fortuna que dedicó a la adquisición de libros y materiales científicos, con los que enriqueció su formación científica. Llegó a formar una biblioteca botánica de tal magnitud, que despertó la admiración del propio Humboldt, quien

luego de su visita al sabio gaditano en 1802, escribió a su hermano: “Excepto la de Banks en Londres, nunca he visto una biblioteca más numerosa que la de Mutis”.

Durante más de veinte años, José Celestino Mutis se sumergió en el silencio de su diario, en la observación de las hormigas y en el estudio de los poderes curativos de ciertas plantas. Desde los remotos lugares donde vivió, entabló correspondencia con los más importantes naturalistas europeos, en especial con Linneo. El sabio de Upsala lo trató con especial deferencia y cariño. Agradecido por el envío de plantas desconocidas, las bautizó con el nombre del gaditano y le expresó que si regresaba a España, él, a pesar de su

vejez y la proximidad de la muerte, viajaría hasta ese país con el fin de conocerlo. “Ojalá en esta vida me fuera dado verte personalmente siquiera una vez…”. Mientras los sabios europeos lo admiraban, en el virreinato lo ignoraban.

El feliz encuentro entre el arzobispo-virrey Antonio Caballero y Góngora y el sabio gaditano, que ocurrió en la mina El Sapo, cerca de Ibagué, permitió cumplir el sueño de Mutis, aplazado por más de dos décadas.

Expedición en marchaEl Rey Carlos III de España había autorizado, por solicitud del Emperador de Austria, el viaje de un grupo de científicos al virreinato granadino. Al enterarse de ese proyecto científico, Caballero y Góngora decidió acelerar la creación de una expedición española y, aun antes de recibir autorización de sus superiores, creó el primero

Algunas Expediciones científicas autorizadas o promovidas por la corona española:

- Expedición Geodésica de Charles-Marie de La Condamine, Jorge Juan y Antonio de Ulloa, 1735.

- Expedición Botánica al Orinoco de Pehr Loefling. 1754/1756.

- Comisión Científica al Pacífico. Botánico Juan Isern Batlló. 1762/1766.

- Expedición de la Flora Forestal a Filipinas de Sebastián Vidal y Soler. 1771.

- Real Expedición al Virreinato del Perú. Hipólito Ruiz, José Pavón y Joseph Dombey. 1777/1788.

- Real Expedición al Virreinato de la Nueva España. Martín de Sessé, José Mariano Mociño. Dibujantes Vicente de la Cerda y Atanasio Echaverría.1783/1803.

- Real Expedición Botánica al Nuevo Reino de Granada. José Celestino Mutis. 1783/1817.

- Expedición de Alessandro Malaspina. Botánico Luis Née. 1788/1794.

- Expedición del Conde de Mopox a Cuba. 1796.- Expedición de Alexander von Humboldt y Aime

Bonpland. 1799/1804.- Expedición de la Vacuna. Botánico Francisco Javier

Balmis. 1803

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de abril de 1783 la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada, y nombró como director de la misma a José Celestino Mutis. El fin era el de recolectar, clasificar, describir y dibujar la flora del virreinato. El resultado sería la edición de una majestuosa colección ilustrada que llevaría por título Flora de Bogotá, o Flora de la Nueva Granada.

Como sede de la Expedición se escogió a Mariquita. La proximidad al puerto fluvial de Honda, la cercanía a las minas de Santa Ana y, sobre todo, la ubicación en el pie de monte de la cordillera central, bajo la sombra del volcán nevado de El Ruiz, hacían de esa ciudad el lugar privilegiado para realizar el trabajo científico.

En pocas jornadas, los herbolarios recolectaron plantas en prácticamente todos los pisos térmicos de la tierra. Al atardecer, depositaban sus canas-tos llenos de ramas y flores y, sobre una gran mesa, Mutis, siguiendo el método de su maestro Linneo, iba clasificando los géneros y las espe-cies. Luego daba ins-trucción a los dibujantes para que realizaran, en el tiempo más corto posible, el boceto de la planta, para luego iluminarlas a la acuarela, antes de que se marchitaran y perdie-ran los colores origina-les. El propósito era “que cualquier botánico en Eu-ropa, hallara representa-dos los finísimos carac-teres de la fructificación que es el abecedario de la ciencia, sin necesidad de venir a reconocerlas en el suelo nativo”.

Uno de los méritos de Mutis fue la creación de una de las mejores escuelas de pintores de la naturaleza que han existido. Se han identificado cerca de 41 artistas que participaron en la expedición. Entre ellos sobresalieron, Salvador Rizo, Pablo Antonio García y Francisco Javier Matiz, a quien Humboldt calificó como el mejor pintor de flores del mundo. Cuando Mutis quedaba plenamente satisfecho con el trabajo de uno de sus discípulos, le concedía autorización para que

lo firmara y colocara el honroso título de Americanus pinxit, pintor americano.

La CinchonaTras las bambalinas de las expediciones se generaron intensas polémicas científicas. Una de éstas, tal vez la mas álgida, giró alrededor de la Cinchona, conocida popularmente como la quina. Este era el producto más preciado en la corte, dados sus altos poderes medicinales.

El monopolio de la producción de quina lo tenía el virreinato del Perú, a

través de la famosa quina de Loja, en el Ecuador. En la segunda mitad del siglo XVIII, se encontra-ron plantas de quina en el virreinato de la Nueva Granda. La paternidad del descubrimiento ge-neró una disputa entre Miguel de Satiesteban y el propio Mutis. De igual manera, Hipólito Ruiz cuestionó la calidad de la planta presentada por el director de la expedición granadina.

En el fondo, detrás de todo, estaba el rico comercio de la cascarilla que generaba la quinina. Gonzalo Hernández de Alba calculó que entre 1801 y 1806, se extra-jeron de los bosques de la Nueva Granada 4.250.400 libras de cor-

teza que permitieron financiar los últi-mos años del virreinato.

La otra discusión giró en torno a la finalidad de la botánica. Para el poderoso director del Jardín Botánico de Madrid, Casimiro Gómez Ortega y algunos de sus discípulos, entre ellos Hipólito Ruiz, las plantas no tenían interés en sí mismo, sino en cuanto se conozcan sus usos curativos y aplicaciones en la farmacia. Según esta escuela, la botánica tiene un fin pragmático. Para

otros, como Antonio José de Cavanilles, sucesor de Gómez Ortega en la dirección del Jardín Botánico de Madrid y admirador de Mutis, la botánica debía ser una ciencia autónoma, una disciplina con valor intrínseco y no tenía porqué estar supeditada al utilitarismo de la farmacia.

Hacia 1793, la corona española, al ver que la expedición no producía los textos esperados, ordenó su traslado a Santa Fe y nombró como supervisor a Francisco Martínez. A pesar de la pre-sión, Mutis no logró concluir los textos que debían acompañar las extraordina-rias ilustraciones y la esperada Flora de Bogotá nunca concluyó.

En los últimos años retomó el interés por el estudio estéril de El sueño y la vi-gilia de las plantas. El 11 de septiembre de 1808, murió en Santa Fe de Bogotá. Sus discípulos continuaron la labor de la expedición hasta 1817, cuando Pablo Morillo, al reconquistar la capital, orde-nó desmantelar la expedición, fusilar a algunos de sus integrantes -como Cal-das, Rizo, Carbonell y Tadeo Lozano- y en 104 cajas empacar con rumbo a Es-paña el fruto de 33 años de labores.

Muchas de las obras se perdieron en el camino. En el Jardín Botánico de Madrid sobreviven, por fortuna, 5.393 láminas de la hasta hoy inconclusa Flora del Nuevo Reino de Granada.

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Bibliografía:

Archivo epistolar del sabio na-• turalista José Celestino Mutis. Compilación, prólogo y notas de Guillermo Hernández de Alba. IV Tomos. Ediciones Insti-tuto Colombiano de Cultura His-pánica. Bogotá 1983.Nieto Olarte, Mauricio. • Reme-dios para el imperio. Uniandes-Ceso. Bogotá 2006. Segunda edición. Ruiz, Hipólito. • Relación del via-je hecho a los reinos del Perú y Chile. Introducción, transcrip-ción y notas de Raúl Rodríguez Nozal y Antonio González Bue-no. Consejo Superior de Inves-tigaciones Científicas. Madrid. 2007.Peréz Mejía, Ángela. • La geogra-fía en tiempos difíciles: escritura de viajes a Sur América durante los procesos de independencia 1780-1849. Editorial Universidad de Antioquia. 2002.Maldonado Polo, J. Luis. • Flora de Guatemala de José Mociño. Ediciones doce calles. Conse-jo Superior de Investigaciones Científicas. Madrid 1996. Fajardo de Rueda, Marta. • El arte neogranadino del período colo-nial. En Gran Enciclopedia de Colombia. Tomo 6. Circulo de Lectores. Bogotá. 1993.Amaya, José Antonio. • Mutis, apóstol de Linneo, historia de la botánica en el Virreinato de la Nueva Granada. Bogotá, Institu-to Colombiano de Antropología e Historia. 2006.Fray Juan de Santa Gertrudis. • Maravillas de la Naturaleza. III Tomos. Biblioteca V Centenario Colcultura. Bogotá 1994.

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¿Cuántos de pequeños se acercaron a observar, lupa en mano, las características de las plantas? y ¿cuántos no pudieron resistirse a tocar las dormilonas o a soplar un diente de león? Seguramente aquellos que sin saberlo llevan consigo la palpitante herencia de la Expedición Botánica.

La mayor parte de la responsabilidad de este hecho la tiene José Celestino Bruno Mutis y Bocio, un científico y eclesiástico español que nació en Cádiz el 6 de abril de 1732 y dirigió la Real Expedición Botánica al Nuevo Reino de Granada durante 25 de los 33 años que duró.

Para nadie es un secreto la diversidad de territorio y clima con la que cuenta Colombia. Los tres ramales de la cordillera de los Andes que lo recorre de sur a norte, los manglares, las selvas, los bosques, los páramos, las llanuras, los desiertos, las formaciones acuáticas y las islas, se confabulan, junto con los cambios climáticos, para desarrollar un sinnúmero de especies que forman una de las floras más particulares del mundo.

Claro que de esto poco se conocía antes de la Expedición. Mutis llegó a la Nueva Granada como médico del Virrey Pedro Messía de la Cerda porque sabía que allí podría ejercer como científico. Arribó a Cartagena y la flora tropical lo incentivó a proponer la aventura botánica en el territorio, iniciativa que fue respondida por la Corte con un silencio durante 20 años. Fue gracias al apoyo del Virrey Antonio Caballero y Góngora que finalmente se pudo realizar.

Pero esos años de espera fueron aprovechados por el científico. Durante ese período se dedicó a la enseñanza, al comercio y a la minería, aparte de la medicina, con el fin de obtener fondos suficientes para dedicarse a la investigación. Estuvo en las minas de la Montuosa, en las cercanías de Pamplona, y en las del Sapo, en las proximidades de Ibagué. En ninguno de los dos casos logró tener éxito económico, sin embargo, introdujo, junto con su socio Juan José D’Elhuyar, el método

añossin el expedicionario

Si la vida y obra de Mutis no nos inclinan

una profunda simpatía es porque estamos ya amenazados de una peligrosa dolencia: la arteriosclerosis

del espíritu que hiere a aquellos que han

sofocado en su alma a Don Quijote y van por la vida con paso cansado,

con corazón duro y egoísta”.

Luciano Bernardi

Jennifer Argáez UrregoEl [email protected]

de amalgamación para la extracción de la plata. Con ello aportó a la modernización, en producción e industrialización, de la minería en el Virreinato.

Mutis fue también profesor en el Colegio del Rosario, a pesar de ser considerado un revolucionario. Enseñaba y defendía la teoría de Copérnico, la ciencia moderna, el método experimental, la física y la matemática inspiradas en Isaac Newton y la filosofía natural, ideas no muy acordes con lo que dictaba la escolástica en 1762 y que contradecían las teorías de Ptolomeo. Debido a esto tuvo enfrentamientos con dominicos y agustinos, y después se vio obligado a exponer ante la Inquisición la conveniencia de enseñar dichos saberes.

“Mutis es un sacerdote ilustrado y con ideas liberales que lee libros prohibidos

por la Inquisición y hacen parte de lo que se conoció como el Índice (...) Trae consigo algunos de esos ejemplares que no se conseguían y que, en su mayoría, estaban escritos en latín, y los lee en voz alta con sus discípulos”, cuenta Camilo Escobar, docente de la Escuela de Ciencias y Humanidades de la Universidad EAFIT.

Además de esta práctica sub-versiva a los ojos de la Corona, el gaditano sostiene una correspondencia con ilustrados ingleses, franceses, suecos, italianos y con otros españoles, pues justamente por medio de la medicina es como se produce un impor-tante intercambio de conocimiento.

“Él pone en América una acción ilustra-da como lo es la tertulia. Además funda la II Sociedad Económica Amigos del País en Mompox y la III en Bogotá. Estas eran orga-nizaciones promovidas por el Estado español y organizadas por comerciantes, profesores, clérigos y demás ilustrados interesados en divulgar los nuevos conocimientos”, agrega Escobar.

La Expedición, al inicio, contaba solo con tres personas: Eloy Valenzuela como adjunto, Antonio García como dibujante y Mutis como director. A la muerte de éste, en 1808, el colectivo había crecido a 35 personas entre comisionados, agregados,

Doscientos

“Él (Mutis) pone en América una acción ilustrada como lo es la tertulia. Además funda la II Sociedad Económica Amigos del País en Mompox y la III en Bogotá”.

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pintores y dibujantes. Todos ellos habían alcanzado a recorrer casi 8.000 kilómetros. Cartagena, el río Magdalena, Mariquita, Honda, Santafé, Santander, Tolima, la mesa de Juan Díaz, Guaduas y el páramo del Ruiz fueron algunos de los escenarios.

La MutisiaAntes del inicio de la Expedición Botánica, el máximo investigador de las ciencias naturales era Carlos Linneo, un naturalista sueco que había diseñado varios sistemas de clasificación para ordenar los reinos de la naturaleza. En el caso de las plantas utilizó un sistema sexual, estableciendo 24 clases determinadas por el número de estambres y carpelos, y con base en otras características de la flor.

Estos conocimientos fueron traducidos e introducidos a España por Miguel Barnades, director del Jardín Botánico de Madrid, y utilizados para enseñar la botánica. Entre los aprendices de este sistema se encuentra Mutis, quien lo adopta como modelo para orientar la Real Expedición Botánica.

Un hecho importante a favor de la investigación fue el intercambio epistolar que se dio entre José Celestino Mutis y Carlos Linneo, gracias a Juan Jacobo Gahn, cónsul de España en Cádiz. En uno de los envíos que realizó el español incluyó una planta que presentaba una combinación de características tan particulares que, según Santiago Díaz Piedrahíta, presidente de la

Academia Colombiana de Historia, en el documento digital llamado La Expedición Botánica, Linneo al verla exclamó:

“¡Jamás he visto una planta tan particular!, su flor es de singenesia, presenta zarcillos, las hojas son compuestas y tomentosas, el hábito es de clemátide; ¿quién había visto una planta semejante en este orden natural?, la llamaré Mutisia y su nombre inmortal el tiempo no lo podrá borrar”.

Dicha frase hizo célebre a Mutis, y la planta se convirtió en el emblema del movimiento explorador. En uno de los 50 volúmenes iconográficos publicados por el Real Jardín Botánico de Madrid, denominados Flora de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada, aparece un dibujo policromo y esquemático de la Mutisia, elaborado por Salvador Rizo, en el que se representan las iniciales JCM.

El pintor saca del agua una rama con flores y frutos, toma los datos, hace un análisis anatómico, realiza el esquema de la planta y lo colorea, primero las flores y luego algunas hojas. El resultado es una acuarela de medio pliego a la que luego se le hace una copia monocromática en negro y un análisis de la fructificación.

Este proceso, muy artesanal por cierto, era el que realizaban los artistas de la Expedición y aprendían quienes se vinculaban a la escuela de dibujo propia, única y gratuita de este movimiento botánico. Asunción del diseño, esquemas y dibujos anatómicos,

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“Mutis fue un maestro. Me atrevería a de-cir que la Expedición Botánica fue una ex-presión de mundialización porque con ideas, con una mirada cosmopolita de viajero y no de turista, y con un pensamiento que no se circunscribe en lo local logró demostrar que las fronteras son artificios que los humanos nos hemos inventado para encubrir egoís-mos y búsquedas individuales”, expresa el profesor Maya.

Doscientos años atrás, el 11 de septiem-bre a las tres de la mañana, murió el precur-

fidelidad del color y de las proporciones, descripciones detalladas y manejo de las acuarelas era lo que debían dominar los pintores y dibujantes.

Importantes personalidades de la ciencia, la política y la cultura de la naciente república, como Diego de García, Pedro Fermín de Vargas, Francisco Antonio Zea, Jorge Tadeo Lozano, Francisco José de Caldas, Sinforoso Mutis, Francisco Javier Matís, entre otros, participaron también del proyecto que, más allá de tener intereses científicos, serviría como evaluación social, política y económica para la Corona Española.

Y es que, precisamente, el contexto ame-ricano de la época (revolución de los Comu-neros en la Nueva Granada y de las colonias inglesas en América del Norte y la rebelión de Tupac Amaru en Perú) y los acontecimientos en Europa (desarrollo de la geopolítica, la lucha ideo-lógica en torno a América Latina entre España y otras potencias, y el de-sarrollo de las ideas ilus-tradas, entre otros) obligó a la metrópoli a acatar lo expresado por Antonio de Ulloa en 1772: particulari-zar el conocimiento botá-nico, minerálgico, social y cultural de cada una de las colonias aumentaría los ingresos de España. Así, la manera de lograr ese objetivo era la fundación de reales expedi-ciones botánicas en dichos territorios.

“El siglo XVIII se podría identificar funda-mentalmente como el de las revoluciones en el orden de las estructuras mentales y en el campo de los imaginarios y aspiraciones colectivas de muchos pueblos (...) Hubo un ambiente de entusiasmo colectivo, de aper-tura mental y de ideas de liberalización”, dice Adolfo León Maya, profesor de EAFIT, alu-diendo a hechos como la Ilustración y las Re-formas Borbónicas, entre otros, que tuvieron un eco importante en la situación social, polí-tica y económica de las colonias.

“Las élites locales tuvieron una relación de conflicto y a la vez de complicidad con la

Corona. De conflicto porque con esas re-formas el Estado ejercía un control sobre ellos que antes no tenía, pues había per-mitido una autonomía administrativa que les daba muchos beneficios propios. En ese aumento del control, que venía ligado a la centralización del Estado, nuevas éli-tes compuestas por oradores o fiscales lle-garon a dominar, así España advirtió que no debía dejar mucho tiempo a los dirigen-tes porque empezaban a gobernar por sí mismos y no enviaban lo recolectado por los impuestos”, explica el profesor Camilo Escobar.

Por eso, el objetivo de las expediciones botánicas era inventariar desde las especies de flora y fauna hasta las condiciones de las poblaciones. La primera que se creó fue en el

Perú y Chile (1777), más adelantea se realizó la de México (1785), luego la de Filipinas (1789) y por último la de Guan-tánamo, Cuba (1796). Fueron dirigidas por Hi-pólito Ruiz, los científicos Sesse y Moziño, Juan Cuéllar y Manuel Goldó, respectivamente. Solo la de Nueva Granada (1782) no fue planeada desde España, sino por el Virreinato en Améri-ca. Tampoco salió de la Península ni regresó a ella, pues solo a partir de

1953 se inició la publicación. Mutis tenía influencias fisiocráticas, por

ello sus motivaciones giraban en torno a la formación de un herbario, a la comercialización de varios productos naturales y a la creación de un estanco de quina, tipo de planta que se convirtió en casi que su obsesión, pues conocía las ganancias que se podrían obtener de ésta: estudió las virtudes terapéuticas de cuatro variedades. Los resultados de su estudio los escribió en su única obra científica terminada: El Arcano de la Quina, publicada por entregas en el Papel Periódico de Santafé de Bogotá; gracias a éstas la Quinología mutó de ser un sistema empírico de yerbateros indígenas a convertirse en ciencia.

“La Expedición Botánica fue una expresión de mundialización porque con ideas, con una mirada cosmopolita de viajero y no de turista, y con un pensamiento que no se circunscribe en lo local logró demostrar que las fronteras son artificios que los humanos nos hemos inventado para encubrir egoísmos y búsquedas individuales”.

sor de la Expedición que más duró, que contó con más dinero para desarrollar su activida-des, la única que tuvo una escuela propia de dibujo, la que dispuso de más herbolarios y más oficiales de pluma, y la que menos resul-tados dio a conocer, por lo que se le restó va-lor científico. Pero, sobre todo, la que mayor trascendencia tuvo en el destino político de la región en la que actuó. Sus formas de pen-samiento lograron que sus seguidores fueran decididos sostenedores de la causa de la In-dependencia. e

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Movilidad de estudiantes y de profe-sores. Unos y otros cruzan el océano, traspasan fronteras, comparten conoci-miento. El pasaporte es el saber.

Esa es la tarea de Erasmus Mundus, una iniciativa que nació del seno del Eu-ropean Community Action Scheme for the Mobility of University Students (Erasmus, por su sigla en inglés) y en homenaje, de paso, al filósofo Erasmo de Rotterdam.

En un principio, este programa de cooperación era solo para los univer-sitarios del viejo continente, pero des-de 2004 se extendió a más países, al crearse Erasmus Mundus, una idea de alcance mundial, como ellos mismos lo definen en su página web.

Este movimiento, que cuenta con el apoyo de la Comisión Europea y que tie-ne como objetivo mejorar la calidad de la educación superior de este continente y favorecer la comprensión intercultural gracias a la cooperación con terceros paí-ses, destinó una partida de 230 millones de euros para un período de cinco años (2004-2008) y más de 66 millones de euros para becas destinadas a los ciuda-danos de fuera de Europa. El programa también pretende afianzar los vínculos internacionales.

Hasta diciembre de 2006, según da-tos publicados por Erasmus, se habían concedido 2.300 becas a estudiantes y 400 a profesores. En ambos casos Bra-sil figura como uno de los países con mayor participación.

Entre 2004 y 2007 se crearon cerca de 80 programas de posgrado Erasmus Mundus en diferentes disciplinas: cien-cias agropecuarias, negocios y adminis-tración, comunicación y sistemas de in-formación, educación, entrenamiento de profesorado, ingenierías, tecnologías, geografía, geología, humanidades, len-guas y filosofía, derecho, matemáticas, informática, ciencias médicas, ciencias naturales y ciencias sociales.

“Erasmus está funcionando hace 20 años en Europa y con mucho éxito, porque hay un millón de estudiantes europeos que han hecho sus estudios en otros países. Después la Comunidad

con Erasmus Mundus

Las puertas de

Europase abren para EAFIT

La Universidad, a través de la Maestría en Ciencias de la Tierra del Departamento de Geología, es miembro del programa Erasmus Mundus de la Unión Europea, acuerdo mediante el cual EAFIT participa en el Máster

Europeo en Gestión del Agua y la Zona Costera, con las Universidades de Algarve (Portugal), Cádiz

(España), Bergen (Noruega) y Plymouth (Inglaterra).

Juan Darío Restrepo, Amalia Urrea y Catalina SuárezEl [email protected]

Europea quiso expandir el programa y desarrollar más vínculos con universidades fuera del conti-nente y, por eso, crearon Erasmus Mundus hace cuatro años”, explicó Alice Newton, profesora de la Universidad de Algarve en Portugal y coordinadora del Máster Europeo en Gestión del Agua y la Zona Costera, que hace parte del programa Erasmus Mundus.

EAFIT es miembro de este programa por medio de la Maestría en Ciencias de la Tierra del Departa-mento de Geología, junto con las Universidades de Algarve (Portugal), Cádiz (España), Bergen (No-ruega) y Plymouth (Inglaterra).

Esto significa que estudiantes eafitenses pueden asistir a clases o hacer proyectos de investigación en cualquiera de estas universidades y, por supuesto, que también jóvenes europeos pueden llegar a las aulas de EAFIT. De hecho, ya se espera la llegada de uno de ellos, un español que estará entre octubre y diciembre de este año, según señala Newton. De igual forma, los docentes pueden dar clases en cual-quiera de las instituciones que participan.

Para que exista un Máster Erasmus Mundus es necesario que, mínimo, tres universidades europeas de países diferentes y también con idiomas distin-tos lo acojan, porque es “fundamental” la diversidad cultural de Europa. Pero convertirla en un posgrado intercontinental necesita de una respuesta positiva de instituciones de educación superior de terceros países.

“Yo estaba interesada en proponer una maestría Erasmus Mundus, porque nosotros ya teníamos desarrollada una con 48 universidades europeas y querían transformar esto en Erasmus Mundus y cuatro universidades devolvieron los papeles a tiem-po”, contó la profesora Alice, quien dictó un curso -taller sobre Lagunas Costeras en EAFIT, en abril.

La académica indicó que ya existen cien maes-trías seleccionadas en Erasmus Mundus y todos los años se seleccionan 20 nuevas. Todas están operando y cada una tiene cerca de 20 becarios, es decir unas 2.000 becas anuales “y los colombia-nos se podrían beneficiar mucho de esto porque hay muchas áreas de especialidad”.

Calculó, además, que son más de 200 las uni-versidades que participan en el programa, aunque conocer el total es complicado, porque una sola institución puede participar en varios másteres.

Newton explicó que quienes quieran hacer parte de esta gran red, ya sean estudiantes, docentes o investigadores, deben saber que hay cinco criterios de selección: “Excelencia académica, formación

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apropiada y aplicada, idioma, recomendaciones personales y motivación del estudiante para acceder al programa”.

“Este último es muy importante porque nuestro objetivo es construir una red internacional y no me interesa un colombiano que no quiera retornar a su país a aplicar sus conocimientos”.

El máster en Zonas CosterasAsí como las autoridades del programa Erasmus de-cidieron crear Erasmus Mundus, la oceanógrafa Alice Newton también quiso ampliar el panorama del Más-ter Europeo en Gestión del Agua y la Zona Costera.

“Es una proeza internacional de interacción de la tierra y del océano y en esta red están expertos inter-nacionales (...) Hice la convocatoria a los compañeros del proyecto y a universidades que tenían relaciones en esta especialidad. Enviamos información a todas las instituciones de educación superior y tres respon-dieron bien, EAFIT era una de éstas”.

Fue en 2004 cuando empezó este máster. EAFIT se vinculó al programa Erasmus Mundus en 2006, por medio de un convenio firmado con la Universidad de Algarve en Portugal, institución que coordina el Máster en Gestión del Agua y la Zona Costera. En ese año, Juan Darío Restrepo, del Departamento de Geología, obtuvo una beca Erasmus Mundus para ser profesor invitado de este máster. El docente ya ha dictado cursos en las universidades de Cádiz (España) y Plymouth (Inglaterra) y próximamente lo hará en la Universi-dad de Bergen.

El máster en zona costera recibe cerca de 60 estu-diantes por año, la mitad de ellos de fuera de Europa. No es posible tener más de cinco de la misma nacio-nalidad. “Es nuestra filosofía”, anotó la directora.

Pero, ¿cuál es la importancia de esta espe-cialización? Según comentó la profesora Alice,

las zonas costeras son de las más vulnerables por los cambios globales, no solo climáticos, sino también de-mográficos.

“Ahora hay mucha gente que está saliendo de las zonas interiores de los países para vivir en las costas (…) en-tonces hay cambios de usos de la cos-ta, crecimiento económico y las zonas costeras son muy vulnerables”.

Agregó que, aunque hay muchos es-tudios sobre estos lugares, este conoci-miento no se ha aplicado y las personas que toman las decisiones en el manejo costero en general no son especialistas, ni expertos, ni están bien informados.

“Pueden ser arquitectos, geógrafos, ingenieros ambientales o de construc-ción civil, pero no tienen una multidisci-plinariedad, entonces miran para la costa y solo observan su especialidad, no es la visión integral. Y el manejo costero tiene que ser integral, porque es una zona de usos múltiples y múltiples presiones”.

Por eso, argumentó, decidió crear este máster para formar personas con sensibilidad multidisciplinaria.

Aunque la zona costera de Antioquia no es muy extensa, la maestría también es pertinente para la región, pues, como ase-guró la experta, las decisiones tomadas en este departamento pueden tener efectos en otros lugares. “Cuando tenemos ríos que pasan por muchas regiones o países, como en Europa, es importante tener un manejo coherente en cada lugar”.

Y en este propósito EAFIT quiere aportar su conocimiento.

Alice Newton es profesora titular del De-partamento de Química de la Universidad de Algarve en Portugal. Obtuvo su doctora-do en Oceanografía Química en la Univer-sidad de Wales. Actualmente ocupa varios cargos en su país y en otros: coordinadora del Máster Europeo Erasmus Mundus en Gestión del Agua y de la Zona Costera, pre-sidenta del consejo científico de dirección del Proyecto Global sobre las costas y los ríos (Igbp-Loicz), investigadora del Institu-to Portugués de Investigaciones Marinas (Imar) y del Centro Ambiental de Investiga-ción Química (CMQA), profesora invitada para cursos de lagunas costeras en uni-versidades europeas como Wales, Bergen, Cádiz, Portsmouth y Gdansk.

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¿En EAFIT hay abogados? Era la pregunta frecuente y sí, también incrédula, que les hacían muchos empresarios a profesores y directivos de la Escuela de Derecho, cuando la Universidad empezó a ofrecer los primeros practicantes de este pregrado.

“Fue difícil convencer a las organizaciones para que aceptaran a los estudiantes y muchas personas tuvieron que intervenir”, recuerda José David Posada, docente del área de derecho procesal y asesor de práctica de la Escuela.

Pero muchos de estos jóvenes tuvieron un desempeño tan bueno que, luego de culminar su período de práctica, los contrataron, como sucedió en Bancolombia, Pintuco, Fenalco, Suramericana de Seguros, Banco de Occidente, entre otras.

Los primeros en concebir la creación de una Escuela de Derecho fueron Hugo Alberto Castaño y Juan Carlos Gaviria, quienes venían hablando de esta posibilidad, pero querían que fuera diferente a las que existían en la ciudad.

“Pensábamos que era casi irrealizable hasta que una vez me encontré con Juan Diego Vélez, le conté de la iniciativa y unos meses después, cuando lo nombraron como Secretario General de la Universidad, me llamó y me dijo que le interesaba la propuesta. Entonces, de inmediato, empezamos a trabajar en el plan y en el diseño académico del programa”, cuenta Castaño.

Presentaron el proyecto ante el Consejo Superior, que en una reunión el 17 de junio de 1998, dio el aval para su creación. “Al principio había dudas, pero luego entendieron que iba a ser un programa diferente a los que ya había porque su plan de estudio incluía asignaturas de economía y una fundamentación fuerte en la teoría del derecho”, agrega Castaño, quien en la actualidad es el decano de la Escuela de Derecho y secretario general de EAFIT.

Al año siguiente iniciaron las labores académicas y fue nombrado Juan Diego Vélez como primer decano, quien asumió el

egresanDe EAFIT también

abogadosLa Universidad no solo gradúa administradores

e ingenieros. La Institución se ha abierto a otras áreas del conocimiento. En 1998, por

ejemplo, el Consejo Superior creó la Escuela de Derecho, que inició clases en el primer

semestre de 1999 con 78 estudiantes.

Paula Andrea Sánchez VelásquezEl [email protected]

reto de competir con otras universidades que gozaban de gran tradición en el medio.

Sebastián Naranjo Serna hizo parte de la primera promoción. “Había una Escuela muy buena, que todavía no estaba muy consolidada, pero se fue construyendo sobre la marcha”. Incluso reconoce que al principio, cuando decía que estudiaba Derecho, la gente también lo miraba con asombro y le decía: “¿Abogado de EAFIT? ¿Allá no son

administradores?”Y agrega que desde en-

tonces ha habido muchos cambios que han permitido fortalecer el pregrado con una mejor estructura lo-gística, más profesores de tiempo completo y un con-sultorio jurídico.

Alexandra Ocampo, otra estudiante y actual aboga-da de la Universidad, afirma que tenían mucha expecta-tiva cuando salieron al me-dio los primeros practican-tes y profesionales.

“Todos estábamos pendientes de su ocu-pación laboral y fue muy bueno ver que eran muy apetecidos en el mercado. Eso nos dio mucha más seguridad”.

Los profesores: un logroAdemás de la acogida en el medio, otras fortalezas de la Escuela de Derecho, que destacan los primeros estudiantes, son la planta docente integrada en su mayoría por profesores de tiempo completo y la filosofía de no recibir a más de 90 alumnos por año.

“No ha buscado masificarse sino escoger unos pocos y hacerlos los mejores. Que entren poquitos, pero que tengan la mejor formación posible”, dice Sebastián, quien en la actualidad es profesor y asesor del Consultorio Jurídico. El actual Decano también reconoce esta cualidad y señala que desde la fundación del programa se estableció que no iba a ser masivo.

Así, el pregrado cuenta con una relación de un profesor de tiempo completo para 22 estudiantes, “pero entre nuestros objetivos inmediatos está el llegar a 17 alumnos por docente de tiempo completo porque nos

En la historia de este departamento académico, que está próximo a cumplir la primera década, ya hay logros visibles. Uno de estos ha sido el buen desempeño de los estudiantes en el Examen de Calidad de la Educación Superior (Ecaes), no de manera esporádica sino continua.

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La Escuela, de igual forma, espera lograr para el pregrado la acreditación de alta calidad en los próximos meses y avanzar más en investigación aunque en este campo ya se ha dado pasos importantes.

hemos dado cuenta de que ese es un factor muy importante, que ha permitido que la conversación entre estudiantes y profesores sea directa y personal, lo que redunda en la calidad académica”, expresa Castaño.

Otra ventaja para Alexandra es que la Es-cuela ha logrado desmitificar que los aboga-dos solo sirven para memorizar las normas. “La libertad y el respeto por el pluralismo hacen que el egresado eafitense no sea de carácter salvador o reparador cuando el daño ya está hecho, sino que hemos ido creando la cultura de que el aboga-do es quien debe prevenir los posibles conflictos ju-rídicos, es un profesional conciliador y que utiliza el derecho para prevenir y no resarcir después”.

En la historia de este departamento académico, que está próximo a cumplir la primera década, ya hay logros visibles. Uno de estos ha sido el buen desempeño de los estudiantes en el Examen de Calidad de la Educación Superior (Ecaes), no de manera esporádica sino continua. Según el Decano, todas las promociones que han presentado la prueba han quedado muy bien ubicadas, por encima de universidades de muchísima tradición en esta carrera.

“Aunque este examen no es el único indicador de calidad sí es uno bastante importante”, opina Castaño y cuenta que otro éxito es contar con egresados trabajando en la Corte Constitucional, la Corte Suprema de Justicia y el Ministerio de Relaciones Exteriores.

En la actualidad, comenta, hay estudiantes que tienen la posibilidad de hacer su semestre de práctica en la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y otros que han pasado por las Naciones Unidas (ONU) y la Organización de Estados Americanos (OEA). “Entonces podemos ver frutos de manera anticipada”.

Hacia la maestríaPero esos logros no dejan olvidar que la Escuela de Derecho de EAFIT todavía es joven y que uno de los objetivos centrales es fortalecer su pregrado.

Los directivos también son conscientes de que los posgrados son una necesidad de las universidades de tercera generación, y estos han surgido de “manera muy particular, ahora tenemos dos vigentes”, argumenta Castaño. Por eso uno de los proyectos previstos para el próximo año

es presentar ante el Ministerio de Educación la propuesta de una Maestría en Derecho de carácter general y con líneas de énfasis para que allí concurran todas las áreas que conforman el programa.

La Escuela, de igual forma, espera lograr para

el pregrado la acreditación de alta calidad en los próximos meses y avanzar más en investigación, aunque en este campo ya se ha dado pasos importantes, como los gru-pos clasificados en la categoría “A” de Col-ciencias y las publicaciones de profesores en revistas nacionales e internacionales.

“Por ejemplo, tenemos docentes que han publicado en el Centro de Estudios Constitucionales de Madrid, donde solo dos colombianos han conseguido este reconocimiento”, dice Castaño.

Estos y otros avances han permitido que la Escuela de Derecho de EAFIT cada vez tenga más reconocimiento por fuera de la Universidad y, como expresa Sebastián Naranjo, ahora la gente reconozca que la Institución está haciendo una buena carrera de Derecho.

¿En EAFIT hay abogados? Sí, ya han egresado más de 130 y en sus aulas están en formación otros 360 estudiantes. e

cetroUnapluma

contra unUna reflexión acerca del

ser y el deber ser del periodismo de opinión,

un género polémico, pero muy leído. ¿Narrar, acusar, juzgar, cuál es la tarea?*

Pascual GaviriaPeriodista y [email protected]

En 1890 Oscar Wilde se dolía del momento en que a un hombre original se le dio por llamar al periodismo “el cuarto Estado”, en oposición a los poderes ejercidos por los príncipes de los palacios, los de las iglesias y los del parlamento. Según Wilde la prensa se había convertido en una tiranía guiada por la dudosa sapiencia de la “opinión pública”: “En realidad, -decía Wilde- hay mucho más para decir a favor de la fuerza física del público que a favor de la Opinión Pública. La primera puede ser buena. La segunda es tonta... Fue un día fatal aquel en que el público descubrió que la pluma es más poderosa que el adoquín

y puede hacerse tan ofensiva como un ladrillo. De inmediato buscaron al periodista, lo encontraron, lo desarrollaron e hicieron de él un industrioso y bien pagado sirviente. Es muy lamentable, para ambas partes. Detrás de la barricada puede haber mucha nobleza y heroísmo. Pero, ¿qué hay detrás del artículo de fondo sino prejuicio, estupidez, hipocresía y disparate? Y cuando estos cuatro se unen constituyen una fuerza terrible y se transforman en la nueva autoridad”.

Wilde estaba azuzado por una prensa que comenzaba a hurgar las vidas privadas y por una audiencia que consumía con

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Según Wilde la prensa se había convertido en una tiranía guiada por la dudosa sapiencia de la “opinión pública”: “En realidad, -decía Wilde- hay mucho más para decir a favor de la fuerza física del público que a favor de la Opinión Pública.”

gusto las confidencias de salón. El linchamiento moral, el juicio promedio sobre las obras de arte y la necedad de las opiniones mayoritarias que la prensa reproducía le provocaban un fastidio que rayaba con el temor. La prensa era sinónimo de multitudes por el camino equivocado. Pero no había quién le negara su cuota de poder, sus habilidades para el chantaje de todos los días. Tal vez haya sido una frase de combate de Voltaire, durante su pleito con Federico El Grande, su antiguo discípulo y mecenas, la que prestó arrojo suficiente a los periodistas para intentar lucir una corona y una espada. “Yo no tengo ningún cetro, pero tengo una pluma”, declaró el francés dispuesto a enfrentar un emblema con un águila.

En nuestros límites y nuestras pendencias el panorama no era muy distinto. Por la misma época que Wilde hablaba de la tiranía del perio-dismo, Miguel Antonio Caro se quejaba de la “absoluta libertad de prensa caimanesca” y pinta-ba al Presidente de la República como un permanente “reo pues-to en la picota”. Su pelea era contra los llamados “gamonales de la pluma” quienes según su versión incubaban el odio y los pleitos personales. En la tácti-ca y la estrategia de ese eterno combate los columnistas de opinión han sido asig-nados a la primera fila, al regimiento más fiero y más obstinado.

Ahora creo que esa posición de vanguardia que exige valentía e insolencia, desconfianza e ironía, ínfulas y obsesiones, ha terminado por atentar contra la credibilidad del regimiento de opinadores. Contra sus decisiones y su tono. Y en ocasiones contra la salud mental de algunos de los reclutas.

El miedo a ser considerados instrumentos del poder político o económico, las ansias de ser un lastre que nivele la balanza de fuerzas, una supuesta perspicacia negra y la tentación de superioridad moral han convertido muchas veces al columnista -incluido este columnista- en un censor monotemático, un pesimista compulsivo, un compositor de frases para el descalabro nacional. O mundial si es el caso. Entonces es fácil terminar escribiendo en contra de todo lo que pasa y dedicar los turnos semanales a un distinto gazapo de gobierno. O al mismo, en el peor de los casos. Se corren los riesgos del “oponente

profesional” del que hablan algunos cínicos. Christopher Hitchens, periodista imprevisible que desde hace un tiempo se puede leer en El Espectador, señala en su libro Cartas a un joven disidente como es de fácil gastar la pluma en el mismo juego y pasar del “chico malo” al “cascarrabias”. Me parece imposible no pensar, con el respeto debido, en Alberto Aguirre, por ejemplo. Y por qué no, en Alfredo Molano. Hitchens nos dice que en Nueva York era famosa una pandilla de intelectuales repetitivos a los que llamaban “el rebaño de mentes independientes”.

Erigirse en contrapoder puede signi-ficar una costosa renun-cia, la adopción de una contracara de gobierno que comienza a fatigar tanto como el vocero palaciego de turno. En un comienzo el lector va hasta el final de la entrega de su corres-ponsal de cada semana y se queda con la extra-ña sensación del déjà vu; más tarde, a medida

que se acumulan las semanas, el pri-mer párrafo lo hace intuir la conclusión y gozar con su supuesta perspicacia o con la mueca aprendida de quien le hace un guiño desde la página; luego el título y algún calificativo para el man-damás lo hace seguir entre aplausos la certeza de la ruta o avanzar indignado ante el mismo paisaje; por último el lec-tor asistirá piadoso a la oración semanal en forma de diatriba o leerá el maldito discurso con el gusto y la indignación del masoquista. Sobra decir que mu-chos lectores simplemente se alejan del camino, se aburren de tanto repetir itinerario. Cuando una columna se con-vierte en un alegato que sólo sirve para reiterar la “verdad” a unos súbditos o provocar con un punzón a los ateos de turno, se ha renegado del más valioso de los secretos de cualquier escritura: la sorpresa. En el oficio del que habla cada ocho días son importantes la in-

Posada Carbó nos hace una invitación a pensar en un concepto de nacionalidad que pueda desligarse de la cantaleta del país enfermo y homicida. Su reflexión es un buen punto de partida para identificar nuestros males verdaderos.

constancia, la complejidad, la fuga. Se podría decir que en la variedad está el poder. Hace poco, buscando en Internet una cita del poeta Pedro Salinas, me encontré con la frase de un homónimo periodista peruano. El Pedro Salinas de la redacción en Lima decía con firmeza que “el columnista es a la política como el DDT a las cucarachas”. Me hizo pen-sar en la cantidad de veneno que hay en las columnas, en las dosis repetidas que se en-tregan cada semana y que muchas veces sólo ayudan a la intoxicación.

Pero la repetición no es el más grave de los defec-tos. Los monotemáticos tar-de que temprano terminan creando un pequeño tribu-nal y ya no sólo juzgan al poder que se ejerce desde el Estado, sino a la indolen-te sociedad que lo mira con reverencia o temor o simple displicencia. Muy rápido se cae en una especie de fanatismo de la indignación. Y para terminar se recurre al mesianis-mo que tanto se ha criticado. Pienso en Claudia López dictándole al Fiscal Ge-neral una pequeña cátedra sobre dere-cho penal, alentada por su valor moral. Prefiero a los periodistas que miran con

desconfianza a todos los poderes, a lo que en ellos hay de orgullo y de audacia irresponsable, que a los que glorifican un pedestal para rebajar a otro. Tal vez Ambrose Bierce sea el ejemplo extremo de ese cinismo contra los grandes hombres. Según él, detrás de los héroes no hay más que “idiotas des-concertados que hacen cosas sin sentido”.

Un reciente libro de Eduardo Posada Carbó, excelente prueba de la compulsión de repetición de los escribanos locales, muestra como nuestras

opiniones pueden terminar com-poniendo un retrato miserable y trágico de la realidad, una leta-nía en contra del país que en la letra de Fernando Vallejo puede ser una delicia, pero que en las dosis de los columnistas es casi siempre un tic. Ya no se trata de cuestionar el poder político sino de azotar la realidad colombia-na, la sociedad en general, con más furia que celo. Los epítetos de sociedad enferma, endémi-camente violenta, dueña de una sevicia particular, con metástasis

irreparable se repiten como una especie de alarma descontrolada. Posada Carbó nos hace una invita-ción a pensar en un concepto de nacionalidad que pueda desligarse de la cantaleta del país enfermo y homicida. Su reflexión es un buen punto de partida para identificar nuestros males verdaderos, para pensar en las culpas ciertas y no en cantos gene-rales a nuestra maldad general. Nada peor que un

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iónpaís que se autoflagela en el interior mientras se

disculpa con aires patéticos en el exterior. La na-ción soñada, el libro de Posada Carbó al que me refiero, es una demostración de que las columnas pueden ser simplemente una colección de diag-nósticos desesperados. Fue Milton Friedman quien dijo que un hombre más una opinión fundada supe-ra en votos a la mayoría.

Posada Carbó me ha convencido de que las columnas verdaderamente poderosas son las que logran sacar a la gente de los extremos y los dog-mas para entregarle puntos ciertos sobre los que se puede discutir. El columnista tiene el desafío de lograr que sus lectores abandonen algunos co-modines aptos para estancar toda discusión. Por ejemplo, hablar de las grandes culpas del estable-cimiento -esa palabreja tan hueca y tan torva- para perpetuar la pobreza o im-pedir la paz, no aporta más que un demonio indefinido a quien señalar. Lo importante será reconocer la existencia de unas instituciones, enmar-carlas dentro de un contexto y una tradición, y lograr en-lazar uno o dos argumentos sobre sus avances o sus retrocesos. Posada Carbó llama “déficit de deliberación democrática” a nuestra inca-pacidad para discutir más allá de las convicciones extremas e indefinidas, de las culpas generales y las condenas cuasiliterarias.

Pero dejemos a un lado las teorías y hablemos de algunos gustos. Los columnistas que busco con avidez, los que tienen el poder de llevarme hasta su página antes que a los deportes, son aquellos que pueden renegar de sus creencias y sus certezas, aquellos que dan bandazos ante los bandazos que impone la realidad. Los columnistas que se atreven a traicionar al bando que ya los había elegido como voceros. Muchas veces esos cambios de dirección implican reconocer una sutileza que no había sido advertida o aceptar la derrota de una idea que creíamos imbatible o la falsedad de un pálpito entrañable. Esos columnistas son siempre los menos militantes, los más lejanos a las generalizaciones y los más cercanos a la lógica del ensayista o el poeta. A los primeros el rigor académico de sus análisis, los hechos, las tozudas curvas de sus cuadros y sus gráficas, pueden obligarlos a hablar en

contra de sus opiniones anteriores. Para los segundos está la mirada que se distrae, que encuentra un nuevo punto de interés y olvida sus antiguas convicciones. La irresponsabilidad de quien no se siente librando batallas ni emprendiendo misiones a la hora de componer una página. Estos son los que pueden escribir con la misma despreocupación de Roberto Arlt en alguna de sus notas diarias: “Seriamente, no creía que le dieran tanta importancia a estas notas. Yo las escribo así no más, es decir, converso así con ustedes, que es la forma más cómoda de dirigirse a la gente”.

Debo decir que también me atrae el poder de quienes tienen una preocu-pación especial por el cómo se dice y no sólo por el qué se dice. Eso logra que lea con sonrisa condescendiente algunas columnas de Eduardo Esco-bar sobre el gobier-no Uribe, que en la letra de otro me

harían fruncir el ceño. En este campo me considero un columnista parnasia-no: capaz de sacrificar un mundo de opinión por pulir un verso de periódi-co. Orwell me reprocharía semejante idea, una especie de ruindad lírica. Al-guna vez cuando un editor le reprochó haber ensuciado un buen libro con una cantidad de citas de periódico, el escritor se defendió con la sinceridad de un testigo inquebrantable: “Induda-blemente, ese capítulo, que después de un año o dos perdería su interés para cualquier lector corriente iba a estropear el libro, pero tuve que ha-cerlo. Yo sabía que muy poca gente en Inglaterra había podido enterarse de que hombres inocentes estaban siendo falsamente acusados”.

Orwell se refiere a asuntos mayores, ejecuciones de troskistas durante el reinado de Franco. Por mi parte hablo

de pequeñas licencias, de renuncias a lo político para intentar retratos más propios, de autor, por decir algo. Por ejemplo, el año pasado visité el basurero de Moravia como periodista, con una cámara a la espalda para dar sobre el morro más infame de Medellín. Estábamos en vísperas de elecciones y con un candidato que intentó un desalojo y otro que participó en un proceso de reubicación concertada, era lógica y hasta deseable una comparación de métodos. Pero pudieron más las imágenes de la visita a los callejones, la pequeña historia del basurero, las areperías, los incendios, la vieja estación del tren, la nueva Terminal de buses al pie del morro. Se impuso la mirada del visitante conmovido sobre la del columnista comprometido. Pero me consolé pensando que el político no me había impuesto la manera de contar mi pequeña historia. Además, había suficiente basura como para sumar un poco más al morro de Moravia.

Esa toma de partido por la simple descripción, por una especie de natura-lismo que recurre a la cotidianidad antes

Los columnistas que busco con avidez, los que tienen el poder de llevarme hasta su página antes que a los deportes, son aquellos que pueden renegar de sus creencias y sus certezas, aquellos que dan bandazos ante los bandazos que impone la realidad.

que al discurso ideológico o al señalamiento políti-co, me hace pensar en Yoani Sánchez, la cubana que ganó el premio Ortega y Gasset de periodismo digital. Su Blog, Generación Y, no es más que una colección de relatos cortos en el agromercado, el bicitaxi, el estadio latinoamericano, en la casa fren-te a la televisión o en la escuela frente al profesor de su hija de primaria. En Cuba, donde todos los discursos públicos están cerca de cumplir 50 años de uniformidad, donde lo que se conversa en el bus es una verdad transgresora e impúdica para estar en el papel o en las pantallas, el poder de esos re-latos cotidianos es más fuerte que cualquier diatriba contra el régimen. La posibilidad de leer pensamien-tos compartidos y repasar rutinas se convierte en la mayor provocación para un gobierno acostum-brado a jugar a la irrealidad. Me encantó esa crítica dulce y frontal, esa verdad de caminadas diarias y problemas en el consultorio odontológico, narrada con humor y con esperanza. Tal vez nuestro poder no se vea tan desamparado frente a esas memorias del subdesarrollo, pero de verdad que le convendría ese reto del día a día en vez de tanto discurso sobre la gobernabilidad, la popularidad, el cohecho por dar u ofrecer y la parapolítica. ¡Cuánto extraño un perio-dismo que narre más y acuse menos! e

*Discurso en la presentación de los Premios Simón Bolívar, que se realizó en EAFIT.

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Como radiografía de un espíritu nacional visto desde el arte, la exposición que realizó Suramericana de Seguros puede considerarse como una gran retrospectiva que se ha hecho en la ciudad. Comprendió casi dos años de trabajo y se exhibió entre noviembre de 2007 y julio de 2008. Durante este periodo de tiempo, la muestra se dividió en dos partes por razones temáticas y de organización de las obras seleccionadas.

Bajo la curaduría de Alberto Sierra, esta exposición tuvo varios objetivos: averiguar por los orígenes de la abstracción en Colombia, así se hizo presente y explícita la tutela de Marta Traba; indagar por las influencias recibidas de afuera; y buscar las primeras obras de aquellos que se consideran maestros de esta corriente en el país, como Eduardo Ramírez Villamizar y Edgar Negret, entre otros.

Otra intención investigativa y curatorial fue la de indagar por los orígenes de la abstracción en Antioquia. Se ha dicho que tal corriente no se vivió con la misma intensidad en esta

en concretoLa abstracción,

Suramericana de Seguros organizó una retrospectiva en torno a la historia del arte abstracto en Colombia.

Para esta muestra se recogieron casi doscientas piezas pertenecientes a colecciones privadas y públicas del país,

todas ellas obras representativas de su época.

María del Rosario EscobarCoordinadora Extensión [email protected]

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región como en otras del país, especialmente en Bogotá. Y aunque esto es cierto, se presentaron obras de pintores como Elías Zapata y Antonio Mesa Jaramillo, ambos arquitectos de profesión, que dejaron huella en el urbanismo de la ciudad, a pesar de que su trabajo plástico se considera apenas una anécdota dentro de su hoja de vida. Las familias de ambos conservan con orgullo los cuadros que tempranamente pintaron, y bien vale la pena indagar acerca de estos personajes y su mirada como pintores.

Dentro de una visión amplia, la curaduría también contempló la inclusión de nombres que hicieron parte del grupo de artistas abstractos cultores de la tendencia y de cuya obra apenas se hacen importantes revisiones en este país, entre ellos Judith Márquez, Beatriz Daza y Cecilia Porras.

Otro aspecto relevante de la primera parte de la muestra fue la reunión de piezas importantes dentro de la historia de la pintura en Colombia, y que re-posan en colecciones públicas en diversos museos de arte moderno. Así, se lograron reunir casi cien obras, entre cuadros y esculturas del Museo de Arte Moderno de Cartagena, Museo de Arte Moderno del Tolima, Museo de Arte Moderno de Bucaramanga, La Tertulia en Cali, Museo de Arte Moderno de Bo-gotá, Museo de Arte Moderno de Medellín, Museo de Antioquia y coleccionistas privados.

Jorge OrtizS.T.

Químicos fotográficos sobre papelColección particular

Camilo C. EchavarríaTorsos

Óleo y tinta sobre papel y telaColección Suramericana de

Seguros

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Otra intención investigativa y curatorial fue la de indagar por los orígenes de la abstracción en Antioquia. Se ha dicho que tal corriente no se vivió con la misma intensidad en esta región como en otras del país, especialmente en Bogotá.

Este hecho evidencia la calidad logística y administrativa que una empresa como esta comporta y el gran acontecimiento que significa ver obras vistas en libros y que rara vez es posible reunirlas en un diálogo de tiempo y pensamiento.

Para la segunda parte de la exposición, dedicada a los años setenta y hasta ahora, la multipli-cidad de figuras y orientaciones se hizo explícita. Herederos de Car-los Rojas, unos, otros seguidores del arte abstracto geométrico, en todos se aprecia un afán por la ex-ploración del color y las formas sin buscar referentes con la realidad.

La fotografía, nuevamente, se hace presente en la pintura, a través de su influencia. En este caso, la contemporaneidad, según Rosalind Krauss, le ha permitido el alejarse del referente y concentrarse en nuevas asociaciones entre lo fotografiado y su sentido. De

igual forma sucede en la actualidad con la abstracción, que lucha entre lo formal y lo conceptual, la búsqueda plástica y el mercado.

La reunión de nombres fue exhaustiva: se vuelve a los maestros y se da cuenta de nuevos nombres, entre ellos: Bea-triz Olano, Máximo Florez, Ricardo Cárdenas, Rodri-go Echeverri, Mario Vélez, Jean Gabriel Thenout, Ron-ny Vayda y Jaime Franco.

Así, desde el punto de vista numérico se lograron reunir casi doscientas obras, y se hizo una revisión de la historia de una corriente, de una manera de ver el mundo,

de una distancia con la figuración y una exploración plástica.

Una revisión histórica El arte abstracto es un intento de independi-zar el arte de toda relación con las imágenes de la realidad visual. Se aplica a obras ente-ramente carentes de figuración (espacio real, objetos, paisajes, figuras de seres animados e incluso de formas geométricas si se repre-sentan como objetos reales con iluminación y perspectiva). Se trata de un arte que rechaza la copia o imitación de todo modelo exterior a la consciencia del pintor.

La marcha hacia la abstracción en arte ha seguido dos caminos: por una parte, la for-ma primitiva producida por el gesto, la línea, el ritmo; y por otra, la trama geométrica, la forma regular plana, realizada no con criterio representativo, sino con una directa imposi-ción de los elementos de orden y simboliza-ción del espacio. Así, unos están regidos por la intuición, y otros por la reflexión.

Así, la abstracción representó la más consciente revolución de los propósitos y los

fines de la pintura que se haya consumado desde el Renacimiento. El concepto del arte se desplaza hacia la glorificación del poder creador del hombre, según lo expresó Marta Traba. Por ello, la abstracción es resultado de la racionalidad, es un arte mental, que nace del cálculo, la proporción, la medida y la reflexión de los colores, se apoya en la inteligencia para animar su proceso ordenador.

En los años cincuenta del siglo XX emerge en Colombia el movimiento de la abstracción, pero, para ser exactos, más desde la geometrización de las formas. El contacto de maestros como Eduardo Ramírez Villamizar con las corrientes plásticas de Nueva York, Alejandro Obregón y sus residencias en Europa, y Enrique Grau quien también hizo sus estudios en Estados Unidos y Roma, fueron hechos que terminaron por agitar las salas de exposiciones y los talleres. Entre estos nombres se destaca también el de

Álvaro MarínS.T.

Acrílico sobre lienzo

Édgar NegretPequeña Ofrenda

MúltiploColección particular

Hugo ZapataPicos

PizarraColección particular

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Judith Márquez, pintora caldense, precursora de la abstracción y fundadora de la Revista Plástica, espacio de crítica y revisión de lo que se constituyó en un movimiento moderno para la pintura colombiana.

La crítica, la aparición de figuras como la de Marta Traba, también fueron hechos determinantes en el surgimiento de unos nombres sobre otros, y en la adopción de una idea sobre el arte moderno colombiano. Esta escritora argentina influyó notablemente en el ambiente nacional, a partir de sus escritos que combinaban la buena pluma con el comentario inteligente. Su participación en la fundación del Museo de Arte Moderno de Bogotá, así como su amistad entrañable con la mayoría de los maestros abstractos preponderantes, dibujó el camino inicial que este movimiento tendría a partir de los años cincuenta y hasta su muerte en los ochenta.

El caso de la pintura antioqueña frente a la abstracción, es un tema que se ha revisado en la historia del arte colombiano, pues su incursión se ha visto como algo tímida dentro del panorama nacional. En esta muestra, se indagó por esos valores locales, por la presencia de la arquitectura dentro del abstraccionismo, con el fin de aportar una visión de conjunto que de cuenta sobre los puntos de unión, similitudes y divergencias.

El pintor antioqueño Elías Zapata, quien murió a los cuarenta años en el pináculo de su carrera como arquitecto, después de haber diseñado edificios como el Hotel

Intercontinental y el Aeropuerto Olaya Herrera, logró consolidar una obra pictórica abstracta en la que puede verse la influencia arquitectónica en el lenguaje plástico. Sus obras, texturadas, con una ejecución preciosista, presentan una composición de luces y sombras con un exquisito color.

Sobre Antonio Mesa Jaramillo, arquitectu-ra y pintura están emparentadas en su obra. A la par de desarrollar una intensa actividad

profesional y como docente en la Universidad Pontificia Bolivariana, elaboró una obra plástica suelta, expresionista, con gran capacidad emotiva. En ésta se traduce su espíri-tu desenfadado y sincero. Su testimonio como pintor reivin-dica la pintura como gesto.

La línea divisoria, para esta muestra, la impusieron las bienales de Medellín que propiciaron una puesta en común con el arte moderno

y las tendencias presentes en la década del ochenta.

Luego de esta revisión, la abstracción en Colombia se multiplica y defiende. Podría decirse que este país de pintores aún se apuntala en el lienzo y la exploración del color, como una forma más de narrar su presente, sus ensoñaciones y maneras de sentir.

Con ésta, Suramericana ratificó su compromiso con la historia de la plástica nacional. El resultado de este trabajo se suma a las investigaciones en torno a la fotografía y el paisaje. Es un paso más a una veintena de años en los que la empresa privada se ha comprometido con el patrimonio nacional.

El arte abstracto es un intento de independizar el arte de toda relación con las imágenes de la realidad visual (…) Se trata de un arte que rechaza la copia o imitación de todo modelo exterior a la consciencia del pintor.

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Vista general de la muestra

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Beatriz OlanoS.T.

Acrílico sobre MDF

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Reseña literaria

huella de la historia grecorromana

La arquitecturade Marco Vitruvio,

Las bases con las que se edificaron las grandes obras del Imperio Romano están registradas en Los diez libros de

Arquitectura, escrito por el ingeniero romano Marco Lucio Vitruvio Polión. La Sala Patrimonial de EAFIT tiene un

ejemplar de este libro reeditado en el siglo XVIII.

Juan Carlos Restrepo A.El [email protected]

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A descubrir, explorar

y asombrarseNo son grandes científicos, pero a través

de los presemilleros de investigación cerca de 180 niños se acercan a la

robótica, la biónica, el mejoramiento de procesos, la economía, la literatura, el medio ambiente, las culturas de otros

países y la física celeste.

Catalina Suárez RestrepoCoordinadora Información y [email protected]

Los diez libros de Arquitectura, escrito aproxima-damente entre los años 35 y 25 antes de Cristo por el escritor e ingeniero romano Marco Lucio Vitruvio Polión, es el único texto de arquitectura de la Antigüedad Clásica que aún se conserva en algunas bibliotecas del mundo. En éste se tratan las técnicas de construcción, decoración, hidráulica, mecánica, y mate-riales usados en las antiguas edificaciones romanas.

En su época, Vitruvio ya apli-caba a las construcciones las ca-racterísticas de firmeza, utilidad y belleza, consideradas como los tres principios de la arquitectura moderna. A ellos hace referencia en el libro al describir las técnicas de distribución, proporción y orden arquitectónico con un debido uso de materiales idóneos en procura de lograr un costo menor en las construcciones, condiciones que le sirvieron como referencia para trabajar para el Im-perio Romano durante los mandatos de los emperado-res Julio César y Augusto, precisamente en el tiempo en que construyó la Basílica de Fanum en la ciudad de Ordona en Italia, su única obra conocida a través de la historia.

El texto completo de Los diez libros de Arquitec-tura se reeditó en 1486, como material de apoyo para los artistas del Renacimien-to. Luego se publicó en diversos países e idiomas, y aún hoy se constituye como una fuente do-cumental insustituible, no solo por los indicios sobre los co-mienzos de la arquitectura, sino por sus informaciones sobre la pintura y la escultura grecorro-mana. El libro ha sido de gran utilidad para arquitectos, filólogos, historiadores y eruditos, quienes se han encargado de enriquecer sus diferentes ediciones con interesantes notas e ilustraciones arquitectónicas. El célebre dibujo so-bre las proporciones del hombre de Leonardo da Vinci, conocido como “Hombre de Vitruvio” está ba-sado en las indicaciones dadas en este libro.

Los tiempos cambian, se transforman y a la vez se perfeccionan las técnicas y los procesos, el estudio de la arquitectura no ha sido la excepción al avance. Mientras que ahora la enseñanza de la

arquitectura se centra en formar a los estudiantes en la academia durante va-rios semestres antes de tener contacto con las construcciones, en los tiempos de Vitruvio, para llegar a ser arquitecto, había que desempeñarse como albañil, ebanista, orfebre o plomero. El aprendi-zaje se iniciaba a los trece años de edad y después de nueve años de trabajo de campo bajo el sol y en medio del barro, los aspirantes a arquitectos presenta-ban una maqueta o pequeña construc-ción a manera de tesis de grado para su aprobación y así poder ser consi-derados como miembros del grupo de arquitectos de la corte. Probablemente de esta manera fue como Vitruvio llegó a construir carreteras, puentes y acue-ductos para el Imperio Romano.

Aunque su biografía es aún difusa, por su fluida prosa parece haber sido un hom-bre culto que poseía un profundo conoci-miento de los escritos griegos y romanos. En la introducción del capitulo siete del libro hay una lista de estas obras, en su mayoría ya desaparecidas. Las reglas es-téticas de la escritura de Vitruvio influen-ciaron en gran medida a los escritores romanos posteriores a su obra.

La Sala de Patrimonio Documental de la Universidad EAFIT conserva un ejem-

plar de 1787 de Los diez libros de Arquitec-tura editado por la Im-prenta Real de Madrid, y traducido del latín por el presbítero Joseph Ortiz y Sanz. Contie-ne dibujos basados en las descripciones del autor y pie de páginas

del traductor, con información aclaratoria sobre cada uno de los temas que trata el libro.

El arte de construir y embellecer edifi-cios ha dejado a través de los tiempos una huella imborrable, vestigio obligatorio para el estudio y análisis arquitectónico. Pieza fundamental para la investigación de los albores de la arquitectura es esta obra, que además ha servido como memoria del acontecer del imperio romano.

El arte de construir y embellecer edificios ha dejado a través de los tiempos una huella imborrable, vestigio obligatorio para el estudio y análisis arquitectónico.

El célebre dibujo sobre las proporciones del hombre de Leonardo da Vinci, conocido como “Hombre de Vitruvio” está basado en las indicaciones dadas en este libro.

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velocidad, capacidad para trepar y destreza de volar con una capa rosada.

Ella y sus compañeros del presemillero de investigación Cuidado del Planeta deciden ser superhéroes del agua pero, para lograrlo, aceptan primero la misión de estudiar este recurso.

Morrales a un lado y sentados en el suelo comienzan la discusión acerca de la importancia del agua dulce para la subsistencia de las personas.

“¡Huy! yo he probado agua de mar y sabe maluca”, dice Cristina, que tiene los cachetes colorados. La afirmación la corroboran las muecas que hace Juan Camilo Gómez Ruiz cuando prueba el “agua de mar” que prepara con un poquitico de sal y que después también se untan en la piel.

En la sala de Audición Mu-sical los niños del presemi-llero de investigación His-torias Creativas, o mejor, el de Pan, leche y galletas, como ellos mismos lo de-nominan, tienen una “im-portante” misión: conectar relatos inventados.

Acostada boca abajo en el tapete, una pequeña de pelo claro con un carné colgado en el cuello, en el que se lee el nombre de Cristina Arango Escobar, empieza un cuento a partir de la palabra gafas: “Ayer me pusieron gafas y me gustaron tanto que a mi hermanito también le pusieron”. “La chocolatina me gusta, pero no me gusta”, continúa Samuel Gutiérrez, quien está a su izquierda en el círculo que forman para estar más integrados.

Es el quinto encuentro de los presemilleros de la Universidad de los Niños y Hernán Ortiz, uno de los mentores, les propone otra palabra para que pongan a volar su imaginación: azul. “Una vez comí tanto, tanto chocolate que me volví azul”, expresa Cristina que juega a cruzar sus pies elevándolos al aire. “Y azul es el mar”, interviene otro de sus compañeros.

¿Qué tal cortinas?, entonces surgen nuevas frases: “Las cortinas de mi casa son naranjadas”. “Las de mi casa son anticuadas, como las de mi abuelita”. Y habla de nuevo Cristina, quien tiene nueve años y cursa segundo de primaria en La Enseñanza: “Las mías son tan bonitas que me paré a mirarlas y se fueron por la ventana”. Algunas risas espontáneas se escuchan.

Y mientras estos pequeños siguen construyendo más y más historias, en un salón ubicado cerca al lago de la Universidad EAFIT, otra Cristina de nueve años, pero de apellidos Restrepo Espinoza, muestra orgullosa el superhéroe que protege el planeta y que dibuja en la primera hoja de su bitácora con todos los poderes a la vista: súper fuerza, súper oído, súper olfato, súper

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Presemilleros de investigación

Un presemillero es un espacio de investigación alrededor de un tema concreto que busca que los niños desarrollen la inquietud por la pre-gunta, amor por el conocimiento y creatividad.

Los presemilleros de investigación para EAFIT son comunidades de aprendizaje de estudiantes y profe-sores, de una o de diferentes áreas, surgidas en el seno de la Universi-dad por el interés en investigación de los actores que los integran y se caracterizan porque tienen como fin básico que los niños involucrados adquirieran competencias que con-tribuyan a su formación integral, a través de la realización de activida-des formativas y de investigación y del intercambio de experiencias con los otros miembros del grupo.

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La voz de la

maderaAlejandro Ruiz y Juan David Forero, dos percusionistas

jóvenes dan cuenta de la evolución de la interpretación de la marimba en Colombia. La sincronización de ambos ha sido tan buena que, incluso, para el concierto en el que participaron en agosto, ensayaron por medio del celular.

María del Rosario EscobarCoordinadora Extensión [email protected]

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Su compañerita Laura Giraldo Restrepo, de nueve años, se aleja del ejercicio para contar que le fascina cuidar el planeta y por eso no tira basuras ni contamina.

La diversión continúa fuera de las aulas. Es el momento del refrigero y también de jugar un rato. Corren a los policías y ladrones, otros simu-lan estar en la playa y se entierran en las piedras de uno de los jardines, y unos cuantos más can-tan algunas canciones de moda.

Robóticos, ingenieros y másLuego de media hora de descanso, los 184 niños que este año participan en los programas, retoman sus misiones. En el salón 101 del bloque 23, decenas de piezas de lego, de diferentes formas y colores, están regadas por todo el piso. Es el espacio de creación del presemillero de Robótica, que es el de mayor acogida, con 55 inscritos. Allí, Michelle Castañeda trabaja en la construcción de un molino con motor.

En el aula contigua, también de Robótica, Lorenzo, Andrés, Miguel y Alejandro hablan como todos unos expertos y dibujan el diseño de su proyecto de investiga-ción: una catapulta. “Tene-mos que programarla en el tiempo justo”, “Yo considero que podemos incorporar el sensor de tacto”, exponen los escolares que no tienen más de 12 años.

Otro grupo hace el boceto del calavala jua jua jua, el robot humanoide cuyo nombre surge de unir las primeras letras de los nombres de sus integrantes: Carolina, Laura, Valentina, Laura y Juan Manuel. Reírse cuando no tiene luz, caminar, decir “ouch” al chocar, voltear y gritar son las características previstas por sus inventores por medio de sensores, ultrasonido, luz, motores...

En el bloque del frente un olor concentra la atención de los que pasan. Desde el aula 203 una fábrica de producción de chocolate funciona en medio de las sillas universitarias. Es el presemillero de Mejoramiento de Procesos.

Cada uno de los integrantes participa de las diferentes etapas: elaboración del producto, en la que se derrite el chocolate; moldes, que le dan formas de zapatos, estrellas, corazones y payasos; empaques; y finanzas donde, con calculadora en mano, suman el valor de los materiales para poder cuantificar su precio en el mercado.

Los de Interoikos, como se denominan los del presemillero de Economía, asumen por un momento el papel de periodistas para entrevis-tar a diferentes personas, con el fin de apren-der que las preguntas, no solo para ellos, sino para todos sus compañeros de la Universidad de los Niños, son la base de la investigación.

Los Bio Kids, que son los que exploran el tema de Cero Emisiones, visitan la granja integral del Politécnico Jaime Isaza Cadavid,

mientras los de Multiculturalidad se enteran de curiosidades de otros países y los de Biónica indagan sobre las capacidades de los animales que luego serán inspiración para diseñar productos.

Alejandro Corrales, Daniel Trujillo y Juanita Cuevas tam-bién tienen la oportunidad de acercarse a la investigación. En este quinto encuentro

aprenden acerca del funcionamiento del tele-scopio espacial Hubble y se divierten lanzan-do diminutos cohetes de aluminio que utilizan fósforos como fuerza de propulsión. Ellos ha-cen parte del presemillero de Física Celeste II, pero prefieren que los llamen Al infinito y más allá.

“Una vez comí tanto, tanto chocolate que me volví azul”, expresa Cristina que juega a cruzar sus pies elevándolos al aire. “Y azul es el mar”, interviene otro de sus compañeros.

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y mi abuelo son músicos y me daban clases de piano, pero yo persistía con la batería. Cuando supe de la cátedra de percusión en EAFIT entré con la idea de hacer parte de una banda de rock, cuando llegué y encontré otros instrumentos mi sorpresa fue grande. Con esto me enamoré de esta nueva forma de interpretación, hasta el punto que una de las marimbas del escenario es mía.

– Juan David: yo iba a estudiar flauta pero terminé tocando marimba en el colegio por gusto. Cuando me presenté al Conservatorio mi interés era la marimba, pero no pensé que tuviera que estudiar percusión. Digamos que mi idea era llegar donde estoy ahora, porque en mi infancia la imagen en televisión de la interpretación de la marimba del concertino de Paul Crestón, quien es hoy en día el timbalista de la Sinfónica de Colombia, se me quedó en la memoria y lo que yo soñaba era tocar esa obra… ese concierto al crecer. Mi panorama era clásico.

– Cuando el Ensamble de Per-cusión de la Universidad EAFIT empezó sus primeras presenta-ciones, el público no sólo asis-tía a escuchar la música sino a ver el espectáculo de los instru-mentos. Aún algo de eso queda pues es atrayente la combina-ción de la destreza física con el control del cuerpo, de la fuerza. ¿Cómo definen la interpretación de la marimba?

– Alejandro: a veces la percusión da la idea de facilidad porque sólo basta tocar para que suene. En cambio, un violín se demora hasta dos años para obtener una buena sonoridad. Pero la verdad es que la riqueza tímbrica de esos instrumentos es algo que hay que

saber explorar. Por otro lado está la estética, el manejo del cuerpo.

– Juan David: una de las características de la marimba es que debe ser golpeada para sonar, pero su riqueza está en los resonadores que están debajo de las placas, ellos son los que producen el sonido armónico. Hay que golpear, pero el sonido es dulce, se mezcla fácilmente, es muy particular. En Guatemala se dice que la marimba es un pedazo de madera que canta, que produce un

sonido parecido al de la voz humana. En resumen, es un instrumento que demanda físicamente, pero que tiene una parte de la interpretación que se controla desde el pensamiento, en la idea de lograr un espectro de sonido más amplio que supere al golpe. También está la posibilidad de los diferentes tipos de baquetas, que hasta tienen un lado artesanal que el intérprete administra y hasta transforma. En este concierto se

pudieron ver hasta tres baquetas en la misma mano y esto se multiplica por dos, al ser dos intérpretes en el escenario, al mismo tiempo.

– ¿Cómo ha sido la comunicación entre ustedes dos para lograr su interacción en este concierto para dos solistas y dos marimbas?

– Alejandro: nosotros nos conocemos hace rato y hemos tocado juntos, aunque en diferentes partes.

– Juan David: nuestra sincronización ha sido muy buena, inclusive llegamos a ponernos de acuerdo desde el celular, escuchándonos mutuamente. Es que esta pieza es muy particular, porque Keiko Abe es una compositora muy importante para la marimba, ella prácticamente la desarrolló y su obra es orgánica, todo está escrito. Nosotros, como intérpretes, apenas transmitimos el mensaje de lo que ella dejó.

– ¿Porqué creen que vivimos un desen-cuentro entre los repertorios clásicos y la fascinación por la percusión folclórica en este país?

–Alejandro: la tradición viene transmitida por generaciones. Es ancestral y es por eso que nos resulta tan extraño lo que, por ejemplo, se interpreta en este concierto.

Pero la verdad es que la riqueza tímbrica de esos instrumentos es algo que hay que saber explorar. Por otro lado está la estética, el manejo del cuerpo.

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Para el concierto número ocho de la temporada 2008 de la Orquesta Sinfónica Universidad EAFIT confluyeron dos felices coincidencias: la posibilidad de estrenar una nueva marimba de cinco octavos, única en la ciudad, y una de las primeras en el país; y la consecución de la obra Concierto para dos marimbas y orquesta, de la compositora japonesa Keiko Abe, quien todavía vive y celebra este acontecimiento, pues significó el estreno en Latinoamérica de una pieza de culto para los amantes a la percusión.

En sus ya casi nueve años de trabajo, la Sinfónica de EAFIT se ha ocupado de configurar programas que generen este tipo de noticias, así como de la promoción de jóvenes talentos, nacidos en su programa de Música o de otras academias del país. En agosto los invitados fueron Alejandro Ruiz, egresado eafitense; y Juan David Forero, bogotano, graduado del Conservatorio de Música de la Universidad Nacional.

Ambos provienen de familias dedicadas a la música y son representantes de un nuevo aire en los programas que se ofrecen al público e interpretan las orquestas y ensambles de su ciudad. Aquí una entrevista a dos voces que pretende indagar por su presente como intérpretes y su visión de la música.

– ¿Desde sus expectativas y sus experiencias, cómo ven el escenario de la percusión clásica en el país?

– Juan David: la verdad es que sí hay una evolución. En los últimos 12 años ha crecido muchísimo, sobre todo en Bogotá. Aquí, en Medellín, el hecho de ver dos instrumentos como esas marimbas de 5/8 en el escenario es algo que hace cuatro años era imposible en Colombia. Estos son los instrumentos estándar, pero al país hace apenas diez años que llegó la primera a la Universidad Nacional y después de eso han llegado muy pocas. Es por esto que el programa que se interpretó en esta oportunidad es una muestra del progreso: es una pieza desconocida que apenas se estrena en Latinoamericana. Esto da muestra de algo real y que ya tiene un espacio.

– Ustedes entraron a estudiar percusión pensando en estos escenarios o en los del rock…

– Alejandro: yo empecé a los nueve años con la batería. Mi papá

Juan David Forero (izquierda) es timbalista principal de la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia y Alejandro Ruiz (derecha) es integrante de la Filarmónica de Medellín.

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Crece el empleomás educado

Estudios del Banco de la República indican que casi todas las nuevas plazas de trabajo son para personas con algún grado de educación superior, mientras las oportunidades laborales para jóvenes

bachilleres cada vez son más reducidas.

Catalina Suárez RestrepoCoordinadora Información y [email protected]

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ad– ¿Ustedes han estudiado la percusión folclórica, la marimba de chonta, por ejemplo?

– Alejandro: yo tengo una y he recibido clases con percusionistas como Gualajo. Inclusive interpreté una obra de Ney Rosauro con ma-rimba de chonta y no con birimbao como él lo propone. Entonces hice mezclas y eso me satisfizo, a pesar de tener afinaciones distintas. A mi me gusta mucho ese tipo de combi-naciones y exploraciones.

– ¿Qué representó para ustedes interpretar a Keiko Abe?

– Juan David: para nosotros su música es muy idiomática, ha sido pensada desde el instrumento y en este sentido fue un verdadero placer.

– Alejandro: esto fue para nosotros un honor, interpretar la obra de una compositora viva que

sabe que esto se hace, que está al tanto de un evento como este fue bastante motivador pues ella espera el

programa y el reporte del concierto.

– ¿Encuentran pie-zas de compositores colombianos que les satisface interpretar?

– Juan David: sí, obras de compositores como Je-sús Pinzón o Blas Emilio Atehortúa han compuesto conciertos, obras solistas y piezas de cámara. Ahora hay compositores jóvenes

muy interesados. –Alejandro: sí, inclusive, hacen mez-

clas y experimentos muy interesantes, nacidos de la intuición y del estudio, son propuestas muy eclécticas.

Es un instrumento que demanda físicamente, pero que tiene una parte de la interpretación que se controla desde el pensamiento, en la idea de lograr un espectro de sonido más amplio que supere al golpe.

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En este concierto, la Universidad estrenó la nueva marimba de cinco octavos.

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Lo que sí sigue subiendo, en el largo y corto plazo, es el empleo más educado, con alguna formación superior. Si uno compara en Medellín los datos de hoy y los de 2003 se evidencia que casi todas las oportunidades laborales que se crearon en ese período fueron para gente con educación superior.

– Según los estudios del Banco, ¿qué se entiende por educación superior?

– Gente que tiene algún grado de educación universitaria. Eso incluye las personas que tienen uno, dos, tres años y hasta más de educación superior. Ha habido una recomposición a favor de tres y dos años, pero también de cinco y más. Los estudiantes universitarios están metidos en esa cifra porque a veces trabajan mientras estudian.

– ¿Y qué dicen las investigaciones frente al tema salarial?

– Los salarios en Colombia, hasta donde tenemos datos por las encuestas de hogares del Dane, se habían derrumbado por la crisis y hoy en día volvieron a recuperar los niveles históricos del noventa. Para la gente con estudios superiores completos hay dos grupos: la que tiene salarios elevados, y la que tiene salarios más flexibles que se han disminuido, porque las empresas han intentado contratar estudiantes en práctica y personas con estudios cortos a quienes les pueden pagar menos.

Pero, en general, para quienes tienen estudios superiores completos la rentabilidad de la educación ha subido mucho. Un muchacho con bachillerato, por año de estudio adicional, aumenta sus ingresos en un siete por ciento. Si es un año de estudios superiores aumenta en un 18 por ciento, eso muestra la importancia que tiene para las empresas ese tipo de trabajos, salvo en algunos oficios donde se nota que hay escasez de gente calificada.

– El Observatorio Laboral para la Educación del Ministerio de Edu-cación muestra que está creciendo más el salario de los tecnólogos que el de los universitarios. ¿Es compa-tible esta afirmación con los análisis del Banco o se ven dos realidades distintas?

– El Observatorio tiene una base estadís-tica muy grande. Me parece que muestra, sobre todo, que el empleo de un tecnólogo tiene más dinámica. No sé si los salarios, pero el empleo sí tiene más dinámica que el de los universitarios, porque en el caso de estudios de pos-grado y pregrado ya comple-tos los salarios frenan algo el enganche.

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Lo que más me preocupa de la evolución reciente es: ¿qué vamos a hacer con los que no, con los que quedan de bachilleres o salen antes de terminar el bachillerato? para esos no hay empleo.

Una tendencia de largo plazo se presenta tanto en Medellín como en otras siete ciudades de Colombia: el empleo poco calificado, con formación hasta bachillerato se ha venido reduciendo. Entre 1996 y 2002, por ejemplo, disminuyó 16,1 por ciento.

Por el contrario, el 90 por ciento de las nuevas oportunidades laborales que se generaron entre 2002 y 2007 en Medellín han sido para personas con educación superior y del 66 por ciento en otras siete áreas metropolitanas.

Y no solo eso, un joven con bachillerato, por año de educación adicional, aumenta sus ingresos en un siete por ciento y, si es un año de pregrado, los eleva en un 18 por ciento.

Así lo evidencian estudios del Banco de la República acerca del empleo y la educación postsecundaria, entre estos Mercado Laboral y Equidad, que desarrolló Hugo López Castaño, gerente de la Sucursal Medellín de esta organización, en conjunto con la Corporación Andina de Fomento.

“¿Qué vamos a hacer con la gente que no tiene educación superior?”, cuestiona López Castaño. Y un camino que considera viable para dar solución a estas limitaciones de cobertura es extender el

crédito educativo acompañado, quizás, de otros incentivos, pues asegura que este esfuerzo no puede ser solo con subsidios públicos.

El funcionario expuso algunas conclusiones de los estudios que el Banco de la República ha hecho en materia de educación superior y coyuntura económica, como también de algunos trabajos sobre la rentabilidad de este ciclo de formación.

– ¿Cuáles son los resultados que arrojan los estudios del Banco de la República frente al mercado laboral?

– En el país y en Medellín se viene presen-tando una tendencia de largo plazo y es que

el empleo poco calificado, poco educado y con forma-ción hasta bachillerato se ha venido reduciendo. Ese empleo era muy importante hacia 1994-1996, pero con la crisis de la segunda mi-tad de la década pasada se redujo de manera enorme. Solo después de 2002 em-pezó a presentar signos de

una recuperación parcial, sin embargo no lo-gró llegar a las cifras del período 1994-1996. Y en la actualidad, por la desaceleración eco-nómica, ese empleo se ha vuelto a reducir.

Un muchacho con bachillerato, por año de estudio adicional, aumenta sus ingresos en un siete por ciento. Si es un año de estudios superiores aumenta en un 18 por ciento.

Cuando el PIB se eleva 10 por ciento, el empleo calificado con educación superior lo hace al 19 por ciento, pero el no calificado apenas al 8,8 por ciento, según un estudio de EAFIT.

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– ¿Usted, que está en el sector de la economía y conoce las necesi-dades de ese mercado laboral, ve necesidad de esos otros ciclos que también hacen parte de la educación superior?

– Me parece que sería una cosa buena. Siempre ha existido el problema de la calidad en esas carreras, porque no hemos sido muy hábiles en el país para establecer una formación por ciclos. Las universidades se han especializado en carreras largas y los institutos universitarios en programas cortos, entonces allí hay problemas de calidad y mejorarla es uno de los grandes retos.

– ¿En los estudios se encontraron disciplinas profesionales mejores pagas que otras, como se revela en el Observatorio?

– Los datos del Dane no permiten ese análisis, porque son muy agregados, las encuestas no dan para ver eso.

– ¿Los ingresos aumentan o dismi-nuyen, dependiendo de la universi-dad de procedencia del egresado?

- Aquí se han hecho estudios en el pasado y han mostrado que el mercado discrimina

muchas instituciones y castiga unas que considera que tienen fallas de calidad, así como premia salarialmente a otras que tienen mejores indicadores.

– ¿Qué tanto importa que sea pública o privada?

– Entre las instituciones públicas hay algunas que cuentan con prestigio, como las universidades Nacional, del Valle e Industrial de Santander. También hay privadas con mucho prestigio. Pero hay algunas públicas, sobre todo de provincia, que no tienen tan buena imagen, al igual que unas privadas. Entonces el mercado hace esas distinciones.

– Es claro, entonces, la importancia de la educación para cerrar la brecha social, pero ¿cómo lograr que más jóvenes accedan a esta formación cuando las cifras de cobertura en el país son insuficientes?

– Hay un obstáculo grande en el acceso a la educación superior por parte de los muchachos y es que no pueden pagar las tarifas de las ma-trículas en el sector privado de alta calidad. Y en el sector público, donde la matrícula es más ba-rata debido a que es muy subsidiada, se forman grandes filas. Entonces el mercado se raciona

Los retornos a la educación primaria y secundaria han caído en el largo plazo y hoy son casi iguales: entre 7,1 y 7,5 por ciento.

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por cantidad en el sector oficial de alta calidad y se raciona por precios en el sector privado.

Eso significa que hay que hacer un esfuerzo por ampliar el sistema de crédito educativo para los muchachos de sectores más populares y probablemente combinarlo con algunos otros incentivos. El gobierno está comprometido en ampliar sustancialmente el programa de crédito Acces, que se había montado hace unos años con un crédito del Banco Mundial, y ahora está prevista una ampliación bastante significativa.

– ¿Y qué pasa en el caso de las públicas en las que el problema no es de dinero, sino del gran número de aspirantes?

– Creo que para las públicas es muy difícil que puedan hacer una expansión más rápida. Estas universidades han ampliado mucho el alumnado, generando más cupos, pero el gran problema es que son muy subsidiadas. Entonces duplicar, por ejemplo, el número de estudiantes significaría duplicar los recursos del Estado, las transferencias a esas universidades. Me parece muy difícil que haya el dinero suficiente para eso.

En América Latina la educación superior se duplica una vez cada diez años, entonces hacerlo con recursos exclusivamente públicos es demasiado costoso. Si la tasa de retorno para los estudiantes es alta, los que son pobres hoy no lo serán mañana, justo porque el retorno es muy alto. Los jóvenes más que subsidios puros necesitan créditos para tender un puente entre la pobreza de ellos hoy y el hecho de que mañana no serán pobres.

– ¿Cómo hacen en otros países de América Latina que tienen niveles más altos de cobertura? ¿No funciona con un sistema público subsidiado?

– En Australia hay un sistema de repago del egresado, los estudiantes deben repagar algo vía impuestos si estudian en el sector público, en Chile hay también un sistema de crédito. Creo que en todo el mundo los países que quieren desarrollar la ciencia, la tecnología y la formación en estudios superiores saben

que no pueden hacer eso simplemente con recursos públicos porque sale muy caro, no hay dinero para lograr una cobertura rápida en esa materia, entonces combinan repagos a la salida, vía impuestos o matrículas más altas, pero cobrar esas matrículas más altas en las universidades oficiales es más difícil de establecer políticamente.

–¿Pero, existen las oportunidades laborales suficientes para que los estudiantes al culminar sus carreras tengan la capacidad de responder a estos créditos?

– Yo diría que sí, toda la evolución laboral reciente muestra que esos muchachos no van a tener opción, a menos que hagan estudios superiores. Lo que más me preocupa de la evolución reciente es: ¿qué vamos a hacer con los que no, con los que quedan de bachilleres o salen antes de terminar el bachillerato? Para esos no hay empleo. Entonces las tasas de retorno, el hecho de que más del noventa por ciento de los nuevos empleos sean para personas con estudios superiores indica que debemos expandir el sistema de crédito.

– ¿Hay una tasa de desempleo de personas ya educadas?

– Sí, hay un desempleo friccional que es alto en el primer año de estudios, más alto el desempleo de los jóvenes que acaban de terminar, hay un período de enganche. A medida que pasa la edad el desempleo va bajando. Hay un desempleo más alto para los estudios que no tienen mucha pertinencia o los programas que no tienen calidad.

Me parece que esa expansión debiera ser implementada con varias cosas: primero un sistema de información laboral apto, el Ministerio tiene su Observatorio Laboral, pero hasta ahora da grandes tendencias; y todas las universidades deberían tener un sistema de información para los egresados, que les ayude a engancharse y conectarse con el mercado no solo local, sino nacional y hasta internacional.

-– Entonces, ¿vale la pena entrar a la educación superior?

– Sí.

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tablero de noticiasEn la mención de honor otorgada al libro

del profesor Carlos Mario Correa, el Cipa resaltó que la obra “describe la pasión de un periodista que desafía los riesgos de su profesión reconociendo el temor y venciendo el miedo, con el fin de defender el derecho a la información”.

El libro Las llaves del periódico fue publicado por el Fondo Editorial de la Universidad EAFIT en su colección Testigos y presentado en la Feria Internacional del Libro en Bogotá el 26 de abril de este año.

La Universidad obtuvo tres nuevas patentes

Pacientes con labio leporino y paladar hen-dido tienen una adecuada revisión gracias al Lipsómetro, un instrumento para medir su re-cuperación después de la operación. El Gna-todinamómetro les permite a los odontólogos medir la fuerza de masticación, mientras el sector industrial puede ahorrar tiempo y cos-tos debido a una prensa hidráulica que agarra automáticamente las piezas de manufactura.

Estos artefactos, que en principio se crea-ron como parte de proyectos de investigación en la Universidad EAFIT, fueron patentados por la Superintendencia de Industria y Co-mercio. Su creador fue el profesor Jaime Al-berto Bermúdez Ángel, jefe de Ingeniería de Producción, que desde 2003 puso en trámite los títulos de propiedad.

Para la prensa hidráulica fue concedida una patente de modelo de utilidad porque aunque ya existía se desarrollaron nuevas

EAFIT conoció las necesidades de más de 130 empresas

Un total de 216 citas cumplidas con cerca de 130 empresas, 4 negocios concretados y otros 2 próximos a cerrarse es el balance final de la participación de la Universidad EAFIT en la IV Rueda de Negocios de Innovación Tecnnova, que se realizó el 1 y 2 de septiembre.

Manuel Acevedo, director del Centro para la Consultoría, Innovación y Empresarismo (CICE), calificó como satisfactoria el des-empeño de la Institución en este encuentro, debido a que se superó la meta que se tra-zó este año de realizar más de 150 citas con empresarios de la ciudad y el país.

Sin embargo, Félix Londoño Gonzalez, director de Investigación y Docencia, se-ñaló que más allá del número de citas lo más importante fueron los contactos y las relaciones que se lograron establecer con diversas empresas en varias áreas en co-rrespondencia con los temas que trabajan los grupos de investigación.

El reto después de la cuarta versión de Tecnnova consiste en concretar 10 ó 12 iniciativas, fruto de esos acercamientos con los empresarios, aunque en la Rueda de Negocios ya se logró definir un proyecto del Grupo de Investigación en Geología Ambiental e Ingeniería Sísmica y otros tres del Grupo de Gestión de la Construcción con diferentes entidades.

Doble galardón para Comunicación Social en los premios CIPA

El Círculo de Periodistas y Comunicadores Sociales de Antioquia (Cipa) exaltó los trabajos que realizaron un estudiante y un profesor del pregrado en Comunicación Social de la Universidad EAFIT, entre lo más destacado del periodismo antioqueño en el último año.

Los reconocimientos se otorgaron al docente de periodismo Carlos Mario Correa Soto, quien con su libro Las llaves del periódico, recibió mención de honor en la categoría Periodista Escritor; y a Manuel Alejandro Gómez Rueda, estudiante de sexto semestre, por su trabajo Tomás Carrasquilla: 150 años de su nacimiento, que obtuvo el premio como Mejor Trabajo Virtual.

Este último galardón es un logro significativo para la carrera en Comunicación Social de EAFIT, pues precisamente su énfasis es en la enseñanza y el manejo de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, aplicadas al periodismo digital y a los cibermedios.

El jurado del Premio a la Excelencia Periodística 2008 del Cipa destacó del trabajo de Manuel que “enfatiza en contextos intelectuales y periodísticos poco divulgados, tiene un buen manejo teórico del problema escritor-periodista, la crónica y el consejo intelectual, su exploración periodística e histórica sobre la relación periodismo y literatura”.

aplicaciones que le permiten un mejor funcionamiento.

Así lo explica Bermúdez Ángel: “La tra-bajamos para un proyecto que tenemos en el Departamento de Ingeniería de Produc-ción que se llama Celda Flexible de Ma-nufactura, en donde esta prensa se puede programar con el resto de las celdas para que automáticamente agarre o libere las piezas que se están sometiendo a un pro-ceso de manufactura”.

Ésta, además, permite programar la fuerza de agarre de piezas de mucho tamaño pese a que la máquina es pequeña. De igual for-ma, se puede hacer la programación de la celda flexible de manufactura para diversos tamaños y formas de piezas sincronizada con todo el sistema automático de producción. El Lipsómetro y el Gnatodinamómetro, por su parte, recibieron patente de invención porque son nuevos productos que otorgan una solu-ción científica a una necesidad de la socie-dad. Tienen un término de veinte años y des-pués, al igual que la de modelo de utilidad, pasarán a ser de dominio público.

Rector: miembro de la Academia Colombiana de la Lengua

El discurso tenía una característica espe-cial. Cada palabra debía ser cuidadosa-mente puesta, pronunciada, exacta, cohe-rente. Un discurso para un auditorio muy selecto, pero, sobre todo, el que nombraba de manera oficial a Juan Luis Mejía Aran-go, rector de la Universidad EAFIT, como Académico Correspondiente de la Acade-mia Colombiana de la Lengua.

La noticia se la dieron el año pasado, en la celebración del Congreso de la Lengua en Medellín y le llegó sin esperarlo. “Creo que es un honor muy grande, son pocos los colombianos que logran tener una distinción de esas. Esto significa que le reconozcan que lo poco que uno ha escrito en la vida ha tenido un sentido y un reconocimiento, y es también un compromiso muy grande porque ya cada palabra que uno quiera escribir tiene un significado distinto”, expresa el Rector. En su discurso de nombramiento contó: “Aquel niño que desde un rincón escuchaba con asombro al académico de la lengua,

En Tecnnova, EAFIT participó con 14 grupos de investigación.

Ganadores de los Premios Cipa.

Profesor Jaime Alberto Bermúdez Ángel

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es el hombre que hoy viene aquí, con el mismo asombro, a expresar su gratitud por haber sido admitido en esta benemérita institución”.

La Academia Colombiana de la Lengua es diferente a la Academia Real de la Lengua, que es la de España, y la original, por decirlo de alguna manera, que fue la primera. La otra Academia, la que no tiene el real en su nombre pero sí el mismo propósito y también fue primera en América, es la de nuestro país, de ahí que sea importante entre las demás: es antigua, ha tenido personas ilustres y ha hecho una gran producción intelectual. Su tarea es propender porque la lengua progrese y se desarrolle cada vez más, y señalar los términos o giros defectuosos que puedan ir en detrimento de ella. Según señala el Rector de EAFIT, la Academia “es el organismo que tiende a velar por la pureza del idioma, por incorporar nuevas palabras al diccionario oficial y es como el puente con la Academia española”.

EAFIT logra una calificación alta en su reputación

Otra buena noticia llegó a EAFIT: la Univer-sidad ocupó el puesto quinto en el ranking del sector educación en el estudio de Monitor Empresarial de Reputación Corporativa, Mer-co 2008, que por primera vez se realizó en Colombia.

Ética y responsabilidad corporativa, cali-dad de oferta comercial, innovación, reputa-ción interna, resultados económicos y dimen-sión internacional fueron las variables que se tuvieron en cuenta.

Este instrumento de evaluación reputacio-nal, similar al que publica la revista Fortune en Estados Unidos, nació en España desde 1999 como resultado de una investigación en la cátedra del profesor Justo Villafañe, de la Universidad Complutense de Madrid, y se convertido en uno de los monitores de refe-rencia en el mundo.

Desde el año pasado empezó su análisis en Colombia y sus resultados se dieron a conocer de manera reciente este 2008, luego del trabajo de campo que desarrolló el Centro Nacional de Consultoría.

En el sector educación la Universidad de los Andes ocupó el primer puesto, seguida de la Universidad de Antioquia, la Pontificia Javeriana, la Nacional, EAFIT y el Sena.

En el Merco 2008 también se evaluaron otros 24 sectores como alimentación, auto-motriz, cajas de compensación, financiero, grandes superficies, informática, medios de comunicación, petroleras, salud, servicios públicos, telecomunicaciones, entre otros.

Primera promoción en Guatemala

La Universidad EAFIT graduó, el pasado 14 de agosto de 2008, 18 personas de la primera promoción de la Especialización en Mercadeo que dictó en Guatemala.

Este posgrado hace parte de las estrategias de proyección de la Institución y su objetivo es continuar la oferta académica en este país de Centroamérica.

La ceremonia se realizó en el hotel Westin Camino Real, a las 7:30 de la noche.

El Rector durante el acto de posesión.

Este es el grupo de graduandos en Guatemala.

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