El Deseado de Todas las Gentes - Elena G. White

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El Deseado de Todas las Gentes - Elena G. White

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  • 1. El deseado de todas lasgentesEllen G. White1955Copyright 2012Ellen G. White Estate, Inc.

2. Informacin sobre este libroVista GeneralEste libro electronic es proporcionado por Ellen G. White Estate.Se incluye en el ms amplio de libertadLibros online Coleccin enel sitio de Elena G. De White Estate Web.Sobre el AutorEllen G. White (1827-1915) es considerada como el autor mstraducido de Amrica, sus obras han sido publicadas en ms de160 idiomas. Ella escribi ms de 100.000 pginas en una ampliavariedad de temas espirituales y prcticos. Guiados por el EsprituSanto, que exalt a Jess y se refiri a las Escrituras como la basede la fe.Otros enlacesUna breve biografa de Elena G. de WhiteSobre la Elena G. White EstateLicencia de Usuario FinalLa visualizacin, impresin o la descarga de este libro le concedesolamente una licencia limitada, no exclusiva e intransferiblepara el uso exclusivamente para su uso personal. Esta licencia nopermite la republicacin, distribucin, cesin, sublicencia, venta,preparacin de trabajos derivados, o cualquier otro uso. Cualquieruso no autorizado de este libro termina la licencia otorgada por lapresente.Para ms informacinPara obtener ms informacin sobre el autor, los editores, o cmousted puede apoyar este servicio, pngase en contacto con el ElenaI 3. G. de White en [email protected]. Estamos agradecidos por suinters y comentarios y les deseo la bendicin de Dios a medida quelee.II 4. I I I 5. PrefacioEn el corazn de todos los seres humanos, sin distincin de razao posicin social, hay un indecible anhelo de algo que ahora noposeen. Este anhelo es implantado en la misma constitucin delhombre por un Dios misericordioso, para que el hombre no se sientasatisfecho con su presente condicin, sea mala o buena. Dios deseaque el ser humano busque lo mejor, y lo halle en el bien eterno desu alma.En vano procuran los hombres satisfacer este deseo con losplaceres, las riquezas, la comodidad, la fama, o el poder. Los quetratan de hacerlo, descubren que estas cosas hartan los sentidos, perodejan al alma tan vaca y desconforme como antes.Es el designio de Dios que este anhelo del corazn humano guehacia el nico que es capaz de satisfacerlo. Es un deseo de ese Ser,capaz de guiar a l, la plenitud y el cumplimiento de ese deseo. Esaplenitud se halla en Jesucristo, el Hijo del Dios eterno. Porqueplugo al Padre que la plenitud de todo residiese en l; porque en lhabita toda la plenitud de la divinidad corporalmente. Y es tambinverdad que vosotros estis completos en l con respecto a tododeseo divinamente implantado y normalmente seguido. El profetaAgeo llama con justicia a Cristo el Deseado de todas las gentes.Es el propsito de este libro presentar a Jesucristo como Aquel enquien puede satisfacerse todo anhelo. Se han escrito muchos librostitulados La Vida de Cristo, libros excelentes, grandes acopios deinformacin, elaborados ensayos sobre cronologa, historia, costumbres,y acontecimientos contemporneos, con abundante enseanzay muchas vislumbres de la vida multiforme de Jess de Nazaret. Sinembargo, no se ha dicho de ella ni aun la mitad.No es tampoco el propsito de esta obra exponer una armona delos Evangelios, o presentar en orden estrictamente cronolgico losimportantes sucesos y las maravillosas lecciones de la vida de Cristo;su propsito es presentar el amor de Dios como ha sido revelado en[6] su Hijo, la divina hermosura de la vida de Cristo, de la cual todosIV 6. pueden participar, y no simplemente satisfacer los deseos de la meracuriosidad ni las observaciones de los crticos. Pero como por elencanto de su propia belleza de carcter Jess atrajo a sus discpulosa s mismo, y por su toque y sentimiento de simpata en todas susdolencias y necesidades, y por su constante asociacin, transformsus caracteres de terrenales en celestiales, de egostas en abnegados,y troc la mezquina ignorancia y el prejuicio en el conocimientogeneroso y el amor profundo por las almas de todas las naciones yrazas, es el propsito de este libro presentar al bendito Redentor demodo que ayude al lector a acudir a l como a una realidad viviente,con la cual puede tenerse comunin ntima y vital, y hallar en l,como los discpulos de la antigedad, al poderoso Jess, que salvahasta lo sumo, y transforma de acuerdo con su propia imagen divinaa los que acuden a Dios por su intermedio.Rogamos que la bendicin del Altsimo acompae a esta obra, yque el Espritu Santo haga de las palabras de este libro palabras devida para muchas almas cuyos anhelos y deseos no estn an satisfechos;para que puedan conocerle, y la virtud de su resurreccin, y laparticipacin de sus padecimientos, y finalmente, en una eternidadbienaventurada, compartir a su diestra la plenitud de su gozo y ladicha inconmensurable que disfrutarn todos los que hayan halladoen l el todo en todo, el ms sealado entre diez mil, Aquel quees del todo amable, todo l codiciable.Los Editores[7] 7. ndiceVI 8. Andice generalInformacin sobre este libro.......................................................... IPrefacio ....................................................................................... I VsIndice...........................................................................................VICaptulo 1Dios con nosotros .............................................. 10Captulo 2El pueblo elegido.................................................... 18Captulo 3El cumplimiento del tiempo...................................22Captulo 4Un salvador os es nacido .......................................28Captulo 5La dedicacin.......................................................... 33Captulo 6Su estrella hemos visto ....................................... 40Captulo 7La niez de Cristo .................................................. 47Captulo 8La visita de pascua ................................................ 54Captulo 9Das de conflicto.................................................... 62Captulo 10La voz que clamaba en el desierto....................... 70Captulo 11El bautismo.......................................................... 82Captulo 12La tentacin.......................................................... 87Captulo 13La victoria............................................................98Captulo 14Hemos hallado al mesas ...............................104Captulo 15En las bodas de C an .........................................116Captulo 16En su templo...................................................... 126Captulo 17Nicodemo............................................................137Captulo 18A l conviene crecer .......................................147Captulo 19Junto al pozo de Jacob.......................................152Captulo 20Si no viereis seales y milagros ..................... 163Captulo 21Betesda y el Sanedrn.........................................167Captulo 22Encarcelamiento y muerte de Juan ................... 181Captulo 23El reino de Dios est cerca .............................193Captulo 24No es ste el hijo del carpintero? ................. 198Captulo 25El llamamiento a orillas del m a r ....................... 206Captulo 26En Capernam .................................................... 213Captulo 27Puedes limpiarme ........................................... 223Captulo 28Lev Mateo..........................................................234Captulo 29El sbado ............................................................ 244Captulo 30La ordenacin de los d o c e .................................253Captulo 31El sermn del monte...........................................261VI I 9. VIII El Deseado de Todas las GentesCaptulo 32El centurin........................................................ 278Captulo 33Quines son mis hermanos?.............................284Captulo 34La invitacin...................................................... 291Captulo 35Calla, enmudece ............................................ 296Captulo 36El toque de la fe .................................................. 305Captulo 37Los primeros evangelistas .................................310Captulo 38Venid, reposad un poco.......................................321Captulo 39Dadles vosotros de comer ...............................327Captulo 40Una noche sobre el lago ..................................... 335Captulo 41La crisis en Galilea............................................ 342Captulo 42La tradicin ........................................................ 355Captulo 43Barreras quebrantadas.........................................360Captulo 44La verdadera seal ............................................ 366Captulo 45Previsiones de la cru z .........................................373Captulo 46La transfiguracin.............................................. 383Captulo 47Nada os ser imposible ................................... 388Captulo 48Quin es el mayor? ........................................... 394Captulo 49La fiesta de las cabaas ....................................... 406Captulo 50Entre trampas y peligros.....................................414Captulo 51La luz de la vida ............................................ 423Captulo 52El divino pastor.................................................. 437Captulo 53El ltimo viaje desde Galilea.............................444Captulo 54El buen Samaritano............................................ 455Captulo 55Sin manifestacin exterior.................................462Captulo 56Dejad los nios venir a m .............................467Captulo 57Una cosa te falta ............................................ 472Captulo 58Lzaro, ven fuera ............................................ 477Captulo 59Conspiraciones sacerdotales...............................489Captulo 60La ley del nuevo reino.........................................495Captulo 61Zaqueo................................................................500Captulo 62La fiesta en casa de Simn ................................. 505Captulo 63Tu rey viene........................................................ 516Captulo 64Un pueblo condenado ......................................... 526Captulo 65Cristo purifica de nuevo el templo ..................... 533Captulo 66Controversias ...................................................... 546Captulo 67Ayes sobre los fariseos.......................................555Captulo 68En el atrio exterior.............................................. 567Captulo 69En el Monte de las Olivas...................................574 10. ndice general IXCaptulo 70Estos mis hermanos pequeitos ..................... 585Captulo 71Un siervo de siervos...........................................591Captulo 72Haced esto en memoria de m ....................... 601Captulo 73No se turbe vuestro corazn ........................... 610Captulo 74Getseman .......................................................... 629Captulo 75Ante Anns y Caifs...........................................640Captulo 76Judas .................................................................... 655Captulo 77En el tribunal de Pilato.......................................663Captulo 78El Calvario..........................................................681Captulo 79Consumado es ................................................ 697Captulo 80En la tumba de Jos............................................ 705Captulo 81El seor ha resucitado .....................................716Captulo 82Por qu lloras? .............................................. 723Captulo 83El viaje a Emas................................................ 729Captulo 84Paz a vosotros ................................................ 734Captulo 85De nuevo a orillas del m a r.................................740Captulo 86Id, doctrinad a todas las naciones ..................... 748Captulo 87A mi padre y a vuestro padre ......................... 760Apndice ................................................................................... 767 11. Captulo 1Dios con nosotrosY Ser llamado su nombre Emmanuel;... Dios con nosotros.1La luz del conocimiento de la gloria de Dios, se ve en el rostrode Jesucristo. Desde los das de la eternidad, el Seor Jesucristoera uno con el Padre; era la imagen de Dios, la imagen de sugrandeza y majestad, el resplandor de su gloria. Vino a nuestromundo para manifestar esta gloria. Vino a esta tierra obscurecidapor el pecado para revelar la luz del amor de Dios, para ser Dioscon nosotros. Por lo tanto, fu profetizado de l: Y ser llamadosu nombre Emmanuel.Al venir a morar con nosotros, Jess iba a revelar a Dios tantoa los hombres como a los ngeles. El era la Palabra de Dios: elpensamiento de Dios hecho audible. En su oracin por sus discpulos,dice: Yo les he manifestado tu nombremisericordioso ypiadoso; tardo para la ira, y grande en benignidad y verdad,paraque el amor con que me has amado, est en ellos, y yo en ellos. Perono slo para sus hijos nacidos en la tierra fu dada esta revelacin.Nuestro pequeo mundo es un libro de texto para el universo. Elmaravilloso y misericordioso propsito de Dios, el misterio del amorredentor, es el tema en el cual desean mirar los ngeles, y ser suestudio a travs de los siglos sin fin. Tanto los redimidos como losseres que nunca cayeron hallarn en la cruz de Cristo su ciencia y sucancin. Se ver que la gloria que resplandece en el rostro de Jesses la gloria del amor abnegado. A la luz del Calvario, se ver que laley del renunciamiento por amor es la ley de la vida para la tierray el cielo; que el amor que no busca lo suyo tiene su fuente enel corazn de Dios; y que en el Manso y Humilde se manifiesta elcarcter de Aquel que mora en la luz inaccesible al hombre.Al principio, Dios se revelaba en todas las obras de la creacin.Fu Cristo quien extendi los cielos y ech los cimientos de la[12] tierra. Fu su mano la que colg los mundos en el espacio, y modellas flores del campo. El asienta las montaas con su fortaleza,suyo es el mar, pues que l lo hizo.2 Fu l quien llen la tierra de10 12. Dios con nosotros 11hermosura y el aire con cantos. Y sobre todas las cosas de la tierra,del aire y el cielo, escribi el mensaje del amor del Padre.Aunque el pecado ha estropeado la obra perfecta de Dios, esaescritura permanece. Aun ahora todas las cosas creadas declaranla gloria de su excelencia. Fuera del egosta corazn humano, nohay nada que viva para s. No hay ningn pjaro que surca el aire,ningn animal que se mueve en el suelo, que no sirva a alguna otravida. No hay siquiera una hoja del bosque, ni una humilde briznade hierba que no tenga su utilidad. Cada rbol, arbusto y hoja emiteese elemento de vida, sin el cual no podran sostenerse ni el hombreni los animales; y el hombre y el animal, a su vez, sirven a la vidadel rbol y del arbusto y de la hoja. Las flores exhalan fraganciay ostentan su belleza para beneficio del mundo. El sol derrama suluz para alegrar mil mundos. El ocano, origen de todos nuestrosmanantiales y fuentes, recibe las corrientes de todas las tierras, perorecibe para dar. Las neblinas que ascienden de su seno, riegan latierra, para que produzca y florezca.Los ngeles de gloria hallan su gozo en dar, dar amor y cuidadoincansable a las almas que estn cadas y destitudas de santidad.Los seres celestiales desean ganar el corazn de los hombres; traena este obscuro mundo luz de los atrios celestiales; por un ministerioamable y paciente, obran sobre el espritu humano, para poner a losperdidos en una comunin con Cristo aun ms ntima que la queellos mismos pueden conocer.Pero apartndonos de todas las representaciones menores, contemplamosa Dios en Jess. Mirando a Jess, vemos que la gloriade nuestro Dios consiste en dar. Nada hago de m mismo, dijoCristo; me envi el Padre viviente, y yo vivo por el Padre. Nobusco mi gloria, sino la gloria del que me envi.3 En estas palabrasse presenta el gran principio que es la ley de la vida para el universo.Cristo recibi todas las cosas de Dios, pero las recibi para darlas.As tambin en los atrios celestiales, en su ministerio en favor detodos los seres creados, por medio del Hijo amado fluye a todos lavida del Padre; por medio del Hijo vuelve, en alabanza y gozoso [13]servicio, como una marea de amor, a la gran Fuente de todo. Y as,por medio de Cristo, se completa el circuito de beneficencia, querepresenta el carcter del gran Dador, la ley de la vida. 13. 12 El Deseado de Todas las GentesEsta ley fu quebrantada en el cielo mismo. El pecado tuvo suorigen en el egosmo. Lucifer, el querubn protector, dese ser elprimero en el cielo. Trat de dominar a los seres celestiales, apartndolosde su Creador, y granjearse su homenaje. Para ello, representfalsamente a Dios, atribuyndole el deseo de ensalzarse. Trat deinvestir al amante Creador con sus propias malas caractersticas. Asenga a los ngeles. As sedujo a los hombres. Los indujo a dudarde la palabra de Dios, y a desconfiar de su bondad. Por cuanto Dioses un Dios de justicia y terrible majestad, Satans los indujo a considerarlecomo severo e inexorable. As consigui que se uniesen conl en su rebelin contra Dios, y la noche de la desgracia se asentsobre el mundo.La tierra qued obscura porque se comprendi mal a Dios. Afin de que pudiesen iluminarse las lbregas sombras, a fin de queel mundo pudiera ser trado de nuevo a Dios, haba que quebrantarel engaoso poder de Satans. Esto no poda hacerse por la fuerza.El ejercicio de la fuerza es contrario a los principios del gobiernode Dios; l desea tan slo el servicio de amor; y el amor no puedeser exigido; no puede ser obtenido por la fuerza o la autoridad. Elamor se despierta nicamente por el amor. El conocer a Dios esamarle; su carcter debe ser manifestado en contraste con el carcterde Satans. En todo el universo haba un solo ser que poda realizars esta obra. Unicamente Aquel que conoca la altura y la profundidaddel amor de Dios, poda darlo a conocer. Sobre la obscura noche delmundo, deba nacer el Sol de justicia, trayendo salud eterna en susalas.4El plan de nuestra redencin no fu una reflexin ulterior, formuladadespus de la cada de Adn. Fu una revelacin del misterioque por tiempos eternos fu guardado en silencio.5 Fu una manifestacinde los principios que desde edades eternas haban sidoel fundamento del trono de Dios. Desde el principio, Dios y Cristosaban de la apostasa de Satans y de la cada del hombre seducido[14] por el apstata. Dios no orden que el pecado existiese, sino queprevi su existencia, e hizo provisin para hacer frente a la terribleemergencia. Tan grande fu su amor por el mundo, que se comprometia dar a su Hijo unignito para que todo aquel que en l cree,no se pierda, mas tenga vida eterna.6 14. Dios con nosotros 13Lucifer haba dicho: Sobre las estrellas de Dios ensalzar mitrono,... ser semejante al Altsimo.7 Pero Cristo, existiendo enforma de Dios, no estim el ser igual a Dios como cosa a que debaaferrarse; sino que se desprendi de ella, tomando antes la forma deun siervo, siendo hecho en semejanza de los hombres.8Este fu un sacrificio voluntario. Jess podra haber permanecidoal lado del Padre. Podra haber conservado la gloria del cielo, y elhomenaje de los ngeles. Pero prefiri devolver el cetro a las manosdel Padre, y bajar del trono del universo, a fin de traer luz a los queestaban en tinieblas, y vida a los que perecan.Hace casi dos mil aos, se oy en el cielo una voz de significadomisterioso que, partiendo del trono de Dios, deca: He aqu yovengo. Sacrificio y ofrenda, no los quisiste; empero un cuerpome has preparado.... He aqu yo vengo (en el rollo del libro estescrito de m), para hacer, oh Dios, tu voluntad.9 En estas palabrasse anunci el cumplimiento del propsito que haba estado ocultodesde las edades eternas. Cristo estaba por visitar nuestro mundo,y encarnarse. El dice: Un cuerpo me has preparado. Si hubieseaparecido con la gloria que tena con el Padre antes que el mundofuese, no podramos haber soportado la luz de su presencia. A fin deque pudisemos contemplarla y no ser destrudos, la manifestacinde su gloria fu velada. Su divinidad fu cubierta de humanidad, lagloria invisible tom forma humana visible.Este gran propsito haba sido anunciado por medio de figurasy smbolos. La zarza ardiente, en la cual Cristo apareci a Moiss,revelaba a Dios. El smbolo elegido para representar a la Divinidadera una humilde planta que no tena atractivos aparentes. Pero encerrabaal Infinito. El Dios que es todo misericordia velaba su gloriaen una figura muy humilde, a fin de que Moiss pudiese mirarla ysobrevivir. As tambin en la columna de nube de da y la columnade fuego de noche, Dios se comunicaba con Israel, les revelaba su [15]voluntad a los hombres, y les imparta su gracia. La gloria de Diosestaba suavizada, y velada su majestad, a fin de que la dbil visin delos hombres finitos pudiese contemplarla. As Cristo haba de veniren el cuerpo de nuestra bajeza,10 hecho semejante a los hombres.A los ojos del mundo, no posea hermosura que lo hiciese desear;sin embargo era Dios encarnado, la luz del cielo y de la tierra. Su 15. 14 El Deseado de Todas las Gentesgloria estaba velada, su grandeza y majestad ocultas, a fin de quepudiese acercarse a los hombres entristecidos y tentados.Dios orden a Moiss respecto a Israel: Hacerme han un santuario,y yo habitar entre ellos,11 y moraba en el santuario en mediode su pueblo. Durante todas sus penosas peregrinaciones en el desierto,estuvo con ellos el smbolo de su presencia. As Cristo levantsu tabernculo en medio de nuestro campamento humano. Hincsu tienda al lado de la tienda de los hombres, a fin de morar entrenosotros y familiarizarnos con su vida y carcter divinos. AquelVerbo fu hecho carne, y habit entre nosotros (y vimos su gloria,gloria como del unignito del Padre), lleno de gracia y de verdad.12Desde que Jess vino a morar con nosotros, sabemos que Diosconoce nuestras pruebas y simpatiza con nuestros pesares. Cada hijoe hija de Adn puede comprender que nuestro Creador es el amigode los pecadores. Porque en toda doctrina de gracia, toda promesade gozo, todo acto de amor, toda atraccin divina presentada en lavida del Salvador en la tierra, vemos a Dios con nosotros.Satans representa la divina ley de amor como una ley de egosmo.Declara que nos es imposible obedecer sus preceptos. Imputa alCreador la cada de nuestros primeros padres, con toda la miseriaque ha provocado, e induce a los hombres a considerar a Dios comoautor del pecado, del sufrimiento y de la muerte. Jess haba dedesenmascarar este engao. Como uno de nosotros, haba de dar unejemplo de obediencia. Para esto tom sobre s nuestra naturaleza,y pas por nuestras vicisitudes. Por lo cual convena que en todofuese semejado a sus hermanos. Si tuvisemos que soportar algoque Jess no soport, en este detalle Satans representara el poder[16] de Dios como insuficiente para nosotros. Por lo tanto, Jess futentado en todo punto, as como nosotros.13 Soport toda prueba ala cual estemos sujetos. Y no ejerci en favor suyo poder alguno queno nos sea ofrecido generosamente. Como hombre, hizo frente a latentacin, y venci en la fuerza que Dios le daba. El dice: Me complazcoen hacer tu voluntad, oh Dios mo, y tu ley est en medio demi corazn.14 Mientras andaba haciendo bien y sanando a todos losafligidos de Satans, demostr claramente a los hombres el carcterde la ley de Dios y la naturaleza de su servicio. Su vida testifica quepara nosotros tambin es posible obedecer la ley de Dios. 16. Dios con nosotros 15Por su humanidad, Cristo tocaba a la humanidad; por su divinidad,se asa del trono de Dios. Como Hijo del hombre, nos di unejemplo de obediencia; como Hijo de Dios, nos imparte poder paraobedecer. Fu Cristo quien habl a Moiss desde la zarza del monteHoreb diciendo: YO SOY EL QUE SOY.... As dirs a los hijosde Israel: YO SOY me ha enviado a vosotros.15 Tal era la garantade la liberacin de Israel. Asimismo cuando vino en semejanza delos hombres, se declar el YO SOY. El Nio de Beln, el manso yhumilde Salvador, es Dios, manifestado en carne.16 Y a nosotrosnos dice: YO SOY el buen pastor. YO SOY el pan vivo. YOSOY el camino, y la verdad, y la vida. Toda potestad me es dadaen el cielo y en la tierra.17 YO SOY la seguridad de toda promesa.YO SOY; no tengis miedo. Dios con nosotros es la seguridadde nuestra liberacin del pecado, la garanta de nuestro poder paraobedecer la ley del cielo.Al condescender a tomar sobre s la humanidad, Cristo revel uncarcter opuesto al carcter de Satans. Pero se rebaj aun ms en lasenda de la humillacin. Hallado en la condicin como hombre, sehumill a s mismo, hecho obediente hasta la muerte, y muerte decruz.18 As como el sumo sacerdote pona a un lado sus magnficasropas pontificias, y oficiaba en la ropa blanca de lino del sacerdotecomn, as tambin Cristo tom forma de siervo, y ofreci sacrificio,siendo l mismo a la vez el sacerdote y la vctima. El herido fupor nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados: el castigo denuestra paz sobre l.19Cristo fu tratado como nosotros merecemos a fin de que no- [17]sotros pudisemos ser tratados como l merece. Fu condenadopor nuestros pecados, en los que no haba participado, a fin de quenosotros pudisemos ser justificados por su justicia, en la cual nohabamos participado. El sufri la muerte nuestra, a fin de que pudisemosrecibir la vida suya. Por su llaga fuimos nosotros curados.19Por su vida y su muerte, Cristo logr aun ms que restaurar lo queel pecado haba arruinado. Era el propsito de Satans conseguir unaeterna separacin entre Dios y el hombre; pero en Cristo llegamosa estar ms ntimamente unidos a Dios que si nunca hubisemospecado. Al tomar nuestra naturaleza, el Salvador se vincul con lahumanidad por un vnculo que nunca se ha de romper. A travs delas edades eternas, queda ligado con nosotros. Porque de tal manera 17. 16 El Deseado de Todas las Gentesam Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unignito.20 Lo di noslo para que llevase nuestros pecados y muriese como sacrificionuestro; lo di a la especie cada. Para asegurarnos los beneficios desu inmutable consejo de paz, Dios di a su Hijo unignito para quellegase a ser miembro de la familia humana, y retuviese para siempresu naturaleza humana. Tal es la garanta de que Dios cumplir supromesa. Un nio nos es nacido, hijo nos es dado; y el principadosobre su hombro. Dios adopt la naturaleza humana en la personade su Hijo, y la llev al ms alto cielo. Es el Hijo del hombrequien comparte el trono del universo. Es el Hijo del hombre cuyonombre ser llamado: Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padreeterno, Prncipe de paz.21 El YO SOY es el Mediador entre Diosy la humanidad, que pone su mano sobre ambos. El que es santo,inocente, limpio, apartado de los pecadores, no se avergenza dellamarnos hermanos.22 En Cristo, la familia de la tierra y la familiadel cielo estn ligadas. Cristo glorificado es nuestro hermano. Elcielo est incorporado en la humanidad, y la humanidad, envueltaen el seno del Amor Infinito.Acerca de su pueblo, Dios dice: Sern como piedras de unadiadema, relumbrando sobre su tierra. Porque cun grande es subondad! y cun grande es su hermosura!23 La exaltacin de losredimidos ser un testimonio eterno de la misericordia de Dios. En[18] los siglos venideros, l revelar la soberana riqueza de su gracia,en su bondad para con nosotros en Jesucristo. A fin de que ... seadado a conocer a las potestades y a las autoridades en las regionescelestiales, la multiforme sabidura de Dios, de conformidad conel propsito eterno que se haba propuesto en Cristo Jess, Seornuestro.24Por medio de la obra redentora de Cristo, el gobierno de Diosqueda justificado. El Omnipotente es dado a conocer como el Diosde amor. Las acusaciones de Satans quedan refutadas y su carcterdesenmascarado. La rebelin no podr nunca volverse a levantar. Elpecado no podr nunca volver a entrar en el universo. A travs delas edades eternas, todos estarn seguros contra la apostasa. Por elsacrificio abnegado del amor, los habitantes de la tierra y del cieloquedarn ligados a su Creador con vnculos de unin indisoluble.La obra de la redencin estar completa. Donde el pecado abund,sobreabund la gracia de Dios. La tierra misma, el campo que 18. Dios con nosotros 17Satans reclama como suyo, ha de quedar no slo redimida sinoexaltada. Nuestro pequeo mundo, que es bajo la maldicin del pecadola nica mancha obscura de su gloriosa creacin, ser honradopor encima de todos los dems mundos en el universo de Dios. Aqu,donde el Hijo de Dios habit en forma humana; donde el Rey degloria vivi, sufri y muri; aqu, cuando renueve todas las cosas,estar el tabernculo de Dios con los hombres, morar con ellos; yellos sern su pueblo, y el mismo Dios ser su Dios con ellos. Y atravs de las edades sin fin, mientras los redimidos anden en la luzdel Seor, le alabarn por su Don inefable:Emmanuel; Dios con nosotros.[19]1 Versin Moderna.2Salmos 65:6; 95:5 (VM).J uan 8:28; 6:57; 8:50; 7:18.4Malaquas 4:2 (VM).5Romanos 16:25 (VM).J uan 3:16.7Isaas 14:13, 14 (VM).8Filipenses 2:6, 7 (VM).9Hebreos 10:5-7.10Filipenses 3:21.n xodo 25:8.12Juan 1:14.13Hebreos 2:17; 4:15 (VM).14Salmos 40:8 (VM).15xodo 3:14.161 Timoteo 3:16.17Juan 10:11; 6:51; 14:6; Mateo 28:18.18Filipenses 2:8.19Isaas 53:5.19Isaas 53:5.20Juan 3:16.21 Isaas 9:6.22Hebreos 7:26; 2:11.23Zacaras 9:16, 17 (VM).24Efesios 2:7; 3:10, 11 (VM). 19. Captulo 2El pueblo elegidoDurante ms de mil aos, los judos haban esperado la venida delSalvador. En este acontecimiento haban cifrado sus ms gloriosasesperanzas. En cantos y profecas, en los ritos del templo y en lasoraciones familiares, haban engastado su nombre. Y sin embargo,cuando vino, no le conocieron. El Amado del cielo fu para elloscomo raz de tierra seca, sin parecer en l ni hermosura; y novieron en l belleza que lo hiciera deseable a sus ojos. A lo suyovino, y los suyos no le recibieron.1Sin embargo, Dios haba elegido a Israel. Lo haba llamado paraconservar entre los hombres el conocimiento de su ley, as como lossmbolos y las profecas que sealaban al Salvador. Deseaba quefuese como fuente de salvacin para el mundo. Como Abrahn enla tierra donde peregrin, Jos en Egipto y Daniel en la corte deBabilonia, haba de ser el pueblo hebreo entre las naciones. Debarevelar a Dios ante los hombres.En el llamamiento dirigido a Abrahn, el Seor haba dicho:Bendecirte h e ,... y sers bendicin,... y sern benditas en ti todaslas familias de la tierra.2 La misma enseanza fu repetida por losprofetas. Aun despus que Israel haba sido asolado por la guerray el cautiverio, recibi esta promesa: Y ser el residuo de Jacoben medio de muchos pueblos, como el roco de Jehov, como laslluvias sobre la hierba, las cuales no esperan varn, ni aguardan ahijos de hombres.3 Acerca del templo de Jerusaln, el Seor declarpor medio de Isaas: Mi casa, casa de oracin ser llamada de todoslos pueblos.4Pero los israelitas cifraron sus esperanzas en la grandeza mundanal.Desde el tiempo en que entraron en la tierra de Canan, seapartaron de los mandamientos de Dios y siguieron los caminosde los paganos. En vano Dios les mandaba advertencias por susprofetas. En vano sufrieron el castigo de la opresin pagana. A cada[20] reforma segua una apostasa mayor.18 20. El pueblo elegido 19Si los hijos de Israel hubieran sido fieles a Dios, l podra haberlogrado su propsito honrndolos y exaltndolos. Si hubiesen andadoen los caminos de la obediencia, l los habra ensalzado sobretodas las naciones que ha hecho, para alabanza y para renombre ypara gloria. Vern todos los pueblos de la tierradijo Moissque t eres llamado del nombre de Jehov, y te temern. Las gentesoirn hablar de todos estos estatutos, y dirn: Ciertamente pueblosabio y entendido es esta gran nacin.5 Pero a causa de su infidelidad,el propsito de Dios no pudo realizarse sino por medio decontinua adversidad y humillacin.Fueron llevados en cautiverio a Babilonia y dispersados portierras de paganos. En la afliccin, muchos renovaron su fidelidad alpacto con Dios. Mientras colgaban sus arpas de los sauces y llorabanpor el santo templo desolado, la luz de la verdad resplandeci porsu medio, y el conocimiento de Dios se difundi entre las naciones.Los sistemas paganos de sacrificio eran una perversin del sistemaque Dios haba ordenado; y ms de un sincero observador de losritos paganos aprendi de los hebreos el significado del ceremonialdivinamente ordenado, y con fe acept la promesa de un Redentor.Muchos de los sacerdotes sufrieron persecucin. No pocos perdieronla vida por negarse a violar el sbado y a observar las fiestaspaganas. Al levantarse los idlatras para aplastar la verdad, el Seorpuso a sus siervos frente a frente con reyes y gobernantes, a fin deque stos y sus pueblos pudiesen recibir la luz. Vez tras vez, losmayores monarcas debieron proclamar la supremaca del Dios aquien adoraban los cautivos hebreos.Por el cautiverio babilnico, los israelitas fueron curados eficazmentede la adoracin de las imgenes esculpidas. Durante los siglosque siguieron, sufrieron por la opresin de enemigos paganos, hastaque se arraig en ellos la conviccin de que su prosperidad dependade su obediencia a la ley de Dios. Pero en el caso de muchos delpueblo la obediencia no era impulsada por el amor. El motivo eraegosta. Rendan un servicio externo a Dios como medio de alcanzarla grandeza nacional. No llegaron a ser la luz del mundo, sino quese aislaron del mundo a fin de rehuir la tentacin de la idolatra. Enlas instrucciones dadas por medio de Moiss, Dios haba impuesto [21]restricciones a su asociacin con los idlatras; pero esta enseanzahaba sido falsamente interpretada. Estaba destinada a impedir que 21. 20 El Deseado de Todas las Gentesellos se conformasen a las prcticas de los paganos. Pero la usaronpara edificar un muro de separacin entre Israel y todas las demsnaciones. Los judos consideraban a Jerusaln como su cielo, y sentanverdaderamente celos de que el Seor manifestase misericordiaa los gentiles.Despus de regresar de Babilonia, dedicaron mucha atencin a lainstruccin religiosa. Por todo el pas, se erigieron sinagogas, en lascuales los sacerdotes y escribas explicaban la ley. Y se establecieronescuelas donde se profesaba ensear los principios de la justicia,juntamente con las artes y las ciencias. Pero estos medios se corrompieron.Durante el cautiverio, muchos del pueblo haban recibidoideas y costumbres paganas, y stas penetraron en su ceremonialreligioso. En muchas cosas, se conformaban a las prcticas de losidlatras.Al apartarse de Dios, los judos perdieron de vista mucho de loque enseaba el ritual. Este ritual haba sido institudo por Cristomismo. En todas sus partes, era un smbolo de l; y haba estadolleno de vitalidad y hermosura espiritual. Pero los judos perdieronla vida espiritual de sus ceremonias, y se aferraron a las formasmuertas. Confiaban en los sacrificios y los ritos mismos, en vezde confiar en Aquel a quien stos sealaban. A fin de reemplazarlo que haban perdido, los sacerdotes y rabinos multiplicaron losrequerimientos de su invencin; y cuanto ms rgidos se volvan,tanto menos del amor de Dios manifestaban. Medan su santidad porla multitud de sus ceremonias, mientras que su corazn estaba llenode orgullo e hipocresa.Con todas sus minuciosas y gravosas rdenes, era imposibleguardar la ley. Los que deseaban servir a Dios, y trataban de observarlos preceptos rabnicos, luchaban bajo una pesada carga. No podanhallar descanso de las acusaciones de una conciencia perturbada. AsSatans obraba para desalentar al pueblo, para rebajar su conceptodel carcter de Dios y para hacer despreciar la fe de Israel. Esperabademostrar lo que haba sostenido cuando se rebel en el cielo, asaber, que los requerimientos de Dios eran injustos, y no podan ser[22] obedecidos. Aun Israel, declaraba, no guardaba la ley.Aunque los judos deseaban el advenimiento del Mesas, no tenanun verdadero concepto de su misin. No buscaban la redencindel pecado, sino la liberacin de los romanos. Esperaban que el Me- 22. El pueblo elegido 21sas vendra como conquistador, para quebrantar el poder del opresor,y exaltar a Israel al dominio universal. As se iban preparando pararechazar al Salvador.En el tiempo del nacimiento de Cristo, la nacin estaba tascandoel freno bajo sus amos extranjeros, y la atormentaba la disensininterna. Se les haba permitido a los judos conservar la forma deun gobierno separado; pero nada poda disfrazar el hecho de queestaban bajo el yugo romano, ni avenirlos a la restriccin de su poder.Los romanos reclamaban el derecho de nombrar o remover al sumosacerdote, y este cargo se consegua con frecuencia por el fraude,el cohecho y aun el homicidio. As el sacerdocio se volva cadavez ms corrompido. Sin embargo, los sacerdotes posean an granpoder y lo empleaban con fines egostas y mercenarios. El puebloestaba sujeto a sus exigencias despiadadas, y tambin a los gravososimpuestos de los romanos. Este estado de cosas ocasionaba extensodescontento. Los estallidos populares eran frecuentes. La codicia yla violencia, la desconfianza y la apata espiritual, estaban royendoel corazn mismo de la nacin.El odio a los romanos y el orgullo nacional y espiritual inducana los judos a seguir adhirindose rigurosamente a sus formas deculto. Los sacerdotes trataban de mantener una reputacin de santidadatendiendo escrupulosamente a las ceremonias religiosas. Elpueblo, en sus tinieblas y opresin, y los gobernantes sedientos depoder anhelaban la venida de Aquel que vencera a sus enemigos ydevolvera el reino a Israel. Haban estudiado las profecas, pero sinpercepcin espiritual. As haban pasado por alto aquellos pasajesque sealaban la humillacin de Cristo en su primer advenimiento yaplicaban mal los que hablaban de la gloria de su segunda venida. Elorgullo obscureca su visin. Interpretaban las profecas de acuerdocon sus deseos egostas. [23]1 Isaas 53:2; Juan 1:11.2Gnesis 12:2, 3.3Miqueas 5:7.4Isaas 56:7.5Deuteronomio 26:19; 28:10; 4:6 (VM). 23. Captulo 3El cumplimiento del tiempoMas venido el cumplimiento del tiempo, Dios envi a su Hijo,... para que redimiese a los que estaban debajo de la ley, a fin de querecibisemos la adopcin de hijos.1La venida del Salvador haba sido predicha en el Edn. CuandoAdn y Eva oyeron por primera vez la promesa, esperaban que secumpliese pronto. Dieron gozosamente la bienvenida a su primognito,esperando que fuese el Libertador. Pero el cumplimientode la promesa tard. Los que la recibieron primero, murieron sinverlo. Desde los das de Enoc, la promesa fu repetida por mediode los patriarcas y los profetas, manteniendo viva la esperanza desu aparicin, y sin embargo no haba venido. La profeca de Danielrevelaba el tiempo de su advenimiento, pero no todos interpretabancorrectamente el mensaje. Transcurri un siglo tras otro, y las vocesde los profetas cesaron. La mano del opresor pesaba sobre Israel, ymuchos estaban listos para exclamar: Se han prolongado los das, yfracasa toda visin.2Pero, como las estrellas en la vasta rbita de su derrotero sealado,los propsitos de Dios no conocen premura ni demora. Por lossmbolos de las densas tinieblas y el horno humeante, Dios habaanunciado a Abrahn la servidumbre de Israel en Egipto, y habadeclarado que el tiempo de su estada all abarcara cuatrocientosaos. Despus de estodijo Dios,saldrn con grande riqueza.3Y contra esta palabra se empe en vano todo el poder del orgullosoimperio de los faraones. En el mismo da sealado por la promesadivina, salieron todos los ejrcitos de Jehov de la tierra de Egip-to.4 As tambin fu determinada en el concilio celestial la hora enque Cristo haba de venir; y cuando el gran reloj del tiempo marcaquella hora, Jess naci en Beln.Mas venido el cumplimiento del tiempo, Dios envi a su Hijo.1[24] La Providencia haba dirigido los movimientos de las naciones, ascomo el flujo y reflujo de impulsos e influencias de origen humano, atal punto que el mundo estaba maduro para la llegada del Libertador.22 24. El cumplimiento del tiempo 23Las naciones estaban unidas bajo un mismo gobierno. Un idioma sehablaba extensamente y era reconocido por doquiera como la lengualiteraria. De todos los pases, los judos dispersos acudan a Jerusalnpara asistir a las fiestas anuales, y al volver adonde residan, podandifundir por el mundo las nuevas de la llegada del Mesas.En aquel entonces los sistemas paganos estaban perdiendo supoder sobre la gente. Los hombres se hallaban cansados de ceremoniasy fbulas. Deseaban con vehemencia una religin que dejasesatisfecho el corazn. Aunque la luz de la verdad pareca haberseapartado de los hombres, haba almas que buscaban la luz, llenas deperplejidad y tristeza. Anhelaban conocer al Dios vivo, a fin de tenercierta seguridad de una vida allende la tumba.Al apartarse los judos de Dios, la fe se haba empaado y la esperanzacasi haba dejado de iluminar lo futuro. Las palabras de losprofetas no eran comprendidas. Para las muchedumbres, la muerteera un horrendo misterio; ms all todo era incertidumbre y lobreguez.No era slo el lamento de las madres de Beln, sino el clamordel inmenso corazn de la humanidad, el que lleg hasta el profetaa travs de los siglos: la voz oda en Ram, grande lamentacin,lloro y gemido: Raquel que llora sus hijos; y no quiso ser consolada,porque perecieron.5 Los hombres moraban sin consuelo en reginy sombra de muerte. Con ansia en los ojos, esperaban la llegadadel Libertador, cuando se disiparan las tinieblas, y se aclarara elmisterio de lo futuro.Hubo, fuera de la nacin juda, hombres que predijeron el aparecimientode un instructor divino. Eran hombres que buscabanla verdad, y a quienes se les haba impartido el Espritu de la inspiracin.Tales maestros se haban levantado uno tras otro comoestrellas en un firmamento obscuro, y sus palabras profticas habanencendido esperanzas en el corazn de millares de gentiles.Desde haca varios siglos, las Escrituras estaban traducidas algriego, idioma extensamente difundido por todo el imperio romano.Los judos se hallaban dispersos en todas partes; y su espera del [25]Mesas era compartida hasta cierto punto por los gentiles. Entreaquellos a quienes los judos llamaban gentiles, haba hombres queentendan mejor que los maestros de Israel las profecas bblicasconcernientes a la venida del Mesas. Algunos le esperaban comolibertador del pecado. Los filsofos se esforzaban por estudiar el 25. 24 El Deseado de Todas las Gentesmisterio de la economa hebraica. Pero el fanatismo de los judosestorbaba la difusin de la luz. Resueltos a mantenerse separadosde las otras naciones, no estaban dispuestos a impartirles el conocimientoque an posean acerca de los servicios simblicos. Debavenir el verdadero Intrprete. Aquel que fuera prefigurado por todoslos smbolos deba explicar su significado.Dios haba hablado al mundo por medio de la naturaleza, las figuras,los smbolos, los patriarcas y los profetas. Las lecciones debanser dadas a la humanidad en su propio lenguaje. El Mensajero delpacto deba hablar. Su voz deba orse en su propio templo. Cristodeba venir para pronunciar palabras que pudiesen comprenderseclara y distintamente. El, el Autor de la verdad, deba separar laverdad del tamo de las declaraciones humanas que haban anuladosu efecto. Los principios del gobierno de Dios y el plan de redencindeban ser definidos claramente. Las lecciones del AntiguoTestamento deban ser presentadas plenamente a los hombres.Quedaban, sin embargo, entre los judos, almas firmes, descendientesde aquel santo linaje por cuyo medio se haba conservado elconocimiento de Dios. Confiaban an en la esperanza de la promesahecha a los padres. Fortalecan su fe espacindose en la seguridaddada por Moiss: El Seor vuestro Dios os levantar profeta devuestros hermanos, como yo; a l oiris en todas las cosas que oshablare.6 Adems, lean que el Seor iba a ungir a Uno para predicarbuenas nuevas a los abatidos, vendar a los quebrantados decorazn, publicar libertad a los cautivos y promulgar ao de labuena voluntad de Jehov.7 Lean que pondra en la tierra juicio;y las islas esperarn su ley, como asimismo andaran las gentes asu luz, y los reyes al resplandor de su nacimiento.8Las palabras que Jacob pronunciara en su lecho de muerte losllenaban de esperanza: No ser quitado el cetro de Jud, y el legis-[26] lador de entre sus pies, hasta que venga Shiloh.9 El desfallecientepoder de Israel atestiguaba que se acercaba la llegada del Mesas. Laprofeca de Daniel describa la gloria de su reinado sobre un imperioque sucedera a todos los reinos terrenales; y, deca el profeta: Permanecerpara siempre.10 Aunque pocos comprendan la naturalezade la misin de Cristo, era muy difundida la espera de un prncipepoderoso que establecera su reino en Israel, y se presentara a lasnaciones como libertador. 26. El cumplimiento del tiempo 25El cumplimiento del tiempo haba llegado. La humanidad, cadavez ms degradada por los siglos de transgresin, demandaba lavenida del Redentor. Satans haba estado obrando para ahondar yhacer insalvable el abismo entre el cielo y la tierra. Por sus mentiras,haba envalentonado a los hombres en el pecado. Se propona agotarla tolerancia de Dios, y extinguir su amor por el hombre, a fin deque abandonase al mundo a la jurisdiccin satnica.Satans estaba tratando de privar a los hombres del conocimientode Dios, de desviar su atencin del templo de Dios, y establecer supropio reino. Su contienda por la supremaca haba parecido tenercasi completo xito. Es cierto que en toda generacin Dios habatenido sus agentes. Aun entre los paganos, haba hombres por mediode quienes Cristo estaba obrando para elevar el pueblo de su pecadoy degradacin. Pero eran despreciados y odiados. A muchos se leshaba dado muerte. La obscura sombra que Satans haba echadosobre el mundo se volva cada vez ms densa.Mediante el paganismo, Satans haba apartado de Dios a loshombres durante muchos siglos; pero al pervertir la fe de Israelhaba obtenido su mayor triunfo. Al contemplar y adorar sus propiasconcepciones, los paganos haban perdido el conocimiento de Dios,y se haban ido corrompiendo cada vez ms. As haba sucedidotambin con Israel. El principio de que el hombre puede salvarsepor sus obras, que es fundamento de toda religin pagana, era yaprincipio de la religin judaica. Satans lo haba implantado; ydoquiera se lo adopte, los hombres no tienen defensa contra elpecado.El mensaje de la salvacin es comunicado a los hombres pormedio de agentes humanos. Pero los judos haban tratado de monopolizarla verdad que es vida eterna. Haban atesorado el man [27]viviente, que se haba trocado en corrupcin. La religin que habantratado de guardar para s lleg a ser un escndalo. Privaban a Diosde su gloria, y defraudaban al mundo por una falsificacin del Evangelio.Se haban negado a entregarse a Dios para la salvacin delmundo, y llegaron a ser agentes de Satans para su destruccin.El pueblo a quien Dios haba llamado para ser columna y basede la verdad, haba llegado a ser representante de Satans. Hacala obra que ste deseaba que hiciese, y segua una conducta querepresentaba falsamente el carcter de Dios y le haca considerar 27. 26 El Deseado de Todas las Gentespor el mundo como un tirano. Los mismos sacerdotes que servanen el templo haban perdido de vista el significado del servicio quecumplan. Haban dejado de mirar ms all del smbolo, a lo quesignificaba. Al presentar las ofrendas de los sacrificios, eran comoactores de una pieza de teatro. Los ritos que Dios mismo habaordenado eran trocados en medios de cegar la mente y endurecer elcorazn. Dios no poda hacer ya ms nada para el hombre por mediode ellos. Todo el sistema deba ser desechado.El engao del pecado haba llegado a su culminacin. Habansido puestos en operacin todos los medios de depravar las almasde los hombres. El Hijo de Dios, mirando al mundo, contemplabasufrimiento y miseria. Vea con compasin cmo los hombres habanllegado a ser vctimas de la crueldad satnica. Miraba con piedad aaquellos a quienes se estaba corrompiendo, matando y perdiendo.Haban elegido a un gobernante que los encadenaba como cautivosa su carro. Aturdidos y engaados avanzaban en lbrega procesinhacia la ruina eterna, hacia la muerte en la cual no hay esperanzade vida, hacia la noche que no ha de tener maana. Los agentessatnicos estaban incorporados con los hombres. Los cuerpos de losseres humanos, hechos para ser morada de Dios, haban llegado a serhabitacin de demonios. Los sentidos, los nervios, las pasiones, losrganos de los hombres, eran movidos por agentes sobrenaturalesen la complacencia de la concupiscencia ms vil. La misma estampade los demonios estaba grabada en los rostros de los hombres, quereflejaban la expresin de las legiones del mal que los posean. Fulo que contempl el Redentor del mundo. Qu espectculo para la[28] Pureza Infinita!El pecado haba llegado a ser una ciencia, y el vicio era consagradocomo parte de la religin. La rebelin haba hundido susraces en el corazn, y la hostilidad del hombre era muy violentacontra el cielo. Se haba demostrado ante el universo que, separadade Dios, la humanidad no puede ser elevada. Un nuevo elemento devida y poder tiene que ser impartido por Aquel que hizo el mundo.Con intenso inters, los mundos que no haban cado haban miradopara ver a Jehov levantarse y barrer a los habitantes de la tierra.Y si Dios hubiese hecho esto, Satans estaba listo para llevar a cabosu plan de asegurarse la obediencia de los seres celestiales. El habadeclarado que los principios del gobierno divino hacen imposible 28. El cumplimiento del tiempo 27el perdn. Si el mundo hubiera sido destrudo, habra sostenido quesus acusaciones eran ciertas. Estaba listo para echar la culpa sobreDios, y extender su rebelin a los mundos superiores. Pero en vezde destruir al mundo, Dios envi a su Hijo para salvarlo. Aunqueen todo rincn de la provincia enajenada se notaba corrupcin ydesafo, se provey un modo de rescatarla. En el mismo momentode la crisis, cuando Satans pareca estar a punto de triunfar, el Hijode Dios vino como embajador de la gracia divina. En toda poca yen todo momento, el amor de Dios se haba manifestado en favorde la especie cada. A pesar de la perversidad de los hombres, hubosiempre indicios de misericordia. Y llegada la plenitud del tiempo,la Divinidad se glorific derramando sobre el mundo tal efusin degracia sanadora, que no se interrumpira hasta que se cumpliese elplan de salvacin.Satans se estaba regocijando de que haba logrado degradar laimagen de Dios en la humanidad. Entonces vino Jess a restaurar enel hombre la imagen de su Hacedor. Nadie, excepto Cristo, puedeamoldar de nuevo el carcter que ha sido arruinado por el pecado. Elvino para expulsar a los demonios que haban dominado la voluntad.Vino para levantarnos del polvo, para rehacer segn el modelo divinoel carcter que haba sido mancillado, para hermosearlo con supropia gloria. [29]!Glatas 4:4, 5.2Ezequiel 12:22 (VM).3Gnesis 15:14.4xodo 12:41.!Glatas 4:4, 5.5Mateo 2:18.6Hechos 3:22.7Isaas 61:1, 2.8Isaas 42:4; 60:3.9Gnesis 49:10.10Daniel 2:44. 29. Captulo 4Un salvador os es nacidoEste Captulo est basado en Lucas 2:1-20.El rey de gloria se rebaj a revestirse de humanidad. Tosco yrepelente fu el ambiente que le rode en la tierra. Su gloria se velpara que la majestad de su persona no fuese objeto de atraccin.Rehuy toda ostentacin externa. Las riquezas, la honra mundanal yla grandeza humana no pueden salvar a una sola alma de la muerte;Jess se propuso que ningn halago de ndole terrenal atrajera as los hombres a su lado. Unicamente la belleza de la verdad celestialdeba atraer a quienes le siguiesen. El carcter del Mesas haba sidopredicho desde mucho antes en la profeca, y l deseaba que loshombres le aceptasen por el testimonio de la Palabra divina.Los ngeles se haban maravillado del glorioso plan de redencin.Con atencin miraban cmo el pueblo de Dios iba a recibir a suHijo, revestido con el manto de la humanidad. Vinieron los ngelesa la tierra del pueblo elegido. Las otras naciones crean en fbulasy adoraban falsos dioses. Pero los ngeles fueron a la tierra dondela gloria de Dios se haba revelado y haba resplandecido la luzde la profeca. Vinieron sin ser vistos a Jerusaln, se acercaron alos que deban exponer los Sagrados Orculos, a los ministros dela casa de Dios. Ya haba sido anunciada al sacerdote Zacaras laproximidad de la venida de Cristo, mientras serva ante el altar.Ya haba nacido el precursor, y su misin estaba corroborada pormilagros y profecas. Haban cundido las nuevas de su nacimiento ydel maravilloso significado de su misin. Y sin embargo, Jerusalnno se preparaba para dar la bienvenida a su Redentor.Los mensajeros celestiales contemplaban con asombro la indiferenciade aquel pueblo a quien Dios llamara a comunicar al mundola luz de la verdad sagrada. La nacin juda haba sido conservadacomo testigo de que Cristo haba de nacer de la simiente de Abrahny del linaje de David; y sin embargo, no saba que su venida se[30] acercaba. En el templo, el sacrificio matutino y el vespertino se-28 30. Un salvador os es nacido 29alaban diariamente al Cordero de Dios; sin embargo, ni aun allse haban hecho los preparativos para recibirle. Los sacerdotes ymaestros de la nacin no saban que estaba por acontecer el mayorsuceso de los siglos. Repetan sus rezos sin sentido y ejecutaban losritos del culto para ser vistos de los hombres, pero en su lucha paraobtener riquezas y honra mundanal, no estaban preparados para larevelacin del Mesas. Y la misma indiferencia reinaba en toda latierra de Israel. Los corazones egostas y amantes del mundo no seconmovan por el gozo que embargaba a todo el cielo. Slo unospocos anhelaban ver al Invisible. A los tales fu enviada la embajadacelestial.Hubo ngeles que acompaaron a Jos y Mara en su viaje deNazaret a la ciudad de David. El edicto de la Roma imperial paraempadronar a los pueblos de sus vastos dominios alcanz hasta losmoradores de las colinas de Galilea. Como antao Ciro fu llamadoal trono del imperio universal para que libertase a los cautivos deJehov, as tambin Augusto Csar hubo de cumplir el propsito deDios de traer a la madre de Jess a Beln. Ella era del linaje de David;y el Hijo de David deba nacer en la ciudad de David. De Beln,haba dicho el profeta, saldr el que ser Seor en Israel; cuyaprocedencia es1 desde el principio, desde los das de la eternidad.2Pero Jos y Mara no fueron reconocidos ni honrados en la ciudad desu linaje real. Cansados y sin hogar, siguieron en toda su longitud laestrecha calle, desde la puerta de la ciudad hasta el extremo oriental,buscando en vano un lugar donde pasar la noche. No haba sitio paraellos en la atestada posada. Por fin, hallaron refugio en un toscoedificio que daba albergue a las bestias, y all naci el Redentor delmundo.Sin que lo supieran los hombres, las nuevas llenaron el cielo deregocijo. Los seres santos del mundo de luz se sintieron atradoshacia la tierra por un inters ms profundo y tierno. El mundo enteroqued ms resplandeciente por la presencia del Redentor. Sobre loscollados de Beln se reunieron innumerables ngeles a la espera deuna seal para declarar las gratas nuevas al mundo. Si los dirigentesde Israel hubieran sido fieles, podran haber compartido el gozo deanunciar el nacimiento de Jess. Pero hubo que pasarlos por alto. [31]Dios declar: Derramar aguas sobre el secadal, y ros sobrela tierra rida. Resplandeci en las tinieblas luz a los rectos.3 31. 30 El Deseado de Todas las GentesPara los que busquen la luz, y la acepten con alegra, brillarn losesplendentes rayos del trono de Dios.En los campos donde el joven David apacentara sus rebaos,haba todava pastores que velaban. Durante las silenciosas horas dela noche, hablaban del Salvador prometido, y oraban por la venidadel Rey al trono de David. Y he aqu el ngel del Seor vino sobreellos, y la claridad de Dios los cerc de resplandor; y tuvieron grantemor. Mas el ngel les dijo: No temis; porque he aqu os doynuevas de gran gozo, que ser para todo el pueblo: Que os ha nacidohoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Seor.Al or estas palabras, las mentes de los atentos pastores se llenaronde visiones gloriosas. El Libertador haba nacido en Israel! Consu llegada, se asociaban el poder, la exaltacin, el triunfo. Pero elngel deba prepararlos para reconocer a su Salvador en la pobrezay humillacin. Esto os ser por sealles dijo:hallaris al nioenvuelto en paales, echado en un pesebre.El mensajero celestial haba calmado sus temores. Les habadicho cmo hallar a Jess. Con tierna consideracin por su debilidadhumana, les haba dado tiempo para acostumbrarse al resplandordivino. Luego el gozo y la gloria no pudieron ya mantenerse ocultos.Toda la llanura qued iluminada por el resplandor de las huestesdivinas. La tierra enmudeci, y el cielo se inclin para escuchar elcanto:Gloria en las alturas a Dios, y en la tierra paz,buena voluntad para con los hombres.Ojal la humanidad pudiese reconocer hoy aquel canto! Ladeclaracin hecha entonces, la nota pulsada, ir ampliando sus ecoshasta el fin del tiempo, y repercutir hasta los ltimos confines de latierra. Cuando el Sol de justicia salga, con sanidad en sus alas, aquelhimno ser repetido por la voz de una gran multitud, como la vozde muchas aguas, diciendo: Aleluya: porque rein el Seor nuestroDios Todopoderoso.4Al desaparecer los ngeles, la luz se disip, y las tinieblas volvierona invadir las colinas de Beln. Pero en la memoria de los pastores[32] qued el cuadro ms resplandeciente que hayan contemplado losojos humanos. Y aconteci que como los ngeles se fueron de ellos 32. Un salvador os es nacido 31al cielo, los pastores dijeron los unos a los otros: Pasemos pues hastaBethlehem, y veamos esto que ha sucedido, que el Seor nos hamanifestado. Y vinieron apriesa, y hallaron a Mara, y a Jos, y alnio acostado en el pesebre.Con gran gozo salieron y dieron a conocer cuanto haban visto yodo. Y todos los que oyeron, se maravillaban de lo que los pastoresles decan. Mas Mara guardaba todas estas cosas, confirindolas ensu corazn. Y se volvieron los pastores glorificando y alabando aDios.El cielo y la tierra no estn ms alejados hoy que cuando lospastores oyeron el canto de los ngeles. La humanidad sigue hoysiendo objeto de la solicitud celestial tanto como cuando los hombrescomunes, de ocupaciones ordinarias, se encontraban con los ngelesal medioda, y hablaban con los mensajeros celestiales en las viasy los campos. Mientras recorremos las sendas humildes de la vida,el cielo puede estar muy cerca de nosotros. Los ngeles de los atrioscelestes acompaarn los pasos de aquellos que vayan y vengan a laorden de Dios.La historia de Beln es un tema inagotable. En ella se ocultala profundidad de las riquezas de la sabidura y de la ciencia deDios.5 Nos asombra el sacrificio realizado por el Salvador al trocarel trono del cielo por el pesebre, y la compaa de los ngeles que leadoraban por la de las bestias del establo. La presuncin y el orgullohumanos quedan reprendidos en su presencia. Sin embargo, aquellono fu sino el comienzo de su maravillosa condescendencia. Habrasido una humillacin casi infinita para el Hijo de Dios revestirsede la naturaleza humana, aun cuando Adn posea la inocencia delEdn. Pero Jess acept la humanidad cuando la especie se hallabadebilitada por cuatro mil aos de pecado. Como cualquier hijo deAdn, acept los efectos de la gran ley de la herencia. Y la historiade sus antepasados terrenales demuestra cules eran aquellos efectos.Mas l vino con una herencia tal para compartir nuestras penas ytentaciones, y darnos el ejemplo de una vida sin pecado.En el cielo, Satans haba odiado a Cristo por la posicin queocupara en las cortes de Dios. Le odi aun ms cuando se vi destronado.Odiaba a Aquel que se haba comprometido a redimir a [33]una raza de pecadores. Sin embargo, a ese mundo donde Satanspretenda dominar, permiti Dios que bajase su Hijo, como nio im- 33. 32 El Deseado de Todas las Gentespotente, sujeto a la debilidad humana. Le dej arrostrar los peligrosde la vida en comn con toda alma humana, pelear la batalla comola debe pelear cada hijo de la familia humana, aun a riesgo de sufrirla derrota y la prdida eterna.El corazn del padre humano se conmueve por su hijo. Mientrasmira el semblante de su hijito, tiembla al pensar en los peligros de lavida. Anhela escudarlo del poder de Satans, evitarle las tentacionesy los conflictos. Mas Dios entreg a su Hijo unignito para quehiciese frente a un conflicto ms acerbo y a un riesgo ms espantoso,a fin de que la senda de la vida fuese asegurada para nuestrospequeuelos. En esto consiste el amor. Maravillaos, oh cielos![34] Asmbrate, oh tierra!1 Versin Moderna.2Miqueas 5:2.3Isaas 44:3; Salmos 112:4.4Apocalipsis 19:6.5Romanos 11:33. 34. Captulo 5La dedicacinEste captulo est basado en Lucas 2:21-38.Como cuarenta das despus del nacimiento de Jess, Jos yMara le llevaron a Jerusaln, para presentarle al Seor y ofrecersacrificio. Ello estaba de acuerdo con la ley judaica, y como substitutodel hombre, Jess deba conformarse a la ley en todo detalle.Ya haba sido sometido al rito de la circuncisin, en seal de suobediencia a la ley.Como ofrenda a favor de la madre, la ley exiga un cordero deun ao como holocausto, y un pichn de paloma como ofrenda porel pecado. Pero la ley estatua que si los padres eran demasiadopobres para traer un cordero, poda aceptarse un par de trtolas o depichones de palomas, uno para holocausto y el otro como ofrendapor el pecado.Las ofrendas presentadas al Seor deban ser sin mcula. Estasofrendas representaban a Cristo, y por ello es evidente que Jessmismo estaba exento de toda deformidad fsica. Era el cordero sinmancha y sin contaminacin.1 Su organismo fsico no era afeadopor defecto alguno; su cuerpo era sano y fuerte. Y durante toda suvida vivi en conformidad con las leyes de la naturaleza. Tanto fsicacomo espiritualmente, era un ejemplo de lo que Dios quera quefuese toda la humanidad mediante la obediencia a sus leyes.La dedicacin de los primognitos se remontaba a los primerostiempos. Dios haba prometido el Primognito del cielo para salvaral pecador. Este don deba ser reconocido en toda familia por laconsagracin del primer hijo. Haba de ser dedicado al sacerdocio,como representante de Cristo entre los hombres.Cuando Israel fu librado de Egipto, la dedicacin de los primognitosfu ordenada de nuevo. Mientras los hijos de Israel servana los egipcios, el Seor indic a Moiss que fuera al rey de Egiptoy le dijera: Jehov ha dicho as: Israel es mi hijo, mi primognito.Ya te he dicho que dejes ir a mi hijo para que me sirva, mas no has [35]33 35. 34 El Deseado de Todas las Gentesquerido dejarlo ir: he aqu yo voy a matar a tu hijo, tu primognito.2Moiss di su mensaje; pero la respuesta del orgulloso monarcafu: Quin es Jehov, para que yo oiga su voz y deje ir a Israel?Yo no conozco a Jehov, ni tampoco dejar ir a Israel.3 Jehovobr en favor de su pueblo mediante seales y prodigios, y enviterribles juicios sobre el faran. Por fin el ngel destructor recibila orden de matar a los primognitos de hombres y animales deentre los egipcios. A fin de que fuesen perdonados, los israelitasrecibieron la indicacin de rociar sus dinteles con la sangre de uncordero inmolado. Cada casa haba de ser sealada, a fin de quecuando pasase el ngel en su misin de muerte, omitiera los hogaresde los israelitas.Despus de enviar este castigo sobre Egipto, Jehov dijo a Moiss:Santifcame todo primognito,... as de los hombres como delos animales: mo es. Porque ... desde el da que yo mat todoslos primognitos en la tierra de Egipto, yo santifiqu a m todoslos primognitos en Israel, as de hombres como de animales: mossern: Yo Jehov.4 Una vez establecido el servicio del tabernculo,el Seor eligi a la tribu de Lev en lugar de los primognitos detodo Israel, para que sirviese en su santuario. Pero deba seguir considerndosea los primognitos como propiedad del Seor, y debanser redimidos por rescate.As que la ley de presentar a los primognitos era muy significativa.Al par que conmemoraba el maravilloso libramiento de loshijos de Israel por el Seor, prefiguraba una liberacin mayor querealizara el unignito Hijo de Dios. As como la sangre rociadasobre los dinteles haba salvado a los primognitos de Israel, tienela sangre de Cristo poder para salvar al mundo.Cunto significado tena, pues, la presentacin de Cristo! Mas elsacerdote no vi a travs del velo; no ley el misterio que encubra.La presentacin de los nios era escena comn. Da tras da, elsacerdote reciba el precio del rescate al ser presentados los niosa Jehov. Da tras da cumpla con la rutina de su trabajo, casi sinprestar atencin a padres o nios, a menos que notase algn indiciode riqueza o de alta posicin social en los padres. Jos y Mara eran[36] pobres; y cuando vinieron con el nio, el sacerdote no vi sino a unhombre y una mujer vestidos como los galileos, y con las ropas ms 36. La dedicacin 35humildes. No haba en su aspecto nada que atrajese la atencin, ypresentaban tan slo la ofrenda de las clases ms pobres.El sacerdote cumpli la ceremonia oficial. Tom al nio en susbrazos, y le sostuvo delante del altar. Despus de devolverlo a sumadre, inscribi el nombre Jess en el rollo de los primognitos.No sospech, al tener al niito en sus brazos, que se trataba dela Majestad del Cielo, el Rey de Gloria. No pens que ese nioera Aquel de quien Moiss escribiera: El Seor vuestro Dios oslevantar profeta de vuestros hermanos, como yo; a l oiris en todaslas cosas que os hablare.5 No pens que ese nio era Aquel cuyagloria Moiss haba pedido ver. Pero el que estaba en los brazos delsacerdote era mayor que Moiss; y cuando dicho sacerdote registrel nombre del nio, registr el nombre del que era el fundamento detoda la economa judaica. Este nombre haba de ser su sentencia demuerte; pues el sistema de sacrificios y ofrendas envejeca; el tipohaba llegado casi a su prototipo, la sombra a su substancia.La presencia visible de Dios se haba apartado del santuario,mas en el nio de Beln estaba velada la gloria ante la cual losngeles se postran. Este nio inconsciente era la Simiente prometida,sealada por el primer altar erigido ante la puerta del Edn. EraShiloh, el pacificador. Era Aquel que se presentara a Moiss comoel YO SOY. Era Aquel que, en la columna de nube y de fuego,haba guiado a Israel. Era Aquel, que de antiguo predijeran losvidentes. Era el Deseado de todas las gentes, la Raz, la Posteridadde David, la brillante Estrella de la Maana. El nombre de aquelniito impotente, inscrito en el registro de Israel como Hermanonuestro, era la esperanza de la humanidad cada. El nio por quiense pagara el rescate era Aquel que haba de pagar la redencin de lospecados del mundo entero. Era el verdadero gran sacerdote sobre lacasa de Dios, la cabeza de un sacerdocio inmutable, el intercesora la diestra de la Majestad en las alturas.6Las cosas espirituales se disciernen espiritualmente. En el templo,el Hijo de Dios fu dedicado a la obra que haba venido a hacer.El sacerdote le mir como a cualquier otro nio. Pero aunque l novi ni sinti nada inslito, el acto de Dios al dar a su Hijo al mundo [37]no pas inadvertido. Esta ocasin no pas sin algn reconocimientodel Cristo. Haba un hombre en Jerusalem, llamado Simen, y estehombre, justo y po, esperaba la consolacin de Israel: y el Espritu 37. 36 El Deseado de Todas las GentesSanto era sobre l. Y haba recibido respuesta del Espritu Santo,que no vera la muerte antes que viese al Cristo del Seor.Al entrar Simen en el templo, vi a una familia que presentabasu primognito al sacerdote. Su aspecto indicaba pobreza; peroSimen comprendi las advertencias del Espritu, y tuvo la profundaimpresin de que el nio presentado al Seor era la Consolacinde Israel, Aquel a quien tanto haba deseado ver. Para el sacerdoteasombrado, Simen era un hombre arrobado en xtasis. El niohaba sido devuelto a Mara, y l lo tom en sus brazos y lo presenta Dios, mientras que inundaba su alma un gozo que nunca sintiantes. Mientras elevaba al Nio Salvador hacia el cielo, exclam:Ahora despides, Seor, a tu siervo, conforme a tu palabra, en paz;porque han visto mis ojos tu salvacin, la cual has aparejado enpresencia de todos los pueblos; luz para ser revelada a los Gentiles,y la gloria de tu pueblo Israel.El espritu de profeca estaba sobre este hombre de Dios, y mientrasque Jos y Mara permanecan all, admirados de sus palabras,los bendijo, y dijo a Mara: He aqu, ste es puesto para cada ypara levantamiento de muchos en Israel; y para seal a la que sercontradicho [blanco de contradiccin, V.M.]; y una espada traspasartu alma de ti misma, para que sean manifestados los pensamientosde muchos corazones.Tambin Ana la profetisa vino y confirm el testimonio de Simenacerca de Cristo. Mientras hablaba Simen, el rostro de ella seilumin con la gloria de Dios, y expres su sentido agradecimientopor habrsele permitido contemplar a Cristo el Seor.Estos humildes adoradores no haban estudiado las profecas envano. Pero los que ocupaban los puestos de gobernantes y sacerdotesen Israel, aunque haban tenido delante de s los preciosos orculosprofticos, no andaban en el camino del Seor, y sus ojos no estaban[38] abiertos para contemplar la Luz de la vida.As sucede todava. Pasan inadvertidos para los dirigentes religiososy para los que adoran en la casa de Dios, acontecimientos enlos cuales se concentra la atencin de todo el cielo. Los hombresreconocen a Cristo en la historia mientras se apartan del Cristo viviente.El Cristo que en su Palabra invita a la abnegacin, el que esten los pobres y dolientes que suplican ayuda, en la causa justa que 38. La dedicacin 37entraa pobreza, trabajos y oprobio, no es recibido ms vidamentehoy que hace mil ochocientos aos.Mara reflexion en la amplia y profunda profeca de Simen.Mientras miraba al nio que tena en sus brazos, y recordaba laspalabras de los pastores de Beln, rebosaba de gozo agradecido yalegre esperanza. Las palabras de Simen le recordaban las declaracionesprofticas de Isaas: Saldr una vara del tronco de Isa, yun vstago retoar de sus races. Y reposar sobre l el espritu deJehov; espritu de sabidura y de inteligencia, espritu de consejo yde fortaleza, espritu de conocimiento y de temor de Jehov.... Y serla justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceidor de sus riones.El pueblo que andaba en tinieblas vi gran luz: los que moraban entierra de sombra de muerte, luz resplandeci sobre ellos.... Porqueun nio nos es nacido, hijo nos es dado; y el principado sobre suhombro: y llamarse su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte,Padre eterno, Prncipe de paz.7Sin embargo, Mara no entenda la misin de Cristo. En suprofeca, Simen lo haba denominado luz que iba a ser revelada a losgentiles, y gloria de Israel. As tambin los ngeles haban anunciadoel nacimiento de Cristo como nuevas de gozo para todos los pueblos.Dios estaba tratando de corregir el estrecho concepto de los judosrespecto de la obra del Mesas. Deseaba que le contemplasen, noslo como el libertador de Israel, sino como Redentor del mundo.Pero deban transcurrir muchos aos antes de que la madre de Jesscomprendiese la misin de l.Mara esperaba el reinado del Mesas en el trono de David, perono vea el bautismo de sufrimiento por cuyo medio deba ganarlo.Simen revel el hecho de que el Mesas no iba a encontrar unasenda expedita por el mundo. En las palabras dirigidas a Mara: Unaespada traspasar tu alma, Dios, en su misericordia, di a conocer a [39]la madre de Jess la angustia que por l ya haba empezado a sufrir.He aquhaba dicho Simen,ste es puesto para cada ypara levantamiento de muchos en Israel; y para seal a la que sercontradicho. Deben caer los que quieren volverse a levantar. Debemoscaer sobre la Roca y ser quebrantados, antes que podamos serlevantados en Cristo. El yo debe ser destronado, el orgullo debe serhumillado, si queremos conocer la gloria del reino espiritual. Losjudos no queran aceptar la honra que se alcanza por la humilla- 39. 38 El Deseado de Todas las Gentescin. Por lo tanto, no quisieron recibir a su Redentor. Fu una sealcontradicha.Para que sean manifestados los pensamientos de muchos corazones.A la luz de la vida del Salvador, el corazn de cada uno, aundesde el Creador hasta el prncipe de las tinieblas, ser revelado. Satanspresentaba a Dios como un ser egosta y opresor, que lo pedatodo y no daba nada, que exiga el servicio de sus criaturas para supropia gloria, sin hacer ningn sacrificio para su bien. Pero el donde Cristo revela el corazn del Padre. Testifica que los pensamientosde Dios hacia nosotros son pensamientos de paz, y no de mal.8Declara que aunque el odio que Dios siente por el pecado es tanfuerte como la muerte, su amor hacia el pecador es ms fuerte quela muerte. Habiendo emprendido nuestra redencin, no escatimarnada, por mucho que le cueste, de lo que sea necesario para laterminacin de su obra. No se retiene ninguna verdad esencial paranuestra salvacin, no se omite ningn milagro de misericordia, nose deja sin empleo ningn agente divino. Se acumula un favor sobreotro, una ddiva sobre otra. Todo el tesoro del cielo est abierto aaquellos a quienes l trata de salvar. Habiendo reunido las riquezasdel universo, y abierto los recursos de la potencia infinita, lo entregatodo en las manos de Cristo y dice: Todas estas cosas son para elhombre. Usalas para convencerlo de que no hay mayor amor que elmo en la tierra o en el cielo. Amndome hallar su mayor felicidad.En la cruz del Calvario, el amor y el egosmo se encontraronfrente a frente. All fu hecha su manifestacin culminante. Cristohaba vivido tan slo para consolar y bendecir, y al darle muerte, Satansmanifest la perversidad de su odio contra Dios. Hizo evidente[40] que el propsito verdadero de su rebelin era destronar a Dios, ydestruir a Aquel por quien el amor de Dios se manifestaba.Por la vida y la muerte de Cristo, los pensamientos de los hombresson puestos en evidencia. Desde el pesebre hasta la cruz, la vidade Jess fu una vocacin de entrega de s mismo, y de participacinen los sufrimientos. Revel los propsitos de los hombres. Jessvino con la verdad del cielo, y todos los que escucharon la voz delEspritu Santo fueron atrados a l. Los que se adoraban a s mismospertenecan al reino de Satans. En su actitud hacia Cristo, todosiban a demostrar en qu lado estaban. Y as cada uno pronunciajuicio sobre s mismo. 40. La dedicacin 39En el da del juicio final, cada alma perdida comprender la naturalezade su propio rechazamiento de la verdad. Se presentar la cruzy toda mente que fu cegada por la transgresin ver su verdaderosignificado. Ante la visin del Calvario con su Vctima misteriosa,los pecadores quedarn condenados. Toda excusa mentirosa quedaranulada. La apostasa humana aparecer en su odioso carcter. Loshombres vern lo que fu su eleccin. Toda cuestin de verdad yerror en la larga controversia quedar entonces aclarada. A juiciodel universo, Dios quedar libre de toda culpa por la existencia ocontinuacin del mal. Se demostrar que los decretos divinos no sonaccesorios al pecado. No haba defecto en el gobierno de Dios, nicausa de desafecto. Cuando los pensamientos de todos los corazonessean revelados, tanto los leales como los rebeldes se unirn paradeclarar: Justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos.Quin no te temer, oh Seor, y engrandecer tu nombre? ... Porquetus juicios son manifestados.9 [41]11 Pedro 1:19.2xodo 4:22, 23.3xodo 5:2.4xodo 13:2; Nmeros 3:13.5Hechos 3:22.6Hebreos 10:21; 7:24; 1:3.7Isaas 11:1-5; 9:2-6.8Jeremas 29:11.9Apocalipsis 15:3, 4. 41. Captulo 6Su estrella hemos vistoEste captulo est basado en Mateo 2.Y Como fu nacido Jess en Bethlehem de Judea en das delrey Herodes, he aqu unos magos vinieron del oriente a Jerusalem,diciendo: Dnde est el Rey de los Judos, que ha nacido? porquesu estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.Los magos del Oriente eran filsofos. Pertenecan a la clasenumerosa e influyente, que inclua hombres de noble alcurnia yposea gran parte de las riquezas y del saber de su nacin. Entre elloshaba muchos que explotaban la credulidad del pueblo. Otros eranhombres rectos que estudiaban las manifestaciones de la Providenciaen la naturaleza, y eran honrados por su integridad y sabidura. Deeste carcter eran los magos que vinieron a Jess.La luz de Dios est siempre resplandeciendo aun en medio de lastinieblas del paganismo. Mientras estos magos estudiaban los cielostachonados de estrellas, y trataban de escudriar el oculto misteriode sus brillantes derroteros, contemplaban la gloria del Creador.Buscando un conocimiento ms claro, se dirigieron a las Escriturashebreas. En su propia tierra, se conservaban escritos profticos quepredecan la llegada de un maestro divino. Balaam era uno de esosmagos, aunque fuera en un tiempo profeta de Dios; por el EsprituSanto haba predicho la prosperidad de Israel y la aparicin delMesas; y sus profecas se haban transmitido por la tradicin desiglo en siglo. Pero en el Antiguo Testamento, el advenimiento delSalvador se revelaba ms claramente. Con gozo supieron los magosque su venida se acercaba, y que todo el mundo iba a quedar llenodel conocimiento de la gloria de Jehov.Los magos haban visto una luz misteriosa en los cielos la nocheen que la gloria de Dios inund las colinas de Beln. Al desvanecersela luz, apareci una estrella luminosa que permaneci en los cielos.[42] No era una estrella fija ni un planeta, y el fenmeno excit el mayorinters. Esa estrella era un distante grupo de resplandecientes nge-40 42. Su estrella hemos visto 41les, pero los sabios lo ignoraban. Sin embargo, tenan la impresinde que la estrella era de especial importancia para ellos. Consultarona los sacerdotes y filsofos, y examinaron los rollos de los antiguosanales. La profeca de Balaam declaraba: Saldr estrella de Jacob, ylevantarse cetro de Israel.1 Podra haber sido enviada esta extraaestrella como precursora del Prometido? Los magos haban recibidocon gratitud la luz de la verdad enviada por el cielo; ahora esa luz sederramaba sobre ellos en rayos ms brillantes. En sueos, recibieronla indicacin de ir en busca del Prncipe recin nacido.As como por la fe Abrahn sali al llamamiento de Dios, sinsaber dnde iba;2 as como por la fe Israel sigui la columna denube hasta la tierra prometida, estos gentiles salieron para hallar alSalvador prometido. En el Oriente abundaban las cosas preciosas, ylos magos no salieron con las manos vacas. Era costumbre ofrecerpresentes como acto de homenaje a los prncipes u otros personajesencumbrados, y los magos llevaron los ms ricos dones de su tierracomo ofrenda a Aquel en quien todas las familias de la tierra iban aser bendecidas. Era necesario viajar de noche a fin de poder ver laestrella; pero los viajeros pasaban el tiempo repitiendo sus dichostradicionales y orculos profticos relativos a Aquel a quien buscaban.En cada descanso, escudriaban las profecas; y se afirmabaen ellos la conviccin de que eran guiados divinamente. Mientrastenan la estrella por delante como seal externa, tenan tambin laevidencia interna del Espritu Santo que estaba impresionando suscorazones, y les inspiraba esperanza. El viaje, aunque largo, fu paraellos muy feliz.Cuando llegaron a la tierra de Israel, y mientras bajaban delmonte de las Olivas, teniendo a Jerusaln a la vista, he aqu quela estrella que los haba guiado durante todo el camino se detuvosobre el templo, y despus de un momento desapareci de su vista.Con avidez aceleraron el paso, esperando con toda confianza que elnacimiento del Mesas sera el motivo de toda conversacin. Peropreguntaron en vano al respecto. Entrando en la ciudad santa, sedirigieron hacia el templo. Para su gran asombro, no encontraron all [43]nadie que pareciese saber nada del recin nacido Rey. Sus preguntasno provocaban expresiones de gozo, sino ms bien de sorpresa ytemor, y hasta de desprecio. 43. 42 El Deseado de Todas las GentesLos sacerdotes repetan tradiciones. Hacan alarde de su religiny de su piedad personal, mientras denunciaban a los griegos y romanoscomo paganos, y ms pecadores que los dems. Los magos noeran idlatras, y a la vista de Dios ocupaban una posicin muchoms elevada que aquellos que profesaban adorarle; y sin embargo,los judos los consideraban paganos. Aun entre aquellos que fuerondesignados guardianes de los Santos Orculos, sus vidas preguntasno despertaron simpata.La noticia de la llegada de los magos cundi rpidamente portoda Jerusaln. Su extraa misin cre agitacin entre el pueblo,agitacin que penetr hasta en el palacio del rey Herodes. El astutoidumeo qued perturbado por la insinuacin de que pudiese tenerun rival. Innumerables crmenes haban manchado el camino de suascensin al trono. Por ser de sangre extranjera, era odiado por elpueblo sobre el cual reinaba. Su nica seguridad estribaba en el favorde Roma. Pero este nuevo prncipe tena un derecho superior. Habanacido para el reino.Herodes temi que los sacerdotes estuviesen maquinando conlos extranjeros para excitar un tumulto popular que lo destronase.Sin embargo, ocult su desconfianza, resuelto a hacer abortar susplanes por una astucia superior. Reuniendo a los prncipes de lossacerdotes y escribas, los interrog acerca de lo que enseaban suslibros sagrados con respecto al lugar en que haba de nacer el Mesas.Esta investigacin del que usurpara el trono, hecha a peticin deunos extranjeros, hiri el orgullo de los maestros judos. La indiferenciacon que se refirieron a los rollos de la profeca air al celosotirano. Pens que estaban tratando de ocultarle su conocimiento delasunto. Con una autoridad que no se atrevan a despreciar, les ordenque escudriasen atentamente y le declarasen el lugar donde debanacer el Rey que esperaban. Y ellos le dijeron: En Bethlehem de[44] Judea; porque as est escrito por el profeta:Y t, Bethlehem, de tierra de Jud,no eres muy pequea entre los prncipes de Jud;porque de ti saldr un guiador,que apacentar a mi pueblo Israel.3 44. Su estrella hemos visto 43Herodes invit entonces a los magos a entrevistarse privadamentecon l. Dentro de su corazn, ruga una tempestad de ira y temor,pero conservaba un exterior sereno, y recibi cortsmente a losextranjeros. Indag acerca del tiempo en que les haba aparecido laestrella, y simul saludar con gozo la indicacin del nacimiento deCristo. Dijo a sus visitantes: Andad all, y preguntad con diligenciapor el nio; y despus que le hallareis, hacdmelo saber, para queyo tambin vaya y le adore. Y as diciendo, los despidi para quefuesen a Beln.Los sacerdotes y ancianos de Jerusaln no eran tan ignorantesacerca del nacimiento de Cristo como aparentaban. El informe dela visita de los ngeles a los pastores haba sido llevado a Jerusaln,pero los rabinos lo haban considerado indigno de su atencin. Ellospodran haber encontrado a Jess, y haber estado listos para conducira los magos al lugar donde naciera; pero en vez de ello, los sabiosvinieron a llamarles la atencin al nacimiento del Mesas. Dndeest el Rey de los Judos que ha nacido?dijeron;porque suestrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.Entonces el orgullo y la envidia cerraron la puerta a la luz. Si losinformes trados por los pastores y los magos haban de ser aceptados,eso colocaba a los sacerdotes y rabinos en una posicin pocoenvidiable, pues desmenta su pretensin de ser exponentes de laverdad de Dios. Esos sabios maestros no queran rebajarse a recibirinstrucciones de aquellos a quienes llamaban paganos. No poda ser,razonaban, que Dios los hubiera pasado por alto para comunicarsecon pastores ignorantes y gentiles incircuncisos. Resolvieron demostrarsu desprecio por los informes que agitaban al rey Herodes ya toda Jerusaln. Ni aun quisieron ir a Beln para ver si esas cosaseran as. E indujeron al pueblo a considerar el inters en Jess comouna excitacin fantica. As empezaron a rechazar a Cristo los sacerdotesy rabinos. Desde entonces, su orgullo y terquedad fueron enaumento hasta transformarse en odio arraigado contra el Salvador.Mientras Dios estaba abriendo la puerta a los gentiles, los dirigentes [45]judos se la estaban cerrando a s mismos.Los magos salieron solos de Jerusaln. Las sombras de la nocheiban cayendo cuando pasaron por las puertas, pero para gran gozosuyo volvieron a ver la estrella, y ella los encamin hacia Beln.Ellos no haban recibido ninguna indicacin del humilde estado 45. 44 El Deseado de Todas las Gentesde Jess, como la que haba sido dada a los pastores. Despus dellargo viaje, se quedaron desilusionados por la indiferencia de losdirigentes judos, y haban salido de Jerusaln con menos confianzaque cuando entraron en la ciudad. En Beln, no encontraron ningunaguardia real para proteger al recin nacido Rey. No le asista ningunode los hombres honrados por el mundo. Jess se hallaba acostado enun pesebre. Sus padres, campesinos sin educacin, eran sus nicosguardianes. Poda ser aquel nio el personaje de quien se habaescrito que haba de levantar las tribus de Jacob y restaurar losasolamientos de Israel; que sera luz de las gentes, y salud hastalo postrero de la tierra?4Y entrando en la casa, vieron al nio con su madre Mara, ypostrndose, le adoraron. Bajo el humilde disfraz de Jess, reconocieronla presencia de la divinidad. Le dieron sus corazones comoa su Salvador, y entonces sacaron sus presentes, oro e inciensoy mirra. Qu fe la suya! Podra haberse dicho de los magos delOriente, como se dijo ms tarde del centurin romano: Ni aun enIsrael he hallado fe tanta.5Los magos no haban comprendido el designio de Herodes haciaJess. Cuando el objeto de su viaje fu logrado, se prepararon paravolver a Jerusaln, y se proponan darle cuenta de su xito. Pero enun sueo recibieron una orden divina de no comunicarse ms conl. Evitando pasar por Jerusaln, emprendieron el viaje de regresoa su pas por otro camino. Igualmente Jos recibi advertencia dehuir a Egipto con Mara y el nio. Y el ngel dijo: Estte all hastaque yo te lo diga; porque ha de acontecer, que Herodes buscar alnio para matarle. Jos obedeci sin dilacin, emprendiendo viajede noche para mayor seguridad.Mediante los magos, Dios haba llamado la atencin de la nacinjuda al nacimiento de su Hijo. Sus investigaciones en Jerusaln, el[46] inters popular que excitaron, y aun los celos de Herodes, cosas queatrajeron la atencin de los sacerdotes y rabinos, dirigieron los espritusa las profecas concernientes al Mesas, y al gran acontecimientoque acababa de suceder.Satans estaba resuelto a privar al mundo de la luz divina, yemple su mayor astucia para destruir al Salvador. Pero Aquel quenunca dormita ni duerme, velaba sobre su amado Hijo. Aquel quehaba hecho descender man del cielo para Israel, y haba alimentado 46. Su estrella hemos visto 45a Elas en tiempo de hambre, provey en una tierra pagana un refugiopara Mara y el nio Jess. Y mediante los regalos de los magosde un pas pagano, el Seor suministr los medios para el viaje aEgipto y la estada en esa tierra extraa.Los magos haban estado entre los primeros en dar la bienvenidaal Redentor. Su presente fu el primero depositado a sus pies. Ymediante este presente, qu privilegio de servir tuvieron! Dios sedeleita en honrar la ofrenda del corazn que ama, dndole la mayoreficacia en su servicio. Si hemos dado nuestro corazn a Jess, letraeremos tambin nuestros donativos. Nuestro oro y plata, nuestrasposesiones terrenales ms preciosas, nuestros dones mentales y espiritualesms elevados, sern dedicados libremente a Aquel que nosam y se di a s mismo por nosotros.Herodes esperaba impacientemente en Jerusaln el regreso delos magos. A medida que transcurra el tiempo y ellos no aparecan,se despertaron sus sospechas. La poca voluntad de los rabinos parasealar el lugar del nacimiento del Mesas pareca indicar que sehaban dado cuenta de su designio, y que los magos le evitaban apropsito. Este pensamiento le enfureca. La astucia haba fracasado,pero le quedaba el recurso de la fuerza. Iba a hacer un escarmientoen este nio rey. Aquellos altivos judos veran lo que podan esperarde sus tentativas de poner un monarca en el trono.Envi inmediatamente soldados a Beln con rdenes de matar atodos los nios menores de dos aos. Los tranquilos hogares de laciudad de David presenciaron aquellas escenas de horror que seissiglos antes haban sido presentadas al profeta. Voz fu oda enRam, grande lamentacin, lloro y gemido: Raquel que llora sushijos; y no quiso ser consolada, porque perecieron. [47]Los judos haban trado esta calamidad sobre s mismos. Sihubiesen andado con fidelidad y humildad delante de Dios, de algunamanera sealada l habra hecho inofensiva para ellos la ira del rey.Pero se haban separado de Dios por sus pecados, y haban rechazadoal Espritu Santo que era su nico escudo. No haban estudiadolas Escrituras con el deseo de conformarse a la voluntad de Dios.Haban buscado profecas que pudiesen interpretarse de manera quelos exaltaran y demostraran que Dios despreciaba a todas las demsnaciones. Se jactaban orgullosamente de que el Mesas haba devenir como Rey, para vencer a sus enemigos y hollar a los paganos 47. 46 El Deseado de Todas las Gentesen su ira. As haban excitado el odio de sus gobernantes, y por sufalsa presentacin de la misin de Cristo, Satans se haba propuestolograr la destruccin del Salvador; pero en vez de ello, esto se volvisobre sus cabezas.Este acto de crueldad fu uno de los ltimos que ensombrecieronel reinado de Herodes. Poco despus de la matanza de los inocentes,cay bajo esa mano que nadie puede apartar. Sufri una muertehorrible.Jos, que estaba todava en Egipto, recibi entonces de un ngelde Dios la orden de volver a la tierra de Israel. Considerando a Jesscomo heredero del trono de David, Jos deseaba establecerse enBeln; pero al saber que Arquelao reinaba en Judea en lugar desu padre, temi que los designios del padre contra Cristo fuesenllevados a cabo por el hijo. De todos los hijos de Herodes, Arquelaoera el que ms se le asemejaba en carcter. Ya su advenimientoal gobierno haba sido sealado por un tumulto en Jerusaln y lamatanza de miles de judos por los guardias romanos.Otra vez fu Jos dirigido a un lugar de seguridad. Volvi aNazaret, donde antes habitara, y all durante casi treinta aos habitJess, para que se cumpliese lo que fu dicho por los profetas,que haba de ser llamado Nazareno. Galilea se hallaba bajo eldominio de un hijo de Herodes, pero tena mayor proporcin dehabitantes extranjeros que Judea. Por eso haba menos inters en losasuntos relacionados especialmente con los judos, y los derechosreales de Jess propenderan mucho menos a excitar los celos de losgobernantes.[48] Tal fu la recepcin del Salvador cuando v