EL ENOJO (Marcos J. Villalobo)

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16 Lunes 9 de marzo de 2015 LA MAÑANA DE CORDOBA Un futbolista molesto. Una tapa en blanco. Dos estilos de periodismo enfrentados. Tengo una ‘bom- ba’!”, exclamó exal- tado y hasta nervio- so, Fito, mientras lle- gaba corriendo a la redacción. La TV de la isla de deportes clavada en ESPN, mientras Rolo escuchaba la radio a través del parlante de la computadora. “Bajen el volumen, tengo que llamar ya por teléfono. Tengo una bomba”, reiteró agita- do, mientras dejaba el bolso fren- te a su escritorio. - ¿Qué ‘bomba’? Contá – le exi- gió Rolo. - Me llegó un mensaje de Cam- pisi, está re caliente con el técni- co. Quiere que lo llame. Rolo bajó el volumen, sin apro- bar. Mucho no le gustó la idea. No le interesa el puterío, pero ya dis- cutió varias veces con Fito sobre este tema. “Andá a Intrusos o a In- sensatos, si te gusta el chusme- río”, le dijo la última vez en que “Como reclamo para el ardiente sector de la prensa que se ocupa de la vida de los demás, Beckham es una mina”. (Santiago Segurola) EL ENOJO Autor: Marcos J. Villalobo casi se van a la manos, pero Ortiz, criterioso, los calmó. Tras varios días enojados, una tarde se toma- ron un café en un bar de la calle Chacabuco y decidieron que cada uno cubría su club y no se metían en el laburo ajeno. Fito agarró el teléfono y marcó el número de Campisi, el lateral derecho que llegó a Sportivo como mochila del “Tanque”. - Hola, Gabriel. ¿Qué hacés? Soy Fito, del diario. ¿Qué pasó? - Estoy enojado. ¿Con quién? Con todos. Bah, el mundo es muy amplio para decir “tooooodos”. No estoy enojado ni con mi esposa, ni mi hija; tampoco con vos... Es- toy enojado con el equipo. No, otra vez me tengo que corregir. ¡Qué lo tiró! No estoy enojado con to- ooooodo el equipo. No. No puedo estar enojado con el “Tanque”, que gracias a sus goles ya pagué dos cuotas del televisor que puse en el dormitorio. Estoy enojado con el idiooooota del técnico y el chupamedias del capitán. Vende huuuuumo y chupamedia. ¡Qué broooonca que tengo! - Contame... ¿Qué pasó con el técnico? ¿Qué hizo el Julián? -Fito lo quiere hacer entrar a Campisi, mientras le hace señas a Rolo y le susurra: “Tenemos tapa, tene- mos tapa”. - No lo puedo creer todavía. No había periodistas, ya se ha- bían ido, estábamos jugando al fútbol-tenis y con el “Tanque” le estábamos pegando un paseo al profe y su ayudante. Pero sobre el final, lo emparejaron. Llega- mos al último punto, el que lo hacía ganaba. El “Tanque” me levanta la pelota sobre la red, cabeceo esquinado. ¡Puntaaaaa- zo! Pero el marica del Julián dijo que fue línea y le dio el punto a los otros. Chupameeeeedia. Ten- go una calentura... - Ah, ¿ese es el enojo? – pre- guntó Fito con tono y cara de de- cepción. La “tapa” definitivamen- te se caía. Rolo lo intuyó y son- rió, mientras escribía un artícu- lo recordando al “Araña” Amu- chastegui. - Sí, ese es el enooooojo que tengo. Mmm, pero no creo que sea para contarlo en el diario, ¿no? Ma. Fernanda Torre “¡

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PASE CORTO - Contratapa del suplemento PODIO de los días lunes. Número 2.

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16 Lunes 9 de marzo de 2015 LA MAÑANA DE CORDOBA

16Lunes 9 de marzo de 2015 LA MAÑANA DE CORDOBA

Un futbolista molesto.

Una tapa en blanco.

Dos estilos de periodismo

enfrentados.

Tengo una ‘bom-

ba’!”, exclamó exal-

tado y hasta nervio-

so, Fito, mientras lle-

gaba corriendo a la

redacción. La TV de

la isla de deportes clavada en

ESPN, mientras Rolo escuchaba la

radio a través del parlante de la

computadora. “Bajen el volumen,

tengo que llamar ya por teléfono.

Tengo una bomba”, reiteró agita-

do, mientras dejaba el bolso fren-

te a su escritorio.

- ¿Qué ‘bomba’? Contá – le exi-

gió Rolo.

- Me llegó un mensaje de Cam-

pisi, está re caliente con el técni-

co. Quiere que lo llame.

Rolo bajó el volumen, sin apro-

bar. Mucho no le gustó la idea. No

le interesa el puterío, pero ya dis-

cutió varias veces con Fito sobre

este tema. “Andá a Intrusos o a In-

sensatos, si te gusta el chusme-

río”, le dijo la última vez en que

“Como reclamo para

el ardiente sector de

la prensa que se

ocupa de la vida de

los demás, Beckham

es una mina”.

(Santiago Segurola)

EL ENOJOAutor: Marcos J. Villalobo

casi se van a la manos, pero Ortiz,

criterioso, los calmó. Tras varios

días enojados, una tarde se toma-

ron un café en un bar de la calle

Chacabuco y decidieron que cada

uno cubría su club y no se metían

en el laburo ajeno.

Fito agarró el teléfono y marcó

el número de Campisi, el lateral

derecho que llegó a Sportivo como

mochila del “Tanque”.

- Hola, Gabriel. ¿Qué hacés?

Soy Fito, del diario. ¿Qué pasó?

- Estoy enojado. ¿Con quién?

Con todos. Bah, el mundo es muy

amplio para decir “tooooodos”. No

estoy enojado ni con mi esposa,

ni mi hija; tampoco con vos... Es-

toy enojado con el equipo. No, otra

vez me tengo que corregir. ¡Qué

lo tiró! No estoy enojado con to-

ooooodo el equipo. No. No puedo

estar enojado con el “Tanque”,

que gracias a sus goles ya pagué

dos cuotas del televisor que puse

en el dormitorio. Estoy enojado

con el idiooooota del técnico y el

chupamedias del capitán. Vende

huuuuumo y chupamedia. ¡Qué

broooonca que tengo!

- Contame... ¿Qué pasó con el

técnico? ¿Qué hizo el Julián? -Fito

lo quiere hacer entrar a Campisi,

mientras le hace señas a Rolo y

le susurra: “Tenemos tapa, tene-

mos tapa”.

- No lo puedo creer todavía.

No había periodistas, ya se ha-

bían ido, estábamos jugando al

fútbol-tenis y con el “Tanque” le

estábamos pegando un paseo al

profe y su ayudante. Pero sobre

el final, lo emparejaron. Llega-

mos al último punto, el que lo

hacía ganaba. El “Tanque” me

levanta la pelota sobre la red,

cabeceo esquinado. ¡Puntaaaaa-

zo! Pero el marica del Julián dijo

que fue línea y le dio el punto a

los otros. Chupameeeeedia. Ten-

go una calentura...

- Ah, ¿ese es el enojo? – pre-

guntó Fito con tono y cara de de-

cepción. La “tapa” definitivamen-

te se caía. Rolo lo intuyó y son-

rió, mientras escribía un artícu-

lo recordando al “Araña” Amu-

chastegui.

- Sí, ese es el enooooojo que

tengo. Mmm, pero no creo que sea

para contarlo en el diario, ¿no?

Ma. Fernanda Torre

“¡