El estado actual de la -Third Quest- o -Tercera busqueda del Jesús histórico.-Hugo Safa.

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RESUMEN El presente estudio ofrece un panorama actualizado acerca del estado de la “Investigación sobre el Jesús histórico” en su última etapa conocida como “La Tercera Búsqueda” o “Third Quest”. Al respecto, se presentan el marco general de la Investigación sobre la vida de Jesús, “La Tercera Etapa”, las “imágenes” de Jesús de Nazaret, las Perspectivas y la relevan- cia de la “Tercera Búsqueda”. Sin una pretensión de exhaustividad, el autor plantea esta aproximación como parte de un plan más amplio que se pro- pone el Grupo de Investigación “Judíos y cristianos en los procesos cultu- rales del mundo helenístico-romano”: una mirada más abarcadora de las “Tres búsquedas”. Palabras clave: Jesús histórico, Tercera Búsqueda, Judaísmo y cristianismo. ABSTRACT This study provides an updated overview on the status of the “Research on the historic Jesus” in the latest stage known as “The Third Search” or “Third Quest”. In this respect, presents the general framework of the inquiry into the life of Jesus, the “Third Quest”, “images” of Jesus of Nazareth, the perspective and the relevance of the third “Quest”. Without the sake of completeness, the author proposes this approach as part of a larger plan proposed by the Research Group “Jews and Christians in the cultural processes of the Greco-Roman world”: a more comprehensive view of the “Three searches.” Key Words: Historical Jesus, The Third Quest, Judaism and Cristianism. 91 Revista Teología • Tomo XLVII • Nº 101 • Abril 2010: 91-115 HUGO SAFA EL ESTADO ACTUAL DE LA “THIRD QUEST” O “TERCERA BÚSQUEDA” DEL JESÚS HISTÓRICO

Transcript of El estado actual de la -Third Quest- o -Tercera busqueda del Jesús histórico.-Hugo Safa.

  • RESUMEN

    El presente estudio ofrece un panorama actualizado acerca del estado de laInvestigacin sobre el Jess histrico en su ltima etapa conocida comoLa Tercera Bsqueda o Third Quest. Al respecto, se presentan elmarco general de la Investigacin sobre la vida de Jess, La TerceraEtapa, las imgenes de Jess de Nazaret, las Perspectivas y la relevan-cia de la Tercera Bsqueda. Sin una pretensin de exhaustividad, el autorplantea esta aproximacin como parte de un plan ms amplio que se pro-pone el Grupo de Investigacin Judos y cristianos en los procesos cultu-rales del mundo helenstico-romano: una mirada ms abarcadora de lasTres bsquedas.

    Palabras clave: Jess histrico, Tercera Bsqueda, Judasmo y cristianismo.

    ABSTRACT

    This study provides an updated overview on the status of the Research onthe historic Jesus in the latest stage known as The Third Search or ThirdQuest. In this respect, presents the general framework of the inquiry intothe life of Jesus, the Third Quest, images of Jesus of Nazareth, theperspective and the relevance of the third Quest. Without the sake ofcompleteness, the author proposes this approach as part of a larger planproposed by the Research Group Jews and Christians in the culturalprocesses of the Greco-Roman world: a more comprehensive view of theThree searches.

    Key Words: Historical Jesus, The Third Quest, Judaism and Cristianism.

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  • 1. Propsito

    En el marco de las Jornadas Interctedras 2008 de la Facultad deTeologa de la Universidad Catlica Argentina, se le solicit al Grupode Investigacin: Judos y cristianos en los procesos culturales delmundo helenstico-romano una exposicin destinada a la actualiza-cin de Profesores, graduados y alumnos de la Facultad, acerca delestado de la Investigacin sobre el Jess Histrico en su ltima etapaconocida como La Tercera Bsqueda o Third Quest. La presenta-cin en las Jornadas tena como objetivo ofrecer a los docentes y alum-nos una mirada panormica accesible sobre una Investigacin, sinduda compleja, que ha recorrido un largo camino y que ha producidoy contina produciendo un importantsimo nmero de indagacionesque no es fcil abarcar y al cual no es fcil, muchas veces, acceder.

    Las lneas que siguen dan cuenta de esa exposicin y no pretendenser ni una resea completa y exhaustiva de la Historia de laInvestigacin sobre el as llamado Jess histrico a la fecha, ni unapresentacin pormenorizada de la totalidad de obras que la misma haido y est produciendo, particularmente en la Third Quest desde1980 a esta parte. El Grupo de Investigacin tiene, entre sus variosobjetivos, poder elaborar en un futuro una mirada ms abarcadora delas Tres bsquedas para actualizacin de docentes e investigadores.Por el momento valgan las prximas lneas que han sido redactadascon la misma pretensin con que fueron expuestas en las Jornadas.

    2. La Investigacin sobre la Vida de Jess. Hacia la Third Quest

    a) Se denomina Third Quest a la tercera etapa de la Investigacinsobre la Vida de Jess (Leben-Jesu-Forschung) que habra comen-zado en 1778 con la publicacin pstuma de una obra del profesoralemn, orientalista, Hermann Samuel Reimarus (1694-1768) y queinfatigablemente contina, creemos con xito, hasta el da de hoy.

    b) El objetivo de esta Investigacin es la llamada Bsqueda del JessHistrico o el intento, que lleva ms de doscientos aos de vida, deperfilar la figura histrica de Jess de Nazaret, tal como habra vivi-do, actuado y enseado en su patria en el entorno de los aos 30 d.C.1

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    1. Para una comprensin de lo que se encierra en la nocin de Jess histrico consideramos

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  • c) Esta empresa, de hecho, nace y sigue desarrollndose a partirdel distanciamiento crtico en la actualidad no necesariamentepuede hablarse de oposicin del Cristo de la fe, es decirde la imagen que las primeras generaciones cristianas nos lega-ron en los escritos del Nuevo Testamento.

    d) Las fuentes desde las cuales se inicia esta Investigacin hansido los Evangelios cannicos, crticamente analizados.Posteriormente la base de datos se fue ampliando, como ten-dremos oportunidad de ver.

    e) Desde sus comienzos hasta hoy, la Investigacin ha atravesa-do, segn el modelo seguido por la mayora de los historigra-fos de la misma, tres etapas o bsquedas old quest, newquest, third quest que han recibido y reciben en la actualidaddiversas valoraciones. Incipiente y escondida, en sus comienzos,es merecedora en 1906, por parte de Albert Schweitzer, de estacalificacin: Y la hazaa ms grandiosa de la teologa alemanaes el estudio de la vida de Jess.2 Aunque el mismo Schweitzerllega a sealar su agotamiento, por no decir fracaso.3 A lo largode su trayectoria encontr voces favorables y entusiastas y vocesclaramente opositoras. Incluso puede decirse que una, o dos,fases de la triple periodizacin de esta Investigacin oBsqueda, nace como fruto de una controversia dentro de lamisma. Hoy da se anan ponderaciones contrarias.

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    que es imprescindible leer los desarrollos de J. P. MEIER, Un judo marginal. Nueva visin del Jess hist-rico. Tomo I: Las races del problema y la persona, Estella, Verbo Divino, 1998, 47-64, quien establece quepor el Jess de la historia entiendo el Jess que podemos recobrar y examinar utilizando los medioscientficos de la moderna investigacin histrica, 51. El Jess de la historia no es el Jess real, sino slouna reconstruccin hipottica y fragmentaria de l con los medios de investigacin modernos, 57. La dis-tincin de Meier acerca del Jess real, Jess histrico y el Jess de la fe ha producido muchosdebates. Ello no obsta a que animemos a leer, sino toda la obra del notable investigador americano, porlo menos este primer captulo, y ello por dos razones de no poca relevancia. Porque son un ejemplo dehonestidad cientfica y capacidad de anlisis. Por lo dems es conveniente escuchar con mucho cuida-do las indagaciones de Meier, quien guarda detrs de sus finos y precisos anlisis matices que no pue-den ser pasados, sin ms, por alto, y que al a no ser tenidos en cuenta se prestan a confusiones.

    2. A. SCHWEITZER, Investigacin sobre la vida de Jess, Valencia, EDICEP, 1990, 51.3. A. SCHWEITZER, Geschichte der Leben-Jesu-Forschung, v. II, Hamburg, 19722, 620: El Jess

    de Nazaret, que se present como Mesas y predic la moral del reino de Dios, que pretendi ins-taurarlo en la tierra y muri como consagracin de su obra, no ha existido nunca. Es, ms bien, lafigura que fue dibujada por el racionalismo, animada por el liberalismo y provista por la teologamoderna de un ropaje histrico. (Citado por J. J. BARTOLOM, La bsqueda del Jess histrico. Unacrnica, Estudios bblicos 59 (2001) 192.

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  • f) Por otra parte la Investigacin sobre la Vida de Jess tienesu propia historiografa, ya comenzada, en buena medida por elnombrado Schweitzer. Hemos podido constatar que muchosinvestigadores desde el ao 1993 en adelante, para tomar unlapso de tiempo relativamente reciente, han realizado impor-tantes y pormenorizadas reseas e investigaciones en torno a lallamada Tercera bsqueda. De entre ellas recomendamos, enparticular por ser trabajos en castellano, las siguientes:

    1) AGUIRRE, R., Aproximacin actual al Jess de la Historia,Cuadernos de Teologa de Deusto n 5, Bilbao, Universidadde Deusto, 1996.

    2) AGUIRRE, R., Estado actual de los estudios sobre el Jesshistrico despus de Bultmann, Estudios Bblicos 54 (1996)433-463.

    3) BARTOLOM, J. J., La bsqueda del Jess histrico. Unacrnica, Estudios bblicos 59 (2001) 179-242.

    4) BERMEJO, F., Historiografa, exgesis e ideologa. La fic-cin contempornea de las tres bsquedas del Jess hist-rico (I) y (II), Revista Catalana de Teologa XXX/2 (2005)349-406; XXXI/1 (2006) 53-114.

    5) G. THEISSEN; A. MERZ, El Jess histrico. Biblioteca deEstudios Bblicos 100, Salamanca, Sgueme, 1999, 17-30.

    6) VARGAS MACHUCA, A., El Jess histrico. Un recorrido porla investigacin moderna, Madrid, Universidad PontificiaComillas, 2004.A esta lista deseamos agregar y recomendar:

    7) MEIER, J. P., The Present State of the Third Quest for theHistorical Jesus: Loss and Gain, Biblica 80 (1999) 459-487.

    8) BELIA, G., Bilancio provvisori della Third Quest, HoTheolgos 21 (2003) 323-342.

    Ofrecemos a continuacin un breve panorama de las primerasInvestigaciones o bsquedas del Jess histrico. Para este particu-lar utilizamos las formulaciones de R. Aguirre4 por juzgarlas suma-

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    4. Utilizamos literalmente R. AGUIRRE, Aproximacin actual al Jess de la Historia,Cuadernos de Teologa de Deusto 5, Bilbao, Universidad de Deusto, 1996.

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  • mente acertadas como sntesis. Luego nos detendremos en caracterizarla as llamada Third Quest o Tercera Bsqueda ofreciendo no unahistoria del desarrollo, por cierto complejo, de la misma sino el con-junto de las que parecen ser sus caractersticas fundamentales.

    2.1. La Primera Bsqueda u Old Quest

    La Ilustracin que someti a examen todos los datos religiosos, tambin se con-front crticamente con la historia de Jess. El punto de partida fue la obra deReimarus (1774-1778), segn el cual la elaboracin de los discpulos encubri laintencin original de Jess, que estaba en la lnea de un mesianismo judo libera-dor, que result un fracaso. A partir de este momento hay un gran movimientoque pugna por recuperar el Jess histrico liberndole de lo que consideraban lascadenas deformantes del dogma eclesistico. Es la poca de las vidas de Jess yde un positivismo histrico rebosante de optimismo. Los esfuerzos cientficosfueron enormes y las discusiones muy apasionadas, pero los resultados muydecepcionantes. La famosa monografa de Schweitzer (Geschichte der Leben JesuForschung Historia de la investigacin sobre la vida de Jess) sentenci defini-tivamente el fracaso de estos esfuerzos. Bultmann registra aos despus el escep-ticismo reinante sobre las posibilidades de acceder al Jess histrico y lo justifi-ca de una doble manera: literariamente los evangelios son creacin de la fe pas-cual y no dan base para un estudio histrico sobre Jess; teolgicamente la fecristiana acepta al Cristo de la predicacin y no se interesa por el Jess de la his-toria, que es un mero presupuesto judo del fenmeno cristiano.5

    Prima en la gran mayora de los historigrafos de la Geschichteder Leben-Jesu-Forschung la opinin de que las obras de la OldQuest presentan una unidad homognea. Pero, en cuanto a un juiciovalorativo de la misma, sobresale la opinin de que el camino recorri-do durante los siglos XVIII y XIX est esencialmente obsoleto. Almismo tiempo se sostiene que la primera mitad del siglo XX constitu-ye un perodo o vaco o irrelevante. Se da una suerte de profundoescepticismo histrico provocado particularmente por las obras de M.Khler y A. Schweitzer y los resultados obtenidos por laFormgeschichte o Escuela o Crtica de las Formas. Ese escepticis-mo durara hasta la llegada de la New Quest. Algunos autoreshablan para este perodo de una no Quest o ausencia de bsqueda.6

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    5. Ibid. 26.6. Ver, por ejemplo: C. A. EVANS, Life of Jesus Research. An Annotated Bibliography, Leiden,

    Brill, 19662 especialmente 13-16; R. AGUIRRE, Estado actual de los estudios sobre el Jess histrico

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  • 2.2. Segunda Bsqueda o New Quest 7

    Pero la cuestin volvi a plantearse y con mucha fuerza entre los mismos disc-pulos de Bultmann. Fue lo que se dio en llamar la new quest. El punto de par-tida estuvo en una conferencia que pronunci en 1953 Ksemann. Considerabaque la investigacin histrica sobre Jess era irrenunciable y que el escepticismoradical no estaba justificado, porque, por una parte, la comunidad cristiana quese expresa en los evangelios tiene siempre la voluntad de evocar suficientementela vida de Jess, y por otra, el acceder al Jess histrico es la garanta de que lasalvacin es extra nos, no es una mera elaboracin humana sino que viene deDios. Los autores de esta escuela estn movidos por una gran preocupacin teo-lgica y, en general, se mueven en la rbita de la filosofa existencial. Su herra-mienta metodolgica fundamental es el criterio de desemejanza, segn el cualse puede afirmar como histrico en Jess lo que est en ruptura con su ambien-te judo y no tenga continuidad en la Iglesia posterior y, por tanto, no puedaexplicarse como proyeccin de ella. Es obvio que resulta as un Jess sin racesen su pueblo y con unos seguidores de los que prcticamente slo se capta la rup-tura con su maestro. La obra ms importante es la de G. Bornkamm. Este nfa-sis en el criterio de desemejanza se debe al rigor crtico de estos autores y,quiz an ms, a su afn teolgico, que busca lo nico de Jess, lo que le distin-gue de los dems, lo que justifica las afirmaciones tambin nicas que sobre Jesshace la fe.8

    3. La Tercera Etapa o Third Quest en la bsqueda del Jess his-trico y sus caractersticas

    Hay gran consenso entre los investigadores p.e. Segalla,Witherington, Charlesworth, Vargas-Machuca, Meier, Bartolom, pormencionar slo algunos que en torno a 1980 se inicia una nueva etapaen la Investigacin sobre el Jess histrico, que segn ellos presen-ta, en relacin al tiempo anterior, importantsimas diferencias. Esta

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    despus de Bultmann, Estudios Bblicos 54 (1996) 435; G. SEGALLA, La terza ricerca del Gesstorico: Il Rabbi ebreo di Nazaret e il Messia crocifisso, Studia Patavina. Rivista di Scienze Religiose40 (1993) 17-21; D. MARGUERAT, La trosime qute du Jsus de lHistoire, Recherches de ScienceReligieuse 87 (1999) 398; S. GUIJARRO OPORTO, La investigacin sobre el Jess histrico, Didaskalia32 (2002) 25; J. J. BARTOLOM, La bsqueda del Jess histrico, especialmente 190. 192. 235.Guijarro Oporto habla de Un parntesis de escepticismo, en: La investigacin sobre el Jesshistrico, 9ss.

    7. Trmino acuado por J. M. ROBINSON, A New Quest of the Historical Jesus, London, SCMPress, 1959.

    8. AGUIRRE, Aproximacin actual al Jess de la Historia, 27.

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  • etapa recibe el nombre de Third quest9 tercera bsqueda porseguir a la old y new quest, o bsqueda. La Tercera Bsquedano conoce un acto fundacional. Se va perfilando paulatinamente enlos autores como respuesta a una cierta unilateralidad que se verificaen la etapa anterior, particularmente por lo que hace al uso excesivo delcriterio de desemejanza. Al mismo tiempo esta etapa pretende serestrictamente histrica.

    3.1. Caractersticas generales

    Esta third quest presentara10 algunas caractersticas propias porlos menos ocho que la distinguen de las investigaciones anteriores:11

    a) Presenta la tercera bsqueda, a travs de los investigadores quelo representan, una importante preocupacin por obtener unametodologa rigurosa de investigacin histrica. En general noprima el problema de las relaciones entre el Jess de la historiay el Cristo de la fe. Es decir que tampoco priman las preocupa-ciones y finalidades teolgicas. Podemos decir que la metodo-loga histrica llega a conclusiones histricas y se hace al mar-gen de la fe, pero no contra la fe. Por otra parte las investiga-ciones se llevan a cabo no slo y principalmente en centros deinvestigaciones confesionales o teolgicas sino tambin ensedes no confesionales.

    b) En contraste con la new quest, que se desarroll especialmente,aunque no exclusivamente, en el mbito alemn, la third questtiene un centro muy focalizado en el mundo anglosajn. Hay quesealar, al respecto, que pareciera subsistir entre ambos mbitos un

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    9. Habra sido Tom Wright (NEILL, S.; WRIGHT, T., The Interpretation of the New Testament1861-1986, Oxford and New York, Oxford University Press, 19882, 379-403, especialmente 379 (y 288nota 1) quien habra acuado la expresin Third Quest. No tendra, entonces, razn G. SEGALLA,La terza ricerca del Ges storico, 463-511 (especialmente 465), quien atribuye la denominacinde esta etapa de la investigacin a Borg, J. Este la habra utilizado en un artculo publicado en 1991para comenzar a popularizarla.

    10. La utilizacin en varias ocasiones en este artculo de la forma verbal condicional vienemotivada por el estudio realizado por Fernando Bermejo Rubio sealado en pg. 2, que pone enentre dicho la periodizacin en tres etapas de la Investigacin sobre la Vida de Jess, los postula-dos y presupuesto que la acompaan. Al no haber podido realizar un anlisis a fondo de la expo-sicin de Bermejo utilizamos las categoras habituales para resear las Tres bsquedas dejandola puerta abierta para otras posibilidades.

    11. Para una informacin ms pormenorizada se puede consultar con mucho provecho:AGUIRRE, Estado actual de los estudios sobre el Jess histrico despus de Bultmann, 433-463.

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  • gran desconocimiento mutuo. Pero fuerza es reconocer tambinque en mbito hispanoamericano, italiano y francs actualmente serealiza una importantsima investigacin tanto en torno al Jesshistrico como a los Orgenes del Cristianismo.

    c) La third quest presenta una remarcable preocupacin porcolocar a Jess en el tiempo, espacio y cultura poltico-religiosa deorigen. Lo que hoy se denomina Judasmo del SegundoTemplo o Common Judaism. De hecho esta bsqueda haacarreado un notable conocimiento y reconocimiento del com-plejo Judasmo del tiempo de Jess. Al mismo tiempo que sesuman a esta tercera bsqueda un conjunto importante de inves-tigadores judos que no slo descubren el hogar judo de Jesssino al Nazareno como un verdadero judo. Se ha logrado as,entre otros aportes, despojar a su figura de un cierto perfil anti-judo, al parecer dibujado por los autores de la new quest alaplicar con preferencia el criterio de desemejanza.

    d) Ligada a la comprensin del Judasmo del Segundo Templo seha profundizado el conocimiento, sobre todo a travs de lasinvestigaciones arqueolgicas, de espacios relevantes en la his-toria de Jess: Galilea y Jerusaln. Particularmente, en la actua-lidad se revela un importante trabajo de investigacin en tornoa lo que se denomina, el judasmo galileo.

    e) La Tercera bsqueda presenta una marcada preocupacin inter-disciplinar, lo cual significa que se concede un papel muy impor-tante a los datos que proporcionan las ciencias sociales particular-mente la antropologa cultural y la sociologa. Como referenciabaste pensar en la tan difundida obra de John D. Crossan: El Jesshistrico. La vida de un campesino judo del Mediterrneo.12

    f) Se ha abierto un amplio debate en torno a la cuestin de lasfuentes para el conocimiento del Judasmo y del Jess hist-rico. Documento Q, Evangelio de Toms, Biblioteca deQumrn, literatura apcrifa juda y cristiana, Targumim,Midra?im, Biblioteca de Nag Hammadi son profusamenteestudiados, para un mejor conocimiento del tiempo de Jess.

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    12. J. D. CROSSAN, El Jess histrico. La vida de un campesino judo del Mediterrneo,Buenos Aires, Planeta, 19962. Original ingls: The Historical Jesus: The Life of a MediterraneanJewish Peasant, San Francisco, Harper Collins Publishers, 1991.

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  • Particularmente se debate en torno a si algunos de los apcri-fos cristianos pueden ser considerados una fuente fiable, fide-digna para trazar un perfil de Jess de Nazaret. En este puntolos debates y la contraposicin de posturas a veces aparecenirreductibles.

    g) Los investigadores que se mueven en el clima de esta tercerabsqueda parecen presentar una acusada confianza en cuantoa la posibilidad de llegar al Jess histrico o Jess de la his-toria. Y esto marcara una diferencia radical respecto deBultmann, e importante respecto de sus discpulos comprome-tidos en la new quest.

    Baste como ejemplo la posicin del eminente investigador E. P.Sanders quien en su obra La figura histrica de Jess,13 antes de iniciarun pormenorizado anlisis del tiempo de Jess y del desarrollo desu vida expresa:

    No hay dudas serias acerca del curso general de la vida de Jess: cundo ydnde vivi, aproximadamente cundo y dnde muri y el tipo de cosas que hizodurante su actividad pblica. Cuando empezamos a sondear debajo de la super-ficie, surgen dificultades e incertidumbres, pero por el momento vamos a perma-necer por encima de ella. En primer lugar, voy a ofrecer una lista de afirmacionessobre Jess que cumplen dos requisitos: estn casi fuera de discusin, y pertene-cen al marco de su vida y, especialmente, al de su actividad pblica. (Una lista detodo lo que sabemos acerca de Jess sera considerablemente ms larga).14

    Y ofrece a continuacin una lista de no menos de quince hechosconsiderados como seguros respecto al transcurso de la vida delMaestro de Galilea.

    h) Ahora bien, no puede dejar de advertirse que entre los investigado-res de la tercera bsqueda existen diferencias muy marcadas, par-ticularmente por lo que hace a las conclusiones que extraen de suanlisis y a las imgenes, modelos o definiciones a partir delas cuales trazan un perfil del Nazareno. Inmediatamente retoma-

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    13. E. P. SANDERS, La figura histrica de Jess, Estella-Navarra, Verbo Divino, 2000, 27-31.Original ingls: The historical figure of Jesus, 1993.

    14. Ibid. 27-28. Puede verse tambin un ejemplo, sumamente interesante y sugerente, deintento de sntesis de datos considerados como de enorme probabilidad histrica, en J. PELEZ,Jess y el Reino de Dios. Las comunidades primitivas. El judeo-cristianismo, en: PIERO, A. (ed.),Orgenes del Cristianismo. Antecedentes y primeros pasos. Crdoba-Madrid, El Almendro-Universidad Complutense, 1991, 235-254.

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  • mos este punto que para muchos observadores y analistas del pro-ceso de la third quest parecera tornarse en su taln de Aquilesque apuntara a la vulnerabilidad de esta ltima bsqueda en pro-ceso y de la bsqueda del Jess histrico en general.

    i) Podemos agregar, finalmente, que segn opinin de muchosautores comprometidos desde su investigacin en la Tercerabsqueda y de quienes van haciendo un permanente releva-miento de lo producido por la misma en sus casi treinta aos deexistencia, no parece posible an emitir un juicio consistente acer-ca de lo que la investigacin ha realizado. La multiplicidad deimgenes de Jess, antes aludida, as como la falta de perspectivahistrica en relacin a una bsqueda que se considera anjoven, convierten todo juicio en apresurado y tal vez impru-dente. Los resultados obtenidos son an provisorios, entre otrasrazones porque muchas grandes obras estn en curso de publi-cacin (cf. John Meier). Y en todo caso la provisionalidad de losresultados obtenidos muestra a Jess como una figura elusiva.

    3.2. Crticas

    Finalmente no podemos dejar de mencionar que se levantan vocescrticas: a) sobre tal o cual imagen de Jess; b) sobre algunos de susrepresentantes ms caractersticos (Jesus Seminar);15 c) sobre el valorde las bsquedas para un verdadero conocimiento de Jesucristo,16 y

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    15. Sobre el complejo, y para algunos muy problemtico Jesus Seminar puede verse una apreta-da pero interesante descripcin en J. P. MEIER, The Present State of the Third Quest for the HistoricalJesus: Loss and Gain, Biblica 80 (1999) 459-461. Basta indicar aqu que el Jesus Seminar es un colecti-vo de estudiosos norteamericano, cuya metodologa y resultados de su investigacin han adquirido grannotoriedad pblica, sobre todo en los Estados Unidos de Norteamrica. Es bueno tener en cuenta que elJesus Seminar si bien pertenece a la Third Quest no la agota ni es su momento ms representativo,como a veces pretenden hacer pensar algn que otro exgeta o investigador. Fundado en 1985 est for-mado por algo ms de 70 biblistas e historiadores que al margen de la pertenencia confesional, persi-guen determinar la autenticidad histrica de los dichos de Jess. Para ello los participantes se renencada dos aos con el fin de decidir acerca de la historicidad de los logia y esto con un procedimiento deltodo singular. En 1993 public una obra: The Five Gospels (Los cinco Evangelios) que caus un fuerteimpacto en la audiencia norteamericana: solamente un 18% de las palabras puestas por los Evangeliosen boca de Jess podran haber sido autnticas. Por lo dems el Jesus Seminar concede al DocumentoQ o Fuente de los Dichos y al Evangelio de Toms un notorio valor como fuente en orden a determinarel valor histrico de los Dichos del Maestro. Este se caracterizara sobre todo, siempre para el JesusSeminar, por haber aparecido como un sabio, que recuerda (no es idntico) a los filsofos cnicos, pre-ocupado ms bien por un cambio social histrico y el cual no presenta rasgos escatolgicos ni apocalp-ticos. Cf. http://www.westarinstitute.org/.

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  • en particular de la Tercera Etapa,17 d) sino sobre la validez del para-digma actual de comprensin de la historia de la Investigacin sobreel Jess histrico, es decir el modelo de las tres bsquedas. Uninvestigador como Fernando Bermejo Rubio,18 en dos enormes ydocumentadsimos artculos sealados al comienzo de nuestra exposi-cin, ha intentado mostrar la falta de base emprica y lgica de esteparadigma trifsico. Ms an se aventura, especialmente en el segun-do artculo, en el anlisis de las razones que han llevado a fijar dichoparadigma de tres fases o bsquedas, razones que llega a calificarde ideolgicas. Es imposible pasar revista aqu de los anlisis y con-clusiones de Bermejo Rubio, pero desearamos poner de relieve queconsideramos que trabajos de esta envergadura como el suyo no debe-ran ser despachados sin ms, particularmente por el uso pormenori-zado y crtico de las fuentes, un hecho metodolgico que, se percibecon cierta frecuencia, falta entre algunos investigadores que se citanmutuamente sin recurrir a los textos originales. En este punto, reitera-mos, el trabajo de F. Bermejo aparece como ejemplar, ms all que sepueda discrepar en puntos de vista y conclusiones.

    Sin embargo tambin hay miradas positivas, altamente positivas,de la Investigacin sobre el Jess histrico, como son las de ElizabethJohnson19 quien, antes de pasar revista por cuatro mbitos de la cristo-loga en los que la tercera bsqueda ha influido afirma: A mi juicio,la investigacin contempornea sobre Jess constituye una bendicinpara la Iglesia.20 No menos positiva es la indagacin de RobertHaigh21 quien concluye su anlisis de este modo:22

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    16. A ttulo de ejemplo mencionamos, sin poder entrar aqu y ahora en un anlisis y valora-cin de esta posturas crticas: R. TREVIJANO ETCHEVERRA, Jesucristo: El Jess de la historia y el Jessterreno en los evangelios, en: CORDOVILLA PREZ, A. y otros (eds.), Dios y el hombre en Cristo.Salamanca, Sgueme, 2006. 319-346; J. DUNN, Redescubrir a Jess de Nazaret. Lo que la investiga-cin sobre el Jess histrico ha olvidado, Salamanca, Sgueme, 2006.

    17. M. A. BARRIOLA, Consideraciones acerca del Jess Judo y las investigaciones de laThird Quest, Soleriana 26 (2001) 193-249.

    18. Debemos mencionar tambin, entre otros, a G. VAN OYEN, What More Should We Knowabout Jesus than One Hundred Years Ago?, Louvain Studies 32 (2007) 7-22.

    19. E. JOHNSON, La Palabra se hizo carne y habit entre nosotros: Investigacin sobre Jessy fe cristiana, en: D. DONNELY (ed.), Jess: un Coloquio en Tierra Santa, Estella, Verbo Divino, 2004,185-213.

    20. Ibid. 187.21. R. HAIGH, The Impact of Jesus Research on Christology, Louvain Studies 22 (1996) 216-228.22. Ibid. 228.

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  • Concluyo que la investigacin sobre Jess est teniendo y continuar teniendoun considerable efecto en la cristologa. La investigacin sobre el Jess histricoes una manifestacin concreta del fenmeno cultural ms amplio de la profundi-zacin de la conciencia histrica. Cuando ms esta conciencia histrica sea inter-nalizada, ms profunda y dilatadamente en ms y ms personas, ms la cristolo-ga ser desafiada a ajustar su lenguaje tradicional.23

    A estas voces podemos sumar la de J. Meier a quien le daremos lapalabra hacia el final de nuestra exposicin a la hora de exponer la rele-vancia de la Tercera Bsqueda del Jess histrico.

    4. Las imgenes de Jess de Nazaret

    En el curso de la actual investigacin del Jess histrico seobserva un fenmeno llamativo, paradjico para algunos, para no-sotros sumamente sugerente. Pareciera darse entre los autores que seocupan plenamente del tema, no slo una simple sucesin de estudiosmotivados, entre otras razones, por renovadas formas de abordar lasfuentes, por el deseo de abordar cuestiones no suficientemente tenidasen cuenta por otros eruditos o para refutar posiciones no compartidas,sino que se verifica la aparicin de diversas imgenes de Jess entorno a las cuales podemos agrupar a estudiosos diferentes.

    A continuacin presentamos de modo muy sucinto y selectivo,dado el carcter de esta presentacin, un elenco de esas imgenes y alos autores que, principalmente, las cultivan,24 siendo conscientes que

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    23. Al momento de la redaccin de este trabajo no hemos podido consultar an: G. HANSEN,Se conmueven los cimientos de la cristologa? La tercera bsqueda del Jess histrico y larespuesta alqumica de la teologa, Cuadernos de Teologa 25 (2006) 103-139.

    24. En lo que sigue nos hemos inspirado y hemos asumido las investigaciones llevadas acabo por Jess Pelez del Rosal particularmente en su contribucin al libro de J.J. TAMAYO, Diezpalabras sobre Jess de Nazaret, Estella, Verbo Divino, 1999. Igualmente el trabajo de BARTOLOM,La bsqueda del Jess histrico, 179-242. Sobre las imgenes o definiciones de Jess,comenta brevemente BARBAGLIO: Grande es la variedad de definiciones con las cuales ltima-mente se lo comprende: profeta escatolgico (Sanders), carismtico maestro de sabidura eversi-va (Borg), campesino hebreo mediterrneo de tendencia cnica (Crossan) o filsofo cnico tout court(Mack), pacfico revolucionario social (Horsley y Theissen), judo que ha exaltado la ley mosaicaradicalizando sus exigencias, en particular el mandamiento del amor al prjimo (Flusser), fariseode tendencia hillelita (Flak), un rabino, como titula su Intimate Biography del 2000 Bruce Chilton.Se suma Morton Smith, que se lo representa como un mago (Jesus the Magician). G. BARBAGLIO,La vicenda storica di Ges a partire dalle fonti pi antiche, en: R. PENNA (ed.), Le origini del cristia-nesimo, Roma, Carocci editore, 20073reimp, 71.

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  • no podemos abordar an a la totalidad de investigadores comprome-tidos en la as llamada Tercera Bsqueda.

    a) Jess, un judo marginal o Mesas restaurador de Israel.Imgenes cultivadas principalmente por J. P. Meier25 y N.T.Wright.

    26

    b) Jess, profeta escatolgicoCultores cualificados M. Casey27 y E. P. Sanders.28

    c) Jess profeta del cambio socialG. Theissen,29 R. A. Horsley,30 D. Kaylor.

    31

    d) Jess profeta de la sabiduraE. Schssler Fiorenza,32 B. Witherington III.33

    e) Jess carismtico hombre del EsprituM. Borg,34 G. Vernes,35 G. Twelftree.36

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    25. J. P. MEIER, Un judo marginal. Nueva visin del Jess histrico, Estella, Verbo Divino,1997-2003. Edicin original americana, Garden City, I 1991, II 1994, III 2001.

    26. N.T. WRIGHT, Christian Origins and the Question of God, vol. 1: The New Testament andthe People of God, Minneapolis, 1992; vol. 2: Jesus and the Victory of God, Minneapolis, 1996; TheResurrection of the Son of God, Minneapolis, 2003. De este ltimo volumen se ha editado recien-temente la traduccin castellana con el ttulo: La resurreccin del Hijo de Dios. Los orgenes cris-tianos y la cuestin de Dios, Estella, Verbo Divino, 2008.

    27. CASEY, M., From Jewish prophet to Gentile God: The Origins and Development of NewTestament Christology, Louisville, 1991.

    28. E. P. SANDERS, Jesus and Judaism, Philadelphia 1985; La figura histrica de Jess, Estella,Verbo Divino, 2000. Edicin original, London 1993.

    29. G. THEISSEN, Estudios de Sociologa del cristianismo primitivo, Salamanca, Sgueme,1985. Original alemn, Tbingen 1979; La sombra del Galileo. Investigacin histrica sobre Jess enforma narrativa, Salamanca, Sgueme, 1987. Edicin original, Mnchen 1986; El Jess histrico.Manual, Salamanca, Sgueme, 1999, Original alemn, Gttingen 1996; La religin de los primeroscristianos. Una teora del cristianismo primitivo, Salamanca, Sgueme, 2002. Original alemn,Gtersloh 2000.

    30. R. HORSLEY, Jesus and the Spiral of Violence, San Francisco 1987; Sociology and the JesusMovement, New York 1989.

    31. R. D. KAYLOR, Jesus the Prophet: His Vision of the Kingdom on Earth, Louisville, 1994.32. E. SCHSSLER FIORENZA, In Memory of Her: A Feminist Theological Reconstruction of

    Christian Origins, New York, 1984; Jesus: Miriams Child, Sophias Prophet: Critical issues inFeminist Christology, New York, 1994.

    33. B. WITHERINGTON, Jesus the Sage. The Pilgrimage of Wisdom, Minneapolis 1994.34. M. J. BORG, Conflict, Holiness and Politic in the Teaching of Jesus, New York 1984; Jesus.

    A New Vision. Spirit, Culture and the Life of Discipleship, San Francisco, CA, 1987.35. G. VERMES, La religin de Jess el judo, Barcelona, 1996. Original ingls: The religion of

    Jesus the Jew, Minneapolis, 1993. Es la tercera parte de una triloga, integrada por Jesus the Jew:A Historians Reading of the Gospels, MacMillan 19892; The liberation of Christmas: The InfancyNarrative in Social Context, New York, 1989.

    36. G. TWELFTREE, Jesus the Exorcist, Tubinga, 1993.

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    f) Jess un campesino cnico judo itineranteJ. D. Crossan,37 B. Mack,38 F. G. Downing.39

    Estas diferentes imgenes o reconstrucciones del Jess hist-rico han tenido amplia acogida en los diversos centros en los cuales seinvestiga con seriedad en torno a los Orgenes Cristianos. Sin embar-go no todas estas imgenes han recibido la misma valoracin y as sehan revelado voces muy negativas, por ejemplo, frente a los anlisis yreconstrucciones llevados a cabo por John Dominic Crossan. Inclusono faltan voces crticas que sorprendidas, entre otras cosas, ante la dis-paridad de las actuales imgenes de Jess llegan a hablar de recons-trucciones anacrnicas y contradictorias.40 Sin poder, ni pretenderingresar aqu en una polmica, nos gustara acotar que para valorartodas estas imgenes al parecer a juicio nuestro no necesariamen-te contradictorias, debemos ser conscientes y sopesar cuidadosamen-te los mtodos que cada uno de los autores pone en juego. Igualmenteno se debe perder de vista que la misma tradicin evanglica cannicaes caleidoscpica presentando imgenes de Jess que no son irreducti-bles hablamos con mayor frecuencia y precisin de cristologa deMarcos, etc.. Incluso albergamos la sospecha que los mismos evan-gelistas aluden a otras imgenes de Jess presentes en sus pocas y queno aceptaron o contra las cuales combatieron.

    5. Perspectivas de la Tercera bsqueda

    Por lo dems, podemos afirmar que el debate en torno al Jess his-

    37. J. D. CROSSAN, El Jess de la Historia. Vida de un campesino mediterrneo judo,Barcelona 20022. Edicin original americana, San Francisco, 1991; El nacimiento del cristianismo.Qu sucedi en los aos inmediatamente posteriores a la ejecucin de Jess, Santander, Sal Terrae,2002. Original americano, San Francisco 1998.

    38. B. MACK, A Myth of Innocence: Mark and Christians Origins, Philadelphia, 1988.39. F. G. DOWNING, Christ and the Cynics: Jesus and Other Radical Preachers in First Century,

    Sheffield, 1988.40. R. TREVIJANO ETCHEVERRA, Jesucristo: El Jess de la historia y el Jess terreno en los evan-

    gelios, en: A. CORDOVILLA PEREZ, (ed.), Dios y el hombre en Cristo. Salamanca, Sgueme, 2006, 319-346.Trevijano, en su anlisis de la trayectoria de las bsquedas del Jess histrico, si bien reconoce lainnegable aportacin en una serie de elementos puntuales sobre todo de la tercera bsqueda,tambin afirma que los resultados suelen ser por lo menos ambiguos, habiendo afirmado un pocoantes: Cierto que hay derroches de erudicin e ingenio malgastados en construcciones atrabiliarias;pero que pueden resultar atractivas y seductoras para muchos incautos. (Ibid. 334-335).

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  • trico, al Jess de la historia o, si se quiere, al Jess terreno estlejos de haberse agotado. Tal vez no est dominado por una compren-sin escatolgica de Jess pero es indudable que predomina la bsque-da de un Jess anclado en su tiempo, plenamente judo. Ahora bien,no es menos cierto que contina la indagacin acerca de si la enseanzadel Nazareno se da exclusivamente dentro de los lmites del judasmoo pretendi trascender su suelo de origen. Cules fueron las motiva-ciones e intenciones de su accin-ministerio, y, tema que ocupa recien-temente a varios investigadores, por qu razn fue crucificado.

    Coincidimos con Bartolom que cuatro parecen ser los rasgosms frecuentes que emergen del estado de la investigacin actual:41

    Jess ha sido un maestro de sabidura; incluso ms, un profeta de reno-vacin, carismtico y visionario, que hace evidente y manifiesta unaparticular cercana con Dios, y esto se pone de manifiesto en su predi-cacin y en su actividad taumatrgica.

    No se aprecia que la actual bsqueda del Jess histrico hayallegado al final de su tarea o a un agotamiento. Continan los esfuer-zos por sacar a luz la persona histrica de Jess de Nazaret, su viday obra. A su vez se perfeccionan los mtodos para tal intento o se tra-zan nuevas sendas que permitan arribar si no a una certeza histrica auna plausibilidad histrica.

    Sin embargo, quedan muchas cuestiones por indagar. Sealamos,selectivamente, al menos algunas:42

    a) Queda por establecer una mejor relacin entre fe e historia.Creemos que nada se gana renunciando o al Jess de la histo-ria o al Cristo de la fe.Ms an creemos que an est pendiente un profundo y sere-no dilogo interdisciplinar entre exgesis, indagacin histricay teologa sistemtica tal como lo plantea por ejemplo L.Rivas.43 En este sentido hacemos nuestras las palabras de R.

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    41. BARTOLOM, La bsqueda del Jess histrico, 234-238.42. Para una informacin ms completa, puede consultarse con provecho B. CHILTON; C. A.

    EVANS (eds.), Studying the Historical Jesus. Evaluations of the State of Current Research,Leiden/New York/Kln, Brill, 1994, particularmente la colaboracin de TELFORD, Mayor Trends andInterpretative Issues in the Study of Jesus, 61-74. Muy orientadoras son las consideraciones deAGUIRRE, Estado actual de los estudios sobre el Jess histrico despus de Bultmann, 460-463 ylas de BARTOLOM, La bsqueda del Jess histrico, 235-238.

    43. L. H. RIVAS, La integracin de la exgesis en la reflexin teolgica, Revista Teologa XLI,84 (2004) 117-134, especialmente 124-134.

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    Aguirre: En mi opinin, la reflexin cristolgica y eclesiol-gica no se ha confrontado an con los resultados de estas nue-vas investigaciones bblicas.44

    b) Resta an un enorme trabajo en relacin a las fuentes existen-tes para esbozar un perfil biogrfico de Jess: su datacin, suvalor para legitimar las imgenes que en la actualidad se vandibujando.

    c) An no est dicha la ltima palabra sobre los criterios de his-toricidad y su valor probatorio de dichos y hechos referi-dos a Jess Nazareno.

    d) Se reclama un estudio an ms exhaustivo del contexto social,poltico, econmico, religioso del tiempo de Jess y los orge-nes del movimiento que se desarrolla en torno a l. Ms con-cretamente, hoy se enfatiza, entre otras cosas, la no existenciade un judasmo comn homogneo y la necesidad de indagarel judasmo vivido en Galilea. Un ejemplo importante de elloes Sean Freyne.

    45

    e) Finalmente, y sin pretender ser exhaustivos, debemos sealarque hoy comienza a aparecer una debate importante, en tornoa la figura de Jess de Nazaret, acerca de la conveniencia decentrarse ms en el contexto social, o tomar ms en cuenta laprehistoria de la tradicin que sobre l se fue formando. Aquse perfila la figura de un investigador quiz no tan relevante o,mejor an, tenido en cuenta al momento, James D. G. Dunn,Profesor de teologa en la universidad de Durham quien est entren de publicar una importantsima e impresionante obra queen castellano se conocer como El cristianismo en sus comien-zos (Christianity in the Making = La formacin del cristianis-mo) de la cual Verbo Divino acaba de publicar el primer volu-men: Jess recordado, Estella, Verbo Divino, 2009, 1086 pp.

    44. R. AGUIRRE, El Jess histrico a la luz de la exgesis reciente, Iglesia Viva 210 (2002) 8.Aunque no compartimos el parecer de F. Bermejo de que de darse la confrontacin sera, necesa-riamente, un fracaso (cf. F. BERMEJO, Historiografa, exgesis e ideologa. La ficcin contempor-nea de las tres bsquedas del Jess histrico (y II), RCatT XXXI/1 (2006) 112. Pero no somosingenuos respecto a las dificultades para que dicho dilogo y confrontacin se pueda dar efectiva-mente en el futuro.

    45. S. FREYNE, Jess, un galileo judo. Una lectura nueva de la historia de Jess, Estella, VerboDivino, 2007. Original ingls: Jesus, a Jewish Galilean. A new reading of the Jesus-story, Londres/New York, T&T Clark International, 2004.

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  • Ya conocamos en castellano dos textos relevantes: Jess en lamemoria oral. Los estadios iniciales de la tradicin de Jess, en:DONNELLY, D. (ed.), Jess. Un coloquio en Tierra Santa, Estella, VerboDivino, 2004, 113-184. Posteriormente publicar en ingls: A NewPerspective on Jesus. What the Quest for the Historical Jesus Missed,que en castellano se tradujo como Redescubrir a Jess de Nazaret. Loque la investigacin sobre el Jess ha olvidado, Salamanca, Sgueme,2006.

    Ya en la primera obra mencionada Dunn expresaba:

    La historia de la bsqueda sobre Jess ha sido la historia de la investigacinsobre el carcter y valor de la tradicin de Jess, sobre sus fuentes, sus formas, suredaccin; en una palabra, la historia de la tradicin.Sin embargo, muy pronto descubrimos que en el anlisis de esa evidencia ha exis-tido un hueco ancho y persistente. Me refiero al fallo, siempre repetido, que con-siste en no tomar en serio el hecho de que los estadios iniciales del proceso en elque se ha creado la tradicin han debido hallarse dominados por una tradicin oral.A partir de aqu, se ha dado el fallo de no investigar el carcter de la tradicin ensu fase oral, el hecho de no preguntar por aquello que ha debido significar su carc-ter oral para la tradicin de ese material. No quiero decir que ese tema no hayasido tratado durante el tiempo que cubren las diversas bsquedas del Jess hist-rico. Pero, desafortunadamente, cuando ha sido tratado, ha terminado quedandoal margen, al lado de otras cuestiones, de manera que no se ha tenido en cuenta susignificado para nuestra comprensin de la historia de la tradicin de Jess.46

    En la segunda obra, que da cuenta de un conjunto de conferenciasque la han precedido, el autor anuncia la realizacin de JesusRemembered (Jess recordado). Igualmente seala que con ella ha tra-tado de explicar ms detalladamente sus intuiciones y de profundizaren ellas a luz de sus estudios posteriores. Vuelve a sealar que la inves-tigacin sobre el Jess histrico presenta desde sus inicios fallos en elmodo del percibir tanto a Jess como a la propia investigacin.

    Y a rengln seguido puntualiza:

    La lcita preocupacin por eliminar aadidos posteriores ha sido incapaz de dis-tinguir entre el efecto que Jess debi de haber producido y la valoracin subsi-guiente de l. Con frecuencia se ha contemplado a Jess a travs de la lente de unacultura literaria establecida desde hace tiempo, pero no se ha considerado lamanera en que el impacto de Jess pudo perdurar en una sociedad oral. La

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    46. DONNELLY, D. (ed.), Jess. Un coloquio en Tierra Santa, Estella, Verbo Divino, 2004 113-114.

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  • impresin global que dej Jess ha estado sometida a una crtica y a una recons-truccin detallada que no ha tenido en cuenta adecuadamente el alcance de losdaos sufridos por la imagen en su conjunto.En los siguientes captulos presento una crtica de este triple fallo y una nuevavisin de Jess, visin que toma como punto de partida axiomtica el hecho de queJess debe de haber provocado en sus discpulos un impacto considerable, querefleja la forma en que tal impacto se formul en las ms antiguas conversacionesde los primeros grupos de discpulos, y que trata de ocuparse fundamentalmentede la visin de conjunto y de la impresin global que Jess evidentemente dej.47

    Pensamos que la obra de Dunn deber ser tenida muy en cuenta apartir de ahora48 al mismo tiempo que pensamos tambin vuelve aponer en evidencia un tema que, para nosotros, es central en la bs-queda del Jess histrico: cuando hablamos de las fuentes para elconocimiento de Jess de Nazaret, de qu tipo de fuentes estamoshablando? Qu son en definitiva esos textos que llamamosEvangelios como textos privilegiados para acceder al Maestro, lla-mado Cristo e Hijo de Dios?

    f) Estas consideraciones nos permiten realizar una ltima refle-xin en este esbozo de perspectivas de la Third Quest. Una reflexinque quiere establecer un interrogante abierto y no una respuesta, por-que juzgamos que la Tercera Bsqueda tiene todava un gran caminopor delante.

    Cuando Juan J. Bartolom cierra su excelente crnica sobre laBsqueda del Jess histrico49 a la que hemos aludido al comienzo denuestra exposicin como lectura muy recomendable expresa lo siguiente:

    Con todo, que la recuperacin del Jess histrico sea un inestimable servicio a lafe, no lo deja exento de peligros.[50] No siempre se puede llegar con seguridad a loque sucedi antes; la reconstruccin histrica no agota la realidad que pretende

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    47. J. DUNN, Redescubrir a Jess de Nazaret. Lo que la investigacin sobre el Jess ha olvi-dado, Salamanca, Sgueme, 2006, 12-13.

    48. Hemos recogido estas palabras de John Meier: Recomiendo encarecidamente Jessrecordado a todos los interesados en un enfoque profundo y metodolgicamente rico de las msimportantes cuestiones que en la actual bsqueda del Jess histrico sirven de reto y estmulo.Antonio Piero en su Blog expresa que es uno de la libros ms imponentes que ledo en los lti-mos tiempos. Y l mismo seala que Rafael Aguirre ha expresado que el libro de Dunn es uno delos pocos que quedar como obra de referencia.

    49. Del mismo autor tambin puede consultarte el siguiente artculo de gran provecho: J. J.BARTOLOM, Quin dice la gente que soy yo? (Mc 8,27). La bsqueda contempornea del Jesshistrico. Una resea, Salesianum 63 (2001) 431-465.

    50. [En esta trascripcin del texto hemos prescindido de las notas a pi de pgina]. N.d.A.

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  • alcanzar. Si algo ensea esta resea de la investigacin es que la multiplicidad deimgenes del Jess de Nazaret responde ms al espritu de la poca en que surgeno a las preferencias de los investigadores que las proponen que al testimonio evan-glico. No se puede evitar la impresin de que siempre que personas o grupos, cre-yentes o no, se han acercado a la persona de Jess de Nazaret, se lo han represen-tado a la medida de sus anhelos, segn eran sus preferencias o sus prejuicios.No habr que olvidar que el nico Jess que ha hecho historia es el Jess evang-lico. El Jess histrico, mejor quiz el Jess de los histricos, es aquel que pode-mos reconstruir sacndolo, mediante crtica histrica, de la tradicin evanglica.Ningunos de los dos el Jess que nos llega en la confesin de fe apostlica, elJess que se alcanza a travs de metodologas cientficas es, en rigor, identifica-ble con Jess de Nazaret. El verdadero Jess, el Seor Resucitado, ser recono-cido cuando sea encontrado, mejor, cuando se nos haga encontradizo en nuestrocamino (cf. Lc 24,31.35). Mientras no llegue este encuentro, seguir El pregun-tando por quin le tenemos y sin descubrirnos del todo su misterio personal.51

    Estas palabras de Bartolom mereceran un tranquilo y extensoanlisis que no podemos realizar aqu. Estamos de acuerdo con l acer-ca del servicio que a la fe ofrece la recuperacin del Jess histrico.Entendemos los lmites que esta investigacin histrica, como todaindagacin, conlleva,52 si tenemos en cuenta adems la dificultad o pro-blematicidad que entraan las mismas fuentes p.e. los Evangelioscannicos, por no hablar de otros elementos que entran en juego a lahora de dibujar un perfil de Jess de Nazaret el escurridizoJudasmo del Segundo Templo, por mencionar un caso. Entendemostambin la dificultad que entraan la presencia de tantas imgenesde Jess53 y la cuota de subjetividad, anhelos, preferencias o,incluso prejuicios que alguna imagen pueda tener, por no hablarde algunos fallos metodolgicos que los autores puedan cometer.

    Ahora bien. Supuesto todo lo anterior no cabe formular tambinsi tal multiplicidad de imgenes y tal perspectividad no podra res-ponder a la naturaleza del objeto que se analiza? Despus de todo

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    51. BARTOLOM, La bsqueda del Jess histrico, 237-238.52. John Meier establece con soberana claridad que siempre se escribe desde un lugar.

    Cf. MEIER, Un judo marginal, 32-34: todo el escribe sobre el Jess histrico escribe desde algnngulo ideolgico, y ningn crtico se libra de ello (34) citando a H. J. CADBURY, The Peril ofModernizing Jesus, London, SPCK, 1962, especialmente 1-27.

    53. Aunque desearamos poder indagar con minuciosidad y objetividad, cunto de absolu-to y cunto de relativo tienen esas imgenes en manos de sus cultores. Habida cuenta que nota-mos en algunos investigadores, comentaristas o reseadores la tendencia a dejar de lado la provi-soriedad, ligada sobre todo a las fuentes, que los trabajos de los autores ligados a la Tercera bs-queda manifiestan.

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    Bartolom al comienzo de su prrafo conclusivo (234) reconoce lanecesidad de ser conscientes de los mtodos utilizados para llegar aellas para hacerse ms reacios al escndalo. Y a rengln seguido afir-ma: Habr que recordar, adems, que la misma tradicin evanglicacannica presenta ya cuatro imgenes diferentes de Jess y testimo-nia la existencia de otras que los evangelistas no aceptaron o comba-tieron.

    Sin duda en una perspectiva similar al anlisis que realizamos cf.4. Las imgenes de Jess de Nazaret. Y hacia el final del texto quecierra su crnica, y que transcribimos, no alude a un reconocimientoque se da en el espacio del encuentro con el Seor Resucitado? Enla fe eclesial o en el Reino consumado? .

    Finalmente preguntamos, sin pretender extendernos ms: cadaimagen en cuanto est fundada sobre serios anlisis y no se transfor-me en una caricatura, y no pretenda ser totalmente excluyente,54 nopodr tomarse, habida cuenta de toda provisionalidad, como un enri-quecimiento en la comprensin de aqul de quin sus discpulos pare-cen haber dicho antes y despus de la Pascua: Quin es ste quehasta el viento y el mar obedecen?.

    No nos faltan motivos para pensar que en algunos mbitosconfesionales la Tercera bsqueda es vivida ms como un campode batalla,55 que como lo que debiera ser, ms all de que en susms remotos orgenes haya habido una postura anti eclesial o antidogmtica: un espacio de encuentro con Aquel que creyentes y nocreyentes consideran digno de ser tenido en cuenta y conocido.Excepcin hecha de los que an hoy siguen negando su existenciahistrica,56 aunque tambin para ellos la seriedad de la Tercerabsqueda pueda ser un incentivo para el pensar con adultez y sinprejuicios.

    54. Al decir de G. BARBAGLIO: He aqu el verdadero Jess. Situacin a la cual no han esca-pado muchos investigadores por ingenuidad o por ligereza culpable. Cf. G. BARBAGLIO, Jess,hebreo de Galilea. Investigacin histrica, Salamanca, Secretariado Trinitario, 2003, 12.

    55. Hacemos referencia, como ejemplo, a las descalificaciones, para nosotros arbitrarias,que recibi por parte de autoridades eclesisticas espaolas J. A. PAGOLA, Jess. Aproximacin his-trica, Madrid, PPC, 20088.

    56. Cf. la destacable publicacin de A. PIERO (ed.), Existi Jess realmente? El Jess de lahistoria a debate, Madrid, Races, 2008, particularmente 23-100, que ofrece las ponencias realiza-das en el transcurso del Curso de Verano de la Universidad Complutense en julio-agosto de 2007.

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  • 6. La relevancia de la Tercera Bsqueda

    Llegados al final de esta panormica, no est de ms decir que paranosotros la Tercera bsqueda es sin lugar a dudas un acontecimien-to en proceso, con enorme vitalidad y llamado a seguir dando frutosvaliosos que esperamos incidan favorablemente en el mbito eclesial yextra eclesial. Hacemos nuestras las palabras, antes mencionadas deElizabeth Johnson: La investigacin contempornea sobre Jessconstituye una bendicin para la Iglesia.

    Queremos ahora darle la palabra a John P. Meier,57 para nosotrosuna de las figuras ms relevantes junto a E.P. Sanders, y sin minimi-zar a ninguno de los otros autores antes sealados de la Tercera bs-queda, sobre todo por su metodologa. Sacerdote catlico nacido enNueva York en 1942. Estudi en la Universidad Gregoriana de Romay en el Pontificio Instituto Bblico. En 1976 alcanza el Doctorado enCiencias Bblicas. Desde 1985 es Profesor de Nuevo Testamento en laUniversidad Catlica de Amrica en Washington D.C. y en los lti-mos aos tambin ensea en la Universidad de Notre Dame.

    Su magistral y monumental obra Un judo marginal, iniciada en1991 y ya terminada, quiz sea la ms extensa investigacin histrica deJess de Nazaret que existe al da de hoy. Est destinada a ser una suer-te de Summa sobre el Jess histrico. Su pretensin y podramosdecir obsesin es la objetividad y un cierto talante extraconfesional.

    Hace en la Primera Parte una concienzuda reflexin inicial de las fuen-tes58 y de los criterios de historicidad.59 La lectura de esta obra es exigen-te en grado sumo, particularmente por el recurso a la notas a pie de pginaa travs de las cuales establece un continuo dilogo con otros investiga-dores. El tono general de la investigacin no es altisonante y sus opcioneshacen gala de un notable rigor, matizadas, calificadas por otros investiga-dores como tradicionales. Es el autor de confesin catlica que mejor hautilizado los aportes del mtodo histrico-crtico al servicio de la crti-ca histrica con proyeccin hacia la teologa y, ms particularmente, lacristologa.

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    57. Para una extensa y valiosa presentacin de su obra, particularmente de Un judo margi-nal, puede consultarse con mucho provecho A. VARGAS-MACHUCA, El Jess histrico. Un recorridopor la investigacin moderna, Madrid, Universidad Pontificia Comillas, 2004, 88-107.

    58. MEIER, Un judo marginal, 65-182.59. Ibid. 183-209.

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  • Cabe destacar que ha acuado una imagen o definicin muycaracterstica: Jess como judo marginal, entendiendo por margi-nal un concepto que se emplea para evocar y conectar una serie deaspectos interrelacionados de la vida y ministerio de Jess.60 Y sealaa continuacin seis de esos aspectos:

    a) Jess es insignificante para la historiografa contempornea; b) Jesses marginal por su muerte; c) Jess se hace intencionadamente marginal alconvertirse en un desocupado e itinerante a fin de asumir un ministerioproftico; d) en Jess se da una marginalidad por su enseanza;61 e) almismo tiempo que se establece una marginalidad por sus continuos enfren-tamientos; f) y finalmente por ser contrario a los poderes establecidos.

    Nos parece que esta imagen, marginalidad tan amplia y almismo tiempo claramente caracterizada, le permite a Meier no caer enla trampa de un concepto demasiado estrecho, abierto a muchasimpugnaciones vase el caso de Jess como cnico itinerante.

    Meier, por otra parte, ha tenido oportunidad de mostrar la rele-vancia de la Tercera Bsqueda en por lo menos dos ocasiones. EnUn judo marginal dedica un captulo completo a la importancia de labsqueda del Jess histrico.62 Este texto es para nosotros imprescin-dible y estamos tentados a transcribirlo, pero al no poder hacerlo, almenos recomendamos su serena y ponderada lectura.

    Es til el conocimiento del Jess histrico para un creyente?Meier es categrico: no, en tanto que aquello por lo que se preguntaese creyente es Jesucristo, crucificado, resucitado y ahora reinante ensu Iglesia. Pero si aquello por lo que se pregunta es la fe que trata deentender, la teologa, la bsqueda de dicho Jess es til.

    A rengln seguida especificar que: Esta apropiacin de la bs-queda [del Jess histrico] por la teologa no es idolatra a modas pasa-jeras, sino que sirve a los intereses de la fe al menos de cuatromodos:63 que pasa inmediatamente a caracterizar:

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    60. Ibid. 35.61. Algunas enseanzas y prcticas de Jess p. ej., su total prohibicin del divorcio, su

    rechazo del ayuno voluntario, su celibato voluntario eran marginales en el sentido de que no con-cordaban con los criterios y prcticas de los principales grupos judos de su poca. (Ibid. 37).

    62. Ibid. 211-216.63. Ibid. 214, citando asimismo a R. SCHNACKENBURG,Der geschichtliche Jesus in seiner stn-

    digen Bedeutung fr Theologie und Kirche, en: KARL KERTELGE (ed.), Rckfrage nach Jesus, QD 63,Freiburg/Basel/Wien, Herder, 1974, 194-220.

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  • 1) recuerda a los cristianos que la fe en Cristo no es una vaga acti-tud existencial o una manera de estar en el mundo64

    2) que el Jess resucitado es la misma persona que vivi y muricomo judo en la Palestina del siglo I, una persona verdadera y plena-mente humana65

    3) casi desde su comienzo, ha tendido a recalcar los aspectosembarazosos, no conformistas que presenta Jess

    66

    4) el Jess histrico tampoco se deja captar fcilmente para pro-gramas de revolucin poltica el Jess histrico subvierte no slociertas ideologas, sino todas las ideologas, incluida la teologa de laliberacin67

    Finalmente, Meier concluye este captulo de un modo muy signi-ficado que, ahora s, nos animamos a transcribir en su totalidad:

    De hecho, la utilidad del Jess histrico para la teologa es que termina por eludirtodos nuestros esplndidos programas teolgicos; los hace discutibles negndose aencajar en los moldes que creamos para l. Paradjicamente, aunque la bsquedadel Jess histrico suele estar relacionada en la mente popular seglar con la rele-vancia, su importancia radica precisamente en su perfil extrao, evasivo, embara-zoso, igualmente molesto para la derecha y para la izquierda. En cuanto a esto almenos, Albert Schweitzer tena razn.[68] Cuanto ms apreciamos lo que Jess sig-nific en su tiempo y lugar, ms ajeno a nosotros nos parece.Debidamente entendido, el Jess es un baluarte contra la reduccin de la fe cris-tiana en general y de la cristologa en particular a una ideologa relevante decualquier ndole. La imposibilidad de incluirle en una escuela de pensamientoespecfica es lo que impulsa a los telogos a buscar nuevos senderos; por eso elJess histrico sigue siendo un constante estmulo para la renovacin teolgi-ca.[69] Aunque slo sea por esta razn, el Jess de la historia merece la molestia deir en su busca, incluido el esfuerzo inicial de presentar correctamente las catego-ras, fuentes y criterio utilizados por el autor, que ha sido el modesto objetivo deesta parte primera.70

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    64. Ibid. 214.65. Ibid. 214.66. Ibid. 214.67. Ibid. 214.68. [Cita a A. SCHWEITZER, Geschichte der Leben-Jesu-Forschung: Reconocido por el carcter

    peculiar, singular de sus ideas y su actuacin, l [el Jess histrico] siempre personificar [literal-mente, conservar] para nuestra poca algo extrao y desconcertante, 620]. N. d. A.

    69. [Aqu remite Meier a J. MACQUARRIE, Jesus Christ in Modern Thought, London-Philadelphia, Trinity-SCM, 1990 como intento de escribir una cristologa actual que tome en seriolas fuentes cristianas y la conciencia histrica moderna.] N. d. A.

    70. MEIER, Un judo marginal, 214-215.

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  • En una obra posterior Meier vuelve sobre la relevancia de laThird Quest, hablando de prdidas y ganancias. No es posibleaqu resumir adecuadamente este interesante y, como es habitual,documentado artculo.71 En orden a nuestro intento baste sealar queel investigador americano expresa:

    Ha surgido algo positivo de la tercera bsqueda; o todo el movimiento de laltima dcada ha sido un completo fiasco y una prdida, como algunos catlicosconservadores han sostenido? Este artculo argumenta que, no obstante el cues-tionable uso de los medios de comunicacin para popularizar tesis altamentedudosas, y no obstante la consecuente prdida de credibilidad acadmica de algu-nos especialistas, la tercera bsqueda ha logrado siete beneficios notables parauna investigacin seria

    que pasamos a sealar con sus propias palabras.

    1. Un primer beneficio72 ha sido la naturaleza verdaderamenteecumnica e interreligiosa del actual dilogo especializado entorno al Jess histrico.73

    2. Una segunda ganancia ha sido el repensamiento crtico ynuevo examen de los diversos textos propuestos como fuentesconfiables para la bsqueda.74

    3. La tercera ganancia de la presente bsqueda es un retratomucho ms matizado y variado del Judasmo en tiempos deJess.75

    4. Conectado con una mejor comprensin del Judasmo en elcambio de poca est la cuarta ganancia de la presente bsque-da: el uso intenso de las nuevas perspectivas cosechadas por laarqueologa, la filologa y la sociologa, para ubicar a Jess msconcretamente en su tiempo y lugar.76

    5. Una quinta ganancia de la tercera bsqueda es el mejoramien-to de la articulacin y uso de los criterios de historicidad.77

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    71. MEIER, The Present State of the Third Quest for the Historical Jesus: Loss and Gain,Biblica 80 (1999) 459-487.

    72. La cursiva es nuestra.73. MEIER, The Present State of the Third Quest for the Historical Jesus: Loss and Gain, 461.74. Ibid. 464.75. Ibid. 466.76. Ibid. 469.77. Ibid. 473.

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  • 6. Conectada indirectamente con una ms clara y ms rigurosadefinicin del uso de los criterios tenemos una sexta gananciade la tercera bsqueda: un tratamiento ms positivo de la tradi-cin de los milagros en los evangelios.78

    7. Por fin, muchos aspectos ya mencionados en este artculo entorno a las seis ganancias contribuyen a una sptima: un nfa-sis que era afirmado tericamente en el pasado pero apenas selo haba explotado en todo su potencial esto es, la Judeidadde Jess.79

    Y concluye Meier su extenso artculo afirmando: Aun si la terce-ra bsqueda no tuviera ningn otro impacto en la cristologa contem-pornea, la enftica afirmacin de la Judeidad de Jess hara valiosa latotalidad de la empresa. Algo duradero habr sido ganado.80

    De nuestra parte concluimos adhiriendo plenamente a estas pala-bras de Meier, sealando, de un lado, que la intrincada y apasionanteLeben-Jesu-Forschung, ms all de lo adecuado de su triple periodiza-cin,81 nos permite estar en serena vigilancia contra una suerte demonofisismo, malhadado, o verdaderamente divino o verdade-ramente humano siempre latente en el interior del cristianismo.

    Por otro lado, pensamos que si bien el Judasmo actual el as lla-mado rabnico y el Cristianismo tienen pleno derecho a ser lo queson, pues son opciones en el interior del nico Pueblo de Dios, a nin-guno de los dos le es esquivo e innecesario volver a recuperar conhonestidad y seriedad que Jess fue, es y ser, ciertamente, Judo. Si latarea de la Third Quest o en todo caso de toda la Investigacin dela Vida de Jess ha servido o sirve aunque slo sea para ello, bien-venida sea!

    Y habr valido la pena, ms all de tantos pareceres y desencuentros.

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    78. Ibid. 477.79. Ibid. 483.80. Ibid. 486.81. Y de los propios intereses que la hacen posible (cf. F. Bermejo Rubio).

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